Está en la página 1de 74

Digitized by the Internet Archive

in 2013

http://archive.org/details/manifiestodelcOOunseguat
DEL CORONEL GUILLERMO PERKS
EX

Geíe cle\ EslaOio Mayoí


DÉLAS

Fuerzas Federales de la República

DE

CENTPvO-^ABlERICA
EX

Gcv\evív\ ov\ Gcíe ; r

r ^
ti?
DEL

EJERCITO DE OPERACIONES

GUATEMALA
Jniijrui/a Mayor — Casa de í^orras
' "
¡828
E^:

KRR^TAS IMPOnTANTFA

Página Linea Dice Léase

2 Uluuia •
Teiueiit,e coronel Teiiii tite
10 3. del 7. tiel 17,
12 40. *• el 22. el 24.
14 .•Í3. en 3. _ en 2.
S 19, dia 5. di3 3.
15 (34. did 3. dia 4.
18 23. se,r comiprPüdidos se/' sorprenrlidos
23 37 )
Touiaa i uiJ*C baucta^o Ubaa
MANIFIESTO
DEL CORONEL GUILLERMO PERKS GEFE I>EL

ESTADO MaVOR. de las FUERZAS REPUBLICANAS


DE CE.\TRO=AMERICA.

Jon ya (Tomasiaclo nnroriaí por rorren imnrpsos


lo< floriimrnto<! qiip
pií lo- (Ji;ti IOS ilr (siii ' iu<"'a() ( iJocuimtiio iium, 1 o
Las causas que j

hiri [iroHiicido tiii volniíi-íiiii sipanicion dtl mando rn gíTe de las In-
fizas de «sta RcpriMita Mi rnrazon, sin íml)ai'gc, ri>e ncusaiia f If r-
n 'mnite de fjiie no hahia llftiado UkIhs las )l)li_!j.acioiies, (¡uc me
imponen el honnr. y mi ardiciitp afihelo pnr la glciria y prospe-
ridad de o«ta N;ui«)n, si «n ni:Ueiia de tanta imporiiinria dfjá.-e
dr presentar tiulos los herho», lalcs romo son en si, para que los
liomhres reflctsivos puedan foruiar un juicio seguro, y apaiczra nii
roiidneta, á la fu'/ di universo, tan pina como el «"jro «iiíleri-
I

•fol. He teni lo la honra de ser a<lmilido .il «trviíio del supn mo


foliieino fi-dcr.il de eta R( [idi'lirii d' Cen'io deAménra; uri^o
I

1 sati^facriun de h:ihcr coi. ini lo todas mi- fuciz^s en su (tbst'quio;


y los htimhres sensatos á la par que me hiiiÁri justicia, conside-
rnián laminen l'fijt' nn punto de vi-ta, tan hoiroroso romo criiui-
nal, fi los qu»' al proiiunoaise mis eneriii^íOs, tHlraiiíJo á sus obll-
girii.nes mas sagradas, han dado un ¿olpc morlal á la subordina-
ción y di»ri(.lin.> milii r -(U'* son las ba se > sólidas en que se apu}a
la ecsistencia de los K-iados,
Aun no estaba al servicio de la Repfiblira, mando ocur-
T'ó el desgraciado suieso de la Trinidad, y me invitó, [jor dos
ocasiones, el C Mariano Ayrinena Gefe de este Kstado, á que
tomase o! mando de uia divi.-ion q e se organizaba fn Chi()iii-
riula, con el objeto de piotcjer aquel departan tnio. y restablecer
las comunie.iciones con el de Comayamia. Mi contentación fué,
que l.i fu' rza que se queria foner á mis órdenes no ine in.pin la
la confianza necesaria, y que ademas, no estando yo al servicio
de la federación, no queria obrar ni me/.claime en partidcj. El
K^, Aycinena reiteió sus iusiantius al luismu ñu, y djí cuhkj&IllcÍob
)

2
«iempre fue Tn mísmai negafiva.
Sobrevinieron á poco tiempo 'oí flcontpcímíentos (?e S^nta
An^, y al rcciljir^e ia noticia cIp que ti cjérriLO estaba en reti-
rada acia esta capital, el supremo gobierno fodrral me invió en
22 de diciembre, el nonbramiento de coronel, gffe del Estado
mayor. Penetra en seguida hasta Zicapa una columna enemiga al
mando de Rnmon P icheco, y se me dió orden de maichar sobre
él, y de establecer al coronel Perdomo, en Chiquimula. Salí con
este objeto de esta capital en 6 de enero, coi) el 2.o Batallón
He patriotas y 50. caballos de la milicia activa. Es público y
rotorio que este batallón marcho en un estado de rebelión, tal,
íjue fue preciso acuchillar á la 4.a compañia para que can)inaseí
e.-tos sollados nunca hablan roto un cartucho: era una fue rza apa-
rente la que se me daba: pero yo supe entusiasmarla, y marciiar
con ella sobre el enemigo. El dia precedente al de mi salida d«
fsta capital se habia conferido el mando del 2.» batallón de pa-
triotas ai teniente coronel Carlos Salazar; á causa de que el te-
niente coronel Pilona, que lo ootenia, habia solicitado, en el má-
menlo mas crítico, (es decir cuando el ejército estaba reculado en
los muros de la capital ) una licencia por dos meses para pasar
á Quezaltenango; y á cuya pretensión se accedió al momento, por
que vi coronel Irisarri comandante general del Estado, inforii ó al
gobierno, á presencia mia, la ¡lora aptitud militar de Pilona, y-
que el ref rilo 2. o batallón estaría mejor en manos de Salazar.
Tales fueron las prmieras noticias é impresiones que yo
recibí á cerca de estos dos militares, de la boca de su gf te im-
mediato: a^i que cuando sobrevino la espedicion de Chiíjuimulai
,

y el estado de revelion en que marchó el batallón, llamó esii


ocurrencia la atención del C. Pilona, y salió en auxilio de mis dis-
T)o>icio,ies para restablecer el orden hasta la Ceyba. Entonces era
la ocasión mas oportutia para que hubiera solicitado el mando del
batallón; pero lejos de hacerlo a>í, manifestó su deseo de regresar
á la capital para reunir á lo- in liviJuos del mismo batallón que
«e habían quedado en ella, y volver con ellos á encontrarme, con-
duciendo al mismo tiempo varios utensilios indispensables, parti-
cularmente altcu'ios cariuchos sin vala y piedras de chispa; puea
al llegar ala Ct-yba su[)e que las dos terceras partes de la fuerza
estaban desprovistas de este ultimo artículo, lo que parece increíble,
pero es muy conforme al desorden y desconcierto que se ha ol>-
(servado durante ocho meses, en la organización de los cuerpos
de patriotas En esta situación concedí pasaporte al C. Pilona
para que pasase á esta capital, y al segundo dia (8. de etiero
jpor ia oíaüdua, lle^ó el icaicate coi'ouui iliJai^o cou una partida
3
Sp la gnarclia 1l^^arla, e«coT(an(?o tos cfirturlros sin vala y las |iie-
dras (lo ihi.spa y al momento salí para el l'lanión. Allí se me
••utiió el teniente coronel Fulgencio Rloiales, qi e vcdíí: de Jahi[a,
en cuyo punto hahia dejado al coionel Indalecio Perdomo, soü»
citando (¡tie le remitiese armas, pertrecho y fondos.
Mi primer proyecto habia sido que fuese herdon.n g niarchas
flohles sobre Chiqninuila, mientras que yo detalojüba las tro ¡as
df'l gefe Pacheco aportadas en Gual;¡n y Zacapa; pero la poca
f(i('rz:í rjiic tenia á sus órdenes el coronel Perdoriío y la falta de
armamento, me oblieaion á variar el plan, y á no formar otio
tiuevo hasta que lleirase el armamento que tenia pedido al gobi-»
cilio, y s-in dejar de marchar acia el enemigo, f)nes el dia sigui-
ente lle;íué á Onioila, donde se fogueó por primera vez la tropa,
y el 10 pasó á Gua^^latoya resuelto S establecer mi cuartel general
en aquel punto hasta la llegada del resto del 2 o batallón de pa-
triotas que debia verificarse en breve, con el pertrecho, arma-
nit nio y fondos. Mi paradero en íiuastatoya tenia ademas por objeto
el de dar una organiz icion tlifiniliva á la división, y adquirir dalos
positivos acería de la fuerza y posiciones dil enemigo, |iues las
imiicias que habia recibido hasta entonces eran sumamente conlra-
dicturias y ecsageradas.
Ll dia1 1 se presentó en Guastatoya e' C. Pilona; per«
.

en lugar de 200. honibres (|ue era la fuerza que le fallaba al ba-


t ilion, y ()ue fué encargado de reunir, solo llevó 18., lo cual hizo
muy mal efocto entre la liopa. Ojala nunca hubiera llegado! Su
¡

prchcncia fué la señal para los chismes y la discordia. Decia, que


con la fuer¿a (|uc leniamoh ora un disparate dar un pa.>«o adelaiiie;
que el punto (|ue ocup.ibamos era muy espuesio y abierio por toras
jiailes: que siria prudencia retirarnos á ocupar los altos del Plan-
tón; en una palabra, no hizo ma-. que infundir el terror en la di-
Vl^lon, y paralizar el buen écsito de la espedicicn
Se desertó de la abantada un dragón del iium. 4. , que
casualmente era natural de S. Salvador; y Pilona nie vinti dici-
finlo en seguida ,.que los oficiales y la tropa estaban muy satis-
fechos de mí, pero á la par disgu.-tados con el teniente coroiifl
Castillo, g( fe del e.>tado mayor; -¡ue no debia confiarme de los ofi-
ciales que tenia á mi lado: y que se sabia muy de positivo, que
dicho teniente coronel C.tslillo habia dado al dragón i¿0. pe'^o»
para que se desertase." Todo esto fue apoyado por dos bailes re-
coletos que fueron acom[)aí¡ando al C. P¡lf)ña desde esta cnpital
para .servir de capellanes de Vjl divisicm, lo." cuales han merecido
Cii consideración y af^recio [lor sus biiciiios servicios.
Ea lu uucüc del 12 bubu una es^vccie de tilainia, producida
4
•j»or 'los tirf>«! qiip (líspararon las centinelas aTianzarT^is snl^rp el
ca'iiino d: CliiiiiiUpi, y ;il 8Íj;uiente dia el teniente C Pilona en
vez de solicitar el mando del bílallon, me manifestó de nuevo m>
-deseo rps^resai* á la capital, con
le el ol)jeto aparente de im[)0-
npp gobierno dpi mal estado -leí batallón, es decii ^n cuanto
al
al eqijipo en general: yo acceJí muy j;nsto<o á su pretensión y
condujo plie¿;os mios en que pedia al gobierno me enviase con
mg'^ncia 150. veteranos j)ara poder obrar con mas desiciva ra-
piJez.
Tanto para cubrir mi propia rpspon'íabilidad. como para
acordar ó retirar mi confianza al teniente coronel Castillo me con-
trage á indagar lo cieno en cuanto al particular que me habia
aniiU'iado Pilona del dragón desertor; y vi comprobado hasta la
eviilencia lo siguiente. El teniente de la grardia urbana Hidalgo,
después de salir le la Ceyba, advirtió que habia perdido su ma-
leta: e>ita maleta la encontró un diagon y la llebaba delante de
«u caballo: el misino dragion preguntó sobre la marcha al teni-
ente coronel Castillo si sabia quien era su dueño; este le mando
retenerla ha.-<ta que se dejjuruse á quien putene^ia. y cuando se
supo que era del teniente Hidalgo, se la mandó entregar, y e>te
gratiíitó al dragón por m^no del mismo teniente coronel Castillo
-con áü^ pesos El C, Pilona hizo llegar esta cantidad hdsta 20.
pe>os. y le dio una procedencia criminal, cuando el proceder del
diagon habia -«ido ajustado a los d( beres de un hombre de bien-
y la conducta del teniente coronel Castillo la mas arreglada y cir-
tun^pecia.
En vista de tan horrible calumnia formé la irrevocable de-
.terminación de no f)erni!i^ir jue jamas se me acercase ningún gefe
ni oficial con chismes ni im[)0^turas, so pena de alejarlo al iiio»
Ciento Ir' la división de mi mande.
Observando que no se me concedian los 150 veteranos que
Jiabia solicitado, y q.ie no podia sin ellos llevar á efecto mi pri-
mer plan de dirijir al coronel Perdomo sobre Chi(|uimida, y ati-
siinlo acelerar mis operaciones, prescribí á este gefe que fuese con
tola la fuerza posible, tanto ármala, como desarmada, á reunirse
tul) la división en Guaslatoya, adon le debia llegar por momentos
la de Sdamá, á cuyo punto habia mandado til capitán La-guardia
;para que
asi se verificase.
El día ]-¿. llegaron á mi cuartel general los caudales y per-
trechos; pero en lugar de 300 fudies que yo habia pedido solo
se me remitieron 36. , y esta falta también me produjo entorpe-
cimiento*-. por que tanto la gente (|ue debia llegar de Salama, como
uua ¿-.Siu parle de Id del curuutl i'ciUomo eataba ^in amias. Eo
!« f^níe del mi'ífno dia recibí partes del C. Dolores Gii'ierccz,
gpí'n dt part.tmeiila!, y de los alcaldes de Acasaguastáii y la Mag-
dalena en que me anunciaban la llegada de varias partidas de ca-
ballería enemigas á aquello^ puntos, y que el coronel l'achoco,
r< conci^ntraha sus fuerzas en Zacapa á donde habia hecho reunir
!js que tenia en Gialán y Cliiquiíuiila. y esperaba por momentos
refurrzo fie Sta. Ana, por el camino de Mita de Sta. Calhaliiia.
En t') la la noc:he del 1'2 al 13 recilií. por mano del ayu-
dante Dimnso Muñoz, un oficio del coronel Perdomo, fecha del 11
en Jalapa presentándome las difirullades que le ocuiriaii para reuf
nir l\ gente que cspcrahaba de Sta. Catalina y otros puntos, res-
pe -to á la prontitud ron que debia marchar sobre Guastatoya; y
al mismo tiempo me remitid partes de varios alcaldes en que da-
bm noticia de los movimiealos de los enemigos en Cliiquimula j
sus inmediarioncs. E:i visía de lodo, y en la imposibilidad de po-
doc enviar refuerzo ni armas á este gefe, le reiteré la ortlen i^ara
q'ie viniese i marchas dobles k reunirse á la división en Guas*
tatoya
En la (arle(hl 13 lle:;ó ü mi cuartel general el capitán
C'aítaneila, el puso en mis manos un oficio del coronel Per-
cual
(I lino fecha en Jalapa en el dia anterior, acom[)añandouic la cor-
ffs[)onilf'ncia original del gofc Pacheco dirijida á su general ei>
gffe situado en Aguachapáin. ( Ducumenlo num. 2 )
l'or esta cofrc>^|)on iiencia me Impuse de sus fuerzas, y á pesar
de rnnsiderailas superiores en numero á las mias, di orden para
caminar inríiediaiamente y á marchas forzadas, con dirección á Za-
vapa, y ordené al coroni 1 Pcrdomo marchase sin demora por P¡-
rt.'ln á Jilulcpeque, llam'ando la atención del fnemigo sobre Sai>
José; pero tratando de evitar todo encuentro hasta nueva órdcQÍ
tnia, y sin dejar de obseivdr un momento mi franco derecho y par-
ticularmente el camino de Mita Sta. Cathalina, en la inltliííencia
de que yo seguia mi marcha por Chimalapa á desalojar de Za-
capa á las fuerzas invasoras. Ál mismo tiem[)0 que comunicaba
estas disposiciones al coronel Perdomo, con el mismo capitán Cas-
tañeda, le remilí 1000 pesos 50 lusilrs y G cajas de pertrecho,
,

escolladas por el leiiiente Hidalgo y 6 húsares de la guardia ur-


bana.
Toda la divi-ion estuvo en marcha en la madrugada del
11 para AcasagU3>tán, posición defendible: allí recibí otra comu-
nicación del gefe di'partamental que coincidía con lo (jue me anun^
fiaba el digno alcalde de Acasaguarlán, asegurándome que el gefe
í^achcco tenia á sus órdenes m Z.icapa 800 hombres, y á demafc
*H «l'uüUle desUcam'.ülo en el Gíoic y ilanu Ue la jF.va¿ua, y aCO.
B
I

t5
hoTíbrescon ñnn pieza de artillprÍT en Chirrinlnpa. Este último es-
tremo confirmo por otros varios avisos' que recibí en aquella tanie
se
sin mas diferencia que la de no mencionar ja pieza de artillería;
pero me anadian (jue esperaban ser reforzados en la misma no-
che.
Esta confrontación de noticias, y las detenidas obfervario-
res hice sobre algunas parlicularidades del parte del geíe
q^jc
pacheco í» su genera!, me hicieron sospechar, que este parte po-
dría ser una estratag^^ na. ó ardid, para que cayendo en mis ma-
nos formase yo un concepto herróneo de su fuerza, situación y de-
signios, y mis planes fuesen en desconcierto. En tal estado, y sin
perder de vista el numero y calidad de las tropas que estaban á
mis órdenes, resolví hacer al dia siguiente un fuerte reconocimi-
ento sobre el enemigo apostado en Chiquiuuila, y en aquella ma-
drugada emprendí mi marcha con una columna compuesta de las
compañías de granaderos y cazadores, y 4.a de fusileros, 6 cargas
de pertrecho, y toda la caballería para Chimalapa; quedando en
la plaza á las órdenes del teniente coronel Carlos Za lazar, el par-
que, tres compañías del 2. o de paliioías, y el destacamento del
batallón de Chiciuimula. Quise que este reconocimiento sobre 1 <

enemigo se hiciese según todas las reglas militare?, tanto por la


naturpilfza del terreno, como para infundir á los oficiales y á la
tropa la confianza que siempre es inherente á todas las operacio-
ries qne llevan orden y método: observaron entonces unas dispo-
siciones que nunca habi/'tn visto, las consideraron precursoras del
triunfo; apredieron á marchar acia el enemigo con valor, é hicie-
ron á su jefe depositario de toda su coiifianza. Marché pues de-
jando la 4, a compañia apostada sobre el rio, á una legua de Acasa-
guaslán. y la de granaderos sobre el io de Chimalapa, y me dirjí
j

sobre la plaza con tada la caball-eiía y la compañia de cazadores:


los enemigos se retiraron precipitadamente ácia Zacapa y mi ca-
ballería paso á establecerse sobre el camino por donde se hablan
rearado las fuerzas invasora-^.
Despuéshaber dispuesto que se preparasen pra el dia
de
siguiente los víveres necesarios para la división § su pase, para el
Giote, regiese con mi estado mayor ácia Acasaguastán, dando la
oi'den j)ara que las troj-as de Chimalapa, y las apo.'^tadas sobre (

camino si^^uiesen sube sivamente el moviii)iento retrogrado; pero á


j>oca distancia me encontré con el subteniente José Montufar que
me enuego un pliego del coronel Perdomo fecha en Jilotepeque á
las dos de la mañana del dia 15, informándome que el intrépido
teniente Salvador Landaverri ron una corta partida de 30 á 35
hombres hubia alcaiií6adu en el pusblo de S^ Estevan á la gran preisa
7
que TiaT)ian hccTio !ns rnemicros rn Gnalán, r\ve rpn-'.iraT:)a escolinHa
por mas de 100 hombres á los cuales habia sorprendido y deno-
tado en la madrugada del dia 14, y que él quednba cuidaiido
del cargamento vjtndo en el can.po, y tratando de ponerlo en
salvo, llevándolo al monle á espaldas de indios; ccrciiveido di-
cho coronei'con dcciime qne marchaba á la hacienda de Juámopa coa
ti clfjoto de ausiliar á Landaverri, puesto vve tenia datos osiii-
)

vos de q'ie el grueso de las tropas ei¡f migas ecsistr rites en Zaca-
jii, se hallaba m
la cuesta de Piíapia distante euatio leguas de
fci.in E>ievan.

Con cstns notirias, que on parte corroboraba la precipitada


fuga del enemigo de Chimilapa, y que hacia sospechar que eba-
r.uase á Zj.^apa é intentase establecerse en Chiquimula, di orden
j)ara que tod la división
i se pii-iese en mirclia para ocupar á
Chiuiaiiipa, en donde establecí en la misma tarde mi cuartel
general.
desdo el supuesto de que el Gefe Pacheco te-
I'arliendo
jíia el proyectóde c>t;>blecerse en CMi¡(|iiimula lo que después
se su|io posíiivatnentr, previne al Coranel l'crdomo se pusiese en
marcha á ocupar nnlilarmente la cumbre de Sta. Rosa, advirti-
endole que yo me dirigia con la división á la hacienda de San
Diego pira pi)nerine c>\ comunicación inmediata con el, y fijan-
do difinilivamenle el ataciue de Chiquimula para el 17.; [icro en
la misma noche fui informado por el Teniente coronel Dardon
comandante del par((uo de que era imposible llebar el pertrecho
fn caballerias por el cavHino que conducía á la hacienda de San
Diego, y qtio Uimpnro era posible que lo Hrbasen indios por
que estos .'c habían fugado de miedo á los Salvadoreños. Con
esia novedad determiné hacer una sola jornada de Chiinalapa á
las Cruces sin locar á Zac apa, evitando de este modo el pasar
dos veces el rio, y ganando sobre la marcha do'» leguas. Esta
marcha del 16 fué penosisim i; y las tro|?as estubieron en situación
íirricigada [lor espacio de once horas en los llanos de Zacapa, resisli-
c-ndo un sol insufrible, sin agua y á la iminediacion del campo que
estaba ardiendo Es digno del mayor elogio, el sufrimiento, la
constancia, la rediga. icion y el valor que demostraron los oficiales
y tropa en aquel dia. en qu« iodos estubieron firmes en sus pu-
estos, y ni se oyeron quejas ni el menor indicio de dis.u-to,
íío habrían hecho mas, ni acaso tanto, los veteranos de Europa.
Yo nada padecí en este dia, por que enagenado «n la dulce idea
de lo mucho que podía esperar de aquellos cíudarlanos, y ocu-
pado en mis royecios de triunfar del enemigo fui insensible
¡

i tu Jos ios paJcLimicnlos. Llegainus al Bi vaque de las Cruci;s, y


ii
"ápfsap 'le ta e;ciC3z \'^ víirsi'e?, p'ie'; efl aq^tr»!!^ rt'Vi^ apenas
cupieron hs dos por plaza, no hubo di,s¿ru,5tos, ni la
tortillas á
menor queji. \ lis diez de la noche me tr3£;eroa las partidas
ábtnzalas tres arrieros de Zicapa que habían estado en Chi-
quirn lia, buícaa Jj «us atajos lleva los por los Salvadoreños y me
informaron de lá existencia del Gefe Pacheco en Chiquiínula con
600. honJres y 4. piezas d^ artillería y qu^al mis no tiempo que
-ellos, habían salido 103 honbres para S.José pues tenia noticiada i

que se hibia presentado p )r aqiella parte la vaiíguirrlia de la columna


del coronel Perdona; también ra3 informiron de (]ue en la cum-
bre de la Cuesta s >b-e el ca niio d: Caiqaiinala tenian los ene-
migos una partida de 30 á 33 hoaibres coa dos oficiales que te-
hian el objeto de escoltar dos atajos que se dirijian desde Gualán
é Zícapa.Con esta noticia, dispuse que mi ayudante de campo el
teniente Vicente ViUaseiior saliese inmsdiatamente con 15 dragones
moafados en los caballos de los oñcialej, que al efecto los ceJie-
roa, llevando cada uno un caüiJor en la g irupera, con orden de
acuchillar dicha partida y establecorse en la cumbie hasta la ma-
drugada, á cu^a hora llegaría la división. La marcha de esta par-
tida tenia también el doble objeto de facilitar el paso y dar se-
guridad á un correo que se dirijia al coronel Perdomo y cuyo correo
drbia llegar á la cumbre de Sta. Rosa á las diez de la miñana.
lE'íta era una comunicación interesante pues contenia mi disposi-
fcion difinitiva, y le prevenía á dicho coronel que se acercase todo
lo posible á la plaza de Chiquimula por el camino de S. Joséj
Y^ero sin cmoeñar ninguna acción hasta qué yo atacase por el ca-
lcino de Zacapa.
Mi marcha del 17 se retraí)6 dos horas por la falta de vi-
"^eres de la noche anterior, y fué preciso dar tiempo s>ificieate
bara que la tropa se desayunase, con los víveres que la infatiga-
r)le aciividiid ded proveedor Mariano Vuldés había podido reunir;
'pf-ro á las G. de la mañana comenzé á caniinar. Al llegar á la
cumbre me informó el ayudante Vill:iseíior (|ue había ocupado ar|uella
posición á las dos de la madrugada, y que los enemigos habían
huido precipitadamente acia Chíquimula, dejando algunas armas y
"Yornituras y un caballo ensillado: continué mi marcha, á las 11
del mismo día estaba ya á una legua la plaza con mí división; y
allí recibí un oficio del alcalde prinr^ro en (|ue me noticiaba que
las fuerzas invasoras se habian rctuaio á las 9., precipitadamente;
pero que ignoraba la ruta que habian tomado, lül teniente coro-
nI Castillo se adelantó entonces de mi orden con loda la caba-
'llf 'ía á ocup:!r la pl.iza, á preparar vivrres, á adqiiirir datos pn-
^iiívos del aiüviiüieuto del enemigo y de la Biiuuciofi Uei coronel
Perdomo.
¡- A Tas T?. ya esfa*)a torio Tr» cíivision en Chiquimula é in».

