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Causa nº 261/2013 (Sección criminal). Resolución nº 39442


de Corte de Apelaciones de Concepcion, de 10 de Marzo de
2014

Fecha de Resolución: 10 de Marzo de 2014

Emisor: Corte de Apelaciones de Concepcion - Segunda

Id. vLex: VLEX-567113654

Link: http://vlex.com/vid/manuel-salvador-cepeda-junemann-567113654

Texto

Contenidos
Foja: 156 Ciento Cincuenta y Seis

Concepción, diez de marzo de dos mil catorce.

Al escrito de fojas 138: no habiéndose acompañado los documentos en la forma legal, no ha


lugar.

VISTO Y TENIENDO ADEMÁS PRESENTE: 1° Que la querellada y demandada estima que le


causa agravios lo concluido por la sentenciadora, en el considerando 9°, en cuanto a que su
representada ha incurrido en la infracción al artículo 12 de la Ley N° 19.496, al haber estimado
“que lo ofrecido y convenido con el consumidor al momento de efectuar la reserva de la vivienda
difiere de lo consignado en la escritura”.

Señala que la reserva a que hace referencia la sentencia es el documento denominado orden
de compra, instrumento rolante a fojas 6 de autos, que fue suscrito por ambas partes con fecha 9
noviembre de 2010 y en el cual no se indica la superficie del altillo opcional ni tampoco se
indica que la casa cuente con reja exterior o perimetral. Que a lo que si se obligó su
representada, en la cláusula sexta de dicha orden de compra, fue a no hacer cambio alguno de
departamento ni de conjunto habitacional, cuestión que su representada cumplió cabalmente, tal
como da cuenta la escritura pública de compraventa del inmueble y el acta de recepción
conforme, suscrita por el actor y que rola a fojas 65.

Señala que no es efectivo que existan variaciones entre lo que se indicó en la orden de compra
y lo que se consignó en la escritura de venta, razón por la cual la conclusión indicada en el

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considerando número 9 de la sentencia no es efectiva a luz de la prueba de autos.

2º. Que lo que la jueza establece en el fundamento noveno de la sentencia, es que “lo
ofrecido y convenido con el consumidor al momento de efectuar la reserva de la vivienda
difiere de lo consignado en la escritura” y, lo ofrecido por el proveedor al momento en que
el demandante efectuó la reserva es, entre otras viviendas, la casa Maitén de 94 m2 mas
altillo opcional de 34,91 m2, superficie total 129,28 m2, según consta de la Guía de Ventas
y Especificaciones Técnicas Condominio Bicentenario, acompañado a fojas 1 y díptico
agregado a fojas 5, documentos no objetados por la demandada y lo convenido con el
consumidor es la compra venta de la casa M..

Sin embargo, en la escritura de compraventa se consignó, en la cláusula quinta, “que el


comprador declara estar en conocimiento que la vivienda cuenta con estructura suficiente
para ejecutar obras de ampliación, pudiendo habilitar una mansarda, obras que de
efectuarse, aumentarán la superficie municipal y de planta de la vivienda resultando la
primera de hasta 93,89 metros cuadrados, y la segunda de hasta 26,40 metros cuadrados.
A su vez, la vivienda no tiene reja perimetral.” 3° Que de lo establecido precedentemente
aparece que, tal como lo resolvió la jueza a quo, la querellada y demandada incurrió en la
infracción del artículo 12 de la Ley N° 19.496, toda vez que se encuentra probado que no
respetó los términos y condiciones en que se convino la venta del inmueble, términos y
condiciones contenidos tanto en la Guía de Ventas y Especificaciones Técnicas
Condominio Bicentenario, como en el díptico agregado a fojas 1 y 5.

4º. Que, estos sentenciadores concuerdan con lo establecido en los fundamentos 17, 18 y 20
de la sentencia que se revisa, en cuanto a la superficie de la mansarda y a la reja
perimetral. Más aún, al declarar ante el tribunal, los propios testigos de la demandada
reconocen la diferencia de metraje. Es así como el testigo J.P.Á., señaló que efectivamente
la mansarda tenía una pequeña diferencia en metros y con respecto a la reja se le hizo una
reja hacia el interior; por su parte la testigo C.O.A., declara que en este caso hubo
modificaciones y de las modificaciones eran que la casa no contaba con la reja y que la
superficie del altillo era la que se indica en la escritura.

