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3.

La Política ambiental

Las primeras acciones de política ambiental a nivel internacional.

A principios de la década de 1970, eran pocos los países que contaban con leyes para
regular el manejo del ambiente y de los recursos naturales. Dos acontecimientos de orden
internacional marcaron las directrices de las políticas públicas en cuestión de medio
ambiente y recursos naturales durante los últimos treinta años: la Conferencia de las
Naciones Unidas sobre el Medio Humano en 1972 en un primer momento, y dos décadas
más tarde la Conferencia de Río en 1992.

Se puede afirmar que el medio ambiente se convirtió en un asunto de importancia mundial


a partir de la primera, también conocida como la Conferencia de Estocolmo, de la cual se
habló en la segunda semana de este curso, donde se reconoció el daño causado por el
hombre en distintas regiones de la Tierra: contaminación del agua, el aire, la tierra y los
seres vivos; trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera; destrucción y agotamiento de
recursos no renovables; así como el daño en el ambiente que rodea al ser humano, en
donde vive y trabaja, con consecuencias nocivas para la salud.

Cabe señalar que con motivo de la apertura de la Conferencia de Estocolmo, el 15 de


diciembre de ese mismo año, durante el XXVII periodo de sesiones, la Asamblea General
de Naciones Unidas estableció el 5 de junio como Día Mundial del Medio Ambiente. Otra
resolución, adoptada por la Asamblea General ese mismo día, conformó el Programa de las
Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Aunque 1972 marca el inicio de una época en el cuidado y preservación del medio
ambiente, en los años subsiguientes las actividades encaminadas a trazar los esfuerzos
nacionales no llegaron muy lejos, ya que, aunque se avanzó en cuestiones de orden
técnico y científico, en el plano político se continuó dejando de lado a las cuestiones
ambientales, por lo que se fueron agravando, entre otros problemas, el agotamiento del
ozono, el calentamiento de la Tierra y la degradación de los bosques.

En 1983, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ante la evidencia de que la


protección del medio ambiente se convertiría en una cuestión que ponía en riesgo la
supervivencia, estableció la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.

La ONU convocó a la Conferencia sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, que se celebró


en Río de Janeiro en junio de 1992. La Conferencia, conocida como Cumbre para la Tierra,
tuvo como objetivos sentar las bases para lograr un equilibrio entre las necesidades
económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras; y establecer
una alianza mundial entre los Estados, los sectores claves de las sociedades y las
personas para proteger la integridad del sistema ambiental y de desarrollo mundial.

En la Cumbre se aprobaron tres grandes acuerdos: el Programa 21, un plan de acción para
promover el desarrollo sostenible; la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo, donde se establecieron 27 principios en los que se definen los derechos civiles
y obligaciones de los Estados; y una Declaración de principios relativos a los bosques,
donde se instituyeron normas y criterios para la ordenación sostenible de los bosques en el
mundo.

Dentro de los principios aprobados en la Declaración de Río destacan las siguientes ideas:
para alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente debe ser parte del
proceso de desarrollo; los Estados deben cooperar solidariamente para proteger y
restablecer la integridad del ecosistema de la Tierra; los Estados deben reducir y eliminar
las modalidades de producción y consumo insostenibles y fomentar políticas demográficas
adecuadas; los Estados deben promulgar leyes eficaces sobre el medio ambiente; en las
naciones debe efectuarse una evaluación del impacto nacional respecto de cualquier
actividad que probablemente produzca un impacto negativo en el medio ambiente.

Después de la Cumbre de la Tierra, para apoyar a los gobiernos y a organismos de las


Naciones Unidas a implementar acuerdos alcanzados, se estableció la Comisión sobre el
Desarrollo Sostenible, la cual se integró por representantes de 53 países elegidos entre los
Estados miembros de las Naciones Unidas. La tarea principal de la Comisión es examinar
la aplicación de los acuerdos alcanzados en la Cumbre para la Tierra, impartir orientación
normativa a los gobiernos y a los grupos principales que realizan actividades relacionadas
con el desarrollo sostenible y fortalecer el Programa 21.