fr-maflo do (jue Parlicco h;t!ii


ti toiiia lo la (Jireccion de S.
^( fo i

José (lispu-sc que ¡nmeiiiameiite comiest' la tropa en la misma plaza


fpMia seguir en persecución del enemigo; y en efecto á la una y
media ya tsiaba marchando con un n fuerzo de mas de 100 chi-
qii¡:nulas q'ie se me presentaron onn:ido«. Dejé en la plaza al teni-
ente eoroiiel Fulgeruio M
nales con dos cofnpailias de fusileros
df 2. o de
I patriota-í, y lodo el (¡arcjue á e-cipcion de 6 cargas
d; jd-rtrecho (jiie el movimiento-
sigui<'rofi
A la pueldo >npc (^ue una partida de 13 'anee»
nalitJa <le|
ros enemigos se h^bia preseniado al o'.ro lado dtl rio. DesiHíiná
al momento á un fi ial del baiallon de (^hiijuimula con 6 dra«

go'ies que lleva-<eii á l.i giirupera ca Ja uno un soldado de irifin-»


tcría. p^ra que fuesen á i-u aleince y los recliasasen si fiie>;c po-
flMe ácia Zi apa. Asi suce lió efectivamente y los 13 lanceros
fueron á encontrar-^e con uní parti la dr? 12 dragonea móntalos
en muías fji'í yo hibia envía lo Icsde las Cruces sobre dicho ca»
mi lo de Zarapa, los cuales cst;ib.tn al mando del teniente Car-»
d'-nas, y (Jel C. M irlin M
'reno, y consiguieron ha? er prisioneros
6 tollos los 1.3 lanceros (|ue ibnn bien montados y cargados de
ro|):\ y al día siguiente lo-> llcvjroa al cuartel general de Chiqui»
lula.
Apenas h.ibi» caminí I') una leg^ia la división cuando se pre.
ien'6 un mozo df campo qu<' venia con im caballo á lodo escape,
aninciandome que rii la dirección i la cumbre de St.i. liosa so oía
»in fuego nuy vivo. Lt livisi oi se el":tnz'í con esl» noticia; no hu-
bo un indivi liio 'jue d jise de manifesiir un vehemente deseo de
combatir. Hue pasar á vanguardia á los sol li los del batallón de
(_'liii|uimula por ser tropa mvts fresca, y se aceleró |;> marcha ácia el
rnemigo con el niayor entusiasmo. Kntonces ocurrí» uui particiila-
ri la que es digna de nolarge: la 4» conpañia del 2" bat:illorí
I

d<" patriotas que con») d je antes ha ola salid > de esta cipital ea
un estado de rr*velioti solicitó en a.|U acl() ri^etuplazar á la com-
I

pañia de cazadores que ecsisiia á la vanguardia, y que hibia su-


frido mucho en las marchas anteriores; y habiondo yo accedido á
esii pretensión [lasó dii;hi 4* eo.ipaíii», manl.uli por el capitán
liasi, con la rapides de un rayo k ocupar la vangnaplia.
Al llegar cerca del rio de S José ya habla cesado el fuego,
y como se hacia de noche y se ignoraba el resultado de la acción
determiné h.icer alto, en po^icion milit.ir, y continuar mi marcha á
la m.idrugada del siguiente dia. N ) fue posibl a Iquiíir notií ia
alguna (i>' a i'dla p irte en toda aqueda iioch'" y la fiílla de víveres y
]

Vi<lÍo:> dvÍ»Uo que recibí de que ecblallaa alguiicta jjailidaa CUCULÍ»


10
gas en las cercanías de ChiqíiimMfa me rPsoUT S regre=!\r S esta
plaza, y á las 9 de la noche entró en ella toda la división.
Esta jornada del 7 no fue menos penosa que la del dia an-
terior, con la diferencia de tener que ffan(|iiear h cuesta iiimenía
sobre el camino de las Cruces, que es de lo mas fragoso que se
puede dar, sin una gola de agua, en un clima tan sumamente
caloroso, y haciendo J 3 leguas mortales.
El 2.0 hataüon de patriotas di6 en aquella ocacion las prue-
bas mas positivas rje su |)a-tr¡ot¡smo y una idea ecsacta de lo que
se puede esperar del soldado centro-americano bien dirijido y (pie
tendía confianza en su gefe. Con este batallón fue mi primar paso
multar en la república: su metnoiia siempre me será íírata; y los
iii lividuos que lo componen siempre enconliarán en mi, como sii
gefe un protector infatigable, y como. particular un sincero y atec-
tisimo andigo.
Por la noche me rnformar'^n los cspias de que los enemi—
hablan forzailo el j)unio de Sta. Rosa \ dis|ioisado las troriKS
jfe^os

q. e mandaba el coronel Perdonio, y })ara iiisiruirn;e de todos los


jinrmenores de este suceso, y leniendo en crrisidcracion lo fatigada
q le f staba la tropa de mi división, dispu>e que marchase de ma-
«Jrugada el teniente coronel José Estevan Dardon con el destaca,
mentó del batallón de Chiquimula y 15 dragones á hacer un re-
conocimiento sobre S José: y á las diez del dia ya recibí un
joarte suyo confirmando la noticia anterior y añadiendo, qive >q
aseguraba que la retaguardia enemiga ecsistia en la hitciendade Ji-
camapa ó pueblo de Ipala, camino de Mita, y que su pérdida ea
el combate había sido de 40 muertos, entre ellos un capitán y
Uii subalterno y de 30 heridos.
Al recibir este aviso hice tomar las arnvas á cuatro rom*
joañias del 2. o de patriotas, y con toda la caballería marché i
S. José. A mi llegada á aquel punto, adelanté al Teñirte co-
roní4 Dardon á reconocer la hacienda de Xicamapa; como tam-
bién el de adquirir noticias positivas sobre la mareha del Gtfe
l'ac heco: dejé toda la caballeria é infaiiteria en S. José bajo las
ófdenes del Teniente coronel Carlos ¡Salazar para que peruiane-
ciese alli hasta el regreso de Da'don, y ya volví con mi Esta-
do mayor á Chiquiíivida. después le haber dado orden al corone:!
P -rdomo, que su|>e cc-istii en una hacienda poco distante de S.
José, para que en. la revedad se uniese al cuartel general.
En U nochíe d+^l mjsmo dia regresó al cuartel general el
T^^nlente coronel Sylazar con las tropas que habia dejado á sus
órdenes en la po-ieiou d'' S. José: movimiento mal entendido
• (jue me spi prendió, puesto v^ae ej Teniente coronel Dardon no iia-
II
t)ia rpgre?a(*o todaMa á aquel punto, y j'o Te hjTiia prevmicl*
quo lo cspfraso; pero á la maüana siguióme ya í-o nic pnseí ;6
el coronel Perdomo con el btñor Dardoii y le.s ti oías que c.^ie
llevó, y me impusieron ile (jiif el Gcl'e l'nclieco liubia seguido
sii marchii precipitada acia Miía Suma Cijlalimi.
La rcfeidiiia cjue me liizo el (oronel Perdcmo de lo ocur-
rido en la cumbre de Sla. Roi«a fcé confoinie á Id i|ue ya queda
nanifeslado, ron l;i pürticuhiiidaci de que el rorreo que jo hübia
nr.iiidrtdo de la^ Cruces al coronel l'eiclomo en luH,ar de haberlo
lecilnJo c-te 6 liis II. de la mañana, como yo espciaba, no lo
recibió h.iPta la una de la larde en cuya hora ya estaba cmie-
ü:ido el aloque. Este retra.-o le co'^tú la vida al correo pues al
I
ohcr el pliego en manos del coronel IVrdomo ca)ó muerlo á
sus pie"? (le un b;da?o.
Aquj supe, á no dudar, que el Gefc Pacheco habia tenida
liitsta COO. houdircí ocupando & Cbiciuimula Zacapa y Gualánj
j^'MO entic ellos habia unos iOO. sin armas. Y en consideración á (jue
di» lio Gef(f habla loando nlirarsu con 570. hombres; ijue se
acercaba ul grueso de su Excrcilo cpit en caso de necesidad le
teíorzaria; cjue siguiéndole me alej-.iba de la linca de mis opc»
iHciones; y que <»ee¡un mis in^tfucciones debia regresar á la rrtpi-
t.d lupi;u que hubiese ctUiblrcido al coronel Perd(jnio en Cliit|uU
niula; y coirsideíando tan bien t|ue la incorporación del Gefe Pa-
checo al jírueso de «ii l'Xeitilo en Anuaehapan noiliia produf ir
un movimienlí) sobre uíi lUmco dererho ó retaguardia, me parecí©
convenii ule llaa.ar la a'eucitio del Supremo G.ibierno sí.bie e.-le
particular, manifestándole que me ftareria preciso. (|ue el Exér-
rito, que aun estaba en los oiuros de ( sta capital, se adelanl.i.'-e
fi ia Cuijiniqíiil.ipa para llamar h 'iti ncnm itel enemigo sobre
íu frente inurin )0 remitía un derrotero por Jalapa ,1c¡a Jutiapa
aiiuu' lando mi mardui á aquel'» dirección cubriendo de este modo
mi movimienio rclroguJo acia la capital pue^ en cas-o de que
la salida d<l ejcrciin sobre üuajifíiq lilapa no fuese faetiblp. seria
preci-o ocupar á Guastüloya con 200. hombres que se pondriao
en comunicación con una partida á las órdenes del Teniente
Laiidaver. i apostado en Jalapa, que de mi orden debia observar loa
caminos de comunicación entre Guaslatoya y S. José á Jntiapa.
Estos y otros» detalles fu rou puestos en conocimiento del
Supremo Gobierno, y c\ mencionado derrotero salió de Chiqui-
nmla el dia anterior al de emprender mi marcha retrograda á
Zuapa, en cuyo punto me alcanzaron unos 300. fusiles, con los
tualt" se armaron los de Salamá c)<ie se incoipoiaron enton<,e$
cuu la di\uion, y el reato del aioütoienio lo itmiú bi coroaei
12 ' '

FerJomo.
Heasirníen lo pífos pí5rnn<?nore9 se f?e>^^^1^^(» que en el termina
áe liez lias est-iblocícuartel gf*nercil en Chiquimula, obligaruld
iiii

& ias fuerzas invasoras ¡I retirarse precipitadauírnip, á beneficio


de la^ maniob as que hizo de mi orden, sobre Santa Rosa, el coronel
pprlo'Tio B te gefe que solo tenia la fuerza de 80. hombres en lugar
de 260. que á tni se me habia dicho, so>tubo un choque honro-o, que
tenia por ol5J''lo detener al enemigo mientras yo llegaba á atacar
su retaguardia; pero esto no fué posible por que el gefe Pachpco
me habia sobre la marcha ¿añado hora y media. D^ sde Guasta-
toya solicité un refuerzo de 150 hombres, con el objeto de reu-
tiirlos á la fuerza del coronel Perdomo, y si se me hubiera re«
Biitido, las fuerzas del gefe Pachaco hubieran sido completamente
derrotadas. Cumpií pues las o'denes del supremo gobierno: quedó
libi'e de enemigos el imoo'tante departamento de Chiquimula, y
pl coronel Perdomo e^tablecido en aquella capital, organizando
un valiente batallón, que en la actualidad, no solo está en estado
de proiejer aqu?l departami'nto sino de obrar sobre el en<^!ni_;o.
Di-;pase ad;^ nás la organizi^ion de un escjuadron de caballería ti
nmido d'-l teniente coronel Fulgencio Moiales, y .1 fin de asegurar
«1 socorro de estas fuerzas levanté un empréstito de 3500. pesos
^ue dejé en manos del coronel Perdomo.
En C'hiqín'mula fué hocho pri>ionero un dragón del numero
4- que se habia desertado desde Guastatoya; inmediataniente dis-
puse que se le formase causa, y comprobarlo el delito, en el tér-
mino de 18 horas, fué pagado por las artnas en la plaza püijlica
y en presencia de toda la división.
Antes de regre>^ar á la capital tomé las disposiciones mas
activas para recoger y a'^cgurar los inteieses del comercio, tanto
«n Chicjuimila. como pn Zacapa, y Goalán, ( Documento num 3 )
y se reunieron er» S Estev'rin los efectos tomados al enemigo: en
una palabra, nada quedó por hacer de cuaoto consideré interesante
al bien [)üblico.
Debo terminar los detalles de esta esposicion llamando la
atención acia el objeto de mas importancia que se consiguió: era
el plan de los eneniigos reunir en Z capa las fuerzas de Hondu-
ras á las de Pacheco y marchar con ellas sóbrela capital en dos
columnas; la una por el canuno del Golfo y la otra por el de
A¿uachaiiá'n. Este plan fue desconcertado enteramente.
El 22 recibí en Guastatoya la ór Jen de acelei-ar la marcha
de li divi^ioa acia la capital y de venir en po^ta personalmente,
COI ínis avu lantes; lo que verifiqué con la mayor ct leridad. ( Do-
iCJimcutOiium. 4. ) Antes de saiir de Guaatatoja, y al cixargur el
n
«lan'To de Ta columna a! ToniVnte roronel Carlos Salazar es-
pf ;í una |)ioclama á la división (Documento tiúmero 5.) f)ara
darle una prueba cJe la consideración y aprecio que me meret ¡a
y mantener su entusiasmo. Entonces escribí también al Supre-
nio (iobierno manifestando que en mi concepto las fuerzas del
General Merino no intentarinn movimiento alguno sobre la ca-
pital, habida reflccsion á lo ocurrido en Ciiiquimula, y á que yo
me htlliba con una división de mas de 500. hombres sobre su
fl.uico derecho, y en situación de obrar si fuese necesario sobre
su linea de operaciones: á lo que se agregaba, la fuerza que fl
coronel l'crdomo podia ja tener .sobre las armas, que reunida
con la mia no b ijuria de 800 hombres: consideraciones (|ue de-
bían remuver tod;i inquietud, y trancjuilizar los e>[)iii'lus en cuanto
á la seixuridad de la capital. La oxaeiaud de esie juicio, de-
ducido de la ap'.itiid militar de ambos ejércitos y <le sus respectivas
fi-siriones lo ha ju-tificado el tiempo. Llegué el 25, á la capital y
al segundo dia entió el 2.* batallxi de patriotas, on mayor fuerza<

íjue liabia lleoado. lleno de entusiasmo y de ís^iíritu guerrc ro,

y manifefiíandome lodos sui individuos, á cada paso y con pruet as


inequívocas, <a satisfacción que habían feriido en estar á mis órde-
ii's, y el carillo (|uc m • pri>fi^sal>an: finalmente, mi.s satisfacciones
se complvtaron con los docuinfuloi num. 6 y 7
Al de mi llegada á e-ta capital, me manifesta-
tercero día
ron, tanto C. Presidente de la H^pública, como el C. Gefe del
el
Ivtarlo, stis deseos de que me encargase del mando del vjército
d(> operaciones Yo les hice vaiias observaciones, les opuse dife-
rentes difi:ullades que me ocurrí' ron, p^ra convencerlos de la im-
l'isibilidad en que me hallaba de aceptarlo, cu l<»s- difíciles cir—
C'instancias de la nacioay pero toda mi ojiosicion, so-ienida por
dis dias, fué inútil; y prrsuaJido de la entera confianza que me-
recía á estos geft-s. y en la rr'hencia de que la reí .i ud de mis
principios y conducta. iii<ipiraiia la misma confianza, y llamaría á
sus deberes á todos los individuos (|ne se ponian á mis ói (lenes,
a -epté el mai.do del ejcr.Sto en el dia 28 de enero: al siguií ule
pa-«é revista ñ todos los cuerpos, y quedé satisfecho y lleno de
confianza. ( Documfnio num. 8 )
Eii seguida di al ejército una nueva organización, formando
con sus masas dos divisiones de caballeiía y tres de infaiitería,
{lara liac<'rlas mas ílecsibles á todas las disposiciones y manejos,
y mas adecuadas á \.\ pronta circulación de mis órdenes y á los
movimientos de campaiía. Pero el placer (¡ue me resul'ó de este
mi pri;iier pa.so, que miraba como punto esencial del cual dehiar»
jjuriu" mis dispoaiciojioíi ulteriores, me produjo dos amai^os dis-
'r4
-gustos. El primpro, por ha^pr nom^raffo al teniente coronel Cat-
tülo gef»* del e.stado mayor, y el secundo por haber elegido o-
(

onaiidaiite getieral de la 3 a división al coronel José lu^to Milla.


Me abstengo de hacer reflecsiones por lo resfiectivo á ( .-te
'(í'tiino gefe. en lazon de tjue él mismo ha publicado un imfireso

•en 8. de febrero, y [)or él atiarece suficieiiiemente vindicado. E«


'-cuanto il teniente coronel Castillo, contrariando mis princitiios de sos-
tener mis resoluciones con enerjía cuando las he tomado con maduro
ecsámen, y convencido de que bon justas, me so^neií á variar su nom-
bramiento por no agriar los ánimos de algunos [)ocos que habiaa
'intrigado contra él: encargué al teniente coronel Vigil el detalle
•del ejército, y nombré al teniente coronel Casiillo mi primer ayu-
dante y secretario, suspendiendo el nombramiento para gefe de la
3.a división para deciilir mas adelante sobre este jjunlo: y con el
objeto de adelantar mis operaciones mi!il;ires al buen écsito, su-
pliqué al C. Presidente que fuese ascendido á teniente coroiáel el
capitán Antonio Aycinena, á lo que accedió en efecto, con el obji. to
.de que este gefe tomase el mando de la 3.a división.
El dia 31 marchó el ejército en cuatro columnas á reunirse
-frn Quajiniqnilapa: el 2. de febrero, alcancé á la 3 a división en
4os Verdes: pusií en manos del C. Aycinena su despacho de te-
niente coronel y le di á reconocer por gt fe de la 3 a división
compuesta del 1.* y 3 * de patriotas. ¿ Peio cual fué mi soi pr( sa
al escuchar entonces de la boca del teniente coronel Juan Moa-
tufar que no estaba contento con servir bajo el mando del teni-
•ence coronel Aycinena por que era mas antiguo? Yo le hice obstr-
var, que el sr. Aycinena era veterano y él miliciano, y por consigui-
ente debia estar á sus ordenes y que por cierto debia ser asi, pues
de cuantos gefes habia en el ejército, como militar, era el C. Juan
Montufar el mas incapaz. Ele fué mi tercer ilisgusto, pero lodis|,u-
*sto quedó dispuesto, y yo resuelto á no ceder un punto de mi
'auiori lad en lo succesivo.
En de febrero se reunió el ejército en Qu.ajiniquilapa y
3.
ya empecé á conocer la disposición y maíjuinaciones de algunos
gefes, y pfrticularíneni»» del cort)nel Dominguez. para que yo se-
parase de mi lado al teniente coronel Cantillo. Este gefe y el
temente ViHaseñ )r eran los primaros oíii iales que yo había le-
liido cerca de ¡ai, y en la espe lición de Chiquimula habían me-
recido mi aprecio y confianzi: y al toiiar el mando del ejército
en ^¡rcijn-.taa 'ias tan difíciles, ¿ no era natural y de toda net e-
sidad y ju-itici» que yo me rodease de oficiales que ya conocía,
y i'odia con-ii leían le-lc Im^to com' afectos á mi persona? / í'ual
-bcnil la a^iíacun ^ dü^jcouñausa Je un gcíe al luuitti' al ¡uauú»
15
tée uh ejército, cí»r) etriial no liatja (eniVIo jarrfrí! pT irerrr coniscf©,
si se le impusiese la obligación de itUi&r | cr sus 0)i claiale* á l(S
ofif ¡ales que le designase un gobirito, y murbo nurcs un píir-
ti'Jo ? Los que conocen la autoridad (|ue esinhrrinlc al cargo de
general dp un ejército, su responsabilidad á la níicion fcr la mas
;nifninia falla en su desempeño, la rr.-er\8 con que d bcn corier
»us |>lancs de operaciones, y la necesidad indispensable de que los
conductos por donde liaii de maichnr s-us ordenes merezcan toda su
confianza, no podrá d(jar de ronsiderar intinVí^niente unida al cargo
<d<" general en gefe, la facultad de elegir para sus '.judantes á los
fifuiales qi;e inerezcatj su satisfacción. l]>to es lambií n confoime
á la practica que se observa en lodo el mundo; y no pueden He-
%arse de otro modo al buen écsito las empresas militares. Y ^i
es'os son principios recoBoci(]os univcráalmcnte, y ellos me guiaron
para mi elección, el maquinar para destruirlos y los medios qu^ se
iian ejercilido al efecto, de que mas adelante me haré cargo, ha si lo
el ,iia({uc nijs monstruoso (¡ue puede darse á la subuidinacion y dis^
ciplina militar.
Et\ la partida de caha-
madruirada del dia dos mniidc una
llf-ría á ocupar el (juapinfil: mas tarde
1 .» división de
salió la
inf;uil(iía á las ór'ipncs del coronel Irisarri para aquel punto, donde
fie incorporó la caballiría á las ói^denes del coronel Valdés vin¡.
eiidn del Valle de Sta Ho*;», En la trirde del mismo dia se está.
Mp( ió en los Esclavos la 2.a división de inf<nteríii á las 6r lenes
tlel coronel Domínguez, y la I » decaballeiía al manilo del ma^or
Espinóla, quedando el Quartel general en Quajiniquilapa con la
3.a división, el parque dr artillería,
y proveduria. D< >de el Gu.i|)i«
.rol hice salir un correo pasando por hi A»cicu;ilp.i á (Jliiipiiinula
con orden al coronel Perdomo de ponerse inmediatamente en mar-
cha con toda la fuerza po-ible paia Miía Sta. (^aiharina de oeu-
p; r miiiiarmente aquel ¡.unto, observando el camino de Jutiapa y
poniéndose en comunicación con el cuartel genf-ral que se e>table«
trria del 6 al 7 en .falpaCigua y permanecería algunos dias.
El dia 3. lodo el ejército se niiso en marcha |)ar;i «d Ora»
toiio. El cuaitel general alcan/.ó la I. a división en el Guapinol,
allí se me presentó el mayo» Espinóla quejandosf^ de que la ca-
ballería de su divi'-ion. que habia ido de abanzarla el dia ante-
rior, no habia regresado, no obstante de haber enviado dos vccei
vi\ ayudante para el efecto: que el coronel In-irri no pe había
dignado contestarle sifpiiera; v liabipndr)me iníormado del hfcho,
nii' dijo el dicho coronel Irisarri (¡ue á su llegada á Guapinol ha-
bia dispuesto que esa caballería' pa'íase al Oíatorio. !o que nve
ñuiyiQudmj muchísimo, obacivuaUo 4ue .su utovimitiiUt .t^ra btO-
T6
,o1-)jeLo y que era e^p^ner m'''PrnT)lpniPnte «10 raTi^ilIos S r]o=: Tpgnflt
dc-l caiiijjo p.)r cannus laii piidregosos, iiiuiilizando hombres y ca-
ballos.
Eii la tarJe del 4 se establerio el ejército rn el Oratorio:
mi primara mindar ocupar la p.tirnera altura
disposicioi fue el
qu'í se oreserita al salir del f)ueblo sobre el camino dp Jalpatagna j
pero habiendo el coronel Irisarri reconocido mas allá el tprreno,
1113 dio avieo que el punto conocido por el notnbre de la Leona
era ventajoso, dispuse que fuese ocúpalo inaT-dintam^nte por la
1.a livisio y a la llegada de la 3
1, al Oratorio pa«5 al misn o

panto de Leona, la 2.a ¡livision dejando la caballería en la pri-


la
in ira posición inJicadí: en la tarde pasé á visitar Ias abanzadas-
j pero cual fué mi sorpresa cuando hallé todo el parque, tanto de
pertrecho con:) de víveres, en marcha dfsde el cuartel general
para situarse en el mismo punto abatizado de la Leona: ? inior-
«lán lome del notivo de este movimiento supe que se rjccutó i)or
orden dada por un ayudante del coronel Iri>arri; mandé inmedia-
tamente que solo quedase la proveduria de la 1.a y 2.» división,
y que el i)ertrecho retrocediese á su primar punto; pues ademas
de ser una dispo.sicion antimililar. estaba en el momento el cam-
po ardiendo á la misma orilla del Bivaque.
El dia 5. me informé de que los enemigos ocupaban &
Jalpatagua: determiné marchar á hacer sobie ellos un reconocimi-
ento; y para el efecto mandé que al pie de la cuesta de la Leona
•se reuniesen las dos divisiones de caballería á las órdenes dr-l
..coronel Valdés: que la 1.a división marchase á 500. pasos, y á
iguales di-taiicias las otras divisiones, llevando el parque en el centro
jde la 3.a y en esta disposición marché con la caballería fi la
;

Vanguardia Al llegir 5 Tierra-blanca mandé hacer alto, con el fin


de esp' rar la infantería, y tomar otras i]is|)osicione3 d^ marcha,
haciendo pasar á la vanguardia el batallón de llanqueadores, por
•€r>=iiirlo asi la naturaleza del terreno. En e^te intermedio se apa-
reció el mayor Niital, mas tan sobresaltado (jue apenas pudo arti-
cular las siguientes palabras: hm^ novedad, ^llí /'stdn. A poco apa-
.recieron dos soldados, el uno sin fusil, diciendo que los salvarlo-
renos los habían corrido, y f|ue otros dos compañeros quedaban
prisioneros. Incomodado quise aveiigu.ir, <!-> que urden haoia pa-
sado el mayor Nistal delante de la guerrilla de vanguardia, y de-
puré que de o; den del coronel Irisarrí iba dp aposentador con
4 soldados. Ecceso d3 la loi'i)eza y de la zapatería! ¿En que
¡

cabeza bien organizada pu^de caber la idea de enviar un aposen-


'tador marchando al enemigo y delante de las guerrillas de un r-jér-
icito eu campaña? Esta aasc Jota parece increíble; pero ella es u»
17
tierno nVrfo é iniliulnhlp, y cH una Mea <3e lo esfrnso<; que son
kj« coiioc imiefilo> militares de este gcfe, y délo que juiede Cí'pe-
r;i:se de ellos: un cubo que hubiese miuidado 4 honibies en cani-
fiiiüa no hiibria incurrid) en tan tnongtruoso di>p&iale.
Yo nie trasladé en seguida á la abalizada y á poro rato se
tnf" condujo á ell.i un indio ''lue nic iiiforiiió de Cju-' en un lra|ii( he

6 un cuarto de legua estaba un parlamentario: ¡nmodiatarnt nte monté


é caballo, y delfines de habei cokx-ailo \.<- abanzadas despaché
a' capitán Issasi. mi ayudfinie ron un Cibo y cuatro dragones
i (jiip trajesen á mi pre-^encia al parlamentario, ^^^r tuve á bi< n
admitir en el centro entre la guerrilla y columna de vanguaidia,
esi.ind') á "O paso> de mi estado mayor: y dt-spuea de habtr hirió
«>l (diego del general Merino { Diruinunl'i iium 9.) hize utiiará
10 pasos al p.irlainenl.irio. llamó al teiiKiile coronel Castillo mi
piimer ayudante y secretario y dicté la contestación (|ue compren-
de el { Dnrumento num 10. )

Parlamentario era un sargento, y al despedirlo le dije


El
en voz alia y en presencia de todo mi estado mayor: Oiga V.
al >r. ^rniral J\J uno qur por ser mi primara lomimicttcion con íl
/f tmidn á b en admitir á wfi sargento j>or parhfi enUtnoj pero qiie
til lo sureiivo m permitiré semejante fulla de decoro militar: tni/cí
V. con Dioft ir. sargento Estas pocas palabras es]ircsadaR » ou
rrifi jía, causaron un cntusiusnio general en el ejército, y mi con-
fi.mza ouedó fijada. *
Por anfcce<lentes que yo tenia y otros que adfjuiíí del Par-
lriment:irio dfbia suponer que el enemigo tenia alguna fuerza en
Jalpatagna, y dispuse dcsalojuila inmediataniente. Las divisiones
aceleraron su marcha en orden de coiibate, ocupciido yo la van-
guardia: el enemi¿o se re liió precipitadiiiiuiiic, y al cuarto de hora
ocupé la [daza.
El ejórrifo, según la<: instrucciones del supremo gobierno
federal, no debía traspasar la lim a del Estado del S.dvador. hasta
que se conociese el desenlaze de las negó -iaciones do paz que
rstaban iniciadas; limitan Jornia á cubrir las fionieras del Estado de
Gu-itemala, y teniendo por objeto piincipal cubrir la capital; pf lo
conservando una aptitud hostil y ficil á obrar en masa si fu< -e
preciso. \\ proposito de lli nar estos ol>jelos fue mi juimer pian
establecer mi derecha en el O.;ilorio [ La Leona ] coiur>u< sta de
li l.a división de caballeiía y 1.a de infantería: la isc|uierda x\ <

A--actialpa de la 2.» división de iifanleiía y 2.a de (aballeiía:


y el centro en Gunpinol donde dehia ecsisiir el cuartel generMÍ,
Ja .').« diviíion y el pir(]iie de reserva. Con esta dispi'Si loii que-»
ílaijau cubitiiua luS tamiiios de c.ipilal, y be lo^jiubaia vta*
\-jí

íñ
tejíí (Je quff
si era amenazuda la (íer^cSa po^inn marchar en su"
ausilio tropas del ceatro. r('pie¿, ttiJosP tnioiu-es Id i.sc^uierda
las
al Giiíi pinol para servir de segunda linea: y si h izquierda era
ainenazidd entonces marchaba á reforzarla el cuartel general, y la
tir^recha, replo:^ada en Guapinol, formaba la segunda Imea. Con e<ta
disposicioa estaba también en aptitud replegar f.icilmenle ambas
alas al cuartel gone'-al y en caso necesaria establoi.er mi lintaen
1.1 posioioa de Gaapiiiol. y recibir el combdle. En esta situación
era mas fácil la adquisición de víveres, que se dificultaba mas,
adelantando el ejército; pero debía llevar á efecto mis instruc-
ciones en cuanto á no permitir que sub:'isliesen las tropas invaso-
ras, dentro de los límites del Estado de Guatemala, y por esta
razón tuve que alterar mi primer plan estableciendo por algunos
dias mi cuartel general en Jalpaiagua. Este no puede considerarse
como punto militar en cuanto á la defensiva; p^ro en cuanto a
la ofensiva tenia la ventaja de po !er obrar sobre tres cairdaos,
cubriendo los de la capital y dejando á la espalda y á una mar-
cha, la ventajosa posición de la Leona. Bajo este concepto, tomé
las disposiciones mas activas para asegurar la subsistencia del
ejército, haciendo ad(|uisi( ion de víveres en los pueblos inmedia-
tos: mantuve una atenta observación de todos los caminos por vi-
jias: se establecieron los puertos abanzados en disposición (¡ue no
pudieran ser coiipren^lidos (para lo cual procedió un rec onociniierito
muy prolijo del terreno) y de hacer una ventajosa deff nsa coi tra
cualquier golpe de mano. En este lugar debo aplaudir la infati-
gable actividad del coionel Héctor Hall, y a[jlaudir sus coík, ci-
mientos prácticos para rl arreglo y dislribucion de las tro|)as !iji,e-
ras en campaña. Este gefe que habia sido nombrado mi ayudante
general y estaba encargado de rec t¡fi<ar la colocación de los pu-
estos abtnzados, á cuyo fin marchaba siempre en la vanguardia,
desempeñó entonces el cargo que le esiaba confiado, y ítcreditó
que era poseedor de todo el conocimiento práctico de un ecsc-
lente oficial, y verttadiro veterano.
Deseoso de repanir las tareas del mando en cuanto fue«c
compatible con mi deber, ansiando dar intervención en lodos los
ai^untos que no ecsijiesen una ab-oluta reserva, al coronel liisani,
en su capaciddd de segundo gefe del ejército, y para tribulaile
to la la consideración que bajo este concef)to debia tener, dispu.-e
que sr» encargase de los detalles de la subsistencia de la tropa,
dirección de espias á cuyo fin tenia en su poder algunos fondos,
y de interrogar á los individuos que llegaban al ouaitel general.
En cons''cu''n<i i (le estas disoosjciones me informó dicho coronel
que áo^i ludiviJaos c^ue acababan üe llegar á A¿aachapáüi le iia-
hi^n 8'5pp<irn<!r» qne eT gpnrral M'^rinr» trataría fle f rmnr xaiot
«•uriiio^ de aqurlh s coiiociilo^ por il i-oiiüim; de ri.onioiirios ,\l
ni iiiiPiilo pnc:u{iué alniismo coronel. Ins-ani hirir,-e una notü aia |

el general Merino sobie lo inonsirunso de íeniej ntí oigani7,<ieion,


que me la iras^esc, y yo la mandaría Cí^n ui o de rr is iiyudaiiies
CDHio Pai l'-Miiemario, y al eíecto nomlié al espitan H ii.andez. A
jxiío lifmpu me ir.ijo la noia dicho ccionel. la cu; 1 or ícrniij^
i

D> d c'cri'a, dit-piise que fv copia-e y so rcniilió on alguna va-»


(

riríhid en el e.-):ilo. ( D'Cnntnio ntmi. 11 ) Antes de qut niarchuse'


11' rnaii lez se me hicieron algunas ohser\ aciones para que en lu-
gar de esic iiondtrasr á otro oficial de iiarlanieniaric-; y el que"
nia.s insislió en esto fué el coronel Iris.mi; ¡ero yo esiaba \a
c:i usado de encoiiirar á cada paso oh^ervacioiics y difieuhades eti
rtianlo di^ponia y delerniinado á no ceder nii^s: el í-afíiían Hr»
ri.indez se pu->o en camino á las dos de la tarde con Ui trom-
[•la y 3 dravoiies. Yo qui<e remover ron el iiombrainienlo de
li rnande/, lodo motivo de hahli las; si hubi( ra enviado á un gua-
l' milt co se habría dicho qn»' iratab» d*^ espcinerlo; si la elecci-
ón hubiera recaído en un salvador» ñc) no habría f.dtado quien di»
je>e c|ue era Iraicion: enviaixlo á un mejicano, oficial inteligente,
y que por sus roiiociiniciitos y prote militar merecía ju^ianiente mi'
confian7a y apre..io, creí llegar al ací' no, y evitar di>mist'js.
Kn la noche d» 6 al 7 hubo una pequeña alerta en la
I

abanzad.i sobre el camino de A8acual|ja: á la madrugada se hizo


un reronorimiinto; se di pinó que una partida enemiga rodeaba r{\
acjuella dilección, y di-|use que el coionel II di retorza-e dicha
Bl)anzada: se tctloió ademas una t iibo-.<;ida, y di orden t'Tiiiinan-
te para c|ue en ninguna de las abalizadas se hiciesen honera-» du-
rante la iiuch'-. D'spues de isias di>[)osir¡oiH'> se me pr(Mi;ió-
el coronel lii»arri. observando que Jalpalagua eia muy mal puuío
por lo cubierto y por las muchas seidas que con lucían al pueblcj,
Í-
diciendome sería muy acertado que ic hiciesen por delante de
as abalizadas una* grandes hogueras, lo cual fatilíiaria el ver al
enemigo si se acercaba. Esin proposición de un general segundo
cele d<^ un ejército me cau.->ó la mayor adiniracion y «orjire^a.
K-le fue Klro golpe de nueva táctica, tan diestro como el del
envío del apos'-nlador delante de las guerrillas, ¿ \ quien se le
oculta que f| (jue lleva linterna es visto de todos á larga distan-
cia, y el solo puede descubrir lo que está á su inmediación ? ¿ (¿u¡-
rii desconoce que semejante disposición solo podía servir para in-

dicar al enemigo el punto fiío de las abanzadas, y facilitarle la


introducción en el bivac por d medio de fila!-? Yo le hice es'üS
rtiJecaiuuc6 eü^actb de coiivcactr á ua bumbie ú« Oiáiuiul, y ^^t^x^
20
emó qrirrTnr ^afí's'prTirt.

H -.-iMiiiJez rp¡Tre'?6 'lo Aguí^rhanSm pn !a mañana del


El capitán
7 co'idai'ien lo la i:oatestacioii leí ¿;piipral M 'riño [D numenfo' nin,
lí) V i'f'tirió el n sni capitán que á los Ipi^uas (Ip Jilpatiigua hahia
encontrado una co ii nna ennmjja de 250 á 300. hombres, parte
de ellos montoneros, los cuales contramarcliaron con él hasta el
rio de piz, á donde bolvió á encontrarlos á "«m regreso por la
mañana: que su recepción hibia siJj ni'iy satisfactoria, y le tra-
taron con la dignid.id y consideración debida.
En la misma miñana llegó también al cuartel general el te-
tii"nte coronel Carlos S liazir con 236 hombrps del 2 ° de patrio-
t'ís, mi batallón pre lilecto. ¿ Cual seria pues mi sentimiento al
conté n;)Iar que este cuerpo no era el mismo que )0 habia traillo
£ esta cafíitil le> le Chi;jiii nula ? E itonces esiahí bien disciplinailo,
lleno de entuciasrao y con la fuerza de 416 plizis; y le veía
ll^egar desorganiza lo y perdida la mitad de su fuerza r n tan po-
ros dias. V sin haber e-tado en cam[)aija ¿Y cual podrá ser la
causa productora de estos raa'es ? Antes de mi saüda de Id cani-
trd habia solicitado el teniente coronel Pilona bol-.e- al niafi'lo
de su batallón, y de lo contrario ser juzgado. Lj debilidad y la
iplriga trabajaron de consuno, para arranct-r del Gefe del E-tado
1;> orden pata reponer al teniente cnionel Pilona á la cabeza de
dicho batallón rn lugo- del teniente coronel Culos Salazár que e
V- había organizado, disciplinado, y conducido á la espedicion de
Chiíjuimula. Ei supremo gobierno federal se o¡niso á esta muta-
ción y el teniente coronel Salazar recil)ió mi orden de marchar
con el baiallon á Quajiniquilapa. Todos los resortes se tocaron
rntonci'S, para que los pínnotas se desertasen del cuartel, y se
hizo correr la voz de que marchando Pilona irian ellos contentos.
Kri vista de este escándalo, pa^é al despacho del C Aycinena,
al cual hallé muy dispuesto á d'-jar con'inuar .Salazar en el man-
do del batallón; pero e secretario C. José Francisco Cordova. con
gil e-pií'itu entremetido y enrredador supo elevarse sobre toda coa-
si I' r.icion piudente y reconciliadora, y con las voces [loaiposas
y
p.ri lixto frivolo do que la dignida 1 del gobi tíio del Estad ) ao
permitía derogar lo marid do á cerca del C. Pihiña. y otra? soñs-
teria-i, consigaió t]ue se prefiriese al ínteres común, el m il entendí lo
d 'oro del gobi'^rno, por que el gobieino nu a ajjarc'^e mas d'.^,-
i

no 111 mas resijetable que cuan lo hi;e el oien gf^n'Tal, y con i-


g 1 triuiifir hasta del misno decreto de la A.saaibiea

de 27 de
di mbre del año procsimo pasado
I

Dfsecso !" !f al in¡s ^ iial-""n \vv- orgiaiz^iion linn'tiva


,

Buiívitc ut-i .0> G^íe üci Estado loó ticapachub de capiiaiicá para
51
%n "TiPiiÍPíffipfl T^toTí»?, Je Tsyuc^nttí mayor pa-
y Comnílanoí y el
rí» el sr. Bci<;ldrreclie;
y que •^e
espidifseii los despachos p;ira
los de:Tias oficiales que no los tenian, pues era urgente que orsis-
tiesen en su podtT estos documentos antes de marchar á campa-
ña. Intervino eti este negocio el secretario Corduva, y nada se
ron«iguió, aunque el mism.j gofe del E^ta(io me aseguró que los
despachos de los srüores Monge y Cornollanos estaban espedidos:
pero el hecho cierto es que llegaron sin eiJos á Jalpalí»gua.
T mliien Nolicité del mismo gefe q^ e diese su orcleti para
que se incorporasen en el batallón los individuos de el (jue se
l.,illiib;in en el dcpo>ito. puesto que serian reemplazados por lo»
(|iie qneriiban enfiiníoti. por resultas de la es|)pdicion de C'hiqui-
niiih; á mi presf-ncia se dio la orden al secretario ('ordova, pi ro
tilda se hi7,o. Ki ini-mo re^ultaiío tuvo instancia <|ue hize
otra
pirn que ^e diesm del almacén los taliees y caiies que faltaban
¿ vario-i individuo^: á mi [)rpsenria se dio la orden al secretario
C ordova y t.jmbien f|uedó sin ef-='Cto.

K\ momento de montar á caballo para mnrchar S Arraznla


rnn mi '^stmlo mayor, vino á decirme el tantbor mavor del batallen
que si vo diese la orden al sr. Pilona para reunir la gente, todos
se reunirian Indignado entonces al ver tanto einndo y criminal
intriga, reiifié la orden, por medio de uno de mis ayudantes, al
ttiiiente coronel Salazar, para (|ue man hase inmediatamente con
fl liatallon de su mando y venciese con las bayoneta? cualquiera
f)po«iíion (|ue enconiiase. Al llegar á Jal|iatagua supe la esten-
tcnsioT) fi t|ue se había llevado este asunto, y las vivas contes-
t.iciones que habii<n mediado entre el supremo gobierno federal y
«I dfl Ivtado,
y que al fin habia triunfado e?te, 6 mejor dicho,
f\ capri< ho y la temicidad del secretario Cordova. Calculen los
hondues reflecsivos cual ícri? mi indignación al contemplar esia
situación de un batallón en que yo ti'iiia fijada mi confianza, y
fl cual (como me dijo ej gr. geff del Ksiado al encareaime ddl
niando del fjército ) era el (|iie d'-hia inspirar i los demás cuer-
j
n< Hfl ejéicilo, el aprecio y confianza qie el me dispensaba. Ya
Ve ia ílesliuida completamente esta confianza, por las iniri^as de

j iriido y las maldades del secretario Uordova; contemplaba al sr,


Tiliña un iiisiiunif lito secundario de este, y destituido de conocimi-
eiiins militares, de los nobles sentimientos (¡ue caracterizan á ios
biK «os soldados, y hasta incapaz de ()resentar ideas cohordinad; s;
c. nsidí raba cuan nocivo era arjucl accidente s los intereses co-
munes, cuanto perjuilicaba á mi proposito de obrar en 'u rlf fen»
7 1 V en d:iño de sus enemigos; y como era natural. Ile.o mí
iiiiiaciou y uiüiiuiciUo hasta el iiuiiio de prukiu' á pieatiitiü úú
F
«2
.tni esiaJo m?^yor y íel coronp] Trisarri, qnp e! sr. Pilo^'í m? pfsrwf^ría
el desorganizado el 2 o de patriotas y que si el tal .secre-
hciber
tario Cordova estubieso en mi cuartfl general lo mandaría fusilan
y asi lo (lije también cíi rarla fecha en aquel dia [ 7 de enero ]
al sr. íreft' del Estado Mariano Aycinena.
M
hf ocupado de. es*os [)Oí' minore* por que el coronel Irisa-
rri. en su parte al gobieino del Estado sobre lo ocuirido en el
dii 9. en Jalpatagua, (cuyo docuaieato no coincide con el (^ue
,
dirigió lospues al S. G F.) dice, que et mism'> coronel Peiks
$p hahia espresado contra el cnnnndante Pilona, anunciando qiif lo
fitsilafia si se. presenl/hn eu el cunrlel general y que si e'-lubirrn el
ejército en Guafemnla fasilana también al secrtlano del eobiemo
del Etado. El hoclio pasó con la esactitud qur* yo lo he rt feri-
d ), y lejos de e=itár arrap^riti lo de hdjerine esjjresado en aque-
llos términos, sabié en todos tiemi)os mantener lo que he
dicho: y parí col no del ridiculo boy á referir ana anécdota muy
al caso. Cuando el sup^omo gooierito había dispuesto la reorga-
nización del ejército, se mandó que dos coraiKulias del 2.o de
pairiotas pasasen á ser pirle del l)atallon de flanqueadojes; lo que
produjo un acto solemne de insubordinación, pues las dos compa-
fiias se desertaron de su nuevo cnarttl, manife^taed > (|ue no (jue-
rian hacer pirie del referiilo batalloa. y se ocultaron los indivi-
duos en diferentes casas. El supremo gobierno federal (¡uiso ha-
cer un ejenplar, castigando á estos individuos, para mantener de
eite modo la disciplina militar, y evitar en lo sucesivo la repe-
tición de semejantes escesos; ( y por cierta que si el gobierno hu-
biera podido llevar á efecto su designio, no hubiera acaecido la
escandalosa rebelión del batallón en 6 de enero) En la mañana
c]el doningo 30 de diciembre se reunieran en palacio, en presencia

d( sr Presidente, el gefe del E-t>fi), su secretario, el brigadier (Jasca


1

ra, el coron'd Irisarri. el comuidante Cor tova y alguno'í otros y habi-


endo to nado en consideración la ocurrencia, hubo una altercacmn bas-
tmte viva entre el coronel Irisarri y £"1 í>Pcretirio del Estado; el
prini. -ro manifestando la necesidad de mantener lo di-puesto y de
castigar severa n-'^nte á los delincuentes, pues de lo contrario no
se p'idria establecer la disiplina tan iivdispensable en un ejército
nacie'ite, pero todo, como de costumbre, fue refutado, desechado
y enredad por el secretario; y na^da se resolvió: la sesión se ter-
»

minó con el provecto le forra ir tres bitallones de lo> dos que


ec->ist¡an de patriotas, derogándose lo mandado en cuanto á la agre-
gación al de Hanq lea lores. \l salir de la habi'acion del sr. Pre-
sidente, lijo el secretario C )r lova: ..el sr. Insarri conoc-rá la
aiiu j 'j.ijjí dü lu b^lsj, de Ljiidr&s; ptro ea lo inililnr no enli-
S3
'««/fe nn^n, y mvchn'mfvns, lo qiie rotiv'eve fn Clvpfemnla.^'' (^u6 ^

t;il!
y por nuiyoi gracia. haMíu d( yo bi ccici.d liii'i.iii, «n ln rhs.
riia tardo, en el c< rrtdor de fifilbíio, tibie lo n'i¡< lo c,»je h&l la
dispara ludo y enrrcdado por la m; faiía ti sfcrttcirio. me dijo: es
espíritu maligno,
Llegó en la misma tarde d( 7 al ruiinel errifral el teni-
1

ente coronel Fulgencio Morales. Eflegde hihia isiado con n'igo


en la e»pedirion de Chiqtiimula, y ct nociendo ?ii zelo y artivi-
dnd, escrihí al -upremo ^ohicrtio desJe Quajiniqui'apa pidietidole
que me lo enviase, con el bjV to de pon» r á su cíiI'íí^o el parque

y ec|uip>aje«. ptn 8 estos se hall; ban en «1 mci)or de-nrden, f)f rju»


cJicaiidose el erario y agolándole los rrciirsus del ¡ais. A la lie-
gala de dicho gete, se le dió á reconocer por comandante gene-
ral del tren.
l'ar.i cnrnp'ir I;ís ord^ies qne el supremo gobierno me ha-
bin rouiunirado. y dc-icoso tamljieii de entrar en una esplicacioo
sobre la última ñola del general Marino y can^e de los prisione-
ro-., tuve por convcni nlc mandar á Aguaf liapán» un parlamenta-
rio y nombré al eficto el lenienlo Miiiuel Garcia Granadfis (jue
con un lrom|)eta y 8 dragones se puso en marcha á las 9 de la
nmñana del 8 de febrero llevando un pliego para dicho generaF.
{ Ü irumenlo num. 13 )
En la mañana, y entre onze y dore, se previno en
misiuí
Ii orden general del ejército cpie la revista de comisario se pasaria
al (lia siguiente, á las seis d- la nmñana, y fueron nombruflos
inlerventores para la rabaileria y arlilbria al coronel Irisarri y para la
iiif.inteií.i al icniciite coronel Fulgencio Mtiiles. A las cuatro de la
iirdc. í'-t.tndo yo á la mesa con mis ayudantes de servicio, se me
présenlo un dr.igon diciendome, cje pa.le del capitán Pinol c|iie
s" hallaba de ab.mzida >obre el camino de Agu;icli:)pá(n,
(pie se hibi.in avistado los erremi-gos. A pocos momentos se
ni" presentó el coronel Insairi. con a'giin otro, ( sin aquella, san-
gre fria y serenidud que debe obstentar urv gefe verdaderamente
militar para inspiíar valor y confianya á sus subordinados ) y me
di|o; ¿ gue hny ? Yo le contesté purore qne se hnn aprncsima'lo
los etiemignu Me re])Uc6: ¿ i/ que hitcetnus ¿ Le dije: he dispuesfm
(jite mi nyiffanie de cnnipu Tumos T'thnr baya á la ahamadn ame-
iKizuda á circunstanciar el parte: que el coronel H/.ll xnyn al nns—
mn punto con 100 honibret dfl reitn. y que la caballma monte
inmediatamente ñ caballo: luego vinmos lo qut conviene hacer: nada de
xarrullo: cada uno baya á ocupar su puesto, que á bien que l<>9
ciit-rpos es'án fobre las armas pues es lo hora del tjttricio. (.\)í\
esto >e retiió el toi'uuei Lisuní, dicienUo que íóo á lomar su cho^
culale.
Í4
Yo qni^o rpeono^^er. fjor mí mí<;mo, i?uaT pra eT movimiento rTrl
en tni^o y -lU íu m-zj, pira resolver con el df-biJo cotiocimiemo l3
qu'' (Jebia ejecatar. y al ir á rnintar á caballo con esie designio
•envié á decir al coronel lisirri <|ap se encargase del mando le
la pl^z» y que no permiiiesese moviese á lo e-leí ior ni un cabo
y cuatro honbr^'S sin ^ni orlen; pero al inisnio tienipo me dieron
ahiso de q le habi;i un {)arl iin^ntario. y inn idé á tni ayu lante le
canpo el lenienic ñ>r pira que lo coniluje^e con los()j'>s ven-
Villa-i'
da los á mi aloj.iinienio \ poco ralo se me dijo que fí paila-
nvntario hibia rehnsaílo ser rondici lo con lo>i ojos vendados pu-
esto que en Aí;ua h.'.párn se hal)ia reí ibido al cacitan Heiiiandi. z,
mi ayudante, >in esa formati lad, y con toda la consideración y
aprecio po-iblc: ei tales rircunstanfia-», mirando de una partí' á
tin acjriar los ánimos cuando se trataba de paz. y ríe otia á <vi.
tar que el parlamentario se impusiese íle la situación de nue-tro
campo, monté 4 cabillo y pasé por delante de la misma abin-
za la á recibir de minos del parlainenjario el pliego ( Documento
liíím. 14.).' y en seguida dispuse que mi ayudante Vdlaseñor y
-el gefe de dia esperasen un cuarto de hora y después condujesen
al parlapuenlano á mí alojamiento sin vendarle los ojos. Esta de-
mora teñid por objei© el disponer, en psle tiempo, (jue las tio-
pas f.ie->en colocad is en términos de aparentar una fuerza muy
superior á la que realmente icriia el ejército, y á este fin di las or-
denes convenientes, que fu'^ron eutnplidas. También dispuse que
riis ayud;^ntes Isassi y Hernández rodeasen de coiitiimo al Par-
lamemario, que le pi rmiliesen hablar con cuantos crficiales quie-
sicse, pei'o oyendo siempre sus conversaciones. Kl parlamentario
era el capitán Carrascosa, que cenó á mi mesa y al romper la teirt ta,
con la idei á<^ a[).<ren!ar mayor numero de cuerpos previne que
cada tina de las bandas toca-^e dos vtces. A las ocho y
tí)"Jia de la mi^mi noihe le entre2;ué mi contestación, ( Dncu-
cunfrifo ninn. 15) y ^alió de micuariel general, arompañado has-
ta un cuarto de legrua mas allá de la abalizada por mi ayúdame
-I-.issi y cuatro drag- nes.
Eti la simple r ferencia de este suceso y de las circun.s-
tancias que le acompañinon, resalta mi zelo. por mirar á cuanto
crei conveniente a' bien de b R,(| ;út)lica, y á imponer al ene-
migo, ól niisnu) tiemoo (|ue le obseíjuiaba. por qne tina cosa es
la saña, y otra la urbanidad déla campaña Se ha dicho sin em-
bargo, con una n.t'Mia falsedad que yo hable en secreto con el
p 'ilcimentirio y lo aquí ha deducido la male licencia sospechas que
.nunca mereció la integridid v pureza de mi comportamiento: píx^smín
«e.u.ld .jpotei>i de Uabcr adulado ca aecieio cua ti pailüiuealuiiu, ino
•5
#nTi mis sii^orÜna Tos fn^ »jit# po'l¡^n Jr ^^•ír im ear»n Cfínfra mí:
r ' íf iirral en g'fe. solo al í-uprrmo gni'iciiio cotn|i( tia
II ) sindicíir < 1

