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auto

biografÍa
de• una
ps•eo
analista
fran~oise
dolto
unas semanas antes de su muerte
Franc;oise Oo!to evoca con un entusiasmo
poco común los acontecimientos més
sobresalientes de su histona personal. y lo
pnncopal es que se trata de un doá.logo con
un psicoanalista de un mtercambio entre
psicoanalistas.
Encontraremos. por supuesto. a los padres de
Frano;oose. a aquellos a quienes amó o
rechazó en el curso de su vida: sus grandes
encuentros (Laforgue, Alain Cuny, Rostand.
Lacan, y sobre todo Boris Dolto). La veremos
tratar cuesliones 1écnicas de su oficio,
proponer una interpretación original de la
psicosis y exponer algunos casos clínicos
extremos. La escucharemos también relatar
sus intereses extrapsicoanalfticos,
especialmente la pintura y la revelación que
fue para ella ta lilurgoa ortodoxa
En el encuentro de sus asociaciones lo que
se d1bu¡a es ta singulandad del su¡eto
Franc;olse Oolto.
De la autora, S¡glo XXI ha publicado El caso
Dom1nique, PsicoanáliS1s y ped1atria
En el JUf!(JO del deseo y Seminario de
psicoaná/1s1s de niños,
en tres volúmenes.

150N 968 2l 1727 4

slglo
))((1 editores
veintiuno
psicología
y
psicoanálisis
DIRIGIDA POR OCTAVTO CHAMIZO

inmemoriam
ARMANOOSUÁREZ
11Woll11 1ltlll 11~
1111'1.\ t\NA l)(>MINOUl 1l.
AUTOBIOGRAFÍA DE UNA
PSICOANALISTA
(1934 - 1988)
por
FRAN<;OISE DOLTO

tato preparado por


ALAIN Y COLETTE MANlER
siglo veintiuno argentina editores
ro veintiuno editores de coloro~ s.,a.
c,1.1.1.e ~5 w,v 'l;.l-4 80".JOT.;. D F. COLC\\i SIA

11l.WUCmO a1H lA A. YUbA ow..


Mllm11WO ~ OOlA all.WM
Yl.AOOM~

c:dkióo u ruida.do de 11r111m valcar!xl


pcm.4' efe c:a1b p&llcim

pñmcm cdk:iM en cspallol, 1991


C il,g1o ni ediftm:I. U. de C:.Y.
primen edid6n eu ~ 1989
e 6ditionldu KUil,pul&
UluloQdpat: ~dw~ J934 . J9BB

dcrectm& reseMdOI t'JJllformc 11& lc:y


~ylltdlo en m&ico I prln1ed mil made m maD:o
INl>ICI!

l'llllODUCCIÓN 9

EL MAltC'O DP IA l'WA'CA u
2. LOS LOCOS DEI. OOCToR Bl.llNOIE
y om EDlt1CIO MODl!AA'O 41

l !A VTOA fAMIUAJl S4
4. S. l!NCUfWll\0 CON I~ PSIC'OMÁIJSIS
Y !A POll'4ACIÓN flO

S. LOS CO'lflllNZOS 011 lA PRAmCA un


6. !A ~UNDA GUl'RAA !ICU'IDW, 116

7. !A l'SIC'O'~ IZS

8. U\ lJ'IVRGIA ORTODOJCA ll4

9 a.Mt'Tooo 140

10.SINTO' NI SON 154

11. U\ "Jilo.1cA DI' LAmR.GUB lllO

ANl!XOS 189

A01tADl·0~"1"0S 19S

171
INTRODUCCIÓN

Ya le digo, hay
que 1encr caos por den1ro para
dar a lu1. una cstrella danzante.

E!I 29 de mayo de 1988, las circuns1ancias y la inOucncia de amigos


psicoaoali.~as wmunes haceo que Alain Mn.oicr y Fr~isc Dollo se
rc6nan para un 61timo frente a frente. Tras una supervisión de dos
años, apasionante para ambo&, dejaron de \'ene mucho tiempo. Ma-
nier trabaja en la psicosis, con respecto a la cual está elaborando una
teoría propia. Le intriga la manera como Fran~ise Dolto se convirtió
en psicoanalista, en una familia donde el lugar que ocupaba habría
podido llcva1la, justamente, directo a la psicosis.
LPodcmos comprender qut pas6 alll7 lQut pcnnili6 que a final de
cuentas todo le saliera bien a esa jo\'Cocita tan inquietante para su
familia? A partir de CS1a historia Lpodcmos sacar conclusiones teóri-
cas? Al pa¡cccr ella es la mejor indicada para responder estas pregun·
tas. Sin embargo, la entrevista los lleva más lejos de lo que estaba
previsto. La rclaci611 de confl802ll que se establece entre ellos -tan
diferentes uno del otro pero, al mismo tiempo, tao cercanos en puntos
esenciales cuando se !Tala de abordar el sufrimiento humano - los
conduce a compartir este libro que será el último en el que ella hable
de su vida de ¡>8icoanalisla (el 01ro libro póstumo será el que hicimos
juntos, con la colaboración de Colettc Parchcminier, en el cual se
dirige a los adolc5ccntcs: Paro/u pour adolucenu, ou /~ Complexe du
homard).
Í!I se presentó con preguntas teóricas, ella primero va a conlcs1ar
con un largo rodeo y a contarle su vida. Ya lo han hecho, pero de otra
manera: lo que dice es difcren1e porque es t~ porque es ella, y porque
ambos saben que ella pronto morirá. Podrá decirse que elude la
reílen6n teórica, que se sale por la tangcnlc; cada quien es libre de
hacer su propia lectura.
Para nosotros, que hemos 1rabajado mucho CD este texto, al cstu·
diario a fondo en la paz que sigui6 a su muerte, DOS pareció evidente
19)
11 INTRODUCCIÓN

'I' ,muy 1•J1el1U111r.uiu, rc•pondfa con toda clañdad a las preguntas


• ¡t.l.ln M.111orr. I""º a ,u manera.
f n .-.111~ rcl•IO, nos encontramos coo una cllnica de cuatro año& y
111CMl1•> q11<· c¡tr<"<' un don de obscr.aci6n organizado sobre ¡u propia
r1111il1.1 YM•brc &( mi.<.rna.Atrapadaen el torbellino de IO$acontecimien-
h" ""'' drnmiticos -duelos, guerra, neurosis familiar- salva el
J1r llr¡o 11 ocr la clínica de esta saga. El psicoanálisis, incluso antes de
•1uc frun~OÍiC Dollo lo llamara asI, fue para ella una cuesti6o de vida
omucnesimbólica. Dado que novivraen unatpocacn laque los niños
que ponían en tela de juicio'º entorno se los llevara a consultar a un
p.<1icotcrapeu11, ella misma tomó el asunto en sui manos. Por eso,
t"UaJJdo Ucgó al hospital tenía años de ventaja sobre los demás eo Jo
que a clínica se refiere.
En cambio •estaba en la luna• en todo lo concerniente a lo social y
político, por haber sido educada en una caja de cri&tal casi bermttica-
mentc cerrada en el seno de esa familia, donde las conveniencia¡
sociales se uo(an a la neurosis familiar para ensanchar unas parcde6
cuyo papel era proteger de las influencias extcñores a una joven
casadera. Esa me7.cla de scnsate1, de apertura al otro por la observa-
ción y de ingenuidad, le duraré 1oda la vida. Le movla la occcsidad
profunda de hallar 1o posill\'O en toda 1ituaci6n. Andaba en busca del
med.io para "aptovccbar", en el "sentido dela vida", en vc1 dcoponcr-
sc a una idea o a un principio. A veces eso le jugará malas pa.~das. Su
fuerza residía en su capacidad de decir lo que consideraba cierto, aun
a costa del ridlculo que nunca temfa, y al mWno tiempo podía recibir
con 1inccro interés todas las críticas que se le hicieran. La relación
poco trivial que man1enla con su narcisismo, como 1o menciona desde
el comie07.0 de la entrevista, le proporcionó una increíble Ubcnaci
Creo que fue una gran psicoanalista, pero no me corresponde a m~
que no lo 50y, hablar de ello. También fue un personaje que marcó de
manera increíble su tpoca y la vida de sos contcmportncos. Esla
jovencita que tanlo desconcertó a su familia y cuyo futuro parcela tan
sombrfo a sus padres, iba a recibir millares de canas de agradecimiento
provenientes de las personas más sencillas, asf como de las más instrui-
das. Más de treinta escuelas, guarderfas, centros de convivencia llevan
$U nombre desde que muñó, asf oomo una sala de juntas del hospital
TfoClsseau y una callcen una ciudad nueva de Bretaña. Además, la Casa
de Moneda de Parls acuñará una medalla con su efigie en 1990.
Se la apcecie o no, alll hay algo ineludible. EM> no me impide ver
d6odc pudo equivocarse ni ignorar los errores que pudo cometer.
Evidentemente los hubo. LEn qut vida humana no se los encuentra?
Ella era la pñmera en reconocerlo.
l"ffiiODUCOÓN 11
Al dcjarnog, nos confió este LCJ<lo que no tuvo fuer>.a ni, sobre todo,
ganas de releer. Durante esta entrevista, estaba a la \ICZ Cormidallk·
mente prcseolc, pero ya en otra par le. Algunos factores en juego ya no
-'ran suyos, sus preocupaciones estaban lejos de w nucsttas.
Pocos dlas después de la grabación complemen1aria del 14 de julio,
la llevé en silla de ruedas a su despacho, ese lugar tan marcado por su
presencia y ¡u labor durante cerca de cincuenta años. "Es un bonito
despacho, dijo obsem.ndolo, es alegre, muy agradable ... pero ya no es
mio", lñadió divertida y sorprendida a la 'YC7 por ese descubrimiento.
Henos aquf an1e una mujer aún en el brote de la juventud, aunque
se prepare a abandonar un viejo cuerpo gastado, esa forma, como la
llamaba, que ya no puede llevarla muy lcjo5.
Morir' de isuficiencia respiratona, cerrando de manera sorpren-
dente el ciclo de su vida: ya a la edad de ocho meses habla intentado
morir de amor y nostalgia mediante una bronconcumonfa doble, cuan-
do la separaron bruscamenle de su niñera irlandesa, sin una palabra
deQ¡>[icaci6n(cf. Enfances).Alprcciodcuamucrtc, muy cerea de
la cual estuvo por falta de respiración, recuperará el 1iemo susurro de
la voz de su madre, que la man1uvo contra su pecho durante cuarenta
y ocho hora~. Pran~oisc cs1aba di~pucsta a todo para hallar sentido a
la vida.
Siempre se sintió "atípica" y, en cfeao, aco que en verdad lo era.
F'ue psicoanalista, fue mucho más que eso también, sin intentar nunca
saber verdaderamente lo que rcpre~entaha. Ejecutaba con mucha
seriedad todo lo que emprendfa pero jamás se lomó en serio, por eso
era fácil vivir con eUa, y asf lo fue hasla el final Habla de sí misma; llDO
de los últimos deseos de su vida fue hacer ese relato.
Alain Manier que habla Uegado con algunas preguntas se encontró
ante la extraña tarea de elaborar este texto póstumo. Le ag,ade7.co
haber aceptado este avatar del dcstiJlo con humildad.
Mediante su trabajo minuciosoeoeste texto, Coleue y Alain Manier
me permitieron cumplir mi deber filial, al presentarlo hoy tal cual.
Por mi parle, veo en él un 6ltimo mensaje de esperan1.a lan1.ado a
los otros •atípicos" y a su enlomo, pues tenían un lugar privilegiado en
su corazón.
I • ¡;1ahaci,,. dtl lCll10 que.., lccri a coe1111uaci6n, se n:a.lttó en do.
{J('&";Ít •flc... , ·
U el do1111n¡¡o '19 de mayo de 1988, de Lu 15:30 a las 22:30 en el
tics pacho de Fran~isc Doho. Colcue Man1cr se encargó de la graba·
ci6n,
O eljucvca 14 de julio de 1988, de las 11:30 a las 13:30, desde: su cama,
de la que ya no podla levantarse, para rcalO.ar pre~. punlualiz.a ·
ciones y anadir complemc:ol.05.
Owaaie caao cncl"C\Óslas, nos dlocl apc:O.dodc tod06 io. ~jea
citadOlCllUlelclllo. Dccidimolpublicarlo.C11clcasodclo&mic:mbr.-
dc la (amilia, lor. i-icoaNl..W y i-iquia1ru, ia. pcrsonahdadca que
licncn llD Íaler& histórico. Sólo 0011oervama. las inic:ialcs Cll el ai.o Je
io. dem61, salvo una excepción. El leclor de.cubrirá la rv.óa de ello
en la p. SO y otra, autorimda por dicha pcnona (p. 9? y n. 23).
En el anexo se encontrarán informaciones des1inadas a aclarar lo
dicho por Fran~oisc Dolto gracias a las indicaciones que aportan.
Como el lector podrá dMSC cuenta, a Fran~isc Dolto le interesaba
mudlo que los [actores en¡ucgo, momcnt06 ycircunstancias de su ~a
que fucrun no1ables, sc coaocicran con pttcisión.
Al lcclor atento de este ICJCIO. y que a6n rccucrda Lll c...,e du
oi/l»IU y út/011ca le sorpreodcrú alpus cootradic:cio1I sobre
lodo co cuanto 1 fechas, ooa rupcc10 1 lol tcllla& anteriores..
( . , _ war en posibilidad de afirnur que las fechas menáocla·
dM ••1ur dc:li<n M:r considera~ rígurOl8mcnte exactas, pues las be-
mn1 \'t.rtfi\'.1do t·-on minuciosidad.

112 J
Cuando yo hablaba, mi padre sJempre me decía: "iFran·
<;oise, míra que una imaginación asf es peligrosa! Muy
pcligro.'>8. lQuévasa baccroon ella?"Yyo,yo nosablaque
eso era imaginaci6n. Contestaba: •¿Por qué <!ices que es
imaginación? Quizá sea verdad."

l'RAN¡;QISF. OOLTO, p. 18

Ouiéro vivir como un críslal, lal vez me quiebre.


PRAN<;QISB DOLTO (CornJpondnnrt, 1940)
1. EL MARCO IDE LA INFANCIA

l'RAN(;OISB OOLTO: De modo que es para hacerme preguntas sobre mi


loquera por lo qoe viene a verme hoy.

ALAIN MANIF.R:En realidad, quisiera interrogarlo sobre/o que se presen·


ta en lugar de la "loquera» en su vida, y que me parece m6s interesante.

!Es muy gentil eso de "se presenla en lugar de" ...!

/No, m absoluto! No tiene nado que ver con la gentileza.

En todo caso, siento mucho que no se tenga la historia de la vida de


Lacan. Me parece que en eso faltó a su deber de pSicoanalista, pues es
un deber de los psicoanalistas revelar lo que puedan de si mismos,
aunque esté muy manchado de narcisismo. De un narcisismo, lcómo
decir? ... tramposo.

iFonosamente lo es?

No, no forzosamente. Creo que el narcisismo es una fuel7..a vital, algo


asl como la fuern vital de Dios en noso1ros, que oo puede negarse.
Pero a veces, incluye tambi~n una parte de disfraz - en el caso del
espejo de si-, y eso no lo puedo evitar. Forma parte de lo que los
demás analizarán.

Bien. En lo que me concieme, como usted sabe, /roce mucho tiempo


quena hacerle estas pre[illntas. Y la lectura dt si1 libro Enfances reavivó
mi e11riosidad. E11 efecto, al leer la historia de su i11fancio tal como la
describe, me dije que al/{ se encontraban reunidos casi tódos los elemen·
tos que yo, como analista, he hallado tontas y tantas veces en los
psicóticos -porqtte son ccnstit11tivos de esta estmcrrtra-, y sobre todo
los tns principales:
O un podre m6s bien ausente, en el aspecto ffsico a causa de srt lrabajo,
y sobre todo en el del lenguaje, un padre que, podemos sospechar, no
intetvino mucho en la vida psfq11ico de sus hijos, al menos durante lo.1
primeros meses de su existencia;
¡t5]
1•1 , MARCODl!lAl'WAMlA

U un• lflJldrr "motulnuuo1 •, que a~ de sus palabrru le pua a tukd


ru prorna ntOIUllrt<>.ti.Wd panz podtrr aCllJllrla de di., a d«i MIUÍZllrlll
tlr la MO'Wtu ntdr sa/\Ylj< como ~/uta. como su psicoanali#a;
O f/Nzlmm~ una pu¡uttllila muy pr««. "'"' e úudrgttlle, qw quitt~
1ut>er, que exige rapuesras y no obt1tn1t nada qut lit "'1Pniclt lo que SUlll/4
- e11 quitri, por tanlO, el lmgua¡e no deson~lla su JlálNI de sunbo/UD·
rilln y rio le pomite, a su 1oa, exptUarre uponlánt11 y plorammu
mtibu111t ti lengµaje.

De lo que usted habla cuando dice la "nwdre mOllSltUOSll", es de la


madre que se acla fea, tonta y mala porquen padre, a quien adonba,
IC lo bab!a dicho. Era muy importante la COC1vicci6n que tenla de 1u
inrcnoridaJ CD la Wb. De mwra muy curioA, adcm's Por ejemplo.
dcda que era bajita - mecha un metro cincuenta. Qwá sea u1>1
estatura corta, no lo sé. Sia embargo a m! DO me lo parece: Catbcrioe,
mi túja, mide UD metro cincuenta y no me parece bajita, ioduso me
parece muy al11. La importancia de lo lkico, es algo que me sorprcndla
en mi madre. ella crcla que era bajita, crcla que era rea. Y tambito
cre!a que era tonta y mala; y lo I05lcola. Porque era apasionada y
agresiva. Ocda "Soy mala.~ Out chistoso, Lvcrdad? hablar asl.

Ella MCt3itaba hablary analuar todo uo, y jam4s lo ltabl6, =q110 con
IUUd.

No; se lo deda a todo el mundo. Noc ..vedla porque se acrcdla a d


i:nisina todo el tícmpo.
Pero ali/ hay oigo que parece haberre cortrodo m4s en usted que m lo.r
dem4s. Quh4 porque era una nilla, tal l'ltZ porque ttu la ugunda nilfo.

S(, adcmú creo que aquello se ceotró en m! porque mi hermana murió


y era yo quien me parcda a mi madre quien, scg6n ella, babrfa debido
IDOl'ÍI. M1 hermana era rubia de ojol 12Ulcs, como el padre de mi
madre, y babrfa debido .;.;.. porque, para mi madre, era bija del
iDceslo.1

Sin mtbafio, cuando su ltamona muri(), usted ya ttu rdiltJvammte


mll)'Or. Todos loJ factores ps(quicot en JUtflO yo aistlan panz usttd m
CIU!Momert/O.
l. Consullono de Frno~isc Oo110 fotografiado d~ la puerrn de cnirnda.
El dMtn y el sillón, aquí invisíblcs, cgtaban junto al muro, n la derecha.
~~ ~ I :u· li
~~ 4-f.'(~,,.._~

f.JA,~ fl-"""- u!# k " - r~·


/.Q,¿ ti ~ ~· il
:¡·,,,,,.ele.- .j' d ~~-\,Ce '.vt.-
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"\A~ «.. \!- .;,,. . t~ t ~e. -


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.~ i'af"-- ,,~ ¡.e- 1~· 1\(.. r~


i-l.i'u.Á- b ' e~ ~~
2.Prlmerapigi nadelatibrc1adeloornulgan1edeF~~Marc11e,pnmavern
de 1920.
\ ,"f'F!lj •

S\.l(.IE Tí +
KOIX·l<OUCd . f'KllMC";:f1l'.:>f
FRA~~A1$t
Jl StC:OURS FIUX BttSScS MILIT/11RES
"~ ..., t. ._, ~ · ·. rnt •• u IN,,_,..,.,.

(~;7//
Livret de Dame Inftrmiere ·
Appart,nanlo //.,
Nom l¡'trn:-,/1f?lj1'/Í) - 1(/T!f'/lt>
Préft<•m· • Y/n//f¿h'Jc _, ~
D•le et licu de nn1,.ancf'. { tt1-1.-l{:J't•, knf,1 11 <

Nom• de• partnl• 11; • ' I ·I' ,¡ J,,,~ ·LL.,t

....
-~

3. Credcnaat de enfermera, cxpcchda et 6 de JUDÍO de t 930.


4. Fra~ Marcue con unifotme dc S. Fram¡oise Mareuc y su madre, en
enfermera. Deouvillc, semoM santa de 1932.

6. /\Cuarcla de la temu.a de la o. en casa de los D.. 26 y 27 de sepocmbrc de


1931.
7. Lacla!Cdc filoooftadcl bccoMoüm:, 1924-1925. f'ranqaisc Marc11ces1• co
la llluma fi.la, la quinta de derecha a tiqulcrda.

·~
..
..,~_,...
. -
~
_ --
.
_::,_,._
=--~~-·
--
~
~
.
8. 1-fotel de la l .oba en Roquchrussaonc (Var.), Llamado por~ habítantes el
"Oub de los 011ílados". Tar¡cta posrnl enviada a Frnnc¡oisc por Phillippc
Marcue durante su estadía, en se¡l4icmbrc de 1936.
9. Pollcllnica del bulewr Ney, anexo de Bicbal, hacia 1952. De pie a la
l:zquicrd3: Raymoodc 8arguC$. Sentaclof de ri:quicrda a dettdla: Odde u.y.
Brubl, Reat Bargoc:s, F~ Oolto, Jcnny Aubry (lela de 1CMC10), Dame!
Wicllocher, un MISICOIC, Anne-1.ISC Stem.

10. RC1nl10 recuc.-do de Rcné l.Jlfor.


guc, compuesto y enviado por ~
l.aforguc a lol 8Illlp de $11 1J8111o,
1om.1<1 mientras ltt la fllY'hopaúlo-
lor;u Jt l 'teMe.
--
Docteur René LAFORGUE
> \tt .-.6"re /-:JI. 1,
~
u,,_,,.
- _.,.Ml9 ..-
/! _

C.. n·...ii . .;t. p),u ..,...


. . . . .ou ,...rqv.01 r .. MI..., ••
UA,,,_,..
i .• ...,. ................. ¡. , ..... t
_.. ........._ aA~

.,,.. ....,.., .........( ...... - d ....... .


.... ...... ....... -....i..,,.. .. .......
Cpa.. SlhNI
{

OOCfEUR FAAff
"ªº "ua s· JACQ:Vll.$
COISE OO LTO ~

-
llA!OITO . . . . I •

........... ...
"'¡qf$V•
12 f'ran~se Dollo y Jacquct Lacan en el congreso de P.acocolmo, princtpkls
de ag<J110 de 1963.
I• , llodA lle: l'ra~.c Marcne y Bor1s
IJullo,cl 121lc lcbrcrodc 1942.
IS. Bustos que se cnaintrabun en el con•ull1M'10 de Frnn~l.'IC Dolto.
t. I'. Dolto por Jocquc~ l.lpchit7 poco anttl de la guerra de 1940; 2. ('.111hcrinc
l)olto por F l:lolto; 3. c;r~gmrc l>olto por l 11mbcn-Rutk1; 4.Jcun Chrysogto-
mc ()0(10, llamadO Carln•. por lamben-Kuckl
16. Fra~ Dolro y Stl3 rrcs h•JOS
l I M/\RC'O OBLAINPANCIA 17

/.11tr1, por así decirlo, mi madre jamásse habla ocupado de mi. Estaba
'" 111rnda con los mayores. Me la pa.5aba de lo mejor. Vivfa mi vida en
1111• fomilia numerosa, en la que me parecía que los demás perdían
11111rhotiempo peleando, mientras que yojamás lenía sulicicnlclicmpo
I' 11 aenemistarme con alguien. Siempre eslaba ocupada haciendo algo.
1 1 fue la particularidad de mi cslar en esa familia numerosa: siempre
utnbn ocupada haciendo algo que me impedía perder el tiempo en
1•dc11r.
o ira que tenfa 1m 1uo del leng110/e y 11na relación con el Otro distinta a
lo111~ /OJ demds.

~ 111 uuda, sin duda. Los consideraba personas intriganles que~ agita·
I• ;n mucho. Y mientras tanto, yo hacía un bordado, una pintura, un
11111cble de muñecas, algo que era siempre más urgente que discutir
••• u con el vecino... lque mientras tanto habla lomado mis tijeras
11urnnle ese tiempo! "Bueno, Ldóode están? LDónde las pusiste'/
llucno, está bien, voy a buscarlas.• No arma uno un escándalo por eso,
•l 1111 estando uno muy contento, termina peleando.
Además, en mi práctica psicoanalista eso me ayudó mucho. Creo
11110es algo caracterlstico en mi como psicoanalista: la polémica no me
lo11cres6 jamás. "Después de todo, quizá tenga usied ra7.6n. Yo no
h ·ngo tiempo que perder, pues no veo nada interesante en lo que dice.•

l •rrde ese punto de vista, eso quiere decir q11e era plenamente miembro
,¡,, .111 familia ...
1•.,r completo, si.

y al mismo tiempo, 11n poco espectadora.

1lcl todo espectadora, muy pronto.

Muypronto, entonces, de cierta manera, q11iz4 era lncaJIOl de 1tsolverlos


¡•111blt!111as que se presentaban.

l'l'o1olmcn1et

/'m1 bastante hlcida para verlos.

l ld todo, y divertida.
11 ELMARC'O DP LA 11'1'1\NClA

p.,, tanto. se 1rfugfoba en una ap«ie de humor muy, muy proruo. de


m·ocidod de aplriru, de lucidezy de h11mor.

!Oh! .r Recuerdo un pcqucno dclalle. Era el comicnw de la guerra.


El marido de la coc:inera, que no 1rabajaba en la casa, donnla en la
parle de arriba; no lo vcfamos. Lo hablan movili1•do, como a todo el
mundo. Y DOSOtros tentamos paws reales en el jardln:1 recuerdo el
m~co es¡>Cd6eulo de su cola, cuando hacía buen liempo. Desde
luego, los pavos reales declan "león-león". Pues bien, resulla que el
marido de la cocinera se llamaba León. Me parcela extraordinaria·
mente acertado pues. esta mujer que pensaba sin cesar en ti mictltras
hacia la sopa y pelaba las verduras, podía decir: "León, ilos pavos
reales te llaman!" Yo que era una niña, me dcáa: lPeroqllXn lo llama?
Porque, cuando no es1aba en la guerra, siempre decfan "león" y ella
oo lo nOIJlba. Ahora que csti en la guerra, ella dice que los pa'roll reales
lo ll801811, pero quiú ya lo llamaban desde antes.• Y me ponla a pensar.
No lcnla una respue$1a, pcl'O me pareda muy raro que la cocinera sólo
bu bien desc:ubieno que los pavos reales llamaban a su marido a partir
del momc:n10 en que lo hablan movilindo. Cuando por lo regular ti se
iba todo el ella, y ella no lo vela mú que por la ooche, cuando subía a
su cuarto..

Es como si ~ muy ni/lo hubimz estado atento o todos los osp«l0$


de la rt1Jlldad, y hubiera sido senJíble o lomen« modijicaci6n.

Eso me planleaba un problema.-

Jque /0$ dem4s no toman en cuenta los modificoci011es de tal o cual


aspecto de la rttJ/idtld1

!Eso esl • lDe dónde saca C$1a niña todo eso?" Cuando yo hablaba, mi
• padre sicmpt.S me dcda: "IFran~ mira que una imaginación &!I es
peligrosa! Muypeligrosa. lOoévasa hacer coa ella?" Yyo,yooosabú
que eso era imagjnaci6o.. Contestaba: "lPor qut dice& que es imagina·
ci6n? Quizá sea verdad.•

En Enfanccs, ruando ~sponde o las ¡xegimtas de Catherine, mee que el


q1u much0$ se hubiuon mostrado inquktos, o írrílados o on~ados

1
Se tB.t• del J•rdfn de 11 t4fnka del doctor 8&andtc A.Nido enfrente y 8baja. dd
na.al ae ba" meock5n mú ampUamc.n1c un póC.'O du~.
ll M/1111111)1' 1.A NFANCIA 19
püllá 11'1' llamobtm la locwu, lo origfnal1dad, la imaginación, ltU UhtU
qui MJlhi torio, fue algo que la morc6 dade la infanda. iEI auo, pq
.¡tmplt1!

lt\hl el cura ... IEstaba muy preocupado! "LOuién le metió eso en la


'.1tx:1a?" Cuando a mi se me habfa ocurrido simplemeole por hacer,
rnmo los demás niños, lo que él me habla pedido: "Apréndanse de
mtmoria el Evangelio de San Mateo.• Me to habla aprendido y me
había hecho rcOcxionar. No babia hablado de eso a nadie. Y cuando
ti preguntó: "LTlCl1cn alguna duda?" A mf sólo una cosa me inquieta·
ba: !San Judas! LPor ~se guarda tanto rcacoc a Judas y por qut se
dkc que ca un canalla, cuando sin él la Pasión no habría podido
de.atanc, y cuando Cristo le dijo: "Lo que 1cngas que hacer, ihazlol",
al tiempo que decía a Sao Juan: "Aquel que debe traicionarme pone
la mano en el plato al mismo tiempo que yo.• Eta Judas. Ydice a Judas,
1endiéndolc el pedazo que le oírcce: "Lo que tengas que hacer, lbaz·
lo!" Judas, que quería a Cristo y que babia sido elegido por Cristo, que
lo qucrla, deseaba que lodo el mundo supiera que Cristo era hijo de
Dios. El sancdrln no lo crela. Judas se dccla: "Si va con eUos y lo oyen
en came y bues.o, comprenderán que es Dios quien babia.• Entonces
babia que monlar todo un ardid para que Jcs6s se prcscnlara ante el
sancdtfn, y al fin se descubriera la -crcbd. Se ceda muy listo por haber
montado cae ardid y dijo a los romano&: "Se los vendo por neiota
denarios." As!, Jcs6s iría a hablarles. Lo desesperante fue que no
funcionó. Pero esa desesperación se debla a que se lo habfa jugadu
todo. Y alguien que se juega todo su amor, no puede ser sino un santo.
Cuando contaba todo eso, habla que ver el efeclo que produda •
mi alrededor. De veras pareda un hormiguero en el que se hubiera
lanzado una piedra. Todas las niñas y niños -era vísperas de la
primera comunión- decfan: "ISf, es ciertol" Yo era convincente.
Entonces, el abale R. - más tarde se con-crtirla en monseñor, ly era
un tonto de capirote!- al ver todo el barullo que aquello provocaba
dijo; "Miren, se ahorcó. Y uno no tiene derecho a ahorcarse, puesto
que uno no se dio la vicia.· No dije nada y des~s, al momento de la
salida: ~Fran~ise Marene, venga a verme.• Voy y me pregunta:
"lOuién le metió eso eo la cabc7.a? lOuién le metió esa ideas? - Na·
die." Y repeU to que babia contado, pero con más detalle. Entonces
me dijo esta frase, extraordinaria para mf, que me inquietó mucho:
ª Veo que no hay motivo para rccomen1,ar su confesión general."
Entonces no era un pecado grave; era algo torcido, pero no un pecado
graYC. Luego, añadió: "Sólo una co.u le pido: mañana, cuando reciba
.. EL MARCO DB LA INPANOA

w lr.61 ,,. mntlhlr 11;Joo f,>A foYOtcs que Jcs6s puede hacer cuando
In 11111>cl rm pmn.-ra vez- le pediri que le conceda ya DO pensar
1•1r(juc, cuando wted ptensa, c11idado. Entonces, le va a pedir a Jcsils
y111101 pcnur." IY rcalmentelohicel Crcla que ya oohabla qué pensar,
l1• ~•1uc &icmpre que pensaba Ja regaba...!

A•I u Mue nada m6s que ankdola - áa no la ccnocla en dda/le...

'"mi mañdo le llivcrúa mudúsimol

Puo durante la suptMsi6n que hice con usted, hlego m sus libros, u
O'¡hido/a, conocí Ol1'0S, lo que me sorprrnde es que sOfl historias muy
<trias e importantu en las cuales hoy muchos fod~s en ju<go...

SI, muchos, en efecto.

... vividos sin mudta distandJJ. En ruumldas cuentas, /oque me sorprrn-


de u su mane111 de tomar lo que el orro le dice al pie de la ktra...

!Absolutamente!

•.•y /uq¡o. con una Inmenso strúdad, y con ayudQ de una,.,,. llCtividlld
inlekctua4 sacar rodas las conclusiones posibles, desplegar toda una
ló¡¡ica a parrir de lo que tíene.

SI, porque ser marginada me hi7.o muy infeliz.

Puo, quiz4 la marginal>atl justo a causa de ese prc>cUO. Una va me dijo


quepotO usred su principal cualidad trr1 no ser pial como dice mucha
goite, sino dlbil...

Es cieno.

.•.u decir de anular la palab111 del Ol10 y hacerla {undotuu con IWI
tsp«ie de ingfnUidad /ó¡¡ica.
Ea efecto, yo escucho de otra manera.

S4 como si no logrwa ser - •c&no decir?- ladina en e/lenguaje, como


si qui.uf, paro decirlo en ttnninos psicoonallticosy m6s lacanlanos, cierro
dimensi6n de la meJ4foro no funcionara p/entlnWlle, como si se tomaro
lo palab111 un poco como dinoo cOfltantt y sonante.
1 1 ~tARCO DI! LA INPANOA 21

SI, AL

~AIOllUS, en efecto, como usted dice hay marginaci6n. Es decir que no


tt ntt:aitarla mut:Jto mlh pmo pasar del lado de un pensamielllo tan
.11ngular que perdioo del todo contacto con el otro; podrfamos decir loca
si se quiere, pero poco impcna..•

Pero yo sf creía que los adultos tenían razón. Y eso es importante.

Fue eso wque la sal1'6: asf habfa un Otro.


Mire, recuerdo esto, por ejemplo. Con frecuencia fbamos a Dcauville,
pues aDI pasábamos todas las vacacione.;. Y había una frase que decían
las personas mayores y que yo oía desde m1 más tierna infancia: •t.os
camarones necesitan ser cocidos vivos.• Coclan camarones sin cesar.
Yo me decla: "LCómo lograron comprender los mayores que los
camarones tienen esa necesidad?" Y, cuando bacía la pregunta: "iPero
vaya que es tonta!• pero no me respondían. No me dcdan que es UJta
manera de hablar. De pronto concluí que los adultos eran muy listos
por haber comprendido lo que dicen los camarones.

Desde ese punto de ''ÍSto, de niila se encontraba 11n poco en la situación


de uno de esos personajes, m general dd campo. de unosfablidlos de la
Edad Medio, a quien alguien dice por ejemplo: "Si quieresganare/ jWcio,
deba untar la mano alj11a", y que iba alpalacio de justicio con manteca
de cerdo••. Cieno fimci6n de la met6fora, se enc11tntra bloqueada allí.

Totalmente, eso es sin duda. Y también estaba el problema de la


comprensión a destiempo. Por ejemplo, pienso en ese cuento en el cual
se pick a un tipo que Lrllllsportc no~ cuinlas guadúas. Cuando llega
está.muy cansado pues, aunque tenla su carreta, las llevó a las espaldas.
Le dijeron; "iPcro si no tenías más que ponerlas sobre la paja!• Y él:
"iQut tonto soy, no lo pensé!• Y, la siguiente VC7~ su amo lo manda a
Uevar algunas agujas a su Dulcinea para que hag¡t un bordado. Enton-
ces pone las agujas en la carreta de paja y cuando llcgil, le dicen: "iPero
qué tonto eres! iAhora que están en la paja ya no podemos encontrar-
las!~
Una explicación que vale para un caso, utilizada tal cual en Olro...
Recuerdo muy bien que yo era asl: inocentona, a callS8 de una lógica
que consistía en confiar en lo que me hablan dicho. "Me doy por
enterada. Será para la próxima vez.n Y la próxima vez, ibabla que
u EL MARCO DB U\ IN'l'ANClA

l&lMAI' dlllullul 1 or oo rnuyprODlotvYeque bu5car c:ómodefender·


rnc. \' out r.d1fl d Jt• en que comprendí que los mayores decían
n1alquict mu, que no sabfan lo que dcáan. E.o e1e ,_,ento mi
comp.·u1óo ro< ello& fue tanta, que de~ de creerles. Me di cueota de
11uc eta IAn tonta como los mayores, pues al cabo de tres diM aauabe
como ellos y lograba vivir igual de bien ..n saber adóodc iba. Me dije:
"Ellru no son más toolos, todos somos tontos."

lFue asf c:omo sali6 del 11pUro1

SI, siD duda.

Al nlismo tiempo, 111 pa"""'1 •composiái• es unportante..1/llfJca que 11


partir de <!Si! motnmlo iba a intmtar haar algo por los dem/Js.

SI, peto DO tcntla eso. iYo scnUa que todo& bamol llDOC pObrcs
desdichados! Que había que resiparse. Es muy importante la expte-
sión "Tesigiwsc•. Aceptar las oous CODIQ soa y eo quctet corregir los
errorC$. Uno es como e¡,

De m411enl qui'. desde muy niña, IUl'O 111 apottnda de la locura dtl
lt!nJilJD}t. de la locura m d ltng,¡aje.

Como USlcd dice, seguramente al no comprender la metMora. ¿Es una


meú.fora decir. "Si $00 guadañas, hay que poocrlas en la paja?•

AllI no, no creo que sta """mes4/ora. "Untar la numo• sf lo es, o "los
Clllnil10lla nteesitan SU ctXidos mm•.

Eso es. Allí era mis biea tener C5p{ritu prictico a la manera de los
mayores. Pero yo necesitaba mi manera propia, porque cuando segula
los cooscjoo de los mayores, Callaba una de cadJI dos veces.
Por lo dem'5, hay algo que me sorprendi6 mudio, much!simo,
cuando niña. Era dume cuenta por la noche de que algHnas veces el
dfa hab(a sido muy desagradable, cuando por la mañana me babfa
despertado dici6idome: "Es muy SCD(:illo: no hay más que obcde<:et a
los mayores para que todo salga bien " Sin embargo, por más que
tVllitta ese prop&ito en mente "obedecer a los mayores", siempre
habla un momento en el que alguna idea mía me apartaba de la
obediencia, una idea del tipo: "Len qut piensas?• iY yo pensaba alguna
imbecilidad! Me regañaban por mi imbecilidad o por mi impertincn-
11 Ml\R('O DP LA INFANCIA

11. "ll..ascfiora Fulana es una idiolal -tY porqut? - Porque viene


1 buscar a su hijo aquf con el prctexlO de quedesapan:ció, pero ooe¡¡'
1on nOM>IJOS. • Pues al principio de la guerra, icómo comprender Ja.
p•l.•l,,.asde personas que anunciaban que un hijo había desaparecido,
11ur lo daban por desaparecido? Me deda; •¿Quién lo da si e¡¡'
dollAparecido?" No comprendía las palabras.

/1.01 rlrminos e111n CQfltradictoriosl

IPor complelol As! corno lossollo1.os de c.~ mujer a quien yo quena,


que se habla encerrado con mamá en su despacho, y que a tra,'ts de la
puerta lpareda reir a carcajadas! Movfa el cuerpo como alguien que
rfe 1 carcajadas, al hablar de 1u dolor, de su hijo, y de las no1 icias que
babia recibido, y seg6n las cuales lo daban por desaparecido.

Es un contraunlido que mt recuerda un poco ti de /OJ pet¡11tlltll t¡ltt


oyen a .rus padrts cuando lsros rienen TClociones sexJtales.

ITotalmenlcl En ese caso era la de.'IC~pcración de esa mujer, que se


traducía en un hipo de dolor parecido a la risa. Y, como solla ser una
persona alegre, a la que querfamos mucho porque con1aba a los niftOI
historias muy chistosas con los jugucles de pelucl>e; inventaba un
montón de cosas... iuna mujer adorable!, entonces me dcda "8 desa-
pareció y ella viene a buscarlo aquf. Se rfe a carcajadas mientras que.
cuando Uegó, la .i llorar". No cnlcndla nada. Entonce$, por la noche,
yo dcda; "Lolotafé es lonta." Y era dramático haber dicho que "Lo-
lo<afé" era ionta: lera una mujer tan desdichada...! Toda la familia
participaba con ella en el drama de la muerte de su hijo, sobre lodo
porque ese hijo -cosa que yo no sabia en aquel entonces- acariciaba
el proyecto de casarse conJacqucline. Por eso Lolotaíé con írecucncia
estaba en la casa en la época en que su hijo era un polilécnico joven y
animoso que amaba a Jacquelinc, mi hermana mayor.
Todo eso, ¿qué es? Es tener referencias que contradicen lo que la
intel~ncia o el corazón pueden comprender. Son lenguajes diícren1cs
que yo no enten<lla que estuvieran ligados. Como ao lo entendía, yo
cracomolodOlaquellosquenocomprendcnquealguicnescobcrcnlc:
deda que la persona era tonla o estaba loca. Yo era con los otros como
ellos eran conmigo.

Usted pe11soba eso de los dem6s porque estaba obligada o tilo.


24

IDcadc luego! Pero =do dedan que era yo quieo se equivocaba,


ese momento esiaba COln'CDcida de que teafa:n razón; que era yo q._
oo la tcllla.

isa u una difemitia que ruult6satvadora, porque la empujó al l10btljo.

IMucbísimol Por eso, cuando en la Sociedad de Psicoanálisis todos MI


burlaban de mi, me decía que era yo quien me había explicado mal:
pues &i lo que hacía en mi práctica era operante, también lo serla 111
otra gente lo hacla.

Una acútud asf lino a fa reflajf>n, af trobajo y a la comunicación con d


otro.

En efecto, es muy importante.

En wque dice, hay <>tra cosa~ me S"'f"t!nde mucho: esos fact()fU.,.


juqo, esos lógicas diferentes que se abordan tanto en E11fances - con
rcspcao a lo que dice ahora - oomo en otras palabras que le he ofdo,
los &it6a usted principalmente en su relación con los mayores, oon lc9
adultos. Pero con rcspcao a los demú niños, con sus hermanos J
hermanas o con los dem4s niiios, ca la escuela, ¿tambi~n ge sentla
diferente?

1En absoluto! En realidad tenía poca rclaci6o coo los demú aiioa
porque )'O iba a lo que se llamaba una "academia para señoritas•.
Teníamos un programa, estudiábamos en casa e lbamos a "hacer en la
mesa", como se dcáa, un ejercicio que probaba que hablamos apren-
dido, o no, el programa que habíamos visto en la semana. Por eso tenía
poco contacto con los demás; excepto durante los reaeos. De lo '1nico
que me acuerdo y que me molestaba porque crela que tampoco estaba
bien, es que me dijeran: "Fran~ lbajaelvolumcn, bajaelvolument•
Me imagino que a los dernú pcque!ios debla sorpreoderJcs Lodo lo que
yo dcda durante d corto recreo que tenía lQgat eo un paticcito
iosi¡níficantc. Reaierdo muy bien a la encargada de la clase. Por cieno
hace poco vi a su sobrina, que trabajaba allf, y que me dijo: "iQut rva
era usted deniíial l~raral" Yo: "S~ pero no me daba cuentL - No,
no se daba cuenta, eso era lo raro. Y no me e.Ktraña que se haya vuelto
famosa en su trabajo, lera usted tan raral"

JY. con sus hermanos y humanas, .rus parientes?


N HI 11 •I l.A IM'ANOJI

1 1 1lil H•uclu1.

'"" ''º C.:omo con mi hermano que lenfa dos aiios más que yo: no
ll11Híll ''"' nurnos sin hablamos. Y el que dejaba de responder era
I ¡ "" 1u qu• ~e donnfa. Por ejemplo, yo le decla: "iBucnas noches,
t ••• 11 '"r dcru: "!Buenas noches, Fran~ise!" "1Qu6 a guslol,
1 ln.t 1 11 < 11uiero mucho!" "iTe quiero mucho, Fran~isc!" "IYo
•l l~I! Ir 11uicro, Jean!" Siempre dormí en una habitación donde
"""" e11•trn, huta el momento en que nos cambiamos. Allá hubo
1111111• ••hs y cuarto de niños. Pero hasta mis cuatto años y medio,
l.n 11!1mu• cuatto en la misma habitación. Siempre babia uno que se
hml• -' '""mo tiempo que yo: era el que 1enía dos años más que yo
t ti l¡'lt •1ucría muchísimo. Nos acoplábamos tanto. Nosotros, 106
t j!l "''" no comíamos en la mesa por la noche. Comeoúbamos a
""' ~nt. mcudclosmayorcsaparurdelosochoaños.Lospequcños
• 11hen •e<»tadosa la hora en que los grandes cenaban. Recuerdo que
I •11 1 yo nos queríamos simplcmeotc. Vivfamos ese cariño, y nunca
"'" ¡Klc.ih~mos. IJean y yo jamás nos hemos peleado en nuestra vida!
\r hu/./úl>an? ¿Se contaban historiasT ¡t.¡ conoda su historia del 6.ngcl
¡/,1 /1 C'•urilarl

tlo
1 Ir lo ~ordal>a pa10 usted?

(J111'' t. conoció, no~. Él dccla: "lPero por q~ haces lo que haces?•


1•,. • ,.-mplo: "lPorqutbiciste un radío de galena? Escst6pido. lPara
1¡111 ,¡l'\'C? Oye$! ti, ti, ti; lpara qué sirve?" Yo le explicaba: "Mira, es
1111 .lf.1bcto. -LCómo que un alfabeto? -IOaro que sil Hay diarios
tn ¡,,.que puede aprenderse a leer los t~ti,ti. MirL• Entonces dccfa a
1111 hermanos palabras en morse. El momento a partir del cual comcn-
,.,.. n a escucharme, fue cuando les di noticias antes de que las
loulilrran oído, o se hubieran enterado por el periódico. En los peque-
1\n d1.rios de telcp6$1as &in hilos que compraba - un diario por
lf 111nna explicaban c(>mo montar el apa.rato; daban tamb~n el alfa-
l~h~ y decían las horas en que la torre Eill'cl difundla ejercicios para

1
C'f Enfon<t:r, op. t:it, pp. 19-22.
l'J MARCO De LA INP""'<CIA

principiantca, OCrol de DÍYCl medio, Olros íanalmcnte de nM:I m'5


avanmdo. Yo caf'laba los cjcrcici<il para principiaolC$QUC dabaa laa
sc6alea de mone • un riuDo lento. Ea1oaca ínt~ba COClll'"ndcr.
Luego ~Dla la tradua:ión Oc cu manera cnscilabu a la ~Dlc el
mone por radiutelcgrafla sin bil.-.
R....tia que fue llÚ padre quien (Jfigjn6 mi int~ p0r todo eao,
p0rque en su calidad de ex alumno del Poll!tcnico, aquello le interc·
saba. Y Edouard Branly h.ab(a dado una coníerencia en el C$CCnario
de Trocadero titula~ "Iniciación a la~ ondas Marcooi". Recuerdo
muy bien cae día (yo debla tener 6icte u ocho años): puso en un lado
un circ:uilo, en ti ocro circuito, luego blro trucos de magia y lo q11e
Cllabe en wi lado se fue al otro. E!n la tranifctCDcia sin bilos. Todo&
lol ~ toda. las penonu f>OCl'an subtr al eoccnano pwa
..:rilicar: DO eta circo, DO babia lulo. Oc rqi:eso, h.ablt de ello a lllÍ
padre, que sin duda me dio explíadonc:s muy e1'Klilal, y aqodlo me
iaterco6.
Pa&~·Maf<:OC\J, las ondas hcrt11anu, todo eao entraba ca la rcla ·
ción que ll\lntcnla con mi padre, u! oomo la idea de que lol humall05
podlan c.\lablccer rclacioOC$ entre '' ,;n que aquello pasara por la
maierialíJad del hilo. Me habla parecido muy interesante. P0< uo
caaado vi Ltl ttkflTY'f111 s111 hilos' (CM> de "•in hilo" me intert$8ba) en
un escaparate, 'ujcto por wi pnchíllo para rolgar, coa el pooo dinero
que habla pudo por mis buen» cabficadoncs en clase, y que h.lbúi
ahorrado. lo com¡rt y me c:acont rt con: •Usted mismo puede fabricar
su radio de plena; tcndri la hora cUdL• RQulta que la hora cuela
era lo que dobe el rcio;tro, quien e>laba ce waa casucb>ta, muy
peque"-. Componla lol reloje. y, en el mumcoto de ~r el reloj
compuesto, deda; "Espere, YO)' a darle la hora exact.a." Y yo: "l()ut
es Ja hora e1111cta•• "iEs la hora de la 11>rrc Eiffe~ scnorital Y la tengo
gacias • c:.te aparato; lve usted? ca un rnd10 de galena que me va a
dar la h0<1 de la torre EiffeL• En esa ~poca. la radio daba la hora de
la torre WJcl cada quién sabe CIW>Jo. Por tanto todos esperaban cu
hora: •¡AJ inllaotcl Prefiero ponerlo darcctameotc a la hora que con
mi reloj, que pUK a tiempo e.ola manana • Entonces se colocaba su
casco. acariciiba su radío y esperaba· "Toe ne uwcd la hora de la torre
EilTel• iEra ~ iPor C$O yo tambitn qucrla tener la hora de la
torre Eiffcl!

/Ali/ no hizy m6J qitt osp«toJ ttcmcosl

• 1,. S4"1Ftl,1tm1n1no ilmcttdo que (()Mltn1.a 11pt1rctcr en 191~ en el bu~r


f•l~rt. n4m XI lil ejemplar C"V<Mla 5 t'f.ftU•OL
¡e J.110 que nol Alll estaba mi padre; es1aba la corre Eiffcl que era fálica
) ~u<. ca aquella tpoca, se comenzaba a alquilar para publicidad, de
e 1lruen, por ejemplo. En fin, no sf si fue en ese momcnco osi me estoy
••ll'laocando uo poco; creo que fue un poco después cuando la electri·
""'"'º \'Crdadc:ramente, y cuando la gcnlc: comcn76 a inccrc:sarse de
• rdad en ella.' Anees, si se era una familia inlcligente, era de buen
111no decir que habla sido genial hacer una torre Ei!Tel, pero que era
Jan fea que no deberían haberla conscrwado desputs de la Exposici6n.
1lllbcrla bcdlo para la Exposici6n ba!.caba para mostrar el genio del
ingeniero, pero haberla dejado desfiguraba París. Nosotros estábamos
lrence a la torre Eiífel: la velamos desde nuestras ventanas. Volviendo
a lo que decía, aill estaba la Jorre Eilfcl, estaba la hora exacta, estaba
papá, waba esa conferencia de Branly que parcda un "ubio Cosi-
nus•, del Jodo sorprendente en aquella tpoca. Mál> bien era el sabio
Cito Peraloca; Branly era el Cito Peraloca del Pato Da11ald.

Tambiin hay~d~mmtos iEs16 loposib11idod dl'C'optaTloqo•l'otrol


dicen! /Y lo comunicoci6n sin lrílol

St Además, en ese momcnco, sólo bab<a eso. Después vino la hora (de
codos modos e., interesante que se haya Jenido can pronro la idea de
dar la hora...) y, curiosamcnre, muy pronto Uegó la m6sica. Pero en el
momenro en que constru( mi radio de galena, no había m6sica.

Hay otra cosa que me parece del todo U1Tllordinorio en esto historia:
usted es psicoanalista, y lo primera prono que huo en :nt wda, prrx:r.a
ttcnico, en la filiaci6n de su pa~ dd lado de lo sunbólico y lo f6/1co,
es la puesta en prtktica de 11n proced1mlen10 o de un protocolo, para
podu o(T lo que dicen los dem6s, quienes, sin ello, no sutun oldos.

iSf, sil Eso es.

/Ésa esya una primera manera de stT psicoanal/stal

Bueno, digam06 que se trata de una p06ibilidad de comunicación bas(a


entonces desconocida.

s Losan~ tuminoeos ck Ci1rob en lit tone Eiffd. n ktrlll de 1reiota mtl~


de lllO, daWI de 11 ~ de loo pandeo CNCC'°' Cioroto que IC - - de
19Zz.1'1l3 11 Sabon, 1 11134, con 111 tt1••:$1a de l\mtnco llcl Non<, enlre Otinlp> y
Alasb.
48 l!I.. MARCO 08 U. IJl.l'ANOA

Eso es, de ~ucba.

De escucha, porque es en un. solo sentido.

ExactamenlC. Pero regreso a la pregunta que mis hermanos me badala


$Íem)>l"C: •¿Pero por qut bac:es eso? ¿por qu6?" No cntendlan.

JE.so al et la misma~ que yo le hago de Olrtl fonna: lpor qtd


quuer olr a los demds 1

"Porque siento que eso es el bien." Nunca tenla o<ra respuesta. "iFran-
~ está en el lado del bien ...I Es ridícula, estái en el lado del bien,
iaUá ella!" Entonces me congelaba arreglando ml antena sola porque
nadie quería ayudarme. "Antglatelas, oo queremos que oos dé frlo."
No s6 por qu6, siempre era en invierno cuando la antena se desvcoci·
jaba. Habla que ;meglarla con un palo de esooba y aisladores de
porcelana_ Era muy complicado para una muchaclúta que no tenla los
bra206 lo bastante largos para rebasar fácilmente la altura del balcón.
Mehabrfll gustado que los mayores me ayudaran, pero ellos noqueñan
6aber nada del asunto. Hasta Jean que me quema mucho me vela sin
moverse; aquello le parcela raro. Claro qucquerlajugar conmigo, pero
a otro juego: cbaquete, damas. Jugábamos muebo co faroilia.

Sus padrts jugaban ajedrez uxlos los dios.

SI, pero a mi el ajedrez con mi padre me llegó has.ta más tarde. Ya mi


abuelo jugaba tablas reales. Lo6 niitos siempre han visto a sus anees·
Iros, bueno a los viejos, jugar en la casa y oon ellos. Desde muy
pequeños, nos enseñaron a jugar. "LJuegas una partida? Voy a ense-
ñarte a jugar chaquete, damas, etc.• A mi me gustaban los juegos pero
no me gustaba pelearme. Y en cuanto mis hermanos comciv.aban a
jugar, se pele.aban a causa del juego. Entonces aquello dejaba de
interesarme. PeroJean yyo nunca, pero nunca, 006 peleamos.
AdellW habla o<ra cosa: los llamados juegos de sociedad. Yo no st
cómo toman los otros nifiosesosjucgos, pernyo los vivía con UD montón
de fantasías imaginarias. As!, el cbaquctc era una socied11d: todos esos
peones est•bu a mi servicio, o al del ad>crsario, c:omo si los blanoos,
los negros fueran caballeros. Habfa Olro juego que se llamaba Alma:
UD juego con triángulos de colores musulmancs, verde y amarillo, y
!'«KlCS como techos de minarctes. Para ganar habla que ser el primero
r n llcg¡1r al otro lado con todos los peones, e impedir que el otro lo
l t MARCODBLA tNPAJ'1ClA

'°SJara en el otr0 sentido. Para mi aqucllosuccdla coa sable$, l\ombrcs


n e.aballo, etc. Yo jugaba, pero tenía frente a mi todo un cuadro
íantasm&g6rico, en una época en la que DO habla ci.nc.

Todo eso oa1pob11 ar ust~ ti htgar que las ~Itas en los tkmb.

Seguramente.

Como si mnplautra el afecro de Jos dem6s, de delta monera. ..

O sea que, como CS05 peones representaban minuetes yyo imaginaba


que era el sultin nost qué quien babia ganado al (](fo, DO habla motivo
para que quienes jugaban se pelearan. Que hubiera un ganador Conna-
ba parte del juego, y no había raz.60 para que los dos jugadores se
pelearan por eso.

Sí los dnnlls se peleaban, sin d11dtl mi porque se ídar1ijicabt111 por untl


parre con Jos factorts en j11tg0.

S~ y creían que el otro los derrocaba a ellos. Mientras que yo si sabia


que era un juego al cual asistla, y del cual tenla uoa imagen. Yo en un
poco como Gullivu en una batalla de liliputienses. La batalla traJISQI·
rria asl o asá; me gustaba ver lo que succdla. Pero a mf no me
derrotaban si dcrrOlaban a mi sultán. Era interesante. Al !inal nos
dedamos: "Dame la revancha.• Con Jean, siempre sucedía as~ sin
peleas. lPero cuando era con Pierre o Jacqueline o Philippc. •.I

Habla afecto que ~nfa a trostomarlo todc.

llnmcdiatamcntel "No, DO es cierto, tíi hicisle trampa..." lQui~n hada


trampa? Td, 16, Lquién era ese 16? Es un juego, no soy yo.

Ya era 11sred una 16gica de lo imaginario mitnl'IOS que ellos atln utaban
arropados por qfectos edlpicos.

Es usted quien lo dice, DO sé. Pero veo que habla una diferencia.

/Por supuesto! Pero hay otro flltnlo sóbl't ti erial qui!itra haw una
p~g11nta,de nuevo con respecto a aas ankdOlas. Porque, como le he
dicho, para mi ti radio tü galena tiene una gtan in!pottancla en su
SeNlrlJllisla.••
iDesde luqol, adcm'• rw .... de la f'Mlcnl6 franc
Gcnhwia.

lAll. 111 Puo Mies ~ lkgor o 14 músiC'O, h.oy «ro tupttto, si me lo


pumtle, sobnt el CllOI qtusieTO rntt"°f:OrlO. ÚI prqf.llllll St fllt oaul'i6 fil
olr cómo comoba 111 apme11cio lA tdq¡rafro sin hilos, ti sin J1í103 <#
Branly: locuso no Irene 11na connOlaó(>n ldtpdtica, u decirla capoculod
~ algulm IU transmitir ideoJ, sO/lldcs, a Ofra persono, /uno de todo
~smc10 y todo •fnculo1 E.r decir len1111a¡e que esrablect el •otnculo
abslrocto <Qui poro uswf uo no "fl'Vtnl4ba algo /.odopD«roso,
m6gtco1

¿Uusíoni.•mo? i.Magia? No, porque era cicnl!ílQO.

l út ttltpatfa fue al¡¡o que le inttns6 m6s rartk 1

No, en alxoluto. Sin embargo, para mi madre tuvo una 1mponancia


enorme, incluso dram6tica a la muerte de nu hermana, porque 1 lode
~ta qucrla que le leyera~ c~piritiAlas. Me huela leerle 108 libros
de Ríchcl sohre los eetoplasma. qllc •dnfitaban la forma de la persona
muen• y.., ponlan a hablar.•

Oucria catrar ca coan111icaci611 CIOll Jacqucfuu:, sí. Me con1eba lodo


eso y yo le decfe: •Mira, mami, lodo lo que me coea1as, ldcapo6o -
da mkdo por la noc:bel Me da miedo cuando me duermo.• Entoncea
mo decra: ~sr, comc10 un error, no deberla. Pero c6 eres la 6nica
pcBOna 1 la que puedo hablar."

Tamb1bl tn aa cimuuranci.a /o tOfYlllH como ps1coanalisro.

DcfuUilvamcft1e. DclñWvamcntc me 1om6 ca.> psicoanalitJ1, pero


en equclla ~poca yo ya CSLaba 11andc, lcnla doce años. Y lambitn me

•0a... - . . lloidlot<>J...
'""· "'JOdcl cilol>rc a-Alfred Rdol
durrió9 e• u.•
1 • • -

S.-•----
.. - ... wo. ......... -
nfor•fNiMll, Mwe,,... y.:ibrc todO la aA&fil4.-aa (IC'ridcnlu resultado~ aa re1n1ro-
Otpftamo de ... _._.. •f'Oduadl ... .,.._,..., lin i8nrJc:tlr-.
y que 111\JYrl('• LI .c¡unda 'f'C& un1 rt&C'C'tÓn de Rthar.o rn• o menos fvcne) C'W)'O
..
el

-....
l""ntipto . . abrió <'Oa hui Ponter Pcw Otto ti.do. IUll tenlf'OI. ele hncrá fi;icron
m"t111•lca ruo un prwvnior de t. IYÚlaÓn, u•
m.tbtantc penfllóla, u.a flM1tt0 de
IDfYhdn,. llMta dd OC'~ f!I 1913 fv.1 pLlrdonado coci el premio Ncbc.I do
'*
f•I M... ltCO Dll LA INPANClA 31

l11hl11 rccfido desempeñar un papel del todo extraOt"dinario. pues me


1kd1 "iRe1.al iRC7a!. .." Era la vlspcra del dla de mi primera comu-
nll•n, el famoso día en que me pasó lo del abate R, quien me habla
111< hoque no babia motivo para confesarse, pero qoe habla que rezar
I'••• no pensar. Me pidió rezar para no peo.ar. Y, por la noche, mami
n.e reveló que Jaequeline, su hija querida, estaba perdida. Me hizo
•·•l>cr que, segdn los médicos, no babia ninguna posibilidad de salvarla
yque si sanaba, no podrla mú que ser un milagro.' Y pensaba que, si
habla la posibilidad de un milagro. sólo serla en el momento de la
1•rimcra comunión de un niño. Mi madre era pr01cstan1c y no la
apuionaban mucho las cosas de la lglc$ia pero, coo todo. la pñmcra
comuni6n ... Adcmás,lsu csperanzadequesu hija sanara era tan fuerte
que estaba dispuesta a cualquier oosal Por eso me encargó rezar para
11uc Jaequelinc se salvara "porque Dios a veces hace milagros, cuando
quien hace la oración tiene el corvón puro. Y no se puede ser más
puro que el día de la primera comunión". Era una primera comunión
¡olcmnc. Mi madre había sido educada en el cristianismo por su padre
quien, siendo protestante, a propósito se había casado con una fran.
cesa católica para ser francts (venia de Alemania del sur). Seg6n t~
ser francés era estar en favor de los derechos humanos de 1789 y ser
•:atólico. ISin eso no 'IC cm franctsl iSecasócon u na católica, mi abuela,
a quien aquello importaba un bledo. Sólo se con'lirlió en rata de
sacristía en el ocaso de su vida, pero cuando era joven, aquello la tenía
totalmente sin cuidado, y no educó de manera cristiana a sus hijos. Sólo
iba a misa cuando era necesario. mientras que mamá habla sido
educada \'Crdaderamcnte en la eoscñalll'a de la Biblia pOt" su padre,
que era protestante, creyente, yque educaba asu hija en los preceptos

'-mooque. romo dice Pn~ist Delio en /tnf-. p 108,Jacquclinc mun6


dc"Ua °'1C0Urt'Oml (c,n«rdc k>1 truc:IOI). El doctorPb1l1ppc M1rctte nos prc<'llÓque
c:aa cnfcrmed.J nosóktcraen &qYttt cn1oncu inn.arabki.tinoquccl dlagnda.:o mismo
era muy d1f'K'il. é..• son 1u c•oochc•1Qf1e&. ..-rrm relatada& hu1a abon. en I• Niki
murióJuq1,1ctioc. eJ verano de. 1920. Al:uc-ndo que• fliJI u1lbl penltda. k»ICftOl'CI
Mareuc k prccvn11n ldóndedesca rtlSevacadoocs. J&cqucl111e chgc el 11.Fde Annccy.
Entontcl" Hcnri Marcttc rc.oi. pei111cl ver1notaand¡uaabtdfa bcncdirt1n1 de ·rauouu,
u&oacc:J delocvptda y hoy ('OftW:rtida en r,mQiO hotel La Ktora Marc.nc te queda
alllcon lol 111.ftol, 1yudadl por ..la Stt.onta". la t'Oanera, unchofcry un méc:hcosiempre:
prest.Die junto a Jacquchnc. Puesto que d e111do de ata úllim1 empeora. deciden
~r • Pa.rú, 1om11ndo el tren en AIJ.ttuy. Part ir baita • Uí. el IKdi«> p.cma que un
coche tirado por t'tt>aDol atti me'°" que c.I 11u1omóvtl, Ja t'IYA del U'ladodc Jecqucl1·
ne... t U se.AQra M.att:nc, Jacqudlne y el m6dw:o pa.nc.n pnmcro. yd rato de la famd11
mM: &arde. En d camino, el automóvil 1nma el coctic h1pomórl.'ll dietenIdo e.a &a cvneta.
Todo el mlllldo baja J la ~ftOrS M>~ll< lnfOfftll a JU• luje» que J1cqud1nc ~de
morir. llo1onca la llevan 11 hOCpd•I d< An0«7dondc le p<11<1ialn ll 1v1"1"14 po<-r
mucnocn ti Wt púbHca.ydcspu¿s le llcnn de vuelta 1 Par(s c1 m6d, yla Cfllie.tran e.n
el p1n1cda (a.miliar de Boutg·ll-Rtlnc
El.. MARCO OC lA INPANOA

de Cristo. Por tanJo ella tcnfa la idea de que, el dla de la primera


comunión católica (la comunión privada no se Uevaba a cabo a los
quince años, como entre los protestantes, sino desde los siete u ocho),
aunque yo sólo bubiua comulgado por vez primera durante mi comu-
nión solemne a los oocc a.iios, era po6ible un milagro. Y me habfa dado
ese objetiYO de oración. (Vtase foto 2.) Uno me pedía no pc115Ar, la
otra roe encargaba salvar a Jacquelinc: !fracasé en todos los planos!

Lo que me s()lfJl'Dllie en lo que dice, er que en el fondo, k1 que le pidi6


su madre se lo pidieron m1us de gentes despuis, puo apresándplo de
otra maneo.

Sin duda, sf.

LA pi1Ji6 moll'tr un problema de biologfa, un problema múlico que no


se podio resolver en el e.rtodo en que estaba lo ciencia en aquella lpoca.
Y le p/di6 hacufo mediante una palabra que quü4 no sea la m4s
apropiada-

Me pidió obtenerlo de Dios.

En cambio, tn cualllo usted se conW116 en psiroanalista, cientOI, mi/u


de padres vinieron a pruentarle casos desupuados. Algunos hlJ$fQ
diciendo -me locont6m11chas veces-: "S61o usted puede sacara este
níllo delproblema.•Recuerdo el coso de aquelpeqt1ello que habla vttnido
aqu~ dude Nonnondfa, ya/fino/ elpadre no querla pagarte, lse acuerda 1
Y, derpuh dehabuhobladoc()fl ellos, fue a buscarlo a su sala de erpera
y 8 lltg6 caminando, cuando ya no caminaba desde hada quitn sabe
Clllfnto IÍtmpo, ya no hablaba...

Así es.. Al decirle: "Pues claro que no, tú no caminas. n Entonces


comenzó a caminar.

Dicho de otra manero, toda su vida st repia6 esa petici6n, pero con
respecto a problemas pslquicos, y con una palabra de analista. Por
Increíble que pllllZca, gracias o su madre desde muy, muy temprano,
Ufll>IO destinada a una tarea._

Asl es, pero para responderle, a mf no me atraía la telepatía.


Sin embat¡;O la telep¡afTo sin hilos lo morc6.

