Está en la página 1de 195

;.

JI
EL USO PRÁCTICO DE LA INTUICiÓN

PARA BUSCAR LUGARES FAVORABLES,

CURAR Y CONOCERSE A UNO MISMO

..... T.
Lo~ fjlwo~ d(~ F.l 5.1.12 ¡¡ .;.qbid,WÍ-q - ~~~ ( ~HCI.::¡!
:
PARA BUSCAR LUGARES FAVORABLES,
CURAR Y CO N O CE RSEA UNO M ISMO ,.,·
~"
RAÚL DE LA ROSA "
Los libros de mmmzm sabiduría esencial .;'
.~~ .
La Edad Moderna ................................................................ 34

Las siete llaves de la sabidurla 34

El precio del éxito ................................ 44

La división cartesiana 49

Un paso adelante ,.......... 56

Ayrnar: un zahorl excepcional ............ 57

De los corpúsculos a Satanás...................... 59

Un poco de sugestión ..................................................... 67

Pros y contras 70

El nacimiento del positivismo.............................................. 75

Bleton: de la alergia a la radiestesia 75

Un escéptico coherente.. .......... 81

Una portentosa figura universal ............. 84

Un poco más de electricidad .......................................... 86

El siglo XX 9 1

De la física a la psique .................................................... 91

El príncípe de los zahories 92

Medicina y radiestesia, una pareja bien avenida...... 94

Un caballero de honoL ........................................ 95

La aristocracia también practica la radíestesía 97

Del maestro Treive al Nobel Carre!................................. 101

7
El consciente .. 141
El inconsciente ... .. 143
Del instinto a la intui ción 148
¿Quién, dónde , cuándo y cómo' 151
Q uién puede ser radiestesista 151
Dónd e operar 153
Cuándo ope rar .. . 155
Cómo ope rar ... 160
¿Estamos preparados? 164
La motivación y el deseo .... . . 164
El mter és .. .. . 166
La intención 168
L1 predisposición 170
La relajación 171
Técn icas de relajación 173
Hablar con uno mismo .... . 177
Reaccion es neuromusculares: el acuerdo inte n or. ......... 177
La expresión inicial 180
La pregunta . 18 3
L1 imaginación . 186
La confianza 188
El proceso merual .... 190
L1 orientaci ón y la selección mental... 190
8
El péndulo 230

El movimi ent o del péndulo.......... 233

La varilla 236

El movimiento de la varilla 237

Las varillas en forma de L... ...... 238

El movimiento de las varillas.......................................... 240

El lóbulo ant ena ................................................................... 241

El instrumento primigenio ................................................... 243

Los testigos 247

Las escalas ............................................................................ 252

CUARTA PARTE 255

La ed ucació n radiestésica.. ................................................ 257

Telerradiestesia. ................................................................. 259

Modos operativos ................. 266

Aciertos y errores ................................................................. 269

Ejercicios de ent renamiento .. 271

Ejercicio n° 1 272

Ejercicio n° 2 .................................................................. 27 3

Eje rcicio n° 3 ............... 274

9
Conclusión final .. 3 13
Bibliografla...... 3 17
10
Conclusión ñnal, . 3 13
Bibliografla . 3 17
10
fenoménico, aquello que traspasase los postulad os de lo considera-
do como ciennfícamente posible, no existía, y era fruto del engañ o
de los sentidos o, simplemente, un fraude.
La idea del ser humano mecánico sigue estando vigente dentro
de los medios cientlficos dom inantes, aunque sus rígidas posiciones
van abriend o paso a una nue va, y a la vez ancestral, comprensión del
mundo, de la vida y del ser humano máS allá de lo puramente tan-
gible. La ciencia actual no ha contemplado en sus formulaciones el
hecho de que el pensamiento afecte a la materia y menos aún al
tiempo. Las supuestas leyes ftsicas establecidas han obviado este
fenómeno a pesar de que la realidad , tanto cotidiana como experi-
mental, manifieste lo cont rario. ¿Dónde se dice que, mediante un
determinado proceso psíquico, se puede conocer una información
del pasado o del futuro, sin que el espacio afecte a su logro, o que se
puedan alterar las mal llamadas leyes Iísícas? Mient ras la ciencia no
considere en sus enunciados estos fenómenos, sus explicaciones
sobre la realidad serán siempre parciales.
Condenada por la religión y despreciada por la comunidad cien-
uñca, la radiestesia siempre ha mantenido una vertiente popular
denostada por los dogmas imperantes en cada época. No obstante,
tal como veremos, ha sido objeto de estudio y práctica por parte de
notables personajes del mundo cultural y científico, algunos de los
11
de los sentidos o, simplemente, un fraude.
La idea del ser humano mecánico sigue estando vigente dentro
de los medios ctentífícos dominantes, aunque sus rígídas posiciones
van abriendo paso a una nueva, y a la vez ancestral,comprensión del
mundo , de la vida y del ser humano más allá de lo puramente tan­
gible. La ciencia actual no ha contemplado en sus formulaciones el
hecho de que el pensamiento afecte a la materia y menos aún al
tiempo. Las supuestas leyes ftsícas establecidas han obviado este
fenómeno a pesar de que la realidad, tanto cotidiana como experi­
mental, manifieste lo contrario. ¿Dónde se dice que, mediante un
detenniruido proceso psíquico, se puede conocer una informací ón
del pasado o del futuro, sin que el espacio afecte a su logro, o que se
puedan alterar las mal llamadas leyes ffsicas? Mientras la ciencia no
considere en sus enunciados estos fenómenos, sus explicaciones
sobre la realidad serán siempre parciales.
Condenada por la religión y despreciada por la comunidad cien­
rífíca, la radiestesia siempre ha mantenido una vertiente popular
denostada por los dogmas imperantes en cada época. No obstante,
tal como veremos, ha sido objeto de estudio y práctica por parte de
notables personajes del mundo cultural y cíentífico, algunos de los
11
Cua lq uier pretensión de camb io social o individua l debe enfo­
carse manteniendo la ment e alerta y abiert a al descubrimient o de
aq uello qu e desconocemos, que es mucho más que lo que creemos
sabe r.
La evolución personal ha de dirigirse hacia el con ocímicnto a
través de esos sentidos naturales que nos ponen en con tacto co n
nuestra esencia y, por tanto, con nuestra co nciencia. Sin esta co m­
prensión el ser human o seguirá lastrad o por los prejuicios y valores
que intentan mantener arquetipos sociales tendentes a limitar su
evoluci ón.
Desde sus comienzos el ser humano utilizó su instinto para
sobrevi..i r, y la intuición para valorar las situaciones a las que se
enfrentaba. Con el paso de! tiempo transform ó un medio inh óspito
en otro menos agresivo, co n lo que la necesidad de u tilizar el ins­
timo y la intuicí ón pasó a un segundo plano, fortaleciénd ose el uso
de la razón .
La curiosidad y la necesidad plan tean un a cuestión inhe rente al
ser human o: e! deseo de sabe r. En primer lugar surgen aque llas
cuestiones más elementales, las que competen a la supervivencia,
co mo por ejemplo, alimentarse. Posteriorm ente, el deseo de sabe r
lleva al ser humano a cuestiones men os primarias, donde el razona­
mient o a través de procesos sensitivos no puede n ayuda rle. Después
de la necesidad prim aria de saber, estimulada por la superv ivencia y
12
radiestesia se debe sobre todo a los conce ptos equivocados que han
pretendi do atribuírsele, lejos del lugar que, por naturaleza, debe
ocu par.
• La man ifestación pu ramente radíest ésíca depe nd e del incons-
ciente al igual qu e la intuición . Pero, a diferen cia de la forma con-
vencional de entenderla, qu e surge aparentemente de forma espon-
tánea, la actividad radíest ésíca se formula íntencíonadamentef A
veces ante un pensamient o, un problema , duda o el deseo de sabe r,
el inconsciente comienza a buscar un a solució n y responde infor-
" fiánd on os de distintas formas: mediante un a respuesta igualmente
mental o a través de cienos códigos pe rsonales y de símbolos colec-
tivos qu e cons idera los más apropiados para adve n ir al conscie nte.
i Pod ríamos definir este proceso como int uitivo, pu es se produce de
; form a inco nsciente hasta llegar a la idea consciente y diferenciarlo
1: del puramente radiestésicoe En radiestesia, la volunt ad diri ge el pro-
i. ceso hasta permitir que el inconsciente responda mediante un c ódí-
, go previamente establecido: una reacción muscular, sensacio nes ftsí-
co- psíquicas o, incluso, hasta la aparición de la respu esta esperada a
. través de un pensamiento. •
El ámbito de la radíestesía, al igual qu e el de la vida ,'es am plio.
A través de ella se pueden encont rar, no sólo elementos del mundo
13
ticas tampoco cubren los paradigmas que plantea este fenómeno,
obviado por una ciencia que se opone a orientar sus investigaciones
a terrenos que no estén dentro de expectativas concretas de aplica-
ciones prácticas inmediatas. Surge asl la necesidad de una nueva
forma de adquirir co nocimientos; camino que va tnumarnente
unid o a la influencia decisiva, en cualquier faceta de la vida, de la
conciencia. Esta nueva concepción debe desarrollarse desligada de
ideas mecanicistas, quizás aplicables a muchos campos, pero no a
los fenómenos de la conciencia en esencia, con la perspectiva de
abarcar una realidad más profunda.
La simple captación senso rial de los fenómenos flsicos, ampara-
da por un razonami ento limitado, ha sido la única forma de discer-
nimiento del llamado progreso científico, que ha intentado -con la
idea de que este supuesto avance traerla felicidad y bíenestar-, des-
plazar la experiencia intim a de los fenómenos espirituales y psicoló-
gicos. Éstos, sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos por anu lar-
los, han hecho posible los considerables avances del pensamiento
filosófico y de la psicología emplrica.
Mi visión personal conjuga ambos aspectos, y ello permite cons-
truir una renovada ciencia, cuyas bases se sus tentarían en el co noci-
miento adquirido a través de una primera fase de elaboración inte-
lectual dirigida a favorecer un a intuición esencial, que seria utilizada
14
didos; estas cuestiones tambi én son objeto de , como deno mina ré, la
filosofía radiestésica.
La filosofía radiestésica que plant eo se ha ido desarrollando junto
a doctrinas filosóficas qu e también combinaban la intuición y la
razón, hasta llegar a este mom ento, en qu e qu ed a definida junto con
los fen ómenos de la psique y de la conciencia, mostrando su intima
relación , y reforzada por las investigacion es teóricas que he realiza-
do y coinciden con mi experiencia práctica.
Los principios de esta filosofía radiestésica como ciencia, arte y
exp resión de una capacidad hu mana, asl como su obje to y su méto-
do han sido materia de ásperas polémicas ent re sus detrac tores y se-
guidores y tambi én ent re estos últimos y sus distintas teotias e ideas
sobre el fenó meno . Pero el objetivo esencial de la ñlosofta radiest é-
sica es el mism o qu e el de otras ramas de la cultura y la ciencia: des-
cubrir, admitiendo la concepción del vocablo griego philosojhia (filo-
solía) qu e significa «amor al conocimiento ».
El concepto de ñlosofta ha perdido en algunos ámbitos el senti -
do primigenio qu e los filósofos le proporcionaron. La actividad de
cienos filósofos se relaciona hoy iróni camente con el verb o filosofar,
hablar por hablar, es decir, meditar o expone r ideas sin valor sobre
cosas trascenden tales. Sin embargo, el auténtico filósofo pretende
acceder a la sabiduría, no sólo mediante el ente ndimiento, ya qu e
15
16
estas limitaciones. El estudio de la historia y de la filosofla radiest é-
sica que aquí expongo abre un amplio campo cognoscitivo, al tiem-
po que apona un enfoque práctico y educativo para e! conocimien-
to personal.
DE LO S A LBORES A LA EDAD MEDIA
Los anc estros de la radiestesia
El hombre primitivo fue un ser fundamentalmente instintivo. Esta
facultad le permitía actuar frente a un medio inhóspito y agresivo. A
medida que fue conformando un hábitat más seguro y estable, este
instinto innato fue perdiendo protagonismo en proporción directaal
aumento de su capacidadde raciocinio, aunque quedó latente como
parte de la naturaleza humana. Por ello, en cienos momentos de
especial receptividad, puede reaparecer de forma involuntaria, pro-
vocando lo que se conoce como intuición, o voluntariamente, a tra-
vés de la radiestesia.
El estudio antropológico de la radíestesía, y de las anes adivina-
torias en general, demuestra que en todo el planeta y a lo largo del
19
gentes de alto rango social que solian rodear sus prácticas de un
carácter sagrado, inclu so mágico. Sin em bargo, en cienas culturas,
tal como sucedió en Asiria, Babiloni a o Caldea, la influencia de la
adivin ación estaba present e en el pueblo, de la misma fonna que en
los ámbitos más doctos. Gran part e de la cultura de Babilonia y de
Asiria -floreciente ya 3.000 años a.c.- se basa en los primiti vos
sumerios. El conocimiento de su fonna de vivir ha llegado hasta
nosotros gracias al hallazgo de miles de tablas de barro con ins-
cripciones cuneiformes , procedentes de la biblioteca del rey asirio
Asurbanipal. Consta fundamenta lmente de textos religiosos y eso-
téricos: conj uros, oráculos, ritos mágicos, etcétera; textos cíentífi-
cos: astronomía, medicina, geografía, botánica , etcétera, y textos
administrativos y legislativos, como el célebre Código de Hamm u-
rabi , grabado en un bloque de diorita por ese gran rey del imperio
babilónico que vivió ent re 1728 y 1686 a.c. . Este descubrimiento
mu estra la importancia que ten ían los métodos de adivinación en
el quehacer diario .
Hace más de 4 .000 años, los chinos utilizaban la varilla para
encontrar yacimientos de minerales yaguas subterráneas, incluso
para decidir dónde constru ir una ciudad o una casa. El ane milena-
rio del feng-Shui incluye, entre otras cosas, la elección de los luga-
res más propici os para vivir en annonla con la naturaleza. El geo-
rnante era el encargado de determinar el lugar y la orientació n
20
Hamm urubi ( 1728- 1686 a.C,) recibiend o el
anillo }' la vara , símbolos dc su sobera nía .
C ódigo d e Harnmurabi hall ad o en Susa.
adecuados para la construcción de las viviendas. Homb res destaca-
dos en su epoc a como Yu, de la dina stía li sia. emperador de Ch ina
desde el ano 2205 hasta el 2 I9 7 a.C; eran conocid os por sus artes
radicsr ésicas. Tal como fi gura en la reproducción de un grab ado de
la epoca, Yu era alabado «po r su ciencia de los yacimientos mineros
y d e las lucn tes. Detectaba objetos esco nd idos y supo regu lar j ui-
ciosameme el trabajo de la tierra según las diversas estaciones ». Yu,
a través de la radiestesia, dete rminaba la calidad de la ene rgía de 105
lugares donde se pen saba ed ifi car porque ya ento nces se sabía que
u n lugar inadecuado podía ser causa de enfermedades.
Dístiruas doctrinas filosóficas fl orecieron en China: el confucia-
nismo , el tao ísmo o el pen sam iento de Mo-tse y sus seguidores los
moh ístas. Éstos pro pugna ban que la existencia obje tiva de las cosas
existía fuera de la co nciencia. Segú n los mohísias, lodos los conocí-
miemo s son consecuencia del esfuerzo común entre los sent idos y
el pensami ento. En contrapusión a estas id eas. el taoísmo afi rma que
el saber se d ivide en dos formas bien d iferenciadas: sensible y supra-
sensible. El p rimero se adquiere a través de la percepc ión del mu ndo
21
I
feta intenta combatir las tradiciones y las tendencias idolátricas de
los israelitas, invocándoles a la piedad interior y a la devoción espi-
ritual que les acercará a Dios. A pesar de ello, los ju díos hacían uso
de la varilla, según narran en siglos posteriores san Jerónimo y san
Cirilo.
En sus escritos, e! historiador griego Herodoto (siglo v a.C)
menciona que los escitas -pueblo iranio nómada que vivió original-
mente en las estepas de la actual Rusia meridional-, practicaban la
rabdomancia. La cultura escita se detecta a lo largo de muchisimos
siglos y abarca desde los territorios occidentales de China hasta cier-
tos aspectos del ane godo , merovingio o vikingo. Herodoto descri-
be e! instrume nto del cual se servlan como una varilla de madera de
sauce que los escitas emp leaban, entre otros usos, para descubri r a
los perjuros.
El vocablo rabdomancia procede del griego rhabdos, o sea,
vara y manteCa, adivinación. Este término fue utilizado duran-
te siglos para denominar al fenómeno de la adivinación
mediante un a vara. Otros métodos de adivinación fueron la
belomancia (por medio de flechas) o la xilomancia (median-
te la madera).
22
crueldad .
En los anales de todos los pueblos figu ran multitud de fenóme-
nos, aparenteme nte sobrenaturales, como la adivinación , la clarivi-
dencia o la rabdomancia, utilizados con un fi n social y religioso .
Egipto y, posteriormen te, Grecia se destacan po r el ejerci cio y la
organización de estas artes. Según cuenta Herod oto , el egipcio Belus
fun dó una colonia a orillas del río Éu frates , do nde orde nó a los
sacerdotes calde as, conoced ores del arte de la rabdoma ncía o de la
adiv inac ión med iante la varilla , al igual que los magos egip cios de la
épo ca de Moisés.
Estrabón (aprox. 58 a.C.-c. 25 ) fue un geógra fo e historiador
griego con una cierta obsesión por narrar los hechos tal como suce-
dieron. En sus obras , caso de Mem01ias históricas compuesta de 4 7
ltbros y especialmente en Gcografia de 17 libros . insiste en la nece-
sidad de fundamentar la geografia en datos ma tern áticos y científi-
cos. Al mismo tiem po , introduce con ceptos filosóficos e históricos,
aportando detalles eruditos e in formaciones arqueológicas, entre los
cuales menciona que los brahmanes de Pcrsia hacían uso de la vara,
al igual q ue los pu eblos de Metelin o los bra hmanes de la Ind ia, tal
como relata n ovio Fil óstrato. Este sofista griego (ap rox. 170 -244)
escribi ó la Vida de Apolonio de Tia na, obra compuesta de 8 libros,
bajo un marco de misticism o ncop ítagoríco, as! como la Vida de los
sof istas.
23
del Un iverso , que conocia el porvenir y descorría su velo a través
de los orác ulos.
En la isla de Lesbos, segú n nar ra Fil óstrato , los iniciados ten ían
el privilegio de hablar con los dioses mediante el uso de la varilla.
Estas arres fueron cultivadas con un profund o respeto, así como
con u na since rida d y rigor científico que las elevaro n a lo más alto
del sabe r de la época . El resumen de todos estos conocimientos y su
origen se pu ede comp rende r en u na sola frase insc rita en el fronti s
del templo de Delfos: «Con ócete a ti mism o ».
Herodoto fue también un extrao rdina rio obse rvado r de su tiem-
po, d otado de una gran obje tividad , y un fino estud ioso de los dio-
ses y de lo que entonces se cons ideraba sobrenatu ral. Junto con otros
escrito res recoge leyendas sobre el filósofo Pitágoras, en las que ase-
guraban que disponla de un fémur de oro --<¡ue algunos autores tra-
du cen como «un mu slo de oro»- con virtudes proféticas y posela el
don de conoce r el pasado. Pitagoras fue el fundador de un a escuela
filosófica llam ada itálica, de gran influencia en doctrinas filosóficas
posterio res como la platónica y la neoplatón ica. Creía qu e para com-
prender el origen y el fin de las cosas no se podía ejercitar la dialéc-
tica y el razonamient o, habia que desa rrollar, fund ament alment e, la
facultad p rimo rd ial y superior del hombre: la intuición . Es po r ello
que el mism o Pitágoras trató de devolver al arre adivinatorio su pro-
fundid ad y prestigio perdidos. Precisament e, Delfos, el santuario de
24
cio nes for man todos los cuer pos . Dem ócrit o fue un cien tífico aven­
tajad o y un escritor pro lífi co en temas relativos a la filosofía . la
lógica. la psicología, la ética. la política. la pedagogía. la teo ría del
art e. la lin g úistica , las mate máticas, la física y la cos mología. Según
Dem ócruo, las percepcio nes so n el pr incipio y la hase del co noc i­
mient o; la materia infl uye en los sentidos que trad ucen sus percep­
cio nes en im ágenes. Estas im ágenes. co pias ele las cosas materiales,
discu rrirían por el espacio vacío, llegand o a los órganos de las per­
so nas y pen etrando en ellos a través d e los poros. Sin embargo,
Dcm ócrüo adviene q ue hay objetos y propiedad es de los objetos
que. por su escaso tamaño, no p ueden pcrcíbírse de la misma
forma , pero es posible conoce r su existenc ia mediante la men te.
Mas ad elante veremos cómo estas ideas fueron empleadas co mo
exp licació n al fenómeno de l movimien to de! inst rurne rno en
rad iestesia.
Ant iguam cmc . existieron d octrinas y cultu ras que u nieron la
ciencia al co nocimie nto ; hoy se b usca la ciencia sin el conocimien­
to , lo cual d egenera en la actu al decadencia ed ucativa. El verdade ro
maestro no se limita a una sim ple inst ru cción cient ífica o cultu ral.
Va más allá, bu scando el despertar del conocimiento en e! espíritu
del discípulo. Para alcanza r la sabidurí a ciertas cultu ras fund ían su
ser físico. el moral y el inte lectual en un o, utilizando pa ra ello el eje r­
cicio de la voluntad, del raciocinio y de la iruuici ón.
25
zado por la mayoría de los puebl os, y de ella proceden gran parte de
los conocimiemos.
Como vem os, los griegos fueron expertos conocedores de estas
prácticas adivinatorias. Plutarco (50-125), escrito r griego autor de
Corpus, obra divid ida en dos partes: Vidas paralelas y Obras morales,
o Moralia , libros qu e trata n sob re filosofía, pedagogía y mitología
desde un contexto moral, tamb ién cita el uso de la varilla en sus
obras. Fue sacerdote del santuario de Delfos y supo vivir ent re gen­
les de distintas culturas y trad iciones: patricios romanos, griegos de
Europa y Asia o nómadas sofistas, adquiriendo así, a través de sus
viajes, una visión incomp arable de la humanidad. Intent ó conciliar
las antiguas costumbres y trad iciones con las nuevas concepciones,
sobresaliendo sus tratad os: Sobre la letra E en DelJos, Por qué la Pito­
nisa no habla nunca en verso, Sobre ladecadenciade los oráculos, en los
que bu scaba las razones que hablan originado la decadencia de las
artes adivinatorias, de tant o prestigio entre la sociedad en etapa s pre­
cedentes.
La varilla en los antiguos pueblos europeos
Tácito - senador durante el reinad o de Vespasiano y, posterio rme n­
te, en el año 88, pretor-, fue tambi én un gran historiador. Sus rela­
26
tu ra trata de amuletos, fór mulas. métod os mágicos y de adi vinación
que ap ortan una valiosa informac i ón acerca de sus creencias. Prac-
ticaban la ad ivinación interpretando la posición de varillas de
made ra, así como los son ido s, el vue lo de las aves o el co mporta-
m iento de los animales. especialmente el de cien os caballos blan-
cos. En el ámbito privad o estos augu rios era n interpretados po r los
cabeza de familia. o por los sacerd otes cuand o se trataba de un
asum o público. Ent re esto s ú ltimos destacan algu nas muj eres que
llegaron a tene r una notable influencia po huca y que eran consul-
tadas antes de tornar imp o rtant es decision es. Las más destacable s
fueron Vileda entre los bructeros, Ganna en tre los semno ncs o Au ri-
na, citada asimismo por el mismo Tácito. Tam bién los alanos unli-
zaban u na varilla adivinatoria de hu eso, al igual que los Irison es,
pueblo de raza germ ánica que vivi ó en la zona costera de los actua -
les Países Bajos, ent re el Ri n y el Ems, qu e la empleaban . en tre otros
a SUIllOS , para descu brir crímenes.
Tito Livio (n. 50 a.C) es un analista que relata y co mprueba los
sorprendentes y maravillosos acontecimientos de los que es espec ra-
dar, ast como cienos relatos legend arios adm itidos como verdaderos
pt)r sus an tepasados. En sus ob ras encon tramos referencias sob re las
cualidade s de la varilla y. aunque se muestra con trario a las supers-
ticiones del vu lgo, registra escrupulosamente los prod igios y suce sos
de los cua les fue testigo .
27
sobrenatural. La climatología, el vuelo de los pájaros o un encuentro
fortuito, eran considerados como presagios, ya fueran de índole favo-
rable o maléfica, y basándose en ello y en su conocimiento, actuaban.
Los druidas eran los encargados de la educación, la justicia y la
religión. Su nombre, druides, significa los muy sabios o los muy
vident es, de donde se desprende que no sólo eran capaces de adi-
vinar o saber, sino que eran los más competentes. Es quizás en el
pueblo celta donde mayor arraigo social ha tenid o la religión cos-
mogónica. Sus creencias no se manifiestan solamente en ciertos
rituales, sino que subyacen en una dimensión espiritual testimo-
niada por sus historiadores. Estrabón habla de las danzas qu e los
celtiberos ofrendaban a un dios absoluto e innombrable. Esto refle-
ja que los dioses célticos no eran sino las distintas manifestaciones
de un dios absolut o.
Los augures romanos
El origen del Imperio romano se fundam ent a en la fuerza de la
opresión , dirigida por una olígarqu ía déspota, con un pod er poli-
tico deificado, que repri mió el desarrollo del intelecto, las ciencias
y el arte. A pesar de ello, las artes adivinatorias gozaban de alta
conside ración ent re los romanos, dond e la institu ción de los augu-
res tenia un gran prestigio, aunque generalmente se utilizaban para
28
elegir los luga res don d e era más acon sejabl e acam par y, al mism o
tiempo , pa ra encontra r fuentes de agua su bterrán ea co n las que
cub ri r las necesidad es de las tropas. Co ncretament e. las legio nes
rom anas, en sus campañas en las Galias y en Germanía. em plearon
buscadores de agua que utilizaban la varilla; aunque los romanos
también utilizaron el péndu lo e n sus a rtes adi vinato rias . De esta
forma se descub rieron m ultitud d e aguas subte rráneas, ent re ellas,
buen núme ro de aguas ter males, tan so licitadas por los ciudadanos
roman os.
La pa lab ra zahorí puede tene r connotaciones ling üísticas del
heb reo p rocede ntes del texto místico cabalístico Zohar; pro -
viene etimo lógicamente de l árabe zuhari, o sea. servidor del
planeta venu s o geo mantíco, aun que se pued e trad ucir co mo
vidente o iluminado y principalmente define a la persona a
quien se atribuye la facultad de ver lo que esto oculto.
Cicerón (103-43 a C ) - politico. orador y prolífico escritor roma-
no- menciona la adivinación en alguna de sus obras , como Dt' divi-
tlarorc, dond e trat a con cieno escepti cismo los presagios. o en DcJa-
to y DeJ itlibu5, don de ataca a los epicúreos atomistas. En su obra De
29
llegado 18 de ellos, quizá los más importantes, ya que contienen
los acontecimientos contemporáneos de! autor. Según narra, los
alanos sent ían una gran inclinación hacia el uso de la vara. El últi-
mo párrafo de su extensa obra resume de forma solemne su pen-
samiento: «He escrito una obra que tiene por fin la verdad, a la que
nunca, según creo , me he atrevido a traicionar con el silencio olas
mentiras» . Amiano, a pesar de sentir una profunda admiración por
la religión cristiana a la que considera «franca y pura» , y de admi-
rar «la serenidad y el intrépido valor de los mártires cristianos»,
continuó siendo un pagano, un pol íteísta convencido hasta su
muerte.
La varilla también es citada por Ambrosio Teodosio Macrobio,
escritor y gramático latino de la segunda mitad del siglo IV y v,
autor de las Saturnales y de Commentarii in Somnium Scipionis
(Comentarios al sueño de Escipion) , donde plasma sus criterios
filosóficos sobre la naturaleza del alma, del universo, de los
astros o del mismo dios, abriendo e! camino a las interpretacio-
nes alegóricas, místicas y astrológicas que influyeron de gran
manera en la doctrina del medievo.
Las artes liberales promulgadas por San Agustln en el siglo v,
basadas en el Trivium (gramática , retórica y dialéctica) y en el Qua-
drivium (geometría, aritmética, música y astronomía) desbancan a la
enseñanza oral procedente de la cultura céltica. Frente a esta
corriente intelectual se mantenía aún vigente en ciertos recintos,
qu e, posrcr iorrncm e. pudi eran ser transmit id os a las genera cione s
futura s , condensando el pensamiento. las tradi cion es y el arte an ti-
guos . En su ob ra teológica Dc aniollQ aborda las cuestiones del alma .
e insiste sob re la utilidad de los rabdo man tcs y de los bu scad ores de
agua.
El renacentismo hermét ico d e la Edad Media
Hacia med iad os d el siglo x, su rgió en Basora (ciuda d del actual
lrak ) una soc iedad secreta de talant e filosófico impregnad o con
una cierta religiosid ad , llamada Her manos de la Pureza. Sus miem-
b ros escr ibieron cincue nta y u n tratad os recopilatori os d el saber
científi co y filosófico de la época: su obje tivo era unifi car tod as las
d octrinas religiosas y filosóficas. Según los Hermanos de la Pure-
za . el conocim ien to se ad quiriría por [res procedi mient os : po r
medio de los sen tid os , po r el cnte nd írn icmo y. finalm ent e. por la
in tu ic i ón . Co n la llegada del nu evo milenio y co n el renacimien to
de las urbes , este tipo de d octrina con la intuición esenc ial como
funda mento para ad qu irir conciencia de la verd ad . hizo resur gir
un vasto pronunciamiento d e insp iración cre mita, Ésta devolvi ó a
las profu ndidad es de los bosq ues)' las cuevas a aquel los ascetas,
ob ser vad o res de sí mism os y de la naturaleza en estado pu ro, ya
31
como Maimónides (1135-1204), president e del Consejo rabtnico
-tríbunal de la comunidad hebra íca-, reflejó su postura en su Tra-
tado sobre la idolat na. Maimónides exhortaba la excomunión de
aquellos qu e utilizaran la adivinación con conocimiento de su causa.
En sus obras trata de la influencia de las argucias de Pitón -se rpíen-
te mitol ógica, como la de Adán y Eva- para confundir a las perso-
nas: «Hay un a -reílrí éndose a las tretas empleadas por Pitón- qu e
consiste en la ofrenda de cieno perfume mientras se sostiene en la
man o un a vara de made ra y se pronuncian ciertas palabras. El por-
tador de la vara se inclina como si quisiera consultar a alguien ocul-
to bajo tierra, quien le resp ond e en voz tan queda, que un o sólo
pu ede oírlas en el interior de su mente, ya qu e los oídos no perciben
ningún son ido claro ». La visión de Maímónídes del fenómeno de la
búsqueda radiest ésica de aguas subterráneas o yacimiento s minera-
les se acerca bastante a la realidad , inclu so cuando obse rva qu e la
respuesta sólo se pu ede percibir mentalmente.
La capacidad intuitiva del ser humano ha sido obje to de mu chos
estudios a lo largo de la historia, y ha generado corrientes filosóficas
de eno rme imp ortancia. La intuición tambi én se ha enfocado desde
un ángul o místico, punt o de vista recu perado en la actualidad por
las concepciones de la Iísica cuántica más avanzada .
El monasterio de Saint Victor, cercano a Pans, fue, durante el
siglo XII, el baluarte de las doctrinas místicas. Entre los llamad os víc-
32
car melitas, como practicantes del uso de instrume ntos para conse-
guir determ inadas informacion es ocultas, Muchos de ellos lograron
inn umerables éxitos, a la par qu e hicieron avanzar este an e con sus
estudios }' conclusiones sobre su origen y forma de producirse, así
co mo con la ense ñanza de los mejores métodos para trabajar. L.a
Iglesia ha perseguido, fund amentalmente, a aq uellos que utilizaron
la rabdomancia para conseguir información del mun clo moral o
co nocer el futuro, fenómeno mas conocido en esos tiempo s como
arte adivinatorio. relacionado con la mística y la intu ición . Por ello,
el papa Juan XXII, en una bula del ano 1326 , con denó el uso del pén-
dul o por ser «un elemento empleado para conseguir respuestas a la
manera del diablo».
A media do s del siglo XIV, el inglés Guillermo de Occam escri-
hió so bre tem as políticos. teológicos y filosóficos, en los cuales
afirma q ue el saber}' el co nocimiento de la existencia de cual-
q uier cos a só lo es posible med ian te la int uición . Fue excom ulga-
do po r la Iglesia y tu vo qu e bu scar refugio en Pisa , en la co rte de
Luis el Bávaro. Según Occarn, 10 que realmen te existe es lo único,
lo esenc ial, y la misión de l conocim ient o es su com pren si ón a
trav és del saber intuitivo, recurriendo a la intención y a la d irec-
ción del pen samient o . tal como sucede en la rad iestesia , En su
ob ra más sobresaliente , Scnlt'ncias, cr itica d uram en te los co ncep-
lO Sabstraeros y un iversales en contraposició n a la existenc ia co n-
33
das por una misma madre». Al igual que otros conocidos alquimis­
tas entroncó la alquimia con la radiestesia. En el libro primero de su
Novum testamentum -editado en 1521-, titulado De la verga trascen­
dente, habla de siete varas y del modo de utilizarlas. En él comenta
sobre sus respectivos usos para la detección de fuerzas telúricas, y a
cada una le confiere un nombre: divina, trascend ental, reluciente,
saltarina, trémula, caediza y supe rior, «según sus propiedades». Del
capitulo xxv, extraemos el siguiente párrafo: • Porque el hombre,
debido a una falsa opinión, piensa y cree siemp re que su destreza es
la que impide o acelera en su movimiento a esta verga, y no los
dones particulares con la que le ha sido concedida por la bend ición
de Dios. La mayoria de aquellas personas no saben de qué lado estas
vergas se han movido y, sin embargo, esos ignorant es aprend ices las
llevan consigo, colgadas de su cintura o de su sombrero, y las guar­
dan santa, celosa y religiosamente, ocurri endo que, las personas ,
debido a una gran superstición , esperan algo de la destreza de sus
pobres manos ignorantes y necesitadas, en las cuales, sin embargo,
se dan dones, mercedes y gracias suficientes .... . En sus palabras
queda reflejado que el uso de la vara era habitual entre las gentes de
entonces .
En otra de sus obras, Verum inventum, hoc est munera Germanie,
Basile Valentln alaba las excelencias de la vara de avellano para des­
cubrir metales, y afirma que es entre los pueblos germanos donde
34
na a quienes se cons ide ran reos , co n la única cond ición de ma nte­
ner una fe absolut a, exenta d e vacilacion es , e n la realidad del perd ón
y, en consecu enc ia, dice una sent encia que, segura mente a su pesa r,
se puede extrapolar a la rad ies tesia: «Quien cree , ob tiene , quien no
cree, no obtiene ». En 15 18 , Lutero condenó oficialmente el uso de
la varilla por ser un instrumento d iabólico y por ir en contra del pri­
mer mandami ento de la ley de Dios: a pesar de que su pad re, Hans
l.urher, e ra mi ne ro }' conocía, por tan to , el uso tan extendido d e la
vara y su eficacia en mi ner ía.
Es com prensible es te rechazo hacia a lgo que era d ifícil de ad m i­
ti r con la menta lidad y los conoc imientos de la epoca ; a ello habría
que suma r, ade más , el hec ho de que los p racti cantes de este . m e
so lían rode arse de un halo mist erioso qu e favorecía la Idea de qu e
el port ad or de la var illa estaba ligad o a la bruje ría. y que SlIS pre­
para uvos y u tiliz aci ón se ase mejaban a cie n os ritu ales m..i gicos. En
el opúscu lo El dragl'J/1 n ~io, en cont ram os un a forma un tant o pecu­
liar de explicar la labri cacion de una varilla adivina to n a : «En el
mom ent o en q ue el sol se eleve sobre el horizonte, lomaréis con la
man o izq uierda u na varilla virgen de no gal silves tre y la co rtar éis
con la d iestra con tres golpes, al tiempo qu e p ronunciáis esta invo­
cación : "Te coj o en nomb re de Eloh im , Mitrai ón . Adonais, Scrnfo­
ras, a fin de que tengas la virt ud d e la va ra de Moisés y de j acob .
pa ra de scub rir to do c uanto yo qu iera sa ber " Os llevaréis es ta van­
35
visión del fenómeno, achacando gran parte del éxito al instrumen­
to, elemento meramente secundario dent ro del contexto radíest ési­
ca . En este escrito se nomb ra la vara de Moisés, un bastón de made­
ra de almendro con el cual realizó prod igios milagrosos, como fue
el hacer brotar agua de un a roca en el desierto, golpeándola con él;
también se cita al patriarca hebreo Jacob , cuyos oráculos sobre sus
propios hijos se hicieron célebres y son un resumen de la historia
del pueblo hebreo de su época .
En el Éxodo encontramos que Dios le dice a Moisés que tire
su bastón al suelo, y al tirarlo se convierte en serpiente. Dios
le ordena que la coja por la cola y al hacerlo se transforma de
nuevo en bastón, y le dice: «En cuanto a este bastón, t órnalo
en tu mano; es con lo que llevarás a cabo tus milagros C..). Es
con la vara de Dios, que Moisés y Aarón realizan milagros
ante el faraón ».
En 1530 , el científico alemán Georg Bauer (1490 -1555 ) - más
conoci do como Georgius Agrícola- consiguió, a través de su oficio
de méd ico en minas y fundiciones, un profund o conocim iento de
la minería y la metalu rgia. Pub licó el Bermannus, lib ro fundamen­
36
bamos de leer. No ob stant e, Agr ícola , al final de l libro , destaca el
éxito de los zahories co n la varilla adivinator ia como método para
descubrir minas. aunque matizando que «sólo era empleado por
los mine ros , gentes sin religión que invocaban para ello los pode­
res del más all á».
Zahoríes marcand o los mejores lugares do nde ex ca­
var a la búsqueda de vela s min erales . Al fondo ,
zahorí arran ca ndo una rama de árbo l para confec­
cio nar su va ra según xilog rafía aparecida en De re
mclal/ica ( 1530) de Agrico la.
37
llano con los meta les, así como de distintos cuerpos y elementos
entre sí po r sus propiedades de atracción. En este trabajo trata de
la búsqueda de la verdad med iante artes ad ivinatorias. Por su
parte, en su Iraité des principaux gen res de divination (Tratado sobre
los principa les tipos de adivinación), Peucer habla de la vara y el
péndu lo como instrumentos ligados a métodos adivi nato rios de
determinadas doctrinas eso téricas. En estos tiempos este arte esta­
ba sumamente extendido, especialmente para la ad ivinación de
cues tiones morales , aunque , tal como vemos, también se utilizaba
como métod o de búsqueda sobre todo de me tales.
En esta misma linea, se manifiesta el napolitano Giamba ttista
Della Porta (1535-16 15) - figura portentosa dentro del mundo
cíen ufíco-, que inte ntó conj ugar ambas posturas : el rigor ana litico
y el eso térico , tal como refleja en su gran obra Magia naturalis (De
la magia natural) , editada en 1569. Su especial talent o le llevó a
interesarse por áreas tan dispares como la óptica, la hidráulica, las
mate máticas, la agricu ltura, el teatro , la meteorología, la mnemo­
técnica , la criptografía, la físíognomía, la filosofía , la astronomía, la
qu iromancia , la alquim ia y la rabdomancia. Della Porta trabajó
unifícand o los criterios científicos y los conside rados como mági­
cos, cons iguiendo , desde su singular cualidad de invent or, grandes
logros como la cámara oscura -según cue nta Lavater en su Fisiog­
nómica- o la construcción del telescopio -tal como le atr ibuyen
38
el manual Mallctls malt:f1rartltn de los inquisidores Hcinrich lú a­
mer y Jam es Sp re nge r. y en el citado Magia /wturalis o e n Dc prcs­
ligus dClJ1ollulJ1 de J oh an n weycr y que el mismo Goya representó
en algu nas d e sus ob ras , co mo Cocilla de brujas. El aqllclwTf o
Linda maestra.
Delia Porta es un o de los grand es pen sad ores d el Renacmuen ­
to italiano qu e bu scó el saber)' el co noc im ie nto en dist int os cam­
pos , au nq ue d irigiénd ose fun damentalm e nte al ámbito de las ene r­
gías de la tierra: «Esta ma gia . dorada d e una pote ncia co ns iderable,
está re pleta de misterios oc u ltos y pe rm ite conocer las cosas que se
esco nd en en el seno de la natu raleza, con su s cualidades y sus p ro­
piedades: es la cima de roda Iiloso lía. Incluso llega a ense nar qu e ,
gracia s a la ayuda p restad a po r las cosas . por su m utua y op ortu­
na aplic ac ión , pue de n rea lizarse ob ras qu e el mu ndo esti ma que
so n m ilag ros que sob re pasan cualq uie r ca pacidad de adm iración
ta nto co mo tod as las fac u ltad es d e em cn dinue nto ».
De n tro del dom in io religioso enco nt ramos un gran nú me ro de
p racticante s , es pec ialme nte en cie rtas órde nes. Como ejemp lo de s­
tacado figuran los jesu itas. con una extens a tradi ción co mo ex pe r­
tos radi csresistas qu e ha perdurad o hasta nuestros día s. Ya en la
Espa ña d el siglo XVI, el Jesu ita Mari In del Rio (l 5 5 1- 16üH) CSCl; ­
bio en 15Y4 su D isC¡ lI isit iollum magicarwn liln i sex, dond e afirmab a
q ue los zaho ries pod ían «ver cosas ocultas e n las crura nas de la ue ­
39
muerte hasta nu estros d ías. Sus primeras experiencias como médi­
co en las minas de Schwaz en e! Tirolle pusi eron en contacto con
la varilla, tan utilizada en minería. En este mismo lugar realizó sus
estudios sobre la alquimia. Goethe se inspiró en su vida a fin de
compilar ingredientes para su obra cumbre : Fausto . Paracelso
habla de! uso de la vara y aprueba su manejo, aunque en algún
momento llega a tacharla de insegura. Fue un resuelto enemigo
tanto de la filosofía y la fisiologfa aristotélicas, como de las de Gale­
no y su influencia a través de! llamado galenismo. Se opuso deci­
didamente a estas formas de ciencia oficialista escolástica , abande­
rando unas emergentes y renovadoras ideas que recuperaban
antiguas tradicione s y ritos, bajo un espíritu experimental, pr eco­
nizando una nueva ciencia moderna, fundamentada en lo que
entonces se consideró como la magia alqufmica. Extraemos un
párrafo de su obra De voluntae donde resalta la importancia dec i­
siva de la voluntad en los procesos de salud y enfermedad, la
misma fuerza de voluntad que debe acompafiar a todo practicante
de la radiestesia: «Sabed que e! influjo de la voluntad constituye
un capitulo importante de la medicina. Puede suceder, en efecto ,
que el hombre que no se concede nada de bueno y que se odia a
si mismo, acabe por enfermar a conse cuencia de! odio que él
mismo se inspira 1...1 y vosotros, médicos, no os riáis: no os podéis
imaginar, ni remotamente, la parte que en la enfermedad tien e la
40
exp eriencias, gracias a las cuales se le conside ra uno de los fun­
dadores del aná lisis qu imico . Libavius, de o rigen alemán y perte­
neciente a la escuela de Paracelso, fue pro feso r de histor ia y poe­
sia en la Universidad de j ena (1 588- 159 1) y, posteriormente,
médi co municipa l en Rothenbu rg (1 59 1- 1607) , y desde entonces
oste ntó el cargo de rector del prestigioso Gymnasium Casimiria­
num Academicum. En su obra Syntagma arcano,. chimicor destaca
la eficacia de la varilla desde un punt o de vista teóri co . Desde su
pro pia experienc ia con sidera -al igua l que Melan ehto n- que el
mov imiento de la varilla se debe a su sim paua hacia ciertos ele­
memo s , co mo en el caso de los metales . Desarrolló m étodos cua n­
titativos de de terminació n del oro y de la plata en aleacione s , y
pro ced imie ntos cualitativos de detec ción de hierro y cobre. El uso
de la var illa, en la minería de la época, que da bien pate nte en la
docum entación. los grabados y retratos rescatados al tiempo y a
los avatares de la historia. El retrato del d irector de minas de Fci­
berg, Cristo phe va n Schcnberg, portando una varilla, es señal me­
qu ívoca del métod o con el cua l se realizaban buen número de
dichas localizaciones , especialmente de min as metalíferas. A este
respec to, Sebastian M ünster publica en 1544 el libro La va,.; lla
adivinara";a en las minas del siglo XVI y años desp ués su Cosmogra­
fia universal, donde apar ece el graba do de un minero portando
una varilla.
41
En este grabado de Cosmographia Universalis
(1553) de Sebastian Münster se plasma el tra­
bajo en la mina coronado por el zahorí .
La radiestesia contó entre sus prac ticantes con una mayoría de
eclesiásticos, al igual que en otras ciencias y artes que florecieron en
esta bri llante pero denostada época de la Europa med ieval y, poste­
rionnente, incluso durante el Renacimiento. En esta etapa histórica
el relevo radiest ésíco lo tomaron los int electuales, los artistas y los
científicos , algunos de ellos destacados miembros de su comunidad.
Hasta finales del siglo XVI, la mayor parte de las personas ligadas al
mu ndo cultura l y cíentifíco creían en la eficacia de la vara como ins­
trumento para localizar determínados elementos. Algunos de ellos
recomendaban su empleo para la búsqueda de metales, y otros afir­
maban que con ella se podían conocer aspectos relacionados con el
intelecto, el espíritu o la moral.
johann Rodolph Glauber, célebre qu ímico alemán afincado en
Holanda, se introdujo en la química , farmacia, mineralogía, geolo­
gía y tecnología a través del estudio de la alq uimia. Entre otros
muchos logros consiguió ácido clorhídrico a partir de la sal común
42
¡"vloysaica. ed itada e n 1638, co me n ta va rias apli caciones y simpa­
t ías de la vara. Como eje m p lo d e la sírnpaua de los m inerales con
las plan tas. Fludd cita el movim iento q ue se p rod uce cuand o una
perso na p rovista d e una vara de avellan o sosten id a vcrt ica lme rue .
al pasa r por enc ima d e u na vela d e oro o de p lata efec túa u n
mo vimi ent o hacia el suelo. Mic hael Maye rus , filósofo y alquimis­
ta , ta m bién estab a con ve ncid o de la sim pat ía de l avella no co n los
meta les y de su utilidad pa ra la b úsqueda de metales. tal co mo
a firma e n su oh ra VcrU1l1 in " t'l1 w m. hoc t'st mlmaa Gert)uJI1 iac,
d onde u tiliza un slm il en tre la varil la y «una comad ro na q ue
ayud a a las mon ta ñas a pa rir las mate rias met álicas de las q ue
está n pre ñadas ».
Sin em ba rgo, no todo e ran parabienes hacia la radie stesia en esta
época: tamb ién se levan taban nu merosas voces en co nt ra del us o de
la varilla, es pecialmente desde ámbitos religiosos. El pad re jesu ita
Lau rcnu us Forcru s, autor del Vilid" ríu1ll philosop/¡ ifum seu dl Sl' llla­
¡iO/lfS de Sd CClis ¡,I philosophia ma tni ís. ed itado en 1624. acha có el
uso de la varilla a prácticas supe rsticiosas y co ndenó su em p ico . El
también pad re jesuita Bcrna rd Caesius. autor de Milleralogía, edit a­
do en 16 36 . declar ó que la vara no ten ia movim ien to propio , no
podí a move rse po r sí m isma, sino qu e lo hacía gracias al zaho rí. No
obs tante . [inalmeme, se preguntaba si se dehería permitir el uso de
la varilla para la búsq ueda de oro
43
del Reino, mediant e un despach o que, entre otras alabanzas, decía:
«Os habéis consagrado con tal afecto y diligencia, a vuestras
expensas, a la búsqu eda y hallazgo de numerosas mina s de oro y
de plata , de plomo y de otros minerales y semtrninerales, e inclu­
so piedras preciosas tanto finas como comunes, qu e por todo ello
pued e beneficiarse grandemente Su Majestad ». Pero , precisamen­
te al trabajar a sus ex pensas , sus recursos econó m icos quedaron en
situac ión precaria y el mat rimonio decidi ó enviar otro escrito al
qu e titu laron «La restitu ción de Plutón al Eminentl simo Cardena l
Duq ue de Richeli eu » (el dios mitológico Plut ón era el slmbolo de
la min ería en aqu ellos tiempos). En él reclamaban el cobro de los
débitos adq uiridos por la Coro na France sa con ellos y enumeraban
los hallazgos conseguidos: metales preciosos y cristal en los Piri­
neos; hierro y plomo argentifero en el condado de Foíx; carbón en
el valle del Ródano; anti monio , zinc y azu fre en el condado de
Alais; turquesas en el Quercy; rub íes y ópalos en la región del Puy;
pizarra y mármol en Normand ía y en Bretaña. Ante su insistencia
y la elevada cuantía de los honorarios pendientes, recibieron,
como pago final, por orden del cardenal Richelieu , la encarcela­
ción hasta su mu erte .
Respecto a los extravíos de los tribunales contra la supuesta bru­
jerta, el padre jesuita Federico von Spee publicó en el año 1631 el
libro Cautio Criminalis, seu de processibus contra Sagas liber, dond e
desvelaba los preju icios de su época y los errores que se cometían en
La cuarta, por los vapo res que se elevan en torno a las montanas
y valles a la salida del sol.
La quinta. por medio de dieciséis instru men tos met álicos quc se
aplican encima.
Pero, ade m ás de estas reglas e instru memos, ex isten siete varillas
metálicas cuyo conocim iento y práctica son necesarios, )' de las c ua-
les nuestros ancestros se sirvieron para descubrir. desde la superficie
de la tierra. los metales oculto s en su profund idad . así co mo si las
minas son pob res o abundantes en metal, y para descub rir, a n tes de
abrir la tierra , si el manantial es abundante».
Este texto no s indi ca la im po rtan cia que Martine de Ber tereau
y su ma rido dab an a la radi este sia para hallar aguas subterráne-
as y minas , así co mo las fuem es de d ond e procedían sus co noc i-
mient os .
Ante riormente hablábamos de las varas utilizadas por Bnsilc
Valentin , y de los nombres que daba a cada u na de ellas, segun sus
propiedades. Martine de Berte reau también habla de siete varillas a
las que bautiza con un nombre a cada una y las relaciona co n los
metales correspo ndientes a los cuerpos cósmicos: verga /ucolle para
la bú squeda de oro (Sol); mudenle para la plata (Lu na); trepíderile pa-
ra el plomo (Saturno); battarilr para el esta ño (j úpiter) ; traml,mte
para el hierro (Marte); salirrile para el cob re (Ve nus) ; obvía para el
me rcurio .
45
de uno boca abajo , ant es de la salida del sol, y apoyando la barbi-
lla en la tierra se mira a lo lejos en el campo. Ento nces, si se vie-
ren en algún sitio vapores que ondulantes se elevan en el aire, será
conveniente cavar allí, porque estos indicios no se encuent ran en
lugar seco >.
Efectivamente, en zonas donde el agua no es demasiado profun-
da y el terreno no es de material impermeable, se puede localizar la
existencia de agua tumbándose boca abajo en el suelo con la cabeza
algo más elevada que el terreno para abarcar más espacio, preferi-
blemente antes de la salida del sol, ya que con los primeros rayos del
astrol el suelo se calienta y en los lugares con más hum edad se eleva
una columna de vapor que puede indicar la presencia de agua sub-
terránea. Aunque antes de excavar en busca de agua, se debería
comprobar su existencia, cantidad y demás características con otros
métodos, como la radiestesia.
Percis Helíopolís, a prfncipios del siglo XVII, fue el primero en
describir la técnica de cómo sujetar la varilla con las manos. Helio-
polis menciona algunos elementos neutralízadores de la sensibilidad
del zaho rf, ya que existen cien os elementos (reales y sugestivos) que
en algunos casos y para determinadas personas pueden bloqu ear
transitoriamente su capacidad radiest ésíca.
El físico, matemático, arqueólogo y filósofo Athanasius Kircher
( 160 1-1680), clérigo jesuita, abordó el tema de form a cienufica.
Hombre de una vasta cultura, im parti ó filosofía, matemáticas y
46
Europa co n sus nu merosos libro s y op úsculos , caso de Ars magna,
compend io d e tod os los cono cimientos de ento nces sob re los
fen ómenos referentes a la luz, o de Ars magnes ia, sivc concüisioncs
fxperimoltalcs de ~[fceti hu s magnt::!is o Primiti ac glW I1Wllicac r atopUi -
cae , etc éte ra.
Por su parte, el pad rejesu ita Kaspard Schou (1608- 1666) , Iísico
y rnatern áuco , creyó , inicialmente, que el movimient o de la varilla se
debía «a la eq uivocación de aq uellos q ue la suj etan, segu rame nte a
un secreto imp ulso dia bó lico o a la imaginació n» . Aunque. más ade-
lant e, desp ués de observar deteni dam ent e el fen ómeno, manifestó
q ue no era posible aseverar que el d emonio estu viera detrás del
movirnient o de la varilla )' del péndu lo. Desde una óptica p ráctica
defendió el uso de testigos - muestras de sustanc ias que pon a el ope-
rado r similares a las buscad as- pa ra provocar la simpatía o at racción
de la vara hacia el objetivo. Estas hip ótesis las plant ea en vanas d e
sus obras y así en 1657 escribió Magia univa salis nalll rac el arcis.
Conoció a Ki rcher y, en algu nas obras referidas a él. resalla sus m éri-
LOS y conocimientos. como en A. Ki rcher ira eX(lltkw l1 (Od eslc...
aCCfssil: Iter extatkwn lt'/Tes{rc el S.Vllopsis ll1ull d¡ SUbltTn md, publi ca-
d o en 1680. En el texto de su Mecánica IJidra u/icon cumática (16 57)
aparece , po r primera vez d escrita , la bo mba neumática. invent ada
siete an os ames por O tto von Guericke. Pen saba qu e el péndu lo pre-
senta ba propiedades especi ales para ind icar la hora de l d ía, tal como
47
ca, donde más adeptos encontra mos, proliferaron los enemigos del
uso de la varilla, un o de los cuales fue j ean-Francoís, quien, en
1653, publicó un libro titulado Ciencia de las aguas, don de expone
el em pleo de la varilla, condenando, no obstante , su uso. Unos tra-
taban a los zaholies de bribones, estafado res; otros, de seguido res
del diablo, o como j acques Le Royer -abogado del Parlamento de
Ru án-, que, en su Iraité du baton universel (Tratado del bastón uni-
versal) - publícado en 1675- , hablaba de la vara como instru mento
para localizar múltiples cosas, no solamente agua o minerales. Dejó
numerosos escritos sobre el arte del zaholi y sobre la varilla, a la que
rebautizó como varilla detectora de metales o metaloscópica. Al res-
pecto de cómo fabricarla y usarla, escribió: «La varilla adivinato ria o
metaloscopio goza de gran aceptación para busca r metales. Te expli-
caré el modo. En primer lugar, corta n con un cuchillo un a horqui -
lla de avellano que les parece a propósito para encontra r filones de
metal. Luego, hay que apretarla con los dedos, mirar al cielo y sos-
tener la horquill a por sus ramas. En Alemania emp lean tamb ién una
gruesa horquilla de madera de avellano, que dividen en dos part es,
aguzan el extrem o de una y hacen una entalladura en la base de la
otra , encajando por allí ambas partes>. Le Royer, en sus investiga-
ciones, constató que la vara no sólo podia ser de made ra de avella-
no, sino de cualquier otro material como oro, plata, marfil, tronco
de col u otras variedades de madera .
48
El método de- Le- Royer: equilibra
la varilla sobre la muñeca.
Ilus tración aparecida en
Trai lé ele la bagucll f ... (169) )
de Pierrc de Vallemon t.
La di visi ón ca rtesiana
Tal como vemos, surgieron diversas tesis: unas afirmaban q ue era
simplemente un engaño del operado r qu e movía la varilla volunta-
riament e, otras argüían qu e se trata ba de un acto dem oníaco. Sin
embargo , desde el ámbito cieruífico el francés Picrre Gassendi
(I 59 2-1655), matem ático, fisien , astróno mo y filósofo - seguidor de
la teo ría arornista- , asegura ba qu e todo estaba formado por áto mos,
pequ eñas partíc ulas que irradiaban y, por tanto, afectaba n a la vari-
lla, aun sin la interve nción del zahorí . Según su interpretación , la
prima materia estaba constituida por áto mos cuyas propiedad es se
debían a sus distinto s tamaños, formas y pesos; y qu e el peso era el
prin cipal respon sable de la ten dencia nat ural del movimient o de los
49
todo conoc imiento, y qu e éste se lograba y evo lucio naba po r u na
acumulación prog resiva de ellas, co n la ayuda de la razón y organi-
zada por unas • prenociones» . A través de esta hip ótesis, explicaba
la existe ncia de un senti do que la simple información sensorial no
puede proporc ionar, y que serían la base d el fenómen o rad iestésico.
Esta cienc ia basada en la percepción a través de los sent idos era,
segú n él, la única pos ible. Con este planteamiento ent ró en con-
fronta ción con las formas de pensamient o aris totélicas imperantes
en su época. Fue intransigent e opos ito r a Descartes y sus partidarios,
y se le pu ede considerar como uno d e los más firmes baluartes de la
nueva ciencia que comenzaba a emerger.
Acontecía el año 1628 cua ndo el filósofo fran cés René Descartes
0 596-1 650) escribió su ínacabada obra Regulae ad Direchonem lnge-
nii (Reglas pa ra la d irección d e la ment e), en la cua l ya apu ntaba su
inte rés por lograr un método u niversal qu e abarcara cua lquier mate-
ria y al mism o tiempo pudiera explicar el avance cien tífico. Pero su
obra más famosa es la int rod ucció n a tres tratados de física Géome-
trie, Dioptrique y Météores (Geometría, Dioptrla y Meteoros ), conoci-
da como el Discours de la méthode (Discurso del método). Sus ideas
sobre los corp úsculos curvados y la mat eria sutil dieron pie a diver-
sas inte rp retaciones sobre el mecanism o d el movimiento de la vara .
Una de ellas abogaba po r qu e estos corpúsculos o átomos curvados
irradiaban del agua o de los malhechores, en caso d e que éstos fue-
ran los obje tivos, y po dían ser detectados por el zahorí al quedar el
50
han perd urado hasta nu estros día s aba rcan d o todos los campos .
de sde la física, las matem áticas. la religión, la biología . la política o
la teolo g ía . Su pasión por las matemáticas le llevó a inventar un
mundo en el cual las plan tas y los an imales eran sim ples m áquinas
inan imad as y sólo el se r hum ano . co n su mente raciona l, e ra capaz
d e advenir el orde n matemá tico del uni verso. Desde joven fue un
apasionado po r las matem áticas. vocac i ón q ue se vio acrecen tada
por una visión celestial que tu vo en el año 161 9 , cuando . tal corno
relata . el At1:<:l'f de /(/ venlr.l d se le a pare ció en sue nes y le revelo qu e
la ciencia ma tem ática era la clave para conocer las verdades de la
natu raleza. L1S ideas del mun do mec án ico de Descartes han tras-
cend ido hasta nue stros días. impulsadas u nos añ os más tarde po r
Isaac Newto n, qu e p rofu ndizó en es te mundo mecánico d irigid o po r
u n dios o m n ipoten te .
L1 filosofía de Descart es se podría resumir en una [rase: el méto-
do en bu sca de la verda d . Sus ide as sobre los co rpúscu los p uestos
en movi m iento se utilizaro n pa ra ex plica r u n sinfín de fenóme nos.
ent re ellos el del movim iento de la vari lla. A este respecto . el pad re
Lchru n comen taba anos despu és qu e: «Satisfechos de haber expli-
cado mecán icamen te algu nos fenóme nos , creen qu e nada puede
de ten erlos : se les " C razonar ace rca de las cosas más oscuras y com-
pletament e inexplicables . como si lo viesen todo muy claro. Oc
fab ulas. de prodigios. de encantamie ntos y d e m ilagro s, dan razón
51
sociedad -reconocída desde 1660 por el rey Carlos n de Inglaterra-,
más conocida como la Royal Socíety (Sociedad Real), nació a raíz del
impulso de un gru po de caballeros interesados en la compilación
cíenufíca y los nuevos métodos avanzados por Galileo, e inspirados
en la nueva visión del progreso científico propu esta por Francis
Bacon. Esta utopía científica desarrollada en su New Atlantis (La
nu eva Atl ántida) preconizaba el progreso de la humanidad gracias al
dominio de la natu raleza por medios mecánicos, aunque podemos
hacemos la pregunta de si realmente estos avances supone n una
evolución para el ser humano.
Boyle, junto a Hooke, diseñó y construyó un a máquina neumá-
tica según los trabajos de Ott o van Guericke , con la cual investigó
profusamente sobre la naturaleza física del aire. Sus resultados se
recogen en su libro New Experiments Physici-Mechanical Touching che
Spring 01AirandEffects (Nuevos experimentos ltsico-mecánicos acer-
ca de la elasticidad del aire y sus efectos). Comprobó la imposibili-
dad de la existencia de sonido en el vacío, y afirmó el carácter elás-
tico del aire. En 1662 estableció la ley de la compresibilidad de los
gases, conocida como ley de Boyle: la presión de una determinada
masa gaseosa, a temperatura co nstante , es inversamente proporcio-
nal a su volumen.
El trabajo de Boyle se plasmó en The Sceptical Chemist (El qu ími-
co escéptico), su obra maestra. Como miembro de la Royal Society
planteó la cuestión del movimiento de la varilla ante la proximidad
52
Dicho aislamiento sucedía unas veces de forma involuntaria y. otras ,
para guardar celosamente los descubrimientos y que.sólo estuvieran
al alcance de unos cuantos iniciados, como suced ía con los co noci-
mientos de los zahories . Este anhelo de Boyle le impulsó a crear la
citada Royal Soc iety Otro de sus com patriotas, el ñl ósofo inglés j oh n
Locke, en su faceta como político escribió un ensayo titulado Algunas
consideraci ones a propósito de las consecuencias de la reducción del inte-
rés , en el cual cita, en tono desenfad ad o , la eficacia de la vari lla adí-
vinatoria pa ra localizar mí nas d e oro y plata . Jo h n Lock e, Robe n
Boyle y el mismo Isaac Newton , tres de los más destacad os pen sad o-
res de su tiempo , mostraron un interés perdurable en temas tan apa-
rentement e distintos de sus trabajos cienttficos conoc idos , como es la
alquimia y, como hemos visto, la radíestesia.
Las propied ad es magnéticas de la Tierra son bien co nocidas en la
actualidad; sin embargo, durante muchos siglos. a pesar de ser utili-
zadas para guiarse medi ant e la brújula no se co nocí a cuál era el ori-
gen de su orientación , y no se pudo da r una explicaci ón a dicho fenó-
me no hasta q ue William Gilbe rt , celeb re físico ingl és , en su libro De
magnete, publicado en 1660 , afirm ó que la Tierra actuab a com o un
gigantesco im án, y basándose en ello interp ret ó d e fonna racional el
movimiento de la brújula. De la misma forma at ribuía a la varilla
u nas propiedades magn éticas, debid o a las cua les se explicaba su
movimient o. El hecho d e que cienu ficos de la categoría de Gilbc rt y
53
menos magnéticos estuvo muy de moda entonces, al igual que lo
sigue estando hoy. Gilbert - médico personal de la reina Isabel I de
Inglaterra- fue un magnifico pensador, que no sólo investigó en el
terreno teórico, sino que llevó a la práctica sus razonamientos, con-
testando con sus experimentos a «las vanas ideas de los metafísicos
atolondra dos» . Autor de la Ieoria de los campos, fue un avanzado en
su tiempo, y prueba de ello es que en los siguientes 150 afias, estas
materias, en las que fue pionero , apenas progresaron .
En contraposición a la postura de Descartes, Matthias Willenius,
en su Relación verdadera de la verga de Mercurio , pub licada en 1671,
trataba de los astros y de su influencia sobre las personas, y, concre-
tamente, sobre los zahories cuando debían detectar diversos tipos de
materias, debido a la arma nla entre el cielo y la tierra. La verga de
Mercurio que cita Willenius en su obra es un caduceo, o sea, una
varita rodeada de dos serpientes, atributo del dios Mercurio. Las dos
serpientes en el caduceo hermético representan la vida y la muerte ,
considera dos como dos términos antagónicos, como el «yin» y el
«yang» en las culturas orientales. Continuando con el simbolismo de
la serpiente , ésta está ligada al concepto de la vida, especialmente
manifiesto en el bastón de Esculapio, en el cual la serpiente se enros-
ca. Esculapio es el nombre latino de Asclepio, dios de la medicina e
hijo de Apolo. Asclepio, según la mitología, aprendió las artes cura-
tivas con el centauro Quir ón, llegando incluso a descubrir la forma
de resucitar a los muertos: esto hizo que Zeus, temeroso de que tras-
54
manten ía el padre jes uita Dech ales, en su libro publicado ese mism o
año (1674), titul ad o f onliblls natu ralíbus. Ot ro clérigo, el abate Hirn -
hatn , sostenía qu e la varilla se podía ut ilizar para descubrir cualquier
cosa oculta en el interior de la tierra, y basándose en ello publi có un
libro en 1676, titulado De typho generis human í, síve scienrtcrum
humananlm inani ac ventoso humore. etcétera.
Fue justamente en esa época cua ndo la varilla tuvo su máxim o
auge entre la población, debid o a la proliferación de libros y escritos
sobre el tem a. De hech o, ya era conoc ido q ue la varilla o el p éndu-
[o no sólo servían para localizar aguas subterráneas o metales, sino
qu e ent re sus cualidades tambi én figuraba el pod er conoce r aspec-
tos concern ientes al mundo mor al o intelectu al. Hasta la fecha, la
mayorí a de las hip ótesis acerca de cuál era la causa qu e producía el
movimiento de la varilla, estaban ligad as a la sim patía del instru-
ment o hacia el element o buscado.
En 168 6 , M. de Saint-Romain c ri tic ó a los seguido res de estas
ideas en su libro Ciencia natural desprendida de las quimeras escolares,
al tiempo qu e plant eó que «el movimient o se produce a causa de
cierto s co rp úsculos o espíritus qu e emanan de los cue rpos situ ados
ju sto debajo de l lugar do nde se encuentra el zah orí y la varilla».
Desde distintos campos se recogían menciones sob re la radieste-
sia y la varilla. j oh n Ray ( 1627-170 5), naturalista inglés no mbrado en
1667 miembro de la Royal Society inte ntó la com prensión del
55
comprensión del mundo. En esta fecha Isaac Newton 0642-1727)
publicó su Prindpia Mathematica, conviniendo al mundo en una serie
de formu laciones físicas y matemáticas fundamentadas en la experi­
mentación. A Newton se le achaca actualmente la decisiva influencia
de estas ideas en la actual concepción del mundo. Sin embargo , New­
ton dedicó muchos a ños de su vida a la investigación de la alquimia
y al estudio de las antiguas doctrinas esotéricas que conjugaban las
tradiciones místicas con la existencia de! alma de! mundo, ideas bien
distantes de las que nos ofrecen la parte más divulgada de su obra en
la que desarrolla sus teorías mecanicistas.
Newton, experto alquimista y filósofo, escribió profusamente
sobre estos temas, aunque su visión holística de! mundo pronto sería
olvidada . Sus propios coetáneos, así como sus biógrafos y analistas de
sus trabajos, imbuidos en las doctrinas culturales estoicas, supieron
obviar los textos donde reflejaba una visión muc ho más amplia y uni­
versal que la que muestra una revisión parcial de sus teorías y cono­
cimientos . Hay que decir que muchos de ellos, tal como él mismo
reconocía, fueron adqui ridos a través de la meditación y la enseña­
ci ón. Sin embargo, a pesar de la importancia que tuvo en su vida e!
conocimiento esotérico, la pane mecánica de sus ideas es la que ha
trascendido y guiado las doctrinas científicas de los últimos siglos.
Las fuerzas ocultas que gobernaban e! mundo de Newton pronto
fueron eliminadas por posteriores científicos, y al desaparecer sólo
56
co mo si el tiempo no hubiera transcurrido: «El arte de prospección
lo lleva el hombre en su naturaleza , por mu cho qu e algun os se empe-
ñen en atribuirlo a la vara» . Esta frase, escrita hace siglos, la pod em os
recu perar en la actualidad para determinar que , precisam ent e, es el
radiestesísta qui en da vida y movim iento al instrument o , y no es en
éste donde hay que bu scar la explicación al fenóm eno radie st ésico ,
sino , tal como decía Russler, en la propia naturaleza humana: «Quien
quiere utilizar una vara adivinatoria, debería conocer bien su propi a
capacidad y estudiar antes có mo reacciona en su caso la vara, cómo
se la mueve cuando está enc ima de una roca o de un filón metáli co,
aprendiendo de sus propios éxitos y fracasos. Porque, aunque los
zahoríes tratan de averiguar si un a vena será o no productiva o la
clase de metal que contiene , sus intentos para discernir esta informa-
ción con la vara son , a menudo , vanos ». Estas experiencias y ense-
ñanzas son el mejor legado que pudo dejar a la ciencia radiesi ésíca
Balthazar Rüssler.
Aymar: un zahorí excepcional
A finales del siglo XVII apareció j acques Aymar, que se hizo célebre
gracias a sus sonados éxitos co n la varilla, pero no como hemos rela-
tad o hasta ahora, alumbrando fuentes de agua subterrá nea o descu -
57
los éxitos de Ayrnar: «El extraordinario suceso del cual fue escenario
la ciudad de Lyon, proporcionó como resultado atraer, de forma
notoria, la atención del público hacia las maravillas de la vara adivi-
natoria. Aunque no era la primera ocasión en que se oía hablar en
Francia de los usos de la vara, fue en las zonas rurales donde
su popularidad era manifiesta desde hacía mucho tiempo, donde se
empleaba para solucionar problemas de orden secundario, como la
búsq ueda de aguas subterráneas, la determinación de lindes en dis-
puta por una herencia, en resumen, para litigios entre campesinos.
Sin embargo, el suceso de Lyon agrandó el campo de acción y las
aplicaciones de la vara. De las aldeas pasó a las ciudades , de lo vul-
gar a lo culto. De hecho , a partir de esa época , esta delicada cuestión
se trató entre hombres muy instruidos, y se valieron de ella todos los
sistemas filosóficos, físicos y teológicos que estaban en boga, para tra-
tar de aclararla. Eso debía ser así, ya que la virtud de la vara adivina-
toria, considerada durante mucho tiemp o como una supe rstición
popular, acababa de adquirir rango entre las disposiciones jurídicas».
Quizás el ent usiasmo de Figuier hacia las prop iedades de la vara
fuese desmedid o, no porqu e a través de la radiestesia no sea posible
consegu ir información de cualquier tipo, sino por la dificultad que,
como' todo aquello que depende del ser hum ano, implica el acertar
siempre en las predicciones realizadas por el radiestesista, ya que
éste está sujeto a la posibilidad de equivocarse, a pesar de que tenga
58
rob o en un a casa y Ayma r fue llam ado para localizar a los ladrones
y su botín ; desd e la casa, la varilla le indi có el camino por donde
habí an huid o los lad ron es . Ante la estu pe facción de sus aco m pa-
ñantes , la varilla les co ndujo a u na cárcel y, en su int erior , hasta una
celd a d onde cua tro ind ivid uos habí an sido enca rcelados poco tiem -
po ant es . Aymar, co n los cua tro delante de él. pisándoles en un pie
d esc ub rió a los dos ladrones ; éstos, viéndose descubiertos , co n fesa-
ron su d elito y denunciaron a sus có m plices, qu e gua rdab an los ob-
jetos del rob o . Se negaron, no obs tan te, a con fesar dónde habían
esco nd ido el bo tín , pero Ayma r co ns igu ió localizarlo co n su varill a.
Los espec tac ula res éxi tos de Aym ar avivaron aú n más la polémica
so bre la varilla y los zah ories.
De los corpúsc ulos a Satanás
Por parte del cle ro se levantaron voces en co n tra de estab lecer justi-
cia por medio de una vara , por la falta de moral d e este método . La
prácti ca con la varilla había pasad o de em p learse en la bú squ ed a de
ag uas o metales , a usarse par a localizar cua lquier elem en to mat erial
y alguno de orige n int electual. En 1694 , el pad re Ménestríer, au to r
d el libro Tratado de la f ilosofía de las imdgelles enigmáticas , intentó
dem ostrar que todo aquello relacionado co n el uso de la varill a esta-
59
dición nos hubiera prevenido sobre este particular, tendrá que ser
forzosamente el de Satanás».
Lástima que tan magníficos pensadores no tuvieran conocimien-
tos suficientes sob re la mente como para poder continua r sus argu-
mentaciones tan bien dirigidas, pues a buen seguro que, de haber
sido así, en aque lla época se hu biera conso lidado la radíestesia den-
tro de las ciencias y del mu ndo cultural. El padre Ménestrier, vien-
do hasta qué punto se hacía uso de la varilla, declaraba: «No está
permitido a la justicia el servirse ni directa ni indirectamente de esas
indicaciones, ni para absolver ni para condenar, así como ni siquie-
ra como medio para llegar a la compro bación de otras señales y de
otras pruebas, teniend o en cuenta que esas ind icaciones son sospe-
chosas, sujetas a muchos errores y a la mala fe de las perso nas que
podrta n manifestar tener este talento , y denunciar falsamente a per-
sonas que quisieran perder, haciendo girar sobre ellas varillas adivi-
natorias. Cuando se trata de la vida , de los bienes y de la hon ra de
las personas que han caído bajo la justicia, son necesarias pruebas
de certidumbre, testigos irreprochables, indicios constantes, invaria-
bles, plename nte demostrables y que no presenten nada de equivo-
co». Como ya he dicho anterio rmente , estoy plenamente de acuer-
do con los deseos de Ménestrier, aunque ya quisiéramos que la
justicia ordinaria hu biera tenido histó ricamente esta capacidad de
análisis y de inequ ívocos.
60
(éste era un uso muy exte ndido de la varilla en esa época para clari-
ficar litigios de límites de prop iedades), en tanto qu e los propietarios
de dos campos vecinos estén de acue rdo en conside rar estos mojo-
nes como autént icos limites de sus resp ectivas propied ades, y cesa
de girar cuando este acue rdo deja de existir.
»Si los mojon es han sido desplazad os de forma fraudulenta, la
varilla gira ento nces sob re los lugares que aqu éllos ocupaban ante -
riorm ent e, pero perm anece qui eta sob re los mojones. La varilla gira
sobre un ladrón , sobre sus hu ellas, sobre los obje tos robad os, sobre
los objetos que éste ha tocad o.
»Tarnbi én podrá verse cómo gira sobre un asesino, sobre el lugar
do nde ha sido cometido un crimen, aun cua ndo se haya retirad o
todo cua nto hubiera pertenecido a la víctima.
»En suma , la varilla gira solamente sobre el objeto que aqu el qu e
la sostiene tiene inten ción de descubrir, de manera que, si al buscar
un determ inado metal , se pasa por encima de un manantial subte-
rráneo , este man antial no actúa sobre la varilla».
Como hem os podido obse rvar, según el padre Lebrun el fenó-
meno existe, inclus o apunta acertadamente en algunas de sus afir-
maciones, como en el último párrafo, a un asp ecto de suma impor-
ran cia en radiestesia ~ o mo es la selección mental del obje tivo.
Efectivament e, el zah orí sólo es receptor de aque llo que tiene inte-
rés en enco nt rar, discrimin and o tod o lo que esté fuera de su obje ti-
61
za horí francés u holandés
usand o la varilla. Ilustración
aparecida en Le monde enchanlé
(1694) de Balthasar Bekker.
Esta dualidad de pensamiento, según e! tipo de objetivo, se debe
funda mentalmente a los conocimientos de la época. Muchas de las
hipótesis planteadas tratan de explicar solamente uno de los aspec-
tos de! fenómeno, y dividen en dos los objetivos consegu idos
62
materiales y otro con matices morales. Entre las posibilidades para
explicar el movimient o de la varilla, habla prim ero de un efecto físi-
co, a través del cual <<110 se puede ad ivinar ni la potencia de un
manantial, ni la nat uraleza de los terrenos qu e lo cubren , ya que, por
débi l que sea este manantial, pero situado a poca profundidad , ejer-
cerá sobre la varilla una acción tan inte nsa como un potente manan-
tial situado a gran profundidad ».
Con esta exp licación , Malebranche desbarata, sin pretenderlo,
buena parte de las hip ótesis físicas de la radiestesia, como es la capa-
cidad de distinguir el cauda l de una corriente o la profundidad en la
que se halla. En cuanto a los efectos relacionados con el inte lecto
deduce qu e: «L1S causas inherentes a la materia bruta, al no tener ni
inteligencia ni libertad , actú an de man era constant e en las mismas
circunstancias. Luego las causas de esta naturaleza son comp leta-
mente imp otent es cuando se trata de un ladr ón , de un objeto roba-
do, o del lugar donde estaba colocado un mojón que ha sído frau-
dulentamente desplazado. Por consiguiente, en los casos de los que
estamos hablando, la varilla solamente puede girar a través de cau-
sas morales, o inteligentes. Si ella gira realment e, sin que haya frau-
de o intención de engañar por part e de aquel que la sostiene , el efec-
to deseado sólo puede proceder de una causa sobrenatural. Esta
causa , al no provenir de Dios ni de los ángeles, necesariamente es la
obra del espíritu infernal».
63
nos Iísicos no pueden dar una explicación, como en los mojones u
objetos robados, sólo puede haber una causa, o sea, una interven-
ción diabólica. Las lindes entre distintas fincas se marcaban con
mojones y, en caso de litigio entre vecinos, los zahoríes determina-
ban cuál era la verdadera situación mediante el uso de la varilla. Esta
tradición se ha mantenido en muchos lugares hasta hace bien poco.
Al mismo tiempo, el sacerdote jesuita Pierre le Lorrain, más
conocido como Pierre de Vallemont -por ser abate del pueblo fran-
cés de Vallemont-, escribió la obra Physique occulte ou Traité de la
baguette divinatoire... (Física oculta o Tratado de la vara adivinato -
ria...). El abate sostenía que no existía ningún elemento sobrena tu-
ral en el movimiento de la varilla, y que cualquier fenómeno rela-
cionado con ella se podía interpretar desde la esfera del magnetismo
y la electricidad . De Vallemon t, basándose en las mismas teorías que
presenta en su Tratado del imán de Chartres, manifiesta que el mismo
mecanismo que actúa entre el imán y el hierro es el que genera el
movimiento de la varilla. Muy acenadamente aduce que: «Es indu -
dable que, si este efecto se debiera a la varilla, al suspenderla sobre
un pivote, como la aguja de un a brújula, tendría necesariamente que
inclinarse sobre las aguas y los metales, cosa que, sin embargo, no
sucede en modo alguno, como he podido experimentarlo con el
padre Schott, jesuita; de ahí concluyo, pues, que el efecto no es
resultado de una virtud que resida en ella». De Vallemont defendía
64
Método tradicional de sujetar
la varilla en Trailé de la baguclle...
(169 3) de Pierre de Vallemont.
El libro escrito por De Vallemo nt alcanzó gran resonancía y éxito ,
siendo publicado en 1693 y, más tarde, reeditado en varias ocasio-
nes. Fue profesor de física en el colegio Lou is-le-Grand, de ahí que,
debido a su formación , ligara el origen del movim iento del instru-
mento con fenómenos físicos, aunque tambié n defend ió el pa rqué
la varilla era amplificadora de las capacidades naturales del zahori:
«El método de bu scar agua con la vara adivinato ria es un descubri-
miento qu e nu nca se ponderará bastante, pue s es más seguro y más
rápid o que cualquier otro de los pu estos en práctica en el present e.
Hay que ser, en verdad , un enemigo del bien públi co para desacre-
girar la vara hacia la pista del criminal ». Para dar una explicación
coherente a cómo discriminar los diferentes objetivos como aguas,
metales, ladrones o asesinos, aduce que se producen variaciones
especificas entre unos y otros corpúsculos exhalados por distintos
cuerpos, que provocan igualmente distintas impresiones en una
misma persona, y que, según dicha impresión, puede determinarse
la natural eza del foco emisor.
Mientras tanto , Ayrnar fue sometido a varias pruebas. Una de
ellas, en París, resultó humillante para él, ya que le hicieron ir para
burlarse. Sin embargo , en Lyon, ante un tribunal , realizó varias
demostraciones en las que logró buen número de aciertos, quedan-
do constancia de ellos en un tratado «en el que se prueba que las
extraordinarias facultades mediante las cuales j acques Ayrnar, con
una vara adivinatoria, persegu ía asesinos y ladrones, descub ría agua
y plata enterrada , restablecía antiguas lindes , etcétera, depen dían de
una causa natural del todo comú n». Estos resultados fueron pub li-
cados por el médico Pierre Gamier, aunque con una interpretación
de la causa un tanto peculiar, sobre los -segun él- pequeños cuer-
pos exhalados por el sudor de los malhechores al cometer su delito,
que variaban de los emitidos en condicio nes norma les.
Según sus propias palabras, Gam ier trata de explicar el movi-
miento de la varilla de la siguiente forma: «Los corpú sculos exhala-
dos por la transpiración del cuerpo de los asesinos difieren por la
66
ral, y en gran parte de ellas logró notables aciertos; sin embargo, en
otras sus resultados no fuero n satisfactorios desde e! punto de vista
de un profano en la materia radi est ésica. L1 mayor parte de sus fra-
casos doc umentados estuvieron precedidos por una prem editación
imb uida de mala fe y fueron conceb idos para que A)111ar fracasara , y
éste no supo o no pudo tornar las debid as precauciones para no caer
en una tramp a. Chevreul llegaría a comentar, como crítica al fen ó-
meno radi est ésico , que «jacques Aymar distaba muc ho de ser infali-
ble», cuando la infalibilidad no corres ponde al ser hu mano en nin-
guna de sus facetas, y menos en aq uellas que depend en de su ment e,
y, por ello, de las sugestiones, tanto de las ajenas como de las propias.
Un poco de sugestión
En relación con la sugestión com enta ré el caso acaecido a un a mujer
llamada Ollivet, conocida po r sus éxitos con la varilla para localizar
aguas sub terráneas y metales. Al enterarse Ollivet - persona de gran
fe religiosa- de que el padre Lebrun achaca ba el movimien to de la
varilla a la inte rvenció n de l demonio, acudió a él en busca de ayuda ,
y Lebrun la co nminó a que «rogara a Dios para qu e no permitiera
jamás qu e la varilla girase ent re sus manos, au n cuando el dem onio
hubi ese tom ad o parte en ese desord en » y tal como nos cuenta él
67
la varilla» y que , debido a la supuesta influencia demoniaca, «rogó
a Dios que detuviera el movimiento de la varilla entre sus manos, en
el supuesto de que no fuera natural, y no la hizo girar ya más». El
padre Lebrun sigue contando otra supuesta redención al pecamino-
so uso de la varilla, esta vez de nuevo en la persona de una mujer
llamada Manin: «Habiéndole rogado tanto e! abate de Leseot, como
el padre Cavard, Superior del Oratorio, renunció de todo corazón al
demonio ya la varilla. Sin embargo, la sostuvo todavía una vez más
entre sus manos sobre los metales, y observó, sin emocionarse, que
la varilla ya no giraba» . Pero en esta ocasión, el resultado, tan apa-
rentemente satisfactorio para sus pretensiones, no fue e! esperado,
ya que «la hermana de Mademoiselle Manin y su madre, entristeci-
das por e! hecho de que ella ya no pod ía hacer uso de la varilla, con-
venciéronla para que la usara de nuevo y,según dijeron, con el deseo
volvió a surgir la potencia perdida».
Aquí vemos dos tipos de sugestiones, una negativa, qu e impide
que suceda la manifestación radiestésica, y otra sugestión orientada
a hacer surgir su capacidad de descubrir lo oculto para los sentidos
comunes y, como muy bien apuntan, dirigida por e! deseo de que se
produzca, como base de toda búsqueda radiestésica.
El doctor Chauvin también intentó dar una explicación al movi-
miento de la varilla de jacques Aymar. Según Chauvin, la varilla se
mueve debido a cienos corpúsculos, emanados de! cuerpo de los ase-
sinos justo en el momento de llevar a cabo su crimen, que posterior-
68
contiguo, al actuar al igual qu e los que flexionan la mano dcllado de
fuera hacia dent ro, se mueven más intensamente que los demás».
Estas hipó tesis - similares a las mantenidas también por el doctor Pie-
rre Garnier y los abates de Lagarde y de Vallemont- , quedaban un
tanto desangeladas, cuando Ayrnar aseguraba y demostraba qu e sin
la varilla también podía seguir la pista de los asesinos.
Mediante estas ideas y otras en esa misma línea, como la de Des-
canes , se inte ntaba explicar el fenómeno - po rque estaba claro qu e
el fenómeno ocurría-; por lo tant o, sólo faltaba darle un sentido u
ot ro, según el pensar y los conocimient os de la época. A pesar de
todo ello, un decreto prohibió el uso de la vara en Lyon . La Iglesia,
por su parte, desbord ada por todos estos acontecimientos y por la
gran popularidad qu e iba adquiriendo la varilla, decidió excomulgar
a aquellos que la utilizaran . La vara era empleada para cualquier
menester, para obtener inform ación de cualquier materia ya fuera
del mundo físico, intelectual o espiritual. Era también consultada
para conoce r la calidad de los productos mercantiles y sus precios,
para litigios de lindes de campos , casas o tierras (aunq ue hu bieran
transcur rido siglos), o para recon ocer a los culpables de delitos, para
descubrir objetos y materiales de toda clase, ent re otros muchos
usos. Tal como declaraba el mismo preboste de la ile-de-France e
intend ente de las aguas, «en virtud de los dos cargos qu e ostentaba,
mu y a menu do, veíase obligado a hacer uso de la varilla para iden -
69
cultura y la ciencia.
En el siglo XVIII , la emperatriz Ekaterina 11 de Rusia (Catalina 11 de
Rusia) promulgó una ley para incorporar al escudo de la ciudad de
Petrozavodsk las varillas de los zahoríes. en honor a los servicios
prestados a la comunidad. En Rusia, quizá debido a la influencia ale-
mana, se utilizó profusamente la varilla para la búsqueda de metales
yaguas subterráneas y así. buen número de minas de los Urales fue-
ron descubiertas gracias a la capacidad radiestésica de los mineros
durante estos años . En Uzbekistán los zahoríes alumbran desde
siempre pozos de agua; como demostración quedan los pozos exca-
vados a profundidades superiores a los 300 metros en el desierto de
Kyzyl Kum; o los filones de plata descubiertos en la zona minera de
Kanzhol, a profundidades que oscilan entre los 50 y los 70 metros .
Debe tenerse en cuenta que en los niveles más superficiales se
encuentra un mineral polimetá lico de escaso valor que obligaría a
desistir de excavar a tales profundidades a menos que estuvieran
seguros de encontrar aquello que buscaban, si no se dispusiera de
un método fehaciente.
Pros y contras
Mientras tanto, en Occidente, continuaron las disputas entre los
detractores y seguidores de la rabdomancia -nombre utilizado para
70
por los zaho ríes y las di ferent es form as de suje tarlas.
Al m ism o tiempo aparecieron distint as obras que des prestigia-
ban la rabdo rnancia, tachánd ola de ser un a actividad tras la qu e se
ocu ltaban fuerzas demonía cas. A pesa r de tod o , el fenóm en o siguió
causando gran imp acto ent re la gente, q ue se volcó a practicarlo. De
esta forma surg ieron mu ch os expe rtos y, como sucede en cua lq uier
materia y época, también apa recieron adve ned izos, estafadores o
personas que , sin la debid a prep aración o aptitudes, crearon el logí-
co descon ciert o y posteriores reticencias. No obstante, las varillas
seguían moviéndose y los zahor íes acerta ndo en sus predicciones,
localizando yacim iento s min erales yaguas sub terráneas , ent re otros
muchos logros. Algunos op erad ores trab ajaban sin instrumentos,
como es el caso de Hans Wolíl. q ue andaba con el brazo recto y
extendido de mod o que, a l llegar a un a zona que contenía metal en
el subsuelo, el brazo se movía tembl oroso, al igual que el resto de su
cuerpo al estar sob re de una vena metalífera. Wolff fue el primero en
hablar de la orientación ment al para localizar min erales. Se sometió
a num erosas pruebas realizadas por rigu rosos com ités, y salió con
éxito de todas ellas.
La impo rta nc ia de la radi estesia en la bú squeda de yacimient os
min erales q ued a pat ente en la d ocum entación de la época espe -
cializada en e! tema . como es el caso del Dicciona rio de minería
publicad o en 174 7 don de se reú ne un a detall ad a y extensa expo-
ción con G. Wheler y j. Godfrey, clasificó las sustancias en cond uc-
toras y en aislantes desde el punto de vista eléctrico; también estu-
dió otros sistemas de transmisión de los efluvios eléctricos.
Reprod ucimos a continuación uno de los experimentos que Gray
realizó con el llamado pénd ulo explorador, y cuyos resultados expu-
so poco antes de morir el doctor Mortirner, secretario de la Royal
Socíety de Londres, quien posteriormente confirmó y amplió dichas
investigaciones: «Un globo de hierro de una pulgada y media de
diámetro, débilmente electrizado, es colocado en el centro de un
panel circular de resina de siete a ocho pulgadas de diámetro. Un
cuerpo ligero, suspendido de un hilo muy delgado, de cinco a seis
pulgadas de longitud, del cual se tiene su extremidad libre en la
mano por encima del globo de hierro, se mueve en circulo espontá-
nea y constanteme nte, de occidente a oriente».
Las investigaciones de Gray con el pénd ulo levantaron gran polé-
mica en el mun do científico de su época. Por su parte, Wheler tam-
bién estudió el movimiento del péndulo, llegando a la conclusión de
que el origen de las reacciones del instrumento se debían al deseo
del operador de producir un movimiento concreto : «El deseo de
producir el movimiento de occidente a oriente, era la causa secreta
que habla determinado al cuerpo suspendi do a moverse en esta
dirección por medio de alguna impresión que proced ía de la mano,
aunque él mismo no se hubiera dado cuenta de que imprimiese
movimiento alguno ».
72
los cuales se pueden observar las marcas distint ivas produ cidas por
las descargas eléctricas sobre las superfi cies metálicas. Ade más
deduj o la forma inversa a los cuad rados de la ley de fuerza entre car-
gas eléctricas. Paralelamente a estos trabajos, experimentó con el
péndulo, llegand o a la misma conclusión que Wh eler: el movimien-
to lo producía el mismo ope rado r de form a incon scient e.
En 1772 inventó un método mediante el cual se pu ed e conse -
guir agua carbo natada de forma artifi cial, al tiempo qu e aparecía
su libro Hi slmy and Pn:sent Sra /e of Discovel'ies Re!aUng (o \lision
Lighl, and Co/mll's (Histo ria y estado actu al de los descu brimientos
relativos a la visión, la luz y los colores) , prep aración para aira
obra su rgida cinco años después titulada Disquisiliolls Re/aUng lo
Malter and Spilil (Disquisiciones relativas a la mat eria y el espíri-
tu), Declaró que los científicos debían ser más pruden tes en sus
concl usiones, pensamiento dirigido a los resu ltados ob tenidos por
Gray con respecto ai pénd ulo , aunque expresaba su respeto por la
figur a del gran físico y sus inves tigaciones . En 1774 descu brió, al
calentar óxido de mercurio, lo que posteriorm ente Lavoisier iden-
tificaría como oxígeno. Este experimento se recoge en los tres
tomos de que constan sus Experimenls and ObservaUons 011 Di[{erenl
Kinds uf Air (Expe rimentos y observaciones sobre las diferentes cla-
ses de aire) , esc ritos entre 1774 y 177 7 donde, al igual que sus
descubrim ient os del amon iaco, los óxidos nítr ico y nitrcso . el dio -
73
jos en relación con la radiestesia, al igual que los de otros científi-
cos conte mporáneos , man ifestaron que ésta no ten ía un origen
desde el pu nto de vista de la física.
Por esos mismos años surgió la destacada figura de Luigi Gal-
vani (173 7- 1798) - físico y fisiólogo italiano-, profesor de ana to-
mía de la Universidad de Bolonia, aunque renunció a esta plaza al
negarse a prestar fidelidad al gobierno de la nu eva rep úbl ica Cisal-
pina en 1797 Ent re sus trabajos des tacan sus investigaciones
sobre el oído interno y la contracción muscular. Descubrió la esti-
mulación de los nervios y los músculos de animales vivos y mu er-
tos, a través de corrientes eléctricas . Debido a la influen cia de sus
trabajos surgió una corrie nte cientí fica llamada galvanismo . Su
obra más relevant e fue De viribus electricitatis in motu musculari
commentaria pu blicad a en 179 1, do nde se recogen sus expe rien-
cias en estos campos .
Algun os de los contempo ráneos de Galvani quisieron explicar
el movimient o de la vara basándose en los result ados de sus inves-
tigacion es sobre la excitació n mu scular y ne rviosa. Sus trabajos
fueron muy polémicos , y especia lmente cont rario a sus ideas fue el
italiano Alessandro Volta. De form ación autodidac ta, Volta fue pro -
fesor de física en la Escuela Real de Como (Italia) en el año 177 5,
y, posteriorm ent e, en 1779 , cated rático de física de la Universidad
de Pavía. Invent ó el electró foro (1775) , el eudiómetro (1776), y
74
clase, ante lo cual Volta se limitó a generalizar su hipótesis ante rior
am pliando sus argume ntos a la existencia de un desequilibrio eléc-
trico en cua lquier contacto heterogéneo. En aque llos años bu ena
parte de los Iísicos creyeron en el fen ómeno radiestésíco, como fue
Sigaud de Lafond, quien escribió profusarnerue sob re las faculta-
des del zaho rí y las prop iedades de la varilla.
EL NAC M I ENTO DEL POS ITIVISMO
Bleto n: de la alergia a la radiest esia
Cua ndo Barthélerny Bleton contaba con siete años se sentó sobre
unas rocas, y la fiebre se ap oderó de él; al camb iar de posición , ésta
desap areció y retorn ó al volver a sen tarse en las mismas rocas.
Ante estos insólitos hechos, el prior de la cartuja , don de se encon-
traba pe nsionado el niñ o - sospechand o cuál pod ía ser la causa-,
hizo excavar debajo de la piedra y, en ese lugar, afloro un man an-
nal de agua. Bleton notaba la influencia de las co rrientes subterrá-
neas de agua en [orm a de fiebre, ahogo, temb lor, op resión en el
pecho y aceleración de los latidos del co razón.
Estos mism os síntomas son los que pade cen nu merosas perso-
nas, especialmente niños, cuand o se encuent ran, sobr e todo al
75
LA RADlESTESIA A LO lARGO DE lA HISTORIA
es de agua subterr ánea. Por ello es evidentes conexiones entre los fenómenos de la varilla adivinatoria, el
donde vivimos: cuántos sufrimientos magnetismo y laelectricidad. En él desarrolla la hipótesis por la cual
el bienestar se evitarían si reconocié- se origina el movimiento de la vara; según explica, ello está causa-
ejerce el lugar sobre la salud. do «por la acción de efluvios eléctricos que, elevándose de las
on el paso del tiempo aprovechó estas aguas subterr áneas y de los minerales ocultos en la tierra, se intro-
an fama como zahorí, e incluso según ducen en el cuerpo de la persona que lleva la vara , y lo convul-
ones determinaba la profund idad o el sionan».
bajo sus pies. Bleton era un zahorí sin Thouvenel utilizaba el término electromagnetismo para definir
ormente utilizaría una varilla de rama el fenómeno gracias al cual el zahorí determinaba la existencia de
orquillada, pero un poco curvada . No minerales o aguas subterráneas. AsI pues, se generaba una reacción
dor de sus reacciones reflejas ante el sobre la persona produciéndole una cierta impresión, e incluso lle-
á lo que practicaba -al menos en sus gaba a provocarle, tal como velamos, fiebre, sudores, aceleración
e radiestesia , tal como veremos en la del pulso, sincopes, vómitos, pérdida de fuerzas o malestar general.
ma del pastor como experto en locali- Parece que Thouvenel estaba describiendo los efectos que poste-
suelo, llegó a oídos del obispo de Gre- riormente se comprobaría que produce la estancia en la vertical de
su caso, realizó gran número de prue- lugares de radiación alterada, como son los cruzados por corrientes
tas experiencias concluyó la llamada de agua subterráneas, fracturas geológicas o vetas minerales, y que
partado Agua subterránea), que indica llegan a ser causa de numero sos slntomas y trastornos como los
ectar la corriente de agua antes de lle- anteriormente descritos, e incluso otras patologías de mayor grave-
distancia de la profund idad a la que se dad , como las degenerativas (véase Geobiologia: medicina del hábitat
profund idad de un manantial, Bleton y Contaminación electromagnética . El efecto de las radiaciones sobre la
esde la vertical del punto donde se salud).
ea, y cuando a una cierta distancia del Bleton fue llamado a Paris para realizar unas pruebas supervisa-
accionaba entre sus manos , la separa- das por un jurado formado por ilustres académicos: siguió el tra-
correspondía a la profundidad. Este yecto de una tuberia subterránea ante un numeroso grupo de obser-
ilizado por mucho s zahories aún hoy vadores . Por entonces habla adoptado la costumbre de usar una
varilla al estilo germano, atravesada o apoyada en la mano, que gira-
eton conoció al médico Pierre Thou- ba continuamente cuando localizaba el objetivo .
basada en la influencia del fenómeno En París, ante una gran multitu d y numerosos personajes emi-
lidad de los zahories. Animado por nentes, trazó el recorrido del acueducto subterráneo de Arcucil con
escubrió en el pueblo francés de Con- todo detalle durante varios kilómetros. Durante esa misma época, la
inerales que adquiri eron gran fama. propia Maria Antonieta le solicitó que buscara aguas subterráneas
ctor fue nombra do inspect or general que abastecieran el Trianón, lo cual logró Bleton haciendo aflorar
n real. En 1781 , Thouvenel publicó manantiales especialmente copiosos. A pesar de ello, los detractores
me mtdico-fisico en elque se muestra las del fenómeno continuaron con su campaña.
77
LA RADlESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
neta. Se puede discutir el cómo y el parqué del fenómeno, lo que
es innegable es su existencia.
A pesar de todas las evidencias acumuladas demostrativas de la
realidad del movimiento de la varilla, algunos personajes del mundo
científico declararon en contra del fenómeno -sin haber investigado
sobre él-, por referencias o por simples suposiciones, caso de
joseph-jérórne Le Francots de Lalande (1732-1807), quien a sus
veintiún años fue nombrado miembro de la Academia de Paris en
calidad de astrónomo, y siete años después fue nombrado para el
cargo de profesor de astronomía en el Colegio Real, puesto que
ocupó durante cerca de cincuenta años hasta su muerte. Escribió
varios libros muy reconocidos dentro del ámbito docente: Iraité
para él la vari­
ue la utilizaba d'astronomie (Tratado de astronomía, 1764), Histoire céleste fran~aise
ores pudieran (Historia celeste francesa; 1801) o Bibliographie astronomique (Biblio­
diendo, ya que
grafía astronómica) , publicado en 1803, donde destaca su labor
ue un simple
dedicada a la mejora de las tablas astronómicas, y su esfuerzo por
establecer unas teorías astronómicas más avanzadas . Dentro de sus
estudios sobresale el cálculo en 1759 de la fecha de avistamiento del
és Franco ís Marie Arouet 0694­
cometa Halley, en su trayectoria cíclica a través del cosmos .
taire, de educación jesuita, pensa­
De Lalande escribió un artículo en elJoumal des savants en 1782,
ístico como med io para conseguir
donde apuntaba que Bleton era un impostor que hacía girar la vari­
o de la vara en los duros términos
lla según su voluntad, olvidando los numerosos éxitos obtenidos, y
uentes de agua, los tesoros, gracias
resaltando los fracasos. Obviaba , además , lo más importante, que
eja de forzar un poco la mano de
para Bleton el uso de la varilla era superfluo. «En efecto -declara
iado y que gira fácilmente en la
Lalande-, si se coloca entre dos dedos una varilla de metal curvada
n, cien años antes, ya había repli­
en arco, de manera que la cúspide del arco esté más baja que las dos
entes que para dárselas de listos
extremidades, pero que todo el conjunto esté casi en equilibrio, el
la varilla no es más que un hábil
más mínimo acercamiento de los dedos , aunque se trate de una
individuo diestro pero bribón».
pizca, bastará para que las extremidades se la lleven a su vez y que
ino y de una cortedad de miras
la cúspide del arco vaya hacia arriba. Si los dedos se separan, ins­
ancia, poner en duda el trabajo en
tantáneamente la cúspide del arco descenderá y, a base de una alter­
chas personas de probada honra­
nancia semejante, el movimiento puede continuar tanto tiempo
de los incontables logros (sin que
como se juzgue necesario. Una persona bastante ejercitada para esto
obtenidos por los rad íestesistas
no tiene más necesidad sino de un ligero temblor, apenas sensible ,
ras que han poblado nuestro pla-
cuando no se está prevenido.» Sin embargo , De Lalande, hombre
79
LA RADl ESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
rmente sus argumentos y sobrepasan­ mos calcularlo mediante algún procedimiento geométrico, de forma
tizó que: «Estamos tan lejos de cono­ que sea susceptible de una demos tración rigurosa?».
aturaleza y su modo de acción, que A Italia llegó acompañado de Bleton y de Pennet , otro zahorl de
ar los fenómenos únicamente porque grandes cualidades . A poco de llegar Bleton falleció, y Pennet tomó
o actual de nuestros conocimientos. su relevo haciendo demostraciones y sometiéndose a numerosas
inarlos con una atención tanto más pruebas cientlficas, la mayorla basadas en las teorlas de la electrici­
e difícil el admitirlos ». De estas pala­ dad y el magnetismo, tan de moda en su tiempo . Las andanzas de
ue debe acompaña r la trayectoria de Pennet se recogen en el libro de Cario Amoretti, titulado Rabdoman­
us conocimientos adquiridos, en la cía o electrometría animal (Milán, 1808), manuscrito donde se reco­
gen las investigaciones realizadas por Amoretti --conservador de la
exandre-César Charles 0746- 1823) biblioteca Ambrosiana de Milán- sobre los zahories y la natura leza
Ciencias desde 1795, y fue profesor del fenómeno que hace surgir el movimiento de la varilla.
Artes y Oficios de París, Trabajó en
tática, donde obtuvo grandes logros,
teórico y la construcción -junto a los Un esc éptico coherente
s técnicas de ascensión, del famoso
megascopio -aparato que sirve para la El abad agustino Alberto Fortis, hombre escéptico ante el arte de los
cadas sobre una pantalla- y el gonió­ zahories , se volvió un incansable defensor de éstos tras someter a
de los ángulos cristalinos-. También Pennet a distintas pruebas de las que éste salió triunfante. El abad,
rato para medir el caudal , la veloci­ que posteriormente fue secretario perma nente del Instituto Nacional
en movímiento-. Realizó diversas Italiano, declaraba: «Reconozco que estos experimentos, preparados
probar las hipótesis de Thouvenel con todas las precaucio nes imaginables para evitar el engaño , me
la debido a la electricidad del suelo dejaron tan convencido , que enrojecí de vergüenza al recordar que
ultados extraemos que el fenómeno antes me habla burlado de algo que desconoc ía totalmente» . La sin­
aislar al zahort del campo eléctrico ceridad de Fortís contrasta con el escepticismo mantenido a toda
nto se mueve , esté o no el operador costa por miembros de la comunidad científica, que niegan sistemá­
rico, desbaratando así las ideas que ticamente un fenómeno tan real como el propio pensamiento, sin ni
d radiestésica con fenómenos eléc­ siquiera haber experimentado sobre él o haber intentado compren­
derlo .
sa el doctor Thouvenel decidió tras­ Fortís, después de investigar profundamente, concluyó que el
r sido nombrado y distinguido con ambiente en el que se encontraba el zahorí mientras estaba traba­
médico podría soñar en su época. jando era de gran importancia para conseguir buenos resultados.
efecto del movimiento de la varilla Consideraba que cienos ambientes solemnes u hostiles eran contra­
ás inconcebible maravilla que nos rios a la obtención del éxito en la búsqueda y, por el contrario, un
taba: «¿Llegará el día en que poda - ambiente relajante era favorecedor. Además de experimentar con la
81
L\ RADlESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
o con el péndul o, utiliza ndo uno con sob re la radíestesíaaport ó una inusual coherencia que, un a vez más,
erro o de azufre- , suspen dido de un se diluyó entre el aluvió n de hipótesis y método s lejanos a las ver­
nía entre dos de dos. daderas causas del fenómeno radies tésico .
ímico y Iísico alemán - miemb ro de la
Ritter fue un gran divulga do r de la radiestesia, y sus ideas tuvie­
-, fue un científico de gran renomb re ron una gran influen cia en su tiem po , especialmente entre los hom­