rrii coiiiluclii y a mi ei darle cvietita fie mis operaciones. Mis pala-


hr.is con rl parl,.mcniario en voz alia, rjuc las oyeron varios cfi.
ri lies do mi catado mayor fueron las siguientes: ,.Stñor capitán: di^/%
U. ni (if'ii-rfil Merino que fuhj ec^ijo de -ti T' ciprucidad de houor y dig.
ni'/'id: f/iie ti ejérritn que tcn^o Lt honra de mundur. es <! ejército de
ía ff(leraci<in: que mis inira<< if mis esj'arrzos svriipre Ferán CDulruhidos
al hien generul de ¡n Ripublicri: qnr mi un co anihuion lonsuleen
poner ol frobnrno fideral en aptitud de dar la pnz n lodof, sin
que il l]>~ind') de Guativiala se subrrpon'^a ai dtl Saivudor, ni
ei drl S'iiiddnr ai df Guotiv.ala: y asigure á su gene ful, que U
este fjírrilu nunca seta el instrumento ríe un partido ni se contra-
fura á zenfr<inziis de pasiones mi sqinuas, ni de rescntimirntos par—
liiulares; puts liójo ei^te coviiplo fie iicíptadu ti nutndoj y me
di sprtndriía de él ti m
instante miftno qne se prelendiira dis—
Iriirriu del grande objeto expresado. .^^ Juzgue (I universo, si de
l.des rspHsionis, di» has juiíe le>ligos (juc j'Ufden depo-
ji'r (le su iilrnliil-.iü. Ii.iy razón para drduciv scptclias. La in-
tiig-, la niidií feo. ol e!-| irilii de parlido, la ahsíjlula ignorantia
(!'• las leyes tnililarrs, sol-re tí)dü la coi. fianza en la iiiipunidad,
lili) sillo l.ii causas pioJuctoras de la ej-candalosa rebelión contra
fin auloriJid, y f|iic me llevaron al caso de cumplir lo f¡ue ha-
bla dii ho cu el dia aiileriur al parlamentario, rtnvnciur ul mundo
til I tTi'rci'o.
(lesptips de haber'^c
l*i>ro retirado el porlameiit;ii io vino á
Vf^rme coronel Iri--arri. le impuse de la com\inicacion del Gene-
(I
ral Merino, y me manifestó (|(ie seiia muy útil movev las tropas
marchar adflantr: yo le ilije c|ue tenia intención de hacer
vn fuerte recoma imieíiio {-obre el ri.tlnnar y sobre Conguaco, lla-
mando la atención dfl cneii.igo por aHibo«> <:ari:iiio'>; pero se pre-
sentaba la i!ifi<:uliad de los víveres: y f|uii el moreliar adelante no
pndia ser, lo I. ° [)or ijue mis in.-lruecioues me impedían traspa-
,

sar los línites del E>>lado de Gual' mala hasta vt r i\ resultado-


de las fiegticiaeioncs de paz tjue estriban pendil ntfs: lo 2. ° )7«r rjiic
1 1 tropa Rulo hal)ia recibido tres di^is de prtsl, y apenas existiarv
mil pesos en la lesoiciía, y mar' liando el cjérciio adelante se
retiasaba el percibo de los co<idales c|ue y;i eslaban en Cíimiiio:
3 " ipie no hibia pertTeeho p;.ra des a» cienes de guerra, fiitstO!
que en un pais tan cubierto se f|ueman nnahos cartuchos ames de
poder reconocer enemigo, y dirigir con acitrtí»
bit-n ia pfisicion del
í;is cnUmnas sobre y por con-ijnieiite era forzoso esperar las nii»-
él.

auiuu«;.s, <^uc ya habtaii sali(!o de la ca^ilai ^aia el rjéi«iiot


G
26
lo 4.° q'je para rnircliar alelante era necesario ascgarar vive»
res por cuatro ú cinco ilias, lo que no dejaba de presentar difi-
cullaiics eii la escasez que ospRri:nentabí>mos; y por ultimo que
no po'ÜJ, ni debía ui ;vciMje intf.'riii no se supiese si el coronel
Perdomo hahic ejeculado el movimiento que se le habla p;-escrip-
to, lo cual entraba por Vaacho c¡i el f-.lan de mis opeí aciones.
El coroael Irisarri aparéalo qi>Gdar sj.LisíccIio de mis reliexioi^es
y se retiíó.
Mientras
el P.vilammtario perma;icció m nú alojamien-
to, el capitán ['iíT)! conin lauto de la abjaz.iJa, sobre el
catnino de Aguacha paai rae eaibió á decir ¡lue se observaba una
fuerza enemiga cono de docianlos á trecientos boriibrcs sobre
un cerro á una legua de distancia. Con esta noticia man-
dé un ayudante á circunstanciar el parte; y considerando que
rl Parlamentario piodia haber traído el objeto de [iroteger un mo-
vimiento, dispuse (juc el 2. "^ Ixitallon de line-a al mando del coio-
iKii Domínguez fuese á bivaqaear á na llano, (jue hay á la salida
del Pueblo entre el camino de Ahuacha[)an y el de Conguaco, el
cual tiene á su frente el rio bastante erizanjado, A las 9. de la
noche ocupó dicho gcfe esta posición, siluandose de modo que
podía auslliar á las alaanzadas de ambos cam-inns, y teniendo en
linea y sobre su derecha el bivacfuc de la primera división (ie
caballeria: y como por la mañana debía pasar la revirta de co-
niisario. tanto para esto, como con el fin de que se ignorase el
punto que había ocupado, le di orden de tjuc se retirase al i'om-
per el illa.

El las seis de la mañana etnpezó la


9. á caball,?ria y Uv
artillería pasar la revista de comisario; peí o á l;is 7. se pre-
á
sentó el coronel Domingue?, reclamando á noaibie de algunos ge-
fes de infanterin la injusticia del nombramiento del teniente coro-
nel Fulgencio IVlor:iles, en atención si que era graduado solamente:
yo estaba dispiucsio á que intervinirmse en todo el tjército el coronel
Irisarri, ó á nombrar para la infatitcria al coronel Héctor Hall; mas
resultaba la dificulta] de que este ultimo no conocía bastante-
mente el idioma castellano. Y cuando el coronel Domínguez me
dijo que los gefes creían c|ue.cl non;bra'ii¡ento del teniente coro-
n.el Morales, lo mismo que las órdenes que se daban contra loa
gefes citándoles la ordenanza, era obra del teniente coronel Cas-
tillo mí primer ayudante y secretario, y que ellos estaban reuni-
dos en junta para representarme que lo separase de mi lado,
se resintió alta nente mi natural delicadeza, pues el juzgar que
mis ordenes y providencias onaaabín de mi secretario, era •su-
ponerme inepto para el cargj que ocupaba, y dob.iluit;ule proati--
r
27
tuiJo al c!i>ponrr un su? alterno; y í-i yo ire ln;l)irrfi con-ide-
(íe
raJo tal, no habiia aceptado el numcJo. Cuí por tai. lo oíendiiia
mi reputación y despedí al coioficl DcniingiKZ tücifrdole que
se cíluhifjso á lo diipii€>lo y fiíladididole me ita á c!{ jai- timan-
do del ejército para no tratar con licnibres que qi rrian dame la
ley, y no eran di}¿,nos de ¡-er mandados por un ini litar de honor.
El noiiíljrsmieuto del t( nieiite roioüel Morales ^e liizo con-
forme ü la |)tactica seguida en este país de ¡¿er inteivcntor de tales
^clcs un gefc suelio y que no pertenezca á la n.i^nia arma: pudo
haber en Calo equivocación, pero no malicia: y debo decir en
liotior á la vordad. (¡ue nadie me inJ'.jo á tal iionilíranuí nto, ni
aun por uirdio de l;i mas ligera enunciativa: él fué obra toda
Uiia, y tuito su origen en haber ya desrmpeíiado el mi.-.mo lenicMiie
coronel Morrdes otro acto igual en Guastatova. Entonces no hu-
bo la n»a> leve oposición y yo estaba persuadido de que lo mis-
mo oconleceria en Juli'atagua.
lln cuanto á la üb>erv.icion q"ie se me hacia de que en las
orlfíics al ejército se citaba la ordenanza, debo manifestar, que
esto se hacia en viitud de una orden del Supremo Gobierno (Do-
cimienlo nurn. 16.) y era adein.is muy fuera de pi oposito la sen-
ssil.diJ.id (jiie .<^obre este punto maiiilVstaban lo.s gefes. Vo estriba
iiirditando insf rlai* en la orden varios artículos de la ordenanza,
y diir iaslrucciones relativas al servicio de las abanzadas, y exi-
giendo que los oficiales y los sargentos tubiesen en su poder una
Copia de ellas. Asi fié preciso hacerlo en la división de Chiqui-
mula. y no er.i menos necesaria stmcj;mie medida en el ejercito,
Iior quecuerpos de patriotas, aunque compuestos de oficiales
los
Itnos lie de palriüliitno, y de en'u^-iasrño militar, no te-
valor,
nían motivos de saber lis con jciniir^tito-; preiiaiitiar='s de sus debe-
res, y mucho meno.-. los del dies d' servicio de cain[)aria: Asi que
1

el instruirlos por Hiedio de las órdenes generales al ejército, po-


di hacerle, sin que por el!o se creyesen ofendidos los oficiales
t

V( ler.ino*, los cuales debían conocer, por que esto ern muy obio,
que las tales órdenes no teman por objeto el instruirlos. Sobre
lodo yo no hice mas que cunqilir las órdenes del Gibierno.
Cansado al fin de encontrar á cada paso, contradicciones, dis-
gustos, V pruebas inequívocas de desconfianza, me resolví á dejar
el mando del y dirigí al efecto al coronel írrisaii la noia
ejército,
«pie • {docuineuto número 17 N exponiendo en ella mi
comprende el
iiiieyícwn de dejar el víanlo á las doce dd día. y de regresar á
la capital en la misma tarde: Dirigí dicha nota al coronel Irisa ni
p.tra saber si estaba llano á encargarse del ntando del exéicito,
}jueá en ei caso de escusarse, lema que dejar el cai^o al áeíor
M")-»sl IVfTi^ítír porsef el cnmnr^} m-í? antlgiio, que tTim''iÍpa
po ln ne^'ir'íe á i ! rritirlo, alegirxl> la inciTipatib li Jad del mando
directo de Icis tro)i3, con su empleo de laspector General, y yo
qjeria teiíer es.>3J^t^ el ca.nini"» para la dimisión sin que se
p-TJn ücase el sp''v'í::ío. E «e^ui l.i dispuse que un
i oficial y
25 divi^ones federales viniesen á tomar mis órdenes, pvies
era mi int^nni'i .jae ía
i mil;* J de esta fuerza pasase inme-
diatamente al Onttnrío para servirme de escolta, ios cuales lle-
vando ru:itro horas de anticipación á mi salida del cuartel General,
estarían, cuando yo lle.^ase al Oratorio en disposición de seguir
conmigo á Cuijuiiqnilapa desde cuyo punto seguiría yo, con solo
mi comitiva á la capital.
A poco ralo de haber íliritri lo la espresada nota al coronel
1 isarri recibí un papel del coroin Domínguez en que me avi-
1

saba que su división esiaba formada y pioiita á pasar revista á


cuvO fin epppraba a! Interventor: Yo le contexté ccm mi ayudante
pl ca|>itan Tomas Tobar que en aquel nli^mo i;i.-tante iba otro
ayudante en bu^ca del Interventor, y que entre tanto permane-
ciese formada la tropa. A pocos minutos llegó á mi alojaniienio el
teniente coronel Morales, y reconvenido por rai, por que no había
esta'io pronto para la revista de comisario, escuché con sorpresa
su conter,tacion que fué reducida á decirme que no se le haliía
comunicado la órJen, ó mas claro, que se le había ocultado. Yo
le previne (pie fuese inmediatamente á pa>ar la revista, y marchó
en efecto al sitio en que conforme á mis -ordenes, debja existir
formada la división; [)ei'0 cuando llegó, ya el coronel Domingiu z
haltia hecho retirar la tropa y pue-)io las guardias pues su di-
visión entraba de servicio.
Al advertir cuan escandalosamcr.tc se dc^obedecia una órdert
ffM-mal, y que el coionel Domínguez era el órgano constante de
las disposiciones de ujia facción de cuatro ó seis indivi'luos, y el
fcugeto elegido ¡¡ara que se pusiese S la cabeza del partido, te
mandé llatnar por uno de mis ayudantes, y después de haberle
reconvenido severamente le añadí que iría en calidad de arrestado
á la capital, para dar cuenta al Supremo Gobierno de su con-
du'^ta, quedando en el acto arrestado en el ¡principal. E>te gefe
obedeció mi órd^-n, y dio á conocer por comanda ule de su cuer[)0
al mas antiguo de los capÍLan':'8. Al momento dispuse que de la
partida de caballeiía que había venido para mi escolta saliese
iuniediatanienle un oficial y 13 dragones para corKlucir al coí'onel
Domínguez á Guate^uila. Eu seguida se presentó tn mi aloja-
mi'^nto el coronel Irisa rri se impuso de lo ocurrido y se retiió
iuaicdialarneute á su casa doüde eáiaj^cun en junta vaiios ^t&^j
•2»
l>nf ^n vex (fe hnTtíirse í Ta caT)Pzn efe sus rnerpo». esfalan ya
rfijiiiii).-, lio ei» CDiivir.acioii para hacer un r< clamo, iino paia
ir jiiiilo-> á mi alojumie-nlo ( crejf ndo ac;iso im¡ioiU'inie ) á «xi^ir
(It-mi conlcsccrulenrias |ioiji)dicÍ8les al orden y disciplina militar,
íi(¡ue mincii accede un Gcfe que aspira á llenar sus deberes y
á que triunfen las armas que se le h;tn confiado. La vic'oria de-
peufle de li fuerza, y sin discijjlina y ^ubordinaticn la fuerza no
cxisie.
Re-iili;ido de que presidió el coronel Iri^arri. fue. que
la juntjr
cnnnd > e>t.<bK á su desuno el eoroiK
f)í\ra miircliar Dominguez, I

s<' présenlo íi mi puerta el coronel Irisarri, seguido de los seííorcs


M miufi'.res, Aycineiia, Jo^é Vhcnle Garcia Gianndos, y los demás
Gvft's d*^! cjt'rrito, csce| luando unos pocos, y haliicndoles y)regun-
li lo {|uc se ofiecia, me coniexió el coronel IManuel Montufnr; La
lihtrttid (Ul coroi.rl TJjimvsuez Yo le contexlé, el coruntl Dumiri'
giu: va pie^'i á (Jiuiiimnla á llar cnentn de su conduela El co- —
ronel Mi)iitiifar repuso: Pues no marchará. Vo volví á rontexiar —
cr.n fnmíZ.i: Y U. ira también cun el coronel Domm/iiiez. El r. í"

M'jntnf.ir contexto: oitdtceré, soy so/dudo. Entonces liahlaron varios


ofi' ¡ales, y el coronel Jris rri dijo: Ao Si ñor. ua miirthnrá. otro
dijo, iremos lodos. El tenienlc coron' Juan Monlufar, dijo acer-
1

tándose á mi; El que irá preso, ú seráfmHudo es U pvts se sabe


ludo. \jV impuso silencio con la mayor energía y aun dureza, di-
ciendo m
-egui.la: ¿Con que se me desobedece! El coronel Irisarri
C 'Utextfi; Que stmdo niihlarcs del E^Utdo un cflubrin suptlos ala
J'f.li ración, Kl Si Tior Aycinena lomó la palabra, y me reelamó el
im!n!)ramientü de Intervt ntor, liaeiendo algunas ob>f rvaciones tn
cu.uito á las orJetjCs citando li ordenanza, y diciendo que se
<!• I»ia ron-iderar que hahia diferencia entre las ordenanzas fiaHcesa
y española, y otras cosas relativas á este asunto; pero se espresó
de un mo(Jo .¡ue no man'iVstaha el encono de los demás, y con-
si rvando el decoro v dignidad de un militar veterano. Fué inter-
rumpido por el coronel Dominguez que dijo: que lodos los Grfts
no queriun otra cosa que la separación de mi lado del Irinente co—
rom I pues creian que emanaban de él, todas las órdenes
Casiillu,
duras que daban, por que couot lan su caráfter; piro que el ya
se
i< s hahia dirli» que jto era asi por que el mismo ha hia visto de mi
lilra los borradores de las ordene'. El teni* ule coronel Castillo
<juisn hablar eu'onces; peio le impuse silencio diciendole: Señor
(.'ashllo, U. 110 tiene nada que decir, pues disfruta de /ízi entera con-
fama y apreiio y eslo dtbe bastarle. El Señor José Vicente
Gjrcia Gianadi).-;, se c^p^e^ó entonces de una msnera tan in^ul-
taoie nue liO pude mcnoade responderle con firmeza jue ^o d'jario
30
el mando: por qne esfníia ya oonvf ncido de quf p.ira rnnpprvnrlo
sena nrcpsario fucilar á ios que me fallaren, po- úitinio Ifs dií^c qi:e
en raiilbrmiclad h lo que aiilri iormente Icnia clis.¡)iiesto dcjai ía ti
irtande del exércilo al corcnrl Iii>ari y con esto se reinaron.
Al despedirse el coronel Manuel Montufar me dijo: Señor coromly
comuGift no he podido sfv í« arn'go, paro como particular no dejaré
dt serlo. daniJonie al mismo tiempo la mano, lo que imiíó su her-
niiino «1 teniente coronel Juan Mor.iufar.
Del)o terminar la elación de este suceso haciendo jusficia
i

al mentó, y un obsequio á la verdad. El coronel Doniiiiffuez era


uno de los gefes del ejército que mas se di-tinguían en celo y
puntualidad militar; asi lo nianifeslé tanto en Cuiíjiniquilapa co'no
cu el Oratorio, en mis conversaciones con el señor Carlos Thurn
Vice-Consul de Chdc añadienriole que tenía mucha confiatiza en
la 2 a división, y creo haber dicho lo pro|iio al mismo coronel
Domingnez. Cuando hago esta tranca manifestación, y se me ha
visto proceder con tamo carácter y firmeza contia dnrho coionel"
por la falla en (¡ue incurrió, doy una prueba de mi amor al or-
den y á la disciplina.
En seguida á estn ocurrencia vino á «Iccirme iin oficial de
artillería,que si su comandante se hnbia presentado con los de-
Bias Gefes, no habia dado este paso con el'consentimienlo de los
oficiales de su cuerp».
y que no rae marchase, pues todos estaban
dispuestos á sostenerme en el mando; también se me présenlo otro
©ficial de caballerí diciendome que era preciso que me sostuviese
t

en el mando, y que contase para ello con lo la la caballería- y


también me fué dicho de parte de otros dos oficiales que contase
con los Quesallecos y con el 2." de Patriólas; pero mi conles-
tícion uniforme paru con todos estos individuos fué la siguiente:
Que yo mismo había rcuello dijar ti mando; que era prsciso qrte
^o fuese á la capihil. y que todos se estuvii'scyi quietos eonservando
el mejot orden posible. I)es()ues se me presentaron varios oficiales
de la federación solicitando pasaportes para la capital, y á todos
se los negué y exorté á que peiuianeciesen quietos en sus res-
j)ectivn.s destinos.
También se me
presentó el coronel Irisarri y queriéndome
yo informar de motivos cjue hablan ¡¡rodurido el escandaloso
los
ateníalo de que él mismo hab'a silo caudillo, empezando por
manifestarle l'a penosa situación en que él .se eri( oiitraiía en ade-
lante, después del p rnicioso ejemplo que se habia dado al Ejér-
cito; me dijo: ,, Mire U. yo soy franco: se desconfiaba mucho de W
y esta desconfianza se aumentó con haber referido el teniente cO'
roneé Fulgencio MotuleSf que U, había dicho que la paz con San
SI
Si^fi'for s^rftt mnrJui'tn en el tfrminn <fe cuarenfa hnrns. y qm
ti ej-rcti) vulverí a la ra/jilal y siria (lipiieilo >^l G'fc di I ¿í-
i

t'itio. Yu le cooU sté: ¿ Y e* pofih/e qite lob Gefts haijan /jddido


c>e>r airnfjanles di?pnratts ? tei>ga Í7, la Lotidurí. íinn>r aronel, dñ
di^pt^ner ven^n al motnrnto el teniente crvnel Moruits. puet
qxe
(juirro á presencta de (J. y .saber el ongtu ne tale* ?m-
h'iblnrle
p'isiuias El coroíKl Iriftarri se apunó de mí (K jíuulr.mp en la
civ herKin «Je <jur iba en busca del leiiieme coronrl Moiídes; pero
]rjo8 de sor a-í, vi á muy poco rato que pa^ó por delante de mi
al<'j:\(nJpiUo el mismo IctiK ote roioiiel Morales, que lo llchaban
pie-;o al cuartel <]€< aballciia escoltado por los Señores G.Mcia Gra*
n;u!i>s, Vijíi', y olro oficial cuyo noithre no recueido Hnsia el día
DO líí' podido averi¿;uar cosa alguna relativa á e-ita intriga,
ri>tal)a dispuesto de-ide la nf>chp anterior f|ue el teniente Orellanai
mi con plie<j;(>s ;d Gobierno, referentes
Ayiiditnli siliese para la capital
A i.ii ultiiTi ts ron el general Miriiio; pero después hu—
C'>ioi)nica( iorna
h de d''leiier>e pira i| ir cuentj pir el mismo conducto de la»
I

uliim.is ocurrencias; cuando marchó a su destino, aun no babia


yo dtjado'el maulo, y vi con admiración, sorpresa y asombro
que no le d'j.iron pasar las abjnzadas, y que en ellas ya no erai
rt'conoi la mi firma, y que al tiempo nii^mo de dirigirse lo» ge»
i

f s á Mii casa se habían puesto sol)re liis armas algunos cuerpos,


'lodos Osles hechos están demostrando que se quiso recabar de
ini. por la fuerza de una rebolui ion al^o mas que la separación
de! teniente coronel Castillo, y la revocación del nombramii uto
del teniente corf>nel Fulgencio Morales; y los sucesos me con-
dugernn á la disyuntiva ile acceder á las injustas prelenciones de
un luipullo, con nn ngua de mi autoridad, ó de renunciar á un-
nnudo que va ni) podía obstcntarse con la energía necesaria para
Henar sus altos fines. Yo adc()te este último estremo, y sin mas
tardar, coMs'Cuenle con mis ideas manifestadas en la nota de la
misma inail.uia. pasé la orden ( D >' mnento número 18 ) para que-
so reconociese por general en GdV d< Iejército al coronel Iiisarii.
En soíTiiida dirigí a este Gefe uim nota espres'va de la fueria del
ejercito en las treí armas, de loí destacamentos (jue tenia y épo-
cas en qje debían regresar, de los caudales f)ertrecho y tropas
que flesde l.i capital naiv hiban al cuartel general, de la orden de
marcha comunicada al coronel Peidoaio, del estado de las rela-
ciones con el general Mi^rino, y de la situación del ejército ene-
migo. Kl orden y método con que todos los ramos se manejaban-
y la mircha ordenada que yo les había dado, [¡ropoicionó que no
se pre^^enlase el rna- ligero obsUculo para dar todos estos deta*
iks coi) la mayor a^idCliiuvU
.

