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C U A D E R N O S

11 CULTURA

ANALISIS ARGUMEMTAL
DE LA ¡LIADA
Y
LA ODISEA

No. 1 1
COMPILADOR:
U C HECTOR M. HEBNANDEZ RU1Z
PA4030
? ñ H 0 3 O

1020091861 fONDO UNIVERSITARIO


INTRODUCCION
37774
A sabiendas de que este trabajo no tiene l a pr<)
fundidad de estudio adecuada, r e a l i z a r la expo-
s i c i ó n argumental de La I l í a d a . y l a Odisea, - - -
grandiosas obras épicas de l a l i t e r a t u r a c l á s i -
ca griega, pretendo destacar que el e s p í r i t u se
solaza con tanta belleza d e s c r i p t i v a , se c u l t i -
va y se enriquecen, la educación y el grado de
conocimientos h i s t ó r i c o s .

A través de e l l a s , captamos una amplia gama de


acontecimientos y hechos relevantes. Su a r g u -
mento nos convoca a penetrar en el alma de l o s
personajes, quienes en su mayoría son apoyados
por dioses o d i o s a s .

Homero nos conduce a través de l a c u l t u r a g r i e -


ga y despierta la inquietud del l e c t o r , con la
belleza de l a narración de sus e p i s o d i o s .

En La U f a d a y La Odisea, cada uno de l o s persc)


najes lucha lo mejor que puede, por lo que qui£
re.

Destacan personajes como P a r i s , A q u i l e s , Héctor,


en La I l i a d a ; U l i s e s , Penélope, Telémaco, en La
Odisea.

La idea del amor, de l a f a m i l i a , de l a p a t r i a y


su acendrado concepto de l a s t r a d i c i o n e s , c o n -
mueven profundamente, impresiona gratamente.

El Compilador
CARACTERISTICAS DE LAS OBRAS además, una preciosa fuente de información. Mu
chas de l a s cosas sobre l a vida en Grecia se re
velan en e l l a s . Cómo v i v í a n los g r i e g o s , cómo"
Las leyendas v i e j a s se remontan a tiempos muy - se vestían y qué comían.
antiguos. S i n embargo, muchos hechos citados -
en l a epopeya son exactos, como l o han comprob£ Descripciones detalladas informan sobre sus ma-
do descubrimientos r e c i e n t e s . neras de combatir y gobernar, sobre sus navios,
sus casas, sus ideas sobre l a educación, l o s de
Una ciudad rodeada de muros e x i s t í a realmente - portes, la medicina. ~
en el A s i a Menor, donde Homero s i t u a b a a Troya,
y había s i d o destruida por un gran incendio, — Acerca de Homero, autor de l a obra, casi nada -
tal como él lo d i c e . Homero debió de sacar sus se sabe, pero se cree que era un narrador de ta
descripciones del mundo que lo rodeaba, o s e a , - lento que contaba sus h i s t o r i a s y que tiempo —
el de su época. después, otro poeta l o s e s c r i b i ó con l a forma -
en que han llegado a l a actualidad.
Los sabios apoyan esta o p i n i ó n , al llamar a l a
c u l t u r a g r i e g a , d e s c r i t a en l a ¡ l i a d a y l a Odi- Para comprender y componer sus poemass Homero -
sea, l a edad homérica o l a "edad de Homero". - adoptó l a s leyendas, h i s t o r i a s y cantos de su -
Al leer esos poemas, que r e l a t a n acontecimien^- pueblo, l o s reunió en r e l a t o s épicos, cantando
tos muy antiguos situados en el marco de un - - a l o s dioses y los héroes de una época oue r e -
período más avanzado. presentó para él " l a edad de antaño".

La Odisea, a s í como l a I l í a d a , contienen e s c e - Homero nos dice que en l a I l í a d a , Hera reprocha


nas admirables, t a l e s como l a s que describen — a su marido Zeus el querer salvar a Príamo, y -
l a s tormentas en el mar, l a e x i s t e n c i a de l o s - Zeus, cediendo a los reclamos de su mujer, per-
marineros y l a vida f a m i l i a r de l o s g r i e g o s . mite l a ruina de Troya. Ua I l í a d a informa de -
la creencia de los griegos en una vida futura.
Se puede ver cómo U l i s e s es puesto en presencia Se c r e í a que después de l a muerte el alma de un
del e s p í r i t u de su madre y cómo suceden, su r e - hombre erraba por l a t i e r r a hasta que su cuerpo
greso t r á g i c o y l a l i b e r a c i ó n de su casa. r e c i b í a las honras fúnebres. Esto e x p l i c a por-
qué Príamo siente dolor cuando Aquileo le rehu-
Homero es hábil para l a s comparaciones y emplea sa el cuerpo de Héctor. Se incineraban l o s ca-
palabras que por s í s o l a s evocan un cuadro com- dáveres sobre una a l t a p i l a de madera, llamada
pleto: "el mar oscuro como v i n o " , "el vino c o - p i r a f u n e r a r i a ; con el f i n de que el muerto no
lor m i e l " , "el alba coronada de oro" y "de d e - se s i n t i e r a solo en el otro mundo, se quemaban
dos de r o s a " . al mismo tiempo, sus bienes más queridos.

La I l í a d a y l a Odisea son l a s dos más fabulosas A s í , se sabe, a propósito de l o s funerales de -