Univers idad de jena, donde posterio r­


bres de ciencia y cultura , introdu ciendo a muchos de ellos en su

entó las bases de la electroqufmica conocim iento y práctica , como fueron los casos de Schelling, Baader,
pila qu ímica para produc ir la electró­ Hegel o Goethe . Friederich Wilhel mjosep h Schelling (1775- 1854),

probar la identida d entre la electrici­ filósofo idealista alemán , profesor de la Un iversida d de j ena, afirma­
s años des pués demostró la existencia ba en Ideas para una filosofía de la naturaleza y Sobre el alma del
r otra parte trató de conjun tar las dos mundo que la naturaleza es un organismo vivo, animad o por un
la voltaica y la galvánica, e introdu jo princip io vital. Basándose en estas ideas abogab a por la realidad de
a en electrofisiologfa. A través de la la rabdom ancia y estudió profusa mente sus posibilidades en Investi­
tennoe léctricas , adelantó el desc ubri­ gaciones filosóficas sobre laesencia humana . Schelling destaca que «ter­
d; asimism o fue el invento r de la pila mina el tiempo de la simple fe histórica cuando se da la posibilidad
cables dentro de su amplia trayectoria del conocimiento inmedi ato. Existe una revelación más ant igua que
cualqui er revelaci ón de la naturaleza».
mentó en el campo de la radiestesia, El filósofo Franz Xaver Baader (1765-1841) intentó libe rar a la
ís y agregando otros muchos propios.
filosof!a de la in fluencia del atomism o Iísico a través de una visión/
se publicó en el periódico La Hoja de basada en las ciencias na turalistas. Su metaíísíca aboga po r un alma