E-.taba ?a hr.rAon q-ic a^pirahr^ S m' rlf'poíicion de? mamío,


«n el ñrine pfOp)8Íto Jo hacer to^o lo posible para depriinir mi
autoriLlic'i,prescindiendo de lo que enseña !a politice, la urhani-
dada, y buena educación, y de las consideraciones á que cr;"\
la
afre!ied'>r un ex.rangero que todo lo sacriíkaba en ob.-.equio de est¡>
Re(;ública envuelta en los horrores de la guerra civil mas encar-
rizadi,!, se me dio el úlli;no aiáque, c¡ue yo siifrí.con sangre fria,
6 in:'s proi)iamente dicho, con desprecio y con lastima de los que
se it;faínahan á si rai-mos cuando pretendían deprimirme. Esta-
bi copiando las instrucciones que me habia dado el Siqii( mo
Gobierno para deiarsclas á mi suboesor el coronel Irisarr.', eran-
do recibí una ord'-ii dol mismo para .salir del cuaiiel geneial en
el termino de una hora. { Dncumenlo núrner» 19.) Supe en .-e-
guida que habia bástenle efervcsencia en el ejército que deseaba
aberiguar la verdadera causa de mi separación del mando, y que
muchos manifestaban con energuia que era preciso que yo le con-
servase: y la idea consoladora de haber merecido el aprecio y
confianza de todos mis suiíordinados esceptuando lo" f)ocos que
he referido, llet^ó a dulcificar la pena fie vtinie tratado de un modo
tan poco conforme á mis merecimientos.-
Me pongo en marcha, y se detiene á los ayudantes de mi
estado mayor y á las personas de mi comitiva: como ayuílante nato
mió solicita su pasaporte el teniente Vdlaseñor, se le insta en-
tonces para que no se sei.'arase del (jército, y am¡ se me dice
q'¡e no cjuierc venir en mi compañi;».: !-e le niega un pase r¡i;e
pidió á Uii avuriante general el coroiícl Hall, y lo mismo le acon-
tece al capiuin Isasi: se me pide, estando ya á caliallo la copia
de mis instrucciones que oíreci remitir desde Cuaginiquila[:a: stme
quita la escolta (¡ue yo teni-» preparada de di agones federales y
se me dá una del iiúmero l.o de la miliiia activa. C[ue aun Cjue
traía un oficial el' la arma, venia t^andada por el capilar) de in-
fanteria Juan Pavón que habia llegado una hora atites de la ca-
pital: se me detiene en fin en la abanzada por falta de pa-es
para sni comiiiva. ¿ Puede hacerse en tun corto periolo nia}or
cúmulo de indecencias '
¿ PueiJen cnlre los cüAís traspasarse mas
animosamente las regías del decoro militar? Yo tuve que volver
en persona á exigir del coroticl Irisarri (¡ue se venciestn tamas
dificultades, (|ue podían hí.ber pioducido males de consideración,
atendido el estado de agitación en que csí'^tja el ejéicilo, y aca-
so f)or esto se allanaron, y no por el impulso á obrar con dig-
nidad y decoro que aorjgan sieíopre en su pecho los verdaderos
nijlilares.
Pur no omitir ninguna especie de bs que corrieron entonce»
33
c^mo fiiníTnmpnfos ¿le Ta ín^urrecríon, voy í? ocuparme de una es-
pr''«ion que José Vicente Gaixia Gríniados le dijo á un
el sr.
arnigo mió, antes de que ^o saliese de Jalpatagua; haciendo para
eslo fl sacrificio de prescindir de aquel principio común que
CM'ieíia guf. las cosan se aprecien ó desprecien spgun la persona que
ixi' dice. Dijo, pues, el sr. Garcia Granarlo^, qut yo era sospechoso
por ser amigo del sr. Presidente de la R'pública; por qut estaba
rodeado de San Salvadoreño", y entre estos Jel teniente coronel Cas^'
tillo que era ainhieu sospechoso, y que como militar no le inspimha
vo ningrana conftnza. En punió á mi amistad ron el sr. Presi-
dente de la R' ¡lública debo decir: que efectivamente he
sido, soy, y seré sincero amigo del señor Manuel José Ar-
cp, que ct» tollos tiempos me ha distinguido en su con-
sideración y aprecio, y en quien siempre he notado honrad'ez}
n >blos scniimicnlos, p:ítr¡otismo, y el trato franco de un caballeio;
Kl considcrir^nc á mi sospechoso por su amistar) es lo mismo que
d ir f|U'; el S ñor Presidente es mas sospechoso todavía, y yo
•(

n pue lo tributarle semejante concepto: Y aunciuc lo mereciese


)

(•\ efecto, ¿acaso la amistad puede influir, en un homb e. que pro-

f'si principios sólidos de honor y de virtud, f)ara que al.rigue


li traición, pre-iituya su reputación, manche su vida publica, y
C|'if*de para siempre? Todos los hombres hon de con-
etívilecido
Vi'iiir preci-<atnente en que es una ligereza culpai)lc el modo de pro-
ducirse en esta parte del Señor Granados cuando no tiene ab»o-
lutamente el menor motivo jiara juzgar tan mal, de un Gefe del
F-xército que a! marchar á su frente habia pronunciado, á In faü
<lcl universo, (¡ue su «livisa era tido para Cnilio-Amcr<ca y que
lodo su conato y an>I)icion era cumplir lo que había dicho en su
yiroelama al Mxército. ( Dnrun^rnto nú'aero 8 ) Obrar después en
sentido opuesto hubiera sido dcsfuei inr mi honor, obrar contra
rus propios intereses y contra los del Señor Presidente, Címcifar
íria tiií la indignación uiiiver>al, y cubrirme de eterno oprobio:
V par> incurrir en tamaños herrores, era preciso haber perdido
t\ juicio. Yo desafio todos los hombres del mundo á que pre-
,1

stiilen un hecho, un soira paso mió. (pie se haya apartado del ¡n-
lercs general de la República, y en jiaiticular de la d( feii?a drl
E-tado de Gu;ileniala.
Que fui puerto á la cabeza del Exírrito por el Señor Presidente
es un hecho cierto, como que al mismo competía esclusivamente
htcer esta «lección; pero también es cierto, notorio é imludabie,
f|Uf la mi>ma elección tuvo su origen en las solicitaciones y deseos
r teredos (pie niaitife<ló el Señ'T Aycinena y todo el Gobierno
del Eátado; y la unidad de deseos y de couüauza ijue vi en lo8
SI
in-livi(J(ins f!e am^^io'; (^oKíprnos, fueron !a eaúsa de qué me íe«
gí :li«'sp á toavar á mi caij^o y bajo mi re.s|)on'-abilidad, el niaml»
d '1 Kxércit') en circtuistancias lan etnineiíteinetile dificiles. Tam-
bién diré, que ningiio otro que el Señor Pre-idente hubiera j)0-
dioo veocrr mi repuíijnan'^.ia á tomar el mando en G<"fp: mi am-
bición y mi-í deseos se limitaban a servir á la Repúlilica come*
Gefe del Estado mayoi- al lado del Señor Frrsidente, quien yo
qw;M'ia que conservase el mando del Kxército; |)ero esto no fué
p()><ible: se fij;íron en mi las esperanzas de todos: yo me ?etiii
capiz de corresponder á e las y á la confianza que me disper>.
eaban y contraje todas mi> fuerzas á objeto tan grandioso.
Es otra talsed id que yo e>taba rodeado de salvadorf^ños piif»
los oficiales de mi Estado tnayor eran, el teniente coronel Cas-
f !lo natural de S m
Silvador; el capitán H' rnandez. mexicano^
el capitán Ka^i. español: el ca|)itan Ubau, Leonés: el teniente
Villaseñor. Guatemalteco; y el teniente Orellana de Q.iesaltenan^o.
Pi'ro aun en la hipote'^i de que todos estos individuos hubieran
sido naturales de San Salvador ¿ no sería una infamia reputar f)or
sospechosos, á unos hombres que están haciendo la guerra cor»
entusiasmo en favor de la federación, por que hubiesen nacido en
San Salvador? ¿i?ío es este el medio mas propio para hacer descon-
tento* ? ¿ Hay acaso quien ignore que dentro de San Salvador han
existido dos partidos, el uno aspirando al triunfo de la causa que
Bo-tiene Guatemala, y el otro por la inversa? ¿Y no v( r»
tolos los quf no son ciegos, que dentro del mismo Guatemala
existe la misma diver-^idal de opiniones.' ¿ i>e ¡iretende hacer la
guerra á todos los que no han n;-cido en este suelo? ¡Oh, no! tfcta
idea, si acaso la abriij;a ( í^r ñor Granados, lienf [)or fortuna muy
1

pocos prosélitos, p^ies los hombres menos reflexivos conocen cuan


absurda és y motisiruosa.
Con relación al teniente coronel Castillo, que era el blanrd
de los celos y de la intriga, y al cual se me pintaba como sos-
pechoso, yo no trataré de disculpar ni de acriminar su conducta
anterior; pero es de mi deber decir en obsequio de la verdad, que
mientras ha permanecido cerca de mi. ha servido constantemente
con celo y de un moilo que se ha hecho acreedor de mi con-
fiíiza y aprecio: que sus conocimientos militares serán algún dia
caros á la patria, pues es ua oficial de mérito, aplicado, y va-
liente: y que la consideración ñi haber vertido su sangre, n)as de
una vez, en el camj)0 de batalla peleando en la>> fila* de Guaie-
niala contra las de San "^alva lof df>hía notierle á cubierto de los
ti' os de la m ilediceucid, y Jarle ¿aiaiuías para que nadie de»-
Cuuñaae de él»
'
35^
Concluyo (^^ Je !o PXfiipsfO' por t\ Señor Ci:-iciS
anS'isis
Gratiado.-, (¡ue dice que como militar no le >w ¡nruba yo corifiama,
Tn;íiiife>tatido que ni yo, ni nadie [Urde concidcile iijililud p; la
juz^íir eií la materia, jjor que es oiililar y itnicnle coronel de
ayer.
A mi salida de Jalpnt^Sliia hal)iaque mi ayudante
di>pvic.-to
Ore llana se adelantase al a!oj miento, y á
Oratorio á ¡¡reparar el
la-i dos horas de mi lle^nda salió par.» I.i capital con pliegos para
ti Supr Miio Gobierno f'dcr.d, en que le daba cuenta de nií-< úlii»,
mas comunicaciones con elGtnerai Merino, y el parte de mi se-
paración voluntifia del mando del F.xército; reservan 'orne el co-
municar los detalles |>ersonnIineiue luego que llegase á la capii,!!,
l)e->de el misino punto del Oratorio reiniti en la inatlrugada del 19
ron un sargento de mi escolta al coronel Irisairi la copia reser-
vada de l.»s instrucciones que me hubia dado el Supr-mo G. bi-
erno. pues conociendo cuan ¡m|jortanle era que este doeuniento
existiese en »ii poder, no «jiiis esper.ip á remiiirselo desde Cua-

jiuiíjudapa como le liabia ofrecido. Todo hombre imparcial que


lije su con^idí ración en estos poimenores, advertirá la mala fi^ y
1 supereli< ria del oronel lri>arri en decir en su parte al Gi bi-
<

CTiio ,, Ptrk.i siguió su f/nnient rcsolurmn y me eiitr» gó <l manilo^


niirchnudo escoltado por mi cnpitun, y 12 dragones piro no mf htt
íli judo orden, ni instrucción f< algunas de las que el Supremo Gn-
iiifiio U huya c< muiurado y muios el estado de ms relanonís coi\
Iv Oifis que Tiianditn las futrzaS enemigos ofreiietido remití fl9
to'lít dríde Cuiijiíiiquilnpii, aunque nt lo espeto.^^ Ksuis úliiuias j)a-
labias, son impropias de un hombre caracterizado; pero muy pío»
[lias del que las produjo c<ui una l\j|.«edad tan Uf tciia, pues oii o <

ja dije, antes de salir de Jalpatagua le dirigí en parte ciicuns-


l.ínciado tanto de la .situación y detalles del Kxerciio como de|
«•stado de las comnnií aciones con el G( neral Merino, y si no le
ti' )é la copia resfrvaila de las instrucciones, que despurs me apre-
sure á remilirsela, la culpa fué suya. |jor que me comunieó órJen l;i

tle salir ilel cuartel general en el término de una hora: Es pues


el exceso de la impudentia semejante modo de conducir.se.
A las 6. de la nii.sma madrugada del 10 continué
.

mi marcha á tsta capital: encontré en el camino dos cor-


reos, é impuesto del contenido de los pliegos remití, .-in demora,
al coronel Iri-arri los que eran relaíivos al servicio nacional. Ea
este lugar se presenta otra prueba exacta de la pur» za y rec-
titud de mis mlenciones y de mi constante anhelo por llevar á
l)uen éxito las of)eraciones del xército. Yo habii f-eiito. desde
I'

Cuajiuii^uilapa lauto al Su^jreuio Cubienio út la Feduaci^u, couiu al


55 1
G.'fe J^l R^tn^o minifn=;t^n^j-» Ta nprpeirTafl Je fijar un férmitid
á la A^aiiiíléi Silva lar pAva que ea él, contestase teniiiian-
iel

tp.iipnte si ó uo Us bases prelininares de la paz, y para


a Initii
que se fijase tanbien el dia en cjiíe debian reunirse los comisio-
nados; D^sle Jdlpataí^ua reiteré la necesidad de esta medida con
fecha del 6¡ tanto para no dar tiempo á que los enemigos au-
menta-ien sus fuerzas, y tomasen la iniciativa de la campaña, como
por que coasi leraba preciso mover el Exercito, q le en el trans-
curso del tiempj y la inacción se debilitaría en su entu=;iasmo
y fuerza física. Mis observaciones en esta parte fueron estimadas
y cerca de los Arco- reciví dos cartas una de! Señor Presidente,
y otra del S^ñor Geh del E-^ta lo, manifestandomp ambos su satis-
facción y aprobación de mis ideas ( Docufnentns, nú, ñeros 20,^ 21),
y entonces no pu;le menos de rnanifsstar á cuantos existían al
derredor mió, y particularmente al capitán Pabon, lo sensible que
me era la ocurrencia del dia anterior, puesto que por las refe-
ridas natas yo me hallaba en aptitud para obrar según mis de-
seos, y podia llegar adelante mis planes para establecer 'a paz
en un tiempo prefija, ó para dictarla con las armas en la mano,
en cuyo ca^o tenia las mejores esperanzas de triunfar del ene-
migo, fundadas en las medidas que habia tomado, y en el valor,
y en el pie de disciplina del Exército.
Abismado en estas tristes y sensibles reflecsiones; pero consolado
con la pureza de mis sentimientos y de mi conducta, llegué á las
10 de la nofhe al Guarda de Pínula, donde hallé á un oiicial de
la comandancia general del Estado, el cual ent'Tgó al rcñor ca-
pitán Pavón, una carta del Gefe del Estado en que venia i^cul^a
otra para mi. {Dncumento mim. 22.) En el neto despedí á mis
ayudíintes y comitiva, y dispuse que la escolta pasase siri
demora al cuartel, quedándome solo en el guarda con el capitán
Pavón. Debo en este lugar manifestar toda mi considei ación y
apiecio á este oficial, por las atenciones f|ue me dispensó y por
ique obserbó el porte de un caballero, en toda la trabcsia des-de
Jalpatagua á esta capital: yo pensaba en la nueba organiz:^ci(m
proyectada de mi estado mayor haberle nombrado uno de mis ayudan-
íes de cainpo; pero las circustancias me privaron de esta satis-
facción,
Oos horas fstuhimos esperando en el guarda, hasta Cjue re-
gr"s6 el ofi co nandancia general del estado y entonces
ial de la
montamos á caballo y nos dirijimos á la capital; pero al llegar al
Calvario tuvimos que esperar otra media hora; hasta que apareció
'el teniente coronel Prado,, quien después de una conferencia pri-
mada con el ca;[)iiar) Pavón, se acercó á uji, lue saludo cordiahaciue
37
dandonip la mnno y se retiró. E itoncp'í pri'lcfilo mucho tií i'iri-

tu y fiJo grande im sensihiliJafl al nli^ervar tanto mi-Itrio, I.


tí in |uilirla de rai conciencia m*^ dio fueizas para poder so[)uiiar
1

ci'ii di:^nidal laa injustas vejaciones. Al cuarto de hora boibi á


montar á caballo v á la una de la oíadriigada llegué á la casa
ílfl señor Avcinena, quien me recibió en su gavinete: le impuse
dotenid imente de todo, y me mani(e>ió un sincero peinar diciendo*
nie: Señor^ todo esto es efurlu de circiinstimc as nnicrtorts y de una
diiconfianza mil enttndtdaj pero empero qiie todo se 'impondrá, Et\
seguida, y siendo ya la bora df- las 2. de la mañana me retire
á mi casa acompañado del capitán Pavón.
A las 7 pasé á <lar cuenta de todo lo ocurrido al sr, Pre-
5Írlente. y del motivo de no haberme presentado antes, como lo
fxijia mi deber, y vi con suma satisfacción, que nada habia des-
merecido mi conducta en el aprecio del Sr. Presidente, quien se
ni Ul¡fe^ló altamente indignado por el moJo con que se había pro-
cedido contra mi per-ona.
Al salir de palacio, y p; sando por frente de la casa del Sr.
Gefe del K^'tado, me mando cste llamar, y ie halle en su gabi-
fíete aromjíañado de «;u secretario el Sr. Cordova. Conferencia-
mos detenidamente sobre todo lo ocurrido en Jalpata^ua, entrando
<'n los jiormennres de cuanto yo habia hecho desde (¡ne tenia la
honra de hadarme al servicio de la República, y de mis miras y
{ilanes ulteriores. lí\ Sr. Secretario se expresó enton-^es, S presen-
cia del Sr. Aycineiia en estos términos: por idlimo qwrcmos qnz
V. buelba ni rjircito, y acabe In obra que tan hien ha principiado.
Yo conteste: que las circunsta'icias linbion vanado, y no podía
¿líber hI ejírciloj manifestando al mismo tiempo al Gefe del
K-tado, qnt estaba resuelto a dirigir al supremo Gubitrno mi
r'niincirr, á lo que me replico, que no kisitse tul xtosa, que me
<stubte!te quieto que todf se 'compondría á mi entera snti'facciort.
Estas entrcbistas con amb ts gefes dul>ificaion mis ante-
riores disgustos;pero después supe, con la mayor indignación, (jue
fn latarde del dia anterior se habia esparcido maliciosamente la
noticia de que yo venia del ejercito en calidad de preso, que se
me habían encontrado comunicaciones con los salva<lorcno.s, que
tiataba de reunir los dos ejércitos |)ara venir con ellos sobre la
capital, á deponer al gefe del Estado y otras mil calumnias é
iin|>osturas no menos atroces.
En la mañana del 12. diriji al Supremo Gobierno un parte de-
tallado dp lo ocurrido en el dia 9. en Jalpatagija ( Dorumento nü-
rn''ro "23.) y habiendo montado á caballo con dos pftisanos mif.s,
oi¿o decir pjájudo j)or los barrios alíi va el Iraidoi: y otras csprc-
1

cion.'s Trate (\e -a^verígiinr de que origen h;iya prtrlitlh


insuTt^ntPs.
shIíi ta.ila ina e ufan id. y flesciibro e* mis primeros past.s
JaJ i

q 13 el misma secrelaria de Kstado Sr. Conlova, eii la tarde di 1


10 informo person dmeiile y de oficio al Sr. Preside, ile. qi-if yo
venia preso del ejérri/o. y que este lubia coiileslaiJo que d' nni'
gnna manera^ y que flcade el morntrilo en q'ie yo llegase á la ca-
pital se me pusiese á su díspo.inwn, E^sfe suceso ilifmidió en mi alma
el dolor y amargura; yo h^bia consevi lo la idea de que el |d<ia
de insurrección conira mi autoridad y los estraños^ y violentos
nifídios que se habiau puesto en egiTuciou para oblÍ2;armf á dijar
el mando del ejército emanaban de la «asa del S, . Aycinena;
pero después conocí lo infundado de este juicio, y mo convenci
de que to Jo, todo habia sido pronto^ido: por la facción de Jal-
patagua. al depurar que en el acto mismo de mi salida del cu-
artel general se egercito la superchrria de hacer creer á la tio-
pa que se me ha'iia interf^eptada corresjjondenria secreta con los
enetnigos y por ello se me conduria preso á Guatemala,, donde
ij-remi.^ibiemente snía iusilado. En el mismo alojamietíto del coro-
nel Irisarri se dijo esto mismo á uno de mis criados que se
quedó rezaga lo para conducir un catre- del Sr Francisco Young,
y vino á esta corte con el 3r. Mariano Valdes. Estas- fueion
también las noticias que traja el Sr.. capitán Luis Batres,, (¡ue
salió de Jdpatagua dos horas antes que yo y ¡legó á esta ca-
pital en la tarde del 10. é immediatamente se espar-Leron l.^s
mi-mas cahunnias con el mayor empf ño y rapidez. No cabe en
lili idea el creer que el Sr. Lnis Batres obrase contra na con
el mismo impulso de mala fé que lo hizo la facción de Jalpa-
tagua: él pudo creer como ciertas tales patrañas é imposturas,
y referirlas bajo este concepto:, y pudo succeder también que
estuviesen vtriidas las mismas calumnias en cartas particulares
q le condujese, y de aqui la propag3cion de tales especies; pero
sea como quiera el hecho cierto es, que con armas tan viles,
tan despreciables,, y tan prohibidas para los hombres de honor;
se trató de poner en duda mi buen proceder, y de tanto cómulo
de calumnias sirviese de pretexto para que viniese á la capital
con el concepto de preso y que como tal se me mantuviese por
algún tiempo, ¡lara (¡ue la opinión piíblica formase un juicio po-
co favorable de mi conducta, y asi lubiese un colorido de justi.
cia el e.scan laloso atentado que acababnn de cometer. ¡
Extre-
mo de la pervercida Afortunadamente la verdad llega á po-
1 !

ner los hecho> en su verdadero punto de vista.


Para justificación de mi proceder, si acaso se necesitan to-
davía Otros coaiprovanles, dcbu i-e^iroducir eu cale lugar lo í^xv ha
r dicho r! (íinrio ffp peta r¡ii(íp(í pn p1 «rp Vmrr'o al riirrpro 24. que
*¡i.Miió p| (1( rr( ii) «Jrl Sr l'r(?"J(iitp df 15. de ff luio nllinio, se«
p:<iandosp del íj(iri(io del Suf re n o j fid<r (jeciii!\o: J^o ha po-
dido sufrir (.lite, hulilaiido d( Sr Pif>i()<iil( y dt^pues de inser-
1

tii- lo^ documento'. 9. 10. 11. 12. 13. 14 15 17 y 18. de e>(e


ni.'itiificsto ) que Gobtrnonda él se conitlun deibrüeiis t^ue no puedt

rcjjrimir,
Kii fl cniíflicto rn p. iiini mi opinión las imposturas que
(|un
contra ella .se no puduudu ni d( lüf ndo iraníjuilizainie
(.s|iar(ian,
Clin las '«fguii lndf> quo teni,4 de (|np tanto «'I Gonicrno Siipiemo
federal, el del H-iado estaltati sati.>-ie' hos de mi buen compoita-
niie[ito; y considerando (pie el primero no tenia fuerzas para dcsa-
Í;rahiarme, y que el secundo, ni lo inti litaba ni trataba de que
a opinión púl>li( a se fi¡ i^p en favor de mi inocencia, dejándome
esnue>i(i á iioiihos y v.jariones, tn« resolví á publicar todo lo
O' uirido en el diario de e>la riudad, y con este fin clirijí k ^ii
E litor con fecha ibl 13. la nota {iJueimunto 7vim. 1.*) el cual
^e pre.iló á in^ciiar s docunienlos que k remiif y esto pu-
t

do poner un íliquo ;tl impetuo'^o lonenti.' de la» imposturas y ca«


luiiinia-» CHn (|ue mis eiu migos inundaban impunemente la tiena.
111 mismo editor clel diario en su niinu'ro 23 dijo lo siíjiiiente.
.,Siemprt hemos consiJerado ct)ino una calamidad, sensible para
,. los caros iiiierecps de i:i madre pitria. la separación del Sr. Co-
y. iiLuvlanle G "niMal G. I'erks del mando del ejército. Sus bastos
,, conociinieiilos inilii
ui-: ^u loil)le conduela [)olitiea y su adesion-
,, á la causa santi de la libertad de América, eran fúndame ntos so
,. li los en que se apo^a')» la q iietud y Iranpiilid id de este vecin»
„ d.uio y aca-o la paz v la jalona de la Ripública. E-<ta iJea apa»
^, reec ju^iifira la con
e| hech'» >iiíuiente de (jue acabamos de tener

„ noticia. Ll caudillo de I is fuerza de S. S< Ivador y lodo su ejér»


,,Li'o fui í'ulemriizndo en Akniu hufinn con np'que de cumpnnu^ finaos
y. (trtifíiiul' ¡I, u oirot rr^osijos pü/ilicos la demisión que ha hecho d'
„ ina-ido del ejírcín 1 1 .^r. Pfilc:,.^^
situación y sin que tratemos todavia ni de acriminar ni
,.ICn e>ta
,. de disculjiar á lo» individuos que, en los anteriores doeumentos,
,,ie de.'-¡i;nan como causantes de este desgraciado acontecimiento,
,, por que aun no hemos oilo «-iis razones de dcfenza; hemos lie*
,. j;ado á saber que el coionel Perk'- ha tomado jiasaporte y se dis-
.,, <Íispoiie á marchar inmcdialaniente á Balize: y nos apresuiamos S
„ excitar el celo y el pairi' tismo del Gobierno, jiara que contraiga
,, sus esfuerzas fila adopción de una medida capaz de conciliar los
^ aiii''"is "
Í.W3 4UC ciiatcn eu cata ciudad, y cuiioccn la [.repoiideran*.
40
cia . ••"-"'"I íirnte Jel partí lo confrarío m!o, To arrípqcrrir'Jo qup pe
c^ luí a¡ rn lo mas miiiirno á c|j;il(]uiera de las personas que ha-
cen parte ríe el. se convencerá de que el editor del diario al po—
.ner al final de mis documentos ios dos párrafos que quedan in-
sertos torno en f ds )r de la juMÍcia que me asistid mas interés
que el que yo podía esperar Esto hizo un hombre á quien no
hahia saludado jamás hasta el acto de poner en sus manos los
Tí feridos documentos, é impulsado solauíente de su amor á la
justicia.
En la misma mañana del 13, supe que el Sr, Mariano Av-
rineua hibia manifestado en una nota fecha del dia anteiior al
Sr, ['residente, sus deseos de 'jue no admitiese mi renuocia y de
ique interpusiese todo su influjo para que yo bolhicse al mando
del ejéfcito; pero esto ya no podia verificarse; el asunto nn era
susceplible de capjtul ación, pw q.je yo t)ien podia remitir inju-
rias V agrabios personales; pero no podia pernitir que la subor-
dinación y disciplina q\iedase raal pue-Ua, ni poJia bolber, sin
previos castigos exemplares, á tomar el mando d(d ejéicito Si
híy quien apetesca mandar para hacer una ostentación de la
autoridad, yo no tomé para e^to el man Jo de las armas de 'a repú-
blica, sino para dictar. c(tn ellas ^n la mawo, la paz á sus enemi-
gos, ó destruirlos, ó perecer con honor en la lucha; y á iiinguiio
de estos casos po'dia llegar con felicidad, siendo ro.leado de g- fes
insubordinados, y animados con la impunidad á incurrir en cada
momento en mayores exésos.
En el dia 14. vi los f^arl^'s qae dio el coronel Irisarri tanto
al Gobierno su¡>remo como al del Estado, y su lectura me afir-
mó en la rc-nlucion de renunciar mi empleo y de solicitar al mis-
mo tiempo pasaporte para marchar á Bilíze por dos meses: hize
esta prcLeasiou y obtulie que accediese el Suprenao Gobierno al
segundo eslreuio. D" regreso á mi alojamiento encontré la nota
del Señor Gefe did Eslado (¡ue com[jrehcnde el ( Documtii'o nu>t%
24. ) En la misma noche visite al Soüor Ayciuena que me hizo
protestas de que sentía infiaito la ocurrencia, y repitió sus instan-
cias para que volbíc-e á eacar^t^arme del raando del ejército, dici-
CJidome que to Jo se podía arreglar: Yoinsís'í en mi negativa haciendo
ni mismo señor gefs del Estado las ob->ervac¡ones que me parecieron
conducentes, y presentándole los insuperables obstáculos que se
oponían El señor Ayciuena drsplegó entonces toda su elocuencia
para persuadii-rae á c¡ue cediese inculcando á osle proposito las
dificultade.í, disgustos y contratiempo^ que haliia encontrado el
grande Wa-híngtoii. y otro fiasages de la hi'~toiia: y ctMisiguió re-
•Ccibai' de 111)^ que conveaiase en que al día siguiente por la maüa-
4\
ntt.no* rpiinniamfl» í prí>«^reín cleT ?r. Vire rrcsifi^onff pnra iicor- ,

d:u- l.ií- nici]i<l;is que tltbiau adú|Uaroe al fin de reinlc^rarnie tn


el manilo del Ejérrito.
D'-.'graci.tdHmciito en aqmlla misma no( he tube el primer ata-
que de la fiit'ormedad que denpues me ha hecho permaiirt er en ci ii a
niu( hos días, y (|ne motivado laiidjicn el retrajo que ha tenido la
iniprcsion y publicación de e»le manifiesto^ y me vi en la necesidad
de dirijir al Sr. Aycinf na la iioia (jue inr nye el [ Documriilo
tfm. 'J5 ] manilesíaiidole mi irnvocable deiciuiiiíaciun de no bol-
b< r á eiiciirjí.iriiie dt mando de las «imas.
I

