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EL MISETERIO VELAZQUEZ, PERSONAJES:

- Del Castillo: Caballero de rubia melena e indumentaria llamativa. Saca a Nicolás de su tierra
natal.

-Marina: Aya de Nicolás, ambos se tenían mutuo afecto.

- Acedo, Diego de: también llamado el Primo. Ingresó en palacio en 1635. Cuando le conoció
Nicolás, debía de ser ya de avanzada edad y avezado en todas las intrigas de la corte. Pronto se
convirtió en el “padrino” deL joven Nicolás al que ayudó en varia ocasiones y que gracias a él
consiguió sobrevivir durante su primer encuentro. Era el protegido del Conde Duque de Olivares
y dicha protección le hizo poco menos que “intocable”.

-Tommaso: Cocinero italiano de palacio. Era un hombre sonriente y robusto, de carrillos muy
sonrosados.

- Aguilar, Conde de: Uno de los muchos cazadores que andaban por palacio, sin más quehacer que
divertirse a costa de los demás. Conde de palacio con sobrada fama de pendenciero Nicolás tuvo
un percance con él cierto día en palacio. Velázquez odiaba por el afecto que el conde tenía hacia
Mª Sarmiento

- Felipe IV: Rey de España. Caso en 1615 con Isabel de Borbón y tiempo después contrajo
matrimonio con su sobrina, Mariana de Austria, que a la sazón contaba tan sólo quince años. Fruto
de esta unión fue el nacimiento de la infanta Margarita. Manifestó siempre gran amor por el arte
y una predilección sin límites por su pintor de Cámara, a quien llegó a estimar no sólo como artista,
sino también como hombre.

- Guijuelo, Francisca: cocinera de palacio y, durante muchos años, aya de Nicolás. Era una mujer
bondadosa a la que meses antes se le había muerto su único hijo, por lo que derrochaba una ternura
infinita con todos los niños, así que tuvo bajo su custodia a Nocolasillo. También, tenía buena fama
de aliñadora. Tiempo después cuando Nicolás maduró y la salud de francisca se veía frágil, El joven
la ayudó notablemente.

- Ana: niña enfermiza que acudía a clases junto a Manuelillo y Nicolás.

- Manuelillo: niño activo y mal estudiante que recibía clases de instrucción junto a Ana y Nicolás.
Manuelillo a ser nulo en los estudios, y por lo contrario, un apasionado de las guerras y las armas,
solicitó entrar al servicio de un capitán de las caballerizas, por lo que éste partió a Flandes, lugar
del que nunca regresó con vida.

- Maribarbola: su nombre verdadero era Bárbara Asquín. De origen alemán, ya lleva algunos años
sirviendo en palacio antes de la llegada de Nicolás. Velázquez mantuvo siempre una afectuosa
relación con ella y, tratándose de gusto, decía dejarse aconsejar por barbarica. Tenía el don de
ver siempre más allá de lo que parecían las cosas, Esta muchacha sufría la acondroplasia, al igual
que Nicolás

- Moisés: mastín que fue propiedad de Nicolás Pertusato. Llamado así, como se sabe, por que fue
salvado de las aguas cuando su dueño intentaba ahogarle. Fue siempre un amigo fiel de Nicolasillo.
- Nerval: El más controvertido de los personajes de esta historia. Poseía la extraña peculiaridad
de no permitir recordar su rostro, de forma que, quienes lo veían, no lograban después describirlo.
Se desconocen los motivos de su aparición en el palacio, así como la causa de su influencia. Cuantos
le conocieron parecían detestarle. Por su habla parece ser de origen italiano.

- Nieto, José: No era un hombre de simpatía para Nicolás, ya que en varias ocasiones había
recriminado a don Alonso la libertad con la que trataba a su aprendiz. En realidad, a través de
Nicolás intentaba clavar sus dardos en Acedo, pues tuvieron asuntos pendientes tiempos atrás.

- Ortiz, Alonso: Maestro de los criados que esperaban acceder a la Cámara. Hizo ver a Nicolasillo
la virtud que hay en combinar la memoria de la poesía y la estimuló en su aprendizaje. Tenía por
suyos los logros de sus discípulos e inculcó siempre en aquellos que le escucharon una idea de la
nobleza que más tenia que ver con el espíritu que con la hacienda.

- Pacheco, Juana: Por su condición nunca se valoró suficientemente su verdadera personalidad y


su influencia en la obra de Velázquez. Poseía tantas dotes para la pintura como su marido. En sus
últimos años, tras los diversos viajes a Italia de su esposo, debió de perseguirle alguna sombra de
amargura, pues los desvelos de Velázquez por las eternidades del alma y del cuerpo le mantuvieron
alejado de la vida familiar. Murió ocho días después que su marido.

- Pareja, Juan: fue esclavo de Velázquez. El afecto y la consideración entre ambos creció tanto
que en 1650 obtuvo su carta de libertad en Roma. No obstante, permaneció siempre al lado del
maestro. Llegó a ser un excelente artista. Entre sus sueños imposibles siempre estuvo el de
recuperar el retrato que Velázquez le hiciera en Roma. Era una persona muy entusiasta y
divertida; en cuanto a su presencia, era alto, mulato, robusto y sus movimientos eran bastante
rítmicos. Se convirtió en uno de los grandes amigos de Nicolás y le ayudo a cumplir la última
voluntad de Velázquez.

- Pedro Chávarri: Médico de su Majestad, el cual atendió a Velázquez en sus últimos días.

- Pertusato, Nicolás: Natural de Alessandría de la Palla, en el Milanesado, ingresó en el palacio


en 1650. Poseyó siempre una extraña clarividencia que le hacía prever sucesos del futuro. A lo
largo de su vida se halló en el centro de muchos extraños sucesos. En 1675 fue nombrado ayuda
de Cámara, cargo inusual entre los de su condición, pasado desde entonces a ser llamado don
Nicolás. Vio desaparecer a todos los que aparecieron con él en el cuadro de Las meninas, y en más
de una ocasión se le oyó decir que tenía prometida vida mientras viviese alguno de los que figuraban
en el lienzo. A lo largo de su vida conoció a numerosos personajes famosos y se convirtió en un
servidor y amigo fiel de Velázquez.

- Velázquez, Diego: De niño parecía ya encontrar en los pinceles su mejor juguete. En 1623 fue
nombrado pintor del Rey. Sus logros en la pintura no necesitan ser recordados. En los años en que
transcurre esta historia se hallaba inmerso en esa confrontación con la eternidad que es el cuándo
de Las Meninas. En 1656 dio fin a la obra; sin embargo, hasta tres años más tarde y tras una ardua
batalla no logró ver cumplido su sueño de ser nombrado Caballero. Esta diferencia de tres años
entre la creación del cuadro y la obtención del título que le permitía usar el hábito con la Cruz de
Santiago dan crédito a la confesión de Pertusato.

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