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CORRESPONDIENTES
INDICADORES PARA LA PROPIA VIDA
En el capítulo anterior reflexionamos sobre otras cosas, se les preguntó si tenían metas
las metas y los indicadores que necesitamos claras, ambiciosas y puestas por escrito para los
en nuestro trabajo para poder lograr nuestros siguientes 20 años. Sólo el 3% contestó que sí las
objetivos. tenía. Después de 20 años se volvió a entrevistar
En este capítulo queremos insistir en que de la a los mismos jóvenes, que ya no lo eran tanto,
misma manera como perseguimos objetivos sino profesionistas más o menos afirmados. En
en las organizaciones, los buscamos también esta segunda entrevista se pretendió detectar si
constantemente en nuestra vida personal. Y habían logrado un cierto éxito a lo largo de esos
así como en las empresas requerimos de metas 20 años y se obtuvo un resultado verdaderamente
para poder lograr los objetivos “profesionales”, llamativo: se descubrió que los que pertenecían
también en la vida personal necesitamos de el 3% que sí tenían metas, ganaban, sumados
ellas, en este caso para alcanzar los objetivos entre ellos, más que la suma total del 97%
“personales”. restante. No queremos sugerir con esto que el
El tema de las metas en la propia vida es un tema dinero ganado honestamente sea solamente
muy importante. por este hecho, pero esta desproporción hace
En los estudios más recientes sobre cómo poder el dato sumamente significativo…”
alcanzar la felicidad y la plenitud, se insiste en Podemos afirmar, que tener metas claras para la
que uno de los facilitadores más importantes es propia vida y tenerlas por escrito y además con
precisamente, tener metas en la vida y el hacer fechas concretas, es un factor que contribuye a
lo necesario para avanzar en la consecución de lograr una vida exitosa.
estas metas. Las metas nos proporcionan energía,
nos mantienen en movimiento, nos impulsan
a avanzar en el proyecto de hacer, de nosotros
mismos, mejores personas.
• Relevancia: tiene que ver con que la meta sea realmente importante para ti. La probabilidad de
alcanzar una meta aumenta, cuando el compromiso por cambiar, parte de uno mismo. Los compromisos
que asumes ante ti mismo y ante otros están destinados al fracaso si alguien te los está imponiendo,
si los haces porque otros lo quieren, porque es lo “correcto” socialmente o si no entiendes tus metas
o no estás de acuerdo con ellas.
• Tiempo: fijar un tiempo realista para conseguir lo que quieres. A veces podemos subestimar el
tiempo que nos toma lograr algo, por lo que es común que a mitad de camino surja el desánimo. En
esos momentos, es importante volver a recordar tu objetivo y lo que traerá a tu vida su cumplimiento
y celebrar lo que ya has avanzado.
• Alcanzable: plantearnos metas con un grado de dificultad adecuado para nuestras posibilidades
reales de logro. A veces podemos pensar que porque ya entendimos lo que tenemos que hacer, va a
ser fácil lograrlo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que un hábito que hemos cultivado por años
no va a desaparecer de la noche a la mañana. Debemos respetar nuestro ritmo y no compararnos con
otras personas.
• Mantenimiento: si alcanzar un objetivo puede ser un reto, mantenerlo puede serlo aún más. Esto
es especialmente válido si lo hemos logrado muy rápido y a costa de exceder nuestros límites. Todos
hemos oído hablar de las dietas yo-yo. Es cuando una persona se somete a un régimen muy riguroso y
quema calorías rápidamente. No vuelve a probar las cosas que come normalmente y en poco tiempo
llega a su peso ideal. ¿Qué pasa cuando alcanza su meta y debe seguir viviendo su vida normal? No
puede mantener ese nivel de exigencia con su cuerpo y todo lo que bajó lo vuelve a subir. Lo más
grave es que además de afectar su cuerpo, también lesiona su autoestima al sentirse incapaz de
sostener su logro. El “efecto yo-yo” se puede presentar en varios tipos de metas. Puedes trabajar
horas extras para sacar un proyecto adelante, pero no puedes pasarte la vida trabajando 15 horas
diarias. Ese método es útil si tu meta es algo esporádico, pero no si se trata de un cambio de por vida.
¿Cómo hacer el proceso de definir metas
para nuestra propia vida?
Para lograr metas hay que establecerlas con unas características específicas que les permitan ser
cuantificables, asimilables y alcanzables. Cuantificables, para que podamos determinar cuándo y
cómo las lograrlas. Asimilables, para que nuestro cerebro las entienda y alcanzables para que no
hagamos esfuerzos inútiles que lo único que consigan sea desmotivarnos. Tal y como apuntabamos
en una de las sesiónes anteriores, a la hora de diseñar metas, es aplicable el criterio SMART ( si no lo
recuerdas, puedes consultar la sesión 23 ) la meta debe ser Específica, Medible, Adecuada, Realista y
con Tiempos asignados.
Alcanzar una meta es trasladarnos del punto en el que estamos, al punto al que queremos llegar. Al
igual que un desplazamiento físico, llegar a una meta requiere de un plan para movilizarse:
• ¿Cómo nos vamos a desplazar?
• ¿Cuándo vamos a llegar?
• ¿Quién nos va a acompañar?
• ¿Qué obstáculos podríamos encontrar?
• ¿Qué pasa si no llegamos?
Un bonito sueño y un plan de acción detallado para alcanzarlo, no bastan. Con el tiempo podemos ir
perdiendo el entusiasmo y dejando atrás lo que en otro momento fue importante para nosotros. Por
eso es indispensable crear una estructura de soporte, que nos recuerde los propósitos, nos levante
cuando estemos a punto de caer y nos premie por los avances. Es importante buscar personas que
nos apoyen en nuestras metas, usar recordatorios para mantenerla en mente y mantener una actitud
positiva. En definitiva, se trata de buscarnos aliados para el proceso.
Nuestro plan de acción debe estar basado en nuestros talentos y destrezas. Es muy importante
incluirlos en la estrategia que estamos diseñando para lograr metas y revisar que no aparezcan cosas
que nos cuesten demasiada dificultad o nos produzcan aburrimiento. En la vida hemos coleccionado
grandes y pequeños triunfos. Esta información será de mucha utilidad pues nos permitirá analizar qué
características de nuestra personalidad nos ayudaron a alcanzarlos y qué estrategias podríamos volver
a repetir.
De la misma manera, a la hora de trazarnos nuevas metas, podemos recordar algunas situaciones
que supusieron un pequeño o gran fracaso y analizar los factores que influyeron en que las cosas no
salieran como deseábamos. Los “fracasos” sirven para enseñarnos la forma incorrecta de hacer las
cosas, aprender la lección y evitar repetirlos en el futuro.
El plan de acción hay que revisarlo constantemente y mantenerlo actualizado. Es posible que haya
cosas que consideremos viables al principio y que resulten muy difíciles al ejecutarlas. ¿Para qué
persistir? Revisar la estrategia y modificar nuestro plan es una práctica necesaria en el planteamiento
de nuestras metas, hasta que encontremos aquella que nos permita fluir adecuadamente.
¿Qué metas quieres proponerte para los próximos meses en la parte personal, familiar de tu vida?
Pareja
Hijos
Amigos
Trabajo
Patrimonio
Ocio
Comromiso
social/
espiritualidad
De todas estas metas, las tres a las que quiero priorizar en estos próximos tres
meses son: (Te sugerimos elegir dos que tengan que ver con tu vida personal y
dos que tengan que ver con tu trabajo y desarrollo profesional)
1.
2.
4.