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- DICCIONARIO Y BIOGRAFIA

DE SOFOCLETO.

- ESTATUAS DEL MUNDO


Cabeza.- Parte del
organismo que usamos
para meter la pata

Popa.-Lado de la mujer
que hace enfilar la proa

Enfermo.- Número
premiado en la lotería
de los médicos
Memorial Franklin Delano Roosevelt,
Washington, DC, USA

Virgen .- Palabra de seis letras terminada hace


miles de años
Pasto.-Alfombra del parque
donde aprendimos lo que
era la introducción a la
Anatomía.

Vergel.- Coctel-aniversario
de la Empresa,después de
las diez de la noche

Catre.-Especie de parrilla
con capacidad de un lomo
por vez.

Cuarto.-Lugar ideal para


violar el sexto
Viuda.-Vacío temporal que
dejan los maridos cuando
la señora está llena de
vida.

Cucufata.- Ciudadana que


en el auto no quiere
pasarse al asiento de
atrás.

Noviazgo.-Etapa amorosa
que se prolonga hasta las
primeras señales de
embarazo.
Bailarín flamenco.- Especie de epiléptico que
se gana la vida pisando cucarachas

Tartamudeo.- Arte de tararear una conversación.


Negro.- Tipo de
piel que se caracteriza por
tener una bemba al centro.

Cuatro letras:-Dama con


cuyos hijos todos tenemos
un problema personal.

Calentador.- Sujeto que


hace hervir a la res pero
que no entra a matar.
En Singapur
Jamás.- Palabra clave
que pronuncian las
mujeres antes de ceder

Tarde .-Hora en la que


uno descubre que lo ha
hecho sin anticonceptivo

Puntual.- Cacaseno que


nunca aprenderá a llegar
tarde como todo el
En Salt Lake City, mundo
Utah, USA
Bruja .-Mujer que hace
insoportable la vida
extramarital de su esposo.

Tanteo.-Forma de turismo
anatómico que consiste en
recorrer todo el
territorio disponible y
seleccionar sólo los
mejores lugares.

Imparcial.-Juez que
recibe exactamente la
En edificio de Ernst misma cantidad de ambas
& Young, Los partes en juicio.
Angeles, USA
Maestra .- Señorita que
en la niñez nos enseña
las primeras piernas.

Hueco.-Palabra de
múltiple y confusa
definición que mejor es
no tocar

Honrado .-Funcionario
que no deja huella de
sus actos.
Inocente.-Culpable
recomendado por
alguien de arriba.

Ingrávida.- Prima
que acaba de tener
su regla ¡Gracias a
Dios!

Mujer.-Estimulante erótico que puede llevar


a la adicción.
Coima .-Vitamina
de amplio espectro con
que se nutren muchos
funcionarios públicos.

Ajedrez . - Juego
desesperante donde
al rey le es imposible
comerse a la reina

Quiebra.- Capítulo anterior a la inauguración de


un nuevo negocio con los mismos socios y nuevos
empleados
SOFOCLETO, ENTRAÑABLE
Luis Felipe Angel de Lama, Sofocleto, nació, vivió
sus primeros 4 años en Piura y llegó a Lima sabiendo
ya leer. A los 8 y 11 años de edad recibió como
herencia dos grandes bibliotecas de sus tíos abuelos.
Sumaban, en volúmenes, unos 25.000 libros.

Cuando recordaba este hecho Sofocleto contaba que “esa cantidad de


libros no los tenía ni la Biblioteca Nacional del Perú". Lo decía él.
Sus primeros versos, Sofocleto escribió a la edad de 7 años. No se
conocen aquellos originales. Aseguraba que ya eran sinlogismos. A los
8 años surgieron sus primeras décimas. A los nueve, su primer soneto.
Luis Felipe estudió en varios colegios de Lima. Los hermanos Maristas
para luego ir a La Merced, La Inmaculada, el San Agustín terminando
en el Colegio San Andrés, conocido por aquellos años como Anglo-
Peruano.
Sofocleto, tenía una opinión muy especial sobre la disciplina escolar y
especialmente, era un auspiciador de la libre determinación de los
niños en lo referente a la enseñanza.
A los 12 años, fundó una hoja diaria, manuscrita en cuaderno, titulada
“Abajo los curas”. Duró dos días. Fue expulsado del plantel.
En su niñez y adolescencia, ganó el premio “Percentil” sin ningún
error, entre mil palabras de ortografía, difícil, en segundo de primaria,
y el premio “Instrucción Pre-Militar” cuando cursaba segundo de
secundaria, entre 5,000 competidores.