5º. Que el apelante estima que es errada la sentencia recurrida en cuanto concluye que su
representada habría incurrido en la infracción al artículo 16 letra a).

Señala que del contenido de la cláusula quinta del contrato de compraventa de 27 de abril
de 2012, no se advierte que ella sea en si misma abusiva, porque no reúne ninguna de las
condiciones exigidas por la ley para ser considerada en tal carácter.

Respecto de la cláusula abusiva que contendría la Guía de Venta y Especificaciones


Técnicas, no es más que un documento que indica las especificaciones técnicas del
proyecto C.B.; dice que debe considerarse que cuando se inicia un proyecto de
construcción de semejante envergadura resulta evidente que por un sin número de
razones, la inmobiliaria puede verse en la situación de efectuar variaciones o ajustes al
proyecto original, sin por ello modificarlo en su esencia.

Así por ejemplo, señala el recurrente, no sería razonable que la inmobiliaria hiciera
cambios de departamentos o conjuntos habitacionales, pero si lo sería que ésta efectuara

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pequeños variaciones en una o más de las cualidades accidentales de las viviendas a


construir.

Dice que es precisamente por la razón indicada que el documento antes referido señala a
modo de nota que la empresa se reserva el derecho de hacer cambios en el proyecto y en
sus especificaciones técnicas.

Argumenta que es contrario a la lógica, las máximas de experiencia y los conocimientos


científicamente afianzados, concluir que en la ejecución de un proyecto de construcción la
inmobiliaria se encuentra impedida de hacer modificación alguna, siquiera mínima o
accidental, al proyecto originalmente planteado.

Agrega que siendo el documento referido, como se ha indicado, de carácter técnico y no


siendo su finalidad otra que la de describir un futuro proyecto de construcción, dicho
documento no es un contrato, ni preparatorio ni definitivo, no reviste su estructura, no
contiene cláusulas de ninguna especie, no ha sido generado por el acuerdo de las partes y
tampoco ha sido suscrito por ellas.

Dice que para que podamos calificar una cláusula de abusiva, es requisito sine quanon
que estemos frente a un contrato y que éste sea de adhesión. Así entonces sólo en dicha
hipótesis, y en el evento de que un contrato de tal naturaleza se haya estipulado una
cláusula abusiva en los términos que describe el artículo 16 de la ley 19.496, es que
podría tener aplicación la facultad del juez de anular la cláusula calificada de abusiva.
Pues bien, en la especie, la supuesta cláusula que la magistrado ha calificado de abusiva
y que en definitiva ha declarado como nula, es simplemente una nota contenida en un
documento de carácter técnico, luego, malamente podría anularse, bajo la calificación de
cláusula abusiva, lo dispuesto en un texto que no constituye un contrato, y menos de
adhesión.

Señala que por lo dicho, resulta absolutamente claro que bajo ninguna circunstancia
puede estimarse que su representada ha incurrido en la infracción del artículo 16 de la
ley 19.496. Que en efecto, del contenido de la cláusula quinta del contrato de
compraventa, no puede concluirse de manera alguna, como la misma sentencia lo
reconoce, que ésta sea abusiva. Por otro lado, la supuesta cláusula que ha sido
considerada como abusiva por parte de la jueza de primer grado, no constituye una
cláusula, no se encuentra contenida en un contrato, tampoco ha sido calificada como
cláusula abusiva por parte del actor.

6º. Que esta Corte no comparte lo sostenido por el apelante en cuanto a que el documento
agregado a fojas 1 y siguientes sea exclusivamente un documento de carácter técnico,
puesto que, como se indica en el propio documento, es una “Guía de Ventas” y la nota en
que la Empresa se reserva el derecho de hacer cambios en el proyecto y en sus
especificaciones técnicas, solamente se justifica si ella va dirigida a los probables
compradores, no es lógico que se establezca una clausula de esa naturaleza en un
documento técnico interno de la empresa.

