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Pre-Texto

Entre los muchos contrasentidos que carac-


terizan el devenir histórico colombiano, espe-
cialmente durante el tiempo que va corrido del
siglo XX, quÍTá c! que mis puede
sobresalir!/ cslíi constituido por el hecho de
que a pesar de ser Colombia (en compilación
con los demás de Latinoamérica) el que con
más argumentos se puede considerar "un
| )¡ifs de ciudad es", tenga, por olro lado, el más
atrasado o equivoco concepto de la ciudad,
tanto en abstracto -en el ámbito general- como
en concreto, en relación con cada caso en par-
ticular.
En el cúmulo de circunstancias que ex-
plicarían la existencia de esta contradicción,
cabe señalar aquella que muestra cómo los
desarrollos económicos y demográficos que
Colombia ha experimentado y que,
De la Urbanización a la entre otras muchas cosas,
trajeron como consecuencia el que
se haya convertido en una sociedad
Ciudad* irreversiblemente urbana, no han
conllevado la transformación
(Una Cultura por Construir) político-cultural que, acorde con
esa mutación histórica, capacite
al hombre para vivir el cambio y,
sobre lodo, para que enriquezca la experiencia
y la potencia de tal manera que contribuya a
mejorar hacia el futuro las condiciones de ex-
istencia del ciudadano en general y particular.
Fernando Viviescas El país no ha asumido la ciudad, no ha en-
Monsalve** carado lo urbano. Hay, por el contrario, una
resistencia marcada y ta polis (por extensión
a la política) y la contradicción estriba fun-
damentalmente en que este país (aún el que
tenemos, sin pensar en cambiar un ápice de su
injusto andamiaje) no puede vivir sino en la
ciudad entendida en la integridad de su
definición político-cultural.

1. Enajenación de la Ciudad
En todas las demás naciones
latinoamericanas, en las cuales el nivel de
primacía es tan alto que casi una sola ciudad
"Arquiíecto, Profesor asot-Ladodela Universidad
Nacional, Director del CenlroIIABFTATde la Faculad "Esle Iexto lince parte de unn reflexión nías amplia que se
de Arles. Bogotá. ndclanlncnlaPuiHlai-itín l'^niNarional por Colombia.
BOLETINSOCIOECONOMICO N°19 ABRIL DE 1989

logra concentrar la más significativa cantidad cultural que singulariza la relación con el
de habitantes de cada una de ellas, la capital (o espacio: la ciudad es introycctada como una en-
a lo simio otra U otras dos) logra concitar el tidad espacial determinante y se asume con
interés y la consideración de los ciudadanos, es- todas sus consecuencias. Lo mismo ocurre con
tableciendo así una relación tan estrecha que Rfo de Janeiro o con México D.F. para citar
hacia afuera se proyecta una gran identidad solo los casos más protuberantes.
nacional con los mayores centros urbanos.
En Colombia, en cambio, este sentimienloj/
El orgullo argentino con Buenas Aires, o el se diluye tremendamente. En el contexto inter-
de los mexicanos con México D.F., o el de nacional, en el sentido que venimos hablan-
los venezolanos con Caracas son prover- do, Bogotá no proyecta de ninguna manera esa
biales. Los Brasileños se identifican con Río de capacidad de aglutinación identifica! oría
Janeiro, Sao Paulo, Bahía y aún con la reciente nacional que sí presentan las otras grandes capi-
y discutida Brasilia. Lima centra la euforia tales latinoamericanas^/ y hacia adentro el sen-
cíe los peruanos y en el Ecuador la aparente tido de pertenencia territorial se distribuye a
disputa entre Quito y Guayaquil es una muestra todo lo ancho y a todo lo largo del territorio en
clara del cariño por "su" ciudad. Lo mismo el sin número de centros urbanos con que cuen-
puede decirse de Santiago y Valparaíso en ta el pais.^/
Chile.
Esta incapacidad de la capital para generar
En Centro América, la "ciudad de las colum- y condensar las tendencias identifica tortas
nas", como le cantara Carpentier a la Habana, nacionales, para sublimarlas, se constata in-
sigue siendo de alguna manera Cuba (como lo cluso en la manera como se vive la relación con
muestra los "Tres Tristes Tigres" y aún más "La la propia ciudad en el interior de ella.
Habana para un infante difunto" de Cabrera In-
Los mismos bogotanos, que en gran número
fante). Igualmente San José es lo máximo para
no son de Bogotá, viven en colonias que se
los "ticos" y San Salvador, Managua,
caracterizan por mantener viva la ligazón con
Guatemala, Tegucigalpa y Ciudad de
Panamá siempre identificarán a sus respectivos las regiones cuya ascendencia pesa tremenda-
mente en el diseño de las formas de compor-
países.
tamiento ciudadano. Quienes se precian de ser
Esas ciudades tienen los mismos problemas bogotanos!)/ to hacen más por establecer una
físicos y materiales qtic presentan las colom- diferenciación obsesiva con la provincia (a
bianas!/ y sus diferencias, si acaso, sólo se es- veces incluso en términos de clase) que por un
tablecen en términos de la cantidad o extensión efecto de afirmación en su entorno ciudadano;
que en cada una de citas presentan esas entre otras cosas porque se sienten más ligados
deficiencias. Y sin embargo lo que resalta, en (especialmente en los estratos altos) con las
relación con lo que acabamos de plantear, es grandes capitales del mundo (como paradigmas
la capacidad que tienen de identificar a sus culturales) que con la antiguamente llamada
ciudadanos: generan sentimientos de pertenen- Atenas Suramcricana.7/
cia tan grandes que llevan a sus habitantes a
Esta falta de reconocimiento identifica torio
considerarse ciudadanos de su ciudad país.
con la más importante ciudad tendría que com-
Podríamos decir que en este sentido la probarse mediante investigaciones de las cien-
mayoría de los países latinoamericanos no cias sociales, que aún desafortunadamente
tienen sino una sola ciudad, pero tienen ciudad; no se emprenden, pero una cantidad de per-
y la ven como su espacio representativo. In- cepciones muestran que no es demasiado ar-
cluso, cuando se oye decir, en una extrapolación riesgado aventurarse a afirmar que existe.
no excenta de exageración, que Argentina es Además tales indagaciones seguramente
Buenos Aires, se percibe que en esa expresión mostrarían que en esa falta de identidad in-
hay un reconocí míenlo no sólo espacial sino so- fluyen la carencia de "espíritu nacional isla" que
cial; hay una corroboración geográfica y ha caracterizado a los colombianos, especial-
política. Es decir, existe toda una percepción mente durante el último slglo§/ y por supuesto

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DE LA URBANIZACIÓN A LA CIUDAD

(como elemento que explicarla en parte lo sobre la ciudad se desarrolla en este país, no se
anterior) la persistencia que en el desarrollo muestra únicamente en esa carencia de espíritu
nacional ha tenido el llamado regionalismo que, identifícalo rio con la más importante ciudad de
como se sabe, más que geográfico ha dejado Colombia y sin duda una de las más importan-
scnlir su peso cu el lado de la polílica y de la tes del continente. Más relevante es la palpable
economía. Se constataría así que, más que con- carencia de una conciencia urbana que carac-
figurarse un contexto para la unificación teriza el devenir nacional. Podría decirse que
nacional, en términos ideológicos lo que se al lado de la urbanización lo que ha persistido
lia desarrollado es la profundización de la in- es la concepción pueblerina, cuando no
lolcrann.-i política c ideológica como raspo fun- rural, de las formas de ocupación de un espacio
damental y característico do la conciencia y del red ¡se ño de las alternativas de or-
colombiana. ganización social nuevos y urbanos que,
obligado por su desarrollo económico, el país
Se mostrarían, finalmente, las bases sobre las
ha tenido que fundarse y consolidar, a punto ya
que se monta una de las contradicciones más de finalizar el siglo XX.g/
significativas de la vida contemporánea del país
y que está en la base de su incomprensión No solo para evitar enfrascarnos en dis-
del fenómeno urbano y de su ignorancia sobre cusiones bizantinas, sino además, y sobre todo,
el hecho de la ciudad: a medida que el desar- para aclarar las cosas desde el principio,
rollo histórico ha ¡do creando el espacio cul- digamos que cuando planteamos esa reac-
turizador por excelencia: la ciudad, lo que ción a la ciudad, que caracterizaría nuestro
del otro lado se ha ido afianzando es una forma desarrollo en el siglo XX, no solo señalamos en
de comportamiento social que tiende a ignorar el sentido de dedir que, necesitándolas el país,
y violentar tal espacio, es decir, a quitarle su no se hayan construido ciudades. La evidencia
significado colectivo, con todas las consecuen- está por todas partes como para detenernos en
cias que en los órdenes sicológico, semejante simpleza. Lo decimos para designar
antropológico, social y político ello conlleva. un asunto más significativo y políticamente
mucho más grave: se ha construido el entor-
El cu estío na míenlo de esta circunstancia es
no urbuno tratando de evitar el hacer ciudad.
de una gran importancia pues el reconocimien-
Es decir, ha habido un simple erigir de
to de "el otro", la aceptación de la expresión
edificaciones y planes viales con el único
libre del interlocutor, cualquiera que sea,
pragmático interés de que sirvan como ámbito
abriría el camino al contexto civilizado de la
ordenador de la producción, tratando de sos-
controversia y la pluralidad que, entre otras
layar el concomitante espíritu ciudadano que el
cosas, es una condición sin la cual no puede ex-
desarrollo de la ciudad conlleva y que se ubica
istir el ámbito de la ciudad. La polis es por ex-
en la libertad política y en el enriquecimiento
celencia el espacio de la diferencia, de la diver-
y potenciación cultural.
gencia, del debate, de la variedad; allí radica su
riqueza y por ello es por lo que se convierte en En este sentido la cultura ciudadana con
la másgrtmdc construcción del hombre: al tener todo su bagaje libertario, enriquecedor, poten-
que construirse como resultado del devenir so- ciador y dinámico se ha tenido que ir forman-
cial, y para el mismo, convoca necesaria- do a contrapelo de la versión e imposición in-
mente la multitud de criterios que caracterizan stitucionales que pretenden reprimir el resul-
el ente colectivo. Por ello sirve de referente y tado idcocultural inevitable de un desarrollo
permite identificarse con ella. (urbano-industrial) como el de la ciudad.
2. La Desmembración de la Idea La represión que se ha ejercido sobre la
de Ciudad aparición de un pensamiento político y cultural
moderno (que interpretará, criticará y refor-
Pero la aporía que queremos señalar, y que mulara los planteamientos estructurales del
al principio de estas líneas indicábamos desarrollo de la ciudad) ha hecho que la
como el equívoco y atrasado concepto que urbe colombiana se haya tenido que debatir en

