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FACULTAD DE INGENIERIA Y ARQUITECTURA

ESCUELA DE PROFESIONALES DE INGENIERIA INDUSTRIAL

EL HOMBRE MEDIOCRE

Curso: Ética y Moral Profesional

Profesor: Castro

Integrante:
 Santos Calderón, Jean Udwing
 Jorge
 Santiago

Escuela: Ingeniería Industrial

2015
“Universidad Alas Peruanas”
”Escuela de ingeniería industrial”
Ética y Moral Profesional

CAPITULO V

LA PASION DE LOS MEDIOCRES


La envidia es una adoracioó n de los hombres por las sombras, del meó rito por la mediocridad. El
que la envidia se rebaja sin saberlo se confiesa subalterno, es necesario sufrir del bien ajeno, de
la dicha ajena, de cualquier culminacioó n ajena.
Es pasioó n traidora y propiciadora a las hipocresíóas. La envidia alcanza a los hombres maó s
famosos por su caraó cter y por su virtud. El odio no es desarmado por la buena o la mala
fortuna; la envidia si, un sol que ilumina perpendicularmente desde el maó s alto punto en los
cielos reduce a nada o a muy poco la sombra de los objetos que estaó n debajo.

LA PSICOLOGIA DE LOS ENVIDIOSOS


El envidioso pertenece a una especie de moral mezquina, digna de compasioó n o de desprecio.
El envidioso activo posee una elocuencia intreó pida, disimulando con miagaras de palabras su
desenredar el propio. La envidia femenina suele ser afiligranada y perversa, la mujer da un
aranñ azo con una afilada y lustrosa, muerde con dientecillos orificados, estruja con dedos
paó lidos y finos.
LOS ROEDORES DE LA GLORIA
El que tiene meó ritos, sabe lo que le cuestan y los respeta, estima en los demaó s lo que desearíóa
que se le estimara en síó mismo. El mediocre ignora esta admiracioó n abierta muchas veces se
resigna a aceptar el triunfo que desborda las restricciones de su envidia.
Saben que cada paso hacia la gloria ha costado trabajos, vigilias, meditaciones y comprenden
que acaso han consumido su organismo. El verdadero críótico enriquece las obras que estudia y
en todo lo que toca deja un rastro de su personalidad. Las mujeres feas demostraran que la
belleza es repulsiva y las viejas sostendraó n que la juventud es insensata.

UNA ESCENA DANTESCA: SU CASTIGO


El castigo de los envidiosos estaríóa en cubrirlos de favores para hacerles sentir que su envidia
es recibida como un homenaje y no como un estiletazo. El sol les niega su luz; tienen los ojos
cosidos con alambres porque nunca pudieron ver el bien del proó jimo. Los uó nicos gananciosos
son los envidiados. Es grato sentirse adorar de rodillas. La mayor satisfaccioó n del hombre es
despertar la envidia estimulaó ndola con sus propios meó ritos.

El Hombre Mediocre
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