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Este método opera solamente para las ciencias humanas, no las naturales

El pensamiento estructuralista genético busca establecer un método operatorio para el estudio positivo de
los hechos humanos (como la creación cultural, i.e. la literatura). Para esta corriente, toda reflexión
acerca de las ciencias humanas se efectúa, no desde el exterior, sino desde el interior de la
sociedad, por lo que todo pensamiento está circunscrito, en última instancia, a un contexto social en el
que es posible; esto no quiere decir que su carácter sea pasivo, sino que se trata, más bien, de un
elemento constitutivo capaz de alterar el medio del cual forma parte. En efecto, se entiende que el
pensamiento afecta la vida social, pues el pensamiento no constituye un comienzo absoluto y se
halla en muy grande medida organizado por las categorías de la sociedad que estudia o de otra
sociedad derivada de ésta.

La estructura de este planteamiento es aquella en la que se funden sujeto y objeto en una misma
identidad, disolviendo la constante diferenciación absoluta entre ambos elementos. El pensamiento se
trata de un aspecto de la realidad, aquella misma en la que vive el sujeto que intenta investigar un objeto
en particular. Por supuesto, esto trae cierto problema: el método de las ciencias humanas deberá
integrar la intervención de las valorizaciones imposibles de eliminar.

La segunda idea principal del estructuralismo genético es la siguiente: todo comportamiento -y por
consiguiente todo hecho humano- posee un carácter significativo, que no siempre es evidente,
pero que debe ser evidenciado por el trabajo del investigador. Este carácter significativo se remite a
la pretensión del sujeto por introducir modificaciones en su ambiente.

Gracias al método de esta escuela, el contenido de las obras literarias se relaciona con el contenido de la
conciencia colectiva de su contexto, esto es, se relacionan las maneras de pensar y el comportamiento de
los hombres en la vida cotidiana. La escuela estructuralista genética se interesa de modo especial en lo
que en ésta es sólo reproducción de la realidad empírica y de la vida cotidiana. En suma, se trata
de una sociología de apariencia tanto más fecunda cuanto más mediocres son las obras
estudiadas.

Respecto a las premisas del estructuralismo genetista se destacan los siguientes puntos

1) Se consideran las estructuras mentales, que son las categorías que organizan a la vez la
conciencia empírica de cierto grupo social y el universo imaginario creado por el escritor

2) las estructuras mentales, o, para emplear un término más abstracto, las estructuras categoriales
significativas, no son fenómenos individuales, sino fenómenos sociales.

3) La relación entre la estructura de la conciencia de un grupo social y la del universo de la obra es para
el investigador una relación significativa. Dentro de esta perspectiva puede, pues, ocurrir -y hasta
ocurre con suma frecuencia- que contenidos completamente heterogéneos y hasta opuestos sean
estructuralmente homólogos, o bien que se encuentren en una relación comprensiva en el plano
de las estructuras categoriales. Por ejemplo, un cuento de hadas puede ser homólogo a la experiencia
de un grupo social.

Existe una consciencia colectiva regida por estructuras categoriales, que son procesos no conscientes, es
decir, inidentificados como tal.
El objetivo de la metodología propuesta por Goldmann es la siguiente: explicar la génesis del texto
procurando mostrar de qué modo y en qué medida la elaboración de la estructura que ha puesto
en evidencia en la obra posee un carácter funcional, es decir, constituye un comportamiento
significativo para un sujeto individual o colectivo en una situación dada.

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