con el título de «Investigacion es físí­ que lleva a la divini dad, al ser ambas parte de un mismo cam in~al
como explica en Contribuciones a lafilosoffa dinámica (1809), !.eccio­
ó clarificar la comprensió n de las cau­ /'
adies tésico. A través de sus investiga­ nes sobre ladogmática especulativa (1827-1838) o en Filosofía dinámi­
­
a a un campo totalmente virgen en lo ca (1832). Su interés por el movimiento de la varilla y la observa
tal como se entend ía entonce s, no ción de los logros obtenidos median te ella le llevaron a investigar el
erente a la mani festació n radiest ésíca fenómeno, ayudad o por Campetti - reconocido zahorí italiano cola­
er un fenómeno físico). Compr endió borado r de Ritter y Schelli ng-, así como con Georg Wilhelm Frie­
bautiz ó al péndulo con el apelativo de drich Hegel 0 770-1831 ) -gran filóso fo alemán , amigo de Schelling,
quier tipo de informaci ón -ya fuera que imparti ó, al igual que éste, clases en la Universidad de jena. Su
as , vetas minera les o incluso sobre primera obra fue Phanomenologie des Geistes (Fenom enología del
resp uesta fuese afirmativa o negativa , esp íritu) y, posterio rmente , Wissens chaJt der Logik (Ciencia de la lógi­
ue se produje ra este fenóm eno era la ca); fue también profesor en la Univers idad de Heildelberg, do nde
ecta y esperar la respuesta con fe, abs­ publicó su Enciclopedia de las cienciasfilosóficas en 1817 resume n del
ntos perso nales . Sin ello - asegura ba pensam iento hegelia no , cuyo fundam ento es que la totali dad es lo
esultado deseado . La visión de Ritter abso luto . Es una época de cambios. do nde el poder religioso deja
83
LA RADlESTESIA A LO lARGO DE lA HISTORIA
de ello, Hegel, sin dejarse llevar por Otilia presentaba los síntomas descritos) . Más adelante dice: «Me
pensamiento en el misticismo y la uni­ resultaría imposible partir de aquí sin haber hecho que esta her­
Desde su obra Fenomenología , Hegel mosa criatura pruebe también las oscilaciones del péndulo». Goet­
e por el logro, criticando el irraciona­ he continúa aduciendo que , aun cuando esos ensayos no les salie­
ndó en las tesis amírradíestésícas) y los ran bien a todos, no habla que renunciar al asunto, antes al
contrario, se debería investigar con más seriedad y de modo más
radical, pues seguramente se harían evidentes todavía muchas
relaciones y afinidades mutuas de los seres inorgánicos y de los
osa figura universal seres orgánicos que seguramente nos están ocultas . «Otilia exten­
dió el péndul o sobre los metales , sosteniéndolo con mayor tran­
ng Goethe (1749-1832) -escrito r ale­ quilidad , despreocupación e inconsciencia. Pero, al instante , el
, se introdujo en la comprensión de cuerpo suspen dido fue arrebatado como por un decidido torbelli­
u amistad con Heller. Como utensi­ no , y conforme se cambiaba lo que hablan puesto debajo, se movía
y el estudio de la naturaleza y de si para un lado o para otro , unas veces formando circulas, otras, elip­
Fausto, relata la desesperación de éste ses, o tomaba su impulso en lineas rectas.»
y busca en la magia el camino hacia Goethe se entregó al estudio de las ciencias naturales y de la rela­
teresa por la radiestesia, y en algunos ción entre éstas y la filosoffa . Al igual que Fausto, intentó desentra­
omo por ejemplo en su novela épica, fiar los secretos y las leyes de la naturaleza, dedicándose al estudio
e Wahlverwandtschaften (Las afinida­ de la geología y la botánica. En este último campo , y mediante un
ulos y ruptura s conyugales, e influi­ proceso intuitivo, concibió la idea de la planta originaria y dedujo la
a Mina Herzlieb, la Otilia de la nove­ identidad primitiva de todas las partes de la planta. Goethe, a pro­
cia de las zonas geoffsicas alteradas pósito de su famosa novela Werther decia que: "Como habla escri­
mente, desarrolla el tema de la radies­ to este opúsculo casi inconscientemente, a la manera de un sonám­
seres orgánicos e inorgánicos . Otilia, bulo , me asombré yo mismo cuando lo recorrí» . Dentro del campo
ivo por el que evitaba pasar por un de la investigación escribió Beitrage zur Optik (Contribuciones de
dió: "Nunca he pasado por ese sen­ óptica) en contra de las ideas de Newton , ampliado posteriormente
estremecimiento muy peculiar, que con su Teoría de los colores. En un tratado aparecido en 1790 titula­
ugar y que no sé explicarme . Por eso do Metamorfosis de las plantas, yen Metamorfosis de los animales, apa­
al sensación, ya que en seguida me recida treinta afias después, intenta demostrar la unidad de la natu­
cabeza en el lado derecho que tam­ raleza y la génesis creada por una continua autotransformación de
ocasiones». Continúa el relato diri­ las distintas variedades de formas fenoménicas a partir de una
ord: "Cuán grande fue mi asombro estructura original simple. Goethe fue hombre de una gran inteli­
muy clara de carbón de piedra, que gencia, abiena a los campos más dispares, que encontró en la radies­
ndo un poco, quizá se encontraría un tesia y en los procesos intuitivos una forma de penetrar en la
n ese sitio» (se refiere al lugar donde conciencia universal.
85
LA RADI ESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
s de electricidad orgánica está sometida a las mismas leyes que la mineral, y que son
susceptibles de idénticos tratamientos físicos o químicos para
dico francés y profesor de la Escue­ obtener sus principios elementales. Descubrió el alcohol cetílico,
idad de Estrasburgo, basándose en la estearina y la oleína e igualmente desarrolló métodos analíticos
ay y Wheler, realizó en 1798 diver­ químicos basados en la determinación del punto de fusión y. de
acción de un péndulo hacia masas ebullición. Logró aislar distintos colorantes como la lateol ína, la
nido por el operador. Gerboin pu­ hematoxilina y la indigotina. En su obra Dela loi du contraste simul­
iest ésicos en Estrasburgo, llamados tané des couleurs et de l'assortiment des objets colorés (De la ley del
modo de la acción eléctrica, que tra­ contraste simultáneo de los colores y de la armonización de los
na del hombre en relación con el objetos de color) , publicada en 1839, plasma su tea na de los colo­
izado por él con el nombre de pén­ res, basada en el uso de los círculos cromáticos.
taba de esferas o cilindros suspen­ Después de una primera etapa a favor de la radiestesia, Che­
Según Gerboin, todas las personas vreul publicó un libro sobre la varilla adivinatoria al que tituló: De
denominó organoel éctríca, com­ la baguette divinataire, du pendule di! explorateur et des tables tour­
e capacidad de organización, y que nantes (De la varilla adivinatoria, del péndulo llamado explorador
estar a través del movimiento del y de las mesas giratorias). En él advertía que el movimiento de la
de cierta intensidad organoel éctrí­ varilla podía ser amplificado cuando el zahort portaba en su mano
Candolle escríbía sus Memorias de una materia o sustancia similar a la buscada y en otros zahones,
s conclusiones que cien años antes por el contrario, cuando tenían un material distinto; de ello dedu­
Vallemont sobre el movimiento de jo que la única explicación posible era que su causa no dimanara
de un efecto físico, sino mental. Chevreul escribió en 1833 una
vances en un terna tan controvertido carta a su colega M. Ampére -publicada luego en diversos rota­
mbito cultural y científico a interesar­ tiv05-, donde describía una clase particular de «movimientos
, Michel-Eugéne Chevreul-químico musculares fruto de una acción inconsciente, independiente de la
de Historia Natural (1864-1879), voluntad». Aunque erróneamente concluyó que «no se puede de­
Ciencias y presidente de ella en dos tectar con el péndulo explorador sino aquello que se ve o se sabe
pués de trabajar durante varios años, que se va a detectar» .
istía una relación directa entre la eje­ Convencido de que la química no se podía entender sin un
el acto mental referido a ellos, aun conocimiento profundo de las ciencias ocultas, dedicó sus esfuer­
andato de ejecutarlos dirigido a los zos en esa línea , y fruto de ello fue la publicación de Considera­
ciones sobre la historia de la química y de la alquimia. Hablando del
o químico y en Recherches chimiques movimiento de la varilla en tono crítico. comenta, muy acertada­
nes químicas sobre los cuerpos gra­ mente , que hay que desvincular su movimiento de un efecto
me sus estudios sobre qulmica orgá­ puramente físico, acercando con sus conclusiones la radiestesia a
la demostración de que la materia su verdadero origen, aunque no fuera ésta su intención: «No se
87
LA RADlESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
ro único de revolución sobre su eje meno es la electricidad terrestre, debido a que -segun plantea­
e la varilla ha efectuado con anterio­ esta electricidad telúrica, al pasar al cuerpo del operador, separa
tal muestra demasiada inteligencia el fluido negativo del positivo, y al actuar el primero en la mano
ica propiamente dicha, puesto que, izquierda y el segundo en la derecha, provocarla un desequilibrio
o operado en segundo lugar por la en el organismo que causarla el movimiento de la vara -éste seria
unto de vista de la ciencia, un efec­ hacia arriba o abajo dependiendo del signo fluídíco-. Tal como
hevreul declaró que: «Es evidente él creía, la causa que actuaria sobre la horquilla o el bac ílogíro
de la varilla no pertenece al mundo (palabra que compuso con la unión de Bacillum y de gyrus con la
Sin duda alguna creo que, en la cual define al rabdom ántico o zahorí), se encontrarla dentro de
os que por 10 menos la varilla está la categoría de la flsica. Apoyándose en los trabajos sobre elec­
obo y que tiene fe en la misma, el tromagnetismo de Oerstedt y de Ampére, da una explicación
cia de un acto del pensamiento de basada en fuerzas eléctricas, estableciendo como condición para
que el efecto del agua subterránea actúe sobre la horquilla por
el sistema nervioso aportaron nue­ intermediación del bacílogíro, que exista roce del agua contra pa­
ión del fenómeno radiest ésico, Así, redes sólidas, ya sea un colector o un manantial subterráneo.
ueron las realizadas por el profesor Efectivamente, al circular una corriente de agua subterránea roza
etario perpetuo de la Acad émie des con las paredes del conducto por el que transcurre, provocando
jean-Pierre Flourens (1794-1867). ciertas modificaciones en la superficie (caso del potencial del
xperimentales sobre las funciones campo eléctrico). Esto es susceptible de ser comprobado actual­
igaciones marcaron una época den­ mente mediante sistemas de medición electrónicos o gracias a la
a del sistema nervioso, y han sido reacción del organismo, así como mediante la radiestesia, aun­
más importantes para la evolución que ello no sea la causa de la reacción motora que pone en movi­
ciones del cerebro. Concluyó que la miento al instrumento.
se sitúan en los hemisferios cere­ El conde Tristan no fue sólo un teórico de la radíestes ía, sino
controla las funciones vitales y el un ferviente y perseverante practicante, ya que tuvieron que pasar
entos. También descubrió la impor­ más de cinco a ños de continuados esfuerzos para conseguir que .la
ulares del oído interno en el man­ varilla actuase sobre una corriente de agua subterránea. Fue el pri­
opuso a la idea de que las funcio­ mero , en 1820 , en utilizar una varilla de barbas de ballena, instru­
alizar en ciertas zonas de la corteza mento muy en boga durante varios años .
Las teorías sobre las radiaciones que emitía la materia y su
un tratado sobre las causas que pro­ influencia en el entorno comenzaron a introducirse con fuerza
orquilla o bastón horquillado -tal dentro de la radiestesia, y en 1854 el barón de Morogues las utili­
la-, publicado en 1826 y titulado zó como explicación al movimiento del instrumento, tal como
es terrestres (Investigaciones sobre refleja en su libro Las observaciones sobre los movimientos de las vari­
efiende que la explicación del Ienó- llas y de los péndulos, donde reitera la idea de las radiaciones de los
89
LA RADl ESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
explicación del fenómeno. Este argu ­ que, erróneamente , han llegado hasta nuest ros días avaladas por
distintos enfoques erróneame nte hasta científicos que han pretendido dar una explicación flsica a un
los experimentadores de esa época se fenómeno psíquico. Gracias a ellos, la radíestesia sigue estancada
n el moment o de enfocar las causas del desde hace siglos al pretender encontrar en la Iísíca tradicional una
el céleb re radiestesísta Louis Probst, el explicación que evidentemente no le compe te.
ente , Grisez, ent re otros, Este últi mo
ahorí , al descubrir en 1904 las potasas
en los alrededores de Thann. Grisez EL SIGLO xx
tos do nde se debla perfora r, así como
00 metros donde se enco ntraban las De la física a la psique
ser recompensado con tres millones de
A principios del siglo xx des tacó la ob ra de Carl van Klinc­
recon ocido qu ím ico austriaco -descu ­ kowstr ón, La vara adivinatoria como un problema cientifico: métodos
eosota-, después de múltiples experi­ geojlsicos concluyentes, un o de los muchos titulas pu blicad os en
es de la época , concluyó que no sólo relación con la explicación materialista de l fenómeno. Paradójica­
sino asimismo emitirlas. En su libro mente, la obra mas importante en contraposición a estas ideas la
Die odische Lohe undeinige Bewegung­ realizó sir William Fletcher Barrer - profesor de flsica de l Institu to
kte Formen des odischen Prinzip in der Real de Ciencias de Dublin y president e de la afamada Sociedad
ue rpos irradian algo que no dism inu ­ para la Investigació n Psíquica de Londres- en colaboración con el
o y ejerce un efecto tan potente a dis ­ antropólogo Theodore Besterm an, Este trabajo fue pub licado en
des motrices, como el movimiento de Lon dres en 1926 por Besterman, después de la muerte de Barrer,
a linea de investigación , otro qu ímico bajo el título La vara adivinatoria: una investigaci6n psicol6gica y
ó que este estim ulo a distancia, pro­ experimental do nde, como su nombre indica, tratan el tema desd e
onsti tuía el fund amento de la reacción un pu nt o de vista psíquico. En sus acertadas conclusiones comen­
s del buen uso de l péndu lo se pod ía tan : «Sostenemos que se trata de un problema puramente psicoló­
ualquier materia, así como averiguar, gico , qu e todos sus fenómenos tienen origen en la mente del zaho­
medio de su instinto , si un alimento rí, qu e ninguna teoría Iísica acerca de él resiste un análisis serio, y
eterminada ocasión. Sobre ello escri­ que los movimientos de la vara y del zahorí no guardan más rela­
lodinámico. ción directa con el descub rimiento de, pongamos por caso, agua,
menzaron los descubrimientos de dis­ qu e la qu e deriva de ser la exp resión flsica y visib le de un conoci­
895; radiactividad, 1903), hecho que mient o mental abstrac to» . Estas palabras mantienen hoy en d ía
llamadas teorías flsicas sobre el ori­ tod a su vigencia como explicación válida a un fenó meno al qu e
ar patente que las sus tancias em itían debemo s, de una vez por tod as, desligar de falsas interpretaciones
e según los defensores de dic has teo­ flsicas que sólo son una parte de lo que la rad íestesia pue de con­
cid ían en los zahones. Suposiciones seguir o descubrir, pero nunca la base del fenómen o.
91
LA RADlESTESIA A LO LARGO DE LA HISrORIA
n los radíestesístas especializados en que encontraron en sus conocimientos un reto a sus caducas doc­
octor Chavanon, experto radiestesista, trinas.
la mejor tintura o la mejor disolución
almente sólo existe un procedimiento
que se demuestra muy útil en la expe­ Telerradiestesia: radiestesia a distancia efectuada sobre pla­
remedios. La radiestesia está apenas en nos, mapas, fotograflas, etcétera . En el proceso radíestésíco
o las conclusiones metafísicas que es no existe ninguna diferencia entre encontrarse sobre el obje­
len ya una mayoría de adeptos de las tivo o a mil kilómetros de distancia : la actuación interior del
». Lamentablemente, Chavanon no radiestesista y el consecuente proceso que se produce, son
ya que la radiestesia continúa estanca­ exactamente el mismo. Como iremos viendo, la radiestesia y
hace 100 o 200 afias . la telerradiestesia forman un mismo fenómeno .
y Van Uslar consiguieron numerosos
' <,
as subterráneas; el primero logró aflo­
hemia, y el segundo contribuyó, de la La forma operativa del abate Mermet se basó en lo que él consi­
nto de las áridas colonias alemanas de deró como los tres rayos radíestésícos, a los que denominó como el
Guerra Mundial, los distintos ejércitos rayo fundamental que surge del objeto , el rayo mental que parte del
radiestesistas para la localización de radiestesista y el rayo luminoso que va del sol al objeto tal como lo
ubterráneas para el abastecimiento de relataba en su libro Commentropere (Cómo trabajo). Esta metodolo­
on localizar la posición de zepelines en gla personal de Mermet, que sin duda a él le ayudó a trabajar en
de su buen hacer podemos destacar radiestesia, fue adoptada por muchos radiestesistas, y aún hoy tiene
ua que los radiestesistas italianos aflo­ bastantes seguidores que, como en el caso de otras literaturas y
e Etiopía . experiencias subjetivas, hacen que los practicantes y lectores neófi­
tos caigan en la creencia de que el fenómeno radíestésíco depende
de factores externos. El desconocimiento de la realidad radiestésíca
pe de los zahoríes dificulta el progreso personal, ya que se actúa como un autómata,
preso de condicionamientos sugestivos. En los años treinta, Mermet
met 0866-1937) fue un radiestesísta intentó unificar ambas posturas -hipótesis físicas y psíquícas-, y su
so de la posteriormente llamada tele­ actitud final denota un claro decantamiento hacia la parte psíquica
a de toda clase de objetos. Mermet se como forma de trabajar.
el arte de la radiestesia, ya que su Por esos mismos a ños otro conocido zahorl , Émile Christophe,
onocidos zahories. Sus éxitos figuran habló de la importancia de la orientación mental. Gracias a ella el
de la radiestesia de forma destacada: zahorl dirige el pensamiento hacia un determinado objetivo. exclu­
minerales, personas desaparecidas, y'endo cualquier otro de su mente. Christophe trató igualmente de
ación alcanzó cotas de nivel interna­ otros conceptos de máxima importancia dentro de la radiestesia,
onsiderado en los medios científicos, como el acuerdo para conseguir un determinado movimiento ante
93
LA RADlESTESIA A LO lARGO DE lA HISTORIA
centración necesarias para poder con- do s con reacciones alérgicas a determinadas sustancias tóxicas, lo
tal como plasmó en su Apologie du cual le valió el premio Nobel de Medicina y Físíología en 1913. Este
«Es el deseo que el prospector expre- mismo año fundó el Joumal de physiologie et de pathologie génerale
búsqueda, de ser sensible sólo a las (Periódico de fisiologla y patología general), y dirigió la Revue scien-
on exclusión de todas las demás, y la tifique (Revista cíentífíca). Richet investigó y trabajó profusamente en
e deseo, lo que crea una considerable el campo de la radiestesia concluyendo que: «Debemos aceptar la
diación deseada» . También figuró , de radiestesia como un hecho. Es inútil montar experimentos para
ador de la radiestesia, principalmente demostrar su existencia. Existe . Lo que realmente hace falta es
etion d distanee (La prospección a dis- impulsar su desarrollo».
ás zahorioPrecisamente a él se debe el La mejor forma de realizar el deseo de Richet es, sin duda, clari-
-hacia finales de los años treinta- el ficando definitivamente las bases sobre las que se asienta el fenóme-
ocablo telerradiestesia. no radiestésíco, De esta forma podrá evolucionar dentro del marco
que le corresponde, sin luchar contra corriente tratando de buscar
cobijo dentro de materias ajenas a su esencia , que mantienen a la
a , una pareja bien avenida radiestesia en los guetos de la ciencia; pues sus explicaciones, mez-
cla de realidades evidentes y falsos supuestos, no resisten el más
iglo xx, la radiestesia y la medicina mlnimo análisis.
ados hoy, para lograr el diagnóstico y
En cuanto al diagnóstico médico,
do se ejerce sin una idea preconcebi- Un caballero de honor
lo que señala el diagnóstico radiesté-
anos Iísicos en su traducción médica A finales de l siglo XIX, el abate Bouly -parroco de un pequeño pue-
ones sobrevenidas en el cuerpo espi- blo-- abogaba, al igua l que Mermet, por la existencia de unos rayos
cesariamente, las consecuencias f1si- -el rayo solar y el rayo testigo-- como fundamento de la radiestesia.
Según Bouly, el solar pasarla por el sol uniéndose al objeto, y el rayo
bió un nuevo impulso de la mano de testigo seria el que unirla al testigo (materia idéntica o similar a la
n gran renombre dentro de l mundo que se busca) con lo que se pretende encontrar. En ambos casos el
0-1935), fisiólogo francés , se doctoró modo operativo consiste en determ inar dos rayos en distintas posi-
Parls en medicina, y enseñó físíología ciones que converjan en el objetivo. Bouly y el también abate fran-
mientos científícos abarcan amplios cés Bayard -profesor de la Facultad Católica de Lille- pensaron en
go gástrico, la regulación de la tem- encontrar una palabra que definiera, de forma científica y al mismo
contracciones musculares. Junto a tiempo sencilla, el arte de los zahories. Después de m uchas disqui-
ento de la tuberculosis mediante la siciones sobre el término más adec uado, y a pesar de no sentirse
les vacunados, tratamiento conocido muy satisfechos con él, decidieron presentar en sociedad -coinci-
emas de hipersensibilidad relaciona- diendo con la creación de la Asociación Francesa e Internacional de
95
L\ RADlESTESIA A LO lARGO DE lA HISTORIA
el término radiestesia. Con ello qui-
ivinación (rabdomancia: adivinación
un término en sinton ía con los nue-
os que se estaban gestando dentro de!
alidad muy lejos de su verdadero con-
or muchos de sus practicantes, acabó
leje en absoluto el ámbito del fenóme-
reado en 1929 por Bouly y Bayard
adius (radio) y de la ralz griega es-
iormente se usaban otras denomi-
radiestesia, algunas de las cuales
o la rabdomancia, la geomancia , la Al igual que Bouly, Levin util izó la rad íeste-
Todas ellas definen e! arte de aque- sia para encontrar oro y reliquias romanas en
s de una rama de árbol u otro ins- Austria (según Alfredo Ortell í en lllustrazio-
ne del Popolo, 1 de marzo de 1929).
que está oculto .
Por todo ello, en 1950 , el gobierno de la Repúbl ica Francesa le
capacidad de algunas personas para otorgó su más alta distinción y le nombró caballero de la Legión de
en muchos pueblos, con el fin de Honor; en el momento de recibirla declaró en su discurso de entre-
us vecinos. La rad íestesía, sin embar- ga: «Esta Cruz de la Legión de Honor se concede en mi persona a
bÚSqueda de aguas subterráneas y todos los practicantes de la radiestesia. Para mi representa la coro-
izar, reconocer o comprende r cual- nación de una vida que he tratado de consagrar al servicio de Dios
ea del mundo material o intelectual. y al bien de la humanidad». Palabras que, especialmente para aque-
rl que abarcó distintos campos como llos que han dedicado parte de sus vidas al estud io y la práctica de
osas fuentes se debe n a sus acíertos-, la radiestesia, incidirán profundamente en sus espíritus, sobre todo
s hicieron que incluso la comu nidad viniendo de un personaje de la talla humana de Bouly.
te sus servicios- y la arqueologla,
gos de cementerios merovingios y de
s castillos de varios paises europeos. La aristocracia también practica la radiestesia
cas fue la localización de obuses sin
sterio de Guerra francés- en los cam- El vizcond e Henry de Franee 0872-1947) comprobó por si mismo,
cuando contaba con 52 años, el movimiento de una horquilla de
97
LA RADlESTESlA A LO LARGO DE LA HiSTORIA I
manos. Animado por el abate Bouly Autores como André de Bélízal o Léon Cha ume ry añadieron más
arre ra como rad íestesísta. Hombre de confusión a la radiestesia con sus ideas y con la creación , po r el pri-
conocimie ntos sobre geología, además mero, de un pén dulo llamado por él «universal. que , supuesta-
y geografla. A través de sus libros Sou- mente, tendrta una energía panicular, independ iente de cualquier
os de un zaho rí), Radiesthésie agricole proceso psíquico. Con este instru mento se lograrla sabe r, según Béli-
rde r moderne (El zaho rl moderno) o de zal, todo aquello qu e se desea ra a parti r de una hipótesis víb racíonal
hronique des scuraers (La crónica de los basada en el electromagn etismo terrestre, la energía cósm ica con la
caciones sobre por qué se producla la esfera (forma de su pén du lo) qu e harta las veces de cent ro emiso r de
vez que narró los distintos métodos todas las vibraciones .
El reconoci do flsico Max Karl Ernst Planck 0858-1947 ) también
dos fen ómen os distintos se producían , se interesó po r la rad íestesia, ast como por los efectos de las llama -
sicamente o bien sobre el mismo lugar das zonas geopatóge nas , o sea, lugares d onde se encuentra modifi-
vo. En el primer caso abogaba po r una cada la rad iación natural que, com o ya se ha citado, pu eden provo-
as qu e en el segundo interpretaba qu e car síntomas y enfermedades de distinta índole y que , en aquellos
o Iíslco, quizá de origen electromagné - tiempos, sólo se podta detectar mediante la radiestesia (véase Ceo-
a el movimiento inconsciente del zaho - biologia : mediana del hábitat, o Contaminadón electromagnética. El
ía al instrumento, amplificando dicho efectode las radiaciones sobre la salud). Planck se doctoró en 1879 en
s de la muerte de su pad re, rechazó las la Un iversidad de Munich, y fue pro fesor de Iísíca teórica en la Uni-
stesia Iísíca, alegando qu e «los movi- versidad de Kiel ent re los años 1885 y 1889 y, a partir de esta fecha ,
cen siempre a los pensa mientos. y se en la de Berlln hasta 19 28. En su obra Vorlesungen über Thermody-
dad mental, voluntaria o involuntaria, namih (Lecciones de termod iná mica) pu blicada en 1897 recoge sus
ad íestésícas. El zahorí, en efecto , ad mi- análisis termodinámicos de much os procesos irreve rsibles, especial-
o que hará mover de manera incons- ment e electrodi námicos. Sus múltiples apo rtaciones a la ciencia
uando encuent re el objeto que busca ». hicieron qu e, en 1918 , le fuera concedido el premio Nobel de Físi-
práctica, d onde refleja sus opiniones ca. Trabajó sob re la radiación de los cuerpos negros a través de su
uición : «la radiestesia es el arte de pro- grado de desorden molecular y del método estadístico de cálculo.
ar descu brir lo qu e no se logra con los Con el inicio del siglo xx, expu so la ley de la radiación (ley de
o una varilla de equilibrio inesta ble o Planck) y las teorlas de rivadas de ella, o sea , la hipótesis de la dis -
vimientos inconscientes a los qu e se les conti nuidad de la energía y la definición del cuanto de acción .
ncional>. Por su parte, Henry de Fran - Planck, a partir de la teorta de la relatividad de Einstein, logró
o constituido po r un peso unido a un demostrar la invariación de la entropía con relación a la velocidad
en un palo que permite determinar la del sistema de referen cia. Algunas de sus obras más destacad as so n:
cada ope rado r y, en tod o caso, a cada Einführung in die theoretische Physih (Principio de Itsica teórica), com-
cupó el cargo de presidente de la Aso- pu esta de cinco volúmenes 0 916-30 ) y Wege zur physihalischen
estesía, suced iendo al aba te Bouly. Erhenntnis (1.05 caminos del conocimiento Iísico), publicada en
99
LA RADlESTESIA A LO LARGO DE lA HISTORIA

n ciertos argumentos de cómo se pro- lton de una culebra a la que se quiere dominar>. Su espontáneo rela-
meno radíestésíco. Formuló que. a tra- to indica las sensaciones que los neófitos notan cuando. por prime-
ción. la energía se transforma sólo en ra vez. cogen entre sus manos un instrumento radíest ésico. En
frecuencia de la radiación. Esta teoría muchos de ellos se activa un mecanismo atávico de reacción ante
a de las más importantes hipótesis de distintos elementos. especialmente aguas subterráneas, y el instru-
arición supuso una auténtica revolu- mento se mueve, ante la sorpresa y el desconcierto que ello suele •
el mund o y dio un nuevo impulso a acarrear.
aban la flsica mecanicista imperante
la energla que desprende la radiación
ma continua. sino que aparece estruc- Del m aestro Treive al Nobel Carrel
gía, Einstein los bautizó como un ida-
e ah í la denominación de teoría cuán- La historia de esta época de grandes radiestesístas quedaría incom-
de que cualquier forma de radiación. pleta si olvidáramos incluir en ella a j oseph Treive (1877- 1946).
ba en gran medida como partlculas o horticultor de la región de Moulins (Francia), quien se especializó en
ntas discontinuos. En plena madurez la prospección a distancia. con un porcentaje de aciertos supe rior a
de Planck se orientan. paulatinamen- todos los conocidos hasta la fecha. especialmente en la búsqueda de
habitual en un hombre educado fun- aguas sub terráneas. Entre sus frases preferidas citaremos una que
e la Iísíca; su trabajo se dirigió hacia merece una mención especial; en ella se refiere a la actitud que hay
o y del espíritu, a través de la cone- que ado ptar mientras se opera : •Tened tanto recogimiento como
y el considerado mundo real. abrien- cuando se escucha una pieza preferida en un concierto » . Sus expe-
nuevas concepciones más holísticas, riencias se recogen en los escritos del doctor Laval, titulados como
nas místicas. el mismo protagonista, ]oseph Treive.
fascinado por la radiestesia. Un caso Además de maestro en las artes radíestésicas, Treive fue amigo de
francesa Colette (1873-1954 ). autora Alexis Carrel, cirujano francés universalmente conocido (18 73-
to como La vagabunda (19 11). Elobs- 1944), quien se constituyó en un ferviente practicante de la radies-
te. Querido. que le valieron el ingreso tesia. Carrel, en el año 1902. desarrolló una novedosa técnica para
la academia Goncourt, como consa- suturar vasos sanguíneos, y sus investigaciones realizadas ent re
l. Coleue fue una apasionada practi- 1904 y 1908 crearon los pilares de la cirugía cardiovascular y de los
anecdótico recordaremos alguna de trasplantes de órganos. Investigó sobre cultivos in vitre de tejidos.
ra emoción cuando la varilla se agitó logrando mantener vivo un cultivo celular dura nte años. La fama de
s cerradas - palmas hacia arriba. pu l- sus trabajos. investigaciones y logros en diversos campos alcanzó
egre. parecida al placer que me habría pronto un gran reconocimiento y difusión, hasta el punt o de serle
a traviesa y benévola. Yo no me can- concedido. en 1912, el Premio Nobel de Fisiologla y Cirugía fisioló-
nfluencia de grandes masas de agua gica. La amistad y colaboración con el aviador Charles A. Undbergh
varilla recuerda. por su vigor. la rebe- (1873- 1944) le permitió experimentar con cultivos orgánicos. al
101
L\ RADIESTEStA A LO URGO DE LA HISTORIA
a de cristal esterilizable que permi tla la toria de la radiestesia que hemos ido desgranando anteriormente,
tivo a través de un órgano extirpado, donde es posible preguntarse si todas estas personas reconocidas
trucción de un corazón artificial. Und- por el nivel social, intelectual o cientíñco, que practicaron y creye-
azanas aéreas, especialmente por volar ron en la radiestesia, una de dos, o ten ían momentos transitorios de
n su avión Spirit of SI. Louis, el mismo desequilibrio mental o moral cuando abogaban por la radiestesia, o
su au tobíografta en 1953. Carrel pre- bien ésta existe.
de una forma curiosa: hizo esperar al Uno de los motivos del porqu é la radiestesia no recibe el recono-
sa de Treive, y pidió a éste que le indi- cimiento definitivo, en cuanto a su existencia, es el hecho de no
loj que le mostraba ; Treive, utilizando haberse definido y encuadrado las causas primigenias por las cuales
nte a Undbergh. se produ ce el fenómeno radiestésico; sin embargo, a la hora de prac-
una obra de amplia difusión a la que ticarla, este desconocimiento es un aspecto marginal, incluso el por-
El hombre, ese desconocido), donde qué puede ser secundario, aunque importante. Lo esencial es que, tal
hu manidad fuera dirigida por intelec- como J. P. Sartre escribe en su libro L'étre el le ntant (El ser y la nada):
eso cíennfíco. De entre sus múltip les . EI fenómeno no indica, como apuntando por sobre su hombro, un
esia, destacaremos estas palabras que ser verdadero que tenga, él si, carácter de absoluto. Lo que el fenó-
bre de ciencia vanguard ista: «La cien- meno es, lo es absolutamente, pues se desvela como es. El fenómeno
da a reconocer la verdad . Pero antes de puede ser estudiado y descrito en cuanto tal, pues es absolutament e
o inventar las palabras de censura, las indicativo de si mismo• . Enlazando con este argumento, considero
La radiestesia no escapa a esta regla, que lo realmente importante es que la radiestesia es un fenómeno real
do salvo la verdad, salvo la justicia, y en si mismo, capaz de ser estudiado y analizado por sus efectos y
s sabrá tomarse su desquite• . resultados, aún sin conocer sus causas primeras.
encias positivas, demostrativas de la En esta época pulularon gentes que intentaron denigrar la radies-
m én de los logros y la probidad inte- tesia, como el doctor Rendu. En 1936, la revista La vie médicaJe (La
de sus más destacados valedores-, no vida médica) realizó una encuesta entre diferentes personajes sobre la
del destacado radíestesísta Jean Aus- radiestesia, encontrando opiniones a favor y en contra; una de éstas
e un comité, instituido en 1955, para fue la de Rendu , que definió la radíestesía de la siguiente manera: «La
stencia de la radiestesia. Le recibió en radtestesia no tiene nada de ciencia; a lo sumo es un arte: el arte más
ientes de sus trabajos radíestésicos en o menos consciente de abusar de la credulidad pública en nombre de
dos por declaraciones de personas de la ciencia ». En 1936 publicó un libro destinado a «íesenmascarar» a
l mundo científico: . ¿Estima usted, los farsantes radiestesistas, titulado Radiesthtsie, science el morale
co o que los firmantes de estos atesta- (Radiestesia, ciencia y moral). En él se relatan numerosos fracasos, sin
gistrados, etcétera, son compinches tener en cuenta dos aspectos que se deben considerar: en primer
o bien, que sus facultades se hallan lugar, que al igual que un médico no es persona con un estetoscopio
so del alcoho!? . Estas palabras, efec- colgado del cuello, un radíesresista tampoco es cualquiera con un
podrían extrapolar muy bien a la hís- péndulo o una varilla que se mueva entre sus manos; en segundo
103
L\ RADIESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
a de cristal esterílízable que perm íua la toria .de la radíestesía que hemos ido desgranand o anteriormente,
tivo a través de un órgano extirpad o, donde es posible preguntarse si todas estas personas reconocidas
trucción de un corazón artificial. Un d- por el nivel social, intelectual o científico, que practicaron y creye-
azañas aéreas, especialmente por volar ron en la radíestesía, una de dos, o tenían momentos transitorios de
n su avión Spiril of Sr. Louis, el mismo desequilibrio mental o moral cuando abogaban por la rad íestesía, o
su autobiografla en 1953. Carrel pre- bien ésta existe.
de una forma curiosa: hizo esperar al Uno de los motivos del porqué la radtestesía no recibe el recono-
sa de Treive, y pidió a éste que le indi- cimiento definitivo, en cuanto a su existencia, es el hecho de no
oj que le mostraba; Treive, utilizando haberse definido y encuadrado las causas primigenias por las cuales
nte a Undbe rgh. se produce el fenómeno radiestésíco; sin embargo, a la hora de prac-
una obra de amplia difusión a la que ticarla, este desconocimiento es un aspecto marginal, incluso el por-
El hombre, ese desconocido), donde qué puede ser secundario, aunque importante. Lo esencial es que, tal
human idad fuera dirigida por intelec- como j. P. Sartre escribe en su libro L'ttre et le ntanl (El ser y la nada):
eso cíentífíco. De entre sus múltiples «El fenómeno no indica, como apuntando por sobre su hombro , un
esia, destacaremos estas palabras que ser verdadero que tenga, él si, carácter de absoluto . Lo que el fenó-
b re de ciencia vanguardista: «u cien- meno es, lo es absolutamente, pues se desvela como es. El fenómeno
da a reconocer la verdad. Pero antes de puede ser estudiado y descrito en cuanto tal, pues es absolutamente
o inventar las palabras de censura , las indicativo de si mismo ». Enlazando con este argumento , considero
U radíestesía no escapa a esta regla, que lo realmente importante es que la radíestesía es un fenómeno real
do salvo la verdad , salvo la justicia, y en si mismo, capaz de ser estudiado y analizado por sus efectos y
s sabrá tomarse su desquite ». resultados, aún sin conocer sus causas primeras.
iencias positivas, demostrativas de la En esta época pulularon gentes que intentaron denigrar la radies-
rnén de los logros y la probidad inte- tesía, como el doctor Rendu. En 1936, la revista La víe mt dicale (u
de sus más destacados valedores-, no vida médica) realizó una encuesta entre diferentes personajes sobre la
del destacado rad íestesísta j ean Aus- radíestesía, encontrando opiniones a favor y en contra; una de éstas
e un comité, instituido en 1955, para fue la de Rendu, que definió la radiestesía de la siguiente manera: «u
stencia de la radíestesía. Le recibió en radiestesía no tiene nada de ciencia; a lo sumo es un arre: el arre más
ientes de sus trabajos radíestésicos en o menos consciente de abusar de la credulidad pública en nombre de
ados por declaraciones de personas de la ciencia». En 1936 publicó un libro destinado a «desenmascaran a
l mund o científico: «¿Estima usted, los farsantes radiestesístas, titulado Radiestht sie, sde nce el morale
co o que los firmantes de estos atesta- (Rad íestesía, ciencia y moral). En él se relatan numerosos fracasos, sin
gistrados , etcétera, son compinches tener en cuenta dos aspectos que se deben considerar: en primer
o bien, que sus facultades se hallan lugar, que al igual que un médico no es persona con un estetoscopio
so del alcohol?». Estas palabras, efec- colgado del cuello, un radíestesista tampoco es cualquiera con un
odrían extrapola r muy bien a la his- péndul o o una varilla que se mueva entre sus manos; en segundo
103
U RAOIESTESIAA LO lARGO DE L\ HiSTORIA
ar que diftcllmente se pueden explicar concreta sin ningún ind icio superficial de su existencia y cuyos pla-
ontar con un hecho evidente: la única nos aun no hablan sido divulgados y, por tanto, era imposible que
medio de la radíestesía, fuera cual fuese los radiestesistas tuvieran conocimiento de ello.
El simple azar no puede ser el motivo En el informe oficial que Anna nd Viré presentó para la Acade-
les desde el punto de vista estadtstíco. mia de Ciencias, publicado en la revista La nature (La naturaleza),
potenciales estupendos, pero al operar dejaba patente los acienos incontestables de los radiestesistas pues-
el grado de relajación y concentració n tos a prueba ent re los cuales figuraban nombres tan eminentes
ad que les produ ce el sentirse exami- como Probst o el mismo abate Mennet: • Fácil es imaginar cuán
so. Además, en ocasiones, el radieste- profundamente sacudieron mi escepticismo todos aquellos datos
ecesaria para afrontar el reto propu es- tan precisos. Reconozco que tuve que hacer un gran esfuerzo Inti-
ción de sus aptitudes en ese momento mo para admitir gradual mente una evidencia que al principio me
resultaba enojosa y morti ñcarue. Porqu e no se renuncia sin dolor a
nifestado muchas barbaridades duran- unas convicciones tan finnes y arraigadas como lo eran las mías.
ia, generalmente debido a los conoci- Pero los hechos saltaban a la vista y me vi forzado a proclamar, urbi
de su época, pero no es menos cieno el orbi, que la rad íesresía era algo real y que era menester tomar en
cos han dicho muchas más para de- serio a los rad íestesístas y estud iar las posibilidades y las limitacio-
ento, atrinc herados tras los muros de nes del fenómeno que con tanta claridad hablan revelado ante
y bien definió Annand Viré -dírector nosotros. Un zahorí puede decimos si hay alg ún manant ial de agua
el Museo de París-e «Los limites de la a diez metros, a cien metros o a dos kilóme tros de don de estamos.
e de sus conocimientos», a lo cual yo y cuando excavamos en el sitio que dice, a menudo enco ntramos
e intereses. Reclamo el derecho de los agua , en efecto. Se objetará que algunos de esos hombres incurren
e la misma fonna que los errores for- a veces en toda suene de errores. Pero ¿acaso no hay muchos médi-
plina en la que actúe el ser humano , cos insuficiente mente preparados para la práctica de su arte, o
os suceden. ,_ ingenieros bastant e menos capacitados que otros? De un mod o
autor de un libro sobre la búsqueda de semejante , hay rad íestesístas, y radiestesístas ». La honestidad y cla-
ográfico editado en 1913 !..es sourciers ridad con que Annand Viré plantea la radiestesia le colocan en un
y sus rn étodosj-, con ocasión de la lugar privilegiado de ntro de la historia radiestésica, puesto que ade-
e Psicologla Experimental, propuso a más estas pruebas sirvieron para que el mismo Viré descubriera su
nas sub terráneas- realizar unas expe- capacidad como radíestesísta.
pacidad de los radíestesistas asistentes. Como vemos, un buen nu mero de los detractores de la radies-
sresístas, decidió aceptar para . poner tesia que se intro ducen en ella con afán critico, acaban siendo
semejante superstición y cuento de radiestesístas, aunque algunos opinan sin tratar de entender el
grup o de los más afamados rad íeste- fenómeno , caso de Noél Bayon, autor de Milagros de los curanderos:
ometió a un riguroso control. El obje- «la radíestesia es un hongo de la especie delirante que crece sobre
s situadas debajo de Parts, en un área un estercolero de ment iras• . Diñcilmerue alguien puede criticar
105
LA RADlESTESlA A LO LARGO DE LA HISTORIA
enderlo y más, si cabe , un fenómeno que se realizase el fenómeno? Pues bien, los fenómenos metapslqui-
los resultados no forman parte de la cos son infinitamente más delicados y es necesario, para que se pro-
es, aunque sí frecuentes , en mayor duzcan, que exista un "clima" pslquico favorable ». Además, no exis-
r el azar. Rechazar la rad íestes ía, y te nada más concluyente qu e probar por uno mismo, intentar
para concluir qu e la radi estesia no comprender y, luego , opinar.
o: busquemo s a alguien qu e se aut o- A principios de los años cuarenta apareció un libro titulado Ffsi-
e en todos los campos, y probable- ca de la vara adivinatoria, escrito por do s ingenieros ingleses . En él
ont ramos buen número de charlata- se inte ntaba explicar la reacción del radíestesísta hacia una supues-
s, faltos de talento o poco expe rtos); ta sensibilidad a ciertas ondas electromagnéticas, empleando en sus
condiciones desfavorables (ambien- expe rimentos cables eléctricos. Este experimento fue avalado por el
patente, etcétera) y vayamos suman- Ministerio de Defensa británico, qu e en aquellos tiempos de guerra
que la rad íestesia no existe. Ahora apoyaba cualquier sistema para la det ección a distancia de objetos,
e bu ena fe, y bu sca a un op erad or hasta que se logró desarrollar el radar. Maby, ingeniero y radiestesis-
oría y reúne las condicion es medi o- ta, después de muchos años de investigación en el campo de la
ogro del bu en resultado, éste lo con- radi estesia, comprendió, tal com o publicó en sus Confesiones de un
dida de la qu e se espera segú n la ley sensitivo, que intentar dar una explicación sobre la radiestesia ampa-
rándose solamente en la electrónica y en los fenómenos electromag-
néticos «era como montar un Hamlet en escena sin el personaje del
príncipe de Dinamarca» .
de radiestesistas Armand Barbault fue un ingeniero rad iot écn íco , miembro del
Instituto Alexis Carrel, cent ro donde trabaj ó en el departamento
do aquell o qu e depende de la activi- de bíotopología. Después de la Segunda Guerra Mun dial se dedi-
, ni mecánico, especialmente en los có de llen o a la astrología y, especialment e, a la alquimia. Fusionó
ente con el inconsc iente. Es, funda - sus conocimientos alquímicos con el arte radíest ésíco, co mo reco-
por lo qu e aconsejo qu e no se reali- ge en sus escritos I .or du milliéme matin (El o ro de la milésima
mas allá de lo indispe nsable para mañana) . Barbault fue un eminente alquimista que, a través de sus
ivo deseado, pues las sugestiones propias experiencias, opinaba que la primera materia se encont ra-
a al operador sujeto a cont rol. Sola- ba en la unión entre el buscador y la energía qu e emanaba de la
gran capacidad de abstracción del tierra de determinados lugares: «No sólo hay momentos en los qu e
stas condiciones, ya qu e, tal como las fuerzas de la naturaleza surgen mucho más intensas, sino tam -
uet, aut or del libro Les pouvoirs de bién lugares privilegiados en los qu e esas fuerz as se conce nt ran, lo
e): . ¿Qué hombre ord inario podría, qu e ha hecho decir a numerosos ade ptos qu e la primera materia
ma o eje rcer en ella funcion es sexua- debería ser hundida en el seno de la tierra negra. Algunos llegan a
res de universidad armados de los apuntar la posibilidad de bu scarla con la ayuda de un a varilla de
senta dos a su alrededo r, espera ndo avellano, muy cono cida de los antiguos ».
107
LA. RADIESTESlA A l O LARGO DE LA HI STORlA
ial marcó el fin de una época de gran le an Auscher, consejero cienttñco del Centro de Investigaciones
uando parecla que de forma definitiva de la Marina, escribió Los misteriosos poderes del cerebro humano
encias positivas. A partir de esta fecha demostrados por la radiestesia gráfica (1973) : «La radiestesiL es el
mentes de la población, y la radíestesía arte de entrar en comunicación con la memoria que impregna los
el interés general. A pesar de ello, los objetos, y de traducir claramente su contenido ». Auscher fue un
radíestesía psíquica se vieron fomen- prollfico inventor, a él se debe la sirena de vehículos de policla y
conocimientos de Antoine Luzy, pro- bomberos, detectores de aviación y señales de niebla. Esta imagi-
a de Artes y Oficios de París, Luzy se nación inventiva le sirvió para diseñar un péndulo -especialmente
de la ciencia, pero especialmente por utilizado por él en sus diagnósticos cltnlcos-, al que dotó de un
rreno en el cual abundó tras entrar a pincel mojado en tinta con el que trabajaba sobre un papel, obte-
o adjunto de la Sociedad de Estudios niendo un dibujo que interpretaba para dar un diagnóstico'; Aus-
e cuarenta años de estudios teóricos y cher bautizó su invento con el nombre de sc riptopéndulo; pero a
sus conocimientos en diversas obras: pesar de la sofisticación de su instrumento matizó que: «No olvi-
malion compléle el profonde du radiesthé- demos que los péndulos y las varillas no son más que instrumentos
adiesthésique dans le temps et l'espace, del radíestesista, como la pluma lo es del escritor, el lápiz del dise-
e et de la philosophie. En La radiesthésie ñador o el pincel del pintor. En cualquier operación el ún ico motor
erna), recogió las causas de lo que es el cerebro, que adquiere el conocimiento mediante ciertas neu-
ico, al tiempo que descrtbía al buen ronas y ciertas sinapsis, que son las conexiones que hay entre los
sentido psicológico muy fino y desa- catorce mil millones de neuronas• .
o de si y una extremada discreción. la Uno de los más eminentes radtestesístas, el padre l ean jurion
eto, sino discreto. Es frecuente ver el (1906. 1977), describla acertadamente la radiestesia alegando que
la celebridad en los operadores más ésta «es una forma de conocimiento universal. la intuición. en el
io en los más emínentes». Efectiva- amplio sentido del término, recU1KJ! una memQ ¡j¡U¡~Ji<:.D­
con escasa experiencia o que comien- de más allá de los recuerdos personales. El organismo human o
ampo de la radíestesia querer destacar reacciona con fenómenos circulatorios, musculares y nerviosos no
ma general, socava la credibilidad de sólo ante agentes físicos, sino también frente a toda actividad meno
adiestesia sin los oportunos conoci- tal, racional o intuitiva. Las reacciones fisiológicas harán que la
e, al margen de buenos o malos resul- varilla o el péndulo se muevan ». j urion continuaba aseverando
usión, desconfianza o incluso desdén que «la radiestesia es una facultad basada en un a sensibilidad
. Dos años después de la muerte de neuromuscular que, gracias a un reflejo convencional. permite,
celebra el Congreso Internacional en mediante un lenguaje interior, tomar conciencia del pensamiento
a creación de la Unión Mundial de inconsciente que germina dentro de usted sin que lo sepa ». Fue
de reunir a las distintas asociaciones autor de diversas obras sobre radiestesia: Radiesthésie médicale, La
radiestesia, dispersas después de la radiesthésie. techniques et applications y Radieslhésie, études psycholo-
giques, gestions d·affairs.
109
LA RADIESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
cen de nuevo las hipótesis Itsícas del añade: «Fínalmente. Ia causa que desencadena el efecto radiestésico
z de la mano de un conocido ftsíco lla- es la presencia de esta variación o anomalla magnética. diríase tamo
or de la Escuela de Ciencias y de la bíén estimulo magnético local: variación en el espacio y no en el
arfs. Su idea sobre la radiestesiaes bas- tiempo• . Evidentemente. una explicación tan limitada no explicarla
s teorías Iísícas sobre ella- , en la cual los resultados obtenidos sobre objetivos que no presentan ningún
nticos con supuestos falsos. que pue- tipo de variación del campo magnético con respecto al entorno mag-
co introducidos en la radíestesía, y los nético. y desde luego no puede justificar la radiestesia a distancia.
metapslquicos. Sin embargo. hay que Como el mismo Rocard advírti ó, hay éxitos en radiestesia que no
ercado la radíestesía a cienos medios pueden explicarse con sus ideas. caso de la prospección a distancia.
existencia. y graciasa sus experimen- lo cual deja su campo reducido a los objetivos que con ellas se pue-
ue el fenómeno, al menos. existla. den obtener demostrando las limitaciones de estos planteamientos.
biomagnetismo al de radíestesía, par- Aunque hay que matizar que Rocard, en los últimos tiempos. priva-
neo. tal como vemos a lo largo de sus damente reconocía que sus teorías acerca de la radiestesia hablan
62). Los zahones (198!), El péndulo quedado un tanto limitadas. quizá fuera debido a su condición de
los zahones (1989). Sus argumentos Iísíco y a las restricciones que suele imponer el tener estudios tan
que el ser humano es sensible a las circunscritos a una rama específíca de la ciencia. que delimitan la
ismo terrestre. lo cual no explica en concepción de la realidad al marco de los esquemas aprendidos.
íco. Mezclar hechos reales con conje- El cerebro puede programarse. como antes decíamos, para man-
na legitimidad a hipótesis erradas en dar sólo la señal neuromuscular, por ejemplo. para que las manos
dejar claros dos conceptos: ¿es cieno hagan que se muevan las varillas o el péndulo. o para percibir una
bles a las variaciones locales de los determinada sensación. Por lo tanto. vemos cómo las personas reci-
si; ¿explica esto la reacción radiest é- ben múltiples variaciones energéticas. pero el radiestesista puede
ejercitarse para que su consciente tenga constancia solamente de las
enJoque cienttfico, dice textualmente: que desee a través de una autoprogramaci ón anterior.
sa el conjunto de esta obra se resume Después de realizar múltiples pruebas e investigaciones durante
desigualdades del campo magnético años. para determinar radíest ésícamente las variaciones del campo
s así, de la misma forma que es sen- magnético terrestre. la radiactividad y los campos magnéticos o eléc-
ades o variaciones del entorno: cli- tricos artíñcíales, he comprobado. junto a la ratificación de los más
sy telúricas que van desde las de alta modernos y sofistícados sistemasde investigación científica, la capa-
adamente baja. sin que ello sea el cidad del radiestesísta para elegir el programa más adecuado a cada
íco; pero si son elementos suscepti- ocasión e interpretarlo correctamente.
diestesista, cuando éste sea su objeti- En ciena ocasión realicé una prueba para comprobar la exactitud
radíestesísta, definido simplemente de la predicción radiestésíca confrontándola con un magnetómetro
dulo. no es en realidad sensible mas de protones de alta sensibilidad. Se marcaron treinta puntos en un
alla en el campo magnético local• •y terreno. los cuales fui recorriendo. adelantando la variación geo-
111
lA RADIESTESlA A to LARGO DE LA HISTORIA
después confirmada po r el magnetóme- dad radíestésíca de diversos zahories, med iante la creación de cam-
he realizad o igualmente con medidores pos magné ticos generados po r una corriente eléctrica ent re dos vari-
actividad y con obje tivos intelectuales llas enterradas a mod o de electrodos, separadas una de la otra vein-
empre con los mism os resultad os: el ser te metros. En sus prue bas insistía en qu e no se forzara el trabajo
cualq uier tipo de información más allá hasta llegar a la fatiga, ya qu e convenio en la posibilidad de qu e la
objetivo ejerza sobre su organismo. El mon oton ía es un factor qu e conduce al fracaso , y que se obtie nen
udiendo , cuando no despreciando, la resultados mucho mejores al para r y descansar un poco. Al igual que
lo los ignorant es o las gentes cargadas otros radiestesistas, afinnaba qu e la sensibilidad aume ntaba hasta
rse. diez veces si se ingería un vaso de agua, y que , por otra pane, dis-
minuía hasta mil veces después de una abu ndante comida.
Harvalik cree , equivocada mente, que la varilla gira radíestésíca-
ment e debido a que cienas personas son extremadamente sensibles
a las variaciones electromagnéticas, confundiendo como otros mu-
chos la radies tesia con la pares tesia, tal como he de mostrado teóri-
camente con mi hipótesis de la pares tesia como sustitutivo Iísíco de
la radiestesia y, en la práctica, con disti ntas experiencias. En ellas, el
hech o de aislar al operador de las variaciones electromagnéticas pro-
vocadas por el objetivo, no condicio na el resultado. Asimismo, al
operar con cinturones y cintas magné ticas que segú n cienas teorías
inhiben la sensibilidad magné tica del individuo, al ser los riñ ones y
la cabeza centros sensi tivos magnéticos, he comprobado que ello no
altera el éxito en la bú squed a radiestésíca. Ante todas estas ideas me
plant eo qu e la radi estesia apa rece en mu chas ocasiones como un
fenóm en o psíquico bajo un disfraz ñsíco.
, . '
El salto cuántico
Ent re las muchas investigacion es realizadas sobre los fenó menos psí-
quicos, citaré la publicada a principios de los años setenta en 11Ie
agnético .
Joumal D I the InstiMe D
I Eleetrical Engineers (El periódico del Institu -
to de Ingenieros Eléctricos) , dirigida po r el físíco Harold Puthoff y el
el ftsico Zajob V. Harvalik, jefe del doctor Russell Targ del Institut o de Investigación de Stanford (Cali-
ón de la American Dowser Society fornia). El estudio se diseñó para comproba r la posibilidad de obte-
estesístas) , trabajó probando la capaci- ner información a distancia mediante la mente. Este tipo de trabajos
113
LA RADlESTESIA A LO LARGO DE LA HISTORIA
producible para todo aquel que desee -segün Sarfatti- la explicación de la interacción entre la mente y la
e controlaron, en una primera fase, materia, sosteniendo la hipótesis de que la gravitación es el campo
mayoria con personas de reconocida domina nte unificado del universo y que los campos gravitatorios o
actuaron como receptores de un dibu- «gravítactonales» son los responsab les de las propiedades teleológí-
o en ese momento en un lugar distan- cas de la conciencia y la materia. El postulado de Sarfatti posibilita
de aquello que imaginaba que el emi- una explicación hacia fenómenos como la psicoquinesis y la radies-
los resultados se comprobó que, en la tesía, al ser la mente quien ejerce el control sobre el campo biogra-
ujos se parecían extraordinariamente, vitatorio; así, la materia y la mente serian una prolongación la una
cionado aleatoriamente, es decir, sin de la otra. Según esta concepción, la mente y el universo se con-
abajadas. vienen en un inmenso espacio cognitivo de proyección mu ltidi-
os obtenidos, el gobierno de los Esta- mensional, o más simplemente en campos dentro de campos , en los
es investigaciones en este sentido, cla- cuales cualquier tipo de infonnación seria accesible.
uthoff y Targ publicaron los resultados
da visión remota, en un libro titulado
e demuestra que el ser huma no tiene la teleología es la creencia de que los fenómen os naturales no
ación y, por tanto , de describir y situar están determinados solamente por causas, sino por un dise-
e además la distancia, por grande que ño global o principio organizativo presente en la naturaleza.
Quizás el resultado más llamativo es
emota se da también en personas sin
psíquicos. e incluso en otras inicial- Sarfani opina que detrás de las dotes, aparentemente milagrosas,
en menor medida que personas con de cienas personas con una gran capacidad psíquica que utilizan
entes resultados en la descripción de para mover, modificar objetos o «ad ívinar» algo que no pueden
ancias. En los cursos que impano no saber con su percepción habitual, está el principio cuántico relativo
cidad en la mayor parte de los asis- al papel del partícipame. Sin duda las concepciones de los ftsicos
ner informaci ón fuera del tiempo pre- más avanzados están cambiando , gracias a una visión más amplia de
illas de si o no, sino que además se la realidad que les lleva a no negar nada, sino, por el contra rio, a
etas y reales de acontecimientos pasa- experimentarlo todo, tal como hicieron investigadores de la talla de
, que nos indican que estos fenóme- Sarfau í, David Bohm, Ted Bastin, Anhur Koestler y An hur C. Clar-
ividad a un grupo determinado de ke, que comprobaron las dotes psíquicas de personas como UIi
ás bien al contrario, una capacidad Geller -psiquíco de grandes dotes y estupendo rad íestesísta- en un
trabajo dirigido por el profesor john Hasfed en el Birbeck College,
Itsícos cuánticos como Harold Saxton de la Universidad de Londres, en el año 1974.
de la Universidad de Yale- , cree que David Bohm y B. Hiley creen que, hasta la fecha, no se ha inci-
ue ésta no es más que una vibración dido lo suficiente en lo que «según nu estra opinión, es la caracterís-
que organizan la materia; esto serta tica más novedosa y diferencial más fundamental de la teoria cuán-
115
LA RADIESTESlA A LO LARGO DE LA HISTORIA
onexi ón existente entre sistemas dife- radiestesia y la posibilidad de localizar cables eléctricos trifásicos
o esp acial•. John A. Wheeler, físico de ent errad os, e incluso determinar el sentido en que circula la corrien-
n unos pasadizos en el espacio que te por el cable . Muy acertadament e come ntan que: «Las fuerzas ejer-
ica en la qu e cada punto del espacio cidas sob re la vara son miles de veces más elevadas que las det ecta-
puntos por medio de lo que den omi- das po r los galvanometros, pero su causa no puede ser explicada
na la estruc tu ra y tejid o del universo . sim plemente po r los cam pos electrostáticos o geomagné ticos en
reer que la mente está unida, igual- juego ». La radiestesia come nzaba a entrar con fuerza dentro de los
universo y. por tanto. a toda la infor- estamentos cieru tfícos. El recon ocido miembro de la Academia de
el espacio y el tiempo se convi ert en Cienci as de Bielorrusia, Geras im V Bogomolov, quien a su vez fue
lecto pa ra poder describir algo tangi - profesor de hídrogeologta y magnifi co radíestesista, se especializó en
como dijo Einstein, espacio y tiempo la localización de aguas subterráneas con gran éxito; además. no sólo
smo algo. Segú n Sarfattí. • las señales acertaba el lugar. sino qu e determinaba su p rofundidad y caudal.
nes (virtuales) de pasadizos que apa - Los tiempos que soplaban en la Un ión Soviética -yen gen eral en
emente, suministrando comunicación cualquier otra parte del mundo-, obligaron a los investigadores de
tes del espacio ». fen ómen os ps íquicos como la radiestesia a imbuirse de una ca pa
han , del Instituto Esalen , in dica que la seudoc íeru ífíca y trat ar de unir estos fen ómenos a la física -contra-
ctivas. etcétera, no son posibles en un riam ent e a los argumentos d e Sirnonov y Tareyev-, con buenos
eglado y nos relacionamos con él, «el resultados. ya que consiguieron el beneplácito y el respaldo guber-
enos acontecen, la evidencia está ahí namental para eje rcer oficialme nte sus actividades ; sin em bargo. este
a cualquie ra que la mir e; no es refuta- lastre siguen arrastrándolo desde entonces, la mayor parte de sus
paradoja• . Después de penetrar en la pra cticantes. investigad ores y teóricos .
n la ciencia d e vanguardia, com p rue- En 1960 el profesor ruso Leon id Vasiliev sacó a la luz su obra
ya se intuía, que ésta no son más qu e titulada RadiocomunicaLión biológica. En ella plasma su teoría de la
cimientos, expresados con un nuevo transmisión y recepción de información de los seres vivos a través
am entalmente aún ignorados. pero de ondas. Desde entonces esta tesis ha ten ido sus defensores en rela-
de com prensión siem pre p resente. a ción con su posible explicación d el fen ómen o rad íest ésíco , al cual
den su aval. llama Vasiliev el «efecto bioñsíco ».
En la segu nda mitad del siglo xx, los radiestesistas ru sos lograron
importantes éxitos y avances en el campo de la rad íestesia , especial-
gante radiestésico mente en el terreno de la geología. consigu ien do que se reconociera
su labor a tod os los niveles. Ya ant es y durante la Segunda Gue rra
mitad del siglo xx, la revista soviética Mundial, los radíestesístas sovié ticos hicieron aflorar multitud de
edicada a la divul gación de estud ios agu as subterrá neas para el abastecimiento d e obras o del ejército . En
licó los trabaj os de dos ingen ieros , los años sesenta, se utilizó la radi estesia habitualment e de forma ofi-
yev, sobre sus investigaciones con la cial. Dos geólogos del Instituto de Investigacion es Científicas para la
117
LA RADIESTEStA A LO LARGO DE LA HISTORiA
Moscú - Valery S. Matvieev y Nicolai Una de sus aplicaciones más efectivas, desde el punto de vista de la
el empleo de la radiestesia como el rentabilidad económica industrial, es la localización de aveJ1as en
erreno más fiable que cualquiera de los conductos de gas (O. Boelov, 'Iurmenía), térmicos (V, Stechenco,
y describieron las reacciones del radies- Kiev, Ucrania; S. Chiplakov, Moscú), en oleoductos (E. Bondarenko
do bioflsico. Matvieev diseñ ó un méto- y N. Klimina, Belosersk, Síbería) o en tendidos de cables eléctricos
o de giros de su vara, bautizada por él (V, M. Erosenco),
a medida cuantitativa de la causa o de Boris V. Bondarev - ingeniero y geólogo- potenció la presencia
n el espacio recorrido. Según él, con el del efecto bíoflsíco en los círculos culturales y cíenuñcos, con su
a, en cuanto a su composición y dimen- aportación basada en la búsqueda de una teoría pausible. Según
ón ante yacimientos de considerable argumentaba, el estancamiento de la radiestesia se debla al elevado
mportantes, dándole as! al instrumento número de infundadas hipótesis utilizadas para explicar de forma
ntemente, no le competen. Este instru- científica la radiestesía, pero especialmente en sus aspectos técnicos
usia, consiste en un alambre metálico, y operativos. Por ello decla que: «El hecho de que no dispongamos
n un ángulo de cien grados, sostenidos de una teoría satisfactoria no ha sido ningún obstáculo para su apli-
cación práctica•. Bondarev realizó su tesis doctoral sobre El uso del
esarrollarse activamente la radiestesia miloda biojlsico en la prospección geológica y fue revisada por una
ales. En el año 1967 el Ministerio de comisión que, ademásde estudiar la parte teórica, lo sometióa prue-
a dio reconocimiento oficial a la radies- bas para que intentara la localización de objetosenterrados. Elresul-
rosos trabajos realizadosy en los exce- tado supuso un gran acierto por parte de Bondarev, quien durante
mediante este método en diferentes media hora localizó cincuenta puntos que correspondlan a los luga-
imer paso de dicho reconocimiento, res donde hablan sido enterrados los objetos, como refleja el acta
re los distintos geólogos expertos en la levantada por los miembros de dicha comisión.
alógico de la Unión Soviética. Un año Una de las facetas de Bondarev más apreciadas por las autorida-
escuela-seminario interdisciplinaria en des de la Unión Soviética, era su capacidad para la búsqueda de
usos que se dieron a la radiestesia des- yacimientos de oro. En una carta dirigida a un funcionario del par-
para la búsqueda de aguas y minerales, tido comunista, les felicitaba «por apoyar este método de prospec-
ectar y calibrar las avenas en empresas ción, que es el más antiguo del mundo. Debe tener presente que
ba V. E. Landa, para solucionar proble- nosotros, en este tipo de trabajo, no podemos permitimos cometer
ploración geoftsica, donde destacan el errores, porque la ciencia no está aún en condiciones de defender-
vski. nos de la oposición de un gran número de escépticos. Por eso, ade-
sión ínterdepartamental de radiestesia más de un alto grado de competencia en el método bioflsico, es de
r Sochevanov -geologo principal del todo punto imprescindible que los operadores tengan un conoci-
sia y consideradocomo uno de los más miento profundo de la geología y sus métodos. A despecho de su
prospección geoqulmica-, con el obje- aparente sencillez, el trabajo de un radiestesísta podría compararse,
vestigación y difusión de la radiestesia. por su complejidad, al de un orfebre • .
119
LA RAD IESTESlA A LO lARGO DE L\ HISTORIA
a en prospección de yacimientos mine- considerar el hallazgo como éxito industrial en 1.507 ocasiones. En
radíestesísta, Bondarev saca conclusio- este mismo año la empresade aguas de Cheliábinsk perforó median-
radiestesia en minerta en un artículo te la localización por radíestesia 1.383 pozos, para abastecer las
la revista Geologorazvedchih Uzbehista- necesidades de los koljoses (haciendas colectivascampesinasde tipo
s de Uzbekist án): <Actualmente, desde socialista)y los soljoses(centros soviéticos de agricultura estatal), de
sitos minerales son localizados hasta el los cuales sólo un 8,3% resultaron fallidos.
efectiva, transcurre un largo periodo En la búsqueda de yacimientos minerales mediante la biolocali-
s mapas y se procede a realizarsondeos zación destacan los descubrimientos de oro por V. Prójorov y E.
Para delimitar los contornos del yaci- Bodarenko, de diamantes por N. Sochevanov, y de plomo, plata y
muy costosos: generalmente, se efectú- platino por V. Landa y A. Kobalevsky. Los radiestesístas ucranianos
útiles. Ycon frecuencia ocurre que, en bajo la dirección del ingeniero V. S. Stechenko realizaron, entre los
yacimiento se revela con un tamaño años 1979 y 1982, una amplia investigación que abarcaba más de
de lo que los geólogos hablan supues- 1.000 kilómetros a la redonda de los distintos objetivos: plomo,
deos pueden realizarse de forma que se cobre, mercurio, metales raros, sal, yeso, azufre, aguas potables,
raviese el filón deseado, incluso en el etcétera. De las 78 prospecciones realizadas, un 87% (68 aciertos)
s decir, rnacrosc ópicamente indetermi- resultaron acertadas,
Una de las facetas más extendidas del uso de la radiestesía es en
nica de Tomsk(Siberia) el profesor A.Y. la arqueología, campo en que se han cosechado importantes logros
radíestesía desde 1973, año en que en diversos paises. En Kiev, el ingeniero V. S. Stechenko y sus cola-
por parte del Ministerio de Enseñanza boradores descubrieron pasadizos subterráneos con un 78% de
ica. Mientras, el ingeniero J. jniutin aciertos: el porcentaje con métodos que utilizaban instrumentos
de sus colegas indicaron, desde 1967 electr ónicos sólo alcanzó un 25% de aciertos,
esia -conocida en Rusia como bioloca- En Rusia se ha empleado este sistema radíestésico, tanto sobre el
o para realizar 1.491 perforaciones, de terreno como desde aviones o helicópteros, con excelentes resulta-
esultaron infructuosas. dos, especialmente en la detección de yacimientos de cobre, zinc,
Nikolaievich Ogilvy publicó en el año plata, oro o petróleo. En el año 1990 se celebró un seminario en
mftodo biofisico en la prospección hidro- Ucrania, donde se presentaron informes de los usos y logros de la
ba las ventajas de este sistema para la radiestesia en áreas tan dispares como la ingenierta biológica, la bús-
ipo tan sencillo necesario, la rapidez queda de minerales, petróleo, aguas minerales, gas, medicina, geo-
dad de cuestiones y dificultades hidro- química, arqueología, asl como para la detección de la corrosión en
olver. los tubos de los trazados térmicos, entre otros objetivos.
grupos de radíestesístas trabajaron en Los trabajos sobre radiestesia fueron publicados en las mejores
a localizar los lugares más adecuados revistas cíennñcas del país, como es por ejemplo. Geologia Rudnyhh
erráneas para uso industrial. De 1.638 Mestorozhdenii (Geología de los yacimientos minerales). La dedica-
en cantidades suficientes como para ción y el esfuerzo de los radiestesistas logró el reconocimiento ofi-
121
LA RADIESTESlA A LO lARGO DE LA HiSTORIA
ía sino a los resultados prácticos y. fun- casooriginadas por fluidos. corp úsculos. vapores. ondas . fuerzas o
merables éxitos obtenidos. Un aspecto variaciones eléctricas y/o magnéticas. etcétera. y. finalmente, aqué-
aje de acienos en la búsqueda de aguas llas dirigidas a explicar que el fenómeno se produce en el radieste-
por ejemp lo. que los obtenidos por los sísta a través de un determinado proceso psíquíco. Esta última expli-
cos. cación es la única que abarca todas las posibilidades de actuación.
tanto sobre el terreno como a distancia. con modificaciones geofisi-
cas o sin ellas. con instrumento o sin él.
DEL PR INCIPIO Para el lector probablemente sea dificil asimilar que hechos de la
relevancia como los aquí narrados, y la existencia de una capacidad
ras similares. encuentran serias dificul- humana para lograrlos. sean ignorados por la mayoria de las perso-
ie. especialmente si consideramos que. nas y. lo que es más grave. despreciados por los medios culturales y
eaccionaria ante elementos de cualquier cientíñcos imperantes. Considero que este repaso por la historia ra-
as anomalfas de campo defendidas por d íestésica puede aponar una visión más amplia del fenómeno
fenómeno. As1 pues. se obvia un hecho rad íestésico, al tiempo que demu estra que la facultad natural de
es capaz de discriminar su objetivo de obtener información a través de un o mismo ha sido utilizada desde
icas, centrándose únicamente en aquel tiempos inme moriales. Pese a todo lo ante rior. periódicamente entra
o no anoma lfas magnéticas. eléctricas. en un túnel de olvido. aunque su ejercicio siempre haya sido man-
gual que las de Rocard y otros. se' fun- tenido . al menos, por un reducido número de personas. hasta que
as somos sensibles a las variaciones del vuelve a resurgir cuan do las circunstancias sociales y culturales son
nde r que igualmente somos sensibles a favorables. Entonces. toda la polémica retorna. se hacen las mismas
medio exterior y. sin embargo. ningun o experiencias para dem ostrar y desestimar su existencia. se discute en
meno rad íestésíco. torno a las mismas hipótesis sobre su origen. impidie ndo así su estu-
han quedado expuestas diversas ideas. y dio en profundidad y que se desarrolle como una facultad que eleva
den parecer un tanto ingenuas. no hay nu estra calidad y cualidad humanas.
tórico al cual pertenecen, asl como los
la época en que se fueron gestando.
ta de la ciencia fisica o química, como
n aquellos tiempos, y aún recientemen-
r mental a la hora de estudiar cualquier
. y menos aún el movimiento de una
se ha interpre tado el fenómeno radies-
ien diferenciados: en primer lugar. la
las influencias sobrena turales (espíritus,
ra); en segundo lugar. las hipótesis ftsí-
123
EL FENÓMENO RADIESTÉSICO
¿Q UÉ ES LA RADIESTESIA?
Después de todo lo leído con anterioridad. queda patente que. !!2!!
practicar la radiestesía, ho es indispensable ser consciente de los
mecanismos que rigen su funcionamiento. pues la mayorta de los ra-
diestesistas mencionados trabajaron sin conocerlos. No obstante.
saber en Qué contexto se está o~rando facilita de formaostensiblesu
lQgTI1."El conocimiento de la evolución que sigue el fe~ómeno en la
mente. y los detalles que lo condicionan. tiene una ventaja esencial:
poder averiguar dónde nos hemos equivocado cuando esto ocurre. lo
cual. como todo aquello que depende del ser humano. sucede. Así,
se puede incidir en los patrones o circunstancias que sean más favo-
rables. desechando y tratando de evitar los perjudiciales.
La palabra radieste5ia nació de la composición de dos vocablos;
sus autores pretendieron que su significado fuera el de sensibilidad
a las radiaciones. Esta defmición etimológica no refleja la realidad.
amplitud y complejidad del fenómeno radíestésíco, Hay que clarifi-
car que la radiestesía no tiene nada que ver ni con radiaciones. ni
con una pretendida sensibilidad del operador ante la presencia.
supongamos. de agua subterránea. En estos casos sucederta algo
similar a una reacción alérgica; la persona tiene una respuesta físío-
lógica desmesurada e incontrolada ante la exposición a un elemen-
to al cual está excesiva o particularmente sensibilizado. He llegadoa
la conclusión de que en muchas de estasocasiones se puede definir
esta manifestación orgánica como parestesia.
La parestesia se puede entender como la percepción de se~­
ciones anormales: crispaciones nerviosas. aceleraciones del ritmo
cardiaco. hormigueos. temblores. quemazones o picaduras. sin que
se encuentre. desdeel punto de vista médico. ningún agente que las
provoque. En muchos casos. la presencia de aguas subterráneas. u
otros elementos. que modifican la radiación natural habitual en una
zona. es lo que provoca dichas señales orgánicas detectadas por los
supuestos radiestesístas, Esto no es más que un problema fisiológi-
127
EL FENÓMENO RADlESrtslCO
itiva a un determinado agente, tal como ficos. Pero si lo que se pretende es que surja el auténtico fenómeno
o. Este tipo de sensación tiene una causa radíestésico -d único proceso a través del cual se puede lograr ñde-
e, pasajera, ya que dura tanto como el dignamente cualquier tipo de información- , es fundamental que la
ovoca. Hayque diferenciar la percepción actuación tenga un origen psíquíco. Esto sucede aun de forma in-
producto de un determinado proceso consciente, ya que, de lo contrario, dífíctlmente se podriadiscriminar
tos casosse trata de una cuestión pura. que la causa de dicha radiación, o variación de los valores naturales,
debe, corregir en bien de la salud de la se debe al objetivo que buscamos y no a otro factor. Si, por ejemplo,
os no suponen que estas personas sean buscamos una caja metálica enterrada, podremos, hipotéticamente,
ienen un problema a nivelorgánico, del captar flsicamente una variación del campo magnético local, pero
quello que les afecta. esta variación puede ser producida por otros factores ajenos a la caja
el estudio de la radiestesia debe orien- y, en esecaso, se produciría el error. Poresto. el radiestesista debe dis-
que y no hacia la [ísíca, ámbito que tiene criminar el objetivo del resto de posibles elementos de similares
o de que gracias a la radiestesia se pue- caractet1sticas, centrándose en el que pretende encontrar. Esto sola-
nados con la flsica o inclusotener reac- mente es posible a panir de un determinado proceso de selección
e variaciones medioambientales, no la pslguica; es evidente que mediante una supuesta radiestesia Iísíca,
fenómeno Iísíco. Antes al contrario, la cuyas causas se debieran a efectos magnéticos, radiaciones, ondas,
oluntaria, es decir, con la part icipací ón corpúsculos, etcétera, no se podría diferenciar un objetivo de otro,
n medio para conocer conscientemen- cuando éstos presentaran analogías signifIcativas.
entidos habituales: es el resultado de la Este tipo de actuación ñsíca, en si bastante limitada, se círcunscn-
cidades pslquicas orientadas en una be a los objetivos que generan los fenómenos parestésicos, tratados
con anterioridad. Por otra parte, sobre el terreno, se puede captar de
forma inconsciente mucha información del medio, generalmente
oculta a los sentidos comunes, puesto que éstos limitan su campo de
cuelas: una realidad percepción para no transmitir un exceso de información al conscien-
te, lo cual serta dtñcílmente asimilable. El cerebro contiene más o
tido la polémicasobre si el proceso que menos un billón de célulascon unas5.000conexionescon otrascélu-
o radiestésico era debido a un agente las próximas que constantemente transmiten información. Aunque la
a un fenómeno psíquico. La llamada mayoriade esta información es ignorada -<le no ser así el cerebroesta-
damentalmente, en la idea de que las ria en un permanente estado de confusión-, sólo una pequeña parte
iones de campos son captadas Iísiol ó- de ella provoca una respuesta automática desde los mecanismos que
una reacción neuromuscular que es mantienen elequilibriointerno, mientrasque una parte aún menor de
ntos. información condiciona las respuestas conscientes. Esta reacción se
os muy concretos, es posible percibir produce cuando el oerebro recibe un número suficiente de impulsos
ciones, o variaciones del campo mag- similares; este mecanismo autorregulador nos permite distinguir
localizarcienos objetivos muy especí- aquello que realmente es importante.
129
EL FENÓMENO RADIESTEsICO
recibiendo estlmulos exteriores que AsI pues, cuando se ejerce la radiestesia hay que inhibirse de
ormación en el inconsciente, aunque estas informaciones sugestivas. Esto, tal como veremos, se puede
se utilizaconscientemente. En nuestra lograr mediante un proceso pslquico de apantallamiento contra
an archivados una pequeña porción de todos los agentes no inherentesal proceso radiestésico. Aunque más
mente nuestra atención o los que son tarde, al trabajo puramente radíestésíco se pueda confrontar el resul-
tivos. Son los que condicionan nuestra tado obtenido con estos indicios de! entorno, o con cualquier otro
r que e! conjunto de todas estas per- elemento de apoyo. Sólo se p'roduce el verdadero fenómeno radies-
nscientes- modela nuestras reacciones. tésico cuando los sentidos hapituales (vista, olfato, oído), apoyados
otros sentidos, recibimos información (lOr la memoria, no colaboran para obtener la información requerí-
o y almacenada en un archivo, más o ~_buena muestra de ello,es la telerradiestesia.
ponancia que le demos, dependiendo
ades. Esto sucede sin tener conciencia
n está presente y dispuesta para ser Hipótesis personal
nuno. Estos datos se van acumulando
ue, más tarde, por comparación de lo Definir los límítes donde surge e! fenómeno rad íestésíco es suma-
n archivada, pueden indicamos lo que mente delicado, pues se trata de un proceso que se acomoda en un
contexto de múltiples funciones y actividades psíquicas que, inte-
as es posible guiarse por cienos indi- rrelacionadas, forman e! marco donde se manifiesta . Estos paráme-
cie se pueden producir ciertas varia- tros que, aparentemente, pueden parecer independientes, con la
lo, un cambio de la calidad de!aireen práctica y la experiencia muestran su esencia inequ ívocament e glo-
ede percíbírse y transmitirse directa- balízadora, conviniéndose en un todo: atención, concentración,
cambio muy sutil, es captado sólo a selección, etc étera, que actúan durante la actividad rad íestésíca
a forma, e! terreno y la flora de! lugar sucedíéndose, estimulándose de forma cohesionada, actuando bajo
sentan características y detalles. par- la batuta del inconsciente que, así incentivado. trae, mediante una
ntes, como para se~ percibldcs cons- actividad psicofisiológica. la respuesta solicitada.
buscar de nuevo este tipo de objeti- Cuando e! operador in~un...dichQ..procesQ..con..un.argu­
resencia de estos detalles con aquello mento analltico o, incluso, imaginativo. és!~ de~ Esto va
que en principio puede ser útil y un generando una especie de obstrucción ante situaciones similaresen
tar resultados, es la causa de rn ültí- las cualesse solicita la concurrencia de! inconsciente para, después,
te la búsqueda rad íestésíca. Muchos detener su manifestación con e! empleo de la razón. Ante esto, e!
han ido a buscar agua en lugares de inconsciente contesta con la sensación de fatiga y confusión que
de su medio habitual de trabajo; al conlleva e! hecho de buscar en el vacío.
ropias del lugar o ante la ausencia de Por supuesto que e! análisis intelectivo y e! proceso imaginati
ria que les indiquen la presencia del creador facilitan la solución, y son ck.g11.Q..aXY.c!a_ p.m:¡l.Jlll!~~t.
19~roble mas aparejados a la b!!sU!.~da radiest~ª . Pero hay que
131
EL FENÓMENO RADlESrulCO
el posterior análisis de los resultados En radiestesia sucede algo similar, la información no viaja hasta
ramente rad íest ésíca; en este apartado el radíestesísta, ni éste mentalmente se desplaza hasta el lugar donde
e puede encontrar el camino correcto. se encuentra el objetivo, ya que en muchas ocasiones, ante pregun­
adecuadamente la búsq ueda median ­ tas intelectuales, la respuesta no se halla en ningún lugar accesible,
sl como estudiar todas las circunstan­ desde el punto de vista ñsíco. Por tanto, '!~'.'~tJ:.J!~,:;p~I]l ieJl.!Q..
, en muchas operaciones radtestésícas. del objetivo ni qd..Qperado.r. la infonnación. está..allnque más que
e la pregunta más conveniente en cada estar, la informació¡¡. es. Sólo a través de un determinado estado de
l momento y las circunstancias más receptividad se puede accede r a ella; es el acto, la intención y el esta­
nstrumentos, el análisis de las conclu­ do del receptor lo que permite ser a la información; no sólo está ahí,
n una parte tan importa nte como la es el mismo operado r. Es un proceso global: tant o el objetivo como
ya que la una sin la otra conducen , por el receptor están en todas partes. As! pues, la percepción de un obje.
to o una determinada información depende exclusivamente del esta­
an planteado diversas teorías que pero do del operador.
onsigue la información que lleva al Mediante un determinado proceso psíquico y, quizás, alqulmico,
dos correctos y, también a lo largo del el radiestesísta accede al conocimiento requerido desde cualquier
las teorías ftsícas, tanto las antiguas lugar donde se encuentre, pues éste se halla en todas partes, incluso
do en éstas las referidas a las variacio­ desde el punt o de vista [ísico: este libro está fisicamente aquí, pero
. Como estas teorías no han consegui­ igualmente se encuentra en cualquier parte; el libro, la información
s que se fundamenta la radíestesía, ya de él, está o es en todas partes. De la misma forma que en la religión
dando cualquier explicación conven­ se considera que Dios está en todas panes: todo está en todas partes
o necesario, que dichas teorías deban y, por tanto, es posible descubrir dicha información en nosotros, gra­
ta rectificación diferencia al auténtico cias a un determinad o estado receptivo y cualitativo. Esto se logra
rapado en sus propios prejuicios. consciente y voluntariamente cuando somos capaces de trascender
de la realidad subjetiva condicionada por la cultura y la ciencia impe­
,..; ,.:.~ ~;!.>:
rantes. Así pues, considero que la radieslesia es un viaje interior.
~;~·~~~fh U.(. ~ (\m~ : "
:/ ,: . ) ',-', :.:- " . ., • "
La radiestesia se puede comprender mejor mediante una con­
..,,' c""' .\t<h~.......c. ·A, ·,," r-"l-.-·......,...... .

