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K.S.

GIRTAB

LOS 12
FILOS
TERCERA PARTE :

EL ÚLTIMO FILO
REVOLUCIÓN
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Este libro es una obra de ficción y cualquier parecido con


personas, vivas o muertas, o lugares, eventos o locales es pura
coincidencia. Los personajes son producto de la imaginación del
autor y se utilizan de manera ficticia

Los 12 FILOS Tercera Parte


Copyright 2010 por K.S. Girtab
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TABLA DE CONTENIDOS

INDICE
EL ÚLTIMO FILO / REVOLUCIÓN

Capítulo 1 La niña de la casa


Capítulo 2 Sentimientos
Capítulo 3 FILO número doce: Lilith
Capítulo 4 Fin de la búsqueda
Capítulo 5 El comunicado de la Ciudadela
Capítulo 6 Posición en el conflicto de La
Legión y El Círculo
Capítulo 7 La fiesta
Capítulo 8 Un nuevo Bérserker
Capítulo 9 El torneo
Capítulo 10 Antes de la batalla
Capítulo 11 La batalla final
Capítulo 12 Desenlace y reencuentro
Capítulo 13 El fin de una leyenda
Capítulo 14 Nuevo FILO número dos:
Heimdall
Capítulo 15 Conclusiones y partida
Epílogo
Apéndice
CAPÍTULO 1
LA NIÑA DE LA CASA

Argento Riazor estaba postrado ante la cama de su esposa,


después de una larga enfermedad finalmente había fallecido, en
su implacable contienda contra la muerte había sido vencida,
pero Lady Riazor no fue la única que perdió la batalla, su esposo
la acompañó en el suplicio y en la derrota, había buscado por
todos los medios de curarla, hizo traer a los mejores
especialistas del mundo, tenía la vana esperanza de salvarla
junto con la criatura que llevaba dentro, pero al final no hubo
nada más que hacer, su esposa murio al dar a luz a su tercer hijo,
ninguno sobrevivió.
El Tesorero del Distrito Comercial estaba deshecho, esperaba
con ilusión a ese tercer hijo. Su primer vástago, un varón, fue
sacrificado en un hecho lamentable, la muerte de su
primogénico acompañaba a ese poderoso hombre en todo
momento, su corazón jamás se recuperó de esa pérdida, después
nació su sagundo bebé, una hermosa niña a quien pusiéron
Christina, pero la esperanza del patriarca del Clan Riazor era
tener un heredero varón, alguien que continuara su linaje.
El segundo embarazo de su esposa fue de alto riesgo y estuvo
a un paso de la muerte, Argento Riazor la trató con todos los
cuidados y finalmente un año y meses después resultó
nuevamente embarazada, los pronósticos eran optimistas y
resulto que esperaba a un varón, pero al final de su embarazo
todo se complicó y ambos perdieron la vida.
Christina tenía dos años cuando su madre murió junto con su
hermano menor, su padre por el dolor de la pérdida la
desatendió por completo, a partir de entonces ella siempre se
sintió muy sola...
La residencia principal de Christina estaba en el Distrito
Comercial, aunque su padre viajaba mucho ella se quedaba en
casa al cuidado del ama de llaves, Maggie, su vida era tranquila,
no tenía muchas amigas porque casi no salía de su hogar, pero a
los tres años de edad su vida cambió, a su casa llegaron un
hombre y su pequeño hijo, un niño de su edad que era muy
tímido y se ocultaba detrás de los pantalones de su padre.
"Señor Sargás, le presento a mi hija y heredera de todo lo que
tengo, se llama Christina."
El hombre se agachó para saludar a Christina. "Hola princesa,
mi nombre es Mirkos Sargás y estoy aquí para servirte."
Argento Riazor le señaló al pequeño que estaba detrás de
Mirkos. "Mira Christina, ese niño es su hijo, se llama Lesath
Crossifixio y vino para ser educado aquí, espero que lo hagas
sentir como en su casa."
Christina esbozó una sonrisa, le gustó el niño, pensó que con
él en la residencia ya no estaría tan sola. "¡Hola Lesath!"
El niño apenas la observaba de reojo, tenía la mirada baja,
sintió un extraño escalofrío cuando esa niña le habló, pensó que
era la criatura más bella que jamás había visto, sintió pena, no
estaba acostumbrado a tratar con otros infantes, con voz apenas
audible le responió: "Me llamo Cross."
Su padre lo golpeó. "¡Cállate niño! Que te llamé como
quiera."
"Me gusta el nombre de Cross, entonces llámame Chris."
El infante en un principio se quedó callado, pero sintió la
mirada hostil de su padre, en cambio, él seguía con la mirada en
el suelo. "Hola Chris."
"¿Cuántos años tienes?"
"Tres."
La niña tomó su mano. "¡Yo también! Vamos a ser buenos
amigos."
Cross no respondió, agarró su maleta y siguió a su padre,
pero por alguna razón por primera vez en su vida se sintió feliz,
fue un sentimiento que le agradó. Por su parte, Christina estaba
contenta, por fin había en la casa alguien con quien jugar, ese
niño era callado pero se veía simpático.
Después de dos semanas Christina estaba decepcionada,
Cross no jugaba con ella, todo el día se la pasaba con tutores
estudiando y aprendiendo técnicas de combate, su padre le había
prohibido terminantemente que lo interrumpiera en sus
lecciones. Un día vio a Cross comiendo viendo el lago de su
casa.
"¿Es bonito verdad?"
Cross tardó en contestar, la niña lo intimidaba. "Si, mucho."
"¿Quieres jugar conmigo?"
Cross jugaba con su comida, evitaba ver a Christina, pensaba
que si la veía mucho ella se enfadaría y nunca más le volvería a
hablar. "No se si pueda."
"Ahora no estas entrenando ni estudiando... ¿Verdad?"
"No, me dan una hora para comer."
"¡Entonces en esa hora puedes hacer lo que quieras!"
"No se…"
"Yo soy la dueña de esta casa y digo que en tu hora de
comida puedes hacer lo que quieras."
Cross se rindió, no podía negarle nada a esa niña, daba lo
mismo que le pidiera jugar juntos o que se enterrara un cuchillo,
él sin pensarlo lo haría. "Bueno, entonces si quiero jugar
contigo."
Al final de ese día Christina estaba muy emocionada, Cross
era muy divertido y no le daba miedo nada, pero lástima que su
tiempo para jugar fue muy corto, lo llamaron cuando estaban en
lo mejor, pero al día siguiente lo buscaría a la hora de la comida
y continuarían su juego en donde se quedaron, se fue a dormir
feliz. Al día siguiente fue a buscar a Cross, cuando este la vio se
iluminó su rostro.
"¿Vamos a jugar otra vez?"
"Si, continuaremos en donde nos quedamos."
Se hizo costumbre la hora de la comida, Christina realmente
disfrutaba jugar con Cross, él siempre estaba dispuesto a hacer
lo que fuera, no como los otros niños que conocía que eran
odiosos, de hecho, prefería jugar con Cross que con sus amigas.
Pasó un año y Christina no sólo comía con Cross, también
entrenaba con él en las tardes, el profesor Tokugawa se lo
permitía siempre y cuando no lo distrajera, Cross se había vuelto
su mejor amigo en todo el mundo, le diría a su papá que no lo
hiciera trabajar tanto y lo dejara jugar más con ella. Al buscar a
su padre se encontró con su guardaespaldas particular.
"Hola Lothar. ¿Está mi papa en su estudio?"
"Si princesa."
"Gracias, entonces voy a hablar con él."
"Ahora está ocupado, pero si quieres yo te llamo cuando se
desocupe."
"Está bien, es que quiero pedirle que no haga trabajar tanto a
Cross, quiero que le de más tiempo libre para jugar conmigo."
Lothar cargó a la niña y la llevó al jardín. "Mira princesa…
¿Puedes guardar un secreto?"
"Si. ¡Cuéntame!"
"Aunque Cross no es un sirviente y tu papá lo trata como uno
más de la familia, no lo es, ese niño fue traído aquí para ser
entrenado, si le pides a tu papá lo que me dijiste te prohibirá que
juegues con él y no quieres eso... ¿Verdad?"
"No, yo no quiero que me prohíban jugar con Cross."
"Entonces mejor no digas nada y que todo siga igual. ¿Está
bien?"
"Si Lothar."
Christina estaba decepcionada, pero Lothar nunca le había
mentido, ya había tenido razón una vez que le dijo que no
desobedeciera a su padre y lo hizo, el resultado fue que su papá
la castigó por un mes, sabía que su padre enojado era capaz de
prohibirle jugar con Cross, por ahora no le diría nada, pero
buscaría el momento adecuado.
Todo siguió igual, Christina continuaba jugando con Cross en
las comidas y entrenaba con él en las tardes, su padre estaba
viajando mucho y no se había presentado la oportunidad de
hablar con él, sus esperanzas de comentarle sus pretensiones se
diluyeron a los seis años, fecha en que se volvió a casar su
padre, estaban presentes los hijos de las familias más influyentes
de todo Boleria, Christina quería presentarle a sus amigos a
Cross.
"Papá... ¿Puedo invitar a Cross a la fiesta?"
"No hija, él esta entrenando."
"Pero es domingo."
"Sabes que entrena todos los días."
"Pero es sólo esta vez."
"No Christina."
"Entonces ya no quiero ir a la fiesta, odio a Janette y a sus
hijos."
"Mira hija, vas a ir a la fiesta y vas a atender a los niños de
los invitados. ¿Entendiste? Y ya no quiero que juegues con
Cross, lo distraes de sus obligaciones."
Al escuchar a su padre, Christina vio el error que había
cometido, Lothar se lo había advertido, lo único que le quedó
fue suplicar. "No, perdóname papá, ya no lo vuelvo a hacer, ya
no te voy a pedir nada, solo déjame jugar con Cross."
"He dicho que no."
"Desde que se murió mi mamá siempre estoy aquí encerrada,
no tengo a nadie con quien jugar, sólo Cross y es un ratito, por
favor, no me quites eso."
"Ahora jugarás con los hijos de tu nueva madre, Janette."
"¡No! ¡Ella no es mi madre! Sólo es tu esposa, además, no
soporto a sus hijos, Thitus es un abusivo y Meirelle me odia, no
quiero que regresen a la casa, Craig me caía bien pero dicen sus
hermanos que se perdió, por favor, déjame jugar con Cross."
El llanto de Christina era realmente sentimental, Argento
Riazor tuvo que ceder. "Está bien, pero recuerda: no lo molestes
mientras entrena... ¿Entendiste?"
"Si papi, gracias, te quiero mucho."
Riazor abrazó a su hija y la cargó de regreso a la mansión,
ese mismo día por la noche Christina se escapó a ver a Cross.
"¿Estas dormido?"
"No, muchas felicidades Chris."
"¿Te acordaste?"
"¡Claro que sí! ¡Es tu cumpleaños! ¿Cómo se me iba a
olvidar?"
"Por la boda de mi papá se les olvidó a casi todos, menos a
Bastián, a Lothar y a Maggie. Son los únicos que me quieren. Y
claro, tú también. Perdóname por no comer contigo."
"No te preocupes, era la boda de tu papá y tenías que estar en
tu fiesta."
"La fiesta estuvo aburrida, si tú no estás no es lo mismo, pero
te traje un pedazo de pastel."
"Gracias. ¿Lo compartimos?"
"No, yo ya comí mucho, ese es para ti solito."
"Que rico, oye Chris, yo también te tengo un regalo…"
"¿En serio? ¿Que es? ¡Dámelo ya!"
"Espera a que me termine mi pastel."
"No. ¡Dámelo ya!"
"Bueno, es muy sencillo y no está bien hecho, pero lo hice
para ti."
Cross le dio una cadena de oro con tres pequeños cilindros de
metal que corrían alrededor de la misma, cada uno tenía un
número, I, II y III. "Dice mi padre que esta cadena era de mi
mamá, como no tengo nada es mi pertenencia más valiosa y
quiero que tú la tengas, los cilindros yo los hice, son tres porque
representan los tres años que llevo de conocerte."
"¡Que bonita! Es el mejor regalo que me han hecho en toda
mi vida, te prometo que va a ser mi tesoro más valioso y
siempre lo voy a guardar."
"Señorita Christina. ¿Que hace aquí?"
Cross vio la cara de terror de Christina.
"Mirkos, sólo le traje un poco de pastel a Cross…"
"Vamos con su padre, no debería estar aquí."
Chistina empezó a llorar. "No, por favor Mirkos, con mi papa
no, me va a castigar…"
"Lo siento, pero no tengo otra opción."
Cross tomó a su padre del brazo con firmeza, debido a su
entrenamiento tenia una fuerza más allá de lo normal, estaba
lastimando a Mirkos. "Por favor padre, déjala ir, es su
cumpleaños, yo le rogué que me trajera pastel, es mi culpa."
Al escuchar esto Christina iba a decir algo, no iba a permitir
que Cross se echara la culpa por algo que ella hizo. "No, Mirkos
yo…"
"Vete Christina, yo hablo con mi padre."
"Está bien, gracias Mirkos, buenas noches."
Cuando Christina se fue, Mirkos se libró del apretón de Cross
y lo golpeó con el puño cerrado en el rostro. "Idiota. ¿No te das
cuenta que nos pueden correr por eso?"
"¿Por qué? Ella es la hija del dueño y puede hacer lo que
quiera."
"No seas imbécil, porque es la hija del dueño no puede
relacionarse contigo, aunque no hagas trabajo de sirviente así es
como te ven en esa casa, como gente de segunda, sólo te están
entrenando para que en un futuro les sirvas, que no se te olvide."
"No padre."
"Ahora ya sabes que hacer."
Cross se quitó la camisa y puso las manos contra la pared, su
padre lo azotaba con un fuete, ya no lo golpeaba con los puños
porque a Cross no le hacía nada, sus maestros lo maltrataban
más, pero había aprendido que su amistad con Christina no
estaba permitida, de ahora en adelante sería mas cuidadoso.
Mientras Mirkos castigaba con saña a su hijo, pensó en lo que
iba a hacer, tenía la intención de hablar con Riazor al día
siguiente, pero tuvo una mejor idea, Christina era la hija del
patrón, quizá algún día le serviría la amistad con Cross, decidió
callar.
Cuando Christina llegó a su habitación estaba realmente
espantada, tomó el regalo de Cross y lo guardó, se acostó pero
no pudo dormir. Al día siguiente fue a comer con Cross como
siempre.
"¿Cómo te fue?"
"¡Bien, pero que carita tienes!"
"Es que no pude dormir."
"No te preocupes, mi padre no dirá nada."
"¿En serio?"
"Si, en serio."
"Que bien… ¿A que vamos a jugar?"
"Hoy no vamos a jugar, nos vamos a recostar a ver el lago y
tú vas a descansar."
"Me parece bien."
Christina jugaba con una pequeña cicatriz que tenía en el
brazo, Cross le preguntó – "¿Todavía te duele?"
"No, ya no."
La cicatriz era producto de una pelea con Meirelle, un año
antes de la boda, Janette Azzán se había ido a vivir con Riazor a
su casa del Distrito Comercial con sus hijos, a Meirelle le
gustaba Cross, pero él sólo hablaba con Christina, eso enfurecía
a la hija de Janette quien siempre molestaba a Cross ante la
mirada divertida de su madre, Cross jamás se defendía ni
contestaba a sus insultos, simplemente la ignoraba, situación que
enfurecía más a la niña, generalmente lo hacía cuando no estaba
Christina, ella siempre defendía a Cross y su padrastro era muy
estricto en lo tocante a molestar a su discípulo.
En una ocasión Meirelle golpeó a Cross con una piedra y éste
sangró, Christina la vio y la golpeó en el rostro, entonces,
Meirelle la atacó, la hija de Janette tenía la sangre, fuerza y
educación de un guerrero, lastimó a Christina, Cross quiso
intervenir pero el guardaespaldas de Janette se lo impidió, un
enorme guerrero con un casco de gladiador que le cubría la
mitad de la cara.
Lothar llegó a tiempo para contener a Meirelle y golpear al
guardaespaldas de Janette, al enterarse Riazor de la agresión
envió a su hijastra a estudiar a la capital, antes, ya había enviado
a Thitus al Cinturón del edificio principal de la Ciudadela y aún
no encontraban a Craig. De golpe se habían librado de esos
niños que eran su pesadilla.
"Me acuerdo cuando te golpeó Meirelle, te abrió todo el
brazo."
"Yo casi no recuerdo nada, mejor, lo bueno es que ya no vive
aquí. Me alegro que Mirkos no dijera nada de lo de ayer, si mi
papá se hubiera enterado me habría prohibido volver a hablarte
y yo no quiero que eso suceda."
"No te preocupes, eso nunca va a pasar, yo no lo permitiré."
A partir de ese momento ambos supieron que debían ser más
cuidadosos con su amistad, pero al fin y al cabo eran sólo unos
niños, en una ocasión estaban muy entretenidos en un juego
cuando escucharon el sonido en los altavoces que utilizaban los
maestros para llamar a Cross a clases.
"Ya me voy, mañana seguimos."
"Espera Cross, no te vayas, vamos a jugar otro rato."
"Pero es que ya me están llamando…"
"Sólo un ratito."
Cross observó a Christina, no podía negarse a algo que ella le
pidiéra. "Está bien."
El ratito se convirtió en tres horas de juego, Cross perdió la
noción del tiempo, cuando regresó, su profesor ya lo estaba
esperando.
"¿Por que la tardanza?"
"Perdón, es que no escuché la campana."
"¿Y por eso te extraviaste tres horas? ¿Donde estabas?"
Cross no lo podía creer, el tiempo había volado, él pensaba
que no habían sido más de veinte minutos pero habían sido tres
horas. "Me quedé dormido."
"No debes faltar a tus entrenamientos muchacho, no sólo
pones en peligro tu estancia y la de tu padre aquí, también
peligra el empleo de todos tus maestros."
"No, yo… Lo siento maestro, acepto el castigo que me
imponga, no tengo disculpa, le aseguro que no volverá a
suceder."
"Está bien, vamos a entrenar."
"¡Eso no!" Quien hablaba era la señora de la casa. "Aquí no
se tolera la indisciplina."
"Lady Janette." El profesor la saludó. "El chico aprendió su
lección, ahora debe entrenar."
"Con razón es un desobligado, sus maestros no tienen
disciplina."
"Usted no va a decirme como entrenar a mi estudiante,
cualquier reclamación que me la haga Lord Riazor."
"Cuidado con como me habla profesor, soy mujer pero tengo
quien me defienda." Su guardaespaldas dio un paso al frente.
El maestro no temía al protector de Lady Janette, pero no
podía retarlo, ella era la esposa de su empleador. "Si la ofendí le
ruego me disculpe, ahora me retiraré con mi alumno."
"El joven Lesath no irá a ninguna parte, faltó a sus
entrenamientos por jugar con mi hija, ahora tendrá que
responder por su falta ante mi esposo."
Al escuchar eso Cross sintió miedo de que por su culpa
fueran a castigar a Christina, jamás pensó en lo que le sucedería
a él, corrió hacia Lady Janette y la tomó por el vestido. "¡No,
por favor!"
Cross no pudo decir más, el guardaespaldas de Lady Janette
lo golpeó en la cabeza, perdió el sentido.

"¿Christina?"
"Hola Lothar. ¿Que paso? ¿Por que estás tan serio?"
"Tu padre quiere verte, ven conmigo." Christinansiguió a
Lothar, mientras caminaban el guardaespaldas le advirtió: "Por
favor, si estimas y quieres seguir jugando con Cross, veas lo que
veas no digas nada. Acepta tu castigo y cúmplelo. ¿Ok?"
Christina, sintió un miedo profundo. "¿Que pasó?"
"Creo que lo sabes, pero tu padre te lo dirá."
Cuando Christina llegó al patio con Lothar sintió que el
corazón se le salía, Cross con la mitad del rostro hinchado
estaba de pie junto al lago con la cabeza agachada. Argento
Riazor le habló a su hija: "Christina, quiero que veas esto."
La hija de Riazor guardó silencio, el dueño de la casa le habló
con autoridad a su pequeño amigo. "Cross, has defraudado mi
confianza, yo te he dado cuanto tienes y tú me pagas con
desprecio hacia lo que te ofrezco, eso no lo puedo perdonar, tú y
tu padre tomen sus pertenencias y váyanse de mi casa."
"Disculpe señor Riazor, no pretendía insultarle, ni mi padre
ni la señorita Christina tienen que ver con mi comportamiento, si
quiere que me vaya así lo haré, pero déjeme irme yo solo, si me
da una nueva oportunidad aceptaré mi castigo y le aseguro que
no lo volveré a decepcionar."
"Profesores... ¿Que tal es Cross en sus estudios?"
"Poco más que un genio, sería un verdadero desperdicio el
dejarlo ir, terminará muerto o como un delincuente, sería una
lástima teniendo tanto potencial."
"¿Y en sus ejercicios de combate?"
"El niño es una máquina, soporta rutinas de ejercicios que no
aguantaría un adolescente acostumbrado a ejercitarse, tiene
mucho futuro."
"Yo no doy segundas oportunidades, pero al parecer tus
profesores que fueron los ofendidos si la dan, espero que la
aproveches."
"Si señor, gracias maestros." El muchacho notó que su
profesor de lucha no se encontraba entre sus maestros, temió que
por su culpa lo hubieran corrido pero no dijo nada, su situación
en ese momento era crítica."
Cross se disponía a retirarse cuando Lady Janette intervino.
"Argento... ¿Lo dejarás irse así como así?"
"Sus maestros que fueron los ofendidos lo han perdonado, él
dijo que no volvería a suceder, yo le creo."
"Pero debe saber que contigo no se juega. Sólo así aprenderá
su lección."
"¿Que sugiéres?"
"Nada drástico. Sólo unos azotes, así tu hija aprenderá a
obedecerte también."
"No." Gritó Christina. "No le pegues. Por favor papá."
Lady Janette observó a su esposo. "Eres muy blando con ella,
por eso hace lo que quiere."
Argento Riazor era una persona a la que no le gustaba que se
cuestionara su autoridad, le habló directamente a Cross. "Se te
dará un castigo de veinte azotes."
"Si señor."
Unos sirvientes le quitaron la camisa a Cross y lo amarraron a
un poste, Christina no soportó ver así a su amigo y empezó a
llorar. Riazor le habló a su guardaespaldas: "Lothar... ¿Puedes
por favor?"
"De ninguna manera."
"¿Que?"
"Yo no voy a azotar a un niño y menos a este chico."
"Pero que demonios…"
Cross se encontraba nervioso y estresado, estaba seguro que
habían despedido a su maestro de lucha, no quería que el señor
Riazor corriera también a Lothar por su culpa. "Por favor
Lothar, castígame, me lo merezco, es mejor que estar en la calle,
ayúdame y azótame, yo aguanto…"
"Lo siento Cross, pero no lo haré."
"Entonces Cross se irá." Dijo con una sonrisa burlona la
esposa del dueño de la residencia.
"No se preocupe Lady Janette, yo me llevo al niño."
Argento Riazor vio con furia a su esposa, después le habló a
su protector. "Espera Lothar, me disculpo contigo, yo sé que no
eres mi empleado, alguien más lo hará."
"Lo azotará Tellus, mi guardaespaldas." Lady Janette sonreía
triunfante, ver a Lothar azotar a Cross era bueno, pero que lo
hiciera Tellus era todavía mejor.
"¡No!" Gritó Lothar "El no… Yo lo haré."
Argento Riazor mostraba señales de estar cansado, quería
salir de eso lo antes posible. "Lo siento Lothar, esto no es un
juego, adelante Tellus."
El guardaespaldas de Lady Janette se encargó de dar los
azotes, Christina se puso a gritar desde el primero que recibió
Cross.
"Uno."
"Noooo ¡Ya no le pegues! ¡Déjalo!"
"Dos, tres, cuatro…"
"¡Que lo dejes te digo! ¡Pégame a mi, ya no le peguen a el!
¡Es un niño!"
"Cinco, seis, siete, ocho…"
"¡Te odio, te odio, ya déjalo!"
"Nueve, diez, once, doce…"
Lothar le gritó a Maggie. "¡Ya vio suficiente, llévate a la
niña!"
Maggie se levantó de inmediato, ni siquiera volteó a ver a su
patrón tomó a Christina y se la llevó, la niña estaba sufriendo
una crisis nerviosa.
"¡No!" Gritó Lady Janette, se puso enfrente del ama de llaves
impidiéndole avanzar. "Por eso la niña es muy blanda, la
consienten demasiado, que vea."
Christina seguía implorando, aunque por el llanto apenas se
le entendía. "Por favor, que lo deje Maggie, dile que ya no le
pegue, que lo deje en paz, que me peguen a mi, yo tuve la
culpa."
"Señor, la niña se ve mal" El ama de llaves suplicaba con
lágrimas en los ojos.
"Está bien Maggie, llévatela."
Janette se opuso "Pero Argento…"
El señor de la casa le gritó furioso a su esposa. Estaba
arrepentido del castigo, se había dejado manipular por ella y
ahora no podía echarse para atrás, el castigo debía cumplirse.
"¡Cállate! ¡Jamás te atrevas a cuestionar mis órdenes! Llévate a
mi hija Maggie."
El ama de llaves se metió a toda prisa con la hija del patrón,
sufría tanto como ella el castigo de Cross, lo quería como si
fuera su hijo. Afuera, Tellus continuaba con el castigo.
"Trece, catorce, quince, dieciséis..."
Lothar le había susurrado a Cross que en cuanto ya no
aguantara el dolor abandonara su cuerpo y se desmayara, le
había enseñado esa técnica cuando lo curaban por sus heridas de
combate, pero Cross aguantaba, se resistía a ceder, todavía
cuando Christina lo vio a los ojos antes de que entrar a la casa él
le sonrió.
"Diecisiete, dieciocho…"
Tellus se estaba ensañando, no pudo evitar hacer una mueca
de satisfacción, Lothar estaba en el límite se llevó la mano a la
espada y encendió su energía elemental, Argento Riazor le puso
una mano en el hombro. "Tranquilo Lothar."
"Diecinueve y veinte."
"Ya basta Tellus." Argento Riazor observó satisfecho que
increíblemente a pesar de la brutalidad de los azotes, Cross
seguía consiente. "Bien muchacho, aguantaste como un hombre,
no te preocupes, no te quedará marca." Inmediatamente buscó
con la mirada a su chofer. "Bastián, llévalo al hospital. Y tú
Lothar, tranquilízate, ve a algún lugar y tómate un trago."
"Ningún trago Señor Riazor, ese cabrón se ensañó con el
muchacho."
"Así hago yo las cosas le respondió el señor de la casa."
"Y yo las hago de manera distinta pero consigo el mismo
resultado, te recomiendo que le busques un nuevo
guardaespaldas a tu esposa, porque este hijo de puta no va a
amanecer vivo…"
Tellus volteó amenazante, aceptaba el reto de Lothar, tenían
cuentas pendientes, Lady Janette intervino. "¿Qué sucede aquí
Argento? Él sólo hizo lo que le ordenaste, calma a tu perro o
Tellus lo matará."
"Que así sea." Respondió Lothar. "Sé lo que es ese esbirro, si
yo gano no pasa nada, si pierdo muero, además, tengo
curiosidad, dicen que cuando muere la sombra el zombi sufre…"
"Eso es un insulto Argento, si tú no me defiendes lo haré yo
misma…"
"Ya, tranquilos todos, que Tellus y Lothar arreglen su
problema, tú no intervendrás. ¿De acuerdo?"
Janette sonrió. "Lothar no es rival para Tellus."
"Adelante Lothar, terminen rápido con esto y cuidado con
dañar mi casa."
Los guerreros se trasladaron a la zona de entrenamiento,
Lady Janette estaba segura de la victoria de su guardaespaldas
pero Riazor sabía que se equivocaba, aunque ciertamente Tellus
era más poderoso que Lothar, éste pertenecía a la élite más
exclusiva de los guerreros de Arcadia, era un estratega nato,
sabía como aprovechar sus habilidades al máximo y como sacar
ventaja de ellas ante rivales más fuertes, en su vida había
vencido a muchos tipos que se consideraban mejores, la pelea
estaba pareja.
La batalla comenzó, Lothar utilizaba su espada y Tellus un
báculo, el combate era de viento contra tierra, después de media
hora de combate la pelea seguía pareja, se notaba la superioridad
del poder de Tellus, pero no lo imponía como era debido, Lothar
era mejor guerrero, ambos decidieron utilizar su técnica más
poderosa, Tellus lanzó una colisión de tierra que destrozaría a
Lothar, el guardaespaldas de Riazor por su parte lanzó el
siguiente nivel de su viento cortante, su técnica más poderosa y
definitiva.
Los poderes de ambos guerreros chocaron como dos trenes,
sin embargo, contra la técnica de Lothar no había defensa
alguna, era la fusión de dos fuerzas elementales, viento y metal,
acabó con la técnica de Tellus arrasando también con el
guerrero, el guardaespaldas de Lady Janette se cubrió pero no le
bastó, la furia de Lothar era demasiada, los cortes al cuerpo del
guerrero de tierra se contaban por miles, estos fueron mortales,
el verdugo perdió cuando uno de los cortes le rebanó la
garganta, al final, sólo quedó una masa amorfa en lo que antes
fue un cuerpo. Después, Lothar se retiró sin decir palabra
alguna, Riazor le preguntó: "¿A donde vas Lothar?"
"Primero a ver a tu hija, después con Cross."
Cuando Lothar pasó al lado de Lady Janette ésta sangraba por
los ojos, la nariz y la boca. En su rostro se notaba que el dolor
era insoportable. Lothar le preguntó en tono burlón: "¿Dolió?
Eso pasa cuando se practica la brujería."
"Te juro que pagarás con tu vida por eso." Lady Janette
apenas podía hablar por el dolor físico que sentía, en
comparación con eso lo de Cross había sido una caricia, cuando
el vencedor se fue le reclamó a su esposo. "¿Estás satisfecho
ahora?"
"Te dije que Lothar era otro nivel de guerrero pero no me
hiciste caso, contra combatientes de su tipo tu magia no
funciona, tú te lo buscaste."
Cuando Lothar llegó con Christina, la niña ya había sido
sedada, pero se negaba a dormir. "¿Como esta Cross?"
"Va a estar bien, pero me pidió que te dijera que descansaras,
si tú no duermes bien él no va a estar tranquilo y Cross necesita
reposo."
"Está bien, dormiré."
"Buenas noches princesa."
Al ver a Lothar marcharse Chistina empezó a llorar otra vez.
"¿Le puedes decir que lo siento? No quiero que me odie, todo
fue mi culpa…"
"No te preocupes, él nunca podría odiarte, ahora duerme."
"¿Me pasas esa cajita?"
"Aquí la tienes."
Christina sacó la cadena que le dio Cross, la abrazó y se
durmió.

"¿Donde estoy?" Cross recién se estaba despertando y no


ubicaba el lugar en el que estaba.
Lothar no se había despegado de su lado. "En el hospital
amigo, llevas una semana aquí."
"¿Una semana?"
"Si, las lesiones eran graves y tuviste que pasar por cirugía, te
hicieron varias operaciones."
"¿Y Chris?"
"Ella está bien, pero lo que hiciste es muy peligroso, debes
cortar esa amistad."
"Eso es imposible, prefiero que me maten a latigazos a dejar
de jugar con Chris."
"No digas eso."
"Pero es cierto, falté a clases por jugar con Chris, el castigo
valió la pena."
"Cross, quiero que me jures que eso no se va a volver a
repetir."
"No te preocupes maestro, hasta yo sé que a la próxima me
lanzan a la calle y no me puedo arriesgar a eso."
"Eres algo especial muchacho."
Cross sonrió, en ese momento Argento Riazor estaba
entrando en la habitación del hospital.
"¿Como estás Cross?"
"Bien señor Riazor."
"Espero que no estés molesto conmigo."
"Claro que no, me lo merecía, le prometo que no volveré a
faltar a ninguna clase."
"Así me gusta muchacho, que seas responsable."
"Al contrario, gracias por la oportunidad."
"Bueno, ya tuviste tus vacaciones, mañana te dan de alta y
regresarás a los entrenamientos."
"Si señor."
"Y en cuanto al profesor de lucha ahora tendrás a otro, Tellus
mató al maestro Ruble."
"¿Qué? ¿El profesor de lucha está muerto?"
"Así es, murió defendiéndote, Tellus se excedió en eso y en
tu castigo, pero no te preocupes, Lothar le dio su merecido…"
Cross volteó a ver a Lothar sorprendido.
"Así es Cross, Lothar destrozó a Tellus por lo que te hizo, lo
cortó parte por parte."
El niño notó que su maestro estaba apretando los puños. "Me
alegro, el maestro de lucha no merecía morir, todo fue mi culpa,
además, si alguien se atreviera a ponerle una mano encima a
Lothar yo también lo destazaría miembro por miembro."
Lothar sonrió, en serio quería a ese niño. "Gracias Cross,
pero lo que hice no estuvo bien."
"Lo sé maestro, pero cuando lastiman a las personas que
queremos no podemos contenernos, todos deben saber lo que les
espera si se atreven a lastimar a nuestra gente."
Riazor ya se había salido, Lothar pensó que no había logrado
su objetivo, abrazó al muchacho y pensó que Tokugawa tenía
mucha influencia en ese chico.
"A propósito Lothar… ¿A que te referías cuando te negaste a
azotarme? Lady Janette dijo que me correría y tú le respondiste
que me llevarías contigo."
"A eso muchacho, de ninguna manera te dejaría en la calle,
tengo mucho dinero y te llevaría conmigo, mi familia es tan rica
y poderosa como los Riazor, pero no te preocupes, eres más
valioso para Argento de lo que te imaginas, él nunca te correría,
hasta los azotes fueron una prueba."
"¿Y Christina? ¿Fue castigada?"
"Ya lo verás cuando regreses…"

Cuando Cross regresó a sus entrenamientos Christina ya no


estaba, le dijeron que se había ido de viaje con su padre.
Argento Riazor se había llevado a su hija al extranjero, tenía que
resolver unos asuntos y pensó que sería bueno alejarla un tiempo
de Cross y de Janette, los acompañó un tutor para que no
perdiera sus clases. Lady Janette se molestó y se fue a la casa de
su familia al estado de Riazor. Cuando se la llevaron, Christina
hizo toda una escena, no se quería ir, pero al final tuvo que
aceptar su situación, estuvieron fuera de Boleria por once meses,
después, fueron a Levit en donde estarían un año.
"Papá. ¿Cuando vamos a regresar a casa?"
"Por fin me hablas, ya llevabas un año sin dirigirme la
palabra."
"Si quieres no lo hago."
"No, está bien hija, es muy duro para mi soportar tu silencio,
pero lo respeto."
"Es que lo que hiciste no es justo."
"Ya me disculpé por eso Christina, tú también debes respetar
mis decisiones."
"Está bien. ¿Cuando regresamos?"
"¿Por qué quieres regresar? ¿Acaso no te has divertido?"
Christina mintió. "No es eso, por supuesto que me he
divertido, pero extraño Arcadia."
"Yo también hija, pero me acaban de nombrar emisario en el
estado de Levit y tendremos que estar un año por allá, pero no te
preocupes, tendrás a muchos amigos para jugar."
Christina calló, había aprendido a no mostrar sus inquietudes
a su padre y menos si se trataba de Cross, lo había extrañado
mucho, seguía en contacto con Maggie y hacía que ella le
contara todos los días que hacía Cross.
"Ayy niña, ya te dije que hace de lo siempre, entrenar y
estudiar. ¿No te aburres que siempre te digo lo mismo?"
"No, no me aburro, quiero que me des más detalles, si le
creció el cabello, como se ve, si los maestros no lo lastiman, si
se lo pasa bien."
"¡Christina! Yo no tengo tiempo para esas cosas, no puedo
estar atrás de Cross todo el tiempo, te diré sólo lo que veo y si
no te gusta lo siento."
"Está bien Maggie, no te enojes, ya me voy, sólo dile a Cross
que lo extraño y que espero regresar pronto."
"Si niña."
Maggie nunca le dijo nada a Cross, había visto sufrir mucho a
ese muchacho cuando Christina se fue y no quería darle falsas
esperanzas, ahora se veía tranquilo, ya había aceptado que su
amiga se había ido…
El año que estuvieron en Levit, se le hizo una eternidad a
Christina, se habían establecido como huéspedes en un castillo
perteneciente a uno de los hombres mas poderosos de ese
estado: Neil Rush, quien era el Comandante Supremo de las
fuerzas militares de Levit, tenía ocho hijos, Christina no
soportaba a ninguno, las tres niñas le tenían envidia porque era
mas bonita que ellas y todos le prestaban más atención a ella, los
niños, como todos los demás que conocía eran unos cretinos, a
su vez los hijos del anfitrión tampoco soportaban a Christina, era
demasiado traviesa y frecuentemente los metía en problemas, al
final siempre los castigaban a ellos porque nadie les creía que
esa “niñita tan linda” hiciera tales travesuras, pero lo que en
realidad no soportaban era que todo el tiempo se la pasara
hablando de ese tal Cross.
A finales del año en Levit sucedió un hecho lamentable que
marcaría la vida de Christina para siempre, los Riazor fueron
invitados a cazar a los bosques del estado, eran famosos en esa
época por las distintas especies que podían atrapar, era una fiesta
que se celebraba entre los nobles, cada año en esa temporada
pasaban una semana cazando en el bosque en una gigantesca
cabaña de campo del Comandante Supremo. Todos los niños
tenían una casita acondicionada para ellos, había un bérserker de
tiempo completo vigilando que siempre estuvieran en zona
segura.
Hacia el final de la semana un chico les estaba contando una
leyenda a todos los demás: "Dicen que en el lago del bosque
vive un monstruo que si lo ves a los ojos y no te acobardas te
concede un deseo…"
"Eso no es cierto." dijo Jaan, hijo del Comandante Supremo
de las fuerzas de Levit.
"Si lo es, pero nadie se atreve a ir, dicen que el monstruo es
enorme y da mucho miedo."
"Pues yo no lo creo."
Jaan contaba con dieciséis años de edad, era el primogénito y
atormentaba siempre a Christina, por lo que esta aprovechó la
situación. "Si no crees que sea cierto... ¿Por que no vas y lo
compruebas?"
"No tengo porque hacerlo."
"Si tienes miedo no tienes más que decirlo y todos sabremos
que eres una niñita."
"Yo no soy una niñita."
"Entonces pruébalo y ve al lago."
Jaan, estaba furioso, esa mocosa lo estaba haciendo ver como
un cobarde y él había caído en su trampa. "Podría ir pero el
bérserker, no nos va a permitir salir."
"Yo se cómo burlarlo."
"No es cierto."
"¿Que te parece si te digo como lo burlas? En caso de que lo
logres vas al lago y nos traes una de las flores que crecen ahí, así
sabremos si realmente fuiste o no. ¿Te parece bien, miedosito?"
Jaan estaba atrapado, todos los demás niños estaban al
pendiente de su reacción, de hecho, por supuesto que tenía
miedo, pero su odio hacia Christina era mayor y lo estaba
ridiculizando enfrente de todos…
"Está bien, iré, pero no voy a traer ninguna flor, alguien tiene
que ir conmigo para asegurarse de que sí llegué al lago. ¿Quien
viene?"
"Todos guardaron silencio."
"En vista de que nadie se ofrece... ¿Que te parece si vienes tú
Christina? Al fin y al cabo sabes burlar al bérserker y te voy a
necesitar para regresar aquí."
Ante la sorpresa de Jaan, la niña aceptó de inmediato y en
total calma. "Está bien, te acompaño."
Todos estaban sorprendidos, una chiquilla se acercó a
Christina. "¿No te da miedo?"
"No, y te aseguro que ese cobarde no va a llegar al lago."
Todos se echaron a reír, las demás niñas estaban
incontrolables, decían que su representante era más valiente que
ellos, Jaan se estaba controlando para no golpear a Christina,
pero ya estaba fraguando un plan…
"Esta bien, manos a la obra, Frank, tu vienes con nosotros."
"¿Pero yo porque?"
"Por si hay que pelear con el monstruo alguien tiene que
proteger a Christina y traerla a salvo."
Todos se quedaron callados, estaban equivocados, Jaan si era
valiente y no temía enfrentarse al monstruo, además, dejaría
protegida a Christina si había problemas…
Frank era hermano de Jaan, tenía un año menos que él y
estaba realmente asustado, no quería ir, pero le temía más a su
hermano mayor, el monstruo era una posibilidad, la paliza que le
daría Jaan si no lo acompañaba era segura.
"No seas así Jaan, yo no quiero ir."
"Cállate, tengo un plan."
"¿Cual?"
"No vamos a ir al río, iremos a otro lado y ahí nos
desharemos de esa molesta niña."
"Pero… ¿Y su papá?"
"¿Que puede hacer su papá? Nadie es más poderoso que
nuestro padre, es el Comandante Supremo, todos le temen,
diremos que fue un accidente, además, todos están de testigos
que la de la idea fue Christina, nosotros sólo la acompañamos
para asegurarnos de que estaba bien."
Frank sonrió, estaba de acuerdo con la idea, odiaba a
Christina por otras razones, desde que llegó le encantó esa niña,
era muy bonita y la llenó de atenciones, pero ella lo despreció en
todo momento, ahora pagaría por tratarlo así.
Salieron por la parte trasera de la casa, Christina ya era toda
una experta para escabullirse, Cross le había enseñado para que
pudiera ir a verlo sin que se dieran cuenta, si podía engañar a
Lothar y a su madrastra que no haría con ese bérserker, el escape
fue todo un éxito, en el fondo ambos chicos esperaban ser
sorprendidos por el guardián y que los regresaran a la casa, nada
pasaría, dirían que era un juego, pero esa condenada niña era
astuta, ni modo, ella misma había sellado su destino. Los tres
niños empezaron a caminar por el bosque. "Esperen, este es el
camino al lago."
"No, ese es peligroso de noche, hay muchos animales
salvajes, iremos por aquí."
"Pero ayer nos fuimos…"
"Ya te dije que por ahí es peligroso, yo vengo aquí todos los
años, síguenos y no te pongas necia."
Christina, los siguió pero tenía un mal presentimiento,
después de unos minutos de camino, ya no quiso seguir
andando. "Nos estamos alejando del lago."
"No es cierto, ya te dije que este camino es más seguro."
En ese momento su sexto sentido le dijo a Christina que su
vida corría peligro. "Ya no quiero ir, regresemos."
"¿Que? ¿Te da miedo?"
"El lago no, ustedes si."
"¿Quien es la miedosita ahora?"
"Soy yo, regresemos."
"No niñita, no vamos a regresar."
"Entonces regresaré yo sola."
"De ninguna manera... ¡Frank detenla!"
Cristina no pudo escapar, empezó a gritar pero nadie la
escuchaba, Jaan sacó un cuchillo. "Te voy a cortar como un
animal." En eso, el rostro de Jaan se llenó de terror, no creía lo
que estaba viendo… "¡Frank, suéltala y huye, ten cuidado!"

Al día siguiente cuando el bérserker fue a despertar a los


niños los miró extrañado. "Niños, ya despierten, en una hora es
el paseo en bote." Todos los niños estaban serios y tenían
aspecto de no haber dormido. "¿Que sucede aquí?" Los niños le
contaron lo que había sucedido. "¡Maldición! Esperen aquí."
El bérserker, salió corriendo, sabía que su vida dependía del
bienestar de esos infantes, para colmo no eran cualquier niño, se
trataba de los hijos del Comandante Supremo y la otra niña era
la hija del emisario de Arcadia. ¡Esto podría desatar un conflicto
entre los estados! Llamó a todas las fuerzas militares y les
explicó la situación, inmediatamente se pusieron en
movilización.
"¿Que es lo que sucede Capitán?"
"Hay tres niños perdidos Comandante Supremo."
"Que mal, búsquelos inmediatamente, esa es la prioridad."
"Si señor, ya tengo movilizadas a todas las fuerzas."
"Hay que avisar a los padres. ¿Quienes son los chicos?"
El Capitán tragó saliva. "Sus hijos mayores y la hija del
emisario."
El rostro del Comandante Supremo, cambió de color, tomó al
capitán de las solapas. "¿Mis hijos? ¿La hija del emisario? ¡Es
usted un imbécil! Esto puede ocasionar una guerra. Usted era el
responsable de esas criaturas Capitán, considérese despedido y
despojado de su rango, y más le vale por su vida que los niños
estén bien."
"Si señor."
El alboroto no se podía ocultar. "¿Que pasa Comandante?"
"No le voy a mentir Lord Riazor, su hija y dos de mis hijos
están desaparecidos."
"¿Que sucedió?"
"Al parecer ayer en un juego se retaron mutuamente para ir al
lago, se fueron aproximadamente a las diez de la noche, no han
regresado."
"Lothar."
"Estoy en eso."
El guardaespaldas de Riazor se fue de inmediato a buscar a
Christina. "Comandante... ¿Quienes de sus hijos son los que
salieron con mi niña?"
"Los dos mayores Lord Riazor, conocen este bosque como la
palma de su mano, su hija está segura con ellos."
"Así lo espero Comandante, le recuerdo que mi hija tiene
ocho años de edad, no está como para andar jugando a “retarse”
con muchachos que le doblan la edad."
"Después hablamos de eso, lo importante ahora es
localizarlos…"
Lothar salió por su cuenta, era un experto rastreador, varios
soldados lo siguieron, el guardia de Riazor era una leyenda,
hasta en otros Estados conocían su fama y fue él precisamente
quien encontró a los chicos, estaban ambos tirados con sus
cuerpos completamente destrozados, Lothar estaba preocupado,
pero el hecho de que Christina no estuviera ahí le daba una
esperanza. "Cubran esos cuerpos y regresen."
"Si señor." Los soldados hicieron lo que Lothar les indicó,
ahora se sentían estúpidos por haberlo seguido, su fama le
precedía, estaban seguros de que él los encontraría, los soldados
pensaban regresar triunfantes con los niños… Pero estaban
muertos. ¡Y de que manera! Conocían el carácter de su
Comandante Supremo, esperaban no ser el receptáculo de su
furia, envolvieron los cuerpos y muy lentamente se encaminaron
al campamento.
Lothar estaba desesperado, estaba peinando la zona pero no
podía pensar con claridad, ya no recordaba si había pasado por
determinados lugares, su búsqueda era infructuosa, sin saber que
hacer empezó a llamar a gritos a la menor. "¡Christina!"
Después de varios minutos de gritar finalmente obtuvo una
respuesta. ¡"Aquí estoy!"
El guerrero volteó, a su espalda estaba Christina totalmente
cubierta de sangre. La abrazó. "¿Estás bien? ¿No estás herida?"
"No lo sé."
Lothar la revisó, en ese momento parecía estar bien, pero no
recordaba nada de lo sucedido, cuando llegaron al campamento
la escena era terrible, el Comandante Supremo y Argento Riazor
estaban a punto de llegar a los golpes.
"¡Papá!"
Riazor volteó, vio a Christina y corrió hacia ella "¿Como esta
mi hija Lothar?"
"Bien, aunque no recuerda nada…"
"¡Arréstenlos!"
Era el Comandante Supremo quien hablaba, no entendía por
que sus hijos estaban destrozados y esa niña seguía viva y al
parecer ilesa. Lothar se preparó para el combate, sabía que de
esa no saldría, pero su objetivo no era salir vivo, era crear una
ruta de escape para su cliente y su hija. Argento Riazor estaba
totalmente tranquilo, con voz pausada pero enérgica encaró a
Neil Rush.
"Espere Comandante, no sea tonto, la decisión que tome aquí
no sólo le va a afectar a usted, puede terminar en la aniquilación
total de su Estado, no se deje llevar por sus instintos, piense con
la razón, aquí hay varios bérserkers a su servicio, pero todos han
sido entrenados y han salido de nuestra academia militar, le
sugiero que no ponga a prueba sus prioridades de fidelidad, lo
vamos a acompañar al edificio de gobierno, ahí estaremos
mientras se realizan las investigaciones pertinentes, pero no no
iremos como prisioneros y tampoco vamos a ser despojados de
nuestras armas, ni mi guardia particular, ni yo. ¿Entendido?"
"Entendido. Soldados, escolten a nuestros visitantes al
palacio de gobierno, yo los alcanzo después, tengo un asunto
pendiente."
Una vez que se retiró el Emisario de Arcadia y sus
acompañantes, el Comandante Supremo fue a ver al bérserker
encargado del cuidado de los niños, estaba atado y de rodillas en
el centro del campo. "Esto es tu responsabilidad."
"Lo sé Comandante Supremo y acepto mi castigo, sólo le
pido que por favor mis hijos no vean mi ejecución."
"Está equivocado Capitán, su muerte no va a calmar mi dolor,
sólo un dolor igual puede emparejar las cosas."
El Capitán inmediatamente supo a que se refería, volteó a ver
a sus hijos, eran tres, tenían tres, seis y ocho años de edad; los
había llevado al campamento para que se divirtieran, pasaba
muy poco tiempo con ellos. "No, a ellos no... ¡Que alguien me
ayude!"
"Observa maldito, sufre lo que yo estoy sufriendo."
Llevaron a los niños a una jaula. "No, por favor, así no, ellos
no tienen ninguna culpa."
"Así murieron mis hijos, así morirán los tuyos."
El Capitán trató de atacar pero fue sometido con ganchos de
metal que traspasaron sus brazos y lo inutilizaron, una niña
vestida con atuendo militar que manejaba energía pura inhibió
su poder elemental. El encargado de vigilar la cabaña de los
niños vio a sus hijos por última vez, los tres estaban llorando y
gritándole que los ayudara, soltaron a los perros salvajes,
estaban entrenados para despellejar a sus víctimas, los usaban
para auxiliarlos a cazar, destrozaron a los niños.
El bérserker fue obligado a ver como los perros salvajes
mutilaban y devoraban a sus hijos, después, el Comandante
Supremo ordenó que los soldados se divirtieran con la esposa y
la botaran en lo profundo del bosque, al bérserker lo torturarían
pero no lo matarían, si se les pasaba la mano los verdugos
ocuparían su lugar, el Comandante Supremo iba a mantener vivo
a ese desgraciado para que sufriera lo más posible.