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un crecimiento que en términos económicos plotación y administración en la esfera del


solo contempla el rendimiento de la utilización trabajo de explotación y administración en la
del suelo urbano y en términos ideológicos, a esfera del trabajo industrial, al lado del man-
f;illn de un desarrollo rcllcxivo y cultural tenimiento de las formas más atrasadas de con-
ciudadano, solo tiene como referencia el tratación en las esferas productivas distintas
pasado aldeano que también el ámbito in- a la industria y especialmente en el sector ter-
stitucional se esfuerza por mantcner.TO/ ciario: pensemos en los trabajadores de la con-
strucción o en los conductores del transporte
No se crea, sin embargo, que esc suslralo urbano. La ciudad en este contexto no pasa de
violento que signa la conformación de la ciudad ser un lugar para la producción en el cual se
colombiana, se debe al enfrenlamienlo de la atiende por medio de la plancación más sofis-
ideología tradicional plueberina con la con- ticada el espacio indispensable para la
dición económica capitalista contemporánea. reproducción del capital y el reslo del territorio
Al contrario, como ha sido la constante en la tiende a ser dejado de la mano de la
historia de la dominación colombiana, ambas autoconstrucción, es decir, de un medio de
se complementan y se entrecruzan para des- producción artesanal y primitivo.
naturalizar la re formulación urbana que tiende
a darse. Pero quizá sea la forma como se vive este
contrasentido fundacional de la ciudad colom-
Una prueba fehaciente del efecto de aquel- biana en el terreno de la política, lo que más
la imbricación podría formularse de la siguiente claramente exprese cómo en realidad se con-
manera: En nuestras ciudades, especialmente diciona la posibilidad de acercarse críticamente
en las pequeñas y en las poblaciones grandes, a formular una idea nueva de loque es el espacio
se ha entronizado una ideología del progreso ciudadano y cómo se reprime la creación
urbano concebido como la necesidad de repetir moderna de una cultura urbana en este "país
en esos ámbitos municipales los edificios y de ciudades".
los planes viales que se ven en las grandes
ciudades. Esto ha llevado a la utilización sin No se trata únicamente de reiterar la in-
fórmula de juicio en la construcción del con- mutabilidad de la estructura de dominación,
creto, del vidrio y del asfalto concebidos como que nos tiene anquilosados en más de siglo y
los materiales identifica torios de la morfología medio de biparlidismo, mostrando a diario que
urbana. En cambio en las ciudades grandes -en aquí no puede pasar nada,!^ sino de señalar
las cuales el despliegue de la ideología de lo ur- que los partidos frente a la realidad nueva de
bano (con todos sus "planes de desarrollo", "de la ciudad tampoco introducen los más mínimos
reordcnamiento urbano", "reguladores", cambios a su interior, ni en lo atinente a las for-
"metropolitanos", etc.) (¡ene su efecto mas de organización, ni en sus discursos, ni en
cotidiano en el agobiante ámbito de miles de el interés de atender los fenómenos que afec-
metros cuadrados de concreto, vidrio y asfalto, tan a la reorganización espacial y
casi sin ninguna arquitectura- cuando se con- demográfica del país.
voca el contexto cultural no se tiene más
referencia que el llamado ancestro cam- Se articulan, pues, un desbocado desarrollo
pesino o pueblerino y, en todo caso, económico con un sustento ideológico
anacronico.ll/ tradicional limitativo y castrador para des-
naturalizar la consolidación de la ciudad en por
Claro, mucho más acá de estas con- lo menos dos sentidos:
sideraciones de tipo ideológico, que podrían ser
(adiadas de elucubraciones abstractas, están el a. Se monta la ideología de que el progreso
ámbito económico y el político. En el de la ciudad se limita a la erección de
económico (para pasarlo rápidamente) la com- edificaciones con referencias formales y
binación del cunceplo de progreso con la extrañas y con materiales y técnicas construc-
reedición de lo tradicional ha llevado a in- tivas desconocidos, con lo cual la ciudad se con-
staurar el refinamiento de los modelos de ex- vierte en un espectáculo, en un escenario de
relumbrón en el cual las luces de neón que

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DE LA URBANIZACIÓN A LA CIUDAD