1.I.: l.t~~ ~J,I?.,+~.~~1~:-j ' ~"l -j" I-.~ '•.I!: "11'-' ~ .e; ',I~!J cepción menos mecanicista del un iverso que la propuesta en la
i-;::l~r:b'r.J
~_I¿."",lL~;·~~'-..~ , ,~, _,;, 'r:-~ " ,~':'I;fvll:r~.
.',' f;)l ~"---r~.- "~:l;-:Jll actualidad. Este universo -en una visión cosmo lógica ínteractuante­
3 ~LI1 Gj;i.~~ l:;:IiI-'¡' '8': re':] sería un ente existente como un todo Integro, en el que todas las par­
~J!J:~~i~JT';~~c~~Ucw -' tes están creando y siendo creadas simultáneamente por todas las
ill:¡E w~c~ m.~ Co';;Jr~ " ; demás partes. La ciencia dominante ha intentado negar, u obviar, la
~~~ ~~~~ (.-: ';;~ r;'ú~':~) r'.l~':~-rfr~ existencia de la conciencia en cualquier enunciado científico: al no
..~ , .. .. ..
~<:"'."~~'''~'~'::;';',~;:
~~~ _ G] l-;.-~'o·_~"j-'~;,~ poder explicar algo con sus limitados parámetros, lo niega. No obs­
W~i;tlo"""'2:~~~O;:;Y2",,? . tante , la realidad , persistente, sigue mostrando que los conceptos
mecanicistas, especialmente en el campo de la ftsica, andan faltos de
133
EL FENÓMENO IW> IESTÉSICO
ncia a la evidencia; porque el fenó- que la educación convencional indica que éllo no es posible, y des-
suficiente para derribar buena pane prenderse de esta supeditación , tan profundamente arraigada en
cesita un sustento teórico. La radies- nuestro interior, no es tarea fácil.
enos existentes, pero no reconocidos Esta forma integral de pensamiento permite comprender aspec-
ad üsíca (levitaci ón . adivinación, tele- tos y prejuicios imbuidos en una parcial forma de pensar. Estas limi-
una teoría susceptible de ser acepta- taciones mentales han enraizado gracias a imposiciones sociales
a de credibilidad, pues el hecho de admitidas como verdades absolutas; éstas, inamovibles según las
la comunidad cíentíflca actual. doctrinas imperantes, impiden nuevos, y a la vez ancestrales, modos
gmentada según el orden canesiano, de comprender la existencia. Los principios racionales son necesa-
miento de orientarse correctamente rios para establecer unas normas en la convivencia diaria, pero no
las distintas realidades objetivas en hay que olvidar que los fenómenos se encargan periódicamente , con
exto surgen los fenómenos del cono- mayor o menor frecuencia, de desmentir la irrefutabilidad de nu es-
or dejan de ser elementos separados tras bases establecidas. Hay que tener en cuenta que la ciencia siem-
distancia que nos separa del objeti- pre va por detrás de la realidad , aunque en los últimos tiempos la
spera necesario para obtener la res- ciencia de vanguardia trata de dar un salto cualitativo, procurando
n la actividad rad íestésica, el tiempo acercarse a la filosofía, al misticismo y al esoterismo para intentar
significado en si mismos. Éstos sólo comprender aquello que no puede explicar con sus actuales pará-
pueda precisar el objetivo en un lugar metros. ¿Hay algo más misterioso que la existencia de un mismo
os, pero en modo alguno limitan el electrón en dos pu ntos diferentes del espacio? Éste, y otros ejem-
plos, no sólo transgreden los postulados flsicos al uso, sino nuestra
concepción de la realidad, de lo que es y no es posible.
ado res tratan de localizar un obje to La información -sensorial, neuromuscular, visual o mental- apa-
n la diferencia de qu e uno de ellos rece en el operador sin que ninguna interacción con el objetivo, ya
otro se halla frente a un plano de sea química, electromagnética, electroqu ímica ni ninguna otra cono-
kilómetros de distan cia. Si amb os ,c idl1 , ih~ya :pq<\\do,transroi tida . Sin embargo, desde una óptica cuán-
a delimitada al mismo tiemp o, un o tica, es posible estructurar un universo donde la radíestesía sea po-
ectamente, los dos recibirán la res- sible; no obstante, no se explica el fenómeno, sólo se construye un
nto; la única variación posible radi- posible marco de actuación, pero deja sin contestar cómo se produ-
des personales. Por otra parte, y de ce la recepción elitista de la información , tema clave en la explicación
sista puede obtener la información radiestésica. Es decir, por qué se recibe exclusivamente la informa-
objeto. ción requerida entre la innumerable cantidad existente.
La clave está en disponer la mente para la recepción de una infor-
espacio y el tiempo no son factores mación solicitada, pero desconocida, que es independiente del pen-
xito o el fracaso de un proceso de samiento y que, por tanto, hay que distinguir entre la enorme cuan-
ue si lo pueden condicionar, puesto tia y variedad de estlmulos y pensamientos . Para el pensamiento no
m
El FENÓMENO RADlESrulCO
r entre su propio contenido, las infor- en el inconsciente, se transmit e a la conciencia, que debe darle cohe-
es, y aquéllas originadas indepen dien- rencia a través del pensamiento. Ésta es la manifestación de una acti-
vidad psíquica que contribuye a la utilización personal y temp oral
de acontecimientos y objetos, aunque no estén presentes o, simple-
~;';>'
::~~,»;:'·.:,·'\:~C .·:·:·f·~,·:.:·:,~-;' t·.·-~~('~~4i mente, no sean percibidos, lo cual es de gran importancia en radies-