Una semana después, en el Edificio de Gobierno del Estado


de Levit. Argento Riazor, el Comandante Supremo de las
fuerzas armadas y el Gobernador de Levit, conversaban acerca
de lo sucedido.
"Tranquilos señores, lleguemos a un acuerdo."
"¿Cual acuerdo? Perdí a dos de mis hijos, a mi primogénito
entre ellos porque su hija los retó a salir en la noche."
"Sus hijos eran lo suficientemente grandecitos para dejarse
llevar por lo que decía una pequeña niña. ¿No cree
Comandante?"
"Si, pero esa “pequeña niña” no tiene nada de inocente, violó
la seguridad de la vigilancia para que escaparan, exijo una
satisfacción."
"En eso tiene razón el señor Neil Rush emisario, aunque los
hijos del Comandante fueron al bosque por su voluntad, lo
hicieron bajo coerción psicológica de su hija, todos los niños lo
corroboraron y fue ella quien los sacó de la casa infantil
burlando la seguridad de un bérserker salido de su academia y
recomendado por ustedes para nuestro servicio."
"¿Y que tipo de satisfacción pretende Comandante?"
"Perdí a dos hijos, merezco por lo menos ser resarcido con
uno, lo que pretendo es que me de la mano de su hija en
matrimonio para quien ahora es mi hijo mayor, con eso
uniríamos nuestros lazos y yo estaría ganando una hija."
"Eso es imposible."
"No veo otra salida Lord Riazor, quiero evitar de cualquier
forma un conflicto."
"Miren señores, voy a hablar claro, Arcadia está preparada
para la guerra, si eso es lo que quieren barreremos con todo el
estado."
"Cálmese Lord Riazor. Le recuerdo quienes son los
verdaderos gobernantes de este estado: la familia Yaotl, yo sólo
soy un provisional, ellos pesan tanto como los Riazor, o quizá
más…"
"No, escúchenme bien ustedes, en éste momento Michel
Yaotl padre no gobierna éste lugar. Está enfermo y su hijo tiene
otras preocupaciones. Además, él fue expulsado por los De
Grieff de Arcadia, ese es un secreto a voces, ya no tienen tanto
poder como antaño. ¿Por qué? No lo sé ni me interesa. Eso sin
contar el hecho de que ninguna de las cuatro grandes familias
puede ir en contra de las resoluciones que se toman en Arcadia o
en Ishtar. Yo a pesar de sólo tener un puesto administrativo en
mi estado tengo más influencia que ustedes en la Capital y no
olviden que también tengo influencia en el estado de Riazor, mi
pueblo natal que es gobernado por mi hermano, quien por cierto
adora a su ahijada. Ishtar no hará nada, dependen de Arcadia
para la protección del país, créanme que cuando digo
aniquilación total es que ni las bacterias van a sobrevivir…"
Esta vez habló el Comandante Supremo, con voz
conciliadora. "Está bien Lord Riazor, ya estableció su punto y lo
acepto, olvide la satisfacción, en algo tiene razón y es que mis
hijos eran mayores y debieron actuar con mas prudencia, eso lo
sé, pero el dolor me ciega, lo del enlace matrimonial se lo iba a
proponer de todas formas antes de que pasara esta desgracia,
uniría a nuestros pueblos y nuestros nietos nos harían olvidar
esta desgracia, no me de una respuesta ahora, tómese el tiempo
que considere necesario, yo sabré esperar."
"Siendo así las cosas, agradezco su consideración y su
muestra de amistad, le prometo que pensaré seriamente en su
proposición y aprovecho esta oportunidad para darle mí mas
sentido pésame por lo sucedido a sus hijos".
"Le agradezco sus palabras, aunque no lo pareciere en su
momento estoy feliz de que en esta desgracia su hija haya
salvado la vida, el dolor que siento no se lo deseo a nadie…"
Ambos hombres se estrecharon la mano y Argento Riazor se
retiró, le comunicaría a Christina que por fin irían a casa. Ya a
solas el Gobernador de Levit platicaba con Neil Rush.
"Me sorprende su cambio Comandante Supremo. ¿Cree que
Riazor cumplirá?"
"No me cabe duda Gobernador, ese cabrón sólo blufeaba con
lo del exterminio, pero lo realmente cierto es que los Riazor y
los Yaotl son aliados históricos y tienen pactos sagrados de
apoyo, si tomamos en cuenta que Argento Riazor es actualmente
el patriarca de su familia las cabezas que rodarían en este
conflicto son las nuestras. Pero lo que ese infeliz no sabe es que
también tenemos una fuerza armada de respeto, nuestra fuerza
militar es tan grande como la de ellos y ya tenemos nuestra
propia academia militar, todo en secreto, pero necesitamos a la
chica, algún día será la heredera de los Riazor y entonces
seremos el estado más poderoso del país, trasladaremos la
Capital a Levit, la muerte de mis dos hijos no será en vano, sus
nombres serán recordados como los que hicieron posible el
surgimiento del estado más fuerte de Boleria".

Dos días después.


Argento Ruazor regresaba en avión al estado de Arcadia,
utilizaba el avión particular de su familia, bebía
despreocupadamente mientras platicaba con su guardaespaldas.
"¿Como está Christina?"
"Dormida, aun está muy afectada. ¿Que fue lo que sucedió
allá, Lord Riazor? El Comandante Supremo estaba decidido a
tomar venganza con nosotros, pero cuando nos fuimos parecía
su mejor amigo…"
"Política Lothar, todo no es más que política, a propósito,
gracias por traer a mi hija de vuelta sana y salva."
"Es mi deber protegerlos."
"Lo sé, pero de todos modos lo agradezco."
Argento Riazor ya no confiaba en Lothar cuando se trataba
de Cross o de Christina, prefirió omitirle a su hombre de
confianza el trato ofrecido por el Comandante Supremo. Por
supuesto que no confiaba en Rush, todavía sonreía cuando
pensaba en las palabras de ese hombre: “el dolor que siento no
se lo deseo a nadie”, imbécil, todo mundo supo cómo castigó al
bérserker a cargo de los niños. Ese hombre realmente era cruel,
pero había unas cosas que debía considerar, hasta no valorarlas
tomaría su decisión.
CAPÍTULO 2
SENTIMIENTOS

Cuando Christina llegó a la residencia Riazor de vuelta del


Estado de Levit, fue un miércoles por la mañana, Cross estaba
estudiando y la vio pasar, había crecido y se veía preciosa, con
el libro de estudios enfrente de su rostro la siguió con la mirada,
seguramente ya lo había olvidado, de repente Christina giró su
rostro hacia él y le sonrió, Cross sintió que su corazón se
aceleraba, después volteó y vio al maestro Tokugawa saludando,
se había hecho falsas ilusiones, no le había sonreído a él, lo
había hecho a su maestro.
A la hora de la comida Cross se apresuro a ir a comer al
lago, no lo había hecho desde que Christina se había ido,
posiblemente se daría una vuelta para saludarlo, pero no llegó,
Cross se fue desilusionado a seguir con su rutina, al término de
la misma estaba terriblemente adolorido, ese día había estado
desconcentrado y sus profesores le habían dado una paliza, no le
importó, llegó a su habitación, se despojo de su playera y
observó que ya no tenía bálsamo para las heridas, pensó
descansar así pero estaba demasiado magullado para dormir,
necesitaba aliviar sus músculos, decidió ir a pedirle más
ungüento al ama de llaves. "¿Maggie?"
"¿Que pasó Cross?"
"¿Tendrás más ungüento? Ya se me acabó el que me diste."
"No, pero ahora te lo preparo y te lo llevo, mira nada más
como estás mi niño, ahorita yo te ayudo a untártelo."
"Gracias."
Cross regresó a su habitación, se puso a repasar sus estudios
en lo que llegaba Maggie, pero no tenía cabeza para nada, sólo
pensaba en la hija de Riazor, en cuanto llegara el ama de llaves
le pediría que le contara todo lo que sabía, aunque Christina ya
lo hubiera olvidado el no lo haría, le interesaba todo lo que
estuviera relacionado con ella, todo el tiempo le preguntaba por
Chris, sin embargo, Maggie siempre respondía que no sabía,
pero ahora sin duda algo debía de saber, estuvo toda la tarde con
su única amiga."
Cross estaba inmerso en sus pensamientos cuando tocaron a
la puerta. "Pásale Maggie. ¿Me puedes untar tu bálsamo en la
espalda? Es donde más me duele."En cuanto el joven aprendiz
de guerrero sintió que le untaban el bálsamo, inmediatamente
sacó a relucir el tema del arribo de su amiga. "Maggie... Por fin
llegó Chris."
"Lo sé." En cuanto escuchó esa voz, Cross supo
inmediatamente que no era Maggie, volteó de inmediato. Habló
con un susurro: "Chris…"
"Hola Cross. ¿Como has estado?"
"Bien."
"¿Y que me cuentas? ¿Que has hecho?"
"Nada."
"¿Que no te alegras de verme?"
"Si."
"¿Y entonces?"
Cross se quedó mudo, sólo podía hablar con monosílabas, no
podía creer lo que veía, Christina sí se acordaba de el. Christina
lo veía sonriente. "¿Ni siquiera me vas a dar un abrazo después
de dos años"?
Cross abrazó a su amiga, la única que había tenido, lo hizo
tímidamente, apenas si la tocó, en cambio Christina lo abrazó
fuertemente, Cross sintió que nunca en su vida había sido más
feliz que en ese momento. "Creí que te habías olvidado de mí."
"Eso nunca, siempre te mandaba saludos con Maggie."
"No me dijo nada."
"¿Nada? ¡Voy a hablar muy seriamente con ella!"
"Déjalo, sus motivos tendría, lo importante es que estás
aquí."
"Si, y ya no me voy a ir."
A partir de ese momento Cross y Christina retomaron su
amistad, fue como si nunca se hubiera ido, aunque sí había
cambiado, ahora se veía más distinguida, se veía diferente, más
madura, pero con él actuaba como si tuvieran seis años,
Christina iba a la escuela más prestigiada y exclusiva del
Distrito Comercial, pero siempre llegaba sin falta a casa para
comer con Cross, había hecho muchos amigos en la escuela,
algunos por beneficio propio toda vez que les convenía ser
amigos de “una Riazor”, otros por simpatía y algunos más
porque les gustaba Christina, ahora era la chica más popular de
su escuela, era muy simpática y bastante educada, pero sobre
todo, era la más bella, rechazaba todo tipo de invitaciones de los
chicos con cortesía, nunca realizaba ninguna actividad fuera de
los horarios escolares, siempre se iba directo a su casa.
"Vamos Chris. ¿Por que nunca nos quieres acompañar de
compras o al cine?"
"Lo siento, es que tengo obligaciones en casa."
"¡Pero si eres una Riazor! ¡Tienes sirvientes para todo!"
"Así es, pero mi padre es muy estricto. ¡Nos vemos!"
Y siempre llegaba a comer con Cross, pero ahora ya no
jugaban, se la pasaban platicando, Christina le contaba sus
aventuras en el extranjero a Cross quien se maravillaba con lo
que escuchaba, también desde que llegó le dijo que ahora sería
ella la que se ocuparía de curarle sus heridas de entrenamiento,
al principio Cross se negó, pero Christina insistió, al final el
muchacho cedió, no podía negarle nada, cuando su amiga le
platicó lo de la muerte de los chicos de Levit, Cross se
enfureció. "¿Por que no dijiste nada?"
"Porque la situación ya estaba muy tensa, ese hombre me
veía con mucho odio y estábamos en sus dominios. ¡Creí que
nos iban a matar!"
"Entonces esos desgraciados te estaban atacando…"
"Si."
"Pero... ¿Como es posible que no recuerdes nada más?"
"No lo sé, únicamente llega a mi memoria la cara de terror de
Jaan y cómo le decía a su hermano que corriera, después, sólo
recuerdo que estaba tirada hecha un ovillo en el bosque y toda
cubierta de sangre, escuché la voz de Lothar y fui a su
encuentro."
"Yo creo que ese animal se concentró en los chicos y
mientras tanto tú lograste escapar, el miedo y la adrenalina te
hicieron olvidar esa escena."
"¿Porque lo dices?"
"Hay veces en el entrenamiento que me golpean tan duro que
pierdo el conocimiento y después me dicen que pelee como un
tigre, al parecer en situaciones desesperadas tu instinto de
conservación te salva."
Christina pensó: <Si, debe de ser eso>. Se recostó en el
hombro de Cross y cambió el tema de la conversación.
Pasaron dos años, la amistad entre Cross y Chris se hizo más
estrecha, Janette Azzán también volvió a la residencia, pero se
evitaba con Christina, Argento Riazor había dejado muy en
claro que no se metiera con su hija, los hijos mayores de Janette
también dejaron de ir, en vacaciones era su madre quien los
visitaba y los llevaba de viaje. Ahora todo era más sencillo para
los jóvenes amigos, sin embargo, el Tesorero del Distrito
Comercial no veía con buenos ojos la relación de su hija y su
pupilo.
"Ven Christina."
"Dime papá."
"¿Porque nunca haces actividades con tus amigos fuera de la
escuela?"
"Porque no me divierten, los trato correctamente en la
escuela, pero no tengo ganas de convivir con ellos fuera de ella,
todo su mundo gira con respecto a lo que tienen y a lo ricos que
son, me aburren."
"Pero las relaciones sociales son buenas."
"Lo sé y puedes constatar que soy la más popular de la
escuela, pero no pienso convivir con nadie fuera de ella."
"Aunque no lo creas yo era igual que tú, pero el próximo mes
cumples diez años y vamos a hacer una gran fiesta, invita a
todos tus amigos."
"Ayy no, papá."
"Ya lo he decidido, la fiesta será inolvidable."
"Está bien, gracias."
El día de la fiesta Christina usó la cadena que le había
regalado Cross, ahora ya contaba con siete cilindros, le había
dado el séptimo un día antes.
Todas sus amigas llegaron y enseguida la abordaron, estaban
intrigadas con ese chico del que siempre hablaba Christina.
"Vamos Chris, muéstranos a tu galán."
"Ya les dije que no es mi galán, sólo es mi amigo."
"Es que es muy raro que alguien como tú haga amistad con la
servidumbre."
"En primer lugar eso no tiene nada de malo, las personas son
personas, no importa su status social y en segundo lugar no es
un sirviente, esta aquí para estudiar."
Una chica en tono malicioso le preguntó: "¿Y porque no va a
la escuela contigo?"
Christina sonrió "Porque es un genio que necesita de clases
especiales, tiene nuestra edad pero su nivel académico es muy
alto, está a punto de terminar sus estudios superiores, aparte de
que es el campeón de todo el Distrito en técnicas de combate,
síganme, les voy a mostrar todos sus trofeos."
Las niñas se quedaron boquiabiertas, el salón de trofeos
parecía una tienda, había más de los que pudieran contar.
"Bueno Chris, por favor, ya no nos dejes con la duda y
preséntalo, quizá es inteligente y atlético, pero yo creo que es un
adefesio…"
"Sólo por decir eso se los voy a presentar… Pero rápido, mi
papá se enfada si lo distraigo de sus estudios."
Las chicas siguieron a Christina con una risa de complicidad.
Encontraron a Cross en la parte lateral de la casa, estudiaba al
aire libre. "Hola maestro, hola Cross."
"Hola Christina." El profesor la saludó. "Felicidades, linda
fiesta, hola chicas."
Cross se quedó callado sólo se limitó a sonreírles.
"Les estaba mostrando la casa a mis amigas maestro, perdone
la interrupción."
"No te preocupes, síganse divirtiendo, mucho gusto chicas."
"A propósito maestro… ¿En que grado iría Cross si estuviera
en la escuela?"
"Estaría a punto de iniciar una maestría, este muchacho no
tarda en darme clases a mí."
Todas las chicas sonrieron y se despidieron de Cross. "Adiós
Cross, gusto en conocerte."
"Igualmente, felicidades Chris."
"Gracias."
Una vez que se alejaron las chicas no dejaban en paz a su
anfitriona. "Es guapísimo Chris, si yo lo tuviera en mi casa
tampoco saldría mucho."
"¡Ya sé! ¡Invítalo a la fiesta!"
"Ya lo hice, pero debe continuar con sus estudios y los
entrenamientos, termina muy agotado."
"¿Y cuando es que convives con el?"
"A veces comemos juntos..."
"¿A veces? Creo que te quedaste corta amiga."
Christina se puso roja de vergüenza. "Ya déjenme en paz,
mejor vamos a la casa que los chicos ya deben haber llegado."
"Bueno vamos, aunque comparados con tu geniecito ahora
me parecen unos simios."
Todas rieron y se fueron a la casa principal a divertirse. La
fiesta se había llevado a cabo normalmente, hasta que un chico
mayor le habló a Christina. "Oye Chris, que gran fiesta."
"Gracias."
"¿Me puedes dar un minuto?"
"Claro, dime."
"¿Podemos ir a otro lugar? Aquí hace mucho ruido."
"Está bien, vamos a la vuelta de la casa."
Ambos caminaron hasta llegar al costado de la casa principal.
"Christina, creo que ya lo sabes, me gustas…"
"No lo sabía Alfred y te agradezco que me lo digas, pero por
el momento así estoy bien."
"¿Pero no te gustaría ser mi novia? Soy el chico más popular
de la escuela, el más atractivo y el mejor deportista también,
todo mundo cree que hacemos una buena pareja."
"No me interesa lo que piense todo mundo, no estoy
interesada y además, mi padre dice que estoy muy chica para
tener novio."
"Pero ya hable con Lord Riazor, me enseñaron a ser un
caballero y primero pedí su permiso para cortejarte, el aceptó,
tengo catorce años y ya trabajo con mi padre."
"Si mi padre aceptó entonces sal con él, porque yo no estoy
interesada."
"¿Por que me rechazas?"
"Porque no quiero tener novio."
"¿Pero al menos te atraigo?"
Christina ya se estaba molestando. "Mira Alfred, no me
gustas, no me atraes, no me interesas, ni siquiera me agradas y
sinceramente ya me estas hartando, no voy a salir contigo ni hoy
ni nunca. ¿Entendiste? Regresemos a mi casa."
"Espera zorra."
"¿Que?"
"¿Por que andas con tu carita sonriente por todos lados si vas
a rechazar a quien se te acerca?"
"Déjame bruto, me lastimas."
Cross lo había visto todo, su habitación daba a ese costado de
la casa, Christina lo había invitado para que se diera una vuelta
una vez que hubieran terminado sus actividades pero él se negó,
no estaba acostumbrado a estar entre tanta gente, bajó en
segundos y se plantó detrás de Alfred. "Déjala imbécil o te parto
en dos."
Alfred volteó y vio a Cross, era más pequeño que él, eso le
dio confianza. "Desparece niño, te puedo lastimar."
"Última advertencia."
"Ya te recuerdo, eres el niño que llega a las competencias
gana y se va, déjame decirte que yo también gano mis
competencias bebito y soy más grande que tú, así es que
desaparécete."
"Te lo advertí."
Cross atacó a Alfred y no lo hizo como en los torneos, lo hizo
como en los entrenamientos, con sus maestros, hombres curtidos
especialistas en sus disciplinas que con trabajo lo podían
controlar cuando se enfurecía, la primer reacción de Alfred fue
golpearlo en el rostro, Cross ni siquiera se molestó en
esquivarlo, recibió el impacto, apenas lo sintió, después, golpeó
a Alfred en la caja torácica, inmediatamente doblegó a su rival
quien perdió el equilibrio y cayó de rodillas, acto seguido, Cross
lo golpeó en el rostro tirándole cinco dientes, Alfred ya estaba
tendido en el suelo y convulsionándose, Cross con una mano lo
levantó por el cuello a la altura de su hombro, el otro chico ni
siquiera se movió, era peso muerto, lo estaban ahorcando,
Alfred ya ni siquiera se defendía, sólo sentía cómo se le
escapaba la vida.
"¡Cross detente!"
Era Lothar quien le gritaba, Cross no le hizo caso, el
bérserker tuvo que golpearlo en las costillas para que soltara a
Alfred.
En cuanto empezó la pelea Christina corrió a su casa a buscar
a Lothar, temía por Cross, por que fuera a cometer una locura y
matara a Alfred, no estaba muy equivocada.
"¿Como está el chico?" Argento Riazor también había
llegado a la parte lateral de su casa y miraba preocupado a
Alfred.
"Está bien, dentro de lo que cabe, llegamos a tiempo."
"Dile a Bastián que lo lleve al hospital, ven Cross, quiero
hablar contigo."
"Si señor."
"¿Que te sucede? ¿Estás loco acaso? Pudiste haber matado a
ese chico, no se te entrena para eso."
"Ese chico como usted lo llama atacó a Christina, le advertí
que parara y se fuera, no me hizo caso, si el entrenamiento no
me sirve para proteger a las personas que me brindaron un techo
y comida, sinceramente no sé que hago aquí."
"Esta bien Cross, no conocía los detalles, tu obligación por
sobre todo es cuidar a los Riazor, bien hecho, a partir de aquí yo
me encargo, ve a tu habitación."
"Si señor."
Cristina contempló la escena, nadie más en la fiesta se dio
cuenta del incidente, hasta el otro día…

A raíz de lo sucedido la noche anterior Argento Riazor


decidió personalmente ir a dejar a Christina al Colegio.
"¿Señor Riazor?"
"A sus órdenes."
Le hablaba un hombre obeso que venía flanqueado por dos
bérserkers. "Soy Alexis Brunn, consejero financiero del
Gobernador de Arcadia y de otros tres estados de Boleria, soy el
padre de Alfred, mi hijo está en el hospital, lo que pasó me
parece inaceptable."
"Buenos días Consejero, ya nos hemos visto en otras
ocasiones, conozco a su familia y la respeto. Estoy de acuerdo
con usted, lo que hizo su hijo fue deleznable, de milagro esta
vivo, si viene a excusarse por él acepto sus disculpas, pero si me
entero que alguna vez su hijo se acerca a mi niña lo mato a él y a
toda su familia, a toda… ¿Me entendió?"
"Pero son sólo niños y un salvaje casi mata a mi hijo, y en su
casa, debería ser mejor anfitrión."
"Le repito Consejero, su hijo trato de propasarse con mi hija,
y efectivamente, en mi propia casa, esa falta de respeto no es
tolerable, Alfred tuvo suerte de que lo descubrió mi hijo que es
más pequeño, si hubiera sido yo o mi guardia personal ese
jovencito estaría muerto."
"Valientes palabras de alguien que viene sólo, mis bérserkers
hablan por mi."
Los bérserkers dieron un paso al frente, Riazor esbozó una
mueca de hartazgo, con el puño golpeó su auto. "Lothar, creo
que aquí te hablan."
El guardaespaldas bajó del auto observó a sus rivales y
sonrió. "¿Así que usted es el responsable de la educación de ese
pequeño violador?"
"Mi hijo no es ningún violador."
"Para mi cualquier hombre sin importar su edad que pretenda
tocar a una mujer sin su consentimiento es un violador y la pena
es la muerte, el chico se salvó, pero no el responsable de su
educación."
"El consejero sintió un miedo de muerte, se resguardó tras
sus bérserkers. "Caballeros, acaben con ese insolente."
Los bérserkers se vieron entre sí, conocían a Lothar y su
reputación, uno de ellos le habló a su protegido. "Señor, nuestra
obligación es protegerlo con nuestras vidas, pero he de
informarle que conozco al General Lothar, fui con él a la
academia y ni mi compañero ni yo juntos somos rivales para él,
si quiere que ataquemos así lo haremos, es nuestro deber; pero
espero que tenga hecho su testamento, porque de aquí no sale
vivo…"
Alexis Brunn se sentía acorralado, no sabía que hacer, Riazor
le ofreció una salida. "Mire Consejero. ¿Por qué no dejamos este
incidente de lado? Ambos trabajamos para la administración de
Arcadia, un altercado entre nosotros podría derivar en una
guerra entre nuestras familias, lo que debilitaría a nuestro Estado
y posiblemente al país, eso es inadmisible, dejemos que se
enfríen las cosas y entonces hablamos, es mejor eso a que ocurra
una verdadera tragedia. ¿No cree?"
"Si Señor Riazor, yo creo que es lo mejor."
Argento le ofreció una tarjeta a Alexis Brunn. "Tome,
pregunte por mi en el edificio de gobierno o en la administración
de la Ciudadela, verá que no soy una mala persona, sólo un
padre preocupado que protege a su única hija."
Alexis Brunn tomó la tarjeta y se retiró, hizo sus
indagaciones y se presentó posteriormente a visitar a Riazor, le
presentó sus disculpas y prometió castigar severamente a su hijo
por su conducta inapropiada, también ofreció sus servicios de
asesoría financiera incondicionalmente, Riazor tiempo después
le tomó la palabra y le dio a administrar la fortuna Harrisson,
Brunn se negó a cobrar ni un centavo de comisión por
administrar la herencia de Michelle por diez años, misma que
multiplicó.
Después del incidente con Alexis Brunn, Christina preguntó a
su padre: "Oye papá."
"Dime hija."
"¿Por qué le dijiste al señor Brunn que tu hijo fue el que
golpeó a Alfred?"
"Porque quiero a Cross como a mi hijo princesa, no lo parece
pero él algún día se hará cargo de toda la fortuna Riazor y debe
estar preparado, aunque no lo creas cuando era niño yo tuve el
entrenamiento de Cross y de ninguna manera iba a permitir que
tú pasaras por eso."
A partir de la fiesta de Christina el movimiento en casa de los
Riazor se vio alterado, las amigas de Chris la visitaban “para
comer en el lago”, siempre llegaba alguna para importunarla
mientras estaba con Cross, él se divertía con las amigas, nunca
había hablado con otra persona de su edad aparte de Christina,
por su parte, Lady Janette estaba de plácemes, veía la
incomodidad de Christina por las visitas y trataba a sus amigas
con cordialidad y confianza, las chicas estaban felices en la
residencia Riazor. Después de un tiempo, Christina estaba al
límite.
"Odio a Samantha. ¡Es una zorra!" Christina le estaba
poniendo su bálsamo a Cross.
"¿Por que lo dices?"
"No te hagas, es una lanzada y tú bien que le haces caso."
"Es tu amiga, ni modo de ignorarla."
"Ninguna de las que visitan la casa son mis amigas, sólo
vienen a verte a ti, únicamente platican contigo, a mi ni caso me
hacen." Chris empezó a repetir las frases que decían sus amigas
con voz burlona "¿Como te hablan? Ah, ya recuerdo: “Cross...
¿Puedes cargarme?” “Cross... ¿Cuando es tu día libre para que
salgamos?” “Cross... si tu y Chris sólo son amigos. ¿Serías mi
novio?” “Cross esto, Cross lo otro”, las odio, ya sólo puedo estar
contigo a solas en la noche."
"A mi no me importa."
"¿Que?" Christina hizo una cara de enojo.
"Mientras tú estés conmigo en la comida poco me interesa
que haya otras personas, para mi lo importante es que estés tú."
"Así ni como enojarme... ¿Verdad?"
Christina abrazó a Cross, pensó que no importaba quien
viniera siempre y cuando él solo tuviera ojos para ella, de todas
formas era su culpa por haberlo presentado a sus amigas.
Al mes después del cumpleaños de Christina, Cross se
graduaba de sus clases académicas, Christina le había regalado
un anillo, pero no le dijo lo que significaba, su padre le había
dicho que deseaba hablar con Cross, había llegado con seis
niños a la casa, al parecer entrenarían con los maestros de la
residencia, le dijo que le tenía una sorpresa a Cross, por lo que
ella decidió que esperaría para verlo en la noche, después de
todas las sorpresas del día esperaba darle la mayor de todas: se
le declararía, le diría que lo quiere y que deseaba ser su novia,
estaba segura que él sentía lo mismo pero era muy tímido para
decírselo, sin embargo, ya era hora de pasar al siguiente nivel, se
puso el vestido que sabía le gustaba a Cross, se perfumó y
arregló para él, esa noche le daría su primer beso y todo sería
perfecto, siempre soñó con que su primer beso se lo daría Cross.
Pero algo pasó, después de ver a su padre parecía otro, le dijo
que se convertiría en bérserker y de mala manera le gritó que
quería descansar.
Christina no entendía lo que pasaba, por qué ese cambió
repentino de Cross, pensó que era porque no le agradaba enseñar
a otros niños y prefirió esperar al otro día para hablar con él,
pero el siguiente día estuvo igual, no hubo oportunidad de hablar
con su amigo, estuvo muy serio y distante, en la noche le
prohibió que volviera a ir, le dijo que ya no la necesitaba, que al
terminar sus estudios los entrenamientos eran mas sencillos,
Christina se sintió lastimada, pensó que Cross sólo la veía como
alguien que le servía para curarlo, sus amigas aunque en menor
medida seguían yendo a verlo, con las otras chicas era muy
amable y divertido, pero con ella actuaba como si no existiera,
comprendió que no le interesaba más, ahora que conocía a otras
niñas vio que eran más interesantes, al fin y al cabo a ella la
conocía demasiado bien y seguramente ya se había aburrido… y
como no, si llevaban muchos años comiendo juntos todos los
días, se había cansado de ella y ahora prefería a sus amigas.
Christina decidió hablar con Cross, debía saber lo que ella
sentía antes que cualquiera de las zorras de sus amigas lo
conquistara, por lo menos él tenía que enterarse de sus
sentimientos, se lo diría en la comida… pero no pudo, fríamente
le dijo que ya no comerían juntos porque tenía que concentrarse
más en los chicos nuevos. Christina apenas si conocía a los
niños que habían llegado a entrenar, los gemelos la divertían,
Michelle le era indiferente, se comportaba como muchas de sus
amigas y eso no le gustaba, Arlés y Dorian sólo la saludaban, en
cambio Elektra era la única con la que hablaba, era una niña
muy simpática y agradable, ella fue la que se le acercó, fue esa
vez que Cross la había rechazado para comer y ella se quedó
comiendo sola en el lago.
"Hola. ¿Porque estás triste?"
"No estoy triste."
"Entonces... ¿Porque lloras?"
"Es que me acordé de algo que no me gusta."
"No es bueno acordarse de esas cosas."
"Si, ¿verdad? Mejor voy a pensar en cosas agradables."
"¿Y porqué estas aquí solita?"
"Porque nadie puede comer conmigo."
"Mira, a mi me gusta comer con mi novio Cross, pero te
prometo que cuando tú estés aquí yo voy a acompañarte."
"¡Ahhh! ¿Tu novio es Cross?"
"Si, pero él no lo sabe."
"Entonces ya somos dos."
"¿También es tu novio?"
"Si, pero él no me quiere."
"No importa, yo te lo presto, desde ahora somos las novias
invisibles de Cross."
"Me parece bien."
Dese ese día Christina y Elektra se hicieron buenas amigas,
cuando Elektra no dormía en el cuarto de Cross junto con los
gemelos, lo hacía con Christina, hasta que un día Michelle le
reclamó que nunca estaba con ella, entonces Elektra tuvo que
repartirse en tres lugares, aunque Michelle era déspota y
mandona sabía que la quería y que necesitaba una amiga, sólo
que no podía juntarlas, porque cuando lo hacía Christina
siempre hacía llorar a Michelle.
También el carácter le cambió a Christina en la escuela, se
volvió más agresiva e intolerante, todo fue a partir de que una de
las chicas le dijo que la visitaría por la tarde.
"Oye Chris, al rato te veo, dile a Cross que esté presentable."
"No es necesario que vayas, voy a estar ocupada."
"Bueno, realmente no voy a verte a ti…"
"¡Ya te dije que no vayas! Y eso va para todas ustedes,
ninguna es bien recibida en mi casa y no quiero que se vuelvan a
aparecer por ahí, evítenme la pena de negarles la entrada o de
echarlas, Cross ya tiene otras actividades y no las puede atender.
¿Entendido?"
Sus amigas se quedaron sorprendidas, nunca la habían visto
así. "Está bien Chris no te molestes, si no se puede no volvemos
a ir."
"Espero que les haya quedado claro."
Christina, dejó a sus amigas y se retiró sin despedirse.
Siguieron pasando los meses, por más que Christina quería
quitarse de la mente a Cross le era imposible, un día se enteró
que estaba tirado en el patio a media noche totalmente exhausto,
ella lo fue a curar, desde entonces Elektra le avisaba cuando
Cross estaba inconsciente por el entrenamiento y entre las dos lo
curaban.
"Christina... ¿Por qué sigues viniendo si cada que te vas
sufres?"
"No lo sé, es sólo que no puedo dejarlo así."
"Pero Maggie puede hacerse cargo."
"Ya sé, pero es la única manera de estar aunque sea un rato
con él."
El peor momento para Christina fue en el séptimo mes
después de que llegaron los seis niños a su casa, cuando en una
cena su padre le dijo a Cross que en diez días se iría, ella trató
de no mostrar emoción alguna, no por Cross, sino por su padre,
pero cuando terminó la cena se sintió más sola y miserable que
nunca, Elektra que era su única amiga se había retirado
sollozando por la partida de Cross, se sentó en la entrada de la
residencia y se puso a llorar, sitió un mano en el hombro, tomó
la mano entre las suyas y la apretó.
"Ya se va Cross, Elektra."
"No soy Elektra."
Christina se sorprendió, era Michelle quien estaba con ella.
"¿Estás bien?"
"No, no lo estoy."
"¿Quieres que te acompañe?"
"¿Por que lo harías?"
"Porque no es bueno sufrir sola, yo tampoco quiero que se
vaya Cross, es el único que me cae bien…"
"Gracias Michelle, no quiero estar sola."
"Yo te acompaño."
"Perdón por ser mala contigo, no era mi intención."
"Yo sé que no eres mala, sólo que yo soy un poco especial,
pero realmente me gustaría ser tu amiga."
"Sólo si me prometes que vas a tratar mejor a Elektra."
"No te preocupes por ella, sabe que la quiero y la respeto, si
le hablo así es porque ella me lo permite, sabe que me siento
sola y así me desahogo, pero nunca la insultaría de ninguna
manera."
"No tienes porque estar sola, nos tienes a Elektra, a Maggie y
a mí."
Christina abrazó y beso en la frente a Michelle, ambas se
confortaron la una a la otra, de todos los chicos que habían
llegado a la residencia, Michelle era la única que había conocido
a sus padres, sabía lo que era ser amada y protegida, aún
después de tantos años no superaba su pérdida. Durante los
siguientes días la hija de Riazor no salió de su habitación ni para
ir a la escuela, al penúltimo día de la partida de Cross se jugó su
última carta, buscó a su padre, lo encontró en su estudio. "Papá."
"¿Que pasó?"
"Quiero pedirte algo."
"Mi respuesta es no."
"Pero si no sabes..."
"Quieres que Cross se quede."
"Es que yo…"
"Mira hija, te he maleducado y es mi culpa, ese niño esta aquí
para servirme en un objetivo que tengo y nunca, jamás lo dejaré
que se acerque a ti de otra manera que no sea como tu sirviente.
¿Comprendes?"
"Si."
"Ahora retírate."
Christina salió decepcionada, pero recapacitó, volvería a
hablar con su padre, por lo menos la escucharía aunque ya se
haya negado a su petición, se regresó, la puerta estaba entre
abierta y escuchó la conversación que estaba teniendo.
"Perfecto Comandante, espero que este enlace una a nuestros
estados. No se preocupe, cuando esté lista yo la enviaré. Estoy
seguro que mi hija será una buena esposa para Devon. Está bien.
Después afinamos los detalles, tengo un asunto aquí que
requiere mi atención. Saludos."
Cuando Riazor colgó gritó hacia la puerta. "¡Sal de ahí
Christina!"
Cuando la hija del Tesorero del Distrito Comercial salió de su
escondite, su padre por primera vez en la vida la abofeteó. "No
debes escuchar las conversaciones ajenas."
Con lágrimas en los ojos Christina le contestó a su padre:
"¿Me prometiste en matrimonio con uno de esos monstruos?"
"Así es, con Devon."
"Es un idiota, aparte su padre me odia, él me culpa de la
muerte de Frank y Jaan."
"Y es tu culpa princesa, tú los arengaste a salirse y eso los
mató."
"No, lo que los mató fue el destino, íbamos a ir al lago pero
ellos me internaron en el bosque para matarme."
"Y luego ¿que pasó?"
"No me acuerdo, creo que nos atacó un animal, en lo que los
mataba a ellos yo logré huir."
"¿Y por que no dijiste eso en aquel entonces?"
"No lo recordaba."
"¿Que conveniente verdad? Casi originas una guerra
Christina, la única solución fue darte en matrimonio y más te
conviene quedarte calladita y no decirle nada a Cross, porque si
se atreve a retarme lo mato, sería una lástima después de todo el
tiempo y dinero que he invertido en él. Así que entiéndelo
princesa, quien se interpone en mi camino se muere, ya sea
Cross, su padre, Lothar y hasta tú. ¿Comprendes? Nunca estuve
contento por tener una hija, yo siempre quise un varón, pero
saliste una niña inútil, todavía si fueras como Elektra o Michelle
me servirías, ellas sí valen la pena, pero tú eres una inútil, lo
único que tienes es belleza y sólo vas a servir para que me
acerques con el estado de Levit, ahora retírate y recuerda, la vida
de tu amiguito depende de ti, y si te portas mal te envío
inmediatamente con tu nueva familia."
Christina se retiró completamente deprimida, no sólo perdería
a Cross, también esa noche perdió a su padre, en algún tiempo
su patria y su libertad, tal vez hasta su vida.
El día de la partida de Cross, Christina no quiso ni asomarse,
lo quería ver por última vez porque cuando él regresara con la
espada ella ya no estaría ahí, pero le dolía demasiado que ni
siquiera tuviera la intención de despedirse de ella, aunque sea
por el recuerdo de los tiempos en que convivieron juntos, ahora
a él ya no le interesaba su amistad, no, “interesar la amistad” no
era la palabra, era algo más fuerte, él la había apartado de su
vida como un trapo viejo, la palabra era odio, ahora la odiaba,
Christina nunca supo que mal le había hecho pero sabía que
Cross la odiaba, lo mejor era resignarse que la enviaran a Levit y
con suerte allá la mataran.
Christina seguía con sus pensamientos, <bueno, al final que
me importa lo que él piense, por lo menos le voy a decir adiós>,
se asomó por la ventana pero no estaba, sólo observó el carro de
su padre esperándolo, fue hacia la salida de su cuarto cuando vio
una sombra por debajo de la puerta, en su corazón sabía que era
Cross, sentía que su pecho iba a estallar, tenía un vacío en el
estomago, no sabía que iba a decir, quizá sólo un hasta luego o
un cuídate, pero la puerta no fue tocada ni abierta, la sombra se
retiró, Christina no pudo más, abrió la puerta y lo enfrentó,
Cross le explicó todo, nunca la dejó de querer sólo que el muy
idiota hizo las cosas a su manera, sin explicar nada ni pedir su
opinión, pero ya nada de eso importaba, Cross la quería y eso
era todo lo que ella deseaba saber, entonces, por fin sucedió, le
dieron su primer beso, fue mágico, fue superior a todo lo que se
había imaginado, mejor aún, Cross le había pedido que fuera su
novia, ahora sí tenía esperanzas, no importaba cómo pero Cross
la encontraría y la rescataría, confiaba ciegamente en él, esa
misma noche elaboró una carta explicándole todo, la cerró y se
la entregó a Maggie para que se la diera a Cross cuando
regresara.

Al día siguiente Christina se veía contenta, Elektra y


Michelle se extrañaron, ya estaban acostumbradas a verla
siempre triste. "Hola Chris. ¿Por que tan contenta?"
"No lo sé Elektra, sólo lo estoy."
"¿No estas triste porque se fue Cross?"
"Si, un poquito, pero va a regresar."
"¡No me digas que ya se contentaron!"
"Si, antes de irse se fue a despedir de mí."
"Que bueno, me alegra que por fin arreglaran sus problemas."
"Yo también me alegro, y tu Michelle... ¿Que dices?
"No lo sé, hay algo que no me gusta aquí."
"¿Porque lo dices?"
"No es que no me alegre verte sonreír, pero hay algo que me
molesta y no sé que es. ¿Por que no nos platicas detalladamente
la reconciliación?"
"Está bien, estuvo así…"
Christina les contó todo, excepto el beso y la declaración de
noviazgo. "… entonces nos abrazamos y se fue."
"Que lindo." Dijo Elektra con su sonrisa de siempre.
Michelle seguía intranquila. "Insito que hay algo, Chris se ve
diferente." Entonces Michelle abrió los ojos como platos, ahora
sabía que había sido, señaló a Christina y con el dedo
temblándole del coraje le gritó: "¡Lo besó! ¡Eso era! ¡Lo besó!"
"¿Que?" Gritó Elektra.
"Lo besó, lo besó, la muy loca lo besó."
Christina no pudo evitar sonreír y sonrojarse, se llevó un
dedo a los labios y no lo negó.
"¿Porque hiciste eso?" Le reclamó Elektra.
Michelle seguía diciendo con voz más débil. "Lo besó, lo
besó."
Elektra se levantó enojadísima. "Ya no somos amigas."
Michelle hizo lo mismo. "No te quiero volver a ver, pensé
que eras una buena persona."
Ambas se fueron sin voltear a verla, tanto Michelle como
Elektra le retiraron el habla, después de una semana a propósito
ambas pasaron enfrente de Christina, ésta divertida las abrazó y
besó. "¿Ya me perdonaron?"
"No y ¡nunca lo haré!"
"¿Y tu Michelle?"
"¡Tampoco!"
"Pero si a ti ni te gusta Cross… "
"No importa. ¡Tu comportamiento no fue el de una señorita!"
"¿Que tengo que hacer para que me perdonen? Haré lo que
quieran…"
Elektra la abrazó. "Vas a tener esa sonrisa por siempre. ¿De
acuerdo?"
"Lo voy a intentar."
Michelle le preguntó: "¿Fue tu primer beso?"
"Por supuesto y fue maravilloso."
"No te pregunté eso. ¡Sólo quería saber si fue tu primer
beso!"
Entonces Elektra le dijo seriamente a su anfitriona: "Pues te
aviso Christina que mi primer beso también me lo dará Cross."
Christina abrazó a las dos niñas. "Lo que digas Elektra."
Mientras la abrazaba su amiga, Michelle pensó: <a mi
también>. Esa fue la última vez que estuvieron juntas las tres
amigas, después, Argento Riazor les prohibió hablar porque
interfería con su entrenamiento, pero como sabía que ni Elektra,
ni Michelle lo iban a obedecer, estableció un perímetro de
guardias alrededor de su casa.

Los siguientes cuatro años la vida de Christina volvió “a la


normalidad”, de la escuela a su casa y de la casa a la escuela,
empezó a salir más con sus amigas pues en la residencia ya no
podía hablar con nadie, ella no desobedecía a su padre, vivía con
el miedo constante de que Riazor la enviara a Levit, en ese
tiempo los hijos mayores de Lady Janette nuevamente visitaban
a su madre en la residencia Riazor una vez al año en sus
vacaciones de verano, en las de invierno siempre viajaban al
extranjero.
Janette tenía la intención de que su hijo mayor, Thitus,
conquistara a Michelle, sabía de su fortuna, con la herencia de
esa chica su hijo podría escalar posiciones sociales, al mismo
tiempo, trataba de controlar a Meirelle quien estaba
encaprichada con Póllux.
Por su parte, los chicos de la casa Riazor no congeniaban con
Janette y sus hijos, la esposa de Riazor era una arpía con todos
menos con Michelle, la enfurecía que esos chicos fueran
mejores que los suyos, Thitus era mayor y más fuerte que la
mayoría, pero aún así lo derrotaban, Póllux era más fuerte y a
Cástor le temía, cuando lo veía con esos ojos de furia lo evitaba
por completo, al principio vencía a Arlés, pero en cuanto el líder
de los chicos entendió su modo de pelear no volvió a derrotarlo,
en cuanto a Dorian al inicio de sus peleas lo dominaba sin
problemas, pero Dorian siempre se levantaba sin importar la
paliza que le infringía hasta que Thitus se rendía, el hijo mayor
no peleaba con las chicas, Athena le gustaba y no podía lastimar
a Michelle.
En cuanto a Meirelle, los chicos no la tomaban en serio y se
dejaban derrotar por ella, no así Elektra, la cortesía que tenía
para sus compañeros no la demostraba para con la hija de
Janette, después de la segunda golpiza que le propinó no
volvieron a enfrentarlas y la esposa de Riazor tampoco permitía
que peleara con Michelle, conocía el carácter explosivo de la
heredera de los Harrisson y no quería que se enojara con ella. Al
cuarto verano después de la partida de Cross, Janette le insistía a
su hijo que se le declarara a Michelle.
"Debes hacerlo ya, esa chica cada vez es más linda y
pretendientes poderosos no le van a faltar."
"Ya sé que es linda, pero a mi me gusta Elektra."
"¡No seas idiota! Esa niña no tiene ni en que caerse
muerta…"
"¿Y eso que importa? Tú siempre dices que nosotros somos
los herederos de mi padre…"
"Aun así, debemos tener un respaldo."
"¿Y si Craig conquista a Michelle?"
"Tu hermano ni siquiera hace por venir a verme, desde que lo
encontraron no ha querido saber nada de nosotros, estudia
contigo en el Cinturón y ni siquiera se hablan, si yo no lo voy a
ver él ni por enterado de nuestras vidas."
"¿Y entonces por que lo vas a ver?"
"Porque es mi hijo y lo quiero tanto como a ustedes. Ahora
haz lo que te digo."
"Pero Elektra…"
"Ella no es nadie, cuando te hayas casado con Michelle
podrás tenerla también, úsala como te de la gana y después
bótala, las de su clase sólo sirven para eso."
"Está bien…"
"Y tú Meirelle…"
"A mí no me digas nada, yo sólo estoy usando a Póllux, es
guapísimo, además, mi padre ya me dijo que perteneceré a la
Orden, nunca tendré posesiones, puedo hacer lo que me de la
gana."
Janette prefirió no discutir con su hija, era ingobernable y
podría contagiar con su rebeldía a Thitus, ese mismo día por la
tarde, como era su costumbre, Meirelle y Janette molestaban a
Elektra, le echaban en cara su humilde origen, la futura FILO
número once no les hacía caso, pero la lastimaban las burlas,
Cástor pasaba por ahí, escuchó como se metían con su
compañera y enfrentó a la esposa de Riazor y a su hija.
"¿Por qué no dejan en paz a Elektra? Ella no se mete con
ustedes."
"¡Cállate mugroso!" Contestó Meirelle. "Tú también eres tan
corriente y bastardo como ella."
Cástor sonreía, tomó la mano de Athena. "Perdón, pero creo
que están usando el término incorrecto, Elektra y yo somos
huérfanos, sin embargo, aquí hay alguien que con seguridad
encuadra en lo que a ser un bastardo se refiere..."
Janette se enfureció con esa insinuación. "Será mejor que
midas tus palabras pequeño gusano o haré que te echen a la
calle…"
Cástor comenzó a reír. "No me diga… Yo estoy aquí por
obligación no porque me estén haciendo un favor, tengo un
pacto verbal con Lord Riazor, lo que una vieja loca y su hija
bastarda digan no me interesa."
"¡Yo no soy bastarda! ¡Soy una Riazor!" Gritó enfurecida
Meirelle.
"¿De verdad? He visto papeles con tu nombre y en todos hay
una equis después de tu nombre, no sé si lo sepas, pero eso
significa que eres una bastarda."
Meirelle estuvo a punto de atacar a Cástor pero Elektra se
interpuso en su camino y la derribó, las chicas iban a empezar a
pelear cuando Thitus llegó con su madre con el rostro
desfigurado y sangrante, Janette le preguntó preocupada: "¿Qué
te pasó mi bebé?"
"Póllux…"
"¡Yo lo golpee!"
Quien gritaba era Póllux, venía con Michelle, Arlés y Dorian.
Los rostros de los chicos demostraban que iban dispuestos a
cualquier cosa.
"¿Estás loco? ¿Por qué lo golpeaste?"
"Estaba atacando a Michelle."
"¡No es cierto!" Protestó Thitus. "Sólo le pedí que fuera mi
novia."
"Y cuando te rechazó te pusiste violento."
Thitus iba a contestar pero un golpe en la cara lo dejó
inconsciente, era Cástor, Michelle y Elektra inmediatamente lo
tuvieron que someter para que no siguiera golpeando a Thitus,
cuando el gemelo pequeño se enfurecía sólo ellas podían
controlarlo.
Janette a su vez quiso golpear a Cástor pero unas manos la
detuvieron, eran Lothar y Bastián. "Será mejor que se tranquilice
Lady Janette, esos chicos son los protegidos de Lord Riazor y
nadie los puede tocar." Le advirtió Bastián.
"Pero mi hijo…"
"El señor Riazor está en su estudio, hable con su esposo y
que él decida el castigo."
Janette se dirigió a ver a Riazor, Lothar se llevó a Thitus a la
enfermería, la discusión entre los esposos fue acalorada, Janette
exigía un castigo físico para los chicos, pero Riazor se negó.
"Pero entre todos golpearon a tu hijo. Primero lo hicieron
Póllux, Dorian y Arlés, después Cástor lo golpeó a traición, todo
por celos, no quieren que tu hijo se acerque a Michelle."
"Creo que exageras, Thitus no es tan bueno como para que
los tres lo golpearan, no puede ni con uno…"
"Eso no tiene nada que ver. ¿A quien le vas a creer?"
"No quiero discutir, así que vamos a decir que te creo a ti,
pero no voy a azotar a esos chicos."
"¿Por qué?"
"Porque no lo van a permitir, ellos no son unas marionetas, si
intento castigarlos físicamente se defenderán, si eso pasa hay
dos alternativas, morirán o se marcharán, he invertido mucho en
ellos para que eso pase."
"¿Entonces que harás?"
"Los castigaré separándolos, no podrán comunicarse entre
ellos, es lo más que puedo hacer."
Janette quiso insistir pero la mirada de su esposo fue clara, no
haría más. "Por lo menos deberías comprometer a Michelle con
Thitus, eso sería una buena lección."
"Eso no servirá de nada, esa niña es la más rebelde de todos,
la podemos comprometer, pero en cuanto reciba su fortuna le
dará una patada en el trasero a tu hijo, eso te lo puedo asegurar."
"Amenázala con quitarle su fortuna…"
"¡No! Yo siempre cumplo mis promesas, si la amenazo
estaría faltando a mi palabra, ella tampoco cumplirá la suya y se
marchará… y los demás con ella. Además, su fortuna no me
interesa, el valor de Michelle no se puede medir en dinero, no
hay cantidad que compense su valía."
Janette no dijo más, estaba peleando una batalla perdida,
acompañó a su esposo para ver el regaño a sus protegidos, la
enfureció que ninguno se inmutara con el castigo, de hecho,
apenas si le hicieron caso, les prohibieron un mes hablar entre
ellos y les intensificarían las jornadas de estudios y
entrenamientos, al final, cuando se retiraban, Janette le habló a
Michelle. "Ven Michelle, tú no tuviste nada que ver con esto, el
castigo no te aplica a ti."
Michelle tomó la mano de Elektra. "Yo me quedo con mi
hermana Lady Janette, si la castigan a ella me castigan a mí. Y
jamás aceptaré como novio a Thitus, es un idiota."
Michelle le dio la espalda a la madrastra de Christina y se
retiró con los demás chicos, hablaban y bromeaban entre ellos,
estaba por demás claro que no harían caso al castigo, cumplirían
con las horas extra de estudio y ejercicios, pero jamás dejarían
de hablar entre ellos, eso ni Dorian lo cumplió, al principio
pensaba hacerlo, pero falló cuando Michelle le habló y él
contestó.
Después del incidente Riazor prohibió a su esposa volver a
llevar a sus hijos a la residencia del Distrito Comercial, siempre
que iban causaban problemas, Janette a regañadientes lo aceptó.
Meses después Janette convenció a Argento Riazor que ya era
hora de que Christina partiera a Levit.
"Christina, prepara tus cosas, tu padre ordenó que mañana
partes a Levit."
"Está bien."
Christina no dijo más, sabía que era inútil resistirse, ya había
visto la verdadera personalidad de su padre y no quería que
Janette la viera doblegarse, aguantaría seis años más hasta que
Cross la fuera a buscar, había preparado todo, estaba dormida,
quizá era la última vez que dormiría, entonces, unos golpes en
su puerta la levantaron, cuando abrió la puerta se sorprendió,
eran Michelle y Elektra.
"¿Que hacen aquí?"
"Sabemos que te vas mañana y por qué."
"¿Vienen a despedirse?"
"No, venimos a llevarte de aquí."
"¿Como?"
"No tienen derecho a hacerte lo que pretenden."
"Pero… ¿Y los centinelas?"
"Ya nos hicimos cargo de ellos."
"Pero ustedes tienen un contrato con mi padre."
"No nos importa, no te vamos a dejar sola."
"¿Pero que vamos a hacer tres chicas solas? Recuerda
Michelle que si te vas pierdes tu herencia."
"Hay cosas más importantes que el dinero."
"Y no son tres mujeres solas."
Christina volteó, Cástor y Póllux estaban en el pasillo.
"¿También ustedes?"
"¡Por supuesto! Respondió Cástor. "A donde vayan mis
hemanas siempre estaremos nosostros, nunca las dejaremos
solas."
Michelle y Elektra sonrieron a los gemelos, sabían que Cástor
hablaba en serio, siempre contarían con ellos, mientras,
Christina tomó sus cosas y salieron por la entrada principal,
afuera ya estaban su padre, Lothar, Dorian y Arlés.
"¿Que sucede aquí?" Preguntó el dueño de la residencia.
"Nada, que nos vamos." Respondió Elektra.
"¿Quienes se van?"
"Los cinco, Christina, Michelle, los gemelos y yo."
"¿Se puede saber por qué?"
"Porque quiere obligar a Christina a casarse y no lo vamos a
permitir."
"No estoy obligando a Christina a casarse, sólo quiero que
conozca a quien puede ser su futuro esposo, si después de un
tiempo decide que no se casa pues se regresa y listo, ahora que
si no quiere obedecerme es libre de irse, pero ustedes se
comprometieron conmigo... ¿Recuerdan? Hicieron un pacto
verbal y ese pacto para mi es sagrado."
Elektra habló. "Lo sabemos señor Riazor, pero la calle es
muy dura y no es un lugar en donde alguien como Christina
pueda sobrevivir, nosotros si podemos y no la vamos a
abandonar."
"¿Porque no dejan que ella decida? ¿Que dices hija? Siempre
te he dado todo en la vida y sabes lo que significa esta unión, no
te obligo a casarte, sólo sólo te pido que trates a tu prometido, si
en dos años no te agrada te regresas. ¿Estás de acuerdo?"
Michelle tomó a Christina de la mano. "Tú decides amiga."
Christina sólo tuvo que ver la mirada de su padre, recordó sus
palabras y no iba a permitir que dañara a sus amigos. "Haré lo
que mi padre quiere."
"¿Estás segura?" Preguntó Elektra.
"Si, dos años pasan rápido y pues uno nunca sabe, a lo mejor
te quedas a Cross para ti solita."
Argento Riazor cortó de golpe la platica, ya se estaba
molestando. "Siendo así y ya que tienes tus cosas listas lo mejor
es que partas de una vez. ¿Estas de acuerdo?"
"Si señor."
Christina se despidió de sus cuatro amigos, no le dio tiempo
de despedirse de Maggie ni de decirles a donde la enviaban,
subió al vehiculo de la familia y Bastián la llevó a su destino.
"Bueno chicos, es hora de dormir, mañana tienen
entrenamiento." Argento Riazor no dijo más, no hubo castigos,
amenazas o gritos, se metió a su residencia y se fue a dormir.
"Será mejor para todos si nos vamos a descansar." Dijo Arlés.
Cástor se le paró enfrente. "Espera un momento líder,
primero queremos saber quien le dijo a Riazor que nos íbamos."
"¿Que estas insinuando?"
"Nada, sólo pregunto."
"¿Y si no respondo?"
"Te lo saco a golpes."
Arlés volteó a ver a las chicas. "¿Ustedes que creen?"
"Contesta la pregunta." Le respondió seriamente Elektra.
"Tranquilos todos, aquí no se ha roto ningún código, Lothar
fue por nosotros y nos trajo aquí." Comentó Dorian.
"Ya sabemos cómo llegaron pero no han contestado la
pregunta." Respondió Póllux en tono amenazador.
Dorian y Arlés se sorprendieron, nunca lo habían visto de esa
manera, si alguien era un buen sujeto ese era el gemelo mayor,
pero ahora tenía la misma mirada que su hermano y en una
persona de su tamaño daba miedo…
"Tranquilo grandote, eso ni nosotros lo sabemos. ¿Por que no
nos lo dices Lothar?"
Los chicos estaban tan enfrascados en sus asuntos que nadie
había reparado en que Lothar seguía ahí. "Me alegro que lo
preguntes Arlés y no que se destrocen, fue Lady Janette quien
avisó a Riazor."
"¡Esa perra!" Elektra inmediatamente volteó a ver hacia la
residencia principal, se encontró con el rostro sonriente de
Janette.
"Así es Elektra, esa señora nunca ha querido a su hijastra,
estoy seguro que fue por mediación suya que comprometieron a
Christina en matrimonio."
Esta vez habló Cástor. "Lo siento muchachos, pero ustedes
entienden... ¿No?"
"Lo único que entendemos es que nosotros no estábamos de
acuerdo con su plan pero aún así no violamos los códigos
internos, sin embargo, al parecer ustedes no confían en quienes
no tienen sus mismas ideas, vámonos Arlés."
Los dos chicos increpados se retiraron molestos, Michelle
comentó: "Creo que la regamos, pero no pasa nada, en unos días
esto se olvida."
Los gemelos sonrieron y se llevaron a las chicas cargando
hasta su dormitorio. Lothar estaba haciendo un análisis mental
de la situación, pensó que no era lo mismo un estudiante que
seis de ellos, Riazor tenía controlado a Cross porque lo trajo
desde muy temprana edad, prácticamente había pasado en la
casa Riazor toda su vida, pero esos chicos eran diferentes,
ninguno de ellos necesitaba a Riazor para vivir, a excepción de
Dorian todos desde muy pequeños habían estado en las calles y
habían sobrevivido sin mayores problemas, por eso Riazor no
podía ponerse tan estricto. Dorian era un incondicional, Arlés
cumpliría su parte siempre y cuando no fuera en contra de sus
intereses, pero Elektra y Michelle eran más independientes, si
algo no les gustaba lo corregían sin importarles desobedecer
órdenes y a los gemelos no les importaba nada, ellos
simplemente hacían lo que querían, Lothar sonrió, los planes de
Riazor se pondrían interesantes, pensó que sería entretenido ver
como encajarían esos seis prodigios en su proyecto sin que se le
saliera de las manos.
Lo que realmente preocupaba al bérserker era Christina, todo
el asunto de su partida estaba totalmente raro, Riazor le comentó
que la enviaría al extranjero para que no distrajera a los chicos,
lo del compromiso era sólo una posibilidad y se negó a dar más
información, Lothar pensó en investigar cual sería el verdadero
lugar al que enviarían a esa chica.
CAPÍTULO 3
FILO NÚMERO DOCE
LILITH

Christina fue llevada a la casa del Comandante Supremo Neil


Rush en Levit, donde fue recibida con toda amabilidad, así
pasaron los primeros meses, como cuando estuvo ahí con su
padre años atrás, sólo que en esta ocasión no se hablaba con las
hijas del Comandante, la miraban con odio y desprecio, ellas
estaban presentes cuando Christina retó a sus hermanos, Chris
sentía que en cualquier momento algo malo iba a pasar.
Al sexto mes de vivir en Levit, el Comandante habló con
Christina que ya contaba con catorce años de edad. "Niña, ya es
hora de que empieces a tratar a tu futuro marido, este es mi hijo
Devon Rush, tiene dieciocho años, gracias a ti es el primero en
la línea para seguir mis pasos y el futuro heredero de mi
fortuna."
A Christina no le gustó el tono empleado en “gracias a ti”,
sabía que la seguían culpando por la muerte de Frank y Jaan.
"A partir de ahora vivirás con él y le servirás como si fueras
su esposa, si mi hijo esta conforme con “tus servicios” entonces
te aceptaremos en la familia."
Entonces empezó el infierno para Christina, Devon la trataba
como una basura, la humillaba, la golpeaba, la tenía como su
sirvienta particular, varias veces intentó abusar de ella pero
nunca pudo, Devon tenía “otros gustos”.
Así pasaron tres años, Christina sólo contaba los días para
que se cumplieran los diez años del entrenamiento de Cross, eso
era lo único que la confortaba en ese maldito lugar, para ese
entonces no sólo Devon la trataba mal, también sus hermanas la
humillaban y golpeaban, Christina se acostumbró a tener
siempre algún moretón o herida en su cuerpo, pero nunca lloró,
la última vez que lo hizo fue cuando se marchó Cross y
prometió que no lo volvería a hacer, aguantaba todo en silencio,
agradecía que a Devon le gustaran los chicos, no le importaba
que los metiera a su cuarto y que tuvieran sexo enfrente de ella,
todo estaría bien mientras no la tocaran.
Cuando Christina contaba ya con diecisiete años su cuerpo
era el de una mujer, a pesar de estar sucia y desarreglada se veía
guapa y muy deseable, el Comandante le preguntó a su hijo si
tenía sexo con Christina.
"Si padre diario."
"Me sorprende que no esté embarazada."
"Posiblemente ni para eso sirva."
"Posiblemente…"
En una ocasión después de tener sexo con uno de sus muchos
“amigos”, Devon salió a darse un “baño de noche”, tenía esa
costumbre, su amante se quedó desnudo en la cama, en ese
momento entró una de las hijas del comandante y vio al joven
desnudo, en seguida fue corriendo a decirle a su padre que la
muy puta de Christina tenía un amante, cuando Devon llegó a su
cuarto ya tenían a su prometida y al amante atados y golpeados,
sintió miedo, si su padre se enteraba de sus preferencias sexuales
era capaz de desheredarlo y él no era precisamente el mejor de
los hermanos, sabía que si eso pasaba su hermano menor no
tendría piedad con él, lo trataba muy mal y querría vengarse.
Inmediatamente pensó en un plan, necesitaba “hacerse el
ofendido”, total, nadie le iba a creer a una asesina y ramera
como Christina.
"¿Que sucede aquí?"
La hermana de Devon estaba furiosa. "Sucede que tu novia es
una puta."
"¡Como te atreves a hablar así de ella!"
"¡Es cierto, yo los sorprendí! ¡Ahí esta su amante!"
Devon se acercó al muchacho, lo tomo de los cabellos y le
susurró: "Sígueme la corriente para poder salvarte mi amor."
Después le gritó en la cara: "Maldito bastardo... ¿Te andas
acostando con mi prometida?"
"Si milord, lo siento…"
"¿Y desde cuando lo haces?"
"Desde hace tres meses."
"¿Llevas tres meses teniendo relaciones sexuales con mi
futura esposa?"
"Si señor, lo siento, su prometida me obligaba, me decía que
si no me acostaba con ella diría que intenté violarla y me
matarían. No soy el único al que ha amenazado para tener sexo,
es una puta."
Christina, estaba estupefacta, no podía creer lo que estaba
escuchando, su cuñada se le fue a los golpes. "Maldita zorra, eso
no se le hace a un Rush, primero matas a mis dos hermanos y
ahora engañas a Devon, te voy a matar."
Christina, estaba atada y no pudo defenderse, entonces habló
el Comandante: "Esto es intolerable, no puedo perdonar esta
ofensa a la familia, desde este momento queda roto el
compromiso y si a ti te gusta ser una puta en eso te convertirás,
guardias, llévensela y utilícenla como mejor les de la gana, en
cuanto a ti maldito..." Refiriéndose al amante. "¡Te voy a
quemar vivo!"
"¡No, eso no por favor! Devon tu dijiste que aghhhh."
No alcanzó a completar la frase, Devon lo había atravesado
con una espada. "Perdón padre, pero la ofensa era a mi persona
y yo debía cobrarme la satisfacción de la venganza."
"Está bien hijo, debes de saldar tus deudas. Soldados..." El
Comandante Supremo señaló a la hija del Patriarca del Clan
Riazor. "¡Llévense a esa porquería de aquí!"
Christina empezó a gritar: "¡No, por favor, yo no hice nada!
¡Por favor, no me hagan esto!"
Los soldados divertidos la llevaban arrastrando de los
cabellos y le iban arrancando la ropa. "Espero que tengas
experiencia chiquita, porque somos como doscientos…"
Christina estaba desesperada, ni siquiera sentía el dolor de
que la arrastraran de los cabellos, tenía más miedo de lo que le
esperaba, se vio pérdida y sólo alcanzó a gritar: "Deténganse,
soy inocente, Devon es un maldito maricón, puedo decirle
quienes son todos sus amantes, los hay desde soldados hasta
gente del gobierno."
El Comandante Supremo volteó a ver s su hijo con cara de
asombro.
"¿No le irás a creer a una puta desesperada verdad?"
"Es cierto, ese era su amante, por eso lo mató, para que no
hablara."
"Será mejor que te calles Christina, o haré que te corten la
lengua." Amenazó el Comandante.
"¡Soy virgen!"
Todos se quedaron pasmados, Devon sintió miedo...
"¿Que dijiste"?
"Que soy virgen, pueden comprobarlo, nunca me he acostado
con nadie."
"Pero eso no es posible…, guardias, deténganse, Christina...
¿Estás segura de lo que dices?"
"Lo sostengo con mi vida."
"¿Devon?"
"Esta loca papá."
"¡Tú me has dicho que has tenido sexo con ella todos los días
y este muchacho dijo que también tenía relaciones sexuales con
Christina desde hace tres meses cuando se lo preguntaste!"
"Papá yo…"
"Voy a hacer exámenes Devon, este chico tuvo sexo hoy y
aquí, la pregunta es con quien, si en el examen que se le realice
a Christina resulta que es virgen, ya sabes como soy cuando me
enojo."
Devon guardó silencio sabía que lo habían atrapado.
"¿No dices nada? Entonces llamen a los…"
"Espera papá, nunca he tocado a Christina, lo intenté pero no
pude, soy homosexual, ese de ahí era mi amante."
Lo que siguió fue una cacería de brujas, el Comandante
Supremo le dio una golpiza a Devon, mató a los soldados que
presenciaron la escena y su hijo tuvo que decir todos los
nombres de las personas con las que tuvo sexo, no omitió a
nadie, sabía que su padre era capaz de matarlo, levantaron y
torturaron a todos sus amantes, los hicieron confesar a quien se
lo habían contado y luego los mataron, después mato a los que
habían oído algo y finalmente mató a los soldados que llevaron a
cabo la cacería de brujas, no quedó ni un solo rastro de la
homosexualidad de su hijo.
"Tienes suerte de que no te mate cabroncito, tus hermanos
son más chicos que Christina por lo que te voy a obligar a
volverte hombrecito, te vas a ir a la academia militar para
endurecerte y después vas a aprender a cogerte a una mujer, no
me importa si te disgusta o no lo disfrutas, pero lo vas a hacer.
¿Entendiste?"
"Si señor."
Después de esa ocasión la vida de Christina dio otro giro,
dejó de ser una empleada doméstica para ser una prisionera, no
se le permitía salir de su recamara para nada, no tenía contacto
con nadie, la atendía una sirvienta sordomuda, pensó que así
estaba mejor, ya faltaba menos para los diez años. Pero lo peor
estaba por venir. Luego de algunos meses de tranquilidad, se
presentó el Comandante Supremo con ella. "Arréglate, Devon
va a venir con unas personas muy importantes y quiero que te
veas presentable."
Christina se arregló y se puso la ropa que le habían enviado,
después de cinco horas se volvió a presentar el Comandante
Supremo. "Se me había olvidado que eras atractiva niña, ahora
compórtate."
Devon había llegado con altos oficiales del ejército y pasaron
una velada tranquila, habían presentado a Christina Riazor como
la prometida del hijo mayor del Comandante, al final de la
reunión Neil Rush ya estaba ebrio. "Adelante hijo, cúmplele a tu
señora."
"Si padre, aunque no le quitaste el ojo de encima en toda la
cena…"
"¿Si verdad? Christina es un pastelito, lástima que no la sepas
apreciar."
"Pues si quieres estrénala, sirve que ya me la dejas más
dispuesta.”
"Pues no es mala idea…, está bien hijo, veremos que puedo
hacer, pero tú nada de puterías ¿eh?"
"Yo me voy a dormir padre."
El Comandante Supremo llegó al cuarto de Christina y se
sentó en su cama. "¿Estás dormida Christina?"
"Si señor, ya estaba dormida."
"¿Que te parecería tener mas libertad en mi casa?"
"Así estoy bien señor."
"No seas tan grosera, te conviene ser buena conmigo…"
"¿Que quiere?"
"A ti."
El Comandante Supremo tuvo que golpear en repetidas
ocasiones a Christina para someterla, lo volvía loco su suave
piel y aroma, la violó tres veces esa noche, al otro día la veía
divertido. "Estuvo bueno… ¿No Christina?"
Christina no respondió, sólo lloraba, veía con odio al
Comandante Supremo, estaba completamente adolorida por la
violación y por los golpes.
"Ve las cosas por el lado positivo, el maricón de mi hijo ya
no te va a tocar."
"Le voy a decir a mi papá, lo va a matar por esto."
"Pequeña, a tu padre no le interesas, si le importaras no te
hubiera mandado aquí. Sé que todos dicen que soy un monstruo
sin corazón y creo que tienen razón, pero jamás en la vida
sacrificaría a uno de mis hijos enviándolo con alguien como
yo… Argento Riazor es peor que nadie, acéptalo y resígnate."
Lo que más le dolió a Christina era que el Comandante tenía
razón, en dos ocasiones trató de pedirle a su padre que la dejara
volver y en ambas se negó. “Tú te lo buscaste. Ahora Elektra y
Cross son mis hijos, ya no quiero que me molestes más.”
Christina no lo podía creer. ¿Cross adoptado por su padre?
¿Lo habrán comprado? ¿Se olvidó de ella? No, Cross nunca la
olvidaría, él la rescataría.
El Comandante Supremo siguió violando a Christina, como
tenía muchos compromisos, generalmente no estaba en su casa,
pero cuando regresaba no la dejaba ni un momento, Christina
dejó de pelear, simplemente se dejaba hacer, se perdía en sus
pensamientos hasta que se quitaba de encima al sujeto.
Después de un tiempo el Comandante Supremo se estaba
hartando.
"Muévete siquiera, parece que estás muerta."
Christina no le contestó.
"Bueno, como al parecer yo no soy suficiente para despertar
tu pasión, tendremos que darte más acción, a partir de mañana te
irás a los cuarteles a “servir” a los soldados, vamos a ver cuando
empiezas a disfrutar."
"Eso no, por favor."
"¿Entonces vas a portarte mejor conmigo?"
"Si."
"Demuéstramelo."
Christina fue obligada a besar, moverse y gemir con el
Comandante Supremo, eso lo encendió aún mas, trataba de estar
en su casa el mayor tiempo posible, Christina lo traía loco, ya
tenía veinte años. "Niña, te has portado bien, sólo por eso te voy
a permitir que veas un programa de tu estado, hoy es la gran
eliminatoria para obtener la espada sagrada."
Christina sintió que le daba un vuelco el corazón, ya había
llegado el día, si Cross ganaba por fin ese infierno acabaría
pronto, ya había perdido la esperanza de estar con Cross, era una
mujer sucia y ya no la iba a querer, pero tenía la ilusión de que
al menos se la llevara de ahí.
Cuando empezó el programa y dieron los nombres de los
finalistas Christina se decepcionó, estaban Lothar, Dorian y
Arlés; pero no Cross, no le interesaban los combates, estaba
completamente decepcionada, lloraba pensando en su destino en
ese lugar, en cambio, el Comandante Supremo estaba
emocionadísimo, ni siquiera la volteaba a ver. "Que bárbaros,
que buenas peleas, ya me estoy excitando, mira, ahí está tu
padre, sin duda sus bérserkers son los más poderosos, ese Lothar
es tremendo guerrero."
Christina ya no quería ver más, sólo la lastimaba el pensar en
su realidad y que ya no tenía escapatoria, le iba a decir al
Comandante Supremo que le permitiera retirarse, pero de
repente, pasó algo inaudito, un guerrero interrumpió un combate
y solicitó para sí la espada sagrada, machacó en instantes a todos
sus rivales a la vez, era increíble.
"Mira muñeca que huevos de guerrero, si yo tuviera diez, no,
cinco de esos ya hubiera conquistado Boleria."
"Con uno basta…"
"¿Por que sonríes? Estuvo buena la pelea... ¿Verdad? Aunque
yo no me trago lo de las fallas de origen, ese guerrero se trae
algún asunto con tu padre. ¿Lo conoces?"
"Nunca en mi vida lo había visto."
Después del torneo pasaron cinco meses y su salvador no
aparecía, nuevamente Christina pensó lo peor, había escuchado
que nombrarían Lord a Cross, ahora era una figura importante,
diez años eran muchos, seguramente ya se había olvidado de su
promesa, su desesperación crecía día con día, de repente,
empezó a sentir asco…

Cuando Neil Rush recibió la noticia estaba que no cabía en sí


de orgullo y felicidad.
"¿Embarazada?"
"Si."
"¡Que buena noticia! Por fin tengo un heredero, vamos a
decir que es el hijo de Devon, pero no se van a casar, tú eres
sólo mía."
Devon estaba feliz con la noticia, en el ejército había más
homosexuales que en ningún otro lado y a su padre ya no le
interesaba casarlo, Christina lo tenía embrujado y ahora con ella
embarazada sólo tenía que fingir que el hijo era suyo.
Pasaron siete meses y Christina dio a luz a un varón, lo
llamaron Lesath, por aquel guerrero de la espada sagrada que
tanto había impresionado al Comandante Supremo, ese niño
sería un gran guerrero, como lo hubiera sido su primogénito
Jaan.
Cuando Christina tuvo a su hijo en sus brazos se prometió
que ya no esperaría a Cross, escaparía ella sola con su pequeño
Lesath. Su padre tenía razón, era una inútil que no tenía poder
como Elektra o Michelle, pero sabía que era bonita, lo único con
lo que contaba era su cuerpo, pero sabía que todos la deseaban,
total…, después de lo que le había hecho aquel bastardo unos
más no interesaban, ahora usaría sus armas para huir de ese
lugar, a partir de ese día planearía su escape.
Quien ya no estaba tan contento con la situación era Devon
Rush, su padre ya había hecho público que su nieto sería su
heredero, tenía que moverse rápido, tendría que deshacerse de
todos menos de “su hijo”, ese niño era importante, él nunca
estaría con una mujer y necesitaba un heredero, todo mundo
pensaba que era su primogénito, así que elaboró una estrategia
para deshacerse de su padre y de Christina.

En un calabozo en la prisión del estado de Levit había un


criminal al que cada seis meses torturaban hasta dejarlo medio
muerto, pasaban otros seis meses curándolo y así sucesivamente,
ya llevaba doce años viviendo ese martirio. Devon Rush fue
llevado ante ese hombre que estaba encerrado en lo más
recóndito de la prisión militar de Levit.
"Este es el prisionero."
"Está bien, déjeme a solas con el." Devon se dirigió al
convicto "¿Cual es tu nombre?"
"Mi nombre no importa, sólo llámeme venganza."
"¿Por que te he de llamar así?"
"Porque es lo único que me mantiene vivo."
"Buena razón para ese nombre; y dime... ¿Por que estas
aquí?"
"Por descuidar a unos niños."
"¿Y que harías si pudieras estar libre?"
"Mataría a quien me puso aquí."
"¿Y después?"
"No me interesa lo que sea de mí."
"¿Y si te dijera que la amante de tu celador es la razón que
inició toda tú desgracia?"
"¿La niña de Arcadia está aquí?"
"Así es."
"A ella también la voy a matar. Pero con ambos me voy a
tomar mi tiempo… ¿Cuando empezamos?"
"¿Por que lo preguntas?"
"Porque de otra manera usted no estaría aquí."
"Soy Devon Rush, el hijo de tu carcelero, quiero que me jures
que no irás contra mí después de consumar tu venganza."
"Yo no tengo nada contra ti, jamás le haría a otro lo que tu
padre hizo conmigo, los niños son inocentes…"
"Siendo así, vámonos."
Devon había comprado a los guardias, les aseguró que
cuando muriera su padre los convertiría en su guardia personal,
aunque en realidad pensaba matarlos. Una vez afuera, apuró al
bérserker. "¿Cuanto tiempo necesitas para prepararte?"
"Yo siempre he estado listo, pero necesitamos regresar al
pueblo de Nicea, a los bosques."
Devon sintió un escalofrío tan sólo de escuchar el nombre de
ese lugar, fue en esos bosques donde sus hermanos mayores
fueron asesinados, su padre quemó su casa de campo y jamás
regresaron a cazar. "¿Por qué quieres ir a ese pueblo?
Tu padre no es cualquier hombre, es un poderoso guerrero,
Patriarca de uno de los principales Clanes del desierto de Levit,
no es casualidad el puesto que tiene, ni tu y yo juntos somos
rivales para él, pero en ese lugar hay alguien que nos puede
ayudar.
Devon estaba intrigado. "¿Quien es?"
"Te lo diré cuando la encontremos."
Una vez que llegaron a los bosques de Nicea, se fueron
directamente hasta donde se encontraba la cabaña de campo de
los Rush, ahí los esperaba una mujer, cuando vio al bérserker lo
abrazó. "Altair."
El hombre le devolvió el abrazo sin emoción alguna. "Hola
Nitta." Después, volteó a ver a Devon. "Ella es mi esposa, la
madre de mis hijos."
Devon estaba entre sorprendido y asustado. "Pero eso no es
posible, ella está muerta, mi padre la..."
Nitta tomó del cuello a Devon. "Tu padre es un imbécil, sin
conocerme me envió con una docena de hombres al interior de
estos bosques para que me violaran, me rompieran las
extremidades y me botaran, los maté en un segundo, no pude
rescatar a mis hijos por culpa de esa maldita niña que estaba con
él, inhibió mi poder, he estado en estos bosques durante doce
años matando a todos los asesinos que ha enviado Neil Rush,
hace un par de años la niña que inhibe el poder dejó a tu padre
para unirse a las espadas protectoras de Riazor, desde entonces
he estado planeando el escape de Altair, el Patriarca de los
Riazor me encontró y me ofreció su ayuda, sin embargo, tu lo
facilitaste todo."
Altair tomó la mano de su esposa. "Déjalo, le prometí que
nada le pasaría."
Nitta dejó a Devon de mala gana. Los tres regresaron a la
residencia de los Rush, en el camino, mientras Nitta dormía,
Devon preguntó a Altair. "¿Como sabías que ella estaría en los
bosques si has estado incomunicado todo este tiempo?"
"Porque la conozco. Sé de su poder, era imposible que los
hombres de tu padre la mataran. Varias veces durante mi tortura
me preguntaban por ella, nunca dije nada, igual me hubiéran
seguido torturando."
"¿Y ella como supo que iríamos a buscarla?"
"Ya te lo dije, es una poderosa guerrera élite, de las más
poderosas del país, una vez que entramos en su rango de alcance
percibió mi energía, en cuanto la veas en acción te darás cuenta
de que es la persona más letal que has visto en tu vida."
Una vez que llegaron a la residencia de los Rush, Devon
vistió a los asesinos como unos criados y los metió sin ningún
problema. Se encaminaron inmediatamente al cuarto de
Christina, Devon los dejó afuera y les dijo que esperaran su
señal, mientras aguardaban el llamado, Nitta hablaba con Altair.
"Nos haremos cargo de Neil Rush de la manera que quieras,
pero no podemos tocar a la hija de Argento Riazor."
"¿Por qué? Tu trato con él no se llevó a cabo, no le debes
nada."
"Le debo la vida, Riazor me capturó con la ayuda del FILO
número cinco, Siegfred, lo acompañaba la niña que inhibe el
poder, ahora trabaja para él, me ofreció ayudar a liberarte a
cambio de que me una a su proyecto de un nuevo gobierno, al
parecer controlará a la mayoría de los FILOS."
"Y por supuesto que le faltas tú, nunca nadie había podido
capturarte. ¿Como lo hizo?
"Me negué a irme de aquí, juré que sólamente lo haría para
liberarte y vengarnos."
"Entonces matemos a la hija de Riazor. ¿Para que quieres
trabajar con un tipo como él? Odias todo lo que representa."
"Mi trabajo con él dependía de su ayuda para liberarte, la
vida de su hija la cambie por la mía, si no hubiéra jurado
respetarla ahora estaría muerta..."
"Está bien, tú ganas, al final ella sólo era una niña, yo
siempre he sostenido que los niños no tienen la culpa..."
"No te preocupes, torturarás a Rush hasta que te hartes."
"Ok, pero por lo menos... ¿Puedo espantar un poco a la niña?
Nitta sonrió. "Por mi la puedes volver diabética. Sólo no la
mates."
Mientras, Devon entraba a la habitación de Christina, como
se lo habían informado, ahí estaba su padre. "Hola papá... ¿Otra
vez con tu nieto?"
"Cuando estemos solos di lo que es, este niño es tu hermano."
"Está bien, no te enojes y tu Christina... ¿No deberías estar
más contenta?"
Chris no dijo nada, pero la sonrisa burlona de su exprometido
la molestó. "Perdón que no te contestara Devon, es que no te
reconocí con sólo dos huevos, como siempre tienes cuatro…"
"Que graciosa, tiene sus privilegios ser la puta de papá...
¿Verdad?"
"Mas o menos. ¿Que privilegios tiene el ser la puta de todo el
ejército?"
Devon quiso golpear a Christina, pero su padre se interpuso y
lo golpeó en el estómago. "¿Por que me pegas padre?"
"Por cobarde, a una mujer no se le toca."
"Pero tú las maltratas a todas, hasta a mamá."
Esta vez fue una patada en el rostro, Devon cayó. "Eso es
para que aprendas a respetar a tu padre."
Devon se limpió la sangre del rostro "¿Y por qué no me
respetas como tu hijo? Ahora resulta que ese pequeño bastardo
va a ser tu heredero…"
"Así es, tú eres débil y no puedo dejar mi fortuna en tus
manos."
"Que así sea entonces padre, deja llamo a un sirviente para
que recoja lo que tiré cuando me golpeaste." Una pareja de
empleados iban pasando en ese momento. "Oye tú, ven y limpia
todo esto."
En cuanto los criados entraron Neil Rush los reconoció.
"Ustedes, malditos…" Después volteó a ver a su hijo. "Devon...
¿Que has hecho imbécil?"
El Comandante Supremo sudó frío, sobre todo cuando vio a
la mujer, le temía, había gastado una fortuna en
cazarecompensas y guerreros poderosos para que le llevaran su
cabeza, todos fallaron y fueron asesinados, siempre había vivido
con el temor de encontrársela, él era de los guerreros más
poderosos de Levit y aún así sabía que no era rival para ella,
peor aún, estaba desarmado, en cambio sus rivales traían sus
espadas, Altair manejaba el estilo electricidad y Nitta la energía
psíquica.
La dinastía Rush era una familia del sur de Levit, de la parte
desértica, eran un Clan antiguo y respetado, manejadores del
elemento tierra, amigos históricos de los Yaotl y el Supremo
Comandante era el más poderoso de todos, no era una
casualidad el cargo que ostentaba, aún y cuando el bérserker iba
armado no era rival para él, pero eso no importaba, su
compañera se encargaría de todo.
Neil Rush pensó en acabar de un solo ataque con el bérserker,
en seguida encargaría de su hijo, su traición no podía ser
perdonada, dejaría para el final su combate con Nitta, debía
proteger a su heredero, preparó y lanzó su ataque contra Altair,
pero no llegó muy lejos, la mujer ralentizó el tiempo, acabó con
su ataque y después le cortó los brazos al Comandante, en ese
momento, la guerrera apagó su poder, Neil Rush gritó de dolor,
pero ahí no acabó su suplicio, a su espalda recibió un ataque de
tipo tierra por parte de Devon, directo a su columna vertebral, no
estaba preparado y resultó herido, cayó de rodillas con los ojos
en blanco por el dolor, el bérserker aprovechó la situación y le
dio una dosis de electricidad a las piernas del Comandante, Neil
Rush sólo abrió la boca, ya no podía gritar más, lo único que
deseaba era que lo mataran y dejar de sufrir, sangraba por los
brazos cercenados, el dolor de la columna hacía que su cuerpo
se arqueara de una manera imposible y tenía completamente
calcinadas las piernas, se le veía la carne cruda, el Supremo
Comandante estaba vencido, Devon se burló de él.
"Grita lo que quieras papá, nadie te va a escuchar. No puedo
creer lo que se dice de tí, se cuentan leyendas de tu gran poder,
los soldados tiemblan sólo de escuchar tu nombre... Y ahora
observate, fuiste vencido muy facilmente. Eres patético."
Neil Rush lloraba de frustración y de dolor, quiso gritarle a su
hijo: "Maldito malagradecido." Pero las palabras no saliéron de
su boca.
Christina estaba aterrada, tenía a su hijo en sus brazos, el
bérserker se dirigió hacia ella. "Ya te recuerdo, tú eres la niña
que causó todo el alborto, por tú culpa este desgraciado mató a
mis hijos, además, me obligó a ver como los asesinaban, eran
unos niños y se los comieron vivos unos perros."
Christina abrazó a su hijo, el bérserker avanzó hacia ella para
quitarle al niño, no quería lastimarlo, planeaba entregárselo a
Devon, sólo la quería espantar, pero Chris no lo sabía, pensaba
que ese hombre buscaba vengarse del hijo de su carcelero y que
le quería hacer daño a su bebé…
Cuando se lo estaban arrebatando los ojos cafés de Christina
se tornaron rosa claro y expulsó una llama de fuego, pero no
cualquier llama, era una completamente roja que consumió por
completo al bérserker… y a su hijo, no quedó nada de ninguno,
ni cenizas, un aura negra rodeó todo el cuerpo de Christina en
forma de dragón y empezó a incendiar todo a su alrededor, con
su llama escarlata también calcinó a Devon, éste trató de
defenderse pero no fue rival para la chica.
Neil Rush abrió completamente horrorizado los ojos, se
lamentó de no tener brazos para suicidarse, la chica no quemó al
Comandante Supremo, con su fuego acido derritió sus piernas, a
continuación, con sus manos le arrancó las entrañas, el dolor de
Neil Rush era insoportable, después de muerto lo seguían
desgarrando… Una vez que terminó con el Supremo
Comandante la chica miró a su alrrededor buscando a la mujer,
pero esta ya no estaba, había logrado huír.
Después de acabar con los tres guerreros, Christina mató a
todos los habitantes de la casa, nadie se salvó, la esposa del
Comandante, sus demás hijos, servidumbre, soldados, todo, el
castillo se consumió por completo en su fuego escarlata, esa
noche murieron setenta y cinco personas, entre ellas doce niños,
incluido Lesath.
A media noche una figura salía del castillo en llamas, quienes
trataban de apagar el fuego no la vieron, parecía una chica pero
sus facciones no revelaban ninguna emoción, sus ojos eran de un
color rosa claro, esos ojos si eran expresivos, reflejaban odio,
odio en su mas simple expresión, esos ojos no volverían a su
color original, no derramó una sola lágrima por su hijo muerto,
no sintió dolor por lo que le había pasado, simplemente odiaba
al mundo, ese mundo que era cruel y que debía ser destruido,
pero tenía que empezar por algún sitio y ella sabía cual era el
lugar indicado para empezar su venganza contra el mundo, el
Estado que la vio nacer, ese estado que la abandonó y que ahora
sufriría las consecuencias, empezaría con Arcadia.
La joven caminó a la estación de trenes, únicamente vestía un
sucio camisón blanco, cuando le exigieron su boleto vio al
empleado con esos ojos malditos, este pasó de largo, su instinto
de supervivencia le dijo que no hiciera nada que pudiera
molestar a esa persona. Cuando llegó a su destino incendió el
tren y a todos sus pasajeros. La chica ya estaba en su lugar de
origen, pero antes de comenzar su venganza debía hacer algo,
tenía que conseguir una pieza que le daría más poder: un guante.
Su instinto le diría en donde se encontraba, caminó por el
barrio de clase alta del Tercer Distrito, se observó en un espejo,
realmente se veía mejor de lo que ella recordaba, hasta su
cabello había cambiado, ya no era ocre, ahora era color negro-
rojizo, su aspecto sería una buena arma en el futuro, se
encaminó al barrio pobre y de ahí a las montañas, necesitaba ir a
una en especial: la montaña de fuego.
Cuando llegó al lugar, escaló parte del terreno, a la mitad de
ésta había una cueva escondida, entró en ella y activó su poder,
surgió el dragón y se dispuso a escarbar hasta que localizó una
caja de metal, rompió la cerradura y en el interior encontró un
guante gris, en letras negras se apreciaba el símbolo:

Se lo colocó en la mano derecha y volvió a nacer, pero ya no


era la chica de antes, ahora era otra persona, era un ente
diferente con una sola misión: destruir el mundo y a sus
habitantes, entonces, en su mente sólo se formó una imagen, la
figura del máximo traidor, el que la abandonó a su suerte, él
debía sufrir más que nadie, él pagaría por lo que ella era ahora,
él era el responsable del ser en que se había convertido, sólo un
nombre se formó en su conciencia, lo buscaría y destruiría.
Todo estaba listo, ya estaba completa para iniciar su
venganza, sólo le faltaba completar el ritual, el guante ya se
encontraba colocado en su mano derecha, concentró toda su
energía en su abdomen y la expulsó hacia fuera, comenzó a salir
la espada, el dolor era intenso pero le gustaba, al estar saliendo
la espada trataba de que se moviera para sentir más dolor, con el
dolor venía el odio y con el odio el poder.
Se le formó un tatuaje con la forma de la empuñadura en la
baja espalda, cuando al fin surgió la espada en su totalidad, lo
supo todo, así como los animales desde que nacen saben que
deben nadar, cazar, sobrevivir; una serie de imágenes llegaba a
su cerebro, sin haber entrenado nunca en su vida ahora era una
experta guerrera, en ese momento que volvía a nacer su nombre
antiguo ya no tenía sentido, de hecho, ni siquiera recordaba cual
era, su nuevo nombre sería Lilith y era la portadora de la espada
sagrada Draconis, “la espada celestial”, la empuñadura era roja
como su fuego, terminaba con una pequeña cabeza negra de
dragón en donde empezaba la hoja de la espada, la cabeza del
dragón estaba franqueada a ambos lados por unas alas metálicas.
Sabía que ahora sería conocida como el FILO número doce,
la domadora del Dragón Oscuro, una bestia gigantesca de
energía natural que exhalaba fuego ácido, el fuego que lo
extingue todo, su cuerpo estaba formado por una cubierta dura
como el metal más resistente, tenía cuatro patas con garras como
enormes dagas, alas poderosas capaces de crear mortales
ventiscas y una cola afilada con terminación en punta de espada,
todo su cuerpo era un arma, podía trasladar cualquier parte del
cuerpo del dragón oscuro a sus propias extremidades, era una
máquina perfecta de matar y estaba decidida a utilizar sus
capacidades al máximo, mataría hasta que no quedara nada que
matar, nada que destruir, y dejaría para el final al postre, mismo
devoraría lentamente, a su objetivo principal: Lesath Crossifixio
Sargás.
CAPÍTULO 4
EL FIN DE LA BÚSQUEDA

Al fin se había cumplido el mes que Cross le había dado de


plazo a Riazor para que le dijera en donde se encontraba
Christina. Junto con Elektra partió hacia la casa del Distrito
Comercial, ahora sabían que Christina estaba en Levit, pero no
era una seguridad, entre todos acordaron que antes de que
partiera a buscar a la hija de Riazor, esperara a al encuentro con
su padre, sólo faltaban unos días, después de la plática con su
mentor decidirían la próxima estrategia, además, ahora llevaba
una ventaja, sabría si el padre de Chris lo engañaba al decirle
que estaba en otro lugar. Cross quería ir solo pero las chicas no
lo permitieron, Michelle estuvo de acuerdo en que lo
acompañara su compañera de cuarto, pero los amenazó que ella
sabría si pasaba algo entre los dos a su regreso.
En el Distrito Comercial Argento Riazor estaba en la sala de
su residencia tomando un trago de brandy de cosecha especial,
esperaba la llegada de Cross, sería de un momento a otro, estaba
recordando los detalles de su visita a Levit.
Cuando llamó al Comandante Supremo Neil Rush no le
contestaron, después habló al edificio de gobierno y le dijeron
que había sucedido una tragedia, lo mejor era que se trasladara a
Levit el mismo, cuando llegó a la casa del Comandante Supremo
inmediatamente supo lo que había sucedido, estaba todo
quemado hasta los cimientos, pero no era cualquier fuego, era el
legendario fuego ácido que no se consumía hasta que destruía
todo lo que tocara, tramitó el acta de defunción de su hija y se
retiró, todo salió según lo planeado.
Riazor ahora sabía que su hija albergaba en su cuerpo a la
espada sagrada Draconis, lo que la convertía en el FILO número
doce, la había buscado por años, estaba reuniendo a los nuevos
portadores, poco a poco los había ubicado y los llevó sin que
ellos lo supieran a obtener las espadas sagradas, desde un
principio sabía donde localizar a Dorian y Arlés, después ubicó
a Elektra, sólo los estaba probando y todos demostraron desde
temprana edad que serían los portadores.
Los gemelos y Michelle sólo se cruzaron en su camino, pero
al ver sus habilidades también se los llevó, eran tan poderosos
como los FILOS, algún día le servirían; también sabía que Cross
era un elegido, desde que era un bebé Antares ya reaccionaba
cuando él estaba presente, sabía que los FILOS cuatro y nueve
saldrían del Distrito V, conocía a los FILOS dos y cinco desde la
última rebelión, también sabía que en la familia De Grieff
estaban los elegidos de las espadas sagradas seis y ocho, conocía
a Krizia, el FILO número uno y después se enteró que le heredó
su “maldición” a su hija Kharynna.
Sólo le faltaba una espada, la más importante junto con
Scylla, y ahora sabía quien era la portadora del arma más
peligrosa que ha existido: Draconis, “la espada celestial”,
curioso adjetivo o más bien inadecuado para esa espada cuyo
único alimento es el odio, también pensó en lo absurdo de la
vida, la espada más poderosa que tantos años había
desperdiciado en buscar siempre la tuvo en casa, descansaba en
el cuerpo de su propia hija, una vez que lo supo no dudó en
sacrificarla, su causa era lo principal aún a costa de la vida de su
familia.
Riazor estaba enterado que las dos últimas espadas sagradas
se transmitían por herencia y surgían directamente del cuerpo de
sus portadores, pero de manera distinta. Spartha nacía dentro del
cuerpo de su portador, era una espada pura y fiel, se quedaba
con la persona que había elegido hasta su muerte, en cambio
Draconis era la contraparte, se alimentaba por el odio y
consumía a su portador, cuando éste ya no le servía simplemente
desaparecía; sólo le faltaba saber quien era el huésped de
Draconis, lo supo cuando la energía natural de su hija conocida
como el dragón oscuro mató a los hijos de Rush, los despedazó
con sus garras, su hija estaba ilesa pero sólo él sintió la energía
negativa que se movía a través de ella, sin embargo, cuando
regresaron a su casa la bestia se calmó, y él supo cual era la
razón: Cross.
Su hija estaba enamorada de ese cabrón y por lo tanto ese
amor mantenía dormido al dragón oscuro, quiso matar a Cross
pero era demasiado valioso y más todavía ahora, él era la pieza
principal en su estrategia y si jugaba mal esa pieza se le caería
todo el juego, por eso decidió enviar a su hija a Levit, sabía que
ahí iba a sufrir, que poco a poco se llenaría de temor y odio, y
así resurgiría el dragón oscuro, ahora necesitaba controlar a
Christina y Riazor sabía como, sonreía para sí, ya no tenía caso
seguir ocultándole a Cross el lugar al que había mandado a su
hija, el objetivo se había cumplido, fue complicado y le había
costado las pérdidas de Diana Kray, su protectora oculta; de
Lothar, su guardaespaldas principal y de Hansel, su secretario
particular, tres personas formidables pero que tuvieron que ser
sacrificados por un bien mayor, al final había valido la pena, él
había triunfado. El sonido del timbre interrumpió sus
pensamientos, tenía que moverse con cautela o perdería a Cross,
y con él, en un efecto dominó, a los demás FILOS.
Dorian personalmente recibió a Cross y Elektra. "Adelante, el
Señor los aguarda."
Había sólo un guardia en la entrada, pasaron a la sala en
donde Riazor los esperaba con una copa en la mano. "Adelante
chicos. ¿Desean algo de beber? ¿Ya comieron?"
"Estamos bien."
"No hables por los dos Cross. Hija... ¿Segura que no te
apetece nada?"
"No papá, gracias."
"Está bien, habla Cross, te escucho."
"No juegue conmigo Riazor, yo no vengo a hablar, vengo a
escuchar y sólo quiero oír una cosa de sus labios, la ubicación de
Christina."
"Lo sé, pero es muy difícil para mí decírtelo, te lo insisto por
última vez y más que una insistencia es un ruego Cross, deja el
pasado en donde está, olvida a mi hija y sigue tu vida, ella ya
encontró su destino."
"Eso me lo tendrá que decir ella."
"Ella no te volverá a hablar, tú ya estás comprometido, no la
busques."
"¿Acaso usted le dijo de mi compromiso? Eso no importa,
dígame en donde está y yo decidiré que hacer."
"Me lastima el trato que me das y la manera en que me
hablas, creo que cometí equivocaciones contigo pero fue mi
culpa, algún día lo entenderás y espero que arreglemos nuestras
diferencias, sólo te hago una última advertencia, si buscas a
Christina verás que tengo razón, cuando la encuentres vas a
sufrir mucho y volverás como cuando te fuiste, solo, pero con un
gran pesar en el alma."
"Si así debe ser que así sea, aceptaré lo que venga."
"Lo sé, no te va a quedar de otra."
"Dígame en donde está entonces."
"La vas a encontrar en el Estado de Levit, en la zona militar
de esa provincia, pregunta por el Comandante Supremo Neil
Rush, ella está con su familia."
Cross estalló en furia. "¡Como se atrevió a enviarla allí
después de lo que sucedió! ¡Es un maldito mal nacido! ¡Sepa
que si algo le sucedió a Christina durante su estancia en ese
lugar, física o emocionalmente lo va a pagar con su sangre!"
"Eso es todo Cross, por favor, vete de mi casa."
Dorian se dispuso a entrometerse pero Riazor le hizo una
señal de que todo estaba bien, Elektra sostuvo a Cross por el
pecho y lo jaló hacia la salida, cuando lo estaba sacando
preguntó a su padre adoptivo: "¿Que fue de Diana Kray?"
"Gracias a ustedes prescindí de sus servicios, regresó a su
Estado, a donde pertenece."
Ya afuera de la casa principal Cross seguía insultando a
Riazor, no era capaz de controlar sus emociones, sus ojos se
estaban tornando rojo claro, entonces, Elektra lo besó, Cross al
principio se sorprendió, pero su cuerpo reaccionó y correspondió
a ese beso, abrazó a su acompañante. Después de un momento
que a ambos les pareció eterno se separaron, Cross sorprendido
preguntó a su compañera: "¿Porque hiciste eso?"
Porque te estabas descontrolando… ¡Rápido, vámonos!
Ambos se alejaron rápidamente de ahí, ahora el que estaba
perdiendo los estribos era Riazor, había visto cuando Elektra
besó a Cross y eso lo enfureció.
"Cálmese por favor señor."
"No me toques."
"No lo toco pero cálmese."
Riazor al fin estalló: "Cómo voy a calmarme si ese imbécil
cada vez que me ve me insulta. Dice que ama a Christina y besa
en mis narices a mi otra hija... Lo voy a matar, lo voy a matar
ahora mismo."
"Señor, el plan."
"Al diablo el plan, ese cabrón se muere ahora."
"No señor, usted no sale de aquí."
Riazor tomó del cuello a Dorian, este lo dejó hacer, no hizo
nada por defenderse. "¿Te atreves a ponerte en mi camino?"
"Si señor, su plan es el trabajo de su vida, no lo dejaré
arruinarlo por un momento de furia, aquí estoy yo para que se
desquite y se calme."
Riazor lo pensó un momento y soltó a Dorian, este sintió que
la vida volvía a su cuerpo, cuando lo estaban ahorcando sentía
que desfallecía. "Lo siento... ¿Estás bien?"
Dorian no podía hablar, solo hizo una indicación de que
estaba bien.
"Gracias por detenerme, entre más te conozco más satisfecho
estoy de que estés conmigo, no me equivoqué al seleccionarte
para que fueras el portador de la espada sagrada más fuerte que
existe, nunca te dejas llevar por tus instintos ni tus sentimientos,
eres el guerrero perfecto…"
Ambos siguieron esperando, pronto llegaría a verlos el último
FILO y entonces comenzaría su verdadero plan.
Lilith regresó al Distrito Comercial, necesitaba un sitio donde
establecerse, en su cabeza sólo existía la imagen de un lugar, la
casa en donde sentía que se asfixiaba, en donde el sentimiento
más horrible de todos: el amor, no la dejaba surgir, iría a ese
lugar y lo convertiría en el centro de su infierno.
Cuando llegó sintió un malestar en el estómago, su instinto le
advirtió que un portador de espada sagrada estaba cerca, se pasó
la lengua por los labios, su finalidad como el último FILO era
exterminar a todos los demás, en especial a su némesis de todos
los tiempos, al FILO portador de la espada sagrada Spartha, “la
espada de luz”.
Lilith no se anduvo con modales, de un golpe destrozó la
entrada y mato al guardia que la custodiaba, siguió de frente y
con su llama extinguió el lago que había a un costado, destruyó
parte del frente para entrar, y ahí lo encontró, como su instinto
se lo había indicado estaba uno de los FILOS, por su guante
supo que se trataba del número tres, pero eso era lo de menos, él
solo sería el aperitivo, lo que tenía enfrente era aún mejor,
conocía a ese hombre y algo dentro de ella le decía que se
tomara su tiempo con él, su instinto le decía que sentiría una
gran satisfacción al consumirlo lentamente.
En cuanto Lilith entró inmediatamente Dorian le cerró el
pasó, él había sentido también una sensación de malestar, pero
distinta, la de peligro que siente una presa cuando su depredador
está cerca, entonces, supo que algo malo pasaría, estaba
preparado, sus ojos se habían tornado color cian claro. Al FILO
número doce le bastó un movimiento de la pata delantera del
dragón oscuro para inmovilizar a Cerberus, estaba a punto de
triturarlo cuando escuchó esa voz.
"Hola Lilith, esperaba tu visita desde hace días."
El ente de odio intentó atacarlo pero por alguna razón no
pudo, aquel sujeto desprendía una energía que lo protegía, era
incapaz de moverse.
"¿Que te parece si liberas a mi muchacho y me escuchas?"
"No."
"No liberarás al chico o no me escucharás."
"La primera."
"Está bien, no lo liberes, pero tampoco le mates hasta después
de escucharme… ¿Estamos?"
Lilith no dijo nada, Riazor lo tomó como un sí. "Te
preguntarás porque no puedes atacarme... ¿No es así?"
"Si, admito que me gustaría matarte."
"Es porque soy tu padre y una parte de tu subconsciente no te
permite hacer eso, no tiene nada que ver con algo que yo esté
haciendo."
"Pero la energía que desprendes…"
"Ninguna energía, soy un hombre común y corriente pero tu
cerebro me esta protegiendo y crea esas imágenes en tu mente."
"Entonces matare a esta basura."
"Espera, escucha mi propuesta y después decide."
"¿Que propuesta?"
"Yo se cual es tu objetivo y estoy aquí para que se cumpla,
ese es mi destino, para eso me he preparado toda mi vida y he
estado consiguiendo el ejército para lograrlo, tú sola no puedes
destruir el mundo, pero con mi ayuda lo conseguirás, necesitas
un ejército y este empieza por las personas más poderosas que
existen."
"Mi naturaleza es matar a los FILOS."
"Y lo harás, después de que se cumplan tus deseos, eso es lo
hermoso de mi plan, una vez que los FILOS ya no te sirvan los
devorarás uno por uno."
"¿Y que pasará contigo?"
"No lo sé, estoy conciente de que soy invulnerable a tus
poderes hasta que deje de servirte, en ese caso quiero que jures
sobre tu espada que en ese momento me matarás a mi y a Dorian
de un solo tajo, sin poder elemental y sin tortura, simplemente
me atraviesas el corazón, si estás de acuerdo empecemos con los
planes, si no lo estás mata a Dorian y vete, soy inmune a ti y sé
que moriré de viejo antes que cumplas tu objetivo."
Lilith lo pensó, no sabía si ese viejo hablaba con la verdad o
no, pero era un hecho que no podía atacarlo. ¿Que más daba?
Aceptaría su propuesta y en el camino pensaría la forma de
darse gusto con él, si al final no podía, entonces lo asesinaba de
un golpe, peor era no matarlo…
Riazor contó su plan a Lilith y a esta le encantó, tenía que ver
con su objetivo principal, se daría gusto de lo lindo y haría sufrir
a sus lacayos en el proceso, debía permanecer un tiempo
inactiva pero no importaba, el catalizador ya se había encendido
y lo único que faltaba era la explosión, mientras, ya encontraría
alguna diversión.