[Rilan desde el estrado sólo permiten una hacer más casas, que liay que ampliar el
mirada desde fuera desde oirá parle: se extraña cubrimiento de los servicios públicos, etc.
así al ciudadano de la vivencia de su espacio.
La cuestión realmente es: ¿En qué se
b. Se desnaturaliza también en el sentido en diferencia la concepción histórica y política de
<|nc la constniccion y manejo del nuevo ámbito la ciudad colombiana que leuilría el Partido
que se llama ciudad, al no transformar las Liberal de la del Conservador, de la del Com-
referencias ideológicas y culturales (pues se unista, de las demás organizaciones políticas
mantienen y reeditan las ancestrales) deja in- incluidas aquellas que han escogido la línea
tacto el marco de acción de las estructuras militarista como preponderante de su qué
políticas de dominación. Así se continúa sos- hacer? ¿Cómo concibe cada partido la par-
layando cualquier posibilidad de participación, ticipación ciudadana en el diseño y disfrute del
escamoteando la presencia de la acciún direc- espacio cualificado de la vida de los
ta del ciudadano: este sigue siendo, en términos ciudadanos?. ¿Cuáles son las formas de gobier-
de lo que loca con las formas organizativas no de la ciudad que proponen como alternativa
políticas, campesino de la ciuda<JJ3/ cada uno de dichos organismos? ¿Que es la
ciudad del siglo XX y cual sería la del siglo XXI
No existe en el ideario de ninguno de tos par- para Colombia, de acuerdo con sus presupues-
tidos u organizaciones poli I ¡cas que se mueven tos programáticos y estratégicos? ¿Qué repre-
en Colombia, una concepción ni política, ni senta LA CIUDAD en términos políticos para
ideológica, ni filosófica que plantee una cada uno de estos matices en un "país de
reflexión sobre la eiudad y menos sobre la ciudades"? Todo ésto, más allá de que es en la
ciudad colombiana.14/ Por eso lian llegado ciudad donde viven los votantes. ¿Cómo se
TODOS muy rápidamente a un acuerdo que se diferencian esas agrupaciones políticas en
puede formular así: "Lo que este país necesita relación con la apropiación ciudadana del
es una reforma urbana". Lo demás son dis- espacio colectivo? ¿Cuál es la posición con-
cusiones sobre los términos y cifras de algunos troversia! sobre, por ejemplo, la definición de
de los que se formulan como considerados
las llamadas normas mínimas de planeación y
centrales que giran todos casi que exclusiva- sobre la calidad de la vida ciudadana? Esto es
mente alrededor de la propiedad sobre la tier- importante como cuestión pues las or-
ra y las formas de organizar las ganancias de su ganizaciones políticas son medios a través de
utilización. También por ello es por lo que la los cuales se pueden vehículizar sistemas de in-
reforma no se aprueba...pero tampoco se terpretación, es decir, de percepción de la tan-
desaprueba. Tal como están las cosas gibilidad del medio físico condición ador de
cualquiera de las dos salidas significaría el silen- la existencia.
cio (ola) de tales agrupaciones sobre el asun-
to de la ciudad. Silencio total en términos de 3. La Planificación de una Idea
definición estructural porque para la Negativa de Ciudad
demagogia, la forma ancestral de hacer política
en nuestro país, queda la explotación de aris- Ahora bien, lodo eslo puede parecer más o
tas dramáticas de lo que para ellos y para menos abstracto en lanío aparece como una
casi todo el mundo, aparece como la consideración que se mantiene en los niveles
problemática urbana: el desempleo, la es- de la superestructura ideológica y política. Se
casez de vivienda, la insuficiencia de los ser- podría decir incluso que permanece en el marco
vicios públicos, etc. Es decir, la discusión se de los intereses de los especialistas.
reduce a los torneos en la formulación de las
Sin embargo, el hecho de que en Colom-
promesas de solución a las mínimas condiciones
bia no exista una cultura urbana y de que en la
de existencia de la población de la ciudad.
esfera de la dominación (económica,
Discusión también interminable e inútil pues ideológica, polílica) se mantenga ignorada la
en el fondo todos (de nuevo) están de acuerdo posibilidad de asumir la consideración cultural
que hay que reducir el desempleo, que hay que del espacio vital en el cual toma parle el desar-

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rollo estructural del país, no limita su trascen- suficiencia, de la carencia, de la falencia en