. '" ..' ~
• - ~. • • ~1l3 _,~
r'"" ~~~
r; ff.T tesia al estar los objetos de la búsqueda ausentes, al menos bajo una
t:~3~&1t~: ~ ffi~~1~[.;.1ilwmi~I$~~~.~ percepción sensorial. En radiestesia el ~miento debe dirigirse a
~f~~~~~~~ J;i' formar una imagen mental, que recuerde o configure al objetivo, no
~~~~~tgJ .j@i_~~ necesariamente idéntica a él, pero si que sea la imagen de lo que
i'
¡I)~ ¡, " I J""~"
, ', -, <, ." "".- '"
'j' ' , , , . , . '
'P'.:."
.".- .''!. .r.: representa para cada un o.
7~"·.,i;·.i.~::,~':,,,,:".~}." ,:,!~:,?t. -' ',: " "~:':':F;'~{;~~;'
El pensamiento no se dirige en busca q~ 1 objetivo o d!:llLillf.Qr-
mación re9!!.!:.rida. El pensamiento, en radiestesia, 9" viaja hasta el
objetivo -aunque en la imaginación pueda aparentar dicho fenóme-
ensamiento no-, sino que permanece incidiendo sobre el inconsciente, hasta
estimularlo y lograr asl el estado'receptivo requerido. El pensamien-
ensamiento, manifiesta una tendencia to puede tener la apariencia y las propieda des de un campo e, inclu-
ual del conocimiento . Lt supe rioridad so, actuar como éste, pero no es un campo. Éste tiene un área de '
ente a las creencias actuales, no vi~ actuación delimitada, mientras que el pensamiento abarca cualquier
y la lógica, sino por la unión del i nt ~,:. ámbito . Todo el fenómeno reside en la capacidad de acLqulJirAeter-
¡¡. ~rmi te la comprensión, «Abrir minado estado interior de receptividad . Este estado pgmite. en
uicos que aúnan ambos conceptos de I'rincipio, acceder a cualquier tipo de información. ~, por tanto, ~
ognoscitivo. Aunqu e de forma incons- R!:nsamiento el activador de dicho proceso, aunque posteriormente
s vertientes, la racional y la intui tiva, se rep liegue para dejar paso a la intuiciQn, lo cual sucede de forma
ental saber qué mecanismos se desen- voluntaria oJ.neonsciente.. - -
el modo de lograrlo lo más eficazmen- Todos los parámetros que suscitan la actividad radiestésica
do, hay estados pslquicos, inh erentes a adquieren coherencia, como proceso, gracias a la acción del pensa-
ptibles de ser potenciados voluntaria- miento, cuando éste es dirigido por el operador hacia determinada
ye a elevar la percepción de la realidad, meta. Cuando se compre nde el modo en que actúa el pensamiento
os radiestésicos y sus estados interme- en la actividad radiestésica, la confianza y la eficacia se elevan al des-
uceden desde el comienzo de la activi- ~jarse las dudas sobre los orígenes y el desenvolvimiento de la
nción de la información requerida . actuación. Por contra, las dudas pueden invadir al operador hacién-
etiverno
, se alcanza por el desenvolvi- dose du eñas de la eficacia de un proceso que, de otra forma, podría
o, ya que de esta forma no es posible -rnedíante el análisis de toda la idiosincrasia operativa- dirigirse
trabajo de imaginación, autosugestión, correctamente hacia la meta propuesta. La acción del pensamiento ,
onamiento , ya que, aunque se elabora basada en la consideración de todos los elementos inherentes, y
137
EL FENÓMENO RADlESrtsICO
squeda radiestésíca, conlleva una con- tarnente cada situación, valorándola en su justa medida y dirigiendo
el control que uno puede ejercer sobre el pensamiento hacia aquello realmente imponante, sin perderse en
el proceso radíestésíco en el cual está vagabundeos mentales intrascendentes, y eliminando del pensa-
do de proceder permite advertír cuán- miento, mediante la atención, cualquier idea distinta de aquello que
del objetivo propuesto y se dedica a se pretende. Como el niño que centra su atención en eljuego en que
econcebidas que limitan la expansión panicipa, excluyendo todo lo que le rodea, asl se vive la situación
a de la verdad. ~r de hablar en plenamente, extrayendo de ella todo su potencial.
quizá serta más acenado puntualizar Estamos recibiendo estlmulos sugestivos del entorno de forma
búsqueda, en el estricto significado de constante, que inciden en los pensamientos impidiendo su trans-
mino para encontrar. curso normal, convírtíéndolos en vagabundos y fantásticos, limitan-
mental, sobre los procesos pslquicos do la capacidad de atención. Una educación mentaljunto al cultivo
stésica, conlleva la pérdida de la aten- del pensamiento juicioso y ponderado, dirigido hacia el dominio de
a por una forma mecánica de actuar los mecanismos psíquicos, permite orientar la mente hacia lo que
al error. Sucede algo similar a cuando realmente nos interesa, facilitando así la aparición de los estados de
mente está ocu ándose de otro asun- conciencia.
nada del texto El pensamiento de'
cuada y mantenido sobre el objetivo ,Si tratamos de recordar el nombre de una calle, el pensamiento
nados con la búsqueda1.roda persona se dirige en s!l búsqueda, sabe que lo sabe, pero en ocasiones
estesia debe comprender la forma en sólo encuentra un vacto; si se obceca en ello, probablemente no
peculiaridades y la manera de educar conseguirá recordarlo. Sin embargo, si se relaja y, una vez fijado
el objetivo en la mente (en este caso, recordar el nombre de la
y sosegado permite ir adquiriendo !a calle), se dirige hacia otras actividades liberando la tensión del
mentos relacionados con la búsqueda, pensamiento, el nombre aparecerá más adelante de improviso.
aquellas circunstancias que van sur- En radiestesia la diferencia radica en que la memoria no tiene la
p'ueden con.Y..e~~_un ~~l respuesta solicitada; pero la actitud de plasmar el objetivo en la
illante inteligencia es indudable, pero mente, y dejar paso a la acción del inconsciente es similar. Aquí
ntre la mente y los actos, más impor- el pensamiento se dirige a configurar el objetivo en la mente,
canismos psíquicos que conducen a pero sin generar la tensión provocada por el esfuerzo intelectual
a elevar la capacidad de superación. que supone forzar la memoria.
actitud de constante examen de nues-
lusiones que de ellasse derivan, cana- La selección de un objetivo determinado con respecto a otros,
cia conductas más rene>9~_q\!~J1Q¡i viene dada por las nociones que sobre él construimos, basándonos
s súbitos e incontrolados y de arreba- en ideas y sensaciones, por lo general arbitrarias, que escogemos
an sentimienlPs de dudW e fJW;!Ill- para diferenciarlo de los demás: seleccionamos unos u otros carac-
nte ordenada permite calibrar corree- teres para formar un pensamiento sobre el objetivo, ya que el pen-
139
EL FENCMENO RAOIESTEslCC
, d íferencíador, abstrayente y unifica- personal que impide el estancamiento que supone el actu al mode-
cias, en cuanto al posible error moti- lo educativo.
vos, que puedan llevar al equívoco: los
r múltiples, pero e! pensamiento es
mental de un mismo objetivo no es la El consciente
s radiestéstcas, ya que puede variar de
ona el pensamiento en su fluir conti- La radiestesia es una llave gracias a la cual es posible acceder a una
110, que nunca pasan dos veces por el información o a un conocimiento cualquiera, ya sea de origen tan-
que las aguas del 110, entre gota y gota gible o intelectual. Todo radica en nu estra capacidad de orientación,
alo: es la pausa de! pensamiento, esta- dirección y selección psíquicas, enfocadas tanto hacia e! objetivo
uesta. como al contexto opera tivo: pregunta, exEresión, etcétera.
encia en si mismo, y puede, bien diri- La mente se orienta mediante un mecanismo automático hacia
alquier meta propuesta o, por contra, un ob jeto; esto mismo sucede en rad íestesia, con la partícularídad
terminismo , ser la causa de múltipl es que se ejecuta de forma premeditada y consciente. El resultado entre
pensamiento mediante la meditación, un proceso y otro es diferente, pues en radiestesia e! objetivo se des-
ugestión positiva, forman una acti':!- conoce, no está archivado en la memoria y no se puede acceder a él
se reflejará en nosotros mismos y en mediante el raciocinio o la lógica. En radiestesia la conciencia per-
os acontecimientos directos. El cono- manece muda cuando se la interroga, pero es el pensamiento dirigi-
de! pensamiento es importante en do quien debe requerir, a través de estimulaciones autoinductivas de
ero sólo podemos estudiar e! pensa- sugestión, a las facultades inconscientes para que, al conocer e!
nto, lo que supo ne, si se quiere ser resultado mediante la pregun ta pen ínente, provoque u na reacción
rendid o, permitiendo que e! pensa- neuromuscular o bien una respuesta mental.
mo y, por tanto, e! acto y e! medio. AsI Mediante e! ente ndimiento, accionado por la voluntad , surge
nte que tiene el pensamiento en nues- una reacción hacia e! objetivo, distinta de! deseo, ya que, aunque se
ual sistema social ni tan siquiera favo- suele desear aquello que no se posee, no basta desear algo para real-
to matemático o lógico, dejando cada mente quererlo y menos aún obtenerlo. Esa través de la voluntad
s analíticas o intelectuales en manos que se deben buscar los medios necesarios para su logro-.El opera.:
as específicas, lo cual inhibe e! poten- dor dirige la atención sobre e! objetivo y acrecienta la intensidad de
la mente. la fijación mental sobre él mediante e! ejercicio de la voluntaq.
diestesia conlleva cierras mejoras en Es posible trasladar una determinad a actividad al control del
n el esclarecimiento del pensami en- subconscie nte , la cual comienza y cesa de form a voluntaria. En
d y la elevación de la confianza , sin radiestesia, el operador es siempre actor del proceso, aunque en
zaje implica una cierta dosis de con- algún moment o se transform e conscientemente en espe ctado r de
és, pues va ligado en gran medida a ; su propia actividad; en ese moment o , el inconscient e ocupa la
endizaje es la clave de la evolución dirección de la función motora rad íestésíca, logrand o qu e la per-
141
EL f ENÓMENO RADIESrtslCO
habituales quede n relegadas a un ello, la práctica radiestésica incita a la inteligencia elevando su capa-
cidad, gracias a nuevos retos y.estlmulos men tales. Al mismo tiem-
po da una nueva perspectiva de la realidad , favoreciendo el desper-
entino , o una luz cegadora, la atención tar y el reconocimiento de las facultades mentales adormecidas,
stimulo, excluyendo cualquier otro ele- potenciándolas y ejerciendo un control sobre ellas y, aunque estas
n estos casos la voluntad no interviene. facultades sean , en apariencia, limitadas por la naturaleza personal o
en el inconsciente, no se trata de ejer- po r la edad, el hecho de mantener nuevos retos men tales puede
e él para despenar su atención, sino de modificar estos condicionantes cerebrales.
, precisamente, del interés innato y de A!!!!9.ue el proceso lJI.d iestésico de.P.J;nde por etl~.rQ..g~lJJ.Jmll5"
ientes y reales, no surgidos del deseo ~nte , en su preparación si gue precisa del COnCUlSQ ¡le la inteli-
madre que duerme cerca de un aero- gencia, para determinar cuáles son las mejores circunstancias opera-
odo regular un gran estruendo , sólo se tivas: el cómo , el dónck..xsl ..s..u.!.ndo. pues buen número de lo~
jecuta el menor de los movimientos, o errores provienen de una defectuosa preparación o elabo ración del
que sólo se despierta ante la voz que le contexto operativo. Por este motivo es fund amental adven ir la
os citar muchos ejemplos de cómo la imp onancia decisiva de ~~cJ~J!12..J;u¡n:gunta..ad=da.-o
cción, incluso durante una actividad estudiar pan icularidades como las influencias exteriores, el estado
l sueño. Ello nos indica la influencia de de ánimo, etcétera.
diestésico, al ser ésta la que decide el
e, en ocasiones, después de un trabajo
nsciente, o inconsciente, la respuesta t !/ r'1 ,..>~.:.::.:... •~-:'U~. L·.'J~ -v-, ,;- ...'._.-..;"l" ~ .. . .,•• -:..o.,~ ::"
.':D(;:~::,I.'~~!~.~: ~ :.~:.:~:':,:~ :'·:c~";::,:::>i-:·
spontá nea en cualquier momento .
damente todo aquello que sucede en .: P • ,1./ . " , ..
·1....... . ',",' h. __..... .,. ••,....
!¡~UiJ··:;; ·:~,~::¡;,~~~~~ .
nte exterior, de manera que la acción
render sea lo más segura y eficaz posi-
es personales y de una situación y :.~, ;·~_!l ~ ;:,' 1' J~~ ::r\'A Il~l; tlé...,'
.
' 1.<
que conocer las funciones psíquicas
d, o que pueden ser estimuladas por
voluntad sobre uno mismo y sobre sus
rientación del pensamiento son algu- El inconsciente
adecuadamente entrenadas, elevan su
hadas. El determinismo se ocu pa de lo que, de forma inexorable, sucede ;
acidad de aprehender nuevos conoci- mi opinión es que trata sobre aquello que ocurre la gran mayoría de
la memoria , para ser usados luego en las veces, pero que en contadas ocasiones no sucede. El indetermi-
circunstancias análogas. Basándose en nismo está entrando con fuerza en todos los campos desde la Iísíca;
143
EL f ENÓMENO RADIESTtsICO
a psícologta, cuando nos damos cuen- ideas y pensamient os deliberados, y correctamente orientados. Todo
ecir con exactitud la evolución de un este contexto es impu lsado por una autosugestión que permite ree-
amplia información sobre él. Debido a ducar de forma sistemática el compo rtamiento subconsciente, y
pasado a un segundo plano en las con- transformar los impu lsos procedentes de actitudes predeterminadas
á sin tener en cuenta que en muchas por la herencia, el medio o la educación, en una respu esta más acor-
en las limitaciones de la información de a la realidad del estlmu lo y de nuestro equilibrio personal.
El estudio y el conocimiento del funcionamiento mental me han
dado por una concepción contraria a la llevado a un mayor entendimiento del proceso radiestésico, como
mposibilidad de predecir un determina- proceso mental inconsciente ejecutado voluntariamente, 9.ue perm.!:"
ticas se lanzan a la especulación sobre te descifrar e interpretar la información solicitada. El reconocimien-
todo aquello procedente de la causali- to de la existencia de procesos mentales inconscientes abrió la puer -
cotidiana la mayoría de las circunstan- ta que nos permite encont rar una explicación sobre el origen del
y probablemente también en cualquier fenómeno radíestésíco, por fin nltido en sus principios y causas, tal
on ícídad de multitud de elementos, la como vemos en el desarrollo de este libro. Buen número de las rea-
apan a nuestra concepción de la reali- lidades y fenómenos naturales, tant o flsicos como psíquicos. están
erios mecanicistas. Esto es lo que suce- vinculados a cienos procesos, de forma que en la medida que sea-
donde un pequeño y lejano aconteci- mos conscientes de ellos -al menos de los que más nos influyen de
usión en otro lugar. Es en este ámbito manera directa- , podremos encauzarlos y gobernarlos en su mayo-
(tan denigrada por la antigua y la nueva na, comprendiendo que el azar o la probabilidad son, por lo gene-
adviene, ni comprende su signí ñcado), ral, meras excusas a la ignorancia.
nceptos adquiridos, ocupa el lugar que
n el conocimiento no aprend ido, y surge
', . . ,- .. ,': l',~'.' -: "".';'. :.<:. "'~'" •. .'.0'. ":.:",;!_ ».': ',_ ",' ':1.' ~~.'. ; ./, :", .
¡:1~I":ir~0~~r:T.tt~~~ -:..mó1ti~~r' '.
ecesidad de saber del ser humano.
',"~' ,""""~."'''' "~_~' ,.''~''''_ . A'''''_ .".,,,:JI',~ ,. . ,.:~" . , "': , ~ ~ _.
tancía de una buena educación flsica
..~~~~1~~~~~11;'¿~~~L41_~~IlEr~ .~~: -~~~e;=~
·241 ~WJ .~_FJ7$;~j¡~ .~~
to del organismo; sin embargo, la edu-
derse hacia otra parte fundamental del
-, irr'l~1~ t~'GI;t!:1i\:..m,~ ·f/[JJ:rJir;:~~~ ,.'í
nte obviada: la psíquica, La educación
· ~~~~~-~aWl~&~{;':~~_;'~
sión de cienos fenómenos causales y r;-·:2TI:'.,¡tf.tt(.8 :li~~ L,~fl.:-~~-¡~'~ ~T1'~ ti2.
ena medida los efectos de aquellos ele- .~-I!~ ,u;.: , , ;~, ~_ ',.'"' )~..::...:iL' " .-~':'. ' .~ ., . _~ ......... ~~,. ';~ ,~

¡-Ti
~::.u.L~ ~.rrm'2I!~~:,.!tGilml¿iÜni
~ . ", v : . .~ ,',. ,'
..._",l!S~~GíT;3
. .
: ,: .
negativos para el desarrollo personal ;
c.."~'"Y -;;,~7,[:!]["Fflf~9r",co-.-.Yl.c;,-
. '~"~. Q¡].~""~.'. .
ismo ñsíologíco y psicológico se puede : : __ --.~-r'-~~"'~ ... ::..-"":","~~> ..~ -:-"'~ < " ..
tro lamos nu estra voluntad. Actuando
. I~ ~",;-.~L~~~~~~ .(~:-.... .t0~ .!..~~~~7.~U1,'t- &-1 .
· (.·/:"I'~:-·,~íT:rj;T:'i1(~~~..--~;-}[.~.r-:-",'íl(r:-" 'í~ ~

editación racional y reflexiva, se consi- · : ..... -,_.~~~-~ '- ~' ~ . ~~ -:--..: ~"
l~~~~~I},:~~~~,--~r.::br:.~,;~,-:"'¿~~"'.j['}~;"=I
........ ' :::.:-:~.:~ .-:

s mecánicos, fruto de este determin is-


,:f~ n:·';·~1PI:~~~ ~ ',,' . "..~:.'.'; . . ': .~' ~"'~.;. ".:,.1: .
ercicio de la voluntad en la elección de
14 5
El FENÓMENO RADlESrulCO
aJiQ,5. como los que aquí voy a plasmar, mediant e una sensac ión o un movimiento reflejos defini-
ar la comunicación entre el consciente y d os con ant eriorid ad .
o . los canales de enlace obstruidos p'?r
e espaldas a la verdadera naturaleza del Los estados psicológicos pueden compararse a una pantalla
a, el inconsciente asume la posibilidad de cinematográfica donde incide un pequeño foco de luz; este haz
ción de forma más clara, directa y fre- luminoso seria el equivalente a los fenómenos de los que tenemos
la mayoría de las personas. Esto no sólo conciencia plena, mientras que las sombras serían aquellos de los
io radtest ésico, sino también para gran que se tiene una percepción confusa y que, a veces, surgen motiva-
es comunes y, sobre todo, para el desa- dos por efectos concretos de gran intensidad . El resto (la mayor
mayor conciencia de la globalidad del ser parte de la pantalla) permanece en la más completa oscuridad. El
posibilidades. inconsciente actúa de forma automática en buena parte de las acti-
que planteo consiste en desarrollar las vidades cotidianas, ya que mantiene muchas funciones Iísícas inde-
con los cuales se puede obrar en un o pendientes de la voluntad y determina la relación ent re las distintas
el entorno . ª-E.!!me r paso estriba en ser actividades psíquicas. Gracias al estud io y a la práctica perseverante
a, el segundo - y quizás el más dtñcil- es de los procesos psíqui cos que concientemente podemos activar, es
tenciarlos o más bie!!"p'ara descub!:!!:!2s. posible adquirir una mayor conciencia y contro l, no sólo sobre los
a fonal ecer la capacidad psíquica: auto- actos voluntarios, sino también sobre los inconscientes relacionados
cto y. todas las facultades inconscientes, con nuestro ser más profundo.
de la vol~ Con lo gue se logra una De esta forma , en rad íestesía , la inteligencia y la..mQn.fiQ..llani-
ento y un aumento de la capacidad de c!l'an en el advenimiento de la respuesta neuTQ.!!U!§9!!i\Lpl\l;J&!a. su
independientemente del ambient~.Y..fIe ,<!}gen viene dado por una actividad inconsc!ent~ , favoreciq~~
iminando los elementos antagónicos a la eE.;p leo de la voluntad en cuanto a la forma de solicitar su apa rici~n.
El conocimiento de cómo funciona el inconsciente no sólo sirve para
operar en radiestesia, también ayuda en los actos cotidianos, en las
se produce en tres moment os dis - costumbres y hábitos, es decir, en cómo adaptarlos a una forma sana
cuales es fund amental, pues el un o de vivir.
esenlace final. En primer lu g~r, una Un régimen alimenticio sin excesos, limitando el consumo de
en J egundo, Uní\...!'S.~ r;Q2njnl !.\il.iYa productos tóxicos -tan abundantes en forma de aditivos, colorantes,
imiento reflejo. La operación inte- manipulación genética, etc étera-, colabora en favorecer una activi-
er la voluntad de llevar a cabo las dad psíquica equilibrada. La costumbre de comer y respirar de
e éstas se convien an en acto. Al modo correcto se logra de forma paulatina , descubriendo que
amient o va configurando el estado muchas de nu estras preferencias y hábitos más arraigados pueden
e para actua r y, posteri orm ente, se modificarse impon iendo al subconsciente nuevas pautas de com-
ón ent re el consciente y el incons- ponamiento , que tras una breve oposición acepta de buen grado. La
una intuición qu e es plasmada información implantada en el subconsc iente se logra modificar con
147
EL f ENÓ MENO RADIES'ttSICO
ya que éste acaba siempre cediendo. Aun- nal, la cual se dirige hacia las metas más elevadas del espíritu, Al
ue plantea una barrera sin paso, de repen- igual que existen distintos grados y niveles en la memoria, asimismo
muro acaba desmoronándose e implan- hay una intuición de origen más primitivo y otra dirigida hacia lo
s, tales como tendencias y hábitos. más elevado del ser humano que, por encima de la razón, permite a
la mente adquirir conocimientos superiores.
En cada época y en cada cultura existen fenómenos inexplicables
tinto a la intuición e incomp rensibles, simplemente porque no forman parte de los con-
ceptos admitidos en su tiempo. En muchos momentos históricos se
ia innata que actúa en una determinada ha tratado de asociar el proceso intuitivo con revelaciones celestiales
grantes de una misma especie, provocan- o con la inspiración de musas, e incluso hoy algunas personas
prendidos. En los seres humanos sucede siguen vinculando este proceso mental, de actividad elaboradora.
rja y se conviena en acto, pensamiento o con este tipo de interpretaciones.
aprendizaje o experiencia previa alguna. En las más importantes doctrinas filosóficas se considera la
n, de ordinario, poco visibles debido al intu ición como la fonna fundamental de conocimiento . Desde el
cia y la voluntad. Este aparente control se punto de vista filosófico existen muchas concepciones sobre la
resión exterior (supuesto castigo divino. intuición, desde la «intuición intelectual. de Spinoza (defendió que
a la evolución interior del individuo, que la intuición era indudablemente verdadera, real e infalible, por
us instintos más primitivos, logrando el encima de la razón) , a la «empírica» de Kant (los sentidos no pue-
den pensar, el entendimiento no puede intui r, pero los conceptos e
do de ciertas funciones psíquicas que, al intuiciones unidos dan una imagen más veraz de la realidad) o,
an constre ñidas, pero siempre latentes también, a la «intuición esencial. de la fenomenología y la «intui-
ngénita al ser humano. A medida que éste ción de los valores ». Aqul trataré del tema de la intuición como
y los conocimientos aprendidos a través transmisora de una comprensión O conocimiento sin poseer l)~J::
to ha sido relegado a un segundo plano, sariamente ningún dato memorizado sobre él. O ejercer p~
peso de la cultura, quedando su existen- analltico alguno, dándosenos la comprensión natural y directa de
orádicos y cada vez de menor intensidad, aJgo, sin tener ~ue razonar ni pensar sobre ello. La intuición es, por
ra la supervivencia inmediata. El instinto tanto, la aprehensión de una realidad cualquiera: de~ ¡ mis-'!!Qo del
está detrás de la mera percepción de los mundo exterior traducida en hechos concretos, mediante la com-
tuiciones que conducen en muchas oca- pr.ensión inmediata y directa, sin a~lar a la lógica o a la razón.
o sucede, sobre todo, cuando concurren La intuición es la percepción clara, Intima, ~rso nal e instant á-
acarrear algún peligro para la integridad ~ (aunque lleve gestándose su recepción tiempo atrás en la mente)
ntos de fuerte presión psíquica, que se tra- de un concepto o una realidad -de la misma forma , o incluso más
secutiva a un estímulo. claramente que si se tuviera a la vista, ya que los sentidos pueden
instinto infrarracional, que el ser humano enganarnos-, sin tener que razonar: es aprender acerca de algo sin
dominando, de la intuición suprarracio- tener necesariamente ~~p-;nsa r o discurrir sobre e!lo. La intuición
149
E l FENÓ MENO RADlES1tSICo
uperior de conocimiento que forma pane cación ent re el consciente y el inconsciente; situació n qu e
iente, surge de forma espontánea, tras un suele suavizarse progresivamente conforme se van desconta-
o, muchas veces realizado sin el concur- minando los canales de comunicación entre amb os. La res-
iones se presenta plena y nftida, en otras puesta puede ser puramente mental, como la recepción en la
que madurar para que surja al final con ment e de una idea, frase, palabra o imagen ident ificativa de
ntuitivos involuntarios la intu ición apare- aque llo qu e preten demos conoce r. La aparición en la mente
s sin una forma conexa y, por tanto, antes de int uiciones inconscientes suele ser de dificil interpreta-
esión, hay que con figu rar~ darle cohe- f ión; sin embargo, cuando un o se predispone hacia ella me-
so de recepción del conocimiento solici- diante una formulación concreta de la informació n que desea
nte rápido, ya que se adopta una predis- recibir, la respuesta suele cent rarse en lo qu e se desea saber.
a ello. Ante la pregunta : ¿vendrá fulano ma ñana a com er?, en rad ies-
ta, en apariencia, de forma espont ánea e tesia la respuesta será sf o no; sin embargo, ante una formu-
mpre, se debe a un profundo trabajo lación puramente intuitiva, la respu esta puede ser la imagen
pel de este proceso inconsciente es inne- ment al de esa persona teniendo un accidente y rompiénd ose
ltiples manifestaciones, tanto desde el una pierna, lo qu e le impedirá acudir a la cita .
mo desde el personal. En ocasiones tra-
ión empleando todos los conocimientos Efectivamente, en el proceso puramente intuitivo las respuestas
de la memoria sin ningún resultado. Es suelen ser sólo, en apariencia, mentales, mediante la aparición de
urgir la comprensión diáfana sin tener una idea, un pensamiento o una imagen en la conciencia. En radies-
se han dado para lograrlo. La historia de testa, como fenómeno ligado a la intuición , también la respuesta
en estos casos. puede ser mental, aunque la mayorta de los operadores trabajan con
lejo la mente se dirige conscientemente reacciones neuromusculares. De esta manera se logra una mayor
o la encuentra, el inconsciente continúa exactitud en la respuesta, sin dar lugar a equfvocos de interpreta-
e consciente se ocupe en otros asuntos. ción. Asf pues, para obtener una información fidedigna, incluyendo
a revelación, incluso cuando la persona la radíest ésíca, la observación y el razonamiento no son suficientes,
tiones. Esto demuestra que el trabajo es precisa la concurrencia de la intuición.
ha sido preparado con una elaboración
que cuando aparecen las manifestacio-
sicas, se debe a un esfuerzo voluntario ¿QUIÉN, DÓNDE. CUÁNDO Y CÓMO?
estimule la actividad inconsciente.
Quién puede ser radiestesista
rmació n intuitiva a la conciencia se
te a través de sensacio nes, qu e pue- Una pregunt a qu e se plantea a menudo es quién puede y qui én
ón de esfue rzo muscular. Esta tensión no puede ser radiesteslsta. Casi cualquier person a puede lograr-
pia resistencia qu e ofrece la comuni- lo; un os conseguirán buenos resultados con mayor facilidad y
151
EL FENÓMENO RADlESTl!sI CO
ero todos los que quieran co nse guir el Tod os tenemos unas capacidades connatu rales, pero en muchas
por el trabajo y la co ns tanc ia, a lo cua l ocasiones el ento rno influye negativamente de un a forma determi­
adir el es tu dio de los pro cesos psíquí­ nante, limitan do su desarrollo, moldeando nu estra conduc ta y prio­
eno radi estésico. Un as person as nac en ridades . Esto puede cond ucir a obsesiones, dep resiones, irritació n o
nciales superio res a las de otras para agresividad, ya que va en contra de la natu raleza human a. Estos esta­
a do tip o de talento, ya sea inte lectual dos creados por el ento rno, ya sea Iísíco (alterac iones geof!sicas o
innata, referid a a la radíeste sta , debe mod ificacion es anificiales de la radiació n natura l, tóxicos ambienta­
mino para llegar a se r un buen radies­ les, etcétera) o psíquico (modas o modos de vida ajenos a nu estras
do , y la histo ria tambié n nos mu estra, verdaderas aptitudes) , limitan la expansión de los potenciales inte r­
ultad es iniciales para o perar en rad ies­ nos y, concretamente, de la capacidad radíestésíca. En estos casos, es
co n tesón , lograro n estu pendos resul ­ dificil llegar a dominar el ane de la radíestesía, en tanto no se haya
consegu ido solucionar el problem a, ya sea en su vertiente Iísíca, bus­
jóvenes tienen más facilidad para qu e cando un emp lazamiento adec uad o, o elimina ndo el elemento per­
radiestésico , pu esto que aú n no tiene n j udicial, o en la pane psíquica, encontra ndo nu evos valores qu e den
por los prejuicios y limitaci ones de un a un verdade ro sentido a nu estras vidas.
rcantili zada qu e modifica el ento rno y Con todo esto no pretend o decir qu e sólo las perso nas con un
ndo las expecta tivas de desar rollo per­ absoluto equilib rio puede n ser radiestesistas. Al contrario, todos
o pu ram ent e material , dejand o de lado, tenemos estados álgidos y bajos qu e depend en de cienos ciclos
la evolució n globa l del individ uo como naturales, del ento rno, de las circunstancias y, sobre todo, de noso­
ivo natural. tros mismos , de nuestras actitu des y de nu estro compo namiento .
la radieste sia a una edad avanzada es Tod o lo anterio r nos muestra que hay moment os adecuados y des­
en a torpeza inic ial, qu e se va transfo r­ favorab les para operar rad íestésícarnente, al igual q ue hay días y oca­
cidad de coordinació n, al modificar las siones mejores y peores para estudia r, trabajar o hacer depo n e. De
pensar el de terioro que pro d uce la falta cualquier forma, la práctica radiestésica eleva nu estra percepción de
reas. El hecho de some ter el cerebro a
la realidad, y ayuda a descubrir los verdaderos valores ínm nsecos
nt enerlo en buenas co ndiciones, bene- qu e dan carácte r a la vida .

nervios o central , sino a tod o el orga­


endo de esta manera un a mayor con­
ilidad es. A pesar de que una persona Dónde operar
to superio r a otra para ejercer la radies-
e para co nsegui r el máximo nivel per­ En principio cualquier lugar es propicio para ejercitarse en la radies­
motivación y la práctica perseve rante tesía, pero algunos de ellos, por sus peculia ridades o por las cir­
levan la capaci dad radíest ésica del op e­ cunstancias que llevan aparejadas, no son los más propicios. Cuan­
en com paració n co n otras personas to más favorable sea el entorno , mejor, especia lme nte en los
ón. comienzos , ya que, para lograr el necesario estado de concentración ,
153
EL FENÓMENO RADlESrtslCO
r en un entorno neutral o, mejor aún, Cuándo operar
radiestesía.
de vista anlmico, es aconsejable rodear­ Una prospección radiestésica únicamente deberla realizarse cuan­
redisposiCión, que conozcan lo que esta­ do nuestras condiciones ftsícas y mentales sean buenas. Sólo
ticar en solitario. Intentar demostrar a entonces los resultados serán fiables. El cansancio, la enfermedad
radiestesia existe conduce generalmente o un estado psíquico inapropiado, afectarán negativamente al
o se es principiante; es precisamente en desenlace de la prospección además de perjudicar al propio ope­
hibirse las habilidades que uno tiene. De rador, pues en estas condiciones se es mucho más vulnerable al
bulliciosos no son, en principio, reco­ esfuerzo que supo ne operar radíest ésícamente. Una de las caracte­
ue comienzan a practicar o que tienen rístícas de un buen radiestesísta es saber cuándo puede operar y
de las influencias del entorno. Más ade­ cuándo debe esperar o rechazar el trabajo. Si el operado r tiene un
anza, se puede elevar el nivel de dlfícul­ problema que le preocupa y no puede abstraerse de él, o un esta­
ando en ambientes ruidosos, adversos, do de tensión , cansancio o estrés, lo mejor es aplazar el trabajo
a, que obliguen a un mayor grado de hasta restablecer el equilibrio requerido en toda operación radies­
tésica. Por tanto, es aconsejable abstenerse de trabajar cuando el
y que tener en cuenta que un ento rno estado Iísico y anímico no sea bueno, incluso una digestión pesa.
a radíestesia, puede influir de forma da, sensación de sed, ganas de orina r, etcétera, son situaciones que
tanto, hay que tratar de operar en un se deben evitar.
osible, pues cualquier circunsta ncia Del mismo modo, existen circunstancias que, si el operador es
capacidad de concent ración, puesto en panicular sensible a ellas, puede n representar una importante
enómeno psíquico, el operador puede dificultad. El cerebro y el organismo humano en su conjunto se ve
io desfavorable. En principio, un ejer­ afectado por cienos ciclos y alteraciones del medio ambiente: tem­
r capaz de actuar en estos casos, aun­ pestades magnéticas solares, fases lunares, bruscos cambios climá­
su capacidad de sobreponerse a esos ticos o geoftsícos. En estos casos, se pueden notar perturbaciones
ante un tiempo más o menos prolon­ en las facultades ñsicopstquícas y, por tanto, en la función radíest é­
sica. Así pues, cuando no se es capaz de sobreponerse a la tensión
diación natural alterada (alteraciones que estos factores, u otros, pueden generar en el organismo, hay
magnéticas artificiales, etcétera) pue­ que demorar el trabajo radiestésico hasta encontrar el momento
ón que limitan la capacidad de relaja­ más adecuado .
ción del lugar es muy tmportarue en Antes de comenzar una bÚSqueda , es conveniente adquirir un
ermanece en una misma posición est;do de relajación que permita opcra r libremente, sin tensiones
lquier estimulo negativo repercutirá que dificulten nuestros propósitos. En primer lugar el operador
nte tranquilo y una posición cómoda ha de mantener una relajación ftsica, ya que si el fenómeno
lo cual supone una baza inestimable rad íest ésico se va a expresar a través de reacciones neuromuscu­
lares , los músculos no deben estar sometidos a un exceso de ten­
1~~
EL FENÓM ENO RADlESltSlCO
, sobre todo los músculos más directa­ estado de vigilia normal, cuando la atención se dirige hacia el exte­
los de los hombros, brazos y manos. rior, nos encontra mos en estado beta, es decir, con un as ond as cere­
uico, por ser la parte fundamental para brales rápid as y comprendidas ent re los 14 y los 40 ciclos por
radíestésíco, se debe adquirir el esta­ segundo . Con forme la frecuencia disminuye entra mos en el estado
e se encuentra cercano al estado alfa, o alfa, que corresponde al estado de relajación en el que las ondas
les bajos. Para lograrlo existen varios desciend en hasta los 7 ciclos por segundo . Las ondas theta quedan
formar el nuestro propio, dependerá comp rendidas entre los 4 y los 7 ciclos; finalmente las ondas delta,
no. que llegan a un mínimo de 0,5 ciclos, son las que acompañan al
e un estado mental adecuado para ope­ sueño profundo.
a ndo la mente para pasar del estado de Debe tenerse en cue nta que el cerebro produ ce simultáneamen­
mayor percepción cuando se pretend a te mu chas frecuencias distintas, asl como diferentes voltajes; la
culta a los sentidos habituales. cuestión que se plantea es en qué frecuencias se produ ce la mayor
ntas frecuencias cerebrales según la actividad cerebral.
ucación psíquica recibida . En estados En mis investigaciones he comproba do que el estad o mental
produ cen unas ondas cereb rales de r que propicia la manifestación radiestésica es aquel que conjuga una
on los llamados ritmos gamma. En el profund a conciencia con un a intensa claridad psíquica. debido a
que los dos hemisferios cerebrales - izquierdo y derecho- se sincro­
nizan generando ondas de la misma amp litud y frecuencia; dicho
2 3 4 fenómeno no se produce habitu almente en las actividades cotidia­
nas, salvo en personas especialmente dotadas o en practicantes así­
, JijJ~IA
~.,j.1.., I "r.~biIYr..,
~ _KiT PL
",~,• '1IT~
J
I duos de la educación mental. Cuando se consigue dicha sincroni­
zación, el tiempo, el espacio, el objetivo y el operado r dejan de ser
l elementos independi entes para fusionarse en un todo; no existe
escisión alguna .
El hemisferio izqu ierdo se relaciona con el lenguaje escrito y
hablado, la capacidad matemática, la lectura y el razonami ento ,
mientras que el derecho lo hace con las facultades artísticas. las for­
mas tridimensionales, la imaginación o la intuición . De cualquier
forma, ambos hemisferios se interrelacionan y funcionan al un isono
en mayor o menor grado, por lo que es dificil poder marcar una
línea divisoria a panir de la cual actúa un o u otro. La cultura occi­
dental ha favorecido el desarrollo del hemisferio izquierdo en com­
paración con el derecho, más creativo e intuiti vo, y, precisamente, es
cerebrales. Gamma 40-60 Hz. el que en esencia procesa los conocimientos nuevos antes de trans­
ta 4-7 Hz. Delta 0-3 Hz. ferirlos al izquierdo.
157
EL FENÓ MENO RADlESllilCO
HL
40

o Con una buena relajació n Itsíca y mental se consigue enlen te-


cer las ondas cerebra les, reduciendo su frecue ncia en más de diez
33 ciclos por segundo . Esto favorece la manifest ación rad íest ésica,
26
20 logran do a la vez que la actividad del he mis ferio cerebra l dere-
16
12 cho se sincronice con el izquie rdo. Un elemento esencial pa ra
0.5
9.0 un a in iciació n correcta en radiestesia es, precisamente, adq ui rir
7.0
5.0 la capacida d de relajarse profunda me nte a volu nta d, tanto psí-
3.0 quica como corporalme nte, logrando la adecuada sincronización
1.5
de los hemisferios cerebr ales, y p restando especial atenció n a los
cerebrales favorece la aparición de los esta-
sferios en desequilibrio. 2: hemisferios en estados dominantes de ondas alfa. En estos estados me ntales se
utiliza gran pa rte del ce rebro, en com pa ració n con los estados de
vigilia normales, qu e sólo utili zan la mitad del cerebro de forma
estésíco las ondas cerebrales bajan de alterna tiva . Las técnicas de medi tació n, visua lizació n, autosuges-
ón con los estados normales de vigilia, tión , respiración y relajac ión pu eden favorecer la consec ución de
s estados de receptividad . A nivel cere- dic hos estados, logrando con la práctica adq uiri rlos con mayor
dos los ámbi tos del ser, se origina una rapidez.
ndose la percepción individual y adq ui- He com probado, y po r lo tanto recomiendo, que la práctica de
da conciencia global, especi ficado en el determinados ejercicios aumenta la oxigenación cere bra l, y pe rmi-
te as! operar d ur ant e más tiempo sin que aparezca el cansa ncio al
n rad iestesia se puede ir en dos direc- tiempo que favorecen la capacidad de concentración. Es impor-
tant e ma ntener una correcta respiración que in cida en el cerebro
las capacidades psíquicas para facilitar de forma inm ediata , al igua l qu e los ejercicios do nde se comb ina
ca con conoci miento de causa; la actividad Itsica con una respiración profunda , lo cua l facilita la
ra potenciar el equilibrio cerebral. captació n de ox ígeno .
demostrado cómo los dos fenómenos Es ob vio qu e un buen esta do de salud y bienestar ayuda n en la
o que es mejor andar el camino paso a actividad rad íest ésica; po r contra, la fatiga, la enfermedad y las
vayan al unísono, es decir, elevand o cont rariedades tienen efectos adve rsos , pues, en estos casos, el
os al tiempo que vamos pro fundizando ope rado r se encue ntra ob ligado a un esfuerzo suplementario qu e,
e esta manera ambas prácticas se fun- casi con total seguridad, le conducirá al fracaso. Existen dos tip os
ando que no se produzcan los desequi- de fatiga: la ment al y la corporal, aunque , sin d uda, una va ligada
os que tant os trastornos ocasionan a a la otra. Cuando el trabajo se prolonga, o no se ejecuta de mod o
ntes, ya que solicitar al inconsciente adecuado, sobreviene la fatiga flsica y el em bota miento me ntal,
encia debe ir siempre acompañado de que obliga a inte rrumpir la actividad, al crea r un estado afectivo
aspectos del ser huma no hacia s!, con- desagradable que conlleva, en mayo r o meno r grado, un entorpe-
cimiento.
159
EL FENÓMENO RADlESililCO
ón notamos cualquier síntoma de can - la evolució n como individ uo integrad o en un proceso global. Al
as como sudor, malestar, respiración o mismo tiempo. se puede considerar un arte, ya que, lo mismo que
ormal , hay que esperar durante un rato el pintor o el escultor, el radiestesista expresa un sentido interior que
casos el agua es un buen aliado ; una es posible foment ar. pulir o, en una palabra , ed ucar. Se puede tener
amos la cara. la nuca. las manos y las la capacidad de expresarse a través de un determ inado arte, pero
lecer energías y continuar con renova- saber en qu é contexto se manifiesta y poder, así, desarrollarlo, gene-
ua sirve igualmente para recuperar el ra una mayor calidad de ejecución .
o debido a la tensión ftsíca que se va Dentro del complejo ámbito en qu e se desarrolla la radiestesia
habrta que destacar dos aspec tos bien diferenciados. pero al mismo
cansancio proviene del sobreesfuerzo tiempo dependiente s uno del otro en cuanto al resultado final del
ro para cont rolar el movimient o de los proceso . Por un lado están los mecani smos internos del propio ope-
po. Funciones que , al igual que sucede rador, qu e son el origen del fenómeno rad íestés íco y, po r ot ro, todo
ar un instrumento musical o al pinta r aquello que sucede externa mente a él, como es el caso de elegir el
n a ejecutarse de forma automática e dónde, el cuándo y el cómo . De ah! la importancia del modo ope-
cio si se alargan en demasía. El cont rol rativo, o sea, de la estrategia operacional: cómo vamos a realizar el
cilita el dominio de la motrícídad fina; trabajo.
ta la capacidad de atención, la memo-
prueba que el coeficiente intelec tual se Antes de emprender la búsqueda, es aconsejable planificarla y
ngada y progresiva , dirigida al cont rol determinar:
o de la inteligencia . • Qu é mod o operativo vamos a adoptar (sobre un plano , sobre
cada persona reacciona de distinta el terreno, etcétera).
tos, por lo que éstos pueden ayudar o • Los medios pertinentes para ello (instrumento más apropiado
ca. Hay qu ienes operan mejor con el al tipo de búsqueda y los element os accesorios necesarios:
el contrario, después de comer; cada plano, puntero, brújula, etcétera).
condiciones se encuent ra más poten- • El mejor sistema qu e se puede seguir (triangulación , coorde-
t ración y de relajación . Comer en exce- nadas, desplazamient o, etcétera).
al que la ingestión de alcoh ol o de cier-
es ambos de la capacidad sensitiva y También han de considerarse las dificultades que puedan sur-
gir en el transcu rso del trabaj o radi est ésíco y prever las soluciones
pertinentes.
Un aspecto importante es la ren ovación periód ica de la refle-
mo operar xión -int erioriza ción , estado que com prueba la existencia de la
motivación y el interés suficientes para dar garantlas a la bú~~­
rse como una ciencia en si misma, o da , amé n de razonar las accion es , las decisione s e incluso las
da a la psicología aplicada al campo de im presion es qu e se toman o su!&en durante ella.
161
E L FENÓMENO RADIESrulCO
indicios de una manera automática, relegando al autént ico ejer-
r:..! l r,~~ '.~:~_~~l ~ j I.. ~J j1:;""i~~ ~_ .~--:~: ~:~~ ~ cicio radiesiésico . Si buscamos agua subterránea . sabemos que
.
)l~"" Y.~.1(::~\' ~/~,~ .::-~;i"~('j: lt_:;~I..~;'-'~/~ ésta provoca un a serie de manifestaciones tangibles en la su per-
ficie: variación de la nora, humedades, efectos en cien os árboles
:'·I~:,f~~;~~¡;,;~f~·~~;Y~;(~ii~,
(malformaciones, menor crecimiento, etcétera), presencia de de-
'• • .,-11 ~ -., "-'~h.r· r ~ , · t '. . ,
::"'::·_;¿,i"'::"'¡I+-,"-i.L.!..t.,,:.~~' .4Y' ..i~-~;';'·'!..::.-'!"¡-'
termin adas especies vegetales o incluso animales (termitas. hor-
"."'" ...r.__.••.,....."... ..,. . .....l..rir.o',.......r.--. ·¡r',.......",'... migueros. etcétera). Estos efectos no siempre se deben a la exis-
~ • _·lL'-'-~;.;"'-'_·J:~~.:.1jl.·:~¡L!..~y.!.u.'..6 t.e..:~....
¿,. ".'. .,' ,c,.. 'v" ~_ ,.-., (l '«' tencia de agua sub terránea y. al igual que otro tipo de indicios
~'
,,- - '" :.__
~ ll..:...'.-l~i.:.:.It:....:..tjl."Ifl,-~I'J'~Jl,:;
, .~ ' -, ~ _ .-..-.~'h - ~
,1
.
más o menos evidentes , suelen acarrear bu en numero de equivo-
~i~] I..'..~:"!') ~:l~3 rj 1'~'7:'l r:3
Lo • .. "", u
~J,i.b~I,~~~liiHl&1!:~Jr.:~~-~l~Ji:> ' caciones,
;'~lr;[}~U~'ER"'b " .. ' ' . '. ' Antes de comenzar el trabajo radiestésico debertamos comprobar

nuestro estado de ánimo hacia la operación proj2uesta. La monoto-
nía y la fatiga afectan nuestra atención y debilitan la concentración,
íestésíco la parte operativa es de gran Esto implica que la realización de trabajos repetitivos que ya no des-
ntear el estudio propuesto. Cada traba- pienan el interés y la motivación. sean la causa de la aparición de
peculiaridades distintas y, depend ien- una sensación de cansancio, tanto Iísico como psíquico, que limita
una u otra forma en cuanto al plantea- la actividad rad íestésíca.
l proceso mental sea el mismo, no es Otra posibilidad de error nada desdeñable surge del pro pio
e el terreno que uno a distancia, al igual deseo de lograr un determ inado resultado. Un caso frecuente ocu-
una vivienda o sobre la tierra. El modo rre cuando el radiestesista se siente presionado para. por ejemplo.
unción del medio, aunque más adelan- encontra r agua. y su afán de complacer esa necesidad le lleva a
ma espectñca, y se verá cómo se puede dictaminar su existencia, cuando ésta sólo existe en el efecto
ncias y ante diferentes objetivos. sugestivo al que está sometido . Del mismo modo, cuando se trata
el trabajo pueden surgir de improviso de diagnosticar médicamente a alg ún allegado , es dificil sustraer-
diestesista experimentado podrá, en la se de los deseos personales de que esté en perfecto estado de
ncontrar las soluciones pertinentes que salud. Mientras se trabaja hay que inhibirse de los propias que-
. Estas dificultades externas pueden ser rencias de obtener un o u otro resultado; en caso de no superar la
medioambientales como la lluvia o el implicación emocional. es mejor encargar el trabajo a otro radies-
l acceso, por gente incómoda o esc éptí- resista o abandonar.
Querer es, en primer lugar, desear, además de creer en la posibi-
s encont rar indicios aparentes de la lidad de conseguirlo y predisponerse hacia ello. Pero la querencia, el
tivo. Hay que evitar todos los datos, deseo por st solo, no conduce a ninguna parte, ya que debe ir acom-
ue, consciente o inconscientemente, pa ñad o del conocimiento de los mecanismos necesarios para llevar
quello que buscamos , pues a la larga la búsqueda a buen fin. Es importante saber en qué contexto se pro-
res, ya que se tiende a buscar dichos duce dicha b úsqueda y actuar en consecuencia.
163
EL FENÓ MENO RADlESTtsICO
OS PRE PARADOS? verante de las actitudes que favorecen la aparició n y la estirnulaciQ,n
de los procesos ps!quicos necesarios en radiestesia.
vación y el des eo El cerebro tiene una gran capacidad de programarse en una
detenninada dirección, especiabnente si existe o se introduce un
s element os fundam entales para lograr esquema motivacional. Cuando existe la motivación , en radiestesía,
iestesia , al igual qu e en cualqu ier face- el plantea miento , la expresión y la pregunta fluyen sin resisten cia en
motivación aquello que activa el com- la mente, ya que se encuentran en el contexto prop icio para esti-
ia una meta determinada, Sea cual sea mularla. Por contra, cuando desciende el estimulo y la motivación,
ne siempre una finalidad y debe llevar la cognición igualmente disminuye.
deseo de lograrla. Hay ope radores qu e la motivación y el deseo son la puen a que abre el camino del
hacia determ inado tipo de objetivo y, conocim iento rad íestésíco . El deseo es la representación , más o
ogran tenerla en otros. Esto limita sus menos vaga, de la realización de un ªc.!9...lLd~ª-p¡JS!:SiQnJ!uque­
pues supone un esfuerzo mayor en 110 que queremos consegJ,[ir. Un deseo material en la búsqueda
y el riesgo de comete r fallos se multi- rad íestésica esconde en la mayoria de las ocasiones una obsesión que
limita la expresión de las capacid ades naturales. En estos casos,
ascon buen número de éxitos en la loca- antes de operar se debe solucionar la causa que genera este dese-
as, pero incapaces de localizar cualquier quilibri o psíquico. El deseo excesivo o no controlado puede coope-
operadores obtiene n muchos acienos en rar en la aparición de ilusiones, haciend o que el operad or sufra sus
otros se muestran incapaces de lograr consecuencias, puesto que, fruto de la frustración, se satisface por
en este último caso, la falta de motiva- medio de la fantasía. Ahora bien. el deseo. asimismo . tiene una ver-
o suele ser la causa del fracaso. No obs- tiente positiva cuand o se convien e en una actividad dirigida por la
de suplir con la motivación que supone voluntad hacia el conocimiento ; entonces encuentra su lugar dentro
el hecho de comprobar que realmente del contexto [jIdiestésico.
. Cuántos episodios en la vida fracasan por culpa de carecer de la
o siempre se es capaz de aislar men- motivación necesaria para ejecuta rlos, y sin embargo vemos con qué
de objetivo. En cienas etapas de la vida facilidad y convicción se realizan otras cuestiones imbuidas del espí-
eficazmente en cien os objetivos, pues ritu necesario para lograrlas. la motivación es una fuerza capaz de
piertan nuestro interés. Sin embargo, en favorecer la acción e inducir el compo rtamien to y la actividad men-
ede en la misma medida o con la misma tal adecuados, orientándolos hacia objetivos determinad os. Esta
s las personas, incluso las más dotadas, forma de actuar es fundamental en radiestesia y en la vida.
n de todo tipo de objetivos, puesto que Si existe la motivación adecuada en cualquier trabajo se consi-
isma medida su interés y motivación : a. gue reducir la fatiga que éste genera; además , una actividad realiza-
s no se puede sostener la atención de da con motivación unida al interés que despien a al llevarla a cabo
ión serena y consecuente con el in~ de forma repetitiva y organizada, logra un significativo increm ento

objetivo, debe unirse la práctica ~'l"- dela capacidad psíquica. De esta Intima relación entre la motiva-
16S
EL FENÓMEN O RAOIESrt slCC
a idea de plantear lo que podríamos lla- abre la puerta a que ciertos objetos o hechos incidan en la concien-
, hecho que armoniza con el estado de cia y que el resto se pierdan en el subconsciente más profundo.
uno: en determinado momento cieno Es díñcíl mantener laatención sobrealgo que no nos interesa . Por
endo que el éxito de la empresa depen- tanto, a mayor interés en cualquier actividad, mayor facilidad para
, mantener la atención, logrando as!que el desgaste psíquico que pro-
duce esta concentración se reduzca conside rablemente, y como con-
., secuencia, que lacapacidad de concentrarse durante más tiempo y la
i:~_(..'.. -l i.~¡.-'::l ,lli~.:;:.!:;¡u :ü-li.-':?;;
~-r- __ . ~,
'"'r,f
~,."
eficacia de la búsqueda radíestésica aumenten. De todo esto es fácil
.. ..~ ..h.,-'... ,. . _ ..,f
_
:"~!!L'~~~:.Jl~~~~)'l ...;Jf-~~...lII:~~.~J= deducir que no todos los objetivos radiestésícos tienen las mismas
~ .p .. ,~. " "1---1 -'", _.'.
\:""":'C·.l!lEl!~~.Jt,~. l7~":..:.1,'j!..:jJ;1!r:..:: ,:"1.~ posibilidades de éxito con todos los operadores. Aún teniendo simio
~·~,~~~~-\~j::-.itt1(:!:'~~~i~=~~~~~ 1 larescapacidadesradíestésícas, aquellosque tengan un especial írue-
l, _'~_''' I ".' Fl-. ~;¡.-'I- ,. __ ~_~
-:"; I_~~.'-"-'- '.",-.)~: 12.:.. ~) . .I.'...s ~1!'J~~ !;':-'J.:.,. I rés en determinado tipo de objetivo, obtendrán una ventaja induda
-
ble sobre el resto, al imprimirleese interés una predisposición mental
;~:i.~r<I~~.:Gl1~~Tjlr~L~-1'~>l.í(;)
favorable'a generar y mantener su atención sobre el objetivo . Asl se
elimina la ínfluencia de los pensamientos vagabundos que, en
muchasocasiones, invaden la mente mientras se opera, dificultando
la correcta dirección del pensamiento y la concentración.
El interés Ciertos problemas fisiológi cos pueden reducir el interés hacia
una materia cualquiera. Una disfunción orgánica como una insu-
manifiesta el mismo interés ante diver- ficiencia glandular, o la astenia, pueden generar ausencia de interés
tan, oscilando desde el rechazo hasta la (inatención); asimismo, una obsesión o un deseoexcesivo limitan el
n los niveles de interés determina nues- interés y la capacidad de atenci ón, lo cual a su vez impide la actívi-
cualquier situación, entre ellas la bús- ~ dad radiest ésica,
amente al objetivo . Esto no quiere decir
otivación inicial no sea posible ejecutar
o si resultará dificultoso para un opera-
ue poseen una gran capacidad de auto-
os.
nclinación del ánimo hacia una cosa,
ento que sea atrayente, conmo vedo r o
actividad destinada a satisfac ~Uif..IW

ndir el interés con la curiosidad, pues


y depend iente de estimulas externos,
erdurable, surge de la actividad inter-
en profundidad en un tema. El interés
167
EL FENOMENO RADIESWICO
La intenci ón bal a través de una intención, dirigida específlcamente a la experien-
cia que se va a vivir, la que imprime el impulso a dicho proceso.
e entraña el control directo de aquello de La localización comienza con la intención de encontrar la res-
s. El hecho de adquirir conciencia de los puesta correcta; algunos cualificados radiestesistas consideran nece-
eralmente involuntarios, permite elevar la . sario expresarel deseo de localizar e!objetivo y, aunque la expresión
ellos, es decir, ejercer intencionadamente de!deseo ya denota una intención, creo que es mejor que ésta quede
La actividad radiestésicase manifiesta con claramente reflejada en la mente y en la acción, ya que sin ella no
ención es más patente: querer es poder. hay proceso rad íest ésico, a pesar de mantener un deseo muy vivo.
ésíco conlleva una preparación, una eje- Si la expresión del deseo no va acompañada por una clara y
comenzar dicho proceso y durante el determinada intención sólo se queda en una ilusión de los sentidos,
mantiene una intención bien definida: los cuales no particípan en e! proceso radíest ésico. Lo más imE2!'-
e. Esta intención, apoyada en la repre- tante es plasmar claramente la intencionalidaci
vo, activa la acción radíestésica, La elec- • Tengo la intención de ser consciente de...
objetivo permite que la mente focalice o bien:
ándola mediante la intencionalidad. La • Tengo la intención de saber...
nada propuesta permite, fomentada por Aunque, también podría utilizarse la expresión:
mación buscada se plasme a nivel cons- • Deseo ser consciente de...
ugestivo. Teniendo en cuenta en este caso que e! deseo P.2r si solo, a pesar
s baldío si no existe la intención clara y de ser expresado, no es suficiente sin la intencionalidad para lograr
propone, que junto con la motivación, su objetivo. Esto sucede en cualquier actividad cotidiana y, especial-
in estascircunstancias, el trabajose con- mente, en radiestesia, donde se propone un esfuerzo mental ajeno a
Aunque la intención, la motivación, o la lógica. Para que este esfuerzo incidaen la J1]et' t~ cjebe ir acompa-
mentarsecon la sugestión y la autosuges- i'lado, además, de la sugestión autoinductiva, tendente a fomentar la
istan yade forma innata, como paso pre- intención en el operador gue conoce las condiciones favorece<;loras
pues una predisposición propicia hacia de! proceso entre e! consciente y el inconsciente. Por ejemplo, tengo
en gran medida su adecuada ejecución. la intención de encontrar e!cadáver de una persona desaparecida en
da a través de la conciencia de la propia una riada, pero, al mismo tiempo, deseo que no sea as! por la espe-
estésíca) permite identificar el objetivo ranza de que esté viva, aunque las posibilidades sean inexistentes;en
de sujeto activo, o sea, el operador, y la este caso la intención debe rodearsede una autosugestión dirigida al
o, aun siendo éste interno al radiestesis- logro del resultado, pero sin implicarse en él.
lo, diagnosticarse uno mismo su estado De cualquier modo no es imprescindible la formulación verbal o
permite ser consciente y darsecuenta de mental de la intención, ya que en radíestesía va implícito con la
asl adquirir el estado mental requerido conciencia; de no ser así, e! proceso no puede existir. A pesar de que
, ya que la conciencia del acto ímplícíto e! proceso radiestésico pueda continuar con independencia de la rei-
iestésíco: es la conciencia directa y glo- teración de la expresión de intenciones, es conveniente renovar dicha
169
)
EL FENÓMENO RADIESllilCO
da, a fin de adquirir conciencia de que hay que presionarlas para lograr que hagan alguna cosa. las acti-
a estimulación que provoca la actividad tudes son fundamentales en cualquier actividad, y la predisposi-
ambién se detiene, anulando cualquier ción, es decir, prepararse por anticipado para lograr un fin, es un
llo es conveniente revisar la intención y, estado de ánimo enfocado a una determinada acción, que favore-
expresar en vozalta para que incida de ce, sobre todo en radíesresía, el que se pueda llevar a cabo. Sin esta
e. Hay quienes plantean la necesidad de predisposición, será díñcíl orientar la mente y, sobre todo, mante-
resión de forma suplicante o plañidera, nerla orientada el tiempo necesario para conseguir el proceso pst-
n de forma autoritaria; desde luego que quico adecuado.
ma forma, ya que a veces resulta menos Una determinada inclinación puede estar motivada por el instin-
ue realizar el proceso de modo correcto, to o por el hábito, o también ser el resultado de una elección reflexi-
ón de lo que se pretende de forma clara va. la prediSposición más favorable para el ejercicio radiestésico es la
mperativa, dubitativa o indiferente obs- instintiva, la que de forma innata nos estimula a la acción y favorece
o radiest ésíco. una determinada dirección psiguica. Aunque no hay que olvidar que
cionalidad es la evidencia de un acto o la educación tiene la función de reprimir las tendencias instintivas
e la mente tiende al objeto. No es una naturales.
e se dirige hacia algo determinado: la
d hacia un fin . la actividad psíquíca no
~$" f.:~:L.;j:':'i.dr~ ;~~ ":·>,""i¡f\~rl:' .2;::~" ""';' ¡,.<". .
objeto al que el sujeto confiere su cua- ·1,:" \lÓ · " !E. I~~ ~l'J IW? . 'C.I:\~rt,)~~'·i[~) .¡[jr:'~;'G:;¡j\c>
i}'" ~ " ," 'il\lJ"l ,- ,.,. " ' , ' ,;ti' .,. .
alidad. Ésta indica el carácter esencial " ~~ ~ 0 ~:' " .~ " ' / 1 ~'úLS :iiI"!i"~'~i:3 WJ [i]
~, . . , '~r;--;:;-, Irt- '.....~· ·' :j ~: . : %:~ ...
_1 . ,C " ~ "' r '
referida a algo representativo, y da la ¡}. i'¡;lS/;'J"~ ~~i~ [:( ~~7~ ,~.~; ¿~r J} ~:J. ~jt~. (t ~ 1r~:: ;;~ r1:~!ffh~tJ. :r!).
, ..~",~ i!'h . '~ ~l ~ ,......'-"'- .
~. _ ~~~·~L_~~~"~~ .c,:c.'~!2~~

~ ,~"i\iT~r~[r 'i·"'(.-;~~%o/;i"tlnr~i¡11)r¡;-~ír~t~(",r:;'~i rtr ;- !.~

. ' '_y t " ~ . .' ;. '." "' ~'~~'''<'' . ". -- --' . rJ''' ~
~ ~ml~CL_'~"'1 ( .r.: ,
:>,' ': ;', ~,~."."" . . '---..-. - ' ~ ~ '--,-"-~-,-c
-1 .~r''::~~ ~::.~:~,.:.ü] :f.t~,QJ~~.' ...:.,
,~ •
:!., "

~W""'~"fl~""
• , \.'
"';JIf,'l-"'~i..'" ,~J
1", • 1" ,\....
¡
"
·;~~· rI ·,. "'; , ....-I · rL--.J ',....... _ ':}"."':'T'
,l~lJi'~J ~~-" ,_·.~0..!.L'.J .!-"; '~_I

:;lt:!Y.:'~ili:±J.:'± .~~c; e 'o' •


... ,' ,-,-
' ~ . ~fl:1L':.nt. V" ' <:-;~
~ ~~~'_ l ~· ~ ! ~ '
,L _'
La relajación
"" '1 ...¡ ." ,. '
.I'.':.:.'1~ . ' ,,
: "~";:\". l' "1.
El estado de relajación beneficia al ser humano en su conjunto, gra-
cias a unas ondas cerebrales más simétricas, a una reducción de la
frecuencia cardiaca y del consumo de oxígeno. al equilibrio neuro-
edisposición endocrino, etcétera. Los efectos de la relajación repercuten sobre la
eficacia física y mental, así como sobre el equilibrio emocional e,
onas dispuestas siempre a colaborar, incluso, sobre la evolución espiritual: es una experiencia psíquica
en tanto que otras, por el contrario, con amplias repercusiones fisiológicas.
171
EL F1'NÓMENO RAOIESrulCO
se permite evitar cualquier tipo de dis- sonales; vivir en un lugar favorable (libre de agresiones geoftsícas,
que podamos concentram os con mayor electromagnéticas anífíciales, etcétera), alimentarse de forma ade-
un adecuado ent renamiento en trabajos cuada y mantener una actitud positiva, facilita el estado de relaja-
do por elementos del ento rno que pue- ción, tanto flsico como psíquico, y constituyen un aspecto impor-
a evitarlo, el radíestesísta debe lograr un tante y previo para que surja el fenómeno radíestésíco.
permita liberarse de tensiones, ya sea
n estática o cuando se desplaza por un
ediante lo que denominaré la relajación
tender como la relajación que se puede
actividad cotidiana sin necesidad de estar
n o lugar. La relajación requiere al prin-
dida que se practica, se puede reducir a
tinua un aluvión de infonnaciones; una
en tanto que la otra es supe rflua e inclu-
provoca múltiples evaluaciones con el
sión mental. Si bien no es posible elimi-
s agresivos o perjudiciales del entorno, lo
la reacción ante ellos, reduciendo la ten-
arlo la mejor aliada es la relajación.
aprender a relajarse y controlar las fre-
reducir la cantidad de información que
posibilidad de centrarse en aquello que
momento. Para alcanzar esta meta es reco-
zar un método autosugesuvo como el de
análogos, que favorecen este estado, del
n la práctica de disciplinas como el yoga, Técnicas d e rel ajación
ultz, inspirado por los trabajos de Vogt y
étodo mediante el cual una persona es La relajación puede consegu irse mediante un proceso de autosuges-
la y relajada por sus propios medios, gra- tión dirigido por la imaginación. Una forma de relajación mental es
gestión ; a este método lo llamó el «adies- dirigir la mente hacia algo imaginario o hacia algún recuerdo que sea
siguiendo con él fomentar la capacidad agradable y relajante. Para empeza r hay que estar en un lugar tran-
btener el reequilibrio flsico y mental. quilo; luego se pu ede elevar de forma paulatina la dificultad hasta
métodos de relajación y concentración consegui r y mantener la relajación en cualquier lugar o bajo cual-
u otro depend erá de las preferencias per- quier circunsta ncia.
173
EL f ENÓMENO RAOIESTESICO
una técnica de relajación muscular que Antes de comenzar la práctica radíestésíca se puede realizar este
erpo, que también repercute en la mente. ejercicio, y asimismo durante ella, ya que conforme transcurre la
namiento seria emplear una técnica de búsqueda se va acumulando tensión que puede reducirse mediante
ca la relajación psíquica, pero que actúe esta relajación dinámica. Darse cuenta de la existencia de la tensión
Deesta manera comprobaremos cómo la supone que podamos adoptar los medios para contrarrestarla.
mente y del cuerpo están directamente
uromuscular-elernento fundamental que El principio de la práctica de la relajación es simple: llevar el
instrumento o la percepción sensorial- , músculo hasta la máxima tensión posible y, luego, suprimir la
de la tensión innecesaria, y abre el cami- tensión, al tiempo que se emplea un ritmo de respiración
síquica. Es una forma de reducir la acti- pausado, profundo y regular.
permitiendo a la mente funcionar con
en cada momento, en cada etapa, y no También es importante trabajar la relajación de forma cotidiana;
nes inútiles, proporcionando la tranquili- ello repercute de forma decisiva en cualquier actividad y nos prepa-
conciencia de nuestra realidad. ra para la radiestésica de forma específica, Se puede lograr relajando
sucesivamente cienos músculos o grupo de músculos desde los pies
ndarla a aquellas personas sin prác- a la cabeza, prestando atención a la distensión de cada zona Yo final-
ción que comenzaran en una posi- mente. al organismo en su conjunto.
palda en el suelo o sentadas con la
dad, que en principio puede parecer Para lograr este estado de relajación se puede actuar en dos
muchas personas una tensión moti- fases sucesivas. que nos permitirán operar en casi cualquier
culpabilidad educativo y represivo circunstancia:
de, aparentemente, no hacer nada. 1. Elegirun lugar tranquilo; comenzar primero en posición
estática, tumbado o sentado, después de pie y, ñnalmen-
erviosismo o angustia deben evitarseen te, en movimiento. la temperatura debe ser agradable, la
o, como eslogíco, para eliminar la ten- ropa cómoda y holgada, sin presiones.
la, ser conscientes de ella, para después 2. Comenzar en un lugar tranquilo, después incrementar la
dificultad tratando de relajarse en un ambiente bullicioso
y ruidoso, y además de permanecer estático, relajarse en
retando con firmeza. comprobamos actividad, andando, hablando, con temperatura desagra-
san, y al abrirla se relajan;esto mismo dable, ruido. incomodidades, etcétera.
nsa cualquier músculo o grupo de
berar de golpe su tensión. Este ejer- Para practicar la relajación, la concentración y la consiguiente
oncentrando la atención en estos dos autosugestión, es conveniente, sobre todo al principio, practicar en
ión, observando la diferencia entre solitario o con personas de confianza, comenzando en un lugar y en
hasta 10 segundos paracada estado. un lapso lo más favorable posible: un lugar silencioso y tranquilo es
175
EL FENÓMEN O RADIESTBICO
general, coincide con la noche, cuando La fijación de la atención depend e en gran medida de una respi­
evistos. Los mejores moment os del día ración lenta y calmada; hecho qu e, por st solo, prod uce relajación y
la meditación son: o bien al despenar­ tranq uilidad , además de ayudar a ado ptar un estado de meditación .
el dta, antes de conciliar el sueno . Es Observar la respiración favo rece la relajación , y es la base de una
nte tiend e más hacia la un ión con el bu ena salud [ísica y psíqu ica.
uando se ado pta un a determin ada acti­ Resumiendo, la relajación se consigue con un a respiración sose­
y se ent ra en relación con el objetivo, gada, una actitud cor recta y el conocimiento de cienos procesos psi­
cológicos dirigidos por una conducta apro piada, qu e no sólo servi­
se va logrand o el autodo minio de las rán para la práctica radíest ésica -al igual qu e todos los procesos qu e
d os, olores o cualq uier agente exterior, vamos tratando en este líbro-, sino para adquirir un a tend encia
estésica en cualq uier circuns tancia. El natural al estado de relajación en cual~uie r actividad cotidiana.
teriores e interiores sirve para que los
to de dichos estimulas, queden red u­ En los eje rcicios de respiración hay que obse rvar sus dos ciclos
esta forma se logra qu e el movimiento principales: inspi rar y espi rar (po r la nariz), ade más de las dos
tan sólo del convenio mental estab leci­ pausas interm edias, un a de retención del aire, la otra de vacío.
respu esta espe rada, excluyendo cual­ Cada pauta puede ser de un os cuatro o cinco segundos, excepto
a el del objetivo. la de espiración , que debe efectuarse lo más prolongada posible.
los factores gene radores del estrés La espiración prolongada y pausada es, de ntro de la respiración ,
los medi os adec uados para reducir lo más importante para llegar al estado de relajación .
mo . En ocas iones el ope rado r se ve
cupaciones, problemas o situaciones El ejercicio ñsíco aca mpanado de una correcta resp iración libera
de ser un a baja presión barométrica, tensiones acumuladas, aun qu e tampoco debemos obviar otras acti­
, qu e prop orciona a algunas persona s vidades como tumbarse, andar sobre la arena de una playa, sobre el
mo, irritabilidad, etcétera, que impi­ césped o sobre la tierra, que constituyen el marco más adecuado
taculizan la correcta man ifestación para relajarse. O tro aspecto importante es do rmir y descansa r el
hay que util izar tod as las ayudas a tiempo necesario, que para cada persona y situación es distinto.
espiración correc ta. Ésta favorece la
imprescindibles para pode r ope rar.
ueda , se de be comprobar de forma HABLAR CON UNO MISMO
nen o van perdiendo eficacia y, caso
rar este estado, el úni co q ue permite Reacciones neuromusculares: el acuerdo interior
ment o del ritmo card íaco y de la pre ­
ción y, por el cont rario, su regula ción Una vez concretado el mod o ope rativo, y obtenido el estado de rela­
ece la capacida d de mant ener y mejo­
l
i
jación adecuado, podemos pasar a la parte operativa puramente
radiestésica, Un p'rimer paso es el acuerdo m~.!cl; . éste es produc to
177
EL FENÓMENO RADlESTEsICO
razón, para asl dar una interpretación a Por ejemplo, si al girar el péndulo de izqu ierda a derecha
o posible por el intelecto. Ahora bien, consideramos que es positivo o significa si, podemos cam­
r en la mente algo cont rario a lo apren­ biar el acuerdo mental al cont rario, y comprobar si gira de
la autosugestión debe actuar como un acuerdo al nuevo esquema. Por lo tanto, estos convenios
o el proceso psíquico, en el cual se va a mentales suelen ser fijos pero, circunstancialmente, son
opuesto a la lógica ya la educación reci­ susceptibles de modificaciones , aunque, sobre todo en los
guar la calidad o la profundidad de una comienzos de la práctica rad íest ésica, no sea lo más reco­
ea, o el lugar en que se encuentra una mendable.
os aco rda r los movimientos que efec­ Los instrumentos utilizados en radiestesia son, como sabemos,
que se util iza o. en caso cont rario, amplificadores de pequeños movimientos musculares, especialmen­
rent es sensacio nes (calor, Ino, vibra­ te de la muñeca y, en ella, sobre todo del músculo flexor radial del
que percibiremos durante la búsque­ carpo. Estas sensaciones fisiológicas musculares sólo se producen
rá según lo establecido o recibiremos cuando el radiestesista recibe la respuesta a una pregunta, no pro­
nterioridad. En el moment o de aco r­ duciéndose reacción neuromuscular significativa frente a ningún
sensación , hay que tener en cuenta otro agente, siempre y cuando el proceso psíqu íco ha sido el ade­
yor facilidad para imp rimir determi­ cuado.
o percibir ciertas sensacio nes , por lo Si, por ejemplo, el objetivo es petróleo, no reaccionaremos ante
les son y, de esta forma. facilitar el ningún otro elemento. Si nos vamos desplazando por un terreno
que contiene agua o cualquier otra cosa, por habitual que sea en
del radiestesista debe orientarse para nuestras prospecciones, no reaccionaremos muscular ni sensorial­
produ zca sólo ante el resultado correc­ mente hasta llegar a la zona donde se halle el petróleo. Los instru­
posibilidad. Cuando el estimulo recibi­ mentos utilizados en rad íestesia no amplifican las reacciones neuro­
io mental, éste se traduce en una reac­ musculares de una forma indiscriminada, sino guiados por un
ara el operador. Si no es mediante un criterio mental en un proceso radíest ésico: sólo existe reacción ante
ovimiento neurornuscular surgirá de la presencia del objetivo seleccionado.
es producto de una reacción radíest ési­ Es obvio que no siempre que un instrumento se mueve se debe
mientos instintivos, sugestivos o al inhe­ a una reacción radíest ésica acertada, puesto que hay muchos excita­
e. dores potenciales del movimiento. El mecanismo desencadenante
omuscular surja de modo auto mático, puede proceder de una respuesta ftsíca. un sonido, un aconteci­
debe ser fij o e invariable, por lo que miento exterior o interior que incita a la acción, o bien de una res­
cód igo establecido para todas las bús­ puesta condicionada, si el operador no consigue aislarse meno
es, ante una duda o para realizar una talmente. Muchos factores del medio pueden desencadenar el
o obtenido, podamos cambiar este movimiento del instrum ento, pero sin duda son más peligrosos los
cond icionamientos internos del propio operador, con sus deseos y
179
EL FENÓM ENO RADlESTt:stCO
tos sugestivos que recibe del entorno y Una manifestación precipi tada, dubitativa o imperativa suele
degenerar en fracaso, al no hacerse el inco nsciente eco de ella.
túa el trabajo desplazándose, es impor­ Sin emba rgo, si esta exp resión se realiza con tranquilidad, con ­
ecuar el paso para no provocar movi­ fi~.L~re sión I'slquica, adq uiere la configuració n ade,,~a ­
manera se evita que se desencadenen d~a ra incid ir en el inconscient e, I'ermitiendo que se establezca
ovimientos del instrum ento distintos de un vinculo ent re él y el consciente . Lo impo rtante no es la expre­
decir, de los acordados. Existe una ten­ sión desd e el punto de vista gramatical, sino e\.Bgn.if.\~a do que
rte del radiestesista de amplificar los uno le da~que la misma frase no tiene igual senti do 2.'!J~) 0<!~
a vez que suceden en una búsqueda . las perso na~, ni incid e de idént ica forma en su espíritu , aun q!!",
ación , ya que sugestionan al operador por su puesto, lo más aconsejab le es ser fiel al Rur~ t1 tld~ grj!­
ble dar por bueno un resultado falso. matica!.
úsquedas sobre el terreno, se comprue­
Algunos operado res no emplean el término «quiero», en la
I
movimiento del instrumento; en estos
reducir su velocidad y actuar con más expresión de intenciones antes de realizar la pregunta pertinen­
te, por parecerles demasiado imperativo, y utilizan el término
(movimiento del instrumento, sensa­ I «deseo » pensando que ello les facilitará el trabajo radiestésico.
as a la excitación que provoca la acti­ Creo que cualquiera de las dos puede ser válida:
rganismo, producida por la acción de • Quiero ser consciente de...
perador. Sin embargo, algunas perso­ o bien:
s agentes, por lo general nocivos, sien­ • Deseo ser consciente de...
sensaciones que desencadenan la acti­ o incluso mejor:

s o tejidos del organismo y pued en • Tengo la intención de ser consciente de...

gentes patológicos, como el agua sub­ El estado de intencionalidad se puede pronunciar o admitir

tes, este fenómeno orgánico no tiene mentalmente , pero, de cualquier forma, ha de existir en todo el

sia. contexto de la actividad rad íestésica, La segunda parte de la

eJ¡J2resión debe indicar el nlQ¡lQ..eJLql!U~I~.cj\¡jnU<Ün fQIImt=

ción solicitada , es decir, de flllé fOrJ!li lE. adquirirá.concienci'lJirt:.

presión inicial ! lla. Es, pues, importante, integrarla en la expresión de inten­


ciones inicial:
ción de algo para darlo a entender, en • Tengo la intención de ser consciente de la presencia de agua
e forma mecánica, sino de forma cons­ subterránea en tal lugar.
rior de sí mismo para dar sentido a la Todo ello con el acuerdo previo de las reacciones del instrumen­
tal, u oral, de la intención estimula la to o de las sensaciones fisiológicas que se vayan a percibir:
q'l~.l9-ºª" intención lleva inherente una • Cuando llegue adonde está el agua subterránea, el instrumen­
g¡:o ~el objeljvo I'rolJUesto.... to ejecutará tal movimiento.
181
El'FENOMENO RADlESTÉSICO
túe en radiestesia hasta que no se haya AsI pues, vemos que ni siquiera la expresión es importante, 'l1!.e
esión. Para decidir cuál es la más apro- lo que tiene valor es lo que queda latente en la mente:. ¿Tenemos real-
rentes expresiones, e ir formul ánd olas mente la intención de buscar, queremos, estamos motivados para
s representa más nüidarnente lo que se ello? Si la respuesta es afirmativa, ¡adelante!, e! camino está prepara-
determinada cuál será es cuestión de do , pues lo importante es lograr que penetre en la conciencia aque-
cesario, pero teniendo en cuenta que si llo que vamos a realizar: ser conscientes de nuestros actos, vivirlos.
ma mecán ica, sin dar sentido a lo que
tilidad. La reiteración de la fórmula
la sugestión, y sirve en radiestesia para La pregunta
nsciente ya debe existir y que, gracias
o esplritu, dando coherencia a la bús- En cualquier tipo de investigación lo más significativo, en principio,
apaz de expresar lo que se piensa y se es formular de modo adecuado la pregunta apropiada, ya que cada
de repetir mecánicamente una fórmu- pregunta concreta contiene supuestos implícítos por parte de! for-
un determinado estado mental, a tra- muladar. Si éstos son confusos , o no reflejan la realidad , continuar
de manera que logre un ascendente la búsqueda de una respuesta carecerá de sentido , pues se parte de
te, debidame nte excitado , comience la un error de base.
ormación requ erida. La forma de cons- Una de las claves en radieste~j,,-¡;sJaJQ.ml\lIªc;.ión d~ª-~l'PRsió!l
dirigirse a dar un significado a aquello Y.9.<;. la pregynta a<!.ecu-ªg~s ; sin ellas dlftcilmerue la mente se podrá
orientar en busca de la solución. La Pl~gy nta es, en radi est~~
que e! lenguaje que empleamos es, estIY.ctura s!ntáctica que uno se dirige a si mismo, con el propósito
proviene de la interpretación de la d~.Eecib i r una información con la respuesta solicitada. Las pregun-
roceso radiestésico. Por tanto , el len- tas generales o poco especificas impiden que se active e! proceso
no logra incidir de forma adecuada en radiestésico; si se insiste en esta linea, la imaginación toma entonces
iento claro y preciso de lo que se pre- e! control para terminar la búsqueda, dando, por supuesto , una res-
e en la comprensión, debido a su rigi- puesta equivocada. Se puede plantear la pregunta sin realizar la
s en su contenido ; e! simbolismo, por expresión inicial:
ble de conocimiento . La expresión y • ¿Existe agua?
cen asimismo en un slmbolo en la Aunque la manifestación de la intención va impltcita en la pre-
zación simbó lica del objetivo, lejos de gunta, para que pueda llevarse a cabo e! consiguiente proceso men-
te, se com plementan, generando un tal de orientación, selección, concentración, etcétera. También es
jetivo. Mediante e! simbolismo se res- posible acceder al objetivo formulando directamente:
la expresión, y se fomenta la esencia • Cuando llegue encima de! objetivo, que e! instrumento reaccione.
que se pretende. El pensamie nto sim- Aun9!!hP.ara incidir de forma más eficaz en la mente, es conve-
ilidad y fiabilidad e! objeto de la bús- n i~ll L~. re'!!~L!odo e! proceso-!~LcQ!!l.Q..!sL.he d~qj).ado : ~PJ:S ­
intuitiva de orden supe rior. siól}.s!~Ja intenci2!:!..~~unta y acuerdo sensitivo pactado.
183
EL FENÓMEN O RADIESltSlCO
relacíones entre el conscie nte y el tos o de las sensaciones qu e se vayan a percibir. El primer
ncillas y factibles cuanto menos com- paso sería realizar la expres ión inicial:
pregunta clara y concisa tendrá mayo- • Tengo la inte nción de saber si existe agua sub terránea .
testada que otra compleja o confusa. El segu ndo:
sos, el inconscient e puede ponerse a • ¿Existe agua?
siendo ésta dada en un plazo mayor y el tercero:
esia, donde las respuestas suelen ser • Si es así, que las varillas (si es éste el instrumento utilizado)
se cierren al llegar a ella.
, sin hab er reflexionado lo su ficiente Si hemos actuado correctamente, las varillas, en este caso , se
e nción de conoce r, sin la confianza o cerrarán si existe agua .
ede generar la respuesta correcta. No
, du das o lagunas qu e pu edan crear Un exceso de datos involucrados en la pregunta puede confun-
nt e un pensamiento poco definido . dirnos. Esta abundancia de información impide que la mente sitúe
n y de interrogación son válidas , siem- de forma adecuada todas las características de forma coherente : si
é clara en la mente del ope rado r; sin queremos averiguar dónde hay agua subterránea, con una pureza
ativa es causa de múltiples erro res, de determ inada, situada a menos de 100 metros de profundidad, con
r sea abstenerse. un caudal mínírno, una temperatura que no exceda de 30 0 e y con
n vend rá maña na] . la respuesta en un pH concreto , es evidente qu e la pregunta define perfectamente lo
a que hay qu e realizar la interrogación que pretendemos localizar, pero, casi con toda segu ridad, será dífí-
afirmativa o negativa, y lo más con- cil mant ener la debida concent ración sobre tod os los elementos soli-
ma selectiva: ¿Vendrá fulano mañana a citados. No obstante , cuan do el tipo de búsqueda es el habitual para
a, el tiempo y el lugar en un solo con- el ope rador, y éste tiene un código inconscient e claro , será posible
egunta con otros protagonistas y otro definir este tipo de objetivo complejo en su mente . Si bien esto no
finir el objetivo de la búsqueda, pu es es sencillo , con mucha práctica, ast como con un a gran capacidad
sta no es suficiente para conseguir la de multiplicidad de concentración, se puede lograr. Es a través de la
ueremos averigua r la composición de autoevocací ón espo ntánea de vivencias anteriores como es posible
habtia qu e pregunta r el número de reprod ucir actividades psíquicas aut omat izadas, en mayor o menor
una vez sabido, comprobar de cuáles grado gracias al hábito. De cualquier forma, lo importante es dibu-
oria y sucesiva: agua, alcoho l, aceite, ja r en la ment e el obje tivo, teniend o claras sus características o, por
lo menos, al menos aquellas que el operado r cree qu e tiene y, por
tanto , le confiere.
mplo, encontrar agua subterránea, Lo más seguro Y acertado es Opf!2.,-gasº-Jl_IL3§.º~'p regu nt a nd.Q
ment e nu estra inte nción de saber si cada vez, para ir definiendo el ob j ~ En primer lugar hay qu e
ión, nos preguntaremos si existe, sabe r si existe agua, y, un a vez localizad a, ir eliminando , mediant e
os movimient os de los ínstrumen- preguntas selectivas y suces ivas, las qu e no reún en las caracterís-
185
EL FENÓMENO RAOIESTEsICO
s se pueden unificar d íst íntos d etalles representa al obje tivo bu scad o. apoyánd on os en el archivo qu e guar-
o de ot ros similares. pero qu e no nos damos en la memoria, con imágenes . sensaciones o ideas. o bien con
endo ser co nscien te sólo de las aguas intuiciones. puesto qu e también la imaginación su rge ante cualquier
et ros d e profundidad ; aqul podemos situación o hech o desconocido par a cubrir el vaelo de la memo ria.
as situadas a mayo r p rofundi d ad . En Muchas veces ésta no tiene archivada un a con formac ión conc reta
convenien te trabajar sobre un aspec to del tipo de objet ivo qu e busca mos . y es ento nces cua ndo se confi-
, de uno en uno hasta concretarlo. La gu ra crea tivameme en la ment e. tal como creemos q ue pued e ser. Al
a y concisa, lo más senci lla posible, mism o tiempo sirve pa ra mitigar el efecto de los estlmulos negativos
preguntas consecutivas a una excesi- del entorno .
da origina r confusión mental: la pre- Por tant o. la imaginación creadora no sólo comb ina imágen es,
no a la respuesta, y sirve para precisar sino que pone en juego ideas abstractas . las transfigu ra según las
de talles necesarios para hacer cohe- necesidades , formando un a imagen nítida de l objetivo en la mente,
favoreciendo con ello la apa rición de intuiciones en la conciencia .
y silencioso favorece que el operado r
yor eficiencia. sobre todo cua ndo no Si que remos conoce r el origen de la en fermeda d coronaria de
e las influen cias del entorno. El ruido, un a persona , la imaginación crea la imagen de esta persona
en int erferir en la retenci ón d e la pre- con su problema en la zona del corazón. y espera mos la lle-
a ndo la atención . En ocasio nes es con- gada de la informaci ón definiendo clarame n te en la mente la
o la pregunta en voz alta. pues cuan- cuestión:
e y man tiene en la memoria de forma • Tengo la inte nci ón de ver el origen de la enfermedad coro -
e llamar mem oria aud itiva. El lenguaj e naria de esta person a.
el objeto con el pensamien to; la inten- Ante la llegad a de u na imagen concre ta - no de u na sensación
palabras. abstrae d e las diferentes acti- o impresión- relacionamos el probl ema con la información
n el obje to . recibida. au nque ésta en ocasio nes sólo es int erp retable por
parte del afectado . Por ejemplo . podemos adven ir un a ima-
gen de un trabajo estresan te o u na relación familiar compli-
ma gina ci ó n cada ; a partir de ahí se facilita la actuación puramente rad ies-
tésica , con preguntas concretas qu e perfilan el objetivo de
e implan tar en el pensamiento, acapa- forma exacta .
situación pu ede suce de r voluntaria o
n este último caso, es posible modificar Bien di st into es u n proceso imaginativ o d e una ilusión; ésta
onsciente. L! imaginación puede crear no busca la realid ad , sino que se d irige a meras q ui me ras. sin
do pten el sentido o la forma que pre- posibi lidad de apo rta r nad a a la co m u nicación en tre el co nsc ien-
ge lo que llamaré imaginación creado- te y el inconsciente. Hay que dife renc iar en tre fantasía e imagi-
ce aquello qu e creemos se asemeja o nación creado ra . No hay qu e co nfu nd ir la ima ginación erran te e
187
EL FENÓ MENO RADIEstr;.SICO
n creativa , producto de la autos uges- Así pu es, podríamos resumir el éxito radiestésico en dos aparta-
a d . La imaginación creadora tien e un dos: en primer lugar conoce r nu estras capacidades , y en segundo
r faceta de la vida : el arte, la cie ncia o confiar en ellas.
ncreto, la activida d rad íest ésica tiene Como declamas antes, el operador adopta una actitud de es~
un a forma evolutiva de ver, sent ir, en activa; de esta manera provoca la ap arición de la respuesta a través
de la reacción acordada con anteriorídad . La mente debe permane-
es inte ncional, tien e un obje tivo y utili- cer de mod o co nsciente neut ra y pasiva, pero debe activar el incons-
de r a él con mayor facilidad . La visuali- ciente hacia la búsqueda del resultado. Aunque esta actividad ya no
de un proceso creado r, o simplemente dependa del consc iente, hem os preparado de forma voluntaria y
sI mism o. La vemªk.de usar la imagi- consciente el camino para qu e actúe y se exprese a través del incons-
sia consiste en que la exp resión de la ciente . Tod o ello forma parte de nu estras capacidades y de procesos
las caractens ticas del objetivo, en nin- naturales y normales, que no se producen sin el concurso de la
fuerza qu e eje rce una imagen ment al voluntad qu e actúa com o llave qu e abre la puerta de comunicación
e .se pretende encomra r. Sin embargo, con el inconsciente, part e fundamental del ser human o. Por tam o,
sustitui r a la conciencia, sí pu ede sus- es el propio operado r qui en provoca, de forma consc iente , el movi-
tivo, y facilitar la orientaci ón y la selec- miento involuntario.
ent o dirigido . En radiestesia el proceso Toda perso na tiene momentos de duda, instames en qu e la con-
o q ue no existe, al menos tal como lo fianza se debilita. Estas etapas , más o menos prolongadas, pu ed en
ilar. o riginarse por circunstan cias fácilment e co mprensibles. pero en
otras se escapan a un análisis juici oso. La mayoría de las veces se
ocasionan por un exceso de tensión física y psíquica qu e desborda
confianza durante un tiempo a cualquiera. La mejor solución en estos casos es
parar, o al menos frenar, la actividad habitual durante el periodo
e se asienta el éxito en muchas activi- necesario para permitir, mediant e la higien e flsica y psíquica (ali-
e las posibilid ad es en cualesquiera cir- mentación , ejercicio y respira ción adecuado s), recuperar el equili-
caso. Por el contrario , una confianza brio perdido.
aturaleza de lo qu e estamos haciendo, La convicción, basada en la idea de qu e con cons tan cia es posi-
l resultad o preten did o y en los pro pios ble el dominio de los mecanism os radiest ésicos, permite abundar
uesto y,asimism o, cond ucirá con paso con tranquilidad en aquellos aspec tos más dificultosos. Éste es el
la radiestesia. Hay que advertir qu e el caso de concent rar la mente en un objetivo especifico y mant enerla
var a la euforia, y dar po r ciertas cosas en estado de espera neut ral. Para mejorar dichos aspectos se pu ede
ación y son pu ras ilusion es de los sen - trabajar aislando en la mente un supuesto objetivo -Ial co mo vere-
nquila, acompañada de una confianza mos más adelant e- , intentando eliminar o al men os reducir la fre-
d es natu rales, confo rman el pro totipo cuencia y la intensidad de los pensamient os erráticos qu e se íntro-
du cen de forma habitual en la ment e. De esta man era veremos
189
El FENÓMENO RADl ESrtslCO
capaces de mant ener dicha concentra - qu e en un moment o dado nos motiva. Esto es orientar la atención y
da d ía; esto genera una mayor confian- concent rarla interiormente sobre el objeto deseado, de manera qu e
s, ya que el acierto en la localización se sitúa en el centro de la concie ncia, quedando el resto en un segun-
onvicción qu e el opera do r mantiene en do plano.
Cuando se opera en radiestesia el pensamient o no debe diva&'!r
e.!' ningún momento, debe estar estrictamente orientad9_Y-illantm\-
do hacia el objetivo, Si cualquier pensamiento se int rodu ce en esta
s personales ha de ir unida a la qu e orient ación , superponiéndose, habrá que detenerse y comenzar de
meno es .real.y-posí ble- Ello .eleva la nuevo. En caso de qu e estas intro misiones sean reiterativas, lo más
un sin entender cuál. es la verdadera indica do será aband ona r, ya que esta situación provoca un estado de
o obstante.zla confianza se sustenta cansancio y desconcentració n dificil de supera r. Estos pensamientos
conocen los mecanismos que con- vagabundos son la invasión de la conciencia por parte de imágenes ,
díestésíca, Esta certeza acrecienta, y ideas indisciplinadas e inoportunas , que no guarda n relación con el
qu e surja la acción lend éntl~ 'al buen trabajo propuesto. Este vaivén de pensamient os dificulta la concen-
o que la duda se instaure en -el pen- tración , generando esa sensación de ratiga tan conocida, sobre todo
sonal, un estad o de calma }'. la sere- en los que se inician en radiestesia y ent re los qu e no do minan los
a con fianza, y ésta es la primera de mecan ismos psicológicos que facilitan el trabajo radíestésico. Con-
dquirir el radíestesísta. Ira el pensamiento errático pode mos actu ar revisando y compro-
bando que la intención , el interé s y la motivación se mant ienen, diri-
giendo el pensa miento disciplinado a seleccionar todos aq uellos
valorar las opcio nes de éxito, hay qu e elementos que penetran en la concie ncia y que tiend en a un fin con-
tá dispu esto a llevar a cabo el esfuerzo creto , en este caso localizar un objetivo.
ado deseado. A parti r de ahí, la creen- Una vez la mente se orienta hacia el obje tivo, hay que fijarlo de
ar al objetivo dirige la búsqueda con un a forma clara, qu e no dé lugar a errores o falsas interpretacione s
provocadas por un a inadecuada ideación . La orie ntación me!!ta!.
equivale al reconocimient o de los e.lementos integ~nt es funda-
m~ales q ue configl!ra n el objetivo, y nos servimos de ella para
CESO M ENTAL d~g!!!!!lo . Por ejemplo, si busca mos una caja perdida, mediante
un a fotograña podemos configurar en la mente sus carac terísticas.
y la s e lección m ental Gracias a la asociació n de ideas se crea un vincu lo ent re el obje tivo
y la me nte, que perm ite a ésta el reconoci miento de aquél, gracias