1,.. ttle¡rafb sin hilos me marcó porque la asociaba con mi padre, la


<1cncia, lo novedoso, la torre Eiffel, la hora exacta. Y porque la hora
1~ MAROO DB lAINPANCIA

~~ 1<tacra algo raro, pues uno no latenra nunca. Ahora todo el mundo
1i1 11e la hora exacta, pero en aquella epoea eso no existía
lb1r1l qi1t tenla senzjante imaginaci6n, l tl!llfa idta tk c6mo funcionaba
l• tdtgrafla sin hilos1 JEran ondas q11t pastaban1

sr, mi padre me habla con1adoquc eran ondas. Entonces yovefa ondas,


• ..mo el erecto de una piedra en el agua. Para esas ondas había aparatos
•¡ur las perc:ibfan y hadan que las pcr50nas las oyeran. Habla una
111ediaci6n perceptiva que estaba en otra onda y me imaginaba los
1kavDJlecimien1os de la m6sica que llegaba de E.liados Unidos - le
ll•mli bamos fading - como nubes electrónicas; no l!O sabe muy bien,
1 n lodo caso, yo no st. Aquello me pareda extraordinario porque era
10010 una lucha, como los sultanes de mi juego: una lucha c:ontra las
unJas de los que no querían que las ondas transmitieran el mensaje
dd que eran portadoras. Yo me reprc.~en1aba iodo imaginariamente.
l'ra muy visual y segur si~odolo. Escuchaba y aquello se dcsvanecfa,
1"''8º regresaba. Ese ritmo me daba una imagen de la inmensidad del
e ,pac:io, cuando las ondas no me hablan dado ba..ia co1onces m'5 que
el tiempo, en la forma de "la hora exacta". Alolr a losestadunidense&,
r.taba en el espacio, yo que .,,¡vfa una .,,;da muy, muy reducida en casa,
pues de verdad estábamos unos sobre otros. La telegrafía sin hilos me
J.1ba el mundo entero a partir de las 20 horas, al caer la oscuridad...

r 111onus eso funcion6 como una aper111ra.

i rotalmcnlel Era la apertura al mundo, a todas las canciones de


Mt>ntmartrc.

Al otro, a la palabro, a Ja míisica.

!'rimero olmos la m6sica, luego las palabras, por ejemplo los poemas
11uc c:antaban en el LapuiAgilt. Hab(1 una velada del LapinAgilccada
.emana, una velada de m6sica de ja1.7 que comenzaba a populari7,arse;
utra de relatos bistórioos. Vaya, toda~ las noches hadan algo eon
¡.ilabras. Con la voz de Radiolo. No s6 si lo recuerda: tenla una voz
muy grave, muy hermosa. Yo estaba enamorada de Radiolo.1

1 BI prime remisor front'l!o privoclo fue el grupo CSP-SPR (1'b rica de radio e16'1 rica)
11~ el 2Dde febrero de 19'22 IOhd tó Ja auton:tM~n para cre•r una nd:io privadl. Lu
· · -•mlAones rcgularafocroo muguradas el 6clc ,_;.mbrcdc 1922 porMIJ<Cl
l.-porte. que ae ptaattaba ast ··Con US1cdc$, 1U KM<lor Raádo!" Scgún /llllOlrc lk
w...üom l'r-c(A111nMoruu. tll80~ 6clc-.cmbn:dc 1922: ldlodeld«t1110cvano
•MIYemrio de p,..~ Marcttel
Yo símo m lll mumo 16g}eo 11'" ti ff1diD « ,,.,_ - llWUfW d
su muy dJ.mnto Jesdt tf punro M mru empinro, '""'" /a.r gu/Jdailas y
/aJagujas-, .ruM.teudtcon~ritmmM1courJ11ca,f6".qurts,,,.
o 11U111>s OO'lltmpol'4nto Cronclltfjc~ in tn lll mrsma lpoco
eEI rodio dr (1Jlni11 ts duffllltt /11 gu<rn1 Jtl U1

El dcspu~. Lm radios de galeaa comennroo duranle la guerra del


14, en las trincheras, pero lo mío rue dctpué.~. Ocho haber le nido ocho
años y medio. Pero, pcn\ándol~ bien, como )U lenla dic1 11nos durante
el arml.tiáo, debió ser IUllCS del fin&! Je la P"ª Lo curioso es que
DO recuerdo cumunicaJos de guerra por 1clegr,11íasin hilo; Recuerdo
mucho má.• lo que dcdan 1 prnpésílo de la Sll'I.' Nn comprcnd~ gru
cou. curpco que "'-• !"'™"'" in1i:mabui comtniir <lira auncra de
h1blarsc que pcrmi11cra dejar de pclcari.c, de matarui. En realidad
babrfa qac !Whcr, por la hisl01ia real, cuándo comcn1..uon IO!I radica
de plena. Yo Do &abrla decirlo.• l:.n fin, s.:guramcnlc fac en el
momcnlo en cruc 1ocln aquello comcn1oba cuando La frltgrofla M
Húru 1¡uc ,,¡en un 1raraJor, 1i1uLit>a: ··c~ruy• us1cJ mí,mo su rodio
de plcDo1." l:ntonccs quist eomrrarlo y cio hice. Ya habfa aÜ$1ido a
la confcrc11<:ia de Branly, pues cuando habf;t C<>nfcrcncico• ín1crc•antca

• 1. SU< o - d < lb ""'-i. ~... del C"<""'"º de Vk., d< lllS.


,,,.,,.,,,,,.htlt
ruc .. pnmc,.. Olpr!l/lriÓft pol.d Jf'I Ck ~n unM:rut roo et ot;c10 de
lntcnt.ar raofw:t por la u¡ociatióe kJI ronn.nc:.q.. pudxnft surprllllR ta.....--..

.._..,...·s.x.-
r.-....... por,.,,..,_1_4c1put>de .. ,,..,,.,. 1914.1911,
C'.mc:rol de la ,....,.,...., CU)<> ol>jelO .. pmpml•.,•r pr•n•lu
n:tfprura de 1ndtpclldcrift• pobbrl y lerntOftll lllllO a bl pcq*l('klil fOfnO 1 kJ1
........ (W-. . . . . . dcl8dc CllC1Vdc 1911~
lW -...;o. 41 pn.cba «J pNM:r ucn1..SO t'Ollln lll IObcnnlA nd.,.. del
&1fkfo. l.11c:¡unda petra mund..a pu.a íin 1 ,., cm.lcnC'il. y cn¡t"dró. mü 11tdc. la
""'f. Orpftiurión de: 111 No<.,.,.. ~
lle oq.i lo IÚW..., d< ID 'I"' - <• 1.1 C... I Jw.t . . ""--·O.
Pra.nce4 '*'"'· ,.._ p '*'y en et ttp1lul0 •tkc ft6ru<9W.-mi•. ca l.IK"ttl"f'OIM
wnlvcrwlu 810 e: Al ru,.. J<I li&Jo '.<.!)(. 11 tom\111iatii '"de la.rp d"-!1nril P''' r1blll
nbmanao 11 ra1tu wlh.wldo d mone.. M.ffOD.i dentÍI .n toMltlO c•ttc d .._...
Jlo lt<m """lllC'<rlQ.vlilwl . . J<Mn<lortk_(_ _ dedl_) ..... fon<mm
a ,.nar<k' "'mdoo Aldl'"0 r qDC emite• IM'n$1JC rodJílt'lkk> c.n "'°"'que. rcc1btda
por v• ckl«ior de pJcn.a - bate 1Jóvt1r • "'"•nóaac1ro atrwbk l &e del«tOt -o
""P'"'- r.c el -upmlO d< odio - tic plcu. p c - n lllDr> pat 4m
...--...,o..-, 1 r.cur1 c - .. 1o1ram<of"ióod<UN.-,.,..,.p
que M&n ftc11 "ptomo9, matcnal 011l1r.1do -- t i fomll de ttitlr•to- pan LI rot~IN«i611
del lplrlito.
r\>r lo ........ el"""'" - d e - tO K""10 luc el-'!\< (triodo IOiloW,
bulbo de: uu tltllrudao). pcrfc<'riooMlo90bft lodo por el J<n•181 l'tml! l.1< bal>o
permnióconst.Nlf ampl1flC'aJol'Qquc:0Móci.eda&1vn1p1ratodc . .k'na.cc¡Wpiltvall
cjfauo lnorá-. 1915
ll Ml\RC'(> llf l.A INl'A.'ICIA

mi padre noo Uc\'aba 1 Trocao.lcro, a una sal1 donde se informaba al


r6hflro en gcacral.

j 1 umo ltoy ti Pala/¡ <k lo D/c01/\'f!tlt?

S~cra algoa.I. con .11godd T'\'P adcm.ú, rorquc, por ejcmrlo, de muy
aiA:i fui• "" ÚllNI y El Cllf para n1no., ca Trouodcro. Aquello tenla
11l¡;odc instrucción popular, de w~i7aci6n de esferas h»taentonccs
reitrvadau lastli1co. la fl,ica, 11 química. También habla confcrenci11
Mlbrcel fondo del mar,~ .. oismos,cic. Y mlf'Mlrcnosllcvahacntropcl
ngado algo le inlcrc.Yba. Dcda a mi madre "Es JU~>, bay que
111andv o ""' niii<"; e' •lgo nue•o: deben olr hablar de C!IO." O; "E&!'
k< ho rara I"" niii<10, que bueno que pucdun ir " Procuraba que llOI
1r11crcdr•mos CD IA< ci... nuevas.

A1mqi1t 11<1 fut70 ditt•ctamrnte f'<" .m palabro. Utr/uaba un rekvo qiu


cnmento/>a dtrp11h. lltg<1do ti coso. SllfKJllJllA

Sl,aoe. Pero en general era muysiknáow> en cosa, sicm¡ve metido


en un libm o en alguno de csm,.,.,fü.1riosquc ¡ugaba a lo largo dcldúi.
l>csput•, <i \U mu¡cr quería, o yo, jugaha ajedrez. En1onccs siempre
cstaha ocuf'l"I" <.:orno Y"· Pero lo que él !cilla -y )'O no - era la
Clp3cidadd.: no oír lu que M:dct~ 1 ~ualredcckv. iYo oaa lodo loqae
sedecb 1

,/.o CllJl(ol>o ltido! U>ttd tlfl "ti rdto/ del !fldio tk gakno"-

l·ra como un radiolclc:acopio.

lln radiotdacopio pga111t para ··aptar lo ¡><1/ohlfl tk /111 tkm6s. Ef«tr·


Wlmtlllt llOi"1 St /t t" Jf'<l, pt'f) lfT f'<ll'lt /roe" u/go CM tilo.

\~era para haccrct>nello toque yo creía que era el bicn,pcrosio saber


quécrL

Bumo. tso iba o ur "mt.'dico dt td11atd611 ". Srn dudo isa tJ s11 pnmm
manero de fommlarlo.

~, ,¡ft duda oquello ". formuló•" en un primer momcnlo.

• Rtc11udo tll qut címm¡tancros u lt ocum6 pon~ primtfll su "médico


1/t cduCJtr/6n •1
l6 fL MARCO Dll LA INl'ANOA

IOuts.orprua rcsuh6 para mi haberlo dícho!

Scguramute. •¡,Y ahora q~ va a ia...,111ar ata niña?"

lR~rda a 'll'ibi st lo dijo1

A mis padre:&: "ICon el tiempo tcndre \111 oficio!" Mis bcrman°"


"40ut? lOue oficio? lQut dices, h1¡1ta mla~ LOut oflCi;¡ tcadris?
-1Scr6 m6dico de cducaci6D!• Todo el mundo rc"'otaba de na.a:
•¿y aoc¡ü ca? -No sé Nost, pcrnti<ncquc exi.rir." Enton=díjc
que los dodorcs no sablan que a lo& llifiM podlaa penurbtirloe oous
que esubanm cUos,yqnc no uu lllicrui-. "lAsf qac111 &abc$m61
que iodo d .. undo?" &o5 fucroo IOi oooncn1ario6. Pero bay algo que
debo cont&1lc: cuando cumpU lol cua1ro ai>OI, "°'
mudamo&. Fue c11
1913. Hwa cntoncca vivíalnol en P1My, en la calle Custave-~
lrcDtc al liceo Molitre. Cuando Philippc nació, resultó que 6ramo1
dcma,iaJo numerosos cinco niñ0t en cae apartamento q ue calaba
bien para Ir~ nino,, pero no mJ&. Mis padres bu.caron entone~ otro
apanamnto que hallaron ca UD edificio moderno, como dcdaa, en la
1Maida Coronel BOGllCl - calle Sing1:r por un bido, aYCDida Ca<ooel
Boanet por d oc ro y calle Ra,._ard 11 Ea intcrcsaDlc porque CK
edificio de sillar rae collSlnlido donck.: cneoo1nba la~ cuila de
madera sobre la cual se coloc6 el primer pararrayos, y en la que vM6
Franklia cuando •ÍllO a Puú.. f!Wba pabado ca la piedra de D~O
edificio: "Ea este iitio es1aba la cuita sobre la cual se experimentó el
primer paranayo& de Franklin", ctc. 11 A mi aquello me divcnla: cal'·
bam<l!I co una casa construida en el "tio donde el rayo había sido,
Lcótno decir •.1

DoNl4 alguien habla htt.ho algo""°'°' •111 tambiin.


11
s-n1e1a&, _. •• 11 . - lbJ-.s. ,__.a.-J ......
Hoy 'l"C ....,_d....,""' .. - - C-...1 -
El -
Sa!Ff -
. .r.....
---·-·ldl!-•tolarp••--a..-i-...-
- -.-e1-toldc l l _ a..-l _ 1 d a - . . . . ._.~
J "'ll"!&óto hay . . .,.,..__.,... _ _ _ • - ..... ......
&te ad ...,oeaaeio qve •puede,..,. u d odilldo, cola coquUWldc laa
callea~ J Sm¡er. CIOode 1< d..,_ un dlalWo eo el qoe 1e dcsphep ..na1-
te"*'°
1ntnt1 el &i,u1ctuc ltrlO. entre el e-vino 'I el pllO: AquVic c.~nl
a1!1>1anexaa1/<d1r.c., Va1en1lnOllJIDe 1m a 118$111. f,.nllu1Mvi6eaello/y mao06
pGn•rhl pri•rfpararra)Oll<OC\JtNlda/cn Praoaa //Ded1.- por/CL Ch1rleyfl
lo/So<1tdad 111-I< Autcuol J de "-'''""° 1910. Luc¡o. -
-lk\ti-1 ... ,.,,,_...el p<rfd izquiel'llodc llen¡atnla f,.nldio
amo uo
IJ MARCO DB lA L'IPANCIA 37
1hhla hecho algo bueno con la ciencia - porque a pesar de todo yo
e•• f,1 c:n la ciencia. No en la de los doctores, sino en ocra que era las
1el .1<1ones humanas.

'r. 'ºera "mtdico de eduaJcifJti"1

f 'n efecto, para mi eso era "m~dico de educación".

1:,., unir la dencla y el lenguaje, la UJntptensión...

l .1 comprensión de los afectos humanos. Pero recuerdo muy bien que


I• primera vez. que lo dije me sorprendió. Como esa olra \'C1. en que
dije -es una fra&e que 1ambién dijo no recuerdo quién, yo no la babia
ofdo nunca, pero mis padres la repitieron porque aquello se les quedó
en "la cholla" ("Pero bueno, ldc dónde sacas tus ideas?") - eo que
dij e con aire aílig;do y bas1an1c fuerte, casi en 1000 de rechvo hacia
ellos, pues me scnt!a muy infeli7 de estar en una familia que no me
comprendía: "Por lo visto nad demasiado pronto en un siglo demasia-
do viejo." Entonces se miraron: "IEstá complc1amente local" Tenía
ocho años. Recuerdo muy bien que era alrededor de mis ocho allos y
en un momento de: "Voy a fraca.ar en la vida porque nací demasiado
pronto en un siglo demasiado viejo que no me comprende.• Era
desdichada y les dije aquello con un tono de reproche, que captaron
muy bien. Creo que era la cita de un autor, no sé cuál, y que es la razón
(»r la que no me regañaron.U

Yo vto m todo eso adttu«iones ptOl?rSi1·a1 iü lo que /~ perm1u6


sobmtivir a la locura, trabajar, ptnsar, socialiUJr.

Sr, sobre todo tener un oficio. Buscaba qué oficio. Sabía que tenía que
tener uno desde el comien10 de la guerra, pues babia visto las decre-
pitudes de las viudas hurgue.su que no tenlan oficio, a diferencia de
los trabajadores manuales o IOI comerciante~ que no se veían en la
obligación de cambiar el modo de vida de sus hijos, su J>O$ici6n
económica y social. Tenían la tristel.a de la muerte de su marido, pero

u S... duda.,,.._ Do1101ia«at.-a 1o&ra..._~,_c1cAtrt<dde M -


•• Poáta """""'"· Pk!oaclc, 19SI, Rollo, ~ .coso s.s. p. 2ll2. hn>"" imponen deo
"°"'lusiones.: al ('Íllrl01 P. D. introdujo una opo!bC'tÓft de 1c:ntado; lesc v.:rso es:t•
p~klo por Otr() que c.nunct1 una polición absotu1amcn1c contraria 1 la11uy¡11
Nocrc<>t oh Cnsco, en tu pelabra Anla:
Ucpdc-tatd<a un mundodcolasiadoVICJO.
eJ._ ~CO DI' 1A "'l'llNCIA

aquello nola.s voMa locasysc:gulanpnandosu •~tenlo. t.ficntra.sq1JC


rc.uluba C5plllt050 'ª· en "'°' barri<,. elcpntcs, a mujeres W0$1idas
como mis padreo, bueno, m1 madre, que mcnlhpban y q '''" loca• o no,
delirantes o no, dccfan a nuci.tra i~litulrir "Si no me da nada, si no
me .,uc1a...• Ocbcn h•bc:r dic:ho "'lo me qucJa má> qtK ir 1 talo.ecar
para dar de comer a ...U ho¡o..•Yo nocnlcndia. -·¿Quédijoq1JCtcndria
que hacer?• "Mira, la pobre mujer ei.tá loca. por eso le di algo." iDc
todas fOi'JDU era ana dcsgr.cia que bllbicra q11e esperar DO sé cuáolo,
quilJ diez aDcli -llObrc todo rorquc era el c.>miCD10 de la guerra-,
para que lu viuda de un dc&aparecido pudiera recibir dinero de la
comunidad! Aq1JCllo mc hol>la sorprendido mucho y me dije: "Nea:·
silo Uft oficio.• Si uno llega 1 qucdmic viudo con hijo., es precilo que
aquel que quede, hombre o mujer, lcnp un oficio. U.O. hombres si
teald un oíicio. Pero t... mujcresdc:l>cn 1ambita lena uno po<quc, de
lo contrario, no pueden mantener a <U. hijos i.i ti padre ya no está al1t
No cids1la la Seguridad Social. f. inclu~o ca el C11>0 do: LL\ pcN>nU que
des.pucdaa a cauu de la guerra, se 11eccsitahll ua mon10n de tiempo
para probar que cstahttn muerto.; isin lo cual no11e ayudaba a la viudal
Aquellos que estaban oficialmente mucrtOl tcnlan una mcd&llac la
mcdal1a daba derecho a ua l"'qlJCDo peculio que se entrcpha a la
muJCr. Y los herid<» r«Wlan una pcn•ión que les pc:rmi1la capacnarsc
paraocroofodo si la liáiadurao la mutilación loo obligahaaumbÍ<ordc
ocupaClÓD. ü el C&M>dc algun.. familw, lagucmo ¡wow>có un cambio
total desde el pun10 de YÍsla económico. Y me daba cucn1a de 11uc la
razón principal era que las mujeres no tco!an oficio.

Úl historia pollric11 y cron°'{)gl<a tn la cual s1 cnc0t1tr6 atrapada I~ hiz.o


nttuaria Ja tlccci6n dt un oficio. Ptro lo tk "mltbco di tduc11d6n •se
dmWI tk su 16glca P'f'f"O. «fil inc011SC1tnte prt>pio.

Se deriva de mi lógica propia - iy para mi sorpre&a! En realidad


babcrlo dtcho me hÍ7o !1Crlo: a partir de entonen ubla lo que era.

Al rtsptdO podmlOs n1ponu -pero u fonmamcntt h1potltico- y


wúgo "1 expresión. qu' ~ ma11tn1 inconscimtt tmla C011cimci11 M qui
un milo~ sufrirp-es peligros y que bastarla con t¡11t es/J1Yim1 otro
pen0t10 al/I, que compttndioa un poco, poro q11t lo soc/lrfl th att peligro;
y qw lbo usted• COflSllffOTsu l'idll a ~a lllTff 11 par11r tk eJt mommto.

Abtolu1arncn1e. Pero en mi idea de !ICr médico de educación, no


c.ntrab. w.10 el proyecto de ayudar a"'- niñoo.. Mi idea era mis ayudar
• lor. padreo a educar a sus hijl>', a comprenderlos.
1 1 M.\IU ·o Dll L<\ INFANCA 39

f ll••ll"Cf su idea ero mós r1e111rolizar el pelwo qr1e apoyar a los propios
~1/110,, Si 110 hubiera 1urgrt1n peligro, n11111rolme111e los niños estarian bien.

111 duda. Mire, le voy a dar el ejemplo de mi hermano, cuatro años


n" nor que yo, y que en aquella ~poca tenía tres. Su hermano menor
l 1.1hl.1 nacido, por tanto estaba un poco celoso y nos hacia berrinches.
l l1thla una inglesa que se ocupaba de nosotros -a veces era una
J 1l1111dcsa, dependfa. En todo caso, csa inglesa se emborrachaba con el
uu11.1 de Cokinia de mamá. Cuando estaba borrach<1, peleaba con la
1..'0einera; esta 6ltima no podía soportar a esas personas que, en ve7. de
"'mer con ella en la cocina, tomaban una bandeja y comiscaban lo que
lubla alJJ de postre. Esas niñeras no comlan ni con los padres ni oon la
cocinera sino en la habitación, con el bebé que cuidaban. Y, un dla de
pelea particularmente fuerte, mientras el niño comía su papilla, y la
cocinera llegó tras la inglesa para decirle tonterfas hasta la habitación
del niño, el bebé vomitó su papilla. Sucedió que yo estaba presente. La
inglesa entonces se vio obligada a decir a mamá: "Philippe no pudo
oomcr su papilla." (Antes de ella, habla una francesa que dcda a
mamá; "Señora, hago de su oonocimiento que el señor Philippe devol-
vió las entrañas." Era la mujer de "León, los pavos reales te llaman".)
En cuanto a la inglesa, no se expresaba en e.•os 1érminos, pero decía a
mamá, en inglés, que el niño no habla acep1ado su comida. De inme-
diato, mamá llamaba al doctor que en ese momento se llamaba D. Y
D. decía: "Iré mañana por la mañana; mientras tanto póngalo a dic1a."
AJ niño lo enfurecía que lo pusieran a diera. Había salido del ambiente
de ri.ña iy ya no lenía la menor necesidad de vaciarse vomitando, para
ponerse en armoola con esas señoras que se vomitaban cuanta injuria!
Él vomi1aba para que ellas se vomitaran... AJ mismo tiempo eUas
vomitaban palabras y él vumitaba lo que tenía para vomitar. Y yo si
sabía lo que habla pasado, pero no podía decir nada porque en una
familia no se debe ser soplón. Ya había bastantes disputas entre mi
hermano mayor y las inglesas para que yo fuera a agravar las cosas
diciendo: "iY encima se emborracha!" Yo vela que dejaba agua
de Colonia en el frasco de mamá, que decía: "lOuitn usó mi agua de
Colonia? Bajó esca mañana, i es una vergüen7a!" Desde luego creía que
era alguno de nosotros ic iba a olerno.s para ver si hablamos cogido su
a.gua de Colonia! Yo sabía que era la inglesa la que se la había 1omado.
Fue gracias a acontecimientos de este tipo como se me ocurrió la idea
deque habla que hacer oomprcnder a los padres que, si un niño vomita,
tal vez no sea porque esté enfermo, sino simplemente debido al hecho
de que no está contento y que, en ese caso, había que darle una segunda
m. MARCO Dll LA INPANCIA
comida. ILo más tcmDle es que lol días siguientes era Andrt - o
Pbilippe, furioso de que lo hubieran pllCSto a dicia y de no salir- el
que noc hada rabiar para elllJ"Ctcner$C! iAsl era la vida en familia!

El núdico~ tducacián, si entiendobim, se OCJJpa tlllllo de lo prevaicí6n


como de lo otenci6n.

ISC, absolutamente! Tanto de prevención como de atención.

hf:volci6n o k>s padres y otenci6n a los ni/los.

Y no sícmpre hay que poner inyecciones, dar pociones espantosas y


poner a dieta, esperando la supuesta incubación - porque siempre
habla una "posible incubación". INosotros tramos íncubos! Y, <lOmo
tramos seis niños, lvaya q uc había incubación!
1 LOS LOC'OS DEL DOCTOR DI.ANCHE Y DEL EDIFICIO
MODERNO

Resulta enumces que en su vida hay una extraordinaria serie de encuen·


r"1s: encuentra esa especie de locura del lenguaje, de la relaci6n con el
otro, y a paltir de e/lo intenta crear algo que le pennira quitarse eso de
encima. Pero, ademds, encuentro la locura en la ecología de su vida: en
~l edificio de enfrente y hasta en la época, con la guen-a.

St, pero eso me enseñó que la locura forma parle de la vida ICosa que
no se encuentra uno en lodos los edilicios!

Entonces. comencemos pare/ edificio. lEn qu~ piso wvía?

En el quinlo, y habfa un solo apartamenlo por piso. Era en el número


2 de la avenida Coronel Bonnel. Las ventanas que abrian a la calle
Raynouard daban de un lado al Sacré·Coeur y del 01ro hasla el
Poinl-du-Jour. 1 Había una visla faniáslica. Era muy, muy bonito. Y el
14 de julio se ofan todos los bailes. Había mochos a lo largo del Sena,
y pod!amos ver todos los fuegos arlificiales que quemaban por todas
parles. Eso también era muy bonito. Y, cuando comenzaron las ilunú·
naciones de la torre Eiffel, estábamos en los primeros palcos. Los
amigos de mis padres iban a ver los dos cheurones de Citrllen. IVaya,
era la Selle Époquel
Luego, más adelanle en la calle Raynouard, había una gran super-
ficie ocupada por el manicomio del doctor Blanche. Estaba constituida
poT apartamentos de una sola habitación que tenlan un jardincillo
contiguo -con una mesa, un quitaso~ dos o tres sillones-, separados
de los demás por una reja. Esos apartamentos estaban reservados a las
personas acomodadas. Además había un gran jardfn común, para los
que ocupaban habitaciones sin jardín privado. Todos los días, cuando
bada buen tiempo, los internos paseaba o de aquí para aUá, "peripate-
ticionaban" allí mismo. Muchachas, amables enfermeras, vestidas con
velos blancos, se acercaban con bandejas a Uevarle.~ el té. IEra como

1
EJ apar&amen10. de dic1 habiladoncs. tOl1$ta de aloft'C ventanas: C'Uoltro en la
avenida Coronel Bonnet. c:uatrO en La. calle Raynouard, sc:is: en la ca11c Singc:r.

l 411
U.>S LOCOS 01!1 OOCTOR IJI .ANCl 11;

un salón de té especial! Pues todo el mundo sabia que eran locos los
que estaban allí.

lL<n ....10 u.sttd tksdL Sil l't'nlana?

ISO Y estaba prohibido mirarlos demasiado. Observaba dcuts de lo6


visilloo. paro que no se dieran cuenta de que eran observados, porque
sin duda era dcsag¡-1dable para ellos.

lEstaba CtfCO?

!Mucho! No habla mas que la calle entre nOSOlros y esa planta baja.
Era al 04rO lado de la calle Raynouard. Y entre ello.' e¡¡aba Guy de
Maupa.ssanl, visible cuando salla. Tenla una pcqucna habilaeión que
daba a unjardincillo adonde salla. Pero los días de tormenta toda> cw
personas :1e ~tabao de manera el!raordioaria y, <Obre lodo, Guy de
Maupassanl que pronunciaba discursos, que gritaba; •¡Vengan a sal·
vanne!" Esas personas que ¡filaban me daban mucha lástima. Me
sorprendía verlos gritar.

¿utg(> a hablarcon ~/los?

No. Gritaban como si quisieran malar a la cnícrmcra. Entonces ~a


llegaba con leche caliente o qui~n sabe qué, se las dejaba y amable-
mente les clccla algo. Ellos scgulan gritando pero no le baclan el menor
daño. Yo pensaba que era asombroso el ser peligroso en el lenguaje y
un borrego en los aclOs. A¡¡ uello me parl:(;(U muy raro, y hac<a prcguo·
tas a la insti1utri7, quien me etplicaba: "Es que deliran No saben lo
que dicen. En realidad, necesitan que esa eníermera los ayude. No
tienen nada contra ella pero, cuando no e:.tá alll, la toman conlra todo
el mundo. - LEntonocs ella es todo el mundo para ~I? Lo que la
insti1utri7 me dcda me ponía a pensar. Luego un dla, uno <e enteraba
por la conserje de que algún pobre infoli1 se habla colgado, o algo así...
Eso era la casa dcl dOClor Blanche.
l1itnt usttd la impresión dt hobu 1ista al/( a Guy dt Maupassant1

ISI, sin duda! No es una impresión, llo vil


I OS 1.0<l>~ OIJ ll(X'TOR OIANCHIJ 4J

1 11 ltkln caso, eso decían.

'V.11 no cs1aba allf en esa época'! ¿Había mucr10 ya?

l111y d< Maupanant munthn llJ93, s1 b1tn lo rrc:11trdo.

llucno, ca lo que dcdan...

sr. ademds eso rs lo mttrtsanrr: la l't'al11lud de su n:airrdo <.m1 atrapa®


rn el ltt1¡,,,u¡e. .• SI, G11y de Maupassant 11111ri6 t11 llJ93. l11cl11so al// hay
""ª ~rt historia de wn•~c1as porque, si rtClludc bim,
murí6 tll ¡11lio de 1119.~ y lm1lr Blanch< <115 dr llfPSIO d< 11193, pocos
1Jlas dupt1b, asf rs que...

S. hablnha de l'::milc Blan<he tamb~n

..y CharcOI murió al dfa siguirme, el 16 de agosto de 1893.

No oí hablar de l'harcot para nada ente• de rcal11.tr m1> utudios de


medicina.

ltmlt Blam:.ht hablo s11udidó a su """"· q111rn habla /1111®do tu


c/fnica...

Escurill!IO lo que dice porqucjam!shablaC51ablccido la rcl~ci6o cnlrc


tmilc Blanche y el doctor Blanchc...

i.Jam6s habla establecido la rrluci6n 1.

No, la estoy cs1ahlecicndo porque u~1cd lo dice. Yo oía hablar de Émilc


Blaocbe, un hombre de letras...

Era 1111 letrado, ts cierro, ptlV tl'(I mldirn, psiq11iatrv dt formación.

Ll'::milc Dianche?

/Desde l11t¡¡o! Por lo denu1s, no estaba tn b11t11os tirmínos con Chan:(J{


p<>rqut en 1882 Gumbdta que mr amigo de este 1lltimo - le hablo
confiado 111 p111ntr11 cdttdl'(I r.rirttntr tn Fronc111 de c/fnic11 Jr las en/rr·
LOS LOCOS 0121. DOCTOR BLANCllB

nwdades Mrviosiu, creod4 en t. Solpltnbr -don& U~ Frrud • lwctr


un aun/Jo"" ti IJnliono de 1885-1886 , c4rtdra qw lnuk Blandw
habrl4 lk#odo qw se k tntpro. /\'o~,,.,,,, p.r;.,u;otro, <Ukmds ,,.
lu¡o • p11q1'1otta.

LEnlODCU el doc::tor Blaoche era funile Dianche?

Ero t:mue Blanche, d hijo del fund#dor tk la clfnico.1

No loaabfa. Para mf We Blanche era un acad!mico.

Dadt 111,...
ero muy mundano y //'fOltntobo roJD d mwulo litowio y
mu.sicol. Por eUo ltorpflalúmon ""m cl»uco • Ntrvo/, Mav.pt1130114 y
nuidlos ctto.r ordstor, wtltt:twtla y pu dt mundo.

Para mi, Ouy de Maupa>Wll era uo pobre illfeliz que b.tiia atrapado
una wermcdad ("inodcbchabl&tsc:dc- enfermedad!"). Era loq1te

1
Sep. i.t ,.rill<ec..,.. ...1 - - l«lloo. rlt- oqvl do mcmona, tOll
peto ttquic rcn 11¡u,.. prttillOnCI,
CJ(ll(tlit,
Ovydl Mav~n1, ad:m1tldoOe nuevoc-1 I• rhnk'll dcldoctO!°Bllinchc d 7de eMro
de 1193. 11'11\UWI1tt1111tMI de .suicid.eo dur1nte .. C'Ull aacc1116 cort1.r1e .. prpata t'Oft
eyvdo do"" caruptpd. aun6alllcl 6dcjo1Jodol .U.moal0.
An1.-.&,o1c 0 ..ndlo (lm.1893) t..a la d o _ do la-* salud do 1-
d 15 • . . -.. de t8S2. . . de la -n• • au pod« !Spn<.s,-,. oi-cM
(ll"Ji6.1&5l~ - ,_ - - .. l ...... loallxalco ......._ ....... de la
.,.-a.a-... Trobojaalí_ .. _,,_
émikm.""""'"ucn:d U • . . . - • 189'.l,ykn.,.noaCllo--. ..116clc
..,....c1o11931
°'--·••cpa<a -énolclllooclicluc---
. . "4111. ta,. 1
........ -
SdMUI . . .pre .atida t'09 Ul'.'8 ~ U& tombrc-IO de l"OJm., ....
"""""tia Oc lo mina aohural por M •ccnM Oc filóoolaa" del - por I• oodla,
donde K reúnen Umann.c.. Ren111; lkr1U. Oounod, Ml!Chckc, Pllteur, lol ll1l~\17.
aeo.r. Slnd; Plullnc Viardol, T04.lrpe.niev1 . . (1t•lpooc1 la pnnccA MathUck, etc.
Tamb.t1 "6e ml4mbro ruedador de lo& comcrtOI C.ok>nfte.
i:. Mpt-,. Oc 1913 lo r-Jba MoJ"Clle ac
Bonoct otlmeroJ(cn ...,.., ••, _ _ . . M•rttda)
-•la ..
l'uly... lo -.w
Con>ocl

A•°'IOC lnbojo alll-• °'"""•


~ DloocM.. odc ladlaa .. 187Ja •tal
dortot \lcu~ kll: ~icaaa de 8 percdlrin d tnftno C9 1901. a• mwrw.
N o - .. _ . . . - ....... - ..., .... 192S-19J6."" 19?7, ..
....... u 111 a11c *
ClliaroMc: a9'9a0 161 ..... e1c: a.tiiaatR • v~ .
~ • wa '-no qw kly" forma pll1C • ao.c. fW' t.an10 amele • error ..
_,,,......._.._llly(J'.623)alcocnblr .... art""'°•pua:idocodl-3,
• 1911,c1e1 " " " " ' - - " ' - · ·1.1-c1e .,udcld6o<1orm.-. ·M-
~ lo lanul,. Oc p.._ Dolto YMñ """'y
la~ ~ ubña
¡KK11doCOftttmpatrdcadc 1u YCnlmt tu tdlly ~Aidu de D uuemoadc.ICltlbl«lmtee..
totonvenidotn Lld(nlcadd doctor Btanthe,ai úu1 DOM hvbtitr11~o(en aquel
tftttw'lll) t Vtllcncu~..S.lnt-Oeorgca,•
IJ •¡ 1 O<l)S DEL DOCTOR DLANCllE

tll• tic pt"qucña. Tenía una enfermedad que enloquece, que las mujeres
I< tY•·•n a uno yde la que oose debe hablar.

U111116s tstableci6 la N!laci611 entl'I! Émile Bla11c/1e, el doctor Blanche y


kult11/ca?

iJ 11nú! Émile Blanche e,. un señor acadtmiro; el doctor Blancbe


1rnl~ una casa de IOCOll. Y para mi, el doctor Blanche era todas esas
u11oras de blanco que se paseaban...

ll'<>r tanto, paro •IJled Maupassant aístfa en el disamo del Otro, dollde
1/rbfa estar m11ypresente/

Maupassant estaba en el discurso. Pero lo que es muy curioso es que


una muchacha que trabajaba en nuestra casa como costurera - iba dos
veces por semana para remendar · y que se llamaba Suzanne B., se
casó con un hijo de Maupassant que és1c había tenido como conse-
cuencia de una de sus 61timas relaci<>ncs. Tuvo un hijo de ese hijo de
Maupassaru marcado de sffilis, y que murió muy joven. Ese hombre
tenía un carácter espantoso. Y el hijo que tuvo Suzanne B. coo El fue
un artista fracasado que creía tener disposición para la pintura. Esa
mujer ganaba el pan con su aguja para ese hijo al que educó y mantuvo
1oda su vida. Seguí viéndola. Por lo demás fue ella la que vino a
ayudarme durante la guerra, cuando Jean era pequeño. Se habla
quedado en la casa desde mi nacimiento basta mis catorce años; fue
entonces cuando se casó con ese hijo - m.1yor que clla - de Guy de
Maupassant, tras haber sufrido durante la guerra del 14 el dramático
duelo de su novio al que todos queríamos mucho. Después de eso,
creíamos que nunca se casaría. Hasta yo, me había dicho: ~se meterá
de monja." Cuando uno nn se casa, lvcrdad? Y un dfa llegó a hablar
con mamá, y le dijo que había conocido 1 un muchacho que había sido
tao desdichado con un padre así y asá, que era un heredo,' pero que
el doaor le babia dicho que esa enfermedad hereditaria podía ser
superada, que podía tener un hijo al que se podría atender de inme-
diato, etc. Y fue así como tuvo ese hijo que por su parte no tuvo hijos
- eso me contó Suzannc después, yo me habla convertido en psicoa-
nalista cuando vino a verme antes de retirarse. Esta mujer tenía
veintidós o ve.iotilr~ años más que yo. Aumi6 pues la responsabilidad

> La bcrc005ín1il -o por abRViadón la heredo- a la sl'nhs 1ransm1hd1 por ta


m•dro 1 su re-10; el hercdolifil(1loo - o un heredo- esel niftoaqucJadodcalfihs en Cla5
condk-ionu.
LOS l OCOS Df;L DOCTOR BIAM:lfl!

de eac niAo. 1 uego tuvo un segundo hijo...,. niña. Uno y otra vMaia
YCrd•dcramcnte co la miseria moral y psiquica, llevando 1 c:uestu la
cru1 de ser "beredos" de nacimiento. Su hijo ero homosexual. y eU1 me
dijo:"<Sabc? yo creía que kl5 homosexuales eran roala pcnoaas, pero
mi hijo no es una persona mala, sólo es distinto a los demAs.• iPero,
caray, el hijo de Maupas.wnt! A mf que desde muy prooto me: Wcina-
roo los CbCntos de Maupassant, me dije: ·1Pero es que, locos que
cscribea C06llS WI beUas, ao están locos! ...
Asl poc., el doctor Blaocbc csubl fte.ue a auc.Ura ca.a. En el
edificio c:n s4 estábamos en el quinto piso.

i Ya l1tmos hablado de fa locuro <file habla en ti quinto piso••• /

Yo conoda muy bien la locura dcl quinto pi>o: imta alh1 Y habla 5Cis
pisos. En el primero vivfa un scnor de edad que se U;¡maba M N. y era
el p.oa• como díccn ahora. de In< guantes N~ del tc)ldo de panco N.
que servía para u.;:cr )35 polaina< pan homt>rc~. En aquella época, los
hombres lkvaba.a peque""' polainas, lrecucrJa? Su t"'oda se encon-
traba en la calle de la Ópera. Lo6 gu<Ult~ N. parec:tan de gamun, y no
eran lllM que de tela. N. era una marca, que desapareció poco antes
de la guerra del 40.
M. N. era un scnor de edad, de sesenta anos (ahora alguien asf me
parece jm<cn, pero en aqucUa ~roca ola hablar de •un señor de edad,
de ie$CDU liios") que, de YC7 en cuando, frente 1 la ventana de la
habitación que en nuestra casa corresponde al comedor, bajaba un
grao costal llladoal final de una cuerda ygritaba: "iLo voy a 'iOlw! l Lo
voy a soltar!" iCrcla que había sacado a su mujer por la ventana en el
COSlall iRC6Ulta que"' mujer había muerto aotcs de q11e llc:pramos al
edificio! En un ocior de edad que al parca:r habla sido muy dificil
con su espo<a ante' de que eUa muriera y quc, lnlS su muerte, regula.-·
G o y d c - - .,uriólOhcrop•n hijo """''°'ido.Sin<rohargo. per= ~•bcr
4

....,..,.;dodc hctho1 uulujcodc"*plunc: t•"•lmarur. l""""-'.uac•n<J ~


me. !..nea ( IS}-1941)• caot6 pao .. urió • hop....,. tanto.o puede tnwlC dd
lujo de M•ui-•••I que se r<foCn: aquí F........., Dob<>
~obstante. ese atrwtodcl l"UC9tc)l1lu.bdolht lúf"' (ferhadod 19 de attnlde Ul82)
..,-.,pucde<'OllSidcmRaut"""""11faro Lo moc:ml><odcll.....-..P-dn
1 •senador.~ con14mo1 lol: cnn.entru s--,cros, btontáC11J1dc un• hora, de k>I
d1COOChO 1 ka t'V.ll'UI• aftol. muy bien podc:mm Mn»tir que he~ c:aablc(tdo
m.ionu --.con botica r rnujcta 1- 1COMO.-e, a r - . •-...=i. d1fiinl-
a1C11t< um• • llomb« 'lllC oo 1cap hlJ(lli tp>rado&. el(lli hij<ll lllmJd.>o tk J"'dre
Ot.itontKfdo.quc- hacn¡t:ndf'9d0. como elle jfbol. rcprodC"C:. de manera tat.i iacoaKica-
te."
• r.flG.ditu10f_.,.i ¡T.I
1 os 1 oros DEI.. DOCl'OR Bl.ANC1 lll

mente deliraba q11e la arrojaba por la ventana. Pero aquello nunca


llegaba más abajo de la mitad de la \'Cntana. Sucedía taDto duranle la
comida como eo el día. Y, como el cuano de C51udio don.de hadamoc
nUC.\lrl.S tareas <:$.!aba junto al comedor, cuando olamos gritar, lbrunos
a ver: "iAh! M. N está colgando a <U muícrl" Enronccsle aviúbamoc
a l<l con~rjc quien telefoneaba al hijo de M N. &te llegaba con una
11 dos pcr.;onas que debtan ser enfermeras. Convencla a su padre de
seguirlo y los velamos bajar con maletas. M. N. se iba durante uno o
dos meses. Luego regresaba, 1ranquilo, hasta que volvla a arrojar a su
mujer por la ventana. A nosotros aquello nos intrigaba y, al mismo
tiempo, nos divertía, sin que se nor. pcrnutiera decirlo, porque "lea·
ramba, C4 dcma.üado triste C5lar loco basta ese punte>!•

¡y ust~d ¡wnsaba algo al respttto, cuandq niño?

Yo pcn.<aba que era folklore y al mi>mo tiempo algo muy triste el que
alguien que amó a <U mujer lerminara creyendo que la mete a un costal
para amcna1arla., como un niñ<l, con echarla por la ventana. Pero
cuando uno se lo encontraba, era un señor como todo el mundo, que
saludaba a mi madre yvolvía aponer~ el sombrero -en aquella época
un Crons1adl. Ní siquiera un bombín porque era un hombre viejo. Una
persona joven como mi padre se ponla un bombín, pero los viejos
Uevaban un Cronstadt: un sombrero de copa baja, que parcela de copa
alta.

En nutsl10S consllltas, cu6ntas ~s ltntmos psic61icos con los cuale.s


hay momentos en los que nosotros hablamos, dios comprrndm, ~/los
hablan, nosotros comprendemos, con la impresión de que aquello circula
y l11tg0, de 11n solo golpe: iratapl11m!

ISI! Y ti era un hombre que habla dirigido muy bien su establecí miento.
Luego su hijo lo babia sucedido. Por eso N. vivla en el sexto.
Abajoden050!Toseslabadeoano. Era un lugar muy curioso. Había
una mujer imponente, de fisico imponente, vestida como las princesas
que uno ve en ta. pintura-. o t.-.. dibuj°' de la ~poca, porque aÚJI no
habla muchas ÍOl06, sólo alguna.~ foto. de pero;<>nas en calesas, escenas
de ese tipo. Ella se vestía como la• señoras de las calesas, con encajes,
perlas. Hablaba de manera rclinada, con un ligero acento, pero era
francesa. Tenla un apellido curiCKo. Decían que era hija de un fabri-
cante de jabón de Marsella, muy rico, que se habí~ ca~ado con una
mujer rusa . Esa hija de una mujer ru<a y de aquel jabón de Marsella.
LOS LOCOS ol!L DOCTOR BLANOfB

•upuestamcnte se habla casado ooo un conde ruso llamado el conde S.


Debe ser verdad. En lodo caso, es lo que nosocros sablal006. Esta
mujer imponente, de tipo ruso, con UD pequeño acento aunque fra.
cesa, era encantadora con nosotros cuando nos encontraba en la
escalera -cosa muy frecuente, porque el ascensor siempre es1aba
dcsoompueslo. Eran aseen.rores muy hermosos pero que a vecu no
íunciooabao. Por tanto, la señora S. hablaba a menudo con mamá.
Decía: "Disculpe a mi hija, disc<llpcla." Tenla una hija mayor, muy alta
y hermosa, pero que andaba 101almente encorvada. recuerdo que se
parecía a Dante, oon aquel rostro lan amarillo. Eta gentil aunque
pereda bruja; pero de veras gentil cmndo nos hablaba. Eala gigante
deambulaba con un enano jorobado, UD sciior del que la s<:ñora S.
dcda: "iMe gustarla 1an10 que lodo rucra m'5 claro! !Que al menos
fucrallUycrnol iPeroconO]pcs imposil>lc, imposible! Nopuedccslar
sin él, pero pelean sin cesar. E!s un erudito, señora, un crudi10.• Ya no
recuerdo qut era lo que~¡ hacia; trabajaba en la Biblioteca Naciooa~
onos6d6nde. Yese hombrecillo que nopcrdfa unápi<:edcsu !amaño,
estaba lerriblcmcnle dcfOtJru1do por su enorme jotoba. En su iníancia
había tenido una lesión a consecuencia de un a1aquc del mal de Pou,
la tuberculosis óoea, y le babia quedado una jotoba.1 Por lo dem4s era
un ex "bcrclcés".' Además, lcnlan un perro pachón, un pachón largo
-idc veras, una caricatura de pachón! Y ese trio la giganta enoor·
vada, el enano jorobado y el pachón alargado- recorrfan sin cesar la
avenida Coronel Bonnel en ambos sen1idos. No iban DIM lejos porque
a ella le daba un miedo f6bico alejarse de esa calle. Ella era así y al
mismo tiempo muy genlíl. Pero cuando salíamos a pascar, nos panda
muy chi.~oso verlos Siempre en esa acera. Esperaban que el pacb6m
hiciera su caca y se ponían de nuevo en marcha. Hablaban, él hacia
gandes gestos, y ella sacudfa la cabc2a con fuerza. NOS()(ros pash-
mos diciendo: «¡suenos dlas, señorita S.!" Ella respond!a: «iBucnos
dlas, pequeña! ¿Vaode paseo? IBuen paseo,cnlonccsl" De verdadera
muy gentil esa caricatura extraordinaria. Eo cuanto al señor jorobado,
no dcda una palabra: le molestaba que ella hablara con cualquier otra
gente. IEI perro tampoco decla nada! Y luego nos lo encontrábamos
cuando regresábamos de pascar, recomendo siempre la calle en todos
los sentidos. Y eso es lodo, en cuanto a esa muchacha.

1
Jotobl: curva1un •normal del raquil. que IC manif~ por una promlncnda de
la q,1 lOnldca. obscl'Yl<b en el mal de Pou (ruben:-ul°'ls vertebral).
'LI a - de Bett'k, en Pu-d..c.lail, .. . , _ d aaio XIX•• centro famooo d<
cvn marina contn 11 t1.1bercido111 ósea. Aqvelk>I q'Ue ibu a ao. lr1t.aa'UCDl05 conser-
v11handeapu'• el nombre de "bcrttá•.
!Olll K'OS Ol'l OOCTORBLANOIB
l l11br~otra muchacha - quizá la mayor,quu,álasegunda,yaoost-
• i. t¡LIC uoeruermcro•'Cnía a buscar lodos los días con una calesa. La
cnr~"1ha, la llevaba y la sentaba en la linda calesa para llevarla dllrllDtC
·In& horas a tomar aire al Bois de Boulognc. E.~la muchacha era
PIMlftxica mental y murió de hambre. Conraban que al final de su vida
~Jo podla comer, con dificultad, de dos a tres gano& de arroz que su
rnformcro lograba meterle entre los diente.~ apretados para que se los
pudiera tragar. Desde la experiencia quesufrió de un amor desdichado
11ue se remontaba a sus dieciocho aii05, ya no qucrfa comer y de cUo
murió. Verdaderamente era un esqueleto el que llevaban. !Era sor·
prendeote! Tambito era muy gentil Mientras esa calavera pudo,
wnrió. Me sonrela a m~ una pcqucliita que salía y la miraba espantada
\8biendo que era alguien que era un esqueleto; ella me sonrela a mf
que era regordeta, y que me babña gustado mucho ser fina y esbelta,
pero que estaba tan gorda que casi rodaba. Yo admiraba a alguien que
había llegado a no comer al grado de estar tan delg¡ida. iSin embargo
tampoco me habrla gustado mucho estar asn Pero era muy ~uñoso, y
a eso le Uarnaban •una locura•. Como ella era tan gentil, )'O no
comprendía que estuviera loca y que, por haber amado a alguien, ya
no comiera ... No comprendía muy bien, pero bueno, as! era. La señora
S. hablaba de ella a mamá: "Me preocupa mudlo mi Alexandra; las
cosas están mal en este momento. Esti en un mal pcñodo."
Por olro lado, a veces Oiga la loca no soportaba el ruido que
hadamos los niñ06. Sucede que éramos muchos en el quinto piso y nos
pelcábam05, nos dábamos contra los muros del gran corredor, conia·
mos uno Lras 01ro ... Entonoes, cua,1do la señoril a S. no estaba contenta
con nosotros o con ella, no lo sé , la oíamos recorrer el mismo corredor
que n050U'os pero en el piso inícrior (pues los apartam.cnros eran
iguales). E.wscorredorcs Lcnlanscisosiete puertas. Todas las a.rotaba,
UllA$ tras otras, "toe, roe, toe, 1oc, 1oc•, ibasta la última! Luego regre·
saba, -olvicndo a abrir las puertas., y "loe, toe, toe, loe, toe", 'o'OMa a
cerrarlas de golpe. Y asl sucesivamenle. AqueUo podía durar una hora.
Y yo me decla: "Es IAn absurdo como lo que baria el pachón si
corriera.• Y, en erecto, era exactamente igual. Otras veces co que no
es.taba contcnla con n060tros, cog!a un escobón - una escoba- y
pegaba contra el lecho. Mamá decía a su madre: "IHo de estropear el
lecho! la fucr7.al -iS~ el lecho eSI' arruinado! VCYy a tener que traer
a alguien para que lo rcp&re. lNo la molesla demasiado? i.Sabe usted?
mis pobres hijos están marcados por una herencia que no conocemos.•
Por 6Jtimo, la señora S. tenía un hijo imponenlc; tan imponenle
como André Brcton, a quien cooocf poco después. Pero él tenla un
LOS 1... X'OS 01'1 DOCTOR BIA'\CHI!

r<Nro de r J.'!1<" regulares y no In c:abc:1J1 leonina de Bretoo. Er1


bcrm<*> como su madre, de una belleza regul;ir. E<tc bombre, alto,
jtm:n y ÍUCrtC - parecía jOYcn: seg6n yn tendría unos diecioch<~ veinte
años -tambitn vivía en esta misma a.enida Coronel Bonnet; siempre
lo cncontr,bamos con una mal\/J1Da mordida en la mano. Siempre
comiendo una mannna y girando sobre si mil.mo, con su,. trajes que
hadan aare a su aln:dcdor. Y cuando pa'<ábamO!>, sin l10á palabra, la
institutru dccla: "INo lo miren, mños, pasen, ci. un pobre hombre!
Tiene ideas en la cabo1.a!' Entonces pasibamo.; no nos hacían dcte-
oemos. Un dla, la señoras noshabl6d.:ély nos explicó porqué giraba
asl: "No es malo, no e~ peliRroso, por e.o esté en la casa. Pero es muy
costoso porque va a ver • tO<los los grantJe. modistos de Parls. No
encuentra ninguno que pueda hacerle tanto ropa interior como trajes
que no sienta. No quiere sentir que ningun traje le toque la piel, y es
muy diflcil con~ir eso. lo<; 6nicm momento. en que no siente su
ropa, es cuando gira con trajes de corte muy amplio." Entonces me
dice: "Mamj, por tin tengo la alegria de tener r1>pa que no me toca el
cuerpo.• A mime interesaba mucho\'Cra ese hombre que giraba como
trompo para que la ropa no le tOCJl!a el cuerpo. Pero e> todo. Jamás
supe mb. Luego, un buen día, dejamos de vi:rlo: deben haberlo metido
a alguna casa de salud de provincia. Girab• dema~iado en Parl<. A
veces molestaba al dar vuelta.< y revuelta.\ asl en la calle, en la acera o
sobre la callada. A.<umla una idea dolirante. Y t.e era el cuano piso.
En el tercero, vivía un señor solo que tenla un apellido curioso:
Cuauobarbas' IY ese Cuatrubart>a. sólo tenla un mentón! iEso me
daba qut pen.'lt! Pero, íucra de esta particularidad. era amable, un
poco afectado, bastante parisien-c, es todo. No .c sabia nada de ti.
Murmuraban: "iE~ C'uatrobartiu!~
Y en el .cgundo p!!o...

lPtro qit¿ ()(ro nomb"' le Jiabfan p<ttslo sus htmianos?

IT=~Jos!

ISI, Trcspclos! !Naturalmente habían deformado el apellido! Trcspc-


105, Cuatr0barba.>... tan bien que yo no sabía~¡ se apellidaba Trespelos
o Cuatrobarbu. Por eso, para .cr cortés, cuando me pedían que dijera
11 J'l I OCOS 01'1 DOCTOR DI Al'<CHE 51
l•11,.n1i. día.\ no sabia si lcnla que decir "Señor Trcspclos" o "Senor
e·1111trobarbas". Lo cual hacia refr mucho a mis hermanos que siempre
'"' Llcdan que era... iuno o lo otro! La institutriz terminó por decirme:
"M•ra. dirás Bucn05 días, «cñor, yya. iNose hable mú del asunto!"
l'.n el segundo piso habla una señora loca. A ésa la llamaban "la
•l,.ma loca". Tenla locura mística.Su locura mfsticase manifestaba 105
JI¡¡• de luna. Asl, al regresar a casa podíamos verla ante su ventana,
w- 'tidaconvcl05blan~ ygritando muy, muy fuerte: "iOh! iTalill JObl
11'.tlill" Se ola dc.We muy lejos. <Jaro que en aquella ~poca no habla
muchos coche.~ sólo un simón de ve1 en cuando. AdcmAs, Ja calle
donde vivíamos era una vfa privada. En cse entonces no sabia qu6
qucrla decir aquello. Habla un letrero: "Vla privada.M El ¡ uelo estaba
re vestido de IO&as de madera. Aún no se llamaba avenida Coronel
BcnnCI. Se le dio ese nombre cuando mataron al Coronel Bonnet en
la guerra. Antcs se llamaba avenida Mcrccdcs,' y era propiedad de las
fábricas Mercedes que la hablan abierto y habían construido los edifi-
cios que la bordean. Nosouos fuimos lOli primeros ocupantes de
nuc.lro apartarncnlo. Y en el edilicio, sólo M. N. nos habla prucdido.
Por lo demás el edificio aOn cotaba en ronstrucci6n cuando mis padres
alquilaron ese apartamento donde habla clecrricidad, gas, agua co-
rriente, caliente y fria, y calefacción central, pero no en las recámaras.
Es muycuriooo: ilas rccámarasCS1aban heladas, pero bablacalcfacci6n
central en las habitaciones de recepci6nl Mientras que en el aparta-
mento de la calle Gustave·Zédé del que nos hablamos ido, no había
más que iluminación de gas en las habitaciones de recepción y velas en
las recámaras. Y no habla calefacción de gas. Uno se calentaba coo
a~da de estufa.\ con redondeles de hierro donde se mella carbón.
Tampoco había cuarto de baño; uno se lavaba en una bañera en la
cocina. Así pues habíamos optado por el •confort moderno", como se
decía. iPero en ese edilicio con confort moderno se encontraba uno a
todos los locos de la tierra!
Como le deda, en el segundo piso vivfa esa mujer a la que le daba
locura mística los dfas de luna llena. Además, iba a misa todas las
mañanas, ya no recuerdo a qué hora, pero cuando sallamos para ir a
la escuela o para hacer algím mandado, nos crw.ábamos con la señora
de G. que regresaba de la •glcsia de la Sainte-Table en la c:alle de la
Annoociation, caminando muy tiesa. como caricatura, como si regre-

7
&10 es k> que 6Cft•l• J*'ctuCS 1hll:ahct en su Dktionnoitr hmNiif'I< da ruu tk
F'••J. t98S, P..d de \toowt: º AY<otda Coronel llonne~ de 1111 m de lot¡O. y 15.05 de
lll'K'hO. A-.entdl tblena en l909 toe d nombre de. Mcn"Cda. & 1931 rcribtó el de
Coronel Bonnct, mue no en ~en n<MCmbrc de l914.•
sara el~ id rn111uni6n para retomar su lugar en la iglesia. Recorría así
wdo d , .omino haua su casa. Era una cxbibicioni.ta de su rcligi6o.
Cu.indo llegó la guerra, nuestro sólano se convir116 en refugio para la
esquina. Alll senU una concradicci6n CJ1lre la eompunciOn que me
provocaba el espectdculo de la piedad de esca señora ·· aunq uc me
parecía raro eso de orar a la luna- y el descubrimiento de lo que era
una infame que mcdiomataba a su sirvienta, lla sÍl'\'Ícnta estaba allí y
lo contaba a las pcr50nasasu alrededor! Como esa mujer era rica, tenía
una mesa caleoladora - en realidad era una mesa de jardín con una
lámpara de alcohol debajo. Entonce&, como una pc:r5008 que reú.ne sus
gansos, nos decía: "!Vengan, niños. vengan! iVengan a orar cerca de
lamcaealenladora, para queteng¡uuoeoos frío!" N05dcáamos; ¿por
qué no? e lbam05 a ponem05 cerca de la mesa calentadora. Al mismo
tiempo, babia que mirarla de reojo porque, co cuanto se ola un ruido,
una bomba que cala, oblig¡aba a todo el mundo a levantarse y a reur
por las pobres almas que comparecen en el Juicio. Puesto que algunas
iban al infierno, babia que recitar no sé cuántos• Ave Maña" por ellas;
dado que Oltas iban al Purgatorio, tambifo babia que orar por ellas.
Mella a las personas en casillas y rezábamos por las difercnles casillas
de esas pcr.onas que debfan presentarse ante el Señor; llodo aquello
porque hablamos oído a Bcrtba la gorda!' Mien1ras tanto la sirvienta
reventaba de risa y contaba que cada dla tenla derecho a una papa en
leche con dos trOZO$ de azúcar; que todo estaba urrado con llave; que
se morfa de hambreen casa de la tal señora de G. y que 5610 se quedaba
allJ porque la familia de su patrona era muy gentil con ella y le daba
dinero; pero que se vela obligada 1 alimenlarsc por so cuenta, pues la
señora de G. no querla darle de comer más.
Entooccs )O me dcáa: "Personas lan $al>las y tan ruines al mismo
tiempo, iqut curioso!" Y nuestra institutriz a quien bacfa todas mis
preguntas me respondió: "Mira, ésa no es la verdadera santidad. Es
locura mf¡ti~ Cree estar muy bien con Dios pero ya '-.:S. son ideas que
tiene en la <:abcz.a. Cuando se está bien con Dios, se es bueno con 106
human06. Y ella no es buena con los humanos, pero reza por las almas
del Purgatorio y la gente que va al Infierno. Esas oraciones no le haCCJI
mal a nadie, pero lo molesto es la manera como trata a 106 vivos." Todo
eUo me daba qué pensar. Ver a una pcr, . .1aque se comporta de una
man~ra que podrfa crursc ejemplar en •Íerlo plano, pero que vive en
total contradicción con su estado espiritu aparcn1e. Enlooccscso era

• Apodo p~o en honor de la se-nora Bcrthl KJVpp, 1 un caftón 1lcm.d:n sipnte


•mpl•..SO ll rnnripo de la pnmcn pcma mundial Se e¡>lic6""' at•RSÍÓe • loo
c:a'lonnde la'f'>aboce quc-nlaron P>rfo.., t9JS. [T.)
1.0S l.OCOS DU. DOCTOR WJ\NCHE Sl
I• l"cura, esa contradicción que ya me había asombrado en Guy de
M1.upassan1 que escribía C06as tan bellas... Mamá me decía: "lEs muy
on·nado para tu edad leer ya a Maupassantl" o lo cual mi padre
r<·..poodía:-lPor supuesto que no! Vale más Jur Ja hermosa litera1ura.
11 uno entiende, yes que cstli en edad de leerla, o no entiende, y es que
110 está en edad de leerla." Mi padre tenía toda la rv.ón. Por lo demás
mas padres jamlis limitaron mis lecturas; jamás. Por eso, como tcnlan
Ciuy de Maupassant en <u bibliotcea, yo lela Guy de Maupassant. Ola
h.blac de ti como de un loco y oo sabia que no era actual, ipues segdn
~,.!Jo eral
3. 1.11Vl!M1 AMIUAR

lA qui tdotl lltgó o tse edificio1

Cuí a loa cinco años, en septiembre de 1'113. Iba a cumplir cinco 11ft01
en n1»ic:mbrc. Phihppc, que era el h<rmano que ~igue de mi, el de
inar10 de 1913. Fue el l'iliimo que nació en la casa anterior.

Si,co lacallcGu~ Udtnl'lmern IS. Naden la casa, comuna parttra


que se lllll1UllMI la señora P~y que era una buena mujer que a$i_,ci6 a
mam4 en codoe ,,. alumbnmicnlO!I h...ia Phthprc. Pan cuand.1 Phi ·
lippc, ya ci.taba de moda ''lavarles el cerebro" a las damas burgucM&'
para que fueran a dar a luz con un putero, pcro11 pct>ar de ello, m.imá
volvió a dar a lu1 en casa. Sin cmbarg\\, como parcela que hablo ,;do
un poco de.garrada, cuando Andr~ acudió con un parlero. Era la
primera ""2 que manú se iba para d;ir a IUI ron UD scnor que tenia UD

la e-. todo
la cafctcrL
es1•
&partamcftto acoodicionaclo para tal UtO. Pero, mitnuas dio a lur en
previsto para el traha¡n de la partera. sobre 1"Ido

l Ptv11 mo1tle1U1ne dapittto 1

Probablemente.

P0tt¡ue d trobajo puede su lo!J:O: üntonctt la rofdero a lo primero


httramíenro1

Una bcrramÍcllla pcnouJ. compktamcnlc. Por lo demh, en la cau


CSlaba la cafetera de P. Era sa¡rada. Y CIWldo no ~ parto, .e
qllCdaba en un rinoóD de la alacena; era la caíetera de la comadr<>O&,
"para cuando vuelva". &os recuerdos que.., remontan a ese cnhmcea
son como ll&She5 de sociologfa.
S~ ~ro también es aquello en do11de .,,.,6 usted su infonda: o la vt'Z lo
"a/"'4d y ti len¡:uoje.
l~I
IA VIII!\ l'AMIUAR SS

S1, ,11l."olu1amcnte.

A 111 Uf/le 11sttd m6s o mf/IO.f cinco allos, y dirla qut todo el oscenorio
nt4 mtJll/odo. E.u6 lo locura - m lo fl"laci6n con ti oao- dt la que
h•bló hace'"' mommt"; uh<>N ro6 la lncura soool6f:J""11eJ1k tnstala·
d4 por todas p<Irtes: en el cd1ficio, tn la climco del doctor Blanche
fllfrente, lu J<11erra que estalla; y luego. com" por casualidad, tambi'n es
fl momento en que. "por lo menas /J'rs tifus•, estuvo "tsq11izoitk", paro
1rtcmar los thm111os que 111111,w"' EnlaDOC:$.

I~ cierto, pero era un poco Mies. Todavfa e.<;eábamos en la calle


( iustave :Udé. Era la época en que lbamos lodos lo~ dfas al Bois de
Boulognc atravc:.ando aquel puente pealonal. En realidad, C5C episo-
dio debe situanc alrededor de dos o tres meses de\pués de la muerte
de mi abuelo materno, la cual oo me había dejado huellas. Pero
rcOcxionando en eso ahora, pienso que fue la muerte de mi abuelo la
que bi7o urgcn1c la re.ru«sta a la pregunta; "iOu~ hay después de la
muerte?" Me planteM!a cwi prcgunra dc:odc hada mucho tiempo, a
diario, al menos una ver al dta. Recorr'4mos pues dos~ al di.. ida
y vuelta, el camino a Ranclagh. La calle <iustave Udé desemboca co
la caUe Ranclagb: atrave~abamos la avenida Marart y, al final, CM.aba
el puente peatonal que J'll.<&ha sobre la vfa del tren d.. la pequeña linea
de circunval~ción rccorríd~ q., cesar por trenes de vapor. No habla La
c~ntidad de raxis y autnbuscs que hay ahora. La pequeña hnca de
circunvalación era muy frecuentada. Casi todos IOll días, al menos una
de cada cuatro \•cccs que pasábamos pur el puente, nos hallábamos
lltra~ en el buroo. Y ., eso no ocurrla. c:spcr6bam06 un poco
porque había trenes cad.i diez minut06. Siempre <e podía pa.ar un
poco de tiempo en la tiendu del zapatero donde dcj~bamos los 1.apatos
o 106 que había que poner medias •uelas; su casuchita estaba baJO el
puente.' Era divertido. A.i puc~ todos los días vuM•m06 a encontrar
esa nube que rcrmilía c.'4ar en pleno ciclo y soñar con ocros lu"8re&.