h i s t o r i a s de aventuras que se conocen. Son, — Patroclo, que Aquileo coloca sobre l a hoguera -
c a b a l l o s , algunos de l o s perros f a v o r i t o s de — toro; las puntas de l a s lanzas, de bronce, lo -
Patroclo y diversos objetos que l e habían perte mismo que l a s espadas. Los griegos conocían el
necido. Luego de l a s ofrendas, el e s p í r i t u - - uso del h i e r r o , pues Homero lo c i t a en sus poe-
descendía al Hades. Las almas o r d i n a r i a s e r r a - mas. Se cubrían el cuerpo con una armadura, pa
ban s i n f i n , pero aquéllos que contaban con el ra protegerse en l a b a t a l l a . ~
favor de l o s dioses alcanzaban l o s campos E l í -
seos, en l o s que gozaban de eterna f e l i c i d a d .
Los que hablan ofendido a l o s dioses, s u f r í a n ho
r r i b l e s c a s t i g o s en el Tártaro.
DIFERENCIAS Y SEMEJANZAS DE LAS OBRAS
Grecia, según l a I H a d a , estaba d i v i d i d a en muj[
t i t u d de reinos pequeños; l a I s l a de I t a c a , l a
p a t r i a de U l i s e s , no es más que una pequeña - - Se dice que l o s orígenes de l a l i t e r a t u r a g r i e -
i s l a , y Ü l i s e s es s ó l o uno de muchos reyes. ga se han perdido. Los griegos a t r i b u l a n a Or-
feo, a Lino y a Museo l o s primeros cantos, pero
La I l l a d a cuenta cómo Agamenón reunió a todos - ni l a antigüedad conoció sus obras, ni la e x i s -
sus guerreros para d e c i d i r s i convenía p r o s e — tencia de t a l e s personajes es cosa demostrada.
g u i r el s i t i o de Troya o, por lo c o n t r a r i o , r e - Para mí, por toda esta información obtenida, l a
gresar. l i t e r a t u r a griega empieza con el nombre de Home
ro, y con l a s 2 epopeyas famosas: La I l í a d a y~
Por l a s descripciones de Homero, parece que l o s l a Odisea; estas dos obras fueron compuestas ha
e d i f i c i o s del palacio estaban agrupados a l a mai c i a el s i g l o IX o el V I I a . c . , ambas son epope"
nera de un c a s t i l l o medieval. yas heroicas, celebran l a s hazañas de una gene-
ración ya desaparecida, capaz de r e a l i z a r cosas
La gente de menor importancia v i v í a fuera de — imposibles para los hombres p o s t e r i o r e s .
l o s muros del c a s t i l l o en casas menos s u n t u o —
s a s . La a g r i c u l t u r a y l a ganadería c o n s t i t u í a n La I l l a d a : Canta un episodio de l a guerra de -
su mayor fuente de r e c u r s o s . Los mismos reyes, Troya, ciudad s i t i a d a durante diez años por l o s
t a l e s como U l i s e s , trabajaban sus propios c a m - g r i e g o s : Habiendo Agamenón arrebatado a Aqui —
pos y se ufanaban de a b r i r sus propios surcos, les una esclava, surge entre ambos j e f e s v i o l e n
rectos y profundos. ta disputa y el segundo se r e t i r a a su campameñ
to con sus soldados. Ya estaban l o s griegos a~
Las mujeres también trabajaban. Helena, Andró- punto de s u f r i r una derrota cuando Patroclo, re
maca y Penèlope, l a esposa de U l i s e s , t e j í a n t<? vestido con l a s armas de Aquiles, perece a m a -
l a s para su f a m i l i a ; y una princesa llamada Nau^ nos de Héctor. Entonces el jefe griego provoca
s i c a a lavaba l a ropa, como se lee en l a Odisea. a su vez, al guerrero troyano, lo mata y pasea
su cadáver en torno a l a ciudad. El anciano —
Homero informa sobre l a s armas empleadas en su Príamo, padre de Héctor, acude a s o l i c i t a r de -
época: l o s escudos estaban hechos con piel de - Aquiles l a devolución del cadáver de su h i j o en
te en el campo de batalla y el campamento, sus
una emocionante escena; accede conmovido el he- principales personajes son los guerreros y los
roe griego y termina el poema con el relato de estímulos más importantes de carácter m i l i t a r .
los funerales del guerrero troyano.
En conjunto, la obra logra darnos un cuadro de
La Odisea: Contiene l a h i s t o r i a de U l i s e s , que la edad heroica en plena guerra y l o s detalles
muchos años después de tomada Troya, y a través del combate están descritos para hombres que en
de i n f i n i t o s p e l i g r o s , consigue l l e g a r a Itaca, tendían de hechos bélicos y sabían apreciar u n í
su p a t r i a , y d e s t r u i r l a s asechanzas que rodean buena pelea.
a su mujer Penèlope.
Cada héroe tiene su hora de g l o r i a y luego cae
Ambos poemas son a un mismo tiempo de carácter herido para dejar s i t i o a otro héroe.
guerrero y r e l i g i o s o , profundamente humanos y -
exentos de convencionalismos; en e l l o s se nos - La I l i a d a narra la cólera de Aquiles, tema t r á -
ofrece un amplio cuadro de l a vida en tiempos - gico donde el protagonista, a despecho de sus -
de l a Grecia Heroica. El amor conyugal (Penelo dones semi-divinos hace mal uso de sus oportuni
pe, Andrómaca); paterno (Priamo); materno (Te— dades. Riñe con su jefe Agamenón.
t i s consolando a su h i j o ) ; l a amistad (Aquíles
y P a t r o c l o ) ; l a a l e g r í a , el temor, el d o l o r , to
dos Tos grandes sentimientos están aquí expresa Patroclo le pide permiso para acudir en a u x i l i o
dos con l a más penetrante realidad. de 1 os derrotados Aqueos. Aquiles se lo conce-
de y le presta sus propias armas. Patroclo mué
re a manos de Héctor. Aquiles se venga de Héc"r
Desde el punto de v i s t a l i t e r a r i o , son notables
tor y le da muerte. El padre de Héctor, P r í a —
por Va variedad de l o s r e l a t o s , l a exactitud de mo, rescata el cuerpo de su h i j o . Aquiles vuel-
l a s imágenes, comparaciones y epítetos y l a per ve a ser quien era.
fección de su lengua y e s t i l o , aunque todo es -
f a n t a s í a e incluye a l a mitología. Es una obra
Homero, aparte de esta h i s t o r i a , dibuja otra, -
de mucha calidad.
que es la del asedio a Troya. Aquí le guía tam
bien una intención ética. ~

COMENTARIOS Y ANTECEDENTES Troya es s i t i a d a porque Paris ha raptado a la -


esposa de Menelao, Elena.

