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DE SOFOCLETO.
Popa.-Lado de la mujer
que hace enfilar la proa
Enfermo.- Número
premiado en la lotería
de los médicos
Memorial Franklin Delano Roosevelt,
Washington, DC, USA
Vergel.- Coctel-aniversario
de la Empresa,después de
las diez de la noche
Catre.-Especie de parrilla
con capacidad de un lomo
por vez.
Noviazgo.-Etapa amorosa
que se prolonga hasta las
primeras señales de
embarazo.
Bailarín flamenco.- Especie de epiléptico que
se gana la vida pisando cucarachas
Tanteo.-Forma de turismo
anatómico que consiste en
recorrer todo el
territorio disponible y
seleccionar sólo los
mejores lugares.
Imparcial.-Juez que
recibe exactamente la
En edificio de Ernst misma cantidad de ambas
& Young, Los partes en juicio.
Angeles, USA
Maestra .- Señorita que
en la niñez nos enseña
las primeras piernas.
Hueco.-Palabra de
múltiple y confusa
definición que mejor es
no tocar
Honrado .-Funcionario
que no deja huella de
sus actos.
Inocente.-Culpable
recomendado por
alguien de arriba.
Ingrávida.- Prima
que acaba de tener
su regla ¡Gracias a
Dios!
Ajedrez . - Juego
desesperante donde
al rey le es imposible
comerse a la reina
Sofocleto universitario
En el campo universitario repitió su vida de estudiante escolar. De la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos pasó la Pontificia
Universidad Católica. Más tarde a Coimbra, luego a la Sorbona, en
París. Sus viajes lo llevaron a aprender varios idiomas. Podía leer y
escribir en inglés, portugués, francés e italiano. Tenía conocimientos
de ruso y latín.
Sofocleto escribo en casi todos los diarios peruanos entre los que
figuraron el Dominical de “El Comercio” y "Correo", "Ojo", "Expreso",
"La República", "La Mañana" y en "Selecciones" del Readers Digest,
en todos sus idiomas.
Fundó su propio diario humorístico, lo llamó "Don Sofo". Era el único
redactor. Siempre con humor, destapaba irregularidades del Gobierno,
las denunciaba. Una “chapa” suya a un político, se quedaba para
siempre. Le temían.
“Veraneos obligados”
Luis Felipe Ángel de Lama, mundo de la literatura y política, vivió cuatro
deportaciones y en total, tres años y medio ordenadas por gobiernos no
democráticos, en los penales del país.
Su biblioteca fue arrasada en siete oportunidades por las
autoridades de varios gobiernos dictatoriales. Era el
resultado de sus críticas agudas, burlas y a la creación
de inolvidables apodos de los personajes políticos de turno
así como por su identificación y a su estilo, por aquellos
años, con el inicio de la revolución cubana.
Murió en Lima, el jueves 18 de marzo de 2004.
EL COJUDO Y LA SOCIEDAD
Dado que el mundo está lleno de pendejos, no podríamos definir a la
Sociedad como "un conglomerado de insignes cojudos" y, en
consecuencia, para determinar la ubicación exacta del cojudo en nuestro
medio social tendríamos que comenzar formulando una Tipología del
Cojudo en sus dos manifestaciones esenciales:
a) El aspirante a Cojudo, y b) El Cojudo propiamente dicho.
El aspirante a cojudo no es, como podría suponerse, un menor de edad ni
nada parecido. Es simplemente un sujeto al que la vida no le dio todavía
la oportunidad de hacer una Gran Cojudez que le sirva como tesis
doctoral o de resbalar en un Cojudeo Sensacional que lo prestigie en el
medio ambiente como un cojudo legítimo...
El Cojudo propiamente dicho es otra cosa. Nació para ser cojudo y
cumple su destino a la perfección, sin quemar etapas, sin saltarse a la
torera ninguno de los requisitos que exige la ortodoxia y la liturgia de
la Cojudez Ancestral.
De los sesenta para arriba es lo que se llama "un viejo cojudo", lo cual
significa que no le falta sino cometer la Gran Cojudez Final que cierre
con broche de oro su carrera, antes que algún pendejo de la familia
consiga meterlo en el manicomio bajo los cargos de Arteriosclerosis
Generalizada y Problemas de Conducta que es como los siquiatras
llaman a los cojudos, para disimular...
Pero los cojudos propiamente dichos, los cojudos que
hacen honor a la cojudez y sirven de materia prima al
cojudeo, no se sienten discriminados ni disminuídos.
No hacen grupo aparte ni cultivan el sectarismo en
cualquiera de sus formas. Por el contrario, los vemos
actuar en todos y cada uno de los estratos que componen
el mundo en que vivimos.
Así tenemos cojudos artistas que se hacen fotografiar en una pose
romántica y les sale homosexual; cojudos intelectuales que le escriben
un libro de poemas a la mamá porque no han podido resolver su
Complejo de Edipo; cojudos políticos que terminan en la cárcel por
hablar de la libertad; cojudos industriales que abrigan el proyecto de
manufacturar leche de burra en polvo; cojudos deportistas que lanzan la
jabalina y ensartan al portero del estadio... Bueno, la lista es
interminable porque los cojudos se reproducen como si los hubiese
parido un mimeógrafo
Sin embargo, la cojudez no es promíscua en el orden social y, por el
contrario, sus adeptos se ciñen a los estrictos cánones que separan una
clase de otra. Llegan a tal extremo que -si nos encontrásemos frente a
un cojudo sin ropa, en la más completa desnudez y libre de elementos
que nos permitieran identificarlo a simple vista- bastaría saber qué le
gusta, qué prefiere, qué sabe o qué le interesa en la vida, para situarlo
sin posibilidad de equívoco en el estamento social que le corresponde.
Porque, si bien las cojudeces y los cojudos se dan por igual en todos
los renglones de la vida diaria, es la naturaleza de unas y otras lo que
regulariza al cojudo dentro de su esquema comunitario. En principio,
la cojudez tiene una raíz democrática porque lo mismo ataca al rey
que al pinche de cocina y tan cojudo puede ser un Premio Nobel
como un analfabeto sordomudo. Pero, admitiendo que todos los
cojudos son substancialmente iguales, la diferencia estriba en el tipo
de cojudez que comete cada quien, en función de su categoría social.
Vale decir, no podemos separar al cojudo de su circunstancia...