Elektra y Cross iban de regreso al Tercer Distrito, ella dormía


sobre el hombro de Cross, éste no podía dejar de pensar en ese
beso, lo había sacudido por completo, por un momento hasta se
preguntó si realmente deseaba ir a Levit, no quería separase de
la niña que tenía al lado, pero inmediatamente se quitó esa idea
de la cabeza, su único y real amor era Christina, hasta después
de hablar con ella tomaría una decisión, cuando finalmente
llegaron al Tercer Distrito y se encaminaron a su departamento,
Cross sintió que debía hablar con Elektra.
"Elektra, sobre el beso…"
"Ya te dije, sólo lo hice porque estabas incontrolable."
"Pero yo…"
"Mira, ese fue mi primer beso, no me lo quites diciéndome
cosas que no quiero oír. ¿Está bien?"
"Si, claro."
Cuando llegaron al edificio y se estaban despidiendo Cross
detuvo a Elektra. "¿Podrías dormir conmigo?"
"Es lo que mas deseo pero no puedo…"
"Nada va a pasar…"
"Por eso no puedo, pídemelo cualquier otro día y con gusto
voy, pero no hoy."
"Lo entiendo."
Cross abrazó a Elektra, fue un abrazo que duró más de cinco
minutos, ninguno de los dos quería soltarse, las sensaciones que
estaban sintiendo eran demasiado intensas, hasta que Cross se
apartó.
"Gracias por todo, mañana nos vemos."
"Claro, hasta mañana."
Cuando se despidieron ambos se sentían bien, ni Cross se
sintió despreciado ni Elektra se sintió triste.
Caris y Michelle estaban despiertas, ninguna podía dormir,
esperaban la llegada de Cross y Elektra, cuando su amiga llegó
Michelle le preguntó: "¿Como les fue?"
"Más o menos, habíamos acertado, Chris se encuentra en
Levit."
"Pero ven y cuéntanos todo."
"Estoy cansada, mañana hablamos, buenas noches."
Al ver que se cerraba la puerta de la habitación de su amiga
Michelle y Caris cruzaron una mirada, de repente ambas se
sintieron incomodas y se fueron a dormir, las dos tenían la
sensación de que algo había pasado entre Elektra y Cross. Del
otro lado de la puerta Elektra se estaba tocando los labios, ese
había sido su primer beso y fue mejor de lo que siempre
imaginó, esa noche no quería pensar en nada más que en esa
sensación. Por eso no aceptó dormir con Cross, no quería pensar
que no la abrazaba y besaba por pensar en Chris, esa noche
había sido suya y de nadie más.

Al día siguiente en la escuela, las chicas estaban discutiendo


sobre quien debía acompañar a Cross al Estado de Levit, tanto
Michelle como Elektra querían ir, no podían dejarlo ir solo
porque alguien tenia que “controlarlo” por si las cosas se ponían
difíciles.
"Yo debo ir, soy la hija de Riazor y será más fácil que nos
den las atenciones."
"No, yo iré, Cross también es un Riazor y con uno basta,
tengo inversiones en Levit y conozco a gente influyente."
Ambas estaban encaprichadas en ir, preguntaron a Cross
quien debería acompañarlo, el les respondió “decidan ustedes” y
se retiró, después, le preguntaron a Caris su opinión. "¿Quien
debería ir Caris?"
"No lo sé, pero me alegra no ser yo."
"¿Porque lo dices?"
"No soportaría ver a Cross abrazando y besando a alguien
más…"
Tanto Elektra como Michelle se quedaron heladas, no habían
previsto esa posibilidad cuando al fin y al cabo Cross iba a eso,
por Chris para llevársela.
"Ve tú."
"No, yo no quiero, ahora te toca a ti."
"Tú eres una Riazor y todo será más fácil, los tres son
familia…"
"¡No digas estupideces!"
"¡Ya cállense! ¡Iré yo!" Era Connor quien hablaba.
"¿Que?"
"Ya me tienen harto con sus discusiones, no se a donde va
Cross pero yo lo acompaño y se acabó toda esta discusión."
Todos estuvieron de acuerdo, cuando le dijeron a Cross le
pareció bien, pensó que si se desataba una pelea prefería que
Connor estuviera a su lado a una de las chicas, desde el principio
esa era su preocupación, por eso no quería que lo acompañaran,
así, al día siguiente, ambos partieron a Levit.
"Connor, quiero que sepas que si las cosas se ponen feas allá
voy a pelear, no importa que pase pero regresaré con Christina,
no me importa que me maten en el intento, posiblemente no
quieras verte inmiscuido en eso."
"No pasa nada, si hay pelea la habrá y ya, de todos modos yo
no veré si te matan, antes de que te hagan daño yo ya habré
muerto."
Cross se quedó viendo a Connor, lo iba a acompañar a
sabiendas del peligro y pelearía a su lado hasta la muerte si era
necesario, eso era ser un amigo.
"Oye, quita esa mirada, parece que me quieres besar."
"Solamente un poquito…"
Connor sonrió. "¿Y ya pensaste que pasará si es Christina
quien no quiere regresar?"
"No, no lo he pensado pero ahora que lo dices tengo tres
posibilidades, quedarme en Levit, vagar por Boleria y no volver
a Arcadia o regresar a nuestro Estado y seguir mi vida, en su
momento lo decidiré."
"Recuerda que yo solamente te voy a acompañar a Levit…
¿De acuerdo?"
Esta vez fue Cross el que sonrío, tomó la mano de Connor y
este la retiró rápidamente ambos empezaron a reír.
"Sólo te doy una recomendación, sé inteligente, todos dicen
que eres un genio, demuéstralo, no actúes con el estómago, de
nada le vas a servir a Christina muerto."
"Te agradezco la recomendación, te aseguro que haré caso a
tus consejos. Sé que tienes razón, pero me es muy difícil pensar
y ser ecuánime cuando está de por medio Christina, pero al final
es ella y su integridad lo que cuenta, una vez que la encontremos
tú serás quien mande."
Connor asintió, pero estaba seguro que sería muy difícil
controlar a su amigo, por eso habló con Arlés, en el bolsillo
tenía una serie de sugerencias y estrategias que debía seguir de
acuerdo a las circunstancias que se fueran dando, ya las había
memorizado, éstas incluían a los contactos de Michelle que los
auxiliarían en caso de un ataque del ejército de Levit. Las chicas
le habían encargado encarecidamente que cuidara a Cross, el les
había prometido que lo haría con su vida y pensaba cumplirlo.
Cuando llegaron a Levit preguntaron por la Casa del
Comandante Supremo Rush, les contestaron que él ya no era el
Comandante Supremo pues había muerto, pero les dieron la
ubicación de donde estaba su casa.
"Lo mejor será ir a esa dirección para ver si ahí nos pueden
dar la ubicación del lugar en donde viven sus hijos, buscaremos
a todos ellos si es necesario."
"Como tú digas, yo sólo te vengo acompañando."
Cuando llegaron a la Dirección que les indicaron sólo había
cenizas y escombros.
"Bueno Cross, al menos ahora estamos seguros de que ya no
viven aquí."
Cuando preguntaron a los vecinos acerca de la nueva
residencia de los Rush, no estaban preparados para lo que les
dijeron, les explicaron con lujo de detalles del incendio que
había destruido el inmueble, también les informaron que nadie
había sobrevivido, toda la Dinastía de Neil Rush había quedado
carbonizada en ese lugar, Cross sentía que estaba en un mundo
irreal, Connor investigó más a fondo, le informaron la ubicación
del cementerio donde se encontraban las tumbas de los
miembros de la familia que habían muerto.
Mientras se dirigían al cementerio, Cross tenía la esperanza
de no encontrar la tumba de Christina, otra vez se equivocó,
cuando la encontró sólo cayó de rodillas ante su sepulcro y se
quedó inmóvil, así estuvo durante tres días; si había alguien que
entendía por lo que estaba pasando era precisamente Connor, no
lo molestó pero ya estaba preocupado, Cross no había pegado el
ojo en todo ese tiempo ni había comido, no lo escuchaba, no
escuchaba a nadie, quisieron retirarlo pero Connor no los dejó,
se puso su guante e hizo guardia junto a su amigo, colocó un
letrero en la tumba de al lado que decía: “si aprecian su vida no
molesten”, los militares no sabían lo que significaba el guante
pero los bérserkers si, mencionaron que era mejor dejarlos en
paz, esos tipos eran capaces de arrasar con un ejército entero,
además, no estaban molestando a nadie.
Para el cuarto día Connor no podía continuar así, Cross se
estaba matando, como sabía que no lo escuchaba, sacó su espada
y con el mango golpeó a su amigo en la nuca, éste estaba débil y
se desmayó, cuando despertó estaba en un hospital.
"¿Que pasó?"
"Que te estabas muriendo, tuve que ponerte a dormir para
traerte aquí y te inyectaran vitaminas."
"Me hubieras dejado…"
"Por si no lo recuerdas yo vine aquí con la misión de que no
hicieras una estupidez."
"Voy a regresar al panteón."
"Es tu decisión, mi deber acaba aquí, les voy a hablar a las
chicas para que vengan por ti."
"No, a ellas no."
"Entonces regresa conmigo."
"¿Sabías que estaba preparado para todo? En mi mente tenía
todas las opciones, situaciones y respuestas, ya tenía una idea de
lo que haría, pero no estaba preparado para esto, jamás imaginé
que Chris estuviera muerta."
"Lo sé, para eso no se está preparado."
"Me alegra que vinieras tú, hubiera sido muy doloroso y cruel
para las chicas si me hubieran acompañado, no estoy como para
que nadie me consuele."
"¿Entonces que piensas hacer?"
Por primera vez en su vida los ojos de Cross expresaron odio,
odio y deseo de venganza, en ese momento supo que jamás se
detendría hasta lograr el fin que lo motivaba, nada se podría
interponer en su camino, su objetivo era la muerte.
"Regresar a Arcadia y matar a Argento Riazor."
CAPÍTULO 5
EL COMUNICADO DE LA CIUDADELA

Cuando Cross y Connor se fueron a Levit, empezaron a


suscitarse varios acontecimientos en los cinco Distritos de
Arcadia, el rumor de una nueva revolución estaba revoloteando
el aire, los Delegados de los Distritos se negaron a reunirse, no
confiaban el uno en el otro y sobre todo, temían una emboscada
de la Ciudadela para matarlos, el ambiente se puso tenso.
Después de un par de días la Ciudadela emitió un decreto en
donde les solicitaba a las escuelas que organizaran un torneo de
lucha en donde se presentarían dos representantes de cada
Distrito, esto era con la intención “de que no hubiera guerra” y
todo se solucionara con un combate entre guerreros de élite, el
Distrito ganador tendría poder sobre los derrotados por un año,
fecha en que se realizaría un nuevo torneo.

En el palacio de gobierno del Tercer Distrito.


"¿Que opinas de esto Ragnar?"
"Es difícil decirlo Delegado, pero al parecer la Ciudadela
quiere evitar un conflicto."
"¿Pero un torneo?"
"No tiene de que preocuparse, su Distrito cuenta con los
mejores guerreros, aquí hay más FILOS que en ningún otro
lugar."
"Lo sé, pero un combate de esos niveles va a dejar algunos
muertos, quien pierda va a quedar debilitado, en cuestión de
algunos años los tres Distritos nos habremos quedado sin
guerreros élite y a merced de la Ciudadela."
"Esa es otra posibilidad, anda sonando muy fuerte el rumor
de que se esta gestando otra revolución contra la Ciudadela."
"Entonces el problema no es entre los Distritos, no hay
peligro de guerra civil, sino entre la Ciudadela y un grupo de
revoltosos… ¿No podrían simplemente arrasarlos?"
"En principio suena fácil, pero lo más seguro es que no sepan
quienes son y si estalla la guerra serán los FILOS los que la
definan, la vez pasada no se organizaron y perdieron, pero ahora
es diferente."
"Tienes razón, ahora las escuelas ya no están en conflicto,
incluso hasta hay estudiantes de intercambio, eso debe poner en
alerta a la Ciudadela, no pueden permitirse que los Distritos
estén unidos, eso le da mucho poder al exterior."
"Quizá esté en lo cierto… Ahí puede estar la razón del
torneo, irán por los posibles rebeldes, la Ciudadela puede dar
instrucciones para que peleen entre ellos, eso romperá sus lazos,
de alguna manera quien vea caer a su amigo querrá vengarlo."
"Ragnar, tú eres el Comandante Supremo de éste Distrito.
¿Que propones?"
"Voy a hacer unas investigaciones, pero hay que estar alerta."
"Está bien, pero por si las dudas avísale a Athena lo que
platicamos."
"Ok."
Ephraim Von Teague, mejor conocido como Ragnar, el
Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas del Tercer
Distrito, salió de la casa de gobierno, pensaba que el Delegado
del Distrito III a pesar de no ser un guerrero era bastante astuto,
él sabía que para la Ciudadela ese era el Distrito más importante,
por eso habían puesto a ese títere, pero tras dieciocho años en el
poder ya estaba tomando sus propias decisiones, en la pasada
guerra el Delegado del Tercer Distrito era un FILO y fue uno de
los líderes de la resistencia, además de que fue el Distrito más
difícil de someter, él había estado ahí, mientras la Legión de los
Iluminados se mantuvo al margen del conflicto, en el Círculo del
Zodiaco fue distinto, la mitad apoyó la rebelión y la otra mitad
no, al final mataron a los rijosos y se les permitió conservar la
administración de la demarcación, pero el Distrito III estaba
infectado desde su gobierno, así que mataron a todos los FILOS
así como a los guerreros rebeldes y pusieron a un muñeco en el
gobierno, pero quien manejaba los hilos era otro. Mientras
Ragnar caminaba una sombra le observaba.
"¿A donde vas Comandante?"
"A donde me da la gana…"
"No irás a hacer lo que te dijo el Delegado... ¿Verdad?"
"El es el jefe."
"Bien sabes que no."
"Pues convéncelo de que retire la orden, mientras tanto, no
me molestes."
"Quizá lo convenza de cambiar al Comandante Supremo."
"Espero lo hagas, me harías un favor."
"No, es mejor que estés por aquí, probablemente tengas que
volver a entrar en acción."
"Esperemos que no, adiós."
Ragnar siguió su camino, sabía que nadie lo seguía, la
sombra no se atrevería a tanto, al final, decidió hablar con la
líder del Consejo Escolar de la principal escuela del Distrito, la
encontró en el edificio de control escolar. "Athena, cuanto
tiempo…"
"Comandante Ragnar, ha de suceder algo importante para que
esté usted aquí."
"Sólo estoy reuniendo información."
"Pregunte, yo le responderé lo que sepa."
"¿Con cuantos FILOS cuenta esta escuela?"
"¿Por que lo pregunta?"
"Cuestión de seguridad."
"¿Quien se enterará de esta platica?"
"Nadie, queda entre tú y yo."
Desde que asumió el cargo de líder de la escuela de nivel
superior Athena fue presentada con el Delegado y el
Comandante Supremo, el papel del FILO número once era
importantísimo en caso de una guerra, cuando hablaba con
Ragnar sin que nadie más estuviera se dio cuenta que era una
persona de confianza. "Somos cinco."
"Bien, ya salió otro más a la luz, entonces contamos con casi
la mitad."
"Es difícil de explicar, pero hay dos FILOS más que estarían
con nosotros, esto en caso de que la guerra no fuera entre los
Distritos…"
"¿Y si así fuera?"
"Nos mantendríamos al margen, hay gente del Círculo del
Zodiaco y de la Legión de los Iluminados que tampoco entraría
en el conflicto, somos amigos."
"¿Lo que me estás diciendo es que están preparados para otra
revolución pero no para una guerra civil?"
"Por así decirlo, esa payasada del torneo entre escuelas no lo
cree nadie."
"Pero tienen que participar."
"Lo haremos, pero a nuestra manera…"
"Lo que dices es serio y es traición."
"Esta conversación nunca pasó, sólo te digo que no nos
vamos a dejar manipular, no nos vamos a destruir entre
nosotros, si la Ciudadela quiere ver una pelea a muerte tendrá
que participar como combatiente activa."
"No me digas más, sólo tengan cuidado, recuerden que hace
dieciocho años también se unieron los poderosos y hubo muchas
traiciones."
"No te preocupes, nuestros lazos son muy fuertes, además,
tenemos a alguien que nos une a todos."
"¿A quien?"
¿Quien más va a ser? Al que todos conocen como el elegido.”
"Pero ese es un sobrenombre que no tiene que ver nada con
esto, se le dice así como una broma interna, porque la gente
creía que sólo había una espada sagrada."
"Ya lo sé, pero él será nuestro líder, estoy segura, todos lo
quieren y respetan, quien lo siga preferirá morir a traicionarlo."
"Está bien, espero que sea así, aunque suene repetitivo tengan
cuidado."
"Ragnar, si hay guerra… ¿Pelearas con nosotros?"
"No lo sé, pero ten la seguridad de que no pelearé contra el
pueblo otra vez."
"Con eso me basta."
Ambos se despidieron, cuando Ragnar regresó al edificio de
gobierno se volvió a entrevistar con el Delegado. ¿Cómo te fue
Ragnar?"
"Elektra ya fue advertida."
"Creo que es hora de que todos conozcan quien eres
realmente."
"Estoy de acuerdo."
"Ahora todo el mundo se enterará porque tu fama es tan
reconocida, todos saben que eres el mejor estratega y el guerrero
más poderoso de Arcadia, desde hoy se sabrá porqué, el pueblo
te conocerá por lo que eres: el FILO número dos, el portador de
la espada sagrada más famosa de la historia: Excalibur, “la
espada legendaria”.
"Ragnar sonrió, a partir de ese momento en la mano derecha
portaría un guante gris claro con el símbolo que lo definía en
letras negras, sabía que algo grande estaba por comenzar y esta
vez no elegiría el bando equivocado, él no sólo había sido
testigo de la última revuelta, fue una pieza participante, tuvo un
papel determinante en ese conflicto, Ragnar fue el estratega del
Ejército de Arcadia y fue quien definió la guerra a favor de la
Ciudadela.

Cuando Cross y Connor llegaron al Tercer Distrito de su


viaje al estado de Levit, observaron con preocupación que había
mucho movimiento, encontraron a Freya, traía puesto su guante
de poder.
"¿Que sucede Astrid?" Preguntó Connor.
"Parece que estamos al borde de una guerra."
"¿Contra quien?"
"No lo sabemos, será mejor que se armen, necesitamos que la
escuela se vea protegida, muéstrense como lo que son."
Tanto Connor como Cross se colocaron su guante que los
identificaba como FILOS en la mano derecha.
"¿Podemos ayudar en algo?"
"Sólo necesito que se den una vuelta por la escuela, nos
vemos en media hora en el auditorio."
"Está bien."
Escorpión y Brahma se separaron, Cross empezó a revisar la
escuela y realmente se estaban preparando para un conflicto,
pero su mente sólo estaba trabajando para planificar su
venganza, la próxima vez que estuviera cerca de Argento Riazor
aprovecharía esa oportunidad, lo mataría, si Dorian se interponía
ese sería su problema, se lo llevaría junto con su dueño.
"Hola Cross."
Escorpión volvió la mirada, era Caris quien le hablaba,
también mostraba su insignia que la acreditaba como FILO,
tenia puesto su guante, la saludó con un abrazo, sintió la calidez
de su cuerpo.
"¿Que es lo que ha pasado Caris? ¿Porque estamos en
alerta?"
"En cuanto ustedes se fueron empezó a correr un rumor muy
fuerte de que se estaba gestando otra guerra civil, no se sabe de
donde vino el comentario pero las cosas se empezaron a poner
tensas, después, los Delegados se rehusaron a reunirse en la
Ciudadela para platicar la situación, querían evitar una
emboscada, luego de varias comunicaciones entre los emisarios
de las partes se llegó a la conclusión de que ningún Distrito
quería un conflicto, pero la situación cada vez está mas tensa,
ningún Delegado cree en lo que dice el otro, hace unos días nos
llegó un comunicado de la Ciudadela en donde nos ordenan
realizar un torneo de lucha entre las escuelas de los tres
Distritos, quien venza tendrá supremacía política y económica
sobre los otros dos, los perdedores se someterán al ganador,
cada Distrito deberá elegir a dos guerreros para combatir, y eso
será cada año."
"Eso suena a que quieren que nos destruyamos entre
nosotros."
"Es lo que todos pensamos pero la orden es irrevocable y el
Distrito II se lo ha tomado en serio, ya mandaron su lista, han
designado al Arcángel Pariel y a Fenrir como sus
representantes."
"¿Michelle y Arlés? ¿Como es posible?"
"Al parecer se aprovecharon de que Michelle estaba aquí y
Chitriel firmó el Acta en su ausencia."
"¿Que dice Michelle? No creo que le haya gustado."
"Se puso furiosa y se regresó a la Legión, Cástor y Póllux se
fueron de inmediato al Círculo para que no sucediera lo mismo y
los seleccionaran sin su consentimiento."
"Esto está mal, ya es hora de la reunión, vamos al auditorio."
Cuando Caris y Escorpión llegaron al auditorio ya los estaban
esperando Athena, Loki, Freya, Brahma, Rhiannon y Drake.
"El no debe estar aquí, pertenece a otra escuela y no es del
consejo escolar." Reclamó Loki en cuanto vio a Cross.
Elektra se levantó y dijo en voz alta: "Los que se opongan a
que Escorpión esté aquí levanten la mano." Todos levantaron la
mano, Cross se dio media vuelta, a su espalda escuchó decir:
"Los que acepten que Cross se quede levanten la mano." Todos
a excepción de Loki levantaron la mano, Cross sonrió, se quitó
el guante y se sentó, Elektra continuó hablando. "Cross, eres un
mero espectador, no tienes ni voz ni voto, si te quedas a
escuchar no podrás salir de la escuela hasta que se haga oficial
quienes de esta escuela pelearán en el torneo. ¿Está claro?"
"Si."
"Entonces empecemos, como todos saben nos ha llegado por
la vía de nuestro Delegado un comunicado de la Ciudadela en
donde se nos ordena organizar un torneo, la razón del mismo es
evitar una guerra entre los Distritos, la demarcación del guerrero
que resulte vencedor tendrá superioridad política y
administrativa sobre los otros dos, al parecer este torneo se
realizará cada año, debemos nombrar a dos guerreros que nos
representen, escucho postulantes."
Loki se levantó. "Yo me ofrezco para pelear."
¿"Alguien tiene alguna objeción?"
Nadie hablo.
"Entonces Loki es nuestro primer representante. ¿Alguien
más que quiera participar o proponer a alguno de nosotros?"
"Propongo a mi amigo Drake." Volvió a tomar la palabra
Loki, todos lo observaron.
"Es nuestra mejor opción, yo puedo ganar ese torneo, no
debemos arriesgar a nadie más, si Drake muere en combate no le
afectará a la escuela."
Rhiannon se levantó furiosa. "¿Que te pasa imbécil? ¿Desde
cuando eres el que decide sobre la vida de los demás?"
"Cálmate Rhiannon, Athena claramente dijo si podíamos
proponer a alguien y yo hice uso de ese derecho, Drake es
estudiante de esta escuela y miembro del Consejo Estudiantil,
eso lo convierte en una persona elegible para pelear, yo sólo
estoy viendo por los intereses de la escuela y del Distrito, no
vale la pena que otro de nosotros se arriesgue en ese torneo, pero
sólo es una propuesta, si no la quieren aceptar que alguien más
pelee y ya está."
"¡Por supuesto que alguien más va a pelear!" Contestó
Rhiannnon.
"Ya que estás tan emocionada… ¿Serás tu la que pelee?
Cualquiera de los dos me da igual mientras no sea otro FILO."
Rhiannon se vio atrapada, había caído en la trampa de Loki
pero estaba demasiado molesta para aceptarlo, decidió aceptar
su reto, antes de que pudiera contestar se levantaron Freya,
Brahma y Caris, los tres al mismo tiempo dijeron: "Yo pelearé."
"¡No! Lo haré yo, no necesito favores." Gritó Rhiannon.
Athena intervino. "Recuerden que el peleador debe ser
designado por consenso y no por la calentura del momento.
¿Quien está de acuerdo en que Rhiannon sea nuestra
representante?"
Sólo Loki y Rhiannon levantaron la mano, entonces Caris se
adelantó a los demás. "Ahora quiero que voten por mí."
"Lo siento Caris, aunque eres la más poderosa de todos
nosotros también eres demasiado peligrosa, a Caribdis se le
puede ir la mano y no sabemos contra quien vas a combatir."
Loki vio una nueva oportunidad de atacar "Por los Dioses
Athena… ¡Debemos ganar! Si Caris se ofrece tómale la palabra,
es la más poderosa y puede ganar el torneo, si nos toca combatir
yo me retiraré…"
"¡Cobarde!"
Loki se levantó furioso. "¿Que dijiste basura?"
Drake se puso de pie. "Eres un maldito cobarde. Quieres
pelear pero estoy seguro que si te toca con alguien que no
puedas vencer te rendirás, sólo los pusilánimes piden a las
mujeres que peleen por ellos. ¡Por supuesto que yo me ofrezco!
Loki es un imbécil pero tiene razón, no debemos arriesgar a
nuestros mejores guerreros en ese torneo, no permitiré que
ninguna chica de aquí sea lastimada, yo pelearé."
"Yo también soy hombre Drake, soy un FILO y seré quien
combata." Dijo Brahma.
"No, déjenme pelear a mi, sé que puedo." Drake estaba
desesperado.
Elektra se puso seria. "Drake, esto no es un entrenamiento,
podrías morir, lo siento pero tu no irás, será Brahma."
"Espera, por lo menos dame el beneficio de una votación, soy
un miembro del Consejo y debo ser tomado en cuenta."
"Está bien, por favor, cada quien emita su voto en voz alta
sobre quien será el segundo participante de esta escuela en el
torneo, Drake o Brahma. Yo Athena voto por Brahma."
"Yo Caribdis voto por Brahma."
"Yo Freya voto por Brahma."
"Yo Loki voto por Drake."
"Yo Rhiannon voto por…" Drake tomó la mano de
Rhiannon, ella vio en su mirada la súplica, pero era demasiado
peligroso. "Lo siento Drake pero no puedo…"
"Si tu no crees en mi nadie lo hará, haz lo que debas." Drake
se volteó y se fue a sentar, no le quitaba la vista de encima a
Rhiannon, en sus ojos se veía la desesperanza.
"Yo Rhiannon voto por Drake."
Las demás chicas se sorprendieron, Freya quiso protestar
pero Rhiannon la silenció. "Respeta las decisiones de los
demás."
"Tu voto así como el de todos será respetado, faltan Brahma
y Drake." Respondió Athena.
"Yo Drake voto por mí."
"Sólo falta tu voto Brahma, tú decides." Le dijo Elektra.
"Yo Brahma voto por Drake." Volteó a verlo. "Yo confío en
ti amigo, si dices que puedes yo te creo."
Drake estaba feliz y emocionado de haber ganado esa batalla,
todos pensaron que sería la única, en el torneo lo iban a
destrozar. "¡Siiiiii! ¡Yo voy a pelear!"
Athena, Caris y Freya no creían lo que estaban oyendo, Loki
tenía cara de satisfacción, había logrado su objetivo, si mataban
a Drake el espíritu de la escuela se vendría abajo, ahora le
tocaba a “ellos” hacer su labor.
"Entonces está decidido, nuestros representantes en el torneo
serán el FILO número seis Loki y Drake Avalon."
La reunión se terminó, Drake se salió con Escorpión y
Brahma, Loki se fue por su lado, sólo las chicas se quedaron.
"¡Hey Drake!" Gritó Freya.
"¿Que pasa?"
"Nosotras también creemos en ti."
"¡Gracias!"
Cuando los chicos se fueron Rhiannon tenía una cara de
enojo y preocupación. "¿Estas bien Rhiannon?"
"¡No Elektra, no estoy bien!" Después se volvió hacia Freya.
"Astrid, eres mi mejor amiga desde que éramos niñas y sabes
que te quiero, pero tu hermano nos utilizó, te juro que si Drake
muere en ese maldito torneo, tu hermano lo acompañará."
No dijo más, se secó las lágrimas y se retiró. Sólo quedaron
Athena y Freya "¿Que piensas Astrid?"
"Nada, no quiero pensar en nada, sólo rezar porque esto no
acabe en desgracia, Rhiannon tiene el poder para matar a mi
hermano, pero Loki también puede acabar a mi amiga, no
importa lo que pase la Ciudadela esta jugando bien sus cartas,
está rompiendo nuestros lazos, nos divide para eliminarnos si
hay una revuelta y lo que más me duele es que acabo de
confirmar que Gunnar está con ellos."
"Debemos ver la manera de reunirnos, ya no queda tiempo y
el torneo es en quince días, nosotros estamos en el huracán pero
en el centro están Cross y Arlés, de ellos depende todo, si no nos
organizamos nos arrasarán, la guerra ya está declarada y sólo
falta ver quien dará el primer golpe, eso será esencial para el
curso de la revolución que se aproxima y de la que seremos
parte en uno de los dos bandos, queramos o no."
Mientras tanto, en el patio trasero de la escuela Brahma
golpeaba en el rostro a Drake, quien desde el suelo le reclamó:
"¡Augch! ¿Por que lo hiciste?"
"Porque eres un maldito pendejo... ¿De donde demonios
sacas que puedes derrotar a un guerrero de élite?"
"No lo sé... ¿Porque votaste por mí?"
"Porque soy igual de pendejo que tú."
"Tranquilo Connor, lo hecho, hecho está, ahora lo importante
es concentrarnos en que vamos a hacer, debemos proteger a
Drake."
"Lo que necesito es que me ayuden a sacar mi poder."
"Quisiéramos amigo, pero no lo tienes, no de la manera en
que tú quieres, debes aprender que tu labor en esta situación es
otra que la de pelear. Los dejo, debo ir a casa a comunicarme
con los gemelos, es necesario saber que es lo que pasa en el
Círculo. Connor, será mejor que le enseñes a Drake a correr
rápido y a hacerse el muerto."
"Eso no fue gracioso." Drake se sintió ofendido.
"Si lo fue amigo." Connor tomó a Drake por el hombro. "Si
lo fue, pero hay que pensar seriamente en ello."
Cross se encaminó al departamento, con todo el alboroto no
había pensado en Christina, ya habría tiempo para llorarla y para
vengarse, lo primordial ahora era proteger a sus amigos, se juró
a si mismo que no perdería a nadie más, en el camino encontró a
Rhiannon llorando.
"No te pregunto que tienes, pero si puedo decirte que no te
preocupes.
"¡Cómo no voy a preocuparme! ¡Drake no tiene ninguna
oportunidad!"
"El escogió pelear…
"Por mi culpa que me dejé llevar por lo que dijo Loki, y
ahora Drake…, no puedo dejarlo hacer eso, nos conocemos
desde que tenemos cuatro años, toda la vida hemos vivido
juntos. ¡No puedo perderlo!"
"No lo perderás, te prometo que si Drake corre algún peligro
de muerte yo intervendré, eso lo decidí desde que él fue
escogido, no importa lo que suceda después, te juro por mi vida
Drake no morirá en ese torneo."
"Gracias."
Rhiannon abrazó a Cross. Ahora entendía porque sus amigos
lo apreciaban al punto de seguirlo hasta la muerte, él nunca
dejaría solo a un compañero sin importar las consecuencias, lo
defendería con su vida, en ese momento decidió que ella
también lo seguiría en las decisiones que tomara.
"No te preocupes Rhiannon, no voy a permitir que ningún
otro ser querido para mi muera, si eso detona la guerra que así
sea, tenemos quince días para planear nuestra estrategia, esto ya
no se trata de lo que le pueda pasar a Drake, esto nos afecta a
todos."
"Yo también intervendré, Drake estará seguro, no te
preocupes amiga." Era Caris quien hablaba.
"Gracias chicos. ¿Donde esta Athena?"
"Fue a su casa a comunicarse con Arlés." Contestó Caris.
"Yo también voy para allá, las dejo, voy a alcanzarla."
Cuando Cross se fue Caris le pregunto a Rhiannon: "¿Quieres
a Drake?"
"Sólo como a un hermano, a propósito… ¿A que se habrá
referido Cross con que no dejaría que ningún otro ser querido
muera? ¿Tú sabes algo?"
"No, pero tampoco lo conozco tanto, aunque por lo que sé no
tiene muchos amigos, no conoció a sus padres y desde pequeño
estuvo en la casa Riazor con Michelle, Elektra, los gemelos,
Arlés, otro chico que dicen se llama Dorian y… ¡Christina!"
Connor se encontraba con Drake a espaldas del gimnasio, le
estaba dando un curso rápido de supervivencia, Drake estaba
cayendo por décima octava vez, entonces, ambos se percataron
de que Caris y Rhiannon corrían hacia ellos.
"Connor... ¿Que sucedió en Levit?" Preguntó Rhiannon.
"¿Por que la pregunta?"
"Acaban de llegar y se encontraron con esta crisis, pero no
sabemos cómo les fue. ¿Que pasó con Christina?"
El rostro de Connor se ensombreció. "Eso es algo que no me
corresponde decir a mí, sólo Cross podrá aclarar sus dudas,
aunque les recomiendo que por ahora no le pregunten nada. Lo
siento Drake, tengo cosas que hacer, después voy a tu casa, ahí
podremos entrenar mejor."
"Está bien Connor."
Esta vez fue Caris quien intervino. "Sólo dime algo. ¿Está
viva?"
Connor no dio una respuesta pero Caris no la necesitó, el
semblante de su amigo lo decía todo. "Hasta luego chicos."
Caris ni siquiera esperó una respuesta, activó el modo FILO,
sus ojos se tornaron violeta claro y desapareció a toda velocidad.
Drake sólo la contemplaba mientras comentaba: "En verdad es
el FILO número uno, su velocidad es impresionante… ¿No
Rhiannon?"
"Si, impresionante."

Cuando Cross llegó al edificio le sorprendió el no haber


encontrado a Elektra en el camino, pensó en tocar en su
departamento pero se arrepintió, se comunicaría con los gemelos
desde su morada, también le interesaba hablar con Lothar, le
dejo mensaje al segundo, él se comunicaría en cuanto pudiera,
después habló al Círculo.
"Cross, es mejor que vengas."
"¿Que sucede Pol?"
"Mañana al medio día va a haber una seria discusión en el
Círculo con respecto al torneo, la mayoría de los miembros
desean saber tu opinión."
"Pero ya casi es de madrugada, es imposible que llegue
mañana…"
"Michelle ha puesto a tu disposición su helicóptero, estará en
la azotea del edificio en donde vives en cualquier momento, haz
los arreglos necesarios y ven para acá."
Cross arregló sus cosas y se preparó para partir, cuando iba
de salida se encontró con Caris. "Avísale a todos que partí hacia
el Círculo, estaré en comunicación."
Caris no dijo nada sólo abrazó a Cross. "¿Pero que...?"
"Lo siento mucho."
"¿Quien te dijo...?"
"No necesito que nadie me lo diga."
Cross se dejó abrazar y cayó de rodillas, por primera vez
lloró, no lo pudo hacer en Levit, el dolor fue tan intenso que lo
dejó en estado de shock, ahora se estaba desahogando, abrazaba
con fuerza a Caris, ella sentía su dolor y se lamentó de no tener
otra manera de ayudarlo, prefería no tenerlo y amarlo a la
distancia a verlo sufrir así, después, en un momento sus miradas
se cruzaron, Cross por primera vez en su vida vio la ternura y
adoración con que lo miraba Caris, siempre lo veía así, pero
apenas se dio cuenta, bajó la mirada. "Caris yo no te…"
"No te estoy pidiendo nada, sólo quiero aligerar algo de tu
sufrimiento, es demasiado para que lo lleves tú solo."
Entonces Cross no supo que pasó, no pudo controlarse,
ciertamente Caris era muy bella, él estaba consiente, lo
impresionó dese el primer segundo en que la vio, pero
desconocía que le atrajera tanto, descubrió que sabía como lo
veía porque el también la observaba todo el tiempo, la besó,
pero esta vez no fue un beso inocente, fue un beso apasionado,
ambos se abrazaron y terminaron en el suelo, sus labios no se
despegaban, los dos sintieron el deseo en sus cuerpos, la
situación estaba totalmente fuera de su control, Cross trató de
hablar.
"Caris yo…"
"Por favor, no pares."
Esta vez fue Caris quien tomó la iniciativa, dándole un
salvaje beso a Cross, los ojos de ambos habían cambiado de
color, ya no había marcha atrás…
"Cross... ¿Estás ahí arriba?"
Era Elektra quien hablaba, Cross y Caris se alcanzaron a
separar pero cuando su amiga los vio ambos estaban traspirando
y en el suelo, Athena se llevó las manos al rostro y preguntó:
"¿Que significa esto?"
Cross no dijo nada, estaba paralizado por el temor, pero no
era el miedo a ser descubierto besando a Caris, era el miedo a
lastimar a Elektra, era algo que él nunca se perdonaría, fue Caris
quien se adelantó a dar una explicación: "Christina esta muerta."
El semblante le cambió a Athena de sorpresa a dolor, también
se dejó caer y empezó a llorar, Caris la abrazó, Elektra sólo
alcanzó a decir: "Cross tu…"
"Estoy bien, ahora no tenemos tiempo para lamentarnos, ya la
visitaremos y calmaremos nuestro dolor, necesito que seas
fuerte, tú eres la líder de esta escuela y todos confían en ti, no
puedes derrumbarte, lo dejo todo en tus manos y las de Caris, yo
debo partir al Círculo, de allá me comunico."
Cross levantó la barbilla de Athena y la besó en la frente,
después tomó la mano de Caris y la acarició, no fue una caricia
cualquiera, fue un tacto que le decía que todavía la deseaba.
"Cuida de Elektra, dile a Connor que les cuente todo, que yo te
lo pedí."
"Si."
Cross subió a la azotea del edificio, ahí esperó el helicóptero
de Michelle que llegó un par de horas después, se subió y se
hundió en sus pensamientos, su cabeza era un torbellino, la
muerte de Christina, la venganza contra Riazor, la posible
rebelión, su amor por Elektra que él sabía que sentía, lo supo
desde que se la volvió a encontrar en la escuela superior, y
ahora, algo que no necesitaba, ese sentimiento que empezó a
surgirle por Caris.
CAPÍTULO 6
POSICIÓN EN EL CONFLICTO DE
LA LEGIÓN Y EL CÍRCULO

En el momento en que Michelle se enteró de que la Legión


había mandado la lista de los participantes se enfureció, la
habían elegido a ella y a Arlés para pelear. ¿Como se atrevían a
hacer eso sin consultarle? Sólo estaba de licencia, nunca
renunció a su cargo, más la enfureció todavía el hecho que
Chitriel hubiese firmado el documento, ella había dejado todo en
manos de Rafael, ese maldito se las pagaría, seguramente huyó
de tantas responsabilidades y por eso delegó su puesto, aunque
también estaba extrañada, tanto Ariel como Chitriel adoraban
pelear, les encantaba demostrar su poder sobre los demás, ellas
hubieran sido las primeras en ofrecerse para combatir, las
conocía bien, decidió serenarse y actuar con cautela, pero de
algo estaba segura, ni ella ni Arlés pelearían en ese torneo.
Cuando llegó a las instalaciones de la Legión de los
Iluminados todo seguía normal, los alumnos la trataron de
acuerdo a su rango, entonces empezó a buscar a Chitriel y a
Rafael, encontró a Yago.
"Hola Michelle, que guapa…"
"¿Perdón?"
"Que eres una mujer hermosa, me preguntaba si algún día
podríamos salir."
"Mira idiota, en primer lugar en este sitio hay jerarquías,
háblame por el nombre que todos me conocen aquí, soy el
Arcángel Pariel, en segundo lugar, la próxima vez que te atrevas
a verme de ese modo te saco los ojos… ¿Entendiste?"
Yago se acobardó, conocía la reputación de la Santa Trinidad
y había escuchado relatos que decían que la más cruel era Pariel,
a pesar de medir dos metros contra el metro setenta de Michelle,
sabía que esa chica no era alguien para hacer enfadar.
"Lo siento Pariel, creí que por conocerte desde hace años
podría hablarte con mas confianza, pero ya me has puesto en mi
lugar."
"Y que no se te olvide."
Michelle se iba a retirar cuando Yago le volvió a hablar: "De
hecho te estaba esperando, tengo un mensaje de Arlés."
Michelle se volteó y puso cara de interesada, eso puso a Yago
con los pelos de punta, esa chica era realmente hermosa,
cualquier persona perdería la cabeza con ella, cada expresión de
ese rostro era un deleite para la vista.
"No te me quedes viendo y dime el mensaje animal."
"Perdón, dice que te ve en la nueva fortaleza después de que
hables con Chitriel y Rafael."
"Y él ¿como sabe...?"
"El jefe lo sabe todo."
"En eso tienes razón, ahora hazte a un lado que tu presencia
me molesta."
"Si, adiós."
Yago vio alejarse a Michelle, esa chica desquiciaba a
cualquiera, era intolerable, despectiva, grosera y sin embargo no
importaba, valían la pena sus insultos con tal de cruzar una
palabra con ella, ahora entendía y respetaba más a su jefe, era la
única persona que él conocía a la que esa bruja sin corazón no
sólo le hablaba con respeto, sino también con cariño.
Michelle encontró a Rafael y Chitriel en la sala de juntas, a
ninguno de los dos le gustó el rostro que traía. "¿Quien de los
dos me va a explicar lo que sucede aquí?"
"¿A que te refieres?"Ppreguntó Rafael.
Chitriel decidió callar, prefería no hacer enfadar a Pariel
"En primer lugar me refiero a ¿por qué Chitriel envió ese
memo en donde dice que yo y Arlés vamos a pelear en el
torneo? Y en segundo lugar... ¿Quien la nombró la líder de la
escuela?"
Esta vez fue Chitriel la que contestó: "Tu respuesta a ambas
preguntas es Gabriel. ¿Alguna otra duda?"
"No, contigo ninguna, como ya he regresado desde este
momento vuelvo a tomar el mando de la escuela, puedes
largarte, tu presencia aquí ya no es requerida."
Chitriel no dijo nada, sólo lanzó una mirada despectiva a
Pariel y se fue, cuando Michelle se percató de que estaba a solas
con Rafael le preguntó: "¿Que es lo que sucedió?"
"Que no debiste irte."
"Eso ya lo sé, dime algo que me sirva."
"Yo tampoco lo tengo claro, una noche llegó Gabriel y nos
mandó a llamar a mi y a Chitriel, me preguntó si tenía
inconveniente en que ella cubriera tus funciones en lo que
volvías, no tenía por que negarme…"
"Ya me imagino lo demás, les informó del torneo, les dijo
que era hora de utilizar a Fenrir y que yo era perfecta para
asegurarnos la victoria."
"Tú lo has dicho…"
"Sabes lo que se está gestando... ¿Verdad?"
"Si, lo sé, y estas pisando terreno peligroso Pariel."
"¿Y tú que crees?"
"Que muy posiblemente estalle otra guerra y tu amiguito es la
cabeza de todo, desde el principio así ha sido, ten cuidado y no
te dejes arrastrar por el sueño o la ambición de alguien más."
"¿Tú no crees que sea necesario un cambio?"
"La Legión se mantuvo al margen hace dieciocho años, pero
ahora los rebeldes son más peligrosos, lo más seguro es que si
hay guerra los Arcángeles apoyarán a la Ciudadela."
"Causando una guerra entre los Distritos que solo beneficiaría
a las fuerzas militares."
"Así es, ahí es en donde entra tu amiguito y su participación
en el torneo."
Michelle se mordió un labio, ahora veía todo con claridad.
"Lo quieren asesinar."
"Así es, pero eso no es lo único."
"¿A que te refieres?"
"Que hay otra persona que es tan peligroso como Fenrir o
quizá más, ese será el principal objetivo de la Ciudadela…"
"¿Quien podría ser?"
"La persona a la que todos seguirían, Arlés es el estratega
pero no tiene poder de convocatoria sobre los guerreros más
poderosos, te estoy hablando del FILO que podría definir la
guerra, déjame hacerte una pregunta; ¿Quién es más inteligente
que Fenrir y a quien seguirían tú y tus amigos hasta el
mismísimo infierno aunque no se los pidieran?"
La respuesta ya la sabía Michelle desde antes que Rafael
formulara la pregunta "¡Cross!"
"Así es."
"¿Y cual es tu posición Rafael?"
"Ya te la dije."
"No, me dijiste la posición de La Legión, no la tuya."
"Mi posición es la de la Legión."
"Eso no es cierto, de lo contrario no me habrías contado todo
esto."
"Posiblemente te esté engañando."
"Tú jamás harías eso…"
"No, tienes razón, no a ti…"
"Ahora lo importante es cancelar el memo que envió Chitriel
y mandar uno nuevo."
"No te lo recomendaría, la orden fue directa de Gabriel."
"Sabes que me importa un pito lo que piense, diga u ordene
Gabriel, la líder de la escuela soy yo, el torneo es entre colegios,
por lo tanto quien decide ¡soy YO!"
"En principio está bien lo que dices, pero recuerda que
todavía faltan varios días para el torneo, si Gabriel ve tus planes
se va a anticipar y al final se va a hacer lo que él dice."
"Entonces… ¿Que hago? No me pienso quedar con los
brazos cruzados…"
"No te digo que te quedes sin hacer nada, sólo te recomiendo
que muevas tus cartas cuando ya no puedan detenerte…"
Michelle compendió al instante. "Eres un genio Rafael, por
eso te quiero mucho, a pesar de que eres un pesado..."
"Mira quien lo dice…"
Michelle abrazó y besó en la. mejilla a Rafael. "Tengo cosas
que hacer, nos vemos y gracias"
Cuando Michelle se iba Rafael la compadeció, no sabía a lo
que se iba a enfrentar, estaba seguro que si había guerra
Michelle apoyaría a Cross por encima de las decisiones de la
Legión, eso equivaldría a una sentencia de muerte sobre su
cabeza. Pero ella también sería una parte medular de la lucha,
tenía todos los recursos económicos del mundo, eso era muy
importante, Rafael decidió que la apoyaría en lo que pudiera, la
estimaba y no le gustaría que la mataran.

Michelle se apresuró a ver a Arlés, lo encontró en la nueva


fortaleza. "Michelle… ¡Que gusto!"
"Arlés... ¿Que te traes?"
"Hombre, que manera de saludar, también me dijo Yago que
fuiste demasiado ruda con el."
"Dile que fue afortunado y si alguno de tus criados me vuelve
a faltar al respeto lo frío."
"Tranquila Michelle, no son mis criados, todos son mis
colaboradores."
"Me interesa poco lo que sean, diles que salgan de aquí
porque tú y yo tenemos que hablar…"
Arlés se puso serio "En verdad creo que deberías calmarte
Michelle."
"Calmarme una chingada, te conozco Arlés y te advierto que
conmigo no vas a jugar, así como con ninguno de los
muchachos, o me explicas que es lo que estas haciendo ahora
mismo o me largo de aquí y te quedas solo."
Arles tenía cara de hastío. "Esta bien muchachos déjenos
solos, en serio Michelle, no es que te guarde secretos ni mucho
menos, pero tienes una forma de pedir las cosas que realmente
irrita."
"Ese no es mi problema, al que no le guste se puede ir mucho
a la…"
"Ya aclaraste ese punto. ¿Que es lo que quieres saber?"
"Todo, desde el principio… ¿Como planeas iniciar una
guerra?"
Arlés se sorprendió, su rostro se contrajo, denotó
preocupación. "Michelle, enseguida te lo cuento todo, pero es
indispensable que me digas... ¿Cómo te enteraste de lo que me
acabas de decir?"
"¿A que te refieres?"
"A que si tú lo sabes es seguro que en la Ciudadela también
estén enterados, por lo tanto, el torneo es la excusa perfecta para
matarme."
"Es lo que yo también me temo."
"Dime Michelle... ¿Con quien hablaste de esto?"
"Rafael."
"El es muy peligroso…"
"Ni siquiera te atrevas a pensarlo Arlés, si me entero que lo
tocas te mato."
"Es muy duro lo que dices."
"También lo mataría a él si se atreviera a hacerte daño."
"Está bien, entonces vamos a suponer que mi posición ya fue
descubierta, ya estaba preparado pero no pensé que fuera tan
pronto."
"Sigo esperando una explicación."
"Es verdad, lo siento, efectivamente Michelle, yo lo inicié
todo: los rumores, las pintas de edificios con consignas de
libertad, los grupos de choque en el Quinto Distrito; aunque todo
inició en el territorio del Juez del Sur, yo fui quien realmente
puso en guardia a la Ciudadela, también he estado trayendo
armas, estoy preparando una revolución."
"Pero... ¿Por que?
"Creo que esa no es la pregunta adecuada Michelle, todos en
este Estado sabemos porque necesitamos derrocar a la
Ciudadela, la pregunta correcta sería: ¿Porque yo?"
"Esta bien… ¿Porque tú?"
"Todo empezó por mi deseo de venganza contra Argento
Riazor, querías saber la razón... ¿Cierto? Pues es muy sencilla,
el hijo de puta exterminó a mis hermanos sin siquiera darles
oportunidad de defenderse, eran unos niños y los asesinó a
sangre fría. Nos engañó a todos Michelle, sus motivos son muy
distintos a los que nos inculcó, desde el principio nos quería a
Dorian, a Elektra, a Cross y a mi, pensaba crear un ejercito de
FILOS que sirvieran a la Ciudadela y convertir el Estado en una
enorme fuerza militar, desea arrasar con todo, su verdadera
intención es apoderarse de Boleria y seguramente su ambición
va más allá, pero las cosas le salieron mal, jamás pensó que yo
me enteraría de su traición, ni que otros FILOS seguirían a
Cross, él también ya se le salió de control, Christina está
muerta."
Michelle no podía creer lo que le estaba explicando Arlés.
"¿Christina Muerta? ¿Que estas diciendo?"
"Lo que oyes, mandé seguir a Connor y Cross a Levit, me
informaron todo, hubo un incendio en el castillo donde vivía
Christina, nadie se salvó, todos murieron."
La siguiente palabra que escuchó Arlés le dolió en el alma,
Michelle con la voz temblorosa solo atinó decir: "Necesito ir a
ver a Cross…"
"No Michelle, necesitamos que Cross venga aquí y también
todos los demás, necesitamos saber con que fuerzas contamos y
debe ser antes de que inicie el torneo, ese día va a empezar la
verdadera guerra."
"Pero todavía no me has dicho porque tú pretendes iniciar
todo."
"Es muy fácil, como te había dicho en un principio mis
esfuerzos estaban dirigidos a encontrar y matar a Riazor, pero
entre más investigué me fui dando cuenta que ese hombre tiene
más poder e influencia de lo que nos imaginamos, es peligroso y
planea utilizarnos a su conveniencia, la guerra también le
conviene a él, siempre y cuando recupere sus inversiones."
"Nosotros."
"Así es, aunque tú y los gemelos no estaban inicialmente en
su plan, vio potencial en ustedes y los entrenó junto con
nosotros, Riazor nos quiere a todos y de una u otra forma piensa
recuperarnos."
"¿Y cual es tu plan?"
"Ese es precisamente el punto medular del asunto, entre mas
extendí mis fuentes de inteligencia me dí cuenta de la situación
en la que vivimos, estamos en un mundo violento, en donde el
asesinato de setenta chicos inocentes no significa nada, la
Ciudadela se lleva a la mitad de los niños que nacen en este
Estado para educarlos militarmente y venderlos al extranjero
como soldados especializados, la gente aquí no son ciudadanos
Michelle sólo son ganado, Arcadia es como un campo de
siembra, se llevan la cosecha para venderla y dejan las semillas
para seguir produciendo, pero el plan de Riazor va más allá,
pretende utilizarnos como monos de circo, mostrar al mundo
nuestros poderes y vendernos como mercenarios al mejor postor.
Después de ver todo eso mi prioridad ya no es vengarme de
Argento Riazor, ese ya sólo es un objetivo accesorio y que
nunca debe interferir con mi nuevo plan: La liberación de
Arcadia. Los que nos precedieron lo intentaron y murieron, por
eso nosotros ocupamos estos puestos de poder actualmente, no
podemos quedarnos de brazos cruzados viendo como matan a
los ciudadanos, en especial a los pobres, tú sabes a lo que me
refiero Michelle."
Michelle recordó a la pareja de ancianos que tanto la
ayudaron y que la trataron como si de su nieta se tratara, los
asesinaron y a nadie le importó, Arlés tenía razón, ellos estaban
en puestos privilegiados, le debían a la gente protegerlos. "Ya
tengo cubierto lo del torneo, ni tu ni yo pelearemos."
"Sabía que lo resolverías antes de venir."
"Lo difícil va a ser que nos reunamos y nadie se de cuenta,
eso si es muy peligroso."
"No tanto como crees, tengo una idea y tus letales amigas se
encargarán de todo..."
A Michelle le encantó la idea de Arlés, era sencilla y
perfecta... ¡Una fiesta! La escuela del Distrito II daría una fiesta
para celebrar la cancelación de las hostilidades y que todo se
resolviera mediante un torneo en el que ganarían los mejores, la
celebración se realizaría en el Distrito Comercial para que todos
llegaran con confianza, Arlés tenía un escondite ahí perfecto
para reunirse, lo mejor era que Michelle no tendría que hacer
nada, la idea les encantaría a Chitriel y Ariel, prácticamente le
rogarían por que las dejara organizar la fiesta, les daría vía libre
para que gastaran lo que quisieran.