La política ambiental en México

En México, las leyes y normas que regulan el aspecto ambiental son relativamente nuevas.
Aunque antes de la década de 1970 había leyes que se referían al uso de recursos
naturales, el derecho ambiental surgió hace apenas tres décadas, ya que las leyes
anteriores no tomaban en consideración los aspectos relacionados con la conservación y la
recuperación de los recursos naturales. Los primeros aspectos ambientales que se
incorporaron a la legislación federal fueron relativos a la contaminación, cuando en 1971 se
promulgó la Ley Federal para Prevenir y Controlar la Contaminación.

En 1972, el gobierno federal creó la Subsecretaría de Mejoramiento del Ambiente,


dependiente de la Secretaría de Salud, que fue la primera institución pública establecida
para atender principalmente los problemas de contaminación urbana producida por las
industrias y los vehículos.

En 1982, la política ambiental adquirió un enfoque integral, se reformó la Constitución, se


crearon nuevas instituciones y se edificaron las bases jurídico-administrativas de una
política de protección del medio ambiente. En ese año fue creada la Secretaría de
Desarrollo Urbano y Ecología (SEDUE) y los temas que eran atendidos por la Secretaría de
Salud pasaron a esta nueva dependencia, a la que además le correspondió vigilar el
funcionamiento de los ecosistemas naturales. En ese año también se promulgó la Ley
Federal de Protección al Ambiente.

El Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988 incorporó por primera vez el tema ecológico
como factor en el desarrollo económico y social. En este documento se plantearon
estrategias para el buen uso de los recursos naturales, el uso de tecnologías eficientes y
para evitar el crecimiento urbano en las zonas metropolitanas de las ciudades de México,
Guadalajara y Monterrey.

En 1987 se reformaron los artículos 27 y 73 de la Constitución. En el primer caso se señaló


la obligación del Estado para dictar las medidas necesarias para ayudar a mantener el
equilibrio ecológico. En cuanto al artículo 73, se facultó al Congreso de la Unión para
legislar en materia de protección al ambiente.

Un año después se promulgó la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al


Ambiente (LGEEPA), que fue pionera en América Latina y es la base de la política
ambiental del país. Muchos países tomaron esta ley como plataforma para elaborar su
propia legislación ambiental, con adecuaciones a sus realidades nacionales. Sus aspectos
básicos fueron establecer disposiciones para la protección de las áreas naturales,
prevención y control de la contaminación, y control en el manejo de residuos peligrosos; la
clasificación de las fuentes de contaminación y las sanciones para quienes violaran las
disposiciones contenidas en la ley. Se puede afirmar que el inicio de una política ambiental
en el país está marcado por este acontecimiento, ya que la LGEEPA abrió la vía para la
construcción de normas y para crear las bases de la gestión del medio ambiente.

En los años subsiguientes a la publicación de la ley, las grandes empresas productoras


celebraron acuerdos con las autoridades que impactaron positivamente en la emisión de
contaminantes ambientales, como el traslado de plantas hacia la periferia de la Zona
Metropolitana de la Ciudad de México; la SEDUE empezó a supervisar los acuerdos que se
negociaron con empresas de las industrias cementera, química, de fundición, de alimentos
y del papel; se creó un inventario de empresas potencialmente contaminantes de la Ciudad
de México y comenzaron a aplicarse los cierres temporales de empresas por denuncias de
contaminación.

La Comisión Nacional del Agua (CNA), autoridad federal en materia de administración del
agua y protección de cuencas hidrológicas fue creada en 1989. Tres años después, en
1992, se establecieron nuevas instituciones gubernamentales: la SEDUE se transformó en
la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL); aparecieron el Instituto Nacional de
Ecología (INE) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), el
primero, encargado de ejecutar proyectos relacionados con el ambiente y de elaborar la
normatividad ambiental, y la segunda, de vigilar la aplicación de las leyes ambientales.

Para entonces, la gestión pública de los recursos naturales estaba diseminada en varias
dependencias: el agua y los recursos forestales dependían de la Secretaría de Agricultura,
los asuntos de pesca eran manejados por la Secretaría de Pesca, y los temas ambientales
por la SEDESOL.

