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Jurisdicción Especial para La Paz y Las Víctimas
Jurisdicción Especial para La Paz y Las Víctimas
Quizás el punto más neurálgico del acuerdo de paz es la justicia. Este depende de la
flexibilidad con que la sociedad colombiana quiera juzgar y castigar a los responsables de
décadas de violencia tanto de los grupos armados como de los civiles y los agentes del Estado.
El debate no ha sido fácil, ha despertado miedos y ha destapado heridas. Muchos de estos
temores se reflejaron en los argumentos con que la mayoría de colombianos votaron No el
pasado dos de octubre.
El nuevo acuerdo disipa por un lado algunas de las dudas y por el otro, muchas de las
inconformidades que manifestaron los voceros del No. Su columna vertebral sigue siendo la
verdad. Y su finalidad se mantiene en buscar una justicia restaurativa y retributiva que pueda
resarcir en algo el inmenso daño y sufrimiento que vivieron las millones de víctimas de la
violencia.
La Corte Suprema de Justicia: Este Alto Tribunal será el competente para la revisión de
sus propias sentencias. Únicamente para quienes hubieran sido condenados teniendo en
cuenta la definición de quienes son combatientes según el DIH, podrá solicitarse la revisión
de las anteriores sentencias ante la Sección de Revisión de la JEP. Este punto disipa un temor
de las altas cortes que rechazaron que existiera la posibilidad de que sus fallos fueran
modificados por la JEP.
Consejo de Estado: Se reconoció expresamente la competencia de ese Alto Tribunal en
materia de reparaciones monetarias, tema que era una de las preocupaciones de sus
magistrados.
La JEP no para todos los delitos: Delimita la actuación del tribunal señalando que “son
delitos cometidos por causa, con ocasión o en relación directa o indirecta con el conflicto
armado, aquellas conductas punibles donde la existencia del conflicto armado haya sido la
causa de su comisión, o haya jugado un papel sustancial en la capacidad del perpetrador
para cometer la conducta punible, en su decisión de cometerla, en la manera en que fue
cometida o en el objetivo para el cual se cometió”.
Los falsos testigos: El acuerdo toca uno de los puntos que más generaba temores en los
civiles: la posibilidad de que a cambio de beneficios cualquiera pudiera enlodar judicialmente
a otros. El nuevo documento evita la existencia de esos falsos testigos a través de dos
medidas: 1) “Cuando un testigo declare contra alguna persona por conductas de competencia
de la Jurisdicción Especial para la Paz a cambio de obtener beneficios procesales o punitivos
de cualquier naturaleza, el valor probatorio de su testimonio estará supeditado a que el
contenido del mismo sea corroborado por otros medios de prueba” y 2) Abre la posibilidad
de que se compulsen copias a la justicia ordinaria cuando existan denuncias falsas o falsos
testigos.
Solo por 10 años: El plazo para la conclusión de las funciones de la Jurisdicción Especial
para la Paz será de 10 años contados a partir de la entrada efectiva en funcionamiento de la
totalidad de Salas y Secciones de la Jurisdicción Especial para la Paz, y un plazo posterior de
5 años más para concluir su actividad jurisdiccional, plazo este último que de ser necesario
podrá ser prorrogado para concluir su actividad.
Plazo para recibir informes: Los Informes de reconocimiento de verdad solo se podrán
presentar en los primeros 2 años, aunque este plazo puede prorrogarse, de forma pública y
suficientemente motivada, por periodos sucesivos de 3 meses hasta un periodo máximo de 3
años. Esto desde que se haya constituido la totalidad de Salas y Secciones de la Jurisdicción
Especial para la Paz, salvo que exista una causa excepcional debidamente motivada en la que
el plazo podrá ser moderadamente extendido por la Sala de Reconocimiento de Verdad y
Responsabilidad.
Plazo para los civiles: Los terceros que quieran presentarse a la JEP voluntariamente podrán
hacerlo en los tres años siguientes de su puesta en marcha. Estos pueden estar en la situación
de tener procesos o condenas por delitos que son competencia de la JEP, cuando no hayan
tenido una participación determinante en los delitos más graves y representativos.
Aunque los negociadores de ambos lados siempre insistieron en que esto no era verdad, en
el documento presentado se eliminaron muchas de las alusiones que se hacían a estas
expresiones y se remplazaron por la “igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”.
Así mismo, se incluyeron otros mecanismos para contribuir al seguimiento del enfoque y
garantía de los derechos de las mujeres en la implementación del Acuerdo Final. Uno de estos
es la creación de una Instancia Especial conformada por representantes de seis
organizaciones de mujeres colombianas nacionales y territoriales que tendrá interlocución
permanente con la Comisión de Seguimiento, Impulso y Verificación a la Implementación
del Acuerdo Final.
9. Se reconocen los efectos del conflicto frente a la familia y las
comunidades religiosas
El nuevo acuerdo hace múltiples referencias a las familias y a las comunidades religiosas.
Reconoce que las personas en razón de sus creencias católicas o cristianas también han sido
víctimas del conflicto armado. En el texto se destaca la importancia de la participación de
estas comunidades en el postconflicto.
El tema central de la mayoría de críticas del No tenía que ver con la restricción efectiva
de la libertad para quienes han cometido los delitos más graves, un tema que no estaba
precisado en el primer Acuerdo Final. Los promotores del No al final dejaron de pedir
cárcel para los guerrilleros, lo cual haría inviable cualquier proceso de paz. Pero sí
exigían que se precisaran cuáles serían las condiciones de detención de los responsables
de los más graves delitos.
El nuevo acuerdo no llegó a disipar esas críticas. Aunque aclara algunos conceptos, deja al
Tribunal para la Paz con la competencia para tomar decisiones respecto a este punto. Según
el nuevo documento, los magistrados de la JEP:
a) Fijarán de forma concreta los espacios territoriales donde se ubicarán los sancionados
durante los periodos, horarios de ejecución y cumplimiento de las sanciones propias del
Sistema, que tendrán un tamaño máximo equivalente al de las Zonas Veredales Transitorias
de Normalización.