"¡Me encanta Pariel, que buena idea!" Ariel estaba excitada.


"Lo único malo es que no creo que nadie de los otros
Distritos quiera venir a la escuela…" Dijo Pariel decepcionada.
"¡Ya sé!" Gritó Chitriel. "Ayer escuche a unos chicos hablar
de un lugar en el Distrito Comercial, dicen que es fabuloso."
Michelle estaba riendo por dentro, los chicos de Arlés habían
hecho su trabajo "¿Pero que tal si Rafael no quiere…?"
"Tú eres nuestra líder y la fiesta es de escuelas." Comentó
Ariel.
"Bueno, me gusta su idea, la fiesta se oye bien… ¿Cuanto
creen que me gastaré?"
"No lo sé amiga, pero yo opino que si nosotras vamos a ser
las anfitrionas tiene que ser algo espectacular… ¡Que todo
mundo sepa que somos los mejores en todo!"
"Tienes razón Ariel, no podemos permitir que después de
hacer la fiesta otros estudiantes hablen de que fue barata, tienen
cartera abierta para organizarla."
"Perfecto." Dijo Chitriel aplaudiendo emocionada.
"Si necesitan mi ayuda yo puedo encargarme de revisar los
gastos…"
"De ninguna manera, déjalo todo en nuestras manos, verás
que hasta a ti te vamos a sorprender."
"Está bien, háblenle de la fiesta que quieren organizar a
Rafael, si hay algún problema me avisan para insistirle."
"No te preocupes Pariel, no creo que Rafael tenga ningún
problema."
Cuando Ariel y Chitriel hablaron con Rafael, éste casi se ríe
en sus caras, Pariel las había engañado por completo y ellas no
se habían dado cuenta, si hubiera preguntas todo mundo diría
que la fiesta la pensaron y organizaron las Arcángeles conocidas
como “el azote de Dios” y “el león de Dios”, les concedió el
permiso, tenía curiosidad por como se desarrollarían las cosas.

Cuando Cross llegó al Círculo se instaló en su departamento,


estaba en un edificio de lujo de siete pisos contiguo a las
oficinas administrativas del grupo de poder del Primer Distrito,
ahí habitaban todos los miembros del Círculo del Zodiaco, había
dos departamentos por piso los cuales eran ocupados de la
siguiente manera: primer piso, Tauro y Sagitario; segundo piso,
Cáncer y Capricornio; tercer piso, Piscis y Acuario; cuarto piso,
Hermes y Titán; quinto piso, Leo y Virgo; sexto piso, Libra y
Escorpión; en el Penthouse se encontraba el departamento de
Aries y un Departamento vacío para invitados especiales,
algunas horas más tarde, cuando se dirigía a la Sala de reuniones
se encontró con Libra.
"Hola hermano. ¿Como estas?"
"Preocupado… ¿Que es lo que sabes tú Brach?"
"Lo mismo que todos."
"¿Y desconfías igual?"
"Más que cualquiera."
"¿A que hora es la reunión?"
"Ya comenzó, te estaba esperando."
"Antes de entrar me gustaría saber... ¿Cual es tu posición?"
"Todavía no la tengo, por eso me interesa oírte y a los demás,
esta reunión va a decidir nuestro futuro."
Cuando Libra y Escorpión llegaron a la sala del Círculo ya se
encontraban ahí todos a quienes conocía, estaban sentados en
una mesa circular, nadie era la cabeza en esa mesa, así
funcionaban las cosas en el Círculo, al contrario de la Legión de
los Iluminados en donde las consideraciones se imponían de
manera unilateral, en el Zodiaco todas las decisiones se tomaban
democráticamente, ya se encontraban todos sentados en orden,
primero Tauro, a su derecha los gemelos, después de un asiento
vacío estaban Leo y Virgo, Brachium y Cross tomaron sus
lugares, al lado de Escorpión se encontraba Sagitario, otro
asiento vacío, Acuario y Piscis. La reunión la inició Tauro por
ser el líder estudiantil.
"Estamos reunidos para dialogar y ver que vamos a hacer con
la “invitación obligatoria” que nos envió la Ciudadela para
participar en una justa, al parecer hay una amenaza de guerra
entre los Distritos y para evitar el derramamiento de sangre se
efectuará este torneo, debemos enviar a dos guerreros que
luchen a nombre de nuestra escuela y nuestro Distrito, quien
gane someterá a las otras dos demarcaciones por un año, fecha
en que se realizará otra competición. ¿Alguna duda?"
Escorpión levantó la mano derecha, traía puesto su guante, le
prestaron atención. "Tengo una pregunta... ¿Alguien aquí se cree
esas pendejadas?"
Todos comenzaron a reír, se relajó el ambiente, esta vez
habló Sagitario. "No es lo que creamos Escorpión, es lo que
debemos hacer, si no mandamos a los guerreros la Ciudadela
nos aniquilaría."
Escorpión – "Perdón Sagitario, pero la cuestión que nos
debemos preguntar es si estamos dispuestos a ser pisoteados de
esa manera, bien sabes que si este torneo continúa, en cinco años
seremos realmente débiles, no sólo nosotros, también los otros
dos Distritos. Entonces seremos incapaces de defendernos, si es
que seguimos vivos. Ahora somos fuertes, por lo que sé, esta es
la primera vez en más de cien años que el Círculo está completo,
demasiado poder en un solo lugar, eso debe poner nerviosos a
los habitantes de las plantas superiores de la Ciudadela, por eso
quieren que nos matemos entre los guerreros élite de los
Distritos."
Acuario – "¿Que es lo que propones precioso? ¿Que nos
levantemos en armas?"
Escorpión – "Si es necesario si."
Leo – "Tal vez yo prefiera jugármela en unos encuentros
como parte de un torneo a participar en una guerra."
Escorpión – "¿Está hablando el mismo guerrero que para
probarme me obligó a llegar a mi límite? Ahora que te van a
probar a ti... ¿Vas a renunciar?"
Piscis – "Esto no se trata sólo de nosotros Escorpión, nuestras
vidas no son lo único que está en juego, es la de todo el
Distrito…"
Virgo – "Pics tiene razón, están en peligro las vidas de
muchas personas…"
Escorpión – "¡Pero si ellos son los primeros que se están
muriendo! Mueren de hambre, de frío, por la violencia; la mitad
de nuestra población desaparece y todos aquí sabemos porqué,
además, no existe en Arcadia un niño que no quiera convertirse
en bérserker para escalar en la clase social. ¿Saben lo que
significa eso? Matar, para ser un bérserker debes aprender a
matar, en Arcadia todos nacemos siendo asesinos. ¿Quien en
esta mesa no ha matado a nadie? Levante la mano por favor
quien tenga las manos limpias, nosotros somos los guerreros
élite de este Distrito y para llegar a este puesto nos hemos
manchado las manos de sangre, quizá nuestras víctimas se lo
merecían, quizá no, pero creo que si voy a vivir en este mundo
de muerte, mataré por lo que creo y yo creo en cambiar este
país, comenzando por Arcadia, en cambiarlo para que llegue una
generación de niños que quieran aprender un oficio digno y no
matar, un estado en donde los padres conserven a sus hijos y no
tengan que huir al desierto, las islas o las montañas a jugársela
con la naturaleza, sabemos que la mayoría igual pierde a sus
hijos, si no los atrapan se les mueren, eso no es vida, en este
estado los oficios los realizan las personas con discapacidades o
los no violentos que son los menos, al final los matan y a nadie
le importa, ese es nuestro estilo de vida, así que por favor chicas,
no me digan que desean evitar pelear por el bien de los
ciudadanos."
Leo – "Escorpión, comparto tu visión y me emociona, pero
ten en cuenta que las batallas se llevarán a cabo en los Distritos,
en las colonias, en las casas, no se realizarán en el campo de
pruebas de la Ciudadela, yo viví de pequeño la última rebelión y
créeme, prefiero vivir en un mundo al que estoy acostumbrado,
a morir y ver morir en una guerra a la que me obligaron a
participar, así perdí a mis padres."
Libra – "La mayoría de ustedes me conoce bien y saben el
protagonismo que tuvo mi familia en la pasada guerra, lo perdí
todo, estoy aquí gracias a los gemelos que me dieron una nueva
oportunidad de vivir, conozco bien los horrores de la guerra y
viví sus secuelas en el mismísimo infierno, no es algo que le
recomendaría a nadie, pero ese es el precio que se paga por la
libertad, mi padre y mi madre murieron también por ello y yo
estoy dispuesto a seguir sus pasos."
Titán – "Todos aquí también me conocen y saben que no soy
un tipo violento, pero cuando se trata de defender a quien me
importa no hay obstáculo que me impida lograrlo, nosotros no
buscamos llegar a esta situación, pero la Ciudadela nos está
empujando, yo digo que peleemos."
Hermes – "Así es, nosotros no lo empezamos pero si lo
terminaremos…"
Tauro – "Creo que ya todos establecimos nuestro punto de
vista. ¿Alguien quiere agregar algo?"
Sagitario – "Escorpión, necesito saber tus prioridades. ¿Con
que Distrito vas a pelear si hay una guerra? ¿En donde están tus
fidelidades? Por lo que sé tienes amigos en el Tercer y Segundo
Distrito…"
Escorpión – "Mi fidelidad está con la libertad, esta pelea no
debe ser entre Distritos sino en contra de la Ciudadela, mis
amigos en los Distritos II y III pelearán a nuestro lado, como
una sola fuerza, como un solo Estado, yo y mi gente no
pelearemos por ningún Distrito, pelearemos por Arcadia."
Sagitario – "¿Y si se desata una pelea entre los Distritos?"
Escorpión – "Si me quieres arrinconar para que te de una
respuesta sobre un evento futuro e incierto no vas a poder
hacerlo Nuki, pero te aseguro que no voy a pelear en contra de
mis amigos, si ustedes se quieren involucrar en una guerra de
Distritos, eso quiere decir que son peores que los altos mandos
de la Ciudadela, porque entonces para proteger a la gente de esta
demarcación van a matar a los habitantes de otro lugar que al fin
y al cabo también son ciudadanos de Arcadia y ninguno de ellos
quiere una guerra entre Distritos, que tu odio no te ciegue, tú
real enemigo no es el Arcángel Rafael, el líder de la Legión de
los Iluminados, lo conozco personalmente y es un buena
persona, si hay una disputa entre Distritos arréglenla, los dos son
grandes líderes y sabrán resolver sus diferencias por la vía
diplomática, mientras, mis amigos y yo estaremos peleando en
contra de la Ciudadela, pero nunca entre nosotros, si voy a dar
mi vida en una batalla será contra el enemigo que lo valga y no
en contra de un amigo."
Acuario – "Debes estar conciente que en los Distritos habrá
quien apoye a la Ciudadela."
Escorpión – "Lo sé, por eso primero debemos limpiar la parte
exterior, después vamos por el pez mayor: la Ciudadela."
Virgo – "¿Y quien va a ser nuestro líder? ¿Vas a volver a
dejarle tu responsabilidad a Tauro?"
Escorpión – "Yo sólo quiero ser un guerrero más, quiero estar
en el frente en todas las batallas, pero si me eligen su líder y me
toca dirigirlos, no evadiré esa responsabilidad."
Sagitario –" Creo que ya está todo dicho, vamos a votar."
Escorpión – "Un momento. Tengo otra opción, permítanos a
los gemelos, a Libra y a mi iniciar todo, lo haremos bajo nuestra
responsabilidad y ustedes pueden desconocernos, nos van a
volver a enviar a Leviatán y a otros poderosos guerreros a
matarnos, si sobrevivimos se nos unirán, si no lo hacemos, ya
decidirán que hacer."
Se hizo un silencio, los guerreros no sabían que pensar, Cross
sabía que Castor y Póllux lo seguirían tomara la decisión que
tomara, pero se sintió mal por Brachium, tal vez él no quería
inmiscuirse en esa misión suicida, intentó recomponer las cosas
pero Libra le puso la mano en el hombro, con la mirada le había
dicho que aceptaba.
Sagitario – "Primero votaremos si vamos a la guerra, después
si apoyamos la última propuesta del Escorpión y por último el
papel que desempeñaremos en el torneo."
Tauro – "De acuerdo en ambas cosas, desde que Cross
obtuvo a Antares lo considero mi líder, yo sólo le estoy
cuidando el puesto, seguiré a Escorpión a la guerra y me parece
que su plan es arriesgado pero coherente, no podemos
arriesgarnos al exterminio, pero confío en él y sus amigos."
Titán – "De acuerdo en ambas cosas."
Hermes – "De acuerdo en ambas cosas."
Leo – "No estoy de acuerdo, pero si deciden ir a la guerra,
lucharé a su lado y moriré por cualquiera de ustedes."
Virgo – "Opino igual que Leo."
Libra – "De acuerdo en ambas cosas."
Escorpión – "De acuerdo en ambas cosas."
Sagitario – "La votación va cuatro a dos, yo tengo el voto de
Aries, Capricornio y Cáncer, los daré al final, si hay empate, yo
decidiré."
Acuario – "De acuerdo con la guerra pero no con el plan, yo
también pelearé con Géminis, Escorpión y Libra."
Piscis – "Igual que Acuario, de ninguna forma Escorpión
peleará solo."
Sagitario – "La votación va seis a dos, yo no estoy de
acuerdo, ni Aries, ni Capricornio y ni Cáncer, la votación se
empata, yo tengo el voto del desempate…"
Escorpión – "Espera Sagitario. ¿Por qué tienes tú el voto del
desempate? Con los gemelos estamos siete a seis."
Sagitario – "Entre los dos tienen un solo voto, así son las
reglas y al final yo decido porque soy la líder del Círculo del
Zodiaco."
Escorpión – "Lo sé, pero esto inició como un torneo escolar y
si la guerra inicia en el transcurso del torneo no hay nada que
puedas hacer, la decisión como líder estudiantil es de Tauro."
Tauro – "Escorpión tiene razón Sagitario, por eso la mesa es
redonda, tú no tienes tanto poder, posiblemente Aries, Cáncer y
Capricornio te hayan dado su voto para la guerra, pero no te lo
dieron para el plan de Cross, es obvio que esta es una votación
en la que por no estar presentes pierden su derecho a opinar, por
lo tanto ganamos por mayoría de seis a tres, como ya lo dijo
Escorpión, ellos pelearán y el Círculo se desentenderá."
Sagitario – "¿Crees que es tan fácil Tauro? ¿Crees que nos
darán una nalgada y nos dirán a la próxima controla a los niños?
Nos van a exterminar a todos."
Hermes – "En eso debieron haber pensado Aries, Cáncer y
Capricornio cuando decidieron no venir."
Sagitario – "Lo siento, pero no, así no funcionan las cosas
aquí, mi voto es el último y se acabó, no hay plan, no hay guerra
y ahora vamos a decidir quienes serán los guerreros que
pelearán en el torneo."
Titán – "¿En serio crees que gritando te vamos a hacer caso?
Si vas a tener esa actitud impositiva y crees que la vamos a
aceptar estás equivocada, esto no es la Legión para que el
guerrero de más alto rango tome las decisiones por todos.
¡Estamos en un lugar democrático!"
Sagitario – "No me presionen…"
Virgo – "Esperen, tranquilos, tengo una solución…"
Todos esperaron en silencio para escuchar a Virgo, la
situación ya se estaba poniendo a un paso de la violencia.
Virgo – "Cambio mi voto a de acuerdo y de acuerdo."
Sagitario – "Pero que dices, eso no se puede…"
Acuario – "Por supuesto que se puede, cuando una votación
esta cerrada en un empate cualquiera puede cambiar su decisión
para romperlo."
Sagitario se supo derrotada, no había nada más que hacer, se
tragó a regañadientes su coraje y aceptó que siguiera la reunión
"Está bien, me rindo, que de comienzo el plan. ¿Quien peleará?"
Al final decidieron que lo harían Libra y Titán, pero esto
apenas estaba empezando, cuando la reunión llegó a su término
Brachium se acercó a Virgo. "¿Como la viste?"
"Sagitario esta perturbada por haber perdido, sin embargo, no
tiene intenciones de traicionarnos, pero no sé que medidas vayan
a tomar los otros tres…"
"Seremos cuidadosos, nadie sabrá nuestros planes, salvo
nosotros."
"Está bien, yo tampoco estoy de acuerdo, pero lo principal
para mi es la estabilidad armónica del Círculo, si Sagitario
hubiera impuesto su voluntad, tú, Escorpión y Géminis actuarían
como les viniera en gana, ninguno de ustedes está hecho para
aceptar una decisión con la que no están de acuerdo por más
fidelidad que hayan jurado al Círculo y eso rompería nuestro
poder, no puedo permitir eso, el verdadero peligro está cerca y
necesito que estemos fuertes y unidos."
"Sabes que cuentas conmigo."
"Si, lo sé."
Brachium había pedido a Virgo que utilizara su poder para
leer la mente de Sagitario, la discusión había estado “muy
caliente” y no quería tener alguna sorpresa.
Ya estaba decidido, como hace diecinueve años la mitad del
Círculo del Zodiaco iba a pelear, los dos de Géminis, Libra,
Escorpión, Acuario y Piscis, la diferencia era que esta vez no
estarían solos ni desorganizados.
CAPÍTULO 7
LA FIESTA

Cuando Cross se fue rumbo al Círculo, Elektra y Caris


sintieron un momento de incomodidad, Athena sabía que algo
había pasado pero no se atrevió a preguntar, Caris
inmediatamente le dijo que lo mejor era que se fueran a
descansar para que al siguiente día muy temprano comenzaran a
trabajar, se pusieron de acuerdo, Elektra hablaría con Ragnar y
Caris con Lothar, después, tendrían una reunión en el
departamento con todos los demás.
"Ragnar, es difícil encontrarte."
"Lo sé, ya te dije que también es peligroso."
"Necesito saber… ¿De que lado estás?"
"Ya te dije, no estoy con la Ciudadela, pero tampoco he
decidido si voy a pelear con ustedes."
"Pero necesito información, esto se va a poner muy feo y
cualquier cosa del enemigo que me puedas decir te lo
agradecería."
"Sólo te puedo decir que si la Ciudadela manda a sus
asesinos, ustedes están acabados."
"Pero somos los FILOS."
"Así es, pero no son los únicos, además, allá adentro hay
personas más poderosas que un FILO, los Comandantes de la
Ciudadela, Apocalipsy y Armagedón son invencibles, además
está Leviatán, no sólo es el Gobernador de la parte externa de la
Ciudadela, es decir los Distritos I, II, y III, así como del Distrito
Comercial, también es el perro de la muerte de los verdaderos
Gobernantes de Arcadia, los que se encuentran en los pisos
superiores, su espada es más poderosa que cualquier FILO. A su
lado y al mismo nivel está su primer Comandante, el jefe de
todas las fuerzas militares de la Ciudadela, Juggernaut, su poder
hace ver como unas niñitas inocentes a sus dos Comandantes,
por otro lado Siegfried es el guerrero sagrado más poderoso de
su generación, es el único de los FILOS que tiene un control
total sobre su bestia mítica, dicen que es imposible matarlo si su
dragón lo protege, realmente se están metiendo en un gran lío
muchacha, los FILOS que pelearon hace dieciocho años eran
mayores que ustedes y con más experiencia, al final todos
fueron exterminados."
"Gracias por el consejo Ragnar."
"Es más que eso Athena, es una advertencia, deben tomar en
serio a sus enemigos o los exterminarán con suma facilidad."
Mientras tanto, en el departamento de Elektra, Caris hablaba
con Lothar.
"Es un hecho Caris, algo va a suceder el día del torneo, al
parecer la Ciudadela también va a tomar acciones para evitar
una guerra contra ellos."
"¿No sabes que exactamente?"
"No, pero los combates se tienen que llevar a cabo, en caso
contrario la Ciudadela actuará ahí mismo."
"¿No sabes que tipo de fuerzas enviarán?"
"Caballería pesada pero no de exterminio, lo más importante
es que tratarán de que surjan conflictos entre ustedes, tengan
cuidado, su mayor debilidad sería que se separaran, deben
permanecer unidos."
"¿Van por alguien en particular?"
"Claro, van por los líderes, si le cortas la cabeza al monstruo,
el cuerpo no sobrevive."
"¿Cuando volveremos a saber de ti?"
"Tal vez esta sea la última vez, cada momento estoy siendo
más vigilado, quizá la próxima ocasión en que nos veamos será
afuera, peleando por nuestro estado."
"¿Entonces?"
"Voy a hacer un último intento por averiguar algo, después
me marcho, no se preocupen, en todo momento estaré en
contacto, ya no vuelvan a llamarme, yo los localizaré a ustedes."
"Ten cuidado Lothar."
"Ustedes también Caris."

Era de noche y todos los miembros del Consejo Estudiantil


de la escuela superior del Tercer Distrito llegaron al
departamento de Caris, a excepción de Loki.
Drake – "¿Que hacemos aquí?"
Rhiannon – "Hay nuevas noticias."
Connor y Astrid que habían sido los primeros en llegar
comentaron con Rhiannon.
Connor – "Al parecer ya nos tienen ubicados a todos, nos
siguieron."
Drake – "¿Hasta aquí?"
Astrid – "Claro que no, los perdimos, pero ya sospechan
algo."
Rhiannon – "A nosotros también nos seguían."
Drake – "¿Porque no me dijiste? Yo no me dí cuenta…"
Rhiannon – "Porque eres un idiota. ¿Y así piensas pelear?
Eres patético…"
Drake – "Lo siento Rhiannon."
"Hola a todos." Eran Elektra y Caris quienes habían llegado.
Astrid – "¿Las siguieron?"
Elektra – "Si, pero no hay problema, aquí vivimos."
Connor – "¿Cual es el próximo movimiento?"
Elektra – "Acabo de hablar con Cross y Michelle, Cross dijo
que el Círculo está con nosotros, pelearán. La Legión al parecer
esta vez no será neutral, si tiene que escoger un bando, será la
Ciudadela."
Astrid – "Malditos…"
Connor – "Cada quien está escogiendo lados, pero
ciertamente lo de la Legión es muy perjudicial, van a ocasionar
un conflicto entre los Distritos, si empezamos a pelear entre
nosotros, nuestras posibilidades de ganar se reducen
drásticamente."
Caris – "También ya sabemos quienes van a pelear en el
torneo por parte del Círculo, lo harán Pol y Brach."
Rhiannon – "Inteligente decisión, independientemente del
plan es mejor que pelee Titán, ya sabemos como se puede poner
Hermes."
Astrid – "A mi me dijeron que cariñoso contigo…"
Rhiannon – "No es cierto, es un maldito misógino y
mujeriego, a mi no me interesa."
Astrid – "Eso no fue lo que oí."
Rhiannon iba a contestar pero Drake cortó la plática. "¡Chicas
por favor! ¡Estamos en una discusión seria!
Ambas se sintieron avergonzadas. "Lo sentimos."
Elektra – "Pasando a otro tema, el Distrito II hará una fiesta
este fin de semana en el Distrito Comercial, al parecer todos los
estudiantes estamos invitados…"
Connor – "¿El motivo?"
Elektra – "Celebrar que no estalló la guerra y todo se
resolverá mediante un torneo."
Drake – "¿Y?"
Elektra – "En ese lugar tendremos oportunidad de reunirnos y
establecer nuestra estrategia, tenemos un lugar seguro y habrá
muchos estudiantes para que no nos vigilen."
La reunión terminó, cada quien debía tomar un camino
distinto para no ser visto. Elektra tomó a Connor del brazo
"¿Nos podrías acompañar a mí y a Caris al departamento de
abajo?"
"Me imagino el motivo y no quisiera, pero vamos."
"¿Porque se llevan a Connor?" Preguntó Drake.
Astrid y Rhiannon lo golpearon en la cabeza. "Ese no es un
asunto de tu incumbencia."
"Está bien, pero no me peguen…"
Cuando estuvieron en el departamento de Elektra, Connor les
contó todo cuanto había sucedido en Levit. Al escucharlo
Elektra sólo alcanzó a susurrar “Cross”. Caris la abrazó y la
beso en la frente. "No te preocupes Elektra ya habrá momento
para ayudarlo con su pena, si él es fuerte nosotras también."
"Gracias Caris. ¿Dormirás conmigo esta noche?"
"Claro."
Elektra siempre había sido así, era necesitada de cariño y
siempre había alguien que se lo daba, los empleados del
orfanato, Beatrice, los gemelos, Michelle, Cross, Christina,
Lothar, Riazor, Maggie, Astrid, Rhiannon, Drake, Connor y
ahora Caris, era imposible resistirse a ella.
Connor ya se había ido, lo incomodaban esas situaciones,
pero envidiaba a Cross, no podía creer como esas chicas se
desvivían por el, Connor sentía un cariño muy fuerte por
Elektra, fue la primera amiga en su vida, pensaba que quizá era
amor, además deseaba a Caris…, ni se diga Michelle, esa chica
volvía loco a cualquiera, aunque las cambiaría a las tres sin
pensarlo siquiera por volver a estar con Selene, pero esa ya era
otra historia, ahora debía concentrarse en resolver el asunto de la
guerra.

Cuando Drake y Rhiannon llegaron a su cueva, la chica se


apresuró a hacer la cena y los deberes, Drake fue a platicar con
los venerables, les explicó los planes de guerra y que él
combatiría en la justa estudiantil. "Por favor venerables, sé que
soy de entendimiento corto y no puedo generar energía
elemental, pero necesito que me entrenen más duro."
Carsten – "No te preocupes muchacho, tú ya estás listo desde
hace mucho para ser el guerrero más fuerte."
Drake – "¿De que está hablando?"
Thorsten – "De que este es el momento que estábamos
esperando, para este día te adoptamos, enseñamos y entrenamos,
para darte tu herencia."
Drake – "¿Que herencia? No entiendo..."
Yngvar – "Jajajaja, pobre muchacho, lástima que no le
podamos heredar un poco de más cerebro."
Drake – "Eso no fue gracioso."
Oddvar – "Escucha bien Drake y no te atrevas a
interrumpirme hasta que haya terminado de hablar, nuestro
tiempo ya ha llegado, tenemos algo para ti, estamos seguros que
lo sabrás utilizar, con esto tú serás el más grande guerrero que
ha existido, todos tus entrenamientos y las pruebas que te
hicimos llevar a cabo fue para llegar a este momento, para que
tu cuerpo lo asimile, la esfera de energía que tiene Carsten en su
mano contiene nuestros poderes, te los transmitimos, espero que
hagas un buen uso de ellos, eres el mejor chico que pudimos
educar y todos estamos orgullosos de ti, te voy a dar dos
recomendaciones: la primera es que cuando venga Leviatán por
ustedes cuídense de sus ataques que no se ven, estamos casi
seguros que alguien más nos atacaba desde las sombras mientras
peleábamos contra él, tengan cuidado; la segunda es que hay un
guerrero de la Ciudadela llamado Ragnar, es el estratega del
enemigo, nos derrotó por completo, él fue el verdadero héroe de
los militares, además, fue quien robó a Yngvar la espada sagrada
Excalibur antes de que estallara el conflicto, recupérala si tienes
la oportunidad, esta te aceptará, pero si puedes evitar pelear con
Ragnar hazlo, es demasiado peligroso, fue uno de los enviados
de la Ciudadela a acabar con la rebelión, muy probablemente
vuelva a ser así."
Drake observaba la esfera multicolor que Crsten estaba
formando, los demás venerables le estaban dando su energía y la
esfera crecía en tamaño y brillo. "Venerable, todo mundo conoce
a Ragnar, es el Comandante Supremo de las fuerzas militares de
éste Distrito."
Oddvar –"Lo sé, por eso es más peligroso, tengan mucho
cuidado con él, estamos seguros que Ragnar era esa sombra que
te he mencionado, es rápido y letal, ahora ve con Carsten, es
hora de darte tu legado."
Carsten sostenía en sus manos la esfera de energía multicolor,
era idéntica a la que había fabricado su sobrino Edgar para robar
el poder de su hermano Elan, con la diferencia de que en ésta
ocasión los venerables ofrecieron su poder para que el antiguo
FILO número ocho lo tomara.
"¿Que pasará con ustedes después de que absorba su
energía?"
"Dejaremos de existir."
"Entonces no la quiero."
"No digas estupideces muchacho, el ritual ya se hizo y
nuestra energía está aquí, ya no hay vuelta atrás, la tomas y te
llevas una parte de nosotros contigo o la dejas y nuestra muerte
será en vano, tú eliges pero apúrate, ya no resisto más…"
Drake estaba llorando. "Por favor, no lo haga venerable."
"Lo hacemos gustosos, ya te dijimos que esta es tu herencia."
"¿Y Rhiannon?"
"Ella ya tiene la suya, en su momento la usará."
El maestro Carsten impactó con la esfera el cuerpo de Drake,
este sintió como la energía se apoderaba de su cuerpo, una, dos,
tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, después se desmayó. Al día
siguiente, cuando Drake despertó, sólo vio a Rhiannon llorando
a los venerables, todos habían muerto. "Rhiannon, lo siento, fue
mi culpa..."
"Desde luego que no tonto, ellos así lo quisieron, es hora de
enterrarlos."
"¿Drake? ¿Rhiannon?"
La voz era de Connor, había llegado para entrenar con Drake,
cuando vio a los venerables abrazó a Rhiannon. "¿Que sucedió?"
"Que ahora están en paz, y a nosotros nos corresponde
terminar su obra." Le dijo Drake.
Connor se encargó de todo, ayudó a Drake a enterrar a los
venerables y avisó a sus amigos del deceso, los ancianos eran
queridos por todos, el funeral y la despedida se llevó a cabo al
día siguiente, los últimos en llegar fueron Cross y Michelle en el
helicóptero de ésta, quien en todo el camino no soltó al FILO
número siete, le había dado el pésame por Christina. La
ceremonia fue muy sencilla, sólo estuvieron algunos de los
amigos, Elektra, Caris y los gemelos no pudieron ir, los tenían
muy vigilados y sería sospechoso que desaparecieran, Connor
tampoco estuvo presente, Astrid le pidió ir en su lugar, uno de
los venerables era su tío, al final, Rhiannon y Drake cerraron la
cueva para siempre, juraron no regresar hasta ver convertido en
realidad el sueño de los venerables, que más que unos maestros
habían sido unos padres para ellos.
De regreso a su Distrito, Michelle estuvo muy callada algo
que era muy raro en ella, se le veía deprimida. "¿Que sucede
Michelle?"
"Nada Cross, es sólo que aún no empieza la guerra y ya hay
demasiados muertos, es muy doloroso."
"Y se pondrá peor, tal vez tampoco lo logremos todos
nosotros."
"No te preocupes por eso, nosotras tres te protegeremos
siempre."
"¿Que no se supone que es al revés?"
"Tres son mejor que uno, no lo olvides."
Cross no dijo nada más, besó a Michelle en la frente y se
perdió en sus pensamientos.

Llegó el día de la gran fiesta en el Distrito Comercial,


Chitriel y Ariel se habían esmerado, la decoración era
espectacular, no habían reparado en gastos, había comida,
bebida, fuegos artificiales, bandas de música en vivo, lugares de
entretenimiento, no faltaba nada, ambas se veían regias, eran
guapas y sus cuerpos estaban bien definidos por el ejercicio,
eran atléticas y bien formadas, estaban aprovechando la ocasión
antes de que llegara Pariel y les robara el show como siempre
sucedía, ellas eran el centro de atención hasta que la líder de la
Santa Trinidad aparecía, entonces se volvían invisibles, sólo
existía Pariel, era algo que no podía evitarse, Michelle era una
fuerza de la naturaleza que arrasaba con todo, tenía todos los
atributos en el mismo paquete, increíblemente bella, sensual,
con personalidad, poderosa, un cuerpazo; era imposible no verla,
las Arcángeles ya lo habían aceptado, incluso se divertían con
todos los tipos a los que Pariel desechaba, parecía realmente que
nadie era digno de ella.
"¿Ves Ariel? La fiesta es un rotundo éxito, han venido
estudiantes de todas las escuelas."
"Si, se hablará de esta fiesta durante años."
"Oye... ¿No son ellos Libra, Acuario y Piscis?"
"Efectivamente, como es territorio neutral hasta ellos pueden
estar aquí, cada vez que lo veo ese chico se pone mejor, yo creo
que después de Hermes es el más guapo junto con Rafael,
lástima que sea tan serio, vamos a saludar, no importa que sean
del Círculo, hay que ser buenas anfitrionas."
"Hola Libra." Saludaron ambas.
"Hola chicas, que guapas están, su fiesta es una bomba."
"Gracias, pero con esa compañía que traes eres la envidia de
la fiesta."
Libra y sus acompañantes sonrieron.
"¿Como están amigas? Se ven muy bien. ¿Sólo vinieron
ustedes?" Preguntó Ariel.
"No, de hecho esperamos a unos chicos, Piscis viene con
Hermes." Exclamó Acuario.
"El galán más cotizado, felicidades… ¿Y tu Acuario?"
Volvió a preguntar Ariel.
"¿Conoces a Escorpión?"
"No, sólo lo he visto por televisión y me encantó, pero dicen
que en persona es más guapo. ¿Vienes con el?" Preguntó
Chitriel.
"No, Acuario viene conmigo." Dijo Libra. "Pero creo que se
refería a que Cross ya llegó, al parecer viene con Pariel."
Todos voltearon al mismo tiempo, Acuario y las Arcángeles
no podían creer lo que decía Libra, por más guapo que fuera
Escorpión, Pariel era Pariel y nadie era digno de ella, había
desechado a galanes más atractivos, entonces, los vieron llegar,
era una invitación a la concordia, venían caminando juntos los
líderes de las tres principales escuelas de Arcadia, la imagen era
celestial, nunca nadie en su vida había visto tal belleza, por
donde pasaban todo mundo se les quedaba viendo, Michelle lo
había planeado así, sabía el impacto que causaría, todo mundo
hablaría de su llegada más que de la fiesta en sí.
Al frente venía la Arcángel Pariel, con su cabellera roja, sus
ojos de un azul intenso y ese rostro de porcelana, caminando
altiva y omnipotente como siempre, esbozaba una media sonrisa
en el rostro que derretía a quien la veía, pero esa sólo era la
punta del Iceberg, detrás de ella venían los FILOS, todos con su
guante de poder en la mano derecha, atrás de Pariel venía
Escorpión, que si bien no era el más guapo si se le consideraba
el más popular y el favorito de todas las chicas, franqueándolo
en cada costado caminaban un par de bellezas que fácilmente
rivalizaban con Pariel, del lado derecho la cotizadísima Athena
del Distrito III, casi tan bella como Michelle, tenía un cuerpo
que hipnotizaba y una personalidad tan poderosa como la de
Pariel pero distinta, Athena emanaba confianza y serenidad, era
un placer contemplar a esa curvilínea chica rubia de hermosas
facciones, siempre estaba sonriente, era la única persona en
Arcadia que le podía quitar atención a Michelle, y a la izquierda
de Escorpión, alguien a quien nadie conocía, tan bella como
Pariel pero con el cuerpo de Elektra, lo mejor de dos mundos en
un sólo envase, morena muy clara, de cabello oscuro, bastaba
una mirada suya para que cualquiera se olvidara del mundo, era
una diosa…, pero también era peligrosa, en su mano derecha
portaba un guante gris con el símbolo que distinguía al FILO
número uno bordado en negro, al igual que Athena iba
sonriendo y deteniendo corazones, atrás de ellas venían Brahma
y Freya, ambos eran altos y atractivos, contrastaban bien con la
belleza impactante de las tres beldades que rodeaban a Cross.
Connor, fornido y con aire místico, Astrid, con su cabellera
blanca, propia de la familia De Grieff, le cubría parte del rostro
pero aún así llamaba la atención, al final, dos gigantes
terminaban ese extraño grupo, uno de ellos era bien conocido
por todas las chicas, le llamaban Hermes y era lo más parecido a
un rockstar, en todas las escuelas de Arcadia tenía admiradoras,
lo que Michelle era para los chicos, Cástor era para las mujeres,
decían que si alguien podía ser la pareja de Pariel sería él,
siempre con su sombrero y sus revólveres a la vista, su hermano
intimidaba a todo el que pasara enfrente de sus dos metros con
diez centímetros y un cuerpo demasiado musculoso, igual de
guapo que su hermano, pero se veía temible.
Las Arcángeles se molestaron, sabían que de lo único que se
iba a hablar de la fiesta que tanto trabajo les había costado
organizar era de la llegada de Pariel y sus amigos, por su parte,
Acuario no podía creer lo que veía, estaba segura que las tres
chicas que rodeaban a Escorpión se sentían atraídas por él, lo
vio en sus ojos, en ese momento renunció a Cross, sabía que no
era rival para esas bellezas, tomó a Brachium del brazo y le
agradeció al oído el haberle evitado la pena pública de decir que
Cross vendría con ella, en cuanto Piscis vio a Hermes se lanzó a
sus brazos para decepción de muchas chicas, las Arcángeles se
acercaron a Pariel.
"Vaya, tú si que sabes hacer entradas amiga."
"Lo sé, pero de todos modos gracias Chitriel."
"Oye, es muy guapo tu amigo Escorpión… ¿Quien de las tres
es su novia?" Preguntó con malicia Ariel.
"Ninguna." Le contestó Caris.
Elektra empujó a Cross y este quedó al lado de Pariel, la
abrazó y se presentó. "Buenas noches, soy el FILO número siete.
Portador de la espada sagrada Antares. Mi nombre es Escorpión
y es un honor conocer a las Arcángeles más guapas de la
Legión."
Ariel y Chitriel se sonrojaron, la presentación era conocida
por ellas y sabían que demostraba respeto a su investidura de
Arcángeles, no dijeron nada sólo sonreían, Cross era tan alto
como Hermes, tenía el cabello negro muy corto, sus ojos cafés
destellaban inteligencia y realmente sintieron que sería muy
fácil enamorarse de ese chico.
"Gran fiesta, Pariel habló maravillas de ustedes, pero creo
que esta vez se quedó corta…"
Las Arcángeles seguían sin hablar, sólo sonreían, Cross
acostumbrado a casi nunca socializar no supo que más decir,
Michelle rompió el silencio. "¡Milagro! Es la primera vez que no
las oigo decir ni una palabra, eso es bueno, voy a cargar una foto
tuya para callarlas."
Todos empezaron a reír, Libra y Acuario se habían unido a la
platica, Pariel presentó a Caris y Brahma a sus amigas, los
presentó como lo que eran, los FILOS uno y nueve, después,
Titán cargó a las dos Arcángeles y las conminó a que le
enseñaran los lugares divertidos de la fiesta, éstas aceptaron
encantadas.
A lo lejos, Loki veía con envidia la entrada de sus
compañeros, no lo habían invitado a unirse a ellos, nadie notaba
su presencia aún y cuando también tenía su guante puesto, en
cambio, todos habían visto a su hermana, él sabía que no era la
última lindura del mundo pero era atractiva, sólo que además de
no usar maquillaje, se vestía y peinaba como un muchacho, sin
embargo, aún así todos se percataron de su entrada y la
admiraron, lo que más envidiaba de ella era su cabello blanco
que la distinguía como miembro de la rama principal de la
familia De Grieff, aunque también le extrañó que Drake y
Rhiannon no caminaran con ellos, Rhiannon también era muy
hermosa y no hubiera desentonado, aunque al final a él que le
importaba, si ni siquiera le habían preguntado si quería entrar
con ellos.
Drake y Rhiannon prefirieron no ingresar a la fiesta con los
demás, no estaban de humor, prefirieron trasladarse
directamente al lugar de la reunión, Arlés ya los esperaba,
estuvieron platicando un rato con él, después fueron llegando
poco a poco los demás, como siempre, Michelle y Elektra
peleando…
"Te dije que no llamáramos tanto la atención, nos costó
demasiado trabajo escabullirnos."
"Si, pero bien que andabas lanzando besitos... ¿No?"
Arlés carraspeó la garganta. "Creo que ya estamos todos, al
parecer a la única que no conozco es a la chica más guapa que
he visto en mi vida."
Michelle lo vio con ojos asesinos. "Bueno, una de las mas
guapas, por lo visto el FILO número uno por fin apareció. ¿Cual
es tu nombre amiga?"
"Me llamo Kharynna y soy portadora de la espada sagrada
Scylla, mi nombre como FILO es Caribdis."
"Pero todos la llamamos Caris." Aclaró Athena.
"Pues mucho gusto y me alegro que estés aquí, ya que todos
estamos reunidos podemos empezar, básicamente el motivo de
esta reunión es ver cuantos somos los que estamos en esto,
darles una breve explicación de lo nuevo que he averiguado y
planear la estrategia de la próxima semana, antes que nada me
gustaría pasar lista para ver quienes son los que se encuentran
aquí, en la inteligencia de que todos y cada uno de ustedes
tendrán voz y voto en las decisiones que tomemos hoy.
Empezaremos por los miembros del Distrito II que somos sus
anfitriones, en esta ocasión les hablaré por sus nombres de
guerreros toda vez que hoy hemos venido como tales, cada
quien se presentará y dirá un número consecutivo, empezaré
yo."
Todos asintiéron, Arlés se levantó, se numeró y se presentó,
los demás lo siguieron.
"Uno me llamo Fenrir."
"Dos me llamo Pariel."
A continuación siguieron los integrantes del Círculo del
Zodiaco.
"Tres me llamo Hermes de Géminis."
"Cuatro me llamo Titán de Géminis."
"Cinco me llamo Libra."
"Seis me llamo Escorpión."
"Siete me llamo Acuario."
"Ocho me llamo Piscis."
Después siguieron los Guerreros del Tercer Distrito.
"Nueve me llamo Athena."
"Diez me llamo Caribdis."
"Once me llamo Freya."
"Doce me llamo Brahma."
Drake estaba demasiado nervioso por la reunión, era de
reconocidos guerreros de élite, conforme se acercaba su turno
sudaba más, al final, sus nervios lo traicionaron, se adelantó a
Rhiannon y gritó su presentación "¡Quince me llamo Drake!"
Todos lo vieron extrañados y divertidos, Rhiannon molesta lo
golpeó en la cabeza. "Primero iba yo animal y sólo somos
catorce…"
Drake se puso rojo de la vergüenza y se disculpó. "Lo
siento."
Todos empezaron a reír incluida Rhiannon, cuando se
tranquilizaron las risas se presentó como los demás con su
número consecutivo "Trece me llamo Rhiannon."
Finalmente le correspondió su turno a Drake, quien se
presento apenas con un murmullo "Catorce me llamo Drake."
La razón de su nerviosismo era normal en él, siempre había
soñado con ser un reconocido guerrero y no lo había
conseguido, encontrarse en esa reunión era un sueño hecho
realidad, todavía no lo creía, estaba con lo mejor de lo mejor,
tenía voz y voto al lado de los guerreros más poderosos que iban
a cambiar el mundo, se sintió feliz, Rhiannon le tomó la mano y
le dio un ligero apretón para indicarle que se sentía orgullosa de
él.
Fenrir les explicó a todos los detalles de su plan de
revolución, les indicó que tenía a gente lista para levantarse en
armas en los cinco Distritos, además de que contaban con los
suficientes guerreros de élite para sostener la lucha, esta vez no
hubo discusiones, todos sabían a lo que iban, todos estaban de
acuerdo en que era necesario un cambio y la única manera de
lograrlo era mediante la fuerza, la Ciudadela ya se había
propuesto destruirlos poco a poco, ellos no lo permitirían,
también explicó que todavía no encontraba al FILO número
cuatro Kwan Yin.
"Hemos buscado hasta donde tenemos permitido, todavía no
encontramos a Selene, pero eventualmente lo haremos, es muy
importante saber que contamos con el apoyo del FILO número
uno, no sé si lo sepan pero se dice que el poder de los FILOS se
establece en un medio círculo, es decir, los FILOS más
poderosos son el uno y el doce y así van en orden descendente
hasta que se unen, es decir que los más débiles en teoría son el
seis y el siete."
Todos voltearon hacia Escorpión, vieron que escuchaba
divertido la explicación, sonrieron, nadie creía que un
controlador de energía pura fuera el más débil. En el contexto de
la explicación de Fenrir el FILO más poderoso de todos era
Caris, toda vez que aún no se conocía la identidad del FILO
número doce, quedando la tabla de la siguiente manera:
Los más poderosos eran el FILO número uno, Caribdis, y el
FILO número doce, desconocido hasta el momento, después
seguían el FILO número dos, del cual también se ignoraba su
identidad y el FILO número once, Athena, los siguientes en
poder serían los FILOS números tres y diez, Cerberus y Fenrir,
siguiéndoles los números cuatro y nueve, Kwan Yin y Brahma,
los penúltimos serían los FILOS números cinco y ocho,
Siegfried y Freya, quedando finalmente los FILOS seis y siete,
"Creo que esa tabla es muy subjetiva Arlés, se de buena
fuente que el FILO más poderoso de la generación que nos
antecede es Siegfried, no debemos confiarnos." Athena no
confiaba en la tabla que les había expuesto Fenrir.
Fentrir veía su tabla, tampoco creía en ella, el problema con
los FILOS era que había mucha información equivocada,
demasiados mitos y leyendas, había que ser más selectivo en las
fuentes que le llegaban. "Tienes razón Elektra, ahora que lo
pienso una tabla no puede definir el poder de un guerrero, tal
vez cuando se hizo ese era el orden del poder, pero como
acertadamente lo has dicho, cambia de generación en
generación."
"Yo se quien es el FILO número dos." Interrumpió Drake.
"¿Desde cuando?" preguntó Freya.
"Me lo dijeron los venerables, uno de ellos fue el antiguo
FILO dos pero le fue arrebatada la espada sagrada y lo dieron
por muerto, pero él sabía quien se la había robado."
"¿Y quien es esa persona?" Preguntó Fenrir con la esperanza
de reclutarlo.
"Ni más ni menos que el Supremo Comandante de las
Fuerzas Militares del Distrito III."
"¡Ragnar!" Gritó Elektra.
Todos la voltearon a ver.
"¿Por que esa reacción Athena?" Preguntó Fenrir. "Dada su
condición no es sorprendente que él sea uno de los FILOS."
"Porque lo conozco bien, he estado hablando con él, es quien
más información me ha dado, me comentó que participó en la
guerra anterior del lado de la Ciudadela, pero jamás me dijo que
fuera un FILO."
"Los venerables me advirtieron que tuviéramos mucho
cuidado con ese sujeto." Dijo Drake. "El fue el verdadero héroe
que definió la guerra a favor de la Ciudadela."
"¿Que tanto sabe Ragnar de nosotros Elektra?"
"Algo pero no todo, principalmente sabe que estamos a favor
de la revolución y que nos vamos a levantar…"
Entonces lo que eran murmullos se convirtieron en voces de
preocupación, fue el tiempo en que Brahma trató de tranquilizar
las cosas. "No pasa nada, lo hecho, hecho está, necesitamos
establecer una estrategia, ahora lo importante es decidir quien de
nosotros será el líder, se necesita a alguien que nos una a todos y
a quien sigamos hasta el fin."
Titán habló. "La decisión debe ser tomada con la cabeza,
Fenrir es quien ha iniciado todo y tiene una idea clara de cómo
se va a llevar esta lucha, propongo que sea él quien nos guíe."
Después vino la proposición de Freya. "Fenrir está bien para
que dirija la revolución desde aquí, sería el Comandante
Supremo, nadie duda de su capacidad como estadista, pero no es
alguien a quien yo seguiría hasta la muerte, yo estoy con
Athena."
Tocó el turno a Acuario. "Al único que los miembros del
Círculo seguiremos será a Escorpión, es tan buen estadista como
Fenrir y más inteligente, no aceptamos a nadie más como
nuestro superior."
Y así empezó la discusión hasta que Fenrir volvió a
intervenir. "Amigos, sabía que esto pasaría, por eso les pedí a
todos que se presentaran y se numeraran. ¿Que les parece si
cada quien escribe el nombre de la persona que quieren que nos
dirija y quien tenga más votos será elegido líder? Sólo quiero
que al aceptar tomen en cuenta que no hay marcha atrás, el que
gane será nuestro guía aunque a algunos no les guste."
Al final todos estuvieron de acuerdo, era la única manera
sensata de buscar a un líder, todos escribieron en un papel su
decisión y la dejaron en un tazón que hizo las veces de urna,
Drake y Rhiannon contaron los votos, al final quedo así:
Fenrir dos votos.
Athena un voto.
Escorpión once votos.
Una vez que se dio el resultado Cross se tomó la barbilla
preocupado, Piscis y Acuario lo abrazaban felices, pero
realmente él no quería ser el líder, no tenía ni idea de cómo
serlo, pero había prometido que esta vez no evadiría esa
responsabilidad, nuevamente Fenrir tomó la palabra. "Bueno,
creo que no será necesario un recuento, Cross, es decir
Escorpión, desde ahora eres nuestro líder y creo que fue la mejor
decisión, no hay persona en este lugar que no este dispuesto a
seguirte hasta el final y dar la vida por ti."
Todos hicieron una señal de afirmación, incluso Freya que
fue la única persona que no voto por él, Titán había votado por
Fenrir pero realmente a quien más respetaba era a Escorpión.
"Yo no quiero que nadie de la vida por mí ni por la causa, quiero
que peleen y que si está todo perdido que se replieguen para
pelear en otra oportunidad, esto no se trata de arriesgar sus
vidas, se trata de obtener una meta y esa meta es la libertad,
estoy seguro que con la guía de Fenrir lo lograremos, en este
momento quiero nombrar a quien será mi segundo al mando y a
quien todos seguirán si algo me sucede, es la mejor persona que
conozco, será quien me aconseje y seguiré sus recomendaciones
como si fueran órdenes, porque no hay nadie que entienda la
justicia, la humanidad y la responsabilidad social como él lo
hace, Drake, tú serás el segundo al mando."
¿Quien? ¿Yo?
Drake no podía creer lo que estaba escuchando, siempre
había sido tratado como plato de segunda mesa, todavía en su
escuela se burlaban de él diciéndole que sólo pertenecía al
Consejo Escolar por ser amigo de los líderes, nadie lo tomaba en
serio, en especial Loki y los bérserkers protectores del colegio,
sin embargo, ahora se encontraba con que lo nombraban el
segundo al mando de un evento histórico que marcaría a toda su
generación, sería el sublíder de aquellos esplendidos guerreros y
personas con las que ni siquiera soñaba en compararse, todos
tenían los más altos rangos de Arcadia: FILOS, Arcángeles de la
Legión de los Iluminados, miembros del Círculo del Zodiaco, no
existían en Arcadia rangos superiores a los que sus compañeros
ostentaban, eran quienes gobernaban y administraban al Estado,
los principales puestos políticos de ahí salían, de entre esas
personas.
Los únicos que no tenían grado alguno eran Rhiannon y él,
pero su compañera se cocinaba aparte, era conocida y respetada
en todo su Distrito, era una guerrera de élite, podría compararse
con cualquiera de los ahí presentes, ¿pero el? Apenas y con
trabajo era un guerrero de nivel medio, aspiraba llegar a trooper
pero con el tiempo se dio cuenta que por más que lo intentaba no
podía controlar ninguna fuerza elemental, Rhiannon decía que
ella tampoco podía controlarla, pero él sabía que era mentira,
sólo que era tan buena peleando que ni siquiera necesitaba
utilizarla, así era de especial su compañera; él era feliz con estar
ahí y ser parte de ese grupo de gente, no le importaba que fuera
sólo por amistad.
Drake sabía en su interior que no podía aceptar el puesto que
le ofrecían, simplemente porque no soportaría que humillaran a
su líder burlándose del segundo a bordo, sabía que Cross
hablaba de corazón y se lo agradecía, pero estaba seguro que los
demás se preguntaban <que estupidez estaba haciendo su nuevo
dirigente que en su primer acto debilita al grupo>, no podía
aceptar ese nombramiento. "Te agradezco que me eligieras
Escorpión, pero yo debo re… "
Antes de que Drake terminara Brahma se levantó. "Bien
hecho líder, seguiré a Drake hasta el mismísimo infierno, fue tu
mejor elección."
"Yo también." Caris lo secundó.
Después todos fueron levantándose y apoyando la decisión,
Athena, los hermanos de Géminis, Pariel, Freya, Libra,
Rhiannon fue de las últimas en levantarse, una lágrima rodaba
por su mejilla, no podía contener el llanto, finalmente Acuario y
Piscis también se pusieron de pie, esta última se dirigió al nuevo
segundo al mando: "No te conocemos, pero al parecer todos
confían en ti incluyendo a nuestros hermanos del Círculo, si
nuestro líder confía en ti, tienes nuestro apoyo."
Entonces habló Fenrir: "Decidido está, nuestro líder será
Escorpión, el segundo al mando será Drake y yo seré el
Comandante Supremo, ahora hablemos de la estrategia a seguir
para el día del Torneo…"
La fiesta siguió sin mayores contratiempos, hubo alguna que
otra pelea pero fueron controladas, todos los invitados a la
reunión salieron de la misma por lugares diferentes, al parecer la
asamblea había sido un éxito, ahora estaban a la espera de poner
en marcha el proyecto “libertad”. Cuando se estaban retirando
Fenrir hablaba con Escorpión.
"Te haré llegar un resumen de mi estrategia, quiero que la
revises y me des tu opinión."
"Estoy seguro que será perfecta, como siempre…"
"Aún así quiero que la revises, Acuario tiene razón, tú eres
tan buen estadista como yo, en los entrenamientos me ganaste
más batallas que yo a ti…"
"Porque tenía más experiencia combatiendo."
"No sólo era eso, es obvio que tu inteligencia y sobre todo tu
personalidad te coloca por encima, proyectas confianza y
seguridad, por eso voté por ti, te seguiré en lo que decidas…"
"Escorpión veía a Fenrir con ojos divertidos, como de un
niño al que sabe que le están haciendo elogios innecesarios, no
sólo Arlés podía leer a las personas, Cross sabía que a su amigo
le molestaba seguir a otros, no votó por sí mismo porque sabía
que perdería, hasta para votar era un buen estratega. <En
confianza y seguridad no te llego ni a los talones> pensó Cross
sonriente mientras apoyaba el codo en el hombro de su amigo.
"Y yo voté por ti Arlés, quizá soy lo que dices, pero tú tienes
algo que yo no, eres un líder natural, la gente te sigue, sabes
mandar, motivar y hacerte escuchar, eso no es lo mío, no sé
hablarle a la gente, prefiero ser uno más."
"Si, pero a quien siguen los poderosos es a ti."
"Eso quiere decir que nos complementamos bien amigo, de
ahí la necesidad de alguien como Drake que nos indique si
torcemos el camino."
"Estoy de acuerdo."
Después de la fiesta cada quien regresó a su lugar de estudios
con excepción de Cross, él se fue al Tercer Distrito, ahí sería el
torneo y tenía cosas por hacer, Michelle lo obligó a prometerle
que se comunicaría con ella diario para “ponerla al tanto de
todo”, Elektra se ofreció a llamarla pero Michelle la rechazó,
tendría que ser Cross.
Cuando regresaban al Tercer Distrito Cross vio a Freya
pensativa. "¿Que te sucede Astrid? Te ves preocupada."
Preguntó Escorpión.
"Es mi hermano, estoy segura que es un espía y peleará al
lado de la Ciudadela."
"Por el momento no te preocupes, ya veremos si después
cambia de opinión."
"Estoy segura que se ofreció a pelear porque él será quien
mate a Arlés, las listas de peleadores ya están completas, no hay
nadie más…"
"Lo sé, es lo que vamos a tratar de evitar."