La I l i a d a . Sobre Troya, como sobre Aquiles, se cierne la -


maldición de una ceguera enviada por los d i o -
Nos r e l a t a el asedio de Troya y aunque su a c - ses.
ción transcurra durante el último año de l o s - -
diez que duró el s i t i o y l a conquista de l a pía La tradición ha podido proporcionar a Homero —
za, nos d e t a l l a l o s p r i n c i p a l e s rasgos de l a — los nombres y l o s r-asgos principales de sus f i -
guerra troyana. La acción sucede principalmen- guras, y es posible que a e l l o deba los e p í t e —
rey de l o s dioses y l o s hombres; A f r o d i t a , d i o -
sa del amor y de l a belleza, que había nacido
tos con que denomina a sus héroes: "Príamo, el
de l a espuma del mar, y Atenea, diosa de la sa-
de l a lanza de f r e s n o " , "Elena, l a de l o s b r a -
b i d u r í a , surgida de l a frente de Zeus, ya adul-
zos b l a n c o s " , " A q u i l e s , de pies l i g e r o s " . Los
ta y vestida con b r i l l a n t e armadura. Cada una
personajes pueden d i v i d i r s e en dos grupos, e s -
de e l l a s se c r e í a l a más hermosa y reclamaba l a
pléndidamente construidos y contrarrestados.
manzana de oro.
La U f a d a nunca abandona el tono heroico, a l a
Los dioses quedaron sumidos en l a mayor i r r e s o -
vez que funda su intenso v i g o r en el sentido de
lución, puesto que ninguno, ni s i q u i e r a el mis-
l a s proezas humanas. Como l a dignidad suma co-
mo Zeus, se a t r e v í a a conceder el premio, c o n -
rresponde al hombre, l o s mismos d i o s e s sufren - vencidos de i n c u r r i r con e l l o en l a cólera de -
l a s consecuencias. l a s dos que no l a hubieran recibido.
Si Homero hace a sus hombres semejantes a h o m -
Puesto que l o s inmortales habían rehusado resol
bres, tienen sus momentos de majestad, como - -
ver la cuestión, l o s dioses decidieron apelar ~
cuando Zeus asiente, y s ó l o con e l l o sacude el
al j u i c i o de l o s hombres.
Olimpo. Homero descubre en l o s dioses aquel —
elemento de comedia que poquísimas veces h a l l a
E x i s t í a en aquel tiempo en Asia Menor, cerca de
en l o s hombres. La r e l i g i ó n en Homero no es p_u
l o s Dardanelos un pequeño reino f e l i z y próspe-
r i t a n a y le permite b u r l a r s e un tanto de l o s —
ro, en el cual gobernaba Príamo. Ese reino era
d i o s e s . La dignidad verdadera es a t r i b u t o huma-
I l i o n , o Troya.
no y el hombre es ya por s í objeto s u f i c i e n t e -
de l a poesía.
Príamo tenía h i j a s e h i j o s que amaba tiernamen-
te, pero también amaba a sus subditos como s i -
El poema está integrado por t r e i n t a y cuatro - -
fueran sus propios h i j o s . Su c a p i t a l , I l i o n , -
s u b d i v i s i o n e s o l i b r o s . Para una mejor compren^
era hermosa y v i v í a en paz. Estaba, p o r . l o de-
s i ó n conviene conocer algunos de sus anteceden- más, rodeada de s ó l i d a s murallas de un metro y
t e s , entre e l l o s está el s i g u i e n t e : ochenta de espesor.
Un d í a , según cuenta l a leyenda, l o s dioses y
l a s diosas de l a antigua Grecia celebraban con A Troya, pues, se encaminaban l a s t r e s d i o s a s ,
r e g o c i j o el casamiento de l a diosa m a r i n a , T e — y se d i r i g i e r o n a un joven pastor. Su nombre -
t i s ; de pronto se v i ó aparecer a alguien a - — era P a r i s , h i j o del rey Príamo, y cuidaba, en -
quien no se había i n v i t a d o : era E r i s , l a diosa un prado, l o s carneros de su padre. P a r i s no -
de l a D i s c o r d i a . Con ademán de cólera arrojó - podía d e c i d i r cuál de l a s diosas era l a rnás her_
en l a reunión una manzana de oro en l a que h a - mosa, pero e l l a s estaban tan ávidas por ganar -
b í a e s c r i t a s estas palabras: "A l a más hermosa". l a manzana y el t í t u l o , que le hicieron p r o m e -
Durante unos i n s t a n t e s se hizo el s i l e n c i o , lúe sas tentadoras.
go t r e s hermosas se adelantaron a r e c i b i r el - -
premio: Hera, reina del Olimpo, esposa de Zeus,
de los navios y de l o s soldados de la e x p e d i —
Hera, l a r e i n a , promete al joven el poder; Ate- ción.
nea le asegura g l o r i a en l a s armas, y A f r o d i t a ,
una mujer incomparablemente hermosa. P a r i s - - Los griegos contaban también con otros jefes de
ofrece l a manzana de oro a Afrodita, atrayéndose renombre: el bravo Aquileo, el de l o s pies l i g e
así, l a i r a de Atenea y de Hera. Esta d e c i s i ó n r o s ; l l l i s e s , sabio y sagaz, por lo que se le - -
fue el f i n de l a paz de Troya. apodaba "el a s t u t o " ; Ajax, de fuerza de g i g a n -
te; Diómedes, rey de E t o l i a ; Néstor de P y l o s , -
Poco tiempo después, P a r i s fue enviado a v i s i - v i e j o , pero sabio y experimentado. Se estima -
tar l a Corte de Menelao, rey de Esparta. Allí que el e j é r c i t o griego logró reunir cien mil - -
se enamora de Helena, esposa de Menelao, y por hombres.
poder de A f r o d i t a , l a mujer abandona su casa y
huye a Troya con P a r i s . Por su parte, l o s troyanos no habían tardado en
organizar su e j é r c i t o , de modo que dos p o d e r o -
Menelao, f u r i o s o y desesperado, convoca a l o s - sas falanges se enfrentaron cuando, después de
demás reyes griegos para emprender l a guerra - - haber atravesado el mar Egeo, l o s griegos echa-
contra l o s troyanos y f o r z a r a Helena a r e g r e - ron anclas en l a playa que bordea l o s mares de
s a r . Numerosos reyes respondieron favorableme^ Troya. La lucha continuó durante nueve años, y
te a estos p r o p ó s i t o s , unos impulsados por a n - l o s griegos no consiguieron derribar l a s m u r a -
s i a s de g l o r i a o con l a esperanza de ganar b o - llas.
t í n ; o t r o s porque Menelao es un aliado o un pa-
r i e n t e , o bien porque l o s dioses así lo dispusie^
ron. LÍOS troyanos hacían s a l i d a s de vez en cuando, -
pero ninguno de l o s adversarios podía jactarse
de l a v i c t o r i a , y parecía que l a guerra no h a -
Porque debe saberse que a l o s dioses l e s encan-
b r í a de terminar jamás. No obstante, en el dé-
taba a s i s t i r a una buena b a t a l l a entre l o s mor-
cimo año de l a guerra, concluyó.
t a l e s , y frecuentemente descendían del Olimpo -
para i n t e r v e n i r en e l l a s , s i l a s cosas no se re_
s o l v í a n de acuerdo con sus deseos. Conviene, a p a r t i r de aquí comenzar con el Argu
mentó: Los troyanos se encuentran detrás d e " ^
las murallas de su ciudad; l o s griegos han cons
Sólo después de dos años pudieron l o s g r i e g o s -
truído un campo f o r t i f i c a d o en derredor, d e l a n T
hacerse a l a mar, pues necesitaron c o n s t r u i r n£
te de l o s muros de Troya; han varado sus barcos
v í o s , m o v i l i z a r guerreros, consultar a l o s d i o - en l a playa o bien l o s han anclado cerca de - - -
ses por intermedio de l o s oráculos y , finalmen- e l l a . Entre l a ciudad y el campo de l o s g r i e -
te, reunir l o s d i v e r s o s e j é r c i t o s bajo un jefe - gos se encuentra una especie de t i e r r a de nadie
supremo. donde se d e s a r r o l l a c a s i todo el combate.
El mando se confió a Agamenón, rey de Mi cenas,
Cerca de diez años han transcurrido desde el co
hermano de Menelao y gran guerrero. Además, te
mienzo de l a g u e r r a . '
nía el mérito de haber reclutado l a mayor parte
bre Paris y le rompe en el casco su hermosa e s -
Ahora, el campo griego está animado por v i v a — pada. Exasperado, atrapa con las manos el c a s -
a g i t a c i ó n , porque Aquileo y Agamenón d i s c u t i e - co del príncipe troyano, que arroja a t i e r r a .
ron, y Aquileo r e t i r ó sus t r o p a s ; él mismo per- Pero Afrodita protege a su f a v o r i t o ; lo rodea -
manece enfadado en su tienda. de una nube negra y lo transporta detrás de los
muros de l a ciudad.
L'a madre de Aquileo es justamente aquella T e t i s
a quien se le hizo el banquete de bodas hace ya De esta manera, l a guerra habría terminado, s i
muchos años, y que fue el origen del c o n f l i c t o . l o s dioses no hubieran decidido otra cosa. He-
Tetis no podía soportar ver a sus h i j o s desgra- r a , f u r i o s a con Zeus por haber salvado a Troya
c i a d o s , por lo que ruega a Zeus que castigue a de la destrucción, lo hostiga, hasta que el - - -
Agamenón, y el d i o s envía un mensajero a Héctor, dios consiente en dejar que l a guerra continúe.
el más v a l i e n t e de l o s troyanos, y le promete -
grandes v i c t o r i a s sobre l o s g r i e g o s .
Los troyanos tienen de su parte a Apolo, el a r -
quero, y a Ares, el dios de l a guerra. No obs-
Enardecidos por ese a l i e n t o , l o s troyanos avan-
tante su v a l o r , l o s griegos se ven rechazados -
zan fuera de l o s muros de su ciudad; mientras - por l o s troyanos hasta sus navios. Sintiendo -
Héctor y P a r i s se acercan a l o s guerreros g r i e - la ausencia del poder de Aquileo y de sus h o m -
gos, advierten a Menelao, el de l o s cabellos ru bres, el rey Agamenón le hace ofrecimiento de -
b i o s , que conduce su e j é r c i t o a través de l a — paz y le promete numerosos presentes. Aquileo
l l a n u r a . Héctor reprocha a P a r i s haber provoca rehusa a todo y permanece en su tienda.
do esta gran guerra, consecuencia del rapto de
Helena. Los troyanos, con el apoyo de Zeus, logran nue-
vas v i c t o r i a s . Agamenón, U l i s e s y Diómedes r e -
P a r i s propone d e c i d i r l a cuestión con un comba-
s u l t a n heridos. Los griegos, perseguidos por -
te cuerpo a cuerpo con Menelao. Héctor ordena
l o s troyanos, se ven obligados a abandonar sus
a su e j é r c i t o hacer a l t o , y l o s heraldos procla
p o s i c i o n e s , y se l l e g a a combatir en torno de -
man el d e s a f í o . Todos se ponen de acuerdo para
l o s mismos navios.
declarar v i c t o r i o s o al bando de aquél que venza
en el duelo. Ambos e j é r c i t o s se han dispuesto
para contemplar el espectáculo de l a lucha a - - En ese momento, Patroclo, el amigo más querido
muerte entre P a r i s y Menelao. de Aquileo, le s u p l i c a que conduzca sus hombres
contra el enemigo. Aquileo se niega, pero per-
mite a Patroclo que v i s t a su armadura. Patro-
P a r i s se arroja contra Menelao con su l a r g a laji
c l o , a l a cabeza de l a s tropas de Aquileo y l i e
za de punta aguda, pero ésta resbala en el e s c ^
vando su armadura, alcanza a l a s tropas griegas
do con que se protege Menelao. El e s p a r t i t a - -
y hace retroceder a l o s troyanos hasta l a s d e -
arroja su lanza con fuerza, perfora el escudo -
fensas de su ciudad. Delante de l o s muros de -
de P a r i s , y a través del escudo, l a coraza; pe-
Troya, Héctor se bate con Patroclo, lo mata, le
ro P a r i s s a l t a y no sufre mal alguno. Entonces
quita l a g l o r i o s a armadura de Aquileo y lo aban
Menelao, el de l o s cabellos r u b i o s , se lanza so
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dad, que se abren para dejarlos entrar; los - -


