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http//neuronados.wordpress.com/2016/03/18/que-relacion-hay-entre-la-
ansiedad-y-el-consumo-de-drogas/
LA ANSIEDAD COMO LLEVA AL CONSUMO DE DROGAS
El consumo de drogas continuado puede llevar a la aparición de la ansiedad, pero
también ocurre el caso contrario: experimentar ansiedad puede desembocar en el
consumo de sustancias en un intento de paliar la ansiedad. Las sensaciones que se
buscan pueden ser las placenteras o la desinhibición. Por ejemplo, una persona con
dificultades a la hora de relacionarse puede recurrir al alcohol para perder el miedo a
ciertas situaciones sociales y así, desenvolverse con éxito. También aumentan las
probabilidades de que aparezca ansiedad en el trascurso de los efectos del consumo de
una droga. Así es que, Baeza (s.f) considera que la relación entre la ansiedad y el
consumo de sustancias es bimodal: por un lado, el uso continuado de una sustancia
puede conducir a experimentar síntomas e incluso problemas de ansiedad. Por otro,
algunos trastornos de ansiedad pueden cursar con un mayor consumo de ciertas
drogas, por ejemplo el alcohol o el tabaco. En general, el uso continuado de una
sustancia puede conducir a la aparición de algunos síntomas asociados a la ansiedad
como malestar, irritabilidad o taquicardia. Por ejemplo, se ha descrito la importante
relación existente entre consumo de éxtasis y/o estimulantes y la aparición de
alteraciones psicológicas como ansiedad, pánico o dificultades de concentración. Las
personas que experimentan el síndrome de abstinencia de una sustancia también
pueden manifestar ansiedad. De hecho, se ha descrito un trastorno de ansiedad que
considera que la misma puede estar inducida por sustancias o, dicho de otro modo,
ser consecuencia de su uso frecuente y excesivo. En el trastorno de ansiedad inducido
por sustancias los síntomas de ansiedad están asociados al consumo, abuso o
dependencia de una droga (cafeína, nicotina, alcohol, cannabis, cocaína, heroína,
éxtasis, etc.). Los consumidores habituales de drogas presentan niveles de ansiedad
más altos que los no consumidores, incluso después de haber abandonado el
consumo.
http://www.um.es/analesps/v10/v10_2/05-10_2.pdf
Relaciones entre ansiedad estrés y
necesidad de consumir
La ansiedad provoca un mayor o menor grado de
malestar, fruto de esa amenaza que el sujeto no
puede afrontar con éxito. La percepción que te-
nemos de este malestar se traduce en pensamien-
tos y sentimientos negativos, percepción de alta
activación fisiológica, etc. Algunas respuestas
consumatorias (comer, fumar, beber) pueden re-
ducir este malestar, de hecho, una de las siete res-
puestas motoras de ansiedad que evalúa el ISRA
es
"fumo, como o bebo demasiado"
, siendo ésta
una de las respuestas motoras que mejor discrimi-
nan entre personas con alta y baja ansiedad.
Salvando las diferencias individuales, deter-
minadas situaciones, especialmente de carácter
social, están asociadas con el consumo de algunas
sustancias que cumplen la función de reducir el
nivel de ansiedad, mejorar el estado de ánimo, etc.
Así, por ejemplo, una fiesta o reunión social, salir
de copas, estar con una persona del otro sexo, etc.,
conlleva muchas veces un consumo alto de alco-
hol y tabaco, o de otras sustancias, como deriva-
dos del cannabis y cocaína (Heimberg, Dodge y
Becker, 1987). Sobre este punto son fácilmente
observables diferencias transnacionales, relacio-
nadas especialmente con el consumo de alcohol.
Las normas y pautas sociales sobre situaciones so-
ciales y consumo de alcohol cambian, por ejem-
plo, entre los países mediterráneos y los países
nórdicos. La mayor disponibilidad del alcohol, las
costumbres sociales, etc. tienen una alta incidencia
sobre el consumo. Además de estas variables so-
ciales existen otras variables individuales relacio-
nadas con el consumo de alcohol, una de ellas pa-
rece ser la ansiedad, como luego veremos.