Tlwieron qrtt1 hubcrlt dicho que su abudo se habla itlo al cielo...

1
Elp.ieo1cJ'll90cmae11 r..w de tactllc RaGC~tidlo 1i1n puajcJUblcrrioeo. ua
pocodcsplvaJo en relación ton el 101rguo puente, el\ lvgardel cu.I te cokx6 un petO
•&faltado pan peatones, que cubtc l.u ví.u y"'' bordeado de f'CJU
Oc t.:a. pcqucl\a llnc1 de rirtVnvah1dón no q~cd1n más q1,1c riclc.s y durmientes. Sin
cmtNrgo -sorprendente supcMYtncll- tn el nuwno l1.1pr. 11 Mn puenlc "' uoe:na,
C()d,ivía hoy y IB«homG Yllible_ ad tlM IÍndl CaKlila biucaqYC HIÍotal(Otl plftdH
k1ruw::rdcsau ruóadcser UPAaAC'lófi, Dl!CAl.1'.ADO.
16 LA VIDA PAMJUAJl

SI. S111 duda. No me acuerdo.

lY en aa nube se reunía un poco con el abutlo?

iNol ljw•mcnte oo! Eso era lo peor. Adcm!s no intentaba reunirme


con él Era alguien un poco lejano. Para mi era como IOI abuelos de
El Plfíaro Azul2 Lo YCia todM 105 días jugar SD partida de damas CD SU
jardln, ~a diario lbalDOl a darle los buenos d(as. Ese bombre de
cdadera~Dtil pero nosc ocupaba mucho de los nilios. Clwido habla
fiesta, siempre DO& daba a cada uno un i.... de oro, una nmedita de
diez francm de oro. Era su regalo de dla de lie$ta. Ouiú para nuestro
cumplcaáo&, quiz.á para el ~ Ya DO st. Pero COD$Cn'O el l'CQICrdo
de ese ai-Jo que sacaba del bolsillilo de su chaleco una llOICd.ila de
diezfran006: "íMira, Fr~! IEs paral~ por tu fiesta, vasa ahorrar-
la!" No tcala muchas rclacicwKs personalawlas con ti; era dcmuiado
'Yic,ioyc:sW. UD poco tullido.Mi madre adoraba asu padre, cuyo duelo
llevó cuaDdo estaba CD cinUI de Philippe.
Como le clcáa, cuando estábamos ca la aucva casa, lbamo& con
menos frecuencia al pueote porque vivlamos más lejos. Pero como
nuestra academia se cncootnba en la calle Ranclagh número 119, a un
lado del JIUf'lllC, IOI días de ciase - m.i bcf'llWUI iba a clase ~ .ues
por semana, y yo la acompañaba lbamoc a pasear a Ranclagh, pero
una sola vez. Entonces ya DO paúbamo& cuauo veces. Sobre todo
porque rqvc:úbamos por La Muenc, o ¡ea sin pasar por el puente.
Ahora vivWnos cerca de La Muettc o IDb bien cerca de la plal,a de
Passy. CuaDdo íbamos a rcccger a Jacqucline a su clase, DO& cacaroi·
Dábamos a Ranelagh atravesando el puente. Después voMamolS a pie
por la esración que cm ca la plaza de La MDCttc, y ali t~mos la
calle V'BJIC', para ir dircdamcotc por la calle Singer y llegar a la
nuestra. Siempre caminábamos mucho po<quc mamá exi¡ja que tomá-
ramo& el aire.. Ea. la familia habla que lomar el aire mañana y tarde.
Era ¡agrado. Entonces tom'bamos el aire. Quizá por eso ya oo lo

1
AllasoOe a la obn de Mact<rllact, upeclkulo W.lá11co en 1e11 actea y doce
cuadta1. 1ep¡ 1 Uldo en Pat&, UM&:u a--> hlril Maltú ca 1908i. e• el c.c:aano del
teaUo RtjD& a pl%tir del 2 de ..node 191 L
& cl la<U-, 'l)lryt y M,.,i llcpn al °JIÚ' dd """"rdo". cnwclto ca • ima
cspeu nebfiña• que da una ..clandad lc:cbola, difuu, lm.pcocr rabie". '"Pron.ao. a una 1~
c:adawz_. ~te.dtaubcea bl¡o •na bówatade W1Crdor, um ns.:la~dc
._.,...._..-,..Clccn-(-I Ccrtaelcla,.....IOoyunb..-~clruat
~n ac.n&adol. profundamente dormidos. un vicJO campcano y ¡u m"lª• q: dcdt cJ
•huelo y la .i-ia de l)ltyl y M)'lyl•
IJ\ VU>A fAMIUAA

lomo.Tomo el aire en 01ru partcuambtén 1Bueno. pucaen esa tpoca,


tL..Jo que mi ab\iclo Cáab.a muerto y Philif'llC il'9 a naccr, lleg;ando de
q " '"'"' dóadc, me pl..nt<!llba la CUC>116o de eso. lugares en k>l que
ICI csU en compañia de personas invi<ibks. Me clccla: "ITengo que
llxer b pregunta! IQuc noac me olvide hacer la pregunta!" Y un buen
dí& llO IC me oMdó. Pues bien, cae ella me di c:ncnta de que la Señorita
no lograba responderme. Me dijo: "ll.o sabes muy bien! Dicen que
primero se entierra a los mucr10& pero es sólo su cuerpo, y sobre el
alma daccn que 1e oa al Ciclo. a \"C«S al Purporio cundo oo se ba
.ido muy bueno en la Tierra. Yo:"' ··¡o.e.ni lpcro DO lo saben! iNadic
h.. regresado a decirlo!"' l..u Scnorita cSlaln muy de..conccrtada: ·s~
dicca. Et.la rcJ.P>o laque lod1ce." YfY. "iPcro&i larclígj6o dijcraocra
"'"8. dirillDOO Olra COA!• Ella; "Sf. pero e'IO es lo que dia:o.• Fue
cntoncca cuando le prcgunlf; "LCómo puede vivir la go:ntc sin saber
oJóode va y par«Ttlc C$O muy diYClli<lo y muy bien?" Entooccs cal ea
la postración. Revesé a casa poS1nda, ·csq1111.0idc", como diJc. Y allí
me pibe en cuclillas frente a la gran ventana aquella que de tanto
írlo que tcnJamoe hablan llc:nado de muJct6n cuaado lul grande.$ frfos
de üMcrno, pues no habta calcfaociOO c:11 las rcc.t..,,.,... y vcl.t pasar
a la gente por 11 t111lc diocndo: •¡Pero es que esa pcnona no 54be lo
que hayl Con c, Lptro hacia qut? IV1 a morir yCSI' tan COlllc:11ta! No
llobe adónde va. Y aquella ocra itampc><o sabe Mlóndc -.al" Luc:p> me
dormí y me quedé en ese ..udo <loo dla$. Al tercero, lo mismo, pero
me dije: "ISoy tan tonta como loo mayQrcs!" A partir de eDtooccs, de
•'Ct<bd me: scllll tan toata CDlllO las penonu ~ Me deda: "iEs
""'raro 111w cuando no se sabe lo que hay después!" En Cita> condi·
eiODC6 mi Ángel de la Guarda adquirió much1 importancia, cuando DO
la tCDll CD la calle Gustaw: Udt. El Ángel de la G~ y San
Francisco de A..15 1 partir de los 'ietc año6. Porque a los siete Uo6
1bandon6 la cama para noftos que había 1cnido basta enlonccs, una
cama con banotea que '<CnJa de la calle Gusta'<C Udt. Y mi madre me
com.pró de regalo de sicte lios uaa cama rllil.JC& esulo t...uis XVI de
rejilla, pero DO anligua, igual a la de mi hennana. para la rcdmara
de las nil\as. Por asl decir cnJ1 camas gcmclaa. Tambiéa rue • partir
de ese aomcato aiado su peque m1 madJc me habla d.wclocomo-o

>ilmpl"dlONlntc humor! tlay que ~r qac cr. la 's»OCa de Clll cnt"""'*.


fl'M(\MIC OohoClllbe . . . .,,,.;. raptrMurW: pc.-1\ae. ....... por .. tib....
p.llDour que ltnnlMN por lr"f'firttlil .
La (lb,._ pulmonarCOMi•tc Cft un ~tc:nto ,.,tOIOdc lc:>dal IOll clcmcatOI
lle lo p1mt ,,_,que Impido la dd""6a del°""""° y"'""°"" ... -.llnaoclll
rc&pualOnL Blaa ealcrTacdact • ..._..._que M)CI • ánttt, puede' •r41 _,..
......
LA 1, IDA F!\MIUAll

patrón no a Santa f'rancisca, sino a San Francisco de Asís. iSc ponía


furiosa cuando la gente me íclici1aba por mi santo! RechaT.aba sus
regalos diciendo: "iPcro si no u su san10! Se llama Fran~i"" porque
quise darle corno sanlo patrón a San Franci..co de "'" y no a Sanla
f'rancisca. San f'ranci!>CO de Asís •ivfa antes del cisma, Sanla Francisca
no me inlcrcsa en lo mlis mfnimo." San Francisco es un santo recono-
cido por los protestanle&•

Quiz6 tombihi fu'!ro 11no montra de tkcirqut no la actptubo como hijo.


En todo co10. la ponla en ma.rc11//110.

Quizá Tambitn le pUM> Jacqucline a mi hermana por San Jacqucs.


Todos m~ hermanos 11cnen nombres de •ró..ioles. Aquello era muy
protestanle. Sí, scguramen1e, los seres ma'!Culino.\ licncn más éxito
ante DiOll que las mujeres. Mamá era muy misógina: para eUa w
mujeres no tcnfan '-alor. Ella miwna era muy >lll'.IU.a.

JHoblo al[IO alll de s11 propio retació11 co11 /o ftmt!llinol

Segura.me ole. Para ella. las mu¡crc' sólo .ct'\'Ían para M:r las sinientu
de los hombres. Y ya era bastanlc hcrm0>0 lcncr el honor de educar a
los hijos de los hombres. Había sido educada verdaderamente en ese
cspíri1u por su padre. Sin embargo, vivfa de manera muy moderna para
'1l época, pues servía de secretaria a su padre y loacompanaba CD todos
sus viajes al c:nranjcro. Y como aón no habin máquina• de escribir,
eseribfa Lodo a mano. Todos los papeles de I~ negocio~ de mi abuelo
estaban redactado.. con la letra manuscrita de mamá A cambio de lo
cual rcalU.6 mjcs Cldraordinari<>$ a partir de los 18 añ°" para acom·
pañar a su padre.
Y fue asr como conoció a mi padre -en realidad primero su voz,
antes de conocerlo a él, pues cUa trabajaba tras un biombo desde
donde oía, sin ver¡¡ oadie ni .cr vista, lo que debía anotar. Y un dla,
esa persona fue mi padre, que prcsen1aba o nti abuelo un informe sobre
la fábrica en la que estaba empicado. Cuando mi padre salió del
Politécnico, mi abudo lo contraló como in¡i:cnicro CD la fábrica de
Moncbard, en Borgoña, de la que era duoño.
Un día, mi abuelo se presen16 para el matrimonio de la hija del
director de la fábrica. Resolla que se echó encima el armario de su

• ~ Qllf'CC'C de tntc~t.Kblarquc \\ltannc Dcmm~r n.866 u.o 4 de OC'lubrc, d'8 ck


Sin Francu1co de As!i, y que esta C01nr1dent'1vanu~es1u.brayadl en Ju a¡cndu
ptl"IOn.tlc.ide lln1n~~ l)(>lto.
'"' \ lllA J'A.t,(11.IAR S9

lul 1iinci6n, en el hotel donde ac06tumbraba pa'll.lr la noche cuando iba


a ~u fAl>rica, una vez por semana. Mi padre se m0<1r6 solicito con él y
lu inmmilid> la picrn.a con tablillas. Como era la fie<ta del pueblo
hmagtncse! se casaba la hija del director de la pequeña f.lbrica- ni
pensar en alterar la más mínima cosa: todo el mundo estaba contagiado
por la locura de la boda. Mi padre seeon.ugró por completo al director
ele Parfs, se ocupó de fJ, lo acompañó en el tren lwla Par~ lo llevó a
c·dSa con mi abuela, y le diJo que iría cada semana a presentarle el
informe de Ja fábrica, pueslo que mi nbuelo ya no podía ir. Durante
todo el tiempo que mi abuelo l:l>lUVO inmovili7ado por la fractura de su
rierna, mi padre íue a prel!enlar su informe. Y mamá -Su1.annc- se
4uedaba detrás del biombo, lomando nota de todo lo quedccfa el joven
10gcnicro.
Un día, mi abuelo rerovo al pc:n ingeniero a cenar y >e conocieron.
Y fue m1 abuelo quien empujó a su hija a casarse con mi padre, cuando
cUa estaba enamorada de utro joven un pooo CJ(lravagantc, músico
- mam' apreciaba mucho la musica . quien rc.wltó en la vida, como
dicen, un fruto seco. Era li.-io. era un arti:.ta, p.:roal final noeons1ruyó
nada. Mi madre, protestante como su padre, quería ca,aroe oon un
prote.taote rubio de ojo!; a1ules: mi padre era un católicc moreno de
QjOS 05alros. Fue m1 abuelo quien decidió dicicnd<>: "i&.! much.acbQ
jamls hará nada en la vida! No le casaras con un frutosecQ. Te casaras
con Hcnri Marcllc que es guapo. No te quejes, e~ raro ver a un hombre
i.an bien parecido. " Lo cual c. cierto. Mi padre, cuya foto ve u.<tcd
allá, sera muy guaf'O. Media l .&4 y mamá 1.50.
Y, de hecho, fueron muy felices hasta la muerlede mi hermana. Lo
terrible fue la manera diferente de sufrir que 1cnfan.. Él no ¡>Qdla no
hablar de 5U hija. Todo lo conduela a hablar de ella y de I"" ~nos
rccuerd05 de la época en que estaban jóvenes. Mientras que a cUa, el
solo hecho de oír pronunciar el nombre de su hija la hacia rugir como
tigresa herid.a. Era espantoso. Entonce. tomaba lo que tenla a mano,
cualquier cosa, y lo rompía lodo: plato., ruen1~ etc.; o avcn1aba una
silla contra la ventana y se iba a101amlo las puertas, como la muchacha
loca de abajo. Velamos que nuestra madre de pronto se volvía loca
porque mi padre habla tenido la desgracia de d«it en la mesa:
•¿Recuerdas? estábamos con Jaequclinc ..." Era espantoso. Y a él le
entristecía que su nombre se le hubiera escapado. Para él era un
momento de alivio pensar en su hija, mientras que ella la habla ideali-

5 Pf'l..ft(OÍie Dot10 "°' ¡cf\81• una de las ÍutOI que se Cl\('()nlraban en la biblioltca
de su dc•¡*'bo.fmlle 1 •• <illón.
UI VIDA PAMll.IAA

ni.lo. Pur 1oda la casa caahl su foco coa •'elu encendidas. M1 madre
quena hAC>Crla hAblar de nue\'O -dian1c bs mesas ¡jra1oriaa;· partí·
upaba CD ra. snrpoo Ridid. en la Sociedad Mceap&lq'lica de la que ya
Oiarc:ol IC había ocupado ua poco. Ricllcl, profaor en la facultad de
mtdiána, dcda que habla que Clludiar CI05 rcn6meoos de lll.lllcrl
c:icotnic:a, micnuu que las personal hablabas de cUos a 1ontao y a
locu. Mú larde Jean R061and tamb1fn se ocupó modio de eUo. Fue
uno de la& que apoyaron eus invcsligacioncs. Me hablaba de ello de
"'z co cuando. Evidentemente, concluyó que quiú a vcccs habla algo
sorprcndcnle e inaplicable, pero que la ma)Or pane del tiempo era
superchería de un mtdium pan coru.crvar au ruentcdc ingrcscl. Jamú
habál •ir.lo nada de veras coovincute y, IÍD embargo, aegula rendo a
toda& ta. iaiooe1 de mctaf'llica. Noié.; uia Sociedad de Mccaplkrui·
ca cxiitc ª'"'-•
Eo CU&lllo a mi paJre, vma de la& fCCllCJdOI fcbcca. Ea
cxtrailo ~r cómo cloc penonas pucdcll aufrir de manera di$1mca. Mi
~ hallaba de e.e modo compcnsacione1 a su sufrimiento. Para ti
la vida conllnuaba
Micn1ras que mi madre, quien huta en1oneca jugaba una punida
de ajedrez con ti todos los ellas dcspu~ de comer o de cenar, ya no
tuvo ánimOI para¡ug¡u. Me dijo: "Deberlas jugar con tu padre; le gusta
mu.:boju¡aruna parudadca¡cdrerdcs~dccomero deccrw." U:
rc.poodl. "Pero es que no aert cap.a. Ya 111er'5; quiú te e~ a
jugar mc¡or" Y, en efa:to, aprendl, pero bacicado mis tnducciooca
del laU. durante la partida de ajcdtcz. Él ae concclllraba de maacra
inaelble CD la paruda; laqocllo durabe tre& borti! !Mientras que a al
mer-iaba rcflciDooar sobre una¡upda duran1ecuatroo ancoauou·
tos! Lo cuñoso u que ni siquiera ae daba cucnll de qoe yo bada mi
tarea o de que lela un libro, para .,.Ja. &aba 1an ablorto rellc.xiOOID·
do que no vela lo que yo hada; de.puta de hacer su jugada me dcda:
"ITc1oca!" Yo dejaba mi libro , vclaqut haccr,jugabaysablaquc 1cnfa
unu media hora de tranquilidad por delante. IEra curioso! Mj padre
también jugaba en su drculo de ex tlumno1 del Polittcnico, donde Iba
un1 ~ por 1tman1. Ea la época en que era alegre, mag,¡ dcda:
'"Owcro creer que la aenora fUWa ca la cocarpda de su rc.staurm·
te-• Porque hablan comprado ea com6n, creo, ua resuurace que &e
llamaba "El Ptlad.1.r Delicado". Uno1 vcin1c po1ittcnicos de su gcae·
rac:itln se h.blan comprometido 1 subYencionar ese restaurante que

• Mcau tU)U movimieato1 tupua.tamcn1c trH1ml1cn menajes de k:ll ap(rltUI..


JT.J
• AYn h4>f' cxutc un lnllaluto Mct.afí&ko hUmNICkml.I coa ua 5eMaO permanc:ri.ct
el Nna por 11 wrde en la Pb:za Wagnia. n-imero l, '-'*· diltri10d~tc..
1 ~ VIDA PAMIUAR 61
r1 .t muy bueno, y que se hallaba detrás de la calle Míromesnil. El din
1111e iba a "El Paladar Delicado", se llamaba "el día de los cocori.f".' Y
rrit sagrado el día de 1oscoco11s. Se llamaba asf porque era el dfa en
11ue supueslamenlc iban a ponerle los cuernos a sus mujeres. No creo
•1ue haya sido el caso de mi padre. Además mi madre estaba por
wmpleto convencida de que su esposo era fiel. Qui?.á fuera el caso de
uno o dos de eUos ... En todo caso, lo divertido era el lado iníaolil de
ruj padre, o mejor dicho adolescente. Siempre regresaba muy contento
de estar con los COCOllS y su relato comenzaba invariablemente con un
"IG. wlvió a sobrepasarse esla nochc!""lAh sf'I decía mi madre, Lqué
sucedió? - lNo te imaginas? ldijomerde de una manera tan particular
que creo que jamás he oído decir merde asf!" Y reía mienlras contaba
chistes de cocons de los que lodos los politécniCO& se hablan reído. Yo
noenlendía para nada los chistes que contaba yque lo hacían reír tanto
- un poco como esos adolescentes, ya sabe, que rfcn de algo que uno
no comprende. Se dan golpes en los muslos, se mueren de risa, le dan
una buena palmada al otro: "!Qué genial!" Eso eran los "cocons• de
papá. También regresaba con las última.~ noticias de política y econo.
m1a: el cártcl de la induslria, el cártel de la fundición de acero, los
discursos sobre la organización político·ccon6mica del mundo que se
desarrollaban inmediatamente después de la guerra, etcétera.

Supongo que usted no entendía mucho de todo aquello, pero le interesa·


ba.

No entendía gran cosa, pero lo que me interesaba era saber qué era lo
que le interesaba a mi papá en la vida.

U..11 pólltica le inreres(J a usted en la vida?

Cuaodo niña o adolescente era dificil porque no ofa más que disputas
a propósito de política. Jamás sabía qué opinión polftica adoptar: mi
madre era monárquica y a mi padre eso le parecía muy chis1oso. EUa
estaba en favor de Léoo Daudet y Maurras; creo que mi padre era,
pongamos, conservador-ccntri.~ta. Pero su hermana preferida, una
rubia de ojos azules, se había casado con un arti.\ta-grabador que era
SFIO. ~ Y dos veces por semana, cuando ventan a casa, había disputas
políticas: una VC'L coa el bando de mi madre, otra con el de mi padre.

• Tc!rmino aplicado a los alumnos de primer aftOdc F...snJeJa Politérnka. loi novatos;
moñológicamente parecido a -poner lo C\ICm<>B" ~OC'U/Ur. IT.J
"Sccci6n P.. n<esadeill ln1crnaci0fl1i Obrera. Panid0Socialis11 Prand1. Ir 1
6l LA VIDA l'AMll.lAR

FI />ando dt Mat1r'fQS y el de Jo11rts..•

lEso' Ademéseslaban lod0$CWS hombres políticos de los que se habló


tanto d~pués de la guerra de 1914 1918 y que eran la pesadilla de
cruun6, una apasionada que se ponía roja de cólera en L1 discusión. No
poclia correr a su cuñado ipcro poco faltaba! "iCalma, calma. Suzan-
ne.. .r~. decía papá.•Al fin no son más que palabras; c•lamos hablando,
no bay nada mi.< en juego en cslc momento.''
Eso es: paro mi la polí1ica era iodo aquello.

¿Ye.so siguió •iendo pura 1uttd?

sr. siempre.
Tuvo usted un hermano que anduvo tn la polllíca.
IAhl s~ el 6ltimo, que íuc un valeroso senador a los 1rcin1a y seis año:;,
Iras haber seguido a De Gaullc a lcx veinlc. Era alumno de Schumpc·
ter, un cconomisla muy c::tlcbre, del cual cru disclpulo ferviente. En
aquella época pensaba convertirse en in•pcctor de Fínan7.as. Luego
llegó la guerra y siguió a De Gaulle. Desde e<e momento su dcs1ino
polf1ico estaba decidido. Duranle la guerra rindió grandes servicios a
las redes de la Rcsi.icncia franc""' e insle.sa, gracia• sobre todo a su
conocimien10 del alemán.
1
J.-que¡ Ma~l1c ln1errumptsuscaiududut1nlccl ttgtCSOI cla.:1de 19'2·190.
part1 parhnpár ti.empo tomplc10 en" Rc1t51cnaa. Se convtcttt en Pt. Ci decir •gente
pcrm1ncnk ckpcnd1cnte del BC'RA de l..oftdrcL Pira .ser c•act°' a tc.nicn1c de .. red
"Vél1tts-Termópdu"
Porlockmú, et donor rh11lppc M1re11e nosCOftlÓ la sip1cn1c hlllona. A klil vcincc
afKJI. Jacqut:1 a rcquendo pata el seo (Se.mcio de l ralM¡o Obhptorio. lmpuc:Mo por
105 •ltmancs • t<>dol IOC hOfnbteS llln<>íi de D ccml()O()I¡ o:upados. •l tcfVi.clo de la
1ndu¡1.na1kmana). Pbahppe Marcnc.quicn en a;c ce1onca pl.r1C'll"I ca 11 RCARcncll
en el 1-'rcnlc Mlonal, Jn1enta dii.uad1r •su hermano <k pe.nir promct~ndok aron~
dcM UcpdO el ClllO. I& vano1 Como últuno rt:cuM, lo acomper.1 • la cst1ci6n en
cocnp1.i'líadt un 1m1gocomOn. Rtmy Morin y, abltido. ve a 5U bcnn1no J>111"11r. Quince
dial~ Rlmy Monn u <k1cnidd, depon..-do. y m11en: en un nirnpo.
Ha5ta mucho d«pués. Phdrppc tic enteran de que s1 su hermano 1.nsislJ1 u1nlo en
1r1J STO eta pon:iue en,..,. matctlS. ('00 1t\iCnsa11 allllacta. llevaba u.na CM anón cmdOra
deltlnada • '°' rc$1)tcntt:1 akmancl toa qu.enes ckbCa cntn:VIAUk, gracib a 1u
1mdladddc '"' ramdaa.sol)te todo en la lnduR.tia. ¡y logró ~rtol (.\t.a:Qdo1u perloOo
de sro 1c:rmi.nó. rtgt'CIÓ • Plrll. p1.ra convcnil'5C ca pctm.dMnlc de la R«:liilcaril
fl'oroua parte. P~rrc, cl hc.rm.ano JN)'Or, m1lhar de tam:f'I, din111c del CJ~rcito en
el ammock> y entra en I• RcsiMCftria, donde ¡e C'Ollvicnc e• dJrcttor Oc: klc Krv.aoJ
tecretu. de 11 avtac1ón. f,¡: pues ct.ndeittno. romo JatqueG, m1C1'lttU Ph.1bppe c1guc
lknJo l"lfilqUtatn en Sainlc-Annc. En la LlbcnC'IÓft., Oc OattUc cfK'lr¡a • PKnc
Martuc poner de n.'UC"O en rvnaooam~nto d M•nn-lcnodct Aire, to nomb,.. ¡cncral
de hnpda Mrca y lo rci.ncotp0t1 aJ c)é«i10. En r~. hay que. kñltar q~ ClllOl tres
Mrm1nc>11 M¡:renc c.otraron separadamente en la RcMAcacia, iignoraPdo cada '1~
h•••• .. lJbc.nt4.1ón t. atdvidadeS dt. k>c 01nxt
1 A VJJ)A PAMJUAR

e 011oclo el oltm6n o lo perfecci&1?

IAh!iolutamente, como un alemán! Gracias a mi. aiando mi hermano


nació, yo tenla catorce años. Mi madretuvo una crisis de desesperación
.1111er que no era una niña rubia de ojos azules sino un niño moreno de
ojos cafés, y dimitió diciendo: "iEstoy demasiado vieja!" Mi hermana
Jacqueline había muerto dos años antes, casi exactamente, y mamá
había estado a punto de morir de "fiebre cerebral", para decirlo como
11C decía en aquella época, durante las semanas que siguieron a la
muene de Jacquclinc, y que pasamrn; en Auvemia. Mi ¡iadre había sido
llamado de urgencia por un médico que Jean logró encontrar tras
recorrer kilómetros en bicicleta. En un primer momento, no qui$0 ir a
ver a mamá. Pero, sintiendo lástima por ese muchacho que en ese
entonces tenía catorce años y que buscaba un médico para su madre
-porque el médico del pueblo donde estábamO'I no sabía atenderla-,
ese joven ex inlerno de los Hospitales de París recién instalado en la
región, pidió que le explicaran el estado en el que se encontraba mi
madre. Tenía 41 grados de r.ebre, deliraba, y cuando veía a alguno de
nosOLros lo llamaba "serpiente"() "vfbora". eramos las vfboras. En esa
época en que ya no estaba en un lugar donde había vivido mi hermana,
estaba tan loca de dolor que ni ~iquiera nos reconocfa como sus hijos.
Además habla sido justo por eso por lo que habíamos ido a Auvemia.
El doctor por fin hizo el viaje y se quedó durante veinticuatro horas
junto a mamá. No Ja abandonó; en verdad le debemos mucho. Telefo-
neó a mi padre para decirle: "Señor, ies preciso que regrese de
inmediato! No puede dejar a su mujer sola en ese estado medio día
más. Es absolutamente necesario que venga." Mi padre llegó de inme-
diato y se encerró en una habitación con el médico para hablar de la
situación durante la comida que se les sirvió a ambos. Como mamá
segufa delirando, el médico dijo: "Me encargo de su mujer durante
cuarenta y ocho horas, pienso que se recuperará de aqul a entonces.
Luego se la lleva a París y deja a 105 niños con la instilutriz en
Vic·sur-Cérc (allí era donde estábamos) para que terminen sus vaca·
ciones. Se ocupará usted de su mujer y en cuanto sea posible deberá
tener 01ro hijo. Sólo otro nacimiento la salvará." Entonces mi padre le
respondió: ~;sueno! Pero quizá sea un niño. - No impona, ies una
mujer! Su esposa es corneliana, cumplirá con su deber y su deber la
salvará." Era cier10, y fue lo que sucedió, y lo que le permitió salir de
su delirio, en el cual decía que quería que su hija reencarnara en ella.
De manera que mi padre jamás deseó ese hijo. En realidad lo procreó
LA VIDA PAMILIAll

como un deber para curar a su mojcr. Sin embargo. a partir de eni oncea
IMmi foe una mujer de edad siempre colutada. Sin embargo, r«upcró
la vida poco 1 poco, sobre codo gnc:W 1 su hijo mayor que CSl..bl ca
SU..C-<:yr ca cae momento. Concibió 1 Jacques, el íiltimo, al tiempo
que Pierre, el mayor, la bonraba1hcr rccibidocoSainc-<:yr. Y era coa
Pierre con quien salla a pasear al bebt el domingo. Mi p3drc se
quedaba bacicll<losolitari06 en la c;a..a, Tenemos foros en las que mam
escribió: "el matrimonio joven•, cuando figura con su hijo mayor y el
bebt. Y éste llamaba a Pierre "padre"; incluso fue la primera palabra
que dijo, "Pierrc",y era para Pierre. El bchtjanúsdijo"mamá", 5ino
"Dadla". " D1db" era yo, a quien Damaban ~vava• en casa. Yo cni
~Dadla" y ~ " Padre"; tramo5 ~us d06 refCTCDtes. A mamj la
queña mucho, pero DO era su nwn! en d ,..,..dadero sentido. Le habla
dado el pecho durante dieciocho-, mientras que a DOSOlrOI sólo
nos allmcnc6 un año. Decía: "Penrulamc la die.ha de alimentarlo codo
el tiempo que pueda, ya que es el último.• "iComo usted quiera,
sciloral LPor qué no? le respondió el médico. Y por eUo Jacqucs
recibió el pecho hasta los dieciocho meses aunque era un niño muy
despierto, muy inccligcnce. Yo me ocupaba de todo lo demás. Lo cenia
en mi recámara y recuerdo que lo mecfa mientras hacía mis traduccio-
nes de latln, y el año siguicnce, mis tareas de ftlosofia. ._.e admiraba la
intdigenw de un niño.

AJ mismo bempo es la primera "'2 que fue uslLd concrt:111mecnu mMico


de ecduca<i6n.

iPor compleco! Pero no médico: hermana mayor. Lo curioso es que DO


me scntfa en absoluto, pero en absoluto, macemal con él. En verdad
me scntla como la hermana mayor.

M"~uas que 8 la tomaba por su madre.

No; ti vivfa como waa referencU. Poco dcspu&, mi madre hao vohier
a la institutriz que se bab!a ocupado de nosotros llllles y que "°'habla
emeñado a leer a mí, a Pbilippc y a Andr~ antes de que fu~ramos a la
escuela IVa babia sXlo insLitutriz de mamt en su jincarudl
Habla ido a la casa de mis abuclol para eocatgarSC de la hermana
de mamá que tenla ocho años mena& que ella. Era la "señorita• 1 quiea
lllM tarde llamamos "Mcmé";sc Uamaba Elisabetb W. Formaba parte
de 1.. familia, un poco como una tfa. Era una mujer muy inceligenle
educada en la Escuela Normal Lw:cmburguesa. En esa Escuela Nor •
IA \llllA f'AMll.IAR

111.11 ~e formaba a institutriOC-• libre., enamoradas del método Frobcl.


11mllodo Frobel -alemán- íue el primer método actiYQ curope0.•
( ,, ,,..¡¡¡, a ello nuestro inslilutriz •upo educarnos de modo tan intcli-
r,cntr La primera ve7 Ucgó a la caSJ para ayudar a mamá durante el
..:rano de 191 l. Ese verano, pasado en Deauville como siempre, mamá
t>t.oha cansada Adcmils, quería quedarse en París porque su padre
e.taba muy enfermo. Por tanto, "Memé" la Señorita en aquella
t1klCa- Cuc con nOSOtros a DcauviUc.
En el pasaje de f'.1ifanccs donde cuento mi aprcndi~aje de la ledura,
1nuerdo que la Señorita se int cresal>a por la pcrsonita que yo era. Fue
I• primera ve' que alguien"' interesó en mí. Yo me di cuenta y siempre
oc lo he agradecido. IPero vaya que era chist063! Cuando tbamos a la
playa nos deda: "iVamusl iVamos! iNo estamos aquf para divertir·
nao!" iYo me preguntaba para qué lbamos a la playa si no estábamos
allí para divertimos! Seguramente C'\tábamos ali! para abrir hoyos.
lPor qué no? Siempre estal>a ocupada con un pequeño bordado, un
tejido, cualquier remiendo bajo el quitasol, mientras nos vigilaba. Se
daba cuenta de que me gustaba mucho verla trabajar, que me gustaba
mucho ver las olas del mar; ya mi manera de ser: no hacer nada y mirar,
le llamaba "pajarear". Yo era a.<S cuando ella llegó. Un d!a me dijo:
•¿Te interesa?" Respondi: •sr, c.' interesante, esa aguja que coge la
lana, y que hace algo con ella." Y Olra YCJ· "Bueno, pc..t en ti y te
prepart esto." Habl11 comen1ado un tejido p3ra mi, c>Cpresamcntc,
para enseoarme. IMe puse tan contenta! Desde muy pequeña ya era
muy hábil con l;t• manos. Enton= hice mi primer tejido; una manta
para mi muñeca toda dd mi~mo punto. Luego me dijo: "Ahora que
subes hacer el mismo punto, vam0< a hacer cuadro•." Cuatro puntos
asl, cuatru puntos en el otro sentido, !aquello me parcela divertido,
maravilloso! Y fue ª'I como la Señorila"' ganó mi eonf!All7.a.
Por otro lado, hacia que los ¡¡randcs hiciuran sus tareas de vacacio-
nes. Y habla mucho. libr0< en la casa porque mi padre hab(a sido un
briJlanle a.lumno del liceo Michelet. A lo largo de sus C$1Udio6, habla
rea1>1do varios premios cada año. Papá ganaba todo> los premios. En
aquella tpoca en verdad daban premios maravillosos en lo& liceos.
Pues bien, entre todos esos bl>rm. había uno, rojo yoro, cuyo útulo aWi

•rncdn<h l'!Ob<t.1712-tllS2. Pcdago¡poakmín que"' 101ciuósol>rc •-••loo


niñol de cdld ptCC:k'ut.r, y que sigue Siendo dlebre por haber atuc.rto. c.n 1837, él
pnmcr )lrdln de nit'tOi. l1Upitúdole en Jcen-Jacq1,1cs Row.eau y Pes1aloni, alcntabl
loe: CJcrt"idos y lea JUC"p al •1~ hb~ en 11 cducariórt de kit nir.os. KOmptl'iadc» de.
CIOJOI.
lJ\ VIDA ~AMll JAR

recuerdo: us boboucha dt Bobo llotttin' Ese libro me parecía


magmliro porq.c yo crefa qr"" un5genc•.., lllO'ian, y porque para
mi graa sor¡wua no lo llacbn. Lo abrfa, pajarcaln, luego volvla a mirar
b imagen: ücmnrc era la mbma, lno se habla movido! Enloncc,., un
dia,llllS hermano< mc<liccn:"i.Out tanto le ven esa imagen? Aíllcolis
toda pasm.>da. SI, ¡iempn: creo que.., va• mover y cuaodo welvu
• abrir el libro, wcmprecst' en el m..m<> lu¡¡.u .. E.. interesante, porque
ahora que 106 nli1os tienen a su dis¡><,..tción imágenes que se mueven
- lo cual corruponde a lo que desean , ya no pueden inventar e&O,
yya no pueden aer euc>1ionados por el camino que en su imaginación
ligue ht imagen que en el papel aigue ~icn<lo la misma. En CK libro se
u ataba de grabad06cobl&l!ro ynqro,quc contabub bi..toria de un
mercader de Aírica del None.Sc vela JU boniquito,su tClldcrctey •U.
famous habueh.os de cuero.(.¿, CKCll.U se dcarrolW..o en la aombra
y la laz, que me parcdaa wa línJa., de; CSllS /Da>& cubócrtOIS de ramajcL
Cn Jl;i ht ScAorll8, que había Miado mi comportamicnlO: "LTe inle·
rcaa ese bl>ro? - ;sr Quisiera sal>cr qué dice. -Pues mira, para cao
hay 4uc s:il>cr leer; ipcro si qui<rcs yo puede enseñarte!• iPucs claro
que los l.~s bobauchcs tk Bobo Ha~wn que ria aprender a lecrl Asl íuc
como aprendí a leer, cosa que me desilu...onó tanto después. Creo que
5Í no hubiera hdbtdo esa mc~i>'llcit\n. jamb babria aprendido a leer.
Un dfa, la i1U1ilulri1 dijo a mam': "Muy pronto Fran~ sabrá leer."
Yomc dije: "1l!a completamente lb.urda! ¿A qul le llarna sahcr leer?
iEs taa a16pido lo que me hace hacer!" Oc veras debo haber tenido
C011ÍU101¡i en ca mujer para haber seguido )"edo todas las mWnas a
'ª rcámara durante veinte minut06, para aprender ese rnttodo de
IC(.1Ull. c·rco que lo mcaci.>no en La en.se tks uif1111H. CIW>tu
pe~ me hu CJCrito díeitnd<>IDC' •p.- cxactamcnle lo que yo vma
pero, qui! curiOIO, no lo recordaba antes d<· haberla leido." iPuc1 elato
que me atuerdo de mi aprcndi7a¡c de la ledura, como si fuera hoy, y
de ew ab!.urda adividad, totalmente id1oca, que llamaban aprender a
1, .:r! No tomprcndla en lo mAs mlnimo adónde me conduela. En lo
-.. rulnimo. No tenla nada que'"" ODD lo que yo sentía que debú ser
"aprender a leer". Nada. Y asl. ua buen di&, ilistol supe leer. Era

9 Lal 1 W l • - H - . l l lloluu.hril.114 D<llF-.1«1:2.--


oc:sdc.J Gtofrru,. Se 1ntadit 1;1n.a u•ccDdc ntcn1wquc ~dtí1uloddpirmc:ro
(J'll .S.C'J).
'""°'.,
l'.a '"" •t-iu, Par& 6d Roben t •ffont, 1t&S. Pnin(Oilc: Doho ~nta
roo d<Ullc •• 1p1CllduJ< de lll l«••ro (scC'.- oone; •uo ocrd< k"J"•J•"· npjholo
t . ~ 1..111ntcilndn", pp l.S9· 169). l bhla 1hu001n1emcntc OC La ObTll que q...c:rll kcr111
l:aun' l.11 ~hu tf'Aboukonon Vc"tittm(• ron pu min1JCi01.1d1d y pockmOll
•íu'IMrqve uc titulo aoa.a1c.. yOcbc Kr 1t•p&u.aoo por el quedlmoa..
111 VIO!\ FJ\MlUAR

Cnlusiasmanlc y me dije: "iMuy biea, voy 1 leer L4 baboudia d~ &bo


llass~llÍ· IPcro La baboadra « Baba Hossan ao 1cmu nada de
1111Crcsantcsl El tCJto era idiota a morir, sin llÚlgWI iaterés compatldo
CQll tadO lo que las imágenes habiaD susQl.ado CD al. Ea!ODCC$ me
f"UCdan c:uñosos sos gritos: •Listo, i.abc leer! F~ sabe leer: •no
1.11Jh mucho!"
Aprcndl a leer ce tres-cuatro m=$, pero aquello me había parecí·
do borrihlcmcnte largo e idiota. Tcrmint Uorando. Ne<:csitaba uc
pa.ñuclo. De verdad, sin Ja autoridad de la Sciiori1a y Ja conf1107.1 que
tenia en ella, no babrla seguido. Lo que me .aJv6 fue que siempre me
dcda q uc c:w1cbara 1o que lela_ Yo ball:>ucaba coa voz forzada, coa
los ojos clavados ca d te»o para unir las letras. Y, desde Jocgo, im
toio no quiere decir nada cuando ci. balbuceado silaba por sOaba.
Entooccs la Señorita me deda: "IElcudia lo que Ices! Esli muy, muy
bicc, Ices pc:rfed.amentc, pero escucha lo que lees!" Mh tarde, un
buen día, logré escuchar eran sJJ..ba• separadas, pero qoc qucñac
decir algo.;...: las unra cscuchándola..,junt.indolas. Ya sabti leer y DO
quería dejar el texto. Querti continuar. ''No, ba'ta por hoy. Ya tenemos
una hora con esto, lregresaris mañana!" Al dla siguiente ~'Or6 lu
babo11cha d~ Baba Hassein para darme cuenta de que era un Libro
Clofúpicfo b...ia decir basta y que, Vl:rdaderamcntc, •saber leer DO servia
para nada! Entoncc5 decidí dc-..aprcndcr. iFue t»'*lrdinario el tra-
bajo que mcC<J5t6ÍDtentar dcsaprcndcralccr! Y adcmhlodeda. Pero
ella quena que CCDl.in.uara_ "Hay qoc cull~ deda. íocac& que
venir todal la. ,,,.ñan•s a Iocr UD poco, no mucho rato, pero si a !cu
UD poco..• Y luego, en cuanto yo tr0pe7.aba. ella retomaba el dicholo
mttodo y había que regresar a la página tal. Era. el sistema de la
Señorita: el •mttodo". Pero lo dNcrtidu es que, para mí, es muy
importanle que el psiroan~lisis Aca un mélodo.

En efttto, a una palabra que utilizo o mtnudo.

011t ulilizo mucho porque, en realidad, eso de UD método es lo llW


cst6pido dd mundo: isi uco lo sigue, fuodona! Pero cuando le deda:
"Quiero <bapreodcr a leer, ya DO quiero leer", ella me rcspoadla:
i.Sabes? creo que no lolognrás." Entonc:u yo loinlentaba: "iYa CilA!
- lllo, cstál descompooiccdo, tus ojos no miran el texto porque 16
miras la ventana. Y cuando ves bien Ja ventana, no puede$ ver la
cscntura; pero si miras la cscrirura, ya no podrás no leerla." Tema
rv.60. Yo estaba furiosa conrra esa canallada a la que me hablan
arraslrado: iapreodcralgoquc no..: puedcdcsapreoderl AdemM, mis
hermanos y hermana se burlaban de mi• llos de de$8preoder a leer.
Jamú logrt desaprender. En1once& ter ocres libros, luego otr05 má
que me inicrcsaron; poco a poco pasó por ro~ manos !oda la biblioteca
d6 la casa de Dcauvillc.Sc coo,irt1ó en una dicha levantarme lcmprano
y, a los rayos de la IU7 que se filtraban por entre las persianas, leer, al
tiempo que en otros rayos de luz •el.a la danza del polvo. &lat.
lranquila hasta que ta borda se dc.,pcrtaba. Entonces terminaba loda
lranquilidad. A parlir de ese momcnlo eosla, bordaba, lejía, pero ya
no podía leer porque armaban un c•c.1ndalo de miedo.
JY utf()nctJ trutñ6 alemán a su hcnnano mmDI'?

No, yo no le enscDé al"""n p.tra nad.i, pues no lo sabia. Pero la


Scñori11,al paseamos, nos bal>Llba en alcmin y nos recitaba ~ias
en uc idioma. iEran tan tind.,. esa\ poc.<lli en alemán! Adcmib mi
madre era originaria de Alcman͕ del Sur por parte de su J".ldrc, quien
habla llegado~ Francia a los doce años, ¡.in h~blar francts. Habfa sido
educado en la Academia Militar Prcparuloria con sus siele hermanos
- los ocho hermanos Demmler. Sus cuaHo hermanas fueron educadas
en la Legión de Honor. Su padre era prcccplor de los hijos del duque
de Wuricmberg. en la corte de Wurtemberg. que era una pequeña
corte de lo má~ ridlcuJa, pero donde 1oJos lo~ dlas, pero tod06 los día\,
tocaban m~ica empolvada Por lo demás, a mi lambién me educaron
pan locar m6$i<:a 1odos los días, música de grupo. Como le <kcia, era
preceptor en Tubiogco. Y N•P<~cón 111 i;e prc;eo1ó en visila oficial:
iba a las pequeñas rones de ese lipo en el momento en que se
preparaba la gran Alemania bajo 11 égida de P'nlsia. Pues bien, los
habi1an1cs del Wuriemberg estaban íuriosos anle la idea de conYer·
lirles en sa1éli1es de Prusia a la que odiaban, pues los alemanes del aur
dc1estaban a los del norte y sólo querían al Franco CC>ndttdo y al
Dc:llinado. Sólo manlcnían relaciones con los pro1cstan1es franceses y
eso ha.su el lago de Constan1.a Napoleón 111 propuso a ese preceptor
que se prcsenlara como profc.wr de alemán en la &cuela Militar su;
hijos varones serian educados en la Academia Mililar, las niñas, en la
Legión de Honor, lo cual se hl/o. Fue a.'\f como Augu,<1.e Dcmmlcr, el
abuelo de mamá, emigró. Es preciso añadir que se había casado con
una mujer de Montbéliard, mi büabuela, a quien había conocido
porque habla numerosos intercambios cn1re jóvenes protcs1an1cs del
sur de Alemania y del este de Francia. Eran personas que, a causa de
la religión, man1cnían relaciones continuas. As! pues, tras casarse con
uno francesa, y dado que no querru esiar bajo dominio prusiano, Uegó
a Francia. Siempre lao misma ltis1oria, oomo lambién suceclló a Boris:
lla Francia de la Revolución francesa, la Francia de los derechos
I /1 Vll>A l'A'411JAR

h1n1unú;, la Francia de r.. lihcrtad! M1 bi..abuelo se in>taló c:n lk•urg-


1~ Kcine donde además fundó con OlrO!. correligionarios el 1cmplo
p1olc:.tan1e. Y nuc»lro panteón familiar .e encuentra en el cementerio
de Bouig-lll-Rcinc, donde también hay una calle Auguste Dcmmlcr.
l:;naaépoc.i,aquclloer1 laia!uerasdc París, la campiña. Por lo demás
.icmprc habían vivido en ese tipo de campiña Mi ahucio tenla pues
•lncc ailos cunndo llegó a la Acadcm1<1 Militar, donde aprendió francés.
Mi< larde - ~una bt'10ria curiosa . participó en la g11erra de Ul70,
del lado francé6. Los alcmanc. lo hicieron prisionero y lo rcdU)-cron
en la fonale1.11 de Em>. Allí atrapó una gra\'C enfermedad, que decían
rra la fiebre 11foidca o el tifo. Siempre fue así en l<t f•milia; imP<"ible
11<1ber con precisión. Picn.o que para hulierse librado, debe haber sido
I• fiebre tifoidl!ll. Al enterarse: de i;t.ta nolicia, una de sus cuatro
herlll4D3S se puso en c-•mino disfrar"da de campe>1na. por supuc.to
h•blando alemán como una alemana. Logró entrar en la pri,ión,
d1'frazada de lugareña, en el carro que hllcía la cn1rcga de heno y toda
rla'c de objetos. entre ellos los a1a6dcs para ewcuar a los muertos,
r •rque hal>la una vcrd.dcra hecatomhc tn esa pri,i6n de Em.,. Una
'''en el luKar, logr6 queJ•NC~ ":>i nccc;itan per,,.,.,al. puedo qu~r­
mc con U.<lcJc.5." Y de esa manera pud1> atender a ~u herm4nO y lo
$alv6, aunque a partir de entonce. la ~alud de mi abuelo fue cldrcma-
damenrc fráAil. Pero y~ no ~ por qué le cucnlo c•ta bislori3 de mis
anCCSLr~ m•tlcmos_

1A propósito d.-1 aprmdiza¡t dtl o/m111n por po.ttt de su hermano Juc-


quts/

lAh, Sl1 Como le decía, cuando nióOI\ paseábamos con la Señorita que
nos habbiba en alemán. Hay mucba.s p.11.tbras akmanas que conOla>
por eso. Yo no hablo alemán, pero esta lengua me rcsuha familiar así,
de oldo. Ja0<1ues era el Olllmo, y como estaba Milo se aburría. Dado
que era un nino muy capa1. dije a mis padres: "Pucs1oque la Señorita
lo preparó para el alemán como hao con nosotros, debe ir a Alemania
a aprender bien el alemán.• La idea le., pareció in1crcsanlc, yen cuanto
cumplió los die~ anos lo enviaron con una familia alemana por primera
vez. Luego pa<6 lodas sus vac.aciones con familias alemanas.
Tenla un don extraordinario para I"" idiomas y la m6sica. La prueba
uti en esta antcdota: desputs de la guerTa, formaba parte del equipo
de Combat. 10 Un dfa, mi madre me dijo: "IYa novem"" a 1u hermano!
1• Jugro dupuü de &a np11ulln6n de; Alcmin-.. J1cquec Marc.uo" C'OmllntO en
.,..rrupoasat ._. U..rope dd &le pon f'>Qnct S<>v y Canbol, N)'OO íundldo<cl h.i.C.
coeondo en 11 Rak•enria Su ..SC: pcnnanc:nlc tvc pnmc-ro Oc:rtin. fuc¡o V1l'M)l.1a 1
mM lardc Pnlp. M")'p!O•UO. unió ....
rul16n P..-ntta
r.- •loo dtronuponAlde 111 R.tdooJr•
'ID U\VIDAPAMI

1No para de la mañana a la llOCbe., se eocicna basta en el baño con


libro de ni.so! Quiere aprender ruso para que lo nombrencorrcspon
de Combat, que necesita a alguien que 5ep11 ruso.• Eotonccs cucnlO
esio a Borilque prorrumpe en carcajadas y me dice: •¿pero cómo lo
aprende? -Qin UD libro que ÍD<lica lunbiái la ÍOOtlict -JaoW lo
logrará coa CM método.• Pocos ella. dcsputs, Sacqucs 1cleJoneaba a
Boris y le dice: "lPodriu dedicarme dos hora.s? porque quisiera
coo=sar UD porocooligc> para ver cómo\O)'coD mi ltabajo. "Se ponea
de acuerdo para vcnc:. Boru regresó absol111amen1e sorprendido:
"Habla rmo como una pcrM>Da quiéa si.be de q!M! rcgióa, pero IÍCDC
un acento de región ro.a. Y habla muy bien. Le di algunas pequeñas
indicacioaes y modism06 que no tenla Lo asimiló de inmediato. IEa
íantisrica la capacidad que tiene tu hcnwio Sacques para los idio-
mas!•

En efecu> Nly pet$011as q11e !Wten u11 don a!roordinorio paro los Idio-
mas.

Et. muy cieno De esa manera pUdo COl'l\'Cttirsc cn coi 1espoe 111 para
Combar en ruao, ilcngua que aprendió en cinco semanas! ~como lo
hacía todo: lde la noch,, • la mañana, siD paras! Y habiendo visto a
Boriss&o OO. YCa:S, las.;guoda ocho di.,.~ denOC\'O ck• horas.
i Et. cxmordiurio!

En si1 opím6n Jt¡11é coso ~s ese don?

Creo que es oido, y tambiln el ..:ntído de la consuucci6n de los


idioma¡. Clwido le pregualt: "lPcro deo bic;i,,ie? lT>enes UD secre-
to? -iOaro que no! Sencilla.mente cada idioma tiene su estilo de
construccióo. Hay que hallarlo y meterse denlto de alguien que tiene
esa estruallrl ·· Cico que también hay que tcncr una gru memoria de
vocabulario -y él tenla u.na memoria colosal. Como también Boris,
como mi bijoJcan ymi mctoNieola.s" que tiene una memoria increíble.
Su padre le leyó un 1íntín, sabe de memoria el 1ímin y no tiene más
que ltcs añOL iEs CX1r1ordínario! lEs maravilloso tener una memoria
ISll No basa si oo hay inleligcncia, pero es una ventaja coonne para
SOSlcncr la illccligeocia que se apoya mucho ea las ISOCiacioncs por
1nalogla. Si iC tiene mucha memoria, se tienen muchas posil>ilidades
de articular por analogla lo qut se oye.
1.A VlOA PAllCTUAA 71

I lltnf usttd una idea de lo que putdt hactr que 1m niño ttfll10 kna
..-ioria tan exupdONJJt

l.n abloluto.

63 auioso; debe haber rozones parg ello, pe/O no llt8f1mos a compnn-


dcrlas bien.

Yo no lo~ en absoluto. Sin duda es una cuestión de oído, del papel


enorme del ofdo, de acento percibido, y tambi~n una cuestión de
Cilntctura de las palabras que designan la acción, lo experimentado,
lo activo en los SU$1antivos. Es una inteligencia de la lengua con la
memoria de lo. fonemas.

¿sabe 1mtd qu" Mozatt jam4s olvtdal>a un fragmento de mlÍsica que


hubiera comfJ11uro1

sr, como vemos poelas que saben de memoria todo lo que han escrito.
Es extraordinario.

Desd" lu~ hay en ellos una d1mt11Si6n de lo lnhibici6n, por tanto del
lenguaje, que no funciona. Una <Spt!Cit de •patol<>gfo positivo~ si asf se
lt {Jltedt llamar.

Que va bacía la sublimacióo.

Bien. Pero mientras Jacq11es se iniciaba en ti olemdn, usted. ..

En ese momenlo yo come111.aba mL~ cswdios de medicina, luego


mi cura psicoanalnica, sobre la que pesaba el tremendo oprobio de mi
madre a quien todo eso le parecía c~pant0$0. Tanlo asl que un día
mí padre me dijo: "Debes irte. iTu madre no soporta ver que conlin6as
tus estudios y le va bien! Debes ine. • Enionces partí, 11 y Jacqucs se
qued6soloconcsos viejos, C$perandocon impaciencia el domingo, día
que me vela. El domingo, puesto que no se a1re\/fa a hablarme., iba a
decirme: "Ya sabes que oo te hablo. Te quiero pero no puedo hablarte
porque eso echaría a perder toda mi semana: cuando te babi<>, la
Señorita y mamá me hacen escenas toda la semana, porque al parecer
Uevas una mala vida. -lPcro qué dicen de mi mala vida? -Parece

11
Pat1 Ir a la talle Dupuytren. el 3 de llO'llcmbrc de 1936.
n LA VIDA FAMILIAR.

que Wldasde callejera. lQue quiere decir eso'? -Esoquieredccirque


le acuestas con todo el mundo. !Pero si yo no bago eso! En efocto ando
por el bulevar Saint·Gcrmain porque b1 Escuela de Medicina está allí.
Pero yo estudio." "!Anda de callejera por el bulevar Saínt-Germain!"
era todo lo que oía sobre su hermana mayor. "No quiero que le bables
a esa muchacha, anda de callejera por el bulevar Saint-Germain." Me
costaba mucho trabajo soportarlo. Por eso sólo iba a casa los domin-
gos; pues mi padrcmcsuplicabaquefuera: "Veo, a pesar delas escenas
que te hace tu madre; necesito verte." Debo decir que por otra parte
yo necesitaba "llenar el buche", porque tenía poco dinero; no tenla más
que lo que ganaba como externa. IY no era muchol En aquella época
se ganaban nueve francos diários por día de trabajo una vez firmada la
tarjeta de asistencia por la mañana y a medio<lía. Aquello no ayudaba
mucho para las comidas, los extras: la ropa, el papel, los lápices, ele.
iYo, que había sido criada en la abundancia, no tenía ni un quinto! Era
muy, muy difícil, por lo cual me daba muchogusto"ccharme algo entre
pecho yespalda" el domingo yendo a la casa. Era uD poco venal, lpero
pues así estaban las cosas! Además estaba pagando mi p~icoanálisis:
era terrible. Debo decir que Laforgue fue formidable porque comencé
con ti al precio normal, pagado por mi padre; pero cuando me fui de
casa, mi madre exigió-que mi padre dejara de pagar. Ella primero había
pensado que si me psicoanalizaba abandonaría la medicina, pero como
DO la dejaba, ya no quería que mi padre siguiera pagando.

Entonces, justame11tt, para continuar jalando el l1ílo que conduce a si1


ser-psicoanalista: nos lla hablado laf80me11te sobre todas esas relaciones
con la locura que llalló usted e11 su infancia en todas las fom1as...

Hay que añadir la relación con la locura, lcómo llamarla?, "menopáu-


sica• de mi madre; es la explicación que mi padre me dio. Me dijo: ''Tu
madre está en el período malo de la vida de las mujeres. Yo babia.
pensado que el nacimiento de tu hermano arreglaría las cosas, y las
arregló. Hoy vive de manera más o menos normal. Pero 16 eres para
ella un pensamiento imposible. No puede soportar que to vaya bien en
medicina. No puede soportar verte."

lPero en esos años, de qué modo tropezó c011 el psicoan6lisis?

