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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA EQUINOCCIAL

Jhandry Geovanny Cuenca


Ingeniería de Petróleos
Ética Profesional 9 “TD”
11 de Julio de 2018

CRÍTICA A LA OBRA UN CÁDAVER A LOS POSTRES

Una sátira al mundo policial que atraviesa los rincones oscuros de un asesino es
el preámbulo de la obra “Un cadáver a los postres”. Partiendo de la intriga y el
misterio en el que se desenvuelve el ambiente, atrapa al espectador con cada
personaje del arreglo donde queda servido el humor inteligente, un argumento
disparatado, personajes esperpénticos, un humor basado en situaciones
surrealistas y en diálogos chocantes. Bajo la personalidad de cada uno, se dirige
un ataque a ciertos arquetipos y prejuicios, y una burla bastante directa a los
grandes defectos humanos, como la envidia, la mentira, la hipocresía y la
prepotencia. La mejor sensación que podemos obtener es el aturdimiento que
se logra obtener con cada uno de los observadores, al no saber quién es la
víctima, ni el investigador, ni los sospechosos, ni el culpable.

El enigma que se mezcla con cada personaje esta sin duda acorde a la obra;
plagada de momentos brillantes, juegos de palabras, situaciones desternillantes,
y una confusa sucesión de acontecimientos que ayuda a la constante hilaridad.
Sin embargo, no voy a negar que hubo personajes que destacaron más que otros
o que opacaron el desenvolvimiento de la obra dejando espacios vacíos que
fueron rellenados por otros actores. Pero lo que la trama transmite es sin duda
una serie de giros continuamente que conllevan a cuestionar la percepción de
los detectives con la realidad, aumentando el desasosiego a medida que el reloj
llega a las 12 de la noche y asumiendo un cuadro de angustia por saber quién
es el asesino, sabiendo que cada uno puede ser el culpable con los detalles
ingeniosos que se plantea.

“Un cadáver a los postres” más que ser una sátira a las obras de misterio es una
crítica al mundo policial, todos los estereotipos y tópicos del género dándoles la
vuelta al acertijo crucial para descubrir quién es el mejor criminólogo. Sin duda
una parodia llevada excepcionalmente, y sin mayor pretensión que la de hacer
reír al espectador. Aunque el final es absolutamente precipitado y las hipótesis
son una crítica no velada a las trampas de las historias de detectives que
guardan detalles para imposibilitar la resolución del misterio por parte del
espectador. También es enrevesada y digna de un capítulo de Scooby-Doo.

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