Consiguientemente, tanto la Guía de Venta y Especificaciones Técnicas, como el díptico,


están dirigidos al público, para informarlo y motivarlo a adquirir las viviendas ofrecidas, de

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manera que conforme a lo dispuesto en el numeral 4 del artículo 1° de la Ley N° 19.496,


toda la información contenida en ellos, respecto de la superficie de las viviendas y la
existencia de rejas exteriores, se entienden incorporadas al contrato, puesto que se trata
de características relevantes de las viviendas ofrecidas y no de cualidades accidentales de
las viviendas a construir, como lo pretende el demandado.

7º. Que, la demandada alega que el actor no sufrió daño alguno con motivo de la diferencia
de superficie de la mansarda, por cuanto no acreditó haber habilitado o construido la
mansarda, debe rechazarse dicha alegación, teniendo presente para ello que el daño se
produjo al haber pagado el demandante un precio por una cantidad de 34.91 metros
cuadrados de mansarda y haber recibido 26,40 metros cuadrados, independientemente de
si en el futuro habilitaba o no la mansarda.

8º. Que, en atención a todo lo establecido precedentemente, la petición principal del apelante
en cuanto a que se rechace en todas sus partes la denuncia infraccional y la demanda civil
de indemnización de perjuicios deducidas en lo principal y primer otrosí, respectivamente,
del escrito de fojas 32 y siguientes, con costas, no podrá prosperar.

9º. Que, en subsidio, el apelante solicitó que se reduzca el monto de la multa a que su
representada fue condenada en la sentencia apelada, a 2 UTM o la suma mayor o menor
que este Tribunal determine pero siempre inferior a la suma de 35 UTM a que fue
condenada, y/o reduzca, en su caso, el monto de las indemnizaciones por concepto de
daños materiales a $200.000 o a la suma mayor o menor que la I. Corte determine, pero
siempre muy inferior a la suma $3.500.000 a que su representada fue condenada por este
concepto, y, en su caso, reduzca las indemnizaciones por daño moral a $50.000 o la suma
mayor o menor que esta Corte estime, pero siempre muy por debajo de la suma de $
1.300.000, liberando en toda caso a su parte de las costas.

10º. Que, en lo que se refiere al monto de la multa impuesta, teniendo facultades este Tribunal
para aplicar una multa inferior a la que aplicó el juez de la causa, conforme a lo dispuesto
en el inciso primero del artículo 50 que señala que las infracciones a la ley serán
sancionadas con multa de hasta 50 unidades tributarias mensuales, y teniendo presente
que conforme a los parámetros dados en el inciso final del mismo artículo el daño causado
no ha sido de una gran entidad y que la víctima no quedó expuesta a ningún riesgo, se
rebajará la multa impuesta al monto que se dirá.

En lo que se refiere a la rebaja del monto fijado por el daño material, el apelante no señala
las razones por las cuales debería bajarse el monto a $200.000 y no hay ningún
antecedente en autos que permita arribar a ese monto.

En lo que se refiere al daño moral, los sentenciadores concuerdan con el apelante en


cuanto a que la cantidad fijada es excesiva, de manera que lo fijará prudencialmente en la
suma de $500.000.

Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y de conformidad, además, a lo


dispuesto en el artículo 144 del Código de Procedimiento Civil, se confirma la sentencia de
diez de abril de dos mil trece, escrita a fojas 87 y siguientes con declaración que la multa
que se le impone a la Inmobiliaria Tierras Coloradas S.A. es de 20 Unidades de Fomento y

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que se rebaja a $500.000 el monto de la indemnización por daño moral a que queda
condenada.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministro señora Rosa Patricia Mackay Foigelman.

Rol N° 261-2013.

Sra. Mackay

Sra. Toloza

Sra. Salvo

Pronunciada por la Segunda Sala integrada por las Ministras señoras P.M.F., V.T.F. y la
Ministra Interina señora V.S.O..

G.D.G.S.

En Concepción, a diez de marzo de dos mil catorce, notifiqué por el estado diario la
resolución que antecede.

G.D.G.S.

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