A veces, en otras situaciones incluso todavía
más cotidianas, como por ejemplo, cuando una
persona intenta dormir, trabajar, o estudiar, surge
también la ansiedad. Algunas personas experi-
mentan fuertes reacciones de ansiedad en su vida
cotidiana e intentan reducir su malestar tomando
algún tranquilizante o ansiolítico. Muchas perso-
nas llegan a convertirse en grandes adictos de es-
tas drogas legales
Aunque, inicialmente, el alcohol, los ansiolíti-
cos, o el tabaco puedan reducir el nivel de ansie-
dad, aumenten la seguridad personal, o cambien el
estado de ánimo hacia unas sensaciones más agra-
dables, a la larga, el consumo de estas sustancias
puede hacerse más necesario, para conseguir los
mismos efectos, o puede generalizarse a otras si-
tuaciones y los síntomas de ansiedad pueden lle-
gar a ser más intensos; especialmente, cuando no
es posible seguir consumiendo, por las razones
que sean, dichas sustancias. Se produce así un in-
cremento en espiral, tanto de la necesidad de
consumir, como de la ansiedad que se intenta
eludir. Si se produce 'dependencia' con respecto a
esa sustancia, la ansiedad será especialmente
intensa en las fases de abstinencia. De esta
manera, el consumo persigue conseguir tanto los
efectos de la sustancia como la evitación de los
síntomas de ansiedad. En el tratamiento de
algunas adicciones, la ansiedad es por lo tanto un
fenómeno importante a tratar. El objetivo será
reducir las manifestaciones de ansiedad sin
consumir las drogas. A lo largo del tratamiento
van a ser varias las técnicas que se emplearán para
reducir el nivel de ansiedad
Por otro lado, cualquiera de las situaciones de
estrés a las que está sometido el individuo pueden
ser de por sí lo suficientemente intensas como pa-
ra provocar un desajuste personal y social impor-
tante. En algunas ocasiones, esta intensidad del es-
trés (como estímulo) no puede ser afrontada por el
sujeto, produciéndose una fuerte reacción de es-
trés (como respuesta). Esta reacción puede gene-
rar más necesidad de consumo de sustancias que
ayuden a superarla. En este tipo de casos, además
de reducir el nivel de ansiedad, parte del trata-
miento se centrará en enseñar a afrontar el estrés
situacional o ambiental que sufren estas personas.
Estas observaciones de carácter general sobre
las relaciones entre ansiedad o estrés y necesidad
de consumo no se pueden generalizar a todos los
individuos, sino sólo a aquéllos que realizan tales
conductas (generalmente consumatorias) como
reacción a su estado de ansiedad o malestar, pro-
bablemente con el fin de acabar con dicho estado,
aunque a la larga se produzca un incremento en el
nivel de ansiedad, en lugar de una disminución.
Para estos individuos el mejor tratamiento para
eliminar el consumo deberá incluir tratamiento
específico en reducción de ansiedad.
En cambio, otros individuos sin duda llegan a
la misma necesidad de consumo por otras vías di-
ferentes de la de intentar reducir su ansiedad o me-
jorar su estado de ánimo. Téngase en cuenta que
incluso un mismo sujeto puede consumir una
misma sustancia (alcohol o tabaco, por ejemplo)
en diferentes ocasiones, con diferentes propósitos,
unas veces para relajarse, otras para activarse, etc.
El efecto de estas sustancia no es siempre el mis-
mo, estando relacionado con variables psicológi-
cas o situacionales, tales como las expectativas del
sujeto, o el tipo de situación
Existe alguna evidencia empírica en favor de
todas estas observaciones que coinciden en seña-
lar fuertes diferencias individuales en la necesidad
de llevar a cabo conductas consumatorias por mo-
tivos diferentes (unas veces reducir la ansiedad,
otras aumentar la activación, etc.)