dencia al esquema real de que este pafs se sigue atender las necesidades mínimas de la creciente
manejando de una manera anacrónica, que población. A ello añaden problemas como la
obliga a que la represión y la violencia sean los inseguridad y el incremento galopante de
elementos que tengan que resolver las con- procesos de descomposición social tan carac-
tradicciones que necesariamente han de terizados como la drogadiccíón, la prostitución,
presentarse. Con lodo lo I racen cíe nía les que en el "sicariaje", etc.
esta realidad sean, lo más grave estriba en que
No es cuestión de ponernos en este punto a
en su desarrollo esa dinámica contradictoria discutir la validez o no de estas afirmaciones:
está condicionando al modus vivendi cotidiano
de los ciudadanos y no sólo en lo que loca con las estadísticas son incontrovertibles. En
la parle física y material sino, más preocupante, otras oportunidades hemos tenido la ocasión
en lo que atañe a su conformación espiritual e no solo de comprobarlo sino de mostrar que lal
como van las cosas, y de no mediar un
intelectual; más todavía sus efectos no se ex-
presan sólo sobre lo inmediato sino que movimiento transformador de la estructura so-
están condicionando el devenir futuro cíe cial de éste país, es muy posible que este
Colombia. O sea, el asunto no toca sola- deterioro no solo aumente sino que llegue a un
mente con el aquí y el ahora sino que afecta la punto de no retorno.
historia y la cultura hacía el futuro. La cuestión, a mi manera de ver, es que todos
En efeclo, la pretensión de ignorar la presen- estos elementos y procesos, con los que se
cia real e histórica de la ciudad en Colombia caracteriza reiteradamente a nuestra ciudad, no
como organización socio espacial nueva, que solo no son gratuitos o accidentales (ellos, como
como tai exige la correspondiente transfor- se han demostrado tantas veces, son resul-
mación de los ámbitos su perestructurales de la tado de las condiciones de explotación
sociedad en su conjunto, no ha sido tan supcr- capitalista) sino que además no se resaltan por
flua como podría pensarse en una visión cínica la simple puesta en práctica de un realismo
del asunto que se resumiría exclamando: político (un tanto cínico, habría que decir). In-
"bueno somos atrasados... ¿pero qué impor- sistir sobre ellos conlleva, como resultado
ta?". (¿buscado?) levantar y mantener una ideología
negativa de la ciudad. Busca efectivamente
La persistencia de esa concepción, más que hacer reluctante y refractaria a toda la
ignoradora represiva de la ciudad, como ciudadanía con respecto al proyecto ciudadano
realidad socio cultural ha creado las con- de la ciudad.
diciones para que se vaya desarrollando una
ideología peyorativa de la ciutlad como La ciudad colombiana de ninguna manera
forma de vida. Es decir que con aquella posición atiende la necesidades mínimas de la
realmente no solo es que se esté ignorando la mayoría de su población, pero esto no se debe
presencia de la ciudad sino que, por el con- solamente a que el sistema capitalista, sobre el
trario, se está preparando y abonando el ter- cual se basa esta formación social, funcione de
reno para que no surja una reivindicación esta manera (aunque ello también es cierto).
histórica de la misma, más allá de su utilización En gran medida esta ciudad es insuficiente y
como espacio de la producción y para ella. carencial porque así se ha planificado, así se ha
Se están creando las condiciones para que la concebido desde el principio mismo de su fun-
ciudad -como lugar de vida y superación in- dación. Miremos un poco en detalle el por qué
telectual y material- no sea un derecho del de esta afirmación.
ciudadano. El surgimiento de la ciudad que estamos
Es sorprendente la coincidencia de los analizando y la que transformada o no
tratadistas y de los que ni lo son tanto, en espe- seguirá siendo el asiento de la ciudadanía
cial en los últimos años, en considerar la ciudad colombiana en el siglo XXI, está acom-
colombiana no sólo como el espacio de la in- pañado entre muchos otros por dos hechos fun-
damentales: en primer lugar, la presentación

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DE LA URBANIZACIÓN A LA CIUDAD

acelerada y dramática del proceso de reformas -que aún hoy, casi cuarenta años
migraciones internas, que en menos de trein- después y cercanos ya a las puertas del siglo
ta años no solamente aumentó considerable- XXI, no se vislumbra la posibilidad de hacer
mente la población urbana sino que fundó la verdadera y seriamente ninguna de las dos- im-
transformación de la ubicación espacial de la plicaban una revolución política y cultural que
misma: antes de 1940 eramos un país rural y el establecimiento (siempre demostró fehacien-
a principios de los 60 somos "un país de temente que) de ninguna manera estaba dis-
ciudades". El otro hecho no es (an tangible, puesto no solo a hacer sino a dejar hacer.
pero para lo que estamos tratando licite una
importancia capílal: en la mitad de este La inconsecuencia política de los sectores
dominantes colombianos quedó de nuevo plas-
proceso, cjui/á cu el punió mas álgido de aquel
mada: SC mantuvo la adhesión a la teoría pero,
desarrollo demográfico, las ciencias sociales ante la imposibilidad de emprender las con-
(en especial la escuela Norteamericana) brin- secuentes estrategias que ella exigía, lo que
daban como elemento de interpretación de las se hizo fue sacar la conclusión más simple: había
migraciones internas en los países del "tercer
mundo" una concepción, según la cual las que apagar, hasta donde fuese posible, las luces
de la ciudad. Es decir, la atención de la ciudad
relaciones entre los "lugares de origen", el
campo y los pueblos rurales, y los "sitios de des- se abocaba hasta donde económicamente fuera
necesario para la producción, pero más allá de
tino" de aquellos migrantes, las ciudades, se es-
eso no se planteaba nada porque ello implicaba
tablecían en gran medida sobre la base de que
decir despoblando el campo con los, para la
estas últimas, en tanto ofrecían (real o supues-
tamente, para la teoría poco importaba) teoría y la estrategia, consiguientes
problemas estructurales. Mejor dicho: habia
respuestas satisfactorias, o en todo caso
que hacer la ciudad lo menos atractiva, lo menos
mejores que las que podían brindar las zonas
rurales, a las necesidad es vítales de la población deseable, lo menos disfrutable.12/
-debido a su desarrollo económico- se con- Lo de los problemas genera dos por todo este
vertían por ello en un polo de atracción irresis- movimiento en el campo y en la ciudad segura-
tible que paulatina o velozmente iba desplobari- mente es cierto, entre otras cosas porque en el
elo et campo y configurando los abigarrados entretanto tampoco se ha hecho casi nada
centras urbanos característicos de esta región. por mejorar las condiciones de vida en las áreas
No es este el momento para abocar el análisis rurales, pero lo que implica nuevamente es que
persiste la idea de que la ciudad como tal
de la validez o no de tal conceptualización (en
hay que restringirla, hay que reprimirla, no hay
su momento hubo una gran discusión en torno que dejarla desarrollar. De ahí lo reaccionario
al asunto y especialmente parte del pensamien-
to sociológico del país dio elementos con los del discurso desarticulante de la Ciudad que se
cuales se demostró que en Colombia, más que solaza en resaltar sus problemas y que además
las luces de la ciudad atrayendo, eran las no busca cómo abrirle paso en tanto opción de
tinieblas del campo empujando las que ac- vida, en tanto oportunidad de cultura, en tanto
tivaban y aceleraban el movimiento) pero hay campo nuevo de acción política.
que resaltar que así planteada, implicaba la 4. A Manera de Conclusión
necesidad de diseñar estrategias que generaran
desarrollos que disminuyeran la afluencia de Es nsf como cobra vida este contrasentido
población hacia tas llamadas, desde entonces, histórico de Colombia: Un país de ciudades
metrópolis colombianas. Esto se deberla haber donde la ciudad es ignorada por la política, ex-
logrado, por un lado, mejorando sustancial- plotada por la economía en el sentido estrecho
mente las condiciones de vida en el campo y, y limitante de su rendimiento utilitario y negada
por el otro, desarrollando estrategias de y estigmatizada por la ideología. Ese es el marco
planeación en las ciudades que controlaran también en el cual los ciudadanos, esto es,
su ere cimiento .167 Mejor dicho: con la Refor- sus conslru clores y habitantes no tienen la opor-
ma Agraria y la Reforma Urbana. Pero estas tunidad de percibirla, de sentirla y obviamente
de contemplarla, de recrearla.

