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T-179/93
DERECHO A LA VIDA-Protección/MATERNIDAD-Protección
Santafé de Bogotá D.C., mayo siete (7) de mil novecientos noventa y tres
(1993).
Ha pronunciado la siguiente
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1. Hechos.
2. Solicitud.
1. Competencia.
El artículo 42 del Decreto No. 2591 de 1991, que desarrolla la acción de tutela,
establece en el numeral 9º que ésta procederá contra acciones u omisiones de
particulares en los siguientes casos:
1Las dos definiciones se encuentran en el Diccionario Jurídico Abeledo-Perrot. Argentina 1.987. Tomos II y III.
2Cfr, Sentencias Nros T-548 y T-875 de la Sala Cuarta de Revisión de la Corte Constitucional sobre la acción de tutela frente a
particulares.
La vida como supremo interés de la sociedad política organizada, como máximo
escalón dentro de la jerarquía de valores, es reconocida como un derecho
inviolable y protegido jurídicamente en sus diferentes etapas.
3HOYOS CASTAÑEDA, Ilva Myriam. El concepto jurídico de la persona. Editorial Eunsa, Pamplona. 1.989,
pág.. 483.
"toda persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la
concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente"
(negrillas no originales).
La Convención sobre los Derechos del Niño adoptada por la Asamblea General
de las Naciones Unidas del 20 de noviembre de 1.989, y aprobada en Colombia
mediante la Ley 12 de enero 22 de 1.991, establece en el Preámbulo que:
El Decreto 2732 de 1.989 (Código del menor), protege la vida del nasciturus,
cuando en el artículo 4º establece que "todo menor tiene el derecho intrínseco a
la vida y es obligación del Estado garantizar su supervivencia y desarrollo" y en
el artículo 5º de esa misma norma consagra que: "todo menor tiene derecho a la
protección, al cuidado y a la asistencia necesaria para lograr un adecuado
desarrollo físico, mental, moral y social: estos derechos se reconocen desde la
concepción".
3.4. Conclusión.
Así como sucede con la niñez, la juventud y la tercera edad, la maternidad fue
objeto de especial protección en la Constitución de 1.991. Igualmente, dada su
estrecha relación con la dignidad de la persona humana consagrada en el artículo
1º de la Carta y la protección a la familia, se estimó que la maternidad debe
recibir protección constitucional.
En el primer caso, toda mujer que trabaja tiene derecho a las prestaciones
consagradas en el Capítulo V del Código Sustantivo del Trabajo, tales como el
descanso remunerado en la época del parto (art. 236), descanso remunerado en
caso de aborto (art. 237), descanso remunerado durante la lactancia (art. 238),
prohibición de despido (art. 239), permiso para el despido (art. 240), nulidad del
despido (art. 241), trabajos prohibidos e indemnización por incumplimiento (art.
243). Prestaciones que son debidas tanto por el Estado o el particular en calidad
de empleadores.
5Convenios Internacionales del Trabajo ratificados por Colombia. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Santa Fe de Bogotá. 1.993, pág. 37.
demuestre mediante prueba sumaria que se encuentra en alguna de las dos
situaciones descritas anteriormente.
6Corte Constitucional. Sentencia T-523 de 1.993. Magistrado Sustanciador. Dr. Ciro Angarita Barón.
Las relaciones familiares se basan en la igualdad de derechos y deberes
de la pareja y en el respeto recíproco entre todos sus integrantes.
Diversos motivos, como la violencia que actualmente vive el país -que ha dejado
un sinnúmero de mujeres viudas-, el abandono del hogar por parte del hombre y
las madres solteras -reflejo de la displicencia del padre con respecto a la
natalidad-, han obligado a la mujer a incorporarse a los roles de producción,
adquiriendo la responsabilidad de ser la base de sustentación económica de su
hogar, sin haber llegado a desprenderse de los patrones culturales que la
confinan al espacio doméstico y al cuidado de los hijos.
Bajo la óptica del Estado Social de Derecho es donde la mujer cabeza de familia
debe recibir por parte del Estado y la sociedad un trato preferencial para el
sostenimiento y educación de los hijos.
Hoy en día son innumerables las madres que acuden al Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar, a los Juzgados Civiles de Familia o incluso a los Penales
para que a través de una sentencia se obligue al reconocimiento de los alimentos
que por ley se deben a los hijos. Ello refleja que conmueve más la ejecución y
el temor al embargo judicial que el propio dictado del sentimiento de padre.
Los derechos constitucionales violados en este caso son: los derechos del que
está por nacer, los derechos de la familia, los derechos de la mujer y el derecho
de igualdad.
En otras palabras, ¿Qué otro medio de defensa judicial es tan eficaz como la
tutela, que entonces la desplace por ser ella subsidiaria, para asegurar la
financiación de los gastos del parto de una vida humana? Para la Corte ningún
otro, de suerte que se reúne también este segundo requisito.
Así las cosas, se reúnen los tres requisitos para conceder la tutela, de suerte que
se revocará la sentencia del Juzgado Unico Civil Municipal de Gigante.
Para la fecha de la presente sentencia el hijo ya ha nacido y por la distancia del
domicilio de la peticionaria no se ha podido comprobar por parte de la Corte en
qué estado se encuentra, y si fue la madre la única que corrió con los gastos de
clínica, atención médica y atención al recién nacido o si finalmente el señor
Alcibiades Sánchez colaboró al pago de los mismos.
Todo lo anterior sin perjuicio del proceso de alimentos, que podrá adelantarse
ante las autoridades competentes.
RESUELVE: