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El derecho a una educación inclusiva está avalado por la Convención Internacional de la ONU
sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que en su artículo 24 reconoce que “los Estados
asegurarán un sistema de educación inclusivo a todos los niveles para las personas con discapacidad”.
Esta Convención fue ratificada y aprobada por unanimidad por nuestro Parlamento y es de
obligado cumplimiento en España al tener rango de tratado jurídico internacional de
Derechos Humanos.
La tradición legislativa en materia educativa en España, hace que estos desafíos sean
mayores, pues la tendencia de cambio, atravesando por diferentes Leyes Estatales de
Educación, con las concreciones regionales, en lo que va de milenio, ha
procurado estancamiento en los desarrollos legislativos para garantizar el derecho a la
educación inclusiva. Por aportar algunos datos, en nuestro estado, tan sólo 6 CCAA
elaboran normativa reciente que dé continuidad a los diferentes procesos implicados en
la detección y provisión de atención al alumnado con discapacidad; 4 CCAA aluden a la
Convención (0% al derecho a la educación inclusiva); y solo 2 CCAA incluyen
indicadores para la atención a la diversidad, de las cuales sólo 1 articula un protocolo. Por
otra parte, en el caso español, la legislación tiene desarrollos desiguales y existe diferente
nivel de formación para garantizar apoyos y ajustes, dependiendo de la discapacidad de
origen del alumnado. Así, el CG4 reconoce como uno de los colectivos de mayor riesgo
de exclusión educativa y social al alumnado con discapacidad intelectual y, en nuestro
país, tan solo existe un Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica Específico
en esta condición, poco más del 50% de las CCAA utilizan el término apropiado para
referirse a este alumnado y solamente 4 regiones conceden importancia a la conducta
adaptativa. En cuanto a la determinación y provisión de apoyos y ajustes, la legislación
española es difusa, generalista y no proporciona indicadores de coordinación entre las
diferentes consejerías y miembros de la comunidad educativa para ello. Igualmente, los
desarrollos legislativos no recogen las competencias actitudinales, conceptuales y
procedimentales que han de tener los diferentes actores de la comunidad educativa y, en
especial, los docentes y demás personal que trabaje en los centros educativos, para hacer
efectivo el derecho a la educación. Así, en lo que va de año, sólo se ha publicado un
estudio con prácticas basadas en la evidencia para promover la inclusión de estudiantes
con discapacidad en entornos inclusivos. Además, en nuestro país, también hay carencia
de legislación que regule la aplicación el principio del Diseño Universal y del Diseño
Universal para el Aprendizaje, en todas las etapas educativas, proveyendo de estrategias
y adaptaciones concretas para cada tipo de discapacidad. Por último, es manifiesta
también la carencia de legislación que concrete la transferencia progresiva de recursos
desde los centros de educación especial a centros ordinarios para promover la inclusión,
así como la elaboración de política educativa que cree indicadores para evaluar el proceso
de educación inclusiva.
Vistas las implicaciones que tiene el CG4 para la política educativa de los Estados
Miembros y reconocido el anquilosamiento de nuestra política educativa, a continuación
se recogen brevemente diferentes necesidades de desarrollo de política educativa que
urge en nuestro país, para garantizar y hacer efectivo este derecho. Se proporcionan
referencias al CG4.
Las administraciones educativas, en el nivel estatal y regional de los Estados Partes, han
de desarrollar políticas precisas que brinden indicadores y guías a los diferentes actores
del mundo educativo en la consecución de la inclusión. Estas políticas han de regular
precisamente y garantizar:
e) El diseño de entornos educativos accesibles según los principios del Diseño Universal
y del Diseño Universal para el Aprendizaje. Conforme los párrafos: 21, 22, 23 y 25.
Sólo se hará efectivo este derecho si la política pública estatal que se centre en los aspectos
anteriores tiene sus concreciones en las políticas regionales, en los documentos de los
centros que hagan efectiva el derecho y se alinean con las prácticas profesionales para
promover una inclusión de todos, con todos y para todos. Igualmente, estas políticas,
deberán ir acompañadas de calendarios sobre su implementación en los diferentes niveles,
así como de periodos de tiempo para derogar cuantas disposiciones no cumplan con lo
expuesto en el artículo nº 24 de la Convención.
PROYECTO DE INCLUSIÓN SOCIAL
Inclusión educativa y social de niños y jóvenes con discapacidad en la región Sur Occidental del
Perú.
Zona de Intervención:
Periodo de ejecución:
Directos: 211
Indirectos: 29186
Objetivo:
El proyecto busca contribuir al desarrollo de una sociedad inclusiva, que respete la diversidad
humana, y en donde las personas con discapacidad puedan ejercer plenamente sus derechos.