Fue en PCN. Sucede que mi madre habla querido comprometerme, de


manera oficial, con un muchacho cuyo verdadero nombre era E., pero
aquicn,enEll/a11ces, llamé D. Erauoestudiantequesepreparaba para
1.1\ \/IDA PAMIUAR

ul~cncr el 1l1ulo de profesor de letras cl.lsicas. Era el hermano menor


J~ unas amiga. de mi hermana mayor.U
Duranie un viaje a Pr0\'C02a, un día. mi madre oos dijo: "Vamo• •
pa.'>ar a casa de Q D. que oos iovilan a comer y a visitar su propiedad.
cerca de Carpcntras." Fuimos a ca.<a de los D. a quienes no cooocla,
pues yo no con<>Cla a las amigas de mi hermana por la diferencia de
edad que habla entre ella y yo. En efecto, ella 1cnla seis años y medio
más que yo y cuando murió a los dieciocho y medio, yo sólo lenla doce.
Pues bien, esas muchachas 1enlan en e~c momento diecinueve y veinle
años, por es<> yo no era su amiga. Pawmos pues el día con ellos en
Pro-ven1.ayla señora O.dice a mamA: "iOéjcnosa Fran'°iscl Ya vamos
a hacer la vendimia. Que se quede ocho días m.b con nosotrOS. Puesto
que el señor Marcttedebc regresar a P~ regicsc cont~ pero déjenos
a Fr~i.c. Un ocho días, regresará por tren con mi marido que debe
regre"1l' también." Él estaba en la Acción Francesa. Mamá era tam•
bitn de In Acción francesa. Por 1an10 habla "coeonne•, scgl1n el
1érm1no consagrado en la íamilia para decir "hacer amigos•, con la
señora D., lo madre de esas amiga~ de Jacqueline, y se dijo; desputs
de todo, ei.tá con una familia decente. "iTc quieres quedar? Sí, tengo
ganas de quedarme.• Entonces me qucd~." Lo curioso es que esa

u F.nfanca. "P <U, PP. 88-94.


t• t..ut1M111 ton kw D. rc:cteauóbajonf'nlr.IMNI u• poc:odilc:rcntca, pcmq--
de llUIJWIA .....,,. modúna d1<1udo' 11 lftlpon.AOI dclll<OOl-•o- po<
Fra-M1re11c: al<iolade Pori<y-aola1 Pitio. le-dUlÓ-ICllll-
cotnp4cc•
LRo u'° que fraft(OISe Marcttc ('QIWgnó tn "" •&cnd• pc9SOnal de 1921, q'"'
rcprodw.om01cun l.ll 1u1onuáóndc le docton Dollo-lo1Jtcb.81baccade tu madre:
1.wott 11d4><pil<mbrrd<1931. Mlli•ral de Z2 hom lkgada a G. por P. \lo.et....
Muna211 lu8;3(). El<in lo<1dorc. D., l .. C., T .y !l. (P.. CyT.son 1u 1rca
bcll!lllnH de lq.
Mitrrolu 2.1. Mliu•lyboen tiempo. Paro ti romlda, el gor<lo Léon y•u hijo Prall(Oi>.
IProchpooo, el gonlo Uool Se .,,,.....,..,,6 h•hlondo de lngla1cm. No .. habló de
mcdw:ina_ t"ttn{Oll" muycom:tto..
Jwva J4 Ponlda de M. D. VcndieJ&
v - n.1--mlCJlto pcilaSc'O&. El .... ·n.rco ... las - de - • r o d ..
dato de h.1na.
S4bodo 1d. &tipe de 1-. DiboJO• ll -rela. v.... buln< alm<MIM.
DoJINntp rJ. Jr• mu a P. a pie (QI f'. y C. Rqrelo ca l\lto. ·renn&ur M'Uolrt:&I ea
11ie...,. Jopr-•du. h - .
.üma UJ_ bcturAón C'OIJna SObrt: P
Mona 29 Uu porul de Jean. Oln1 de Ph1hppc. Rc<01C<ddo de azufaifa. VOf • P
Telq;ram1 Oc nard: iháte once afl.OI!
MilT<olaJO. Día pc<ado. lndidosdclluvlo. RcC'Olecclóndcuvas. P. hice mennclocla
d~ mcmbriUo. Vetad.amuy pta. C.J\'Ún1t1 de un• mcd.. hota coo P. baJO los J>l"Clll
¡,_,,, 1 Tempcs1oc1. V1CJ1t<> S.E. llovlo lodo el dCa Recibo"'"' de molÑ P-•
C'On P Ltnura P..,...1· /mp/IJt<ftfyW dlM.
1.A VIDA PMlll.IAA

csudi. me pcnmlió comprcader, pero mú tarde, durante mi cura


psiroanal!lica, que mi madrc1ufria una ncun.i&grave, pues todol IOI
dlat recibía UDa carta qllC me dttla. "LPor qut acep1a51c? E¡ que ya
110 me quícru. Prefieres a cwlquícr OlrO que a ta madre.• Tenla ua
dchrio de cel0&. Por ejemplo, no 111t habla dado cuenta en absoluto
que tru la muerte de Jacq111:line, m1 madre me vcSlfa cxac:ta.mcnre
como ella, pero de otro color. Era la m11ma hechura, lbamos oon el
mismo wt re, mandaba cortar el mismo abrigo, el mismo 11CAtido, como
si fuérll'llm gemelas de diferente edad, oon un color para mi y otro
para ella. Pero yo no me daba muy bien cuenta de eso. Me deda que
elsaslrc no >abfa hacer más que C1C tipo de ropa C1Caiio; que le hada
el mismo abrigo a todo el mundo. LPor qut no7 A dcár verdad, me
import•be un oomioo.
Encambio,enttc bO.mcscnlla muy(eloz, porque esa¡ muducha.s
eran muyinlcbstntcs. Unacra liccndadacn ingltayhablaco-n7aclo
C&ludÍOl de lilosofia, la Olra, líccnci.da en i1.1hano, alaba traduciendo

~tmts l_ Buen 11c:mpo a pcar de b pron&I~ pu1mi&&U.. Paleo 1 tot t:K1Jc1


r.J Gn• Turt'O.,. el día. Rcpuo por tocio el sur
$.,._,J. lllimbo 1 m1mt.
<Smblock .....
"'"'°''°""'el< "°"'" •
,...a. liln'Do por lo m1mt

°'*"'~"" 4 S... l'n....., el< Alll C.-¡>lelflcll de -""' Dapwlld1meo1< oo


....,, pon - . - 'lo1odl """ ....... p ..... ll<•r& ..... Nún...... 10 -
°"""" • d ,.,,,..~ °"'*.·-- -
i . - s. 1:.o11-dclltcnw.W>Wdemq -roa'lS.P.,.oc1eoi

" ' - .i. Aa1ca d e • - - e..,...,.._,,.,.,_, a1....- . 5llodl


MntOcan IJ.yP. ponI n - · lo ....~ . o;..1er.1 •d l>rom<.
Tía t 'L,Nil 1nar.t.a ro.-ctableí111C-nidcl 1.empo}'dc 1odatau~ hecaln
v,.
u.o..-11.
puro.
Mtór:olu 7. Rcpuo a G mal tiempo. AfC\I•........ en Lyoo u - 1 rlnt•""-
SalMl1ca1uto<oft l'. J líe ll, pon A"'IJ'""· l 1<1 MMll 12, 22,40 hota11 Pin., pepl en
.........i..
0a1 IC>lto toq•ICte alpnc»comcntlnui:
-·u pdo 1-·..,wn
-lA -~la de O
.-.iouo•••• t- DludeL
t.. lullado J 11 po4*1""" (p. 93).
-·Martm 29. Tüeparu-'.: 11'1.ttt <*"e...,.!-; a rdiue .a _,..no de ta
mvc.,. de Jarq-. , . _ d lOOr 1<pc-do l9lO.
- i... '"cornde • IOrOI cm atondil • L• mn1 • .. __,re . ...tonnl. d...,.,_
clolm--ao.-IG, VdllbJ.._.J _ _l a . . _ _ d c l · r 1 -
Ma1<1tc- 11 <0<n!L •1 hora 2Sdc nmi«ría" Y un pO<Odap>á: "()uc ...,.aJ
tute MÚ CJSraJocl que de Cita ml.ldtedumbrc lrcptdMl:c. y NIJCn.te lllllC urt1nunal vwo
yque IWÍte pi,. dM:.rt1rta, hasta cJ lft0men10 e11 qye uta 'f'tda ac k anuc:a pot" ,..,.,.
al pobt1rutrpouttn'**de rab.a y dolar. Ultl lftiWM muchcdvl'llbftae ~por
el)llCFd•bolal..."
'fía I'."; Ero uoa llerm1n1 tic luel\on O P"bhro ... coletttóo de poulec u
'""' ''-(Plrl&, Dclcalle. 1912) roa H 1lra¡e de )JO ejempluu.
I ,\ Vll)A l'llMIU/\R

11••1 parto de /.a Di11110 Comtd.o. Y Joda\ lu noches en1abU1hanM11


l.11¡;.... poltmi~ y luego tocábamadl m(r!,i<a l labla llevado mi vioUn 1
d11ftuUbamos de la mÍl>ÍCI juolas. Me atnUa muy cootenta de CN•r en
u ca~: durante el dí3 era la vt:od1mi1, to. fl.'ICOS por el carrascal de
IJ rcgi6o de CarpcntTas; era muy hcnn060. Me $COila muy fcliz y••.
lloraba como una Magdalena con tas carta.~ de mi madre, diciéndome:
•r.s terrible hacer &uírir a alguien, ain hacerlo a propósito, porque e&e
Klguicn ki quiere a uno y porque uno quiere u otros." Enlonccs hablabll
tlecllocan O.ysus hormanas. Y mcdccfan: "l!.\porquesu madre jamás
se ha rC(;upcrado desde la muerte dcsu hija." Yo lo eotendía muy bien,
pero !caramba! Y en ese conlexto lc1 dije que estudiaría medicina, que
quería emprender esos C51udi06 pero qu<· mi matlrc había exigido que
c1pcrara h.t"• 11 edad de '"in1ic1nco ª""'
p1racmpc7J1tl0&,ya(ln 1111."
a llll vuntidnco. lú no me cauba antca! f'nto~ )'O me dcda:
"Bueno CTeo que no me ca.art porque tengo tanta$ ganas de estudiar
medicina que prefiero estudiar medicina que casarme." Se hablan
creado '1nculm, me gustaban mucho los relaciones que mantcnla con
ellM. Ertt umi'ltad, pero cuando ~e es jown, no w sabe muy bien. CI
muchu~h<> estaba enamorado de mi, yo c•lahu cnnmoruda de la notu·
ralc1a, ti lambil!n. l'!.I me lclu los chbicos gritgl>S, y yo que jamás habla
practicido el psicoantlisis intcrprcrnba, bueno, compTcndla a los c~­
siC06 griegos de manera distinta al literal gnego-francés y le dcda:
"LNocrce u~ed que todo$ somo. un poco Metica? Ahfticnea Mcdca,
que ma·6 1 aus hijo• por dc...c.,pcración amorou ... Ahl tiene a mam.i
que ha perdido 1 $U hija: si lo pu<icrun como tragcdi1 griega, ¡in duda
hablarlan de una dc<e~peraci6n como aqutlla." Eso nos llevaba a
hablar a la vcL de la vida actual y de la vida poética arcaica. En suma
habla nacido una nmistad amorosa entre noso1r05; vaya, una amis1ad
amorosa ... ljami!s nos besamos,jamtls nos acercamos!
llnh•ncc• rcgrc\O a Parlo;, llena tic k» O y do m6sica, y consagro
todos mi• domingos a locar m6~ica de grupo con ellos, a vi5i111 loa
mu..coo con O, que se había dado cuenta de que aquello me gu¡taba,
pero a quien le aburría irsolo. u A ~u~ hermanas les aburrían los mUSCOI
pero, p~csto que yo quería. .. AdcoW, en ese momento me gustllba ir
a cacuchar Jn5 conciertos en el Cbatelct el domingo. Tamb~n alU deda
que él no habrla ido solo. Pero ir con alguien Sus hermanas conodan
tan bien la m6$ica -él era menor que ellas que ya no ncce•itaban

u l'.n:on1111mQC en los arthiYos de l'nni;ol.. Dollo ca~Jogos de cxpooic:idtl Oc eotl


eprora, 1ln dlKll obotqul1dcl por O. Sob101odo: ••P.xpookióndedibajQC it.U.noo do k>0
"&loo XIV, XV y XVI", Muste de l"Ot1n¡p:ne, n<>Yi<mb..·<hriemb.. 1931; •Manci lkU
1811'. ~1<!11<io do P1ul V11éiy. M""" dt l'Ot1n¡p:rlt, 1'132
l./\ VIDA l'AMJI IAR

c'cuchar a los grandes clá.>ioos. Iban de prefereocia a los conciertos


niodernos en la nueva sala Plcyel.
Pues sr, veía mucho a c.'c muchacho que teofa dOll anos menos que
)O, y que para mf era como un hermano menor; no lo veía en ab:.oluto
como un enamorado. Pero él debió haber hablado ron"' madn:; y las
madres hablan hablado entre ellas. Por CM> un dla mi madre me dice:
«De todos modos, no te permitiré rcgrc.omr a casa de los D. a menos
que todo se aclare entre ustedes." Yo digo: "lQué debe aclararse?
- IQue tú y O son novios! De lo conuario no le: d.art pami'><l pata
'o'Olvcr a verlo.• Entonces el mundo ,,.. me derrumbó. lPor que no
tendría permiso para volver a verlo si no éramos novio.~? Entonces le
telefoneo, como una lmbécil -bueno, en verdad era una nina - :
"Oiga, aqu! hay un drama, ya no puedo \'Crlo. - ¿Ah .i'I lOué pasa?
Mamá ya no quiere que •aya a tour música a lU ca.a, ni a nada,
mientras usted y yo no seamos no,ios.• Él, al otro lado de la línea
comienza a reír como un loco y me dice: "Voy por f'ran~isc.• Su
hermana mayor viene al teléfono: "¿Qué sucede?" Le cuento. Ella
dice: "IMuy bic:n, D. no dnca Olra cosa! lCuál es el ptoblcma? IE.<;0
DO cambiará nada!" Entonce. )O digo; •¿o.: vcraa no dc...ca otra cosa?
¿y t6? - l Yo? IContalJc: podem05vcr, muy bien podemos Uamar·
nos novios!"
En eso, viene a comer a casa el domingo siguiente, y yo debía
regresar a <u casa con ti por la tarde. Mamá le dirige un pcqueno
discurso digno de una íutura suegra; ti no dice nada, -e rubom~ muy
t!mido. Y luego se nos queda viendo a los dos: «IPeru bueno, bé.~cnse
pues, imbtcilesl lOué no son novios?" f'ntonccs, delante de todo el
mundo, digo: "i&o si que no! Somoi. n01>ios, tenemos tiempo. Yo
primero quiero c¡¡udiar medicina, luego nos casarcm""- Así es que no
hay razón para besarno.." Mamá no entiende nada. El muchacho se
sicote muy incómodo: en efecto, jamás nos hablarnos acercado de esa
manera. Y por la noche, cuando \'OM de •u casa, recibi las observacio-
nes de mí madre: uPero mira que no te entiendo, iercs una hipócrita!"
Yo digo: •¿Qué? lHipócrita? -ISII ¿PcroqutesloqueestAshacicndo
con ese muchacho? - Tocamos música y estamos traduciendo Typhon
de Conrad. Mira, estamos muy ocupados, tcnemo. muchas cosas que
hacer." Entonces: •¿y por qué no quisiste besarlo delante de m!7
- Bueno, porque jamú nos hemos besado. Es algo importante que
$610 se hace después de haber reflexionado. ~ IJamás te entenderé!
IErcs monstruosa! Bien que te das cuenta de que ese muchacho está
enamorado de ti. -iÉsc es su problema' - l Y IÍ!? Tú me diCC$ que
DO me pcrmitirú verlo si no somos novio:r.. IPeríedol Eso de novios,
1A VII)/\ Pi\Mll.l/\R ,,
11.1~1. A mí no me importa; novios no quiere decir casados. - No l\'
• ntkndo, icrcs un monstruo, eres un monstruo!" Mi padre mirnbil 1:1
1 ,1·cna de reojo y no dcda nada
Sin embargo, D. estaba muy impaciente pues estábamos en noviem·
l•rc cuando, de manera incsperad[I, iba a poder estudiar mediciM.
Rc;ulrn que él no quería que su mujer estudiara. Entonces yo dije:
"Mire, yo no soy su mujer. Soy su novia por nuestras madres; ni siquiera
"-lY una novia oficial: nadie lo sahc. Según ellas, si nos ven en la ealle
¡untos, no habrá csdndalo porque podrcnms decir que somos novics."
No st muy hieo si todo aquello lo hacía reir o por el contrario lo hacía
~ufrir. La cosa es que era dura con él. Ahora que lo pienso, me parece
c~panto.so, y creo que en cícuo hubfa algo monstruoso en mí. f'ntonccs
me contesta: "¿Pero y si yo le pido que no estudie medicina? -"o
logrará nada porque en este momento de la vida, para mi la medicina
c.s mlls importante que ca~armc con uMcd. U~tcd no 1icnc su lllulo
catcdr61ico, no ha hecho \U servicio militar. De todos modos, s61o
podremos ca'llm<l'> cuando lo• dos tengamos, o usted en todo cru;o, un
empico. En lo que me concierne, sabe que quiero tener un olicio. Le
be confiado mis idea& al respecto, y las razones por las cuales quiero
tener un oficio. Por tanlo no podremos casarnos antes de cinco años
cuando muy pronto, despué; de que usted haya pn~ndo la oposici<'ln a
la cátedra, hecho ~u servicio militar y que yo haya terminado medicina
o casi. Podremos ciuarnos cuando termine mis estudios de medicina.
Ya veremos."
Entonces seguimos viéndonos con ese acuerdo cojo. Al linal mi
madre no quiso que yo hiciera el rcN" ese año. Dije: "IBucno! voy a
inscribirme en laSorbona para italiano." McguMnba muchncl italiano.
C., una de las hermanas de O., que se había e-~peciali1ado en italiano,
me habría echado una mano para subsanar un poco mi retraso y
pcrmilirme en1rar directamente a los cMudios avanzados de italiano.
Pues yo era buena en italiano, malcria en la que tenla una excelente
calificación en el bachillerato.
Y en eso, mo hermano Philippc decide que c1uicrc estudiar medicina.
Él siempre lo había deseado pero no había pa~ado la segunda parle
del e>t&.men de bachillerato. Y mi padre, muy le mido por mis hermanos,
le habla dicho: •¿Pero qué harás si te reprueban en el examen'! No
quiero pagarte otro uno de bachillerato. Lo que puedes hacer C$ el

1
~ PCN: Ccrtiílcado de E61udios Fískc.. Químl<'Oi y Na1ur1Jct. Ano de e11udío / de
form.adón obliga tono previo a los esn.1d1os de med1dn¡i, U •probación del exnmcft de
fin de afta c:ni abhptorio para cn1rar 1 pnmct' el'lo de mcd1rina, pero un filrtd11h111 •
podía pmcnl•nc lodOl lao •AOUC&l'Hl<lO que <lc5<:ara para •prmorto.
LA VIDA PAMIUAR

ti f f " En esa época, para preparar el Hl!C no se exigía el segundo


cu meo de bachillera10. Mi hermano dijo: "Bueno, haré el HEC." Mi
padre lo in.~bi6 creyendo que lo reprobarían en el segundo período
de exámenes del bachillerato. iPara su sorpresa lo rco'ben! Está
contento pero... cs1á inscri10 en el curso preparatorio del HEC! Y no se
atrevía a decir a mi padre que quería volver a su primera idea de ser
médioo.17 Mienlras1an10, cada vez más lleno de acné, va a '"'r al médico
de la familia, un homc6pa1a, que lo interrogó: "Muy bien, mi querido
colega, lcoD qué comicn?.a usted medicina?" Regresa tra.slornado y
me dice: "R. me dijo que el acné que tengo es psicológico; es porque
hice bilis a causa de mis csiudios, porque estoy desconsolado por no
poder estudiar medicina pues estoy inscrito en "prepa• en el HEC. iY
el HEC me aburre!" Yo le digo: "Mira, hay que preguntar a papá. Tan
s6lo c:stamos en nO\iembre. Quizá puedas comen= medicina con
algtín retraso."
Yo ya es(aba inscrita en la Sorbooa para oomeD7M una licenciatura
en ilaliano. Sabia que aún lenfa que esperar para comenzar medicina.
Ya era enfermera titulada. Cuando ccafa veintiún años, mi madre
aceptó que siguiera estudios de enfermera porque ella misma había
sido enfermera durante la guerra de 1914-1918.Sabla que era 6til y que
algunas personas, como una de nuestras primas, hablan hecho de eso
su oficio después de la guerra, quedándose como enfermeras civiles
uas haber sido enfermeras voluntarias militares. Esa prima pudo
satisfacer sus necesidades siempre - ames de casarse en el ocaso de
la vida-, como enfermera civil asociada con UD gran den1ista; y se
ganaba muy bien la vida. Por tanlo, para mi madre era un oficio de
mujer, DO peligroso: ioo se tenía que andar de callejera y se ganaba
bien como eníermera! Por eso: "Te doy mi permiso de ser enfermera~
Aprooeché la ocasión. Después de todo era un oficio, y con el ejemplo
de mi prima Cbarlotte me había dado cuenta de que podía resultar un
buen oficio. Además, al mismo tiempo, me permitla CSlar cerca de los
enfermos y adquirir experiencia, porque había visco que mi prima tenía
cierra experiencia, cuando hablaba de las eníermedadcs de las perso-

11 En ,...1ida<1,comono<looanfl1111Ódespuisdeu>vell1pr ta d1rttti6a de Laes<Uda


de lo HBC, co eso tpoao se ..;g>a el ba<llillcmo mmp1c10 para llll<ribitse en la dasc
preparatoria pi.NI el c.umen de ingreso a HBC'. l ,a $ltuadón se prc5Cllla as:é Hcnn
MIR:ue. el importante dtrigcntc induslria:I, grupo familiar. tenia u.n hijo, Jca.n, el
scivadO,)'ll lllulado en lo fil<ucla Central de i\ncsy Monu(anu,... qoo podía tomar
la dlrettión 1écnic:a. del IJVPO. lO cual hilo. hn cJ ¡mdrc, la pcn;pc:rt.rw de ocro hljO a
OfF de la din:cci6n era muy tentadora y '"n11taral .. -pero no t'Of'TCSP'Ondía al deseo
del fulVJ'O m61i.co y pucoanalista. Ph1hppc Matcttc. &te (uc dcdanldo bactl\Jlcr el 23
U. onubn: de 193L
1A VIDA PAMIUAR 79

u.1\ o de temas por el estilo. Aunque sólo fuera porque había cosas
mrnplicadas en medicina dental. Lo que me babia interesado mucho
<rQ que el dentista estadunidense con el que trabajaba, dccfa que hay
11uc desconfiar o priori de las personas que desarrollan infecciones
Jcntales, porque son personas que tienen problemas. Cuando una
¡icrsona iba por una extracción dental, él siempre quería saber si su
vida era tranquila o complicada. Le temía mucho a las personas con
una vida complicada, pues aún no babia antibiólicas. Ya eso me había
interesado: medicina de educación, dentista de educación y dentista
de la afectividad...
Pues si, yo era enfermera titulada y ya insLrUClora en mi antigua
escuela;" instructora de apósitos porque terúa una gran habilidad
manual; y como en aquella época no había esparadrapo -tan sólo
\'endas Velpeau - había que hacer apósitos verdaderamente de pri·
mera, spicos' corno se los llamaba, en ciertas partes del cuerpo: el
cráneo, los muslos, los braz.os, apósitos de panadi:r.o porque si no, los
obreros no podían regresar a su trabajo y ganarse la vida. Si el apósito
no resist!a, todo se echaba a perder: la familia se quedaba sin dinero.
No existían fas leyes sociales. Debemos considerar cuál era el papel
sociológico, al fin y al cabo muy importante, de una enfermera. Enton-
ces yo iba todas las noches de las dieciocho a fas veintidós horas a
enseñar a las jóvenes enfermeras al arte de hacer apósitos, en la plaza
Peupliers, en la escuela donde había reali1.ado mis estudios. Y también
les enseñaba a poner inyecciones indoloras a las personas que las
necesitaban_
Por tanto tenía una vida satisfactoria si, además, durante el día
podía tener actividades intelect11ales gracias al italiano que me intere-
saba. Además habla dos orquestas en las cuales tocaba todos los
domingos. O. no tocaba, pero legustaba oír e iba a escuchar la orquesta
en la que yo tocaba. A mi me gustaba mucho que es1uviera al!L Me
halagaba que un muchacho al que le interesaban cosas que jamás
habían interesado a mis hermanos - no les interesaba la liieratura-,
tuviera conmigo intercambios tan agradables de pensamientos, de
reílexiones, en un buen clima.

18
&to es to que diC'C: iu ('finilla de enfermera: ""Fratu;oise Mart:tte Obtuvo el título
simple el 6 de junio de 1930. l..a scl"iorit1 Ftan~ise Marcttc, por arta rirma<la en rccha
6 de junio de 1930, se ha compt'Ol1\ctido a C\lmplir, en tiempo de guerra tas (unctonc&
de Enfcnncra en una de las fonnacK>nes sanitarias del F.j~rclto o de la Soc.cdad, y a
observar los rcgLamen1os promulgados por la Soncd.ad. ..
• Vendaje cruzado (romo IAt espigas.de trigo) aplicado al o.i\lel de la: raíz de un
miembro.
4 l!L EN'CUENTRO CON EL PSICOANÁLISIS Y LA
FORMACfÓN

Entonces en ese contt:xto, m"y difertnte al nuestro y donde, contraria-


mente a hoy en dfa, elpsicoanlllisis no formaba parte <U/ aire del riempo,
lc/Jmo se topó co11 él?

Bueno, lo conocí en clase de ffiosofía. Lo lomt como materia optativa


para el bachillerato. La materia oplaliva la preparaba uno solo, fuera
del programa. Para el oral, se cenia derecho a preparar dos materias
optativas fuera del programa, a condición de que fueran autoriT.adas y
aceptadas por el profesor de filosoffa. Puesto que la pequeña academia
donde yo estaba no tenía clase de filosofía, Ja señorita D., profesora de
filosofía del liceo Moli~re donde había ido para los últimos cursos del
bachillerato, había aceptado que tomara dos cernas CQmo materias
optativas que eran, uno, el psicoanálísis y, el otro, los estoicos. ¿Por
qué? No lo st. Jamás supe por qué. Sin duda, porque mi padre
compraba todo lo que aparecía. Papá llevaba a casa veinte libros por
$emana. Y los leía: los libros de historia, los de la biblioteca contem-
poránea color naranja que presentaba todas las novedades científicas,
etc. Fue as! como oímos hablar de Braoly. También había libros sobre
los átomos o el psicoanálisis; por ejemplo, lo que había escritoHesnard
sobre la ciencia de los sueños. Era un librito amarillo titulado La
psyclranolyse. 1 Fue el primer libro de psicoanálisis que leí. Mi padre
elijo: "Es interesante este nuevo método que cura a personas que a
veces tienen delirios; pero, a veces, también es interesante para las
personas normales. Uelo, me dirás qué piensas de él."

Allí entrabo usted de verdad en el proyecto de médico de edi1caci6'L

Sin saberlo, sin saberlo en absoluto. Para mí, yo me había quedado


verdaderamente estancada, en la asociación de ideas: si dos personas
se encuentran en el mismo tiempo yen el mi~mo espacio, es que tienen
las mismas ideas. Bueno, era lo quehabfa comprendido a mi manera.._

1 Ang.lo Hesnard, LA f")~honalj><. París. P.<1. Stock, 1924 (119 pp.); 2a. edición,
1928 (233 pp.).
[801
11 ENCUENTRO CON EL PSICOANÁlJSIS Y LA PORMAOÓN RI

l'nr ejemplo, alguien salía de su casa para ita tomar su tren a las 22:04
el tren formaba parte de la vida diaria-, y frente a la puerta cochera
n6mero 32 de esa calle siempre se encontraba a la misma persona, que
Iba a su trabajo. Y un d(a no la encontraba, enlonces sacaba su reloj.
l Hab(a salido más temprano? lAI otro se le había hecho tarde? lSc le
hab(a hecho tarde a él y el otro había salido antes? Pregunta.~ para ese
peatón, bueno... para la persona que pcnAflba en esos dos pcalones, ly
ése era mi tipo! Y ambos se pon(an a pensar lo mismo, de suerte que
01ro día en que el mismo fenómeno se rcpctfa: "Señor, lqué hora tiene?
l No salió muy 1emprano? lNose le ha hecho tarde? -Bueno, nosé...
IAh, si! lmi reloj está parado!" Habían pensado tanto lo mismo al
mismo tiempo, que se habían encontrado para hablar de ello. Y yo
comprendía que eran asociaciones inconscientes que poco a poco se
volvían conscienle.'>, a fuer7.a de producirse, por raras que fueran, de
manera e.o¡pcclfica, en ciertas circunstancias que obligaban a las perso-
na.~ a hacerse la misma pregunta al mismo tiempo y quizá a esclarecerse
mutuamente.

Y en el examen de badril/erato lpresent6 11n texto de Fre11d o tobtV! el


psicoandlisis en generalP

En el oral me interrogaron sobre el psicoanálisis; de manera muy


curiosa.

iEn ese momento había leído yo algún texfo de FreuJJ?

Habla leido la Psicopatologfa de la vida colidiana' y tambi~n las Cinco


lecciones sobre el psicoan6/isis.' Estaba adelantada, por suerte, pues mi
madre qucrfa obligarme a interrumpir mis estudiosa los dieciséis años.
Era mi única oportunidad puesto que el examen era en julio, y yo iba
a cumplir dieciséis en noviembre.
Hab!a querido pasar el primer examen de bachillera10 a los quince
años. lf:se fue un drama extraordinario! A mis espaldas, mi madre
habla ido a ver a la directora de esa academia para señoritas que se
llamaba Academia Mala1rc1, para decirle: "Es absolutamente preciso
que la solicitud de au1ori7.aci6n de mi hija sea rccha1.ada." La directora
tenía los papeles administrativos que había que anexar al expediente
con las calificaciones de los profesores, que eran muy buenas. Era una
pequeña academia sin el valor de un liceo; pero de todas formas yo

2
/'droJNllolog/P de la ,,;do cotldiantJ, Buenos Aira:, Amorrortu. 1976, vol VI
1
Cinco col'lff:fmCi(J.I sobte psicotuWIWs. Butnos Aires, Amorrortu. 1076, vol. XL
al IL ENCUP.Nl'RO CON 1:L l'SICOA'>IÁU~IS Y IA FORMACIÓN

ltnfa buenas calificaciones en iodo Pues bien, en el diario leo que la


frcha limite para llevar el expediente, era ese dla. Hacía ya un mes que
había entregado mi expediente, y la academia donde uno habfa estu-
diado debla presen1arlo. Entonces pregunté a la directora: "LTieoe
USlcd el recibo?" porque alll decía que deb!an darle a uno un recibo
d~ su expcdien1e. Y ella;•¡ Pero cómo! lAcaso no eslá usted enterada,
Fran~isc? No, no presentara el cimmcn este ano. Recibimos su cxpe-
Jicnte pero su mamá pidió que no lo presentáramos. Piensa que es
dcmasiaJ11 joven para presentar el c.Qmen. Por nuestra parte, nos
sentiremos muy felices de 1enerla con nosotrosOlro año; además quizá
la reprueben, mientras que el año que eotra sin duda la recibirán.•
Enlonccs me invadió una rabia loca - en mi vida sólo dos o Ltcs veces
me he enfurecido- una rabia de la que no me sabia capaz. Una rabia
ciega, en verdad dolorosa, terrible. Regresé a ca.<a y, frente a mi padre
ya mi madre, ala mesa lbamosacomer-, hice una escena de cólera
ciega que, al parecer, era monstruosa para mi madre, pero en obsoluto
para nu padre. Él pasó dc1rá.s de mi, me dio una palmada en la espalda
y me di10: "Pequeña, en cuanto llegue a la oficina voy a 1elcfoneara un
oonocidomfoquc está en el Consejo de Estado. Te diré qué cargo lieoe
allt De todas formas has1a mañana se refine el jurado de las au1ori1.a-
ciones. No tienes el recibo, pero esas mujeres deben 1cncr el cxpedien·
1c. Te lo devolverán oon la bolcla C!iOOl.ar. Corre a lu escuela y
tclcfonéamc a la oficina. Mientras 1an10 ya habré 1elefoocado para
saber si podemos remediar las cosu."
Voy de inmediato, les pido mi expediente: "Ah, pero es que no
sabemos dónde está." Es1aban íuriosas porque querían ganar dinero
Olro año OOR$Crvando a una buena alumna. Tener una buena alumna
creaba una buena repu1aci6n. Entonces, imposible, no lendrla mi
boleta escolar: según ellas no sabían qué habían hecho con ella; vaya,
unas sinvcrgücn1.as que es1aban del lado de mamá. 1Y mamá que no
chistaba porque, para ella, era el acaboscl ien cuanlo su bija pasara el
bacbillcralo ya no serla casadera! Para mamj estaba claro, y mis dos
hcrmallO:i mayores dcdan lo mismo, asl oomo las personas de la familia
que conocíamos. Una muchacha que tiene el bachillera10, esté marca·
da para 1oda la vida, les la oveja ncwa! iCómo puede pensarse asíl Y
nu pobre madre: •Sólo lengo una hija, ino voy a sacrificarla por
cst~ imbéciles!" En t.\as estaba yo. Sólo mi padre, que había
comprendido mi idea, podla deíendcrmc. Le lclcfonco: "Las señoras
han perdido mi expediente. - iArrég)atelas para rehacerlo! Tienes
h:isu manana; diez horas. Si se los hago llegar maJ\ana entre las diez y
mcdiodia, cstart bien; la reunión de 1u1orización 'I: reali7.a a partir de
11 !'NCUENI'ROCONBLPSICOANÁUSISYLAl'ORMACIÓN Hl

I•• catorce horas; tu expediente podrfl ser examinado. Vé a b1t'>Car a


''"profesores a sus casas y rc6nc todas las calificaciones."
Entonces tomé el asno.toen mis manos,antela miradaabsolutamcn-
'' tlc.saprobadora y furiosa de mamá y, creo, desesperada por la
1111gustia. Yo ya sabia des.envolverme gracias a mi título de enfermera:
..bfa hacer infonnes para los m6dicos sobre las operaciones practica-
das; de esa manera hablar afinado un poco mi relación con el prójimo.
As! pues me las arreglé y obtuve la autori7.aci6n. Llega el día del
examen. Imagínese que uno de los principia.; de mi familia era: "No
tienes ninguna necesidad de tener un despertador." Entonces no tenía
despertador y mis hermanos, que si tenían, no querían prestármel.o
porque no querían que pasara el examen. Mire nada mfls que estupi-
deces: son las pequeñas c::osas que envenenan la vida en un momento
de urgencia, en un momento importante. Me era absolutamente fun-
damental despertarme a tiempo; y mi madre me dijo: "Bueno, yo te
despertaré mañana por la mañana." Y cuando me desperté... ieran las
siete! Debían haberme despertado desde hacia un buen rato: el primer
examen comen7aba a las ocho treinta en la Sorbooa, sala P, al flllal de
la calle Sain1-Jacques, siempre lo recordaré. "!Pero, cómo! lNo me
despcrta.ste? - Por supuesto que no iba a despertarte, pues no quiero
que pases ti examen, imbécil!" Me vestl a toda prisa y salí corriendo;
hallé un taxi en la pla7.a Chopin, que no estaba lejos. Y llegué sudando
a mares, ljusto en el momento en que iban a cerrar las puertas!
Habiendo pa.~ado el escrito, había que ir a ver los resultados al cabo
de ocho días: era admisible: Mi madre, desconsolada - lloró por
aquello- me dijo: "De todos modo.~, oo continuarfls tus estudios,
porque tu academia no tiene los últimos cursos del bachillerato, ly
porque me opondré siempre a que vayas a un sitio como un liceo donde
se topa uno con cualquier gente!"
Yo me decía: "Después de todo, si me reciben, el año próximo podré
estudiar filosofía sola Ya veremos." Y me recibieron con mC11ción de
"Bien". Era cierto, estaba escrito que me habían recibido. A mi madre
la sorprendió mucho. Y mí padre le dijo: "Ya ves, habían dicho que la
reprobarían porque era demasiado joven, y la recibieron con mención
de "Bien". Eso quiere decir que está hecha para estudiar. Pasar la
primera parte del examen no la cambia. ¿Por qué habría de cambiarla
pasar la segunda?"

¿oe los seis hijos era 11sted lo 1í11ico q11e ero m11ybril/onte en sus esrudios?

• Dícese del candlda1oar.lífi<adQ para i. oegunda parte (oroJ) de un examen IT 1


at l!l. llNOJENIRO CON 1!1. l'SICOANÁIJSIS Y LA FORMACIÓN

SI, lotalmente. Y de manera muy nalural, sin esforzarme.

Como su padrt. Tenla las mismas 11p1irudu y obtmfan los mism~


rr.sul111dos.

Muy, muy fácilmco1c. Y eso que yo ignoraba mi nivel. éramos cuatro


alumnas en primera (clase que precede a la fmal de los cstudioa
secundarios), hiji1as de mamá y papá. De manera que lenfa !oda la
razón para dudar que me fueran a recibir. Pero yo quería enfrentarme
al examen, coofroatarme, porque me dccfac "Después de todo, estoy
j<l'Cn: quince años no es demasiado. Mi madre quiere que interrumpa
mis cstudiol a los dieciséis: qui7,i accp1e más tarde que contin6e."
Ell realidad, cometl un error hace un momento al decir que era
cofcrmera: a6n no lo cu. No, pero maro! me habfa permitido ayudar
a una enfermera que cooocra y que le babia dicho: •su hija Fr~ise
e& muy hábil." Creo que uno de mis hcrman01> había necesitado inyec-
ciones. Ella iba a Ja casa y me habla dicho: "Le voy a enseñar a poner
inyc«:iones." "IPcro si es usled muy hdbill Tambi~n podría aprender
a hacer apósitos. Le voy a cnscnor." Fue hasla después, poco anies de
la 6poca en que dizque andaba de novia, cuando me coovertf en
enfermera titulada. Pero en el momento del examen de bachiUerato,
yo sabia que una enfermera hobla reconocido que podrla desempeñar
cae oficio. y que mi madre no se oponla del todo a ello.

Eso ua lo únportllnU para ustt!d; un r«onocim1en10 social por palft! dtl


otro, porpatte tll una in.stt111ci11 compeltntt y reconocido;y po<krponerle
tso tnfrrnte o su madrt.

IY leoer con qué ganarme la vida en caso de necesidad! No, mire, no


de ponérselo enfrente. Es curioso, pero yo quena muchísimo a mi
madre. Sin embargo, cuando cuen10 lodo esto, lquién creerla que la
qucrfa? A Bernard Pivo1 lo sorprendió.• Yo sentía que esa mujer me
quería. Senlfa que si era lan dura conmigo, era por angu.tia, por
oeura&is. Ya lo había comprendido UD poco CD las cartas que me
coviabll cuando estaba en casa de lo6 O. Pero con el llo que armó para
impcdinnc iniciar los estudios de medicina, y para qllC fuera enfermera
y no médica, comprendí que vivía en la angusl ia de una vida fracasada.
Decfa que yo echarla a perder mi vida, que sena culpa suya si me dejaba

AJus16n al program1 ..Apo&trophc,,., cn1traMen1e t0n'8pdoa Pran~~ Oollo.


4

cl2dtcncn>dc 1986.
l 'I P-NCUI!NTRO CON lll PSICOANÁLISIS Y LA l'OR.MACIÓN SS

<char a perder mi vida, y q uc papá no vefa las orejas al lobo si permitía


• ~u bija echar a perder su vida.

ero muy pouslva y celosa.

Seguramente hubiera querido estudiar medicina en su juventud. Cuan-


do yo estaba pequeña, ella hablaba con mucha admiración de las
mujeres que eran abogadas o médicas, por ejemplo. Habla leído un
hbroque se llamaba Princesses descie11ce1y me había dicho: "Deberlas
leerlo. i Es formidable!" También le habrfa gustado ser sufragista. En
realidad, se había adelantadoasu fpoca al ser la secretaria de su padre;
pero se habla quedado es1aocada en ese estadio.

Bueno, en el oral del st~111do eramen, tu interrogaron sobre psicoan61i-


sis.

Yel examinador me dijo:"A ver, hábleme del psicoanáfüis, señorita",


con un tonito sarcástico. Entonces me lancé a hablar de la asociación
de las ideas inconscientes; y cómo pueden Uegar a convertirse en
conscientes cuando dos seres que tienen las mi.was funlaslas al mismo
tiempo se encuen1tan, cte. Él: "Sí, es muy interesante, poro... Ly la
sexualidad, señorita Marette?" Al respecto le dije: "Mire, no eotendl
bien lo que Freud dice sobre la sexualidad, qui7.á ¡x¡rque soy demasía·
do joven. Pero, sobre lo que alcancé a entender, me parece que está
en lo cieno, y debe estarlo también en cuan10 a la sexualidad -que
quii.á se enmele un error al Uamarla asr. Él oo dice sexualidad, dice
libido." Y me pongo a exponer la diferencia que desde mi punto de
vista habla enlte libido y sexualidad. Luego le hablo del hedonismo, y
tambi~n de los estoicos y los epicúreos. Estaba muy contento, refa: ·s~
sf, lya entiendo!" Fue muy gentil, muy "buena onda" como dirfan hoy,
no me jeringó mucho con la sexualidad. Debe haberle causado risa ver
5
Coleuo Yver. Princusa de scit:nce, Parú, FA- C..lmann..t..by, 1907: reeditada en
1940. Con ese seúdónimo, la mujer del inOuyen1c cñtK'O lner:a.rio Aup.is:tc Hut.ard hito
uoa tlamorcu C"arrera en el peOodo entre tas dos gucm1s. Nacida en 1874 en R"'n,
Ue-gó a Patfs en 1903ron su primer manuscnto. Fue cnlonccs cuando Augus1c Huzard
se cuóron An1oincucdc Bergcvin. y l()mósu carrc,. e:n sus m.aoos. ta m\lerte Jipida
(1911) de este úll1mo no interrumpió ta produ«:fón de su muítt, quien OC'upó una
lltuaclón torprendcntc por su aml>ivalcnria. Pa5an<lo pot dcícMOra de tas mujeres y
militan1e en fa'IOrde sus derechos, se oponía cnl!rgicamcn1c e que tuvieran la posibili..
dad de tener una prolcsj6n•.1Qbrc todo l1beraL- lpa.111 no incremc:n1arc.I dc:sempko de
k>s hombrctt IUegó incluso a arogcr de ma11cr1 favontbl~. en t93S, lu leyes: de
excepc'6n treadas por 1-hUer, que iban en ese 1c:n1jdo! Por eU01 sus obru tuvieron
aumcTOSa.S recdicioncs de 1940 a 1944.
86 EL ENCUENTRO CON EL PSICOANAl.JslS Y LA PORMllOÓN

a una muchacha de dieciséis años que babia tomado psicoanálisis como


materia optativa cuando en la época se le echaba la culpa del panse-
xualismo. Sí, eso es, me acuerdo: •¿y el pansexualismo, señorila, qué
piensa de eso?" Fue aUí cuando dije que las personas atacaban a Freud
sobre ese punto, pero que yo no estaba segura de que esos ataques
estuvieran fundados, pues al hablar de sexualidad utili:taba una palabra
que no existía en alemán: en íranc6s libido querla decir sexual pero
no es lo mismo en el texto en alemán, donde la palabra libido no existía
antes de Freud con ese uso; quizAera una palabracientmca para hablar
de una energfa que babta en todos nosotroo; todo eso me parecía
bastante cierto, pero yo no era capaz de.., etc. Todo formulado de
manera muy modesta. Y prosigo con el hedonismo diciendo: "Qui1.á
en otra época la cuesti6n se planteaba con respecto al hedonismo. Los
epicúreos y los estoicos reOexionaban sobre el mismo problema: cóm<>
dominar el placer en el humano para hacer de él algo 6til ..., etc.•
Bueno, eso es más o menos lo que le dije y él me dio una calificaci6n
muy buena. También allf me recibieron con mención de "Bien•.

Entonces, en ese momento, conocla 11sted un poquito de lo teorlo psicoa-


nol//ico de Freud.

Era todo lo que sabia. Pero eso cambió cuando estuve en PCN, cuando
conocí a MarcSchlumberger y nos hablarnos. Schlumbcrger había sido
psicoanalizado p<>r Nunberg, en Austria. Además, había pasad<> un año
o dos en la escuela de SummerhiU• en lnglaterra, como instructor y
animador. Antes de eso era prospector de petróleo. En aquel entonces
era un hombre de treinta a treinta y dos años que hacía tardíamente
sus estudios de medicina.' En ese momento yo tenla veintitrés aiios, o
sea que también yo estaba retrasada. Mi madre me había dicho: "Ya
que Philippe estudia medicina, ivé con él! - No, mira, eso ya ha
provocado muchos problemas. Mi año ya está organizado en la Sorb<>-
na para italiano; tocaré m(Jsica; soy instructora-enfermera: idejemos
las cosas como están! Estudiaré medicina a los veinticinco años puesto

'La escuela de Svmme-l'bUJ fue funda.da por A. S. Neill en 1921, en eJ pueblo de


Leiston, en el Suffolk. lnglalemi. Su principio e¡ el de u-na e5C'UCla a111oadmiois-1rada
por nii'loc ~ormaJcs"'. de Sa 16 aA°'1 ul\CC c:intucnta muchac~ y muchachls, de varias
oadonaJjdadcs. l.a historie de caa C$CUCla fue narrad.a por su iniciador en un libro quc
1uvo un bito enorme en el mundo cnrero, y que publicó en Nueva Yort en 1960. Ea
írancts, Ul>m mfunu tk Swnmahltl, París, 13d. l'ren~i<e Maspcro, 1970.
Ma~Schlumbcrgcr era hijo del ucntor Jcan Schlumberget, uno de k>S miembroc
1

fundadores de la NRF, dirigida por Glde. lo$ d(IS tcstip de ¡u malñmonio fuerot1
Andrl Gidc y Philippc Mareue.
1•1 11NCUBNI'RO CON EL PSICOANÁLISIS Y LA FOR.'dAOÓ.'I IJ7

c¡ue asf lo quisiste. No veo por qué cambias de opinión. - lQué no te


das cuenta? iAI menos tendrás un acompañante! No estarás a mcrctd
de todos esos hombres!" Mi pobre mamá estaba desesperada. Phiüppe
y yo no.s reíamos... Luego Philippe me dijo: "Mira, a mí me gust•rfa
que estudiaras medicina conmigo. Puesto que mamá quiere y Ul lemas
ganas, lpor qué no? - Después de todo, lpor qué no? ICon un
•eompaiiante, puesto que mamá quiere que tenga un acompañante!"
IA mi me importaba un comino! Así es que acepté, pero el año escolar
ya babia comenzado. Tuvimos que ir Jos dos a ver al decano de la
facultad. Ya no recuerdo su apellido. Era un anciano, un tanto lujurio-
so, que miraba a las muchacha.~... "lAsí que es su hermana? lESlá
seguro de que es su hermana, jovencito? ¿Está seguro de que es su
herman;i? lQuieren reali1ar los mismos estudios y Jos dos piden una
autorización? lEstá usted segura de que es su hermano, señorita?" Yo
reía, pero no comprendía muy bien. A la salida, Philippe me dijo:
"iMíra nada más a ese viejo cochino! C'rce que somos amantes que se
hacen pasar por hermano y hermana.• Fue así como come117.amos el
PCN.• AUí conocf a Schlumberger; y, durante los dc.~canso~ de química
o de cualquier clase, nos hablábamos y nos contábamos las ra1.0nes por
las cuales hacíamos el t'CN, puesto que no estábamos entre los mucha-
chos que comien7An e.ws estudios a los dieciocho años, después del
bachillerato. Yo le expliqué que querfa ser "médico de educación". Él
me dijo: "Tiene que conocer el psicoanálisi.'I. - iPcro si lo conozco! No
tiene nada que ver con lo que busco. El psicoaná.lisis es lilosoffa y a mf
lo qcc me interesa es atender y prevenir."

iEro la ideo q11e aún tenfa del psicoanálisis en ese mome1110?

Sí, me babia quedado con la idea de que era filosofía y que no tenía
nada que ver con el estado de la salud de las personas.

tLa idea de cura psicoa11alftica le era desconocida?

iPor co.mpleto, por completo! Para mi, el psicoanálisis era un ejercidc


füosófico.

tY/ue con Sch/11mbe11fercon quien e11co1111(> esa dimensió11?


8 El martes 24 de noviembre de 1931, Prantoisc Marcue queda ingnta con cJ
númem<>t4. El rcr;ultadodel examen de rin dcaOO tiguraen la agenda de lt/32,cls~bado
2 de Jubo: Wfablero PCN. Yo e.ra, del grupo B con 90 puntOL 2a. del rcN. Philippo
ret:ibido.."
11 EL INCUENTRO C:O!>< P.I . NCX>ANÁUSIS Y V. PORMACIÓN

No. Puó lllgo dumático. Dade la edad de diccistis aiiOI (y lcafa


w:lnti1rta) DO habia >ud!o a esnadiat. Habla locado m6sica, y habla
lcfdo macho, pero es todo. ~ bien, rwc puse a CSludW coe tal
npidcr, que al cabo de quince días cataba al eo11iaitc. Sabía qut era
clshlema,ros. •1ruliabcroMdadop.,complc10 la física - lb habla
e11udiado lan puco! Ademh, 1emamn1 lodo el tiempo delos cúmc-
parcialca10 que contaban al final del ano para la mitad del 101al de lu
calificaciones. Pues bien, en primer nl\O de medicina, 11 Philippc y )'O
cstábamOI en la misma serie:· Marcllc Fran<¡oise, Marcnc Pbilippe,
uao dcspu~ del ono. J>resen1tbam06 JlUQ IOI m4m~ eúrnenca par·
~ca, y para ti fue tcm'blc, porque de inmcdÚl!o uqDt 12, 14 solirc
20, mienlr&6 lo mjs alto a lo que ti llegaba era 8, lo. 11.o siempre
alc:anr.ahl la calificaci6n media. Era 1crnblcmcntc dcAgradablc y lo
bada muy de6didiedo; •U~ llUMb a brocarlc de lo lindo. Hahk! de
ello con Sdllumbcrgcr quien me dijo: •:,¡ Pbilippe se plicoanali.7ara,
uo 1e am:¡laria de inmediato.• Y ,o: "lOut es eso?• - Botno, quíere
decir ir a hablar coo U11 p&icoanah.1a y comprender las rvonca que
provocan qtM> uno cs1é bloqueado." Yo dije: "lNo cree u.ted que sea
p<.1rquc presentó su examen en scpucmbrt y está cansado scncillamcn·
l.C? No. Observe cómo es taa u...icd; siempre qllicre quitarle el
abc'igo, wM!rsclo a poner, impedirle hablar con Pula.no - Ah .i, pero
es por ID&IÑ; !él tiene qoc ser mi acompana111c! - iClaro que si' Pero
ti debe oomprcadcr que no tíeee que acr &u acompaiiantc y que lodo
ea> lo bace muy dcadidudo. - Bueno, CDIODOCS lqué hay que ba<v?
- H¡¡yque., a ver a un ~nal.,• ." Y me cxp&.ca c6mo hacerlo. Yo
digo: "Bueno, hablart de C$Cl a mi J*!rc • Primero lo con.sullé con
Philíppcqiúeo rncdijo:"l'al.amc baria btcn, pcropapijamúqucm
p-sarmc un poic:aana1ista - 1'o r.t, \Vf & prcgun1ársclo.• Entonces, al
roJ.cr a casa: "O)'c. pas>', quUicra bablanc de nuc.lros csiudioo A aú
me va muy btcn, pero a Pbilippc de verdad le cuCSla 1r&bajo, no puede
y cllO lo rooc muy mal Si no c•tuvicra ,o en el mismo año que él, serla
mcn06 grave. pero no deja de oomparanc conmigo. E!.s muy pcOOliO
para él y muy pcDOIO para mi. Tengo un compailcro, apellidado
Schhmber¡cr, que dice que el pPco.tnat..a. podrfa ayudar a Plulippc.
- Muy bien, no es uu mala idea. He lddoobras de psiroao.!Jisn y, en

t OOiS' Cc•,_io, ~ qv-. S - de "\•Mllc- de - w1lllaclo


aftlal!18 Fla.ata, tk1J re $' 1 potcl111tc:m1 MúA: mc:uo., tik>taepndo..-pc:no.
Co&lc&: prcptit.uoralci de nitrc-..e.ntocn llld1tcrcnta m1tenatt0n mi,.•
kll ednMW 1 opowionc=• de fin de·~ c a • en lu dUCI pRJJIR.Corill pit1 laa
~ aaielM y en &i&uDllS feicutuidu.
!JI doar4•ranlo cl allo ea<obr 1932.1933
• e.esa pvpo de (Oa'lpcttdora que 1e d1~t1a una calincación fr.)
11, L 'ICUl:N1ll0 CON O. f'SIC'OA.WJSIS Y U\ f'Ol\MAOÓN "'

electo...• iÉI habla comprendido mejor que yo! "lOué hay que h11ttt'/
Tiene que ir a ver a alguien. Schlumberger me dio un nombre.
lCuál? - Laforgue."

Entonces fue 11 qiticn lt dio ti nombre dt f.A/~1

SI, íue Schlumberger. En aquel entonce.~ iba con Laforguc, para ter-
minar su p$icoanálisis en Francia. Habla hecho una primera parte en
Viena con Nunbcrg. quien lo habla emüodo, en Parú, con Laforguc,
cuyo antlisi> con la señora Sokolnicka habia sido supervisado por
l'rcud. En1onccs mi padre dice: "Bueno, qué mejor." A los dos dlas,
íue a ver a Lnforgue para coníiarle a PhWppe. F'ue a.-;f como Philippe
inició un psic:oantlisis y,en quince dW, comenzó a c:.\ludiarbicn, y con
facilidad. Estaba desbloqueado. Se desbloqueaba hablando con al-
guien, pudiendo decir lo que 1enfa que decir. Entonces me puse muy
feliz y fue asl como tras nuestros exámenes de íinal de primer ano, nos
recibieron a los d0$.

iEso la asombro? lLa mate61

Me interesó verlo. Pero fue entonce.' cunndo tuve un drama con O. Mi


madre estabn furiosa al d.mc cuenta de que en VC7 de abandonar la
medicina - lo cual babia c.perado-, CS05 estudios me hadan feliz. En
efecto, cuando los emprendí me trastornó mucho, pero mucho, ver que
el que yo estudiara medicina afligía a ese "novio", al grado de malquis-
lamos. No 1cnlamos ninguna razón verdadera para enemistamos. Nos
velamos el donungo como anies, pero hablamos peleado porque yo
estudiaba medicina y él no qucria que su mujer estudiara medicina.
Me eotristcela dejar al único amigo que tenla. Al mismo tiempo, no
estaba segura de tener razón contra mi madre y conira ese muchacho
al que querla. Y mi padre no decía nada.
Así, al principóo del segundo año de medicina, de proo10 - quiz!
11.mbién por lo de PhWppe, no podrla decirlo, pero es posible- tuve
una especie de invasión de culpabilidad a causa de lo que hacia: lal vez
no era lo bueno !Siempre lo bueno! LC6mo saber si era lo bueno? Y
yo que lCQSO UD sueño imperturbable, ya no dormla, por lanlo el
estudio me cansaba. !Habla comcn1<1do 1an bien! Y luego, de pronto,
sentí que llegaba al lfmilc CD la preparación de los parciales. Y dije a
mi padre:" Algo anda mal." PbWppe, por su lado, íuc a ver a mi padre
ylecxplicó: "Hablé a Laforgucdcloquesucedea l'ran\Qise. Laforguc
póensa que si Franc;oisc rucra a hablar con él tres o cuatro vcce.., lodo
El. C!NCUmrRO CON EL PSICOANÁUSIS Y LJ. FORMACIÓN

..., Rolucionaría muy pronto, como se me solucionó a mf. •Entonces mi


p•dre: "Perfecto. Voy a ver a Laforgue para Fran,.oise." Y fue a ver a
Laforguc c•para Fran~Oise".
A continuación fui yo quien fue con Laforgue. Recuerdo muy bien
las l res primeras sesiones: no pude decir una palabra. No hice más que
sollozar en el diván; sentada, no acostada, en el diván de Laforgue.
IPcro me hizo tanto bien! Me sentía extraordinariamente aliviada. No
sabía en lo absoluto qu! era el psicoanálisis: "Diga todo lo que piensa",
me dijo. Como no pensaba nada, lloraba, es todo. Pero llorar sin decir
nada durante tres sesiones me había hecho tanto bien, que ya dormía
perfectamente. Entonces decidí continuar."

¿en qué ailo comenzó su análisis 7

Debo haber comenzado en febrero del 34. Eso es, en febrero del 34,
en segundo año de medicina. Un año después que Phillippe.u Fue en
el momento en que decidimos D. y yo que no nos volveríamos a ver."
Se había alistado como voluntario para liberarse de su servicio militar.
Luego iba a retomar la preparación de su examen de oposición para
la cátedra de letras. Y, como niños, nos habíamos dicho: "S~ nos
volveremos a ver - Yo sólo podría ser feliz si lo siento feliz", etc., 1.os
dos diciendo cosas tan tontaA como !sa. Me sentía completamcnle
comprometida: había dado mi palabra a D. Además era formidable,

12 He 1qullo <On$lgnodo en la agenda de 1934.


Jua't'J J.S tkf~hmv. Plpá vaa ver 1 l..aforgue. Rcpsa ymc habl.aron mucho C'.añfto
atgun06 minu1os. l.aforgue me tratant Pap' es bueno.
Sdbodo 17 d< f<IJn:ro. 7:15 hotu, primcraco1""1Soa.
MQltts :?Otkfdimo. 4:30 horas.
Viem.. 23 de ftbm-o. 4:00 horu.
lunu 16 de /dimo. 4:00.
u El d«tor Pbihppc Marcttc nos aseguró que comemó '"cura psiroanaJítica ron
laforgue en noviembre de. 1932 y Ja prosig\lió durante dos afta&. Según recuerda, ron
1·oda .SCg\lridad babea terminadocuandOsc fue al sanatorio entre eJ 4deman.ode193.S
(fecha de la boda de &u hermano Jean) y el 14 del mismo mes. íccha de SU: cumpJeallos.
Sin embargo pa:sanl u.oa temporada en la Roquebrussanne {cf. nCNa 22) a fines de
apto, principios de sepdembrc de 1936. según el mttodoacutumbrado por Llforgue.
&te último, uu haber manifestado el dC5CO de curar ¡u tuberculosis por el andJjsis,
ronvic.oe en q!X ya no necesha seguir w cun desde el momento en que K ha Klo de la
aiSli de sus: padres.
14
Mí utá rons(g:nada la ruptura dcf'initiva -que Fra~isc hab(a deseado por carta
deSdecl24dcscpticmbrede 1933- con fccbadcl domiDgo 11defcbn:rodc1934: "'De
pron101 a las seis y cuano D. me dijo que había decidido 1crminar hoy conmigo.• Ese
día cs1• d.c paso en Patú. eo permiso durante su i>erviaa mili1ar cfC(tuado en Saumur.
Scll dW. dcspu6:. flra.n~isc comicnu ¡u análisis.
EJ..ENCUl!NTROCON E!l.PSICOANÁUSISY LA PORMACIÓN '11

porque eso me reservaba dos año.• de estudio y al misttto tiempo m1·


liberaba porque, imaginariamente, lo quería. Afectivamenle lo rCllfK:
taba mucho y consideraba que era una persona fina y cuila. No eru
monárquico. Su padre si, y era miembro remunerado de la Acción
Francesa, donde lrahajaba con Maurra.~. Pero su lrijo no se mella en
política; en lodo caso, no defendía ideas políticas. Decía: "iBaslante
tengo ya con mis textos de filosoffa!" El padre administraba la propic·
dad del Mecliodla de la cual vivían, porque sus ingresos de la Acción
Francesa no habrían bastado para mantener a todos. Esa propiedad
producía ingresos gracias a la ven la de lo.o¡ productos de las viñas y de
los melones.

¿en1011ces comienza COll Laforg11e en ese momento?

Sí, comienw con Laforgue. Y poco después c.ialla uri nuevo drama
con mi madre: esta vez porque continúo mi análisis. Obliga a mi padre
a dejarme sin recursos. Él me avisa: "Ya no rmcdo pagar lo tuyo. No
puedo permitir que mi pareja se deshaga a causa de mis hijos. Quiero
asu madre, lson ustedes los que se irán, ooyol" Estaba muy bien hablar
as!; era claro. Entonces dije a Laforgue: "Ya no me es posible conti·
nuar; mi padre ya no puede pagar y yo aún no gano nada."
Fue entonces cuando Phitippe me dijo: "Mira, tenemos cosas que
nos pertenecen, que podemos vender. Además, esle año no tienes
tiempo, pero el que entra podrás poner inyee<:iones, apósitos.• No
esperé para preguntar en la ca.~ donde había sido instruClora si pod!ao
darme apósitos o inyecciones para poner, dado que ese trabajo de
enfermera podía hacerse por la mañana o por la noche. Gracias a ese
lrabajo gané algún dinero. Por su parte, Laforgue me dijo -cieno o
falso- que había bablado de mi caso a la Sociedad de París, donde la
princesal.I había organizado un sistema de becas para los pacientes en
análisis que interesaban a sus analistas, y que eran susceplibles de
convertirse más tarde en analistas. Por tan lo La!orgueconsideraba que
yo tenla madera para convertirme en analista. Pues bien, si deseaba ser
becaria, ti solicitaña para mi una beca de psicoanálisis; de manera que
le pagarían la mitad del precio que él me pedía y yo sólo tendría que
pagar la otra mitad. En aquella época, Laforgue cobraba a mi padre

lS Se trata de Mañc Bonapa:rte, princesa Georgcs de Gt6:'!C1 uno de los micmbroa


fundadores de ta Sociedad P~coan•líth de París en 1926. Marie Bonapanc h,.b/1
bcch.o un an(hsis coo Frcu4 en 192S, por rctomcn<Jación de l.arorguc.
9) U . lt'CUENl'RO ('OS l'l. l'SIC'OANÁUSlS Y UI l'ORMACÓN

25 r,.n,·os; y de la DOChe a la IUlwla, eo me pidió mis que 15." Al


nmmo tiempo. de tra> scsioaca me hb.o pMM a uaa." Antes iba trea
moca J'O' tcmana. Uu ~ dunba cir><ueaut y cinco lllÚllUIOL Y 11
habta grandes lilcocios, se quedaban como adcnci05.. No se deapcdla
a la acoac porque DO hablara. ('reo q• es muy, pero D1UJ 61.il .. POCOI
p&icoanaliatu de ha, tolcrarlan eau trw pramcru scsiQoes CD que no
pudo decir uu palabra. Sin eml>argo, fucroo Clltraordioariamcntc
atmadoru. Era lo que 1enla que hacer para poder recuperar el sueño.

l Y en ,.. momento ataba f'<J' compltto d«1did1111 llqtor "'""' el fi/IOJ 1

iPor ~u~o! Pero ignoraba dd tod<l la tcorfa pcicoaaalftica, y c:.ube


prohibido letr al rcapcao

" Uno..,...., i.. ~de l'n"(llllc Clo'o aoo pcimil<• f«Mr roa IOda
....,.-1i.c.r1aMde¡.-de IVJ6,•....,.11tl..-de1res-.por-•
C..cl.,..do-10....._.d..,,..•nl.a~ddllallOdc..-(d
noca:U).
R.ca:audlc:tón de a.ltltOftCl. l\Ule• Sdco..·11.ibre: f180 bey rMl<f'IC un1 pn ICJNM
a..t1 et lJ de martO Ck 1937, q1.1c: a 11 tll1ima
P• lo rdtft&'lle al rf"Cllrio. ti donor Ptuhrro Mlrcllc. taterropdo poi" ""-•Una-
ruvetda. cN maDCJ'I htc.gónaa. qMC c:n . . _..fito &1-.ón t'Oll l.Al'o~ em&llbe. ..
uoor....... L
eJ NU lidlnbc,cntn:.doembl"'dc 19l6)'dkk91lm de . . . . . . llAdcCOllC<Ck'lli
... 2.154', .. decir - pt«io. oaióo ............ · · - Oaho.. ...
••IO '!Or-ap. l'llilappc ""mte. 14< opn>dlnodl_fllll,,._I.
1.o .... -
pcm. -
.. q.. l.>bp<-<1-~-·-·
"9rrá dd - - ........ ...,.. ': 1 = . , . . . . , ......
- - !.-qua Laan ,.,_, cambti• p>r.,. iant... pedía de 500 • 600
fnnn• tn 1'*1. Enambio-«rm t1empca.otrueolftUDbra- Lalcrauc aóltlcohrabl
...

°""" .
tne~yi lanf• 1 9ol J*'C"1CI que C,.I dtu&ultc:a de medciM
1lc 1q1ti un cxtf'l(k). con<'Cf'llCftt• 1 uc Mpe(to ck " cul'I plit'auullfOca Ot
Pn~.- Ooho,dr un• t1:rt11 tnuy in1e,..n1e ••u pldrt, rtthNI~ "'la Roq..eb1'1111n··
... Ver.16d< 1p1od< 1936. 1 -~1 C.1oym•y...,1cntod< Ub<rvcmdoaqlli. l""lcaco
trdljo C'Uft l.afor¡uc. o.i •~ea ('(1mpat'9Ci69 ron c1 dO putdo. ai ini \ill1N
..._..enatclupr Altn..,hr:mpo..,.-t.JIYdlUl&lmcntcdllluuaantcd.Ulia.ia
• ., - ,..udo, ........ pocm - - - ....... -
~rte ....... _ ... ~.. ,.....,..., t~ ,,_, ... lswof. lll
w.,.,, ,.

illd-
uo lnllojodc<-.ou6a. l'orlodcolá ad p<rbloaburrielo, p>r .,.,._laque
, ..,. • -..loua ....... pues ..... ...,., ..... de_, .......... ...peto
_.;.i., de . . - - p<JO .... •-JO r-~ ...... ..., .... docir...
""'°
- • .. - - puj•- ,.......
p«Jl<plo. .,...... de..... de ddin<ncioo
doopoá do 1 i ¡ - alkl<). 1'1<vnl.,,. • • la <>n<n- de •-que q.i<IO
iOmilr, dc.ldc -. punto Oc Vd&a. ttq11icrc una «wptc~ón ha tlÚ pro(.-da de IM
propAM d1(.:1i1IUldc:a. al te qu.crc ttr lo belu111c bbR pera poner d dedo sobre . . de
kltcnfr:rmoa.
•Pero ahora -y laforpc dtf de acuerdo ('Oftmt¡O- u inU1d ttoer eumctou1
1r.alona de un 11r<ia, Lo mcp u VMr 1 111.eter de w;i u cu.ando al¡u1111 tcriu de
lf"llll!HillarioM:a..
J I , f''ICUPNT"RO CON EL PSJCOANÁI JSIS Y LA FORMACIÓN •I

1t1 habla prohibido leer al rrsptcto1

oSI. por complc:to! Formaba parte de la regla que habla que r~pclar a
p6rtir del momen10 en que se enuaba en adlis~

Entonces st queda usted con srts conocin11tntos ont~. En llntos


fi<nttalts, la Psicopalología de la vida eOlidianay los Cinco lecciOllC.\
sobre el psicoan~lisis.

En realidad no me dijo nada duran1c las lres primeras sesiones, pero


cuando comcnct a hablar, inlervíno con respecto al psicoantlisis: "¿ Ha
oldo hablar de ti? -S~ Schlumbcrgcr me ha dicho algo pero, ya ante$,
a¡f ~1-" Me dijo: "Sepa que llene que opcrar mi autori7aci6n para
abrir un libro de psi~ porque un p¡icoan.ilisis se hace mejor
.,¡ no se licnen ideas sobre lo que su~cde.• Y, en efecto, no entendí
nada de mi p$icoanálisis, jamás. Yo se lo deda: ti me rcspondla, con
\U manera de hablar. vUslcd grcc que 00 gombrendc, bcro Si no
gombrcnde allá (la cabeza), si gombrendc nlll lel corazónJ."

¿c1161110 titmpo tstttvo en on61isis7

Tres añO'i. 11 F.ra mucho, porque al cabo de un año estaba como nueva,
iba muy bien; vista por personas que me hubieran conocido cnícrma
no hubiese 1enido nc:ccsidad alguna de continuar. Pero yo tcm un
crilerio: cuando veía pacicn1cs. sentía <i CSlaba o no disporuhlc por·
que en esa época en medicina, uno iba a dar sin más con el cnícrmo,
se bada en seguida las veces de médico aunque aún no lo fuera. Y yo
creo que la cura psicoanalflica de un médico sólo 1ermina si éste no
pienmi nunca en si cuando cs1á en consulta con alguico más.

E11 efecto, t.f rm b11tn criterio.

Y se lo ded• a Laforgue: "No 1engo otro." él se sorprendía y me


preguntaba: "LCómo sabe que no bemO<\ 1erminado? -Por CSlo: con
ca.i todol ya no pienso nunca en ml, pero cuando una madre o un padre
o un niño llegan a contarme algo que me hace pen.~r. IAh, sP., como
yo, e~ prueba que no be terminado ... C'rco que no me cquiwcalia. Y

11 1..t 6l11ma wión rcgis1111da en la 1gcndade 1937figura1 li16;00 borudcl vlcmu


12 de mano. l'.n la í«ha del sábado 20de mar10 puede Ice Be; "'Visita de l. un- tumt
y mee-JI.»." t'nin(odc Marene vive en q,c: cn10f'l<'U en la C'llllJc Oupuy1n:n nume:ni 1
'>! et. F.NCUENTRO CON EL PSICOANÁUSJS Y LA l'OR.MACIÓN
cuando me di cuenta de que en verdad comenzaba la consulta a las
8:30 de la mañana y la terminaba a las 13:00 horas sin haber pensado
en mi ni medio segundo, consideré que estaba anali7ada. Cierto o falso.
Laforg11e babia aceptado que mi análisis durara tres años, icosa que
jamás había hecho en su vida! Los análisis q11e en aquella época se
hadan con Freud, duraban series de seis semanas.
Lo interesante es que comencé mi psicoanálisis virgen, Jo terminé
virgen, y jamás me lo reprochó. Jamás me habló del hecho de que no
sintiera ningíin deseo sexual, por nadje. Tenía muchos compañeros y
amigos, muchachas y muchachos, pero aún ning611 dcr-pcrtar sexual.
Por lo demás le hablaba de eso con relación a D., para ver con claridad
lo que habla pasado entre nosotros. Pero no era el único problema que
abordaba: también estaba U. cuestión de las relaciones con mi madre,
y hasta la de saber dónde encontrar el rumbo de lo que sentía que era
el "Bic11•. Estaba completamente perturbada. Yo que era capaz de
atención, de verdad atravesé por un segundo episodio de locura.
Entraba al cine en vez de comer - pues no tenla dinero para las dos
cosas - para al menos estar en Ja oscuridad viendo imágenes, sin
siquiera saber Jo que vela: pero lo importante era que aquello se
moviera para que no se petrificara en mí. E.~1uve en ese estado durante
una semana, justo antes de comenzar el a.nálisís, en el momento en que
Philippc hi1.o bien en hablar a mí padre de lo mío. El error de Laforgue
fue analizarme a mí también, que era he,rmana de Philippe, en vez de
mandarme con otra persona." Fue una lástima, porque Philíppe lo
pagó con una primoinfccción gravísima.

lFue él quien lo pagó?

Fue él quien lo pagó, cuando estaba fclí1 conscientemente; pero en su


inconsciente, esa muchacha cuatro años mayor que él, le quitaba su
lugar.

/Caramba! pOr lo visto le quita/Ja .tu lugar en todas partes.

iPues sil Entonces se flle a Pa~y.o> Mis padres estaban espantados.


to Fra~sc y Philippc M1rcttc estuvieron cntorw:c-s. al mismo tiempo. en an,htis
roq 1..aíorpc corre febrero y diciembre de L934
20
Pusy es un mun1C'ip.o de l lautc-Savoic. a1111vuado por el Ar.·c. que cventa ron
un lugar de clima ben~ftco para enfermos situado en la meseta de tus.y. a 1000 metros
de.altura. Era muy famoso por el 1ra1am1ento de laScnfenncdcida puhnonan:s, :sobte
1ock:l l1 ht.bcrtuk>Si~ en una tpoca en la que los cuidados difkilmentc podían exceder
el dC$C"anso. la buena alimenr1étón. el 111rc puro y c.I neumotórax.
l 'L ENCUENTRO CON l!L PSJCOANÁUSIS Y LA FORMACIÓN •)\

Hay que precisar que dos años antes había estado como prácticamente
en uoservicio de tisiologfa, por tanto había estado en estrecho contacto
con tuberculosos. Se había contagiado y la enfermedad evolucionó
poco a poco, luego "ílameó". Le hallaron una enorme caverna. Mis
padre.~ creyeron que estaba perdido. Fuimos a ver al Pr R.: no había
muchas esperan7.as.. Continuó manteniendo relaciones epistolares con
Laforguc, que le re.~pond!a. 11 Y, en seis meses, habla mejorado mucho,
era extraordinario.
IY yo comprometida con Laforguc, sin poder cambiar de analista!
Le habfa dicho: ''Tal vez a Philippc le aíectó que yo viniera ta.mbién;
sin embargo fue él quien me trajo..." Laforgue no respondía nada, o
respondía como acostumbraba. Todas sus maneras de interpretar eran
siempre del tipo: "Hay de gente que sufre a gente que sufre." lArré·
gleselas con eso!

En elfondo, tomó usted su decisiórr cutmdo impuso a Laf01gue dos al!os


más: t11 ese momento sabia que iba a conVf!ttirse en psicoonolisra.

iPara nada! iPara nada! Yo sabia que serla una pediatra que compren-
derla los problema.~ psicológicos que de.~mbocaban en problemas
sométicos: lo cual afio no se llamaba "psicosomático'', y que para mí
consistía en problemas psicológicos que se traducían en problemas
somáticos. Eso era lo que yo decía.

i Entonces cuándo se le oc11ni6 esa ideo?

En realidad se me ocurrió, creo, debido a la guerra del 40. Yo terminé


mi análisis cu el 37 y, en ese momento, tenía derecho a leer sobre
psicoanálisis y seguir el camino del psicoanalista en formación, pues a
Laforgue -y a otros- le habría gustado que me convirtiera en analis-
ta.
iSe inscribió en la SPP' l!n ese momento?
Hoy se ha convertido on lugar de convalcccnci.a ydc trawmicntodc las cnrermcda-
dc¡ de largo duración.
Podemos rccotdarqu.e además, en el caso de los parientes parisienses., la facultad
reromendaba mucho uft regreso progrcsi\IO a la riudad. ron una e1apa. de 1ransición
bast1n1e:Jarga e.n Sa1nt-Genna1n-en-Láyc. que.se habr. gan&do u1.ntbién reputación de
auxiliar ter11péutico. EJ dOC:1or Phihppc Marcuc nos iníormó que babí.a st&l'ido ese
itincra.rio.
1' Aunque podía regresar de ve2 en cuandO a París: pan presentir .suc cdtncna.
Phili_ppc Marcuc se quedó dos ar.os enteros en Passy.
• Soci~d Pticoanatítica de París. )T.)
9,, EL BNCUENTRO CON EL PStCOANÁUSIS Y LA FORMACIÓN

S~ sí, por supuesto. Asistía a los cursos y participaba en los seminarios.

tl'erv no ejercfa?

Laforgue me babfa pedido seguir la formación de psicoanalista, que


requeria tener tres pacientes. Tres pacientes supervisados para obte-
ner el título de psicoanalista. Y no se formaba a ningful psicoanalista
de niños. Sólo se practicnba el psicoanálisis de adultos. Si se trabajaba
con niños era por cuenta y riesgo propios totalmente solo.
Yo era mE<lico or¡,'1lllicista, quería ser pediatra. Cuando terminé
medicina, me registré como pediatra. Durante mis estudios tuve que
hacer un periodo de prácticas eo psiquiatrla. Lo hice en el servicio de
H euyer que era psiquiatra de oiños en el hospital de Vaugirard. Y en
su servicio aprendí, horrorizada, lo que no debía hacerse. Alll iban
todos los niños de Franda y Navarra.