Así, en diciembre de 1994, con el enfoque de “desarrollo sostenible” emanado de la


Cumbre de Río de 1992, para planear el manejo de recursos naturales y políticas
ambientales articulando objetivos económicos, sociales y ambientales, se creó la Secretaría
de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP). Esta secretaría integró el
sector forestal, el agua, la pesca y todo lo relacionado con el ambiente.
Posteriormente, en noviembre del año 2000 se cambió la Ley de la Administración Pública
Federal, dando origen a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT). La pesca, como actividad productiva, pasó a formar parte de la Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). Esta
separación, según la dependencia, buscó separar las actividades productivas pesqueras de
las políticas de protección ambiental y de recursos naturales para incidir en la disminución
de la contaminación, la perdida de ecosistemas y de biodiversidad.

En los últimos treinta años, la política ambiental ha transitado de un enfoque sanitario como
respuesta a la contaminación del aire en las grandes ciudades, a una orientación de
protección del equilibrio ecológico. No obstante, la SEMARNAT reconoce que todas estas
adecuaciones no han modificado las tendencias de degradación del ambiente y de los
recursos naturales, debido principalmente a dos factores: un presupuesto escaso para el
sector y que el tema ambiental continúa alejado de la toma de decisiones de política
económica y de los sectores productivos. Por otro lado, la dependencia ha reconocido
reconoce que algunos de los programas y proyectos de desarrollo implementados en el
país, especialmente las políticas agropecuarias y agrarias, han inducido procesos que
favorecen la deforestación y el uso irracional del suelo.

3.1 Principios

En México la política ambiental se establece jurídicamente con base en los principios


contenidos en el Artículo 15 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al
Ambiente que dice: “Para la formulación y conducción de la política ambiental y la
expedición de normas oficiales mexicanas y demás instrumentos previstos en esta Ley,
en materia de preservación y restauración del equilibrio ecológico y protección al
ambiente, el Ejecutivo Federal observará los siguientes principios”:
I.- Garantizar el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente adecuado para su
desarrollo, salud y bienestar;
II.- Definir los principios de la política ambiental y los instrumentos para su aplicación;
III.- La preservación, la restauración y el mejoramiento del ambiente;
IV.- La preservación y protección de la biodiversidad, así como el establecimiento y
administración de las áreas naturales protegidas;
V.- El aprovechamiento sustentable, la preservación y, en su caso, la restauración del
suelo, el agua y los demás recursos naturales, de manera que sean compatibles la
obtención de beneficios económicos y las actividades de la sociedad con la preservación
de los ecosistemas;
VI.- La prevención y el control de la contaminación del aire, agua y suelo;
VII.- Garantizar la participación corresponsable de las personas, en forma individual o
colectiva, en la preservación y restauración del equilibrio ecológico y la protección al
ambiente;
VIII.- El ejercicio de las atribuciones que en materia ambiental corresponde a la
Federación, los Estados, el Distrito Federal y los Municipios, bajo el principio de
concurrencia previsto en el artículo 73 fracción XXIX - G de la Constitución;
IX.- El establecimiento de los mecanismos de coordinación, inducción y concertación
entre autoridades, entre éstas y los sectores social y privado, así como con personas y
grupos sociales, en materia ambiental, y
X.- El establecimiento de medidas de control y de seguridad para garantizar el
cumplimiento y la aplicación de esta Ley y de las disposiciones que de ella se deriven, así
como para la imposición de las sanciones administrativas y penales que correspondan.

3.2 Instrumentos

La política ambiental es conceptualizada como el conjunto de actividades y


procedimientos con los que diferentes niveles de competencia y organización del Estado o
de las empresas y organizaciones no gubernamentales buscan la protección del medio
ambiente y la conservación de la naturaleza, éstas son adoptadas y adaptadas por los
gobiernos signatarios de los acuerdos internacionales. Las políticas se ponen en marcha
mediante una amplia variedad de instrumentos. Las políticas ambientales pueden ser
explícitas o implícitas.

La planeación ambiental tiene un objetivo dual.


 En un primer sentido, trata de establecer un marco de actuación global sobre el
entorno, que afecta tanto a sujetos de derecho privado como público. Esto se logra en
ocasiones mediante normas vinculantes, y otras veces mediante meras recomendaciones y
directrices que, a su vez, preparan el camino a posteriores reglamentaciones ambientales o
a actos no normativos con trascendencia para el medio.