dona. Los guerreros acuden a recoger el cuerpo
griegos también estuvieron a punto de l o g r a r l o ,
de su camarada, y l a lucha recomienza con v i o - pero entonces Apolo infunde gran valor a A g e —
lencia. ñor, un valiente guerrero troyano, que se a d e -
lanta para medirse con Aquileo. La lanza de - -
Cuando Aquileo se entera de l a muerte de su ami Agenor rebota en la armadura de Aquileo, pero -
go, grande es su desesperación y t e r r i b l e su cuando éste a su vez, emprende el ataque, Apolo
l e r a ; s i n armadura se p r e c i p i t a a ayudar a l o s hace desaparecer al bravo Agenor para ponerlo a
hombres a conducir al campo el cuerpo de Patro- salvo, y el dios mismo toma su lugar. Retroce-
c l o . Tetis, l a madre de Aquileo, pide al herre- diendo, hace adelantar a Aquileo dentro de l a -
ro de l o s d i o s e s , Hefesto, que haga una nueva - ciudad, mientras que el grupo de l o s soldados -
armadura para Aquileo. El d i o s trabaja con a r - troyanos se introduce para huir del e j é r c i t o - -
dor y f o r j a un gran escudo hecho de cinco capas enemigo.
de metal y ricamente adornado de oro y plata; -
hace una coraza más reluciente que el r e s p l a n -
dor del fuego, un .casco de cimera de oro y dos Cuando Aquiles comprende que el guerrero que - -
gebas de d ú c t i l estaño; Aquileo v i s t e l a armadu^ persigue es un d i o s , se i r r i t a contra é l , pero
ra que le da T e t i s , se r e c o n c i l i a con Agamenón ya no lo sigue. Se vuelve y corre hasta l a s —
y se apresta a conducir a l o s guerreros griegos puertas y a través de la llanura. A l l í se e n -
al campo. Puesto que Agamenón ha rendido home- cuentra con Héctor, que está entusiasmado ante
naje a Aquileo, Zeus r e t i r a l a protección que - la idea de combatir contra el famoso Aquileo.
había acordado a Troya; a s í , en esta guerra, - - Es en vano que el rey, su padre, y la r e i n a , su
l o s dioses lucharon tanto como l o s hombres. madre, le rueguen que se refugie del otro lado
de la puerta. Pero en el momento que Aquileo -
se aproxima con su gran lanza levantada, Héctor
Ares, el d i o s de l a guerra; Apolo, el arquero;
es presa de gran temblor, vuelve l a s espaldas y
A f r o d i t a , l a alegre; y Artemisa, l a d i o s a de - -
huye. Aquileo, el de los pies l i g e r o s , se l a n -
l o s arqueros, estaban de parte de l o s troyanos.
za en su persecución; por tres veces corren a l -
rededor de l a ciudad, manteniéndose siempre - -
Poseidón, el d i o s del mar, Hermes, el m e n s a j e -
Aquileo entre Héctor y l a s puertas; en la cuar-
ro; y Hefesto, el herrero, a s i s t í a n a l o s g r i e -
ta vuelta, Atenea se le aparece a Aquileo y le
gos.
pide que descanse un momento, luego, tomando la
forma de Deffobos, el amigo de Héctor, Atenea -
Los troyanos, aterrados por l a llegada de Aqui-
se aproxima a éste y le ofrece ayudarlo en l a -
leo, suplican a Héctor que se r e t i r e detrás de lucha.
l o s muros de l a ciudad, pero Héctor no quiere -
dejarse i n t i m i d a r . Nuevamente l a b a t a l l a e s t a -
l l a con v i o l e n c i a . A s í , animado, Héctor se vuelve para enfrentarse
con Aquileo. Aquileo hace volar su larga l a n -
Alentados por Aquileo, l o s griegos rechazan a - za, pero Héctor, que se h a l l a en guardia, para
l o s troyanos hasta l a s puertas mismas de l a c i u el golpe, y l a lanza pasa por encima de é l , s i n
h e r i r l o . Pero Atenea, s i n que Héctor lo sepa, Agamenón envía hombres con mulos a buscar gran
recoge l a lanza y se l a devuelve a Aquileo. En cantidad de leña para l a p i r a f u n e r a r i a . Los -
tanto, es Héctor quien a r r o j a l a suya; golpea - héroes cortan algunos bucles de sus largos cab£
el escudo de Aquileo en su parte media y r e b o - l í o s y l o s colocan sobre el cuerpo de su camar^
ta. Héctor se vuelve rápidamente para pedir — da. Se s a c r i f i c a n animales, que se colocan so-
otra a Deffobos, pero viendo que su amigo ya no bre l a p i r a , y el enorme fuego arde toda la no-
está a su lado, comprende que l o s d i o s e s lo han che. En la mañana se apagan l a s llamas y se co
abandonado y que está perdido. locan l a s cenizas de Patroclo en una urna de ko
ro.
Héctor toma su espada, Aquileo levanta.su lanza
para golpear de nuevo; l a v i e j a armadura de - - Toda l a ciudad de Troya l l o r a la muerte de Héc-
Aquileo, tomada del cadáver de Patroclo, cubre tor y se lamenta porque Aquileo no quiere devo]_
el cuerpo de Héctor, pero l a armadura esta per- ver su cuerpo para que reciba l a s honras f ú n e -
forada a l a a l t u r a del c u e l l o . Aquileo apunta bres. Príamo hace preparar, por su gente, un ca-
justo a esta entrada. Héctor cae. Aquileo ha rro lleno de t e s o r o s , que el v i e j o rey conduce
vengado a su amigo. En su agonía, Héctor pide: por s í mismo, por l a s puertas de l a ciudad y - -
"Permitid que mi cuerpo sea devuelto a l o s t r o - por la l l a n u r a hasta el campo de l o s g r i e g o s .
yanos para que se le rindan l o s honores f ú n e - Va hacia Aquileo y le s u p l i c a le devuelva el —
b r e s " . Aquileo responde severamente: "No me - cuerpo de su h i j o a cambio del real rescate,
p i d á i s tal cosa; el matador de Patroclo no reci_ Aquileo, apiadado, acepta l a ofrenda y autoriza
b i r á jamás honores fúnebres, descansará en l a - al rey a l l e v a r s e el cuerpo. Con l o s funerales
tumba del deshonor". de Héctor concluye l a I l í a d a de Homero.

Después, Aquileo arranca l a armadura del cuerpo Por otras h i s t o r i a s se sabe que l o s griegos ter^
de Héctor, amarra el cadáver a su carro y lo — minaron por vencer a l o s troyanos. Luego de - -
a r r a s t r a hasta el campo donde el cuerpo de P a - diez años de guerra, l e j o s de sus hogares, gran
t r o c l o espera ser enterrado. número de griegos estaba dispuesto a terminar -
l a lucha y retornan a su amada p a t r i a . En ese
En l o s muros de l a ciudad, el rey Príamo y l a - momento, U l i s e s sugiere un plan ingenioso.
reina l l o r a n a su h i j o caído. Al o i r l o s gemi-
dos de l a r e i n a , l a mujer de Héctor, Andrómaca, Siguiendo sus i n s t r u c c i o n e s , l o s guerreros con£
l a de l o s brazos blancos, se adelanta y ve que truyen un enorme caballo de madera en cuyo i n t £
el cuerpo de su amado esposo es arrastrado has- r i o r se ocultan numerosos guerreros, entre
ta l a s tiendas g r i e g a s . Tiembla por l a muerte e l l o s U l i s e s y Menelao. Con l a excepción de un
de su marido, tiembla por sus h i j o s huérfanos y hombre v a l i e n t e , todos l o s demás griegos abord^
por l a noble ciudad de Troya. ron sus navios y se alejaron como s i por f i n -
hubieran renunciado al s i t i o .
Tras l a s defensas de l o s g r i e g o s , Aquileo hace
apresurar l o s funerales de Patroclo. El señor El caballo de madera quedó en l a playa. Cuando
desenvaines l a espada e i n j u r i a d l e de palabra -
vieron a l o s griegos abandonar el campo y hace£ como te parezca. Lo que voy á decir se cumpli-
se a l a mar, l o s troyanos manifestaron gran ale rá: Por este u l t r a j e se te ofrecerán un día - -
gría. t r i p l e s y espléndidos presentes. Domínate y - -
obedécenos.
El extraño caballo de madera excitaba su c u r i o -
sidad y bajaron a l a playa para examinarlo. -- Contestó A q u i l e s , el de l o s pies l i g e r o s : "Pre-
A l l í encontraron al único griego que había que- c i s o es, oh diosa, hacer lo que mandáis, aunque
dado, y él l e s explicó que el c a b a l l o era una - el corazón esté muy i r r i t a d o . Obrar así es lo
ofrenda a l o s dioses y que, s i l o s troyanos quj_ mejor. Quien a l o s dioses obedece, es por - - - -
sieran l l e v a r l o a l a ciudad, se s a l v a r í a n . En- e l l o s muy atendido". Dijo, y puesta la robusta
tonces, l o s troyanos, muy a l e g r e s , a r r a s t r a r o n mano en el argente o puño, envainó l a enorme es
el caballo de madera hasta l a ciudad. Como era pada y no desobedeció la orden de Palas Atenea"?
muy grande para pasar por l a s puertas, fue nec£
s a r i o hacer una brecha en l a s murallas. Homero.

Durante l a noche oscura y s i l e n c i o s a , l o s g r i e -


gos h i c i e r o n v i r a r sus navios y regresaron a l a
costa troyana. Los guerreros, con pasos f u r t i - INICIACION LITERARIA
vos y s i n ruido, atravesaron l a l l a n u r a y alcaii
zaron l a ciudad.
En l a Odisea vemos a una hermosa doncella en la
U l i s e s y sus compañeros s a l i e r o n de l o s flancos persona de l a princesa Nausicaa, l a que desea -
del c a b a l l o y abrieron l a s puertas a l o s s i t i a - la bienvenida a U l i s e s y lo l l e v a a la corte de
dores; entonces l o s griegos pudieron por f i n - - su padre. Siempre se l a ve a t r a c t i v a y f r e s c a ,
cumplir su venganza. La ciudad de Troya fue s £ ya se ocupe de lavar su ropa para el día de su
queada y tomada, y l a hermosa Helena,por f i n , d £ boda o juegue a l a pelota con sus compañeras a
vuelta a Menelao. la o r i l l a del r í o , mientras se seca la ropa de
blancura de nieve. Calipso es "una diosa t e r r i
ble y ningún dios o mortal tiene amistad con
e l l a " , dice U l i s e s .
LA ILIADA ( Fragmentos )
Circe y las sirenas son únicamente dañinas; - - -
quieren atraer a l o s hombres hacia su perdición.
Se t r a t a de la intervención de l a diosa Palas - Pero, s i n embargo, cuando U l i s e s ha vencido a -
Atenea en l a querella entre Aquiles y Agamenón. Circe, ésta le da consejos v a l i o s o s para que co£
tinúe su v i a j e . U l i s e s habla de su p a í s : I t a - -
" D í j o l e Palas Atenea l a d i o s a de l o s b r i l l a n t e s ca, de cara c l a r a , i s l a brava, pero una buena -
o j o s : "Vengo del c i e l o para apaciguar tu c ó l e - niñera para l a noble juventud". Y añade: "No -
ra, s i obedecieres. En caso de d i s p u t a r , no - - hay nada que sea más dulce para el hombre que -
su p a t r i a y su f a m i l i a , cuyo recuerdo lo p e r s i -
dio luz a l a leyenda de C a r i b d i s . La i s l a del
gue hasta en l a s r e s i d e n c i a s más r i c a s , lejos,
sol se encuentra en el punto sur de S i c i l i a , - -
en un p a í s e x t r a n j e r o " .
cerca de Siracusa. Los mapas del tiempo de Ho-
Lo que sostiene a U l i s e s durante sus grandes - mero colocan l a i s l a de Calipso exactamente al
sur de Cerdeña, pero en este lugar no hay i s l a .
aventuras es el amor al hogar y a l a p a t r i a .

En cuanto a l a t o p o g r a f í a de l a Odisea, s i se - S1n embargo, otra i s l a muy parecida a l a que - -