Sofocleto universitario
En el campo universitario repitió su vida de estudiante escolar. De la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos pasó la Pontificia
Universidad Católica. Más tarde a Coimbra, luego a la Sorbona, en
París. Sus viajes lo llevaron a aprender varios idiomas. Podía leer y
escribir en inglés, portugués, francés e italiano. Tenía conocimientos
de ruso y latín.
Sofocleto escribo en casi todos los diarios peruanos entre los que
figuraron el Dominical de “El Comercio” y "Correo", "Ojo", "Expreso",
"La República", "La Mañana" y en "Selecciones" del Readers Digest,
en todos sus idiomas.
Fundó su propio diario humorístico, lo llamó "Don Sofo". Era el único
redactor. Siempre con humor, destapaba irregularidades del Gobierno,
las denunciaba. Una “chapa” suya a un político, se quedaba para
siempre. Le temían.
“Veraneos obligados”
Luis Felipe Ángel de Lama, mundo de la literatura y política, vivió cuatro
deportaciones y en total, tres años y medio ordenadas por gobiernos no
democráticos, en los penales del país.
Su biblioteca fue arrasada en siete oportunidades por las
autoridades de varios gobiernos dictatoriales. Era el
resultado de sus críticas agudas, burlas y a la creación
de inolvidables apodos de los personajes políticos de turno
así como por su identificación y a su estilo, por aquellos
años, con el inicio de la revolución cubana.
Murió en Lima, el jueves 18 de marzo de 2004.

EL COJUDO Y LA SOCIEDAD
Dado que el mundo está lleno de pendejos, no podríamos definir a la
Sociedad como "un conglomerado de insignes cojudos" y, en
consecuencia, para determinar la ubicación exacta del cojudo en nuestro
medio social tendríamos que comenzar formulando una Tipología del
Cojudo en sus dos manifestaciones esenciales:
a) El aspirante a Cojudo, y b) El Cojudo propiamente dicho.
El aspirante a cojudo no es, como podría suponerse, un menor de edad ni
nada parecido. Es simplemente un sujeto al que la vida no le dio todavía
la oportunidad de hacer una Gran Cojudez que le sirva como tesis
doctoral o de resbalar en un Cojudeo Sensacional que lo prestigie en el
medio ambiente como un cojudo legítimo...
El Cojudo propiamente dicho es otra cosa. Nació para ser cojudo y
cumple su destino a la perfección, sin quemar etapas, sin saltarse a la
torera ninguno de los requisitos que exige la ortodoxia y la liturgia de
la Cojudez Ancestral.

Al cojudo de profesión le ponen cuernos, lo estafan, lo asaltan, le


embarazan a la hija y le devuelven a la hermana. Tiene tías solteronas
y va al circo solo, porque se encandila con el payaso, el trapecio y los
leones. Es siempre el último de la cola, el que pierde la lotería por un
número y camina como pato porque sufre escaldadura crónica. Como
todo cojudo auténtico, es devoto de un santo rarísimo, y llora con las
películas mexicanas porque siempre se identifica con el que lleva la
peor parte, así se trate de Sara García.

El cojudo propiamente dicho, llega a su climax sobre los treinta años y


alcanza la apoteosis a los cincuentinueve.