 En segundo lugar, mediante los planes y programas que como instrumentos


jurídicos de la planeación se consigue con ellos ofrecer una certeza al conjunto social, un
referente sobre las actuaciones posibles, las aconsejables y las no deseadas, destinado a
perdurar durante un espacio de tiempo determinado. En este segundo sentido, la
planeación ambiental ofrece a la sociedad civil un margen de seguridad jurídica en la
materia ambiental, proclive, por otro lado, al riesgo de ser objeto de una sobrerregulación
excesiva y espontánea por parte de la Administración. La elaboración de los planes ofrece
también un necesario espacio reflexivo y participativo a cuestiones de importancia para el
conjunto de la sociedad. Al poner en el mismo nivel a la política ambiental y el
ordenamiento ecológico la Ley reconoce en el ordenamiento ecológico a la figura clave de
la planeación ambiental a partir del uso y aprovechamiento sustentable de los recursos y en
la identificación de la vocación y aptitud del suelo, en función de sus características.

Este uso potencial consiste en identificar la capacidad de usar el territorio y sus


ecosistemas sin riesgo de degradación, dentro del marco del desarrollo sustentable. Los
programas de desarrollo regional sustentable plantean una gestión participativa del
desarrollo hacia la sustentabilidad, en regiones prioritarias del medio rural e indígena del
país, que por su enfoque requieren el trabajo conjunto con otras secretarías, lo que se
plasmó en las Bases de Colaboración Interinstitucional con la participación de ocho
dependencias federales y que cristalizó en el Programa Nacional de Atención a Regiones
Prioritarias.

3.3. La Evaluación del Impacto ambiental

Tiene por objeto identificar, predecir, interpretar y comunicar los impactos que una acción
inducirá al medio; es decir un análisis sistemático de las relaciones entre una acción y el
ambiente para determinar cómo se afectarán entre sí.

La Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) en México ha tenido una evolución en su forma


de desarrollo y cuantificación que ha estado asociada a la propia evolución de la
Legislación Ambiental y de las Instituciones Ambientales Nacionales y locales encargadas
de su instrumentación. Esta evolución ha estado orientada y motivada por el propio
desarrollo de los Acuerdos Internacionales y los enfoques que la comunidad internacional le
daba desde su origen al ambiente en función del desarrollo de la sociedad.

La SEMARNAT evalúa los posibles efectos de las obras o actividades en el o los


ecosistemas de que se trate, considerando el conjunto de elementos que los conforman y
no únicamente los recursos que, en su caso, serían sujetos de aprovechamiento o
afectación. El conjunto de elementos se refiere a los medios, componentes y factores que
conforman al ecosistema. La utilización de los recursos naturales en forma que se respete
la integridad funcional y las capacidades de carga de los ecosistemas de los que forman
parte dichos recursos, por periodos indefinidos.

3.3.1. Conceptos

Integridad funcional: Conjunto de mecanismos que permiten el mantenimiento del equilibrio


ecológico y la permanencia del ecosistema, entendiendo como mecanismos los sucesos
intermedios entre causa y efecto.

Capacidad de carga: es la medida que posee un componente ambiental (agua, aire, suelo,
flora o fauna) para depurar, dispersar, absorber o soportar vertidos, emisiones o residuos
sin afectar su calidad, estructura o función.

O bien, en términos del conjunto de ellos se refiere a la función de soporte que tiene el
territorio y los ecosistemas que lo forman para las actividades humanas en términos de
vocación y compatibilidad.

En su caso, la SEMARNAT podrá considerar las medidas preventivas, de mitigación, de


compensación y las demás que sean propuestas de manera voluntaria por el solicitante,
para evitar o reducir al mínimo los efectos negativos sobre el ambiente.

¿Qué tipo de medidas se pueden aplicar?

Básicamente existen tres tipos de medidas utilizadas en la evaluación de impacto


ambiental, que son:

Medidas de prevención: conjunto de acciones que deberá ejecutar el promovente para


evitar efectos previsibles de deterioro del ambiente;

Medidas de mitigación: conjunto de acciones que deberá ejecutar el promovente para


atenuar los impactos y restablecer las condiciones ambientales antes de la perturbación
que se causare con la realización de un proyecto en cualquiera de sus etapas;

Medidas de compensación: conjunto de acciones a través de las cuales se pretende


recuperar la funcionalidad ecológica de ambientes dañados por impactos residuales o
garantizar la continuidad de aquellos otros que presentan algún grado de conservación,
cuando ambos están ubicados en espacios geográficos distintos al afectado directamente
por una obra o actividad.