Entrando ahora en el anaii><8 del (.arte oue dio el coronel


Jiisarn al Gobierno d'l Estado sobre lo ocnii¡<lo en Jalpataf^ua,
€1 'iial se publicó en la gacela fsliaordinaria del 18, se paliia.
li la inducden la con (|ue su autor [irítende en vano, dar un co
loiido de razón á la escandalosa rebelión de los gefes de loí cu-
erpos del cJLMciio, que acaudil'ó el minino. Dice era el parte.
U'i acnnlrxiiiiif.itlo rlengradulile me há oiligiulo hoy á lomar timan-
do tUl ijhcitii. En el hiitiHi (lf^^ii\t<i y rírscoitfiauza ef'fjtriii/mi ule
filtre Ins yi'fts pur lit ui(t rvcni wn tsiíui-iia (¡iie el stiitriil dtl ims'
lii'i fjirrilif 'iiihii »n lOilds los iitgnctus al lenimle coioml Jnse ¡ule-
fiiii'-o Castillo: Debite cnulad Vfju, ni que este ^tfe fué nonibrndo
g'fe dt fsliido mayor, se viuih/ikIó el disgusto; y /tu cahuó con haber-
se tomado oltv timprraminto. fivtn i>e U vtio ne itrrtlvrio
y prmier
ayudante del general, y á isle rnihado de personat que también de-
tairradabiin. Va se ha di( ho mas (|ue suficienle con relación á
|r>s motivos que influveion para la elección del Teniente coionVl
Casiillo fiara mi s<cietario, y bijoe-te concepto devia ser depo»
Kitario de lodo lo que escepio lo muy re-ei vedo. Il.iy secretos que
los generales en gefe á nadie di bcn confiar hasta el acto mismo
de obrar, pues qne de ello depende la sueiíe de las arniae: y hay
también oirás cosas que no del>en gaberas todos los individuos
del ejército y que ps conveniente que el secretario este impuesto
de ellas; pero desconocif ndo ei-to» principiéis se [)retcndia que todas
mis proviiencias fuesen como las electiones pojiuldies, ue para i

adoptarlas consultase previamente á la media docena de individuos


que piomovieron la insiirrccion. ^e (pretendía en una palabra que
fl general fuese un autómata que se moviese sfidamente por log
tesortes que ellos tocasen, y que presindieiido de >u deber y dg
íu opinión sacrificase los caros intereses de la patria en obsequió
d< los intereses de un partido: y G. Ferks no ha nacido para
Sucumbir á tanta bojfsa.
Se hriMa vislu llegar á Quajiniquilnpi [continua el paite 1
t«;v tí ^ókudo Wici^c/r, ai C, Jiuní Aluuutl Kodrigut:, y ngu\r tsét
K
yr2
svsrf'io^ cl^pupü fJe cofifrrpnri'fts c^n f! Gefr y á itv ta¿o, atiplan- }
tan l'ne en el camuio acia Sa)i Sulvidor, El C. Rodrij^jiicz sniío
tl^' Gualemali fiara Sin Salvador con pasaporte df^l mismo G( fe
dp| Est.do. E^to emiiiftiLe patrióla que ha hcrho tantos y tau
sacrifiíios por la caa^a s?inia de h libertad é iiidejiea-
cr)-;toso-i

di'ncia de Cr-ntrn-A néric-*. que perseguido poi los sectarios


, . .

vil s dp la tiraiiia rnaichó impávido con el cadalso en hoiiibros


]>^r m^dio de fa rebohiciori, y liartendiije í<;uprr?i desooti^mo, .-il

y do'^tituido ya de me dios de deunsa tubo que emigrar y buscar


ij(i asdo (ti los estado- uivido' del Norte .... e^te hijo benfíiieri-
to de la patria en quien resaltan las ideas mas liberales y filan-
tro|)icas . . . . (|Me nos 'he talento, y h.< foraiado ideas claras y jus-
tas fie la situacioa polilica é inferior de la R^-páblica , . . . que es
en ñu amigo de los hombres y desea ardientemente que lerniineti
los esti'?<gos de la guerra civil para que los habitantes lodos Je
este hermoso suelo disfruten c-i las delicias de la paz de libeitad
de que son dignos. este sujeto digno, del común aprecio fué.
. .

nu a nigo y m'MÍcio toda mr coiisiiieracion f n el instante mismo que


c^n^ci sus vi -tu Jes civicas y moiales. y por que el hombre li-
beral y sencible se incliira naturalmente á f.tvor de las victimas;
y yo le vi rodea lo de un tuiísiiko de aflicsiones, de |:>er-ecusion,
d(> disgustos y de calamidades en estos últimos tiempos. Tal va ¡

I)''=nio quf or linariauí^Mite re|)ortan los mas impávidos atletas de


la libertad! Nada había pues de viólenlo ni d'- estraño que ya
1" llevase con migo al ejercito y subsistiese cerca de mi ha- la
h^llnr oportunid 1(1 de que pasase á S Salvador para donde ya m
he dicho se le hibia concedido t>a*a|'f>i'lf''
Tin po leíosas consideíaciones pudieron y debieron haber
tranquiliza lo al sr. Irisarri y comparsa; pero ellos no podian re-
si-^tir á la idea de ignorar lo m :s mínimo de cuanto })asase en
el ejército con una curu)sidad mugeril, y asi tro prosperan nunca
1.1S emprezas militares. Para mayor confusión de estos señores,
y co no ultimo convencimiento de la rectitud de mi conducta, voy
á referir el motivo (|iif' itnpiUo al gobierno para permitir la mar-
cha del C, Rodríguez á San Salvador y á mí para protej^rla y
auxiliarla. Convencido el sr. Aycinena del alto concepta que Jus-
tamente disfrutaba en Sara Salvador el C. Rodriuegz.- le dio el
pasaporte., de acuerdo con el sr, Piesidente para que fuese aba
á consiliar los aniuKis y rt mover con su influencia los obtáeulos
que se opusiesen á llevar á efecto lo-, tratados de paz que enton-
ces se iban á discutir; ilea grandiosa y la mas aproposito para
qje cesaren los horrores de la guf^ra civil y viniese la \)f\/. á
conoular á los pueblü-i. Tal fue el objeto del viaje del C, ílo,-;
43
óñcnf^r. y S e^te fin le ílinjí desde el Guapinol por Asarual(i¡i á
( Mía S.iiitci Caihalina y Ci'iiiinoN es-tiaviculos ^.Ul lo condujescí; á
5 iii ShIvíicJít sin locar rn »>! ejército de aijufl E-tado; lo que iu-
nii"islra evidfnle de i.ue niN
otra pr«fJ'a r( I. cunet: < on *"l g'iie-
liilMciitio oían las (¡ue |)UraiiieiUe dfhía I iicr con uu candi. lo
Cüiitrano.
Por el mi'íino orden d^^paché desde el Oraiorin al sr. C'ar*
I > Tli'iri) Vico cónsul de C'hile para Sonsonal< : con conijí-ion lox-
l'^ii.iiitií ftl luicii érsito de mis
< oiilitvies; y es n)ur«
o|)eiMci<in(
murado rjuf» de esie no hayan d< ducido lainhieQ
viaj:- del sr. 'ruiru
Síjsperhas coiilia mi. es liji los fiícales de mis f'p< raciones (|ue sia
)-.

jusio ni título, ni razoii fun la Ii. pn-len 'ian intervenir eti lodo, y que
\ o los di-.pen^a»e una co 'fi\nza 'ja-' no mi* raorec ian, y c^ue los
II uñase á cada pa^o ptra dulcs <:iiei.ila de mis oporacionc.s y
p UM proceder con el acuord de elloa: esto no era compatible >

C'Wí mi r.ai.irier. ni coa h ca,)aoi lad de ejt^neral en £refe que en


mi residía. Preciso es repetirlo mil y mil Vfces; Si p| gen"ral
de un ejército no puede obrar con entera lihcrla y sin oira res» I

tiircion que la i|Uf le impouea las insfu' ciones del gobierno, y


si lo>- subditos no obcilec en cietíamcnle sus precf'ptos, lasempre*
fcas uiilitares no fuierlen llevarse al i)ueii écsito. Des Je ahora me
atrevo á pr(>no>licar que, ó e-tos g'^fes observan distinta conducta
bajo el mando del actual gcnt ral en gefe sr. Arzú ó la guerra
sr hace interininable, ó acasi el ejérnto le la fe liMacion se di-
suelve ó perece, y la causí comnn queda sujeta, á males sin lér«
tiiiiio.

Contiiiíía el parfp. ILibia af^nno que era papindo en su m?s—


ttiii cuerpo fifitcieuffo Perk-: á Hii subiillerno que procurar-a sus as-
censos SI le (lah'i que ocurría e>i el cuerpo. Ni
parte d> iodo lo
rnno.'íco á id subalurno, ni tengo pn senté semejante especie; pero
aun su|)oiiiendi la cierta ¿quien podiia negármela autoridad y ana
el deber de organizar en el ejéicilo una policia particular dirijida
6 ¡nstrui.me de cuanto en fí pasab< p<ra mi gobierno? Apenas
hidirá en el mundo un regimiento en que el coroiiel deje de pro-
cuiar por tojos m
di.>s, saber cnanto pasa en él, y si no lo
hace es un inei'to; y ctm mucha mas rozón tiebe el general en gefe
?;tbcrlo(|ue pasa en el ejército f)ara dinjir sus provi(Jencias. D^s»
de que el mundo es mundo, una de las secciones de mas impor-
t.iiicia de los estados mayores de los ejércitos, rs conlraida á este
objeto: y en una guerra civil, en que pelean, hermanos contra
hermanos y en que el odio y el encarniz imiento están arraiga-
da- en lo^ coriz^nes es mas meente y neces.o ¡o 'me el ¿jtneic»!
6e lui^Jüii^^ii uu iaa o^jiniuiit» y Je Iu:> [juaoi> de luUcib*.
44
ttíManífo (JeT ftrrp<!fo (íet corona? Dominírnpz. Se] mnr]n ron
<|ne yo n? hihií psjifsi lo acerca -iel ^r. secretario Corilova y
el tPiiipnte coronel Piloñí (hr.e: que todo era alarmante y el
sentimiento df qte un gffe eslrnnjtro. recién pne.'-to á la cabeza
'di t'tft fuerzas del Estado, nmenmitae con el último suplicio á uno
de los gf'fes, y de hechn tomase vnu medida etraordmnrui y biolen/a
eontra airo, por uno fita J)ien peqieñct, hizo temer á todos por ^u
s^^uridad. y ninguno quiso dar lu fuerza del puis contra los hijos
del país 7nismü. He aqui, lo (]ue haré mi a¡)olngi:i y deiii'Je.stra
la supina ignorancia dfl sr. Irisarri. una falta bun pequeña llama
al desohedcriinienio de una oiden formal. Nadie dobia temer por
su sfguridod ciitnpiipndo con lo-i deberes de bii( n sollado* y la
cuali lad de estraiij^rro ¿ por que inspirarle sospechas ? acaso nada
jtiporta que el eslraiiü¡(-ro sea ó no cafiáz de llevar las armas al
t'iuiifo. por que la patria y el interés general pe-a mmos en la
consideración del sr. coronel Irisarri. que ia idea de sometrr>e á
aprender lo que no entiende debiéndolo entender. Y también es
íiií^ignifioanle en la consideración de este sr, coron» Ilo cjue vale
lii conducta rjrmplar que yo h" observado en esta rórie en que
he subsistido 15 meses negaiidone constantemente á mez. darme en
ránidos; ni la que obsi rvé <n la espedicion de Chiquimula. ni
1 rcfleccion de que -.olamenle las repetichis instancias del suirnno
gf)bierno federal y del go'iicrno del Kstado me obligaron a sacri-
fií iir mi tranquilidad, á df j;r la comodidad de mi casa, áesfionrr
mi ecsistencia en campaña, poniéndome á la cabeza de las tro-
pas de la tcdera( ioT para ajusiar la paz. ó jiara diciar la con la
fuerza de las armas á los estado"^ insidentes J^mgnno quito dar lafii.rza
ddpní' contra los hjos f/t/ /yí.í'.' ^JíÍ.'Ww es proposición agena de un buen
tiiilitar, que siempre tiene ()or dibisa la ciega obediencia al Gobierno
'^ue sir\ e, y sin cuya obediencia no hay dÍ5ci|)litia, ni puede haber
ejército, ils pro|, (Luición que vertida rn un tiempo de guerra civil
provoca la insubordinación y paraliza la acción del mismo ejér-
'cilo.
El homHre debe ser consecuente: cotéjese el parte que que-
da analizado con el que dio mas tarde 'el coronel Irisarri al su-
piemo gobierno federal sobre lo ocurrido en Jaloatagua y se adver-
tirá que su contenido no guarda una coherencia exacta y q' 6
it^ií motivos en que se pfeknde apoyar la insurrección ya no sOn los

mismos. Dice que y» tes trataba fomo tin turco, y yo le contesto


'que jio señalará un solo caso en que fuese á mi alojamiento un
oficial y yo dejase de lebar)tarrae para hablarle, con la dignid..(l
*d'> un gcfe. y con la uteiicion rievida. ; sto es tratarlos á l'>
!•

turco? uii tui'cu hace aparecer subie \a puciu de lu oieat^uiía d


45
«nTlrp Tns alfripníís (]p! «erralto ha cabezas
que promut bpii
¿Te? lo«!

6 fixiifíiían Id ri-helion, y yo supf' ceder el iriiiiiiin. por que no


í«> (Jcrramase san£;re Centro-anu^icana, en manos di mismo cau- I

dillo de la rebelión contra mi persona, cuando contava con so-


brados elrmeiitos para conservarlo. ¿ Y es esto mandar á lo turco ?
E^ producirse el que tal dice, con un esceso de malignidad iii-
cieihU'.
Q'te no fe^ tamhion, row> se exije en un ejér-
trnlnbn, dice
cito npiibliiíino. Duc por que á la v: rdad no tieiic motivos
esto
p;ira sahrr que la dis(ii>lin3 de un ejército, ora f-ea de un mo-
narca, ora de una K-pública siempre dehe ser la mÍ5ma, y si es
|io>ihle dibf observarse mas ^igoro^amente en un fjérrito Repú-
bli'aiio Que abra la hi.-ioria y conocerá esta verdad.
No nos cansemos mas en el análisis de estos pormenores:
€stan aducidas sobra las razones r'ara i|ue todos los hombres sen-
satos se convenzan, de que ha tr;. bajado en vnno el Sr. coronel-
Insarn en iocar iodos los resorte^ de la intriga para ju-lificar (en cslos
dos partes, que no coinciden, ni ostan en perfecta armonía ) el es-
candiloso alentado que se cometió en J;ilpatagua en el día 9.
contra mi perdona; con mengua d'l íjobierno, por que ha visto
h'dlada su autoridad y ni siíjuiera se ha csiremfcido para formar
una causa en que la ley me ca>tigase si aparecía criminal, 6 me
Tengase y vengase al mismo Gobierno si apaiecia inocente; Y con
peijiiicio de la disciplina y subordinación militar, por que la ini-
piiiiidad animara á los alzados ahora, para la repetición de sus
atentadiH, y poco-^ de estos hechos destruyen el pacto soci d y
proporcionan la ariarquia Ojala no sean tan amargos y funestos
¡

como yo preveo, los resultados del suceso de Jalj)atagua para loa


intereses común* s !

Debo completar este manifiesto haciéndome cargo de algunas


frases estampadas en la coiite^iacion impreS'a que los gcfes dci
ejército han dado desde Conguaco, con fecha de 22. del corri-
ente á mi paite al Gobierno federal comprehcndidotn el {documf.n-
lo Jifi'nero 23 )
Esta contestación hace muy poco honor á los gcfes que le
han subscripto, j^or que siempre que un cuerpo de oficiales tiene
que poner sus nombres en un papeJ publico, el lenguage de sus
ex[)0>¡ciones, debe estar en armonía con los senlimienios nobles
y (levados (|uc corresponden al alto rango con que se distinguen
en la sociedad; y sus fiases deben ser conformes con la clignii-
dad (pie caracteriza al verdadero soldado.
Los individuos que han firn'.ado este documento, deben divi-
dirse fu lies tiabcs. ¿i lu pi iinera, corresponde una uaite de tilos

quo como £jpf»g de perfilo, y en la exi^Uacion de sus pasiones,
1J
lle^;i su alui-iiiatnieiilo .1 extremo de verlas cosas bajo difer'iite '

aspecto (Jel que le- rorresponrJp, y ven lo upgvo cual si fueía


blanco, y lo b'^nco cual si fu 'la lU'^^io. Eti la secunda clase e^-
tan co'Tí;)rehtn Jidos los que firruarou por congraciarse con estos
corifeos del parti lo. y figurar cerca de ellos. V en la leí cera los
que profesan lo leas y jiriucipios opuestiss fnaiaron únicaint iite
i

p )r seguir la rnarcha de los demás co, «pañeros para no incuriir


eu su desagrado y exponerse á los disgustos que los corifeos dtl
parti lo les causarían. Bajo esta j-i-^ta di>tincioü considero á lo*
que han firmado el doctunento cspresado.
En el se dice: qu? el hombre vrnuh ayer á 9H in-
vivir de
d'iüria en nueatro pais, tscriha "m biugrajii, la empresas
lltne. de
y la adorne con nomhres ilwlreí'. que ponga en uso todos lo.t re-
cursos de un adulador cortesano para udquiritse un empleo á des-
pecho de todas las leye^. Toda esta c líiia de dicterios refluye en
la opinión de los ho nbres sensatos, contra los que sin venir al
caso los h\n pro J iciJo Q le vemdo ayer á vivir de su industria, auti
cuando asi sea ¿ es algia delito ? No habiá quien diga que he
venido á engañar á nadie; que escriba su Liogrujia ^a. Son muy
públicos los motivos de mi venida á este país desde Méjico, y
cuando yo escribí mi biografía fue después de haber residido ocho
meses en esta capital y cuando me disponía á regie-ar á Euro-
pa, como en efecto lo hice en seguida á la publicación de di-
cho papel, que tuvo por objeto fixar la opinión publica, y dar á
conocer á mis amigos en Europa el verdadero motivo de mi ve-
ni la y existencia infruLtuosa en csia corte por espacio de ocho
meses. Me bibia ya alcanzado la envidia de cierto ixtrangero. y
me hablan calumnia Jo otros de esta capital, y era de mi deber
antes de salir de ella dejar ilesa mi reputación. Nada mas age-
no de mi imaginación que la idea de adquirir un empleo militar:
regístrense las secretaiias. y véase sien tos siete meses que haii
trascurrido desde mi arrivo por segunda vez. á la república se
-encuentra alguna solicitud mia: diga alguno si yo he manifcsiada
el menor deseo de ser emplea Jo militarmente. La situación en
que encontré el pais |)araliz:iba enteramenle mis proyectos, y me
convidaba como sóida lo á ofreserle mis servicios y mis cono i-
mientos al supri-mo G ibierno fe l'^ral; pero me abstube de ello por
no esponerme á sufrir un desprecio como el que es[)erimente en
1824 producido por la desconfianza que manifesló el partido Jie-
bre dominantf^ enlonce^, fundada en mi amistad con el sr ¡""re-
si lé'utp. y caliñc in lome con el odioso nombre de servil En el
dia se dc'ácoufia dj mi por el partido doaiinauLc (que «ü es ei fiebre)
47
y s*> fnn(1:í Irt f!r«rr)pfínn2a en nii atPt'^fafT cMi í-l sr rrpíif'pnto: Y por
ei pariido íiffire se dfscoi tia i; n^biín peí ii;i iiii.istiiíi <.<n el sr. G' fe
del Ksi;ido. P'>ta situanon es hija del jíaliel ei. Cjue sf « cciu ntra la
re ptíl)lica, envuelta en Ins lic/irrres de la gueira civil iras ei)í-;ir«

Mzada, y eon-liluidos an\l)0-< [lartidns en la firme reícitiricii de


ni( rir ó vencer. V'o me cí'li t|ué en ii.edio de estos ttilidos sitj |

estar afectado pfív ninguno de el'fs. y í-in ll< var en nsi ahn:» mas
«ilijcto q\ie el de dai' la paz á la jt d'^ir;* por ntdio de las ite-
;

gf>< iacioncs que ya se hal>ian aliieito á <stf fincon el Estado (iel


b.dvadí>r, y á cuya realizai ion estaba ya aplicaiK'o toda*' nú" fu-
rrzas, ó par^ lln/i il cib •
co n va IíJ'í an'o-i, cor» las armas en la
i >

mano el decreto df'I sr Presidente de 5 le diciembre en que sedict>ba


la |)a?, al mismo tienij)') que se convoc aba un f oiig>-e«o ordin: rio. M¡3
ideas no podinn ser mas puras- Y acaso el mundo in parcial no for-
mara esteconrepto de las ideas de l.js sublevados contra m! aufoii lad.
Ks en el dia opinión común de que no hay uniformidaj,
Jf algunos meses á p-<ia parte, rn el modo de penar del sr. Pre*
• líenle y del sr. Gefe di K^tado respecto á los asuntos poliiicos
I

d<l pais; Osla variedad de opinión e^lá bien patenie en las pro-
din (iones de los gefes di eiército alzados coi tra mi: y la mayor
I

prueva que yo puedo presenlur dé la rectitud y pureza de mis


intenciones, y lo cjue hace la a|"»oloeia de mi porte y conducta
y convence de que lodo mi aidielo y mis trabajos, eran contrai-
«ios on obsec|«io de la paz y do la feli( iJad de la r» púbbca, con-
6i-te en hact r obscrv.ir que an.bos g( fps penetrados á fondo de
mis ideas me han disjiensado rspecial favor y amiMad y me hat»
1h'( ho <leposiiario de sus ifitimas coi fianzas; y mi {iratjtud y res»
jicuiosa amistad les coresjjonde guardando en mi pecho sus cornu»
iiicaciones reservadas.
Fui nombrado coronel y gefe del E-t;ulo mayor en 22 de
diciembre ultimo, iio en tiempo de pf^z en que proporcionan se-
mejantes empleos saiisficcioncs y tranquililad, sino en medio de
los estragos de la giifrra. cuando el ejé'cilo estaba batido y re-
culado en los muros de la c pital: cuando el espíritu pil'il ico es-
tiba en consternación por las continuas alarmas: cuardo la mis-
ma ca[)ilal e^taba ainenazida por los caminos del Golfo y de
Agiiachapám: cuando la desronfiínza y abatimiento era general;
cuando era por fin preciso á cada paso tener dtsenibamada la es»
|i.ida y esponer la vida. Entonce* aceptó el coronel Peiks ( pop
ser útil á esta república como lo acreditó en la egpedicion de
(huKjiiimuIa. y haciendo después que las grandes masas del ejér-
cito enoinim retrocediesen ul territorio de su Estado) el empleo
«j'jc ticuuu iu¿ gcícd de [un cucr^oa valor para decir qut lu ob»
4d
tuvo á d'-rfcho ele todas fas Uyes. ¡ Es buen a^'^afTí'cimipnto ! ¡
Buena
recornppnsa !