¿ydesde ese momento tuwJ conciencia de que ero horrible?

iPara un pediatra! Para mf, el pediatra debla ser empático con el niño
del que se ocupaba, en vez de decirle: "Ni siquiera te da vergüenza
haberte fugado! lVes que tu madre estuvo a punlo de volverse loca y
le importa un comino!" Y, cuando esas palabras enfureclan al joven
adolescente, Heuyer añadía: "ilnintimidable!" Luego anotaba en el
expediente: "Muchacho inintimidable. Madre: retrasada. Reformato-
rio." iAquello me parecla espantoso! En fin, esiab.a en el servicio de
Heuyer y un día me dijo: "En vez de prepararse para ser interna - cosa
que hacia pues era externa - deberla preparar el internado en hospi-
tales psiquiátricos, porque es absolutamente necesario que en C.'IO$
siúos haya gente que eleve el nivel.•

lQuién le dijo eso, Heuyer o Laforgue?

Heuyer. A Laforgue ya no lo veía. éramos amigos nada más. Lo vela


eo Ja Sociedad. Durante las vacaciones también: íbamos al "Club de
los Chinados". El "Club de los Chillados" era el hotel de La Roque-
brussanne.22
22 La Roqucbru<sanne es el pucblito donde Laforguc tenla una propiedad oon 11
plan1ac:í6n vin(cola, eo Var. t..arorguc deseaba que cri el tT3nscuno de su aMlisis sus
pacicn1c¡ fucran al menos un• vez, enel verano, a pa$11runa temporada durante la NaJ
te.nía.o una sesión dfana. Par.:1 tal cJcctQ, ¡e hQ6pedabao en el hotel del pue:bk>, llamado
.. ,_. Loba",yque los habitantes habían tcnninadoporUam1r• Ef dub de klc chillados" ...
t 1. PNCUCNTRO CON llL PSICO/\NÁl !SIS Y 1.A l'ORMl\CIÓN ~1

lluu algw1os años Id una mtmoista lk A/0111 Cuny t:n la cual ctJfllaba
que allí habúJ conocido a "11110 Jovtn t::r/1tHHd111111Íamentt: dínómica", la
/illlua Frrmroist Dolto.

Lo cfce10, iba a ver a Laíorgue cuando me topo con un joven que JC


me pone cnt'renle: "iNo hay paso!" Yo: iYa verclll(l!¡ si hay paso o no!
- "No, s6 que va a ver al desgraciado ése. ¿Pero ya vio lo que tengo?
(Me enseña una pistola). Es para él." EnroncC$ le digo: "Mientrll6
1an10, 1engo ganas de ir a hablar con él. lNo! INo hay paso! - Mire,
jovcn, har!a mejor en ir a cenar esta noche al re<taurantedonde yo ceno
y luego dejarme ir a ver a Laforgue. RcOcicionará y muy bien podr'
matarlo mañana.• Bromeaba asl con H No lo tomé a lo trágico y eao
le encantó. Por la noche se presentó en el resiaurantc: iíue dcslum·
brante e¡a velada! No biz.o múquc recitar versn<dc Baudclaire y otros
poclU.

¿Ya era ac:tor1

Actor no, no todavía, pero sí poeta y pintor. Y adoraba los versos. Era
muy culto en arte y li1cra1ura. Fue así como lo conocr.u

E:nt(Hr.cU, Htu~r la incita a prt.rtntar ti eramt:n dt intmiado paro íos


hOSfJllalu psiqui6tñcos.

S~ &.\!cs.. Entonce., sin abandonar la pa1olugfa interna ni la patologla


externa que se estudiaban en la A.~encia Pllblica, estudié aoatomla
lisiológi<:a de neurología, en Saínte Anne. Además, en esa época, seguí
un IX)()() a Lacan que daba cátedras de internado completamente
incomprensibles. Él había sido interno en los hospitales psiquiátricos
-oo interno en Parls- al mismo tiempo que Hcnri Ey.
A Boris lo sorprendía muchísimo que no enseñaran neurología y
psiquiatría en medicina, pues en Rusia formaban parte de los estudios
de medicina general. Luego <:ada quien se c.~pcciali7.aba, pero todo el
mundo entraba en contacto con la ocurologfa y la psiquiatría. Mientras
que e11 Francia, en absoluto. La ca.bc7a: iqut c.s eso! El encéfalo: lqut
es csol Se sabe qué son los ncMo&, pero no qué es el cerebro. Pues

23 Ab1n Cuny. inlcnvpdo por nOICI(~ nOmniC.l'YÓcl IU'Oerdode 1• aman11an·


c&Ue.nqucgedioe&e pnrncrcnrucntro. La h1•ton1 lc perece muysedoclOrl. petonicp
habcrllCVltdocnc:ima j•mM un arma de fuego... l. Deben'°' admJrarsu 1a.kn1odt 1ctor
na<'icnlc q~ 1up0, ya ~toncu, aeair t. duJfón ... cómiC'I? Hn todo ru:o, quetemi•
agradecerle h•bemor penni1ido deropt la rc:&J• dtl 1notumato que nos tierno. ÍIJl""l
1.!1 ENCtJl!l'Jll{O C.'ON E!I. PSICOl\NÁl.ISISY LI\ fORMACIÓN

bien, él también babia ido a Sainte Anne, antes que yo -en esa época
no lo conoda - , a asistir a las cátedras. Y se había topado con el
extravagan1e de Laean que daba cátedras de anatomía del cerebro.
Cuando me habló de eso, íue para decir: "Pero si ese tipo no es un
anatomista. Es un poeta. lEstá completamente la<:o!n Aquello lo di·
vcrlia mucho, pero al mismo tiempo le quitó cualquier simpaJía por 106
psiquiatras: no eran personas serias, y aquello no era cientlfico. Bueno,
esta coincidencia es divertida ...
Yo no tuve a Lacan mucho tiempo, porque su cátedra ya estaba
llena. Tuve a un tipo que se llamaba Langlois y que daba muy bien las
cátedras de anatomía. No entendía gran cosa de esa geografía del
cerebro, tan difícil, pero en fin ...

iHizo corres?

SI, pero como puede uno hacer cualquier cosa, una vez que se pone
manos a la obra.
Al respecto me entero de que en Mai~n-Blanche una interna de
los hospitales psiquiátricos que se había ca.~ado, habla pedido que la
remplazaran durante tres meses. Como yo era externa de hospitales,
solicité ese remplazo.
Entonces fui a pasar tres meses de internado en Maison-Blancbc."
Esa estadía bastó para quitarme cualquier deseo, para toda la vida, de
ser psiquiatra de hospitales. Me decla: "No es a partir de Jos dieciocho
anos cuando hay que ocuparse de c.~as pér~nas, sino desdes u infancia.

2'4 éstas son las anocadon~ diana¡ que cnconlramoscn las agendas de t93S y 1936:
Sáb•do t•Ocdidcmbrc de l9l5. Comleruodcl remplazo en Maison-Blaq('hc. Salida de
Parisa las6'20 horas.. llegada a las8:JS: horas. Pnmera visita $Ola con Baudoin. Traba)O
conferencia. Ingresan 3 personar... Comtenzo 1lu3:10 k>I exámenes.. 'l'ardo 1;30 hOr-3$.
Uego a P1.rís hasu1 las6:30exten.uada. con los ntrvios de punta. Uni afá&~ inkial ('!)
Una melancólica \11Cja 1 la que hay que prometer que se k va a cas1igar para q~ hable.
Unacidoc(micaqucrcgrcsaagstad1 Domingo ISdcdiocmbtcdc t93S. Nicve.-Jgndo.
Malcta5. Dejo la e~ papi me odia y eso lo haee surnr. Mam' profundamente
desagradable. Pierre me lleva a Maison-Blanchcen 402. iMi lt1S1a1adón cscataSlróíical
Lurics t6dcdkicmbrcdc l'JlS. Pnmerdcspcrtarcn Mnison-BlanC'hc. No ingresa nadie.
T.P. Vulpian.
Nota: E1 hO!ipÍ1al psiquhitrico llamado "Maison..Olal')Cbc" se encuentra ¡i1uado en
una dudad de 11 pcrlíeria «K'ilna de Pa"'5: NeulUy•ur~Mame.
En la agenda de 19J6¡c md1ran lu fcchu de las au1op1stas: el() de enero, luego el
10 de enero, clcétcni.
La fecha precisa del final del curso de pnklicas no fue ano41da Por k> demás. el
remplazo efectuado por flr1n<;oise Marcnc no figura en los atrhivos del hospital.
El. ENCUl'!i'tll\O CON EL l'SICOANÁUSJS Y 1.A FORMt\ClÓN "''

Todo lo que cuentan esas personas que llcg¡m en estado dcliranlc, son
6iempre cosas de Ja infancia. Aunque sólo comience a mamfestar5e"
los dieciocho años, porque fueron cortejadas por un tipo que las plantó
en su tiabajo, o porque amaron a alguien que no se dio cuenta, o
cualquier otra cosa, siempre es papá quien aparece. No es del 1ipo en
cuestión del que se trata. Él sólo e.<lá allí como prestanombrcs. A<f
como en el caso de una mujer en la menopausia, jamás es su marido,
sino su papá quien se le aparece en forma de pequeño demonio al pie
de la cama porque miró :al cartero que le guiñó un ojo, o cualquier
cosa." Siempre eran hisrorias asL. Además, otro aspecto del hospital
psiquiárrico era que, de un momento a otro, esas mujeres seenconlTa·
ban sin un peine, un cepillo de dientes. un corsé, ya no les quedaba más
que una camisa de algodón burdo yun vestido encima. Era preciso que
nadie pudiera estrangularse, hacerse daño con nada. iComfan con
cucharas porque los tenedores son peligrosos! Vaya, era la locura. De
verdad eran Jos humanos que se ocupaban de aquello quienes creaban
un campo de concen1raci6n espantoso.
Además yo era una sola interna para ... il WO mujeres! Los años que
siguieron a la crisis de 1929, fue una época en la que lodos los días
habla mujeres que ingresaban; retrasadas seniles metidas alU por la
familia porque a la gente ya no le quedaba lugar en los apartamentos.
Y yo debla encargarme no sólo de recibir y tratar a las personas, isino
de todo lo demás! liice por lo menos diez autopsia~ para averiguar de
qué habían muerto algunas mujere.~. iYestaba sola! Hacía las autopsias
sola, Juego el informe de autopsia. Es muy curioso, todas esas mujeres
morfan de ateroma. Toda..~ tenfan las arterias atascadas de porquerías
blancas, a lo largo de las paredes. Entonces ronclufa que hablan
muerto de ateroma, pero vaya a saber de qué habían muerto esas
pobres mujeres_.
Con todo, hubo una que murió de una apendicitis de la que el dueño
no hizo caso; dijo que era sábado, que la atcndcríam()!; el lunes. Murió
de peritorulis. Y yo, que era médica de hospital~ me $Cnli terrible-
mente culpable y me dije: "No me quedo en un lugar asl, ies espanto-
so!" Para colmo de males, reinaba un espfritu de sala de guardia: iun
espíritu de cuartel de provincial No se parecía en nada, pero en nada,
a los hospitales de Parí.~, de suerre que no quise presentar el examen
de oposición.

/.Allí se alejó deji11itivomente de lo psiq¡tiatrlo7

No sólo de la psiq11ia1 ria, sino también del escalafón de la medicino


l IJ 11, IJNCUl'NO!C 1t ON l'J f''>l('(ll\Ml.JSIS Y U l'ORMAC1ÓN

.~,cUI de 1't AM.lcncia Pübli.:a, porque LI acñora Aubry me babia


IC'ldo de ejemplo <k lo que no se dchc bctt - la señora Aubry de
ac¡udla tpcu, porqucd<:!>puts cambió mocho, sc aaali26; es una mujer
que tidaliro mucho. La scóonl Aubry - ca .qud e111oace. scilora
RoudtneM:O, ex alumna de Heuyer - iba 1odo5 lo6 días a w scMcio,
mientr11 )'O era eltlcrna, para llotar en ~u regazo porque se pn:panbli
para ser ..iotcnta - o potquc en a."tenla y se preparaba para &U
mc!díca cJc hospitales. lY no eran m•s que llos de re<:0mend<icioocal
iNo !cola n1da, pero nada que ver con las capacidades o el dc.o;co de
alguien de ser mtdico! Nada en alhO!uto. No eran mú que hi.loriu
sórdiJ.. que le contllb3 al dllClio. Y yo, como elllerna, estaba obligada
a olr lo que decúl, lla rccucnlo con A 10mhrcri10 de Oor~ con ccrC1.u
encinu que: sc 5a<udianl Era a11 boml>re diafrazado de mu¡cr o .na
mujer di$fiand.i de boebrc; jamti aalilalnoc¡ si era un hombre· mUJCI
o una mujcd1omb<c .. Me dc:da: "iEs terrible. si se coavicnc uno c11
eso c113nJo lo gradúall e11 I°' h05f'Ílalcs! Hay que huir. Ya no"°" ai
m6dicosni hum.&n0$. Ya oo.t qu~ '°"
Noaon misqucgcntcacn h1m11
de puc.<t0< ..'""

¿y tstando lnmtno en uu probkm4t1co fat cuandopoas6 111 conwttvre


tn psit:<>onolisto?

i En ahoolutol En esa problc~tíca simplcmcnlc pcn5t C11 cjerctt LI


mcdi<Ílla, 1e1 pcdialra, baa:r lo que podicra, arreglármelas y ao formar
parte del pcl"<>n.il dírigcnlc. E imlalarmc: ca la ciudad como prufetio-
nal indcpcnJintc de inmediato. De hecho fue lo que hice.

lSt úuro/6 .-omo ~diotn11

u Jtnoy Aubry(l9Q3.1967} 1..ny w.,..,.., _,.de oolkro. <011Y<nodl port.,


matnmonacn Jcnrry R.oultna('Ot l9CJD Jcnny Auctry. '" a.Kpftda m-urirtn p,.ftdA
-bnidltnt4ad< hcl<pttaJclta 19)11,..-.... f'ÓI<... Dup,.Qdelopcrra,
la~ dcMmpcM~ca • Rc:i1,ttnna. • Nlndo~odc un aúlllil p.ra
º"""''•
8)'\14Ar • b jOw'na ¡iiic«aw de'"' .-Mio• ai6cll ablndol ' de 11A1 1 i11
Nbln.
A...i.u co loawi61t c1 la - ,..._Ma el< ...... r.. pot\ftm de .._
cauJr:uaa coacn a. ~ a ; '" por f\IClti&. dun111te la dílDlut'6n de l9Sl-
Pracn1ó 1u dmili6ll pa11 ..rsc: • Lann_Odio '1taprt.c•11 SoC1c:dld Fl'lncca •
~- Urdo, en 1963, se "">Ó 1 lo llltwll l'r<od-de ..... r.-
l ac•n.dioMc tcqvedd •a1udllOIW16e(cn l'.AIO).qw cornbalióJ••noron f'l'M(Ollie
pot

t>olco.
P\)f lo ~MÜ, danpd el ICtvtnO de pcd1atria del hc:Mp1tal f"IUll·M•l.ÑC:I donctc
treó la pnmera con'ul&a. de: h0tpi1•1 de P"C'tlllR,hw1 cn franr1a.
l'I . ENCUfl.NIROCON ELPSIOOANÁIJSIS V IA flORMAC1ÓN 101
<'orno pedia1ra, de inmediato. Preo;cn1é mi tesis (Psicoan61isis y ~d1u·
tría) el 11 de julio de 19'39 a las 13 horL' de la tarde y me fui una hora
~put¡(habiendocomidoapcna. unboc.tdo) a laprefcctura pmiquc
registraran mi Ll1ulo. Primero pedl mi 1í1ulo en la facultad. Me contes-
taron: "iCómo! Acaba us1ed de defender \U tes~ - Quiero mi Utulo,
defcndf mi tesis. - Está en su derecho, JlOr ~u puesto, pero jamás se ha
hecho: no se entrega el mismo día. Rcgrc:M: en una semana. -¿En una
semana? lPcro si casi e.~amos a t4 de julio! Me voy de vacaciones;
quiero tomar unas vacaciones, pues quiero in.<Ualurme el primero de
septiembre a más tardar." Entonces la empicada me dijo: "Qué prisa
tiene. Bueno, está en su derecho. Vamos a hacerle un cenificado que
testifique que se aprobó su tesis • Me hi1.o ese certificado. •Ahora,
lc6mo hago para poder trabajar de inmcdia10 como ~ica? - T'aene
que ir a registrane a la prefectura.• Fui a la prefcctura el mismo dfa,
el 11 de julio de 1939. Se rieron mucho al ver a una mujer que acababa
de defender su tesis hada dos horas y que se prescn1aba allt de
inmediato. Le dije: "Mire, ltcngo mucha prisa! Estudié medicina para
poder trabaja.r y quiero trabajar iMuy bien! IMuy bien! iEstá muy
bicnl lBravo, braVt>, señora doctora! ..." Se doblaban de risa. Todavía
se acordaban cuando, después de la guerra, tuve que regresar como
todo el mundo. Durante la ocupación alemana tuve que ir para que
supieran si era judía o no. Tenía los papelc.~ que probaban que no lo
eta, pa.ra mi fonuna. Pero también para c_w, auto.V.aron la mWna
atCSlaci6n porque aún no me daban mi lítulo, pues despu6. de la
declaración de guerra. todo se interrumpió y nadie ten~ ~u Ululo
oficial
Ylas mujeres que no se hablan inscrito en la prcfcct"Urase quedaron
sin derecho a ejercer en Parls. has1a el final de las hostilidades. Si no
me hubiera inscrito el mismo día... Esas ideas supuestamente desea be·
lladas (que en realidad me salvaron) no dejan de ser señales de la
Providencia. De hecho, si hubiera esperado a mi regreso de vacaciones
el 15 de agosto, en plena preparación de la gucna, con los servicios
desorganizados, la facultad y la prefectura ca.'li cerradas, no hnbrfa
obtenido ni mi certificado ni mi registro. En efecto, a partir de la
dcdaraci6o de guerra, se proluoi6 a las mujeres inscribirse como
médicas en Francia para no perjudicar a los hombres que tcnlan su
profesión, y cuyo lugar habrfan tomado mientras ellos estaban movili-
zad06. Por 1an10 fue así como me instalé como m6dica en seguida y en
seguida abrí mi consultorio, el primero de septiembre. Ese mismo día
tuve tres personas.
lill 1'1 ,l:NCUl!NTRO CON P.I PSIC'O/\NALISIS Y LA fORM/\CIÓN

l frnl1111n lrxal?

Sa Ya .;,;a en un lugar que habla rcn1ldo.

il-ile aflf <kmde comeruót

St
lD611dcua?

Era en la pla1olc1a Henry Paté número 13. Fue allí donde comencé,
tras avi>ar a los farmacéutico.. Fui 1 decirles: "Me registré como
pediatra y, llegado el caso, médiu general." En ese momenlosc podía
tener do& c.•pccialidade>. l)c,,pu6 de la le.~ uno mismo elegía $U
~pccialidad. Había bechoscisscr.icio.de pcdialrfaqueeubrlan todos
los aspecto• de la especialidad: ¡J(<iqu1a1rla infatuil con Heuycr, cirugía
y traumatología del niño. Portanto habla hecho todos los servicios que
me daban derecho a cobrar como c.•pccialis1a, pues se rcqucrla haber
hecho prácticas de pediatría en 1rc> servicios al menos para llamarse
pediatra. También había ido a un servicio de niños de pecho, ya no
recuerdo cuál. Luego a servicios de medicina gcoernl y de cirugla
general de adultos. Por 1anto tambiéu podfa ser médica general, como
se dice, y ocuparme de medicina y cirugfa menor: abc:csos, cositas asl
que~ J'O"ible atendu en el con.ullorio. En esas condicionC'- comencé
a ejercer.
S. WS COMIENZOS DE LA PRÁCTICA

l ll:Jrt011ces fue la guerra la qut le dio la posibilidad de instalorst?

En efecto, fue la guerra. El día de la declaración de guerra - el 3 de


septiembre de 1939- además de mi práctica independiente hada la.~
veces de interna en remplaw itinerante, es decir que rcmpl87.aba a los
médicos de Enfants-Malades* qoe querían ausentarse. La mayoría de
los servicios a los que había ido se encont:aban en Enfants-Maladcs,
que era el único hospital para niños; por tanto estaba todo el tiempo
en Enfants-Maladcs donde siempre he tomado mis alimentos de me-
diodía y toda la sala de guardia me connefa. Y, pasa "comer con
manteca", bacta rempl87.os de guardia notturna para aquel.los a quie-
nes eso les aburría. Como iodos los jefes de servicio y las enfermeras
me conocían, me aceptaban como si fuera interna, pues habla tomado
mis cátedras de internado con ellos. Como le he dicho, no me presenté
al examen porque no quería tomar el lugar de alguien, yo que no querfa
formar parte de esa jerarqufa de Ja que estaba huyendo, y que en mi
opinión volvía a todo el mundo completamente loco. Ya no se era
médico, se estaba en la jerarquía. Aquello me partcía por completo
imbecil. Para mf eso había tennfoado.
Entonces, ese 3 de septiembre de 19'.39, tenía una cila para comer
con una amiga que había sido mi interna durante uno de mis pcrlod{)l¡
de prácticas. Además éramos un poco primas. Ella trabajaba en Lacn-
nec. Por tanto yo debía ir de Eofont~·Maladcs a Laennec. Llego a la
plaza Duroc en el momento en que todas las campanas comien7.an a
locas a rebato. Además de esto oigo un jaleo espantoso: era la decla·
ración de guerra, que se anunciaba desde la víspera por la noche. No
so hablaba más que de eso en todas las radios. Fue entonces cuando ví
escenas de locura en esa pl117.a Duroc y me dije: "iEI psicoanálisis, es
cierto!" Las personas que se hallaban en ese momento en compañía
de alguien más se aglomeraban, con la.~ cabe1.as inclinadas, silenciosos
en torno a un diario. Los que estaban solos buscaban a alguien más o
si no, se ponían a gritas, sobre todo las mujeres. Una mujer gritaba,
tras haber lan7.ado su bolsa; "iLos uhlans! iVicnen los uhlans!•• iMi
' Nillos cnfcnnos. [1'.)
• • ~1en:cnari0i de los cj~rrítOt> de Polonia. Prusia, Aus1ria y AJcmania. IT.J
[ 1031
1•>4 LOS COMIENZOS DI! V. PRÁCTICA

p.>pá!" iComplcwnente delirante y gritando! Un senor junto a ella


1n1cn1aba calmarla: "iNo, señora! iYa no estamos en 1914! No='
í¡¡ual !Estamos en 1939!" La mujer golpeaba al señor, sin importarle
lo que decía: "IU&eed mató a mi papal" ICualquier CO$lll En la plaza
Duroc no veía más que loros, o muchedumbres si.leociosa.~ y extrañas,
pero no buman06 que pr06iguicran su camino. Y todo con el prClClllo
de ese escándalo e n el que se anunciaba: "Se declaró la guerra.•
Gritaban: "iDe<:laración de guerra! i Declaración de guerra!" con tono
de voceadores de periódiC05. Vaya, ere una especie de locura espumo-
~ª• un edema 88Udo del pulmón de la calle.
Entonces Uego a Laennec y veo a mi amiga interna. Era la hora de
la comida. Me dice: "No puedo comer coa usted. Tuvim06 que deso-
cupar tres sa!Jb. l!'llo tenemos más que mu¡crcsddirantcsquc llegan!"
E&laba en el scn.icio de mujeres. '1'encmos doscicnta. delirantes
desde hace dos. horas.• Le contesto: w& efecto, vi algunas delirando
en la calle.• Me dice: "INo se imagina .. .!" Entonces me quedé un poco
para ayudarla. Desnudaban a las mujeres, las volvfan a vestir, les
inyectaban un calmante, luego las mellan en la cama, con las enferme-
ras. Intentaban averiguar su dirección. Estaban completamente dcs-
bcmbdospor ei.c trcmcndo gentlo.Aquellas mujera.se babia quedado
sin nada: babfan perdido su boba, Cllras hab(an apruvcchado para
vol&rselas. Era una verdadera confusión. Por la noche, telefoneé a
Mimi, mi prima: "¿Qué pasó? IOh!, las CO$llS se calmaron. Hay nna
enfermera maravillosa {que yo misma conocla ya). fue extraordinaria.
Dio café con leche y un buen pan con mantequilla a todo el mundo.
o.:da: "Claro que 61, aqul tienes tu pancito con mantequilla, tu papi-
lla... ¿Quieres papilla?" Daba cosa.de bebé a aquella> mujeres hablán-
doles cariñosamente. Al día siguiente por la mañana, después de que
en su mayoría durmieron bien, se halló sus domicilios y sus cosas.
Su padre, su marido, no hablan sido movilizados el mismo dla,
cuando creían que de vuelta a sus casas ellos ya no eslarían allL A los
hombres los movili.J.aban en dos o tres dlas, por tanto a!ln estaban en
5US casas. Ymalmcnte no hubo que enviar a Sainte-Annc nds que a
cuatro o cinco per50nas: las demls regresaron a sus casas. Habla
habado una fiebre, una especie de cuarlanas callejera...

Entonces, ise instala tn ese momenJo ccmo ¡Micoanalista1

En ese momcoto real>o a los pacientes en análisis de los judlos que se


YC!an obligados a irse. Y fue cuando comprcndl que el psicoanálisis
era judlo. Yo, basta entone~. habla segujdo la formación. Tenía tres
LOS COMIENZOS DB LA PRÁCTICA 1111

pacientes en análisis y asislfa a loo seminarios de Spicz, Odicr y Loe


wenstein. Loewenstein daba seminarios de clínica; SpilZ estudiaba loa
escritos de Freud; Odier trabajaba sobre la "clínica de los jóvenes", c.~
decir: jovencitas, jóvenes, adolescentes, dificultades escolares, dificul·
tades de estudios, etc. Por otra parle asislfa a los cursos que habla. Y,
en la última sesión de 1939 - por tanto defendí mi tesis el U de julio
y la última sesión lU\IO lugar el U o el 13-, me eligieron por unanimi·
dad miembro titular de la Sociedad Psicoanalítica de París, gracias a
mi tesis que servfa como trabajo teórico.

i Les habla habladc de esa tesis?

iNo, ool Antes había hecho una exposición clínica, gracias a la cual me
habían admjtido como miembro afiliado.1 Y continuaba mi formación,
aqueUo por lo que había dado mi palabra porque, como había sido
becaria, estimaba que les debla ser psicoanalista de adultos. No se era
psicoanalista de niños.

l Le habían pemiitido hacer Sil psicoanálisis y rlSted sen tia que tenía una
deuda con ellos?

En efecto, dado que me habían permitido continuar mi psicoanáli.tjs,


sentla que tenía una deuda con la Sociedad de París. Por tanto babia
seguido la formación requerida: "Tome tres pacientes bajo supervi-
sión, y asista a los cursos. Después hará lo que quiera, pero habrá
adquirido la formación para adultos. Al mismo tiempo, eso no le
impide seguir siendo pediatra si así lo desea." Fue lo que hice.

Entonces tenfa eres pacientes.

En efecto ruve tres pacientes, eta la regla. Yescribí esa Lesis que a todos

1
En realidad se ln1ta de una cxpo1ickSo, hecha en el marro del seminario deJobn
Lcu~ refere1ue a! e.aso de: un paciente 5upcrvisado por t i y titulada "'Un caso de
ncu.rosis de cañctcr a base de a.utocuci,go". Bsla exposición fue presentada el lunes 2S
d• 1brll de 1938 a l.. 22 boru y publicada•• la RMI< franealse tk ¡»yél>Dnl1Jy>e, 1938,
LX, núm. 4. Tras k> c...al, Pra~ise Ma.rettt fue cJegida miembro afiliado el 20 dejunio
d• 1938.
& cambio, a pc;ar de las ÚMStipdoncs eícaua<las por la ldlora Mac Lean,
biblíoteouia d• la Sociedad Plócoanalítica de Pan., oo fue po11l>le ballar loo an:hlvor
del periodo 1939·1945. ~'"" rueroo dirpcnadoo porprccaudón,yjamú rec:oastruldoc.
Por tan lo oo _podemos saber toa ccm:za la fecha en que se eligió 1 Frani;oise Mtrc.110
miembro tituler. Ella cteía rtootda:r el 12 o 13 de julio de 1939.
!.OS C0Mlf:N7.0S DELA PRÁCflCA
le• p:ucci6 por completo elttravagante. lSóloJean Rostand me escribió
pura decirme que ese trabajo le parecía fonnidable!2

lSophie M01genstem no dijo nada? 3 lNo conoci6 su tesis?

La conoció un poco porque Je envié un ejemplar.' Pero no se presentó


el día de la sustentación porque ya había salido de vacaciones. Sabia
que venia la guerra. !Estaba en un estado...! Habla perdido a su hija
porlassecuclasde una operación que, en aqucUaépoca,era muy grave:
la ablación de la vesícula biliar, operación benigna ahora. Ya no tenía
razones para vivir; el resto des u familia vivía en Lvov en Polonia y había
sido eltterminada por Hitler. Estaba pues en una situación interior
dramática.5 Iba a verla cada ocho días: formaba parte de mis. superví·
sores, no para medicina ni para psicoanálisis, sino para los niños que
vela en pediatría, y cuyos trastornos pensaba yo que eran de orden
psicológico. Por ejemplo, los pequeños a quienes pcdfa dibujar en mi
consulta de "la puerta" en Eofants-Malades, adonde iba todos Jos días.
La consulta de '1a puerta" me apasionaba. Recib!a los niños de los que
los otros internos estaban hartos y que ya no querían. Estaban hartos
porque bacfan charcos de pipí, y ellos no sabían qué hacer. Por más
que suprimieran las bebidas o los regañaran (los amenazaban con
cortarles el pajarito), aqueUo no daba el menor resultado.Finalmente
declan: "Tenemos a una colega a quien le interesa mucho la pipí en la

1
A continuatión ttnem()$ el tcttodc &a cana qucJcan Ro6tan<l d11igi6 a Fran~·Q:c
Dolto:
"30 de jullo dc 1939. Seflon: Le agradezco mucho haberme Clllliado •• hcnnou
tesis, Psicoond/i.sJ.t y pediolria. 1'.ic iotCl"C$8.U de mancm pa.rricula.r I• C:UCStÍOOCi que
tm:La u5tcd con canla-agudc?.a y Cinu111 1 y no dudo que una obnt uJ - donde la cic:nc:i.a
del psicólogo colabora sin cesar con la obsesvación del dfnic:o- logro iluminar muchas
mc.ntes1 aúo obnubiladas por injustos y tenatts prejuicios.. Contribuir;{ de mane·ra
relevante a propagaren las medios: mUicos las cnscñanutS cscnda.les de esta Fis:iotog(1
afectiva. que deberían ser ramiJial'C$ a rOdosaquclk:I!; cuyo a(dn es romprcndcr en atgo
cl alma human.a.
..Con mis más sjncera.s Celkitadones, sírvase encontrar aquí, seaora, el tcstimonlo
de mi proíu.ndo afec:10. Jean Ros1and."
En realidad, frall(Oise Ootto peca de modesta pues, a pesar de la< tniglcu cim10S·
tanctas. gran can1i<lad de psicoanalistas la fclidtaron por escrito por su trabá.JO. Todas
CA5 cartas fuctot1 conseMdas y halladas.
3
Recordemos para el lector no enterado de la historia del psiroan;Uis:is, queSoph.ic
Morg.e.nslem rue la primera psicoanalista en Prancia que se ocupó de ni00$, antes de
l'ntn~ Doho.
4
Enronlramoc la lista -que consta de I18 nombres- de las personas a quiend se
lu ~nvió un ejemplar de esta tesis.
Dcddiósuk idarse cJ 13 de junio lle 1940, a La entrad.a de los nazis: a París.
l.OS COMIEN7...0S DI! LA PRÁCl'ICA 1()7

cama. !Vaya a buscarla!" Y he aquí lo que yo veía: enuréticos, vomita·


dores, espasmódicos, niños moles1os y niños anoréxicos; los niños-pe·
~dilla. Porque en la consulta de "la puerta" yo era una persona un
Lanto enravaganle a quien todo el mundo querla y que les pare<:Ca
curiosa. Se quedaban tranquilos cuando me dejaban su guardia: "No
hará tonterfas." Yo era simpática y todo el mundo me cafa bien; no
cejaba en nú in1ento de explicar el papel psíquico en lo somático.
Algunos escuchaban, otros no. Aquello se abrió camino pero, en
aquella época, era absolutamente revolucionario. Me decfan " la loca".
Por (.;cr10, cuando Catherine comenzó sus estudios de medicina, en
1970, cierta vez en que se hablaba de mf, hubo una estudiante que
repitió lo que había oído decir y era: "ila loca!" "lPero por qu~ dices
que Fran~oise Dolto es la loca? - Porque todo el mundo lo dice. - ¿Y
has leído algo de lo que ha escrito? -iPara nada! 1Dios me libre!
- Haces mal, es interesante. -Cómo, ltú lo has leído? - fa mi madre.
- lOh, discúlpame! no quería oíendcrtc. - Mira, voy a traerte algo."
Y le UevóPsicoanálísi.•yptdiotña. •¡No es una tonterfa! lPor qué dicen
que está loca? - Porque es algo nuevo." Y fue asf como, poco a poco,
cambió de opinión con respecto a mf. Hubo varias anécdotas de este
tipo.
En realidad, esos prejuicios contra mi se debían sobre todo a
Lebovici: le babia dado rofodo - es muy curioso- que yo quisiera
hacer carrera, que le quitara su lugar de médico de hospitales. Pero
todos se daban cuen1a de que no deseaba eso. Todo el mundo sabia
que no quería ningún título. Por lo demás me parece totnlmente
incompatible tener títulos sociales y ser psicoanalista. A partir del
momento eo que se tiene un título social, ya no se puede ser psicoana-
lista. Sin embargo, la actitud de Lebovici para conmigo tuvo una
consecuencia curiosa que debo contarle. Para eso debo remon1arme
al caso de la escisión, justo antes del congreso de Londres.'
En ese momento, Lacan era presidcnle de la SPP, y había una
agitación tremenda con respecto a la formación de los psicoanalistas.
Se habla formado un grupo en lomo a Nacht que quería que hubiera
un CU!$uS• de varios años durante los cuales uno debla checar su
asistencia a los cursos; dcspu~s de haber cbecado durante t.res años A.
B, C, lo nombrarían a uno psicoanalista.

iUna/6brica de psicoa11alis10.rl

6
XVIll Coogrcso de la Asociación Pl;icoanalíttca In1emacional1 Lle.vado a cabo en
1953¡ presidente: Hartmann.
• Conjunto de C$1Udios de una materia. fT.]
LOS COMIENZOS DB U\ PRÁCDCA

11:!.so es! Porque para reconocer el psicoanálisis como una especiali·


dad, Ja facultad pedía a la Sociedad de Psicoanálisis que formara
personas con úllllo: un título a partir de cursos que uno aprenderla y
que luego recitaría. Aprendizaje y verificación: iasí se enfocaba la
fo.rmación del psicoanalista! También se crat6 de crear en el Instituto
un organismo para formar jóvenes que no tuvieran mucho dinero
- becarios en realidad- a fin deque se convirtieran en psicoanalistas.
Supuestamente iba a haber un pequeño dispensario, gratuito o casi,
para las personas que fueran a atenderse con jóvenes psicoanalistas en
formación. Los iba a formar el Instituto de Psicoanálisis. Y, por la
ru;'istcncia a los cursos, se los iba a nombrar psicoanalistru;. Eso es.
Entonces hubo maniobras sucias increlbles: psicoanalislllS que traba-
jaban ya muy bien y que se les declaró inscritos en el año A; por tanto
debían asistir a cursos; mientras que otros que a6n no hablaa hecho
nada, se los ponla en el año C para terminar su formación. Y todo esto
al capricho de las contratransíerencias de sus ana!istru;...

Lo que vulgamrente se llamo lo "tite du clíent•. •

Eo efecto. Fuo en ese momento cuando hubo una rebelión de jóvenes


en la Sociedad de Psicoanálisis. Y cuando Lagache dimitió, sin saber
que si se dimitla de la Sociedad de París quedaba uno excluido de
hecho de la lntemaciona~ pues la lntcnu1cional sólo reconocla a los
franceses si estaban inscritos en la Sociedad de Parls. Dimitió para no
formar bloque con Nacht, la princesa, etc. YLacan, que era presidente,
est aba presente cuando Lagache anunció: "Dimito y fundo otra aso·
ciación de psicoanálisis." Es cierto que se babia pue.~to de palitas en
la calle con mucha frecuencia a las personas formadas por Lagacbe,
durante las inscripciones para los años A, B, C.

iHubo ajustes ill atentos a/11?

s~ ajustes de cuentas. y la princesa que debía estar del lado de


Lagacbe, pues asl lo babia declarado, a la media noche o a la una de
la mañana se puso del lado de Nacht I01ra maniobra sucia! Todo
aq11ello me parecía estúpido. Yo era del todo favorable a una forma-
ción que no impidiera a la gente elegir a su analista, pues a esas
personas que acudían al lnstitutose les negaba el derecho a elegir asu

• La tn11dutci6n literal es • tabeta ~I cUe:otc... (T.}


LOS COMIBNZOS oe LA PRÁcnCA 10')

nnalista con el preicxto de que pagaban muy poco o nada. Aquello me


pareda antipsicoanalítico, asl como la asistencia a cursos.
Pues bien, cuando llegamos al congreso de Londres, nos dijeron:
"Todos aquellos que dimitieron de la Sociedad de París ya no son
miembros de la Internacional, y no tienen derecho a participar en el
Congreso." Yo que había dimitido, me encontraba en ese caso. Habla
seguido a Lagacbe y a Ju.licue Favez. Y cuando Lacan vio que formá-
bamos un grupo, dijo que dimitía para ir$e con nosotros, una hora
después. De tal suerte que formábamos todo un grupo y que presen-
tamos en la prefectura los estatutos de la Sociedad Francesa de
Psicoanálisis. Más tarde, algunos de nosotros que habrían querido ser
readmitidos en la Internacional, hicieron Ja solicitud. U na comisión
fue a estudiar cómo crabajaba cada quien. !Nos pusieron en el banqui·
Uo para saber cómo trabajábamos! Y esta comisión ooncluy6 que habla
que excluir a Lacan y a mí llimbién.

iEn el caso de lacan, fue a causa de las .resiones COiias?

Así e.~.

l Yen e/suyo?

En el mío, se asentó en las aetaSdelcongreso de Estocolmo7 - las actas


secretas de la comisión de estudios - que: en primer lugar, estaba
inscrita en el partido comunista. Fue Lebovici quien lo dijo, mientras
que, él...
Es decir que úbovici tenla cuentas que ajustar consigo mi$mo puesto
que habfa redactado el famoso artículo que usted conoce, de denuncia
del psicnandlisis por orden de Moscú... iantes de dimitir lkl PCF para
consagrarse a su carrera en los hospitales y psicoanalltical 8

, xxm C.Onpuo de la Asociación Psícoanah"tica lnrcmactonat, llevada a cabo en


t~ prcsi<lcnie: Maxwell Oilclson.
8
EJ picoan,lisb;, ideología reaccionaria", c:n La Nouvdlc: Critique,
..Autocrllica.
núm. 7,juniode 19491 pp.S2·73.
&e tctto two nuevesipa1ario1S, ocho de ellos ~diCOS- Sin embargo esta palinodia
no fue un ac1oalsladocomo pOOemOi lcertocn la carta intcmadelasndcl 16deju.nio
de 19S3, donde !.agache, J. l'avez.Bo\l1onnlcr y P. Oollo explican por .q~ dimitieron:
"t.Jacc ues aAos, en sesión admln.istrativa la Sociedad i;c negó a tOmaTen ronddera.clón
un.a aindidatura para miembro afiliado, porque ta persona en coesti6o habla fumado
el manir.esto •E.I psicooan&lisls, ideología reacciooaña' {... J Pero ese manifH:StO estaba
ftrmadopor uno de 105 mjcmbros 1ilularudc la Sociedad a quien, 1ras!baberguard3do
110 l .OS t:OMll Y.1'..0S OB 1.A PRACllCA

Marc, •mi <SO mc lcnL'l lin c·uíJadu.


Por lillimo, dijo en público que )"O a.taba in.crita en el ,..nielo
eo1HmiUA. I r• k>q..c ú m1Cdo le daba• lodo el munJo: lím..gin<"SC.
el poani<lo comuniota para mi psiroan•l;.ia!
ü i,c:gunJo: qu.c pasaha los fines de se-.. ooo mi• paciente&.

lEht

Cuando en aqucUa época tocfo el mu.nJn ~abra que lenfa niño~ peque•
llos, que lhamos a pc.=r y catar con mí matidn, y que jam'~ me
¡cparaba Je lo. mño!. y de mi 1mariJo el fin Je \emana.

Ptro ~Jltl úlefl M P"»T d fin d~ JntUlllD C<HI los P"ÓettleJ. lqu~ d«ir
if1U '"' """ pnldicu qut oistlo en oqwll4 tp«o1

No k> ¡j!. Nn me enteré de esto sino mu< ho Jc.pu6.

Sf pero VI CM:ri!O, con todo Jetallc, que habfa dicho C<O de m(.
En tercero: que me hahia we ho l'"r completo jungiand. iCuando
no cooocia n1 una palabra Je J un11! iOut luntcrla! Me cntcrt de cw
por fllirlmann que habi.l sido uno Je nm IUf'Crvisorc. ypor l.ocWCllS•
tcio. Cuatldo H.utmann me 111 cucnl a, le digo: •¿Pero cómo es P"'•lllc?
Usted me conoda <i- qut no dijo que 110 era cien u?" Me r~
"Pero li )U la cuood3 en el 39; y.i no L'I cono.:ia veinticinco ano&
dClipuéa. Podía haber cambiaJu, JQpué.\ Je todo, oo se. - Pero.
Lagachc ei.taha 11Jlí. Era el único que tcafa derecho de c.<;1ar alh - ¿Y
no di¡o naJ1·.• 11'=:1 ....bc muy bien <1uién M>yl Siempre me ha J1dlo: "No
cuno1ai e nadie más clásico que tú cuando llC trota de casos rcgularca
y, al m1.rno tiempo. hace• lnve~rigación, qut mlcraantc." Entonces,
Harcmann me dice, dándome u.na palmada en la espalda: "Ya '"•
Fran~. uno cree tener amigo•." lii l.apchc hubi(ra dicho la mirad
de la cuart1 parle Je ca fraac, todo lo dicho por Lcbo-ici se lo habrú

--u
llc:vadu el viento, porque para las gentes que la cooodan, aqucUo oo

rc~r
11 ocs>de.<110oolo fu< ouaa>Jod _ . . _ p.ásc la""°"""""'
pani preaaat PI pmKi6e sobTc ca punto! Y cae m.cmbro trtvl&r se cot\IC1Kn
daptlt1AO16.Jo tolerado, '1.001n..ulldodc carp MDpDf1Anl« que din prvcba de ~llC
¡e; ron.fil tn 4!L 4.Siie U'lta l.k 1nrohcttnct1 o lk 1lctllU\IUto a ncrta dur'lct<lad
1(>4rtruc-'l'"
UlS COMIENZOS D~ 1..A PRÁcnCA 111

iN con su penooa.• Y be aquf que gracias a esa& alirmaclonc¡ me


excluyeron, desp~ de la comisión de investigación.

Utto ofinnoci{J11 dr ú:bovici y 1111 si1~11do de l ogoche.

Un silen.cio de las personas que me conodan. iY me hicieron un f¡nor


lan grande!

Ptro, desde su punto de >'isla, lqut h1UJ que Lagache no d1jtro nada?

No sé. lEnvidia masculina? Creo que es una cuestión de machismo,


pero no sé en lo mú mlnimo.

P«q11e lebq,.ic1, u c11!1tb, se ocupa dt nillos, como ¡J11ttk. Lo menos


q11t p11tik d«vse tS qr1t no es muy bn//ante, y que no tst4 muy cloro qut
quedor6 de ello.

Bueno, él fue el primero que abord(\ lo social.

- fKX tanto podía tener una ri>alidad imaginaria con ustrd. • lptro Úlf11·
che? Ni siquiua estaba tso en juego.

•Pan acll1tter lu rcl..ciooes que lcbovtC'i mlAlcnfa con Pn~U.C Oolto, rcpro·
duC'una& aquí, 11n cambiar nada, ute tato haJi.Jo en lol atthf"OI: de Praft(Oisc Dotto.
•et 31 de...,.. de l'l:S3. '9.-. No clcbll ir 111 rc•ruóG.- el .-•1D Aluncc ptn
puor d <lla con lo& . . -
"'Pororn pene. el úblMktlO, a mcchoda'.a..1c:tcJonazodc l...ebcJrv1ciquc ron testa Bons.
quien recibe el saguknce recado para mf: ea 1nú11I que su mujer 2't rnotc51c maft.lna en
11lJllr1 une reunión a la cuiilqutt.á SCCTCC lnV11ada. Se 1rata de una tcvn1ón dealumnoa
1
'Como )'O babi'.a ra.pond1do por ccmto. no rontaba c:on tr ttero el 21 Uucw: •
dnlll'Ol y me quedo en P1n'i. A !» 11 horu kkfonazo dc1 (al parcrer de Guitton)
que d.cc;. 'VeQP .al 1n.111u10 al puede, puea Lt-bovia. Dia.ttinc:. Uenaay y a hlu)Arc¡
que t1cnct1. una onc.nLacióa to1almcn1c dSJhnta a &a &uya. 1$1 como a Ol«ll que le- an
lac'J rupoadldo. v1Jucron afirmando que el uw1tuto kJI: .,._ urvatldo_ Vcnp •
dcfc.ndc:r &u pu.ntode vtSta.'
"'t.Jcgo hada l.u IJ: 1.S horas y c:n1ro, micnuu t.cbovid h.ebl• (y no me. ve) y dico
ccx1ualmcn1c: 'Vine rreycnd() h11bcrsido tnvlt1dodc manera rcgulur por el insti1·uto de
p.lre>1n<fltsis, lly me e.ncucn1ro con""ª tebcbón (dijo mocúi) dcatumn06!l' Ocspuú de
4!1 yo m1n.if.esto k> mucho que me .sorprende el que se haya presentado tras habcrmr
IV\llldo q~ no 'f'lncia. yque no e-ra mi. n:un..o«1 or.aaa. de k:t c...a an d.cll eo caN la
mcnof' duda, y IÓll> e.ta pi-1'8 tcaer u.aa rapKA• oral o cscnta sobre ta muera oe
planear la fot'DUIOÓn dlCIMt;ca por parte de Sol 111ularu.
"1:.$ de imaguu1rw el cíuto produrtdo por ese flagrante Oehro de ma.11 fr da
IA>cM<I"
11 l LOS COMIENZOS DE LA PRÁcnCA

INol SI, quizá, nunca se sabe ... No sé, pero debo decir que fue provi-
dencial, lporque me hiw un favor tan grande! Oc lo contrario habría
.ieguido yendo a esos congresos insípidos... De verdad me sorprendía
ver esos congrC4os de psicoanalistas: durante el con,grcso era como si
iodos se hubieran Lrag¡¡do el paraguas, ponían unas caras de este
Lamaño. Y, el ella en que el congreso terminaba y había una salida,
todos se ponían como bebés a pelli2carse las nalgas unos a otros, a
golpearse la espalda icuando durante las jornadas de trabajo parecían
moribundos que se tomaban a lo trágico con unas caras de espectros!
Ese medio me pareció totalmente anificial.

Las insrituciones psicoanalíticas la hastiaron al igual que el hospital


psiq11iáuico.

S~eso es; me sorprendía ver a personas tan falsas, tan metidas en su


narcisismo, temerosas de estar vivas.

Pero, entre nos, en la Esa¡ela Freudiano la cosa no era tan diferente, lo


no?

iEn la Escuela Freudiana era exactamente igual!


Pero, para volver a las circunstancias en las que me excluyeron de
la Asociación Psicoanalítica Internacional, pienso que, sin que se baya
dicho, Laforgue era mal visto por la Internacional por ser demasiado
cllnico, finalmente. Era muy íreudiano, muy clúúco. Además, durante
la guerra mantuvo uoa actitud ambigua porque era alsaciano, habla
b<:(:bo su servicio militar en el ejército alemán y, gracias a ello, pudo
salvar a muchos franceses; pero muchos franceses le guardaban rencor
porque los alemanes le permillan circular en auto, por ejemplo. Por
eso, tras la guerra se fue a Marruecos donde siguió siendo psicoana-
lista, luego regresó a París donde siguió ejerciendo hasta el final de su
vida.'°

'ºi«nH.. forguo. Nacido en Thann (Alto Rin~ el S de noviembre de t894, mueno


CJt P•ós el 6de mano de 1962. Por tanto, por el lupry la íecha de su rutclmfcnto, es en
primor lugar de nacionalidad y Jcng.u.¡ m.atcma 1Jcmanas.
Rcali.u fUSe&tudios en Bcrtín, luegocn &trasburgo donde defiende su tesis en 1919
SObre .. La aícctividadde k)Sesquizofrinicos". 8n J.923 en París, CSÜSICólCdel prolcsor
Oaudc con q'1ien crea t.a consulta pskoanaJ(üca de Sain1e-Antle. En 1924, se pone en
contatro COI\ la Sociedad lntcmadon11.l de Psicoatd:~ y con Freud en Viena. RcaJjza
1OS COMIENZOS DB tA PRÁCTICA 1IJ

l Qué lo llevó a ir a Morruecos?

P.staba convencido de que iba a haber una revolución en Francia.

/Vaya!¿ Una revoludón COfflJPlisto 7

No lo sé. Ya no lo veía en esa época. Era un ansioso. Y es cierto que


el equilibrio de Francia desputs de la guerra oo estaba ganado de
antemano.

Enloncu prefirió ine o instalar o Marruecos. ilamós lo volvió o ver


desp11és?

Creo que su mujer tenla intereses eo Marruecos. Su segunda mujer. Se


había vuelto a casar; StJ segunda mujer teola muy buena posición, era
muy rica. Pienso que debe haber tenido intereses en Marruecos. No sé
muy bien. Ya oo lo veía, sabe. Sin embargo, cuando veola a París me
lo bada saber, nos veíamos. .. Quedó muy sorprendido cuando conoció
a Boris. Allí vi una cosa foteresante sobre la transferencia. De verdad
crefa que había liquidado mi transferencia con Laforgue. Había temti-
nado mi análisis eo el 37, presenté mi tesis eo el 39, me casé en el 42, y
estaba lejos de Laforgue. La primera vez que Laforgue regresó a París,
yo estaba casada. Entonces fuimos a verlo Boris y yo. En aquella época
estábamos motori7.ados, pero no con no auto: fuimos en moto a verlo.
Y, de pronto, me dio una angustia tal que le pedl a Boris que se
detuviera. Todavía me acuerdo, era el bulevar Dclesscrt; l..aforguc
vivfa en la calle dela Tour. Y dije a Boris: "lSabes? es extraordinario,
de veras creía haber resuelto la transferencia con Laforgue. Imagínate
que me asusta la idea deque no le caiga.~ bien. iEstoy totalmente local"
Se rió y me respondió: "lY cuál es el problema si no le caigo bien?

un an41ilis d~clico con la doclora Sokolnicka. quien ruc supc.rvúada por Freud.
fercnczi y Hans Sadls. Bo 1925, pone a Marie Bonapatte en co.otacto ron Pte\ld. En
t926. participa en la fundación de 111 SPf, de la que cs. el primerpre¡idc:ntc, de la Rev&l.e
Franfaise d4 hydumalyse y<kL ·/,.,,Ju1iQn Pyychiatrli¡w: con Pid>Oo, Code<y Mink.,,....
lci. En 1942, publica una obn en Alemania, /'ry<Jo<Jpatholcfi• do l'kh«. En 1949, vn
librosob,. Talleynnd. Scva • MatMOroSd.,p1>ú de lag_.,., Cuando regresa a Pario,
reanuda su.c actividaides de anaUsta y organiza scmi"narios en su domjcllM>1 calle. de La
Tour.
Hay qi.le s.e.ftalar q...e en la Liberación, lo hkieron compatc0er ante un tnbunaJ a
causa dew acti1ud durante Ja O~ytuullófavoteddo por un sobruci.miento.
Fra~lsc Oolto prescnt6a.n1c el tribunal un testimonio en IN favor. El dacio' Philippe
Marct1e.., a quien pidió ll caución de un FFt.. se abstuvo de cualquier intervención.
114 1.os ('tlMIF1'/.0S 1)6 ~ PAA

-Juuamr111<, nu k• lé." Aquello nnr. hilo relf y nos pwimO'I de D


en marcha. Y" en casa de LafOf&uc, lo primero que dijo íue: ~.:p
cómo hlct,ac para laallar so~ tJn m~ un hombre que te,.,,
como...,·
al dcJo7"

¿f¡ /11 rur~ubaJ

SI. Teníamos que lulcarn<>s en la St>ClcddJ de París a [lartir dd J1J ea


que 6rumos titulares. Enlre miembros 1i1Ulare<. lodo el mundo M
1u1caba Cuando en el caso de alguno. ni ,;quiera r.ablan cóm<> &e
llamaban. Por ejemplo, yo no ubfa I• diferencia entre Lagnthc J
Lacu. Siempre los •'Cfa junios y Mc...pre, pero siempre, tu.blando
junlO> Er11: i...gache-y-Lacan. Lo. jóvcnci., de loo que yo forniabll
parte, no Aabían cu!! era ~che: y cuál t..a.ao. Eran b btlUOS 1¡uo
impcdW. a los demá> cscuclw la c61cJra, Je tanlo que hatmbaa..
Entonces, de >cz en cuando, se ks dccla: "iShbt!" "°""r""- 1,,.
jóvenes, C5Ulbam06 atr~; y Lacan se vuMa h.lcia nOSOlr<r.- ron uaa
mirada &in1eslra y vindicativa porque le habíamos pedido 11ue &e
callara.
Y el dla en que nos sepaTamos clcli11i11v.1mcnte porque In guerra
llc¡aba t.1t decir en Julio del 3Q, Jia en que me eligieron miembro
tilular , fue cuando iuve que tulcar a 1od<1 el mundo y todo el mundo
""'tulcó - llOlll que no se acos1umbraba como hoy. Desde el 6R, 1oclo
el mundo se tulea en los hospil31..,.· 1.., mé<l•C05, t.... enfermera"- !:.ta
1ocalmcn1e dJ'ercnrc en aquella tpoca. Pero~"' era oocno UN 1Cñal cJc
&Ocicdad secreta, de no~ qut, d.: 'ICCIJ Lor. ~ª' 1enwi CS<l6
dc1allcs.

lfnlci6t1r(ls1

lnicill1ico., sl Como los amllu. que lcnla frcud an1año, lo> sitie
anillos." Era algo que provcnla de una -.oci~dad csol~rica Aqudlu me

11
Pta"(OIK OoUo hlct: aJl.llión -iut •I f&mOIO •cumi1é JoeCrelll• tw JOMi c.I
pnrKtOq.e 1~ .. idcadc fonurm llQfllll)• 1 ~~ .in1-..rJtp_Nil'"dc fida.catre
lm íicb. poC"O después ck i . dct~ de i\4kt y Su-lcl y ea el ...-n10 de tu
IClmODd C'Oft Jung {J'ubo de 191:?}. f:crtnnt ~ l.c¡o ltaak aa&MCron de lnKrdO ~
somttc 11 tdM • Frcud • travts: de la rarta tk Jona y ru1bc ... ~ cnt~
la pcnpcctMI ck ufl eot"1té StttCIO del que DOk>nna1' pene k cnruta Oc 1nmcd1.at<>
ftOft!bra lm rucmbroa: Joncs,, l..c.rma1, Rank c¡vc tvvkl'Oft la uucial1Y1, SKhl q~ a de
t00. IU COftÍl&m.a., 1 Abnhlm llam.•do '"' po:Q iJ<'•puiL
lA rnmero tc\lntón lte:M lugar, en t'8~ de Frcud, el 25 de mayo de l91l Jonc• Cl
prc•l-.kntc
WS COMIENZOS DE U. PRÁCTICA 11\

parecfa chistoso. Y fue así como tuteé a Lagache, a quién no conoelu,


a Lacan, a quien no con.oda, y por lo que mue.has personas creyeron
después que yo era muy amiga de Lacan.

ilamás f11e muy amiga tk Lacan?

iNol Pero aprecié mucho a las per,;ona.~ analizadas por Lacan porque
de inmediato se relacionaban con los niños. Eso me sorprendió muchl-
simo. Y ninguna persone analizada por Lagache, Bouvet, Nacht, etc.,
era capaz de eso. Estaban bloqueados en ciertos comportamientos.

Fue más e.re aspecto el qi1e la atrojo hacia él, los efccros reraptuticos, los
efectos clfnico~; que s11s planteamienros teóricos.

iS!l Y por ello cuando fundó su Escuela me dije que no estaría mal
formar parte. Noasislfaen loabsolutoasuscursosoi a loqueenseñaba.
Pensaba que era prcícriblo no quedarme sola. En efecto es muy dillcil
quedarse solo cuando <e C< analista: es preciso poder comunicarse,
poder hablar con otros. Es un trabajo que aíecta demasiado el narci-
sismo si se está solo, de manera positiva o negativa. Hay que intercam-
biar ideas, hay que ver a otros trabajar con la misma conciencia que
uno y de modo diferente. Es muy importante.

El objetivo de c¡c comitd es racilitar1a labor de frcud en cua.Jquier ¡ituación difícil


para el movimjcnto psiooan~fliroy, a mú largo plazo, asegurarla supervivencia de úte
iras le muene dcJ rundadot.
La llnlca regla que IOI miembros se imp0nían era que si alguno de ellos deseaba
rcnonciAr a eu.a)quier principio funda.mcnlal de la 1coría psiroan.01tliea, debía deba.lit
al rcspcc10 oon otros •ntcs de h.RC'Cr públial ¡u dcci&ión. Sabemos q1.1e ni Fcrenczi ni
Rank rc$pclaron csu1 regla.
En todo caso, freud festejóes1a primera reunión ofreciendo a cada uno de loe cinco
míembros una piedra preciosa g:ricg¡a grabada en hueco, de &u propia colccci6n, que
cada uno mandó montar romo.soníja de ¡ello. El propio Prcud a menudo llevaba una
cabez.a de Júpiter.
Bn rin,cn octubre de 1919, frcud mc1k$a Sitingon cncl grupo y también leob¡equ~
una picdrn. El grupo C$1é entr.inocs compk:10: seis más frcud.
Oe allí viene el dtulo de un ca.pOulo del IJbto de Ha.ns Sachs: Prcutl, moa1cr and
frimd, "Lo$ siete anilk>:i"'.
El lec1or1ntercsado ballar.11odc..'5 losdc1allcssobreeste cpi::sodioen IAl-ictt l'oeuWt
lk Sigmwul Frrud, E.mest Joocs. t. n, cap. v1. "Le romité'". pp. 162·178.
6. LA M (ilJNDA CillERRA MUNDlAl..

Para volwr a .su str-ana/i.rta, es pues la gumo la que, m 1940, le ofrece


- por as/ decir- un pttto:lo paro defvune como ps1coanalisra m .su
pflk1ico. Lo que me sorptt'nde ts q11e ounl[llt con frecuencia ha hablado
de la grierra del 14 en sus tscritos, p<x;o ha hablado de la stgrmda gumo.
Sin embargo hay al// algo sorpn:ndmte: m su i11fancia encuentra usrtd
esa loauo <ocia/ que u la gr•vra del U y, Q/ pnncipio de su prdclica, ()(10
locura al menos Ion horrible. lC6mo vivió eso grmra? Paro usted es16
- es cil!lfO el encue11tro con ...

Dolto.

...y.el nocimienro de su primer lujo, que es muy impo11a111c, tn ese lapso.

Adcmli CSI' la partida de amigoo muy queridos por ser judíos.

J1tsrame11te Iba a hacerle wu p~tma que me inrettsa de man~ra


~rsonal: ldJ1Tanre lo gumo supo que hablo campos de merminio de
judios, o no?

lNo, en absoluto!

llam6s lo SOSf'«/16?

IJamás!

lJam6s O)Ó hoblorde tllos, ni siquiera como rumores?

!No! Campos de trabajo, st Y si se metía a los judío. en campos. era


para robarlos. Era la razoo de ser que yo encontraba a~ actos. Para
mí oo se trataba en absoluto de un genocidio. El objetivo era robar a
los judíos, quedarse con su dinero.

lHasta 1945 la idea dt grnocidJo lef11e del lodo ajmo?

1Del todo, del todo ajena! Hay que decir que no habla leído Mein
( 1161
LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL 117
Kampf. Tal como yo era en aqueUa época, el genocidio ora inimag1n11·
ble para mí.

lPero qué pens6 de ese ""dsemitismo?


Que era inhumano guardarle rencor a los judlos. También sabia que
los nazis eran anligitaoos y yo era muy progitaoa. Había sido externa
eo el hospital Bretonneau1junto a la zona do.nde habla muchos gitanos
por los que seotfa muchísima simpaUa. Y, probablemente, también
seoUa simpatía por los gitanos porque recuerdan Europa Central y eso
desperlaba mis orígenes sudalemane.~ Me sentía muy cerca de los
gitanos: la m6sica, el violín gitano, eran cosas que me decían mucho.
Quería a los gitanos a causa de su relación con lo invisible, con el arte.
Yo sabia que los alemanes estaban contra los gitanos, que extermina-
ban a todos los gitanos. Los judíos y los gitanos son pueblos cuya fineza
eran incapaces de comprender. Además la religión de los nazis estaba
contra el dios judío, contra el dios judío-cristiano. Para mi, era una
manera de estar contra los cristianos.

iPero qué pensaba con rttspecw a Jos j11dlos que eran detenidos en
Fr""cia?

!Era increíblemente ingenua...! Una amiga psicoanalista, austriaca,


que hablaba muy mal francés y que estába en Parí.~ me 1elcfooe6 para
pedirme que la acompañara a registrarse en la comisaría de su barrio
durante el censo. Lo cual hice.

iErajudfa?

Era judía.

lSe dio usted cuenta de lo que eso significaba?

No, porque mi amiga era austriaca. Y, como los alemanes estaban eo


París, la policfa francesa afirmaba querer poner a esa gente a cubierto
y protegerla de los nazis, pues eran Jos parisienses quienes hacían eso.
El Vel'd'Hiv, por cjemplo,100 era los alemanes... Fue eso lo espantoso,
cuando supimos después...

1
Periodo de p'*tíCN para c;onw:rti1'$C co Qtcma, crccruado en Bre.1onnc1u del 1
de TªY<> de 1935 81 1de mayo de 1936.
..El 16de.ju1io0c 1942. má:.sde 12000jud'°5 inmigrados, incluyendo mujc.r1:,, n1ft1•1
111 1.A \IK•U"DA GUF.RAA MUNl)IAL

EA ef«lt>, MI I• poüdíJ/ronceo...

Ydcdan que iban a cnviulo& a lol C"..mpos, DO dcdu de intcrnamico-


to, ¡ino de wnc:cn1raci6n, pan pcnrutirlco c:¡capar de loo rwis. A
algunos 1..,,. covi;iron 1 la Ca1aluña fraoccu, cen:a de E.paña, donde
DO I01 alcan'•rfan inmediatamente kJ$ alcm111<·~ que querían voi.cr a
ag¡irrar a 'us nacionales, y Ji eran judf°"' cn,iarlol 1 campuo de
conccn1ración co Alemania. ES8.'I pctM>nu dqaban de saber de ""'
famotiu.> AlgunOll, como la señora Morgc11'lcrn, antes de la gu•tr• iC
tubian cntc...00 por cartas de las pc=cu..iooc' de LvO\; pc:ro c.~ era
en Puloeia, Habla judíOI alenuDCi que no 11béan. MI, esta <Ulliga
piicoanalwa allilri1ca no Wlla que"' familia estaba en un cam~
Sabia q11e lo• alcm&DCS babi.to ,,.-obihiJo 1 •u padre el cjcrc:icio de: su
ptolesíón. Lo que tenúa.. era quo t.i to. &kmaDéi> la capturabail e•
Francia, la embarcaran. Por eso ..a:pcalwa ir, pro1cgidos por la polícJa
francesa, 1 to. campOI de concen1radón para CJCtranjcr05 en Franda ..

¿ytú wrtkld creyó que los ju dios TrflldiJrluro dtspuh de la gi1erra 1

iTou.lmcntel Tanto ufque, cu•ndo buscamos un apartamento... Borla


y yo, m11abemos apartamentos dCiOCUpadoa.- Por toda:. partes Onrc·
clan. Unovda: .. Apartamento clcsucupado" y eolraba. iPur fortuna no
fue el c:aoo de ble! VlmOI ~ qoc CJhbt.n perfectamente bien,,,¡,,
l1asptiO, a pcul' de las alfombrAO. !Al ind•l..;o..c..., loo ..-..ari<,._ etc.
Eran familia& judía!. que 106 hablan abaaJolldJO y DO se no. dcda Y,
cuando prcguaübounos. D01C011tCS1..1toan· "íPuoromo cn:c! S.. fueron
de vacuionc6" o "Ya DO lo nccc..ub<ln" o "l.!6 mh, hacia m11<ho
tiempo que el scnor quería emigrar a Argentina", etc. NO<\ con1aban
cualquier cosa; "Me lo regalo todo; me dije>: arrtgleselas, dona Ful.ina
-la conserje- porque no podremos pagar la renta..• Otra pcrwna
tendri que p-sarla.• Puras cngaiuías. Y e.tuvimos a punto de lomar
en cus a>D<lociones el mar1vill050 apartamento (en la calle Chanoi
naae) de R. que liC con'irtió ca amigo d< Bocio dcsputs de la guerra.
Era un jowcncito en ese momcnlo. Clw>Jo regrcoóc.ra aduho. EMllVi ·
mou punto de tomarlo, pero~ a Bori.c"Mira, nomc parece posible

alfcrmc» y ua.m t.cron detCIMdol pot 18 polril (~ • Jacqci AJkr. F•tt •


lo,,,...._, Pati&,
~-1.by, t~. p. 10 L:l C'uuo ele Dc<umco1...i. ludio
~lcmpor'-conulcnca-3031,,._ru,SBO?m•icruy41lSI m~OL
Retordcmo1 que d 11 de DCMcmbtc de 11)41 kll: c)lrcltOA na:u1 arMMk:n '* 1.ona
libre, '1 l 1t1l'IC&ii queda ce.ICac'd cn1en1mcnte otupra<11
1A seOUNDA GUERRA MUNDIAL 11•1

11ue con todo loquehay,.no baya que pagar traspaso, sino sólo cntrcgor
la habitación a la conserje, sin más. Aquí hay algo sospechoso, m>
quiero entrar en ese apartamento." Hice bien.