3.3.2 Reglamento de la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al


Ambiente en materia de evaluación del impacto ambiental

El Reglamento de la LGEEPA en materia de Evaluación del Impacto Ambiental detalla las


obras o actividades que requieren autorización en materia de impacto ambiental, así como
las excepciones.
Evaluación del Impacto Ambiental
La Evaluación del Impacto Ambiental es el procedimiento a través del cual la Secretaría
establece las condiciones a que se sujetará la realización de obras y actividades que
puedan causar desequilibrio ecológico o rebasar los límites y condiciones establecidas en
las disposiciones aplicables para proteger el ambiente y preservar y restaurar los
ecosistemas, a fin de evitar o reducir al mínimo sus efectos negativos sobre el ambiente
(LGEEPA, Art. 28).
Los proyectos de obras y actividades de competencia federal podrán ser evaluados por
medio de las opciones siguientes:
3.3.3. Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
Para la realización, propiamente, de las obras y actividades previstas en el artículo 28 de la
LGEEPA, se consideran dos modalidades:
Regional, cuando trate de:
I. Parques industriales y acuícolas, granjas acuícolas de más de 500 hectáreas,
carreteras y vías férreas, proyectos de generación de energía nuclear, presas y, en
general, proyectos que alteren las cuencas hidrológicas;
II. Un conjunto de obras o actividades que se encuentren incluidas en un plan o
programa parcial de desarrollo urbano o de ordenamiento ecológico.
III. Un conjunto de proyectos de obras y actividades que pretendan realizarse en una
región ecológica determinada, y
IV. Proyectos que pretendan desarrollarse en sitios en los que, por su interacción con
los diferentes componentes ambientales regionales, se prevean impactos
acumulativos, sinérgicos o residuales que pudieran ocasionar la destrucción, el
aislamiento o la fragmentación de los ecosistemas.
Particular, se refiere a todos los demás casos no referidos en la modalidad Regional
(Reglamento de la LGEEPA, Art. 11).
La MIA es un documento elaborado con base en estudios técnicos con el que las personas
(físicas o morales) analizan y describen las condiciones ambientales anteriores a la
realización del proyecto con la finalidad de identificar y evaluar los impactos potenciales
que la construcción y operación de dichas obras o la realización de las actividades podría
causar al ambiente y definir y proponer las medidas necesarias para prevenir, mitigar o
compensar esas alteraciones.
• Estudio de Riesgo. Cuando se trate las actividades consideradas como altamente
riesgosas, deberá incluirse además de la manifestación de impacto ambiental, un estudio
de riesgo. En dicho estudio deben definir: I. Escenarios y medidas preventivas resultantes
del análisis de los riesgos ambientales relacionados con el proyecto, II. Descripción de las
zonas de protección en torno a las instalaciones, en su caso, y III. Señalamiento de las
medidas de seguridad en materia ambiental (Reglamento de la LGEEPA, Art. 18).
• Documento Técnico Unificado (DTU). Cuando la evaluación implica, además de las obras
o actividades que requieren de autorización de impacto ambiental, requieren también el
cambio de uso de suelo en terrenos forestales y además requieran de autorización para el
aprovechamiento de recursos forestales maderables, se podrá presentar el Trámite
Unificado de Cambio de Uso de Suelo Forestal, para lo cual se elaborará el DTU que
integra, para su atención en un sólo trámite la información de la manifestación de impacto y
del estudio técnico justificativo que se señala en la Ley General de Desarrollo Forestal
Sustentable (LGDFS, Art. 117) y en su Reglamento (Reglamento de la LGDFS, Art. 121).
3.3.4 Informe preventivo.
Se requerirá presentar un informe preventivo y no una MIA, cuando se trate de obras o
actividades que se ajusten a alguna de las siguientes situaciones (Reglamento de la
LGEEPA, Art. 29):
I.- Existan normas oficiales mexicanas u otras disposiciones que regulen las emisiones, las
descargas, el aprovechamiento de recursos naturales y, en general, todos los impactos
ambientales relevantes que puedan producir las obras o actividades;
II.- Las obras o actividades de que se trate estén expresamente previstas por un plan
parcial de desarrollo urbano o de ordenamiento ecológico que haya sido evaluado por la
Secretaría;
III.- Se trate de instalaciones ubicadas en parques industriales autorizados.
En materia de la autoridad de la SEMARNAT que puede evaluar y dictaminar las
manifestaciones de impacto ambiental, los informes preventivos y los estudios de riesgo,
corresponde, en su respectivo ámbito de competencia, a la Dirección General de Impacto y
Riesgo Ambiental, a las Delegaciones Federales de la SEMARNAT y a la Agencia Nacional
de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos,
ocuparse de estos asuntos (Reglamento Interior de la SEMARNAT, Art. 28, 40).
Respecto del trámite único en materia de impacto ambiental y forestal, el "Acuerdo por el
que se expiden los lineamientos y procedimientos para solicitar en un trámite único ante la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, las autorizaciones en materia de
impacto ambiental y en materia forestal que se indican y se asignan las atribuciones
correspondientes en los servidores públicos que se señalan”, establece que corresponde a
la Dirección General de Gestión Forestal y de Suelos de SEMARNAT resolver el trámite
unificado de cambio de uso de suelo forestal, modalidad A1, cuando los solicitantes sean
las dependencias y entidades de la administración pública federal, estatal o municipal, y el
trámite unificado de aprovechamiento forestal cuando el aprovechamiento se realice dentro
de la circunscripción territorial de la Ciudad de México. Por su parte, corresponde a la
Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental resolver el trámite unificado de cambio
de uso de suelo forestal, modalidad B2, cuando los solicitantes sean las dependencias y
entidades de la administración pública federal, estatal o municipal.
Asimismo, corresponde a las Delegaciones Federales de la SEMARNAT resolver el trámite
unificado de cambio de uso de suelo forestal, en sus modalidades A y B, cuando los
solicitantes sean particulares, y el trámite unificado de aprovechamiento forestal, cuando el
aprovechamiento se realice dentro de su circunscripción territorial.
Una vez autorizados los proyectos de obras o actividades, la Procuraduría Federal de
Protección al Ambiente debe verificar el cumplimiento de los términos y condicionantes
establecidos. El universo de inspección se compone de: estudios y autorizaciones que son
hechos del conocimiento de la Procuraduría por parte de la Dirección General de Impacto y
Riesgo Ambiental; denuncias de la ciudadanía presentadas por el daño ambiental que
pueden causar obras o actividades específicas; proyectos en construcción o en operación
que se detectan durante las acciones de inspección sistemática de la Procuraduría.