En el edificio de la Ciudadela en el área conocida como “el


Cinturón” también tenían sus planes para el torneo, Leviatán, el
Gobernador de Arcadia, un hombre de más de cuarenta años con
cabello entrecano y fuerte personalidad estaba ultimando
detalles con uno de sus Comandantes: Apocalipsy.
"¿Esta todo listo Comandante?"
"Si Señor."
"No quiero fallas."
"No las habrá Señor."
"Recuerde que el objetivo principal que nos ordenaron de las
plantas superiores es que deben capturar vivo a Escorpión y
traerlo a la Ciudadela."
"Tenga la seguridad de que así se hará."
"No me importa lo que pase, pero para que se considere
exitosa la misión también deben traerme la cabeza de Fenrir, si
todo se complica también quiero que eliminen al Escorpión, no
me importa que “arriba” lo quieran vivo, es demasiado
peligroso… La prioridad es capturarlo vivo, pero si no se puede
ya sabe que hacer."
"Estoy seguro que podremos con ellos Señor, así lo hicimos
la última vez."
"Si, pero la última vez tuvimos que bajar a pelear Juggernaut,
Ragnar, yo y el vigilante.”
"Porque los FILOS eran guerreros experimentados, ahora son
sólo unos niños que quieren jugar a la guerra, si se quieren
sublevar en ese mismo momento los aniquilaremos."
"No te confíes Comandante, de todas formas, recuerda que si
matan a un FILO quiero que me traigan su espada y su guante."
"Así será señor."
Apocalipsy se retiró, Leviatán se quedó platicando con su
primer Comandante, un gigante negro y musculoso, de mirada
amenazante, a su lado Póllux se veía pequeño, medía más de dos
metros con treinta centímetros.
"¿No sería mejor que actuáramos de una vez Juggernaut?"
"Es lo que más quisiera, mi espada me pide diversión, tiene
dieciocho años guardada."
"Estaremos listos, yo no soy tan confiado, un FILO es un
FILO, no importa si es joven o viejo, son peligrosos si no son
controlados."
"Estoy contigo, pero Apocalipsy y Armagedón son muy
buenos, son tan poderosos como un FILO o más…"
"Eso lo tengo muy claro, lo importante es saber que ha
pasado con Ragnar, no se ha comunicado conmigo, si hay guerra
él es insustituible."
"Estará en el torneo, se celebrará en el Tercer Distrito,
Ragnar es el Comandante Supremo de ese lugar, por lo tanto,
estará presente, si lo requerimos, el vigilante se lo hará
entender."
"Seguramente no le hará caso, ellos nunca se llevaron bien."
"Entonces iremos nosotros a hablar personalmente con el…"
"Esta bien, veremos que pasa."
CAPÍTULO 8
UN NUEVO BÉRSERKER

Ragnar estaba muy atareado, el torneo sería en su Distrito y


debía implementar el dispositivo de seguridad, todas las
divisiones especiales estarían a cargo de verificar que no hubiera
incidentes, había platicado en secreto con el Delegado y lo había
convencido de que si algo salía mal como se rumoraba, las
fuerzas de combate no deberían intervenir, habría demasiadas
personas poderosas ese día en el torneo y podrían menguar el
ejército del Distrito poniéndolos en una situación de desventaja
con respecto a los demás, en ese aspecto el Delegado siempre
confiaba en la palabra de Ragnar, era un extraordinario estadista
y era sólo por él que el Tercer Distrito sin tener una base sólida
de guerreros de élite como lo eran La Legión de los Iluminados
del Distrito II o El Círculo del Zodiaco del Distrito I, mantenía
su demarcación siempre por delante de sus rivales, dejarían todo
en manos del ejército de la Ciudadela, ellos sólo estaban para
vigilar que no hubiera situaciones extrañas, pero si se iniciaba la
revuelta lo mejor sería esperar para ver que partido tomar,
siempre la primer batalla es muy importante, puede definir el
destino de la guerra.
El Comandante Supremo del Distrito III se encontraba
revisando por enésima vez que todos sus hombres estuvieran en
sus puestos y alertas, esto ya no era un ensayo, ahí se quedarían
hasta la conclusión del torneo, ya tenía la lista de los peleadores
y si el torneo se efectuaba como se tenía planeado, estaba seguro
que ganaría el Distrito I, sus peleadores no sólo eran de élite,
eran lo mejor que había en Arcadia, los conocía a ambos, Titán
era el guerrero más fuerte del estado y Libra era quizá el más
poderoso, pocos lo conocían en los Distritos, pero era un
contrincante realmente temible, salvo la Arcángel Pariel que
tenía posibilidades mínimas, ninguno de los otros guerreros
tenían opciones de vencerlos, pero sería interesante ver como se
iban a dar las cosas, Ragnar sabía que Fenrir lucharía con Loki,
los demás duelos se establecerían solos, serían Drake contra
Libra y Pariel contra Titán, era por todos conocido que Géminis
y la Arcángel eran amigos, los pondrían a luchar seguramente a
muerte para debilitar los lazos entre los rebeldes, todos tomarían
partido unos contra otros, entonces quizá la guerra sea entre
Distritos, cuando estuvieran lo suficientemente débiles la
Ciudadela los sometería, por ese lado su circunscripción no tenía
problemas, todos sabían que Drake iba a perder y a nadie le
importaba Loki, su Distrito vería como se destrozaban lo otros
dos, hacía más de cien años que no había una guerra directa
entre El Círculo y La Legión, incluso podrían quedar ambos
Distritos destruidos antes de que intervinieran las autoridades.
Ragnar seguía en sus pensamientos cuando sintió que lo
veían, por reflejo volteó para buscar a la persona que lo
observaba, cuando la encontró sintió que el alma se le salía del
cuerpo, era ella, la mujer que lo había abandonado hace
veintidós años: Eloise.
Cuando sus miradas se encontraron Eloise desvió la suya y
siguió su camino, Ragnar se sintió como el primer día que la
vio, hace mucho años, ya no tenía ese rostro juvenil que causaba
infartos, pero seguía siendo muy hermosa, los rasgos y las líneas
de expresión de su rostro delataban que la vida no había sido
fácil para ella, que había sufrido, aunque Ragnar no tenía la
menor duda de que el sufrimiento de esa mujer no se comparaba
con el suyo, lo había dejado todo por ella y lo traicionó, tan
sencillo como eso, lo botó como una basura, como algo que se
usa y después ya no tiene ninguna utilidad, nunca se lo perdonó.
Ahora Eloise vestía con ropas humildes, sin duda era pobre y
vivía al día, él se enteró que su esposo la había abandonado al
año después de que nació su hija, después, tuvo otro hijo
producto de una violación, regresó con el padre de su hija un
tiempo y después la volvieron a abandonar, Ragnar lo sabía bien
pues él mismo castigó a los culpables de violarla, sabía cual
había sido la vida de esa mujer, conocía toda su historia pero
tenía veintiún años de no verla, esperaba que con lo que le había
pasado en la vida estuviera fea, gorda y vieja, pero no, seguía
siendo una princesa, no importaba la edad ni las ropas, aún
ocultaba su cabellera blanca en un tinte negro, símbolo de su
separación de su familia, sin embargo, todavía caminaba con
dignidad, esa dignidad que tuvo para sacar adelante a sus hijos,
para negarse a prostituirse a pesar de no tener para comer y
pasar días sin probar alimento, esa mujer sin duda era de acero y
ahora se alejaba como si nada hubiera pasado, como si Ragnar
hubiera sido sólo un mal recuerdo, lo observó y siguió su
camino, eso enfureció al Comandante Supremo, decidió
confrontarla, caminó con pasos resueltos hacia ella y la llamó:
"¡Eloise!"
La mujer se detuvo, lo pensó un instante y se volteó hacia el
guerrero, hizo una leve mueca que se leía como una tenue
sonrisa, Ragnar sintió un escalofrío. "Ephraim…"
"¿Tanto me odias que ni siquiera puedes saludarme después
de tanto tiempo de no vernos?"
"Lo siento, por supuesto que no te odio... Hola."
"¿Que haces por aquí?"
"Vine a hacer unas compras para mi patrona, disculpa que me
retire pero es muy estricta y se molesta si me retraso, con
permiso, me dio gusto verte."
Eloise le dio la espalda y comenzó a caminar, Ragnar vio
como se alejaba, recordó ese sentimiento, ya lo había vivido una
vez. Y ahora, cuando pensaba que lo había superado volvía a
sentirse abandonado, entonces, le gritó a la mujer: "¡Mentirosa!"
Eloise detuvo su caminar, había escuchado a Ragnar y sabía
que se merecía lo que le gritaba, ella lo había herido de la peor
forma posible y él jamás le reclamó ni reprochó nada,
simplemente se alejó, tenía derecho a insultarla, se lo debía,
pensó en dejar que se desahogara, era lo justo, ella había vivido
con ese remordimiento desde el día que lo abandonó, decidió
dejar que la confrontara y descargara la furia que se guardó
tantos años, volteó a verlo con tristeza, trató pero no pudo
sostener su mirada, sólo se quedó estática, esperando que la
siguieran insultando.
"No digas que te da gusto verme cuando no es así."
Ragnar la señalaba con su mano derecha, estaba temblando
de ira, Eloise caminó hacia el, se aclaró la garganta y tomó
valor. "Ephraim, te hice mucho daño, te traicioné y te abandoné,
si me voy ahora no es porque no me de gusto verte, es que me
avergüenza estar parada frente a ti."
Eloise estaba a punto de llorar, Ragnar le arrebató el bolso.
"Es bueno que sepas lo que hiciste, pero yo no debo pagar por
eso, tú sí. ¿Estas de acuerdo?"
"Si."
"Entonces te voy a acompañar a donde vas, será bueno
torturarte con mi presencia para que pienses en lo que hiciste."
Eloise no dijo nada, pensaba negarse pero sabía que sería
inútil, le daba pena que Ragnar viera en donde trabajaba, era
lavandera en un hotel de quinta, pero conforme iban caminando
el guerrero sólo estuvo hablando de temas intrascendentes, el
clima, la situación política, la juventud de ahora que ya se había
olvidado de las reglas, la posibilidad de una guerra, en realidad
pasó un rato muy agradable, caminaron durante una hora que se
le pasó como un suspiro. "Aquí trabajo Ephraim, gracias por
acompañarme."
"No fue nada, era mi obligación como máximo responsable
del orden, no podía exponerme a que alguien se atreviera a
molestarte en estos rumbos, son peligrosos, hablaría mal de mí."
Eloise no dijo nada, sólo sonrió, su sonrisa contagió a
Ragnar. "Así te ves bien. ¿Desde hace cuanto no sonríes?"
"No lo recuerdo…"
"Está bien, ahora si dímelo."
"¿Que cosa?"
"Lo que me dijiste en el mercado."
"Que me disculp…"
"No, lo otro."
Eloise volvió a sonreír. "¿Que me dio gusto verte?"
"Así es, posiblemente ahora si te crea."
"Ephraim Von Teage, te aseguro que me dio mucho gusto
volver a verte."
"A mi también, espero que la próxima vez que me veas te
acerques y me saludes."
"Te lo prometo."
"Ok , entonces…"
"¡Eloise! ¿Por que tardaste tanto? ¿Acaso quieres que te
golpee?"
Antes de voltear a ver quien gritaba, Ragnar vio el miedo en
el rostro de Eloise, se acercó al hombrecillo gordo y calvo que
reclamaba atención. "Buenas tardes, Eloise estaba conmigo...
¿Encuentra usted algún problema con eso?"
El dueño del hotel casi se orina del miedo, conocía al tipo que
le hablaba, lo conocía todo mundo, era el individuo más
poderoso del estado de Arcadia. "Lo siento Milord, no sabía que
estaba con usted, pero comprenderá que la señora trabaja para
mi..."
"¿Y eso le da derecho a golpearla?"
"No señor, pero es que yo le doy alimento y habitación, ella
paga con trabajo y como también labora para los señores de la
casa de la esquina pues ya sabe, si no trabaja lo suficiente
conmigo no podrá costear su vivienda."
Ragnar se llevó la mano a la cintura, el dueño del hotel se
hincó sollozando, pensó que su hora le había llegado, el guerrero
tomó de su cintura un pequeño saco con monedas y se lo arrojó
a la cara. "Espero que con eso sea suficiente para que la deje en
paz, esa mujer es una princesa y si estuviera en sus dominios
ahora lo estarían torturando hasta la muerte."
"Si señor, lo siento Eloise, mi comportamiento no tiene
perdón."
Ragnar se acercó a Eloise "Siento lo que pasó y que por mi
culpa te hayan reprendido, espero con ansias volver a verte,
ojalá que este incidente no te obligue a dejar de verme otros
veintiún años."
"Gracias por todo Ephraim, sé que no merezco la amabilidad
con la que me tratas, pero estoy feliz de verte."
Ragnar se fue, Eloise lo siguió con la mirada hasta que se
perdió entre las calles, el hombrecillo seguía en el suelo.
"Aquí esta su encargo, voy a casa de los Traore a seguir
trabajando."
Cuando llegó a casa de los Traore en la esquina de la misma
calle, Eloise se veía diferente, se le veía feliz, realizó su trabajo
y se fue al hotel a descansar, cuando llegó a su habitación la
esperaba el dueño del hotel, Eloise sintió miedo de que la echara
a la calle.
"Eloise, discúlpame por como te he tratado, no fue mi
intención pero sabes como es la vida aquí, ten, te devuelvo la
bolsa con dinero de tu amigo, esta todo completo, no tomé nada,
quiero que sepas que a partir de ahora puedes dormir y comer
aquí cuanto quieras, no trabajarás más para mí."
"Si señor…"
Es todo lo que se dijeron, el dueño del hotel se dio la vuelta
deseando no volver a ver en su vida al Supremo Comandante, lo
de Eloise no era nada realmente, era una forma de vivir, tenía
muchos empleados más así, que trabajaban por un lugar donde
comer y dormir, a todos los tenía amontonados en un cuartucho,
a Eloise la hospedaba en una habitación aparte porque sabía que
sus hijos eran bérserkers, por lo que en realidad jamás la había
golpeado, sólo le hablaba fuerte, era conocido por todo el barrio
la suerte que corrieron los clientes de una cantina que se
atrevieron a maltratar a Eloise, el prefirió contratarla por si
algún día necesitaba de sus hijos, pero ahora se arrepentía, un
par de bérserkers era una cosa, pero el Comandante Supremo…
Lo más seguro era que quisiera divertirse con ella, todavía era
una mujer hermosa, él mismo la deseaba, pero amaba más su
propia vida, sabía que si la tocaba sus días estaban contados, la
enorme hija de Eloise así se lo había hecho saber, a él y a todos
los hombres del rumbo.
Por su parte Ragnar tampoco lo estaba pasando mal, nunca en
su vida había estado tan feliz de dejar de lado su orgullo, ese día
por primera vez en muchos años dejó de sentir que le aplastaban
el corazón, era un dolor con el que había aprendido a vivir,
ahora se sentía mas liviano y contento, esa era la palabra, estaba
contento, no quería hacer algo estúpido como regresarse y
pedirle a Eloise que se fuera con él, no ahora, pero en su corazón
sabía que esa mujer nunca lo dejaría en paz, la tenía impresa en
su mente, en su sangre, en todo su ser, entonces, prefería tenerla
a su lado que sólo pensar en ella, sin duda creyó que el amor era
algo complicado, pero no había comparación con el sentimiento
de felicidad que te proporcionaba cuando encontrabas a la
persona indicada, lo valía todo, incluso veintidós años de
sufrimiento.
Al siguiente día llegó un emisario del edificio de gobierno del
Tercer Distrito al pequeño hotel del barrio pobre, solicitó la
presencia de Eloise, le entregó un sobre con el sello de la
administración del Palacio de Gobierno, adentro había tres
boletos y una nota, decía que se invitaba a Eloise a ver el torneo
que se realizaría en el campo de combate de la escuela de nivel
superior del Tercer Distrito, era una entrada exclusiva de gente
importante, anexos había dos boletos para publico en general, la
carta recomendaba que se los entregara al dueño del hotel, pero
era optativo, podía hacer con ellos lo que quisiera, su arrendador
estaba que moría de curiosidad.
"Si no es indiscreción Eloise... ¿Que dice la carta?"
"Nada señor, sólo que se me invita a ver el torneo de
escuelas."
"Que afortunada es usted, es el evento del año en Arcadia,
nosotros lo veremos en la pantalla de unos vecinos…"
"Que lástima, me habían dado dos boletos extra, entonces
veré que hago con ellos."
"¿Dos boletos extra dice?"
"Así es."
"Pues no lo piense más, ya sabe que somos amigos, si la
gente se entera siempre habrá alguien molesto con usted por no
haberlo elegido."
"Y si se los doy a usted todo será más discreto... ¿Verdad?"
"Así es."
"Entonces tómelos y haga con ellos lo que quiera."
"Muchas gracias, le juro que nunca olvidaré esto."
El dueño del hotel se fue corriendo gritándole a su esposa,
Eloise sonrió, Ephraim siempre sabía que hacer. Cuando aquel
llegó con su mujer le mostró los boletos. "Mira querida. ¡boletos
para el torneo!"
"¿Como los conseguiste?"
"Me los dio mi querida amiga Eloise… ¡Y pensar que tú
querías sacarla de aquí!"
"¿Pero como?"
"Seguramente se los envío Ragnar, el Comandante Supremo."
"Siempre dije que esa Eloise era una puta, sólo que no se
metía con nadie aquí porque iba tras un hueso más rico."
"Como sea, tenemos suerte, hay que tratarla muy bien, si le
siguen llegando regalos, seguro los compartirá con nosotros, sus
benefactores."
"Eso sí, en cuanto le manden otro regalo y lo comparta dile
que ya no es necesario que trabaje para nadie, nosotros nos
haremos cargo de ella. Pero ahorita hay que decidir que haremos
con los boletos."
"¿Como que decidir? Iremos al torneo, seremos los más
envidiados del barrio."
"Pero podríamos conseguir mucho dinero vendiéndolos."
"Olvídate de eso, somos pobres pero no nos va mal, nunca
nos ha faltado el alimento ni hemos sufrido por cubrir nuestras
necesidades básicas, además, ya tenemos nuestra mina de oro,
convenceremos a Eloise de que Ragnar le compre cosas que
necesitemos."
"Bien pensando amorcito, ahora vengo, voy a ver si no se le
ofrece nada a mi querida Eloise".

Faltaban dos días para el torneo y Drake sentía que no


avanzaba gran cosa, después de la fiesta intentó utilizar la
energía elemental que le habían heredado sus maestros los
venerables sin éxito, sabía los fundamentos, pero no salió nada,
pensó que quizá la edad y sus lesiones al final los había
enloquecido, sabía que era más fuerte y rápido, pero cuando
Connor y Rhiannon peleaban contra él en serio le daban unas
verdaderas palizas y ni siquiera utilizaban sus armas, Drake
había aprendido a utilizar la espada, Connor era un estupendo
maestro, pero eso no era suficiente, estaba muy lejos de estar al
nivel de un guerrero de élite, ese día estaba practicando con
Astrid, Connor y Brachium, se encontraban en la escuela del
Distrito III, desde la muerte de los venerables él y Rhiannon se
habían mudado a los dormitorios del Instituto, como Libra era
uno de los participantes del torneo prefirió llegar unos días
antes, se había instalado en el departamento de Cross, Drake en
ese momento estaba peleando con Brach. "Ya no puedo más…"
"Esa no es una palabra que querrán escuchar los líderes de tu
Distrito."
"Me retracto, ya no quiero pelear en el torneo."
"Eso es imposible a dos días del comienzo, levántate y
atácame, ahora ya no voy a ser tan blando…"
"¿Antes eras blando?"
"Si, sólo te he estado golpeando, ahora te voy a atacar con
energía."
"No, espera..."
Libra empezó a atacar a Drake con energía eléctrica, éste al
principio esquivó sus ataques y se fue acercando, pero de
repente, un rayo le cayó por la espalda, Connor se levantó.
"Tranquilo Brach, no es para tanto."
"El que se debe tranquilizar eres tú Connor, bien sabes que en
el torneo va a ser peor."
Connor se volvió a sentar, sabía que Libra tenía razón, pero
de pronto, observó que Drake estaba como si nada, el ataque no
lo había afectado, por el contrario, atacó a Brachium a una
velocidad increíble, los puños de Drake estaban emitiendo
energía eléctrica, empezó a tratar de golpear a Libra, éste al
principio lo esquivó, pero el ataque era cada vez más rápido
hasta que lo impactó, el golpe arrastró al miembro del Círculo
tres metros hacia atrás, no lo tiró, entonces Drake lo volvió a
atacar, esta vez Libra lo intentó rechazar con viento, pero al
igual que con el ataque anterior no le afectó, en sus puños
empezaron a formarse un par de corrientes de aire en forma de
torbellinos, impactó a Brachium, al momento de tocarlo éste
salió disparado dando vueltas hasta que cayó al piso, todos se
quedaron sorprendidos, Drake siguió atacando, esta vez Libra lo
sorprendió con un ataque eléctrico mucho más potente, eso lo
dejó fuera de combate, minutos mas tarde Drake estaba
despertando.
"¿Que sucedió?"
"¿Estás bien?" Preguntó Astrid.
"Si."
"¿Sabes lo que acaba de suceder?"
"Mas o menos, sentí que no me afectaban los ataques de
Brach y de alguna manera podía manejarlos, pero también se
apoderó de mí una furia que no podía controlar."
"Eso es normal, nos pasa a todos cuando descubrimos nuestro
poder elemental." Dijo Libra. "Levántate e intenta volver a
crearlo."
"¿Cual de los dos?"
"El que sea."
Drake se concentró pero no salió nada. "¿Que sucede? ¿Por
que no puedo?"
"Vamos a hacer algo Drake, te voy a volver a lanzar un
ataque eléctrico y tú vas a recordar la sensación que te causa,
después, intenta reproducirla. ¿Estamos?"
"Si, adelante."
Libra empezó a lanzar hacia Drake poder eléctrico, todos
notaron que no le afectaba. "Ahora quiero que memorices la
sensación que te esta causando. ¿Ok?"
"Si, ya la siento."
"Ahora trata de reproducirla."
Drake empezó a crear energía eléctrica con las manos,
entonces, Brachium dejo de lanzarle la suya, Drake todavía tenía
la energía en sus manos, se veía poderosa. "Ahora intenta
lanzarla."
Drake lo intentó, pero la energía se quedaba en sus manos.
"Desaparécela."
Las manos de Drake volvieron a la normalidad.
"Vuélvela a crear."
Esta vez Drake volvió a crear energía eléctrica sin ningún
problema, pero nuevamente no pudo lanzarla, se molestó y
golpeó el suelo, dejó un boquete de tres metros en la tierra.
"¡Guau!" Exclamó Astrid.
"Aquí hay dos situaciones Drake." Explicó Brachium. "O con
el tiempo podrás lanzar ataques o este es tu poder y es muy
destructivo, eso lo veremos después, no hay problema con los
ataques a distancia, los podrás hacer a través de un arma, como
un trooper, pero no eres un trooper, puedes crear la energía con
las manos desnudas, sólo que no puedes arrojarla, eso te
convierte en un bérserker, felicidades."
"¿Y ahora que sigue?"
"Seguir probando, ahora te voy a lanzar un ataque de viento.
¿Listo?"
Libra volvió a atacar a Drake y el resultado fue el mismo,
memorizó la sensación y pudo crear la energía de viento, pero
sólo en sus puños, no la pudo lanzar.
"Esto es serio y raro Drake. ¿Te ha pasado algo anormal en
los últimos días?" Preguntó Connor.
Drake les explicó lo que había sucedido con los venerables.
Libra asintió. "Ahora entiendo, vas a tener que decirme quienes
eran en realidad tus maestros para ver que otras habilidades te
heredaron."
"El venerable Carsten era el FILO número ocho, Thorsten era
el FILO número dos, Oddvar era el guerrero del Círculo de
Virgo e Yngvar era el Arcángel Lahatiel."
Brachium empezó a repasar. "Veamos, el FILO número VIII
era Frey, el antecesor de Astrid, ella maneja el viento, el FILO
número II sabemos que es Ragnar, pero no conocemos su
poder."
"Podía crear fuego." Dijo Drake.
"Está bien, Virgo es una elementor, controla los elementos
psíquico y agua, su ascendente es la electricidad."
"El venerable Oddvar no manejaba energía psíquica,
dominaba el elemento hielo y el agua."
"Correcto, el ascendente es forzosamente el mismo,
finalmente el Arcángel Lahatiel era famoso, le decían “el fulgor
de Dios”, todavía cuentan las leyendas que era un maestro en
controlar los elementos metal y tierra, además de que todos los
Arcángeles tienen energía psíquica. Drake, tus maestros sabían
lo que hacían, por lo que acaba de suceder ya desarrollaste el
poder del FILO número VIII y uno de los de Virgo."
"Entonces… ¿Que esperamos para ver si tengo los demás?"
"Tranquilo, nosotros no podemos descubrirlo, Astrid controla
el viento y yo el viento y la electricidad, Connor no te puede
atacar porque su energía natural es muy peligrosa, Cross y
Elektra manejan energía pura y Caris está en la misma situación
de Connor."
"¿Que quieres decir entonces?" Dijo Drake molesto, estaba
demasiado emocionado con sus nuevos poderes.
"Que tendremos que esperar a que vengan los demás para
probar tus otras habilidades."
"No necesariamente." Dijo Connor.
"Explícate." Le contestó Brachium.
"No necesitamos a guerreros élite para que Drake pueda
descubrir sus habilidades y asociarlas en su cuerpo, en la escuela
tenemos guerreros de todo tipo que pueden ayudarnos."
"¡Perfecto! Astrid... ¿Puedes hacerte cargo?"
"Desde luego, traeré a los de más confianza, aunque lo mas
seguro es que mañana a esta hora todo mundo sepa de Drake, el
súper soldado.”
Todos empezaron a reír, a Connor y Brachium les gustó el
sobrenombre, a Drake no le hizo gracia, Astrid llegó con seis
guerreros, uno de elemento tierra, otro de elemento agua, otro de
elemento fuego, otro de elemento hielo, otro de elemento metal
y otro de energía natural “por si las dudas”, con los primeros
cinco pasó lo mismo que con los elementos de aire y eléctrico,
ninguno afectó a Drake y aprendió a crearlos pero no pudo
lanzarlos, en cuanto a la energía natural, esta le afectó
inmediatamente, sintió dolor, “por no dejar” Libra hizo que
atacaran a Drake con esa energía seis veces más hasta que Drake
se quejó que no era divertido y Connor y Astrid dejaron de reír,
entonces Brach continuó con sus conclusiones.
"Después de todas las pruebas realizadas, salvo la psíquica
que la realizaremos con Acuario y Michelle, hemos deducido
que manejas todas las energías elementales, agua, aire, tierra,
fuego, hielo, metal y electricidad; el agua y el metal te sirven
como defensa, las demás como ataque y la tierra en ambos
sentidos, en un principio tampoco te afecta el poder cuando no
es letal, pero si te atacan con cualquier energía en extremo
puedes resultar herido, asimismo, al parecer tu rango de alcance
son treinta centímetros partiendo de tus manos, esto no es
definitivo, se verá con el tiempo, mientras, necesitarás una
espada para poder lanzar ataques a distancia, por ahora te
recomiendo que no te emociones y quieras controlarlos todos,
deberías concentrarte únicamente en un poder defensivo y uno
ofensivo para el torneo, después ya podrás con calma entrenar
para dominarlos todos."
"Lo que dice Brach me parece sensato Drake."
"A mi también Connor. ¿Cuanto tiempo crees que me tome
controlarlos todos?"
"A un guerrero normal un año de duro entrenamiento, a ti que
eres cabeza dura pero te esfuerzas y trabajas sin descansar…
como dos años."
"¿Qué?"
Brach estaba riendo. "Yo diría que hasta tres."
"No le veo la gracia."
"Ya basta ustedes dos, siempre se andan burlando de Drake,
mejor vámonos y deja a estos pesados."
Astrid tomó a Drake por el hombro y se alejó con él, sólo
volteó para sonreír a los que quedaban y sacarles la lengua.
"¿Como lo ves Connor?"
"Va a estar bien, esto nos beneficia a todos, ese chico es un
cabeza dura y se iba aferrar a pelear, ahora podremos hacer lo
nuestro sin preocuparnos por él."
"Así es, siempre pensé que ese muchacho era algo especial,
pero debe tener cuidado con el empleo de sus habilidades y con
quien combate, aunque maneja todos los tipos de energía
elemental es un novato en su empleo, un guerrero élite que
controle bien su elemento puede matarlo."
"Lo sé. Será mejor que lo pongamos a entrenar sin descanso.
¿Te parece?"
Libra sonrió. "Me parece".
CAPÍTULO 9
EL TORNEO

Finalmente llegó el día del torneo, las personalidades más


importantes y destacadas de todos los Distritos estaban
presentes, los Delegados, políticos importantes, Argento Riazor,
había miembros de los grupos élite del Distrito I y II, por parte
de la Legión de los Iluminados estaban Gabriel, el Delegado del
Segundo Distrito; Uriel, el Comandante Supermo; Rafael, el
líder de la Legión de los Iluminados y la Santa Trinidad, Pariel
en su calidad de participante con Ariel y Chitriel como
refuerzos, Rafael y la Santa Trinidad viajaron en el helicóptero
de Pariel con el otro combatiente de ese Distrito, Fenrir.
Por el Círculo del Zodiaco se presentaron Cáncer en su
calidad de Delegada del Distrito I, Capricornio como la
Comandante Suprema, Sagitario como la líder del Círculo,
Tauro como líder Estudiantil, Titán y Libra como participantes,
así como Hermes, Acuario y Piscis en su calidad refuerzos.
El Distrito III por ser el organizador había invitado a toda la
clase política de la circunscripción, el lugar se dividió en tres
partes para evitar confrontaciones, la más grande era la del
Distrito anfitrión, en la sección principal se sentaron los
Delegados con sus consejeros personales, el Regente del Distrito
Comercial con su esposa, que tenía el cargo de su consejera y
guardaespaldas, los Comandantes Supremos de los Tres
Distritos, Argento Riazor, así como los representantes de la
Ciudadela: los Comandantes conocidos como Armagedón y
Apocalipsy, también estaban presentes representantes de la
capital y provincias de Boleria que acudieron previa invitación a
ver el evento y Eloise…, Ragnar había enviado por ella al hotel,
sin duda era la mujer más guapa de esa sección, todos los
caballeros la llenaban de atenciones.
En cuanto llegó Michelle fue abordada por Connor, le contó
lo que había sucedido con Drake y le pidió si tenía tiempo que
probara sus poderes psíquicos en él, esto para que Drake
estuviera lo mejor preparado posible.
"Está bien, pero yo sólo manejo un tipo de energía psíquica,
hay varios."
"Lo sé, pero nada perdemos con intentar, me preocupa
Drake."
"A mi también, pero tengo una mejor idea, trae a Drake y los
veo en el área de los combatientes."
Connor fue por Drake y se encaminaron al área de los
combatientes, se encontraba en la parte lateral de la arena, era
una entrada pequeña, se subían unas escaleras y se llegaba a un
cuarto amplio con un balcón que daba a la arena, al lado del
balcón había otras escaleras para bajar directamente al área de
combate, cuando Michelle llegó ya la estaban esperando.
"Connor, Drake, les presento a mi amigo el Arcángel Rafael."
"Mucho gusto muchachos, he escuchado mucho de ustedes."
"El gusto es nuestro." Contestó Connor.
"Es un honor conocer al líder de La Legión de los
Iluminados." Completó Drake.
"Miren chicos, traje a Rafael porque él puede decir si es que
Drake tiene algún poder psíquico, así no estamos probando ni lo
lastimamos. Rafael... ¿Podrías?"
"Será un placer, acércate Drake."
Rafael tocó la cabeza de Drake y minutos después les dijo el
diagnóstico. "Efectivamente, Drake tiene dos tipos de poder
psíquico pero ninguno es ofensivo, no los puede usar para
atacar, uno lo protege de ataques alucinatorios y de los que
privan los sentidos, pero es vulnerable a los demás ataques,
como los que te causan dolor o los que pueden mover tu cuerpo,
el otro es más poderoso, Drake es una fuente de poder humana,
puede ampliar el rango de alcance y poder de alguien más que
utilice la energía psíquica."
"Eso es lo que queríamos saber, muchas gracias Rafael."
"A sus órdenes chicos."
Drake y Connor se disculparon y retiraron, todavía tenían
cosas que hacer, mientras Michelle acompañaba a Rafael a su
área comentaban acerca de Drake. "Ese chico recién ha
adquirido unas facultades impresionantes."
"Me alegro, de por sí ya era especial."
"Y que lo digas, cuídenlo mucho, hacen falta personas como
él para el movimiento que piensan iniciar."
"Lo sé."
"Hablo en serio, ese chico va a jugar un papel
determinante…"
"Si es así me alegro, Drake siempre sabe que es lo correcto, a
propósito Rafael... ¿Ya pensaste que es lo que vas a hacer
cuando todo inicie?"
"Si, voy a ver como se desarrollan las cosas y entonces
tomaré una decisión."
"¡No juegues conmigo! Eso no es saber que vas a hacer, eso
es darme por mi lado."
"¿Soy bueno verdad?"
"Demasiado."
Cuando llegaron al área destinada a la clase élite del Segundo
Distrito, Michelle se despidió de Rafael dándole un beso en la
mejilla.