S¡|i;ue la canfestarion: f^o<iolros le obli^nmos á demitir el


mnnrlo, fiosotrn.<! le depusimos de él. Ksta es una fX'oposicion que
e>canJiHlizará á lolos lo-; miÜtiires del universo culto: y ps adp«
Días notoriaaipu'e filsa. Es escandalosa por que e*; lo mií-ino que
decir nos ht'mo^ sobrepupgto al gobierno, hemos holl.ido las leyes
y hacemos alarde de estos alentados y g;da de un er-
niiliiares,
dilfTo henos e-itableci lo el principio de que mande
saiibeiiit o;
la fuerza: y abrimos la puerta al desorden y á la anarquía Y es
noioriatnente fdsa por qü.' yo demilí el ruando Je mi pr(i[)ia vo-
luntal, y sobre este panto pueden lestiticar todos lo-; oficiales de
mi Estado mayor. Los hcrrores se euca leuau en la vida hufna.ia,
y de este principio nace la aserción incon-^iderada nfísotros le nhli-
gamos á demi>ir el rnandr, &. sin reflecsioiinr que este solo dichi
ju-iifica de hech la rebelión, que en toJoi \o> paisps <lcl mundo
)

sería castigada con el ri^or ile las leye.-», y psta confesión de los
gefes ba-iai'ia pira eonvencerl is de cruninales.
La proposición sin embargo, es notoriamente falsa por que
yo deje el mando de mi propia voluntad, y sobre este punto pue-
den testifiear el respetable coronel Héctor Had, y los señores Fran»
cisco Young, y Carlos Herring: estos dos son naturales de L()n-
(Ifts, sugptos dignos d" t xla coisiileraci n, y que presenciaron to-
do cuanto ocurrió r^n Jalpitaguaen el día 9 ¿Pero que pruevas
mas ex-aclas pueden presentarse, que las q le resullan de ios p.ir-
les del coronel Irisarri al gobierno ? Recordemos á este propo-
sito algunas de las clausulas de estos pirtes. \ las 7 de la ma-
ñana del mis no dia 9 e dije al coron*>l Domínd;uez mi resolu-
ción de dejar el mindo: á las 9 pa<é al coronel Irisarri la nota
Conprehendida en el { Doumento immtro 17) y á las 11 se fire-
setitaron los gcfes en mi alojamiento con la pretensión de la liber-

tud del coronel Domínguez y sin que ninguno de ellos hiciese la


menor indicación de que dej.ise el mando. Asombroso es pues que
el c(U'onel Irisarri y los demás <)ue han firmado la contestación,
hayan tenido valor para faltar á la verdad, con tanta impudencia^
en los hechos mas caiiitales, implicándose á cada paso, é incurri-
endo en contradicciones tan remarcables. Dice el coronel Irisarri en
su parte al gobierno del Estado, inserto en la Gazeta estraorJina-
ria del después de hablar del nombramiento de int» rventor
18.
para de comisario, las sig«i¡ent''s palabras: el coronel Do^
la revista
muisuez fue d esponer esta mañana, franca y lespetuosamente ni
gfncrut en ^ffA, y ^ste le ton>estó' que se numhrnria al coronel Hallj
jeerO' ?nanfislo á Di^/mnguez^ di!>:gusla- por la cotUraduoion^ de i<ifi
4a
ge^s, espretanSo qut iba á entregar e} mnndo y marchar hoij 17119^
mo á la cnpilal. En efecto recibí la ñuta que acompaño en copia,
(Es la comprehendida en el documento numero 17.) y en virlud
de ella di parte al gobierno, rcmiiirndo el plugo con el capitán Ba-
ires. Continúa dando cuenta del arresto del coronel Domin£;uez, y
de la ida de los gefcs á nú alojamiento, y lue¿'o dice, Peiks ¡,1-
guío fu primera resolución y me eniíegó el mundo, marchando es-
coltado por un capüan y \2 dragones. Lo mi-^mo repite en su par-
te al Supremo goliicrno: Y en la nota (Jel pjeneral Merino al mis-
mo coronel Irisarri fecha en Agnachapám á Ti del mismo mes, se leen
las palabra'; simiieiites: está m
mi poder la estimada nula de U.,de 10
del corriente, contestando á una que le dinjí-al Sr, Perks por conducto de
mi ayudante de campo Pablo J\''oiln. En (lia se sirxe -U. informarme qut
por rinuncia de dicho Sr. Perks ha recaído en U. »l mando de esus
fiitrzas; suceso en que cabella mayor satisfacción. ¿ Y lo que
me
dijo el coronel Irisarri en
estos tres tliferentes documentos,
es lo mismo tjiie contiene la conlcsiacicn út los gefes de los cu-
erpos, en cuyo papel es la primera firma la suya? Risum le—
Uitttii amici.
J)icrn en «rgiti la á esta propo'^icion: Esia es una de las cir-
cunsla'irias que di figura el Sr Per/cs, pero nosotros no hemos creí-
do comí r un d>liio cuntido la li-y ni le duba dereiho á nuestra
obidiencui, y ruundo su existencia á la cabeza del ejército era et
desprecio de la ley y el oprobio de los hijos de la patria. En es-
te solo párrafo se hace iHia espontanea confesión del crimen
y la ofen-a ma^or al CJdbierno, á las leyes que quedan hollad;is
con su ifiipunidad^ cuando, el Gobierno, las leyes, y la salud de
la [)atrin que es ]a ley sunrenn, qued;iron atcndiflos con mi nom-
biamif nlo, y mis pasos y mi conflucta justifican esta verdad.
En un asunto lan grave é im()ortante, como no hallaban I09
gf fes de los cuerpos, razones para disculpar su atentado se entren
nielen ha«ta en mi contlurta, cosa propia mas bien para muge-
res que para hombres barbudos y educados en colegios, diciendo:
dfbfiio y prosternado en la misa como un musulmán. Se eqoibocaron
miserablemenie, como en otra* mil co>as. si creyeron hacerme un
agravio mofándose de la atención y devoción con que yo asn.-
tia al sacrificio. Es cierto cjue mi porte formaba un terrible con-
traste con el c|ue obserbaban algunos de estos señores, cuyo |)or-
te fue cau^a de la ocurrencia siguiente. En el din domingo 3 de
febrero hubo míj^a militar a la (|ue yo asisti tan dibolo y proster-
nado como tengo de con.'-tumbre; al paso que «iros no guardaron
la debida circunspección y atención á lan sagrado arto; y esto
dió motivo para que el Fadre CHpeilua sus^jtadiese el ¡lacriücio,
M
55
y d» s(ie p1 mi?monltnr diese nna ppprehencíotí ^astantí» dura fi
cienos oficinles, cuyos nombres no quiero mencioriar, por con-iide-
racion á que el priivipil de ellos há procurado distinguirse en pro-
nuriciiirse ene nigo niio, y yo no sé tomar von2;atiz is indecerUes.
Esta reprensión f)uhli.ca del padre capeüau eu presencia de
to lo el ejército y l>ahit;íntcs do Q lajiniífuilapa fué para mi, muy
seii-ibte. y asi lo tnaiiifesté al padre ca¡)C'lla[i di'.s|)ues de lamis^
^)or el escándalo (jiie producia en la tropa y en el pueblo, y ofre-
ciéndole que yo daria sobre el parucuhir las ordenes mas Sf^ve-
ras como en efecto asi lo habia resuelto para el domingo sigui-
ente, lo que no pude llevar á efecto por mi separación del mando.
Para que ningún punto quede por tocar de cuanto pueda in-
teresar á foifnaruní justa opinión publica de mi comportamiento^
inserto en este lugar lo -^ne ha dicho el diario de esta ciudad de
4.0 de marzo^
Tenemos á la vista la gaceta de Honduras, de 9 de febrera
en que se refieren los pormenores de la expedición del coronel
Perks sobre las tiopas invasoras que ocupaban á Chiquimula, Gua-
lan. y Zacapa. El gacetero elogia los ta'enlos militares, la expe-
riencia y actividad del coronel Feíks, á favor de cuyas manio-
bras se habian restablecido las com micaciones de est js. [)uebtos
con la capital, y el enemigo sin querer arriesgar una acción ana
que tenia dobles fuerzas, se retiró [)r( cipitadainente; pf ro tuvo al fia
que combatir y abrirse paso á it fierza, en la cumbre de Sta»
R>sa, con una pirdi la considerable, y dejando todo el pillaje que
habia acumulado eu dichos pueblos.
Refiere igualmente que regresado el coronel Perks á esta ca«
pital se le habia conferido el mando del ejercito, que con-istía.
en 3500. infantes y 800. caballo^; y podia esperarse un servici»
esencial, por que el gobierno^ humillado antes por los últimos
reveses,^ se ha''>ia reanim do, y conv^encí lase de que todavía se po-
&\i hacer mucho, y llevar la guerra á una ventajosa conclusión,
bajo el mando de un oficial inteligente y esperiinentado.
Concluye el articula asi: esperamos que si la fortuna conii-
nííi presentando- suce-^os fivorables, na se harán por ello titáni-
cos ni opresivos en su conducta, ni en sus demandas sobre el
partido opuesto, sino qu^ serán guiados por el espíritu humille
de conciliación, (jue prevalece en la última proclama de su pre«
si lente: y que un acto de perdón y olvido sepultará para siem-
pre la memoria de tan innatural lucha, por que no tenemos mas
que una opinión, manifestada anteriormente, sobre e4e particular
„ Que cualquiera que sea el individuo que consaj^re sus esf lerzos.
„ y sua taienioa para i-eálaurar la tran(|uilidad en el seno de
ei»e
51
í „ f?p<;5jnr,ía^o paT?, m^rprcrl ptern* wntit'.idy será digno del or«
gulloso y envidiable nombre ile su libeitador. "
^,

„ Justamente en el dia en que esto se esciibia en Balize se


separaba el C'i-<vi:\ l*oik-i leí .n » ri> Jel ejércit<). Uvuíí^ presea-
ta'ir» virios diruaeiiíos er> ^j»? e^láii coa-i^iia l.)s los iiiotivos que

^,rn Ui^i'.rnn esta sepriraciou: heims visto la confesticiotí de los


g''t>s del eiér.:it> al pirte que dio at S G el coronel PiM-ks: y.
a'fiarnos la p iblicacioii 1»?[ níuaifi">to que ha ofrecido el mis*
IDO para fijar nue-^tra opiaioii i cerca de estos dns^raciaJos acón*
tí'ci nientos. K'i la actu ali la 1, sin riesgo de e ^uivocariias, los coa-
si lerirnos cono una cal i'ni Jal •^eusibl' para los intereses cotn'iaes;

por (jue es un hec'ií d»iinsial» n'>tori'> é in ta J tble que de-pnes


<l'^ la ac.:ion de Sati'a Ana nos ocupó el terror, y después de la
e^iiedicioa le Cbiq li n il a y cuín > el ro-oiel l*(vks tono el 'nm-
I

tlo del exérciio y salió á can pula remció la tranquilidad y la coii-


fi niza. No nos cánsenos d» liara u* la atención del gobierno á lo
inportaiite (jtje sería i los intereses comunes la adopción de una
nii' lida (|iie rest;ibleciese la buena annonia entre el c u-onel Perk$
"
y los j/»'les fiel evército con quien lia -,i lo el cli juc. i

En vist.i délos documentos qur he presentado y razones que


he aducido, el [)ublica iuiparcial, prniuinciari su terrible fallo con-
tra mi, 6 contra los jue pronunciando mis enemigos han hollado las
|( /es niili'ares, han f;4ltidi> á la ob( iliencia al gobierno, han ila-
d» fd mas terrible gol.ie 6 la subordinación y disciplina miÜiitr, lie*
V iron el ejercito al bor^le le una divi>ion t|ue huluera puesto el
triunfo en minos de sn>. enetnigos, y están impunes aui;, con oprovio
de las leyes y con mfn;;ua <Ji gobii rna. I

Yo confio en ipie los h-imbres sensatos h ir.ln la justicia que cor-


responde 6 la pureza de mis scntimii ntos. y í la reciiiud de lo Jos
mis [tasos y deiib racione» desde que salí de la capital fiara la
CsDedicion de Cbiquimula hasta que dijé el mando del ejército; y
conjuro & no'iibro de 1.» patria á todos los habitantes de Centro
A mrica á que me acusen si en al¿,o he faltado á los deberes que
m»^ inponen el honor, y los destinos que me ha confiado i«L

Ilición; pues mi Jivisa ha sido y es: Talo por Ctulro-Aintrica»

Guatemala el 14. de marzo de 1828.

Guillermo Perks.

El manifiesto fué tprminwfo con eMa fe.chn\ paro Utf oeu»


paflones de la imprenta y enfameda I del uuior no ¿)ei'uuUeion
(u iaiiicdtata publicacto/t.
-

DOCUMENTOS.
Num. 1.°
Señor E'lilor del Diaiio — Muy
Señor mió: deseoso de
t\ne el público se imponga de las causas que han motivado mi
«f paracion dol mando del Exéicito do operaciones que al S. V. E.
federal me Inhia confiado. ¡-u|)iico á U. tenga la bondad de in-
sertar en su Dmrio mis contestaciones con el General Merino, la
óiden general del 9 y el parle que he dado á la secrelaiía de
la guerra.
Hasta hoy se ha guardado silencio sobre un acontecimiento
que visto con imparcialidad, es tan grave que puede producir
tales consecuencias que no es fiícil calcularlas. Pero mi honor
ultrajado por algunas hablillas que malit iosamente se hacen cor-
rer, por personas cuyo carácter constituyen la iin|)ostura y la mas
licgra malicia, me hace comparecer ante el público, pubücanda
los hechos, tales como han sido, y preseniando & la República
Cillera mis comunicar iones con el General M rino para que juz-
guen por ellas los pueblos, si se me puede ati'ibuir la nota de
traidor, con la (pie ha (|uerido la perfidia de ciertas personas, co-
honoítar mi separación del Exército que no ha tenido otro motivo
í|ue el no habi-r encontrado en nií, la mas peqtieña cooperacioa
i.ui\ sus intrigas y siniestras pretensiones.
De tni propia voluntad dejé el mando del Exército, y con
una escolta que yo habia exiji lo. regresé lil)rciiicnto á la catñtalj
no cu calidad de [ireso, como algunos miserables han tenido la
osailia de esparcir en el ¡público. No hay poder humano que [)ueda
acusar mí conducta: en mi pecho no cabe la perfidia, no cabe
la traición, n) cabe la intiíga. Soy soldailo y el hínior ha sida
siempre mi divi.-a: ha llegado el dia en que señale á la venganza
J<úlj|ica los asesinos de la patria.
Tengo el honor Ciudadano Editor de ser 8U mas atento y
seguro servidor. G. Pir/ca.
N. 2.
Del Comandante en gefe de la división de la derecha-
Ciudadano General en gefe del Exército protector de la Ley—
^cabo de aprender un correo que dirigió el derrotero ó cordillera
que adjunto acompaño Por él se manifiesta que el enemigo pa-
fece trata de caer sobre nosotros, y auiicjue yo no creo dicho
derrotero, y menos que se hallfii en estado de poder disponeif
de tanta gente, voy á tomar las providencias que las circunsian-^
cías me dicta , no solo yari¿ evúai' uua dtiigla, tikio Uaibien
para asegurar los ínfereses que tpngfo em%ar»ac!os. La gran (Tis-
tancia á que U. se halla con el Exército bien puede animar
aquel á caer sobre mí, con la mayor parte de su fue za, sin que
1
U. en el panto que ncuj)a pueda favorecerme en nada, esto me
fuerza á proponer íi U. y repel'r lo que dige en mi anterior
•y es que mientras convenga tener ocupado este deparf^mento por
los recursos que puede subministrar, es de nece^i lad que á lo
menos l;i banguardia de su Exérr ito abance á ocupar la venta-
josa posición del pueblo de los Ladrones, pues aun para que im-
estra correspondencia sea mas pronta y continua, es muy conve-
riente esta medida. Iü que sin duda obligará al enemigo á no
moverse de su madriguera ni por un lado ni por otro. E>te acae-
cimiento me ha [luesto en el compromiso de suspender y detener
las partiJas de caballeria é infantería que despachaba á varii-s
puntos del departaiiienio ala a[)rensiorí de caballos, muías y otros
efectos para remitir á U. Vuelvo á sujilicar á U. se sirva adoptar
esta medida propuesta, ú de lo conti-ctrio mandarme el auxilio ea
que el enemigo me pondrá sin duda, si V. se e>tá quieto en
la necesidad de desear. D U, L. Quartel general en Zucapa,
Enero 10 de 1328. Ramón Pacheco.
N. 3.
Guillermo Perks Coronel, Gefe del Estado Blayor General de
el ejército f<'deral de Centro- améiica y Comandante General üe
la división de Chicjuimula — Por cuanto el flestrozo que han su-
frido los intereses del comercio en el presente mes al ser tomados
por el enemigo, recobrados por nuestra fm rza v vueltos á abar»-
donar en el cam[)0 en las inmediaciones de el Pueblo de S. Es-
teban, es un mal que debe procurarse minorar poi- todos los me.
dios posibles* considerando que es un deshonor para los fujeblos
de Chi fuiraula que los intereses del camercio no se devuelvan por
cualquiera que los haya ocultado, aunque sea con el loable fin de
sub>traherlos á las investigaciones del enemigo; y sabedor en fin
de que hay muchos efectos esparcidos en estos pueblos he d¡s{)uesio:
1. ^ Toda persona de cualquiera clase y profe-^ion que fuere,
que tenga efectos de los que se han robado en S. Esteban, bien
los haya conjprado ó adquirido de otra manera los presentará al
Alcalde 1 ° de esta ciudad, quien llevará cuent
. i
y razón de eílo*
poniéndolos en deposito seguro hasta que el Gobierno disponga
lo conveniente.
2. ° Toda persona que ten^a cajone.s, ó cualquiera clase de
tercios pertenecientes á el comercio, los presentará al Alcalde
quiet) tomando sus marcas y números los pondrá €a deposito cauiO
los efectos comprendidos en el artículo i, ^

S. ®Tor!a
ppríftra que sepa (íonde hay efectos pfrtenecienlee
sT rrirrxrcio escnndidos, dípc-itados y de cualquiera otra suerte
bif-n hayan sido ocultados por los nuestros para librarlos del ene-
migo, bien por este para otros fines, dará parte al Alcalde para
<juc ton)e las pinvidt ncias convenicntt 8.
4.° Todos los efectos de que se ha hecho n¡érito deberán
pregrniar'^e al juez ordinario dtiilro del pírenloiio léroiino de
tres di:is contados desde hoy.
5.® Las personas que apesar de este bando ocultiren efectos
robados serán ccndenados si son hombrea. 6 la peí a qur seji;un
las leyes coi res|](indf' á los ladrón* s úlilicos, y si mugcres á la
j

que juzgue la autorulad local atendida la mayor ó nitnor malicia


que h.iy.". en sus procedimientos.
G. '^ El presente bando comprende en todas sus partes á los
niiüiarcs de cualquiera clase y ^raduat ion ijue sean, esc( ptuando
su castigo que deberá ser hecho por el gefe niililar á quien cor-
re.- p< n<la.

7 ° E>ta disposición se publirará por bando y se circulará


á lodos los puí blo> riel departanienio paia >>u oliseivaneia y queda
en' argado de velar sr)bre v^lú (I G- fe militar del citado Di par-

lamento Dado en Chiq\iimula 5 10 de enero de 1828 G Ptr/cs,
Por mandidodcl Comandante Gíiieral —
Fiunle Vdlasenor,
N. 4.
Ministerio de ijuerra y niarina — Al Coronel Guillermo Perks
Comand.uile de la dl^i^i<n de ChiquunulH —
Hoy he tenido partes
del ( oniandoule general d( I Exérciio á que aeonipafra lo- que
n le h;in dado de los pueblos. En el de ( uajiniquilapa existian
ayer bOO hombres. COO de inraiiKiía y 200 de c;iballeiía cuyos
tucipo» se denoniinan la van^uaidia. Por esto quiere que a mar-
chas doblí s se pintea U. en ésta (óne con toda la fuerza po«
SI le Me haco rl honor de decirselo á U. para su inteligencia»
1). U L. l'alacio nacional de Gualemala. Ei.eio 21 de 1828,
Míinne.l Sea —
— Ministerio de gue-ra y marina —
Al Coronel Guillermo Peiki
Comaridanie de la divisit n de Cl. quin u'a— Anliei pn^iiie á U,
de orden tiel Piesidente de la Re| úblu a f(iza.«-esus marehss con
teda la fueiza josible acia est* (órte. Ahora me ordena decir
fi U. se venga á la poita con la brevedad posible, dejando el
ciando de la divi^ion al gefe ú oficial que corresponda, sin dejar
esta de marchar también acia esia ciudad. Y en su cumplimiento
nx' hago el honor de decirlo á U. p^ra su inteligencia y cum-
plimiento. D. U. L. Palacio nacional Ue Guatemala Laiero 23
¿e 1826. jMunud Sea.
— — —
N. 5.
F.lCoronPÍ GnilTermo Peik«. Gefe clef EífncTn Mnyor Gpnrraí
de las fuerzas R^-públicanas de Centro-América, á los soldados de
la división de Chi(|uimiila.
Soldados! —
Por orden del S. P. E federal marcho á la corte
i objetos importantes del servicio. Al despedirme de vosolros os
doy las gracias por los vuestros. Habéis comenzado una campaña
trillante. Marchad á concluirla y yo os precedo llevando tn mi
forazon el aprecio que merecéis.
Soldados —
Yo estoy contento de vosotros, y no dudo que
tinido á los valientes de esta división marcharé á pelear para que
Guatemala tenga reposo y la República la paz que tanto iu'ce>ita»
Quartel generdl de Guastatoya 24 de enero de 1828 G. Ptrks,

N. 6,
Ministerio de guerra y marina — Al Coronel Guillermo Perks
Comandante de división de Chiquimula. Cuando el S. G. con-
la
fió á U. el mmdo
de ¡a división que marchó á protee;er el de-
partamento de Chiquimula contra las fuerzas invasoras que lo
hablan ocupado, nunca dudé <jue el éxsito spiía conforme á sus
deseos. Asi lo confirma la nota de U. fecha 28 del prcsiiite, en
ciue dá parte del resultado de aquella espedicion, y por ello el
Presidente de la República me ordena dar las gracias en su nom-
bre manifestándole que su actividad y buen desemj)eilo han llenado
su esperanza. Reápecto de los demás [;untos Cjue comprende su
rspresada nota, se ha comunicado al Gobierno de Guatemala para
íjue en su vista él obre como corresponda. Tengo el honor de
©frecer á U. los sentimientos de mi consideración. D. U. L.
Palacio nacional de Guatemala Enero 28 de 1828 Manuel Sea,
N. 7.
Sr. D_v. G,
Pcrks —
Mi querido amigo. Que sea ü. muy
Vien' venido Señor General. Sabia yo esta mañana que lo icn-
driamos aqui del 27 al 28 y hace poco me dijeron de su lle-
gada y de (¡ue seguidamente habia ido al campo á verse con el
Presidente. Yo contando con que viniese el día que fijaba en sus
comunicaciones me prometía el honor de salir á recibirlo al ca-
mino. Mañana tendré el gusto de pasar á saludarlo en su casa;
y mientras reciba U. un mdlon de gracias por sus excelentes
disposiciones en el departamento de Chiquimula, y el bien que
ha hecho á la patria abriendo un camino de salvación. Soy conio
siempre su apasionado y fiel aioi¿o J\U de Jli^cintnu £i 25 de —
enero á las 8 de la noche.
err pirrafi de mi rarfr» oficial del G del qae ria:f Tía sido m?i\
Ti (hut.ido y debe entenderse en este sentido " El Supremo (Jo
„ bierno de la federación tratando de estiiblecer una paz sóIicJa
„ y "«in ofender á nadie debia guardar las fronteras del Estado
,. de Guatemala á L-uyo efecto se ha situado el exeicito fedeiid
,, en el pueblo de idlpata^ua. " Me ha parecido necesaria esta
explicación, y la hago á U para evitar cualquiera otra interpre-
-t<j<-ioii en un asunto miiortante. —
H >y he tuesto en libertada los
prisioneros comprendidos en la adjunta lista y los he hecho mar-
char rodcitiilo por Yupiltepeque en donde sé estar los i)ertene'-
tientes al ejército federal (|ue conduce una partida de ese Estado.
H" escrito al oficial que la manda con el objet j de que los ponga
n libtTt.id, cowio se ha convenido, advirliendule que los Doctores
Ali ndez y Alcayaga llegarán hoy ó mañana á aquel Pueblo como
me aniMí ia el S. G. y que el ex-gt fe de Honduras C. Dionisio
íl'rrera ha sido puesio en libertiul como dispuso el mismo G.
«n 18 ílel pasado.— Tengo el honor Señor general de reiterar á
U. las mas sifieeras protestas de mi aprecio y consideración.
D. U, L. Cuartel general en Jdpaingua febrero 7 de 1828. G\ PtrkF^
N. M.
Estado dtl Salvador.— Ejercito protector de la ley. Divi-ion
de operaciones.— Cuartel general en Ahuachapam á 7 de febrero
de 18-2C.— Al general de las armas de Guatemala.— Señor general;
Eu áO de enero inmediato despaché con pliegos á uno de n)Í9
Ayudnnies de caiiqjo cerca del ejecniivo fedend, y del gobi^rncji-
del Estado de Guatemala.- Sin recibirlo las comunicaciones se le
landó regresar para este cuaitrl general; y he aiqui la causa
"por (|UP ahora me dirijo fi participar á U. una noticia muy im''
}¡)ortvinte para que se sirva ponerla en conocimiento de ambo*
poderes. Eiv cuatro del presente se me ha d«do [)arte de Sonsos
nale de haber llegado un bergantín Español armado en corso
gnn 18 callones de 1í2 |)roceJcnte de Gibrallar, y de habci'se lie»
ado prisionera á la' goleln Serpierte anclada en Arajutla oon sU
tl'iiiulacioii, y parle del cargamento, después de haber apresada
•II Conchagua á la Figurroa que conduela para el Sur mas de dociH
eiitos teicio.s de añil. Este incidente tan no esperado, debe pa-'
ftilizar el cornercio en todos los puertos de la República, y poip
*u[)UP5lD seniiiá consecuencias de gran tamaño. Centro amerií'a^
tal vez por fortuna, no habi;^ esperimentado desde el pronuncia-.
miento de su independencia la guerra rjue han sufrido poír parte
ilf los españoles Itts demás re|)uhUcas del continienle. Comienzai
pue.«. desde este dia á ser el objeto de su rapacidad; y sin tfnep'
uu BiJí-yie cua. cj^e opoüciv 1 sus asaltos, se vtrá muy en»- bttve*'
>
'

en !a tms triste posición, empobrecii^a, degradacía, y rasi "íín re-


cui'-os |)ara volver estado que hoy tiene. Los e^pañolfs son
al
los t'ucarni/.ados enemigos de la America. —
Colombia les ha he-
cho la guerra en í^u seno, y en t'dos les punto» del Sur. lanzan-
do'os para siempre de aqurl terriiorin. —
Buenos Ayres ha teñid
c.tn eli )s igual conducía, y 1V1( xtro. después de una Inc ha sai.-
grienta para adquirir la indcp' iidf ncia de su abfirríM iblc dumina-
Clon, h::biend()lc > II nado de honores y empleos, ha tenido lam-
bí m que pro-cribir á uno-;, y es'puUar á otros el año anteriívr
de 26. — Solo esta República e^; por desgracia quien los abrií;a;
pero con espe -ialida 1 Guatemala que ha puesto las armas en suí
manos, para que derramen la sangre de sus hijos, después de ha-
b u' agotado las del Salvador, y demás Estado^ de la Union. —
Li España no ha reconocida hasta ahora la independencia de la
A aerica; por el contrario se ha ligado con otras potencias paia
ha -erle la guerra. La injusticia de los españoles, y su tenacitlacj
en ramtener sojuzgados á los americanos, dio mo'ivo á sus go-
biernos respectivos, para tornar medidas que alejaren hasta la es-
pera iza de volverlo á intentar con buen écsito. ¡Y Cemro-Vme-
rica es la única que se maestra indiferente en imitar la condui ta
de las otras naciones ameri^^anas Quiera U. señor General
! . . .