¿ycuando se e11ter6 de todo ese /1orror.• ?

IEso fue ba.~ta el regreso de la guerra! Yo creía que esos judíos


regresarían una vez terminada la guerra. Entonces fue espantoso.•. lNo
era concebible!... lSobrc lodo cuando vimos las primeras imágenes!
IPeor afin cua.ndo vimos a quienes hablan sido pñsioneros y que no
eran judíos y que 105 hablan torturado IJlllto! IQué habrfasido entonces
de los judíos a los que se quetfa suprimir!

Y, dura/lle la gueno, ln11nca vio a sus lierma11o.t que estaban en la


Resistencia?

iS4 los veía! Jacqucs venia entre dos viajes.

¿No le decía a usted que /iobfacampo.s de cot1c11111raci6n paro los judlas?

No hablaba de nada: "Estoy aqul en este momento. No me preguntes


más. No sé dónde estaré en un mes."

•No le decla 11ada sobre lo que hacía, sobre lo que sabfo?

1Nada! Sabíamos que estaba ron De Gaulle.Es todo lo que sablamos.


Y también que - leómo decir? - da.ndo vuelta a una solapa de su saco
mostraba que era inglé&, dando vuella a la olra, mostraba que era
alemlin según el caso. Supues1amen.1e estaba en la p0licfa alemana y
recogía expedientes fitiles para los 11azj5_ En realidad, estaba del otro
lado, en la policía inglesa, la lntelligence Service.
Y supimos por amigos que De GauUe lo estimaba muclúsimo y
decía: "Cuando tengan un expedienlc complicado dénselo a Maretle,
en tres horas veremos claro." Era muy, muy trabajador, absolutamente
cmusiasta del General.

¿y qué pens6 usted de la Resistencia? Supo que había Resistencia en


Francia...

Por supuesto, porque a menudo dábamos dinero, y alojamos a resi.~­


tentes que pasaban por Parls. Por cierto me mortificaba mucho que
U. SI'Gust>A GUERRA MUNDIAL

los rcsislCCles no se sintieran muy ca confianza con D060ú06. A ~


c:lWldo vcma. para pasar la oocllé. ca el 6ltimo momen•o cambiabla
dcopiDióa: " No le importa, lvcnbd1 Ccntbien,quiú sea mp.1o pcro
me ''fYf··Le dcda: •¿so ainfúi ca DOIOU'Ot17" No respoodíaA, se ibaa.

En su opini6n, la qrd se debla1

Quizá porque Boris era ruso. OuUi porque los arcroorizaba la presen-
cia de un niño. QuizL. sí. Jean era in1cligen1c, tenía alguooo mesca.
Nació CD lebrero de 1943. A 106 dicciQcbo 111CiCS ya, en la ul>cracióa,
hablaba muy. muy bien. Habría podido coatar, CSllllldo ea el 5CCl'Cto
eb&olu10: •No has \Óllo a e&te ICÍIOr•• •se, entic:ado.• Se lo dcdamol
írcAleal sei«: ·~tranquilo, elle niño no diri nada.• C... lodo,
varia& aocbes aloj-c:a la habi!eci6p cootigua a~ que iban
dcpuo.

!Pero rJ DO podíal Tenía un nifio, era 1mpo.siblc.


Boris formaba parte de 106 rc.islcotc., de París, como mtdico. Por
eso algUD<» -.:oían a llllCSll'a aua. Subte iodo a1cndi6 a ~ persooas
de la uración MODtpamasse, muclaM d<l ta. aaa1cs eran rcai.leotes
camufbdog como sopuesto. trabajador.:. ÍerrO'Wios. "SÍ una noc:hc
DO regreso, no le prcoatpe& poc aú, DO me bo5qacs. Sabr» q11e es1oy
camuflado con un -.brc ~.· Ya no rccuerdocuAJ. mmcn1abe
con una B o una D. Ya DO recuerdo. Ahdióc"No te preocupes. Avist
al jefe de la red. Si algo me pasa, te ba.ri sabeT que no licocs por qut
preocuparte.• Jamás fue necesario.

lNunca lo molurQl'(Jtlt

1sn Lo molcslaron los alcmaoC$. ED el diario/<' .rWsparlQll/ (Esl.oyco


tod& putesL• babú &ido objeto de UAa demuac:ia. Ya 9icjo, a6n lo

• J< _ ,__, sc · • í....i.do por 1ooe.i...-... Anw-1'_.a; d ....,.ro


h - d - 0111 r t edc 1930. 0u,..,.porPlm< G..:iae,adapn11<1p•l-1ue
Giro.-. ltdlo!CI,-. a...,. Rof, Oncu l..o Rodllclle. A co,_ de"' , , _
asrcmMI' n •te Vlnak:n~ ea 19)6 Jq ed4 · Anbtmc: Pajard k> 1b 1 •n. OcJ8
de •panc:e:r a JUtl IO de 1940 psra renaicc r ca (cb~ ro de 1941. ca zou <lCV¡J9da. ~1 ni
la opinión de Maunu, 1 duiplo u1a.., por o...1tla<h, e¡-.. oenl o "' ... rebuldo
en 19'13 por loo onrcm- de la oolab01110Ó11, lo cual .,.......,... .,. duailoón. llAa
revise•, uaa de CU)""U esptteahd•dca era SI der111JX'i1 -por lo genenJ eta t. P'¡jn1 2 -
dcioporeee 4'úo1Mlmemc aa la Llbená6o.
LA SSOlJNDA OUl!RRA MUNDIAL 111

obsesionaba esa historia; y jamás encontró el número de ese diario t!n


realidad, al parecer fue el dueño de otra escuela de masaje no l~n
buena como la de Boris quien lo denunció diciendo: "Es un judfo ru'iO,
dizque ilirector de la Escuela Francesa de Masaje, pero es judío y ru~(l.
iUo judío comunista In Llegaron Jos alemanes, cuatro, a la calle Cujas,
pidiéndole que probara que no era judío. Entonces lo probó: "Soy
ortodoxo, estoy inscrito en la iglesia de la calle Daru. -iDesvístasel"
Se vio obligado a desvestirse para probar que no estaba circuncidado:
"iDiscúlpeme, doctor!•, cuadrándose. Me lo dijo ocho días después.
Estaba tan trastornado que no me lo dijo el mismo día.
iS~ era terrible! Recuerdo a una judía que Uevaba la estrella, la
pobre, iy que se seat.fa tan desgraciada de ya no poder hacer oada de
la noche a la mañana! No era una verdadera psicoanalista. Era como
todas esas personas en formación psicoanalítica que ayudan a los
enfermos mentales a sobrevivir. En fin, medio se ganaba la vida así y,
de la noche a Ja mañana ise quedó sin un quinto! Entonces nosotros,
gentes como yo, como qui1.4 la señora Jenoy Aubry (se volvió psicoa·
nalista después de la guerra), intentábamos ayudarla. Jenoy Aubryque
se Uamaba J enny RoudÍJlesco en ese moment.o, era judfa. No sé dónde
se metió duraole la guerra. Su marido era judío ruso, creo recordar
que era muy practicante.

/usl(Jmente a propósito del judalsmo: co11 frecuencia se ha dicho - es un


hecho por comprobar- se han cscriro muchos páginas al respecto -que
no todas me convencen, ni mucho menos, pero en [111- , con frecuencia
se ha dicho: hoy un vínculo y no sólo histórico, entre el psiwarulllsis y el
hecho de ser judío, sí no es que el juda/smo, leh?

!Desde luego! !Desde Juego! Pero se debe simplemente a que hay un


la2o fundamental, conceptual, entre el hecho de que un sujeto exista y
que el sujeto sólo pueda ser articulado a lo judeo cristiano. No hay
sujeto sin Dios. Si yo existo, es porque Dios existe. No puedo existir sin
Dios. Aquel que picosa y que habla, como sujeto de su palabra, está
forrosa111e11te articulado a Dios. !Es muy curioso que los psicoanalistas
no se den cuenta! Evidentemente, para Lacan, el sujeto era un boyo;
le daba miedo ese abismo que era el sujeto según él. Se aferraba a las
orillas. iNo es cierto! Es cierto que jamás sabremos lo que es el sujeto
si no sabemos que simplemente es una partícula de Dios envuelta en
carne. iPero el deseo de vivir! El deseo mismo de vivir es Dios en cada
uno de nosotros. Eselsujetodcantes dela palabra el que va a aparecer
con la palabra, no la palabra hablada solamente sino con cualquier ae10
lll LA SEGUNl)i\ GIJEl\RA MU1'01i\L

li¡¡niíicantc. Ahora bien, cocarna11e es un acto significante del .ujc10-


0in•. No entiendo cómo puede pensarse de Olra manera. Si se está en
el folclor cristiano no el de In Iglesia , el i.cntido del ~ujcto de la
palabra en donde el suje10 habla u Dios, o Dios le responde, no es el
lolclor, es la Biblia, es el Evangelio: es simplemente d incoscicnte.

Eso que usted dice >'ina1/o mds bim d psicoantlltsis a la d1mtnsi6n


¡ude<H:ristiana pero no esp«lficamente a la j11d41ca

1Pero es que no puede no estar enraizado en lo judaico, puc.~ lo


relacionado con Cristo sin lo judaico no tiene stnlido!

lEl hechodt! que Fr~ud fuera ¡udlo titne alguna impotrancio para 11stedl

sr. pero sobre todo que haya negado serlo. Por haber dicho: "INo. DO
lo soy!" pudo d=brir el psicoanilisis.

Jamtls dijo: •no soy jruJJo•, dijo: "no soy C"')'f'nte •. Ptro sitmprt afirrn6
que era judlo. No israelita sino111d/o.

Sr, por supuesto. Pero fue por oo ser creyente 11<>< lo que descubrió las
íucotcs de la creencia. Fue por no ser creyente por lo que cre)Ó en el
ser humano. No hay más crc)'Cnte que é~ pero el crda no &er creyente
porque no creía las cstupidea:~que le decian. Sobre todo I~ rabincccs
sobre el poder de los rabinoi>: "soy un lipo fenomenal porque soy
rabino; t6 erC$ un pendejo porque •. Por tanto debts pagarme para que
viva.• Todu esa. hblorias de in'\liluciOllC$ que no 1ienco nad.t que ver
con la religión. Bueno, tienen quc..,rcon la religión, desde el momen10
en que está insena en una in.\t1tuci6n. fao no tiene nada que ver coo
la espiritualidad judra.

S~ pao a lo que usted se refim: es nuls a una posición que concierne a


alguím que es aeymte, que al hecho de que Freud haya sido nuls
pncisamente 1udlo.

No creo que el psicoanálisis pudiera ser inventado por un no judío.


Creo que cae por su propio peso que en una época dada, la palabra
iognificanle de Jo que sucedla en el inconsciente acar:ivo, cteali\'O de
cohesión carnal de un ser humano, de la eohc~ón biológica que hace
<¡ue un ser humano nazca d~tinado a Ja palabra, no podla provenir
más que de un judlo. No pO<Jra ser de 01ra manera.
lJ\ SEGUNDA GUERRA MUNDIAL lll

¿No de un cristiano? lO es lo mismo?

iEs lo mismo!

/.Para usted es lo mismo?

Para ml es Jo mismo. Cristo estaba desde siempre. Y en u.o momento


de Ja historia, Cristo habló en forma de hombre hablante.

En un momento de la historia, los judfos se vuelven cristianos, en todo


caso algunos se vuelvm cristianos, otros siguen siendo judfos: les un
poco eso lo que quiere decir?

Sí, pero con la diferencia de que son cristianos sin saberlo. Es decir,
les da miedo abandonar lo-.s engranajes mentales de su infancia, como
a cualquier persona le da miedo abandonar su neurosis.

Por tanto pimsa que en un momento dado de su historia, todos los judlos
se vuelven cristianos.

iEsloy segura, segurísima!

lSegura?

iTodos los judíos! En todo caso, los judfos fueron Cristo durante la
guerra. Los judíos son (.,'risto sobre la cruz. Los judíos encarnan a
Cristo sin siquiera saberlo. No sabeo que úeneo la naturaleza de Cristo,
lo encaman.

Lo que resulta un poco sorprendente y notable, es que en el psicoanálisis


franctr hoya dos grandes nombres: Lacon y Do/to.

En este momento. Una moda cualquiera... u.na modita...

iNo, no es cuestión de modo, Fran~sel En la historia del psicoanálisis


francés, desde que existe, pongamos desde fines de fa gi1erra de 1914, hay
cieno cantidad tk nombres respetablesy dos muygrandes: Locan y Do/lo.
Hay muchas otras personas <k fas que podemos hablar, que han apolfa·
do algo pero, independieJ1temente de fa moda, quedarán Locan y Do/to.

A ml me sustenta la relación con la clín.ica, en la relación de l.ransfe.


1:1.1 LA SOOUNOA GUERRA MIJNl)IAL

rcnc:ia, y a ti la relación con el pensamiento en la relación de tranMc·


rcncia.

Ustedes son psicoanalistas de una manera totalmente di.stmta, m efecto.


Habr6 tambitn otros nombre.! importantes pero a mijuicio -y despub
de ta<ú> corro el n'esgo- eso.r dos qutdotdn m la hiltoria del psü:.oand-
/isis. EsOI dos nombres permanewdn. Yninguno de kJS dos es iudfo.

Es cierto.

tYa habla pensado mesto? JLe inspiró trflexionts?

No, pero picoso que debo tcnu una abuela judla en alguna parte_.

lPiensa que debe lmu una abuela judla en alguna parte o piensa,
refuítndose a lo que det;fa antes, q1tt ti psÍWOlrdlisis ha lltgado a un
eslildo de madwa tal que puedL, justamente, rmundar a su infancia!
¿y que Freud se ha convorido en Lacan-Dolto, es decir que ya no
neusila su judlo pues, setpín usted, los judíos se han vuelto cristionos?

SI. Pero cuando dice que ya no IIC(:CSÍta ¡cr judlo, ltsa no es u~


neoc6idadl

En eftclO, el tbmlno no es muy afortunado.

Sin su scr-judlo, jamás babrla podido comprender el deseo. La com·


prensión que tuvo del deseo, es la comprensión del deseo en el cual
está Dios sin que el humano lo sepa. Dios mw:lado con lo petVCt'SO,
Dios mezclado con la inhibición, la vida mezclada con el deseo de
muerte: todo lo que constituye ese drama humano de estar atrapado
eternamente~ la faha original. Coa todo, es en tomo del mito de la
~original donde se arraiga la humanidad.
7. LA PSICOSIS

Pero a usied per:onalmeme lo que le pem1i1ió comprender el deseo y


lodos los pumos mue11os lkl deseo, no es ni el hecho de que sea usied
judfa ni el hecho de que crea en el pecado original, puesto que ya en el
pasado me ha aseg.lfado que no hay pecado original.

iNol no lo afirmo, lal contrario! Digo que todos estamos dentro.


Aunque Cristo nos haya.sacado, pagamos las consecuencias: al estar
codo el tiempo juzgando la vida, para saber si es buena o si es mala.
Eso es, abordar la cuestión del fruto del árbol del bien y del mal, de lo
mejor o de lo que está menos bien. Ésa es nuestra locura que no
podemos cambiar. Y eso es la falta original: hablar de Jo que viene, en
vez de vivir, sin ju1.gar lo que hemos dicho. En el fondo, lo que hacen
los psicoanalistas son tratamientos de texto del pecado original. Con-
tinuamente están en tratamiento de texto del pecado original: ~Pensa­
mos esto... A causa de mi madre pensé esto... Porque me inculcó eSlo ...
Por amor a ella pensé esto... Que ria casarme con mi madre pero no lo
hice porque eso no se hacia.... lOuién decía que eso no se hacia? il.os
demás! ¿Y si lo hubieras hecho? No podía porque me daba demasiado
miedo..., etc. etc." Todo eso es el pecado originat lo mejor y lo que
está menos bien. En vez de vivir, y de morir por eso, sin siquiera darse
cuenta.

iPero los psicoa11alis1as 110 plomeo11 esos problemas en tén11i11os defa/Ja!


Usied es la primera que lo seña/al

iPero es sentido como una falta!

Es sentido como uno fo/ta, pero 110 por los psiC(}IJ11alistus. lj11stomentel

Los psicoanalis1as están obligados a colocarse íuera para decirse:


"LQu~ es una íalta?" Lo que es sentido como una falta es una falta. Si
es o no una falta, nadie lo sabrá jamás. Pero el hecho de que sea sentido
como cal es desvi1ali7.anle. Lo que es sentido como una falla es desvi-
talizante para quien cree haberla cometido, o quien cree incluso
haberla fantaseado. La fantasla del incesio es necesaria ysu realización
IUI U\PSICOSIS

mortlíera. La fantasía del incesto estimula el desarrollo de la inteligen-


cia, al tiempo que es la desgracia de la conciencia. La realización del
incesto vuelve loco, conocí dos ejemplos, dos casos de incesto que supe
que de verdad eran incesto.
Cambiar de nombre, cambiar de nacionalidad, cambiar de profe-
sión y decir a su madre: "iJ amás has sido mi madre, no es cierto! Me
robaste a otra mujer y dices que eres aú madre." Es un incesto que fue
vivido después de un mes de amor desenfrenado entre un lújo y su
madre. t!l la había perdido a los dos años, pues el padre se lo babia
llevado a Australia. La recuperó a los veintiséis. Se enamoraron per-
didamente uno del otro, durante un mes. Un dla, cuando yo muera,
encontrarán las carcas que ella me confió. No sé dónde las puse.' Las
cartas dramáticas de esa mujer que vivía en Parfs y que nunca volvió a
ver a su hijo, el cual intentó matar$é, tras el acto sexual con cUa, pero
sólo losró matar a su amigo que iba en el auco a su lado. Si ese amigo
resultó muerto, fue porque él, en su locura de conducir después de
haberse cogido a su madre, se sentía loco, sentía que ya no tenla
derecho a vivir. Mató a su amigo que era holandés, y la madre de ese
holandés atendió al amigo de su hijo que tuvo múltiples fracturas pero
salió librado. Escribió a su madre ertsu última carta: "Sé lo que es una
madre: es aquella que, aunque su hijo baya muerto, es capaz de querer
a orro para que sobreviva, para que en el aaúgo de ese hijo que quería,
al menos pueda sobrevivir alguien que ha querido a ese hijo. iEso es
una madre, no tíil !Basura, puta!, etc". Cuando la carta que le había
escrito justo aotes era una carta de amor extraordinaria y poética Es
irtcreíble cómo puede destrozar el incesto.
El otro caso: un pobre loco de quince años, con quien la madre se
acostaba en su cama. E.~caba loco de remate. Delante de mi manoseaba
a su madre, en presencia del padre que se lo permitía. E.~taba detrás
de su madre, metía las manos en el escote de ésta y le masajcaba los
senos; eUa estaba allí, frente a mi, y el padre tan tranquilo: "El doctor
nos dijo que practicaba un poco de freudismo y que se lo trajéramos."
Fue as! como vi a ese barbián de quince años, un muchacho imponeoce,
algo obeso, especie de bebé gordo gigante. Oucr!a verlo a solas. Le
digo al padre: "lPero usted permite que su hijo haga eso?" Entonces
el lújo me responde: "iPero si es mla!" Es mi madre: no la de él. Le
digo: "EUa es tu madre, pero es su mujer." Él la mira y dice "no" con
la cabeza. No escaba totalmente loco. Escaba delirante, ipor tanto

l &<."Ontram05csas canas y pudimos lccrtas. Requcrfan aJgu005 comcntariOl dé Sos


que nos abstendremos, pues se cncon1raban en un sobre que decía: ..No ¡acar de mi
despacho."
l .A PSICOSIS lfl
cs1aba loco.... para toda la s.ociedad! No iba a la escuela, paseaba c.1n1u
un bobo pegado a ¡u madtc, dctrál de eUa. lpoco faltaba para que so
agarrara de su falda! Entooocs fue muy curiosa la consulta que tuve
con ese mu~hacho. Hice pasar a 106 pad= a la sala de espera, me
quedé eonél y le dije: "iSabc que c.<16 prohibido creerse el mando dol
su madre? . !.Quién lo prohíbe? lMI humanos.. iHasta entre los
monos e.o crea líos! No puede ser un muchacho inteligente y a la VCI
ereen1e el marido de su madre." Entonces me dice; "Es cierto. - lOué
es cierto? ¿Que es usted su marido? - Soy su marido. - INol No ha
tenido hijos con su madre. - ISí, cómo no, 1>ara lencr hijos como yo!"
Yo no sabia en ab<oluto qué pen.'8r. E.~laba loco, pero no loco. De
pronto ve un icono o no sé qué en el muro y me dice: "Yo quiero a
Jasía. - Bueno, lquélediceJcsá$? - Me dice que me encargue de mi
madre.• Y mira de reojo. En1ooccs le digo "!.Quées toque mira •ll'-
cncsamáquinarNoqucñamirarme." YoquieroaJast\s. -SI, porque
C$16 wntra la mejilla dcsu madtc.• No rc,ronde. Añado: "iPeroJesús
no se ca..ó <:onsu madre! Cuando la coron6c!llaba muerto. ifuc mucho
después! Pero antes hizo lo que su padre le dccla que hiciera.• Le hablo
así. No rc5ponde, continúo: • !.Je5ús estaba de acuerdo en que viniera
a verme?" Entonces me responde: "No te digo nada... mctichc, lno te
digo nada! rcro aquí cstás(le hablo de tú, porque él me 1u1ca). l Pue
J e.~ús quien 1e trajo aquí?" No hay re.\puc.,ta. •¿A Jesús le parece bien
que haya.~ '<Cnido?" Entonces se pone a mover los ojos a la derecha, a
la izquierda, a la derecha, a la iz.quicrda, "iHayqucsabcr! ¿Está a la
derecha o a la uquierda? - No sé. - Cierra los ojos; quiz.á Jesús le
responda. LE.-1á de acuerdo en que hable contigo y que t6 hables
conmigo?" Eo1ooccs de verdad cerr6 los ojoo. y me dijo: "Sí, sí quiere.
- Bueno, en nombre de Jesús yo te digo que no se puede vivir sin
volvc~c loco si se quiere permanecer como un bebé que se cree el
marido de su mamá." Caco grandes lagrimonc.~; le digo: "¿Qué pasa?"
- No, Jesús no quiere. - lQué no quiere'/ -Jesús dice: tienes que
encargarle de tu mamá. - Pero encargarte quiere decir quererla, no
quiere decir no aprender a leer, no aprender a ir a la escuela, quedarse
como alguien que, cuando sus padtes mueran, irá a dar a un hospital
psiquij1rico. - Sí. - !.Tú crus que Je.ús quiere C$0?" Se acab6, el
muchacho se cerró. Nunca pude saber má>. Le dije que no estaba
motivado p;ira una psicoterapia y añadí: "Si quieres regresar le dirli a
tu mamá, y lu papá aceptará que regreses rorque es una desgracia que
eches a perder tu vida."
IYaya un loco curioso! Es1oy \Cgura de que ningún psicoanaliw1, ni
un psiquialra, han mantenido una conversación así con alguien. ifüloy
segura! Lo digo así, in1ui1ivamen1c...
1111 lAPSICOSIS

lUstcd establece una diferencia tOlalmtnte fundamell/al entre los psicf>.


ticos y los neuroticos? l O tn el fondq no cru tanto en la psicosi.s?

Creo que puede haber tran$icióo de uno al OlrO. Y que la proyeccióo


tiene mucho que ver: el hecho de que uno crea que el otro está loco,
conltibuye en gran medida a que se \l\JC!va loco.

lEn su opini6n neurosis y psico.ris no constituy.:11 des estn1C1111as claro-


mente separadas?

INo, co absoluto! IEo absoluto! La p;icosis me parece una evolución


demoledora, debida a las proyecciones recibidos por alguien que se
comporta de cierta manera. Cuando alguien que se comporta asi es
visto y considerado loco por otro, es coosidcrado como alguien con
quien ya no se tiene relación, o alguien con quien ya no se pueden
mantener las mismas relacione.~ que con los demás. Por ello, como le
dcda, en lo que me ooocieme no pienso que la locura..,. CSlruClutal.
PieO>Q que es un desorden debido a la dcsespcraci6n de no tener un
semejante que lo consid.e re amable, que se reconozca en uno. Creo que
se debe a eso. Pienso que a partir del momento en que uno habla como
uno siente a uo p.\icóóco, 6.tc deja de serlo en gran medida, y puede
entrar en el proceso de acep1ar la diferencia entre lo imaginario y la
realidad, la cual es un producto de lo imaginación com6n a todos los
demá\, pues la realidad no es más que un producto de la unaginacióo
oom6n a todo$ los demás. Lo real es de orden espiritual, pero la
realidad es de un orden sensorial llamado "sentido co1n6n". Si yo
afumo: "Esto es una botella~, pero alguien junto a mi dice: "!Claro que
no! ooesuoa bolclla,cs.." (ooprccisarA quéperodibujarh laPicaMo
una cosa oomple1ameote torcida) y a la pregunta: •¿Para qué sirve?",
responde: "Para dibujar", yo pemaré que esul loco, porque es una
botella y lo nieg¡i. Pero el hecho de que niegue que es una botella,
quiere decir que niega lo que yo digo. Si niega lo que yo digo, es que
transfiere en mi a alguien que no le permile ser como e& y sentir como
siente. Entonces soy Yo la que cometo un error al eochufarme a su
transferencia. Por tanto, para ayudarlo, debo cncbufanne a lo que
piensa de lo que considera que es la realidad sensorial que para él es
ruforenle de la mla. A partir de ese momento intento saber, íuera del
rubujO que ba hecho, lo que eso despierta CD ti, CD qué lo hace pensar,
qué ganas le provoca, si va a tocar lo que ha dibujado, etc. Y asr entro
en contacto con ese psicótico.
l.A PSICOSIS

Es una estrategia terapéutica, que por cieno 111iliw de manera r.01idta1111


en mi prclctieá cllrtica, pero que sin embargo no me parece que impliq"t
que la psicosis no constílllye una estructuro ídcntificablc.

iClaro que no! No es una estrategia. Porque creo en ella. Se habla de


estrategia cuando no se cree y se quiere coger al otro en la trampa. No
se trata de atrapar al otro en no ser psicótico. Set rala de ayudarlo -sin
que deje de ser psicótico, es decir sin que deje de tener una repre·
sentaci6n de la realidad sensorial diferente de la de los demás- a
recuperarelderechodeser,dcsdc la~pocaenqueneg6quelas mismas
palabra.~ que las de los demás pueden expresar las mismas sensaciones.
Y eso porque oo era reconoddo por la persona que se encargaba de
él cuando era niño -pues esto siempre está ligado a la infancia-
siendo que por lo menos era igual a esa persona, si no es que superior.
Allí desembocamos en la prevención de las psicosis en el niño.

iTotalmente/ En efecto creo que la cuestión de la prevención es una de


las cosas mds impo11a11tesl

iClaro que si! Cuando se envejece en esla profesión, uno se da cuenta


de que es muy impcmantc. iSe juegan tantas cosas antes de los cuatro
años! Y la sociedad no bace nada; permite que los padres -y los
adultos eo general- utilicen un poder discrecional sobre los niños, y
se comporten con ello.~ como con subdesarrollados o peor, con anima-
les domésticos a los que hay que amaestrar. Lo esencial de lo que se
llama la educación de los niños ha sido concebido como la cría de aves
de corral ...

...donde el lenguaje 110 tiene toda su dime11sió11•

...donde el lenguaje está falseado, pues lo que quiere decir el niño en


su comportamiento entero ante su madre no es desciírado. Mientros
que los niños están constantemente en el lenguaje desde el momento
de su nacimiento y ya incluso anles de su nacimiento. Desde que
conocemos la haptooomla,2 nos damos cuenta de que el feto lienc ya
afinidades con el padre, con la madre, ama la relación que se establece
con ellos a través del tacto. iEs extraordinario! Este descubrimiento
paulalino de la precocidad del ser humano, es lo que me ha sorpreo-

2
Haptonom{a: ciencia de 11 arcccMdld y del lacio, que: permite ~stablettr ~n
contacto psicotktil prcna1al. Perfeccionado por Frans Vcid man, también es pntc11r1dn
SObrc tOdo por Cathcrinc Oouo-·rolitch.
"º U.. PSICOSIS

díllo; y me he dado cuenta de que son los niños pr~es y sensibles,


es decir los más ricos de la sociedad, Jos más expuestos a convertirse
en retrasados, autistas, psicóticos.
rrotalme111ef Es lo que mds me sopre11dió en el hospital psiquiátrico:
ver hasta qué grado habla a/11 un poco el equiw1/ente a Ausclrwitz.
iCu6ntos premios Nobel, cuálllos grandes poetas, cu6111os grandes cien-
/f[icos, cuántos grandes homb1es de todos 1ipos muriero11 en Auschwitz
en condiciones monstmosas! Y bien, en/fil todo esos hebéfrenos deam-
bulatorios, como dice11 Jos psiquiatras, que se dan con Ja cab<WJ contra
los muros de los hospitalespsiquiátricos, que está11 en estados monstroo-
sos, estoy seguro de que, encre ellos, hay o habría habido cantidod de
premios Nobel, de profesores de facultad, de grandes illleligencias, artis-
las, ctcétCJ'(J.

!Sí! isl! En todo caso, humanos de veras de élite en relación con el


medio totalmen1e subdesarrollado que los rodeaba. Cuando hablo de
la precocidad, es de la de esos niños que eran precoces de cero a tres
meses y que los desalentó el hecho de que no se los entendiera, y el no
obtener respuesta. Entonces se encerraron en una función simbólica
interiori7.ada donde sirven de significantes los encuentros -eo el
tiempo y el espacio-cuerpo- de las sensaciones de sus cuerpos,
cruJ.adas con sensaciones, percepciones que les llegan por los oídos,
los ojos, la Lactilídad. Y esos encuentros adquieren valor de significan-
tes, como si flleran palabras. Y todo eso, pocO' a poco, remplaza un
lenguaje que está codificado entre los adultos del exterior.

iT01alme111e! Es totolme11te lo que pienso. En e/celo, creo que aún no nos


Iremos dado cuenro de que hay 11110 especie de "prt!mad11rcz" del lenguaje
en el recif!r 11acido, y que fray mue/ro trabajo por delante a111es del acceso
al le11¡g.1aje subjctivado.

Y porlo menos, sise da el caso deque un adullo no pueda comprender


al niño de pc.:cho, que reconozca su existencia y diga al niño, a ese ser
humano: "No comprendo lo que quieres decirme, pero sé que quieres
decirme algo. Y te quiero." Esta incomprensión puntual, así reconoci-
da, no es peligrosa porque restablece la relación con el lenguaje. Eso
es lo imporiantc, incluso lo capital.

Sin embargo, perdóneme por insi.ftir, 110 me parece que eso implique que
no lray difere11cio de e.rlntctura e111re los psicóticos y los mu1ró1icos, por
rl contrario.
1.A PSICOSIS Jll

¿Pero a qu~ llama estruCCUia entonces? Cuando se habla de "ei.truc


tura", es como si no se pudiera dar marcha atrás. Como si UJUJ no
pudiera volverse creativo para la sociedad.

/Ah/, yo nc pienso eso.

¿Qué es un psicótico para usted, para decir que tiene una estructura?
¿Qué es un psicótico?
Esopuedo dec(rselQ, pemsenecesitaria u/ menos w1 libro.3 No, t1 aspecto
principal no me parece la irreversibilidad - de lo controria 110 me
dedicarla esce11cialmc11te o/psicoanálisis de psic6ticos- sino una espe-
cificidad separada: no estlí11 los mismos factores del juego, paro 11ada, y
en portic11lor, porejemp/Q, no meparece en abso/1110 q11e la problemárica
edipica funcione e11 lo imaginario, en el psiqulimo mismo -de manera
general- de 1111 psic6tico. y hay que hablarle de 1111 modo 10/a/mente
rfisrinto.

Para mi eso es claro como el agua. Es porque para él el incesto no es


de tipo gcnito·gcni1al. El incesto puede ser oral: para él, el encuentro
de una y otra lengua en un beso produce un "lenguado", en vez de un
humano, porque para él el coito no se da con eso que, para nosotros,
es el sen1ido del coito, es decir el encuentro de un pene y una vagina.
El1 este p111110 110 estoy segwo de que la 11oci6n de incesto tenga el menor
sentido para 1111 psicórico.
lEs lo que estoy diciendo! tiene el sentido de que todo es pervcraíblc
para crear segOn su imaginación criaturas que no son humanas. Pero
se debe al hecho de que cuando era pequeño creyó que la intensidad
de su libido, que se traduc fa en la oralidad activa o en la oralidad pasiva,
era de lo que estaba hccllo, era de lo que están hechos los bebés. Y él
cree que le ha hecho bebés a su madre. Incluso cree que su esperma
son bataUones. Vi un caso en la Enfermería Especial de la prisión
preventiva:• un tipo al que interrogábamos con Heuycr. Íbamos a la
Enfermería Especial una vez por semana. Y, en una ocasión, todo el

3 Me compromclÍ ron Fra~iC;Oise Ooho a regularle el nlanoscrito para sus 80 ar.os,


cl6dc noviembre de 1988.- (AJajn Man1et).
<4 La &tícnncn'a F,&pcci.ál de la Prisión Ptc.,.c.ntrva sc ronvini6 co Enrcrmería

Espec:ial cerca de la prcíC('tura de pohcí:t el 28 de ícbrero de 1872. En 1950, adQp1a sv


nombre ac-tual de BoJcrmcría Pstquiitriai cetta de la prefectura de pohría Hn J9"X), I•
oasladan a locales oontiguos al hQSpital Sain1c-Annc.
LAPSJCOSIS
mundo se burlaba de un '-agabundo al que había recogido en la c:aJJc,
por 11 aoche, y que decía que, si querla, podía aniquilar a Heuyer que
lo io1errogaba porque tenla 1111 ejército a su scrncio; lo echaba al suclu.
Estaba a su dispOSic:ión, pero prcícrla que d<:upareciera eo los antros
de la tierra anles que c:ompromeicnc a desuuir a un tipo tan imbécil
como Heuyer. Pero mantenía u todo. M soldados a su disposición. Y
era su esperma.
Entonces los enfermeros se burlaban y contaban: "iAhJ sí, se la
meoeaydice: 'vean a todos mis soldados que salen, etc."' Era como un
niño que íantasea que podrla malar a papá. Eso es un psieólic:o: tiene
suenos de niño, yunaedaddetreintaycinco, cuarenta años. Y escomo
pien.u un niño. Estarla loco si lo dijera o lo dibujara. En la urao cómicas
ti se dibuja otras; lelas, tipas, gucrrcror., pilos en llamas, etc. Todo el
mW>doc.IA loco en las tiras cOmiC&$dC hoy. Pcrocltipoqucse permite
vivir ooino en una tira cómica, tse c.iA loco de remate. No sé por qué.
Ouiú porque los médicos no tienen b<u1an1e imaginación para relrse
con él. Y decirle: "Eso era cuando eras pequeño. lCómo se llamaba
tu madre?• Si se vuelve a partir de la época en que era pequeño, aquello
deberá desaparecer. Como los que oyi:n voces y no se les prcgunia:
"Ll.a vin de quién?" Nunca se les pregunta. Entonces, al fmal, pcrsis·
leo en ercer en esas voces. Es lo que dice el certificado psiquiátricu
cada quince días: "Comienza a ercer que sus voces quizá no son voces.
Continfla in1emamieo10.• En ve-L de preguntarle: "lEs una vo1 de
niño? lE.s una voz de hombre? lEs una'º' de mujer? lEs una vo1 de
alguien que existe?" Uo buco día responderá algo. Cuando comience
a responder, lo despepitará todo.
CoooJ.CO un caso de e.'itc tipo: el de un enformo al que pude ayudar
Era la voz de su hermana que habla muerto cuando él tenía ocho años.
Se habla vueho delirante no a partir de ese momento, sino en el
momento en que lo babia abandonado su amante, cuando estaba en

u Eolcnncria PMqvjjtna u un acrvlno '"""'° de la prdeaura de pollÑ.


Ocprncle de lo O.maóa de Ptt.t:ntión y Procctt16n CMI Se <n<atp de Rab1r •a
C'Alqui<r pr.-.. ll!Qpoatada o OO.tv)"aadode alicnaaónconpnimctcria d onlca
pu1>hcoo1&tcp-de1&spr.-..•(111nloL3U).
N.clte pucck 1er tleo4do a la tnfcnncrla hlqu.;lnca sa no es ron 1,1.M "'orck1 de
covfo• -ldl por el <amJ$ano de pol.cla. N>tlic puede ir por sf mi&mo.
LA u11 ftdl en la Enfcnnc:ría PJ¡q iHlt nea no puede exceder de cuan:nl• y ocho horu,
ANo prok>npc:tón de vcinlt(\Lltro horas cvcnl\&almcn1c tt-l\O'ltabk, esta.bkc:ida por un
m~lco de 5CMclO.
Son lol cnícrmcros de la En(cnncría hkful,tnca qutenucfec1úan el lrtila<lo hMll
el holpt111I pctqu"trico de sector, en cuodc ln1cm•mten10 de oficio.
Scpn 1 'lloq>/tal 6 Parls, 1982, número n.
LA PSICOSIS 111

arquitectura. Esa amante tenía el mismo nombre que su bcrmanJ f\I


tuvo una ñebre cerebral, como se decía antes -como yo mísmu
llamaba lo que mi madre había tenido el verano que sufri(I Ulntu,
cuando tuvo más de4-0"de liebre, deliraba y n050LrOS éramos "vi1>oras".
A partir del momento en que esa muchacha lo dejó, revivió el duelo
de su bermanjta, en su famiLia donde jamás se había hablado de dio.
Y era su hermana quien le hablaba para ayudarlo a soportar el duelo
de su amante que lo había dejado. IV hacía quinecañosque ese hombre
estaba en UD hospital psiquiátrico! La familia estaba muy contenta de
que recorriera el hospital, con sus largas pierna•, de la mañana a la
noche, a cargo del Estado, siendo sólo un loco que hablaba con una
voz. lPor qué nadie se preocupó por saber de quién era la vo-r.?
Entonces, en un caso de ese tipo, la psicosis se convierte en una
estructura.
lDirla usted que lo psicosis es 1111 casopatticulory portia1/om1ente grave
de ne11rosis?
Otro particularmente grave. El código de encuentro en el tiempo y el
espacio oo se ha crU7"'1do corno se cru~.a en los demás en una sensoria-
tidad u otra. Nuestra vida está echa de percepciones que se cruzan en
el mismo tiempo, a veces el mismo espacio, a veces en el mismo
espacio-tiempo. Y eso es lo que produce UD eje que se construye y que
produce un neurótico. Un neurótico tiene un eje que está casi en el eje,
si puedo decirlo as~ porque se dio el eocucntru de cierta percepción
visual y una percepción auditiva y porque, de vez en cuando, corrobo-
raba que era lo mismo para el vecino. Por tanto se comprenden. Es en
realidad, lc6mo decirlo? al buen entendedor, pocas palabras. Enten-
dieron lo mismo, se saludan. "¿Ya viste? me topé con eso y oí lguau!
lguau!, lucgo había cuatro patas que trotaban, por tanto: perro, lguau!
lguau!" Bueno, entonces el perro hace iguau! iguau!
Un niño loco verá a un perro y dirá "miau", o dirá "galo" cuando
vea a UD perro. Pero es lo mismo: no se dio un "buen entendimiento"
al mismo Liempo. Creo que es de eso de lo que se trata en la psicosis:
es una hislOria de tiempo que no se croza con el espacio de la misma
manera que en aquellos que rodean a ese ser humano que se llama
niño. Por esto los psicóticos oo tienen un código que les permita
comprenderse. Y para c1wontrars!.', en un momento difícil, deben
regresar a un código del pasado, a una época en que aún ooera patente
que no se comprendían. Asl es como entiendo la psicosis.
R. LA UTURGIA ORTODOXA

Por eso creo que para ser psicoanalista se debe estar dentro de las
normas ill.\t itucionales Je los human°" y, al mismo tiempo, al o,crvicio
de la espirituatidad de un ser humano como SUJCtO cuyo cuerpo está
allí paruignificar una unil>n procreadora dentro Je la ley, pero no pan
significar la.\ trampas carnales animales sin palabrn.
En lo que a mt respecta, creo que no habrla podido considerar ser
psicoanalista si no hubiera sido creyente. No era ninguna rata de
sacrisda, M>bre todo porque mi familia no lo era para na<b, y porque
el psicoaná.lbis me hal>la hecho ercer que la religión oo era ma.~ que
una neuro;is, que sólo provocaba culpa. Pero trabajando me di cuenta
de que crn tnlnlmcntc otra cosa, sobre todo al cu-\llrmc con Bori.~ es
decir al entrar en contacto con la liturgia ortodoxa.
&to bi10 que el hori1on1c del d1>CUr.i0 litúrgico de los católicos
cambiara por complc10 para mi. Lo• católicos cMAn siempre en la
cuesúón de la jurisdicción, pues hcrednmO!I el cmtianismo a travé.~ de
la lengua romana; a través de la jerarquía romana El mutrimtlnio era
un rapto dctiniti\v de la mujer por parte de uo hombre y, a p.irlir de
cn1onccs. ella era propiedad de ese hombre: dejaba de ser un sujeto
para 105 romanos. Para los cristianos volvía a ser un sujeto, pcm dentro
de la ley romana: lqué lfol Según la ley romana, es el hotfo des u marido,
que la raptó haciéndola atravesar el umbral de la ca\a paterna para
llevarla con él, porque ella es incapv de hacer las transicionc.. Es el
macho el que la hace hacer las tran~icioncs y la lleva a su ca.~a,
prisionera en su telaraila. En realidad, el padre que hay co el esposo
romano es una madre sádica en la juri'>dicción romana, con cu ley
sádica de la preminencia del macho '>Ohrc la hembra.
La liturgia ortodoxa no tiene absolutamen1e nada que ver con eso.
En la liturgia ortodoxa, el hombre y la mujer son iguales en su valor de
sujeto, tanto ante Dio• como ante la ley, porque la ley no es una ley de
justiciero $Íno de caridad. Por ejemplo, se dice que los ortodoxos
reconocen tres divorci05; no cuatro, $Íno lre•. 1No es cierto! Los
onodoxos dicen - ies extraordinario! - : si la• personas se divorcian,
eso prueba que no e.~taban casadas 1>0rquc el matrimonio es indisolu-
ble. El hecho mismo de divorciar'lt prueba que no estaba.o casados.
l Entoncea qué pasa? i Bueno! toda la feligresía e\ culpable de no haber

1134 I
1A LTIVROIA ORl'OOOXA

\tsto claro, de no haber comprendido que~· jó\'Cnes que se qurn.1n


cayeron c:n la trampa de un deseo que no C!.laba de acuerdo con el
deseo de Di06 en tllo>. Ellos no sablan y nOM>I ro.<> no nos dimos cu enla
aunque to<Ll IJ fcligresla era tcstigo. Por tanto todos tcocmos <JUC
hacer un rilo de penitencia para que seno• perdone po• haber pcrm1·
!ido que CSO& pobres infelices se cas3ran, trajeran al mundo hijo<.
fueran desdichados, no se b.ieicran el bien uno al otro, y tuvieran hij8"
en un concubi11ato que es1aba bendito por Dios sólo imaginariamente.
IPero Dios no tenía nada que ver, fue to1;1lmen1e engaíiadol lEso lo
cambia lodo!
Los ortodoxos 1icnco una ley -pue• de 1oda.; formas en las irl5l1lu·
cionc:s hay que adminislrar los bienes - que les permite ocup~ de
'us dcbcre¡ y, en primer lugar, 10> que IÍcncn para con los nino> que
nacieron de un malrimonio. Y en t$O son extraorclinarióS, muy cerca
del incon_..cicnlc. juslamcn!C. Y todo ello lo aprendí al ca:.arme, y eso
fue lo que me devolvió la dimensión crb.tiaoa heredada tltl jutlalsmo,
que e~ una lógica de las pasionC.\ humana:; y para nada la pasión
jurídica propia del derecho romano. fü 101almco1e distin10.
es10 es lo que sucede en lo refercnlc a 10' nii\os: un hombre y una
mujer pueden 1cner seis hijos, por ejemplo, ly su 111/Jlrimonio 5Cr
considerado nulo! Se dice, sin m~ •mairimonio nulo", no se hohla
para nada de JiVQrcio. Hay reconocimicnlo social de que el mairimo·
nio era nulo, ydc que nadie se había dadocucnla. Es curior.o d he<hn
de decir: "Si ac divorcian, eso prueba que no c.tab<tn cai.ados.• A.Jc-
más le dicen· "llay parejas que pelean manana, tarde y noche, pero
que no&e d1vorciruian ni por un imperio porque cslán casadas. ca..aJ.ts
en la batalla continua. Era el dei.eo de Dio:.. no sabemos por qu~ es
asl. Si no se divorcian, es que eslán casados. No llenen el mcnur deseo
de divorciarse." Por lo demás, se sabe de pJtcjas de perro y ga10 que
no pueden vivir el uno sin el otro. Están verdaderamente casados por
sus p11lsiones sádicas, que están bien ca~adas "

Pero, cuando uno o el orro se analilil, muy bien pueth oaurir qut los
"ptrros y 101 gatos• se divorcim.

Eso sucede porque el aná~sis 5C in1crpone cnlrc ellos, quizA.

Llegan u as111111r su separocitm, el htcho de que no estaban 11nitlo.1 por


un deseo ~rdudtro.

ILáslim&I Uno los deja divorciarse en el transcurso del análisis, co"'


LA IIl'\JRGll\ ORTODOXA

11ue estaba prohibida en la época en que yo estaba co aoálisis La ley,


el contrato, era: "Mientras esté en andlisis, no tiene dercc.ho ni de
casarse ni do divorciarse. No tiene derecho de cambiar de situación
!epi.Si de todas maneras quiere hacerlo, hay que interrumpir su cura.n
En aquella época era lo que se enseñaba a las persona.~ como algo que
formaba parte del contrato - y lo practiqué con personas a lu que
estaba analizando. En parl icular lo hice cou un hombre - ya no
recuerdo su apellido- que se fue a Georgia. Pues si, esl8ba en análisis
conmigo y un día, de prooto, me dice: "Me caso en tres lllC5CS. • Y yo:
"iNo! O entonces no regrese mañana a su sesión. LQué? - lNo! se
lo dije desde el principio: no debía ru e&arse ni cambiar su situación
legal en el transcurso de su psicoanálisis. lSabe por qué? Porque ni
usted ni yo sabc:mC6 Jo que está haciendo. Es necesario que hayan
transcurrido al me005 tre:. meses desde: •U separación con su analisla
para, quiz.á, saber lo que hace. Uno no se casa a la ligera ni acepta un
compromiso ante la sociedad con respecto a algo, y eso es lo que
sucede cuando no se está del todo libre y se habla todos 106 días con
alguien que es un referente.• Creo que aas palabra. lo hicieron muy
feliz. Y en unasemanadecidi6quepreferia interrumpir su aoál1.íspara
casarse. iPerfecto! Era un muchacho muy correcto.
IR.egreso a los hijos de parejas divorciadas, en Rusía. Las co.sas
estaban org.111i7.adas de la siguiente maoua:
La felign:...Ja hada las ""ces de 1ucz de paz.. No habfa separación
entre lo civil y lo religioso como entre nOS01ros, donde existe el c~tado
civíl. El saccrdOlc servia también de estado civil, si así se desea bu; pero
podía tenerse estado civil sin sacerdO!c. Había posibilidades (iy sigue
babiéndolai.!).Auoeolaépocadelosprfncipes,dcl05duques,sepodla
ir oon el duque para rcg¡strar lo que la Iglesia se negaba a registrar. En
fin, era más o menos as!. Tras la revolución de 1917 las cosas cambia-
ron.
En Rusia todos estaban obligados a registrarse: en la sinagog¡i, si se
era judío, aunque no se practicara; en el templo 6i se era protestante;
si se era ortodoxo, eo el templo ortodoxo. Se reunía a los sabios, ya no
recuerdo su nombre. En la iglesia católica, se llaman mayordomo.s;"
supuestamente son los sabio.-.' En otro tiempo desempeñaban un

• Mmp,jllicn en fl'll!W. !T J
1
MarguJlJNrT "Cada uno de IOI m..embros de1 oonsejodc ''brlas [rcntasydcnichoti
que" oobnin en lu iglcsm: pera el sos1cn1mien10 del ed.lítcío y del tulto. (T.Ide urui
pomiqwa (p<Uldenie. SC(ftl&nO, '""""'°) tnaupdo de pracoiartl pt<Mput&<Ode
-lla -
11 l"'"""!u'" al comc¡o, de.,..,.,., laJ ....i.i. que etc.• Dicllomdn
,mini tSt 111 ~~ llarzfdd y Da,,,,...er.
l.A l..rt'UROIA ORTOOOXA 1 ,,

papel porque eran los que tomaban las decisiones cuando habla pro
blemas importante.~ de jurisdicci6n, pero eso ocurría siempre en l.1
jurisdicción romana, más o menos. Napoleón aponó el Código Civil
porque se vivía bajo el derecho romano desde la Galia. Pero entre lo.
rusos las cosas eran diferentes. En caso de separación de los padres,
la ley estipulaba que los niños y las niñas debían quedarse ha.~ta los
siete años en la familia de la madre. Si la madre estaba con ellos iqué
bien, o ni modo! Si la madre no estaba allí se los confiaba a una pareja
elegida en la familia de la madre: los abuelos o tíos y tías que ya
hubieran 1enido hijos. Cuando un niño alcan7.aba la edad de siete años,
había una reunión del conciliábulo de la parroquia que decidía lo que
se harta con el niño. E!n ese momento, si Ja madre se había vuelto a
casar, y su marido era capaz de educar a un hijo y, por otra parte, el
padre no se había vuelto a casar, y era inestable, el hijo se iba con la
madre porque había un esposo. Si, por el conirario, el padre se había
vuelto a casar y la madre también, se iba con el padre. Si ni uno ni el
otro se habían casado, si la madre se habla ido quién sabe adónde y el
padre 1ambi60, se encargaba a los hijos; el niño a una pareja de Ja
familia del padre que bubicra educado al menos a un niño de edad
superior a la de es1e niño (por ejemplo un niño de siete años se
encargaba a una pareja de la famma del padre que tuviera por lo menos
un hijo de ocho años o más), la niña a una pareja de la familia de su
madre, que hubiera educado al menos a una niña de edad superior a
la de aquélla. Era la ley. Y todo funcionaba rnuy bien.
A los niños se los consideraba el lugar del EspCritu Santo ha.Ita los
cinco años, hasta los hijos concebidos en concubinato. Todos los niños
conocían a su genitor. Los padres no podían no estar casados, puesto
quehabíaquedecirquehabíanengendrado,aunquenosecasaranante
la Iglesia. Había personas que no se casaban y que tenían hijos na1u-
rales; en realidad eran muy pocas. En lodo caso, los hijos naturales
llevaban el aombrc del genitor. Si uno se llama Boris, no se podfa no
tener como padre a un Oimilr~ un Paul, un Jean. Se era hijo de Paul.
l Hijo de Paul qué? Eso no nos interesa. Todo el mundo lo llamaba
Dimilri, hijo de Paul; Paul que no lo habfa reconocido con su apellido
pero que de todos modos era su padre. Los rusos rccoaocen la gcné·
tica; los romanos la legalidad. iQué aperlura, qué cambio de horizonte
para un cristiano, pasar de un rito a otro!
Por ejeillplo, a los ortodoxos (las cosas cambiaron después de la
guerra del 40; y en Rusia son perseguidos, es diferente) se les prohibfo
difundir la lilurgja itnpresa. La liturgia sólo estaba impresa en los
grandes libros religiosos que están en el altar. Ningún fiel tenía el 1ex111,
138 LA LITURGIA ORTODOXA

pero todos, a partir de los tres anos -de los cinco a más tardar-,
$8blan de memoria toda la liturgia. Porque de padre a hijo, de madre
b hija, se enseñaba a los hijos lo que había que cantar en la iglesia, pues
lodo ol mundo cantaba en la iglesia. lHa ido a alguna iglesia ortodoxa?

Una solo vez en mi vida.

lEn la calle Daru?

Sí, cuando el entierro de Boris.

IAh, sil Pero en ese momento no vio lo que sucede de ordinario porque
las personas observaban cierta reserva debida al hecho de que era una
pannychide, es decir un oficio de difuotos. Es una liturgia muy hermosa
que parle de la desolación y desemboca en la alegría. Termina en la
alegría del abordaje en el otro mundo, pues el alma del muerto es
redbida p0r los invisibles que la esperan; el muerto es perdonado
gracias a todas las oraciones que se han hecho. Es un happy cnd. Pero
en la misa de domingo es curioso ver a los niños en la complela libertad.
Corren por todas parles, juegan, nen, juegan a las escondidas y está
muy, muy bien visto. Se los medio calma, un p0quito. Cuando quieren
ir al iconostasio situado atrás, o subir a la escalera, se los calma, se los
hace besar uo icono, u otro, prender una vela para mantenerlos ocu·
pados; pero nadie regaña nunca a un niño, porque es el sitio del
Espíri1u Santo. Y si hace tonterías, es porque sus padres están nervio-
sos. Cuando se es psicoanalisla, de veras es formidable ver que los
niños se acuestan en el piso, canturrean, y que todo el mundo sonríe
con beatitud al verlos comportarse así en la iglesia. Es muy curioso. Y
lo que se ve allí, en cuanto a los oiñ.os, es válido en cuan10 a las
fantasmagorías de las personas desde el punto de vista de sus fantasías.
Es muy sorprendente. Por cierto eso lo muestra una novela maravillosa
que acabo de leer, Vladimir Ro11baiev, de Sergc Lentz. 2 Es apasionante
pues allí vemos verdaderamente la truculencia de la fantasmagoría, de
las fantasías de las personas, su violencia. Es exJraordinaria esa violen-
cia rusa, violencia por completo aulorizada. No hay represión de todo
eso p0r parle de la Iglesia. Lo.~ locos, los locos de Dios, o los looos del
demonio, o de no importa qué, todo eso forma parte de la vida. Se da
entonces una corresponsabilidad extraordinaria de unas personas con
respecto a las demás en su convivencia. Es muy comprensible que se

1
Scrgc Lcntt, Vladimir Roubaiev ou les provinces de /'lrrtef, París. f'.d. Rol>cn
IAll"'11, 1985.
LA Ul1JRGIA ORTODOXA

hayan vuelto comunistas, a pesar de toda la perversión que intc1v11io


en eso.
La convivencia es tal que todo el mundo puede compartir lijs
fantasfas del otro y que, si todos están en el reino de Dios -lo cual
quisieron-, son verdaderamente descendientes de los judíos de In
Biblia antes de la latioidad. Forman totalmente parte de la continuidad
de la Biblia. Y, por ello, las personas hablan con Dios. A veces se
equivocan y hablan con e.I diablo. El diablo responde lo que quiere.
Pero de veras es la misma fantasmagorla que vemos en la Biblia,
cuando uo tipo se pone a hablar coa Dios y Dios Je responde cualquier
cosa. Es un ser humano que habla con olto ser ideali1.ado, que es Dios.
El ser huD1ano está entonces habitado por todas las fantaslas de
monstruos, diablos, serpientes emplumadas, marranos en patines. Por
eso todo el mundo está de acuerdo. Hay una especie de ltuculencia y
de vida de las pulsiones. Nunca, pero nunca, se habrla podido inventar
el psicoanálisis en Rusia, porque las fancasías que las personas sueltan
en el diván, allá las viven todos: no tienen más que emborracharse para
vivirlas y, al día siguiente por la mañana, nadie se acuerda. Todo está
roto, pero ni modo: ies1aban borrachos ayer!

Aü11 hay posibilidades de socialU.t1ci611 de la fantoslo.

iTotalmentel Y eso abre los ojos a alguien que es psicoanalista y


cristiano de formación. Entre los rusos no se dice a alguien: "rece para
no pensar". En Rusia no se sabe qué es pensar. Pensar es vaticinar; por
tanto se vaticina. No creo que los rusos sepan muy bien loquees pensar
salvo, quizá, los judíos rusos. Los rusos se atragantan, revientan,
piensan, fornican, vociferan, aman, odian, detestan, corren, se quedan
inmóviles, rezan, se violentan: e• el espíritu que vive al capricho de los
ciclones ylos vientos del planeta. a~ muy cristiano puesto que Dios
siempre está aill, en el rincón, para recordar: "IEsttis exagerando!
Cristo murió por ustedes, deberlas acordarte, etc." iEso es lo sorprcn·
dente!
Es lo que para un psicoanalista -en todo caso para mf - lleva a
una grandísima revolución: comprender que el cristianismo oo se
limita al cristianismo a la manera judeo-Jatina, que es otra cosa.

En suma, la liturgia ortodoxa pr()V()C(> en su Yida 11110 revoluci611 compa-


rable o fa que hablo provocado el psico{Jttólisis: el descubrimienro de otro
manera de pensar, de esror e11 relación con el otro, de comprenderlo.

Totalmente, Lotalmente.
Hace 11n momento utifu6 un tirmino que -lo si le gusta mucho: "el
método''. lParo usted es i111porta11te que ff p.•icoon(J/isis seo 1111 método?

Sí, es muy imponantc. Primero el contrato: anlco de la primera ~6n


hay que decir a la persona que, en lo 5uresi\•O, será ella quien hablar•
más que el psicoanalista, que e'cá alll pum que ella hable J SU.\ propios
oídos al hablar a los Oídos del analist~ ··Escuche tanto como pueda lo
que me dice para que comprenda por quf me lo dice." La primera \IC?
uno señala: "Diga codo lo que se le ocurra y todo lo que sienta aunque
no comprenda por qué lo siente. Esto durará to'J de.•. (y aquí mcn·
clonaba el tiempo que aquello duraria). íicoc c.~ cicmpo para hablar,
callari;c, para ser sincero aqul."

lMencwnaba ef lltmpo<k la st.ri6n o dt fo C11ro?

De la ~c.\i6n. A fin de que las persona• tuvieran cicmpo para callarse


si querían callarse. Eso me pare~ muy importante, paro que sean
sinceros.

ilam(Js proctic(J sesiones de tiempo w1rlablt o muy c0t1as?

Una o~ veces, e~plicando por qut dc,pués: "Hoy prefiero detener·


me aqul. 1-lablarcmos la próxima ve1 de la razón." Una ve1 fue porque
me estaba durmiendo: "Me aburre usted dcma.,iado. No &e por qut,
soy yo, no usted. Oisaílpcmc, pero a.,r es." la.• personas acepcan
lotalmcnie cuando se les dice algo cieno. Ese día C.\laba cansada.

Hacfo af11si6n o la St!ltdQ/«Hfo lacaniana dt las usio11es cOllas...

!Estoy totalmente en contra! He visto tantos estragos debidos a ello, a


ese sadi~mo que hace que la persona se sienta mal paciente, pues se
deshace uno de ella'. "Si no tiene má\ que decir, váyase." iEI análisis
no es un taxímetro! Se neccsica tiempo para poder callarse o a vcccs
1ic:mpo para poder hacer dos o tres sc.<iones en una, lpor qué no? A
mi me parece que lo único que podemos vcndcr es nues1.ro tiempo; el
( 1401
E!LMÉTODO 111

tiempo de alguien que ha sido preparado para escuchar. Eutolltt• d


otro tiene que saber al menos de cuánto tiempo diSpOnc por el dinero
que nos da. Hay personas con quienes la duración decidida es dtmb
siado larga. U no se da cuenta al cabo de alguna.~ sesiones y lo dice:
"Parece que es demasiado can.sado para usted quedarse tao to tiempo.
Puede irse antes del final de su sesi()n. Todavía tenemos tiempo pero
no está mal si se w." Sin embargo, desde mi punto de vista, hay que
respetar el tiempo de esa persona. No debe irse porque el siguiente
estt brincando de impaciencia detrás de la puena y eUa lo sepa. Eso
es en cuanto al tiempo.
En cuanto al método, lo esencial es escuchar intentando siempre
estar presente - lo cual es dificil pues a veces se está articulado a los
propios pensamientos en vez de, justamente, estarlo a los del paciente.
E!s entonces cuando uno debe decirse: "Algo anda mal", o bien: "Esta
persona me aburre." Eso significa angustia y seria deshonesto retener-
la más tiempo en análisis, pues sería ponerla en un estado de angustia
que se transmitiría de inconsciente a inconsciente.
Por tanto, primero hay que escucharse a sf mismo: ¿de veras ocupa
uno el lugar de analista? Dado que es difícil entender si alguien se calla
porque lo inhibimos, o porque está inhibido por lo que tiene que
pensar. El método requiere estar en la dilicuhad y comprender lo que
sucede. En lo peri;onal, picn.w que también forma parte del método
decir(dcspué.~ de cada sesión) una palabra que dewelva al paciente a
la palabra social, evitando dejarlo ir sin una palabra (estrechándose la
mano o no), como perros que se separan. Debe socializarse la partida;
por ello, en el momento en que paga, hay que decir algo del tipo: "Fue
uoa buena sesión", o u¡ Hasta la próxima vez!", o "Hasta el miércoles ...
Hay que decir algo para que se dé el regreso a lo social, en igualdad
de ciudadanos, yque la persona no se quede en un momento de fantasía
inhibitoria, de inferioridad: "Dije tal cosa, me pareció que el psicoa-
nalista hizo '!bum, hum!', y luego ya no dijo nada cuando me fui, etc.".
iCuántas cosas pueden inventar de manera totalmente inútil esas
pobres gentes, a causa del mal método del psicoanalista! Mientras que
las cosas que imaginan euando el psicoanalista sigue de la mejor
manera posible el método, corresponde al psicoanálisis comprender-
las. Pero, cuando el analista es de algún modo responsable, hay que
saber reconocerlo. Esto es en cuanto al método.
Sin embargo, para mí - como para Freud- también forma parte
del m6todo retomar sencillamente los términos que han dado sentido
al sueiio. Yo anotaba siempre los sueños -que me contaban los
pacientes- con los matices de la música: cuando el tono aumcntaht1
141 ELMÉI'ODO

111 íloal, escribfa sesgado hacia arriba; si por el conlrario iba bajando,
e~cribfa descendiendo yo también. Y me dedan: "tiene algún signili·
cado el que el sueño sea contado dos o lrcs vcocs seguidas con ese
mismo tono extraño.• No sabia qué signilicaba, pero intentaba anotar
lo más pOsiblc de lo que percibía. Eso es el psicoanálisis: anotar lo más
posible. Y, al mismo tiempo, cspenu que el paciente bable de ello, para
decirle que, en efecto, uno también lo había notado e intentaba analizar
todo lo que aquello podla signilicar como para que se repitiera. Lo que
el método permite buscar, es lo que se repile del pasado en la relación
concl analista, y que no es en absoluto lo que sucede boyen Ja rCAlidud;
lo que la situación real permite -eo las fantasías- repeürdel pasado,
y que no son los sentimientos reales. Asf, cuando alguien le dice: "lHoy
me pone los nervios de punta!", hay que escucharlo. No es Frao~oise
Dallo quien le pone los nervios de punta. Se le pregunrn: "lOué tipo
de relación le recuerda esto? lDe qué época de su vida?"
Eso es el método: buscar lo que un señalamiento así recuerda del
pasado, cnuoa relación anterior yque, luego, haccdcscmoocar en toda
una eslructura pulsional (en ese momento llamo a eso "estructura")
de una época situada entre dos castraciones: desput\.s del destete o
antes de la limpieza esfinteriana, después de la limpieza cslintcriana o
antes de la clara noción de la prohibición del incesto. Es decir que lo
que vamos a marcar como un período relacional que se revive en ese
momento en el aná.lisis, nos permite ver con qué estructura pulsional
hay que vérselas: se trata de un vestigio que no había sido hablado o
dicho, o apenas sentido conscientemente, pero sentido en las tripas.
Entonces vemos que suceden cosas curiosa.~: manifestaciones de
falsa apendicitis, personas que de pronto -durante dos o tres dlas-
lieneo problemas de interrupción de funcionamiento urinario, vaya,
cosas así. Son salpullidos,• como se diría en medicina y, el recuerdo de
una época de la vida de los pacientes en que ése había sido el medio
para expresar algo que habían sentido, que no podían decir con
palabras y que reviven hoy. O bien es el clima que les ha traído a la
memoria un recuerdo; o es alguna cosa que sucedió en la historia de
la ciudad donde se bailan, que recuerda un período, como fue el caso
el ella del toque de alarma, cuando la declaración de guerra. Es una
biswria que ocurre en el tiempo: la repetición de un acontecimiento
en otro espacio hace que el mundo vuelva a ser el que era cuando tenía
cuatro años. Son pue$ recuerdos del pasado que cienos encuentros (en
el tiempo I> el espacio, o en la relación con la persona) hacen surgir.