De los sesenta para arriba es lo que se llama "un viejo cojudo", lo cual
significa que no le falta sino cometer la Gran Cojudez Final que cierre
con broche de oro su carrera, antes que algún pendejo de la familia
consiga meterlo en el manicomio bajo los cargos de Arteriosclerosis
Generalizada y Problemas de Conducta que es como los siquiatras
llaman a los cojudos, para disimular...
Pero los cojudos propiamente dichos, los cojudos que
hacen honor a la cojudez y sirven de materia prima al
cojudeo, no se sienten discriminados ni disminuídos.
No hacen grupo aparte ni cultivan el sectarismo en
cualquiera de sus formas. Por el contrario, los vemos
actuar en todos y cada uno de los estratos que componen
el mundo en que vivimos.
Así tenemos cojudos artistas que se hacen fotografiar en una pose
romántica y les sale homosexual; cojudos intelectuales que le escriben
un libro de poemas a la mamá porque no han podido resolver su
Complejo de Edipo; cojudos políticos que terminan en la cárcel por
hablar de la libertad; cojudos industriales que abrigan el proyecto de
manufacturar leche de burra en polvo; cojudos deportistas que lanzan la
jabalina y ensartan al portero del estadio... Bueno, la lista es
interminable porque los cojudos se reproducen como si los hubiese
parido un mimeógrafo
Sin embargo, la cojudez no es promíscua en el orden social y, por el
contrario, sus adeptos se ciñen a los estrictos cánones que separan una
clase de otra. Llegan a tal extremo que -si nos encontrásemos frente a
un cojudo sin ropa, en la más completa desnudez y libre de elementos
que nos permitieran identificarlo a simple vista- bastaría saber qué le
gusta, qué prefiere, qué sabe o qué le interesa en la vida, para situarlo
sin posibilidad de equívoco en el estamento social que le corresponde.
Porque, si bien las cojudeces y los cojudos se dan por igual en todos
los renglones de la vida diaria, es la naturaleza de unas y otras lo que
regulariza al cojudo dentro de su esquema comunitario. En principio,
la cojudez tiene una raíz democrática porque lo mismo ataca al rey
que al pinche de cocina y tan cojudo puede ser un Premio Nobel
como un analfabeto sordomudo. Pero, admitiendo que todos los
cojudos son substancialmente iguales, la diferencia estriba en el tipo
de cojudez que comete cada quien, en función de su categoría social.
Vale decir, no podemos separar al cojudo de su circunstancia...

La diferencia es clarísma y no requiere mayor explicación excepto en


cuanto a que, según vemos, 1) El cojudo de arriba se siente
criollo, 2) El cojudo criollo se siente de clase media y 3) El
cojudo de clase media se siente de arriba, en una legítima
ensalada social donde están representados todos los tonos, ya que
tenemos cojudos negros, blancos, mestizos, cholos, extranjeros
nacionalizados y demás colores del arco iris, que es el fenómeno
más cojudo de la naturaleza.

En el Perú, solamente el asiático puro es inmune a la cojudez.


No hay chinos ni japoneses cojudos. Más bien son cojudos sus
descendientes -los nisei y los tusán- cuyo sólo nombre es una
perfecta cojudez.
Y esto es fácilmente explicable si consideramos la
influencia del clima sobre la mentalidad peruana, donde
somos tan cojudos que el de la Selva emigra a la
Sierra, el de la Sierra se viene a la Costa y el de la
costa se va a la Selva, buscando siempre algún cojudo
que trabaje por él y lo mantenga. Al final es el clima
quien dice la última palabra cuando el de la Selva se
muere de frío en la Sierra, el de la Sierra se muere de
asma en la Costa y el de la Costa se muere de calor en
la Selva.

Así, los chinos y los japoneses de la primera generación aguantaron


a pie firme y pudieron luchar contra la contaminación ambiental, pero
los de la segunda generación ya vinieron con defectos de fábrica y
algunos cometieron cojudeces tan dignas del siquiatra como esa de
poner un restaurante frente a Lurigancho y darles crédito a los presos.
Eran los nisei y los tusán que ingresaban por todo lo alto en el mundo
alucinante de la cojudez...

Fragmento tomado de Enciclopedia de la conducta


humana, tomo I, Sofocleto

Sofocleto, por siempre

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