3.6. Normas Oficiales Mexicanas (Ley de metrología y normalización)

La expedición de normas constituye, sin duda, uno de los pilares de la política ecológica.
Giner revisa el proceso normativo de los últimos años y presenta algunas consideraciones
sobre el mismo.

Muchas de las soluciones que se imponen a través de la normatividad ambiental son al final
del tubo o de carácter paliativo. Sólo las inversiones en tecnologías limpias atacan la raíz
del problema con una perspectiva de largo plazo. Sin duda, el poder promover este tipo de
tecnologías será una manera de lograr mejores resultados a futuro, pero, al mismo tiempo,
es necesario buscar nuevos caminos regulatorios.

La Ley Federal sobre Metrología y Normalización modernizó y perfeccionó el esquema


normativo de México. El proceso de elaboración de normas en materia ambiental
contempla la necesidad de desarrollar rigurosos estudios técnicos y de análisis
costo/beneficio. Además, contempla la participación de diferentes sectores de la sociedad
(universidades, el sector público y el privado) en el Comité Consultivo Nacional y la
participación ciudadana directa. Este año se ha aumentado considerablemente la
participación de sectores no- gubernamentales en el Comité, y se han fortalecido los grupos
de trabajo y los Subcomités.
Cabe destacar, dentro de las normas, la NOM-085 en materia de prevención de la
contaminación atmosférica, que contempla parámetros diferenciados por región, tamaño de
fuente, burbujas regionales y lapsos de aplicación sujetos a la posibilidad de cumplimiento.
Además, tiene la virtud de incorporar explícitamente un instrumento económico, el mercado
de derechos de emisión de contaminantes, que puede permitir a la ciudadanía o a las
autoridades "comprar" una mejor calidad de aire a través de competir con las empresas en
el mercado secundario de derechos. Como toda innovación radical ha sido sujeto de
múltiples críticas y es, sin duda, perfectible, pero marca un hito importante en el proceso de
normalización.