ta, en determina das ocasiones, hacia el a la evocació n, o po r ana logra, debido a su similitu d con otros de
Esta acción nos perm ite descartar por características semejantes. Ast pues, la imagen me nta l qu e nos
ruidos, pensam ientos y, en genera l, de hacemos del objeto de la búsqueda surge por la relación que se
o . Esta orientació n selecciona aquello establece co n otros objetos conocidos, pero es la imaginación la qu e
191
El FENÓMENO RADlESTI.sICO
proceso metaflsico, con la conc u rren- el seño r X la golpeó hacia el hoyo 15. Una vez seleccionado y
fijado el objetivo , al mismo tiempo que se logra mantener la con-
cia el obje tive con garantlas, el radi es- cent ración en él, se realiza la exp resión de int enciones y un a pre-
suficiente infor mación que le permita gu nta concreta, po r ejemplo:
los dem ás. No se trata d e almacenar • Tengo la inte nción de ser consciente del lugar donde se
objetivo, lo que só lo dificultarfa el pro - encuentra en este momento la pelota de golf perdida por el
es di feren ciarlo en la mente con exclu- seño r X, el día tal sob re tal hora.
emoria, po r tanto, debe perm anecer lo A continua ci ón la pregunta:
erd os o de sobrecargas de informaci ón , • ¿Se encuentra en este terreno?
eemp lacen el p roceso rad iest ésíco por y la ratificación del acuerdo ante el encuentro del objetivo:
e para orienta r la mente d e forma ade - • Si es así que las varillas se cierren.
obje tivo es necesario ten er un mínimo U1 exp resión de la inten ción . la pregunta, el acue rdo y la imagen
que permitan d iscerni r su naturaleza, mental de la pelota forman un todo en el cual debe mo s concen-
e rente a la búsqueda y, tam bién , para tramos.
d os. Por último, hay qu e mant enerse U1 correcta y precisa formulación de la pregunta y de la exp re-
and o la acción del su bconsciente , ais- sión inicial es la llave para encontrar la respuesta correcta.
imientos aprendidos.
ctivo la ment e se orienta hacia un obje-
o y, si existe la motiva ción y el interés La atención
ocer la información so licitada . Claro
enga las suficientes ana logías con otros Existen dos clases de atención: la espontánea y la voluntaria. U1
para elaborar una imagen ment al com- espontá nea es la que surge incontrolad a an te factores que nos
imp actan . Su efecto d epende, en mayor o menor medida , de la
intensidad y caracterfsticas del estlmulo que la origina . U1s percep-
ce -si se ha realizado de forma correc- ciones que se suscita n a trav és de los sent idos provocan una inme -
ión y se mant ien e el esquema ment al diata reacción en el organismo y en el estado psíquico, siendo sus-
so de discri min ación . Si, por ejemplo, ceptibles de ocasionar un a respuesta excesiva en relación con el
pelota de golf, la exp resión serfa: estímulo recibido: un ru ido , una exclama ción . etc étera . Por el con-
existencia de u na pelota d e golf. trario, la atenció n voluntaria se diri ge hacia u n obje to determinado.
ón cualitativa del obje tivo que restringe inhibiendo del pensamiento otros eleme ntos, incluso los motivados
q ued a. por la atenci ón espo ntánea cua ndo el est ímulo incont rolad o no
a mu chas otras pelotas d e las mismas supera nu estra capacidad de atención consciente. Un simp le pase o
cabar la máxima información posib le po r u na ciu dad hace que la atención se focalice int erm itenteme nte
s circu nstancias de su desaparición . en distintos elem entos: el pitid o de un coche . el ruido del tub o de
iarid ades y se pe rdió a tal hora cuando escape . un can el pub licitario . etcétera. Esta conti nua focalización de
193
EL FENÓMENO RADlESrtslCO
e no nos inte resan, y que sólo generan rad íestesía, la concentración se mantiene sebre el objetivo, y la aten-
a perdiendo la capacidad de dirigir la ción se ocu pa de los elementos que puedan parecer secundarios,
ealmente es imponante. Con el control pero que , al igual que en el acto de cond ucir, pueden acarrear deci-
as por estimulas exteriores logramos sivas consecuencias para el resultado final.
y la tensión que ello conlleva. La atención, por lo general, surge impuesta por el medio exterior,
se consigue cuando el pensamiento , centrándose sebre una circunstancia o impr esión . Cuando deriva de
la voluntad, se focaliza en un asunto u la acción voluntaria mental del prop io sujeto , es precise que exista
dad y el tiempo de duración depe nden una educación y una práctica para dirigirla de forma eficaz hacia
que despiene el objetivo: a mayor inte- aquello que despien a el inte rés y sirve, en gran medida, de puntal a
a capacidad de mantener focalizado el la concentración. La atención en radiestesia debe quedar definida en
la atención consiste, por un lado, en la un estado interior del operador y es siempre voluntaria, o sea,
e estimulas exteriores y, en especial, de depend e de él. No obstante, pueden surgir situaciones de laxitud en
e la propia persena y, por otro, en el la capacidad de atención interior, motivadas por elementos exterio-
antenerla. res que limitan las posibilidades de éxito, a menos que se logren
tención es rechazar todo lo que no nos reconducir. Si estamos trabajando en un ter reno y en las cercanlas se
mento. Por tanto, la atención ejecuta un encuentra una máquina perforadora con su estruendo , en princip io
uen número de percepc iones, o de ideas parece d íftcíl dirigir la atención hacia un objetivo obviando el moles-
an su intensidad o lleguen a desvane- to ruido. Sin embargo, ello es posible siempre que sepamos aislar-
ce, en gran medida, la concentración en nos mentalmente de estos incómodos estimu las exteriores.
e, al limitar el campo del cual recibimos La capacidad de focalización de la atención puede educarse y
cisión e intensidad de los estados psi- potenciarse gracias a la práctica de cienos ejercicios. Cuan do el pen-
a mayor percepéíon. AsI pues, vemos samiento logra restringir la atención a un se lo objeto, el sistema ner-
ón voluntaria/se genera una actividad vioso centra l provoca una desconexión de la conciencia respecto de
queda y selección de información. Esta lo que sucede en el exterior. Los modos y métod os para lograrlo se n
los receptores pslquicos hacia las fuen- variados; en todas las culturas y tradiciones los encontramos como
ndo de esta manera su recepción . Otra una manifestación de lo que hoy llarnartamos psicologla práctica
taria es que facilita la conservación de aplicada a un determinado propósito: aliviar el dolor, elevar la crea-
ntrarse sob re una imagen o idea, logra tividad o potenciar la capacidad flsica y psíquica, entre otros logros.
ermitiendo un automatismo posterior Sentarse frente a una hoguera reduce la frecuencia cerebral.
ilares características. Todos hemos sentido un especial estado de relajación y ensimisma-
o mantenemos la concentración en la miento mient ras contemplábamos cómo los troncos ardían en la chi-
dispo ne hacia el mismo hecho de con- menea. Concentrar la atención en el fuego es una técnica amiquísi-
elementos circundantes que puedan, en ma para concentrar la mente en un objeto, que puede ser cualquiera:
po na ncia para el bue n fin, que, en este una lla r, una pied ra o un mandala, pero el fuego tiene una magia
n percances. De la misma forma , en especial, con sus destellos y matices, que hacen de él un buen corn-
195
El FENÓMENO RAD IESrnICO
os elementos externos con los que se Aunque si la búsqueda se prolonga en exceso, la tensión acaba por
nidos monótonos y repetitivos: el ulular ejercer un dominio decisivo sobre el organismo , impidiendo el
scurrir de un rto.son buenos aliados, que correcto transcurri r de la acción radiestésica. Las facultades que
a disposición. Otro método es concen- dependen de la voluntad no pueden obrar de forma continua en
el latido del corazón o la respiración. En ninguna actividad, puesto que el acto se relaja y la mente se embo-
ano anónimo escribió una obra titulada ta, lo cual conlleva una disminución de la capacidad vital. Incluso
en ella aparece la siguiente frase: .Elige hay que tener cuidado en no alargar la atención en demasía, ya que
a que prefieras mient ras sólo tenga una una atención sostenida durante un tiempo excesivo, puede transfor-
ibarás pensamientos de todo tipo y los marse en alucinación y el operador termina dand o por válido un
do». En Oriente esa palabra es Om , soni- resultado que no existe. Es algo as! como cuando la sed nos hace
as instaur ándose en multitud de centros focalizar la atención en el deseo de encontra r agua, y la mente crea
personal por todo el mundo. Una forma el espejismo de un oasis con aguas cristalinas. Este fenómeno de
ntaria es la repetición consciente de un a detectar aquello que no existe, ocurre con frecuencia en los opera-
dores impacientes que , al desconocer los mecanismos psíquicos,
operador se conviene en fluctuante, en imponen un esfuerzo a la mente que ésta no es capaz de aceptar.
tes que interfieren en la concentración,
ados que se obtengan y rehacer todo el La voluntad mantiene la atención dirigida en la dirección desea-
incipio. Los pensamientos erráticos , las da, pero hay que tener en cuenta que el poder sob re la atención
noponunas, etcétera, forman el ambien- no es ilimitado, y en algunos casos surgen las distracciones. Para
ención del radiestesista mient ras traba- mantener esa atención, y que no se debilite, hay que revisar
e multitud de errores . En estos casos la periódicamente dicha voluntad du rante la búsqueda. No obs-
nteniminto de la atención, logrando el tante, en radiestesia, a diferencia de otras actividades, la atención
n especial cuan do va acompañada de la está determ inada por una decisión libre de la voluntad , y cuan-
a voluntad hacia el objetivo propuesto. do en pleno ejercicio radíestésíco es arrastrada por algo que
cia el contro l de los procesos psíquicos, turba el curso del pensamiento, ocupado en el proceso de bús-
que pretende opera r en radiestesia. La queda, se debe interrumpir la operació n y comenza r de nu evo,
va la aparición de pensamientos erran- incluso abandonando si esto sucede con frecuencia, a la espera
su hegemonía sob re la atención dirigi- de mejor ocasión.
ebe ser mayor, si cabe, en las personas
mantener mucho tiempo la atención. La mente está capacitada para focalizar la atención del pensa-
ya que con la práctica lograrán elevar el miento de un objetivo a otro de forma alternativa. Sin embargo, si
esta simultaneidad se prolonga, aparece la fatiga y la confusión,
dificultoso mantener la atención; sin deb ido a que, aun siendo una actividad posible, es dificultosa para
sminuyendo conforme el pensamiento la mente . Esto sucede debido a que ante cada nuevo objetivo hay
cicio voluntario de la concentración. que configurar de nuevo su imagen y caractertsticas, al menos aque-
197
El FENÓMENO RADIEsT"E:SICO
side ra que tiene para hacer creíble a uno existe el excesivo gasto mental qu e se originarla si al mismo tiem -
llarlo. Esta representación mental cam- po se intentase razonar o comprende r algo. En radiestesia la
un esfuerzo que, a no ser que se trate de mente consciente actúa, funda me ntalment e, en la inte rrogación
en los mecanismos psicológicos, difícil- y en declarar la intenci ón, deja nd o el resto del proceso al incons-
apareciendo ast la fatiga flsica y mental , ciente.
búsqueda y que, en caso de continuar, Precisamente los fracasos en prueba s públicas de operadores que
, esta situación puede provocar una ten- mantienen buenos resultados en otro tipo de circunstancias, se
proseguir en ese camino, puede acarre- deben a la imposibilidad de concentrarse en situaciones don de los
s. estimulos exteriores superan dicha capacidad . En estos casos d íñct-
uele provocar un aumento de tensión les, el radiestesista debe , antes de operar, prepararse psíquicamente
adaptación del sistema nervioso central, mediante cienos ejercicios, que le permitirán operar casi en cual-
onda s eléctricas más rápidas e irregu- quier momento y circunstancia. Es preciso tener en cuenta que una
uede obstaculizar la reacción radi est ési- enfermedad o el cansancio pueden mermar la capacidad direccional
o en el proceso psicob íologíco gracias a y de concentración de la mente. Si el operador no es capaz de sobre-
que la tensión generada por la persis- ponerse a ello, debe postergar el trabajo hasta haber superado el pro-
e la búsq ueda, no vaya en aumento y se blema.
ptables. A muchas personas planchar la Saber y poder concentrarse en un objetivo a voluntad favorece o,
progresiva debido a que no les motiva más bien permite, realizar la búsqueda, dado que la concentración
tras un problema de muñeca, la terapia radiestésica se focaliza sobre un solo objetivo. El trabajo orientad o
movimient o que se realiza al planchar la hacia el aument o del tiempo y la calidad de la concentración con
cción que antes nos repelía. la motiva- ejercicios que contribuyen a aislamos del entorno, permite que el
eneral,la tensión que conlleva una acti- medio donde se opera no influya en el resultado de la localización .
on que la desarrollamos. Muchas veces AsI se logran eliminar los factores sugestivos, grandes enemigos del
mento que nos permite que una obliga- radiestesísta.
una agradable actividad . En caso de no poder mantener la atención cent rada en el objeti-
vo, cualquier circunstancia pod rá ejercer de eclosionador del movi-
miento del instrumento, ya que éste tiene una tendencia innata al
oncentración movimiento cuando está en manos de una persona en estado de
búsqueda radiestésíca. Al perder la concentración es posible que
consiste en centrar, de forma volunta- cualquier elemento que , por analogía, represente en la mente del
obre un objetivo concreto, y sostenerla operador la presencia del objetivo, ocasione la respuesta neuromus-
Es un paso más allá de la atención, ya cular que hace que su rja el movimiento del instrum ento. Si el obje-
d o y mantenido. tivo, por ejemplo, es un manantial subterráneo, se puede relacionar
t ésíca se diferencia de la, digam os, con la visión de un charco, la hierba húmeda, un sendero o un pozo
nt o apenas trabaj a y, por lo tant o, no cercano , llevando asf al fracaso.
199
EL FENÓMENO RADlESUSICO
rabajo radíestésico transcurra sin inter- ser de un tamaño suficientemente grande , situado a unos 50 cen-
tado de concentración , ya que las inte- ttrnetros de distancia y a la altura de los ojos. Fije la vista y con-
d o la capacidad de concentrarse en el centre su pensa miento en él con exclusión de todo lo demás,
no es posible opera r sin observadores, incluidas sus propias caractertsticas como color, tamaño o forma.
y, una vez finalizada, realizar las opor- Es en su conjunto, o más bien en su esencia, en lo que hay que
entar las conclusiones obtenidas; aun- concentrarse . Si lo desea puede anotar el tiempo que tarda en
durant e el trabajo, mucho mejor. Esto perder la concentración, aunque quizá sea esta actividad la que
se trata de operadores con poca expe - le perturbe , pues no se trata de una competición sino de relajar
lograr el estado mental operativo ade - la mente. De modo que, cuando los pensamientos erráticos
debilita la concentración y el instru- entorpezcan su labor de concentración , no luche contra ellos,
o lo hace indebidamente. d éjelos vagar, inspire profundamente, espire lentamente con
en mucho la capacidad de concentra- regularidad por la nariz y comience de nuevo desde el principio.
uerzo que supone mantener la atención
ya, y el lógico desgaste que se sufre sea, Conforme se comprueba que la capacidad de concentración aumen-
tado pslquico varia constantemente, de ta, se pued e practicar con los ojos cerrados visualizando el objetivo.
idas del entorno sean distintas en cada Se trata en este caso de una interiorización, que permite una mayor
suma impo rtancia desvincularse de él, independencia del medio exterior.
e pretende obtener. Mediante sencillos
pacidad de atención se logra focalizar el Para concentramos con garantlas podemos usar el segundero del
-como puede ser la llama de una vela-, reloj como medida, lo que nos permite observar los progresos con
damos en pensar en otra cosa distinta. una mayor precisión . Cuando el segundero esté situado a las doce
cerraremos los ojos y, mentalmente, seguiremos su curso abrién-
entración, al igual que con la atención, dolos cuan do creamos que ha llegado a, por ejemplo, treinta
etivo sobre el que practicar. Puede ser, segundos. Claro está, el ejercicio ha de realizarse sin contar numé-
vela sobre la que hay que mantener una ricamente los segundos que van transcurriend o; es un acto de sin-
ica y, como decta antes, ir revisando si cronla. Asl pues, iremos comprobando si la concordancia es más
ón mental, lo cual es probable que suce- o menos exacta, y conforme vayamos coincidiendo el tiempo
nforme dediquemos más tiempo com- puede aumentarse a un minuto, o todo lo que se quiera. Uno o
mente, también aumenta el tiempo que dos segundos arriba o abajo no son determinantes para conside-
er la mente orientada hacia ese objetivo rar el ejercicio como fallido, ahora bien , si sobre treinta segundos
áticos se ciernan sobre nosotros. nos desviamos siete u ocho habrá que practicar con mayor dedi-
cación , hasta lograr un perfecto sincronismo; ello nos indicará
entrete nido, es la concentrac ión diná- que vamos por el buen camino. Este método también nos sirve
de un reloj. Sitúese cómodamente sen- para comprobar que no todos los días, o incluso épocas, son igual
gido, que para mayor facilidad deberá de adecuadas para concentrarse, y por tanto para ejercer la radies-
20 1
El FENÓMENO RADIEStlSlCO
rsos factores, tal como hemos tratado en en la concent ració n del pensamient o y a la actitud de pasividad , que
e rar, y qu izás el más determinante sea el tanto favore ce al radiestesista mient ras se mantiene a la espera del
decir, preocupaciones u obsesiones que resultado.
oncentra ción . La introspección , realizada durant e el trabajo radiestésico, pro-
voca que el com portamiento tienda hacia un estado de intimidad y
permite que se diluya la monotonla que recogimiento interior. Este provechoso fenómeno, qu e apona tran-
delante de un obje tivo estático; pero no quilidad y confianza además de elevar el espí ritu , pu ede generar en
cia de aumentar de modo progresivo la personas ret raídas o t1midas un cieno aislamiento del mund o exte-
niend o en cuent a que los dedi cados a la rior. En estos casos, es convenient e realizar un trabajo de exteriori-
suma importancía, ya sean con el obje- zación que permita mantener un a relación normal con el medio.
nteriormente. No obstant e, lo más deci- Debemos tene r en cuenta que la ment e, al igual que necesita de
cia; es mejor pequeñas sesiones de uno la concentración , precisa de momentos de esparcimiento, en los
agotadoras experiencias en las que se cuales no se focaliza en ningún pensami ento concreto. De esta
A veces pu ede parecer qu e no se avan- manera se consigue un descanso ment al qu e seria dificil de obtener
mprobará con íntima satísfaccíon cómo mediant e un pro ceso intelectivo. Sin embargo, no me refiero a los
n se va amp liando, hasta poder lograrla pensamient os errabu nd os, sino al proceso interior qu e surge duran-
uns tancia. Ya en una segunda fase pode- te la medit ación . Meditación y acción son dos caras de una misma
n en lugares bulliciosos y adversos, que moneda. Es la liben ad del espiritu q ue un o adquiere lent amente,
enorme capacidad de control sobre entonces la vida se conviene en una acción meditativa. La mente
e puede realizar el mismo ejercicio del está orienta da hacia un objeto en estado de concentración y medita-
en un lugar tranquilo, sentados y ante ción hasta que llega a perde r la noción de sí misma. Enton ces surge
bu llicio, andando y con un reloj de pu l- una autoinm ersión qu e nos catapulta hacia la comprensión.
de eje rcicio físico no violent o, como
ación y estimula el rendimiento de la
esia, sino para cualquier actividad . La abstracción y la neutralidad
destaca r, dentro de los objet ivos de la
los medios y no en el fin. Es impor- La abstracción es la acción o efecto de abstraerse; es un acto mental
lo q ue se está haciendo , de todos los gracias al cual se pu ede conside rar de forma aislada un objeto idea-
ervándo nos, viviendo el moment o. En do en la ment e de forma volunta ria. Es, por tant o, el produ cto de
de localizar el objetivo, hay que diri- considera r algo separado del resto, dirigiendo la aten ción sobre ese
nand o nu estras preferencias con res- algo. Pero, quizás , el propósito fund amental de la abstracció n en
radiestesia ocurre cuand o el operado r se repliega sobre si mismo y
antes de discipl inas como el yoga, zen , se conviene en espectado r de su propia actividad .
nen una buena predisposición para el La abstracción es cond ición primera y fundamenta l de cualq uier
ebido, en bu ena medida, a la práctica actividad cognoscitiva; permite que el ente ndimiento se eleve más
20 3
El FENOMENO RADl ESrt SICO
os sentidos, po r encima de lo inteligib le objetivos físicos, en el caso del agua sub terrá nea: humedad, cambio
e da la simple razón . en la calidad del aire, etcétera. Por otra part e están también los qu e
blemas , y causa de equlvocos en rad ies- son producto de estlmulos sugestivos externos: cha rco, cauce seco,
la inducción radies t ésica; se produce etcétera, q ue inconsciente me nte podem os relacionar con la presen-
echos auto máticamente ciertos pasos en cia del objetivo. Finalment e están los autosugestivos, p rocedent es
e todo en las personas que no conoce n d el recuerd o de otras expe riencias ante riores , o de d eseos de lograr
so. Uno de los motivos de inducción un o u otro result ad o, e incluso de dar po r finalizada la búsq ueda ,
uir las exp resiones y formulaciones ver- po r lo gene ral debido al cansa ncio o a la falta de motivación . Estos
, qu e en buen a parte de las ocasiones últimos condicionantes son los más peligrosos , y es sobre ellos que
esión de la intención . No obstante, esto se debe ejercer un férreo control. En fin, el agru pamiento de algu-
determinadas circunstancias, no pueda nos ind icios, tanto proced entes del exterior como intern os al ope ra-
uada el lenguaje simbólico pertinente , dor, conducen a da r por bueno un resu ltad o consciente o incons-
cto e incident e para la ment e la exp re- cient em ent e. Sabido esto, es important e actu ar paso a paso en todo
oceso rad iestésico es posible aun sin el proceso radiestésico, sin obviar nin gú n acto de los qu e estamos
xactitud , es más segu ro no da r por asu- aquI desarrollando.
rándolos un o a uno: el enunciado de Otro menoscabo radiest ésíco es el que sufre el ope rado r cuando
l acuerdo del movimiento del instru - «esta conve ncido. d e que el objetivo existe. Esta convicción es per-
se van a percibir. ju d icial, ya qu e se pane de un su pues to pos ible pero no segu ro , lo
motivada por ana logia es ot ra mu estra cual puede llevar a «descu b rir» algo que no existe. El radiestesísta
accionar y dar validez ante algo, mate- no debe presuponer nada, hay que pon er en cuarente na cualquie r
nte me nte presenta ciertas semejanzas idea sobre la existencia o no del obje tivo hasta que concluye la bús-
e observado en otro caso y cuyo resul- queda.
m plo, ante determ inados indic ios de Precisamente para evitar estos errores se emplea la abstracción,
erficie, qu e después se confirman al como part e d ecisiva en la espera neutral del resultado. AsI se indu-
er conscientes en otras prospecci ones , ce a un estado de barrera inte rior que inhibe de los estímulos suges-
a ntía de la presencia de aguas en el tivos del ento rno, y de los propi os, que puedan desvirtuar el resul-
nd iciones y los ind icios qu e rodearon tado. Un ejercicio favoreced or de la abstracción, al igual que de la
ada, no tien en por qu é repe tirse de concent ración, consiste en focaliza r en la imaginación el objetivo y,
proced en de las mismas causas; ant es con el estado de relajación pertinente. tratar d e eliminar cualquier
d ica que si nos guia mos por los datos otro pensa mient o que no sea su representación menta l aislada del
tras prospecciones el resultado será, resto . El tiempo de duración de este ejercicio estará ma rcado por la
sensación de fatiga o de tensión que se va gene rando en el organis-
entos que nos puede n sugestionar; en mo. Estos síntomas nos pu eden servir de aviso, puesto que en
oce den d irectame nte de las modifica- radiestesia, como en cu alqui er proceso psíqu ico, u na forma de saber
e son en ocasiones p rovocadas por que no vamos por el bue n camino , es observa r el grad o de cansan-
205
El FENÓMEN O RADlESttslCO
comparándolo con otros trabajos radies- muchos casos las primeras son necesarias para que surjan estas últi-
sticas. Ante una búsqueda mal plantea- mas. Si uno cree que está enfermo puede acabar comportándose
con muestras claras de cansancio y de como tal sin estarlo. Si uno cree que es capaz de escribir bien insis-
ncluir el trabajo con acierto. Cuando te en ello hasta lograrlo . la fe y la creencia en las posibilidades de
e estado lo mejor será parar y reiniciar éxito son el marco sugestivo que facilita el logro de cualquier meta.
cipio. Hay dos vías para que se origine la sugestión: debido a fenóme-
nos exteriores transformados en ideas, o bien por pensam ientos sur-
gidos desde estimulas interiores. Éstos muchas veces están condi-
cionados por experiencias anterio res, y se podtian definir como
autosugestiones . Éstas, adecuadament e dirigidas por el operado r,
pueden ser favorables a la acción radíestésica o, desfavorables, si
aparecen de forma descont rolada, o sea, cuando se está bajo una
influencia no querida .
la aut osugestión es un fenómeno cotidiano, que surge la mayor
parte de las ocasiones inconscienteme nte. Sin embargo, también
puede aparece r cuando logramos concen trar volun tariamente la
atenció n en un objetivo logrand o focaliza rlo en la conciencia. Asi,
en este contexto, junto a la imagen mental de 10 que se pretende,
y autos uges tión surge la autosugestión y se consigue un estado psíquico y una
intenció n constantes que, junto al recuerd o renovad o del motivo
a imaginación incide sobre el pensa- qu e nos impulsa a actuar en determinada orientación, estimula la
ecto puede ser de amplias repercusio- acción radiestésica hacia el resultado correcto . A su vez, la autosu-
al inconsciente. Existen varios tipos de gestión facilita la capacidad de atenció n, la memorización , la sere-
nglobar en dos bien diferenciadas. En nidad y la tranquilidad. Su potencial, adecuadamente dirigido , es
largo plazo, que son las responsables
inmenso.
ersonalidad, el carácte r, los modos de Continuamente recibim os información del entorno, que es en
adolescencia son las etapas donde la gran medida visual, y se traduce en una oleada de estimulas que inci-
impacta más profundamente en el den en el cerebro influyendo en nuestro compo rtamien to. Una suges-
estión. Si, por ejemplo, el niño recibe tión dirigida favorab lemente inhibe al operado r de las influencias
que es tonto acabará compo rtándose exteriores mediante una declaración previa a uno mismo de lo que se
entorno le modela de forma positiva, pretende discriminar, es decir, todo aquello que no sea el objetivo:
e aumentan incidiendo en su incons- «las influen cias exteriores no van a afectarme gracias a mi capacid ad
s. En segund o lugar están las suges- de concentración en lo que pretend o lograr », De esta manera se con-
de forma casi instantánea en el com- sigue una cierta inmunidad sobre los efectos distorsionadores de la
e utilizan en radiestesía, aunque en acción radíestésíca, incluyendo los estimulas e informaciones exte-
207
EL FENÓM ENO RADIESIDICO
hos resultados . Esto se puede compro- sea más dificil de contrarrestar, debido a condicionamientos inte r-
uales el operador se encuentra aislado nos y educa tivos qu e influyen de forma determinant e en su ánimo ,
ando no existen indicios del posible siendo uno de los mayores enemigos del radiestesísta . Una actitud
directamente hacia el obje tivo. Si inten- de espera neutra favorece el bloqueo de los element os sugestivos
nada carta en una baraja usada qu e exterio res y limita la posibilidad de que se produzcan desd e el
mente puede dedicarse inconscient e- mismo operado r. Este estado se puede considerar activo en el ámbi-
as marcas con ciertas canas, descartan- to mental pero imparcial en cuanto al resultado de la búsqueda.
embargo, si no existe esta posibilidad, la autosugestión negativa tambi én puede implantarse en la
cupación que dirigirse hacia un proce- mente cuando el operado r comienza a plantearse dudas en cuanto
r la cana buscada. al fenómeno en st o a su form a de trabaja r. No debem os pensa r que
itación y de la concentración se logra el esfuerzo qu e estamos realizando sea inútil, puede que sea más o
estiones negativas, lo cual nos permite menos acen ado, pero nunca es un esfue rzo en vano , ya qu e gracias
por sugestiones exteriores y asimismo a él vamos elevand o nuestro nivel de comprensión y de efectividad ,
ntro lar la autosugestión . aun cuando nos equi vocamos. Los esfuerzos metód icos incitan la
cual varios zahortes experimentados confianza y desarrollan la volunta d de seguir adelante, indepen-
o r encont rar aguas subterráneas en un dient emente de conseguir, en un principio , unos resultados u otros .
equipo de hidr ólogos. la cooperativa Es posible dominar los efectos de las sugestiones negativas gracias
aba con urgencia agua para sus culti- a la asociación de ideas; con su concurso se mod ifican las tendencias
conde nados a la ruina. Tras solicitar que se elaboran en el inconscie nte. Mediante esta vinculación evoca-
ue el agobio y la insistencia, tant o a tra- tiva logramos que aparezca un pensamiento o una imagen represen-
el terren o, de la necesidad de sacar tativa del objetivo. Lo important e es que sea una imagen nltida y
usa de qu e estos expenos zahoríes se manifiesta para el esplritu del operador de aquello que se qu iere
actitud de estas personas: «Tiene qu e encontrar.
n psicológica se olvida lo más impor- la vista actúa como un elemento sugestivo qu e puede favorecer
o , después de liberarme de la presen - el logro del resultado correcto. Si queremos saber cuál es la carta de
e los condicio namient os y pensamien - la baraja que está boca abajo encima de la mesa, será más fácil con-
centración y la abstracción, llegué a la cent rarse sobre ella si la tenemos a la vista qu e si le damos la espal-
a, al menos no la suficiente para sus da. la acción visual incide notablement e en la capacidad de con -
ró con posteriores perforaciones en centración y de representación mental del objeto , pero siem pre sin
dos por los ante riores radiestesístas, olvidar que actúa dentro de un contexto auiosugestívo. Precisamen -
cas lluviosas un cieno caudal. te , la visua lización del objetivo se configura más eficazmente con-
bilidad a que puede verse sometido el forme se incrementa n los detalles qu e tenemos sobre él. Cuantos
o r factores inherentes a sí mismo y a más dato s apo rtamos a la mente sob re el objetivo, más veraz es la
entra ñando ambos graves riesgos para imagen que nos formam os y mayores posibilidades hay de focalizar
e, qu izá, la autosugestión involuntaria la concentración visual. En caso de buscar a una persona desapare-
209
EL FENÓMENO RADl ESTl!Slé O
lo. edad. sexo. nombre y cuantos más lienzo puede ejecutarla con mayores garantías, e! radiestesista que
marse una imagen mental que eleva la logra <ver. e! objetivo tiene mayores posibilidades de éxito. y. pro·
ta cada letra escrita. cada pista que le bablemente, en ninguno de los dos casos e! objetivo final sea tal
nte <su. imagen del objetivo. tiene un como se visualizó.
talles encuentra un aliado. La imaginación. la percepción. la visualización e incluso la
e la visualización es lograr el control memoria se configuran y adquieren coherencia en la mente. gracias
es sino en las creaciones de éstas. que a un mecanismo holográfico que permite que la conciencia esté en
troducen en la mente. consciente o su conjunto interconexionada. La memoria impulsa la visualización
o los conflictos de identidad entre la de algo ya conocido. asimismo actúa junto a la imaginación crean­
ultados positivos de la visualización se do elementos totalmente nuevos o nacidos gracias a la transforma­
que con otras técnicas, al interaccionar ción de otras informaciones anteriores, pero sin dejarse influir por
anismos inconscientes . De esta forma, ellas.
s superficial a impulsos de niveles más
más fácilmente mediante un lenguaje
expresiones más intelectívas fruto de La técníca.que practicó en los ílibajos lque requíerenzdetérj,
:,..,'" • l' ~;'~~"" ", :.i "
mitadas de la realidad. Esto lo pueden mi~C;!ps'éesfue~~,mental~ Yil;~miism,o .f!sicos,.es, la .que'
s personas que tienen vicios arraigados deno'!!!!laré
.
.:cótno-suges~l.ól)
. , ".;.diÍ)¡!Iriizante
", . Consiste e!>'A~~. '
pueden abandonarlo mediante el logí­ estímulacíón neM~ Yimuscular q':le1favore~ la elimi!JllCió~
etjuicio para su salud. Hace falta un d.,.~ terision~ ps¡Mieas y m~~res, creando el esÍí!i~
a entonces dejarlo sin esfuerzo. pues psícobíologíco más aprepíado a , . ~da situación. F\,Indamél1
por un camino. todo es fácil. talmente- es una ,autosugestión prficipal rodeada de' otras
imágenes mentales nüídas y coheren­ secundarías, gene¡-ado~ de en érgíaactíva propulsóra del
o un paso decisivo. Con ello se consi­ :
moyimiento flSlc~pslqUico . M~1~ esta sugestión ~Jl!3zaj
la imagen del objetivo como errónea. da. se logran
.,
hilvanartodos los momeruosde
"P~~ ......¡
la búsqueda
-....
en '"4
de los resultados obtenidos en expe­ un fluir continuo. sin fisuras qU~ 1 \;9p'píln el jmpulsq inicial
ast también se logra sugestionarla lo que transmite e!"consciente a~. ·incolJSCiente. y que éste
ontexto que le resulte creíble, Los pin­ devuelve con creces.
gran capacidad de elaborar imágenes
de observación que han desarrollado
icas de examen. amén de las cualida­ Creer que e!fenómeno es real. la convicción de que podemos lle­
varlo a buen fin. la confianza en nuestras posibilidades. la satisfac­
ón o representación mental del objeti­ ción Intima de saber en qué contexto estamos trabajando. vivir cada
o en el compo rtamiento consciente paso de la búsqueda. sentir e! lugar y a nosotros en él.
sciente dirigida hacia su logro. De la Todas estas ideas y sensaciones adecuadamente sugeridas inci­
<ve. su obra antes de plasmarla en e! den en el inconsciente y le mueven a pasar a la acción. De ahí la
211
El FENÓMENO RADlESrtslCO
incluso paso a paso la actuación que El esquema mental
preparación y la búsqueda. incluyendo
dido y de las pautas necesarias para lle­ LJna vez realizada la pregunta adecuad a. y seleccionado yJ!iado en
podría representarse uno mismo traba­ la..mente el ob jeto. hay que mantenerlo todo en lo que he llamado
alma. sin distracciones. dominando la el esquema mental. Éste es una representación gráfi~ simbólica
n •
tado perseguido . del contexto o~rativo en el cual. dependiend o de la fase en que se
de la sugestión dinamizante en los pro­ encu entre el estudio rad íestésico, incidirá más en un os aspectos o en
hecho bien simple. el organismo cuen­ otros. Si. por ejemplo. estamos en la fase del proceso radiestésico en
receptores sensoriales y un os 10 trillo­ la cual acordamos las reacciones neuromusculares, la representación
nervioso. Por esto somos mucho más genuina o simbólica de este hecho ayuda a grabar con eficacia el
tímulos interiores que a los exteriores. mensaje en el inconsciente.
ilidad de cont rolar las influencias exte­ Un esquema es la re presenta~i ón en la mente de ele_l1!~1"!!".s mate­
o estado interior; además. gracias a la riales o inmate riales; consiste en hacer p.~I)~~n_! ª--t¡l.eme. de
mos dirigir los estados generados por modo adecuado. un objeto que no conocemo s directamente o, al
menos, no tal como es ahora. Por ejemplo. se puede intentar la loca­
e valen de testigos; o sea. element os lización del propio coche. que ha sido sustraído; sabe cuál es el obje­
nos qu e les recuerden a éste y les ayu­ tivo, pero no conoce si éste aún existe, en qué estado se encuentra,
reforzándola. En principio. no son si se halla averiado. desguazado o intacto . La iJ!!'l,grnSl\l-e-Sl:J orma_
e son estímulos para fomentar la auto­ del objetivo es representativa. sirve de vinculo entre la mente y. e)
diestesísta. Sin embargo. la mejor auto­ ob jeto. entre lo diverso YlQ.fQ!!.geto. al-!!,p'roducirlo en la mente
conscientes de lo qu e se realiza y en basándose en recuerdos de objetos similares, o i~ndo cómo es
e~u e se pretende localizar.
e favorecer con lecturas apropiadas al Para paliar los efectos negativos que puede provocar la imagina­
suceder todo lo contrario. si aqu ello I cí ón mientras se trabaja - sobre todo en los periodos de espera- , es
rte de la literatu ra radiestésica- añade l aconsejable reiterar la expresión de la intención de conocer sólo lo
ual generará un rechazo inconsciente. ; que se pretende . y nada más que eso, con exclusión de cualqu ier
caso. no es necesario dedicar largas ¡ otra información . Asimismo . las man ifestaciones imaginativas y
ionar bien los textos que vamos a leer
de ocio y descanso. De esta forma sur­
¡ sugestivas negativas -procedentes tanto de fuentes exteriores como
.i subjetivas-, no deben encontrar eco en la mente. al reforzar la ima­
necesario para dirigirse hacia la meta
o de una forma inmediata. Lo imp or­
inos hacia lo que nos proponemos, la
I gen del objetivo mediante la representación mental. Ésta proviene
de una intención . y puede llegar a ser tan veraz. inmediata e inten­
sa. como eficaz sea dicha representación mantenida por la atención.
primer paso. pero mientras llegamos De nuevo hay'_~ recordar la imp'onancia de la concentración
s esto es tan imp ortant e o más que el dentro del ~uema mental eleg!do. Sin ella presente en todos los
aspectos del proceso radíestésíco, éste difícilmente puede llegar a
213
EL FENÓMENO RADIESTBICO
ón es correcta sólo reaccionaremos de reconducir ciertas situaciones de laxitud psíquíca, que pueden
n lo acordado, ante la respuesta corree­ darse, en especial, cuando se está operando durante mucho tiempo
vo no debe existir reacción. En el esque­ seguido, o en circunstanciasadversasy, asl, apuntalar laconfianza en
tetizado el modo operativo, y casi se la metodología que estamos empleando.
modo operativo, y el punto a partir del
radíest ésica. En él se encuentran inte­
erentes a la acción radíest ésíca, tanto los
tuando como los que se suceden a cada
acciones neuromusculares pactadas, la
tación y selección mental del objetivo,
iento de la atención y la concentración,
ntención y la pregunta pen ínente, todo
la neutralidad, la motivación y la con­
empo todos los pasos, ya que, aunque
, la mayoría persisten durante toda la
agudizar más en determinadas etapas
r un papel preferente en el esquema
ativo.
fundamenta en tres elementos ine­
un conceptopiecíso del,objetivo CO N DIC IONANTES EXTERNO S
nda fielmente con lar realidad), el
amiento orientado
•. -
sobre él ...y,.. por El lugar y el momento
intención de lograrlo.
Un factor que se debe tener en cuenta -cuando se realiza el trabajo
radíest ésico en una posición est ática- es comprobar que el lugar
centración es posible r~l!Lrzarl 'l..íU fllYés carezca de modificaciones de la radiación natural, tanto las origina­
puede lograr mediante una formulación das por elementos geoftsicos como por elementos artificiales, ya que
vo. la expresión o la p re~ . También su inlluencia crea tensiones y, por tanto, limita las reacciones neuro­
oz alta, habIándose a uno mismo para musculares y psíquicas. El medio donde se desarrolla la acción
a búsqueda. El propósito de la fijación radiest ésica debe ser lo más favorable posible, dentro de las caracte­
proporcionar una estructura al pensa­ rísticas de la búsqueda, ya que cualquier circunstancia nociva afecta
se hacia él. De este modo, se pueden negativamente al operador, obligándole a un esfuerzo añadido para
215
EL FENÓMENO RAOIESTEsICO
a (véase E/lugar y la vida y Geobiologia: cierto tiempo de forma estática. Por tant o , en el caso de la teler ra-
d iestcsía, qui zá sea más favorable o rientarse ha cia el norte para qu e
n lugar que tiene sus constantes geoflsí- la relajación sea algo más fácil de lograr y manten er. Aunque perso-
uede aparece r un estado de estrés en el nalmente no consid ero qu e esto tenga nin gún efecto notable, y rara
on centrarse de forma satisfactoria. De la vez lo ten go en cue nta al ope rar.
bacion es atmosféricas (tormentas magné- Debo insistir en qu e, a tod a costa, hay qu e evita r los am bientes
os en la atmósfera, etcétera) pueden pro- desfavorables , sob re tod o las per son as que transmitan esce pticismo ,
mbios de estado de ánimo , etcétera, que hosti lidad o sarcasmo . As; pues, se deben lim itar las exhi bicio nes
tesista. Estos condicionamientos son una públi cas qu e sólo conducen a fomentar el aspecto circense d el fenó-
ga a una ma yor abstracción e inhibición me no y, en ningú n caso , apo rtar án beneficio algu no, ni a la rad ies-
es. Las personas más sensibles a estos u tesia ni al operad or, ade más d e que casi siem p re se fracasa en estas
r la actividad radiestésica mientras per- circunstancias.
De cualquier forma, cada pers on a debe Nuestro sentido del olfato ca pta la impregnaci ón del aro ma de
s que le son en panicular d esfavorables u n perfume, aun que poco a poco vaya dismin uyend o su int ensi-
da lo son . Así, podem os com parar los da d. Existe n otras rem an en cias más sutiles, d ifíciles d e percibir
cion es y conclu ir cuáles son las más ade- para nuest ros sent idos. Todo objeto p roduce una huella invisible en
tar. No es la situación, el lugar o las con- el lugar d onde ha estado y, de l mismo mod o , un aco ntecimiento
limita el normal desarrollo del proceso deja un a persistencia o memo ria su til. Esto n o debe servir co mo
, más o menos aguda, de tensión, estrés excusa para j ustificar un fracaso; esto só lo lo argume ntan operado -
dichos fenómenos que, en personas pro - res poco introd ucidos en las verd ade ras causas del fen ómen o
ide la adecuada actitud de relajación y radiest ésíco. Aun qu e es po sible q ue, en de term inad as circunstan-
cias, especialme nt e inte nsa s o que sintonizan d e forma especial con
sol sobre los organ ismos, incluyendo al el o perad or, estas remanen cias pueda n crear ciena confusión, pero
do por algunos para ligarlo al fen óm eno no lo hacen en mayor medida que la reacción física que p roduce un
s de la realidad; la radiestesia en si no element o medi oambiental: ruid o , zona s alteradas , etcéte ra. En
les influ encias d el medio exterior. Aun- ambos casos , si se opera según los parámet ros que se han ido expli-
algu nas pe rsonas , sometidas a influen- ca ndo a lo largo del lib ro, di fícilmente se verá afectado , ya sea por
las citadas , son susce p tibles de padecer las posibl es rem an encias o por cualqu ier otro fen ómen o , tanto d e
osismo. Estos efectos pued en limitar las carácter fisico como psfqu ico . Para log rar ese aislam ient o, la expre-
e permiten operar en rad iestesia y, en sión d ebe delimitar el ámbito d e percep ción, con exclusión de cu al-
ida d intelectual o Iísíca. quíer otra ín fluencía.:
a en la que se op era n o tiene ímportan- • Tengo la int ención de ser consciente de la existencia del objetivo.
stésico , aunque de forma sut il algu na Esta frase , u otra d e similares características , ayuda a polarizar la
hacia el none, favorece la relajación en me nt e en el obje tivo. De tod os modos, es conveniente iniciar cada
omo es el d ormir o el trabajar d u rant e prosp ección en las condiciones más favorables , ya sea d el ·me dio
217
E L FENÓM ENO RADIESTBICO
vel personal, con una actitud favorable todas formas, hay que remarcar que no es imprescindible el contac-
saber cuáles son las mejores circunstan- to con las radiaciones telúricas o cosmotelúricas, ya que el radíeste-
diálogo intelectivo de las características sista puede operar aislado de ellas, como he demostrado trabajando
uitivo, o simplemente, preguntándonos con distintos aislantes de las radiaciones naturales; pero es evidente
na duda con respecto a la influencia del que el contacto ayuda a integrarle más en los procesos naturales que
armonizan con los suyos, y contribuye a facilitar un determinado
estado Iísico y mental al operar con mayor relajación.
La ropa
La duración de la búsqueda
a la importancia de operar en un entor-
o agresivo. Dentro de estos elementos La prolongación de la actividad radiestésica durante un lapso exce-
s, existen otros factores que han de ser sivo puede acarrear un estado de ansiedad. En estas condiciones se
opa que usamos. Ésta debe ser cómoda, tiende de forma inconsciente a buscar un atajo para terminar la loca-
el algodón, el lino o la lana. La ropa, al lización. Con las prisas, la imaginación comienza a fantasear, y a
on la piel, ejerce cierto efecto sobre el crear falsos resultados, para dar por finalizada una situación que le
ositivo si se trata de prendas naturales, crea un estado incómodo.
o cuando son fibras sintéticas, ngídas y Cuando notemos el cansancio o una falta de concentración, lo
cas provocan tensiones, e interfieren en mejor será descansar hasta recuperarnos. Si la respuesta se demora,
la atención aunque ocurra de forma o no es la más afortunada, hay que permitir que la mente descanse,
os tejidos son insanos pues se cargan de aplazando la búsqueda. Sin embargo, en muchas ocasiones el
n sustancias tóxicas, limitando las posi- inconsciente continúa laborando, buscando la solución que será
al cien por cien en cualquier actividad, aportada al consciente con mayor facilidad cuando asl se le requie-
tividad tan sutil como es la radiestesia. ra. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es la conveniencia de
o pslquica, es un claro enemigo del quitarse el reloj (en caso de que se utilice), y dedicar al trabajo el
de ciertos tejidos o de prendas dema- tiempo necesario, sin prisas, ni cálculos del tiempo preciso para la
ocar malestar. Por ejemplo, un cinturón prospección; cada estudio tiene unas peculiaridades distintas y pre-
que la atención se focalice de modo cisa de un tiempo determinado.
iente utilizar calzado cómodo, con sue- En cuanto al tiempo necesario para obtener la respuestasolicitada,
o con la tierra, impidiendo descargar el ésta casi siempre es inmediata, pero, si tarda en llegar, la mente tien-
ulada, tal como sucede con el plástico o de a anticipar una respuesta, por lo general errónea. Por tanto, hay
elas de cuero, esparto u otros materiales que facilitar, mediante la expresión y la pregunta correctas, la elimi-
interacción con las energlas cosrnotel ú- nación de ambigüedades, para que la respuesta sea rápida y precisa.
calzo, aunque para muchas personas y En ocasiones, después de un largo trabajo de búsqueda, puede
trabajos puede resultar incómodo. De aparecer un estado de agotamiento que, en caso de continuar, impli-
219
e conlleva un importante desgaste del
or debe advertir esta eventualidad y
es a minimizar sus efectos. mediante
además debe tener presentes sus posi-
etapa de su evolución como radieste-
ona. dentro de su estado actual de
en la radíestesía en e! centro de interés
a especializarse demasiado en sus pre-
erder la curiosidad hacia otros temas.
incapaces, incluso, de interesarse por
da radíest ésíca. El núm ero de buenos TERCERA
ente. escaso en nuestros días, y existen
de! conocimiento que precisan ser
PARTE
rse en un campo delimitado por la cos-
~ que tener siempre en cuenta que la
la puella que permite la entrada de
LOS INSTRUMENTOS
Existen múltiples instrumentos que pueden utilizarse como amplifi-
cadores de las reacciones neu romusculares, aunque en algún
momento, e! operador puede tener la impresión, sobre todo en los
comienzos, de que una fuerza exterior y ajena a él act úa sob re e! ins-
trumento. Nada más lejos de la realidad. ya que po r si mismo nin-
gún instru mento tiene vida ni movimiento propio , y es el radieste-
sista quien. con sus reacciones inconscientes, se lo confiere. En
ningún caso hay que preguntar al instrumento o esperar de él la res-
puesta, es a un o mismo a quien hay que dirigirse y, a través de una
actitud consciente , accionar el inconsciente para que éste facilite la
resp uesta. Por tant o, los instru mentos son e! lenguaje a través de!
cual se expresa la radiestesia.
Se puede trabajar siempre con un mismo instrumento o emplear
varios distintos . La mayoría de los operadores se circunscriben a uno
solo, aunque algunos manejan indistinta mente varios instrumentos.
No recomendaré ninguno en concreto , ya que cada persona, a través
de su experiencia, decidirá cuál se ajusta más a sus características par-
ticulares. Incluso algunos operadores no emplean instrumento. Más
adelante trataré los más utilizados y conocidos. Debería tenerse en
cuenta que si el instrumento no es más que un simple amplificador
de cienas reacciones que se producen en e! organismo, se podría tra-
bajar en esa dirección , o sea, intentar descub rir dónde y cómo se pro-
ducen estas reacciones o sensaciones, y tratar de percibirlas sin nin-
guna clase de instrumento, actuando nosotros mismos como
instrum ento y, por consiguiente, pactando con uno mismo las reac-
ciones o sensaciones que se pretenden percibir. Para lograrlo hay que
observar las reacciones fisiológicas de! organismo mient ras se opera,
lo que nos dará una imagen más fidedigna de cuándo se produce
realmente la actividad radiestésica.
La forma operativa que vaya describir a continuación es aplica-
ble tanto a la práctica radiesrésíca con instrumentos, como sin ellos.
De la misma forma que acordamos un determinado movimiento
del instrumento antes de opera r, también es posible hacerlo con las
223
Los INSTRUMENTOS
percibirlas tal como hemos programado.
una determinada predisposición , o una Recomendarla los más sencillos y, mejor aún, que cada cual
produzca de una u otra forma, al igual idease y fabricase el suyo propio . Por tanto, las únicas razo-
umento, y se imprime a éste unos movi- nes para que un radíestesísta elija uno u otro instrumento son
es factible programarse para recibir una de carácter subjetivo . Lo único importante en un instrumen-
ede ser calor, [río, hormigueo, etcétera, to es que sea agradable al operador y que le resulte cómodo.
or, palpitaciones, etcétera. También se
entalmente, ante una formu lación men-
mento, o las sensaciones, deben produ- En torn o a la radiestesia existen num erosas hipótesis falsas,
tendencias motoras innatas; así, ante el arrastradas dura nte años, donde gentes de miras limitadas repiten
se produce una sensación o un movi- las mismas letanías formuladas según estrechas concepciones. Estas
saciones o los movimientos motores personas arrastran prejuicios sin funda mento, que limitan la expre-
aban siendo tan habituales que se repro- sión natural de la persona que de buena fe cree en sus conocimien-
e la voluntad de realizar la actividad tos. Se puede leer en distintos libros que no se puede practicar la
o una reacción motriz invariable, que rad íestesía si se utilizan gafas, si se llevan suelas aislantes o si no se
so provocado por la intención , e incen- llevan, si se realizan determinados gestos o postu ras (cruzar las pier-
nas, empezar a operar con el pie izquierdo, no estar situado cara al
án de algunos ope radores por diseña r norte, mantener el péndulo sólo con la mano derecha...), si no se
tru mentos y accesorios, inventar siste- está orientado según los polos magnéticos terrestres, si se está cerca
dicen sus inventores y adeptos aumen- de un cuerpo metálico. Pero donde más inciden es en la utilización
, aunque en realidad sus bondades e de instrumentos especializados y de ciertos materiales conductores,
n en la sugestión de su mente. Los hay neut ros, polarizados, etcétera; todo ello, por sup uesto, no son más
s formas, de distintos colores, etcétera, que man ías personales de algunos operadores que se transm iten a
nizar con ciertas ondas, aunque en rea- otros poco informados del marco real de la radiestesia.
jorar la acción radiest ésíca y 51, en Estas ideas son limitaciones para el radtestesísta, al que se califica
mora, puesto que el instru mento en como un radar, cuyo cerebro emite una onda emisora que es devuel-
de antena. Sólo pueden ser útiles para ta al llegar al objetivo, de forma que el radiestesista envía una onda
tiva de los operado res mal informados radar al espacio que le vuelve; que los dedos son antenas emisoras o
s de vendedores con equivocadas o fal- bien receptoras, asl como que se trata de un fenómeno similar a la
yoría de los casos el efecto contrario al radio, la televisión , la informática o incluso al láser. Se emplean t ér-
jorar la eficacia radíestesica. Un buen minos como: radiaciones, ondas , polaridad , vibraciones, rayos, emi-
que nos sentimos a gusto trabajando y siones, sintonía. etc étera, para tratar de asociar con la f!sica un [en ó-
ado, ni caro; al contrario, por lo gene- meno bien alejado de ella. Ello da pie a un léxico seudoclen tífl..o
sencillos y prácticos. En el mercado como: onda personal, código magnético, detección de longitudes de
ntos para ejercitar la radiestesia. onda, vibraciones, etcétera. Basándose en ellos, se ha tratado de
225
Los INSTRUMENTOS
os y complementa rios al radiestes ísta , cámara rad iactiva, concebida - seg ún sus . invento res. - para la bús-
e éste, como único elemento impres- queda de tesoros , claro está a precios elevados . Del mism o modo,
stésica. Es abs urdo pretend er vincula r ciertos ins tru mentos pretend en mejora r la activida d radiest ésica,
zar una jerga que deja patente el des- basándose en los llamados «alambres de Lecher » formad os por dos
os radiest ésicos, as! co mo de la propia alambre s unidos a las armadu ras de un conden sador. Al saltar la
chispa ent re las esferillas del excitado r se propaga una onda que, al
explicación seudoc íenufíca del fenó- reflejarse en los extremos de los conduc tores, da lugar a ondas esta-
lla tan sólo se consigue multiplicar las cionarias. Esta equivocada visión lts íca limita la visión del verdad e-
mentar el desdén de los indi ferentes y ro contex to en el cual se produce el fen óm en o rad íest ésíco y favo-
lient o de qui enes qu ieren interesa rse rece el erro r al implicar a la mente en actos y modos fuera de la
smos rad iestesist as, pues los limita en realidad radiest ésica,
de sus investigaciones . Es necesario O tra idea mu y extend ida es la que afirma que los instru mentos
i lism o y todo el materia l heterogén eo son sensibles a las variacio nes del campo electromagné tica, o q ue
ngaña al princip iante con pénd ulos de tiene n un as sup ues tas polarid ades que influye n en el resultado de
arios" o "cósmicos" pantallas colorea . la búsqueda radiest és íca , o que las co ndiciones atmosféricas impi -
ergizad a' que van desde el "sexógrafo" de n la acció n del péndulo. Tod o esto es algo psicológico, al igual
lacia hacer creer qu e toda esa para fer- q ue frotarse las man os, o limpiar el ins trumen to para eliminar las
z una insuficiente sensibilidad rad ies- radiacio nes a las qu e se estuvo exp uesto en ante riores trabajos , o al
in esfuerzo" sea posible .» Estas pala- ser usad o por otra pe rsona; es decir, lo que se conoce co mo la «íes-
das en los años treinta, ind ican de carga. del instrum ent o. Conozc o muchos rad iestesis tas, incluyé n-
u e ha evolucio nado la concepc ión de do me a mt, qu e no «descargan- su instrum ento de pos ibles im-
pregnacio nes q ue, según estas ideas, les impedirían actua r de modo
cuasi milagrosas, anunciadas casi adecua do y «a pesar de ello. ob tienen excelentes resu ltados. Las
sista, estarían los péndulos electrón i- su pe rsticiones y cond icionantes su pe rfluos proliferan en la vida
o r de ondas y la radiestesia depe nde - cotid iana y, también , en radiestesia, pero cua ndo uno los ana liza
e ah! otros concluye n q ue el hecho de con im parcialidad advierte su insensatez . Hay qu e procura r hui r de
o pa pel int pide la transm isión de todo aquello que merm a la noción sobre la radiestesia y, por tanto,
de no usar guantes, calzado de cau- n uestra capacida d de evolucio nar de nt ro del verdade ro co ntexto
t urón, anillo, etcétera) . Segú n estas radiestésico.
debid o a las accio nes magnéticas que O tro aspec to en el cual hay que incid ir es la escasa relevan cia
lleva a pretend er qu e el uso de mate- qu e, dentro del proceso rad iest ésico, present a la naturaleza del
ón de la varilla es desaco nsejable, ya mate rial usado en la elabo ración del instrum ento. La única di feren-
bas manos. El descon ocimient o de la cia en la elección de un instrument o u otro , de d iferent es materia-
iones el afán de protago nism o y de les, es su carácte r sugestivo, además de sus caracte rísticas flsicas,
uos como la ante na rad íest éslca co n como la elasticidad, flexibilidad , resisten cia, etcétera .
227
L o s INSTRUM ENTOS
É SE MU EVEN te un movimiento radíest ésíco, Para que éste surja deben sucederse
los mecanismos mentales descritos antes . Sin la concurrencia de
erebro la infonnación necesaria que dichos mecanismos, provocados consciente o inconscientemente, no
overse. Cuantos más husos por gramo existe proceso rad íesrésíco algun o.
an movim ientos de mayor compleji-
os. Las terminaciones nerviosas sens í-
idas po r todo el organismo , y se cree Cua lquier movimiento que ejecute el instrumento tiene una
cerebelo. Éste pued e ser estimulado causa, ya que éste por si mismo es inerte; esté hec ho del mate-
os y el aprend izaje de nuevos movi- rial que sea, tenga la fonna que tenga, es tan sólo un amp lifi-
ráctica, se van realizando con seguri- cado r de los movimient os mecánicos inconsciente s del radies-
n automática, ya que un a de las fun - tesista.
de ayudar a aprender y recordar
o una mayor destreza y conjunción
brazos, manos y dedos. Éstos depen - Al principio hay que intentar d iscernir a qué se debe el movi-
omo encargado de regular los movi- miento, y averigua r si éste fonna parte de la acción radiestésíca o se
ción radiestésíca .El katsugcn, con sus debe a otro tipo de percepc iones, o incluso a desequ ilibrios posicio-
el tai-chi con la armonía del movi- nales mientras se man eja. El operador puede no tener conciencia de
ra aprender la coordinación d inámica ser la causa del movimiento, y puede tener la sensación de que surge
bajo una influencia que obra de manera ind epe nd iente de él. El ori-
a con un a gran segu ridad y, gracias a gen del movimiento hay qu e buscarlo en e! propio radiestesísta, en
mientos o las sensaciones que se perci- nin gún caso en causas ajenas a él mismo, sino en sus propios deseos,
do , que aumente la confianza, gracias motivaciones o sugestiones. Unas veces se prod ucirá acertada mente.
endo y que se relacionan con la meto- cuando se cumplan los req uisitos apropiados, y otras, errando ante
no, para facilitar el camino a la activi- un movimiento inapropiado.
En ocasiones se observa que e! instrum ento ejecuta un movi-
en cuenta que, e! hecho de qu e el ins- miento distinto del convenid o, el péndulo o las varillas giran en sen-
an os, no significa qu e se esté produ- tido contra rio. Existen varias explicaciones a d icho movimiento; si
. En el movimiento pueden concurrir sucede con reiteración puede deberse a haber adoptado un movi-
sta debe rá conocer su existencia y evi- miento d istinto de! qu e surge con mayor facilidad por nu estra pre-
e, los que no se deban a la reacción disposición natu ral; aunque lo más probable es que la cau sa radique
ya sean positivos o negativos, provo- en una pérdida de la concent ración en e! trabajo propuesto , o en la
, en muchas ocasiones, se tradu ce en o falta de fijación mental del acue rdo estab lecido. En estos casos hay
diversa magnitud , depend iend o de la que ren ovar tod o el esq uema mental, e intentar fijar con mayor niti-
ensa miento . Esta reacción au tosuges- dez la atención sobre e! objetivo y, sobre todo, revisar si realmente
el instru mento , sin ser necesariamen- éste nos motiva y si el interés se mant iene latente.
229
Los INSTRUMENTOS
PÉNDULO mayor dificulta su movimiento, al tiempo qu e lo enlentece; un a lon-
gitud excesiva, superior a un metro, puede generar fatiga muscular
strumentos radíest ésícos más antiguos al obligar a mantener el brazo extendido. Por otra parte, si es dema-
nto en campo abierto como en lugares siado cono, el movimiento se toma demasiado rápido y de dificil
prácticamente exclusivo en radiestesía interpretación.
.
flsica, un péndulo es cualquier cuerpo Para determinar la longitud del hilo, bastará con asirlo desde
tuado por encima de su cent ro de gra- distintos pu ntos del cordón hasta encontrar la medida ade-
bremente alrededor de aquel punto , o cuada para cada uno; también se puede deslizar con suavidad
. En efecto, cualquier cuerpo, suspen- entre los dedos, hasta encontrar el pu nto de percepción más
puede servir de instrumento en radies- claro a las oscilaciones pendulares; donde creamos que los
no sea excesivo para que le permita movimientos se reciben con mayor nitidez y seguridad , será
eacciones del operador de forma per- la mejor longitud. El resto del cordón sobrante se puede
rario, que el peso sea tan pequeño que guardar en el interior de la mano, entre los dedos restantes,
s ajenas al operador. para que no moleste, o bien se puede enrollar al dedo Indice.
El peso que colocaremos al final del cordón también puede ser
ortantes a la hora de elegir un pén- de distintas materias o aleaciones. Los materiales más utilizados son
~,
ea lo más uniforme posible; que su los de metal, vidrio, madera o minerales. El material o el color no
nte repartid o y que la longitud del tienen ninguna influencia, aunque, al igual que sucede con el cor-
e tenerse en cuenta que el hilo no dón si se utilizan colores llamativos o poco agradables para el ope-
rígido, rador, puede distraerle y disminuir su capacidad de concentración.
Suelen ser macizos, aunque algunos llevan un hueco para colocar el
testigo o la muestra de lo que se pretende encontrar. Debemos pro-
ujeta el pénd ulo puede ser de cualquier curar que su peso sea homogéneo, y que esté desprovisto de aristas
cuados son los de componentes ligeros, o deformaciones que compongan una figura irregular, impidiendo
, algodón, un cabello o una cadenita. un movimiento coherente. El peso dependerá de las preferencias de
uspender el péndulo no son muy reco- cada persona y de las caracteristicas de la búsqu eda; en un lugar con
esenten una flexibilidad suficiente. El viento se suele usar un peso mayor que cuando se intenta localizar
esenta ninguna particularidad a la acti- algo sobre un plano en un lugar cerrado . En estudios sobre planos,
uizá los colores muy llamativos no sean suele usarse de poco peso (unos 5 gramos) y sobre el terreno puede
en distraer la atención del operador. llegar a los 50 gramos, o incluso más. Aunque se pueden emplear
a persona y circunstancia; encont ramos distintos péndu los para diferentes tipos de búsquedas (al aire libre,
etros hasta un metro de largo, pero la sobre plano, etcétera), uno de peso medio (20-40 gramos) puede
nos 15 a 30 centímetros. Una longitud servir para todo tipo de trabajos.
231
Los INSTRUM EN TO S
do rad iestesístas qu e llegan a emplear al imposib ilitar su correcta manifestación debido a la tensión . Al
mos; pero . se debe tener en cuenta e! tiempo que los ded os efectúan un a leve presión sobre e! cordón . la
r el mantener un gran peso du rante el man o debe pe rmanece r inerte, para permitir la respu esta neuro-
e puede causa r cansancio al operador e muscular.
nt ración. Para decidir e! peso se pue de El extremo por el qu e se sujeta e! péndulo pu ede reforzarse con
dulos. o elegir un os péndulos huecos e un a anilla o algún sistema que permita asirlo. sin ejercer presión
determinar el más adecuado. directamente con los ded os sob re la cadena o co rdó n . También se
pu ede anu dar a un dedo. por lo general el índ ice o el corazón. con
la palma de la man o extendida. hacia arriba o hacia abajo. as! como
atar lo a un cilindro. láp iz. etcétera. y mantenerlo asido. aunq ue esta
form a de opera r limita la capac ida d de ejercer e! movimiento moto r
a través de las reaccion es neuromu sculares. Es por ello qu e al prin-
cipio recomiendo asir directamente e! co rdó n con los dedos. Para
eje rcer la rad iestesia no es cuestión de ser original . sino de ser eficaz.
L1 expe riencia ind icará con qu é longitud de! cordó n se trabaja
mejor. al igual qu e el peso . la masa o e! tipo de material. sus d imen-
siones. formas o color con los qu e nos enco ntraremos más a gusto.
En gene ral. es aconsejable un péndulo con forma simétrica.
en espec ial los redondead os o esféricos. que son, sin duda.
los más adecuados para la bú squeda radiest ésica, evitando los
péndulos de masas irregulares que no tengan e! peso y la
ndo de la muñ eca.
forma repartidos de man era uniforme. usando con preferen-
cia colores discretos. y que sean de tama ño mediano. que lla-
estesistas sostienen el co rdón entre el men lo menos posible la atención de! operador. permítíé h-
pleando una leve presión sobre el cor- dole concentrarse en e! trabajo en sI.
e! pulgar y el corazó n , au nque al prin-
suje tar el pén d ulo ent re los dedos pu l-
e un a mayo r fuerza motriz dado qu e es
operado res. incluso . lo sujetan con los El movimiento del péndulo
lgar. Indice y corazón. Si la presión es
tensión . e! movi miento reflejo se verá El péndulo pu ede realizar varios tipos de movimient os:
de los dedos dificultará que los micro - • rectilíneos, qu e pu eden ser de izquierda a derecha o de dela nte
n a hacerse patentes en e! instrumento. hacia atrás;
233
Los INSTRUMENTOS
l eje que forman los dedos índ íce y Lo más habitual es que si se comienza con el péndulo estáti-
co, cualquier movimiento, ya sea giro u oscilación, indique una
el de las agujas del reloj, yen este caso actividad radiestésica, aunque otros prefieren esperar a que el
os o significar .s(.; los negativos o «no» péndulo realice unos giros perfectos para concluir que la res-
ntrario. No hay que olvidar que dichas puesta es correcta.
ódigo que cada cual convenga consigo Si se utiliza el péndulo en trabajos sobre plano, lámina, etcétera,
hay que tener en cuenta que sú movimiento no comienza de un
modo brusco sino que, con lentitud, va describiendo formas hasta
lograr el círculo completo. As! pues, el movimiento, en casode bus-
car un objeto, suele comenzar antes de llegar al punto exacto donde
está situado, de ahí que sea preciso recorrer el plano de modo sose-
gado, observando los pequeños movimientos del péndulo indicado-
res de la proximidad del objetivo. Lo mismo puede sucecler con
otros instrumentos que, antes del emplazamiento del objetivo, rea-
lizan un movimiento preconclusión y, finalmente, en el punto exac-
to, terminan el círculo del péndulo, el cierre o abenu ra de las vari-
llas, o la elevación o descenso de la vara. El operador debe observar
el porqué él mismo imprime de forma inconsciente este movimien-
~
to de aviso ante el objetivo, y decidir si reforzarlo, mantenerlo o bien
intentar eliminarlo.
... Algunos radiestesistas permanecen con el péndulo estático a la
espera de que sus microtemblores inconscientes logren la actividad
pendular convenida. En general recomiendo que se comience con
t- · una cierta oscilación que facilite la aparición de la rotación sin sobre-
esfuerzos. Por tanto, es conveniente empezar con un cierto movi-
miento pendular, aunque quizá sobre el terreno no sea necesario,
pues la propia marcha lleva inherente un movimiento que facilita el
o es la elipse, usada por el péndulo radiestésico. Sin embargo, hay personas con una gran sensibilidad
desplazamiento a otro; estos movi- motora que, en el instante de sujetar el instrumento, producen un
dquirir formas determinadas, como movimiento sin ser debido a una causa radiestésica; esto sucede
mbién se le puede dar un significado sobre todo con el péndulo. Para este tipo de personas es aconsejable
péndulo oscila de delante hacia atrás partir de una posición estática del péndulo o utilizar uno de mayor
ser un movimiento de espera, hasta peso, con lo cual cuesta más esfuerzo imprimir el movimiento.
ecuencia de la llegada de la respues- Al operar sentados ante una mesa se puede apoyar el codo o el
antebrazo sobre ella. Esta posición dificulta la aparición de la reac-
235
Los INSTRUMENTOS
a parte, atenúa la fatiga que se produce tera, por part e del instrumento es algo sugestivo en el pro ceso
durante trabajo s pro longados. La deci- radiestésico.
ón u otra dependerá de cada operador,
baja, ya qu e no tod os respondemos de la Para confeccionar una varilla se usan dos trozos de material flexi-
sma situación, aunque recomiendo pro- ble, de ent re 30 y 50 centímetros de longítud y un diámetro com-
la mesa. En cuanto al trabajo de campo, prendido entre 3 y 5 milímetros aproximadament e, y se unen las
caminando con el brazo flexionado en dos panes por uno de sus extremos con un hilo o cordó n, o bien,
e pegado al cuerpo , mant eniendo la se constru ye con una sola pieza lo bastante flexible para pode r
. doblarla por su parte cent ral. También hay operadores qu e con-
feccionan varillas de pocos centímetros, incluso inferiores a vein-
te, aunque son de diftcil manejo.
A VA RILLA
ás el instrument o radiestésico más ant i- El movimi ento de la varilla
a lmente la usaban y aún hoy en día se
rumento en forma de horquilla o de Y. Hay varias formas de manejar la varilla. La más usua l es con los bra -
teriales; como mad era , metal, plástico, zos levemente pegad os al cue rpo, con las manos y los ante brazos
os clasificar en dos gru pos: naturales y horizontales y paralelos, en relación con el suelo y ent re si, con una
as a lo largo de la historia son las de mano en cada extremo de la vara , las palmas hacia arriba y las
e árbo l o de matorral , con una resisten- manos cerrad as alrededo r del mástil cent ral. Es conv eniente soste -
de ho rqueta lo más simétrica posible, ner la vara con su punta algo levantada y a la altura del plexo solar,
nto. Cua lquie r tipo de ram a pu ede ser, mant eniéndola ligeramente curvada, con un punto de tensión a la
esia, aunque algunas qu ebradizas, resi- espera de un a minima reacción para moverse; para ello desplaza re-
mpiden la torsión necesaria y son difíci- mos las manos hacia fuera, separando los ant ebraz os del cue rpo
hasta qu e la vara alcance un estado de tensión adecuado , logrando
tambi én se confeccionan de materiales as! mantener un equilibrio inestab le, qu e se romperá al men or movi-
resent an la ventaja sobre las de ramas de miento muscular del ope rador. Esta flexión hace qu e la vara reciba ,
ma simétrica y un peso bien repartido . por parte del operador, una energía mecánica conside rable qu e per-
recomiendo el em pleo de varillas fabri- mite obt ener la reacción acordada; en este caso hacia arriba o hacia
a, ya que present an una mayor homoge- abajo. La varilla puede entrar en la mano po r sus extrem os, entre los
en un mejor equilibrio; además se fabri- ded os pulgar e índice, y salir entre el dedo anular y el meñique.
dimensi on es, lo cual favorece que se Tambi én se pu ede trabajar con la mano abierta, sujetándo la con el
cua da a cada operado r. Debemos recor- ded o pulgar contra el dedo corazón y el índice. Como en cualquier
porta ninguna vent aja sobre el trabajo trabajo radiest ésico, los músculos ha n de estar relajados, sin tensión,
esta recepción de ondas, energías, etc é- y hay qu e moverse con calma.
237
Los INSTRUMENTOS
cerrando la mano alrededor y colocándo las paralelas al suelo y tam-
bién con respecto la una de la otra, con las pumas mirand o al fren-
te. Los codos deben ir casi pegados a los lados del cuerpo, pero sin
ejercer presión alguna sobre él. Brazos, hom bros y manos relajados,
mant eniendo éstas con una ligera tensión sob re el mango de la vari-
lla. Todo esto, al igual que lo q ue narraré a con tinuaci ón, con res-
pecto a las varillas en forma de L, se puede aplicar a otro tipo de
varilla conocida pop ularmente como - bígotes-, po r su forma tan
peculiar, formando una U, la cual se sujeta po r su base.
Los materiales más usados para su fabricación son el cobre o sus
aleaciones con zinc, estaño, etcétera, asl como el hierro o el acero. Las
medidas de las varillas suelen variar entre los 20 y los 60 centímetros
en su parte más larga; la sección más cona será entre 2 y 4 veces
menor qu e la parte más larga. Es fácil encont rar en el comercio hilo
rilla. de cobre de unos 3 o 4 millmetros de grosor y de la lon gitud desea-
da, por ejemp lo, 60 centímetros; doblamos el hilo en ángulo recto,
s de la varilla, a parttr de su posición dejando, por ejemplo. 40 cennme tros en un lado y 20 en el otro, for-
e considera este movimiento positivo o mando un ángu lo de 90" y el instrumento está listo para comenzar
negativo o «no»; au nq ue ello, una vez a practicar. Una percha de alambre también puede servir, en un
estab lecido po r cada persona. moment o dado. para fabricar unas varillas: cortar la parte recta más
aspectos de la búsqueda rad iest ésica, larga por uno de sus extremos , y en el ángulo opuesto cortar a unos
iente subterránea , la agresividad de un 15 centímetros en la parte más cona de la percha , do blándo la en
plear una escala de valoración subjetiva, ángulo recto a la parte más larga, y ya tenemos una de las varillas.
e alzam íento o descenso de la varilla, Algunos radiestesistas colocan un mango donde se insert a la
é ésta entre las manos. varilla, de modo que ésta se pueda mover librement e en su inte rior,
ya qu e la mano está en contac to sólo con el mango, y no con la vari-
lla propiament e dicha. Al prin cipio de la práctica rad íestésica esto
AS EN FORMA D E L no es mu y aconsejable, dado que hay qu e tener un gran domini o del
instrumento para que no se abra, o se cierre, con el menor movi-
s de más sencillo manejo , ideales para mient o que se prod uzca al desplazarse, sob re tod o cuando el terre-
radiestesia. Hasta los años treinta, no no es irregular. Tambi én se puede emp lear una varilla de menor
un instrumen to radiest ésíco formado tamaño, en especial en trabajos do nde se qu iera pasar inadvertido ,
L. Aunq ue se puede utilizar una sola, y o al trabajar sob re un plano ; hay radiestesistas q ue la suje tan sólo
do del equilibrio ind uce a manejar dos, con los dedos pulgar e índice o corazó n, en tanto qu e otros la man-
no. Se cogen po r su parte más con a, tienen entre los tres.
239
Los INSTRUMENTOS
ent o de las varillas subterránea o un pu nto cardinal, realizand o la expresión adecua-
da: tengo la intención de saber cuál es la dirección hacia donde
osición de paralelismo ent re ellas y con fluye la corriente , con el convenio de qu e las varillas señalarán la
alizar dos clases de movimiento: abrir- dirección requerida. Asimismo, podemos girar lentamente y, cuan-
abrir se considera positivo o afirmati- do las puntas estén en la dirección buscada, se cerrará n o juntarán,
mbién puede una de ellas cerrarse y la según hayamos convenido con anterioridad.
an en una dirección. Este movimiento Durante las prospecciones se suele utilizar el siguiente acuerdo
cia dónde fluye una corriente de agua mental: las varillas se cerrarán al localizar el objetivo. En estudios
geobíologícos son usadas con frecuencia, y es en este campo
donde se convierten en el instrumento por excelencia: se ut ilizan
para la localización de aguas subterráneas, fracturas geológicas,
etcétera. También se pueden usar, al igual que cualquier otro ins-
trum ento, para la localización de las llamadas lineas geomagnéti-
cas (véase Geobiologia: medicina del hábitat), aunque para este tipo
de detección se suele ut ilizar el llamado lóbulo antena. En este tipo
'JV de instrumentos, la vista ejerce un papel importante, ya qu e es
, 1.
~
necesario mantener el paralelismo ent re las varillas, as! como de
éstas con respecto al suelo, lo cual puede ser difi cultoso para los
principiantes, sobre lodo cuando trabajan -en terrenos irregulares
o, por ejemplo, en unas escaleras.
EL LÓ BU LO ANTENA
Este instrumento, como su nombre indica, tiene forma de lóbulo,
con dos extremos verticales que se sujetan con los dedos corazón o
Indice de cada mano quedando éstas enfrentadas en vertical. la
forma más habitual de sujetarlo es a la altura del plexo solar, des-
plazándose con el lóbulo paralelo al suelo. Se utiliza, sobre todo,
para la localización de las lineas geomagn éucas, por su imp licación
0\ r
en la salud. Al llegar a una linea, el lóbulo puede girar entre los
~. dedos hasta los 90° si se han efectuado antes todos los pasos perti-
nentes. Aunque se puede utilizar para cualquier tipo de prospec-
e la varilla. 1: posición de ción, creo que es bastante incómodo de manejar y su «lenguaje.
: cierre an te el o bje tivo . bastante limitado.
241
Los INSTRUMENTOS
mento, mant eniéndola al [rente, aunque es mejor qu e esté situado
de ntro del cam po visua l. L! vista puede ser una buena ayuda en ra­
diestesia - aunque no impresc ind ible, ya que existen excelentes
radiestesistas cíegos-, sobre todo para observar los movimientos
del instrument o y para mant ener el equilibrio, tant o de un o mismo
como del instru mento , con actos reflejos compensatorios mientras
d ura la búsqueda radíest ésíca, Lo im port ant e es trabajar sin cris pa­
ción, evitando todo acto qu e genere tensión y limite los recu rsos del
Sj- ope rador. Estas tensiones pu eden imped ir el movimient o del ins­
trument o o generar un movimient o qu e dem os co mo válido , pro­
vocando así un error.
EL IN ST RUM ENTO PRIMI GENI O
En el apartado histó rico velamos cómo algunos rabdomantes, Ble­
ton ent re otros, eran capaces de reaccionar fisiológicament e me­
diant e sensacio nes orgánicas ante la presen cia en el subs uelo de
ciertos elementos geoflsicos, co mo aguas subterráneas . Estas mani­
festaciones flsicas puede n surgir co mo percepciones de la vista (po r
ejemplo, enci ma de un a co rriente subterrán ea de agua se aprecia
una especie de nebli na); del olfato (se percibe un determinado olor
ante la presencia del objetivo); del sabo r (se nota un cieno gusto en
el paladar), o reaccion es como sensacio nes de cambios de temp era­
de suje tar el lóbulo. tura corpo ral (generalme nte localizadas en las manos), temblores,
etcétera. Tod as estas reaccion es se producen dentro de un contexto
trumentos de uso radiest ésíco: cada ope­ psícofísíologíco pero , para que pu edan ser cons ide radas den tro del
aquél con el qu e trabaja más a gusto, el fenó meno rad íest ésico , no deben ser motivadas por agentes flsicos
o con el que cree consegu ir los mejores generadores de respuestas orgánicas parestésicas, tal como se ha
s que el instru mento fundamental para descrito ames.
o radiestésico es el propio radiestesista. Estas sensaciones deben se.!. producidas de la misma forma q ue
o actuar en terrenos escarpados pu ede el movi mienlQ.del instrul]lento, Q..!j!'. 'h COtL\l.!l.P.i!~ll!.tli.tablrodQ.l;
ende r a mante ner el eq uilib rio y, de esta ante rioridad con un o l]lismo. ~u nq ue también p~qm..mrgi~gi¡¡¡
instrument o se mu eve debido sólo a la có<!igos establecidos de forma il}S2.nsc if~ ~..Qllj~mplQ;.IlQl~E..lli
nve niente no fijar la vista en el instru- aumen to de tempe ratu ra en la mano derecha ante el resultado
L o s INSTRUMENTOS
a gue d ecid imos gue el pé nd ulo gire en mental o motor. A las perso nas que qui eran operar sin instrumen -
. Dicho ent renamiento ment al es necesa- tos les recomendaré que co mience n sus ejercicios int entando dis-
instru me nto como con sensaciones fisio- cern ir las diferentes tem pe raturas corporales a través de las manos.
gunos casos de parestesia como desequi - Aunque también se pued e ejercer la rad iestesia mediante una sen-
ema pued e ser aprovecha do, tal como sació n vib ratoria: si la resp uesta es la acertad a mi mano vibrará, d e ·
n , para , más tard e, lograr que estas reac- forma impe rceptible, pero su ficiente como para ser adve ni d a. Si
neas e incontroladas ante un determina- decidimos tr abaj ar med iante sensaciones de tem peratura, debem os
gua sub terrá nea , surja n de un a forma tener en cue nta que las zonas del o rganismo sensibles al fria son
e el obje tivo propuesto. Es deci r, d irigi- más ab undantes que las sensibles al calor, lo cu al indi ca que la elec-
te nció n de conseguir, como es conoce r ción d el fria como desen cad en ant e de la percepción rad íest ésíca es
mación . En estos casos los vap ores , olo- la más adec uada, al ser más fácil de ad vertir.
s no tien en , en la mayor la de las ocasio-
d e p rovoca rlos, puesto que son el resul- Pod emos concertar el siguiente código: cuando mi mano se
consciente de nuestro inco nsciente , para encuentre enci ma del objetivo buscado notaré un a sensación de
siones subjetivas de los sent idos.
.. fria en la palma o, al contrario, al estar sobre el objetivo notaré
rcibir sensaciones fisiológicas sin ayu da calor. Esto, claro está , con la expresión de la intención inicial. Con
egún los cód igos establecid os por un o esto quiero decir que el organismo es el instrumento, y la sensa-
pontá nea . ción o reacción Iísica no seria más que el movim iento, como el
giro del pénd ulo o la apertura de las varillas, que significa la res-
puesta a la p regunta o la constatación de la presencia del objeto;
en el caso del agua sub terrá nea, puede incluso ind icamos su cau-
d al, su intensidad o nocividad , según el grad o de calor o de fria
que sinta mos, al igual que la varilla lo puede indicar po r su grado
de inclin ación .
Está ampliamente demostrado que una persona ent renada de
I modo adecuado pu ede ejercer un control volunta rio sob re la tem-
peratu ra periférica de su cuerpo. En los trab ajos del investiga dor
: ruso A. R. Luria se demuestra cómo un indi viduo puede elevar la
! tem pe ratu ra de un a d e sus man os, imaginando que la tien e coloca-
e se favorece el movimient o del instru- ¡I
da enci ma de un a estufa, y al mismo tiem po logra enfriar la otra
estión, suce de co n la sensación de calor I man o, imagina ndo que sostiene en ella un trozo de hielo. Tod o esto
respuestas visuales, aud itivas o menta- demu estra la capacidad humana de mod ificar a voluntad la tem-
la imagen del hecho como tal, da la pe ratura corporal. Aunq ue en radíes tesia no se produce este resulta-
su rge, ya sea sensitivo, visual, audit ivo , d o de la misma forma, e incluso la sensación de calor o de fria pued e
245
Los INSTRUM ENTOS
o prod ucto de un a mod ificación fisio lógi- el objetivo , ya qu e el operado r debe descifrar al mismo tiem po lo
a percepción a nivel mental de un a deter- qu e su organis mo le comun ica, pu es la respuesta orgánica no es
ech o de sabe r si en realidad se ha produ- amplificada por ningún instrument o. Para facilitar la percepc ión es
caso , el hech o de sentir Irío o calor, se conven iente empl ear siempre el mismo tipo de reacción orgánica,
atu ra, es un fen ómen o de autosugestión . , eligiend o la que se sienta con mayor intensidad o facilida d (calor,
a sin instru mentos se eviden cian las d ífí- [río. temblor...). De esta man era se fom enta su aparició n y su per-
opera r med iante la respues ta orgán ica o, cepción , de la mis ma forma que cada ope rador tiene una determ i-
samien tos o imágenes esclareced oras de nada pred isposici ón a cierto movim ient o d el ins tru mento (abrir,
sabe r. Estas dificult ades son el resu ltad o, cerrar, giro a la izqui erda , a la derecha ...).
ucación restri ctiva recibida , que limita la
nicació n selectiva entre el consciente y el
sto, la capacid ad connatu ral de cada ope - LO S TESTIGOS
e al primer aspe cto pued e realizarse una
segund o, pu eden fomenta rse las propias De entre todos los artilugios inventad os por los rad íestesístas para
entrena miento, ju nto con la pe rtinente mejorar sus resultad os, quizás el testigo Iísico sea el único, apa rte del
m os capaces d e activar los proceso s psí- instrumento, que se ha universalizad o, por el apoyo qu e, en princi-
stesia. pio, pu ede da r al ope rado r. Muchos radiestesistas, para reforza r su
e~q':lem a mental y su concentración trabajan con los llamado
s testi-
marcar la d iferencia entre este tipo de pro-
g~,..sue son tan sólo elemen tos de soporte para facilitar
el d ibujo
en los cua les se manifiesta la radiestesia, de
ivos. Éstos surgen como consecu encia de me_'!.tal del obje tivo, y ayudar en la concen tración . Los testigos no
alérgica , cuando la persona se encuen tra tienen ningun a propied ad po r si mismos , es el ope rado r qui en se la
n de aguas subterrá neas o, en genera l, de confiere: son ayud as para fomenta r la autosugestión.
odi fique la radiació n natu ral, y que perso- Much os pu eblos primitivos creían que la representación de un
reacción perceptible. En estos casos, algu- hecho, como es el dibujo de la cacería de un animal acribillado po r
de reconocer al agente causa nte de sus sen- sus flechas y arpones , produc ía el mism o efecto en la realidad . Debi-
qu e el o pe rado r, sensibl e a cie rtas do a esta creencia reproduc!an la escen a de aquello que deseaban
nozca cuáles son sus reacciones ftsicas ante consegu ir. Nuestros ante pasados represe ntaban aquello que querían
lo que es una reacción flsicose nsitiva de la lograr med iante una danza o un dibuj o (au nque las mo tivacion es
sl evitar errores en el d iagnóstico . persona les y sociales para dibujar o represe nta r ciertas escenas no
ment os debe ejercerse con mayor escru pu- fueron las mism as en un os casos u otros); asl su mente se orientaba
diestesía con instrumento s, dado qu e las hacia el objetivo favoreciend o el éxito . De la misma forma el radíes-
ante la respuesta solicitada so n, para la resista util iza el testigo para favorecer la orientaci ón y selecció n men-
de una intensid ad tan insignificant e que tal de aqu ello qu e tien e la inten ción de conoce r.
tras manifes taciones orgánicas d istintas de El padr e Lebru n, en el siglo XVII, ya hablaba de los testigos :
aso, la atenció n no sólo se mantiene sobre • Conozc o a person as que llevan siempre consigo varios pedacitos de
247
Lo s INSTRUMENTOS
n llevan otros de todas las demás cosas Como vemos, cada cual puede diseñarse el testigo que crea más
gira, y he aqu í todo su secreto: cuando conveniente para reforzar el proceso rad íestésico. Pueden ser de dis-
al distinto de aquel que está escondido , tintas naturalezas, aunque los más usuales son aquéllos similares al
mbargo, cuando la hacen tocar con el objetivo en cuanto a su composición, fonna, tama ño, etcétera. Los
aún. Hay algunas personas que no tie- mapas, planos y fotograflas también se pueden considerar testigos.
n lo que sea la varilla, ésta gira siempre Está muy extendida la idea de que algunos tipos de testigos
, gran Critico del movimiento de la vari- (prendas de vestir, objetos personales, fotograflas...) tienen unas
de los testigos, para concluir que cier- determinadas propiedades deb ido a la impregnación que han sufri-
. Esto se debe a que pueden definir con do por radiaciones procedentes del lugar, del objeto o por emana-
ente, utilizando sobre todo la memoria ciones personales. Es evidente que esto no es lo que provoca el
ación, sin tener que reforzar su esque- fenómeno radiest ésico, sino de nuevo la capacidad de concentrarse
nas. Aunq ue para aquellos a los que les en el objetivo con la presencia constante de algo (el testigo) que
sean los testigos, intentando siempre facilita dicho proceso. AsI pues, el testigo sólo ayuda a facilitar el
úsqueda radi est ésica, para que todo proceso sugestivo mediante la capacitación de la representación
r, y no de ayudas o influencias exterio- mental del objetivo, sirve para exaltar la atención y focalizarla en el
que el proceso radíest ésico se produce objetivo; en ningún caso mantiene una atracción o repulsión Iísica
con él.
Por tanto, no recomendaré el uso de pénd ulos huecos. donde se
);~'i!};1i;~r.;;f1:.~\~,r:· ~'W¡l]};'! coloca la muestra-testigo; es más efectivo para el proceso radiestésí-
r~~. , ,~, }:
' ...•• ca , en todo caso, tenerlo a la vista para recordar cuál es el objetivo.
,"~" ..,¡;:~.~.".' ~:.
~~~ 1 . _.~' e ... ' ,~ '. ~~, 1~l".~~;;~9t/~ También se puede emplear un péndulo pon atestigo que permita ver
~,.~r:· •..~ ~"-,",' ~1'~'¡ ~ ~.~~~~'.: .• lo que hay en su interior, cubriendo esta doble función de usar el
~~~¡, ¡¡~{~:~ testigo y tenerlo en el campo visual permanentemente. De cualquier
(¡m!Y~IÉJ~t~~•. "o
forma, si el uso de este tipo de péndul os eleva la confianza del ope-
~'l¡'.!)j.lt~&l~ ';' rador en lo que está haciend o, no pondré ningun a objeción a su uso,
;¡ofá"~ ~K~~< :: pero siempre teniendo en cuenta cuál es su cometido dentro del
~ThJ~iUfi~~~tjp:": contexto radíest éstco.
~~~~~~~: . Cuanto más fiel sea una fotografla o un dibujo, más fácil será
tiJ~1m$'J:Thm ~~ '
para el operador concentrar su atención en ellos, y representarse el
~:-:1.' .~¡):1 [lQjill, ~¡3~
objetivo en la mente. El testigo ha de ser lo más fidedigno posible,
. l~;I;:.f~ ~ ~~~ rl2 ~~ Gm
ya que, por ejemplo, ante una fotografla defectuosa, es más díñcíl
G:r,c11 lb ~1J:l.JR}r::~ m",'\;1 ~
concentrarse y autosugestionarse de que la imagen que presenta en
~] ~ [n ~~\.@:~ ~~. '­ ella penenece al objetivo buscado. En radiestesia médica. o en la
~~ Cl1:14!~ ..f.