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I(OLirnNSOCIOECONOM1CON°]9 AURILDIÍ 1989

Ese es el contexto estructural en el cual caracterizan el devenir colombiano durante


ha sido construido el espacio de la ciudad el siglo XX para la mayoría de los ciudadanos,
colombiana y además el marco desde el cual el se convierte de esta manera en un primer paso
ciudadano extrae los elementos interpretativas hacia la formación de una masa critica de con-
del entorno habitado nal en el cual desarrolla ocimientos de] pensar y actuar ciudadanos que
su diario vivir. Son esos, pues, los elementos necesariamente incidirá en una apertura del
condicionales de su percepción cultural y espectro político; lo cual puede convertirse
política. cu una punta de lanza en el proceso indispen-
sable de la rede II ni ció 11 de la reflexión y la
Como se l)a visto, el problema cu el acción política nacionales. La reivindicación del
campo de la política no es solamente que con- derecho u la vida supera por este medio el sen-
tinúan funcionado el gamonalismo, el clicnLdis- tido minimalista de esa expresión y da paso
mo y el caudillismo; mas grave es que los par- al reclamo (histórico) por una calidad de
tidos tradicionales y las otras formas de or- vida efectivamente ciudadana en la cual el
ganización política no han visto el espacio en el hombre colombiano se identique y se reconoz-
cual están viviendo la mayoría de los ciudadanos ca. Mucho más allá de una patriotcrísta
de éste país, el cual le exigiría al ámbito político visión de la ciudad está el derecho a tener un
un replanteamiento delqué hacer, determinado espacio para la dignificación de la existencia.
por la conformación de la nueva realidad Ese es el sentido de arraigo y obviamente el de
espacio-cultural de la ciudad.18/ patria de que hablan Hdlderling y que de
En este marco la cultura del espacio, tiene una manera brillante ha analizado Heideg-
que concebirla y rescatarla como posibilidad de ger.l?/
morada para sus ciudadanas. En ese sentido de patria, de pertenencia a
De allí el requerimiento de auscultar un lugar, de identificación de un espacio como
cien líricamente cuál es el tipo de ciudadano (de propio del reconocimiento individual y colec-
"elnia urbana") que se está generando en tivo en un enlomo, está en la base de la
Colombia; cuál es el tipo de espacialidad que posibilidad de la reivindicación del derecho de
está condicionando el surgir de esa generación participar en el diseño, la construcción, el
de ciudadanos y cuáles son las posibilidades gobierno y, por ende, en el disfrute de esc
reales de la relación entre esc espacio y sus con- ámbito espacial y a propender por mantenerlo
glomerados humanos que se eslS construyendo en un constante proceso de enr¡(¡ucc¡mientt»
con vistas a la configuración de un ambiente y potenciación material e intelectual para el
cultural y político verdaderamente enri- conglomerado social. Por el contrario, el
queced or y liberador. espacio desconocido, el extrañamiento ter-
ritorial, la ciudad enajenada, alejan el deseo
El reconocimiento del espacio que se ha con- y castran la creatividad para las nuevas propues-
struido inconcientemente, bajo condiciones de
sometimiento tan excecrables como las que

sangriento, continuo y cruel de la violen-


NOTAS cia que la ha sustentado.
2. Pues, hay que decirlo, el ser "un país de
1.1. Aparte de aquel que lo hace aparecer, ciudades" tampoco nos ha servido a los
como un ejemplo de régimen colombianos para superar en lo más
democrático, construido paralelamente a mínimo las carencias que se dan en el
una historia política que, constrastada con caso histórico de desarrollo de lo urbano
el resto del continente, resalta por lo que presenta en su particularidad el con-
tinente.