Se ha revisado también este año, la norma que establece el listado de residuos peligrosos,
analizando los criterios de definición de este tipo de residuos, lo que agilizará
sustantivamente su manejo, sin inducir a mayor riesgo.

En materia de agua tenemos una gran diversidad de normas que a menudo establecen
parámetros diferenciados para un mismo cuerpo receptor, que podrían resumirse y
adecuarse en su aplicación temporal para constituir un sistema coherente y mucho más
sencillo.

En materia de procesos productivos agropecuarios y de utilización de recursos naturales


hay un reducido grupo de normas. Esta laguna es particularmente grave ya que los
impactos ambientales en estos ámbitos pueden alcanzar dimensiones alarmantes y son
frecuentemente irreversibles.

La normatividad tiene límites como instrumento de regulación ambiental. Muchas de las


metas deseables son imposibles con la tecnología disponible.

Por otro lado, el Centro Nacional de Metrología, CENAM, fue creado con el fin de apoyar el
sistema metrológico nacional como un organismo descentralizado, con personalidad
jurídica y patrimonio propios. Siendo el laboratorio nacional de referencia en materia de
mediciones. Es responsable de establecer y mantener los patrones nacionales, ofrecer
servicios metrológicos como calibración de instrumentos y patrones, certificación y
desarrollo de materiales de referencia, cursos especializados en metrología, asesorías y
venta de publicaciones.

3.5 Auditoria Ambiental

La auditoría ambiental como instrumento de política ambiental, cuya operación está


encargada a través del Programa Nacional de Auditoría Ambiental (PNAA), es un método
que evalúa los procesos de una empresa respecto de la contaminación y el riesgo
ambiental, el cumplimiento de la normatividad aplicable, de los parámetros internacionales
y de buenas prácticas de operación e ingeniería.
La auditoría ambiental es una vía voluntaria y diferente a las acciones de inspección y
vigilancia, promueve la identificación de oportunidades de mejora, así como también la
instrumentación de proyectos que reducen la contaminación e incrementan la
competitividad.
La auditoría ambiental tiene como finalidad conocer y examinar la situación que guarda la
empresa, identificar áreas de oportunidad para ser ajustes y correcciones en donde existan
condiciones que dañen o puedan afectar el ambiente, promoviendo la mejora del
desempeño ambiental de la instalación.
Las auditorías ambientales revisan dos aspectos; el cumplimiento de la ley y la
implementación de buenas prácticas ambientales. Como resultado de esta revisión la
PROFEPA otorga un certificado ambiental, siempre y cuando las instalaciones operen en
óptimas condiciones. La auditoría ambiental por su parte, como herramienta técnica,
identifica las áreas ambientalmente críticas de una instalación empresarial y sus procesos,
permitiendo formular soluciones técnicas y de gestión apropiadas.Es una evaluación
sistemática, documentada y objetiva de la efectividad de las acciones realizadas para
cumplir con la legislación ambiental y lograr un desempeño superior al exigido por la
misma, debe ser independiente y capaz de identificar los problemas presentes y futuros.
Los pasos básicos de una auditoría son la obtención de información ambiental, la
evaluación de ésta y el establecimiento de conclusiones que incluyan la identificación de
aspectos que deban ser mejorados.