estudia un mapa de l a cuenca del Mediterráneo, describe Homero ha sido descubierta del otro "U
se pueden señalar en él l o s v i a j e s de U í s e s . do del mar Mediterráneo, cerca de España. De -
El ataque contra l o s c i c o n i o s lo había llevado la i s l a de Calipso, U l i s e s se fue a la de l o s -
hasta l a extremidad del mar Egeo. Arrojado por f e a c i o s , hoy conocida con el nombre de Corfú, -
l a tempestad, el barco retrocedió por e mar Me en el mar Jónico. Como lo indica el mapa, l a -
diterráneo hasta l a costa de A f r i c a . El país - d i s t a n c i a entre Corfú e Itaca, al seguir l a cos^
de l o s l o t ó f a g o s , esto es, comedores de l o t o s , ta occidental de Grecia, es muy corta.
se encontraba exactamente al sur de Túnez.
Conviene el conocimiento de todos estos d e t a —
l i e s , para una mejor comprensión del Argumento:
Después el héroe navegó hasta el p a í s de l o s cí_
Según l a leyenda, U l i s e s era el rey de la i s l a
clopes, en l a costa de I t a l i a , un poco a norte
Itaca, que e x i s t e realmente a lo largo de la - -
de l a bahía de Nápoles. E o l i a es una í s l i t a al
costa occidental de Grecia. En l a costa, cerca
norte de S i c i l i a . El barco fue arrojado hasta
de l o s Dardanelos, se levantaba la ciudad de - -
a l l í , cuando ya había llegado a I t a l i a .
Troya o I l i o n , según l a llamaban l o s g r i e g o s .
De E o l i a , U l i s e s navegó a lo largo de l a costa Homero tomó de este nombre el t í t u l o de su p r i -
i t a l i a n a hasta l a i s l a de C i r c e , que se e n c o n - mer poema, l a I l í a d a . La primera parte de l a -
traba al sur del Tiber. Al dejar l a i s l a de — I l í a d a describe a U l i s e s como un jefe muy h á —
C i r c e , U l i s e s descendió a l o largo de l a costa b i l , el que en l o s juegos organizados por Aqui-
mediterránea. leo se revela también gran atleta. Fue él
quien s u g i r i ó a los griegos l a idea de esconder
Las i s l a s de l a s s i r e n a s son t r e s i s l a s rocosa$ soldados en un gran caballo hueco, el cual, con
que se h a l l a n cerca de l a bahía de Nápoles. astucia, debía i n t r o d u c i r s e en l a ciudad misma
leyenda de l a s s i r e n a s nació después de numero- de Troya. Gracias a esta idea, l o s griegos ve£
sos naufragios que sucedieron en esos l u g a r e s . cieron l a guerra.
Luego había que atravesar un paso estrecho; a -
un lado había un e s c o l l o contra el c u a l , en mal
tiempo, l o s barcos eran arrojados y al cual se En vez de regresar directamente a su i s l a d e s -
r e l a c i o n a l a leyenda de E s c i l a , el monstruodevo pués de l a caída de Troya, como h i c i e r o n l o s de_
rador de hombres. más héroes g r i e g o s , U l i s e s puso rumbo al norte.
Cuando l o s víveres comenzaron a escasear, atacó
En este mismo estrecho había un remolino que — l a expedición a una ci-udad de l o s c i r c o n i o s pa-
El monstruo se echó a r e i r y , tomando a dos de -
ra abastecerse, pero a costa de l a vida de v a - los hombres, les arrancó l o s sesos y cenó su car_
r i o s hombres. Una v i o l e n t a tempestad se desen- ne. Al f i n , el sueño lo venció, y mientras dor
cadenó y l l e v ó l a f l o t i l l a hacia el s u r , hasta inía,Ulises buscaba un medio para escapar.
l a costa de A f r i c a , al p a í s de l o s l o t ó f a g o s .
Como l o s hombres no podían mover l a piedra que
Algunos griegos no pudieron r e s i s t i r l a curiosi^ bloqueaba la entrada, no s e r v í a de nada dar —
dad de probar esos manjares, pero el l o t o es l a muerte al gigante. Al día s i g u i e n t e , por la m£
f l o r del o l v i d o , y l o s que lo habían comidojper^ ñaña, el gigante se comió a otros dos hombres y
dieron en seguida el recuerdo de su hogar y de s a l i ó de la caverna, pero s i n o l v i d a r c e r r a r l a
su f a m i l i a . con la gran piedra.

U l i s e s tuvo muchas d i f i c u l t a d e s para hacerlos - U l i s e s y l o s ocho hombres que quedaban e s t u v i e -


embarcar de nuevo y se apresuró a levar anclas. ron p r i s i o n e r o s todo el día en l a oscura caverna.
Llegaron al p a í s de l o s c í c l o p e s , una raza e x - Esa tarde, después que el cíclope hubo devorado
traña de monstruos de un s o l o o j o . otros dos hombres, U l i s e s le hizo beber un vino
e s p i r i t u o s o . Tan luego como el gigante cayó en
Los g r i e g o s desembarcaron en una i s l a vecina, y un sueño profundo, l o s hombres le reventaron el
al l l e g a r l a mañana, U l i s e s mandó a sus marine- ojo único,con un hierro candente, y luego se - -
ros que lo esperasen, mientras iba de e x p l o r a - cuidaron bien de quedar fuera de su alcance, - -
ción en busca de l o s c í c l o p e s . Acompañado por mientras t r a n s c u r r í a la noche.
doce hombres de confianza, desembarcó en l a i s -
l a y l l e g ó a una caverna l l e n a de corderos, ca- A l a mañana s i g u i e n t e , el gigante, ciego, desc£
b r i t o s y quesos. Sus hombres q u i s i e r o n marchar^ brió l a abertura de l a caverna para dejar pasar
se inmediatamente, llevando a l o s barcos todas a su rebaño, mientras, a t i e n t a s , t o c a b a sus anj_
las p r o v i s i o n e s que pudiesen, pero U l i s e s l o s - males con el f i n de sorprender la s a l i d a de l o s
o b l i g ó a esperar hasta que regresasen l o s habi- hombres. Pero U l i s e s había atado l a s ovejas en
tantes de l a caverna. grupos de t r e s , y l o s hombres se escondieron
jo el vientre de l a oveja de enmedio; u l i s e s -
Al ponerse el s o l , el c í c l o p e Polifemo hizo su mismo se agarró a un gran macho cabrío, y así -
a p a r i c i ó n ; era un enorme gigante cuyo único y - todos pudieron s a l i r de l a gruta s i n molestia.
enorme ojo estaba colocado en medio de su f r e n -
te. Era pastor y entró en l a gruta conduciendo Delante de l a entrada de l a cueva, el cíclope -
su rebaño delante de s í . Luego alzó una gran - estaba implorando a su padre Poseidón, el dios
piedra y cubrió l a entrada. Cuando hubo encen- del mar, para que c a s t i g a s e a U l i s e s , y su pedi_
dido el fuego, descubrió a U l i s e s y a sus comp£ do fue escuchado. Los griegos se d i r i g i e r o n ha^
ñeros que se habían escondido en un rincón. -- c i a l a i s l a en la cual v i v í a Eolo, el d i o s de -
U l i s e s le d i j o que era g r i e g o , así como sus com los vientos, el cual l o s acogió amablemente.
pañeros, y que l a tempestad l o s había arrojado
hasta a l l í . Al despedirse l o s g r i e g o s , el d i o s l e s entregó
un odre de cuero donde estaban todos l o s v i e n -
tos adversos, y mandó a l o s vientos del oeste - dió que los dioses estaban protegiendo a U l i —
que l l e v a r a n l o s barcos en d i r e c c i ó n a Itaca. ses, rompió el encanto que había echado a l o s -
Durante nueve d í a s y nueve noches U l i s e s p i l o - hombres. Luego se puso tan condescendiente, - -
teó su barco y v i g i l ó el odre de l o s v i e n t o s ; - que le dió consejos para escapar de l o s p e l i -
pero al d í a noveno, mientras l o s campos mismos gros que lo acecharían durante el v i a j e de r e -
de Itaca estaban a l a v i s t a , se durmió. gresó.