Ragnar no sólo era el encargado de la seguridad, también por


ser el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas del Tercer
Distrito sería el anfitrión y árbitro de los encuentros, Athena en
su calidad de líder de los guerreros élite de su Distrito y del
Consejo Estudiantil se convirtió en la anfitriona y recibió a las
personalidades y guerreros de los otros Distritos, cuando iba
camino al lugar en donde se encontraban los participantes se
cruzó con Ragnar, ni siquiera volteó a saludarlo.
"Athena... ¿Que sucede?"
"Nada, sólo que tengo prisa."
"Necesito hablar contigo."
"Yo no tengo nada que decirte ni escucharte."
"¿Por qué? ¿Que pasó?"
"Que ya sé que trabajas para la Ciudadela."
"Eso lo puedes poner entre comillas, desde la guerra no
pongo un pie en ese lugar."
"Me engañaste Ragnar, sólo me sacaste información para
nuestros enemigos."
"Yo nunca te he engañado Athena."
"¿No? Entonces me puedes explicar... ¿Quien es el FILO
número dos?"
"Eso no es engañarte, simplemente no tenia nada que ver con
nuestras pláticas."
"Así lo ves tú, yo lo veo diferente."
"Por favor Athena, necesito saber que hicieron con respecto a
Fenrir, es muy peligroso que esté aquí."
"Por eso no te preocupes, ya está resuelto."
"Dime cómo por favor, no puede haber errores."
"¿Y a ti que te importa si de todas maneras eres neutral?"
"No lo soy desde el momento que he compartido información
contigo, estoy con ustedes y los protegeré mientras pueda, lo
que no he decidido es si voy a pelear."
"Gente que te conoce nos ha advertido sobre ti."
"Es comprensible, ya te había dicho que yo combatí
activamente en la pasada guerra del lado de la Ciudadela, eso
siempre lo supiste, cualquiera que me haya conocido sabe con
quien estuve y mi papel en ese conflicto."
"No lo sé, prometí no decir nada."
"Athena, siempre ha habido confianza entre nosotros, por
favor no me la quites en el momento más decisivo, te juro por
mi espada que no te voy a decepcionar, dime como arreglaron lo
de Fenrir."
"Me estoy jugando la confianza de mis compañeros."
"Lo sé, pero te juro que no hay nada en peligro, yo no soy un
traidor."
"Está bien, Michelle cambió a los participantes de su Distrito,
serán Chitriel y Ariel, su reglamento le da esas facultades."
"¿Y cuando lo harán público?"
"En cuanto inicie el evento."
"¿Sabías que por regla del torneo no puede haber cambios
cinco horas antes del evento?"
"Eso es imposible, el torneo empieza en media hora."
"No lo es, las reglas se las enviaron en secreto a los
Delegados, éstos no se las hicieron llegar a ustedes."
"Todo el plan…"
"No te preocupes, yo me encargo. ¿Quien tiene el documento
original con los fundamentos y motivos del cambio, así como
con la firma autógrafa de Pariel?"
"Yo lo traigo."
"Dámelo."
Elektra dudó, ese documento era demasiado importante.
"Athena no hay tiempo, decide ahora si me lo das o vas y les
dices a todos que su plan falló."
"Ten, confío en ti, por favor no me falles."
"No lo haré."
Ambos se fueron por su lado, Elektra se dirigió al área de los
participantes, ahí la esperaba Caris, dentro estaban Drake, Loki,
Libra, los gemelos, así como Michelle con Chitriel y Ariel, ésta
les había pedido que la acompañaran por si algo sucedía, al
principio no querían estar en el área de los participantes, pero
cuando Pariel les dijo que los gemelos estarían ahí aceptaron.
Arlés, se encontraba en una esquina, traía puesta una gabardina
con capucha que usaban los bérserkers, parecía meditabundo y
no hablaba con nadie, Cástor se había acercado a él pero le dijo
que lo dejara en paz y se colocó la capucha, mencionó que no
quería ser molestado, Loki estaba divertido, su rival estaba
nervioso, eso le convenía.
La líder de la escuela superior del Tercer Distrito y Caris
entraron con los participantes. "¿Están todos listos?" Dijo
Athena. "La presentación será en cualquier momento."
"Listos Elektra… ¿A que hora salimos a la presentación?"
Contestó Michelle.
"En este momento los que quieran, ya los irán nombrando,
Caris se quedará para lo que se necesite."
"¿Por qué Caris? ¿Donde estarás tú?"
"En las tribunas."
"¿Porque ahí?"
"Para reforzar la seguridad."
"¿En que tribunas?"
"No lo sé, en todas supongo."
"Caris... ¿En donde iba a estar Cross?"
"Cuidando las tribunas de su Distrito…"
"¡Aja! Te vas para estar con Cross."
"No, tengo que ver la seguridad."
"Que lo vea alguien más, tu lugar es aquí con los
participantes."
"Yo puedo ir si quieres Elektra." Dijo Caris.
"¡No!" Gritaron Athena y Pariel al mismo tiempo.
"Pues aunque no te guste voy a ir." Dijo Athena.
"No si me interpongo." Le contestó Pariel colocándose en la
puerta.
"Quítate Michelle."
"No."
"Que te quites te digo, además, siempre dices que no te gusta
Cross."
"Y no me gusta, pero tu lugar está aquí con los participantes."
"No seas ridícula."
"¡YA BASTA!"
Todos en la habitación voltearon a ver a quien gritaba, los
que conocían a las chicas sabían que todo el tiempo peleaban
por Cross, los que no, estaban divertidos viendo la escena, pero
el grito de Caris los sorprendió.
"Ya me tienen harta las dos, dejen a Cross en paz, él es mi
prometido ¿entienden? Mi pro-me-ti-do, así que ni se les ocurra
intentar algo porque se las verán con Caribdis, él prometió
casarse conmigo y así va a ser, les sugiero que vayan pensando
en otra persona para que se peleen porque Cross es mío."
Caris salió del área empujando a Elektra y a Michelle que se
encontraban en la puerta, al salir dio un portazo, iba hecha una
furia, las chicas que peleaban estaban perplejas, Elektra habló
para romper el silencio. "¡Que pesada! No era para tanto…"
"Por lo menos ahora no te queda de otra más que
acompañarnos amiga." Le comentó Michelle.
"Supongo que sí, además, ya está empezando la ceremonia,
salgan para que los vean."
Los guerreros participantes salieron a un pequeño balcón para
que los vieran, el público estalló en aplausos, entonces Ragnar
continúo con su papel, Athena estaba demasiado nerviosa, no
quiso decir nada de su encuentro con Ragnar, cuando Pariel le
pidió el documento, dijo que lo había extraviado, Michelle no
pudo hacer una de sus escenas porque todo mundo la estaba
observando, sólo le dio un tremendo pellizco a su amiga.
Ragnar seguía con su discurso. "Ahora vamos a mencionar a
los combatientes de las distintas demarcaciones, por el Primer
Distrito pelearán dos representantes del Círculo del Zodiaco, el
guerrero de Libra y Titán de Géminis, por el Segundo Distrito
pelearán…"
"¡Momento! Gritó Michelle. En mi calidad de representante
de la escuela superior del Distrito II, informo que hemos
cambiado a nuestros combatientes, en vez del FILO número
diez, Fenrir, peleará el Arcángel Ariel y en mi lugar peleará el
Arcángel Chitriel."
Se empezaron a escuchar comentarios por toda la arena,
entonces, el Arcángel Uriel habló: "Disculpa, pero yo no he
recibido ninguna notificación."
Ragnar no dijo nada, al ver eso Athena se quedó fría, Pariel y
Uriel siguieron discutiendo: "Lo estoy notificando ahora."
"Pero la petición lleva un formato."
"Aquí traigo una copia, mi firma autógrafa le da validez."
"Pero hay otra regla, la solicitud se debe presentar cinco
horas antes del evento."
"Eso no es cierto..."
"Si lo es, se le enviaron las reglas a todos los Distritos."
"A mi no me llegó nada…"
"Se les mandó a los Delegados."
Entonces intervino el Delegado del Segundo Distrito: "Es
cierto, aquí tengo las reglas, la solicitud es extemporánea."
Michelle estaba sin habla, todos los miembros de la rebelión
se prepararon para pelear, ya no había marcha atrás, Elektra sólo
veía a Ragnar con ojos de tristeza, en eso, el Comandante del
Tercer Distrito habló: "Si me permites Uriel (entre guerreros del
mismo nivel se hablaban de tú sin mencionar el rango si así lo
decidían), aquí tengo la solicitud original de Pariel, me fue
entregada a tiempo."
"Pero que dices…"
"Aquí está, tiene sello, fecha y hora de recibido."
"Pero tú no sabías…"
"Si lo sabía, pero ya conoces a Pariel, le encanta el
protagonismo y se me adelantó."
"Aún así Ragnar, ni el Distrito II ni la Legión de los
Iluminados aceptan los cambios."
"Lo siento, pero como dijo Pariel, el torneo es de escuelas y
en ese sentido ella es la autoridad en este momento."
"Además tu petición debió presentarse antes de cinco horas."
Dijo Michelle en tono de burla.
Uriel estalló furioso por el comentario de Pariel. "Tú cállate
que serás castigada, aprenderás por la fuerza a ser sumisa, en
cuanto a ti Ragnar, todo queda como estaba… ¿Entendido?"
Ragnar volteó a ver a Uriel y se llevó la mano a la espada.
"Cuida tu tono conmigo Uriel o te corto la lengua, te perdono
sólo por hoy porque soy tu anfitrión, pero espero que muestres
educación y te disculpes conmigo por la manera en que me
acabas de hablar."
Uriel estuvo a punto de aceptar el reto de Ragnar pero
Gabriel lo detuvo. "Supremo Comandante, esto es algo
inesperado y como lo dijo Uriel nosotros no lo aceptamos, pero
las reglas ya están establecidas, todos estuvimos de acuerdo que
usted fuera el árbitro de éste torneo y aceptamos su fallo, le
ofrezco una disculpa a nombre de Uriel y Pariel, espero que la
acepte, ambos son de carácter especial pero su intención jamás
fue ofenderlo, quisiera si es posible que continuemos con el
programa."
"Disculpa aceptada Delegado y le ofrezco también la mía a
Uriel por la forma en que contesté, ahora continuemos..."
Uriel se sentó, pero cruzó una mirada asesina con Ragnar,
como contrapartes que eran se odiaban, ambos eran los máximos
responsables de los ejércitos de sus respectivos Distritos, pero
era más fuerte el odio de Uriel ya que siempre Ragnar lo había
vencido, eso era lo que más le molestaba al Arcángel, el motivo
era que la historia colocaba a su contraparte por encima de él,
todos sabían que aunque en la pasada guerra el pueblo apenas
conoció a Ragnar, en la Ciudadela y los sitios de poder se sabía
que el ahora Comandante del Distrito III fue el gran héroe que
decidió la guerra y no Leviatán, además, durante todo el tiempo
que siguió después del levantamiento, el FILO número dos
había establecido al ejército del Tercer Distrito como el más
poderoso y eso sin contar con un grupo de guerreros élite
reconocidos como El Círculo o La Legión.
Y ahora lo volvía a vencer, eligiendo a los participantes de su
propio Distrito, sin contar que también lo derrotó en educación,
mientras él quedó como un cretino por no disculparse Ragnar
quedó como un caballero, pero Uriel no era el único molesto,
una sombra esperaba el momento oportuno para conversar con
Ragnar quien seguía hablando, mientras, la sombra desapareció,
tenía cosas que hacer.
"Bueno, después de la confusión seguimos con el programa,
sólo imagínense amigos, si así estuvo la presentación... ¡Como
estarán los combates!" El público aplaudió la ocurrencia de
Ragnar y se relajó el ambiente. "Por el Segundo Distrito
pelearán las Arcángeles Chitriel en lugar del FILO número diez,
Fenrir y Ariel en lugar de Pariel, y finalmente por el Distrito III
pelearán el FILO número seis, Loki y Drake Avalon."
Mientras Ragnar hacía los anuncios en el área de los
participantes la discusión estaba al máximo Pariel hablaba con
Athena. "¿Que sucedió ahí Elektra? ¿Tú sabías lo de la regla?"
"No, nadie sabía."
"¿Entonces?"
"Cuando venía para acá me encontré a Ragnar, el me explicó
lo de la regla y me pidió el documento, dijo que él lo arreglaría."
"Pero habíamos dicho que él no era de fiar…"
"Michelle, acaba de salvar la misión."
"Tienes razón, luego discutimos eso."
Mientras las dos amigas seguían hablando Chitriel se acercó a
Michelle. "¿Me permites un momento Pariel?"
"Si, vamos para allá."
Una vez que se alejaron Chitriel empezó a reclamar: "¿Me
podrías decir que es lo que sucede?"
"Lo que escuchaste, sucede que ni Fenrir ni yo vamos a
pelear."
"Eso no me importa, tú bien sabes que si nos hubieran
preguntado Ariel y yo nos hubiéramos ofrecido, lo que me
molesta es que no confíes en mi."
"Tienes razón y me disculpo, ahora voy a confiar en ti, ya me
darás o no la razón y me dirás si hice bien o mal."
"Te escucho."
Michelle le volvió a mentir a su amiga, sabía que ella estaría
a muerte con la Legión por encima de cualquier cosa. "Tú
conoces los lazos de amistad que hemos forjado entre los
estudiantes élite de las tres escuelas, no vamos a permitir que
nos obliguen a destruirnos entre nosotros, este torneo es una
estrategia para debilitarnos y lo sabes bien, te ordenaron firmar
el memo de combate porque Arlés y yo somos los más apegados
a los demás estudiantes."
"¿Entonces me embarcaste a mí para pelear a muerte? ¡Que
buena amiga eres!"
"Escucha lo que te estoy diciendo y luego reclamas, no va a
haber tal combate, al sustituirme tu pelearás con Titán, no
pongas esa cara, solo fingirán, alguien va a poner un escudo
entre ustedes, ninguno de los dos saldrá dañado, sólo tienen que
actuar."
Chitriel volteó a ver a Titán, éste le sonrió y le levantó el
dedo pulgar de su mano derecha. "En eso tienes razón, no quiero
pelear con Titán y no porque le tema, pero… ¿Que va a pasar
con Ariel?"
"Ella tendrá que pelear, mírala…, ni siquiera se ha enterado
de nada, se está besando con Hermes."
"Aún así es nuestra amiga, no es justo…"
"Es que no te he dicho quien será su rival, peleará con
Loki…"
"Genial, odio a ese maldito misógino, será mejor no decirle
nada de esto a Ariel y que haga lo suyo, después la pondremos
al tanto."
"Me parece bien."
Cuando Pariel y Chitriel le comentaron a Ariel el cambio de
los participantes, repondió con un desinteresado “está bien”, de
todas formas ella se hubiera ofrecido a pelear desde un
principio, pero cuando le dijeron quien seria su oponente sonrió.
Mientras tanto, afuera Ragnar estaba anunciando el primer
combate.
"Entonces, para el primer combate solicitamos la presencia
del Arcángel Ariel y el FILO número seis, Loki."
Ambos contrincantes bajaron a la arena del balcón que se
encontraba a seis metros del suelo de un salto, Ragnar explicó
las reglas: "Ariel y Loki, el combate es hasta que uno de los dos
se rinda o ya no pueda combatir, inicien."
Mientras se desarrollaba el combate entre Loki y Ariel, Yago
estaba desplegando a las tropas rebeldes en lugares estratégicos,
eran sólo unos pocos, pero si todo salía como esperaban
causarían un gran daño a la Ciudadela con muy pocas bajas de
su lado o con mucha suerte ninguna, los demás guerreros
estaban ganando posiciones de ataque, Acuario y Piscis en la
zona del Primer Distrito, Brahma y Rhiannon en la zona del
Tercer Distrito, Freya y Athena en la zona del Segundo Distrito,
Cross estaría en las gradas utilizando su escudo de energía pura
para proteger a Chitriel y Titán o Libra y Drake según el caso,
Caris cuidaría a Cross, Hermes y Libra defenderían a Fenrir,
Titán, Pariel y Drake serían apoyo.
En la arena el combate estaba llegando a su final, Loki había
desenfundado a la espada sagrada Arondight, era un báculo de
dos metros de largo, que cuando se desenfundaba se convertía
en una enorme espada cuya hoja se desdoblaba por mitad, por su
parte, Ariel había invocado a su energía natural más poderosa: la
esfinge, un monstruo con cabeza de mujer, cuerpo de león y alas
de ave, ambos se lanzaron al ataque y se golpearon con su
poder, después del primer contacto, Ariel estaba lista para un
segundo ataque, pero en ese momento Loki estaba sangrando y
de rodillas, levantó la mano y dijo: “Me rindo.”
En el palco principal Ragnar señaló al vencedor. "El ganador
del primer combate por rendición del oponente es la Arcángel
Ariel, conocida como el león de Dios.”
Todos los espectadores del Segundo Distrito estaban felices y
lanzaban vivas y cánticos de victoria, en cambio, la gente del
Tercer Distrito estaba sumamente deprimida, se había corrido el
rumor de que su principal guerrero era Loki, el otro, Drake, sólo
iba de adorno, no pertenecía a ningún sitio de poder, ni siquiera
era un bérserker, por otro lado, en el palco principal había
rostros de decepción, Ariel también estaba desilusionada, sabía
que Loki podía dar más pero no le importó, lo que le
correspondía a ella era buscar la victoria, Ragnar siguió en su
papel. "Ahora seguiremos con el siguiente combate, serán…"
Antes de que terminara de hablar Apocalipsy se acercó a él y
le dijo algo al oído, Ragnar lo volteó a ver extrañado. "¿Acaso
se han vuelto locos?"
"Haz lo que se te ordena."
"¿Quien me lo ordena imbécil?"
"Leviatán."
Al escuchar ese nombre Ragnar supuso lo peor, volteó a ver
al lugar de los Comandantes y ya no estaba Armagedón. "¿Con
que el gobernador eh? Está bien, por cierto… ¿A donde se fue tu
novio?"
El comentario hizo enfurecer a Apocalipsy pero no hizo nada,
sólo le respondió a Ragnar sin inmutarse: "Ese no es tu
problema, sólo haz el anuncio."
"Por el tono de tu voz hasta parecería que ya eres hombrecito,
recuerda que tanto aquí como en el campo militar mi rango es
superior al tuyo, ya veremos si te comportas igual cuando te
visite en la Ciudadela."
"Con mucho gusto, todos esperan una visita tuya, será un
honor recibirte."
Apocalipsy se retiró y se sentó en su lugar, ni siquiera volteó
a ver a Ragnar, este hizo el anuncio que le ordenaron. "Amigos
que nos visitan, se me ha informado que ha cambiado el formato
de combate, como la Ciudadela quedó inconforme por la forma
tan ruin y cobarde con la que se retiró Loki, ahora los combates
serán hasta que uno de los combatientes no pueda continuar a
juicio de un médico de la Ciudadela o hasta la muerte."
Nuevamente el cambio generó rumores, Loki al escuchar las
palabras de Ragnar se enfureció y salió del área de los
combatientes, a la salida se cruzó con Armagedón, ninguno de
los dos hizo caso del otro, más adelante una sombra le habló:
"Hiciste bien tu trabajo Loki, serás recompensado."
"Más les vale, me molestó perder a propósito y después aquel
imbécil me dejó en ridículo ante todo el mundo."
"No te preocupes por eso, pronto todo el mundo te
reconocerá, sólo ten paciencia, escogiste el lado correcto, ya
tendrás oportunidad de demostrar tu verdadero poder, a
propósito… ¿Y Fenrir?"
"Sigue adentro, tu criado no le ha quitado el ojo de encima."
"Está bien, por el momento no te necesitaremos, pero
mantente visible."
La sombra dejó a Loki y regresó a su lugar en el palco
principal, el papel de ese misterioso personaje en las afueras de
la Ciudadela era primordial, él era quien movía los hilos de todo
lo que pasaba afuera y a su vez era el enlace entre las plantas
superiores y el área del Cinturón del edificio principal, cuando
escuchó del cambio de combatientes del Distrito II,
inmediatamente cambió las reglas y le dio instrucciones a los
Comandantes de la Ciudadela, después le hizo señas desde su
lugar a Loki para que lo viera a la salida de la habitación de los
peleadores, ahí le ordenó que se dejara vencer, Loki no estuvo
de acuerdo pero acató la orden, la sombra también seguía una
estrategia, si los rebeldes cambiaban los acontecimientos, el
podía cambiar las reglas, lo de Fenrir ya estaba pactado, ni Loki
sabía que Gabriel y Uriel lo ayudarían con su poder psíquico, el
triunfo estaba asegurado, ahora obligaría a los concursantes a
matarse, después, asesinarían a Fenrir y capturarían a Escorpión.
En la arena Ragnar estaba a punto de nombrar a los siguientes
peleadores pero Titán saltó al ruedo. "Si no les importa me
gustaría pelear de una vez, esto del cambio de reglas me puso
nervioso."
Ragnar volteó a ver a los Delegados. "Si los Delegados no
tienen inconveniente…"
Los Delegados se consultaron mutuamente, habló el anfitrión.
"No, no lo tenemos."
"Entonces por lógica me imagino que yo seré tu oponente
guapo." Gritó Chitriel, quien entraba a la arena por las escaleras.
Ragnar continuó: "Para el segundo combate pelearán
representando al Distrito II el Arcángel Chitriel y representando
al Distrito I el Guerrero de Géminis, Titán, recuerden chicos que
la batalla es hasta que uno de los dos no pueda médicamente
continuar o fallezca."
Comenzó el combate, Titán desenfundo su enorme espada
Zweihandler y atacó a Chitriel, cuando estuvieron lo
suficientemente cerca la Arcángel le comentó al mellizo:
"Espero que su plan funcione, no quiero matarte."
"No te preocupes, confío en mi gente."
Inmediatamente después, Titán lanzó un golpe con su
Zweihander, Chitriel lo esquivó, pero la onda de viento que le
siguió la golpeó de lleno en el abdomen, la Arcángel salió
volando, pero no sintió ningún dolor, aterrizó en el pisó y se
tocó la zona golpeada, “ya entiendo” murmuró y se lanzó en
contra de Titán, así comenzó un combate feroz.
En las gradas Cross estaba recibiendo todos los impactos con
su escudo de energía elemental, tenía que concentrarse al
máximo, lo desplegaba milésimas de segundo antes de que el
impacto golpeara a cualquiera de los dos peleadores, Caris
estaba a su lado. "¿Por que saltó Póllux a solicitar pelear?"
"Para proteger a los demás, si algo sale mal tendrá que pelear
a muerte, además, la arena es el lugar más vulnerable donde se
puede ser atacado."
"¿Todos ustedes son así verdad?"
"¿Como?"
"Arriesgan sus vidas para proteger a sus compañeros."
"Así es, a lo largo de nuestra existencia hemos tenido muy
pocos amigos, valoramos a los que tenemos."
Caris tomó la mano de Cross, recordó como había sido su
vida antes de conocerlos. "Te prometo que nadie llegará a ti."
"Lo sé."
El combate entre Titán y Chitriel se seguía desarrollando, era
cruel y espectacular, Cross con la mirada le dijo a Titán que ya
no podía seguir protegiéndolos, en ese momento Titán se acercó
a Chitriel y le susurró: "El próximo ataque es el último, ya no
nos pueden seguir protegiendo, vas a caer y te vas a rendir."
"De ninguna manera, hazlo tú."
"Quisiera bonita, pero si hago eso te van a obligar a matarme
o te acusaran de traición y aquí mismo te destruirán, nosotros te
metimos en esto y nosotros le haremos frente, tú quedarás
liberada."
"Pero no es justo, ustedes tienen razón, nos quieren destruir,
cambiaron las reglas para que nos matemos, ustedes me caen
bien, tú me caes mejor, no quiero hacerles daño."
"Lo sé y ya tendrás la oportunidad de demostrarlo, ahora por
favor haz lo que te digo."
"Está bien."
"A propósito, te va a doler un poco…"
Chitriel no tuvo tiempo de contestar, Titán ya se había puesto
el guante metálico de la mano derecha y había cubierto todo su
brazo con su armadura de acero, golpeó a Chitriel y la explosión
que generó el golpe destrozó el escudo de Cross, alcanzó de
lleno a Chitriel y la estrelló contra el muro, esta alcanzó a liberar
su energía natural, un monstruo llamado Arpía, una criatura que
tenía el rostro y el pecho de una mujer, el resto del cuerpo era de
un águila, eso contuvo el impacto, pero por la fuerza del golpe la
criatura mítica desapareció, Titán se acercó a ella con la
intención de volver a atacarla, Chitriel exclamó: "No puedo más,
me rindo."
Toda la gente de la arena guardó silencio, esperaron el
veredicto del palco, esta vez fue Apocalipsy el que habló: "Eso
no es aceptable, si tiene fuerza para rendirse, tiene fuerza para
seguir peleando, Titán, acaba con ella."
Titán volteó a ver al palco y en específico a Apocalipsy, le
sonrió y contestó: "No, ya se ha rendido, gané el combate."
"Esas no son las reglas, tienes que matarla."
"Esto es lo que pienso de tus reglas."
Titán le mostró el dedo medio a Apocalipsy, este furioso
gritó: "¡Soldados apunten!"
De repente aparecieron militares por todas partes, los
primeros cuatro niveles de todas las secciones de la arena ya se
habían llenado de guerreros de la Ciudadela, se habían estado
movilizando, la gente había sido relegada a los últimos asientos,
entre ellos estaba el dueño del hotel donde trabajaba Eloise,
estaba muerto de miedo y maldiciéndose por no haber vendido
sus boletos, también rodearon a Cross, los palcos donde estaban
los invitados de honor de los tres Distritos fueron respetados,
Apocalipsy volvió a gritar: "Mátala o muere, en tu estado no
aguantaras una ráfaga de disparos de esta magnitud."
Titán le susurró a Chitriel: "Mira preciosa, cuando empiecen
a disparar Athena vendrá por ti."
"¿Y tú?"
"No te preocupes, mi armadura no se romperá, no me harán
ni cosquillas."
Titán nuevamente volteó a ver a Apocalipsy, guardó su
Zweihander en la funda que traía en su espalda y enfrente de él
se colocó el guante del brazo izquierdo, éstos se abrían por la
mitad y se abrochaban lateralmente, el gemelo mayor los
guardaba en un par de fundas que tenía en los costados a la
altura de los muslos, entonces, le gritó al Comandante del
ejército de la Ciudadela: "¿Te dices Comandante y me gritas
desde lo alto? Haz lo que quieras maldito cobarde, no te tengo
miedo."
Apocalipsy se puso rojo del coraje, ese mal nacido infante lo
estaba insultando enfrente de todo mundo, a él, que estaba en lo
más alto de la clase que dominaba al estado, entonces gritó:
"¡Fuego!"
En ese momento empezó todo, Athena bajó y protegió a
Chitriel, Cástor lanzó a Michelle del palco de combate a la parte
de las gradas asignadas al Distrito II para que ocupara el lugar
de Elektra y junto con Freya, arrasaron a todos los soldados de
esa zona, Titán corrió hacia Apocalipsy en un claro reto, ni
siquiera había activado su máxima armadura, con su armadura
natural la metralla no le hacía ni cosquillas, Apocalipsy aceptó
el reto y bajó a la arena, Dorian quiso bajar a pelear pero Riazor
lo detuvo y ambos se retiraron. Mientras, en las zonas de los
Distritos I y III pasaba lo mismo que en la del II, Acuario y
Piscis en el sector del Primer Distrito, así como Brahma y
Rhiannon en el del Tercer Distrito, arrasaron con el ejército.
Al mismo tiempo, en la zona de los contendientes, los
militares volaron la puerta de la entrada, apareció Armagedón y
preguntó al lacayo que estaba sirviendo a los peleadores en
donde estaba Fenrir, éste señaló a un sujeto que estaba sentado
en una esquina con una capucha en la cabeza, Armagedón lo
levantó, en cuanto vio su rostro supo que no era Fenrir, estaba
inconsciente, al sacudirlo este despertó y se reportó como un
soldado, dijo que lo habían golpeado y no supo más, Armagedón
le rompió el cuello, después preguntó al lacayo que había
pasado, él le aseguró que ese era Fenrir, lo vio personalmente
cuando entró, tenía la capucha abajo, después no le quitó el ojo
de encima, estaba tan conmocionado como el Comandante, no
entendía cómo lo habían engañado, Armagedón también lo
mató, en la habitación sólo quedaban él, sus soldados, Hermes y
Libra.
"Ustedes van a explicarme que pasó aquí."
Hermes con el cinismo que lo caracterizaba le respondió:
"¿Que explicación es la que quieres?"
"Que me digan en donde esta Fenrir."
"No lo sé."
"¿Cómo que no lo sabes?"
"Ese no era mi trabajo, me imagino que era el de esos pobres
infelices que acabas de matar."
"Considérense arrestados, ya veremos si después de una
sesión de tortura conmigo no hablan…"
"Tu respuesta suena lógica y hasta contundente, ya me dio un
poco de temor, sólo tengo una pequeña pregunta. ¿Quien va a
ser el imbécil que se atreva a arrestarme? ¿Acaso serás tú?"
Castor señalaba a Libra.
"De ninguna manera, el loco eres tú, no yo, me imagino que
el imbécil ha de ser ese viejo y sus soldaditos." Contestó Brach.
"Entiendo… ¿Que te parece si yo me encargo del viejo y tú
de los soldados?"
"Te diría que no es justo, pero no tiene caso discutir contigo."
Armagedón estaba furioso, esos chicos hablaban como si él
no estuviera ahí, atacó a Libra que era el rival más cercano,
costoso error, Hermes se le acercó a una velocidad
impresionante y lo golpeó en el rostro, el impacto lo derribó.
"Te dije que tu rival era yo."
Inmediatamente después Libra atacó a los soldados, estos
estaban muertos de miedo y huyeron, ahora los rivales eran uno
contra dos…

En la arena Apocalipsy y Titán empezaron a pelear, el


primero se empezó a desesperar, su rival no tenía un punto débil
para ser atacado, mientras, en las tribunas, Caribdis arrasó con
todos los soldados en segundos, Apocalipsy vio a Cross y
recordó sus órdenes: capturar a Escorpión y matar a Fenrir, no
iba a permitir que sólo su compañero tuviera éxito y se llevara
todo el crédito, dejó el combate con Titán y se fue tras
Escorpión, Caris ya lo esperaba.
Antes de que Apocalipsy llegara hasta donde se encontraba
Cross se escuchó un estruendo, venía del área de los
combatientes, un enorme cuerpo rompió el balcón y aterrizó de
espaldas en el piso, era Armagedón y estaba sangrando, se veía
herido, antes de que Apocalipsy pudiera reaccionar sintió un
golpe en el rostro, su cuerpo se llenó de un dolor insoportable,
nunca nadie lo había golpeado así, ese impacto lo había
lesionado, desde el suelo sólo escucho la voz de Titán. "Nunca
te descuides en un combate viejo."
Armagedon y Apocalipsy comprendieron su situación, era un
hecho que la misión había fallado rotundamente, ahora lo que
tenían que hacer era salvar sus vidas, ambos lo entendieron y
sacaron su máximo poder, los dos Comandantes manejaban
energía natural y de la más peligrosa: controladora de bestias
míticas. Armagedón convocó a la hydra, una gigantesca
serpiente con seis cabezas y Apocalipsy a la naga, otra
monstruosa serpiente de siete cabezas controladora del elemento
agua, ambos embistieron en contra de Cross, Athena gritó,
cuando todo pasó, había un boquete enorme en las gradas, ni
rastro de Cross o Caris, Titán empezó a quitar escombros con
una gran velocidad y furia, casi llegando a la locura, todos los
guerreros estaban con el alma en un hilo pendientes de lo que
sucedía, enseguida Hermes lo apoyó y gritó: "¡Aquí están!"
Caris estaba semi noqueada abrazando a Escorpión, tenía
heridas pero ninguna de consideración, Cross no tenía ni un solo
rasguño, Hermes preguntó: "¿Estas bien Caris?"
Caribdis todavía tenía los ojos de color violeta claro. "Claro
que estoy bien idiota. ¿Crees que ese ataque tan simple me iba a
hacer algo? Sólo porque tenía que proteger a este debilucho, si
no hubiera matado yo sola a esos dos imbéciles."
Hermes sonrió ya conocía la doble personalidad de Caris,
esta seguía en el suelo con Escorpión en su regazo, Cross le
tomó el brazo. "Gracias Caris."
"Cuando quieras guapo."
Caribdis intentó besar a Cross pero un leve choque eléctrico
se lo impidió, era Pariel. "Ni lo sueñes querida, es todo por hoy,
llama a Kharynna."
Antes de que Caribdis reaccionara Athena ya había levantado
a Cross, la FILO número uno con voz de fastidio sólo le quedó
comentar: "Está bien, por hoy ustedes ganan, pero lo volveré a
intentar…"
"Y te volveremos a detener." Respondieron las dos amigas al
mismo tiempo.
Caris volvió a tomar el control de su cuerpo, sus ojos
volvieron a su natural color café claro, el combate en la arena
había sido una victoria total con un número limitado de civiles
heridos, Tauro en la zona del Distrito I, Rafael y Ariel en la del
Distrito II y Elektra en la del Distrito III protegieron y
desalojaron a los espectadores, mientras tanto, afuera, cuando
se retiraba lo que quedaba del ejército de la Ciudadela, éstos
fueron emboscados por los hombres de Fenrir con la ayuda de
Drake quien destrozó al ochenta por ciento de los enemigos, la
victoria fue total, todos se retiraron al punto de encuentro a sacar
conclusiones.
Arlés antes que nadie iba camino a la fortaleza, la idea de
Cross para sacarlo del área de los combatientes había sido un
éxito, todo se desarrolló durante la discusión Elektra-Michelle-
Caris, eso fue puro teatro, mientras todos veían como esas
preciosuras se peleaban, Arlés salió por una puerta falsa que
habían construido la noche anterior, abajo ya lo esperaba Yago
con un soldado desmayado vestido con su mismo atuendo, todo
lo que hizo fue pasárselo a Cástor quien lo sentó en donde él
estaba y huir, lo curioso es que esta idea se le ocurrió a Cross
derivado de una situación real, la discusión se llevaba a cabo en
el departamento de Elektra entre ésta y Michelle, Caris, harta de
las discusiones y de que nunca la tomaban en cuenta explotó,
Cross lo escuchó todo y abrió la puerta, Caris se puso roja de la
vergüenza y corrió a su habitación, mientras, Cross les decía a
las otras dos chicas: “Ya sé como vamos a sacar a Arlés de la
arena.” Todo había salido de acuerdo al plan, aunque sólo era el
inicio, ahora todos serían perseguidos como criminales, Arlés
tenía puntos de reunión en la totalidad de los barrios de los cinco
Distritos, su supervivencia estaba asegurada.
CAPÍTULO 10
ANTES DE LA BATALLA

Cuando empezó el pandemónium en las gradas, Ragnar


inmediatamente se puso al lado de Eloise, en el momento en que
todos los invitados empezaron a irse él hizo lo mismo, la tomó
de la mano para llevársela de ahí.
"Perdón Eloise."
"¿Porque?"
"Por ponerte en esta situación, este lugar es peligroso."
"No te preocupes... ¿Que lugar no lo es? Además, vengo
contigo, nada me pasará."
Ragnar llevó a Eloise entre las calles, todos los vehículos
oficiales habían sido ocupados, tendría que llevarla a su hogar a
pie, iban rumbo al pequeño hotel cuando escucharon que alguien
llamaba a Eloise. "¿Querida?"
Tanto Ragnar como Eloise voltearon, ambos conocían esa
voz y al hombre, se trataba de Gunther Kopp, el esposo de
Eloise, el hombre por el que habían abandonado a Ragnar hace
veintidós años, era el Capitán de un grupo militar especial del
Tercer Distrito y estaba patrullando las calles, cuando Ragnar lo
vio sintió un miedo muy profundo, más del que haya sentido en
toda su vida, pero el miedo no era hacia Gunther, era a que se
repitiera la historia del pasado.
Gunther era alto, fornido y bien parecido, pero una fea
cicatriz le cruzaba el rostro, aún así las mujeres lo perseguían,
cuando vio a Eloise con Ragnar se le calentó la sangre, se la
quitaría a cualquier costo. "Eloise, gracias a Dios que te
encuentro, llevo tiempo buscándote."
"Que raro, sigo viviendo en el madito barrio en donde me
dejaste, siempre que me has buscado me has encontrado."
"Si pero no vives en la misma casa, te buscaba para decirte
que ya no te preocuparas por nada, ahora puedo darte un lugar
digno para vivir, por eso me había desaparecido, por la pena de
no poder sacarte adelante, pero ahora será diferente, por favor,
ven conmigo."
Ragnar no dijo nada, estaba helado, lo único que se repetía
era <cálmate, pasará lo que tenga que pasar>, pero sus manos
temblaban, Gunther lo veía y se regocijaba. "Por favor Eloise,
tenemos una historia juntos, quizá no sea la mejor ni la más
hermosa, pero es nuestra, siempre nos hemos amado y sé que
eso no ha cambiado, ven conmigo, yo te amo y te necesito."
Eloise dejó a Ragnar, ni siquiera le dedicó una palabra, sólo
se alejó de él, algo tenía Gunther que siempre lograba
convencerla, esa era su historia, después de abandonarla
descubría que no podía vivir sin ella y la volvía a buscar, le
pedía perdón, le lloraba y suplicaba que lo admitiera
nuevamente, que ya había cambiado, al final Eloise siempre
cedía, también lo amaba. Ragnar sintió que su alma moría.
Cuando Eloise estuvo cerca de Gunther le tomó el rostro, lo
acercó hacia ella y le dijo: "Tú ya no significas nada para mí, te
dejé de amar desde hace mucho tiempo, no quiero volver a
verte."
Eloise regresó con Ragnar, lo tomó del brazo y le susurró
“vámonos”, después, volteó a ver a Gunther, con la mirada triste
se despidió. "Adiós para siempre."
Gunther estaba desesperado, por ningún motivo pensaba
dejar que el maldito de Ragnar se llevara a su esposa. "Por
favor, no había ido por ti a causa de Astrid, me amenazó con
matarme si me volvía a acercar a ti, no es que le tema pero es
nuestra hija y yo sería incapaz de lastimarla."
"Lo lamento Gunther, entiende, esto es el final, lo siento pero
tendrás que vivir sin mi."
Gunther se puso como loco, empezó primero a rogar, después
a maldecir, retó a Ragnar a un combate a muerte. "Vamos
infeliz, regresa y demuestra que eres hombre."
Ragnar apoyó la mano en su espada, estaba a punto de atacar
a Gunther pero Eloise lo detuvo. "Por favor, vámonos, no vale la
pena."
Ragnar sólo le sonrió a Gunther y siguió su camino, este
estaba hecho una furia, ordenó a sus hombres que lo atacaran
pero ninguno le hizo caso, conocían a Ragnar y sabían que
atacarlo era sentencia a una segura muerte horrible, Gunther
desesperado seguía gritando: "Maldito Ragnar, que el diablo te
lleve, te juro que no serás feliz, antes voy a matar a Eloise...
¿Me escuchas? La voy a matar."
Ragnar estuvo a punto de regresarse, pero vio a una persona
detrás del provocador y prefirió seguir su camino, por su parte,
Gunther ya casi sin voz, sólo seguía murmurando: “Voy a matar
a Eloise.”
De repente, escuchó que alguien aplaudía detrás de él, cuando
volteó reconoció a la chica de los aplausos. "Hola papá, gusto en
verte. ¿Me podrías por favor repetir a quien vas a matar?"
A pesar de su gran estatura, Astrid se veía pequeña al lado de
su padre. "Hola hija, también me da gusto verte. ¿Como quieres
que te llame? ¿Astrid? ¿O quizá Freya?"
"Como quieras, de todas formas te voy a matar…"
Al escuchar las palabras de su hija el Capitán de las fuerzas
especiales no pudo menos que sonreír, la niña que nunca quiso,
a quien siempre consideró inferior ahora estaba por encima de él
y lo iba a matar, las circunstancias que llevaron a ambos a esa
situación fueron única y exclusivamente responsabilidad de
Gunther, este lo sabía pero no le importaba.
El Capitán del grupo especial tenía enfrente a su hija, él sabía
que Astrid se había convertido en un FILO, cuando se enteró la
fue a buscar, ésta lo rechazó, primero le dijo que no sólo era un
FILO, también era la heredera de la fortuna De Grieff y que él
jamás vería un solo centavo de su herencia, después le advirtió
que nunca más se acercara a ella o a su madre bajo amenaza de
matarlo, con Gunnar fue menos afortunado, éste lo hirió tan sólo
de verlo, era inútil siquiera razonar con el.
"Tranquila hija, soy un Capitán del ejército del Tercer
Distrito, si me tocas te convertirás en una criminal y prófuga de
la ley."
"Eso ya lo soy Gunther, por si no te diste cuenta hoy inició la
revolución y soy parte de ella."
"Da igual, nosotros teníamos órdenes de vigilancia y no de
ataque."
"No interesa, serás una estadística más, una desafortunada
muerte colateral en el conflicto."
"Espera, soy tu padre."
"Que quiere matar a mi madre."
"Eso sólo lo dije por despecho, jamás sería capaz de matarla."
"Pero si de lastimarla... ¿O no?"
"Mira Astrid, yo sé que nunca te demostré que te quise, pero
sigues siendo mi hija, no me estoy acobardando, esta unidad es
especial y aunque poseas una espada sagrada sigues siendo sólo
una mujer con un arma, mi equipo consta de veinte soldados
especializados en el combate y asesinato, es tu última
oportunidad de irte."
Freya sonrió, su padre seguía siendo el mismo de siempre,
quizá con la edad se había vuelto un poco más cretino, pero no
valía la pena matarlo, su madre le había contado su historia con
Ragnar, si Eloise se iba con el Supremo Comandante las
posibilidades de Gunther para acercarse a ella eran de cero,
decidió irse.
"Tienes razón padre, mejor me voy, es imposible que puedas
llegar a mi madre si la está cuidando Ragnar, yo conocí a mi
familia materna y están muy por encima de ti, a su lado no eres
más que un insecto sin importancia, yo ya ni siquiera llevo tu
apellido, soy una De Grieff, al igual que mi madre que es una
princesa, tú sólo eres un maldito suertudo que se cruzó en su
camino, no vales nada, ni siquiera que yo te mate, alguien más
lo hará y después nadie se acordará de ti, nadie lamentará el que
te hayas ido, adiós Gunther y vete al diablo."
Gunther en toda su vida jamás soportó el que lo hicieran
menos, era demasiado orgulloso, por eso odiaba a todos los que
lo vencieron o estaban por encima de él, odiaba a Surt, a Ragnar
y a Gunnar, Astrid le era indiferente, pero cuando se enteró que
ella era un FILO por primera vez en su vida sintió orgullo,
aunque era mujer llevaba su sangre, en cuanto a Eloise,
ciertamente todavía la amaba, solamente que siempre se sintió
pequeño a su lado, por eso la golpeaba y humillaba, para
demostrarse que estaba por encima de ella, llorando del coraje le
gritó a su hija: "Podrás decir lo que quieras, podrás cambiar tu
apellido, pero no puedes cambiarte la sangre, eres y siempre
serás una Kopp, llevarás mi sangre pobre, humilde y maldita por
lo que te resta de vida."
"No importa, yo puedo vivir con eso, tu vivirás sabiendo que
eres un maldito mediocre y que dejaste ir la oportunidad de ser
feliz con la mejor mujer del mundo por tu complejo de
inferioridad, será mejor que te alejes de nosotros Gunther,
siempre te negaremos, nos avergüenza decir estamos
emparentadas con un pobre diablo como tú, es más, creo que
desde ahora llamaré papá a Ragnar, es el mejor guerrero que se
conoce y dará más grandeza a mi familia, los De Grieff."
Gunther no lo soportó más, lo estaban humillando enfrente de
sus hombres, tomó su espada y ejecutó su ataque especial, por el
que lo llamaban “el puño asesino”, Freya eludió el ataque con
facilidad, de entre todos los FILOS ella era la más rápida,
desenfundó su espada sagrada y cortó el brazo derecho de su
padre, ni siquiera entro en modo FILO, el Capitán de las fuerzas
especiales cayó de rodillas.
"Felicidades hija, acabas de terminar con la vida de tu padre."
"Yo no lo hice, fuiste tú el que me atacó a matar con ese
poder, ahora por primera vez en tu vida toma responsabilidad de
tus actos." Después gritó viendo a la unidad de su padre. "Si
alguien se atreve a atacarme no seré tan benevolente, ustedes no
son mi familia así que mataré a quien se me ponga enfrente."
Cuando Freya se fue ningún soldado se atrevió a mirarla
siquiera, sabían que si ella quería los podría haber matado a
todos en ese momento, después tomaron a su Capitán junto con
su extremidad cercenada y se encaminaron al hospital.

Cuando Apocalipsy y Armagedón regresaron a la Ciudadela,


inmediatamente se reportaron con su jefe Juggernaut en el área
del Cinturón del edificio principal, a pesar de ser dos gigantes de
más de dos metros de altura se veían pequeños ante el máximo
Comandante, le temían cuando se enojaba.
"¿Quien de los dos imbéciles va a explicarme lo que
sucedió?"
Ninguno de los dos se atrevía a hablar.
"Será mejor que empecen a dar una explicación o ambos
pasarán el resto de su vida en prisión."
Apocalipsy habló: "Fuimos emboscados jefe, tenían todos
nuestros movimientos bien estudiados, nos anticiparon
completamente."
"¿Cómo fue eso posible?"
"No lo sé, simplemente nos superaron en el terreno
estratégico, no hay ninguna excusa, su planteamiento fue
impecable, sabían lo que haríamos, cuando lo haríamos y como
lo haríamos, estoy seguro que hasta ellos nos fueron llevando de
la mano poco a poco sin nosotros saberlo…"
"Pero falta una variable que no estas considerando
compañero." Esta vez fue Armagedón quien intervino.
"¿Cual es?" Preguntó Juggernaut.
"Ragnar. Aunque no es excusa, pero él autorizó el cambio de
los peladores del Distrito II, lo que permitió al enemigo tomar
sus posiciones estratégicas, era un simple tecnicismo pero el
pudo haberlo resuelto a nuestro favor, estoy seguro que si así
hubiera sido los sorprendidos hubieran sido ellos y quizá el
curso de la batalla hubiera sido otro, Pariel estaba desesperada
porque su solicitud estaba siendo desechada, pero entonces
Ragnar se la concedió…"
"Ya nos encargaremos de eso… ¿Saben quienes son los
rebeldes?"
Apocalipsy continuó: "En la arena pelearon contra nosotros
Titán de Géminis, el FILO número uno, Caribdis y el FILO
número siete, Escorpión, aunque por alguna extraña razón a éste
se le veía débil, no participó en el combate, más bien lo
protegían, había muchos más guerreros pero no pude percatarme
de quienes eran, en esos momentos yo estaba peleando con
Titán, Armagedón por otro lado incluye en la lista de rebeldes al
otro guerrero de Géminis, Hermes y a Libra; a ellos es
obligatorio sumar al Arcángel Pariel."
"Por lo visto nuevamente el Círculo tiene que ver otra vez en
la revuelta, Piscis y Acuario fueron quienes arrasaron con
nuestras tropas en la sección del Primer Distrito de la arena."
Completó Juggernaut.
"¿Atacaremos el Círculo?" Preguntó Apocalipsy.
A ninguno de los Comandantes le apetecía la idea,
seguramente a uno de ellos le correspondería esa misión y era
prácticamente un suicidio, los guerreros más fuertes del Círculo
eran más poderosos que los tres hombres que conversaban en
ese momento.
"Por el momento no, es muy complicado y además debemos
saber cual es su postura oficial y las medidas que tomarán, de
eso se está encargando Leviatán, lo que más me intriga de todo
esto es que aunque hayan derrotado a nuestras tropas ustedes
dos fueron derrotados muy fácilmente…"
Ambos estaban avergonzados. Apocalipsy habló: "Jefe, creo
que hemos subestimado a esos chicos, podría decirte que
tuvieron suerte y que a la próxima los acabaría a todos, pero la
verdad es que Titán fue un digno adversario, después de una
terrible batalla con Chitriel se defendió de mis ataques como si
estuviera sin heridas, Armagedón dice que Hermes no le
demostró todo su potencial y pudo herirlo, en cuanto a Libra,
todos aquí sabemos de lo que es capaz, él solo nos puede
derrotar a los dos, no lo teníamos contemplado con los rebeldes,
para pelear contra ellos necesitaremos esforzarnos al máximo y
estoy convencido de que no podremos con más de uno, si nos
atacan en parejas creo que nos matarán, además, por la forma en
que nuestro pequeño ejército fue arrasado significa que el nivel
de los demás es parecido al de los que calibramos, ni siquiera
pudimos ver el real nivel de Loki y Ariel, esa pelea fue una
burla…"
"No seas idiota, es imposible que esos chiquillos estén al
nivel de los antiguos guerreros, tú solo podías hasta con tres de
ellos, posiblemente te estás haciendo viejo, tal vez sea necesario
reemplazarte."
Las palabras de Juggernaut no dolieron a Apocalipsy en lo
más mínimo, sabía que si se enfrentaba él solo a más de dos
guerreros su vida no valdría nada, necesitaban una estrategia,
sólo se atrevió a decir: "Esa es únicamente una opinión señor,
haré lo que se me ordene."
"Por supuesto que lo harás, ahora lárguense los dos, su
presencia me enferma."
Una vez que sus Comandantes se retiraron, Juggernaut fue a
ver a Leviatán.
¿Como estuvo todo?"
"Mal, al parecer nuestros peores temores han sido
superados."
"Eso quiere decir que…"
"Tendremos que intervenir, pero no sólo eso, a diferencia de
la revuelta pasada ellos cuentan con un estratega bastante bueno,
necesitamos urgentemente a Ragnar, si no los frenamos ya, esto
se va a complicar."
"Lo mandaré llamar, pero ni nosotros sabemos si vendrá."
"Entonces deberá morir."
"El problema es que no tenemos ahora la gente para cazar a
Ragnar y frenar la rebelión, si fracasamos y cambia de bando
podríamos perder. Prefiero por el momento dejar a Ragnar
haciendo lo que se le de la gana que pelar contra él."
"También está el problema de que al parecer esta generación
es mejor que la anterior…"
"Tienen más integrantes que no participaron en la revuelta
pasada, guerreros que históricamente a través de los tiempos han
sido demasiado poderosos y que es muy raro que se encuentren
en una misma época, como los chicos de Géminis, el Escorpión
y los FILOS números uno y doce, los cinco son sumamente
peligrosos y sólo uno está de nuestro lado."
"Eso sin contar al peor de todos, Libra esta con ellos."
"Si, para nosotros de todos esos chiquillos ese es el guerrero
realmente peligroso, en un duelo uno a uno es el único de los
rebeldes que tiene la capacidad de matarnos, prepárate para
intervenir, iré a ver a los jefes a la planta superior, alista al
ejército para una aniquilación total."
Leviatán se dirigió a los pisos superiores del edificio, pocas
veces lo había hecho, no le gustaba estar ahí, lo intimidaban los
tipos que controlaban todo en Arcadia, generalmente tenía
contacto con ellos por medio de un comunicador o por un
intermediario, cuando llegó a la sala de juntas solo había dos de
ellos y no los tres que solían estar, sólo estaban Odín, quien se
encargaba de la Ciudadela y los cinco Distritos y Zeus, que
gobernaba la parte del Cinturón, ambos eran los jefes inmediatos
de Leviatán, por ser el Gobernador de Arcadia le rendía cuentas
a Odín y por ser residente del Cinturón a Zeus.
"Buenas tardes mis señores."
"Leviatán... ¿Que noticias nos traes?" Preguntó Zeus.
"Necesitamos a Ragnar, Juggernaut se está poniendo en
contacto con Chronos para que su gente lo localice y le informen
su inminente regreso."
¿Y va a regresar?"
"Lo ignoro, pero sus actitudes de los últimos años indican
que no."
"Entonces mátalo, es demasiado peligroso, conoce muchos de
nuestros secretos, si se une al enemigo podría ser una catástrofe,
ellos tienen ya un par de estrategas tan buenos como Ragnar, si
él se les une serán imparables."
"Y se pone peor, Libra esta con los rebeldes."
"Eso es inaceptable, debemos detener esto, se nos ha ido de
las manos. Sin embargo, no todo está perdido, hace más de un
siglo que no se despertaban todos los integrantes del Círculo del
Zodiaco… ¿Sabes lo que eso significa?"
"No señor."
"Que la guerra es inminente, pero no contra nosotros, sino
con sus enemigos más antiguos."
"La Legión de los Iluminados."
"Así es, a lo largo de los siglos sólo cuando hay guerra entre
esos dos malditos lugares despiertan todos sus miembros."
"Eso quiere decir que los Arcángeles…"
"Seguramente si, con sus fuerzas actuales serían barridos por
el Círculo, pero si llegan los refuerzos se igualaría el poder, todo
depende de Miguel, es un gran riesgo despertar a sus guerreros
faltantes… Al final, ese no es nuestro problema, si se matan
entre ellos mejor para nosotros. Volviendo a lo nuestro. ¿Tienes
la lista de los rebeldes?"
"Por el Segundo Distrito están Fenrir y de la Legión de los
Iluminados el Arcángel Pariel, por el Círculo del Zodiaco están
Hermes y Titán de Géminis, Libra, Escorpión, Acuario y Piscis,
por el Tercer Distrito están los FILOS Athena, Caribdis, Freya y
Brahma." (Rhiannon y Drake, al no ser guerreros reconocidos ni
tener rango alguno no fueron tomados en cuenta, se les
considera dentro del grueso de los integrantes de la resistencia).
Al repasar la lista Odín y Zeus identificaron a los más
peligrosos, finalmente habló Odín: "Leviatán, es imprescindible
que mates a Fenrir, él es quien lo inició todo, es el estratega y
quien mueve los hilos en todos los Distritos."
"Me habían dicho que también Escorpión, era peligroso…"
"El es el peor de todos, es el líder de la resistencia, lo quiero
de ser posible vivo, aunque esto ya se volvió demasiado
peligroso si lo controlamos a él controlamos el movimiento, si lo
matamos, puede surgir otro líder y la motivación será peligrosa,
nos sirve más vivo, pero si ves que la situación se te va de las
manos, mátalo".
"¿Vamos a repetir las técnicas de la guerra pasada?"
"Así es, entre los rebeldes no hay ningún veterano, no van a
saber ni quien les pegó, reúne tu ejército y arrásalos, pero tengo
un favor que pedirte…"
"Dígame señor."
"Necesito que me traigas vivas a Athena y a Pariel, si debes
decidir, me conformo con Athena, lleva contigo a los FILOS
tres, cinco y seis, Cerberus, Siegfried y Loki, quiero una
aniquilación total, también enviaremos al FILO número doce,
Lilith, ella hará prácticamente todo el trabajo sucio, ustedes sólo
limpiarán los restos, esos pobres están viviendo sus últimas hora
de vida y no lo saben."
"Esperaré a se reporten conmigo para darles instrucciones."
"Sólo un consejo, deja que Cerberus se encargue de Lilith, no
intentes razonar con ella, su misión ya le fue encomendada."
"Eso es peligroso señor. ¿Algún motivo en especial?"
"Si, salvar su vida Gobernador, usted es más poderoso que
cualquier FILO, pero este es especial, Lilith podría matarlo...
¿Entendió?"
"Si señor, con su permiso me retiro."
Al salir Leviatán de la reunión llamó a Juggernaut para
informarle que ambos partirían junto con el ejército para
participar en el operativo, estaba emocionado, por primera vez
en muchos años volvería a utilizar la espada más poderosa de
todas: Thyrfing, “la espada maldita”, pero antes tendría una
plática con los tres Delegados.

Los rebeldes se reunieron en la fortaleza de Arlés, sabían que


la victoria había sido suya en el comienzo de la guerra con la
Ciudadela, pero esto apenas iniciaba, la última en llegar fue
Freya, lo hizo hasta la madrugada del día siguiente, una vez que
estuvieron todos juntos se reunieron para planear su siguiente
estrategia.
Fenrir – "Todo camina conforme a nuestros planes, ahora
inicia la segunda parte del plan de batalla, vendrán por nosotros
para exterminarnos, deberemos pelear contra sus principales
guerreros, el éxito de la batalla se definirá por quien pierda a sus
dirigentes."
Acuario – "¿Y cual es ese segundo plan de batalla?"
Fenrir – "Tenemos información cien por ciento confiable de
que pretenden acabarnos como lo hicieron con los rebeldes de
hace diecinueve años, en esa ocasión salió a combatir el futuro
Gobernador de Arcadia: Leviatán, nos dijeron que es el portador
de una espada sagrada: Thyrfing, la más poderosa de todas, al
parecer es el FILO supremo…"
Acuario- "¿Estas seguro? Thyrfing no es más que una
leyenda."
"Espero estar equivocado, pero lo que no es una leyenda es
que hace diecinueve años Leviatán cazó y aniquiló a todos los
líderes de la resistencia en menos de tres días, su poder al
parecer está por encima de cualquiera de nosotros."
Libra – "Yo lo enfrentaré."
Fenrir – "Tú sólo no podrás, necesitarás ayuda."
Libra – "Puedo solo, pero si es obligatorio me gustaría que
fuera Escorpión, sin embargo, es muy arriesgada la misión para
que me acompañe, por lo tanto, estaría bien que vaya conmigo
cualquiera de los FILOS femeninos."
Escorpión – "De ninguna manera, no voy a ser su líder detrás
de las líneas de defensa, yo voy a pelear al frente, iré con Libra."
Fenrir – "Lo siento Escorpión, pero eso es imposible, Libra
tiene razón, es demasiado peligroso. Eres quien nos dirige, no
podemos perderte en la primer batalla."
Escorpión – "Y lo vas a sentir más amigo, pero como lo has
dicho, el líder es tu servidor, agradezco tu “recomendación”
pero quien tiene la última palabra soy yo, en eso hubieran
pensado al elegirme, ahora no hay vuelta atrás, o estableces una
estrategia acorde a lo que te solicito o tomo tu lugar como
Comandante y estratega, tú eliges."
Fenrir – "Esto no se trata de lo que deseas hacer o de tus
caprichos Cross, al aceptar la responsabilidad de dirigirnos
también debes comprender tus obligaciones para con la causa, es
una negligencia total el exponerte en la primer batalla."
Piscis – "Tranquilos muchachos, Fenrir, comparto tu punto de
vista, pero no podemos tratar a Escorpión como a un inválido,
créeme, para superar las pruebas del Círculo se necesita tener un
gran poder y Escorpión lo logró sin la ayuda de Antares, en este
momento todos necesitamos defendernos del enemigo más
fuerte, ese es Leviatán, yo en lo personal creo que Libra puede
solo con él, pero si hay algún imprevisto, a mi consideración el
único capaz de seguir con la batalla y salir victorioso es
Escorpión, yo creo en él y sé que peleando al lado de Libra no
hay enemigo en Arcadia que pueda derrotarlos."
Fenrir – "Está bien, no voy a discutir más este asunto, al final
todos vamos a pelear en la primer batalla puesto que no tenemos
suficientes tropas, pero quiero que quede algo en claro, mi
estrategia se basa en zonas, la primer batalla va a ser aquí, en el
Segundo Distrito, en el área residencial de preferencia, es en
donde menos daño se causará a la población, una sola casa
modesta del área residencial equivale cuando menos a veinte de
la zona pobre, voy a colocar a Escorpión en donde según los
reportes que tenemos seremos atacados por Leviatán, en caso de
que ataque por otro lado, no podrás moverte porque dejarás
desprotegidos a tus compañeros causando una caída de todos
tipo efecto dominó... ¿Estamos?"
Escorpión – "En ese aspecto quien manda eres tú, establece
nuestra defensa, todos haremos lo mejor que podamos."
Fenrir – "Tengo reportes de que enviarán diez mil efectivos
en regimientos de troopers y elementors, habrá un bérserker por
cada cien soldados, es decir cien, además, utilizarán a todos los
guerreros élite que tienen, es decir a los FILOS tres, cinco y
seis."
Athena se levantó – "Eso quiere decir…"
Fenrir – "Si Elektra, nuestro amigo Dorian va a pelear contra
nosotros, así como el hermano de Freya y Siegfried."
Freya – "Fenrir de ser posible quisiera…"
Fenrir – "Lo sé, te pondré lo más separada que se pueda de
donde posiblemente combata tu hermano."
Freya – "Gracias, sé que mi hermano eligió el otro bando, es
su decisión, pero no quisiera matarlo con mis propias manos."
Fenrir – "Está bien."
Acuario – "Perdón, pero no creo que la planeación se deba
realizar conforme a las razones equivocadas, esto es una guerra,
las cuestiones personales pasan a segundo término."
Drake – "Es posible que tengas razón Andrea, pero ten en
cuenta que muchos de los que están aquí van a pelear en contra
de sus amigos y familiares, yo estoy en tu misma situación,
todas las personas que me interesan están aquí, el Círculo es
muy probable que nos apoye, pero imagínate que la situación
fuera otra y tuvieras que combatir contra Escorpión o Piscis...
¿Acaso no solicitarías cambiar el frente de batalla para no tener
que combatir a muerte con ellos? Sé que la guerra es impersonal
y el ideal que perseguimos es lo mas importante, pero al menos
yo esperaría hasta la última oportunidad para enfrentarme a la
persona que estimo."
Acuario calló un momento, después suspiró: "Ahora sé
porque todos estuvieron de acuerdo en designarte como el
segundo al mando, entonces, yo sólo espero órdenes."
Fenrir – "Básicamente nos dividiremos en parejas y ternas,
por ejemplo, Piscis y Acuario son elementors y están
acostumbradas a pelear juntas, eso es una ventaja para nosotros,
ellas pelearán con Pariel quien está acostumbrada a dirigir a la
Santa Trinidad, ustedes serán nuestra armada, pelearán
directamente contra el grueso de los ejércitos."
Las tres chicas sonrieron, estaban de acuerdo, estarían en
donde iban a rendir más y mejor, la otra terna la formaron los
gemelos y Freya, las parejas eran Libra y Escorpión, Rhiannon y
Drake, Elektra y Caris, finalmente Fenrir estaría con Brahma.
Rhiannon y Drake apoyarían en el combate al ejército, más
concretamente en acabar con los Capitanes y demás mandos,
Fenrir y Brahma serían apoyo para todos, Libra y Escorpión así
como Caris y Elektra serían quienes llevarían la carga de
enfrentar a Leviatán y FILOS enemigos, finalmente los gemelos
y Freya, serían los encargados de combatir a los Comandantes
del Ejército.
Fenrir – "Recuerden que el elemento sorpresa sigue siendo
nuestro, aunque hay que estar alerta, no nos van a volver a
subestimar, saben que somos poderosos y nos van a tratar como
tales."
Entonces Arlés trazó el plan de defensa de la Fortaleza,
impedirían que las tropas enemigas alcanzaran a llegar al
inmueble, si al terminar la batalla la fortaleza seguía sin ser
tomada, sería considerada una nueva victoria para la causa.