Como resumen de toda la revisión de datos y observaciones que hasta aquí se ha llevado a
cabo, nos atrevemos a proponer las siguientes conclusiones: 1. La ansiedad juega un cierto
papel en las motivaciones de las personas que realizan conductas consumatorias para mejorar
su estado de ánimo o alcanzar su nivel de activación óptimo (por ejemplo, "fumar, comer o
beber en exceso"). Estas personas presentan niveles más altos de ansiedad, valoran la
posibilidad de dejar de emitir su respuesta consumatoria como una amenaza (se incrementará
su ansiedad y malestar) y presentan déficits en su capacidad de afrontamiento (no poseen
respuestas alternativas al consumo). Por todo ello, estos sujetos mostrarán una menor
intención de dejar de consumir. 2. Cuando tal consumo cesa de repente, se suele producir el
síndrome de abstinencia (dependiendo de la sustancia consumida). En los distintos cuadros de
síndrome de abstinencia aparece la ansiedad, como emoción negativa, con alta activación
fisiológica, elevado malestar subjetivo, e inquietud motora. Una vez pasado el síndrome de
abstinencia los ex-drogodependientes politoxicómanos siguen mostrando niveles más altos de
ansiedad que los grupos de control. Por ello, en la rehabilitación de toxicómanos es necesario
tratar específicamente estos altos niveles de ansiedad, enseñando al sujeto a reducir su
malestar, su activación fisiológica y su inquietud motora, dando respuestas de afrontamiento
adecuadas que supongan una alternativa a la respuesta de consumo. 3. En el tratamiento de
los trastornos de ansiedad se da una interacción significativa entre el tipo de reactividad
individual (cognitiva, fisiológica y motora, según el sistema de respuesta que predomine) y el
tipo de técnica (cognitiva, fisiológica y motora, según el sistema de respuesta que más
reduzca). Son más eficaces los tratamientos concordantes. Las técnicas de tipo cognitivo son:
las técnicas de reestructuración cognitiva, las de solución de problemas, las de manejo de
ansiedad y las de condicionamiento encubierto. Las técnicas fisiológicas más importantes son:
la relajación, la desensibilización sistemática y el bio-feedback. Por último, las técnicas motoras
son: la exposición, el ensayo conductual reforzado y el entrenamiento en habilidades sociales.
4. En el tratamiento de algunas adicciones, especialmente tabaco y alcohol, se han encontrado
también interacciones significativas entre el tipo de paciente y el tipo de tratamiento. Se han
encontrado diferentes variables a tener en cuenta a la hora de seleccionar el tratamiento
concordante (tipo de paciente y tipo de tratamiento), una de las encontradas es la ansiedad,
como variable relacionada con el consumo (de alcohol o tabaco) para reducir el malestar
subjetivo y la activación fisiológica. Los sujetos que consumen con estos fines necesitan en su
tratamiento técnicas de reducción de ansiedad. Esto es especialmente indicado a la hora de
programar la prevención de recaídas. A la hora de decidir qué técnicas de reducción de
ansiedad se deben aplicar, primero hay que hacer una evaluación individual que incluya las
manifestaciones de la ansiedad en los tres sistemas de respuesta y ante diferentes situaciones,
para después aplicar los principios del punto anterior.
http://www.diariofemenino.com/articulos/psicologia/ansiedad/tratamiento-
para-la-ansiedad-todos-los-remedios-para-recuperar-la-salud/
TRATAMIENTO PARA LA ANSIEDAD SOCIALMENTE
Estrés, ansiedad y depresión son los tres males modernos que están afectando a la
calidad de vida de millones de persona en todo el mundo. Y aunque se trata de
dolencias diferentes, la estrecha conexión que tienen entre ellos pueden llevarnos de
uno a otro en una espirar dominada por los trastornos emocionales.
Al igual que la depresión y el estrés, la ansiedad se cura, pero no podemos hacerlo
solas. Si bien existen métodos de autoayuda para tratar la ansiedad, cuando nos
encontramos con un trastorno que afecta a nuestra vida diaria, debemos ponernos en
tratamiento. Te presentamos todas las opciones para tratar la ansiedad.
http://www.monografias.com/trabajos102/drogas-problema-personal-familiar-y-
social/drogas-problema-personal-familiar-y-social.shtml
Consumo de drogas es un problema social.
