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ASIGNATURA: OFERTA EXPORTABLE

LECTURA DE APOYO PARA EL FORO CALIFICADO 1.1


Docente: Dr. José Enrique Laos López
UN MERCADO POR EXPLORAR

En ascenso. En el mundo, los viajes de las personas que pertenecer a la comunidad LGTBIQ van
en aumento y están entre los que más ingresos generan en los países que son amigables con
ellos. Se estima que este segmento gasta en promedio US$ 165 millones al año y configura una
gran oportunidad de negocio para el turismo y los sectores afines

Este es uno de los nichos de mercado que muchos miran de reojo, pero pocos atienden. Se trata
del segmento de Turistas LGTBIQ (lesbianas, gays, transgénero, bisexuales, intersexuales y
queer), un grupo que aún no es aceptado en muchos lugares por cuestiones culturales, pero
mueve mucho dinero, debido a que la mayoría no tiene carga familiar, lo que lo hace un mercado
más que interesante.

Según un informe de la Organización Mundial de Turismo (OMT), en el mundo este segmento


gasta en promedio US$ 165 millones al año, un poco más de cuatro veces lo que exportó el Perú
en el 2015.

Ahora, si bien en el Perú no existe un estudio que indique cuál es el perfil de este turista –ni
Prom-Perú, ni la Cámara Nacional de Turismo, ni siquiera las grandes investigadoras de mercado
del país lo han estudiado– se sabe que en promedio gastan entre 40% y 45% más que un turista
heterosexual, según Marco Arellano, gerente general de Llama Trip, uno de los pocos
operadores de turismo enfocados en este segmento.

“En promedio un turista LGTBIQ gasta US$ 3.000 en un viaje de 7 u 8 días”, precisa Arellano.

Además cuenta que principalmente va a hoteles de tres o cuatro estrella y lo que más valoran
es que en los lugares a los que acudan los traten con respeto, tal como sucede con los turistas
heterosexuales.

“Con la aprobación del matrimonio igualitario o uniones civiles en varios países de Europa y de
la región, el respeto es una variable muy importante al momento de decidir dónde viajar”, señala
Pablo de Luca, presidente de la Cámara de Comercio Gay Lésbica de Argentina (CCGLAR),
organización que entre el 2011 y 2012 realizó un estudio del mercado LGTB –que involucró a 9
países de Latinoamérica– en diferentes sectores, pero con mayor énfasis en el turismo.

SIN ESTEREOTIPOS

Una de las principales barreras por romper en el sector turismo respecto del segmento LGTBIQ
son los estereotipos. “Los gays son como cualquier otra persona, pero a la vez son muy diversos.
No hay que encasillarlos”, apunta Arellano.

Esto lo confirma Gustavo Noguera, vicepresidente de la CCGLAR, quien afirma que el segmento
ha madurado y que si los operadores turísticos piensan que pueden atraer al turista LGTBIQ con
imágenes de un joven musculoso sin camiseta, en una piscina y con un trago en la mano, se han
quedado en la década de los 90. “Es solo un segmento de un segmento”, dice.

Si de segmentos se trata, Martín Harbaum, Incoming & Inbound Manager de Domiruth Travel,
afirma que entre los turistas gays existen dos grupos: los jóvenes que son más activos y buscan
algo que les permita ser ellos mismos, y las parejas gays adultas que prefieren lo cultural.

En tanto Miluska Galdo, de Lima Tours, identifica al turista de lujo, el cual está entre los 35 y 50
años y prefiere hospedarse en hoteles cinco estrellas e ir a las tiendas y restaurantes de moda.

DESTINO AMIGABLE

Si bien es cierto que los operadores turísticos afirman que el turismo GLTBIQ hacia el Perú se ha
incrementado, no logran cuantificarlo con precisión porque no hay un estudio sobre el tema. No
obstante, sostienen que existe un gran potencial por explotar, pero a la vez mucho trabajo
pendiente. Una de las cosas más importantes es la promoción del país como un destino
amigable.

Pablo de Luca afirma que en el mundo se pueden encontrar cuatro tipos de destinos: aquellos
donde no se trabaja y no se trabajará el turismo LGTBIQ por cuestiones ideológicas o religiosas:
aquellos en donde solo el sector privado lo promueve, un tercero donde el sector público
interviene en contadas ocasiones y un cuarto donde los sectores público y privado están
asociados.

“El Perpu es el segundo tipo de destino”, afirma.

Marisol Acosta, directora de turismo de Prom-Perú, dice que si bien en el país no hay una
campaña dirigida a este segmento, no dejan de mirarlo con mucha atención. “Lamentablemente
en estos momentos no contamos con los recursos necesarios para emprender una campaña
exclusiva para ellos, pero eso no quita que en un futuro lo hagamos”, afirma.

Según explicó la funcionaria, en estos momentos están enfocados en otras campañas, las cuales
les toman en promedio dos años.

Algo importante también para el desarrollo del sector es vencer la informalidad de los centros
de entretenimiento gay en la ciudad, los cuales no invierten en mejorar su infraestructura “lo
cual hace ver como que en el Perú todo es precario”, afirma José Espejo gerente general de Gay
Perú Travel.

Precisamente Arnaldo Vílchez, presidente de la Cámara de Comercio LGTB del Perú, afirma que
este es uno de los problemas que el gremio quiere atacar y por eso realiza “roadshows” que
permitan a las empresas dedicadas al entretenimiento en este segmento mejorar su gestión. Es
más, su esfuerzo es descentralizado y en marzo realizarán uno en Trujillo.

NUEVAS TENDENCIAS

Viajes de luna de miel por la creciente aceptación en el mundo de los matrimonios igualitarios.
Con el crecimiento de las familias homoparentales buscan viajar con sus hijos con lo cual buscan
destinos que los traten como sus pares heterosexuales. Tener presente que los hogares y
familias LGTBIQ también experimentan algunas dificultades. No necesariamente son más ricos
que los demás, no obstante muestran una mayor propensión a viajar.

PERFIL DEL TURISTA LGTBIQ – Oportunidades del mercado

El matrimonio gay. En EE.UU. se estima que suma US$ 310 millones anuales a la actividad
económica.

El segmento invisible. Según un estudio realizado en el 2011 en EE.UU., el 29% del segmento
lesbianas gasta US$ 2.000 en sus vacaciones anuales y el 33% del segmento lesbianas gasta US$
1.000 en sus vacaciones anuales.

Las lesbianas se fijan más en la oferta de aventura que en los servicios. Dos mujeres viajan juntas
con o con niños son vistas como heterosexuales. El estereotipo de que las lesbianas tienen un
menor presupuesto que los homosexuales las relega.

Fuente: Suplemento Portafolio, sección Finanzas Personales & Management, apartado El informe * Consumo, texto de Darwin
Cruz Fiestas y María Rosa Villalobos. Diario El Comercio del 30 de enero de 2016.

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