1
/@J1 (palabra inglc-sa); dc!íigna una erupción 1ransi1oria, gcncrnlmen1e provocada
(l\,r unn re•~16n a una inícctión (en paniC'ular viruela} o a una prescripción médica.
Cl..MéroOO

Puede ser una fantasía de olor. • lNo le parece que bue le raro'/ LNo 11
parece q11e huele a gas?" - lA gas? lEn que la hace pensar oler el !(di'/
Por supuesto puede suceder que de verdad sea una fuga de gas; pero
dura.nte una sesi6n de análisis en la que oo se siente nada, se puede
estar despabilado y decir: "iTiene razón, huele a gas!" Sale uno y se d11
cuenta de que en efecto el gas ya no está prendido, que lo apag6 una
ráfaga de aire. Se llgfadece al paciente: "iEstá bien! lYa ve? ino es
nece$1lrio meterlo todo en el análisis!"
Eso me recuerda la historia de un niño, en Trousseau, que siempre
tra.ía un teléfono, y se colocaba siempre el cordón de su tcltíono
alrededor de la cabeza. Era muy curioso. Era un niño de siete u ocho
años. Caminaba con las rodilla.~ flexionadas; tenía la frente calzada
porque el nacimiento del pelo comenzaba muy bajo. Era muy cariñoso
y siempre llevaba consigo uno de esos viejos aparatos telefónicos que
tenía la señora Atiene. Siempretraía uno bajo el brv,o con el auricular.
Yo pensaba en el cordón umbilical, me decfa: ¿por qué no? Por más
que hablábamos no soltaba su tcl6fono. Por tanto no era de eso de lo
que se trataba porque, cuando se ha simbolizado, el problema termina.
Entonces, un buen dfa me digo: "después de todo, iqui7,á sea el
teléfono...!" Y digo a la madre: "Dado su interés por los biberones, por
los objetos de bebé muy pequeño (sin hablar de una especie de bebé
in 11/ero de trapo con el que tambi6n se paseaba, además de su telé-fo·
no), loo recuerda usted algo que haya pasado con el teléfono cuando
estaba encinta de Franck o cuando él estaba muy pequeño?" Y de
pronto se ac-uerda; se habla enterado de la muerte de su padre por uoa
Uamada telefónica y había ca.ído desmayada. No sabía al cabo de
cuál!tO tiempo su marido la había hallado desvanecida al regresar a
casa. Estaba encinta de cinco meses de Franck en ese momento. Y él
escuchaba lo que ella me contaba acariciando a su mamá, acurrucado
contra ella. Entonces me dirigí a él: "Lo que estás haciendo, es lo que
habrías querido hacer. Pero tú cstabM en su vientre y no podías
consolarla. Ouerfas despertarla, pero tu mamá se había desmayado
porque se había enterado de la muerte de tu abuelo. A la vez estabas
muy celoso de que se ocupara más de un muerto que de ti y, al mismo
tiempo, querías curar a tu mamá de la tristeza que tenía." Eso le dije;
yterminó lo del teléfono: nul!ca volvi6 a tocar el teléfono; además dejó
de caminar con las rodillas dobladas, pudo caminar utilizando sus
piernas derechas. iCuando durante mese.~ buscaba yo en torno al
cordón umbilical! Y todo el mundo buscab11 conmigo. Ese niño hubfo
tenido una isquemia' debida a un nudo hecho por el cordón umbilkill,
1
Isquemia: OCiusión completa ybnual de un3 ancria. que erca una situattón C'f111c il
que rt:qu1crc unn intervención qu1nírgic-a de urgencia.
EL MÉTODO

un" "circular", y la madre afirmaba que no se lo habían dicho. Pero


habla olvidado del todo la historia de la muerte de ~u padre y ese
d~vanccimiento. Tenía una fijación tremenda con su padre. Y ese
dC5Val!Ccimieoto, que no sabía cuánlo tiempo había durado, debía
haberse producido en el momento en que se organizaba la escucha del
lenguaje en el pcqueiio a través del vientre de la madre, en que oía a
su padre, a su madre y al abuelo hablar, pues se veían todos los días.
E!ran artesanos: grabadores en espejo, de Florencia. Por lo demás,
regresaron a Florencia. E!I marido hacla obras de arte extraordinarias,
espejos adornados con gi-abadoo. Se necesitaba una seguridad de.pulso
sorprendente: hacía buceos en el vidrio para esculpirlos y hacer dibujos
en el espejo, como si fuera pirogi-abado. Es una artC$anía propia de
Florencia. Hacia eso en Parfs, en un taller familiar d()nde vivían. Franck
tuvo la suerte de ir a vivir a Italia, donde jam!is lo metieron en un
bospilal psiquiátrico. Primero halló un lugar de medio tiempo, todos
los dlas, en la escuela a Ja que van lodos, porqu~ en Italia se mete a
todos los niños medio tiempo aunque estén locos de remare, delirantes
o cualquier cosa. Durante el otro medio tiempo, iba a UD rentro de
tratamiento de niños algo marginales, dQndc vela a UD psicoanalista
d05 veces por semana. y donde jugaba también íutbol dos vece.o; por
semana. Su psicoanalista estaba muy interesado en c,¡c niño que tenla
una afectividad del todo sana y que, en casa, ayudaba a su madre. Tenía
un hermano menor al que le iba muy bien. Más tarde trabajó en una
granja protegida donde lo querlan mucho y dQndc, al parecer, tuvo un
idilio con una muchacha un poco marginal también e igualmente
querida. No deben hablar mucho puesto que él es mudo y jamás babl6.
Si sé todo esto es porque me escribe cada año, en Año Nuevo, para
danne n01icias suyas.
lo que nos impresionó mucho, fue ti día en que la asistencia de
Trousseau oyó: "Eso es. Muy bien, estd curado." Es mudo, dice usted,
sigue siendo mudo; pero el día en que nos dijo: "Está curado", locrelmos.
lEso quiere decir que él no puede ir más allá de donde lleg67 Quizá sea
prudente también saber decir: "Eso es. Muy bien. Su vida es a.rl"
Está eo armonía coo los demás, se da a querer, participa en todo lo
importante de Ja vida cotidiana.
iPero en aquella época no lo sobfomosl
l Pero yo sabía que estaba listo! Tenía todos los comportamientos de
un niño sano, mudo pero no sordo. Y, después de todo, lpor qué no?
l!L Mffi'oDO 141

En efecto, alprivilegiar un poco la 11oci6n de método en el psicou116llsi.1,


estamos cerca de una ética, hasta de un estilo, que teboso con mucho el
momento y el h1gor de Jo sesión de análisis.

lTotalmeote! iTotalmeotel

Y ello pemiite tuier una posición psicoonolfJica en general: de escucha,


de otenci6n y hasta de cieno tipo de inretve11ci6n.

IY sobre todo jamás querer dar más ensalada de Ja que se Je pide! La


madre no pedía más ensalada. Su hijo era admitido por los dem~s. era
feliz, dormía a su ril mo, comía n(lrmalmenle, ya no estaba desespera-
do, ya no estaba pegado a ella, ya no la dejaba pegajosa: era un niño
que tenía derecho a vivir como era. Es probable que, así como se dice
que a uoo le brotan los dientes, debe brotarle a uno el lenguaje in u/ero
en algún momento; probablemente volver al sin palabra de Ja madre
desvanecida, mutiló en él ese brote. Durante ese tiempo, el niño dio
todu su energía a la madre, dejó de guardarla pata decir coo palabras.
Por lo demás es interesa.ole saber que en Italia esta mujer aprendió el
oficio de encargada de marginales, que le permitió pagar para que su
hijo fuera a una escuela diíerente de aquella donde ella trabajaba:
"Pensé que a Ja señora Dollo no le parecería bien que yo estuviera en
la misma escuela que él No sé si hice mal." Me escribió eo estos
términ.os: "Pcn~ que a la señora Doho, etc." en tercera persona. Le
respondí: "Hiw usted bien." De esta manera se convirtió en educadora
en un internado de oiños medio tiempo, pues por la mañana, o por la
tarde, esos niños marginales van a Jugares especializados. Luego, a
partir de los trece o catorce años, se les enseña un oficio: son compa·
ñeros de un adulto que les muestra lo que hace. En las cocinas, se
muestra cómo pelar las verduras o cocinar; en la lavandería, se mues-
tran los cuidados que debe dársele a la ropa, planchar, utilizar la
lavadora, etc. En Italia esos adultos no se eligen a partir de un título.
No se les pide ser grandes sabio,; oi hacer grandes estudios de psico-
logía. Asisten a algunos cursos de psicología pero es sobre todo la
práctica de maternaje" Ja que se les pide. Asl pues, esa mujer se ganó
Ja vida de esta manera, comprendiendo a niños que eran como el suyo,
sin estar con el suyo, para que no viviera demasiado pegado a su mamá,
pues había ganado el derecho de oo estarlo.

• Tl!cnica de tnnam.icnro de las p$tc061s con el objeto de rccre11r tnl!C el pode:ntc y


el 1crapeuta la relación de la madre y el nil'K> de pecho. tr-1
FJ..lllÉTODO

lYen ese momento, basta Bernard This, que estaba con nosotros, crefa
que babfa que hacer una coosulta precoz para pequeños! Dije: "No
hay que confun.dir. No es un lugar para tratamiento."
&looccs el proyecto quedó detenido. Pero, una señora que se
encargaba de la Acción Católica tenía en el primer piso de la explanada
de las torres toda una organi7.aci6o llamada C 3 B: había diversiones
para los jóvenes, los niños, Jos adolescentes. Nos dijo: "Voy a darles
dos de mis locales para sus actividades.• Era una señora muy elicaz y
muy correcta, una mujer emprendedora y enérgi<:a, pero que quería
elegir a los psicólogos, hacer su contrato, ldecidirlo todo! Aquello ya
no tenía ninguna relación con lo que queríamos, a saber un lugar de
libertad. Era imposible trabajar con ella. Lo cual explica que fue muy,
pero muy dificil abrir esa ca.o;a.
Por fin, un dfa, el arquitecto en cuestión nos dijo: "Hay un dOplex
desocupado en un edificio de renta moderada." Corrimos, personas
que sabían lo que queríamos, en particular Marie-NoeUe Rebois y
Marie·Hélenc Malandrin, y yo, y ese local nos pareció perfeeto.3 El
arquitecto se quedó de una pi~.a al o(mos decir: "iEs perfecto, no
podía ser mejor! iEs exactamence lo que necesitábamos! Bueno, lsi
hubiera en.tendido que era eso lo que querían!" Fue en esas condicio-
nes como comenzamos. Y aquello siguió llamándose La Tienda o La
Casa Verde. En fin, las personas seguJan llamándola así. Finalmente,
como oues1ro mobiliario para niños contaba con una casita de madera
blanca en la que a los niños les gustaba jugar, ir, venir, en1rar, salir, ila
pintamos de verde! De manera que la Casa Verde, puede ser esa casita
para niños, rodeada por una verja de madera que después también se
pintó de verde.
La ca.~ Verde tiene un sentido ahora. Pero repito que fueron los
niños los que la calificaron así, icuando era azul! No había nada verde
en la casa.

Pero Ja velan verde.

sr.
Por tanto, ¿LQ Casa Vude era un lugar de prevención y Trousseau de
atencíón?
l He aquí la cronología de la C... Verde: l} &e luprsc abrióel6decnerode 1979,
en 11 pina Sain1..0arlcs, donde permaneció basta fint:s: del vet1110 de 1980. 2) Se
in.ctaló,dc manera provisional, en el 56Qoo de la calle Linois núm.16, del ot<>flo de 1980
al verano Oc 1981. 3) DcSde junt0 de 19811 el local se cncucnlra: en la calle Mdlbac.
fOdaJ un direttioncs se cncucnlran en el distrito qu:lnce de París.
ELMéroOO
•••
Troussc:au era la consulta común de UD hospital.

jConsuvo un bum ra:uudo de tila?

iMuy bueno! Excelente.

¿1íene la unpresi6n de haber hecho un butn trabajo 7

IUo trabajo cnonoel Es un hospital donde cada servicio ha tenido un


psicólogo, un paidopsiquiatra a partir dil entonces. Es el primer bos·
pital en Francia que de verdad hi7o p;icoterapias para niños con
psicoanalistas. Y eso sin duda porque el psicoanálisis fue lan7.ado por
estaconsultaquecomcozóeo 1941. llnclusoa fmcsdcl40! Yocomcnct
a fines del 40 y termin~ en eJ 78.•

iAhl ise qued6 en ti mismo servicio de finu tkl 40 al 787

S~ eso cs. Y luego siguieron Gérard Guillerrault y Edwige Fridc, que


trabajaba.o ya desde hacia varios años en Trousscau. También estuvo
OaniCle Levy. Es una consulta que depende de UD servicio de medicina
que está al fondo del hospiral; la consulta cst• en la puerta. pero en el
aspecto administrativo de.pende del fondo. Es un lugar donde trabajé
sin que ja.mis, pero jamú, me pag¡iran.

1Jom6s le pagaron en Trousuau 1

No, porque no era ex interna, no tenla derecho a ser asistcotc. Pero lo


que me interesaba era que las personas creyeran que me pagaban y
que yo hiciera que los niños pagaran: eso era suficiente. Al cabo de
cieno tiempo, en cfocto comprendl que era necesario que los nifios,
por su voluntad, contribuyeran a ir y que, &i no querlan ir, si eran los
padres los que querlan que fueran, que se presentaran en su Jugar. Por
tanto vela a padres o bij06, según que el nifio asumiera o no la
responsabilidad de ir. AqueUofunaonaba muy bien. E im88i'ncsc que
la tlllima inspectora -tU>C treS inspectoras sucesivas, pero la tlltima
era genial: una mujer que tenla un sentido natural de la relacióo
humana; se Uamaba señora Arlctte (era $U apellido), después se casó
y se Uamaba señora Boone y Ueva una vida de jubilada muy interesante,

<4 el ábado 2l de septiembre de 1940, Fran(OISC M1.,,ttt se presentó en Tmuu.c1u

par1 conOC'Cr el MM(~ La C08$Ulla romcn:W C-1 m1u1e• 24 de &cpt;embrt <k 1940, y
1crmin6 tn d1C"1embn:. de: 1978 -•Jos 10 ar.oc t\lmplid°' de Pr1n(OIK Doho.
l.!O
pues e. una mujer aciiva e inteligente-, como le decia, la señora
Arlctte me dijo:• ¿sabe, señora Dolto, que jamás be faltado un martes
de consulta desde que estoy con usted?" Aunque estuviera resfriada,
aunque los niños hubieran estado enfermos o cualquier cosa, jamás
fal1t un manes. iNi siquiera lo sabía! Eso muestra basta qué punto me
importaba aquella consulta. Mis hijos nacieron cuando tenía esa C:O•·
sulta. Por tanto, si jamás falté un martes, fue porque en efecto iba
aunque estuvieran enfermos.
En cuanto a La Casa Abiena, es un lugar para b tercera edad que
existe de$de hace diez años en la calle Cujas n6mero 21. No tiene
ninguna relación con La Casa Verde. AUI, la\ personas de edad hacen
tapicería, cuentan sus recuerdos, historias para los niños, 00$11S 8SL

lEnlQnw en ti mismo lugar dandi: Bo!U tmla su consultorio?

As! es, en las salas de la antigua Escuela Francesa de Ortopedia y


Masaje que, ahora, sir;e para albergar reuniones paramtdica\ y, una
vez por semana durante toda la jom;idll, un club de persona$ de edad
que tienen distracciones en com(m y que se r<:óncn. Para el distrito
cinco es un lugar de vida.1

l Y para usted, tn su imaginación, tl col°' verde JTprrsenta algo? lE"'x:a


o/gol

El verdor... En francia dceim05 que so "tiene mano verde" cuando se


cuida bien las plantas. No, nada más que la naturalcn. Sf, eso es, la
libertad, la libettad de la vida en la naturaleza. Pero esta hisloria me
dMstió mucho porque, en mi caso, deda "pla:l..'l·Sainl Charles". En-
tonces nosotros decíamos "plaza Saint Charles", len la época en que
se convirtió en "La Casa Verde" para las madres!

P(llrJ temwtar con lo noción de mhodo con una noto humotfstico t


iMspeTfld4, _,,udo una historia que me coot6 una vez, hace mucho
tkmpo. U11a historia que me dej6 todo perplejo y que me parece por
completo asombrosa. Es una in1tr11t11ci6n propiamentepsicoona/lrico en
un tmmO para nada ps1c()(llt(l/ítico.

LSobreml?

j La CU:a AMrtli lutcmamplómsanMdadcscncte. luprd pnmero4cJ!i!ruode


!989.
f!LMérooo
iS' )1 que ustt!d me colll6! iEs fon.osamente cióta! Fu.e cuunJ,¡, t1n su
Cillidad depsicO<JJ1D/ist.a, Ítl)IUIM" 11n lxrteadolf@l()SO a gunarw1" ~ltti
muy impotfilfllel

iAb! si...!
AsombfOJo, ¿nol

¿Que haya funcionado?

No, no uo, porque creo l'n d psicoan6/isís y tn la fuen.a de sr1 palabra.


iPt!ra u sorpTtlltkflle que alg.lien Jcómo decirlo?- VO)IQ cama /MÍ•
coanalista a un sitio asfl

iEn aboolutol Boris loatendla. Lo conoció porque ese hombre se babia


fracturado una mano, el caspo. Jamás babia sanado bien y, a caUM de
sus peleas, le dolla de nuevo esa mano. Por tanto era absolu1amcntc
preciso curarlo, y alguien dijo al enlrenador: ~1Hayque ir con Dolto!"
Dolto era entonces muy conocido por sacar delini1ivamente de apuros
a los bailarines del ballet de Cuevas que, del mundo entero, vcnlan a
verlo cuando suírían algón accidcnlo óseo o muscular: los volvla a
poner en pie completa, definitivamente. Jamás sufrían esos defeci~
que quedan como se<:nclas de un esguince curado, de un ligamento
fo17.ado, etc. Como le decía, ese boxeador coosull6 a Boris. Est.aba
imposible, porque eo ese momento no podía separarse de su amante.
Si ella no estaba coo él. se ponla insoportable, no es,.,,cbaba nada, no
trabajaba. Ahora bien, el oficio de Boris, era el tra1amien10 por el
movimiCDlo, DO era el masaje a un pJcicDte pasivo. Era una labor
efectuada con el paciente de manero que tstesintiera lo que uno hacia,
y que él hiciera ia mitad del trabajo al tiempo que el ldnesitcrapcutn
hacia la otra mitad, dándole todas las explicaciones sobre lo que hacía.
Pues bien, ese boxeador no escuchaba $Í su amante no estaba alll. Y si
estaba, ponla ojos de becerro a medio morir y no escuchaba mejor.
Entonces 8oris gritó y dijo a esa mujer: ~¿Quiere usted que gane su
campeonato mundial o no le importa? IE.n scrio..J• La impresionó ese
señor que le hablaba CD ese tono. "Se comporta como una persona que
quiere hacer fracasar a quien ama." La amante se echa a llorar:
"Bueno, está muy bien. Llore lo que quiera. iPero tll, escucha bien k>
que te digo porque ella te quiere, pero si pierdes el campeona10, te
considerará un imbécil!n Eso ic dijo y estuvo muy bien.
Por su parre, linalmcnieel entrenador con lió a Boris: "Está cnojudn
conmigo. Sólo ganará el campeona10 si confía verdaderamenlc en mi;
IU el. Ml:.1'000

ly 11<1 lo logrO! Siempre tiene algo que anda mal Ccmo ha visto, se
aiicndc i. mano y, al mism() tiempo, DO ayuda. Hayalg<lqueooencaja;
na coopera de verdad para salir adelante." BClris le repoodió: •venga
aa:oarooo DOSCllros,a>nlaria mi mujcrloqucwcedc.• Me telefonea;
"Pon Olro cubicno, irá el entrenador de fulano.•
Entonces nos enteramos por el colrcnador que el padre de c:sc
boxeador era bornl>lemcnte violento. !Colgaba a su hijo de los pies
para pegarle! Y el pequefio, aterrorinido asl por su padre, se babia
jurado que se volvería más íuerle que él. Cuando vela a su padre
furioso, salla volado; pero a veces el padre lo atrapaba yentonces, para
poder pegarle romo quería, lo colgaba de los pies como carne de canal,
y le pegaba. Era dramático. Más tude ese hombre se oonvirti6 co un
maravilloso boxeador: primero en las calles de su ciudad, luego cntre-
wdooc para pelear por campeooat06. iVaya que era fuerte! Y el
padre oomenzaba a sentir que su hijo era más fuerte que él, que a su
vc1 podría oolgarlo de los pies. Sin cmbugo, lo curioso de ese boxea·
dor, a6n de oiiio, es que no lograba terminar lo que comcoz.aba. lSi no
ganaba pronto por nocaut, hasta alll Ucgaba! Pero, eo realidad, le daba
mucho miedo noquear a su adversario. No quería ganar por oocau1;
decfa que eso deSl.ruía de por vida y que un deporte no debla destruir
de por vida; debla deSl.ruir por un momento, sólo durante la pelea.
Tenla escrilpulos de perjudicar al Olro de por vida, pero en írn, debía
ganar pronto si no, al cabo de uo momento, llegaba al limite y el
coinbate podía eternizarse basta que él ganara finalmente por punte»,
eo un esudo de agotamiento poco ~ético y peligroso. Por otra parte,
la mujer de ese boxeador deda que eran lo baslan1e ricos; y, scg6n el
entrenador, se ponla furiosa cuando DO se acostaba con ella, pues era
tao celosa que crela que si no se acostaba con ella, era porque se
acostaba con otra. IY mire que tenla mo1ivos para estar celosa, puesro
que habla una amante en Ja historia! Pero para ti, la preparación de
una pelea de campeonato, era de veras enclaustrarse: la diclética, total
asccsis para no perder su cnergfa cogiendo, alimentos estimulantes,
etc. Es todo un entrenamiento obligatorio, a la ve:c psíquico y flsico, y
que es aceptado cuando el entrenador tiene crcdil>ilidad: entonces es
el mentor que lo asiste a uno todo el tiempo, quejuega a las cartas con
uno, que lo d.islrae, que lo hace ofr m6sica. Se necesita mucha psico-
logJa para ser el entrenador de un favorito.
Y entonces el entrenador me dice: "No st cOmo ayudarlo para que
termine 6Us peleas."
Le contesté: "Mire, creo que durante los cuidados que preceden el
round en el que sienta usted que él debe acelerar la ventaja, y que es
fil.MÉTODO
'"
allf cuando debe ganar, le dirá cuando se levante: "Anda, lno ea 111
padre!" iY eso fue lo que pasó! Más tarde, inmediatamente dc.~pu~'
de la pelea, el boxeador dijo a su entrenador. "iCómo se te ocurrió
decirme eso! iPero de pronto dejé de sentir escr6pulos para pegar!"
10. SIN TON NI SON

iLJeg6 a intervenir en otros ttrrenos que no fueran totalmente ps;icoana·


lltic:os?

iSin duda! Pero si el enlrenador no hubiera confiado a Boris después


de la pelea: ~1Fue formidable lo que tu mujer me dijo!" ni siquiera me
acordatía do haber dicho aquello. ¿sabe? yo digo cosas que se des·
prenden do una lógica y luego las olvido. Por ejemplo, hace unos diez
días recibí una carta con firma ilegible de una mujer - una madre-
que me escribe: "Usted no sabe que nos salvó la vida a mi hijo y a mí
hace 1rcinta añ05. Sé que está enferma, y qui7.á le dé gusto saber que
todo el mundo desea que viva porque no fuimos los <micos por quienes
hizo algo asf. En todo caso hace treinta años nos salvó la vida: llegué a
verla con un niño loco y definitivamente fuera de combate en la vida,
y regresé con un niño adorable, totalmente sano, que sigw6 siéndolo
y que ahora es ingeniero elect:r6nico. Habiendo entrado desesperada,
gracias a usted sal! muy feliz." Jamás sabré lo que le dije. Debe haber
sido un niño normal, que decían que estaba loco... Y eslaba •fuera de
combate". Pero lo curioso es que, como no puedo responderle, jamás
sabré qué fue lo que le dije.

En todo caso, la [rast ú linda: "Habiendo entrado desesperada, sall


feliz.• Es un poco también la historia de s11 vida...

ISfl Pero yo no entré desesperada porque, cuando era niña ...

lYno Ita salido!

A'1n no salgo ... Como le decía, cuando era niña, pude contar con una
vieja amiga de la familia, que además fue maravillosa conmigo en el
momento de la historia terrible con mi supuesto novio. En aquel
entonces estaba desesperada. Mi madre me decía que ese muchacho
sería toda su vida un borracho y un drogadicto por mi culpa, sólo
porque yo no quería continuar el novia7,go. Sin embargo aquello me
parecía asombroso, y no entendía para nada por qu6 razón, si era
( 154 J
SIN TON NI SON

alguien tao frági~ a ella le parecía un buen marido para mi. 1Curio~o!
A causa de ·10 que me deda mi madre, hasta el momento en que U.
pasó el examen de oposición a la cátedra de lettas, me sentí compro·
metida con él. Cuando vi su nombre en la lista - cada año iba a ver la
lista de opositores que lo hablan logrado- y supe que babia pasado el
examen, le escribí una carta de felicitación para decirle: "Si quiere que
nos veamos para hablar de la palabra reciproca que nos dimos, según
la cual no nos permitíamos ser felices sin que el otro lo fuera, estoy de
acuerdo. No tengo la menor idea de eómo será este encuentto, pero
guardo el recuerdo de una maravillosa amistad con usted en una época
dificil de mi vida.• No me respondió.
Un día, digo a mamá: "¿sabes? O. pasó su examen de oposición.
-IPorsupuesto!yalosabía. _¿y porquénomelodijiste? -Pensaba
que no te interesaba en lo absoluto. - Me interesaba mucho, porque
me seotla reservada para él por una palabra. Ea cambio ahora estoy
liberada. Habrías podido dedrmelo porque eso prueba que salió
adelan!e; que no se convirtió en el borracho y el drogadicto en el que
me babias predicho que se cooverlirla. - IEres una imbécil!"
Cuando conocí a Boris - qué chistoso, no se lo he contado- avisé
a mis padres. También fue una historia folclórica cuando dije a mis
padres que estaba enamorada de Boris. IYo tenla treinta y tres años!
Era Navidad y en la ca.<a había que pasar todo el dfa de Navidad en
familia. Esa vc:7, anuncié: "Tengo algo mejor que hacer.n -lY qué es
eso mejor? -Es Boris Dolto." Cuando dije que era originario de
Crimca, papá ruea consultar su atlas con su lupa y dijo: "Por supuesto
sólo podía traemos a la familia a un tártaro!" Y mamá: "iQuiero que
lo invitemos a comer! Pero en Navidad, invitarlo a comer... ¿Qué dirá
Victor?" (Victor era el ayuda de cámara). Entonces, mi padre decidió:
"Mira, Sualnnc, Victor es nue,~tro empleado; no tiene nada que decir
sobre las personas que invitamos. -S~ sí; pero el qué dirán, ies Ja
reputación de una casa! Y recibir a un señor cuando no se tiene más
que una hija, y que parezca que ese señor viene por esa b.ija, y que uno
no sepa cuál es la situación real, ia qué te suena eso?" Entonces mi
padre: "IMe suena a que hacemos lo que se í!Os da la gana!" Pero de
todos modos añadió, dirigiéndose a mf: "lCrees que ese señor piense
casarse contigo un día? - No lo sé. Jamás hemos hablado de eso.
Somos felices juntos, as! es que lpor qué no? A mí me haría muy feliz.
- Mira, le dirás, ysi quiere venir a vemos, estoy en la mejor disposición
de recibirlo." A papá siempre le daba por darme una palmada en la
espalda, sin decir gran cosa: "Estoy muy contento por ti." Se duba
cuenra de que yo estaba feliz.
ljl> SIN TON NI SON

l'uc a.\I como Boris fue a visitarloa y aquello le pareció maramloso.


IPW'a ti era chejoviaoo, fantástico! Era 10lalmeotecomo en RUSl&.Las
pcnooa.tcnfan ideasast se iba a pedir la mano dela bija, launqucclla
tuviera cuarenta años y fueras en su aiarto matrimonio! 1Vaya, era
lindo!
Fue asl como salí de la inhibición consciente de que no tenla
derecho a hacer roi vida antes de que csmviera claro que no liabfa
echado a perder la de O., asl como me babia dicho que, si estábamos
hech06 el uno para el otro, nos volverfam05 a cnconlrar una vc;c
maduros los dos. Este año,1 una de sus hermanas murió, la mayor; se
Uamabe F. y tenía la edad de Jacquclinc. Ot.ra de sus hermanas me
escribió diciéndome: •¿No cree usted, Fr~ que podríamos vol·
ver a vemos? Juntas tuvunos momcnlos de amistad tan bcrm<>Ml&.
Todo& e.tamos muy triSlcs. l.a qucrW!ios mucho. Esa triste historia
pertenece al pasado. Ahora todoi. SOOIOS abuela, abuelo. ¿por qut no
volverse a ver?" Yo conlesté: "iNol el pasado es el pasado."

lFue Enfonces lo que pudo darles deseos... ?

Es posible, pero ni siquiera sé si saben que me apellido Dolto. lOuitn


sabe? Eran an1imedicina, antipsicoanálisis: icl psicoan~ era como
para colprse de la lámpara!

iDe todos modos, sí la ccnk1c1atOnl

Es l>O'ible. Creo mjs bien que íue a causa de la muerte de la hermana.


No lo sé. En todo caso, no di lw verde. Paro mi no 1enía sentido volver
a verlos. Oui:rJ le parezca cxtraiio, pero lo que está terminado, cstd
1erminado.

/No, tn obsolulo! Me pan:ce muy bien.

Sin ninguna n~algia.

Eso ptUtba que de W!rdad estaba totalmente temunado.

SI, aunque siga guardando un muy buen recuerdo de esa época dificil
plll'U lodo el mundo y que debió ser muy dura para él. Seguramente íuc
cspon1oso para é~ porque de verdad yo era su primer amor; además

t Hn 1988,durtntecJ primerstl'l'W:ltrc. Nocncon1r1mosi:st1canacn loe papelea de


t 1n1~·&ac l)t•ho
SIN TON NI SON 1\7

yo lcnía edad como para ser una de sus hermanas mayores. Sin 'lutln
para él era muy fálica, alguien que se respeta, muy dciCicadtt, muy
idealizada. iDe no haber sido así algún día me habría besádo! Pa,,uha
el tiempo diciéndome que me quería, leyéndome su diario. Y yo le
decía: "lPero qué puede importarme que escriba lodos los días que
me quiere? IMe aburro! Es una palabra que no debería decir, !pero
nos aburrimos! lNo se da cucnia de que nos aburrimos en esle cuarto
diciéndonos que nos queremos? iVamos al concierto, vamos a dar un
paseo por el bosque! - No, c.'ioy cansado; además prefiero estar con
usted. Tengo derecho pues somos novios. Bueno, tiene derecho, ieo-
tooces qucdémonosjun1os1• ¡y leíamos perpc1uamcote su diario ínti-
mo donde no hablaba más que de mi! iEra algo muy rarol No tengo la
menor idea de cómo pudo salir adelante ese muchacho. Para él era un
primer amor idealizado, y para mi de pronto, el encierro, con el
pretexto del lérmino jurídico "novios•, que deja de significar algo a
partir del momento en que uno se aburre como osLra con alguien que
le dice que lo quiere, cuando a uno le importa un bledo.
Por supuesto era halagador, 1pero cinco minutos! E.o cambio, desde
el punto de vista cultural era apasionanle. E.s cieno que me abrieron
el horizonte a una música que basta entonces no oía; a libros que basta
entonces no había leído; a la vida, la vida rural de Provcn,.a, que estaba
Uena de olores, colores, pa7~ a los protestantes. Todos eran pro1estan-
1cs. Era algo que contaba 1ambi6n para mamá. Incluso puede decirse
que eran muy protestantes; ya mí aquello medcslcrnillaba de risa, sus
canciones del siglo XVII en el templo, que a eUos también desternilla·
ban de risa Pero a mí ·no me pareda que fuera una liturgia. En mi
opinión parecían cántioos de niños el día de su primera comunión. Sin
embargo eran adultos, personas de la Acción Francesa que cantaban:
"El señor ial cosa ... me eligió ..., ele." Por supueslo, ijunto a eso la
liturgia romana tenía otra clase! Era algo muy social, de amabilidad
con las personas; pero no había mfslica. No existe la dimensión del
misticismo enlre los protestantes. En fin, con todo eso aprendía mu·
cho. Era la primera familia verdadera que veía. Hasta entonces nunca,
pero nunca, babia salido del encierro.

Para usted constituyó una aperlllra social...

IAbsolu1amcnle!

... y cultural.
1.111 SINTON NI SON

l!.~o cs,oocial ycultural. Hasta entonces, yo adoraba la medicina y habla


leido sobre psicoanálisis; para ellos estaba en chino. Se doblaban de
risa cuando les decía que me gustaba la medicina, que era interesante.
Para ellos la medicina era arte veterinario: lsin el menor interés!
Entonces, cuando hablaba de la ioOucncia de las pasiones, me ser;fa
de Racine, de los clá.~icos. Él, por ser opositor a lá cátedra de letras,
conocla a los clásicos. Yo decía que Fedra no dormía parque estaba
cu un estado de pasión, pero que con calmantes quizá se habrfa
dormido, habrla amado menos a Hip61ilo. Decía cualquier cosa, todo
lo que puede uno decir cuando es niño: pues en realidad tenía doce
añoo, no veintitrés. Tenfa doce años de madurez. Estaba atrapada en
las palabras, las creencias, los discurso,$ incohert;ntcs de los jóvenes:
lel Ideal! ILa puesta del sol era Dios! No eran más que percepciones
ópticas, pero no importaba. Vaticinábamos. Tal poeta dirfa esto as~
tal pintor lo pintaría de tal manera, tal tpoca lo pensaría de ésta otra.
De inmediato tenía referencias en pintura, en m6sica, en otra lengua,
eo poesía, Cte. Además eran jóvenes. Corrían por el carrascal, por la
noche trepábamos por los encajes de Monunirail. En el Vaucluse, por
la noche, los peñascos son como los dibujos de Víctor Hugo que
representan un claro de luna. Eramos toda una pandilla Ja que escalaba
esos peñascos. Había que ser el primero al claro de lona, sobre Jos
encajes de Montmirail. Nos daba algo de miedo porque no se veía
nada, había animales que corrían ... íEra apasionante!

¿Yfa alondra del Veldon 7

ILa alondra del Verdeo es un recuerdo imperecedero! Una alondra


saü6 de las gargantas del Verdon, ysubió cantando casi en vertical para
regocijarse en un canto extraordinario, a plena luz, una vez fuera de la
sombra del Verdon. Para mi, es inolvidable. Y todo aquello sucedía en
un ambiente de jóvenes, pues éramos una decena. Para ir al Verdon o
a los encajes de Montmirail, otros jóvenes se nos unfan. Era fantástico.

Un dfa, al hablar de la olondro del Verdon dijo usted: "Ese ca/l/o de


alondra me hizo creer en Dios.•

SI, absolutamente. De verdad era un alba virginal de primer día del


mundo. La Creación ... Todo el mundo dormía. Era muy temprano por
la mañana. Estaba despierta y vi ese espectáculo, sola...
Para volver a esa vieja amiga que fue tan buena conmigo parque
entendía mi desesperación cuando yo era joven, me decía: "lSabes?"
SIN TON NI SON

Tu pobre madre pasa por un momento diífcil. Además date cucnla Je


que nunca fuiste como los dem'5 de esa familia. Cuando nací.te ""
dije: •¿Pero qut viene a hacer esta rana a la charca de los pat04S (u ese
pato a la chatea de las ranas, ya no recuerdo cómo lo decía), en el
sentido de que siempre estabas alegre, reías todo el tiempo. Tenías una
presencia extraordinaria cuando eras pequeña, al grado de que nm
scnúamos incómodos cuando nos mirabas. Me senúa casi incómoda
conmigo, por lo que podías leer en mí cuando me mirabas." Ella
bablaba de la época en que yo tenla dos o tres aiios.
Esta mujer tenla hijos de la edad de los de mamá. Su ma:ido, que
babia $ido un compaiicro del Pofü~ico de papá - eran del mismo
aiio , bab<a muerto muy pronto, dejando tres hijos. Ella era en
extremo aficiona.da a la m4sica, y él también. Mi madre, que era
pianista, quería mucho a esas personas porque iba a conciertos coa
ellos, y ello. orpniz.abaa reuniones de m6sica, como siempre se bao
hecho en casa. Esa m6sica cotidiana era otro factor que daba cohesión
a la familia todas las noches.

Que duba 110 s61o cohesión a la familia .ri110, en una palabra, co11srltula
el lenguaje de la tribu, el lenguaje com1ln.

El lenguaje com6n.

Ése era ti único momauo en que todos hablaban t!I mismo lenguaje.

iNo! Era el lenguaje "mamiano", el lenguaje de mamá, porque mi


padre no tenla cultura musical, aunque adoraba la música.

lNo tocaba ningrín i11strumen1ol

No, pero 1eola una voz admirable, cantaba entonado, cantaba de todo.
Mj madre se sentaba al piano y mi padre cantaba todas las operetas,
las melodías de Duparc, las de S1rauss. Tenía una V07 natural. Y yo me
metía bajo el piano para escuchar feliz la voz de papá y el piano de
mamá

P<N tanto, con la música 11oS1td no ero ni diferente, tú rechazada, ni estaba


loca.
lNo! En absoluto. Era algo en comOn. Algo que era un acuerdo: no nos
peleábamos. Y en la vida familiar era importante la música. Al.I JlU<'\,
lfil SINTO~NlSON

taandc• habl.a un ani!Jenario ímportalllc, maú invitaba a m6'icoL


Dcspab 1fe la cena, C011 d pasrcl de..,,_.,,se abriao las .!Jricraa
que Jali.an al ulón. y el c:oacierlo .,._.,aba ca lloao< de la pc....-
,,.yo uM:nario fo.tejábamos cae dll.
RCGUC:tdo IOOI trciota y uco añOll de m1 110 Pkrre que murió CD la
guerra. el Uo cJipico, el bem1ano de mami! Duraalcsu último pcmu·
M>, hubo un concierto solxrbio que dieron una p~ un violonce·
lista y un V10lioi111a que tocaron durante una hora, una hora y media
pera ti. y que CllllatOn también pan íclici1arlo por su cumpk:añOI. Y
lo mismo en mis doce años. Fue mds tarJc cnt(>OCe&; Jaoqucline murió
el JO de tcf'IJCmbre y yo cumpli kis docx anos d 6 de noviembre
sigu1en1c. Ma.mÁ debla scDlinc culpiblc de la -..ncra como me aplts-
taba. F-'l!OkCS. romo DO qucria dar una ÍICOU lllcgrc, rue una fiesta de
llllW<ll piira rcsicjar llÚ5 ~ allos, pon¡uc oamplir doce añal es alJo
impwtalllc. Un piui:ll.a y"" 'ioltniua rucroa • tocar db - ya no
recuerdo de quito para mi. Pero era alpl importante. Eta una
tircunslancia en la que lo hODiaban a uaocomoscr humano y no como
oino. Eunba muy me1dada c.•a educacil>n .il c~tilo ari.<1ocrltito Je
pcqucna corte, de pequeña oortc íur.icmburguc:.sa ...
Mu tarde, para ícstejar los \'Ctnti6n llll06 de Pierre o de Jcan, y• DO
recuerdo, hubo una ficsi. a la que "' 111vi16 a Y\'CUC Guilbert coa ws
guante. ncgrm_.

Sf, pero en cae lllOOIClllono loa:ibla ' C:omo le dcda, se íuvit6 a Y~uc

' cr.t •t-u. '"'·Cll, PP. 161 si.sJ


>11( aquf cómo" oonoac.ron 1 u¡V~ l 'me.1 JoMI (/a"'"º /'0tum'tltSJ1r;PnW
frtutl, l'a... PU•, IM. L UJ. pp ISS-U6):
t·P..,1wo cataruado de: rcalnr e• apu [1927) \In e:,nnpbr de las MttltOllW OI
Ywnc Ovill>cn... C1.mot11 cantatu~. I) alO antcnor, con •11 sot>nna EVI R.oKnfcld, la
a1uan1c le babí1 etMiado st.t fCIOf;Tlrí• ~'°"la a,:utcn1c dcdicatona: 'A un ir-• wbio,

-1*1-
dt 1IM 1n11&11·, 7¿j k ~m~ntc d tw11pl.KIO. Se Mbfa~...too tlAO
de ............. - - - . .. ,... a-;. do 11 - O..rru<, .._
--*
-ba
-'°"a "*>Cn<aa. loo I"""' 4la& .... pood en Paño en
ID9. A pen.at de m7,,.... falió a kJI cmncnca ..... cpe Ywttc G1111Act1 d . - •
V1C11A,7oeb.._....__.J._.-....., .... •A1pa1«<17011mbá
ICpl lot-d< f rnd. ca la épora del e,...,...,.,.
l'anil ca 1931.
(1Yli1btrt 1.1na di w CJplntuald cw:iooh Od periodo de . . conacnoa pn~
a Ywttc

1rc1n1.t 7 dtiro l60I antes: <oe JU cnfaato l!C'Olh•~ me a \1\11\llÓ a aunar al


imun1c ...
f·.stnl\u Clk"\llC_nlro, en iodo u.o. cte )1 de 0Kte.mbre de 192.A Y'YCnc Ciullbcf1, •
11,1 YCi. lpon que cut• rrcritc: 1 la (uhu• Prtl'l(bUlC Dolto qu.c:n. como ahu,.1n• de
fllmof1111 ae a~n.. ¡lktinlbft: a. ccoria s-iC01NlftK1i ,!
SINTON NI SON

Guilbert a cantar en la velada para festejar los veintiOn años de rk ro o,


sí, eso es, de Pierre, a la cual mamá había invi1ado a algunos anugo-.
Cantó: "ella tenia un ombligo en forma de seno", usted debe conocer
la...

iNo, en absoluto! Disaí/peme.•.

"Ella tenía un ombligo en forma de seno; cualquier otra habr!a prcsu·


mido, se habría creído... Pero a fulana de ta~ aquello de tener un
ombligo en forma de seno Je parecía muy natural, iy no hacia de ello
un misterio! todo el mundo podía ver su ombligo en forma de seno...
No por ello se creía una persona extraordinaria", etcétera.
Luego venia "El fwcrc qt1e trota"; en fin, todas esas canciones de
su repertorio que interpretaba de manera exquisita. Ya estaba grande
y bastante obesa, ipero tenía una presencia, una inteligencia de expre·
si6n! Ffjese, es bastante curioso: por un lado, estábamos muy encerra·
dos en nosotros mismos, y por el otro, habla esa apertura cultural al
mundo, de cierta manera.

En algunos famílias también colgaban retratos. lEro el caso de lo suya?

No, pero yo pintaba.

iNo hubo alg(m pintor de la época, famoso, que hoya hecho su retrato?

iNo! para hacer el retrato de Jacqucline justamente buscaron a pinto·


re.~ que hicieron horrores más grandes unos que otros a partir de fotos.

lM6s tarde nadie hizo su re1rt1to? lNingún píntor?

iMás que yo! Pero el escultor que ho.o el busto que ve allá,' era
Lipchi12, quien despues se volvió un escultor muy conocido. Ése es de
la época en que Lipchitz aún era estudiante, antes de la guerra del 40.
Era un paciente de Spi17_ Y Spitz me había preguntado si no quena
posar para él porque no tenfa dinero. Era muy pobre y necesitaba

• Pra~ise Ooltonos:seft.ala un busto en su bíbU01ce1.Jacques Upcbitt(l891·1973),


de Origen lit"uano. íorma parte de la Bscuela de París. An1e.i: de la prrat su obra C$U[
podcl"O$lmtnte marcada pote! C'ubismo; más tarde, desde 1941,cn ~ladoc Un~a.c
~lve hacia un liris;mo bam>co y pcxlcroso. To<lo!; loro grandes museot> del rnu~o
poseen esc-ull'uras Suya$.
SINTON N1 SON

1110.Jrloo. Acepté. Más larde, cuando 11 guerra "la guerra boba'" y d


txodo llegaron, puCSlo queerajudio y sabia quecorña el riesgo de que
l,l agarraran, se fue a Estadu. Unido&. Spitz csuha ya en &uidol
Unidos y le íacilitó el viaje por Li>boa. Y se convirtió en uno de IOI
grandes escultores modemoe.. Pero t.c ea un estudio naturalista.

i Y usted hizo autOtrrtratos 1


Hice mi autorretrato varia.~ vece.~ cuando no sabfa qué pintar. e n
realidad me gustaba pintar intcriorc.\ y naturalezas muertas, a la
acuarela o al óleo pero nunca CSludié de \'Crdad. Hiee carteles. Me
babrt1 gu•tado pintar, pero mi madre temía que conociera pintorJUC-
los, como dcda. s Temía por mf desde mi infancia. Decía: "lEn qué
acabar' é>ia cllalldo le soltem°' la rienda?" Era juslo lo que dccla e.a
yjcja amip: "1'u madre siempre temió por tí, porque CSlabas dj,.pucsta
a interesarte por todo. iTu pobre mJdrc, con sus ideas cortas!"
¿Ysi no hubiero sido psicoanalista, q11¿ habrla dtseado ser?

No lo sé. Sin duda ceramista. Me gustaba mucho, tenía mucha habili·


dad manual e hice cerámica. lnclu~o expuse. Pero, volviendo a mi
madre, ella me deáa que era monstruO!kl. Pero me lo decfa lcómo
decir? - por supuesto no con amor, sino con resignación. Eso~ oon
resignación. Me miraba y luego, al cabo de dO> minutos, )'O le dccla:
"lOué~ mam6? - Tccsroymirando Simplemc:ntecrcsmo~ruo­
sa. No pucdcsc'<itarlo, asl eres." Yodecfa: "iPcrocso nocs agradable!"
Ella respondía: "Así son las~\, no puedes evitarlo. No es ni agra·
dable ni desagradable. !Eres morutruo.\a!" No sabfa qut querla decir.
Sin duda era una verdad. Era porque no pensaba como ella. Lo
chistoso era cuando querla agradarme. Me decla: "Busqu6 lo que me
parecfa más foo. Espero haber encontrado lo que te habrln parecido
más bonito, pues siempre tienei. idc:& 10lalmerue contrarias a I~
mlas." !Pero de veras era para agradarme! A veces daba en el clavo:
en eftc10 llegó a encontrar alguna tela que me parecía magnífica y que
a ella le parecía homble. A veces encontraba algo que me parcela tan
horrible eomo 1 eUa. CUrio5o, i.eh? C.Cómo comprender eso? Pues al
mismo tiempo me quería mucho.

• Nombre dado al perfododc guemquc prucdióa la i~ aJcm.tna (sc:p11embre


1m1mayo r.MO). ¡r.)
Mti 11rdc. Fnn~i.k Ooho na: t0nít6que hr.eb'• du&ruido lodOIJUI automt rllOL
1'n cambio, cn<'Onlramo& s.usc:RU)'05 de C'lrtclc.. pubUnuuiO& que pame haber prucn·
"°"
1Ido e ft ronru
SINTON NI SON

En uno palab10, ddlfa haber varios tftnttntos tn juego. P<JTun /11d<1, """'
temer todo lo que podio suude1'~ dtblo ulllir WU1 culpo sin lim•I<• ""'
resp«tou usted. P<JT orro pant, paro tt!mutodo lo quepodía onptr~r,
sin dudo ttnla mmlo de que ~11/izo10 usttd los deseos de tllll, m su htgor.

Eso me dijo. Cuando Oolto y yo nos hicimos novios oficiales y CSlaba


a punlo de casarme, mi madre fue a verme y me dijo: "PeTo bueno Lqué
era todo ese llooon O.? - Jam:ls hubo el menor Uoooo D. INadal" Y
Je cuento lo que hacíamos juntos. "Pero entonces, lpor qué le hiclstc
su novia? Porque oo me dabas permiso de volverlo a ver si no nos
llamábamos 'novios'. - Por supuc..to, porque una muehacha que fre-
euen1a a un muchacho debe ser su novia. Cuando lo ha visto tres o
cuatro ~ o están hechos para ser n<Mor; o enlooces se scparu..
-•Por qué? Potque no existe la am1>tad entre hombres y mujeres.
- i Pero íijatc, sf existe entre hermana y hermano! Tengo cinco herma-
nos y soy muy amiga de ellos. No n<» parecemos, tenemos opU1iones
diíerentcs pero los estimo, los quiero, y haria iodo lo qoc pudiera
ayudarlos si me necesitaran. E.50 es amis1ad, no es deseo sexual." Al
final dijo: "IJamás te entenderé! !Yo o los diez años sólo sonaba con
eso!" Por cierto, es curioso, en ese momento me contó que a los diez
anos habla conocido a un tal Philip Marcu, MAR.E.T.T., sin E, de
padres ingleses y protestantes; su madre era amiga del padre de ella.
Y ella flirteaba, se manoseaba, se masiurbaba en los riooones con él, y
aquello le parcáa del todo oonnal. Añadócndo: "Uamás pensé que no
conoácras toda la verdad sensual cuando tenlas dieciséis años!"

i1i1vo la ingt:nuidad de duir tso7

IS!, sil Pero le contesté: "Sin embargo 1e lo dije. T6 me preguntaste qué


hacia con O. Yo te dije: lNada! IMe besuquea y eso me aburre! &o
fue lo que te dije, pero t6 me respondiste: INo te creo! iErcs una
hipócrita! Me creas o Do, leso no cambia nada! No quiero volver a verlo
el domingo. Estoy de acuerdo en que nos escribamos, peTO vcl'1C lno!
La idea de verlo me agrada, pero la realidad roe pone los oeivios de
punta. Y él oo comprcndl'a nada: ni siquiera sabía lo que despertaba
CD m~ que no tenla palabras para dcdrsclo.•
Entonces, cuando dije eso a mamé;•¡ Pero entonces es extraordina-
rio! LNo lo volviste a ver?" -1 No lo voM a ver porque ro me dijir.tc
que no me dabas permiso de verlo! Además, qué quieres, iroe aburrlu
con él! Pero si DO hubiéramos sido novios, todo habrla con1inuado
como antes. Y más tarde, qui7.á un dla nos babrlamos hecho novio•
...
Jnmhtc e1irnpreodlyjamú tecomprcadcrf. Y ClllODCC$,COD Oolto,
Lea 1,, m1•1M? - Con Dollo es algo muydi$1in10. él es verdaderamcatc
rni aaunlc. -LCómo que tu 1u1w1tc? IV me lo dica uf! -iSI! ISi no
f11C1a ul DO me caurill coa tll - No te wmprcndo. l.Y la palabra dada?
¡Ya ao hay polabr& si ya e.1án ¡llllloal - Yo dart mi palabra el dl'a del
Stnor Alcalde y del Señor Cura, iao le apures, mamá! Yo no la
cnmprendla y ella oo me comprendla. La verdad de la. cosas, ea
realidad. ea que ella hab6a tomado CX>mO diJlcro contante y $0Danle 105
muoscoadc a1ños de d"'' a doce anuo, coa su Phi1ip M.uett. "Ya,..,.,
me árjo. lya o.taba dc..tuuda a l<>J M&rctt(e) desde lu& dicr a.ilOll"
Boris y )U decidimoa ¡untoa CMsarnoa en mayo. Así lll8llá lcndrla
tiempo para reunir cu~>ne5 de racinnamicnto para hacer una lles11 el
dJadc la l>o<Udc su hija. i~DloDo:6 Bori.dccidc que no podlaei.rcrarl
lEra WI celo.o tcrn"blc, cxtraordmario• l°"6pub mc di cuealJI de que
se dominó tilda su •it.lil! De hecho c.tll'<irnos a punto de sepuamoa 1
causa de eso al principio; y ruc justamente cu .;.¡a amiga quien me
dijo: "Míra, no.contl. Uo hombre cel0i0acsegndosufrir61an10
que te bari ínrcliz y eso echar! a perder su Wb •
Pues bien, iíue el daa coque dcbíamoo romper lo cual me el.iba
lllla t.rú.tc7.a enorme · cu.tado nOI hic11D01 novio~ dcfmitiYamcatc,
como suele •llCCdcrl A partir de coi once., sc dominó. A mI aquello me
b:ola .;., cuidado, ioo cocnprcnJla! Uamú comprcodi1 Jamú íui
cdosa.

iDe vuas qut ti afecto no es su dimens16n! ilncluw creo que ts 11.fttd la


pusono m4.r cxtro«chnonamentt e.orr11tt de afttto que ht cOllOCido!

l Carcatc de afécto? iVll)•. qut cwtOIO!

Quit10 dwr s111 bifasiJ psicol()gico.

Mw, 11sttd no se ~Ita, no tS u/oso· id<>nd• est6 ru ufecto1

E.o rcalid.aJ., cuando ti intentaba dar111C celos, me daba trislcu, peso


me dcda. "No le ba$tu; no e• n~ del olro mundo, ca un hombre lao
comple1u, 1an rico. que una sola mu¡cr como yo no le ba$ta. iPoT
for1unahayocrast Escapa1dc hacer u muchasíelic~. A mino me quita
nada que qwcra a otra • Lo cual era t1cno. A \'CCCS me dccla· •esta
nocbc no vengo a la aiaa. r.No lllC preguntas adónde Yf1f! Creo qt>e
SIN TON NI SON
vas adonde debes ir. No creo que sea asunto de la esposa saber ndl\ndc
va su marido. Sigues siendo libre. Yo estoy segura de ti: le qui<!ro, tu
me qtúeres. Haces lo que tienes que hacer. El día en que pienses que
tienes que declrmelo, me lo dirás. ¿Por qué me dices que no te
prcgunlo adónde vas? lTengo que pregun1ár1elo? lMuy bien! te lo
prcgunlo ¿adónde vas? - l Y si fuera a ver a una mujer? - No me
sorprenderla, porque todos los hombres engañan a su mujer. No veo
por qué yo n<> iba a ser como cualquier otra. Quizá me engañas. Pero
además, leso es engañar? Y engañar ¿que quiere decir? No me dijiste
queserías fiel. Eso no impide que podrías ser fiel a olra persona. -lY
tú? -!Yo, es diferenlel Yo te elegí. Te dije: eres tfi o nadie, definiti-
vamente." Pues cuando lo C-Onocí habla entrado a la castidad definitiva
desde hacía dos años, !porque habla C-Onocido demasiados hombres
que querían stúcidarse! Nos acostábamos, todo iba bi"o iy luego
querían stúcidarse pc:irque oo me casaba con ell05! iY eso con el
pretexto de que nos habíamos acostado cinco o seis veces y que era
formidable! Cuando uno es J>$Ícoanali1.ado, sabe muy bien que el
ochenta por cjeoto de las mujeres se van con el ochenta por ciento de
los hombres. Uno siente muy bien que si aquello no funcionó, no
funcionó. Es La juventud: se es joven, les normal! Además no siempre
se puede hablar, !no siempre es intcresantel Acostarse siempre es
interesante, aporta algo nuevo. IPcro para mí habla terminado porque
estaba baria de historias de suicidio! "i Pero cómo! iToclo funcionó
entre n<>Sotros ¿por qué no volvernos a ver? - Todo funcionó cuando
se trata de acostarse o dormir juntos, de cenar junt<>S, lpero no hemos
pasado un solo domingo juntos! - iPorque usted no ha querido!
- Porque me aburriría con usted." Y lo decla con franqueza. Dice que
no tengo afecto, ilo tenía!

Justamente, cuando 110 se riene -o muy poco- afecto, se es cap01 de


hablar tan claw. El afecto es o la VeJ; es cieno, el énfasis en el cual 11110
se embrolla, del cual uno no se libra: las peleas cuando se juega a las
coitas, los celos, la rivalidad, fa ambición, el oportunismo, todo eso...

IEso no me interesa! Para mf es tiempo perdido.

E11 efecto, no es interesante, no es rico... pero, al mismo tiempo y de


manera poradéjica, el afecto implicacie!fo respeto a las fonnas de la vida
social, cie.tta manera de no hablar con cntdezo.

De no expre.~ar lo que uno siente.


S!NTON Nl SON

11-:wno! Alguim q11e u prisionuo de su aft:Cto, es algcden a la va capaz


dt /tour, por ejemplo, una escena domúllca upantosa, didendo cosas
1m·trosl111ilu, y tu~ hocergolo tk exquisita url>anidody no dttil, sobre
()/IO tmra, lo que siente y lo que pitnsa tk ~rdmL

¿Y eso quiere decir una persona sio afedo?

iNol IEs una persona tk llene m el efecto!

Intento documentarme, lcomprende? ... ¿Es una estructura la quo


tiene afectos?

imene UJted una villllidadlf • IPuo eftellWJmente, el afecto, no u para


nada su modo tk funcionamiento!

iNo, para .,.da! Como le decía, tras haber decidido casarme con él,
jamú le fuocioo6 querer darme ocios. Incluso conocl a una de sus
amigas que sin duda era su amante, una mujer extraordinaria a quien
yo comprcndla por completo. Ahora está muerta. Una maravillosa
kinesilerapeuta médica, muy inteligen1e, un poco las dos cosas, que
quiso a toda costa saber si yo sabia que él se acostaba con ella. Yo le
e.xpliqut que no me interesaba: "Mira, lo que sucede entre t6 y Boris,
u su problema de am.igos, de amantes, de lo que quieran. Su mujer wy
yo, y no tengo ninguna necesidad de olr hablar de cUo. No me sorpren-
de que te haga tan feliz romo a mt• Y es la 'udad. Es el •maucr of
fac:t", como dicen los ingleses; el inglés es el idioma que lo dice mejor.
En francés no se puede decir tan bien. Los hechos son los hechos.

Es usted u11a realista, Fran~oise.

Sí, sí. Y no puedo ocultar esta realidad. Los deseos y las necesidades
'En la m11ma vena. vate ta pe-na contar ll anicdota de dOIL'QQ'i'Crsaciona tclcrdní·
Cll.

F.ic - · :19 de mayo de 1988 .... 20:30 i.o.... - . . d ....


pobodolo. &Catbcrmequc lb los buc--hcs asu -rey lc: fOfP"Code, 111<1"'°
...__Se · - 11
k!Jlqu1t~quc: tlle<Stttnbo¡•rwlo En•-"'"-' •1No1e•?1t'C5! bloycomo
•~AdclllÚmeeaoydcxwncaW>do. llmo¡lnt1<queal paroccryuemc reblaodca6
11 cr.tNt'lvr11'" Cart'*JldU 1 uno y otro lldodel aunculu.
Al ottO d(a, c.l lund 30 de mayo. CAi.moi un poeo prco:upad05 de las pmiblcs
IC:CUtlü de ta.oto trabajo. Llamada lcleíónka, Pnin~ilc rapoode al instante: "IAhl
l.í',1ua1ed?0u6 ¡us10 mcdaolrto. D<gamo, l.no k>C canid dcmasi.ado ayeroon todAll mil
bU1t{)nü?" (P111bras exactas.) Con\4Cf'AtnOI un buen rato, luego. de t.to jalón: ''IAhl
L.\eibe'1VoM1 ref\uionar sobre.su U:o de 11 citf'\ICl\11'1 pcicótira. No tiene fundamento,
rorqut .. pMCClla. prcdlltmen1e, es dcseatNC1Vtlnte• Jdc).
SJN'lON NISON
de encuentro que podía tener Boris, me haclan sufrir. Me hllclan aulrlr
pero no por eso iba a guardarle rencor al otro. Me hacia sufrir "''
insuficiencia. Intentaba paliarla cultivando otra cosa que pudkra ante•
resarlc, pero sentía que yo era la <uuca mujer para él Ademú ae lo
dccla: "No puedo estar celosa porque st que sólo yo puedo aer tu
mujer. "1e necesitas, te necesito; yaunque tengas otras.eres mi hombre
y es todo." él: "No es cierto, lte importo un comino!", pero los ólt1m06
quince dlas de su vida fueron extraordinarios: un viático de amor.
Sorprendente. Me dijo: "ll!ntooces, es cierto? lJamú me engañaste?"
1E!ra extraordinario! LC6mo querías que te creyera? iUna mujer como
1ú! IYo no te llegaba a los talones!" Y yo: "ipero si era yo la que no te
llegaba a los talones! INo te das CtJcnta!" Es tan curiosa, C51a vida. Y
por eso pieDSO que no puedo no esperar encontrarlo cuando muera.
Por esta rat.ón me alegra tanto como,;,¡,,
Viva, soy muy feliz con los niñoo. Pero muerta, 110 C51art tao
separada de ellos, estaremos junto.. Estoy coon:ncida, es una posibi·
lidad. Tal ve.t me dé con la puerta en las nnrices. Al menos babr6 vivido
reti7.; adcmá\ espero poder seguir asistiendo a los niñns que a'1n lo
necesitan.
Me parca: tonto decirlo, sin embargo creo en ello profundamente:
vivo de esta creencia en Ja presencia de los seres que se han amado.
Sucede qt:~ eso íuc Dolto como aman le y como alter ego y, para mi, es
algo irremplazabic> en la ciernidad de ki. ticmpos; es algo que no tiene
tiempo ni ei.pacio y que esU en un actual eterno. lPor qu6 entonce.
110 habría de encontrar ese actual cierno al otro lado de ese moot611
de átomO& que YIOran juntos como el polvo eo el r•;" de lui, y que
UamamQ6 un ser humano? Sabemos que estamos formados de •tom.x
tan sepsrndo5 uoos de otros, que aquello se agita como los movimieo·
tos brownianos y que dan como rcsul1ado un cuerpo con sus huesos,
tripas, e1c. La única cosa importan1c, es la relación que existe entre
seres que se creen humanos y que, un buen día, dejan de serlo. Y que
están Lad6ndc7 No lo sé, pero siguen estando en la relación.

Puo esta conllÍccif>n -buoio, hasta donde mtioulo- usted no 14


stp0m tü ser analista. E ir.e/uso la símte m6s profundo, m6sfundamm·
IOL-
l ...dc ser aoalista? iSI, sin duda! 1sin duda! Es más fundame111al. Para
mi, la vida con los invisibles que no conozco -y no voy a inventar, a
averiguar cómo son- es tao imporlante como la vida de los Yi.~iblc~.
No soy para nada una curiosa de la parapsicología, pero vivo tanto rnn
1611 SlNTON NI SON

gente invisible como visible. Y, algunas ve<:es, me digo: "No st en


absoluto quiénes son aquellos que me rodean pero no soo malos, no
quieren perjudicarme. ¿Pero qué viene.o a "11cer a mi alrededor?"
Luego pasa. Era sólo un momentito CD el que CSLlba rodeada, agt, de
un montón de cosas un poco embrolladas... Entonoes me pienso, me
picoso conmigo y me digo: "Boris, ¿no tendrás unos fanáticos?" Y
luego pasa, porque pienso en otra cosa y estoy ocupada en la vida.
Estoy un poco loca, sin duda. Es cierto. En todo caso. comparada
con otras personas. Se lo digo porque estamos eo la intimidad y ya no
viviré mucho tiempo. Además, quizá sea eso lo importante también
para un psicoanalista: cuando no sabe lo que sucede, no dioe que no
sucede. Dice que tiene pcrcepaones que probablemente sean Canta·
sías, ¿~ qué no? Y también es por eso por lo que, aplicando el
método, siento que hice todo lo que tenfa que hacer. Que el resto no
es asunto mio. Cuando las personas entran CD estados que me 11as1or·
nan, como a veces sucede al final de la sesión. itcngo una especie de
descargo! Ahora es asunto de los invisibles: "Encárguese de él porque
yo me encargo de otra persona." Y no me preocupo por los pacientes,
lja.más! porque se los be encargado a un mundo in"isible. Con su
~odo propio. Yo no tengo mis que el mio, mi rollo; no puedo hacer
más. ..

Yo les e1ciugo a dios que~ e1co'll"tn de si mismos potqUit no creo e1


ne mundo invisible.
S~ lpero es iguall Es lo mismo: contener la idea de su poder para el
llSO honesto del método.

rTotalmtnte! Te1emos uno funci6n y eso es todo.

&o es. Por completo.


Sin embargo, para volver a nuestro matrimonio, a Boris y a mi,
finalmente adelantamos la fecha. En vez de mayo, nos casamos el 12
de febrero. Hablamos pasado ocho días en el bosque de L'Aiglc. 1&
formidable Normand!a en pleno io~! Cooscguimos la dircccióa
de un guardabosques que tenla una casita en medio del bosque, y en
el verano alquilaba habitacioocs a parisienses, a los R., enlto otros.
Catberinc R. era una de mis compañeras de gencraci6o. Me había
dicho: •¿&bes? co invierno, en el bosque de L' Aiglc, los 8. los
bospedarin si lo desean. Adcmú tendrán gallinas y conejos.• Es que
era duran le la guerra. Estábamos contentos de ir. Y ocho días despu~s,
SIN TON NI SON 16'#

cuando rcgreumos de ese viajecito de lulla de mie~ si puedo llamar~•


as!, Boris me dice: "lNo cspcraremo& hasta mayo para cas&rllO\!
_¿pero eso qut cambiará? Vivimos juntos. -iNo, no! No vamoo. a
esperar para casarnos porquc quiero vivir bajo el mismo techo que
usted. No quieto que vivamos uno por un lado y el otro por el Olro.•
De ordinario yo iba a su casa, pero ti quería que buscáramos un
apartamento. "Podemos encontrar un apartamento sin estar casados.
Lo tomaremos en mayo. -l No, no, los papeles tienen que estar en
regla!'' Yo digo: "Bueno, ¿por que no'/ ¿Entonces cuándo nos casa-
mos?" Después de calcular: •A principios de febrero." Le respondo:
"¿Tanta prisa tiene? -lOaro que si! _¿y de qué? -IDe que sea
mía!" Curioso, ¿verdad? Enlonce.'1 avis6 a mis padres: "La boda se
Uevari a cabo mucho antes de mayo.• Entonces mamá, adop1ando el
aire de quien ha comprendido: "Bueno, CSlá muy bien, ustedes son los
que deciden...• Luego, uas un silencio:¿ Yqut?, lel bebé llega pronto?
-¿Pcroqutbcbé? -lOut nocs1,scmbarfl7.ada? -!No! _¿Enton-
ocs por qué se casan antes? -Porque Boris quiere que sea su mujer.
- 1Qu6 curioso es!"
Más 1nrde, cuando Jean nació, mamá fue a la clínica a verme. Bori.,
me preguntó: "¿Quieres que tu madre venga a ayudarte para el parto?
-IDe ninguna manera! lDe que servirla'/"

En efecto, antaño la costumb" UtI que f11ua m6s bien la madle y no el


marido quien ayudma en el parto.