Ciertamente, en la actualidad el consumo de drogas se presenta como un problema
social por la diversidad de factores que intervienen en su aparición y desarrollo. Cuando
se trata de explicar las razones, se observa una gran diversidad de elementos que
contribuyen a la comprensión del problema; esto se debe:
Por su carácter masivo: el consumo de drogas dejo de ser una situación que afecta a
la salud de unos pocos para convertirse en un problema a gran escala, de impacto
múltiple, cuyas conciencias negativas afectan no solo al individuo, sino a la sociedad en
su conjunto. Es una problemática que afecta a los niños, jóvenes y adultos de ambos
sexos, también a padres educadores, trabajadores, empresarios, líderes comunitarios,
entre otros.
Por ser un problema multicausal: en la aparición y desarrollo de la problemática de las
drogas intervienen muchos y diversos factores, entre otros, de carácter individual
(biológico, psicológico y espiritual); familiar; laborar comunitario; económico; social y
relativos a la sustancia (tales como pureza, dosis utilizadas, vía de administración,
potencial toxico). Y sobre todo por el tráfico y el consumo de drogas. Por contribuir a
un fenómeno complejo, dinámico e impredecible: funciona como un sistema en
constante evolución, que genera nuevos tipos y derivados de drogas, así como nuevas
formas de consumo y de mercadeo, lo que hace difícil presidir su comportamiento.
En consecuencia, es necesario comprender que el tráfico y consumo de drogas es un
"problema social" en la que todos somos afectados directa o indirectamente, y que no
puede ser considerado como un problema individual circunscrito a la
familia o comunidad.
http://lasadiccionestienensolucion.com/sociedad/como-afectan-las-drogas-en-la-
sociedad/
El consumir alguna droga o bebida alcohólica en exceso puede ocasionar algunos de
los siguientes problemas:
Todos nuestros actos tienen consecuencias que pueden afectar tanto a nosotros mismos
como a la gente de nuestro entorno, por eso es importante conocer e informarte
sobre las reacciones que puede ocasionar el consumo de drogas.
https://drogastudecides.wordpress.com/tag/impacto-social/
afectan en diferentes aspectos de la vida de la persona, tales como:
El paciente con trastornos de ansiedad necesita para curarse, en primer lugar, una correcta
información sobre lo que le está sucediendo. Pero, el médico de atención primaria no tiene una
buena formación sobre trastornos mentales, como lo demuestran los planes de estudio sobre
medicina y las encuestas realizadas a los propios médicos, en los que son bajos los
porcentajes de estos profesionales que declaran tener una buena formación en este campo.
Tampoco tienen tiempo material para transmitir al paciente dicha información, pues ya hace
algunos años que la duración media de una consulta era de siete minutos (Segui et al, 2004) y
desde entonces ha empeorado, pese a que existe una plataforma de médicos de Atención
Primaria que viene reclamando al menos diez minutos.
En lugar de información, el paciente con trastornos de ansiedad sale de la consulta del médico
con la sensación de que no le han escuchado y con una receta en la mano, donde le
prescriben psicofármacos, que no sabe si tomar o no.
Los tranquilizantes son eficaces para reducir la sintomatología ansiosa durante unas horas,
pero no le enseña al paciente a pensar de otra manera para dejar de producir estos síntomas.
Además, al cabo de un tiempo el organismo se habitúa a estos medicamentos y se reduce
considerablemente su efecto. Sin embargo, el problema de estos tranquilizantes no se para
ahí, sino que también producen adicción y a algunas personas les resultará muy difícil volver a
dejarlos. A esto hay que sumar los efectos secundarios no deseados, tales como, los
problemas que se pueden generar al conducir o manejar máquinas peligrosas, mujeres que
desean quedarse embarazadas, señoras mayores que se caen y se rompen la cadera
(disminuye en siete años su esperanza de vida, sino tienen un buen apoyo social), etc.
(Antonio, 2013)
(Iglesias Fernandez, 2016) (Clinica de la ansiedad, 2015) (Cannon-Videl, Tobal, Gonzalez, &
Irruarizaga, 2004)
(Veléz, 2013)