Los hombres abrieron el odre, pensando que con- El primer p e l i g r o que debía presentarse era l a
tenía r i c o s t e s o r o s ; l o s vientos desencadenados i s l a de l a s s i r e n a s . Ninfas de b e l l e z a maravi-
se p r e c i p i t a r o n afuera. La tempestad que s i - l l o s a , atraían a l o s marineros con su hermoso - -
guió, hizo retroceder l o s barcos t r a s el mar de canto, l o s cuales, al t r a t a r de a l c a n z a r l a s , - -
E o l i a , pero esta vez Eolo rehusó ayudar a l o s - naufragaban en l o s e s c o l l o s de l a costa.
g r i e g o s . T r i s t e s y desanimados, se pusieron - -
otra vez en camino hacia l a p a t r i a . Para impedir a sus hombres que l a s oyesen, les
tapó l o s oídos con cera y les rogó que lo a t a -
Después de s e i s d í a s de navegación alcanzaron - sen al m á s t i l . Mientras el barco estaba pasan-
el puerto de Lamos, donde v i v í a n l o s feroces - - do a lo largo de l a i s l a , l a s sirenas cantaron
l e s t r i g o n e s . Salvo el barco negro de U l i s e s , - con tanta ternura, que U l i s e s s u p l i c ó a sus hom
que ancló l e j o s , todos l o s barcos entraron al - bres que lo desataran, pero éstos no h i c i e r o n ~
puerto. Los l e s t r i g o n e s , al encontrar a l o s - - sino apretar l o s nudos y remaron lo más rápido
g r i e g o s , se p r e c i p i t a r o n sobre e l l o s y l o s dego que pudieron.
l i a r o n ; s ó l o escaparon U l i s e s y sus compañeros,
que se encontraban en el barco negro fuera del Otro r i e s g o l o s estaba esperando, al a l e j a r s e -
puerto. de l o s alrededores de l a i s l a , llegaron a un - -
brazo de mar estrecho que guardaban dos c r i a t u -
Llorando l a desgracia de sus compañeros, l o s so ras t e r r i b l e s . Sentado en las rocas, de un l a -
brevivientes s i g u i e r o n su v i a j e hasta l a i s l a - do del estrecho, el monstruo de s e i s cabezas, -
de una bruja llamada Circe. La hechicera a t r a - E s c i l a , atisbaba l o s barcos para e n g u l l i r a l o s
jo a su j a r d í n a todos l o s marineros, sal vo uno, t r i p u l a n t e s . Del otro lado, C a r i b d i s hacia un
y l o s transformó en cerdos con un toque de su - remolino que a t r a í a con gran fuerza a todos l o s
vara mágica y l o s encerró en una p o c i l g a . barcos que pasaban cerca. S e i s hombres fueron
devorados por E s c i l a , pero U l i s e s logró e v i t a r
U l i s e s , al enterarse de eso,por el marinero que l a trampa de C a r i b d i s .
había escapado, fue a ver a Circe para s a l v a r a
sus hombres. Prosiguieron su v i a j e hasta l a i s l a del s o l . -
Ahí, algunos de l o s hombres de U l i s e s mataron -
Hermes ( M e r c u r i o ) , " E l qieviene en ayuda",le dió ganado para alimentarse. Indignado por este sa
una droga mágica que l o inmunizaba contra l o s - c r i l e g i o , el d i o s rehusó b r i l l a r hasta que l o s "
poderes de Circe. Cuando l a hechicera compren- hombres fueran castigados. A s í , luego que h u —
Telémaco ya era un gallardo joven, pero l o s pre
bieron izado v e l a s , Zeus desencadenó una formi- tendientes lo trataban como a un niño, y no l e
dable tempestad que abrió el barco de par en - hacían caso cuando les ordenaba regresar a sus
par, y se ahogaron todos, a excepción de Uli — hogares. La d i o s a Atenea apareció a Telémaco y
s e s . Durante nueve d í a s estuvo a l a d e r i v a , - Te. d i j o que fuese en busca de n o t i c i a s de U l i -
asido a l o s r e s t o s del barco. ses a Néstor y Menelao. Con el apoyo de Atenea,
Telémaco y sus compañeros encontraron un barco
Al f i n , l a c o r r i e n t e l o depositó en l a i s l a de y se pusieron en camino.
O g i g i a , donde l a d i o s a Calipso l o recogio y lo
retuvo durante s i e t e años. Esperaba que se ca- Cuando Penélope se enteró, por su v i e j a niñera,
sase con e l l a y así v o l v e r l o inmortal, pero Uli_ de l a s a l i d a de su h i j o , l l o r ó pensando que nun
ses suspiraba por su hogar en I t a c a , por su e s - ca v o l v e r í a a v e r l o . Atenea admiraba a U l i s e s
posa Penelope, y por Telemaco, su h i j o . Entre más que a cualquier otro mortal y tomó medidas
tanto, en I t a c a , l a f i e l Penelope aguardaba el para l l e v a r l o salvo a casa. Envió por medio de
retorno de U l i s e s . Hermes un recado a Calipso, en que l e ordenaba
f a c i l i t a r a U l i s e s su s a l i d a de l a i s l a . Con-
Todos creían que éste había desaparecido en el t r a su deseo, l a diosa ayudó a c o n s t r u i r una —
mar, v l o s p r í n c i p e s de Itaca y de l a s i s l a s ve b a l s a y le dio p r o v i s i o n e s .
ciñas, querían casarse con Penèlope; pero e l l a ,
rehusaba,con l a esperanza de ver de nuevo a Uli. Mientras U l i s e s navegaba en su balsa, Poseidón
ses. Los pretendientes se apoderaron del pala- lo espiaba y , acordándose de su h i j o , el c í c l o -
c i o del héroe, comieron su ganado y bebieron su pe Polifemo, desató una tormenta t e r r i b l e . Las
vino. olas f u r i o s a s hicieron pedazos l a b a l s a de U l i -
ses, el que se hubiera ahogado s i l a ninfa Ino-
Penèlope rehusó sentarse con e l l o s a l a mesa y ne no l e hubiese dado su chai para sostenerlo -
se refugió,en su dormitorio, con sus f i e l e s s i r - encima de l a s aguas, mientras que Atenea lo
v i e n t e s . Veinte años habían pasado desde la ca guiaba hacia el país de l o s f e a c i o s .
ida de Troya, y l a f a m i l i a de U l i s e s se e n c o n -
traba en gran a f l i c c i ó n . La princesa Nausicaa vió a U l i s e s no l e j o s de -
l a o r i l l a y lo l l e v ó a l a corte de su padre, —
Para a l e j a r a sus pretendientes,Penèlope les ha donde aquél hizo el r e l a t o de sus aventuras.
bía dicho que escogería esposo entre e l l o s cuani Los f e a c i o s , muy impresionados por l o que o y e -
do terminara l a t e l a que estaba tejiendo. Du- ron, lo colmaron de regalos y a bordo de un bar
rante el d í a , hacía correr l a lanzadera en el - co lo condujeron a Itaca.
t e l a r , y por l a noche deshacía todo lo que h a -
bía t e j i d o durante el d í a . Con esta a s t u c i a pu U l i s e s escondió sus bienes y se d i r i g i ó hacia -
do evadirse t r e s años; pero un d í a , una s i r v i e n l a casa de su pastor Eumeo. El f i e l servidor -
ta t r a i c i o n ó a su ama en presencia de l o s p r e - no reconoció a su amo, que Atenea había d i s f r a -
tendientes, y Penelope se vió obligada a acabar zado de v i e j o mendigo.- Empero, el pastor se —
con su trabajo. mostró amable con el v i e j o y l e habló de l o s —
crueles pretendientes que devastaban l a s p o s e - la cual fue como un rayo hacia el agujero del -
siones de Ulises*, U l i s e s s i n t i ó gran i r a y juró hacha de bronce. Lanzó una flecha a través de
castigar a los príncipes. cada una de l a s hachas, mientras l o s pretendien
tes lo miraban estupefactos.
En ese momento, Telémaco, que regresaba de su -
v i a j e de información, l l e g ó a l a choza del pas- Ajustando otra flecha, se v o l v i ó hacia l o s pre-
t o r . Fue muy cortés con el mendigo. Al mismo tendientes y l e s dio a conocer quién era. Uli-
tiempo, Atenea devolvió a U l i s e s su aspecto na- s e s , a flechazos, dió muerte al más detestable
t u r a l , y al f i n Telémaco encontró de nuevo a su de e l l o s .
padre. Juntos h i c i e r o n proyectos para c a s t i g a r
a l o s pretendientes. Telémaco t r a j o armaduras y armas con l a s cuales
el padre, el h i j o y el pastor lucharon contra -
Telémaco regresó al p a l a c i o , para a l e g r í a de Pe l o s otros p r í n c i p e s . Toda r e s i s t e n c i a era vana
nélope. Al d í a s i g u i e n t e , por l a mañana, U l i - contra el furor del rey y de sus dos ayudantes,
ses, siempre disfrazado de mendigo, se d i r i g i ó y todos l o s príncipes fueron asesinados.
a su vez al palacio y fue muy mal acogido por -
l o s pretendientes de Penélope, lo que hizo a v i -
var su furor contra e l l o s .
COMENTARIOS Y ANTECEDENTES
Pasó el día sentado en l a s a l a de entrada, i n -
formándose sobre la l e a l t a d de l o s miembros de
su servidumbre. Por l a tarde, siempre como men ba Odisea.
digo, anuncio a Penélope que U l i s e s estaba a - -
punto de r e g r e s a r ; pero e l l a no podía c r e e r l o . En el primer poema de Homero, l a I l í a d a , se ha
v i s t o a l o s griegos apoderarse de l a ciudad de
Al d í a s i g u i e n t e , cuando l o s pretendientes l l e - Troya g r a c i a s a un ardid ingenioso, después que
garon a l a s a l a , U l i s e s y Telémaco habían ya - - l o s dos e j é r c i t o s enemigos hubieron vanamente -
quitado todas l a s armaduras y l a s armas que e s - r i v a l i z a d o en heroísmo durante cerca de diez —
taban colgadas en l a pared. años.