S~ también en Rusia debe haber sido asl. Pero dije a Boris: "ie:1to ya
no e:¡ un cuento de Cbéjov! No vale la pena. Mamá ya no está en Par15,
e:1u\ la guerra. lC6mo vendría? Los metrOc'I casi no funcionan, luibrla
que caminar mucho. Va a angustiarse. ¿Para qué? Le avisarás cuando
el bebe haya nacido." Fue lo que hiw. Mamá llegó; se quedó ali!, toda
tlmida frente a su nieto. Yo tenla el bcbt en los brazos y le dije: "lNo
quieres cargarlo? - No meatreverla. -lPero por qué? - Pensaba que
oo querrlas que tocara a tu hijo. - iPero si eres su abuela! - IS~ es
cierto! No comprendí por qué pensaba que no querría que 1ocara a mi
bcbt. Yo e:1taba muy feliz de darle un nieto. CUrioso, Lverdad?
Otra cosa curiosa sucedió un dla, aquí. EUa YCnÍa a comer todo$ loe
jueves con papá. Una vez, tras reílexionar, me dice asl como asl:
"Mientras mú tc veo vivir, bija mla, m.6s me conYC020 de que no sabu
lo que es e:¡tar casada." Yo digo: "lAh si'/ lPor qué? -lPorquc tu
marido es maravilloso! - ¿Y los maridos deben ser cspant~s? INn
sabes lo que es un marido! Él es maravilloso, le quiere, se ocupa dr 1i.
l"/'I) SINTON 1\1 SON

Sí, lpero papá era así! -iOh! él era tan secreto, tan secreto; no
hablaba." iEotooces cUa explotaba! Y eso Jo hacía polvo. Y €1 la
adoraba.
Cuando Boris se enojaba con los niños, yo no bacfa caso y luego, un
momento después, dec(a; "iBasta! Ya hiciste tu papel de pater familias,
ahora déjalo!" Él me decfa: "SI, tienes ra26n", y listo, iya no hablába·
mos de eso! No se ponía de malas porque se lo hubiera dicho. Lo
aceptaba muy bien. Había hecho lo que tenía que hacer, había gruñido
como el 050 debe gruñir a los osemos, luego hablábamos de otra cosa.
E.a algo muy vital. Mamá decía: "Se ocupa de sus hijos - iPero es
norma~ son sus hijos! - Sr, pero tu padre me dejaba hacerlo todo.
!Además tu marido no re pide cuentas!" Es cierto que mi pobre madre
pasaba el tiempo escribiendo: upierna ... calcetines... lavandera, etc.•
Y anotaba no importa qué. Entonces lo decía: "lPero por qu6 escribes
cualquier número? - Para que la cuenta cuadre al final, si no tu padre
no está contento. Ya te imaginarás que me importan un cuerno las
notas de la lavandera, pero debe ser veroslmil -Pero mamá, les una
vida impuesta! CPor qué no le dices que no Jo harás, o que las cuentas
saldrán como sea, o que has gastado tanto y no quieres saber cómo,
que no oompraste cosas para ú? iAdemás él sabe muy bien que todo
es.o es para nosotros! - iAh!, pero tu padre no es así. Las cuentl!S
tienen que salir exactas, basta el último centavo, si no debo invcsúgar
duraJ>Le dos horas qué pasó con el dinero."
Y era cierto. Pero eUa se lo permiLía, en vei de haberle advertido
desde el principio dicitndo!e: "Lo tomas o lo dejas. Yo oo hago mis
coeDlas así, no soy una cocinera," !Pero no! Y 61 era obsesivo coo sus
cuentas. Compraba el diario, sacaba su cuadernillo de apuntes y
escribía: "Diario, 0.20 francos." A mf eso me hacia reír. Le decfa:
"¿Tienesqueescribir: diario, 0.20francos? -Uno siempre debe saber
adónde va el dinero, io es el despilfarro!"
Sin embargo, mientras por un lado ahorraba haslll en cerillos, por
el otro nos bada regalos completamente inútiles y grandiosos. Así era
papá. Cuando digo "regalos inútiles", pienso por ejemplo en el becbo
de que oo podía ver un malelin de viaje soberbio, coo cabujones eo los
frascos, cepillos de marlil, sin comprarlo. Asl, cada dos años, ioos
compraba un maletín de viaje que nunca utilizábamos! No servia para
nada. Pero para él era el regalo que se hace a la mujer que se quiere:
se le obsequUI una maleta. Cuando mamá murió, tenía seis maletines
de viaje acumulados. Yo, a los doce años, babia tenido tres. Era muy
curioso.
También estaban las alhajas: le gustaba mucho t:racr un collar de
perlas o un anillo. Y lo hada de sorpresa, lo cual generaba una reacción
SIN TON NISON 111

ambivalcnle por parte de mamá. Recuerdo un día en que él le dice:


"Vi UD anilloCJtraordinario." EUa le preguntaba cómo es. Por la nochil
ile lleva el anillo •ex1raordínario"! Y mamá: "ibabrla preferido elegir!
Ouiú en Heurgon había otro anillo que me habría gustado ~-·
Eo1onces el pobre bombre se quedaba todo cba$1¡ueado. Y, en efecto,
al dla siguiente mi madre logJaba ir coa ti 11 Heurgon; y cambiaba o no
el anillo.
&as eran sus relaciones: las de d0$ personas que se querían, lpcro
de una forma tan complicada! A in( eso me sorprendía y me decía: "Es
porque es un mairimonio arreglado." Si su padre la hubiera dejado
decidir por si misma, creo que de 1odas formas se habría casado con
papá. Pero su padre había insistido1an1oqueal final mi madre schab(a
casado con mi padre, por amor al <uyo. MI padre, que había perdido
a su padre a 10$ cuatro años, adoraba a su suegro que lo hab(a formado
desde el punlo de vista~ y cultural
Oc los cinco a los veintilln añDS, pap:I es1uvo interno eo el liceo
Michclcl. Volvía el domingo a casa de su madre para hacer el aseo,
sacarle brillo a lodo, las baldosas y lo demás, para que ella no tuviera
demasiado trabajo, pues a los cuatro anos se cneoolr6 huérfano de su
padre, 110 gran arquitecto: el arquilcclo de la corle de España, el
arquitecto de la avenida Kléber. Tenla un despacho con bu hermano.
Uoo se llamaba Hcory Mareue, mi abuelo; el otro, Charles Marelle,
el hermano que le seguía inmediatamente. Conslruyeroo las primeras
casas de renta de París. Con el Plan Haussmann, alrededor de L'é:toile,
foeroo ellos quienes construyeron la plv,a de Estados Unidos, por lo
dem'5 su nombre está escrito: w10. hermanos Marcuc•.
Luego mi abuelo murió eo un accidente de ferrocarril, cerca de
Lcvallois-Clichy, direcci6o Asnicres. Vivla eo Asnicrcs, donde era
consejero municipal Era un hombre valeroso. Murió a los cuarenta y
dos años, tras salvar a cinco mujeres bajo los escombros de vdgones en
llamas. Se fue para intentar salvar laseXla y oo regresó. Lo enconlraron
muerto de asfixia. Aquí tengo recortes de periódicos de la época,
donde se hablaba del heroísmo del señor Henry Marcne, que habla
581vado a cinco madres de familia, y que habla dejado allí su vida. Le
hablan dicho: "No es prudente•; cuando quiso regresar una vez mti,
en medio de las llamas. .. M'5 tarde hi;,bo UD segUDdo accidente,
1oc.almeo1e análogo, y exactamente en el mismo lugar. Creo que e>te
accidente sucedió en 1878.' En lodo caso, para mí, en el folclor famlli11r,
1 "PJ 3 de íebrcro de l880. hacia la' siete de la oorhc, se propagó el nemor en t.11
bulevares de que. 1cababa de prod~rg un c.spantOIO 1cddcntc en Ja Línea del ()c.a1e 1
a poca dll•tncia dc.1a cro1ari6n Oichy-Le.valloil f... 1.
SIN TON NI SON
C1 un awdeote totalmente ligado al Afmumo camputn de Manet,
porque el ültimo rccucrdo de mi padre con su padre es un recuerdo
doloroso y horrible, cuando tenla cuatro años, durante un picnic. Mi
abuelo adoraba a su mujer, mi abuela, u~ mujer exquisita y muy
lntcligcotc, pero que no era ~bien nacida". Para la familia era terrible.
Era hija de médico, pero no de un "verdadero" médico: un partero que
tenla tllulo de médico, pero que estuba wado con una comadrona.
Por tanto no era un "verdadero" médico pues no se había casado con
una muchacha "bien nacida". Eslaba viva pero no "bien nacida". Él
adoraba a esa joven, mi abuela, cuya foto ve usted allá' y como el
arquitecto joven que era, vi"ia totalmente a la moda de la c!poca, a la
manera de Monct y Manct, que eran sus amigos. Además, con mucha
frecuencia organizaban almucr7.os eampc.o¡tres.
El recuerdo dramático scsitt1a durante el filtimo almuerzo campes-
tre. !Cuántas veces nuestro padre nos cont6 esa historial subrayándola
con un "iTodos los arquitectos son unos cretinos!" en alusi6n a su
padre. Mi padre no podla hablar sin m1' de un arquitecto. Si había
conocido aaJguicn: "lAh si? lQui~n es?" decía mi madre. "Mira, para
ser arqui1ccto, no es tan idiota'', cuando era alguien aceptable. Si no:
"i Para decirlo todo, es un arquitecto, por 1anto un cretino!" Yo ola c.w
sabiendo que mi abuelo habla sido arqujtccto.•. Pero oo era el mismo
dla en que dccfa que su padre era un cretino. Un día, nos hablaba de
los arquitectos, que eran todos unos cretinos, y al día siguiente de su
padre y ese espantoso recuerdo. '•Es terrible tener un fil timo recuerdo
del padre como el que tengo. Un recuerdo en el que yo era un pendejo.
iY hay que 11er qut pendejo! IPero qut pendejo!
Cuando hablaba de su padre dccla que era un cretino, lpero de si
mismo que era un pendejo! Contaba aquello 1>n un tono muy tenso:
"Mira, tenla cuatro años. Parece ser que a los cuatro años yo era un
imbtcil. No sé c6mo es uno a los cual ro años. A mi me gustaban mucho
los picnics, ir a hacer un almuet7.o campestre - igual a El olmuefU) de

"A tas ..U ptnfa d lml 127, un 6"'01b111 que se cleOO>e ea Allll<!rea (•.).
FonoAmencc.. klil ddlintos tmlC$ panea IObn 111 m.amas vías (-~ l-lablli "ª niebla
OIJW(. ~Se prodv¡oundloquc terrible- ". (Gocw¡uGnsoo,La«adoutd<t""""'
dt f<r, Paria, l!d. Anhtme fayanl. 11182 2a. cdaaód, pp. t22-124).
1h.tx> 8 muutol ea seguida, y 1proom1cbuncntc 01roc tantos kll dí.as s1p1t.1'tt1,
c:ntn lol aa1Jea "'el a.cfLOr Marcne, atquileno de La reina de Espatii. qu1«1 lo Mb(I
cond«ondo rcckntemenre. ES scftor Mareue deja una viuda y tres n1Aos pequc:l\Of"
(op. <i•.p.129).
lU d«t0r lttlillppc Marcttc noc prcclió que lu 1buclo fu.e idcnliíteado g,.clu 1 un
anllf. -CIMIÍCO que llevaba siempre., f que hoy pertenece 8 UDll de iUS bÍlnÍCIU,
Pra~ilc Dolro oos mua:tra un luprde tu bibbocca.
SINTON NI SON

Manct. Era la alegria misma. Mis padres eran muy alegres. EA.. -.1, nii
padIC me dijo: "Muy bien, Henri, t6 eres el cocarg¡ido de rr a cnlra.r
clvioo. Pon el vino en el arroyo•, porquesiemprccleglanuo lugar cena
de un arroyo. Entonces derramt el vino en el arroyo. Y cuando llego
el momento de beber. "l leori, ivé por el vino!" Entonces fui al arroyo,
pero no podía llevar nada de regicso. •¿y el vino?" Yo no regre.'l&b&
porque... iya no había vino! Entonces mi padre fue a ver: 11..as sci'
botellas estaban vaclasl "iPero si te dije que enfriaras el vino! - No, to
me dijiste que lo pusiera en el arroyo! -1 Pero qué pendejo, qué
imbécil!•
Uno se imagina a ese pobre chiquillo de cuatro años, con esos
hombres privados de su picnic, en compañia de lu señoras con su
sombrerito, l•U corpiño! Para él rue la \'Crgücnza de su vida que su
padre lo tratara de imb4cil delante de todo el mundo, y el hecho de
haber sido un imbécil. Eso lo había marcado para toda Ju vida. li.sa es
la historia de papá en sus relaciones con su padre. Por eso, cuando
conoció a &u futuro suegro, quien lo apreció de inmediato cuando mi
padre no tenfa nada por qué ser apreciado (si no es su título de ex
alumno del Politécnico, y es todo), de inmediato accp16 trabajar para
él; pues en loe otros establecimientos donde se habla presentado
-después se enteró por qué- le respondían: "Ya veremos, ya v::re-
mos, déjenos su nombre", pero todo quedaba en eso. F'ue mamá quien
le hizo comprender por qué. La primera vez que comieron juntos, se
burló de él. "Señor Mareue, repita: lestáo llecos los :zapatos de las
duquesas?," porque ceceaba. Mi padre ceceaba como un n.iño, pero
no lo sabia.Jamás co toda su vida había oído ni a su madre, ni a oing6o
médico, ni a ning6n profesor, ni a ningún maestro, cuando era peque·
ño, decirle que ccccaba y que tenla que cambiar su manera de hablar.
Por tanto ceceaba y, adem6s, era miope, lo cual lo obligaba a usar
grucso6 c:rislalcs, quevedos.
Por tanto no comprendió para nada lo que dcc:la esa jovencita que
lo intimidaba. Estaba en casa de su jefe que lo había invitado a
quedarse a cenar. No comprendió, pero se diocucn1adequesc burlaba
de él.Se puso rojo de vergilenzayaSu:zanne la rcgañ6su padre: "Mira,
se puedetcneruo defecto de pronunciación sin por ello ser un imbécil.
Te prohíbo que te burles de Henri Mareue." Entonces ella contuvo la
risa. Coo todo, ti nos lo coot6: de regreso a Montbard se puso a
examinarse todos los días ante el e.pejo sin comprender. Luego tcrmi·
nO por preguntar a su futuro suegro: "iPcro qué es lo que tengo?
- Pero Marctte, tiene usted una papa en la boca, como dicen l.Jamá>
se lo dijeron? - iNo! iNu lo sabía!" Entonces mi abuelo le d11u:
171 SIN TON 1'1 SON

"I ni ente hacer ejercicios frente al espejo, quiú logre corregir el dcfec·
tu." Fue lo que hi7o. Y cuando regre.ó, oc:ho días después, ya no
ceceaba, lo cual impresionó mucho a mi madre. Le dijo: "lSon &U)'OI
.,..,., .cis sal<iflesr Y mi abuelo pmrrumpi6 en carcajadas diciendo:
"iBra,'O! iEs formidable! iEn ocho días se corrigió! -iPero si me lo
hubieran dicho, me habría corregido antes! No lo sabia."
Tengo que contarle también la historia de la miopía de mi padre
que me interesó mucho. Mi madre me la había contado y le pedí que
me la volviera a contar de.~pués de que me psicoanalizaron. E!I mismo
me habl6 de eUo. Supuestamente se había vuelto mlopc hacia los siete
añ05, 6iete aiios y medio; ~ correspondía (pero él no babia estable·
cido pa.ra nada la relación) a una amistad que había 1ratado con un
"peón"· de Michelct donde e.taba intcrnodC$de la edad de cinco años.
Cuando tuvo unos siete año6, uno de l<xl "peones", como se dcáa - un
estudiante de lkllas Artes - , se interesó por ese jo.,.cncito que le
pareda inteligente. Luego, pasando de una cosa a oera, c:sc joven,
grabador en cobre, originario de la ciudad de Rcims. conoció a la
madre y 11 la familia de mi padre; se convini6 en el novio y el marido
de una hermana de papá. Ahora bien, e.se joven usaba lentes. De
manera que uese muchachito que era entones papá, le pareció el colmo
de la elegancia usar lentes.

Udcntificacidn can un rasgo dd s11s111111a <kl padre?

iSin duda! Sin duda es eso. Pero ti <()lo se dio cuenta de.<pués, cuando
me contó esta historia. Pues bien, hacia los siete años y medio u ocho,
gracias a ese maestro que había hablado de ello •mi abuela un dla en
que t.\ta íue a buscarlo al liceo, lo llevaron con un oftalmólogo que
descubrió que era miope. Tras lo cual us6 lentes hasta el nacimiento
de su hijo Pierre, su segundo hijo. Era tan miope, decía, lo cual
confirmaba mi madre, que antes de levantarse la.oteaba para hallar su.\
anteojos y ponérselos, de lo contratio supuestamente se habría rOlo la
cara al levantarse. Usaba quevedos d~ que entró al Polittcoico y
luego a la escuela de artillería en Vinccnncs, y cuando se casó. Cuando
<u hija mayor vino al mundo, usaba que\-edos.
Y un día, rc.<ulta -circunstancia muy rara en aquella época- que
mis padres tenlao tres días libres. De ordinario no babia fin de se.mana,
sólo <e dc.~n.<aba el domingo. Por el nacimiento de mi herma.no
Pierre, 1enfan tres dlas libres. Y mi madre que era muy impulsiva le

• VIJ..1141lfC, m1cs:tro de 1n,emado. IT.J


SINTONNISON 1 r.¡

dijo: "Mira, ya que quieres agradarme (le ofreda un anillo muy hnJo
en cada nacim1en10) muy bien, no es un anillo lo que quiero. ~inn que
ya no te pongas quevedos. -¿Pero qut quieres que haga? - iEMlll"
Mi madre lomo los quevedos y los rompió. Y como no había ticnd.,.
abiertas, se vio obligado a prescindir de eUos duran1e tres dlas. Estab11
descoosolado, y al mismo tiempo fclil de tenec ese hijo al que toda la
familia festejaba. iTodo el mundo le comentaba lo mejor que se vela
sin lentes! "ISf, pero no veo oada!" Y luego, al cabo de uu dlas._ idcjó
de necesitarlos! El hecho es que al lcrccr día dijo: •¡Pero si veo muy
bien! Ya no necesito lentes.• De esa manera se de.~hi1.0 de sus lentes,
de lo contrarío los habría conservado toda su vida creyéndose miope.

Groc:iasa una 111terpn:taci6n dtsu madn, dt la e.sposadt ~/ tn todo caso.

SI.

Q11~ intl!lprer6 el sl111oma como si 110fuero de orige11 m~dico...

l!Zn efecto, en absoluto médico! iSimplementc mi madre era impulsiva


y esos quevedos la fastidiaban' Decía. "Date cuenta, besar a alguien
que usa anteojos no es muydM:rtiJo que digamos.~

F'ue pura agradar a Sil mujer.

lNo fue para agradar, sufrió! No podía hacer Otra cosa. No habla
tiendas abiertas, no podía mandar.e hacer otros aotes de tres dlas, por
lo tanto vivió durante tres dlas sin lentes, a la \'CZ muy disgusiado y, al
mismo tiempo, fcliL a causa de esos festejos por el nacimiento de mi
hermano mayor, que nació el 31 de diciembre de 1903.9
También es divertida la historia del nacimienlo de mi hermano
mayor: nació el 31 de diciembre hacia las 21 horas. Mi padre, muy
orgulloso de ir a registrar a su hijo, corrió eo seguida a la alcaldía. Por
cierto fue a cau~ de cslc acon1ccim1cnto por lo que me cntcrtdc que
en aquella tpoca se podía registrar un nacimiento por la noche en una
alcaldla. Ya no recuerdo quién de 111 familia lo acompañó para semr
de testigo (pues era necesario). Encuentra al encargado Jcl registro
civil que le dice: "No, señor, su hijo no nació hoy. lQué? lPero <i
vengo a registrar a mi hijo! -No, scnor, no puedo hacer el acude •u
hijo hoy, no la hart. • Mi padre lo miia, estupefacto. Y el otro: "Par•

'EJ 31dcd1c~mbr«de1903e111Jueve1.
SL'<TON NI SON

•l>rc-iar, senor, le concede usted un año IMs antes de hacer su servicio


militar si regresa en dos horas. Regrese pues en dos horas y sc:rA del
primero de enero.• Y eso hicieron. Fue así como lo registraron el 1 de
enero de 1904, que es su focha de nacimiento olicial, siendo que nació
el JI ele diciembre. Esdivcnido. Y mi padre regresó ala casa para los
ícstejos con los tíos, las tías y todo el mundo en honor del primer hijo
de Suzanoe. Fue en estas circunstancias cuando dejó de necesitar
lentes. Toda su vida vio muy bien. Tenía una vista excelente. Pero lo
interesante es que de todas formas su vista le impidió entrar donde le
habría gustado; no en el Polittaiico, sino en la Na\'81.
También allí hay algo interesante con relación al E<lipo. Al igual
que el cccco era para seguir siendo el niño de mamá -dado que el
padre estabn muerto, y la madre se babia quedado desamparada, él
era el hijo 6nico- lo de los lemes íuc como identilicacióo con el
marido de su hermana. Pues bien, tenla una verdadera pasión: ser
marino. Pero esta perspectiva desesperaba a su madre. La idea de que
entrara en la Marina, que viajara, quccstuvieraseparadodeella rnucho
tiempo, lverdad? fl me dijo: "IEs terrible! Si hubiera sabido que no
era miope, habría podido entrar en la NavaJ...•

Ali(, el sl111omu sirvió, udem6s, ik prttcrto poro quedarse al lado de la


madre, cumplioulo as/ ti deseo de bta.

Fue al hablar conmigo, una vez analizada, cuando se dio cuenta. Por
lo demás, le interesó mucho que se pudiera interprciar todo eso como
una prudencia edfpica. En eíecto, aquello significaba una imposibili-
dad: alguien que no ve bien, no crura en la Marina

/Muy inttresante, en efecto/ Y .ru madre, i;uando se lo contó lpcnsaba


algo de su inttrvención y el resultado?

Pensaba que habla hecho bien. Estaba muycootenll- Me dijo: "Estaba


desconsolada al día siguiente porque, de veras, estaba hecho un wquc-
te. !Pero cuando vi el resulrndo, me dije que habíu hecho bien!" Era
un impulso que babia tenido así nada más, y que tuvo un buen resulta·
do.

Ptro entonces, ella que, según lo que usted ha dic/10 ya varias veces, no
ero en absoluto favorable al psicoan61isis... "

'"So0ba1nte,earoo1t11nue&US-ent11icndadcl936.roafcdlo6dc~
'""'°runo de heud c.on l"P'- m•mi. Phit•ppe.•
º'<>rllonll. llO
SIN TON NI SON

iNo, en alxoluto!

_.sin tmbo7110 tenía aUF un tjunplo palpabley comincmtt dt truba10 dtl


úrcon.rcímte, si puedo llamarlo asf. i Y eso no la lúUJ cambiar un poco
tkopinión?

iNo, para nada!

/De todlls formas 110 pudo pensar que Jiubfo Ti!U/izado uno intervención
médica/ Ero una curoci6'1 por l'(QS disti11tas a /os médicas.

Para ella no era una curación, era una comprobación: no los ncccs.ita-
ba, se habla puesto lentes para identificarse con el hermano político
de ella. No estaba para nada abierta a la dimensión del inconscienlc,
a la cual mi padre estaba muy abierto, puesto que fue ti quien oos
permrlió hacer un análisis a Pbilippe y a mt

Portalllo, nr el encuentro con s11 f11111ro tsposa, la hija de su jefe y futuro


suegro ese jefe que desempctla tanto, y lle mo11era tan ma11ijiesta...
Un papel palcrnal.

...ti papel de un podre-, se libero al ladodtil ydt tlla, poco apoco, de


dmrtntos i11fan/ilu...

De elcmcnloo. infa.nlilcs que aún C~l.iban allí.

... de tlemtntos infantiles edfpicos que u hablan quedado en el estado


1/e sl1110111as que e11torpecfan "" pa<;o su vida, pero que al mismo tiempo
le pemiitfan vivir: ceceo y miopfa.

iDcfedos que oo dejan de ser cmbar8.l.Osos!

Pero que sólo eron dejec/QS m ta1110 elementos de la infancia qite hablan
sabm'Í•1do.

Esocs.
Y, en este caso, que se habían sonrutruulo.

Y que formaban parte de su persona. Y para mf é.sasson la~ cs1ruc1 urn•


que corresponden a una locura. Tenla un defecto de pronunciurilln
1 Jli SIN TON i'fl SON

1¡110 era una locura locali7.ada en la lengua Y lo curioso era lo que


•uceJla cuando CSLaba ocupado en alguna ac•i•idad manual que aca-
paraba ,u .uenci6n. Papá no era una persoll3 muy afecta a las labores
ltlllDualc'- Sabia explicar lo que babia que hacer pero oo lo bada ~
mi~o. l)c¡de muy temprano yo lo hada en su lugar. Yo era muy ágil
y siempre cs1aba dispuesta a emprenderlo todo. Siempre tuve lo que
Uamo el "gene 1uv", ·y a mis hermanos les encanlaba: "lOuién quiere
hacer es10? lYo! iYo! iYo! Entonces papá decía: «¿ y por qué no
ella, después de lodo? Una niña bien puede precintar. Anda, sube a la
escalera.¿ Ves?", y me explicaba: "Bájame la cosita ésa." 1..3 bajaba y
luego: •con el plomo, le darás vuelta asly pondrás el sello. Yo lo hacia
y ti se quedaba muy con1en10. «;No son cosas de niñas!", decla mi
hermano mayor. «iEntonces ha7Jo 1ú! -iEso sí que no. Qué flojera!
- ¿Y pur qut no lo haces tta, pa~? POC'que quiero que aprendan a
hacerlo, hijos. Son cosas útiles en una ca.a,"
Como le decía, cuando mi padre estaba ocupado en alguna cosa de
ese lipo. yo habla nocado - porque lo aocaba iodo- que se mordía la
lengua. Aquello me parcela curioso. Y cuando lo veía morderse la
lengua, me decía: "papá eslá pensando en ulgo importanle". A veces
le pasaba cuando estaba solo o lefa su diario. Y yo me decía: "IVayul
Debe ser algo que lo hace peMarl" Es curioso. Había algo coo su
lengua que venía quizá de la lengua que él no habla comprendido: "Pon
el vino en elarroyo.•Eldolorosorccuerdodc su padre había escindido
su relato en dos: él era un pendejo a cauu de esia hisloña, su p;idrc
sabia que era un imbéci~ y ti sabia que los arqui1cctos eran unOll
cretinos. Pero no decía aqueUo al ~o 1icmpo o el mismo día.
De la misma maoera, en la vida co1idiana 1enla dos lados bien
marcados: el serio ycl chisioso. Así, cuando conoció a su Cu1uro suegro,
Este, mi abuelo, apreció mucho a csc joven que era perfcc1amen1c
"derecho". Por ejemplo, era la primera ve1 que mi abuelo veía que un
ingeniero hacia las dos rondas nocturnas en la íábrica. En teoría iodos
debían hacer dos rondas, pero anOlaban en el cuaderoo ele apunlcs
que sólo habían hecho una, que todo es1aba en orden, que hablan
coiuiderado in61il hacer la segunda. Y Henri Muelle si hacia sus dos
ronc:bs a la hora exacta, anotaba la hora a la cual la hacfa, y cómo
llevaba su diario. "l'aller 3, todo en calma, 1aller 4, lodo en calma. Sin
oovcdad." A mi abuelo aquello le parecía formidable, pues todo era
meticulosamente anotado para el pa1r6n: «iPero si o.s1ed es el patrón!
1íeoc derecho a saber iodo lo que pasa", le decía mi p;idre. Por 1an10

• 4'1&JI Uc Tr,i;n GrD11tk Vun:s:t, Tren de Gran Vckxidad. fT.I


l!V

mi ahucio tenía "º ingeniero cxcclcalc y conciennJJo.


Tambitn csiaba el OITO lado Je mi paJrc. En primer l~r. hOmo
se dívc:ttU. de recito caadoc Bueno, bod..,, su •-..uotito", aimo clccl•
nwnA. que me contó todo eso uaa ""'que cwine casada, y luq¡o: "1 u
padre iavcnt.iba un problema de m.atcm•tica.. iy rcla y se dncrlút-1"
Mi padre prooeguía precisando: •sr, eran problemas chistosos. 1oten .
taba calcul.tr la curva lrw.ada pOr una cac.:rola prendida a la cola de
un galo, el momcnlo en que va a dar contra el suelo y, wmaodo en
cuenta el metal de la cacerola, la nota de m6sica que eso producirla."
IÉ.ws eran M••
problemas de matcm.ilicasl PonJa todo eso en í6rmub•
y pasahil parte de la noche, de recién t-i<>, res<>h;cndo problema.
de rutc111~11c:u chisco.iuig, que 1nvcDlaba. Era como si p!Wera en
malclllAliCA.\ imjgcncs como bi de Bcnjamin Rabicr. 11 Y dcda: "il.u
-cm,ticauon apasionantes! il!oo no se aburre nunca! No hay mAs
que pwuc:ar un problema y, daput¡, K tienen hora. de trat>a;o p.tta
di-crurr.c,• íPara una rccitn c:as;ida, debe haba sido como pata
mori1.c de riu1
Para colmo mi madre lenfa mucho que hacer Debía ocuparse
1ambién de su padre, de la. Ua., de kl<\ tlos. Era una íamalia muy
numcrQ6<1: manú tcníaoocctlai.yUoo,ent<m<:cstenla mucho que hac:cr
porque: monan, se ponían de luto, de medio luto, se enfcrm•han, etc.
Qlaba muy ocupada con •u familia y luego con sus luJO", sohrc todo
porque ICMo amamantaba. Durante ac licmro, mi pedre <e: ocupaba de
.., trabajo y sc d~rtia aio sw. molcm.ttica.L
EIO C6 todo en tlWllO a ~ ü.tori.u de íamilsa. Y ahora, para
a>ncluir, qw.ier1 pasar a la ttcnaca que m.: aponó Laforgue.

11
BcnJIMt• R»>ttn (tst.9-'939), dibUJUI(' rt\m1t0q1Jc llev11 ta csccna•nun•le.s de

ó.110 doll de l?:!A cwt-


mlMt'I ranlAi.l.ni. AIJ. llt.iSlrÓ 1as obra. de Uutron y (te l..a. 1Vnta1nt Pero lU m•,or
a pe10<1<ln d•l ocllo< llcl, doi..,. para•• llWtl de q....,. I•
íarnc:>P •v1the qv1 nt". que aufnnl tlCrü can11dld de 1111n&lonaanona.
11 LA TÉCNICA DE LAFORGUE

La 1écnica que u1ili26 Laforgue en un punto preciso de mi an'1isis


también me sirvió una o dos veces, pero en ciertos casos muy parlicu·
lares. Como le he dicho, comencé mi anMisis desesperada, tri~e y,
sobre todo, sinlifodome culpable con D. y mi madre, a quien deo;cspe-
raba. Pero oo sabfa de qut otra manera actuar. Ahora bien, Laforgue
jamás me habló de la culpa de mi madre. Me habló de mi propio
sentimiento de culpa. Siempre me hacia responsable de lo que me
sucedía, de todas mis dificultades, de mis scnLimicncos de culpa.
De lo quesuccdlacon mi madre yo hablaba con esa vieja amiga que
mencioné antes, y for7.osamcnce también en análisis. Me daba mucha
1tisle1J1 ver el estado en el que se enconlraba mi madre quien, por
ejemplo, invitaba gen1ecldla en queyodcblacstudiarpara un examen;
y todo para que no pudiera cscudiar, esperando asl hacerme reprobar.
En una palabra. hacia todo lo que podla para lograr que no ctmcinuara
mis estudios que, <in embargo, al principio babía aceptado, puesto que
cenia yo un acompañante. Otras vcc:c:.s, me perseguía en la e.~cra
cuando me iba a misclases,aunqueperdierael autobús. iMc perseguía
para decirme cosas ...1lnjurias, ionterfas. Era cerrible todo lo que sufría
duranie ese período de mi análisl'I, ya muy mecida, y cuando ya 1enía
del todo claro lo que queda. Scncla comp&i6n por mamá, pero estaba
obligada a soportarla.
Por tanto hablaba de aquello con Laforgue y, un dfa, me rci.pondi6:
•¿Pero qué no se da cuenca de que exacerba la neurosis de su madre
al no responderle y al soportar iodo lo que ella le impone? No hay nada
peor para los obsesivos que ver que el otro se deja somcler a sus
obsesiones y a sus ideas obsesivas. -¿Pero qué quiere que baga?
Bueno, úcne que enfrcnlarsc a su madre y hacerle una escena. El
día en que Lenga valor para hacer una escena a su madre diciéndole:
"Basta, te prohibo que me hables así, y de hoy en adelante ya no te
cscuchart cuando me hables de esa manera", habrá resuello el proble-
ma. - "íNo puedo hacer eso a mi madre! Es mi madre.• Yo tenía un
gran respeto por la función de hija. "En1ooccs esa relación permane-
cerá inallcrada. Pero serla caritativo hacerlo, porque eso la aliviaría."
Durante sesiones y sesiones, le dí vueltas a lo que me habla sugerido,
JIJlll comprender. Y un buen día, le dije: "Quizá tenga r87ón." Pues

( 180)
LA Tí;CNJCA DE l.Al'ORGUI!

veía que el furor de mi madre contra mí aumeniaba y aumentaba y yo


ya no sabia qué hacer. Por fin dije a Laforgue: "Bueno, be decidido
que en la próxima escena me le enfrentaré." Así fue. "Te prohibo que
me hables así. No tienes derecho. Jamás be hecho nada que te haya
deshonrado. Soy una muchacha decente y cst11diosa. Sé lo que qtliero
y no está prohibido por la ley. Tengo derecho a que no me trates como
una puta, cosa que cuenlasa todo el mundo." Eso fue lo que dije a mi
madre. Ella decía a mis hermanos que no debían frccuenlarme porque
era una pula, que se habla informado sobre mí, que vivía como una
sinvcrgücnt.a en el Barrio Latino, icualquier cosa! Me con1aba todo
eso, aquéllo no tenía fin, me echaba mierda en el momento en que iba
amisclasesde la facultad. En1onccsle hiceunaescenaipero el corazón
se me salía del pecho por hablarle a mi madre en ese tono! Luego me
fui a toda prisa adonde debía ir. Regreso por la noche: ly mi madre
estaba transtornadal "lTuvistc un buen día? lTe íue bien? - SL" INo
salía de mi asombro!, !pero amable! Más que amable: sanamente
afectuosa. Me dije: les cxtr:lordinario ese cambio! Tenía ra'l.ón Lafor-
gue: es una neurosis obsesiva. Mamá necesita a alguien que sea más
foerte que ella porque la desborda la energía apasionada y - lcómo
decir?- purulenta que liene adcnlrO, que la hace destrozarse, al
vomitar todo lo que tiene que vomitar, yde lo que no cree una palabra.
Es pasión, no es lo que piensa.
Conservó esa buena disposición de ánimo casi dos meses. Luego
oomc026 de subir el tono de nuevo, a decirme cosas en doble sentido:
"iHay bijas a las que les importa un bledo su madre!... INo importa que
el honor de una familia quede por los suelos!. .. " lCualquier C06al
Frases dichas as.í, que volvían a circular y que no eran más que
agresividad hacia ml Entonces, una vez le dije: "Mamá, lquieres que
welvaahacerte una escena?" Enel acto: "iOb! lnosabesloquedicesl"
ly IL~to! cogió algunos objetos y volvió a su recámara.
Y fue justo despues cua.ndo mi padre me dijo: "Mira, tienes que irte
de la casa, porque hubo un momento en que tu madre estuvo mejor,
tuve esperanzas, pero..." Le expliqué por qué su estado había mejora-
do. "lAhl no sabia que habla pa.~ado lodo eso entre ustedes. Es cierto
que durante dos meses estuvo totalmente tranquila, pero ya comiem.a
de nuevo. Y creo que mientras te siga teniendo enfrente, no se recu-
perará. Debes irte de la casa. lQué te parece? - lPor qué no?iSi es
preciso! iPero no tengo dinero! -Te daré tu dote en forma de obliga-
ciones (fue entonces cuando me la dio) y luego te conseguire aloja-
miento. Y me consiguió un apartamentico en una planta baja, en la calle
Oupuytren, donde viví de noviembre de 1936 a julio de 1937, mientra•
,~,
U\ lÍCNICA DE! LAFORGUE

terminaba mis estudios. 1 Año y medio después, era externa de bospi-


t;ileli,1 por tanto ganaba un salario de nueve francos diarios y mi padre
p~gaba mi renta. Era todo y era muy duro, pero en fin ... Fue en esa
~poca cuando comencé a ir a la avenida Coronel Bonnet ~ólo el
domingo cuando, segOn la ocasión, mi madre estaba tranqwla o tensa,
y prohibía a Jacques que me hablara...
La técnica que me habla inculcado Laforgue para.comprender que
había que poner lfmites a la neurosis de mi madre, so pena de que la
desbordaran sus pu Is iones anales y íálie<I.$, expresadas con cóleras que
nadie refrenaba, esa técnica me había provocado una tristeza enorme;
pero al mismo tiempo me había dado una apertura extraordinaria hacia
lo que es la neurosis, y me babia hecho comprender que uno puede
volver a las personas m&s locas o mis neuróticas de lo que están al
permitir que todo se desborde, en vez de contenerlo. Sin embargo, esta
reacción me había costado un csíucrzo sobrehumano p<>rque era
contraria a mis clÓgencias superyoicas de respeto por la madre. Re-
cuerdo haber pensado: ino es mi madre! Es una enf.crma mental o al
menos una eníerma aíectiva. Es una neurótica." Y le dije: "Mamá,
deberfasir a ver a Laforgue para ti; o a otro psicoanalista. Verías cómo
le tranquilizarías y ya no tendrías esos problemas (tc.nia hipertensión,
mucha hipenensi6n). Estoy segura de que tu hipertensión viene de
todo lo que no puedes decir, por lo vehemente y apasionada que eres."
Era capaz de rebelarse, de apasionarse a un grado increíble. Por
ejemplo, nos vimos todos privados de queso y postre durante ocho ellas
para ahorrar dinero tomado de las cuentas de papá, a fin de comprar
una Victoria de Samotracia que fuimos a Uevar a la caUc Franklin, a la
casa de Clcmenceau, para agradecerle el haber tomado las riendas de
Francia. Mamá, que era monárquica, estaba contra Clemcnceau; pero

1
He aquClo que u ballócn la.a,gcnda de 1936: Vim1altk«1ubte. Con AJaln 2:30
horas, calle Oupuytrtn número 7. Papá ymamí {l) lJ,mbíin vienen. Qua de. mami ante
e1min ÚSC\IJo apartarucnto. Ala in me consuela, afon una<lamcn 1c,.Marres3 dt novi&nbn..
En la manana sefiora Morgcmicrn. &cue1uro '°'sillones. Pongo la alfombra. Me
camb'°11 lata.I~ Oupuytren número 7, Alegría. V1tmts6tk.n.o•·iembtt. Qué anivcr5arlo
más ícfrz. 2:20 horu. L. oo me recibe. Regalo de sus C'línk·os. /)drr~ingc>B ~ nov;anbre.
Nueve de la noche in.auguraC'tón de la casa.
Noia: AJaio se refiere• AJain Cvny, amigo íntimo de Fran~i.sc.
1
Pran(Oisc Marcuc pasa el examen de diciembre de 1934. la hablan reprobado en
el de diciembre de 1933, presentado en plena C'ri'b de ruplurJ con O.
Por otra parte, en esa ~poc-.a, un atcmo pnaba 9 francos por jornada <le 1rabaj~
o.1&11cnc1a firmada maftana y ta.rde et1 un registro, y pagado$ al ftnal del mes. Lo cual
pcnn11(a ganar 250-300 Craru:os men$ualcs. Un interno ganaba 800 francos rnensuaic&.
1 ~ sucklOG corrcsportdfan, en el caso de un cxicmo, aJ de una sirvieou1, en el de un
1n1cmo at de un cartero o un maesi ro de C$C1,1ela.
Li\ -rncNJCA OC! Li\FORGUE IR)

como había salvado a Francia, lera tan apasionada que tenfn que ir u
regalar una Victoria de Samottacia, de yeso, al pobre de Clcmenceaul
Con eso le digo todo. Mamá era inteligente, pero se comportaba como
una niña, y a todos nos arraslraba. Era una apasionada. Es muy, muy
curioso para mí, pues esta hisLoria de la Victoria de Samotrac.ia me
biw reir mucho cuando me hice adulLa, pero de niña, al final de la
guerra, jugué el juego: era un héroe, y todas las familias de Francia
debfan hacer algo por Clcmcnceau_
De la W5ma manera, cuando el CasO de CaiUawc,l todos comimos
crema de chocolate entre semana, cuando de ordinario estaba reser-
vada para el domingo. Caillaux era un sinvcrgüell2ll, Calmette habla
hecho muy bien, !punto! Entonces, como había hecho bien, ese día:
"Hijos míos, lhoy es dfa de fiesta!, Caillaux ha sido desenmascarado
por un periodista que tuvo ra7ím." iDe pronto tuvimos crema de
cbocolaLe! iAsl era mamá! No en balde era mitad irlandesa y amerin-
dia, lo cual soy Lambién, pues era descendiente de amerindios y de
irlandeses por parte de su madre, y por la de su padre originaria de
Alemania del Sur.

Fue Jeon Rosrund q11ien, mir611dola a los ojos, se lo dijo.•.

Y fue la dentista la que me con!irmó que tengo la mancha amerindia


en la boca. Dos de mis hijos la Lienen también. Es la mancha azul en
las mucosas de la boca. Rostand habfa mirado la pupila de mis ojos y
las de Philippe. Philippe y yo tenemos iris amerindios. Es cuestión de
dimensión, nada más. Parecen grandes en las fotos, icomo pastillas!
Mamá tenía ojos pequeñitos que se movían todo el tiempo; te.nía un
nistagmo• de nacimiento.

3EI director de le Figuro, Gílston Ollmeue. lanza en lu diario, en febrero de 1914,


una violenta ciampal'la contra la poh'ttC'a de impucs1oc sobtc la renta del mjnistro de
Finan:t..as J~ph üillau.x. Pero. mu)' pront~ csia campai\a .se cnnV1ene en ataques ad
hominem,ylc Figato publkatar1.Ude 1901 diti~spor CaillaUA asu amante de aquel
entonces, convertida en su primera mujer. Eso, supvcstamentc, para atestiguar 11
antigua prenttdirnción de esa polCüca. Micnc.ras 1:.0101 Calllauxsc ha d1vortiadoysc ha
vuc11oa !=asar. Y e5$uscgunda mujcrla que venga el h.onorde su maridOasesinanoou
Calmcuedc un dísparo, en su ol'icinadeLt Flgriro1 el 16cJc mano de 1914.
Por lo demá$, hay que recordar que el pnmervolumen que publica Proust (eJ 14 de
noviembtc de 1913) de En busca del 1imnp0 perdido: Por ti camino th .'"4.•ann Cild
dedicado ..AJ scfior Gas1on Calmeuc. Como tcc:Limonio de profunda y afcctt.10t.a
gtatit...d...
4
Nistagmo: significa movimicntosost'ila1oriosya veces: rotatoriosdeJ globo ocular,
involuntarios y bruscos. Afccciótl rongéni1ao dcbid¡i a una dcgencraei6n de I011cj1d'"'
orgániC'OS..
LA fl'.<:J\1CA Dll LAJlOROllEl
""Pura ,.,1vi;r a la llcnoca que Laforguc me habla aconsejado, la utilicé
en el caso de un muchacho que tenla en análisis. Un tartamudo. iPero
un tanamudo como nunca he viMo uno, ha$ta la medula! Vino a
analilarsc para su tartamudez; cu ese momento ~aba en clase de
filosofía. Oc niño se había vuelto tartamudo - el análisis lo mostró y
su madre lo confirmó - . hacia los d05 años. dos anos y medio.
Una vez por semana su madre lo llevaba con ella cuando iba a tomar
el té con su cuñada, la hermana de su marido. lhan a un gran almacén
donde tomaban el té; y el niño pedía un helado. Un dla t.\labao
sentadas en el salón de tt de ese gran almacén, cuando el pcq ueiio
desapareció bajo la mc.'8. En vez de quedarse sentado, desapareció
bajo la mesa, y nadie comprendió por qué. El camarero llegó, levantó
al niño, y lo volvió a poner en su <illa, ligeramente elevada por un
pequeño anuario para que el niño CAtuviera a la altura, y.•. iera tarta-
mudo! Se volvió definitivamente tartamudo a los dos años y medio.
Oeúnitivnmcnte tartamudo hasta la ed:od en la que vino conmigo, a los
dieciocho años.
•Oué habla pa.sado? En su anAl~is apareció lo que babia pasado:
su madre y su cuñada lo cual recuerda las hi.,torias de Councline,
lossketclotsdonde dos mujeres se ríen de un señor reían ysc burlaban
del padre del niño, ya no reeucrd<> por qué ra16n. Se burlaban de él
iniliaodo ~U.\ defectos y riendo las dos como loca:., siotifod<>"C muy
listas al burlarse de so marido y la otra de su berma.no. En el momento
en que se burlaban de su padre, el pequeño de dos años y medio
comen1.ó u sentir que se orinaba, como dicen, y perdió la posibilidad
de quedarse ~ntado. Se estiró y desapareció bajo la mesa (comporta-
miento que varias vo.;e. be observado, no cn an.U.is, sino cn la vida
cotidiana). Cada vez que me con1aban una h~\loria por el c.<tilo, nos
dábamos cuenta de que nqueUo habla ocurrido durante una conversa-
ción en la que se declun cosas que dcnigrabaJl al padre.
Es muy curiosa esa pérdida de la posibilidad de quedari;c sentado.
Hay que faIWme la imagen del cuerpo. de lo contrario, naturalmente,
no puede uno quedarse sentado, se cae.
El muchacho estaba pues en clase de ftlosofla. Cuando hacia redac-
ciones en clru;e o sus composiciones en el liceo, sacaba muy buenas
calificaciones. Era una perwna dedicada a la literal ura; por lo demás,
presentó la oposición a la cátedra de historia ysin duda se convirti6 en
profesor de historia. Pero cuando 1enla que hacer redacciones de
Jilosofla en casa. su padre -como había sucedido con el curso de
francés lo> años anteriores- lo obligaba a entregar las redaociones
4uc él k dictaba. Puc.\ bien. en composición siempre oblcnfa 16 o 17,
U.11lcNICA lllt l.AroROU

hmc:ncras que sus calific~ de IM lareu hc<h•u en Q!WI Cll"'-


~cmprc por debajo de la media! Aquello lo lrnb dcK11m<udo l'.11
fin, por fortuu sus compooidones cru bo>c:na. l'cto , Ulldo r'V°"
ba • cua despuéa de""" compoGción, su J*1rc k: pall.i el borrado<
8 se lo mQ6traba y el padre se pasaba la noch< traUndolo de pc:odcjo,
abofctdndolo, cliciéndole que era cstilpulo lo que habla cscrilo, <"1.
Mú carde el muchacho regresaba coo uoa buena calificacion en 1111
c:ompo.<ición. "tu proíesor es un pendc¡o, ele.•. El padre tenla rca..-ci<,.
ne~ paranoiCllo yel muchacho lo lj!Uancaba Y ntl salla del acoll.idero .
Y cae muchacho, que en aquel enconcco cscaba en segundo 1rimcs1rc,
babia >ido gnlpcado a onturonar.o. por su padre el ella en que tMc
deacul>rió que no habla encrcpdo en et.e lo que le babia diaado, W.O
la carca que: habla hecho él mismo. Habla .-lo una buena califiai·
ci6n y su ¡>adre le babia dicho: "iAh!. ieo1a wtt lil<¡U<! una bucaa
cabficacióo! 11:.nstiiamce.o!", ysc babia dado cuenta deque no era lo
que habla dicho a su hijo que csctibicra. üton<:« d padre le bi1.o una
escena y le pegó como a un peno. El muchacho llegó aqlil U0tando,
prcguntAndome qut pod"' hacer Yo le diJC. "Mire, sólo &aldrj del
apuro cubndo Mia capaz de cnfrencarse 1 su t»<frc. ¿Es o.•Ccd mú
fuerte que ti? SI, le tilico casi una cahc1a ..00.a. -ComJlrendo muy
bien que no quiera pegarle a su padre a quien respeta, pero aí no corre
ca;e riesen, jamú saldrá del problema.·· Su Jl"dre era mf.dico coman·
daftle en el epoco, tras haber si.lo "atToz·pan·ul", ea decir haber
C$1a<lo en la anleodeacia Ea realidad ~u YOcaá6a había sido la i.nfu·
1cña,pcrono habla podido con'iet11ne en ialanccal ~•ir de s..int·t'yr
porquctart-udcaba cuando tenia que dar WU1orden. Oc eso sólo ooo
enterlJOOll duranlc el anAfüis, JlOrque la madre se lo c:oncó a su hi)O
Oc C$a maocra, babia tenido que conformarse con la intcodcneia por
no J)Odcr dar órdenes ~in 1anamudcar E$O lo había agraviado profun·
damence. Como se habla casado con una mujer que tenla dinero y
podla ayudarlo un poco, habla emprendido cwudios de medicina ún
dejar de '°r militar, por d gu.co de la ¡crarqula. Lo DOtable era que DO
tanamudeal>a en la vida diaria, sino lblo cumdo 1cnía quc dar una
orden, como oftá.tt En Sauit-C.'yr le hablan dicho: "Usicd DO puede
ingegr 1 la ínfantcria pues hay que dar l>rdcaea, b3y que pegar de
gritOI, y cada vu que tiene que dar un groto, se pone a tartamlldc.v.
I& imposible que un oticial tartamudee cundo da órdenes!" Eftlo•·
cea habla cnlrodo en la inccndcncoa, pero era una ofensa pan'*'
hombre que cambiéo crcla tener dotes llceranas. t>uco bien. el bojo hilo
lo que yo con mi madre: pensó un 1icmpo cómo hacerlo. Y lueg1~ un
buen dla, recibo un celefonazo: "IYa esc4! -LOué cosa? · IYa c•lAI
1116 lA TÉCNICA DB LAPOllGUll

11.o de mi padre! lPuedo ir a verla? - lNo puede esperar ha..ta


mrtonna"? - iNo! ino!, no podría dormir si no Ja veo. - ;Bueno, venga!'•
Viene y me cuenta lo que sucedió: sujetó los puños de su padre que
blandfa el cinturón y le dijo: "No, basta ya, no me volverás a pegar,
porque cuando me pegas eres tú el que te deshonras. Yo soy lu hijo,
no un perro." Añadiendo: "iFue espantoso! Mi padre se dejó caer a
mis pies, me besó los pies sollozando: iChi.quito! iMi chiquito! iMi
niño! iPégame!" Y terminó su relato: "No sabía que hacer. Me fui. Por
eso le telefoneé.• Y aquello terminó definitivamente. Había vencido a
su padre. !Pero no entendía nada! En lin, trabajamos en torno a ese
problema y dejó de tartamudear. Todo había terminado. i Es cx1raor-
dinario! Y era la técnica que Laforgue me habla transmitido. Esa
enfermedad neurótica, de las relaciones del padre con su hijo, y qui,,j
primero del padre con su padre, por fin había sido vencida.
La historia terminó de manera curiosa: le! padre jamás quiso pa-
garme! Lo cual incomodaba mucho al muchacho. El padre me consi-
deraba una colega y, en esa época, la costumbre era que a un colega
se le cobraba menos. 1Pero, caray! idos años Je tratamiento no era
como ir con un colega para Lrcs consuha.sl Por fin, cl padre pidió...erme.
Yo jamás lo había visto. Sólo había visto al hijo que llegó solo a los
dieciocho años, pero jamás habfa visto al padre ni a la madre. Todo
había pasado entre el hijo y yo solamente; a veres le decla: "iSerla
bueno que pagara sus sesiones! Habla dicho que su padre estaba de
acuerdo. -S{, ipero es imposible! Imposible sacarle dinero. Cuando
le pido que me litme un cheque, no quiere. Me siento muy incómodo.
-Mire, intente ganar un poco de dinero, como pueda, y me dará lo
que sea, pero hay quedar algo. Por más quesea usted hijo de un doctor,
no puedo atenderlo del todo gratis. No es posible, y serla malo para
usted." Entonccshacía trabajitosextras, iba a Gibcrt, entregaba flores,
cte. Y roe trala lo que podía: "Esta semana, gané quince francos.
- Bien, iesLli muy bienl"
A.si pues, el padre vino a verme: "iOb!, no me quedaré mucho
tiempo. iNo tengo mucho que decirle! Por supuesto, mi hijo ha dejado
det.artamudear. No comprendo nada de psicoanálisis; creo que es un
m~t odo un tanto <ospechoso que aborda los lados ()SCuro< de los
humanos, pero en fin, a mi hijo le resultó." Entonces yo: "Sabe que
hace dos años que trato a su bijo y que usted jamás me ha pagado. No
ha pagado nada por él." Me conu:sta: "iPcro, caramba, usted es una
colega! Entre médicos no cobra uno loscuidados que dispensa. - iPc-
ro yo no necesito sus cuidados y no soy militar!" Entonces me dice:
"Me pare« muy molesto lo que dice. iNo es nada confraterna!, nada
lA 1-ecNICJI Dll IAPORGUll

dcontológico! -Mire, lasl 50ft las cosu! En todo caso, •u h1¡0 n1.1
curado y cso cs lo principal.• Entonces comic112a a farfulbr y h.i.:cr
~OO. y saca una bol ella de la caJtera que traía consigo: "Le traje una
bolcUa de banyuts• pata agradecerle el tratamiento de mi hijo.• Y me
dio la botella de bányi1ts••• !Se fue tras darme una botella de bonyuls
por dos años de tratamiento de su hijo!
Sin embargo, lo divertido es que dos o tres años después volvf a ver
al muchacho quien, mientras tanto, me habla enviado a un compañero
a análisis. Por lo demás no sabia que habla sido por él por quien habla
recibido a ese estudiante con 1ics; no tartamudo sino grit6n, un poco
gritón. Como quena ser profcsor y gritaba un poco en los cursos,
!aquello le resultaba un tanto molesio! Mi ex paciente le habla dicho:
"Mira, yo me curé de una tartamudez yendo a ver a la señora Oolto,
quiJ' ella pueda curarte de tu tic de gritar.• Era un tic del csóíago, y
en efecto ese muchacho se curó pronto, pero no recuerdo para nada
su caso. Y sólo cuando volví a ver al primero me enteré de que el otro
era un comp:u\ero a quien habla dado mi nombre, y que no me habla
dicho que habla venido por él. Simplemente: "Un compañero de la
Sorbona roe dio su dirección."
Lo divertido es que, cuando me lo encontré en la calle Le Coff,1 en
cuanto me vio me gritó: "iSeñora Oolto! iOué gusto verla!" Entonces
baja a la cuneta -yo me quedo en la acera cuandoamboscstábamos
en 11 acera. Le digo: •¿porquf, <i leda gusto, baja a la cuneta?~Sueha
una carcajada: "iAh,sí! ¿Por qué? l'.o losé. _¿ y cómo está? - Pre·
paro la oposición a la cátedra. Me va bien. Me reprobaron el año
pasado, pero creo que ésta será la buena." Ywelve a bajar a la cuneta.
Entonces le digo:•¡ Pero de veras necesita es1ar en la cuneta! lNo será
porque su padrcsólo me pagó con una botella dcbanyul,s? - llCómo?I
lNo le pug6 nunca? A mi me dijo que le habla pagado con un cheque,
mucho más de lo que debía. - Bueno, guárdese es10, porque sin duda
está convencido de que me pagó mucho más de lo que debla. !Pero no
porque el psicoanáli.sis lo curó va a andar toda la vida en la cuneta junto
a mi' iSomos iguales, cnti~ndalo bien ahora! Pronto será profcsor en
la Sorbooa o en otra parte, por fin catedrilico de historia, cosa que le
deseo." Nos reímos un momenlo, luego no.. dcspedimos y jamás lo ~lvf
a ver. A$I 50n las cosas...

• Vino <Jy~ íabricado en RouaíUon, ['l'I


Sl..11 C'nUc le 00ff e$ uná C'allecila del llamo 1...itllno entre. lataJICSouffio17 la C'lllC
011y.1..uwe, Una de ¡us partiruJandadCJl c1 que en el número 10 se cnruentra el ho1e:I
du R~lil,4.k>ndc: Frcud i;c. h06"pedóduran1c5uui1n<'iacn Praríscn el irrvie-mo 188S·llS86
De allí iba lodol IOI d'8s a ta ronsulta de 0\1rt01 en t.- Salpl:t~re.
IKK LA ñCl\1CA DB 1.AFOROUB

Lo que quiero decir, es que la técnica que empleE\ con él, jamás la
hul>rla empleado si Laforgue no me hubiera dado esa clave y, en suma,
por sugestión, convencida de que debla hacerlo si era una muchacha
consecuente con su descubrimiento del psicoanálisis: comprender
cómo ayudar a mi madre de esa manera y hacer un acto que, para ml,
era de lesa majestad, una falta al respeto filial; pero que, en realidad,
íue el alivio del dolor y del sufrimiento neurótico de mi madre quien,
como resultado, íuc encantadora al final de su vida. ITotalmcnle
encantadora!

Es todo, amigos míos, creo que les he dicho lo que o mi vez quería
/Tonsmitirles.
ANEXOS
PAMJI .IA Dfl FRANCOISP MARm'T'll

Hcnri Marie Charloue Nlhur Dcmmler Henriet1e


Marene l.andry pol•téalico MllTguente
arquitecto 1847 - 1921 1844- 1912 Secrttan
1838- 1880 1860. 1938

Henri Marene Suzanne ltmmlcr Pierre D.


p<llicécmeo 4 oet ubre 187\1.. tfo novio"
1lagosto1874 21 enero 1962 27 marzo 1886
21mayo1947 lOjulio 1916

malrimonioel 12dejuoiodc 1901

J
Jacquehnc 12 agQ'llO 1902-30 ..:pcicmhrc 1920.

Pierre 3-0 diciemt>re 1903-22 marw 1981. Alumno de Sainl-Cyr


General.

Jean 4 jumo 1906-IR mayo 1985. Alumno de la r..1euela Ceniralde


Artes y Manufacturas. Ingeniero.

6 noviembre 1908-25 agosco 1?88. Doccora en medicina PSI ·


coonaltsta.

Phihppe 14 marm 1913. Doctl)ren medicina. Psicoanalista.

André 21 diciembre 1915. Ooccor en derecho. Ejecutivo en Phlltl"'·


J)ircctor de la Caja de P.jcculivos.

Jacques 21 septiembre 1922-25 abril 1984. 1iru~1do de la Escuela de


Cien~!lLS Pn!P~s, Senador. Diputado. M1ms1ro (Corre'"• 1e·
lccomumcacioni:s y 1eledifusi6n) .

l 191 I
191 ANEXOS

111\1\111..li\ Dl!FRJ\N<;DISE Mi\Rl!TIE DOLTO

BoñsDoito Fran~ Mareue


Simferopot 22 julio 1899 París: 6 noviembre 1908
Anlibes: 'l:1 julio 1981 Parls: 25 agosto 1988

Matrimonio clvit el7de febrero de 1942,alcaldla del distrltoclnoo,


París.
Matrimonio religioso: el 12, iglesia católica rusa de Pan•.
Jean-O!rysoolome 20 de febrero 1943, París. •carios".
Gr!goire, Nicolas 28 noviembre 1944, Parfs. Arquitecto Naval.
auberine-Marie 5 agosto 1946, Le Croisic. Médico.

l!STUDIOS

- Primaria y secundaria de décimo a primero (octubre 1914. julio 1924) en


la Aeademia Malatrct, calle Raoelagh nom. 119 (ya no existe).
-Últimos cursos del baehUlerato: clase de filosofla en el liceo MoU~c. París,
distrito l6 (1924-1925).
- Enfermera diplomada el 16 de junio de 1930.
- Medicina
• PCN: 1931·1932.
• ler. a s•ano: 1932. 1937.
• Entrenamiento para convertirse en ex1ema: diciembre de 1934.
-Cursos de práctica para convenirse en exiema:
• BrcLOnncau: 1de mayo 1935 · 30 de abril de 1936. (J>r. l.eveut).
• Vaugirard: 1de mayo de 1936 .30 de abril de 1937. (Dr. Heuyer).
• Enfunts-Malades: 1demayode1937 • I de enero de 1938.(Dr. Darrc.)
(Decide no convertirse en externa oi interna.)
Supervisores: Hartman, Garma, Lo<.-wenstein, Spitz, Leuba y Sopbie Mor-
genstcm (para los niOos).
- Defensa de 1esis: 11 de julio de 1939.
lnSlalación: 1 de septiembre de 1939 (médica general y pediatra).
ANEXOS IVI

DOMJCIUOS

- calle Gosta11e Zédé ot1m. 18, So. piso, París, distrito diecis~is. Del 6 do
noviembre ele 1908 a junio de 1913. J,ugar de nacimiento.

-Avenida Mcrccclcs núm. 2 (Coronel Bonnet), So. piso, Parfs, distrito dle<I
séis. Desde el regreso a clases de 1913 al 3 de noviembre de 1936.

- Calle Dupu)'1ren nllm. 7, planta baja, París, distrilo cinoo. Del 3 de oov\cm ·
bre de 1936 al 1de junio de 19'37. Recihe kis tres paaentcs Oc la analL'Ut
en formación que era en ese momento.
- Plazoleia Henry-Paté núm. 13, 4o. piso, París, distrito dieciséis. Del 15 de
jul!O de 1937 al 6 de agosto de 1942. Se lrulala como médica general y
pediatra, luego como psicoonabsta.
-calle Saint-Jacques nom. 260, 2o. piso, París, distrito cinco. Del 6 de agosto
de 1942 al 25 de agosto de 1988. Apariamentoy consultorio después ele su
matrimonio. Muere eo ese apartamemo.

Por otro lado, Fran<¡<>ise heredó~' casa íamilinr de Oeauvtlle, "l.a Catanna";
8onsy Frnm;oisccompraronjuntosunncasaen Antíbes "Soledad" -don.
de murió Boris cuyas ccni7.as, a petición suya, fueron esparcidas en el mar.

VARIOS

Cura pslcoonalRlca del 17 de íebrcrode 1934 al 12de marwdc 1937.

Encargada de con.•ullas
Hospital Trousseau: 1940-1978.
Cen1ro ~lieone-Marcet 1962-197$.
Doctor Mncri.• rmua de la universidad de Lovaioa (1979).

JnsUtuciooes pslcoanalfticas de las que F. D. fue miembro:


-Sociedad Psicoanalflica de París: 1938-1953.
Miembro afiliado: 20 de junio de 1938.
Miembro litular: 12 de julio de 1939? (archivos pcrdidoo).
- Sociedad Francesa ele Psicoanálisís: 1953-1964.
- Escuela ~reudiana de París: 1964-1980.
ANLXOS

\LS UI TIMAS PALJ\BRJ\S

ne.pub de decir a las Ira penonas prCM:nlC> que iban dc¡arl3$, y de pedir
que la dlOCUlparan CQO aquellos a io. que no podfa c•perar haMa que
regresaran de vacacionc~, en particular n Dcnis Va..\.SC, murmuró con vm
d1VCnida y conm0\'1da: "Nll cs1~n codoll l<lS 1mb6:11<:s, como siempre. !'ero
no es a)!llO •.empre, no cs oomo siempre •
Sobre su tumbe, en el cemenicno de Bourg-la-Reine, ptdlóqucse grnt>ara csia
rrase del Hvungclio segun San Jua
No tcng;hs miedo.
Yo soy el OlmU10, la Verdad, la Vida.
/\GRADH'IMll NTCJs

IAl IOYCSl•p:oon<a concm11tn1 . . a la bot>gral!o de I'. D.. not lail okk> amplila
mc:n1c faah•- ro< la c::ur•ord....,. y ~ira actmdad que han
dclplcg»d<HOdoo aqucllou quiclle:.'I "'"' dlngrmm puta ull<cner V1furmuaunra
:.eguras. c:n cuanto se cn1cnn.lf'l de qut et obJCllW> cr1 la hL'VOllOI t)e la \Ü lk:
1rani;otw: l lallo. y en J'BlllCUlar
La llC1\ln Bu1del11tmcio de archMll de la i\sir.lcnna Pu'*8 C'crutaJ:.
El scmao del ptl'IOn;JI de k1' 00.ptlaln Mu11•on·Blanch<, V1ugimrd,
Richnl
La ..nonta M<ililor, bllltiul....,.. de IB 11'albd de Mtdoana
La "'""'lll Slllll\ille del ICM.-..• de .-cllro•Jo de la ''<1'.
l.a aa.-n:tuna de la f'llhlillcc.:a l.I<' 'lck:0..1fTIUnK:aCKmt:ll
rn llCl'lor /\ndré-1\tnaud "'"'l'nY· pcnod.... a de/'/ :i¡wp< (!IC<ICi<ln de ll<Jlro~
La~ura Cclcne <;<·timn;inn. pcdia1ra,quc ¡mi.l•uownc:n p11r1mcma
d """""' l6o que I'.....,"- I>• ••. y que 11 sucedió, cm <u marido, en d
ap:in.uncnto de lo calle Dupuytren
Dan1~ie /\ugor, pr1>le$0ru de 1>11edru de griego, en I• UnMnidad de
Narucm:.
la rftnra M« 1 CJlll, llblil.Mcun.. lk la " '•"i<dad p..;..,..,,.lna de PartL
Sin cmtwgo dc:t>cmor. esp<a:il<> agradc<>mitnh" a
Ca1hcrinc D<~u1.:1ol11d>,11100<,.,, de 8u madre, qutcn""" abrk\.., rc8trle·
o04l alguna klo archivno de l 'r~ Oollo, y !IObrc l<•lo la tolcmll1 por ella
CUlllCtVolda de .... agcndal pcnnnab de 1•11!1 a l •"'1( dnnde k> CICnC'lll era
eaaadó cada dfa, &si romo >u a..mpnndcllClll, en par11cular a IU\ Jl"dn:s.
Cok11c Pcrtbc:mtn1cr-·cuco"- <¡uc '"""'garia
ulrcdcu me.e• <le••""
a sclc<.-.:kllW, c:tas1nc.11, .oM:r uuliLllllc"'°' archM• a"' una dnuión y un
ngor fuera de loromun. la mabtalllúlcb:crmdc-uy...mpt"c reabmco
lo ID&llM aaiplil ailumia, la mformaaón pnaaa que alJ:ltlaha la ddlcultad.
NBdlnc Mc.•poull>b, nu..irn .im1ga yailcga, quw:n 1uvuabicn totuaJTllr a
Cite 1ra11ujo horas y hun" --•ohrc 1u.1<i a i. t>Wquc:<Ja de fuentes QX!as, en
la B1bWcca1 NacioNI.
fl cb.ior l'hil•ppc ~lle qwcn '""°
a 'bien ux:ibi 11c11.•.....,,,.. >uA
lfdlM• pmonak:1 y perm1umca apr<lllCdlar 1ocb.>us conoonucnms conc<:r.
nlcn1cs u lB$ fcm,., k'8 rugare• y "'"'º""'
111\~ucrlldal, cunnta.• ~ lo
oe<c>l1amo1. Catklhcnnano mrnur (cumroatl<ll) d< I~. '"""' 111....,,,.
111fanna, kll miam• poldra, Qllll)l.1Ó kll m..,,.. lugares y vMó kll rmam(•
JCOnlecimlcntOl. !'ero adcmá.•, reabro luo mMlo. dilud!Cl8 ni m11mu 1lempo,
1uvo eJ masmo an.alL\toi y en putlc nl mi:wnn uemp.l, vaya. jcJCtCIÓ la mllfllM
prol"1!0nl
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por eNÍtiat; c~itorialcs rom pu lariLadCMt
impreso en cuadratín y me.dio, u.
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de& mil ejempla:~ y Wbrantu
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