búsqueda de personas desaparecidas, si utilizamos una fotografla, es


';-~:~ !,'" :~~;:>"f¿-';;': ', ~;'J\,7.,~-\*."t':'
preferible que sea individual para concentrar de manera adecuada la
249
Los INS1IUJMI .NI \ }"
fotogra fla con más personas es conve- quica que plant eo suple con creces al testigo y concede mayo re
esto mediante, por ejemplo, un papel garant ías de éxito, al perm itir un mejor uso de la memoria , de la
orientación de la mente y del manten imiento de la conce ntració n
este caso gráfico , es posible averiguar sobre el objetivo . En muchas ocasiones , ante problem as que no
etivo, como puede ser su localización , represe nta n cosas concretas. es d ífícil, cuando no imposib le, utilizar
e trata de un terreno , su geología, exis- un testigo Iísíco; en este caso sólo queda la función del pensam ien-
s, yacmue nros, etcétera . De la misma to como diseñad ora del objetivo . Precisamente esto es un testigo
a perso na es posible sabe r aq uello que mental. es decir, un a ideación del objetivo . AsI como se puede pres-
u nto de vista médico . psicológico, etcé- cindir del testigo Itsíco, el mental forma pane ind ivisible del proce-
no present a ningu na facultad especial, so radiestésico. Si buscam os agua potable para el cons umo , pod e-
ón y de la motivación a foment ar la mos crear un testigo menta l de aguas puras y cristalinas , con las
caracte rísucas que se quiera. y sólo se reaccion ará ante aguas simila-
en la telerrad iestesia son también tes- res, ignoran do el resto. Si lo qu e se intenta localizar son aguas sub-
alidad el radiestesista no recibe la infor- terráneas nocivas para las perso nas cercanas. la ideación menta l
o en el mismo lugar donde se enc uen- variará. aunque el agua sea la misma q ue se buscaba antes, pero la
para reforzar un a actitud psíqutca de prospección geobíologíca tiene diferen te finalidad y. por tanto, dis-
entorno del radiestesista. Es indu dable tinta representa ción mental.
o, sin testigos y sin instrument o , pero
, debido al tipo de educac ión recibida ,
de obje tos materiales que refuerce n su El testigo mental . al igual que el físico , sirve para reforzar la
d de su actuación , ya que cuando se concen tración en el objetivo, y aunque no se parezca en
e a agarra rse a algo conocid o y material nada al buscad o, el radiestesista lo transfigura y lo -utiliza
d•. como gula . Como ejempl o puedo citar los casos de radies-
estigo podrá ser un poco de petróleo tesístas ciegos de nacimie nto, que diftcilrnent e podrán
un pape l dond e se escriba el objetivo represe ntar con fidelidad el objeto de la búsque da en su
important e no es la muestra o testigo mente, sin que por ello queden merma das sus posibilidades
o r le con fiere a través de la autosuges- de éxito. Por tanto, lo que importa no es la exactitu d de -la
ede ser un nombre en un papel: agua, imagen , sino que el operad or considere que se corresp onde: ,1
a con claridad su carácter inequívoca- lo suficiente con lo que busca. Con una adecua da dis\: .,'i(iíi-
te mism o proceso de sugestión interior na mental se puede llegar a pre scindir de los testigos flsieos; ,
idir de forma di recta en la represe nta- incluso es mej or, al princip io , evitarlos todo lo posible .
tener qu e utilizar los testigos y, de esta Debem os intenta r elimina r todo aquello que subord ine ,el
benad . trabajo radiestésieo y todo lo que pueda llegar a ser su-
principio no trabajar co n testigos , ya perfluo .
ndencia hacia ellos. la educación psi-
251
Lo s INSTRUMENTOS
partado dedicado a los testigos con la Estas escalas pueden utilizarse de forma gráfica sobre papel o
padre jurion : «En razón de su princi- cartón, o representándolas en la mente. Hay que ir preguntando
licación flsica otorgan una gran impor- paso a paso; por ejemplo:
n, ellos 'sinto nizan' -¡palabra de gran • ¿A qué profun didad se encuent ra el agua subterránea?
- el testigo con el objeto de la búsqu e- En este caso, quizá contar de metro en metro sea engorroso y
nsostenible bajo un prisma científico, contraproducente, por tanto, será mejor ampliar la cuenta :
objetos iguales, y se trata, ade más, de • ¿Entre O y 10 metros?
cia inaplicable, pues es dificil procu- • ¿Entre 10 y 20 metros?
nos hallamos ante problemas abstrac- . (' ....?
iensan poder elud ir la difi cu ltad escri- Hasta qu e el instrum ento reaccione tal como se habla pactado.
ibe el obje to de la búsq ueda sobre un Entonces se puede ir contando de uno en uno:
hacerse asl una "sintonización"? ¿Qué • ¿Está a 10 metros?
a escrita sobre un pedazo de cartu lina, • ¿A 11 metros?
ón mental? Este procedimiento es una • (. ....?
da explicación Iísica, y una elegante También se puede acotar la distancia:
, de la llamada explicación mental. El • ¿Está el agua a menor profund idad de 100 metros?
que concretar y materializar el objeto • ¿De 200 metros?
• .( ....?
cipiantes, pero no es en absoluto indis- Hasta seleccionar entre qué profundidades se encuentra, y des-
eficaz>. pués podemos utilizar otra escala menor, de un o en uno, de dos
en dos, de diez en diez, o la que se conside re más oportuna. Hay
que tener en cuenta que lo más eficaz no es realizar una pregun -
S ESCA LAS ta y después, sin repetir la pregunta cada vez, utilizar la escala
consecutivamente:
n, o sucesión ordenada, que se utiliza • ¿El objetivo está a una profundidad entre 10 y 20 metros?
ar o valorar cualquier cuestión: cant i- • ¿Entre 20 y 30 metros?
go, ya sea un alimento, un lugar, una • . ?
l · ·· ·
uier objeto. Una de las características Este planteamiento no sería el más correcto, aunque si el opera-
pacidad para colaborar y simplificar el dor tiene mucha experiencia en este tipo de trabajos puede fun-
gún caso debe añadir comp lejidad o cionar.
por unas escalas sencillas y claras,
barca desde el O al 10. Si se quiere ser Cada medida o abanico de cifras debe ir acompañado siempre de
ión, o en caso de buscar valores más la pregunta pertinente en toda su extensión: dar por hecho cualquier
r esta escala por lO, lOO, 1.000 , etcé- paso en radiestesia facilita el camino al error. Por tanto, en este caso
preguntaremos:
253
undid ad entre 10 y 20 metros?
rfamos:
und ida d ent re 20 y 30 metros?
posi tiva, se puede co ncretar mas con-
tam o , es mejor co ntrolar siempre el
e mot ivan respuestas claras y lo más
o las largas espe ras, que pueden soca-
do r, y evitando así el cansancio y la
CUARTA
ar escalas de tiem po , es decir, se atri-
met ros, a un a unidad de tiempo, pon - PARTE
gundo transcurrido se supone q ue el
d istancia. En principio no recom ien -
que en ocasiones es dificil determinar
ebe a que la cue nta es muy larga, o a
asado de largo sin advertirlo. En este
erar q ue este tipo de escala no depen-
anscu rre sin participaci ón de nu estra
uede utilizarse como una escala, o un
ñcacíón, siendo el baremo el grado de
llas, la elevación o descenso de la vara,
rculas del péndulo.
LA EDUCACiÓN RADIESTÉSICA
La rad íestesia existe y está al alcance de todos, e! problema radica en
saber en qué condiciones se produce y qué conocimientos son nece-
sarios para operar en ella. A continuación daré unas pautas y unos
ejercicios, que cada cual puede adoptar, o adaptar a su conveniencia.
Los instrum entos, dispositivos, artefactos y aparatos - además de
los amplificadores neuromusculares-, a no ser por su papel sugesti-
vo, no favorecen e! proceso rad íestésíco, y su aportaci ón es nula.
Aunque pueda parecer que su empleo sustituye al operador, no suce-
de así, y sólo sirven para oscurecer e! verdadero origen de! fenóme-
no en e! cual se está operando. Es importante resaltar la necesidad de
eliminar todo lo que pueda acabar siendo un lastre, e incluso lo
superfluo (y prescindir, si es posible, de los propios instrumentos).
Esto permite orientarse en la dirección adecuada: el estudio y e! desa-
rrollo de los procesos psíquicos en los cuales se desarrolla la radies-
testa y, de esta manera, acceder a la práctica rad íestésíca con cierras
garantlas.
Nuestros esfuerzos deben dirigirse en dos direcciones bien
definidas: en primer lugar el estudio y el desarrollo de las capaci-
dades pslqui cas, y, en segundo lugar, los eje rcicios prácticos.
En radiestesía cualquier eje rcicio tiene una finalidad princi-
pal: requerir al inconscient e para qu e actúe y nos comunique,
según e! cód igo establecido, el result ado solicitado. Cuanto más
se actú e en esta linea de trabajo, más se activa dicho pode r de
comu nicación, gracias a la predisposición natural qu e subyace en
tod o ser humano.
Del mismo modo, de la mano de la constancia, e! tiempo en que
la respuesta llega a la conciencia disminuye. y la intensidad de la
reacción perceptiva aumenta.
Por lo general, toda persona puede operar en radíestesía, pero e!
nivel que llegue a alcanzar dependerá de su capacidad mental inna-
ta y, sobre todo, de la que pueda desarrollar mediante una correcta
preparación y una práctica perseverante, dent ro del conocimiento
de los mecanismos radíest ésícos.
257
LA. EDUCACIÓN RAOIESIDICA
confiar sólo en su propia apreciación, Cabe destacar que las posibilid ades de la radiestesia son, sin
eza de las cosas mant eniendo un esp írí- duda, ilimitad as, pero tambi én hay qu e encuadra r sus aplicaciones
sin dar nada por senta do. Una cosa es reales, pu es éstas dependen de la persona: el límite de las posibili-
y otra, conoce r la verdad. Un hech o fun- dad es de la radiestesia viene definido por el operador, ya qu e como
des conscientes no pueden , por si solas, bien decia Antoine Luzi: «Cada método vale lo qu e vale el practi-
ra que se produzca el proceso radiest é- cante » . La rad íestesía es obvio que no puede restringirse a un méto-
ntenga todas sus capacidades cognosc i- do o a un a técnica. En este aspecto habría que considerarla como un
so pierde o redu ce sus facu ltades cons- arte , pues depe nd e de una percepción creadora, capacidad que
cado en el estudio de las capacidades puede mejorar de la misma forma qu e un artista desarrolla su talen-
aja fundamental: sabe en qu é contexto to creativo.
idir en aquello que le facilita el trabajo ,
educir las posibilidad es de equi vocarse.
superiores, que se conjugan en el pro - TELE RRAD I EST ESI A
n a función natural que es posible estu-
igual qu e se ejercita determinad a activi- Existen tres formas de ope rar en rad íestesia para la bú squ eda de un
ra) para mejo rar cienos aspectos; del obje tivo material; la más habitual es sob re el terren o. En este caso el
a r sobre las funciones psíquicas. Elevar radiestesista se va despl azand o por el lugar hasta da r con él. El obje-
dio y la práctica conduce a un mayor tivo en esta variante, por ejemplo una corriente de agua subterránea ,
osibilid ad es, en mu chas ocasiones atro - qued arla bajo sus pies y el instrument o reaccionarta ind icán dole su
nocimiento o por simple desid ia. El pro- presencia. Otra forma es la bú squ eda a distancia , pero con el paraje
ica no se puede realizar en un lapso; donde se está operando a la vista , as! se determ ina la dirección y el
as, y una perseverancia que pocas per- sitio donde se encuentra el objetivo. Luego se puede ratificar, y
var a cabo, después de com probar sus determinar con mayor exactitud, avanzando hacia el lugar señalado
dantes éstos en las primeras fases. a distancia, para actu ar ya directam ente sob re el terreno. La tercera
esía pu ede acarrear cansa ncio Iísíco y serla la llam ada telerradiestesia, o sea, la radíestesía sin tene r a la
trastornos en los operado res que no vista el lugar donde se bu sca el objetivo. Por lo genera l se realiza
n ent rena miento metódico. Este agota- mediante planos, mapas , fotografias, dibuj os, etcétera, de objetivos
to psíqui co les sucede, sobre tod o, a qu e puede n estar situados a cualquier distan cia, ya qu e ésta no influ-
o qué es 10 que hacen . Trabajar en un ye en la actividad radíest ésica,
uier tipo de inseguri dad --el desconoci- La telerradiestesia es el ejercicio de la radiestesia a distancia sin
se va a realizar lo conlleva-, acentuará ten er contacto sensorial con el obje tivo, ya que la radíestesía va más
ue un experto radiestesista podrá redu - allá del espacio e incluso de l tiempo. Aunq ue la rad íestesia y la tele-
ones breves, pene trando en las peculia- rrad iestesia son un mism o fen ómeno, para mu ch os operadores
que da especifica, aunq ue ateniéndose resulta basta nte más dificil trabajar a dista ncia, sin ver el lugar donde
co que he desa rrollado antes. puede estar el objetivo. Para operar en telerradíestesia hay que po-
259
LA EDUCACIÓN RADJEST5 1CA
de concentración y de abstracción del dad o. una especial atenció n. intensificándolos o retrayéndolos.
ocido qu.e conforma nuestra estructura de pendiend o del tipo de búsq ueda y las circunstancias pani cula-
egundo plano. Sobre e! terreno estamos res de cada moment o.
oyo a la mente que. aunque no sirven La ventaja fundamental de! estudio sobre plano radica en que
ura mente radiest ésico, pueden servir de desaparecen los estimulas sugestivos, que pueden incidir en e! ope-
aparente confianza en las posibilidades rador cuando trabaja sobre e! terreno. Como ejemplo. si buscamos
o ocurre du rante e! trabajo telerradies- un a corriente de agua subterránea y sabemos que sobre ella se pro-
mente y e! objetivo. lo cual va en contra du cen cienas peculiaridades. que pueden afectamos antes o duran-
alista recibida. Es entonces cuando la te e! trabajo. es más factible ser influidos que cuand o estamos ais-
da de la respu esta. más allá de la lógica lados de ella por la distancia. Aunq ue un radiestesista, conocedo r
ste la verdad . de la idiosincrasia de los procesos mentales. puede inh ibirse de
dichas sugestiones, manteniendo una postura neutra en cuanto a
posibles dedu cciones mo tivadas por el ento rno o por supos iciones
estesia pura . ya que aqut no existe la personales.
dan emplear otras capacidades que Si bien e! plano no es más que un testigo gráfico. es convenien-
que provocan e! fenómeno radies- te que resulte lo más fidedigno posible: cuantos más datos se tengan
psíquicos del operador. para representar mentalmente e! lugar. la orientación y la selección
mental se realizarán con mayor facilidad y seguridad . y así la bús-
queda adquiere mayor cohere ncia y la solución fluye con menos
parece n en principio tan extensos y obstáculos. En prospecciones sob re plano. e! terreno suele aparecer
e van realizando de una forma auto - sin desniveles. lo cual puede confundir al operado r; es mejor reunir
nde r a conduci r un auto móvil: al prin- la máxima cantidad de datos sobre e! lugar. como alturas. mont ícu -
ue estar utilizando las facultades cons- los. desniveles, etcétera. El plano deberla contener también datos lo
ero con la práctica. se adq uiere un a más fidedignos posibles: situación . orientació n, alturas, edificios.
actúa de forma automática. sin ten er etcétera. que ayuden al operado r a situarse en un marco lo más cer-
un a por una. Enca denadas una detrás cano a la realidad . lo esencial de un plano es e! espacio que delimi-
tod o que se activa al senta rse al volan- ta el campo de actuación, aun cuando las referencias interiores
piensa que hay que pisar el freno para (casas, arboledas. etcétera) no estén localizadas con exactitud y fide-
e delant e o que hay que poner deter- lidad . Sin embargo. no es imprescindible una exacta fidelidad, pues
nto se produce de form a espo ntánea . basta con que e! radiestesista lo crea, es decir. que en su mente
stesia, au unque hay que tener cuida- quede definido con nitidez cuál es e! objetivo y sus características
stésico fluya de forma constante. for- más notables. No obstante. en caso de no ser absolutamente exacto,
ble. y evitar el peligro de caer en un la mente lo transfigurará de tal form a que soslayará este, en princi-
chos. deb ido al acto repetitivo y a la pio, obstáculo. siempre y cuando e! proceso interior se haya elabo-
os que requieren. en un mome nto rado de form a correcta.
261
L\ EDUCACiÓN RADlESn:.slCA
n soledad , sentado en el interior de una do. Claro está, esto sucede ante la reacción del instrumento, según
iones inop onunas, deben formar parte el convenio establecido , cuando el lápiz llega al pu nto del plano que
abitual de un radíestesista. Este tipo de representa el lugar donde está situado el objetivo. Todo esto, tal
delant e, en gran medida el trabajo de como hemos tratado antes, sucede al mismo tiempo qu e concent ra-
facilidad asombrosa para aquel qu e ya mos la atención, tant o sobre el obje tivo -representá ndolo men-
bajos de mesa. De cualquier forma , el talrnerue- , como de form a indirecta en el plano, como elemento
ngañar por la aparent e facilidad de un secundario, pero que sirve de vehículo sugestivo.
q ue extrema r las precauciones, dando
n.
tiene mayores prestaciones qu e la
sobre el terreno, ya que ofrece unas
n cuanto a la variedad de objetivos
permite trabajar sobre los mismos
rreno y además se pued en obtener
ctuación directa. Imaginemos un
uración orográfica, po r la densidad <,
añ o o lejanía nos impida acceder a
"'. .'::0-...., ,-''''''-
-. ,,
-~
. '",,-:
te , al igual que días de climatología "'"
radiestesia a distancia se mu estra
Rastreo sobre el plano.
rati va.
Un modo operativo de trabajar sobre un plano es desplazar el
ent o qu e resulta más cómodo para la instrumento hasta que éste llegue al objetivo y reaccione; este
abajos telerradiestésicos y, sin d uda, es método requ iere una buena preparación para situar el lugar
ás adecuado si se trabaja sobre planos, exacto. Tamb ién se puede trabajar haciendo un seguimiento
mano qu eda libre para marcar punt os visual por el plano hasta lograr la reacción acordada . Pero , como
ón . No obstante, cualquier otro instru- decía, más sencillo y preciso es usa r la mano libre para marcar
rabaje con comodidad será apropiado, con un lápiz los lugares do nde reacciona el instrument o. Tam-
a r con una sola mano. En efecto , en los bién se puede dividir el plano en secciones y preguntar en cada
rtante que una mano perma nezca libre una de ellas:
el dedo o de un lápiz, e ir marca ndo • ¿Se encuentra aquí el obje tivo?
ndo como , por ejemplo, las riberas de Si trabajamos siguiendo el bord e del plano se puede realizar la
ránea, una tuberta o un muro enterra- expresión de la intención de mod o que, cuando el punt ero lIe-
263
lA EOUCAClÚ N RADIESTe slCA
l lugar donde se encuentra el objetivo, movimient o, una seña l de aviso . Aunque en ambos casos , sobre
á. En caso de ser asl, seguiremos en esa plano o en terre no, es más eficaz que, a pesa r de que el movim ient o
su rja de forma innata, se pacte co n un o mismo, integrándolo en el
ent o reaccione de tal forma al llegar al acue rd o de las reaccion es. AsI pues, al llegar al objetivo, la oscilación
t ra el obje tivo. se transforma en giro tal como hablam os pactad o.
o se produce la reacción del instrumen- Una vez se ha realizado el ejercicio sob re el plan o, es co nvenien-
zar u na !lnea , y repetir lo mism o desde te com pro bar el resultado; en caso de ser negativo revisaremos todo
en el punto d e cruc e de ambas se ha lla- el p roceso segu ido, reforzando aquellos puntos qu e consid eremos
que pueden mejorarse: la concent ración se diluyó, la atenc ión no se
manten ía constante, la relajación no era la co rrecta, tenfama s un
rán, en espec ial cuando se utiliza esta deseo excesivo en lograr un determinad o resu ltado , etc étera.
sp lazamiento, qu e el instrume nto co-
l puntero se aproxima al obje tivo , hasta Para averiguar el paradero de cualq uier tip o de objetivo , una pe r-
o de forma com pleta al llegar a el: giro so na, animal u obje to desaparecid o , es imp ort ante recabar la
o abrir en el caso de la varilla en forma máxima información sob re el, las circunstancias qu e rodearon su
to previo es un aviso que puede facili- pé rd id a, fechas, etc étera, para asl formarse una imagen lo más
ente de el. Este mism o desplazamiento cercana posible a cómo es en la actualidad el obje tivo. El factor
bajos de ca mpo, es decir, al llegar a u na tiempo p uede resu ltar determinant e en este tip o de búsq ued as ,
o, el instrument o comienza a realizar un ya que cuando se realiza el estud io pu eden en contrarse en un
lugar y, al com pro barlo, la situación ser d istinta. Por ello convie-
ne matizar el mom ento:
.
~ . ¡ .~--
.~~ . .!A:~
"
• Tengo la inten ción de conoce r el paradero de X en este mo -
mento .
f') fI) Para comenzar a ope rar a distancia lo mejor es retira rse a un
í~-y- \' lugar do nd e reine el silenci o y la tra nq uilidad. Este entorn o faci-
lita que se logre el estad o de relajación y concent ración requeri-
H ), ~il d os en toda búsqueda radiest ésica. Una iluminación d ébil en el
1 ~l
conj unto d e la hab itación y un a lámpara dirigida hacia los ele-
me nto s de trab ajo (ins tru me ntos, plan os...) ayudarán a focalizar
I
la atención, logrando una atmós fera p ropicia.
. 10-
~ En nin gún caso es imprescindib le el uso de los testigos, aunque
en ocasiones , sob re tod o en trabajos a distan cia y cuando los datos
gar al objetivo se puede producir un moví- son escasos, pueden ayudar a definir el obje tivo y a orientar la me nte
hacia él. No es necesario mantenerlo en la mano , pu ede estar situa-
265
LA EOUCAClON RA D I ESrE~I CA
onde recue rde más su presencia y ayude busca de ind icios que le permitan d iscern ir el resultado solicitado .
jetivo po r analogía. No obstant e. a algu- an ticipando una respuesta, casi siempre, falsa . Hay qu e procura r,
irecto con el testigo les sugestiona en aunque se trate de ejercicios en solitario. que tod o lo qu e pu eda
de un cien o grado de confianza. Perso- señalar un result ado sea elimina do u obvia do, ya que ento nces el
e es mejor prescind ir de ellos. logrando inconscient e no intervien e en la operación y el resu ltado no será
a de actuación de nt ro del au ténti co con- válido desde el pu nto rad íest ésico, a pesar de acertar. De esta man e-
a el fenóm en o rad íest ésíco, pues los tes- ra sólo se logrará favorecer el erro r cuando las cond iciones de bú s-
nte autosugestivos. No hay que olvidar qu ed a no pe rmitan estos atajos al verdad ero proceso de interrelación
esaria en rad iestesia, y si no se consigue ent re el consciente y el inconsciente.
om ent arla con elemento s externo s. Gra- En mu chas ocasiones ten d em os a ence rrarnos en aq ue llo qu e
ablecen un os vinculas en la ment e, ent re hem os aprend ido co mo si fuera la única posibi lidad . la ú nica ver -
ed a. que en la realidad no tienen más d ad . las co nc epciones y los métodos rlgidos const riñen la capa-
como un plano y el lugar que represen - cida d imaginativa-creador a . q ue es el vehículo que eleva el nivel
a les confiere, de man era que tod os co n- cognoscitivo como u n ret o d iario. El rad íestesista d ebe tener una
n: obte ner un conoc imiento que de otra gran capacid ad de ad aptación al tipo de bú sq ued a y a sus pecu -
liar idad es, sabiend o en qué co ntexto está operand o, ya q ue las
d udas y las amb ígued ad es enso mbrece n su grado de d iscerni-
miento , lo q ue p ue de p rovocar no pocos errores . Una info rma-
S O PERATIVO S ción p revia , q ue no su ped ite el resultado del trabajo rad lest ésico,
ayu d a a cent rar la bú squed a ya na perder tiem po y ene rgías en
ar, y un a vez conseguida la relajación preguntas que podrían sabe rse por métodos directos. Si buscam os
ent es del estado de distendimient o, en a u na persona d esaparecid a, es abs u rd o preguntar rad íest ésica-
manos , qu e debe n libera rse de u n exce- mente cuá ndo de sap areció si este dato lo pod em os ob tener por
ar el movim ient o del instru mento. otros co nd uc tos . Esto . u nid o a la am plitud d e los conoci mie ntos
s han de d irigirse a evitar la suges tión . so bre la materia en qu e se pretend e ope rar, eleva rá el nivel de efi-
búsqueda . Si se sabe con an telaci ón ] o dcia en el de sarro llo d e la actividad , y con la práctica y el estu-
hacia determinad a conclus ión , ésta se d io se lograr á desarrollar las capacid ades rad iestésicas ; los b ue nos
ma q ue si se trabaja con otra persona. result ad os se darán por aña d idura.
más expe rimentada, se ten derá a coinci- El eje rcicio de la rad iestesia no debe plant ear competitivida d, ya
an reales o equivocadas. Esto nos ind i- que el único impulso del practicante d ebe ser mejorar su calidad de
ha de desarrollarse cua lquier eje rcicio ejec uc ión y los resu ltados, ast como compartir la expe riencia con
s de seguri da d q ue deben rodearlo para otras pe rsonas interesadas , observando cómo se pu eden lograr obje-
n. tivos cada vez más complejos y con mayor seguridad .
ue el opera do r sepa cómo fun ciona el la metod ología ope rativa es d e suma Importan cia en radiestesía;
forma inconsciente , pu ede orienta rse en en mu chas ocas iones observo que b uena parte d e los errores se
267
LA EDUCACIÓN RADlESTts lCA
r el estudio. A menudo sucede que la AC I ERTO S y ERRORE S
complejidad tal, qu e diffcilmente se
uada concentración en tod os los ele- El éxito en rad íestesía se basa en conocer las posibilidades reales que
sq ueda. Estas com plicadas metod olo- poseemos a cada paso dentro de la evolución personal como radies-
la realidad radi est ésíca , so n un terre- tesista. Un prin cipiante no puede pretende r localizar un submarino
dudas y, de esta man era , resulta arduo hundido en aguas del Artico. Sus posibilidades son tan remotas
que se está realizando. Cienas lectu - como las del simpl e azar. Si intenta conseguir logros más allá del
ant ean una serie de reglas persona les esfuerzo y de la preparación realizados, fracasará casi con toda segu-
je , qu izá válido para el propio enun- ridad, perderá la confianza en si mismo y aband onará . Es por ello
ulos para cualq uier otro , con el riesgo qu e recom iendo ir avanzando paso a paso , trabaja r paulatiname nte,
nte métodos y cód igos qu e , en caso de sin prisas por lograr éxitos y calibrando las posibilidades en cada
cil de superar. La sugestión gene rada moment o, ya que es fundament al ir adq uiriendo la expe riencia de
duce a da r como válidas ciertas con- forma escalonada, comenzando por búsquedas sencillas, e ir aumen-
nales, qu e no muestran el autént ico tando la dificultad conforme se vayan logrando aciertos. En caso de
que los avances no se correspondan con el esfuerzo realizado, habría
arse en los mod os operativos de otras que replant ear la forma operativa y la concepción de la radiestesia ,
a. Con el tiempo se comienza a desa- ya que qu izás en una u otra cuestión se encuent ren los motivo s que
ad o que sirve para elevar la eficiencia, impiden el progreso.
od o evoluciona en paralelo al radieste- Cuando nos equi voquemos, lo cual ocurrirá en muchas ocasio-
ante renovación. nes, no se debe culpar a la radiestesía, ya qu e sería como achacar al
cursos de especializació n, los alumnos arte de la pintura el haber realizado un mal cuadro. Lo más correc -
e agua s subterrá neas duden sob re la to (y lo más eficaz) es buscar en qu é hemos fallado, o cuál es el moti -
al de una corriente, la calidad de sus vo que imp ide enco ntra r la respuesta. Los factores que pueden indu-
embargo, creen firmement e en que se cir a error son múltiples, y para conocerlos, int uirlos y evitarlos nada
encont rar agua s subterráneas. La con- mejor qu e la experiencia, qu e ademá s sirve para corregir defectos,
in gu na diferencia entre buscar agua, incidiend o en lo q ue es más favorable. La justificación de los fraca-
audal y calidad, buscar una per sona sos , buscando explicaciones fuera de la acción psíqu ica del radieste-
la baraja . sista, es prepara r el camino para repetir el error. Elegir correctamen-
vos do nd e radica la problemática , sino te en cada búsqueda el cuándo, el dónde y el cómo pode mos
y la confianza del operador en lo. que efectuar el estudio radiest ésíco es de vital impona ncia.
Los errores, en efecto, deberían servir para mejorar en las
tipo de obje tivo no influye en el fenó- siguientes localizaciones. Cuando se comete un error se debe pen-
modificar la fonna operativa, ya qu e sar, sin despreciar las conclusiones qu e pod emos sacar de ello, en los
ión de aguas subterráneas q ue la loca- aciertos obtenidos en anteri ores localizaciones. Esta fonna de pensar
parecida . sugestiona de manera positiva para no perder la confianza en nues-
269
l..A EDUCACiÓN RADIESTt:5ICA
mismo modo, después de los éxitos, los, y a aprende r de ellos sin da r excesiva im portan cia ni a los erro-
s, y lo que aprendimos de ellos, para no res ni a los aciert os, ya qu e ambos forman part e de nuestras vidas.
nza. Cuando no existe fallo algu no de berí an revisarse los valores per-
acencia interna qu e puede llevar a la sonales, pues qu izás uno se haya q uedado encasillado, perdiendo
a no es necesario, qu e todo nos ha sido la creatividad qu e permite la evolución en cua lquier materi a y qu e
ón hay qu e opo ner un ánimo constante, concede la posibilidad de errar. No se deje asustar po r los fallos
obse rvando nuestros logros y nu estras que co meta, ya que casi siem pre avanzamos a base de errores, y,
que reforzar, sobre todo, el esfuerzo diri- tam bién casi siem pre, pod em os concluir qu e: a mayor éxito,
o de las facult ades personales, lo qu e mayo r número de erro res cometidos. A co nt inuación daré algu nas
mismo, de sus decisiones y de sus actos. paut as para q ue cada cual las adapte a su forma persona l de eje r-
e Intima satisfacción si el ope rado r sabe cer la rad íestesia.
ra sin conocimiento de causa, su actua-
endo esclavo de modas y maneras ope-
ificar y adaptar su metodología según EJERCICIO S DE ENTRE N A MI EN TO
om ento, dent ro de su propia evolución
rsona. El ent rena mie nto en solitario es una parte important e de la prep a-
n los ejercicios y trabajos realizad os ración del radíestesista, tanto al pri ncipio, para iniciarse, co mo
os mom ent os de decaimiento , y moti- posteriormente . La radiestesia, como cualquier disciplina q ue de-
os briosoAsimismo, al comienzo de las penda de las capacidades de l ser humano, necesita de un entre na-
e ser conveniente llevar un listado con miento regular, tanto en trabajos de campo como en recogimient o
a comprobar la propia evolución . Tal y soledad .
resu ltados y después note un declive. Para determinar la dirección hacia donde se enc uent ra el obje-
os, ya que la mon oton ía puede se r la to de la búsqued a, se pu ede trazar un círculo y and ar sobre él hasta
stesia, tenem os un espíritu de investi- que el ins tru mento reaccione , según lo acordad o, indicando un
e nu evos estilos operativos, de nu evas punto hacia donde está el objetivo. Para determinar con mayor
encierre en métodos rígido s, aunque a exactitud la dir ección , se traza otro circulo de mayores dimensio-
de maravilla. Busq ue su método para nes y se marca de la mism a form a otro punto. Uniendo los dos
, para esa circunstancia, y permita qu e puntos de ambos círculos por una linea, qu ed a determinad a la
operar; haga su propia radiestesia y dirección del objetivo . Este tipo de operaciones tambi én se pued e
e es: la expresión de una capacida d realizar girand o en círculo con el brazo extend ido , y la man o indi-
cando un sentido, qu e será el co rrecto cuando el instrument o reac-
rro res, éstos nos da n un a perspectiva cione.
bin da rah Tago re decla q ue; «Si cerrá is Se pu ede trab ajar con otro sistem a operativo, colocándo no s en
, también la verda d se queda fuera • . un punto del terren o y determinand o una dire cción , en la cual se
pero si de estar dispuesto a ad mitir- encont rarla el objetivo, mediant e el sistema del brazo-ant en a; a
271
LA EDUCACIÓN RA OIES T~:S ICA
os a otro punt o, y trazamos otra linea; Con respecto a las varillas seguiremos los mismos pasos, co n la
a el obje tivo. Aunque lo mejor es acer- diferencia de que los movimientos serán de abrir o cerrar. Con las
el terren o, ya q ue este método pu ede varillas tal vez cueste más al principio lograr qu e se muevan, ya que
exac titud del lugar elegido. En rad ies- éstas panen de una posición más estática. Intentemos forzar un poco
caso. qu e mil .si hu biera .v. » . También el movimiento consciente mente o bien desplácese con lentitud peno
del brazo-ant ena, y cuando el instru- sando en el movimien to que se pretende lograr, hasta conseguir que
terminada di rección , pod emos desp la- se muevan.
ma ment al de que el instrument o rea- Una vez que el instrumento reacciona a nuestra ideación men tal
ado cuando lleguemos al lugar donde pod emos actuar sobre algo material.
~i ttl.¡
~O, -,fft
m Ejercicio n" 2
o @f.. ', ~1 '{~~e~
. l.:
' -. 'H-+-

Para este eje rcicio bastará con tener un juego de dominó , o de car-
tas, y seleccionar tres o cuatro que no se distingan por su reverso .
Han de estar lo suficiente mente alejadas unas de otras para no crear
¡