Penélope entró llevando el gran arco de U l i s e s En su segundo poema, i n t i t u l a d o La Odisea, Home


y el carcaj con l a s f l e c h a s de bronce, y prome- ro narra l a s peripecias del viaje que emprendió
t i ó que tomaría por esposo al que fuera capaz el autor de ese ardid para regresar a su patria.
de lanzar l a s flechas a través de doce hachas, Este héroe es Odiseo, al que l o s romanos llama-
como lo hacía U l i s e s . ban U l i s e s .

Uno t r a s otro l o s pretendientes t r a t a r o n de l o - La I l í a d a se relaciona sobre todo con hombres y


g r a r l o , pero ninguno pudo doblar el arco g i g a n - b a t a l l a s , pero en l a Odisea hay escenas que se
te. Entonces U l i s e s , siempre d i s f r a z a d o , se - - refieren a l a f a m i l i a y a l a s mujeres.
adelantó y empuñó el arco, disparó una f l e c h a ,
En el primer rango de l a s mujeres se coloca a -
l a d i o s a Atenea, " l a de l o s ojos g r i s e s " , d i v i - "No te enojes conmigo, Odiseo, ya que eres en -
na y al mismo tiempo muy humana, y que es l a todo el más circunspecto de l o s hombres, y l a s
amiga de U l i s e s . deidades nos enviaron l a desgracia y no q u i s i e -
ran que gozácemos juntos de nuestra mocedad ni
Parecida a l o s demás d i o s e s y d i o s a s , Atenea se que llegáramos al umbral de l a vejez. Pero no
complace en i n t e r v e n i r en el d e s t i n o de l o s mor te enfades conmigo, ni te i r r i t e s s i no te abna
t a l e s , a l o s cuales dedica su afecto, l o que, - cé como ahora tan luego como e s t u v i s t e en mi - -
por supuesto, complica y embellece al mismo H * presencia; que mi ánimo, acá dentro del pecho -
tiempo l a e x i s t e n c i a de e l l o s . temía horrorizado que v i n i e s e algún hombre a eii
ganarme con sus palabras, pues son muchos l o s -
Entre l o s mortales, Penélope es l a p r i n c i p a l - que traman perversas a s t u c i a s " .
mujer de l a Odisea. Se c o n v i r t i ó en el símbolo
de l a l e a l t a d paciente. Muchas escenas revelan - II -
el amor devoto que e l l a dedica a su h i j o y a su
marido, particularmente cuando U l i s e s , d i s f r a z a "jMujer!, l o s dos hemos padecido muchos t r a b a -
do, le d i r i g e l a palabra. Representa el ideal jos: tú aquí llorando por mi vuelta tan abundaji
de l a madre y de l a esposa. Inmediatamente des. te en f a t i g a s , y yo sufriendo l o s i n f o r t u n i o s -
pues de Penélope, por l a l e a l t a d afectuosa v i e - de Zeus y l o s demás dioses para detenerme l e j o s
ne E u r i c l e a , su v i e j a niñera. Defiende a su - - de l a p a t r i a cuando anhelaba volver a e l l a .
ama en todas l a s c i r c u n s t a n c i a s , pero no t r a i - Mas, ya que nos hemos reunido nuevamente en e s -
ciona l a promesa hecha a Telémaco de no revelar te deseado lecho, tú cuidarás de mis bienes en
su s a l i d a a su madre cuando él se va para i n f o r el p a l a c i o , y yo, para reponer el ganado que - -
marse de l a suerte de su padre. L:a niñera reco l o s soberbios pretendientes me devoraron, apre-
noce a U l i s e s a pesar de su d i s f r a z , pero guar- suré un gran número de reses y los aqueos me d£
da el secreto de su identidad hasta que él le - rán o t r a s , hasta que llenemos todos l o s e s t a —
pide r e v e l a r l o . b l o s . Ahora, me i r é al campo lleno de árboles,
a ver a mi padre, que tan a f l i g i d o se h a l l a por
mí, y a t í , oh mujer, aunque eres j u i c i o s a , oye
lo que te encomiendo: Como al s a l i r el sol se
divulgará l a n o t i c i a de que maté en el palacio
LA ODISEA ( Fragmentos ) a l o s pretendientes, vete a lo a l t o de l a casa
con tus s i e r v o s y quédate a l l í , s i n mirar a na-
die ni preguntar cosa alguna".
Los dos fragmentos se r e f i e r e n al reconocimien-
to de U l i s e s u Odiseo por Penélope, su esposa.
Homero.
CAPILLA ALFONSINA
U. A. N. L.
Esta publicación deberá ser devuelta antes de la
última f e c h a a b a j o indicada.
I F C C 636

Esta e d i c i c '« ií»> -.¿.r- « i r en octubre de 199?

S u p e r v i s i ó n de Redacción L i c . Héctor H. Hernández Rui/


P r o f r . Héctor Guerra Guerra
Diseño de portada P r o f r . Saúl Liaón Orozco
Hecanografía: S r i t a . Rosario F l o r e s González
S r í t a . L e t i c i a Segura Arévalo
Impresión: S r . V í c t o r Saucedo Orendain
UNIVERSIDAD AUTONOMA DE NUEVO LEON
LIC. MANUEL SILOS MARTINEZ
R E C T O R

DR. REYES TAMEZ GUERRA


SECRETARIO GENERAL

DR. RAMON G. GUAJARDO QUIROGA


SECRETARIO ACADEMICO

PRQFR. Y LIC. GILBERTO R. VILLARREAL DE ík 6ARZA


D I R E C T O R

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