3.5.1 Industria Limpia (Características de la auditoría)

La auditoría ambiental tiene las siguientes características:

· El PNAA es un programa de carácter voluntario, con él se promueve la realización de


auditorías por lo que las empresas no tienen la obligación de someterse a una, lo que a su
vez implica que la autoridad no puede forzar a una empresa a auditarse, ya que solamente
se encuentra en posibilidad de promover o fomentar la realización de dicho instrumento de
política ambiental. Esta situación no se debe confundir con la obligatoriedad de los
compromisos que se adquieren cuando derivado de la auditoría se advierte que el
desempeño ambiental de la empresa reporta anomalías (no conformidades) y requiere de
la realización de medidas preventivas y correctivas, respecto de las cuales existe un
compromiso expreso, que obliga al empresario a darles cumplimiento.
· La adopción de las auditorías se realiza a través de la figura de la concertación, por
virtud la cual la autoridad conviene con los gobernados el cumplimiento de las políticas
gubernamentales. Por ello, al momento de concertar la realización de una auditoría
ambiental mediante el convenio respectivo, la empresa asume el compromiso de corregir,
reparar, construir o realizar las acciones necesarias que deriven de la auditoría, tenga o no
obligación legal expresa de efectuarlo, pues la auditoría incluye tanto la revisión de
aspectos normados como la de los que no lo están, con el propósito de proteger el
ambiente.
· Permite el acceso a la información relativa a los programas preventivos y correctivos
que se derivan de la auditoría, a aquellas personas que resulten o puedan resultar
directamente afectadas por la actividad de las empresas auditadas, es decir, a quienes
pudieran resentir algún perjuicio derivado del incumplimiento de alguna obligación
ambiental que recaiga en la empresa auditada.
· Protege la confidencialidad de la información industrial, servicios y comercial que se
genere con motivo de la auditoría.
· Se instituye la concurrencia de atribuciones en materia de auditoría ambiental, misma
que faculta al gobierno federal, así como a los gobiernos de los estados y municipios a
establecer mecanismos de cumplimiento voluntario como la autorregulación y las auditorías
ambientales, con lo que se prevé haría una generalización en su empleo y mayor nivel de
aceptación, en beneficio del ambiente.

BENEFICIOS AMBIENTALES
Actualiza y se adecua al cumplimiento de la legislación ambiental nacional. Principalmente
mitiga y controla aspectos en los diferentes rubros:
a) Agua.- Calidad de la descargas de aguas residuales, uso y consumo para el caso de
agua potable.
b) Aire.- Calidad de las emisiones totales descargadas a la atmósfera
c) Residuos peligrosos.- Control volumen generado, almacenamiento, tratamiento y
disposición final
d) Residuos sólidos. Control volumen generado, segregación, tratamiento (Reuso,
Reciclaje, Reducción) y disposición final.
e) Energía.- combustibles en volumen (sólido, líquido y gaseoso), electricidad en consumo
y carga contratada.
f) Suelo y subsuelo: Identificación de la calidad de contaminación de suelo y subsuelo y
vías de remediación inmediatas a corto y a largo plazo.
g) Ruido ambiental: Calidad del impacto sonoro al entorno ambiental
h) Riesgo ambiental. Identificación de factores de la peligrosidad y la vulnerabilidad ya
sean individuales o colectivos que pueden ser evaluados prevenidos cuantitativamente.
Con el fin de evitar contingencias ambientales de moderadas a graves.
Los beneficios ambientales cualitativos se pueden identificar como beneficios en:
1) Incremento en la eficiencia operativa
2) Disminución de accidentes e incidentes en el trabajo;
3) Mejor aprovechamiento de bienes materiales, incluyendo materia prima.

BENEFICIOS ECONÓMICOS
Beneficios económicos, que se derivan de los ahorros distribuidos en los siguientes
rubros:
A) Primas de pago de seguros: Organizaciones que mantienen óptimos controles dentro
de sus procesos y la actualización de programas de prevención de accidentes.
B) Ahorro por uso eficaz del consumo de energía eléctrica.
C) Ahorros por la reducción en el consumo de agua de abastecimiento y pagos por
descargas.
D) Mejoramiento de la imagen pública y comercial

BENEFICIOS SOCIALES
Mejoría en su relación con la comunidad, al mismo tiempo que ha disminuido la cantidad
de accidentes y el índice de gravedad de los mismos, lo cual, promueve un mejoramiento
en las relaciones laborales de la empresa con sus trabajadores.
Se impulsa y fomenta una cultura ambiental que conocen con el fin de concientizar la
importancia del cumplimiento de mejora continua, prevención de la contaminación y
cumplimiento de la legislación ambiental aplicable.

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