~ 1" 1
+-¡/, . lmj '
l'
,
-

I .; .
-1
L
1\
--- ,
t-. •

confusión , o bien ope rar situando una sola cada vez, mant eniendo
el resto fuera del alcance visual realizando toda la preparación pre·
búsqueda como en cualquier localización radiestésica. Podemos uti-
• lizar un instrument o qu e nos permita tener una mano libre (péndu-
eccional perm ite operar sobre grandes super- lo, una sola varilla en L...) y, así, señalar con un dedo de la mano
ndc el «laplz-anteua... libre cada cana o ficha; también se puede fijar la vista y co ncent rar
la atención sobre un a de ellas, pregunt ando si corresponde al obje-
ercici o n° 1 tivo. Tod o esto después de baber expresado la intención de localizar
determin ada carta o ficha. Si se realiza el ejercicio con un instru-
stinado a los neófitos qu e en ante riores mento qu e ocupa las dos manos (varas, varillas...) alejarem os las car-
do qu e el instrumento reaccion e ent re tas o fichas un as de otras , para poder concentra rnos en cada un a de
o - tal como se ha explicado en el apar- ellas po r separado , y fijar la vista en él, realizand o el mismo esque-
pri male un ligero movimiento de oscí- ma mental que anteriormente. En este tipo de eje rcicios se deben
rcibir la reacción neuro muscular si el inclu ir al principio pocas variantes , es decir, un red ucido núm ero de
ent o de espera que si permanece estáti- posibilidades, amplián dolas conforme vaya aumenta ndo el número
tiem po que mira al péndulo, hacia un de aciertos y la confianza .
erecha-izqu ierda, adelante-arras o circu- El tiempo de espera suele oscilar entre pocos segundos y un
o al cont rario; espere hasta ver cómo el minuto. Si preguntam os tan sólo:
nto aco rdado . • ¿Es esta carta el as de oros?
273
LA EDUCACIÓN RADlESTÉSlCA
l péndulo, por ejemplo, gire en sentido fuera puede ocurrir dicho fenómeno, pero como norma, al salir, su
era puede cansar si la cana no es la que atención se orientará hacia otros asuntos y no afectará en la misma
sciente, deseoso de terminar con una medida. Si va a permanecer en la habitación deberá dirigir sus pen-
un a respu esta cualquiera para concluir samientos en otra dirección, pidiénd ole que deje de pensar en el
eferible que la pregunt a obligue a una objeto y su localización. Con la práctica de la concentración, las
ad: posibles influencias de las personas o del entorno dejan de afectar, o
a, que gire en un sentido (el que haya- al menos se es más capaz de sobreponerse a ellas.
terioridad como positivo) y, si no lo es, Se puede comenzar situándose sobre cada recipiente, pregun-
so. tando si el objeto está oculto debajo de él (también se puede hacer
as más rápidas . Podemos coger un nú - a cierta distancia). Avanzaremos con las varillas situándo nos encima,
de una baraja, que sean correlativas, y, o lo más próximos posible al recipiente, con la siguiente expresión
mos colocarlas de una en una delante, e y pregunt a:
rata: • Tengo la intención de saber si el objeto está situado debajo de
la num eración uno? este recipiente.
la num eración dos? • ¿ Está?
• Si es asf que las varillas se cierren .
O bien empleand o un doble código:
reaccione. Entonces pasamos a la si- • Si está, que se cierren; si no está, que se abran.
úm ero acertado de la cuenta nu mérica. Conviene no permanecer quietos a la espera de la respuesta, ya
arse con colores o formas; en este caso que, de esta manera, las varillas (si es el instrumento utilizado)
se utilicen colores y formas bien defi- ado ptan una posición demasiado estática y, por tanto , será más
para de esta forma ayudar en la selec- dificil comenza r un movimient o. Es mejor dirigirse hacia el reci-
pient e, y expresar que el instrument o reaccionará al llegar a su
posición, si el objetivo se encuent ra alli, para después retroceder y
avanzar de nu evo hacia otro recipiente en caso de no haber logra-
rcicio n° 3 do la respue sta esperada.
El tiempo de espera para cada contestación varía, según el ope-
conda un objeto debajo de un reci- rador y la complejidad de la búsqueda. Ésta suele ser inmediata,
rios más vacíos; después debe salir de pero, si se retrasa, conviene comenzar de nuevo . Hay que recordar
otros entremos, para no interferir de que la expresión de la intención y la pregunta deben ser claras y con-
ltado (ya que cienos movimientos, cretas, lo cual facilita que la respuesta surja con mayor rapidez y
ención consciente, pueden ser capta- seguridad. En caso de equ ivocación en el resultado, procuraremos
ándonos dónde está el objeto. Tam- encontrar dónde estuvo el error cometido, en qué paso hemos falla-
ión mental; por tanto, es mejor que do. Encontra r la posible causa del error supo ne un gran avance para
cticas, aunque a veces, aun estando posteriores operaciones. Tal vez el fallo esté motivado por una rela-
275
LA EDUCAClON RADIESttslCA
e búsque da no nos motivaba, los reci- existir, la búsqueda será innecesaria , tal como puede sucede r en una
untos y no fuimos capaces de concen- búsqueda de aguas en un terren o.
ada uno de ellos, etcétera. Averiguar Otra variante de este ejercicio se puede realizar delimitando un
o ayuda a corregir errores y actitudes . terreno donde sea fácil enterrar un recipient e, una botella, por
ejemplo.
ercicio n ° 4
a vez, un objeto en un lugar de la casa
en plena natural eza. En e! caso de la
ue al entrar en la estancia dond e esté el
nará. Una vez en el interior de la habi-
bre, podemos ir girando con un brazo
instrumento que lo permita), con la
e el instrumento se moverá, según se
dirección de la mano con la del obje- Ras treo co n la vista.
las dos varillas girando lentamente en
sus dos puntas indicarán la dirección . Se pued e localizar de varias maneras; recorriendo e! terreno o
utilizando, como en e! ejercicio n° 4, el brazo o e! instrumento como
ante na; también podemos emplear e! método de! doble circulo y,
rcicio n° 5 cuando hayamos localizado la dirección , avanzaremos hasta llegar al
objetivo.
os y pida a un colaborador que llene El sistema del doble circulo es susceptible de emplearse tanto
ua, o la sustancia que queram os detec- sobre el terreno como sobre un plano.
rabajo de campo, al acostumbrarnos a Una vez se sabe la dirección , se puede averiguar la distancia a la
determinad o tipo de objetivo, además que se encuentra e! objetivo:
dónd e está, sino si realmente está. Esto ¿A menos de lOO metros?
squeda de aguas, ya que cuando llega- • ¿De l kilómetro?
s si existe agua subterránea, o si hay • ¿De l O?
ra comenzar recomiendo que sólo se • l. ....1
n estar separados para permitir el des- Hasta qu e e! instrum ento reacciona. Si se ope ra sobre plano,
nt rodu zca en su esquema mental que , o las dista ncias so n mu y grandes , se pued e seguir en él la direc-
nt e que contenga agua, su instrumen- ción que hemos logrado co n el sistema del dob le circulo , hasta
de preguntar desde un principio si en llegar al punto en qu e el instrumento reaccione, tal como habla-
iene agua, con lo cual, en caso de no mos aco rda do .
2n
lA EOUí .ACION RA01ESTI:SICA
ten er en cuenta que no todas las pe rsonas tien en la misma facilidad
para conce nt rarse ante un mism o tip o de trabajo. A algun os, las caro
las les parecerán un ejercicio ban al, y preferirán otros. Uno s encucn-
tran con facilidad personas desap arecidas; otros, vias d e agua, pu es
u
su atención se encuent ra atraída po r determinado tipo de objetivos .
Lo mej or será cent rarse en aqu ellos qu e susciten mayor inte rés y
motivación .
A cont in uación expond r é algunos d e los ámbitos en los q ue se
pu ed e aplicar la rad íestesia, ten iendo en cue nta que sus posibilid a-
d es son tantas como objetivos existen : no hay campo do nde el cono-
,-, " ! i , q cimiento humano no pu eda pe netrar .
3 4 51
a la dirección del objetivo y mediante una
con exactitud su situación.
entes pod rta realizarse pon ien do d ife-
a un o de ellos, e intentando de terrni-
poner sus tancias similares, e intentar
n a de ellas o las características indivi-
n a mayor capacidad de con cent ración
pued e presentarse alguna d ificultad ,
tos en ejercicios men os complejos, es
de complejid ad . Ésla viene determina-
a de concent ración, y el tiempo qu e
o por la diversidad de objetivos qu e
su orientación. Esto supone u n esfuer-
ierta confusión y fatiga, si el operador
misma co ncent ración en cada un o de
cesario. Por ello hay que actua r con
ercicios para practicar, tanto con ins-
o es mejor d ejar las siguie ntes pautas
e la imaginación e invent iva de cada
dos d el libro se proporcionan otras
s en lemas más especifica s, hay q ue
279
DISTINTOS CAMPOS DE APLICACIÓN
RADI ESn SIA y SALUD
Aplicaciones terapéuticas
La aplicación de la radiestesia en el campo de la salud es un tema
controveni do , y siempre envuelto en polémicas. En este ámbito es
dond e la radiestesia es más vilipendiada por la inte rpretación causal
que ofrece la ciencia en la actualidad sobre la salud y la enfermedad ,
amén de los intereses económicos y sociales que se mueven a su
alrededor. La medicina ha cosechado notables éxitos en muchas par-
celas, pero ha dividido al ser hum ano en especialidades, olvidándo-
se de la globalidad , del conju nto armónico que formamos. y de la
relación e interacción de cualquier fracción de la persona con su
totalidad.
Hoy parece normal padecer algún trastorn o o enfermedad; esto
se ha convenido en algo habitual, cuando lo natural es estar sanos,
y lo anormal estar enfermos O con malestar. La medicina y otros fac-
lores básicamente socioeconómicos, han conseguido elevar la media
de vida en Occidente, donde se ha logrado una sociedad más lon-
geva, pero también una sociedad más enferma y conformista, La
radiestesia puede ser una vta que abra nuevas puenas a la medicina,
y más concretamente a la salud , ámbito en el cual puede intervenir
como diagnóstico, interpretando dónd e está el desequilibrio o la
enfermedad , y en la elección de la mejor terapia. La técnica radies-
t ésica de detección de tumores, lesiones o anomalias puede ser de
gran ayuda en medicina, pues es factible efectuar un diagnóstico
incluso antes de que aparezca en una radiografía o con otra técnica
convencional. El radiestesísta médico puede averiguar trastornos
sutiles y enfermedades potenciales, o en proceso de formación , que
los métodos convencionales de diagnóstico no pueden todavía
detectar.
El cerebro y el cuerpo se comunican por medio de señales elec-
troqu ímicas: el radíestesísta puede reconocer una pen urbación de
283
D ISTINTOS CAMPOS DE APlICAC¡ON
a posibilidad de padecer una enferme- por la ingesta o inhalación de productos tóxicos, por cienos aconte-
cuenta qu e la radiestesía precisa de una cimientos o actitudes personales, etcétera. El diagnóstico médico
del practicant e, antes de realizar pres- puede enfocarse hacia las causas sintomáticas evidentes, o en direc-
que puedan implicar una responsabili- ción de las causas primarias; en ambos casos, tanto el diagnóstico
más si cabe en un terreno como el de la como el tratamiento difieren, puesto que un enfoque trata e! cuerpo
go la salud y la vida. Es por esto que f1sico y e! otro aspectos más sutiles.
áxima prudencia, evitando entrar en el Otra de sus posibilidades más relevantes es su versatilidad, pues
ulan en todos los ámbitos, y más donde es factible realizar un diagnóstico con la persona presente o ausen-
tes inexistentes, como es e! caso de la te. Es más. reitero que posibilita un diagnóstico anticipado a la
ocimiento popular. Muchos operadores manifestación orgánica. sirviendo asl de soporte a la medicina pre-
no existe (en su afán de lucimiento y ventiva en sus aspectos más avanzados; operando sobre los matices
entes en su imaginación); esto es muy más sutiles de! desequilibro originario de una futura patología. Del
ealizar un diagnóstico erróneo puede mismo modo. la radiestesia aport a la comprensión de la interacción
a los afectados que puede conllevarles de factores que provocan la en fermedad. y ayuda a discernir si exis-
! agravante , de que, sugestionados por ten causas medioambientales desencadenant es, como es el caso de
pueden incluso llegar a desarrollarla. contaminación atmosférica. alteraciones geoftsícas o contaminación
un gran aliado para e! terapeuta que electromagnética (véase El lugar y la vida).
s de una educació n restrictiva, aunque Hay que recordar que en la actualidad la ley delimita qu ién
como en otros muchos, se int roducen puede diagnosticar o establecer terapias. y sólo aquéllos titulados a
dulo o varilla en la mano - pero sin la través de los medios oficiales están capacitados por la ley para ejer-
uados-, desvirtúan la ciencia radiest é- cer como terapeutas. El rad íestesista que no ostente titulación méd i-
s de estafar la buena voluntad de quie- ca sólo pued e, legalmente. colaborar con e! médico para confirmar
ca de ayuda, logran que la delicada y o desmentir su diagnóstico. Hay que evitar que le suceda como a
los radiestesistas se tambalee. He otros eminentes radiestesistas, e incluso médicos que han tratado a
ya que el carácter rigurosamente cien- sus pacientes con terapias no incluidas en los vademecums oficiales
us aplicaciones, me lleva a colocarla en que. a pesar de sus grandes logros. fueron denun ciados. atacados e
L1 radiestesia es e! resultado de una incluso ridiculizados por parte de los estamentos médicos tradicio-
ero en cuanto a sus distintas áreas de nales.
étera, se pued e considerar una ciencia • Este tribu nal no pone ninguna objeción a que usted cure a la
gente, sino a que la trate.• Esta frase fue dicha por e! juez de un o de
adiestesia con respecto a las modernas los muchos pleitos que la Asociación de Médicos francesa interpuso
encional (radiograflas, gammagraflas, al padre j ean juríon, anteriormente citado. jurion aplicó la radieste-
gresividad y sus efectos secunda rios. sia médica con gran acierto, tal como atestiguan los más de 30.000
a causa o el origen; si se debe a facto- pacientes que recurrieron a él durante más de 25 años; su prob lema
motivada por una mala alimentación , radicaba en que ejerció, ayudando y cura ndo a la gente, sin titula-
285
D ISTINTOS CAMPOS DE APLICACiÓN
ólogo de su lib ro escrib ió: . AsI me con- El proceso es el mism o que en cualquier actividad radi estésíca,
e atiende a los en fermos sin hallarse en lo úni co qu e-varía es el modo operativo y la esce nografía. Hay
o comete un del ito q ue pued e llevarlo a diversas form as operativas , una de las más us uales se basa en
elda en com pañia de un estafador, un d esplazar el instru mento cerca del orga nismo sobre el qu e se rea-
ás de 2.000 páginas qu e escri bió so bre liza la prueba, hasta que reaccione , al localizar la parte u órgano
p ias más adec uadas que aplicó a cada en ferm o. Tam bién se puede utilizar la mano libre, con uno de
rad iestesia, harían so nroja r a más de un sus ded os situado a pocos centímetros del pacient e, mientras
en cuenta esta posibilidad de d iagn ós- recorre el cuerp o , de la misma forma que antes lo hadamos con
e haber denigra do a gentes que , como el brazo-ant ena para buscar un obje tivo a distan cia. Apuntar con
dez y con result ad os aso mbro sos para el dedo Indice de la mano libre a dist intas zonas y órganos , o
de la radi estesia. recor rer el organismo con lentitud, exp resando:
ne ral, necesita d e un a cierta formación • Tengo la inten ción de saber la en fermedad qu e padece esta
a r, y más si cabe en radíestesía médica, persona , si es que tiene alguna.
gánicas a veces son de di ílcíl interpre- Para compro barlo p reguntam os:
médico . Por esto , sólo recom endaré el • ¿Está en fe rmo ?
medicina a aqu ellos que conozca n de • Si es asl qu e el pénd ulo gire de izqu ierd a a derecha.
mo humano y sus suti les man ifestacio- Por supuesto , pued e ser otro instrume nto y otro movimient o ,
s deb idos al descon ocim ient o , o rigina- pero el pén d ulo y este giro son los más habituales en este tipo de
ción , evitando al pro pio operador ries- estud ios. Este método puede servir como diagnóstico prelim inar,
ivados de ope rar en terrenos donde se pe ro, como veremos, para definir la en ferme dad , su causa y su
n genera rle tension es y, a la larga, inci- tratamiento , así como el órgano o sistema en fermo, habrá qu e ser
o. lo más im portant e es adquirir, de más especificas.
xpe riencia radiestésica que nos da rá el
r en cada tipo de objetivo, y de los ele- Cuando el pacient e esté ause nte pu eden usarse vinculas, que ayu-
hay que rodea rse. Tod o ello será más den a cent rar y a selecciona r el obje tivo en la mente del operador:
éxito en casi cualq uier tip o de acció n objetos persona les, fotograflas, firma, hu mores, etcétera. Claro está
que, tal como hem os ido viendo , es posible trab ajar sin estos ele-
tomía humana, de la fisiologla y pato- ment os definitorios del objetivo , au nq ue su utilidad parte de la con-
d iestesista médico , así como el de las fianza qu e apo rtan a ciertos ope radores mediant e la autosugestión ,
me nticias. Sin em bargo , la información producida al pensar que estos elementos le ayu dan a sintonizar ftsi-
al ma rgen del estud io rad íest ésico ; la camente con el paciente . Su puesto que se ad viene falso, pero muchas
tral, au nq ue luego se con fronte n los veces necesa rio, cuando no se es capaz de orientar y concent rar la
ésíco con la expe riencia clínlca. Reali- ment e sin estas ayudas sugestivas. Aunque, sin duda, d eterminad os
gar el aná lisis rad iestésíco , cotejándo - da tos de la perso na son necesarios , para distingu irlo del resto : nom-
a méd ica. bre , características, etcétera, que nos perm itan concent ramos en ella.
287
DISTINTOS CAMPOS DE APLICACiÓN
atamient o más adec uado para tal per - se actúa de igual forma que para otro tipo de obje tivos: se puede
mant ener el instrument o en una de las manos, dirigiendo el dedo
ent o del instrument o: índice de la mano libre hacia distintas zonas del organismo y luego
u e el instrument o adquiera tal movi - hacia los produ ctos terapéuticos. Es conveniente que exista una
separación suficiente ent re un remed io y otro, para poder distin-
guirlo con claridad y concentrarse en él, con exclusión del resto.
inado el tratamient o, nos cent raremos, Tambi én se pueden estudiar de uno en uno sin tener los demás a la
rodu cto: si son plant as podemos actuar vista. Aunque lo más eficaz suele ser mantener contacto directo con
car de una en una; después la dosis, la el remedio, es decir, tocánd olo o asiéndo lo con la ma no libre.
ntidad por to ma y las veces diarias, el
m ient o, etcétera. Otra modalidad es desp lazarse ent re la sustancia y el paciente o
su Iotografta. muestra de hum ores, obje to personal, etcétera;
ealiza la expresión de la intención de ent onces, el operado r, al atravesar la linea imaginaria ent re
quello qu e se quiere conoce r, po r eje m- ambos , con el código pertinente. espera la reacción del instru -
mento :
aber, o de ser consciente del tiempo de • Tengo la intención de saber si la mues tra X es la adecuada para
to. el tratamiento del señor X.
nt a general: • Si es asl, cuando atraviese la linea ent re la muestra y la fOIO-
ecesario? grafia de X, que las varillas se cierren .
o, la pregunta especi fica, teniendo en Otra posibilidad es que el paciente coja en su mano el supuesto
de tiempo debe preguntarse de forma remedio :
• Tengo la intención de saber si la muestra X qu e sujeta en su
mano el seño r X es la adecuada para su tratam ient o.
• Si es asl, que las varillas se cierren .
Claro está, tod o ello con el proceso radíestésíco pertinente; si se
produce la reacción esperada, según el convenio ment al estable-
cido, habrem os dado con el remedio adecuado.
portancía de realizar un seguimiento de El tema de la salud en relación con la mdiestesln 110 "" dl rll~" '"11
a modificar la dosificación e incluso el só lo al diagnóstico y tratamiento de otras p,,' rslll1w''; 11II1I IlIhllltl
Por tanto, después de valorar el estado puede det erminar, mediante su uso , si un alil1ll'l1 to It' ''', 1,1\',,1111.'" o
cala, se pueden utilizar distintos reme- no, y en qu é medida. Del mismo modo P'U'IIt' ..ulthn u '" 111 \'1'1"110"
epresentarlos mentalmente; asl se com- geuco o las carencias de detcrmlnado-, prh ll'II'it1" 111 ).'..\1111 11.. \'11111111
mayor medida la vitalidad de la perso- nas, oligoelementos, etcétera. COI1 Ul1a tahla eh- lo, d' .tl '"". r-lr
o, o elegir los remedios más ap ropiados, me mos podemos comprobar c: u",!,,'!'> ~1I 1 1 dc.'lIdlilrloo, ('III'loIJ',illlblllll ,
291
DISTINTOS CAMPOS DE APLICACIÓN
o necesarios para recuperar el equilibrio plantar. Un lugar geofísicamente alterado es desfavorable para cieno
o los alimentos necesarios o mediante tipo de cultivos. aunque para otros es beneficioso. La naturaleza per-
emás. claro está. de averiguar las causas mite la selección natural de las distintas semillas en un determinado
as. Este apa rtado terapéutico se puede tipo de terreno. evolucionando aquellas especies que son más aptas
y plantas. a sus condiciones geoftsicas, climáticas. etcétera.
Para mantener las propiedades de los vegetales es impo rtante
Agricultura conocer los mejores d ías para la siembra o para la plantación :
fase lunar. día o noche. asl como el momento más apropiado
a alimentación. son dos de las claves de para la cosecha o recolección. Las fechas más idóneas se pueden
ancia se revela cada vez con mayor niti- concretar usando un calendario e ir probando por meses. sema-
parte de los trastornos de nuestros d ías nas y días: también el uso del calendario lunar. usado de la
enticias que padecemos. así como a las misma forma. puede ser de gran utilidad:
comida y la bebida. Ante el cúmulo de • Tengo la intención de conoce r qué día es el más apropiado
ados, la radiestesia puede da rnos una para plantar. cosechar. etcétera.
mentos que nos conviene consumir en • ¿Es el día 15 de septiembre?
n. eliminando los que no nos convienen En este momento es más eficaz señalar con el dedo o dirigir la
una buena parte de los productos que vista hacia el calendario. o bien. pensar intensamente en esa
as de los establecimientos de alimenta- fecha. y continuamos con el proceso:
nes de comprobar todo lo que consumi- • Si es asl que el péndulo gire de izquierda a derecha.
tudiar y detallar una alimentación per-
estras características. durant e una etapa Otros aspectos que se pueden potenciar son la determinación de
limentarse de distinta forma cuando se las tierras más apropiadas para cada tipo de cultivo. la selección de
ectual que cuand o es flsica; también los abonos más indicados a cada caso. la detección y el diagnóstico
s diferentes épocas del año. En general, de las enfermedades de los vegetales. ast como su solución.
os alimentos menos manipulados y más
dicado a la salud incluiré unos breves UN MUNDO A NUESTRO S PIES
debido a la gran influencia que ésta tiene
o. en la salud . La aplicación de la radies- Una de las facetas de la radiestesia más usada a lo largo de la histo-
un amplio marco de posibilidades para ria es la localización de objetivos que se encuentran debajo de la
ar los resultados en sus cosechas. Cada superficie de la tierra. Yacimientos minerales. aguas subterráneas.
s características pan iculares. que hacen tesoros. la elección de los mejores lugares para vivir. han sido loca-
mejor en unos lugares que en otros. Por lizados por los zahoríes du rante milenios. El modo operativo en esa
del terreno y de la zona donde se van a gama de objetivos es bastante similar. aunque cada uno tenga unas
293
DI STINTOS CAMPOS DE APLICACIÓN
u e harán qu e la metodología y las pre- camas en un punto del terreno y determinamos la dirección hacia
las. Los ejercicios citados ant es servirán , d on de se encuent ra el lugar más favorable para perforar, segun
lipa de obje tivo para cada caso. No obs - vimos en el eje rcicio n° 4. A conti nuación nos desp lazam os hacia
las matizaciones opo n un as en cada un o otro pu nto y, desde allí, volvem os a trazar otra linea en la dirección
operativo. del objetivo. El punto do nde se cruza n ambas lineas indica el lugar
más adec uado . Este métod o se pued e realizar co n la radiestesia a
distancia, qu e se diferen cia de la telerrad ícstes ía en qu e, en este caso ,
a s u b te rrán ea estarnos en contacto visual con el ent orno d el pos ible obje tivo; este
método también lo podemos emplear sob re plan os.
a del agua potable está alcanza ndo colas Sobre el suelo de aguas subterr áneas qu e sigan el ciclo hidroló-
ar por su escasez en muchas regiones y, gico convencional, próximas a la su perficie, pero sin manifestación
nación. Buen número de empresas, coo- de agua superficial, existe una nora, asl como una fauna caracterís-
pan icu lares solicitan los servicios d e ricas, debido a sus d escargas evapc rativas. Estas zonas tienen un
hidró logo o un geólogo. Su decisión se gran valor paisaj ístico por la presen cia de árb oles Ireatofüicos y un
s: el porcentaje d e aciertos y las preten- extrao rd inario interés ecológico por la diversidad biológica que p ro-
y de otros . du cen . Esto mism o se ve más clara mente con un a vista aérea , d onde,
ca de la localización de aguas subterrá- en ocasio nes , es posible distinguir por dónde circula el agua su bte-
e ne ope rar, si fuera posible, en lugares rrán ea gracias a las d iferencias paísajísticas que produce a su paso.
stencia de pozos, aceq uias o corrientes Según esto, es posi ble prever, en determinadas circunstancias , por
dad, cauda l u otras caracte rtsticas, asl dónde circulan las aguas conociendo la nora y la fauna de una
en la que circula el agua; aunque estos región, lo cua l pu ede ser de ayuda a la hora de b uscarlas, so bre todo
spués de haber terminad o el trabajo cont rastándo lo con el result ad o radiest és íco.
de ellos hasta haber concluido . Del mismo mod o, sobre una corriente de agua subterránea , se
ntes de come nzar una prospe cción , es pued e formar un a humedad diferente de la del ent orno, creándose
posi bilidades de lograr aquello que se un a neblina imperceptible, insuficient e co mo para llamar la atención
y ene rgías en caso contrario. Si se inten- de forma consciente, pero qu e inconscientemente se percibe . En
para, más ade lante, llevar a cabo la per- aquello qu e el consciente debe poner gran atenc ión y esfuerzo, el in-
si es posible hacer aflorar agua de las consciente ya lo sabe . Pero esta información , ya sea consciente o
caso negauvo la búsqueda pierd e sen- inconsciente, debe ser revisada y seleccionada para que no induzca a
rado tiempo y posibles errores , pu es el errores de íruerpretació n, ya qu e un suceso de similares caracterís-
mu ch as ocasiones acaba marcando algo tieas pued e debe rse a distintas causas . Aunque estas peculiaridades
deseo de encontrar. del medio puedan servir para ratificar el resultado con posterioridad
ema de localización d el lugar más ade- al estudio radiest ésíco, en ocasiones pueden inducir a error, pu es,
de agua, ast como para localizar un inconscientemente, en un mom ento de máxima receptividad , como
miento idóneo de un ed ificio. Nos colo- cuando operamos en rad íestes ía, esta información pu ede pasar al
295
DISTINTOS CAMPOS DE APLICACiÓN
al operador. Hay que procurar inhibirse Un curioso método , empleado por Bouly y otros radiestesistas,
ior que pueda falsearel resultado, abstra- consiste en golpear con el tacón del zapato el suelo hasta que el
litando asl la labor radiest ésíca. nú mero de taconazos corresponda con la profundidad , entendiendo
didad a la cual se encuentra el agua pre- que cada golpe sea una cifra constante: un taconazo será un metro,
ra la mayorfa de los zahoríes. Es necesa- dos metros, etcétera, según se haya convenido . Un sistema bien sim-
ogla especifica, el correcto entrenamiento ple es contar los giros del péndulo o de la varilla para determinar la
cimiemos sobre geología, De esta forma, profundidad; de la misma forma, un giro corresponderá a cierto
s facilidad hacia el objetivo, al represen- núm ero de metros. Más sencillo todaví a es contar mentalmente,
en la mente, aunque para ello es preciso concentrarse en mayor medida .
Una vez hemos obtenido un resultado concreto, o sea, el lugar
idad a la que se halla la corriente, u otro más favorable para la pe rforación , el caudal, la profundidad o la cali-
ualquiera, podemos utilizar varios méto- dad , se puede y, de hecho , se debería hacer siempre que sea posible,
ocalizar el objetivo nos colocamos en el contrastar con la experiencia y observar los indicios que el enromo
realizar la perforación , y comenzamos a nos revela. De esta manera corroboramos el resultad o rad íest ésico.
la corriente. con el pensamiento de que En el caso del agua subterránea se puede verificar el resultado pre-
ará , tal como hemos convenido , cuando guntando por otros posibles pozos próximos, con los cuales poder
os y el pum a de la corriente que hemos comparar los resultados obtenidos . Ello no ind ica necesaríamente
a de la profundid ad a la que se encuen- que, en caso de no coincidir, por ejemplo, con la profund idad de los
pactar que la distancia recorrida sea la pozos de la zona, haya que rechazar la prospección , o bien que, si
la que queramos , para no tener que des- coincide, sea totalmeme segura; en este caso si que daría mayor con-
sos grandes distancias. fianza en que el resultad o es acertado.
En ocasiones hay agua en el subsuelo, pero está bajo determina -
das condiciones que le impid en ascender hasta la superficie , por lo
que se debería preguntar si se encuentra bajo presión y si es conve-
niente perforar en ese lugar, a pesar de encont rarse allí. Entre los
:~~~~~~: '_;_\;_"_-~_',:_'_;-'r- : l'"'''' diferentes pumas detectados con posibilidades de encontrar agua,
siempre habrá unos que serán más prop icios debido a sus caracte-
rfsticas particulares: menor pro fundidad , naturaleza del suelo más
favorable , etcétera. Se puede simplificar la prospección mediante los
" Di~ lanc i ll
Equivlllt' •. - .. • • had a abajo métodos de triangulación , dirección , etcétera, descritos antes, loca-
lizand o directamente el lugar más ventajoso,
Si buscamos un determinado lipa de aguas, por ejempl o, que
al
profundidad conocido como «la regla del

tenga un caudal minim o de mil litros por minuto y que además sea
potable , cualquier otro tipo de aguas será obviado, es decir, al pa-
sar por encima de ellas no debería haber reacción . Esto se debe a
297
D ISTINTOS CAMPOS DE APLlCACION
de la in tenci ón y la selección mental, Este an álisis se pu ede llevar a cabo una vez se ha extraído el agua,
bje tivo y rechaza mos lod os los qu e no o ant es de realizar la perforación, para tener una mayor seguridad de
s req ueridas, sin import ar la apa rente que este tipo de aguas es la que se pretende hacer aflorar. Hay que
el mism o mod o, si estamos intentando ad ven ir qu e son escasos los zahoríes que, en este ámb ito, mantienen
un a co rriente y se diera el caso de qu e un elevado tnd íce de aciertos , EsIO se debe en prime r lugar a su falta
n os profundidad , pero de diferent es de cred ulida d en esta posibilidad (debido a su desconocimiento en
da l, etc éte ra , de la qu e realm ent e qu e- el ámb ito donde actúa la rad iestesia) y a la d ificult ad de represen-
m os program ad o medi ant e la selección tarse mentalment e este tipo de obje tivo tan poco tan gible y de d íft-
dtest ésíca alguna . Serta sólo al llegar a cil descripci ón , aunq ue ello no es ób ice para qu e algunos rad ieste-
tuada la q ue buscamos cuand o el ins - sistas especia lmente dotad os y bien ad íestrados mant engan un a alta
m ient o aco rdado . Basándon os en ello eficiencia . En prin cipio, hasta no estar acos tumb rado a este tipo de
ado r realiza de forma co rrecta el pro- obje tivos, recomiendo limitarse a sabe r si es o no potable. Estas dos
y du rant e la bú squ eda propiamente alterna tivas tan dispares son de fácil represent ación mental, ya que
a de obje tivos sim ilares no influye en resulta más cohe rente imaginarse unas aguas potables e incluso a
un o mism o bebiendo de ellas.
ada al co nsumo públi co presen ta gra-
radiestesía pode mos averiguar su cali- Una vez tenernos clara la imagen ment al del obje tivo pode mos
obar el grado de ace ptación de cada pasar a la expresión de la intenci ón:
lladas, de las qu e existe una gran varie- • Tengo la intención de conocer si el agua que se halla en el
no suelen por tar sustancias tóxicas, su subsuelo bajo mis pies es potable,
end íendo de su proceden cia- puede Comprobando que solamente exista una corriente de agua en la
ra algunas perso nas . misma vertical o seleccionando un a de ellas y, a cont inuació n , la
bterráneas, pa ra co mpro ba r su grado pregunta:
es cada d ía de mayo r imponancia , • ¿Es potable?
rt ad oras de susta ncias t óxicas pro ce- En caso afirmativo el péndu lo girará, tal como se habla conveni-
pesticidas, sales, etc étera, as í co mo do con ante rioridad , o la varilla se elevará, o las varillas en L se
so breexplotado los acuíferos. Co mo cerra rán.
l e saber sus características y propie- Si el ope rado r q uiere sabe r la dir ección en qu e circula el agua,
ácido carbó nico , calcio o cualq uier sólo tien e que realizar la pregunta y el acuerdo ment al perti -
o sus pens ión . En fun ción de ello se nentes:
met ros que diferen cian un agua pota - • ¿Es ésta la dirección hacia do nde circula el agua?
el agua define si ésta es ácida, básica
de forma selectiva hasta co nc reta r el Para facilitar la orie ntació n de la ment e hacia un de term inado
ede sabe r si es calcá rea , si contie ne objetivo. es conveniente practicar con elementos igualeso similares
a los que se pretende localizar. Hemos visto en el ejercicio n° 5 cómo
299
D ISTINTOS CAMPOS DE APLICACIÓN
gua. Para empezar se pued en co locar obje tivo, restringien do las posibilida des de erro r al saber co n exac-
do uno de ellos con liquido y dejando titu d lo qu e se busca .
iciente entre ambos co mo para poder Norm almente se estudia e! terreno desplazándose po r él varilla en
ent re ellos. mano; también es posible realizar la prospección desde un vehículo,
menta r la dificultad utilizando varios cuando el área que se debe estudiar es grande; sentados cómod a-
caso, un colaborado r introducirá sal u mente pod emos observar las reacciones radiest ésicas po r los distintos
se pu edan encontra r en las aguas sub- lugares, comprobando cómo, al llegar a la zona dond e está el objeti-
bien en ningun o; de esta manera se vo, e! instrum ento reacciona tal como estaba pactado. En otros casos,
cación mental del obje tivo para des- se ope ra desde e! aire, en un avión; este método se emplea sobre tod o
ste ejerc icio, y otros similares, permi- para descubrir yacimientos min erales y petrolíferos. En estos casos
m inación ante cualquier tipo de obje- un ayud ant e va marcando en un plano las reacciones radíestésícas,
según se pasa por las distintas zonas. En prospecciones minerales
tambi én se suele trabajar directamente sobre plano .
de practicar calculando e! tiempo de En la búsqueda de yacimie ntos es important e defini r e! tipo de
ería o manguera donde sea factib le min eral, asl co mo la cantidad mlnima por kilogramo o tone lada
dad veni da a un conte nedo r, balsa, q ue se preten de localizar, ya qu e normalm ent e se hallan combina-
d de tiem po de term inada : 1 minuto, dos con otras mate rias. Este modo ope rativo restrin ge, en gran
precaución de q ue e! agua no se des- med ida, la búsqueda, y facilita la selección ment al de! obje tivo.
icio radiest ésico. El cau dal de un a Aunque , co mo dec ía, la pro spección de yacimientos minerales
alcula r en litros o en metros cúbicos, tien e las mismas cara ctert sticas qu e la de aguas subterráneas, a
en iend o en cue nta las equivalencias veces es d ificil para alguien no versado en las estruc tu ras geo lógi-
cas y la naturaleza de los minerales, represe ntárselos me nt alm en-
te. Por este mo tivo, ade más de un as nocion es sobre min eralogía,
qu e pu ed an ind icarle las posibles variant es con que se puede
ón geológica encontrar, durante la pro spección , en cuanto al espes or o la pro-
fundidad más habitual de un yacimiento, es impo rtant e ten er un a
dad o q ue para la prosp ección de mu estra de aquello q ue se va a bu scar. Esto es necesario cuando
ología se rá la mism a q ue ap licamos sea un obje tivo desco nocid o o poco habitual para el o perado r,
erráneas, pero adaptan do las pre- pero un a vez asu me con nitidez q ué es lo q ue bu sca, pu ed e
uesto q ue, en e! caso de los yaci- co menza r e! trabajo radíest ésico con o sin la muestra . Durant e la
centaje de material determi nan la búsqued a se pu ede emplear la muest ra como testigo para reiterar
ce r la co mposición y cuant ificarla. la represent ación mental, o puede no ser necesari o, dependien do
ciertos co noci mientos de geología de la capac ida d para imagin ar e! obje tivo.
logla , si se qu iere trabajar co n una Armand Viré, doctor en ciencia s y experto geó logo, nos incita
d o menta lmente y con cla ridad el a un ir la geología co n la radiestesia para mejo rar sus resultados:
301
DISTINTOS CAMPOS DE APUCACIÓN
observación con un alto grado de per-
os, se puede predecir la existencia de
el interior de estratos geológicos per-
ocer si ese agua brotará o no por si sola
ineralizada. Yo mism o, antes de cono-
esistas, he sido capaz de identi ficar la
eas por medios exclusivamente geoló-
mbargo, cuand o se trata de determinar
ión precisa de esas aguas subterráneas
y filones metálicos en ciertos terrenos
reos-, el geólogo está ciego. Es justa-
ia puede aportar algo a la ciencia geo-
z de descubrir si hay realmente fuen -
icas en una zona dada, de determinar
su amplitud y extensión y, hasta cier-
didad. Resulta, pues, pueril e injusto
métodos. En vez de anda r constante-
cando uno s de otros, a los geólogos y Deterioro generalizado: fatiga, trastornos del sueño , estrés, irritabilidad,
unir sus esfuerzos». depresión y, finalmente, en este caso cáncer de estómago.
A diferencia de la localización de aguas para consumo, en este
obiología caso no es necesario conocer los mismos datos: cantidad , calidad ,
profundidad, etc étera, aunque alguno , como por supuesto la exacta
as que han habitado nuestro planeta localización , si que es importante para situar los lugares de estancia
neas, fracturas geológicas y cualquier prolongada (camas, puesto de trabajo o estudio...) fuera de las zonas
odifique los valores de la radiación geofisicas alterad as. La búsqueda de aguas subterráneas en campo
un riesgo para la salud. Tras años de abierto permiti rá familiarizarse con ellas, y ha rá más fácil su poste-
oborado los resultados de otros inves- rior localización en el interior de los edificios. En estos casos se pue-
espués de un determinado tiem po de den recorrer las diferentes estancias hasta que los instrumentos reac-
apacidad de respuesta inmunológica cionen ante la presencia de la alteración geoftsica, bien sea agua
dad de la modificación de los valores subterrá nea, fractura geológica o cualquier elemento geofísico. Hay
adiación de microond as, etcétera), la que buscar las riberas de la alteración , así como por dónd e entra y
as y enfermedades de graves conse- sale de la vivienda, para determinar toda su configuración , que se
mente (Véase Geobiologia: medicina del podrá dibuj ar sobre un plano para conocer su exacta situación , y
adoptar las medid as oportunas.
303
D ISTINTOS CAMPOS DE APLICACiÓN
ación exacta de una corriente de agua, En un terreno se puede buscar, siguiendo sus límites, el lugar por
cualquier estructura subterránea - tal donde entra y por donde sale una corriente, si la hay. Se marcan las
gía, campo que trataremos a continua- riberas de la corriente en su puma de entrada; bordeando el terre-
ado no pocos éxitos mediante radies- no, buscamos el otro punt o por donde sale, y hacemos lo mismo.
con el esquema mental adecuado y Con ello tenemos localizada la corriente y el lugar aproximado por
t o de contacto que se obtenga con la donde transcurre, aunque no hay que olvidar que puede haber
El pu nto B será el que marcaremos al varias alteraciones en el mismo terreno. Para determ inar su posición
ver a entra r en la misma un poco más exacta podemos utilizar el merado amerior.
punto B, marcaremos el lugar con otra Aunqu e en principio cualquier alteración geoftsíca es perjudi-
la parte opuesta y asl sucesivamente. cial, y hay que salir de su área de influencia, podemos cuantificar el
A y todos los pu ntos B tendremos los nivel de riesgo con una escala de med ición. Esta escala 'podemos
Este sistema de localización y delimi- realizarla según nu estra propia concepción, o utilizar alguna de las
utilizarse igualmente para cavernas, ya existentes, ya que cualquiera es válida siempre que sea emp lea-
minas, y es operativo tanto sobre el da e interpretada de modo correcto. En el caso de una prospección
geobiologica, pod rtamos realizar el siguiente código: cuando loca-
lJr
licemos una alterací ón telúr ica, las varillas en L se cerrarán; inclu-
so se puede insertar en el esquema mental un doble código, aña-
{ \ )J~ - ~"7 diendo que el grado de cierre o giros servirá pam cuantificar la
intensidad de la alteración con respecto a su nocividad . Aunq ue las
\,-t ;; varillas en L son el instrumento radiesrésico más empleado en geo-
biología. se puede emplear cualquier otro, como el péndulo. En
este caso habría que contar el núm ero de giros según el código esta-
blecido y, depend iendo de la cantidad de giros, valorar lo que se
pretenda saber. Pero si queremos calibrar la intensidad de la altera-
ción con mayor exactitud , podemos usar las escalas ya comentadas
del O al lO, la del O al 100 o la que creamos más conveniente. Una
escala de medición tambi én nos puede servir para elegir los colores
más apropiados pam cada persona (vestido, vivienda, etc étera)
según sus circunstancias y carácter, en cada momento depend ien-
do del tipo de actividad , en cada ambiente: trabajo , comedo r, dor-
u
ción de estructuras subterráneas: aguas.
icos. etcétera.

mitorio, etc étera (v éase El lugar y la vida).


Si se trabaja sobre el terreno, una vez se produ ce el movimiento
del instrumento se puede señalar el lugar con algún elemento indi-
cador: pintura, estacas, piedras, yeso, etcétera, que nos ayude n a
configurarlo. en el caso de una corriente de agua subterránea, o a
305
D ISTINTOS CAMPOS DE APLlCACION
punto concreto, como pu ede ser el El abate Merm et , gran radiestesista con un elevado número de
ntras hacemos las pertinent es com o aciertos, y cuya capacidad en estos menesteres está fu era de tod a
duda , admitió que de unas quini ent as búsquedas dirigid as a encon-
n este apartado se pueden em plear trar tesoros, no habla logrado éxito alguno. Esto nos demuestra las
ización , como son aguas subterrá- dificultades qu e, de hecho, plant ea este tip o de bú squedas; en pri-
s o restos arqueológicos . me r lugar po r los datos poco fiables que sue len aportarse, y en
segundo, debid o al ent usiasmo qu e acostumbra a existir en estos
casos, y qu e puede arrastrar con facilidad el áni mo del radiestesis-
eología ta en una búsqu eda de algo en mu chos casos inexistente. Ast pues,
se obvia genera lme nte lo más importante: ¿existe el supuesto obje-
edado reflejado a lo largo de este tivo? Ésta seria la primera pregu nta que de fonna totalmente neu-
r, o conocer, cualquier tipo de ob- tral deberla realizarse, manteniendo la misma actitud de neutrali-
objetos, aguas, person as, etcétera), dad , incluso de frialdad ante el objetivo, ya qu e en estos casos las
resu ltad o de una ope ración mate- actitudes pasionales hacen mella en el rad íestesista, impidiéndole
n , etcétera). Sin embargo, hay qu e realizar un trabajo qu e, si el objetivo fuera otro, normalmente, verla
on es que vienen marcadas por el coronar con éxito.
bito hay qu e volver a resaltar qu e Los tesoros y los restos arqueológicos excitan la imaginación, de
rés se traduce en una debilitación ahí que el operador deba realizar profundos estudios de investiga-
n , con el consiguient e aumento de ción bibliográfica, o que la person a interesada le aporte document os
en, no obs tante, objetivos qu e, en acred itativos de lo que se pretende encont rar o saber. Los teso ros
extraordinaria al op erado r. Éstos existen, salvo excepciones, en la imaginación de la gent e y en sus
la búsqueda de tesoros, jo yas desa- deseos de encont rarlos, de ah í qu e, sin un riguroso control de los
alor econó mico en si mismos, asl datos facilitados, será mejor rechazar este tipo de búsqueda. AsI se
ficu ltad qu e entraña este tipo de consigue, por una parte, actuar con seguridad, y por otra parte ,
veces se pretende saber el resulta- representar mentalmente el objetivo gracias a una descripción fiel de
o , consciente o inconsciente , qu e éste, que , de otra fonna, en mu chas ocasiones sería de dificil confi-
to, pues esco nd e en mu chas oca- guración en la mente del radiestesista.
a la capacidad de perce pción, al La arqu eologla trata de clarificar el pasado a través de sus vesti-
ecto fundament al durante la bú s- gios, de sus restos materiales y de sus huellas. El arqueólogo, ya sea
n olvidar qu e en los j uegos de azar profesional o aficionado , procura descubrir la verdad d e la historia
s en el futu ro , lo cua l presenta ele- de la human idad ente rrada por el tiempo, y la rad íestesia es un a
incredulidad educacional que va ayuda de inestimable valor, tanto para el hallazgo in situ, como para
miendo durante años que ello es plantear cues tiones de Indo le intelectu al: proceden cia, datación ,
ch ísimo el trab~ o , mient ras no se posibles conexiones ent re restos aparecidos separados por miles de
iento. kilómetros de distancia, etcétera.
307
D ISTINTOS CA't POS DE APLICACIÓN
o de la arqueología radíestésíca, es la • ¿Es aut ént ica esta pieza?
os . Se pu ede p roceder de la misma Con la exp resión de la intención y el cód igo pe rtinente .
nt a averigua r la profundidad de una
ea , contando desde una época deter- Para delim itar e! conto rno de los yacim ientos, y e! lugar exacto
ta llegar a la fecha buscada. Por ejem- d onde se encuent ran los objetos , asl como su pro fu nd idad , pode-
ar la edad de una pieza arque ológica, mos em plear el mism o sistema que en gcobiología y bú sq ueda de
que creamos anterior a la pieza, e ire- aguas . De esta fonna se ahorra tiempo , esfue rzos y posibles errores,
ades de tiempo determ inadas, po r que tan caros suelen costa r en arqueolog ía, reducien do el coste d e
en 50 , etcétera, segú n el tipo de obje- las excavaciones, además de ser mu cho más eficaz la prospección
o un secto r d e tiempo, red ucimos los tant o en arq ueo logta como en la solución de d iversos p roblem as
eda de cinco en cinco o de un o en geológicos, que van d esde yacimientos minera les a aguas subterrá-
re la época , y no se quie re un o arries- neas. Para la localización de pasad izos, bóvedas, cá maras, etcétera,
p sos globales, preguntan do en primer se p rocederá de la misma for ma que pa ra la búsqueda de aguas su b-
de Cristo o es posterior : terrá neas o yacimien tos min erales. En Espa ña hay estupendos espe -
be r la fecha en que se realizó esta cialistas en el rastreo de las huellas del pasad o, como e! herman o
Emilio Cas tro , d irector d e museos del Colegio de la Salle y expe rto
paleontólogo , con gran n úmero de acierto s en la búsqueda d e aguas
ont inuaremos: su bterrá neas, min erales y hallazgos pa leontológicos , mu chos d e los
cua les ado rn an dic ho mu seo . En efecto , la radiestesia es un método
: d e gran ayuda para la datación y búsqueda d e restos p rehistóricos.
u revista soviética Vohrug SvelQ (Alred edor del Mundo), de gran
preguntamos: popu laridad , publi có un rep ort aje d edicado a la arq ueo logía
medi ante métodos rad íest ésicos con el títul o: «De repente la tierra se
lOO? volvió transparente », En este articul o se citan im portant es hallazgos
200 ? realizados , gracias a la rad íestesia, por arqueólogos e ingeni eros
rabajarem os con valores más peque- soviéticos. Entre ellos d estacan el ruso Alexa nder O leinikov y el
ucranian o Vassily Stetsen ko , que descu brieron fort ificaciones en
Novgoro d de! siglo XtV o los pasad izos subterráneos de! monasterio
ez en diez: Pecherskaya Lavra , qui zás e! más ad mirado d e Ucrania .
\ En Rusia se ha aplicado la radies tes ía con gran éxito en trabajos
go d e un o en un o , hasta concretar e! arqueológicos; ent re los localizad ores rusos d estaca Alexander 1.
rativa se pued e llevar a cabo men- Pluzh nik ov, inge niero mecáni co ded icado a la conservación y res-
sca la adaptad a al tipo de b úsq ue da , tau ración de mon umentos históricos. Ent re sus logros d estaca la
ificación de ob ras de arte . Aquí la recons trucción, med iante radíestesia, de un cam po de batallla
más sencilla: donde las tro pas ru sas y las francesas de Napoleón mantuvieron u n
309
D ISTINTOS CAMPOS DE APLICACIÓN
buen radtesieststa sería hoy un hombre confiado en su éxito - sin
las de Borodino, en el año 1812. La
presunción, con hu mildad- , que acepta con sencillez la habilidad
mposible que el empleo de un méto-
que ha recibido como un don , pero que él mismo debe desarrollar
fuera eficaz; sin e! empleo de la pros-
do casi imposible lograr un resultado mediante un constante trabajo, y de entrenamiento en e! duro
campo de la experiencia, dond e el éxito y e! fracaso significan
mo lugar ocurrió otra batalla, duran-
A este hecho habla que unir una difi- mucho para \a propia honradez profesional• .
ierra de labranza arada centenares de
este tiempo, los bosques se hablan
o y se hablan construido carreteras y
ablecer con exactitud las fonificacio-
batertas, etcétera. La labor de Pluzh-
ma oficial en un estudio publicado por
ientífica de! Ministerio de Cultura de
bre de «Aplicación de! método biofí-
ación de monu mentos de valor histó-
t - general de infanterla-, después de
jo en la arqueología y en la radíeste-
cual consiguió descubrir yacimientos
ados en el Reino Unido: edad de hie-
Sean escribió un libro titulado La
na, donde recoge su visión sobre una
, y en la'cual la constancia es la clave
que pene nezco es escéptica y siempre
stesia funciona. Los jóvenes, por su
abieno y están dispuestos a probar y
rganismos oficiales no lo aceptan, ni
muchos cientlficos y geólogos sean
como rad íestesistas, superemos todas
o sólo se conseguirá mediante nues-
ero que debemos cortar, en la medida
o que no sea eficaz, y demostrar, a tra-
adiestesistas bien calificados, que la
no que puede ser útil y. en un mundo
e. ahorrar tiempo, trabajo y dinero. El
311
CONCLUSiÓN FINAL
La rad íestesia no debe contemp larse sólo como un método de con-
seguir información , sino también como un medio de conocimiento
personal y de comprensión de nuestro potencial real, sin duda infi-
nito. Es impo rtante saber cuáles son los mecanismos interno s que se
desencadenan en el proceso radiestésíco; así, aquellos que preten-
den ejercerlo pueden desarrollar sus capacidades dentro del contex-
to psicofisiológico en el cual se genera y manifiesta. Tan importante
como esto es el esfuerzo en un trabajo constante , dirigido hacia una
metodologta coherente y disciplinada, amparada por el estudio y el
fomento de las facultades psíquicas innatas en toda persona.
Ante el neófito se alzan varias barreras a la hora de llevar a cabo
la práctica radíest ésíca; en primer lugar está la inercia ante el esfuer-
zo y ante la idea de mantener una determinada disciplina. Asimis-
mo, es fácil tropezar con los condicionamientos educacionales de lo
que es o no posible, que limitan nuestra visión de la realidad . A
aquellos que tengan unas facultades innatas, de la misma forma que
hay personas que son magnlficos pintores sin habe r estudiado jamás
en una escuela de arte, algunas de las ind icaciones que aquI he ido
exponiendo no les parecerán necesarias. Aunque, incluso a ellos, les
recomend arla que actuaran conociendo en qué contexto operan, y
que procuraran adapt ar sus capacidades a una metodología qu e, casi
con seguridad , les harla elevar su nivel de eficacia y su espectro de
actuación , así como la rapidez, capacidad y versatilidad casi en cual-
quier circunstancia y lugar, logrando operar incluso mediante la per-
cepción mental directa, Pero, part íend o de la certeza de que la
mayoría de las personas no están dotadas de las mismas capacida-
des, al menos en sus inicios - ya que con esfuerzo y constancia se
logran elevar hasta limites insospechados-, habrá que proceder con
orden, formand o la mente en la causalidad de la radiestesia, y en la
educación psíquica que favorece su logro.
Teniendo en cuenta el número de conocimientos y logros cientí-
I
ficos, la radiestesia no ha avanzado en nuestro tiempo, en compara-
ción con otras épocas. La radiestesia de hace uno , dos o tres siglos
:;.'
313
CONClUSiÓN FINAL
a la que se ejerce en la actualidad, muy medio de acceder a la comprensión unificada de la realidad y, en
guido el camino op uesto al progreso, y defínt íva, de un o mismo.
iencias positivas, más se ignoraba sobre Todo conocimiento exterior a través de los sent idos o el razona-
su origen hace que se vincule a fenó- miento es indirecto e inseguro, su relatividad viene determinada por
a, por esto no se ha podido cultivar de la opinión preconcebid a de las cosas y por el engaño de los sentidos,
rabajan técnicas de mejora de la capaci- sujetos tamb ién a esta preconcepción . Sólo cuando el conocimiento
ación, etcétera. Conforme el ser huma- trasciende a los valores infrahumanos, bebiendo de nuestras Intimas
ifestación de sus instintos e intu iciones fuentes propias, es cuando se adq uiere el verdadero conocimiento,
stanciado de su verdadera natu raleza y, puro. sin contaminar y exacto ,
nsión de la radiestesia y de la capacidad Practicar la radiestesia es dar voz al inconsc iente en el pensa-
miento: no se trata de un pensamiento analínco. sino de ese pen -
de forma fehaciente cuál es el verdade- samiento concreto, esclarecedor de algo sobre lo que el pensamien-
radiestesia. Por un lado relacionando la to en si es ciego. La radíestesía es un diálogo interior vinculado a
nes presuntamente radiestésicas y. por nuestra propia evolución , madur ando al un isono. La práctica de la
variaciones electromagnéticas y otros radiestesia puede convertirse en algo vacuo sin la percepción de
n el origen de las reacciones radiestésí- la conciencia de la propia expe riencia, y la asunción clara de que la
gicos, incluyendo al ser humano, sean rad íestesia es, en primer lugar, fruto de una experiencia vivida como
n , en distinta medida, a sus efectos. Del un a búsqu eda personal del contenido interno del ser.
ndonar las equivocadas pretensiones de El ser humano separa sus vertientes f1sica, moral, intelectual y
obrenatu rales, pues no existe nad a más metafísica restringiendo sus capacidades innatas, logrando un a cien-
ntendida como la expresión de la natu- cia sin conocimiento. Éste sólo se puede lograr con el ejercicio
minado contexto. simultáneo de la volunt ad , la intuición y el razonamiento. A través
erdade ro origen y sus causas , junto con de la rad íestesia se atisba un resqu icio por dond e afiaran parte de los
, traerán cons igo la ada ptación de un sentidos perdidos por el ser humano -en su batalla por modificar el
creándose así el marco adecuado para ento rno a su necesidad y caprícho-, como slmbolo de lo divino que
estesista evolucione al unir su intelecto aún existe ocu lto en su interior, que nos recuerda quiénes so mos .
actuar de forma mecánica. Lo idea l es No es un arte, ni una ciencia - aunque su resultado sea com parable
ento y el dominio del mund o feno mé- a un arte cíentífico-, es más bien la manifestación voluntaria provo-
e un trabajo de elevación metafísica. cada por un sentido no tangible inherente al ser humano. La radies-
blimación que diíícilmen te puede con- tesia es un sistema de investigación y una forma de conocimiento a
lo accesorio como meta, incluyen do la disposición de todo aquel que se acerque a ella con el espíritu libre
enta rse en exclusiva hacia el resultado , de prejuicios.
ub rimiento de nuevas percepciones . La
as como el yoga, el zen o incluso la
derarse co mo un fin, sino como un Raúl de la Rosa
315
BIBLIOGRAFíA
Atienza, Juan G., Los secretos de la alquimia. Ed. Temas de Hoy,
Madrid, 1994.
Bird, Christopher, El gran libro de la radiestesia. Ed . Mart ínez Roca,
Barcelona, 1989.
Chevreul, M. E., De la varilla adivinatoria, delpéndulo explorador y de
las mesasgiratorias. Ed . Hum anitas, Barcelona , 1992.
Gerboin, Antaine Cl érnent, Investigaciones sobre un nuevo método de
la acción eléctrica. Ed . Levrault, Estrasburgo, 1808.
Luzi, Antaine, Radiestesia moderna. Ed . Mundi -Prensa, Madrid,
1976.
Maine , Michel, Lo radiestesia. Ed. Man ínez Roca, Barcelona, 1984 .
Pilón , José Maria, Lo radiestesia: cómo manejar el péndulo y la varilla.
Ed. Mundi-Prensa , Madrid , 1990.
Powell, Tag y Powell, judith L., Método Silva de dominio de la mente.
Ed . Edaf, Madrid, 1990.
Rocard , Ives, Radieslesia. Un enfoque cient!Jko. Ed. Umusa, México,
1993.
Rosa, Raúl de la, Geobiologia: medicina del hábitat. Ed . Terapion,
bre cursos y prospecciones dirigirse Valencia, 1994 .
Estudios y Prospección de la Aso-
bíologícos. GEA. Rosa, Raúl de la, Contaminación electromagnética. El efecto de las
11.041 . 46080 Valencia. radiaciones sobre la salud. Ed . Terapion , Valencia, 1995 .
1959 o 333 88 37
Rosa, Raúl de la, El lugar y la vida. RBA, Barcelona, 1998.
317
I
I
I
I
I
ar la t erapi a o a limen tac ión má s
na o bra p resen ta la s ba se s h ist órica s
st esia y sus a p licaciones
a lidad . De modo claro y pr ec iso
mo se produce y có mo se puede llevar
ié n pu ede se r u n za ho r í, có mo actua r
perar. Ex plica lo s d iferentes cam pos
ón, e l proc e so med ia n te e l cua l
a intuic ión para accede r
c im ie n to y las re acciones fisicas
s qu e co nd ucirá n a e llo .
A ROSA es vicepresidente y miembro fundador
ción de Estudio. Geobiol6zico•.
Fe...ncias y cursos por todA f. aeocr.fia
aba;. y AMsora en el campo d.laaeobiolozia
nstrucción y diña••1 Instituto del Biohábit.t.
/1;;J~ - ) ISBN U l"K!1·)61.1
9 ~]1~lI]l!~IJIJI1[~

También podría gustarte