transcribir estas consideraciones al l'residenle de la R(>publica. y


G^'fe del E->ta lo de Guatemala, y tener la bondad de comuiii-
carine oportun imente sus resultados —
Dios, unión, libertad. Ge» —
nerai Conindinie G meral. —
R. Mfrino.
N 15.
Estado Major General 1 ^ —
heccion Despacho de cor- —
respondencia —
Núnv. 4. —
El Coronel Guillermo Perks Gefe del
E^tado iMiyor de la-, fuerzas Republicanas de Centro-Amé-
rica y General en Gefe del Esercito de operaciones Al Sr, —
Rafael M'Mino Comandante Gi'ueral del Exéicito de S. Sal-

vador S^ñor General; á las cía tro y media de esta tarde ha
puesto en mis manos su ayudante de campo Sr. Manuel Car-
rascosa la estinnda nota de U de ayer. Ei ella me dice U.
que |oor no haberse pern>itido llegar á Guatemala un ayu^lante
de campo de U. »e dirige á lui. para comunie-arme la toma
de la Serpiente q^ie se hallaba anclada en A.-ajutla y de la
Figueroa que estaba en Coachagua, por un corsario Español
precedente de Gibraltar.
La venida de un buque E-.panol de guerra al Occeano
pacífico tiene, Sr. Gral. rail razones en contra; pero no dudo de sj
certeza, por que gabienlo los Españoles que estamos en guerra ci-
vil, coa nue»ii'oá puerioá desmanlcludos, deaor^auizadoá Í0i> aitos
rtiPTpos fíe !a Nación, sin cViocIrrer a' S. G. , sin rrP(íito r<5-
blico. y ie<!u( iiif.s á la t isie«cudicifti te ii;chiir uiks conirá
«itios. solo I or que deií nif nc'oros «n [ftjitíjrrps ro ftienderids
al bien grnniíl de la Kcffililica ur exíji nudidas prontas para
<

lu acabar <le desp'oniarse. siihiendo e-lo digo no es t-iraí'O que


iiilf-nten dp^lmir nvjcslro crueicio —
ISüda (g niss cii to (jiip si
lo.^ Esipuñoles invadirhen niiC-iro icrntoiio h¡-biia algí nos que se
I' > uniesen paia hacernos la giiena; ero l; n ¡t ro es nur.cs < ier-
|

tr> que nosotros mi.-mos esianios prcpaií'íuU riiie>lra riiina De^de


el rufs de marzo do lb27. se dintiió el Vice PiísidMite de la
K' |úb!irn al gohiertK» de ese E>'ado para qui no fuesen las
anuas sino la lazrn la c;u( Kiniinas' mifsiiai desahí nMU ias: en
riayo siguiente dijo el Sr. P. de la l<e\ úhlica desde N<japa (jue
la hase general de todo aroniodaniien o seiía la ren< vat icín oel
("ugreso y el Senado, y la A-amalea del Salvador tonió en con-
sideración sobre el misnio asunto con mas ó menos prc ícrerK ia
y el delicio del P. de 5. de oiciembrt convoíando un ( ongKso
coidnrine á la base consiiiueíonal debia terminarla.»,' piro se dese-
chó- — Ahora la Asamblea de ese E-iado lo ha adoptado, y es
S'>i>re esta b; «e cjue se han de cel' brar los- tratados de pa?, que
actualmente ocupan al gobitrno. —
Kl S. P. K de la federación
h:i hecho ya todo lo (¡fie estaba de su parte jtara dar paz á la
Mai ii n: ha cedido muchas veces aun deprimiendo su carácter,
\ ahora no depende de él sino del E>tado del Salvador, hae<r
ja |)az ó continuar la guerra. El G S. con un Ejéicito orga-
nizado, con los cuan'i'-o'* lecuisos que ofrece el Estado de Gua-
tiinala, fontando con multitud de medios que están á su dispo-
sit ion, no qui^^re que se derrame una gota de sangre y todo» sus
conatos se diiij n á reorganizar la R( ú ilica. Conseguido esto |

el Gefe su[)Pii(ir de la N 'cion podrí eniplear sus fuerzas en ale-


jar á los Españoles de las cosías: en repriuir á los enemigos
dfuuesticos", y en asegurar las propiedarles del comercio para que
no (jueden de-ierlos nuestros puertos y reducida á la miseria esta
naciente República. Poseído de estos seiitimietitos elevo hoy mis-
mo la nota de U al conocimierrlo del S G. que no dudo la
torne en consideración atendida la importancia del asunto; [)ero
repito Sr. General que á San Salvador solo c-tá re>ervado ahora
decidirse; [lor que el Gobierno federal que no puede borrar el
il<crpio de cinco de diciembre ha cedido todo lo posible y solo
ílcla Asamblta del Salvador depende la ft licidad ó la desgraua
de ("entro-América —Tengo 1' h<nia Sr. Gfiieial de repetii á ü»
lag de mi consideración y apreeio.
sinceras protesta-
D. U. L. Cuartel general en Jalpaia¿ua febrero 8. de 1828.—

N. TR.
Ministerio fíegriprra y nrniiia —
A! romnn^antp general cTpT

tj'rcito le o;> 'faoio'ies coronel GPerks


iiileriiio Sí en el aircglo
hi h-^cli > ñnilna^nte para abrir la campaña
á>ú ejército q le LJ
íiere íiIiso?osíoí el en)le) le imyor general, propondrá U.
]
al gobierno el gefe que á ^a jjicio Jebí servir, en observancia
d^l art. 1. lit. 6 irat. 7. >le la ordenanza, pueslo que el coronel
l.isarri, no;iibrado para esie destino por el mismo gobierno, ha
silo eniolearlo en el manió de la 1.» división.
El gobernó ha enlenJido que se hin suscitado algunos dis-
gustos por las hablillas, siu consideración, de unos pocos indivi-
clcios que descontentos en los deslino? q ie el gobierno les ha cun-

f se esceien, siu reliecsion á las circunstancias, ni al carac-


riJo,
t(>rcircuns[)ecto y de subordinación que dfbe distinguir á todos
los mitiiires y á los gofos principalmente. Q
liere por tanto 1 go- >

bierno que por orden general se recuerde la estrecha obserban-


cia de los art s 1. y 6. del tit 17 tra'alo de la misma ordenaíiza
principal; y cualqui ra que f.ille á su cunqjliraicnto deberá suírir
las penas á que se haga mer< c 'Jor. Lo digo á U. [lara su inle-
licjenciay cuninlimient D. U. L. Palacio de Guatemala febrtio
i.

I, de lé2S.—Munii(l de Z^a.
N. 17.
Estado IVItyor General. —
a Sección. I —
Despacho de corres-
pondencia— Nún. 4 —
El Coronel Guillermo Fciks. Gefe del Es-
tado mayor de las fuerzas Republicanas de Cetitro-Ametica; y Ge-
neral en Gífe del Ejército de operaciones. —
Al Sr. Coronel Co-
ipandante General de la 1 a división de infantería y 2.° Coman-
dante en Gefe del Ejército. —
No queriend'o por mas tienipo lomac
á mi cargo la responsabildad y dirección de un Ejército en que
á cada paso se embarazan mis disposiciones, he resuelto el dejar
el mando, y en esta inteligencia daré hoy á las doce, la orden
para que se reconosca á U Sr. Coronel |)or Comandante Gene-
ral del Ejérciio de operaciones, Ínterin el Supremo Gobierno fe-
deral disponga lo que tenga por conveniente, pues esta larde re-
greso á la capital. —
Sirvase U. Sr. Comandante General aceptar
las protestas de mi aprecio y respetos. L). U. L. Cuaitcl General de
Jalpatagua 9. de febrero de 1828 á las 9. de la mañana. —
G, Park.t,
N. 18.
Ejército Orden general del 9. de fe-
federal de operaciones.
lirero. En de la poca confianza que he logrado inspiíap
vi-ta
á los SS. Gcff s de los Cuerj)0s del Estado de Guatemala, y no
puJien lo por mas tiempo llevar el peso enorme de U dirección
del ejéi-í-ito de operaciones he resuelto dejar el mando, y en conr.
secuencia se jecoiiocciá ^jot Geaeial en gefe úA ej.éigit<ü ai Cüv«i*

ncl Antonio José de Tri«nrri Comanrlnnte gmeral tfe Ta primara,
división Je infantería, inteiíii que ti Supremo Gobierno de la fe-
deracio» haya disjjuesto lo que mas convenga al bien del ser-
virio. — Al el General en gete
despedirse del ejóiTilo no puede
menos de conocer la satisfacción que ha tenido en ver la
d-.tr á
buena disposición y disci|)lina de las Hopas, dándolas ni mismo
tiempo la'^ gracias por el buen écsito de las operaciones dicladas
hasta el día. G. Perks.
N. 19.
Señor Coronel Gefe del Estado Mayor Guillermo Perks. •

Pira (jue el conserve en el orlen (|ue convieie, es


Ejército se
íT^cesario (¡ue U. se ponga en marcha para la 'capital dentro de
UHa hora, e-lando ya preparada la escolta {¡ue dehe acompañarle;
al mando del capitán Pavón. —
Sírvase Ü, aceptar las protes*
las rjf mi coi)-id( racidn y apncio. Quartcl general en Jalpatagua
febrero 9. de 1328.— .i J Imam.
N. 20.
El sr. bajo O-cha 8. del que rije. y en contes-
Presiilenle
tación á la mía del €. me lice en un parágrafo; ,. Opino cerno
,, U. sr. general en la negociación abierta, para establecer la
,. paz, por ol gobierno de S. Salvadoi; y de aquí há sido que en
„ la contestación que se ha dado á aquella Asaínbléa. admitiendo
,, su proposición de mandar comisionado^, á concluir este asunto,
,. fijó el gobierno el dia 15. del coirienle para que dichos comi-
„ sionados estubiesen en Jutiapa; abriendo las hostilidades, sino
„ se verificare. Por un olvido de la secretaría de guerra carece
„ U. de este antecedente, ahora se le comunica de oficio, mas s¡
„ hubiere un nuevo olvido, bástanle á U. esia carta para arre*
,, glar sus operaciones."
N 21.
El Señor Estado Mariano de Aycíne-
Gf'fe del
n^ bajo fi>cha 7. me undice en
[)aragrafo. Señor geneial
Guillermo l^'rks. Mi estimado amigo y señor: ya me dá
,, mas en fjue pensar la conducta de S. Salvador por que hasta'
,, ahora ni al |MÍmer correo que despachó el Presidente, ni al de
,, esia Asamblea, han contestado de enviar á tales comisiona los el
,. dia soñalailo. Ellos deben estar en Jutiapa el 15 del corriente
,, como los «lie aqui igualmente, y pienso hablar esta tarde con el'
,, sr. Presidente á efecto de que dispongamos la reunión de los nu-'
,, ostros sin espf^rar respuesta, de suerte que no faltón allí el dia
,, prefijado, y encaso de no venir los de ellos, obre el ejército nues-
,. (ro activamente. En mi concepto ellos no quieren mas que ganar
„ litinpü, para aumentar su¿ fuerzas, ó disminuir si pueden las nuea-
iit«««
— •

„-<ra«. Tíll vez^an llamaílo lis fufrzT? flf> Hondaras. y Pn fin yo-
lero') qjp pasauo dia 13, -i no haií ouviail» sus a^oiite». y andan
el

,,. coii piete.stos debe U balidos, y quien dá luego ilá dos veres,
,,- Ha reribi lo la atJi'ocribie d-? U. d» I 6. celelii-an lo h ocntiacioa
,. d'- Jal;)aiagiia. yb'ieans notas que ha pagado
las U. á Merino,
,, (]e quien he rerihido una espe* ie de pasaporte, ó rana cerrada
,.en que acusa á U de haber abierto el pliego que yo dirijia de
, esta A a nblé i; no da )'i ü. que ios ene nigos nos Iralan Je enre-
„ddr de todas maneras."
N 22.
S^ñor coronel Guillermo Perks —
Guaiemah febrero 10. á las
7 de la noche. ?»ii —
íjueri lo atni^o y >eilor. De-pues (|ue inbe —
el gusto e.-vla mañana de leibir la muy apreciable de U. del 7.
me ha '<ido en esir aio pesaroso el e iie i.ier las de>ai;radables
ocurrencias del 9 —
-D ay instrucciones á Jmn Pavón para que se
demoren UlJ. en es garita mientras me itnoongo de las comuni-
i

caciones que trae para mi de Irisarri. Luego rjae esté im-


puesto en ellas dire a U lo (^ue debo hacer, en ol concepto de
que ansio por hablar coa U de quien soy siempre verdadero y
fiól aaiigo, y servidor. de Ayantna^M
N. 23.
Estado —
Mayor General. I. a Sección. Despacho de cor- —
rPSpondei\ria. — Núm. 37 —
El Coronel Gudlermo l'trks G<de ue!
Estado Míyor: Geneial de l»s fuerzas rejiublicanas de Centro-
América. Sr. secretario de Estado y d"l despacho de guerra. —
Cuando tube el horinr de comunicar á U. ofi' raímente haber de-
jado el mando del Exércilo. con (|ue me había honrado el S. P E.
no me fué posible entrar en los pormenores del acontecimiento
que motivo mi separación pues ocupado ayer en dar cuenta per-
sonalmente al Sr. Presidente de lodo lo ocurrido, no pude- dedi-
carme á extender por escrito una relación qae ecsijía algunas
horas de trabajo.
He dejado el mando del Ejército por que mi carácter no
sufre ser el juííuete de las pasiones, ni el instrumento de loi
partidos. Se tuvo desde mi salida de esta corle el plan de se-
jtarar de mi lado á oficiales cuyas opiniones polilicas no eran ra
un todo de ¡a aprovacion de algunos, y con este objeto se ha
irahajadí incesantemente; aunque sin utilidad, por que siendo yo
el solo rts|)onsable de mis procedí nienlos. debia tener cerca de
mí. oficiales de mi confianza, y no abandonaruie á recibirlas de
personas, afecta las acaso del espíritu de los riar'idos.
Se ha obrado por algunos gefes del Exércilo dr una ma-
nera eácaadalosa y por tau pequeiias cauaas q 4e no pueden jus-
tífifar'c Híe nnanf^ra aTginia. El 8. S 1a^ onre 6 fíore rV! dia se
previno en la ónJcit gf-ncral del K.\crc,ito que la rcvisia de o- (

misario seria rl 9 á las s< i-. de !;i mañana, nombrándose interv-tj-


tiics, para la iufariuria al tómente coioik Ful^^cmio Morales, y
I

Ptra la caballeria y ariillfrí;i al coronal An!oni<i liisarii. Este noin-


b Mmif lito se hizu conforme á la practica segiii ly en ?tc país, de que
t

Sf 1 interventor un gr te i-uelln.
y qu. no pertenezca á la irinniaarma;
p'i lo haber en él eq ivocacionj ni nuli' ia. El 9 á las seis <le
la niuKina di bia cmen/.ar la revista v á las si. te se pie.s'iió
ti coronel Vicente D-iminíiuez, r'"|>rcs ,'litando á nombre de los ge-
fis de iiifanteria la injn-iicia del no ubraíniomo leí Si. M^ralfs, eii
¿tlencion á (pie era t;radn;ido snlaiuente. Yo csl.iba dispuesto á
C|iie iniervinie.se en tO'lo el Exéicito el coronel Msarrr. Pero
cu.indo el coronel D>iinÍMi;'iez me dijo, que los gefjs creian que
el nonibraiuiínto de Morales, lo mis no que las órdenes cpie sé
dallan contri los }r«fes citan lole^ 1 o 'denaaza era obia todo, del
1

teniente coronol Ildefonso Castillo, mi primer ayudante y secre-


tario, y que ellos querían que lo separase de mi lado, se redimió
allanu-nte mi natural delicadeza; p e^ juzgar que mis órdenes 5
provi leticias eran rrnan.i l.is de mi secietario era suponer eti nií
un hombre i'ufito (|ue me prostituía á la voluntad de un mi su,
b.ilterno y si yo me ji/,.^arj lal, no habría uceptuadoel mando: cr í
otrndiiia mi lepulací on y despedí al coronel Dominguez dicien-
diilc que se estuviese á lo mandado y añadiendo que iba á de»

j r el mando del exér ilo para no tr.itar con hombres que que»
HUÍ darme la h y. y no eran dignos de ser mandados por «ti
unlilar de honor A la mi'dia hoia de este suceso recibí un
papel del coronel Di^iningucz. en (|ue me abisaba que su divi-
6ion estaba formada, prc)nta á pasar revista; pero ciue esperaba
id intervenior: le comesié con el ayudante Tomas Tovar, que ea
ai|uel momento iba un ayudante de campo á hacer venir al in-
te rventor, y rpie entre tanto se mantuviere formada la tropa. N»
obstante esto él la mandó retirar y [)oner las guardias pues en»
tialiade servicio la división.
El interventor se presentó, mandarle que fuese á re-
y rd
vistar la segunda «livision, me dan haberse retirado de
parte de
óidon del coronel D^ningurz. Yo que vi que e-candalosatnente
se desobelecia una órJen formal y que el Sr. Dominguez. órga-
no de la voluntad de cuatro ó seis hombres era el sujeto á
cjnien estos hablan escogido para que se pusiese á la cabeza del
jiotido, resolví emviarlo á e«ia corte en calidad de arrestado
|)ura que die.-Ne cuenta al S. G de su conducta.
Loa gefcó,. eu vez de hallarse á la cabeza de sus cueipos
estaban en nna junta Df'^i'^Ü !a por el coronel Irisarri; no en
Cotiversacion, no con el fin d^' hacer un reclamo, si no con el
de ir reunidos á solicitar de nií, condescendencias que nunca las
hubieran obtenido.
E-tanda f)ara marchar á su destino el coronel Domínguez
se presenta á mi puerta el coronel Irisarri seguido de los señores
Miitufires, Aycinena José Vicente G ircia Granados, Vigíl y los
demás gefes del exército esceptuando unos pocos. Hainendoles
yo preguntado qué se ofrecía, me respondió el coronel Manuel
Montufar: la libertad del coronel D)minguez, á que contesté, que
de ninguna manera, que él mar haba á Guatemala; pues no mar-
chará repiiíO el mísm") seiíor M >n tufar y yo volví á contestar
con firnezi. qie él mirrharia también con D)nin:;uez: á e^to
guirló silencio el sen ir M lUifar; p^ro el sen ir Irisarri repuso:
>

no señor no marchará, y yo p'egunté ¿ c ju que se roe desobe-


dece ? y él contestó (|ue siendo militares del Esiado debían ser
considerados, con no sé que otras espresíones á medio pronunci-
ar, dándome á entender que como del E*tado no estaban sujetos
á la federación- El señor Aycinena tomó la palabra y me re-
clamó el nombramiento de interventor do un modo que no ma-
nifest il)a el encono de los demás; pero fué interrumjjído por el se-
ñor Domínguez que dijo que todos los g'fes no querían otra
cosa que la separación de mi lado del teniente coronel Castillo,
pues creían emanadas de él las órdenes duras que se daban,
por que conocían su carácter; pero que él ya les había dicho
que no era así. por que él mismo había visto de mi letra los
borradores d'" las órdenes. Se siguió el señor Granados es[)re-
sandose de una mnnera tan insultante que no pude menos de
responderle con firmeza que yo dejaría el mando, pues para
conservarlo era necesario fusilar á los que me faltasen, y el
señor Juan M mtufar me interrumpió que primero me fusdarían
á mí. Le impuse silencio con la mayor energía y aun dureza;
pero conocí (¡ue aquella era una asonada, y c|ue tenía otro
ol)jeto que la separación de Castillo y el nombiaaiiento de Mo-
rales. Les dije que dejaría el mando y en efecto lo dejé dantJo
á recono-^er por comandante general al ciudadano Antonio Irisarri.
Pero ¡cual fué mi sorpresa cuando supe que antes de ro-
munícarine la orden, no eran reconocítias mis firmas en las
abanzadasí y (|ue al momento de laveníJa de los gefes á mi casa
se habían mandado poner sobre las armas algunos cuer()os ¡To-
do daba á entender que se hacia una revolución, y la orden
que en copia acompaño bajo el nfím. 19. me confirmó en mis
ideas. Me pongo ea marcha y se detiene á los Ayudantes de
K^la'ío Miynr, y í prrsonas cíe mi cotnítiva.
!ns
Como nato mió, soliciía su pasapoi'te el lenionte
ayuíJluUt;
Vircuie V illa-Scñop: .se le insta fjara que no t.e separe del exón--
riio y «¡c me dicf que él no qiipiui vciiir cotuiiigo: se me t¡iii-
ta la escolla que yo tcni'a prc |jai;u!a de Dragones fedeiaJcs, y
8(' me dá tina df! níím. ?. ° de nii.liria activa, que atuique trata
un olirial de l;i arma, venia mandada por el Ga|iilun de inf; nteria
Juan Pavón, que hacia una hora cjue hahja llegado de esta
roile: se le díte á un amigo niio ])Of el señor Garcia Granados
t|ue yo era- sospe^ho^o por ser amigo del l'residt nie de la Re-
jjúbJica, y pnesto por él: C[ue estaha rodeado de Sausalvadore-
fios, y (|ije de ellt s el ttnietite ooronel Castillo era muy sospe-
choso; y que como militar no le inspiralia; yo corifianza. Hé
a(|ui pues de^enbierta la r<volucinn; se (lueiia que yo obraje'
confí rmc á las ideas de un partido: que me rf;dcara de hrnduís
que i'ste me diera; y no como subdito del Gobiei'no, sino como
eiifmiiio de San Salvador diese principio á las hostilidades^ rom-
piendo las negociaciones, y tomando parecer de tos g( fes, por lo
ruTios del «» ñor liv^arri para todas las comunicaciones con el
diicral ¡VI' lino.
No (juiíro continuar en el servicio: no quiero mandar á
hombres que desobed* c» n al Gobicrn •• Hé dejado el exército,
para consM'var ilesa mi Pfpulacion. y nunca la mancharé seaa-
cual fueren las circunstancias en que me halle. D( ho hacer ju.s-
tilia á algunos g( fes: coioik
» IJo^é Valdes. los tenientes coro»
|

IH los Gonzales y Salazar y el sargento mayor Joié Maria Es«


) ínola. se han conducido de una maneKa muy recoiriendable. y
la oficialidad y tropa dt exército ha acreditado un juicio recto
I

y vf rdadera sumisión al Gobierno. Qi ien convocó á los g( fes


j ira ir k mi casa fiíé el coionel Irisani de acuerdo con los 88.
ftlintufares, Dominguez, y José Vicrnie Garcia;, y finalmente ei
coron»! Irisarri. fué el primero que alzó la voz desobedeciéndome,
Rs noiorio que con harta repugnancia acepté el mando
di'l exército; mas habiendo logrado la enteig confianza, tanto del

^. G. fetleral como del listad', no podia menos de exíjir


<|ue mis subordinado» luvnsen la niisma que el deber les impo-
ría. Y finalmente los gefes que se han revelado contia mi autQ*
ridad se han revelad»» igualmente contra el S. G. federal y con-
tra el Gobierno del Estado de Guatemala.
Tengo fl honor de ponerlo todo en conocimiento de Í.L
pnrn que lo eleve al Supremo Gobierno, en cnmpiímiento de la
érUcD de ayer, reiterándole las protestas de mi apiecio y respetos.
Dios, Union, Libeilad. Guatemala febrero 12. de 1820,
C?. Perks,

N. 24.
Sr. cornnri G. P('pk«* — Mi queriilo amíwo y s<»¡Tnr oigo rn
este moim'iuo qup U. pi'Je |iasnporte para B.ilize. No U.
se vityiA
tni ami^o. Peiinanezcíi iianíjnilo entre nosotros que yo deseo ma-
cho hablar largaiiienteU, y raientras soy coruo siempre aícC-
con.
lisii.no y fiel amigo. &. M,
de .^jjcmena—E\ 14.
N. 25.
Al Sr. D. Mifiaiio Ayciiieiia Gefe del Fsta.do. Mi estima--
do araÍ2;o y señor: HillaaJorae bastante indispuesto ha sido ne-
cesario tomar un bomilivo-, y por con^iguie.iíe no podré bailarme
á la cita de esta mañana á las nueve. Cuatito mas considero el
.suceso, del día 9 en Jalpatagua, el ultrage que se me ha hecho,
y las noticias sobre mi perscMia que se han espar-cido. ó per-
mitido esparcir por los señores
, Irisarri Montul'ares
, ,José .

Vicente Garcia Graniídos y ua Vigil; h^ resuelto irrevocablemente


rl no volver á tomar eL manda del ejército. Estos gef's, como,
militares, no son dignos de mi roníianza, y como ciudadanos, los.
considero los asesinos de la patria, y coiuo tales los he de seña-
Jar á la faz del mundo.. ¿ Pero quien, porlrá ver coa indiferencia
el estado de una nación,, en cuyo obsequio he resuelto sacrificar
mi ecsistencia ? ¿Quien podrá desoír la voz de la amistad? Vo=
Ine resigno al disponer de U. en todo cuanto sea salvar la re pii-
blica á escepcion tiel mando de las armas. Tengo la honra <$r<„
1.5 de Icbreru de 1828 á lá& 8 ^ media de Ja luauana. G. PerJet, —

CJijATEMALA.—s>*e.-ÍMPRENTA MATOR.-«»«»~CaBA DE PoRRATS.


V> ici»

También podría gustarte