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DE LA URBANIZACIÓN A LA CIUDAD

3. Estamos hablando de sentimientos, es decir so "veltttejullero"; con lo cual se puede


de algo intangible, si se quiere abstracto, medir el grado ile consideración (¡ue nos
que sólo puede ser concretizado mediante merece el día de In celebración de nuestra
la acción social y política o sea cultural. Independencia.
4. Es ya casi proverbial la sempiterna 9. Un estudio del problema en Colombia, en
equivocación de diplomáticos y dirigentes una muestra de tipo internacional, ha plan-
extranjeros que localizan a Bogotá como teado su criterio uc la siguiente manera: -
capital de Bolivia o de otros países latinoa- 169... Así, entre la capital, las grandes
mericanos. ciudades que pasan el millón de habitantes y
5. La dificultad de ceñir altTJición üc raigambre toda la secuencia de ciudades menores se
bien piKlrfa ser in.-ls significativa de lo que puede encontrar una presencia urbana
aquí insinuamos, pues no es arriesgado avan- continua, evidente a través de los sig-
zar que la mayoría de fos centros urbanos a nificados espaciales del espacio público o
que se hace alusión tienen su propia iden- de lo construido. Pero este sistema urbano
tidad dependiente en grado sumo cíe la (incluida la capital) expresa también
región geográfica-cu (tura I que controlan. In- notables significados campesinos, tanto en
cluso, un estudio antropológico en este ter- el modo de vida y en el manejo de la dimen-
reno bien podría mostrar que el sentido de sión temporal como en el propio paisaje ur-
arraigo que pudieran mostrar aquellas bano. Esta situación ¡tertulie definir la par-
ciudades se vive más con respecto a las ticularidad de un "pula de ciudades" con
regiones que con relación a las mismas una Importante presencia del medio rural
urbes: Los habitantes colombianos son en el urbano". Cfr. Pergou's, Juan Carlos
costeños, paisas, llaneros, santandereanos, (1988) Colombia en la trienal de Milán. En
etc., antes que barranquilleros, medellineit- El Magazin Dominical, No.282, Agosto,
ses o cucuteños. 21,p.l2.
6. El llamado "humor bogotano" se ha encar- 10. De esta manera, en este campo se continúa
gado de propalar, con connotación de con una "metodología de administración"
reclamo, la especie de que "la colonia más de la dominación que parece ser carac-
pequeña ert Bogotá es la de los bogotanos". terística de este país y que cubre todos los
campos del que-hacer nacional. Veamos al-
7. Ouc como dice un personaje de Rafael Hum- gunos casos ilustrativos de eslc fenómeno:
berto Moreno Duran, en Los Felinos del Un tratadista de otra forma de ocupación
Canciller", resultó ser "apenas espacial como es la colonización, analizan-
su rfl me rica na". Podemos mirar esto, do causas de la violencia política plantea
laminen desde olro lado: reclamándole por que "La violencia... es el resultad o de
lo que según ella constituía un» falla de per- múltiples factores, uno de los cuales es la
sonalidad bogotana, una corresponsal le estrechez e incapacidad del sistema político
preguntaba a un conocido comentarista, para albergar e integrar los nuevos intereses
dorante los dfas de celebración de los 450 sociales desencadenados por los cambios
años de fundada la ciudad: "¿Con qué económicos. El monopolio del poder por
alimento lo criaron?/ Con las hormigas parte de los partidos liberal y conservador y
aquellas/ o con algunas paellas/ ¿o quizás el alineamiento de la población bajo estas
con "mash palatoes"?/ Que no es cachaco banderas... impidieron que los grandes cam-
se nota/ porque el cachaco es señor;/ no es bios económicos y sociales desencadenados
va ti uno, no es costeño/ ni lampoco es antio- por el desarrollo encontraran formas
queño/, él quisiera ser Frontis/ o tnlvez propias de acción política. Se quería seguir
algún Inglés". (El subrayado es nuestro). gobernando, con el mismo esquema de
Ver "Bogóla y el Deterioro" en Periódico poder, las nuevas realidades". Cfr.: Mol a no,
ELTÍEMPO.Agos.21,1988P.5A. Alfredo (1983) "Violenciay Colonización"
8. Esto daría para un valiosísimo estudio en Revista FORO No.ó p.25. Otro más,
sicológico. Las hipótesis para constatar stm mostrando cómo el desarrollo particular del
Innumerables, pero aquf quisiera señalar capitalismo en Colombia no ha generado
simplemente que es sintomático que cunn- por parte de los sectores dominantes la
do Se quiere caracterizar un discurso o una aceptación Completa del proyecto,
Intervención púhlicn en los términos ñutí limitándose a explotar en su favor los
negativos posible» se dice que fue un discur- beneficios económicos, pretendiendo, por

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O N»I9 AHRI[.D1!1W>

otra lado, mantener las formas ancestrales acción de control potílico sobre los votantes
de sujeción personal, discute que en Colom- y sobre la cauda burocrática.
bia explotar en su favor los beneficios 14. Este punto plantea un grado máximo de
económicos, pretendiendo, por otro lado, preocupación pues tal carencia no se
mantener las formas ancestrales de sujeción presenta únicamente en los llamados par-
personal, discute que en Colombia exista tidas tradicionales (liberal y conservador);
una "moralidad del modo de producción también comprende al Partido Comunista y
capitalista, cuando la tragedia es que existe a las diversas vertientes u organÍTa nones
el capitalismo pero sin su ¿tica correspon- más o menos esporádicas que se han
diente de responsabilidad individual. Se reclamado re presenta ni es del pensamiento
I ral ¡i entonces de un Cítpilali.smo salvaje" y democrático civilista (Pirmcs, Unión
¡igrcga más aitetanto: "Se lr;il:i de ta libcrtiid l'alriólic», etc.). Más aún, su ausencia es
de empresa sin la igualdad ciudadana" Ver, crasa en aquellas agrupaciones que han op-
Kalmanovitz, Salomón (1988). "Etica y tado por la vía militarista como su forma de
Desiettaldad" en Magazín Dominical. EL expresión. Incluso una característica de los
ESPECTADOR No.288 Pag. 14. llamados movimientos populares es que su
11. Medcllfn es un casa, lodos lo sabemos, ya accionar no está guiado por una inter-
crónico: de allí que cuando se busca tratar pretación global de la ciudad: de ahí, en
el Cerro Nutibara -uno de los sillos parte, su bajo perfil reí vindicativo.
geográficos más urbanos del país y por tanto 15. Que son preocupantes como discursos
requirienle de la imaginación creativa de los pues, coincidentes con la posición de deter-
ciudadanos y de los arquitectos- rápida- minada crítica neoconservadora del moder-
mente se llegó a una solución que arbitraria- nismo, tienden a justificar una propuesta
mente juntólas cosas: un su per restaurante represiva de tratamiento de la ciudad: "En
moderno de mero vidrio y concreto con una consecuencia (los neoconservadores)
réplica a escala rarísima de una plaza del atribuyen el hedonismo, la falta de iden-
"Pueblito Paisa". Pero en Bogotá cuando tificación social, la falta de obediencia, el
uno de nuestros mejores escultores ofreció narcisismo, la retirada de la posición social
una propuesta para el Parque Simón y la competencia por el éxito al dominio de
Bolívar, la Honorable Academia de Historia la "cultura". Cfr. Habcrmas, Jurgen (1985)
movió todas las palancas en contra porque La Modernidad de un proyecto inconcluso.
en la escultura no h;ibía ninguna cslalua del En Bcauclrillard, Jcan. el al LA POS-
Libertador, como suele ocurrir con los par- MODERN1DAD. Editorial Kairos. Bar-
ques de pueblo. celona, pag.25.
12. Nuestra constitución se pasó UN) años para Id. Teniendo en cuenta que para las ciudades,
cambiar algo transcendental, con la elección en un país donde el función amiento del
popular de alcaldes. De otro lado, la gran capitalismo era tan distinto al clásico, la
mayoría de los países latinoamericanos, afluencia de población significaba que muy
especialmente los más desarrollados, han rápidamente el mercado de la fuerza de
cambiado sus formas de organización trabajo en esos centros se iba a copar, con el
política. Cambiaron sus partidos y sobre consecuente cierre de todas las demás
todo hay que señalar que esos cambios perspectivas.
están muy directamente relacionados no 17. Aun hoy se pueden encontrar argumen-
solo con las transformaciones económicas taciones que sostienen que resolver los
sino también ton fenómenos como el de la problemas de empleo (como el de los ven-
urbanización y el de la constitución de sus dedores ambulantes)^ la problemática de la
centros urbanos en la versión contem- vivienda en grandes ciudades colombianas,
poránea. implicaría la exacerbación de las
13. En gran medida esto puede constatarse en migraciones hacia ellas y que esto no haría
la vigencia y, durante mucho tiempo, en el sino agravar el problema.
fortalecimiento del caciquismo en las 18. Como lo plantea Haber nías, en su propues-
ciudades: ahora, nuestros grandes ta de rescate del proyecto de modernidad:
gamonales, los "electores' que llaman, se "El proyecto (de modernidad) apunta a una
encuentran allí. Es en ellas donde ejercen su nueva vinculación diferenciada de la cultura
dominación y desde donde implantan su moderna con la praxis cotidiana que todavía

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DG LA URBANIZACIÓN A LA CIUDAD

depende de herencias vitales, pero que se 19. Ver Heiddeger, Martín (1983) Inter-
empobrecería a través del nuevo pretaciones sobre la poesía de Holderlin.
tradición ülismo(...) La gente ha de llegar a Editorial Ariel, S.A. Barcelona. Especial-
ser capaz de desarrollar instituciones mente pp.29-51.
propias que pongan límite a la dinámica in- 20. A este respecto es ilustrativo confrontar
terna y los imperativos de un sistema Rodríguez Alfredo (1983) "Poruña entilad
económico casi autónoma y sus complemen- Democrática". Ediciones SUR, Santiago de
tos administrativos". Cfr.Hubcrmas.Jurgert Chile. Especia I ni e nle pp. 9-43.
op.cil.pug.34.

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