Leviatán se reunió con los Delegados de los Tres Distritos y


el Regente del Distrito Comercial en el edificio Administrativo
de éste último, la Delegada del Distrito I era Cáncer, el del
Distrito II era el Arcángel Gabriel, el del Distrito III era Isaac
Erikksson quien era acompañado por su consejero y escolta
personal Ozmar de Riot, el Regente del Distrito Comercial era
un hombre llamado Sigger Nisser quien también estaba
acompañado de su esposa y guardia personal, Ana Arianrod
Nisser.
Leviatán – "Delegados, agradezco que hayan aceptado mi
invitación, aunque lamento su falta de credibilidad en mi
palabra."
Gabriel – "No es falta de credibilidad Gobernador, es sólo
que a nadie le agrada una reunión dentro de la Ciudadela."
Leviatán – "Es el lugar más seguro de Arcadia."
Cáncer – "Pensé que era el Distrito Comercial, en ciento
cincuenta años nunca se ha librado una batalla aquí."
Leviatán – "Eso es porque nosotros lo protegemos."
Cáncer – "Error, es porque todos lo respetamos, antes todo
este territorio era tierra sagrada, desde que se estableció como
un Distrito, ni el peor de los criminales ha intentado mancillar
esta demarcación, pero me imagino que esa no es la causa de
esta reunión, proceda por favor."
Leviatán – "Ustedes fueron testigos de los lamentables actos
que sucedieron en días pasados en el Distrito III."
Gabriel – "Así es, y venimos a ver cuales son las medidas que
se van a tomar."
Leviatán – "Los rebeldes ya fueron identificados, la mayoría
son miembros del Círculo del Zodiaco, hay otros más del Tercer
Distrito y dos del Segundo Distrito."
Gabriel – "Otra vez el Círculo del Zodiaco."
Cáncer – "Te recuerdo que también hay elementos de la
Legión de los Iluminados."
Gabriel – "Sólo una."
Cáncer – "Así es, la posible líder y principal proveedora de
recursos, además, también está con ustedes Fenrir quien según
se sabe es el otro líder y estratega de los rebeldes, así es que si
vamos por calidades tu Distrito es quien más colabora."
Gabriel – "¿Que intentas decir?"
Cáncer – "Lo que escuchaste, tu gente es quien dirige esta
rebelión."
Gabriel – "Y la tuya la que pelea."
Cáncer – "Entonces no vengas a asignar culpas y darte golpes
de pecho."
Gabriel y Cáncer se veían fijamente, Gabriel mencionó en
voz baja pero audible: "Si hubiéramos arrasado el Círculo de los
“Zopencos” hace diecinueve años esto no estaría ocurriendo."
Cáncer respondió con voz fuerte y clara: "Si hubieran tenido
los huevos para atacarnos ahorita no existiría la Legión de los
Fracasados.”
Ambos Delegados se pusieron de pie, estaban a punto de
atacarse.
Erikksson – "Delegados, por favor, venimos a platicar no a
atacarnos, también hay gente de mi Distrito en la rebelión,
prácticamente todos mis guerreros élite están en rebeldía,
venimos a ver si podemos frenar esto o si al menos podemos
cooperar, si ustedes se pelean no solamente habrá revolución,
también habrá guerra civil y eso nos perjudica a todos los
Distritos."
Tanto Cáncer como Gabriel se quedaron pensando, era cierto
lo que decía Erikksson y posiblemente esa era la finalidad de la
reunión, Leviatán no intervino en la discusión y el consejero
Ozmar de Riot tampoco, ambos sabían que el Delegado del
Distrito III era sólo un títere, pero después de dieciocho años en
el poder ya no era tan manejable.
Cáncer – "Erikksson tiene razón Gabriel, no venimos a iniciar
una guerra. ¿Te parece si dejamos al Gobernador terminar su
exposición?"
Gabriel – "Por mi está bien."
Leviatán – "Me alegro que hayan resuelto sus diferencias
Delegados, como les decía, ya tenemos identificados a los
rebeldes así como el inmueble en donde operan".
El Gobernador hizo una pausa esperando que alguien
preguntara el lugar, pero nadie habló, el maldito Erikksson los
había hecho razonar, pensó que ya era tiempo de destituirlo. "Se
esconden en un inmueble ubicado en el Distrito II, cerca de la
escuela de educación superior y de las instalaciones de la Legión
de los Iluminados."
Todos esperaron algún comentario sarcástico o provocativo
de Cáncer, pero ésta no dijo palabra alguna.
Gabriel – "Son las instalaciones de Fenrir y fueron
solventadas por Pariel. ¿Que es lo que planean hacer?"
Leviatán – "Queremos que les expropies el bien y los dejes
sin el inmueble Delegado."
Gabriel se llevó la mano al mentón, como pensando en la
proposición de Leviatán, Cáncer hizo una cara de sorpresa.
"Gobernador, eso es demasiado arriesgado para el Distrito II
tomando en consideración la lista de los guerreros que están en
este momento al margen de la ley, ese Distrito podría quedarse
sin guerreros que lo protejan si los rebeldes deciden no entregar
las instalaciones."
Gabriel hizo cara de molestia, Cáncer tenía razón, querían
utilizarlos como carne de cañón. "Con todo respeto Gobernador,
la restauración del orden público corresponde a la Ciudadela,
ninguno de los rebeldes ha atentado en contra de los intereses
del Distrito, por lo tanto, no podemos hacer lo que nos pide."
Leviatán estaba furioso, Cáncer había revertido la situación a
su favor, le daría un golpe directo. "Delegada Cáncer, entenderá
también que nuevamente hay guerreros de su Distrito y
especialmente del Círculo al que pertenece que son parte en esta
revuelta y son mayoría, me gustaría saber cual es su posición y
que piensa hacer al respecto."
"Con gusto le contesto ambas Gobernador. ¿Que voy a hacer?
Nada. Para empezar lo que sucedió en la arena del Distrito III
fue provocado por sus hombres, cambiaron las reglas en pleno
torneo, quisieron jugar con la vida de guerreros muy poderosos,
eso no se hace, era obvio que no se iban a dejar manipular, no
son soldados comunes para darse un balazo en el pie a una orden
de su superior, la situación ahora no es la de hace diecinueve
años, hay lazos de amistad que unen a los guerreros élite de
todos los Distritos, los miembros del Círculo reaccionaron a una
agresión, sólo eso, sus hombres atacaron primero a los
combatientes, además, sin ofender a Gabriel, el Círculo no se
maneja como la Legión, es un ente democrático, no te molestes
Gabriel, no estoy diciendo que sea mejor que su sistema, tal vez
sea peor, pero así está estructurado desde hace siglos, las
personas que lo conforman al igual que en la Legión o los
portadores de las espadas sagradas, nacen para ser miembros, no
los escogemos, si la Ciudadela piensa que su comportamiento
fue inadecuado es libre de castigarlos, el Círculo no es
responsable por comportamientos individuales de sus miembros,
respecto de su otra duda en cuanto a cual es la posición de mi
Distrito: es neutral, hasta ahora no existe ninguna evidencia
contundente que indique que se esté gestionando una revolución,
lo único que hay es una desobediencia civil en contra de una
orden de la Ciudadela y esa falta será castigada como ustedes
consideren pertinente. La posición del Círculo tendrá que
preguntársela a Sagitario, ella es nuestra líder actualmente,
espero haber sido clara, Leviatán."
Ahora el que se divertía era Gabriel, como contraparte de
Cáncer siempre ha existido una animadversión entre los dos,
pero había que reconocer que la tipa era una buena
argumentadora y una maestra en el debate, la respetaba.
Leviatán había sido expuesto, había perdido toda su ventaja
inicial y se iría de ahí sin nada. Ozmar de Riot también lo notó y
trató de ayudar al Gobernador. "Delegada Cáncer... ¿No cree
que su propuesta más que neutral es muy tibia y contraria a los
intereses de la Ciudadela?"
"Señor Ozmar, tengo más de diez respuestas para su dilema y
todas están bien sustentadas, pero le recuerdo que su lugar aquí
en la mesa es sólo como protección de su Delegado y no como
consejero, ésta reunión es de líderes y todos venimos solos, la
razón de su presencia obedece a que el Delegado Erikksson no
es un guerrero y necesita protección en caso de que las cosas se
pongan violentas que no es el caso hoy, así que le suplico guarde
silencio y respete nuestra jerarquía."
Ozmar de Riot al verse apabullado y humillado por Cáncer
explotó: "Delegada, bien sabes que yo no soy el siervo de nadie,
mi posición en el Distrito III es como la tuya en el I…"
"Si es así entonces háganla oficial, que te nombren Delegado,
mientras tanto, tu lugar es detrás de tu amo."
Leviatán vio que esto no llegaba a ninguna parte y no podía
permitir una pelea entre Cáncer y Ozmar de Riot, el poder de la
Delegada era de temer y podía acabar con su adversario si
combatían, eso no le convenía a la Ciudadela. "Basta consejero,
la Delegada ante todo es una dama, Cáncer ya fijo su posición
por el momento, espero que más adelante la cambie si se
demuestra que hay una revolución en marcha. Gabriel... ¿Cual
es la tuya?"
"Por el momento la misma que Cáncer."
Leviatán no se molestó en pedir la opinión de Erikksson,
simplemente explicó que irían por los rijosos al Distrito II, pidió
la colaboración de Gabriel para coordinar, lo importante era
causar el menor daño a los residentes de las zonas contiguas a la
fortaleza y dio por terminada la reunión.
Erikksson finalmente vio lo que sucedía, realmente él no era
nadie para la Ciudadela, Ozmar más que su consejero y
protector era su custodio, si hacía algo que fuera contra los
intereses de la Ciudadela, Ozmar se encargaría de enseñarle su
lugar, todos ahí lo consideraban un títere, pensó que ya les
demostraría quien era el títere, necesitaba hablar con Ragnar,
estaba seguro que él no tenía partido por nadie y si lo tomaba no
sería por la Ciudadela, a través de él establecería contacto con
Cáncer, esta vez los Distritos I y III irían de la mano si le
aseguraban protección, ya contactaría también a Fenrir, lo haría
a través de Athena, pero Ozmar de Riot no debía sospechar,
siguió en su papel y se hizo el ofendido cuando regresaba a su
Distrito. "¿Que fue lo que paso allá Ozmar?"
"¿A que se refiere Delegado?"
"A que insinuaron que yo trabajo para ti."
"Lo que querían era provocarnos, esa maldita de Cáncer
quiere la guerra con todo mundo, primero provocó a Gabriel y
después a nosotros."
"Pero tu dijiste que…"
"Sólo lo dije porque me hizo enojar, siempre he cumplido sus
órdenes, además, yo no me considero un empleado."
"Y no lo eres Ozmar, en cierto modo tienen razón, el
verdadero gobernante eres tú, sin tus consejos estaría perdido."
"Gracias Delegado, aprecio que piense eso, sin embargo, creo
que hoy nos debilitó, debió dejar que Cáncer y Gabriel se
destrozaran, eso hubiera puesto a nuestro Distrito en una
posición inmejorable."
"Ahora que lo dices es cierto, pero no te preocupes, si esto
continúa puede haber guerra civil, entonces, nosotros sólo
veremos las balas pasar... ¿No es cierto?"
"Mejor aún, pelearemos al lado de la Ciudadela, seremos
gratamente recompensados, además, tenemos al mejor estratega
del país, al gran Ragnar."
"Tienes razón, con Ragnar y contigo nuestro Distrito siempre
será el más fuerte."
Ozmar de Riot se tragó la actuación de Erikksson, pensó que
a la próxima reunión lo llevaría amaestrado como un animal de
circo para que no volviera a meter la pata. Mientras tanto,
Gabriel se fue pensando en Pariel, esa chica le estaba dando
muchos dolores de cabeza, también meditaba en la posición de
su grupo de poder una vez iniciada la revolución, si la Ciudadela
precisaba de su ayuda primero tendrían que destruir el Círculo
del Zodiaco, de lo contrario no participarían, todos los miembros
de la entidad rival habían despertado y sabía lo que significaba,
Miguel evitaría por todos los medios despertar a los Arcángeles
restantes, eran demasiado peligrosos, además, Leviatán no
tendría otra opción, no podría pelear contra la Legión y el
Círculo juntos, la administración del Estado debería tomar en
cuenta que los Arcángeles siempre han estado con el Gobierno,
en cambio el Zodiaco siempre ha sido un dolor de huevos…
Al final de la reunión quien realmente salió fortalecida fue
Cáncer, si se hubieran visto para jugar póker, la Delegada los
hubiera limpiado, adivinó las intenciones de todos, le quedó
claro con quien estaba Gabriel y lo débil de esa alianza, en
cambio estaba segura que Erikksson de una u otra forma la
contactaría, a diferencia de Gabriel a Cáncer no le importaba “el
gran enemigo eterno”, pero si estaba a favor de la revolución.
Cuando Leviatán llegó a la Ciudadela ya se encontraban ahí
Loki, Cerberus y Siegfried, tuvieron una junta en la que se les
explicó el plan de batalla, Dorian les indicó que sus órdenes eran
llevarse a Escorpión, lo haría con ayuda del FILO número doce,
lo demás quedaba tal cual estaba planeado, en tres días saldrían
las tropas.

Mientras tanto, en una parte del Segundo Distrito Argento


Riazor hablaba con Lilith. "Ha llegado la hora, en tres días
empieza tu venganza."
"¿Me entregaras al condenado?"
"Será todo tuyo."
"¿Y si me emociono y lo mato?"
"Ese es tu problema, después no te quejes que no tienes
diversión."
"¡No! Yo quiero divertirme."
"Entonces hazme caso y no lo mates, consérvalo por un rato."
"Está bien, lo conservaré, pero si no me divierte lo mato."
"Te divertirá, eso te lo prometo, en tres días vendrá Cerberus
por ti, hasta entonces trata de estar quieta, hasta luego."
Lilith vio como se retiraba Riazor, tenía ganas de matarle, era
una obsesión enfermiza, pero no podía, ya se las arreglaría
después para arrancarle la vida, ahora estaba emocionada por el
condenado, así le había puesto el FILO número doce a Cross,
pues según ella estaba condenado a sufrir la peor de las muertes,
sólo de pensar en como lo atormentaría la excitaba, pero esta
vez se contendría, no mataría ni tendría sexo en esos tres días,
quería estar ansiosa, deseaba estar al límite, para que cuando
tuviera al objeto de su deseo el disfrute fuera total.
Durante el tiempo que Lilith estuvo esperando el momento de
entrar en acción se había dedicado a satisfacer sus deseos, era
puro instinto y necesitaba satisfacción inmediata, Riazor no le
ponía ningún límite, cuando quería comer lo hacía, cuando
quería dormir también, cuando se sentía lujuriosa siempre
encontraba a alguien que cubriera sus necesidades, era hermosa
y letal, tenía sexo tanto con mujeres como con hombres, a veces
con mas de uno o con ambos, al momento en que terminaba los
mataba, el problema era cuando tenía deseos de matar, no podía
llamar mucho la atención, lo hacía de noche, buscaba pequeños
grupos, generalmente gente que se veía feliz, le gustaban en
especial las familias completas, empezaba con los hijos para ver
el dolor de los padres, los mataba uno por uno, le encantaba ver
el sufrimiento que causaba, el terror del hijo que seguía y
finalmente terminaba con los progenitores, cuando veía en su
mirada que no deseaban seguir viviendo, entonces cumplía su
deseo, los asesinaba con sus propias manos, pero ya estaba
deseosa de matar en grandes cantidades… como la primera vez,
en la casa de ese maldito violador, esa vez fue poética, le
encantaba utilizar su fuego hasta sentir que sus pulmones se
consumían, entonces, el dolor la hacía más fuerte y así
continuaba, sus ansias de matar no tenían límite, era como estar
sedienta todo el tiempo y su conciencia se dejaba arrastrar
libremente y sin resistencia por ese circulo vicioso.
En la fortaleza Cross estaba con sus tres chicas, desde que se
trasladaron ahí compartían habitación, las tres se rehusaron a
dormir en otro lado, él estaba preocupado de que algo le
sucediera a alguna de ellas, en especial a Michelle, dudaba que
alguien por más poderoso que fuera pudiera con la fuerza
combinada de Elektra y Caris, pero aunque Acuario y Piscis
eran poderosas también la líder ahí era Pariel y por lo tanto la
responsable de las otras dos chicas, si había dificultades, estaba
seguro que Michelle enfrentaría las consecuencias mientras
Acuario y Piscis huían.
"¿Que tienes?"
La voz de Michelle sorprendió a Cross. "Nada... ¿Y las
chicas?"
"Fueron por algo de comer."
Cross tomó la mano de Michelle. "Prométeme que si hay
problemas te irás."
"Sólo si tú también me lo prometes."
"No puedo, la carga de Libra es muy pesada."
"Yo tampoco, esas chicas confían en mí, no las voy a
abandonar."
"Es que no soportaría que te pasara algo."
"Es lindo lo que dices, pero ya estamos aquí, así que te
recomiendo que me aproveches mientras me tengas…"
Cross empezó a reír, pero se puso nervioso cuando Michelle
puso sus senos a la altura de su nariz, el corazón le empezó a
palpitar, Michelle lo abrazó por el cuello pegando el rostro de
Cross a sus senos, después le susurró: "Vamos a otro lado,
seguro las chicas entenderán…"
Cross estuvo a punto de decir que sí, Michelle lo volvía loco,
su rostro, su aroma, sus pechos que no eran grandes ni
pequeños, tenían una forma perfecta, estaba completamente
hipnotizado, hasta que un golpe en la cabeza lo hizo reaccionar,
era Elektra quien le había lanzado una botella con agua. "¿Que
vamos a entender?"
Cuando Michelle y Cross voltearon Caris tenía cara de pocos
amigos y Elektra se veía molesta, cosa que era muy rara.
"Michelle, quedamos que no intentaríamos nada con Cross
cuando estuviéramos a solas con él."
"Sólo fue una broma…"
"Pues esas bromas son de mal gusto, de ahora en adelante tú
irás por lo que haga falta, no volverás a estar sola con él para
que se te quite lo graciosita."
"No te pases..."
"Lo que hiciste no es justo."
"Si a esas vamos... ¿Por qué no nos dices lo que hicieron tú y
Cross cuando fueron al Distrito Comercial a ver a Riazor?"
Elektra se puso roja, Caris la veía fijamente. "¿De que
hablas?"
"No te hagas, algo pasó, dinos que fue."
Elektra no sabía mentir y nunca se lo haría a su amiga, había
agradecido que nunca se lo preguntaran, con el tiempo dejó de
preocuparse, ahora se sentía acorralada, no dijo nada.
"¿Tú vas a decir que pasó Cross?" Preguntó Michelle.
"A mi no me metan en sus broncas, arréglenlas ustedes, yo ya
estoy cansado de sus peleas."
"Estoy esperando a que me contestes Elektra."
Athena vio que no tenía escapatoria, al final sabía que su
amiga se enteraría algún día. "Esta bien, nos besamos."
Michelle no dijo nada sólo se le quedó viendo a Elektra, tenía
los ojos llorosos.
"Fue algo que simplemente pasó."
"¿Y me regañas por lo de ahorita? Que hipócrita eres…"
"Bueno, ya estamos a mano."
Michelle explotó. "¿A mano dices? Tú lo besas y yo sólo le
coqueteo un poco... ¿Y estamos a mano? ¿Quien te crees que
eres?"
Elektra se puso más nerviosa, nunca había visto a Michelle
tan enojada con ella, entonces hizo lo único que se le ocurrió.
"También Caris lo besó."
Michelle volteó a ver a Caris con ojos de sorpresa y enojo.
"¿Que? ¿Cuando?"
Ahora Caris era quien estaba nerviosa y avergonzada,
Michelle sólo se dio la vuelta y se fue, Elektra volteó a ver a
Cross. "Ve con ella."
"¿Yo? ¿Porque?"
"Porque es tu culpa."
"¿Mi culpa? Ustedes fueron las que me besaron."
Por primera vez en su vida Cross vio tristeza y reproche hacia
él en los ojos de Elektra. "Y me arrepiento de haberlo hecho."
Elektra salió de la habitación, sólo quedaron Cross y Caris,
aunque únicamente fue por un momento. "Eres malo Cross,
hieres a quien te ama."
Y Caris también se fue, Cross estaba molesto, se había
desatado un huracán por nada, las chicas todo el tiempo hacían
cosa peores que lo de Michelle y no pasaba nada, pero ahora se
sentía preocupado por ésta, nunca la había visto salir así, sin
decir nada, también estaba triste por Elektra, nunca lo había
mirado de esa manera y hasta se sentía como un desgraciado por
Caris, ella siempre lo entendía. Ya estaba harto de esas chicas,
definitivamente se separaría de las tres, se fue a dormir con las
tropas, era más seguro, en el camino se encontró a Drake y
Rhiannon, sin querer escuchó su conversación.
"Rhiannon, ahora que estamos es esta situación quería decirte
algo."
"Dime."
"Posiblemente alguno de nosotros o los dos no salgamos de
esta."
"No digas eso."
"Pero es posible, y no quería que eso pasara sin decirte esto."
"¿Que es?"
Drake apretó los puños, estaba sudando, toda su vida había
estado reuniendo valor para decir dos simples palabras. "Te
quiero."
Rhiannon sonrió y lo abrazó. "Yo también Drake, eres como
mi hermano y por lo tanto la persona que más quiero en el
mundo."
Eso no es lo que Drake quería decir, pero se acobardó, ya no
pudo hablar más, le dio una palmada a Rhiannon en la rodilla, se
levantó y se fue, al dar la vuelta se encontró a Cross de frente.
"¿A donde vas?"
"A los dormitorios de las tropas."
"Te acompaño yo tampoco quiero dormir aquí."
Ambos caminaron un rato en silencio, después Drake
preguntó: "¿Escuchaste algo?"
"Un poco… ¿Desde cuando te gusta?"
"Desde que la conocí, pero siempre ha sido algo inalcanzable
para mí, sé que está completamente fuera de mi liga."
"La verdad es que esa sólo es tu percepción, hacen bonita
pareja."
"Tal vez, pero ella sólo me quiere como a un hermano, en
serio que te envidio Cross."
Cuando Cross escuchó eso le dieron ganas de golpear a
Drake, lo tomó de la camisa y lo azotó contra la pared. "¿Que
dices?"
"Tranquilo amigo, no es nada con tus chicas, yo sólo amo a
Rhiannon, lo que sucede es que te envidio porque al final tú
tienes a tres super bellezas que se derriten por ti."
"¿Y crees que eso es bueno?
"Pues yo y cualquiera te diría que si, no hay chico en este
Estado que no daría su brazo izquierdo por ser tú, vamos, no
seas modesto, tienes a tus pies a las tres chicas más lindas que
cualquiera haya visto en su vida."
Cross soltó a Drake, en sus ojos había tristeza. "No es lo que
piensan, yo también estaba enamorado de alguien más pero
vamos a la realidad, esa persona ya murió y supongamos que
estoy dispuesto a continuar con mi vida, esas tres chicas son
todavía mas hermosas por dentro, no existe hombre que las
merezca, tú dices que soy afortunado, lo sería si sólo una de
ellas se fijara en mi, pero no las tres. ¿Sabes lo que se siente
pensar que si escogieras a una lastimarías a las otras dos? Cada
que se pelean siento un nudo en el corazón y temor de que
alguna salga lastimada, yo jamás podría elegir a una porque no
soportaría ver llorar a las otras dos, perder a la persona que amas
es lo más duro que te puede suceder, yo amo a esas tres chicas y
no aguantaría ver que dos de ellas sufrieran lo que yo sufrí, así
es que si me preguntas quien envidia a quien, yo te envidio a ti
amigo, sólo amas a una chica y puedes pelear por ella, yo me
siento culpable cada vez que disfruto estar con alguna de ellas
porque siento que les soy infiel a las demás, yo no puedo amar a
ninguna porque no quiero romper el corazón de dos."
Drake se sintió mal por Cross, ni él ni nadie se imaginaría
que el chico más afortunado del mundo era también el más
infeliz, ciertamente ya no lo envidiaba, desde su punto de vista
su problema no era gran cosa.
Cuando Cross y Drake llegaron a los dormitorios comunes se
encontraron con Connor, estaba sentado en una cama, se le veía
pensativo. "¿Que haces aquí soldado?" Preguntó Cross.
"Quería estar solo, pero parece que mi mamá y mi tía me
siguen a donde voy."
"En serio amigo. ¿Te podemos ayudar en algo?" Preguntó
Cross.
"No lo creo, lo que pasa es que Arlés ya localizó a Selene."
"Eso es bueno... ¿O no?"
"Si lo es Cross, por lo menos ya tengo la seguridad de que
está viva."
"¿Y la irás a buscar?" Preguntó Drake.
"No lo sé, la última vez que nos vimos la maté, necesito
verla, pero temo que si lo hago tal vez sea ella la que me mate."
Al escucharlo Cross y Drake se voltearon a ver, con la mirada
se dijeron “siempre hay alguien que esta peor que tú” y
comenzaron a reír, Connor se molestó. "¿De que chingados se
ríen?"
Cross lo tomó del hombro y todavía riendo le dijo: "Es que
no has escuchado el chiste completo amigo, deja que Drake lo
empiece…"
En esa ocasión los tres amigos descansaron en los
dormitorios de las tropas, bebieron un rato a salud de las
mujeres y se separaron a media noche, se acomodaron en donde
encontraron espacio, sólo Cross no durmió, seguía pensando en
Michelle, era quien se veía peor, parecía ruda y que nada le
importaba pero la verdad es que era muy sensible, eso sólo lo
sabían él, Athena y Caris, por otro lado esa noche nadie durmió
en “la habitación mas afortunada de la fortaleza”, como le
llamaba todo mundo, nadie quiso regresar ahí, Michelle se fue a
la habitación de Póllux, estaba con una chica y se la corrió, el
gemelo ni siquiera reclamó, se notaba que su amiga estaba triste,
las otras dos chicas se fueron con Rhiannon y Astrid que
compartían dormitorio.
Mientras tanto, Arlés estaba revisando los detalles del
proyecto de liberación de los Distritos cuando se topó con algo
extraño, pensó que era un error, pero al constatarlo vio que era
bastante real, estaba preocupado, mandó a llamar a Michelle.
"¿Que sucede?"
"Que todas mis cuentas fueron congeladas."
"Y quieres que verifique las mías. ¿Me equivoco?"
"No, estas en lo correcto, esto es serio, si no tenemos recursos
estamos perdidos."
Michelle usó el ordenador y los peores temores de Arlés se
hicieron realidad. "Tienes razón, mis cuentas también fueron
congeladas, no tengo acceso a ellas."
Arlés tomó asiento, tenía las manos en el cabello, estaba
descorazonado. "Hay que hablar con los chicos."
"¿Y por qué esa cara? Ya se te ocurrirá algo, siempre es así."
"Esto no es cuestión de estrategia, es de recursos, sin ellos
estamos perdidos, no contamos con el material humano
necesario, sin recursos nos aplastarán."
Michelle no se veía preocupada, sólo le dijo a Arlés “espera”,
al poco tiempo regresó con un ordenador personal, tecleó unos
datos y le insertó en el puerto un objeto parecido a una llave con
pantalla de cristal líquido, de pronto, aparecieron unas
cantidades en pantalla, le dijo a Arlés con voz maternal: "¿Con
esto bastará para cubrir los gastos de tu revolución?"
Arlés estaba sorprendido, no podía creer lo que sus ojos
veían. "Basta y sobra, alcanza para cinco revoluciones…"
"Que bueno, si no es suficiente tengo otras treinta cuentas
más o menos parecidas, tú sólo pide y yo concedo, ya estás
autorizado para manejar esa cuenta como mejor te parezca,
utiliza sólo un computador personal y esta llave electrónica, no
lo olvides."
Arlés se quedó sin habla, Michelle le dio un beso en la frente
y se retiró del lugar, cuando estuvo seguro que la chica se había
marchado Yago se acercó al ordenador, vio la cantidad y se fue
de espaldas.
"¿Es verdad lo que dice ahí Arlés? Son muchos números..."
"Si lo es Yago, Michelle ha vuelto a sorprendernos, ese
dinero no puede ser tocado ni congelado por nadie en Boleria, es
una cuenta extranjera protegida por el Derecho Internacional,
estamos salvados."
De regreso a los dormitorios Michelle sonreía, su anterior
experiencia cuando era niña le había enseñado a cuidar,
diversificar y dosificar su fortuna. Se había jurado a sí misma
que jamás volvería a quedar desprotegida y se había encargado
de que así fuera, podía perder su fortuna de varias maneras y
siempre tendría un salvavidas para empezar de nuevo.
Invirtiendo en el mercado internacional la linda pelirroja se
liberó del yugo financiero de la Ciudadela, sus cuentas eran
intocables y todo el armamento para la causa lo importaba por
barco, nadie nunca supo que el negocio era suyo, lo pasaba por
las narices del único Delegado que apoyaba a la Ciudadela y
jamás se enteró.
CAPÍTULO 11
LA BATALLA FINAL

A la mañana siguiente Michelle no les dirigió la palabra a


Caris y Athena, por su parte, Cross se desapareció todo el día, en
la tarde Arlés los citó.
"Ya tenemos la información de cómo y cuando seremos
atacados, la batalla se librará mañana, en este momento les van a
dar una carpeta con las tareas que cada quien va a realizar, así
como sus posiciones específicas, deberán leer también las de sus
compañeros y las de nuestras tropas, no puede haber errores."
Cross levantó la mano. "¿Quien te dio esta información?"
"¿Por que la pregunta?"
"Porque si es Lothar ya no puede estar ahí, es demasiado
peligroso."
"Efectivamente, fue Lothar, pero no te preocupes, el ya
escapó, le dio la información a uno de mis chicos en la
Ciudadela, dejó dicho que nos ayudaría en la batalla, así es que
duerman bien chicos, mañana será un día ajetreado."
Esa noche el único que se encontraba en los dormitorios
comunes era Cross, pero no podía dormir, después de pensarlo
mucho fue a su habitación, cuando llegó, sólo se encontraba
Michelle, Cross entró y vio que estaba dormida, tomó una silla y
se sentó enfrente de ella, se quedó observándola hasta que el
sueño lo venció, cuando despertó Michelle ya no estaba, lo
había tapado con una cobija y le había colocado una almohada.

Llegó el gran día, la batalla los esperaba, no hubo más


indicaciones, todos sabían lo que había que hacer, sólo se dieron
la mano y se desearon suerte, antes de irse Elektra le llamó a
Cross: "¿Puedes venir un momento?"
"¿Que sucede?"
"Nada, sólo no quiero que te vayas pensando que estoy
molesta."
Elektra abrazó y besó a Cross en los labios. "Cuídate por
favor."
"Tú también y cuida a Caris."
Cross besó la frente de Athena y fue a buscar a Brachium,
cuando Escorpión y su compañero salieron a la calle Libra le
comentó: "Creo que te buscan."
"¿En donde?"
"Detrás de ese poste."
Cross volteó, era Caris, sólo lo observaba irse, él ya estaba
acostumbrado a que Caris lo vigilara sin hablarle, se acercó a
ella. "¿Mi acosadora no se va a despedir de mí?"
"Si."
Esta vez fue Cross quien abrazó y besó en los labios a Caris.
"Prométeme que te vas a cuidar y también vas a proteger a
Elektra."
"Lo prometo, cuídate tú también."
"Lo haré."
Besó la mano de Caris y se fue, pero su mente no estaba en la
batalla, estaba pensando en Michelle.

Todos salieron de la Fortaleza por distintos sitios y tomaron


sus posiciones, sólo les faltaba esperar, cuando Michelle salió,
se negó a hablar con Elektra y Caris, las ignoró, a Cross sólo lo
tomó del rostro y le dijo que se cuidara, después se fue con
Acuario y Piscis, cuando estaba en su posición de ataque se
arrepintió de no haberse reconciliado con sus amigas, rezó por
volverlas a ver con vida, las abrazaría y haría de cuenta que nada
había pasado, Acuario y Piscis estaban muy nerviosas, aunque
ellas eran tan poderosas como Chitriel y Ariel, no tenían tanta
experiencia en batalla, Pariel las tranquilizó.
"Chicas... ¿No están emocionadas?"
"¿Tu lo estas?" Le dijo Piscis sorprendida.
"¡Claro! ¿Desde cuando no han explotado todo su potencial
en una batalla?"
"Creo que nunca lo he explotado." Dijo Acuario. "¿Y tu
Pics?"
"Yo tampoco."
"Entonces que mejor momento para probarse, recuerden que
peleamos en círculo, siempre observando de reojo a la espalda
de la compañera que tengamos a la derecha, de ese modo
siempre estaremos protegidas, les prometo que mientras yo esté
en pié nada les pasará."
"Gracias." Acuario tomó la mano de Pariel. "Ahora sé porque
eres la líder de tu escuela, aunque eres una pesada…"
Michelle sonrió. "Claro que lo soy."
"Oye Pariel, ya que estamos esperando… ¿Puedo hacerte una
pregunta personal?"
"Ya sé por donde vas Acuario, quieres saber porqué me gusta
Cross."
"¡Claro que no! También me gusta a mi... ¿Pero no crees que
Hermes es más guapo?"
"De hecho lo es, hasta una ciega lo notaría, pero jamás en la
vida lo preferiría por encima de Cross, lo amo desde niña. Su
manera de ser y su personalidad lo hacen único. ¿No lo crees?"
"Por supuesto que sí, me encanta su personalidad de genio
retraído, yo también lo preferiría por encima de Hermes, pero la
competencia por su amor es demasiado perfecta, yo nunca
estaría a la altura de ustedes."
"No digas eso, eres muy linda, pero si quieres acercarte a
Cross lo lamentarás... ¿Entiendes? Ya tengo suficiente con
aquellas dos."
Las palabras de Michelle levantaron el ego de Acuario, si la
amenazaba era porque de verdad la consideraba atractiva. "Esa
era mi pregunta original. ¿Como soportan las tres estar con el
mismo chico a la vez?"
"No lo sé, pero puedo decirte que Elektra y Caris son mis
mejores amigas y eso nada lo cambiará, compartimos un amor
por el mismo chico, pero aunque al final no me eligiese a mi,
quien se quede con él seguirá siendo mi amiga."
"Silencio chicas, creo que ya vienen."
Michelle se quedó pensando en sus palabras. ¿Realmente
aceptaría que Cross eligiera a Elektra o a Caris por encima de
ella? No lo sabía, pero en el fondo lo dudaba.

Los gemelos y Freya iban rumbo a su destino, los tres se


veían tranquilos, caminaban en silencio hacia el punto
previamente establecido, Póllux rompió la quietud. "¿Quieren
hacer más divertida la travesía?"
Cástor volteó a ver a su hermano y dijo: “no”, al contrario,
Astrid estaba curiosa. "Yo si… ¿Que tienes en mente?"
"Que todos pidamos algo de los otros dos, si salimos ilesos lo
tendremos que cumplir, pero lo interesante de esto es que
podemos pedir LO QUE SEA y será una promesa cumplirlo, así
es que piénsalo antes de decidir si aceptas, al dar tu
consentimiento no hay marcha atrás."
"¿Que quieres decir con “lo que sea”?"
"Eso precisamente, hacer cualquier locura en agradecimiento
por haber salido ilesos."
"Necesito pensarlo…"
Hermes observó a Freya y se le ocurrió obligarla a entrar,
quería atormentarla con su petición y sentía curiosidad por ver
que le pediría.
"Sabía que dirías una estupidez Pol, pero anótame dentro, que
dices Astrid… ¿Te falta valor?"
"Me sobra valor para regalarles, pero yo elijo al final, por si
sus peticiones son abusivas me pueda desquitar."
"Me parece justo" Dijo Póllux.
"Acepto yo también, y como mi hermano fue el de la idea él
deberá empezar."
"Está bien. Cas, si salimos ilesos, tendrás sexo con una
anciana, Astrid y yo la eligiéremos."
Freya empezó a reír al ver la cara de desacuerdo de Cástor,
no podía parar de burlarse.
"Bueno, lo haré, ahora di lo de Astrid para que se calle, su
risita molesta más que tu petición."
"Astrid tendrá que besar por un minuto como mínimo…"
Freya estaba sonriente, podía con ese castigo, no importaba
quien fuera.
"A Drake."
Entonces los roles cambiaron, Freya se puso nerviosa y
Cástor empezó a reír.
"No juegues, Rhiannon me va a matar, además Drake es
como de mi familia…, pídeme otra cosa o mejor me salgo de tu
estúpido juego."
"Y la viejita es como mi abuelita, ya aceptaste, no hay
escapatoria, se lo explicarás después del beso, además, suena
interesante, Rhiannon siempre dice que Drake es como su
hermano, eso lo veremos."
"Está bien, pero lo hago bajo protesta, ahora es tu turno Cas."
La sonrisa de Hermes se volvió maligna. "Pol, tú te vestirás
de niña y andarás por toda la Fortaleza así durante todo el día."
"No chingues, mido mas de dos metros… ¡Me voy a ver
ridículo!"
"¡Más bien ridícula!" Gritó Freya quien otra vez no paraba de
reír."
"Ahora vas tú Astrid, contigo me voy a dar un gusto personal,
eres muy bonita pero lo ocultas, si salimos ilesos, te dejarás
crecer el cabello, mínimo hasta la media espalda."
"Eso no, prometí que no lo haría."
"¿A quien?"
"A mí."
"Pues esta promesa le gana a la tuya, no hay problema,
cuando te crezca lo suficiente podrás volvértelo a cortar como
quieras, tu aceptaste, no hay marcha atrás."
"Está bien, ahora me toca, tú Póllux, no tendrás sexo en seis
meses."
"No jodas…"
"Si, aguántate, te hará bien."
"Así es hermano, pero no te preocupes, te puedes auto-amar
las veces que quieras."
Hernes y Freya reían, Titán se estaba arrepintiendo de su
juego, vestirse como niñita y nada de sexo, eso era cruel, Astrid
empezó a señalar a Cástor. "Y tuuuuu jovencito, vas a ser mi
esclavo por un día."
"Eso no es un castigo, son muchos…"
"Si quieres te lo cambio." Le espetó Póllux.
"Nada de cambios y el castigo lo podré cobrar cuando yo
quiera, tal vez mañana, tal vez pasado, tal vez en un año, no lo
sé."
"Perfecto, ya quedamos todos amarrados."
Titán estiró su brazo con la palma de la mano hacia arriba y
viendo a sus compañeros les dijo: "Lo pactado, sellado queda y
no se puede deshacer."
Hermes y Freya pusieron sus manos con la palma hacia abajo
sobre la gran mano de Póllux, al mismo tiempo exclamaron.
"¡Cerrado el trato!"
Astrid siguió caminando tomando a los gemelos a cada uno
del brazo, ahora sabía porque todas las chicas que los conocían
los adoraban, eran demasiado divertidos, sería un honor pelear a
su lado.

Fenrir salió con Brahma, ellos serían refuerzos en donde les


necesitaran.
"Lo mejor será que estemos cerca de Brach y Cross, son los
que nos van a necesitar más."
"Estoy de acuerdo Connor, pero tomemos otra ruta, podrían
estar siguiéndonos."
Fenrir y Brahma siguieron una ruta alterna, la prioridad sería
apoyar a su líder en contra del enemigo más poderoso.
"Dime Connor. ¿Piensas ir al Distrito V?"
"No lo sé."
"Lo digo porque este apenas es el segundo paso de la batalla,
el tercero es ir al Quinto Distrito a dialogar con los cuatro
Jueces."
"Eso lo veremos si salimos de esta."
"Por eso no te preocupes, ya escribí mi testamento, quienes
sobrevivan seguirán el plan hasta el final."
"Piensas en todo... ¿Verdad?"
"Trato de, lo principal es la causa, la pelea será hasta el
final."
"Si todos piensan como tú, con esa resolución, es imposible
perder."

Rhiannon y Drake ya estaban en posición de ataque, sólo


esperaban que comenzara el conflicto.
"Drake, por favor, no le juegues al héroe, si ves algo
demasiado difícil déjalo."
"¿Porque lo dices?"
"Porque te conozco y eres muy terco."
"¿Lo dejarás tú?"
"¡Por supuesto! De otra manera no te lo pediría."
"Pensé que me ibas a decir que tú te encargarías…"
"Drake, deja de menospreciarte y menos ahora, el poder que
te dieron los maestros es increíble, pero aún no lo dominas
bien."
"Lo sé, todo saldrá bien."
"¿Recuerdas cuando nos conocimos?"
"Si, como olvidarlo, fue el día que me dieron mi primer
paliza."
"Por defenderme."
"Ese evento cambió mi vida, me llevaste a casa."
"Tú la convertiste en un hogar, ese lugar era una cueva hasta
que llegaste."
Drake sonrió ante el comentario de Rhiannon, sabía que
estaba exagerando, pero era por esos detalles que estaba
enamorado de ella. "Sólo llegué tres días después que tú…"
"Si; y de vivir en la calle sufriendo penurias pasamos a tener
una infancia muy feliz."
"Tú y los venerables son lo principal en mi vida, ellos ya no
están, pero nosotros cumpliremos su sueño."
"Sé que así va a ser."
Rhiannon abrazó y besó a Drake en la mejilla, aunque no se
lo dijo para no hacerlo sentir mal, lo protegería incluso con su
vida.

Athena y Caris estaban llegando a su punto de batalla, ambas


hablaban de cosas sin importancia hasta que Caris cambió el
tema. "¿Crees que Michelle me perdone?"
"Claro que si… ¿Porque lo dices?"
"Porque tú eres su amiga de toda la vida, a mi tiene poco que
me conoce."
"No te preocupes por eso, Michelle siempre se ha sentido
atraída por las personas que… ¿Como lo diré? Tienen tanta
clase o más que ella, le pasó con Chris y le pasa contigo."
"Yo no soy mejor que ella."
"Tú eres una princesa, con verte todo mundo sabe que eres
diferente, además, las tres tenemos un vínculo único."
"Y doloroso… ¿Te arrepientes de haber besado a Cross?
"¡Jamás! ¿Te arrepientes tú?"
"Si, por haberles causado dolor a ti y a Michelle, pero lo
volvería a hacer…"
"Así son las cosas amiga, pero piensa en esto, si nosotras
sufrimos Cross no está entre nubes, seguro lo volvemos loco,
pero él nunca se queja."
"Yo creo que te quiere más a ti."
"Lo dudo, yo nunca lo he puesto como tú, la vez que los
encontré tenía ojos sólo para ti."
"¿Y Michelle?"
"Por ella no te preocupes amiga, estamos en desventaja frente
a esa chica, al final siempre obtiene lo que quiere, este juego no
es de ver quien obtiene un pedazo antes, sino de quien se lleva
todo el premio."
"¿Pero seguiremos siendo amigas verdad?"
Elektra abrazó a Caris por la espalda. "Por supuesto, las
mejores."

Cross y Brachium llegaron al punto de choque, desde que se


aproximaban ya se escuchaba la marcha del ejército.
"¿Emocionado o asustado Escorpioncito?"
"Más emocionado y menos asustado que tú, Brach."
"Esa respuesta me gustó, espero que sigas igual de optimista
después de que Leviatán te aplaste el trasero."
"Eso será después de salvar el tuyo."
"A propósito de traseros salvados… ¿Recuerdas el día de tu
paso por las aulas del Círculo para obtener tu guante?"
"Si, imposible de olvidar…"
"¿Recuerdas que te tuve lástima y te dejé pasar?"
"Una forma muy peculiar de decirlo, pero por supuesto que lo
recuerdo, todavía te estoy agradecido."
"Pues te equivocas, esta es tu prueba, si no vences a Leviatán
devolverás ese guante... ¿De acuerdo?"
"Hecho."

El ejército de la Ciudadela venía marchando, eran diez mil


guerreros en total más sus dirigentes, el grueso de la armada
estaba compuesto por seis mil troopers, cuatro mil elementors,
cien bérserkers, dos Comandantes dominadores de energía
elemental, cuatro FILOS, Juggernaut y Leviatán.
Los seis mil troopers estaban divididos en dos grupos, tres
mil eran de la legión de los guerreros metálicos y tres mil
manejaban energía elemental, los guerreros metálicos se
dividían a su vez en mil quinientos de acero, ochocientos de
cobre, cuatrocientos de bronce, doscientos de plata y cien de
oro, los otros tres mil eran de la legión de las fuerzas
elementales, había cuatrocientos cincuenta de cada elemento,
agua, aire, fuego, tierra, metal (plomo) y hielo, además,
marchaban trescientos de elemento electricidad.
Los elementors se dividían en tres mil dragones elementales y
mil manejadores de dos elementos, los dragones elementales
estaban divididos en quinientos dragones verdes, quinientos
dragones rojos, quinientos dragones amarillos, quinientos
dragones azules, quinientos dragones blancos, cuatrocientos
dragones negros y cien dragones púrpuras; y los manejadores
de dos elementos se dividían en doscientos cuarenta elementors
metal-agua, doscientos cuarenta elementors metal-aire,
doscientos cuarenta elementors metal-tierra, doscientos cuarenta
elementors metal-fuego, doscientos cuarenta elementors metal-
hielo y cincuenta elementors metal-eléctricos. Los dragones que
manejaban los elementors de la ciudadela no eran tan poderosos
como los de los FILOS, eran pequeños dragones de tres metros
de altura, con los que podían atacar físicamente o por medio de
su elemento, dragones verdes - viento, dragones rojos - fuego,
dragones amarillos - tierra, dragones azules - agua, dragones
blancos - hielo, dragones negros - metal y dragones púrpuras –
electricidad; los dragones no podían separarse a más de tres
metros de su controlador.
Los cien bérserkers se dividían a su vez en quince
controladores de energía elemental agua, aire, fuego, tierra,
metal, hielo y diez de electricidad.
Los Comandantes manejaban energía natural, dominaban
serpientes de varias cabezas legendarias, Apocalipsy a la naga y
Armagedón a la hydra. Los FILOS que apoyaban al estado, eran
amos de las criaturas legendarias midgard, cerberus, fafner y el
dragón oscuro.
Loki manejaba a midgard, una inmensa serpiente acuática,
Cerberus dominaba al monstruo que llevaba su nombre, un
gigantesco perro de tres cabezas, Siegfried era el amo de fafner,
un enorme Dragón alado de cuatro patas que habitaba en las
profundidades de la tierra y Lilith era el dragón oscuro, un
descomunal dragón poseedor del fuego ácido, cubierto de una
armadura impenetrable, de cuatro patas cuyas garras eran dagas
y poseía enormes alas capaces de formar huracanes, su cola
terminaba en el filo de una espada. De los cuatro FILOS que
peleaban por la Ciudadela sólo Siegfried y Lilith tenían un
control total sobre sus bestias, Loki solo podía crear a Midgard a
través de su elemento, agua, pero no la materializaba con su
cuerpo real, en cuanto a Cerberus, sólo alcanzaba a recrear la
imagen de su bestia pero aún no la materializaba.
Todos eran comandados por el Gobernador de Arcadia y su
Comandante Supremo: Leviatán y Juggernaut, poderosos
guerreros cuyo poder se sabía era superior al de los FILOS, pero
realmente se ignoraba su real potencial en el combate.
En contra del ejército de la Ciudadela combatirían los
rebeldes formados por seis FILOS, cuatro elementors, dos
troopers, un bérserker y una guerrera élite. De los seis FILOS
sólo Caribdis tenía el control total de sus dos bestias: scylla, un
grotesco monstruo de energía natural con cola de pez y cuerpo
de mujer, en la parte inferior seis gigantescas serpientes
sobresalían y debajo de éstas seis descomunales perros
soportaban todo el peso de la bestia y caribdis, un horrendo
monstruo capaz de crear enormes y destructivos torbellinos de
agua; Brahama, poseía al basilisco, un animal mitológico con
forma de gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas
espinosas y cola de serpiente con terminación en garfio, era una
bestia capaz de matar con la mirada, la voz o tocando a la
víctima, pero no era capaz de controlarlo; Fenrir era el amo del
gigantesco y legendario lobo que llevaba su nombre, pero
todavía no podía materializarlo; Freya, Escorpión y Athena aún
desconocían a la bestia que controlaban o si es que existían.
En cuanto a los demás líderes rebeldes, la Arcángel Pariel
controlaba al monstuo llamado equidna, una criatura que tenía el
rostro y medio cuerpo de una bella mujer de temibles ojos
oscuros, pero el resto de su cuerpo era una serpiente, lanzaba
fuego, era extremadamente resistente, fuerte y rápida; Acuario
dominaba al tritón, un monstruo con torso de un humano y la
cola de un pez, controlador del elemento agua, donde nadie era
más rápido que él; y Piscis controlaba al tifón, un ser
monstruoso que tenía el torso de un humano, en vez de dedos
tenía cabezas de dragón, de la cintura hacia abajo estaba
formado por serpientes, poseía alas y formaba huracanes con
ellas.
Libra era un elementor que tenía un control total y letal sobre
los elementos aire y electricidad, conocido, respetado y temido
en los cinco Distritos y sobre todo, en la Ciudadela, donde se
decía que era tan poderoso como los habitantes mas fuertes de
ese lugar; los gemelos Hermes y Titán eran quizá los dos
guerreros más fuertes de los rebeldes, capaces de mezclar el
elemento aire y el metal; Drake era un milagro de las fuerzas
elementales, las dominaba todas con excepción de la energía
pura y la energía natural; y finalmente Rhiannon, una guerrera
especialista en el combate cuerpo a cuerpo, su real poder era
desconocido por todos.
Los guerreros élite de los rerbeldes eran apoyados por dos
mil soldados armados con una espada y escudo pequeños, un
revólver, una escopeta pequeña manejable con una mano y una
armadura de metal; el revolver podía ser de uno o cuatro
cañones y la escopeta de uno o dos cañones, esta destruía las
armaduras de metal del enemigo, los soldados eran expertos en
el uso de sus armas, estaban entrenados para matar troopers y
elementors, los dirigentes estaban comunicados entre sí por
pequeños trasmisores que tenían en el oído derecho, no habían
escatimado en gastos, habían adquirido lo mejor en armas y
tecnología, en ese aspecto quizá hasta ganaban al enemigo.
Las piezas estaban sobre la mesa, la batalla se decidiría por
quien jugara la mejor estrategia en ese enorme tablero de ajedrez
que era el Segundo Distrito.

Mientras Brach y Cross esperaban la carga en la plaza central


de la zona élite del Segundo Distrito, recibían información de
que al mismo tiempo que Leviatán marchaba con sus huestes
hacía la fortaleza, los Comandantes estaban entrando por los
flancos del Distrito, Apocalipsy y Armagedón por el derecho,
Siegfried y Loki por el izquierdo, Cerberus rodeaba el Distrito
para caerles por la retaguardia, pensaban rodear a los rebeldes y
aniquilarlos, pero sus principales combatientes debían estar
juntos, la batalla se decidiría en las espadas de los guerreros
élite.
Cuando Leviatán llegó a la plaza central inmediatamente vio
a los guerreros que lo esperaban, eran ni más ni menos que el
vencedor del torneo por la espada sagrada Antares y Libra,
ambos pertenecientes al Círculo del Zodiaco, ordenó a sus
subordinados seguir avanzando, él se encargaría personalmente
de los líderes rebeldes y los alcanzaría más adelante.
"Hola muchachos... ¿No creen que me lo están poniendo muy
fácil?"
"Considérelo una cortesía de nuestra parte, usted es nuestro
distinguido huésped y haremos que se sienta como en casa." Le
respondió Cross, quien estaba sentado en una banca con las
manos entrelazadas a la altura de su barbilla.
"Me parece bien que los líderes nos veamos las caras. ¿Me
permiten unas palabras antes de que empiece nuestro combate?"
"Si usted insiste se lo permito." Le replicó Cross.
"Muy amable Lord Lesath. Hoy van a morir todos los
rebeldes, pero tengo una oferta para ustedes dos, ambos
interesan a la Ciudadela, tienen dones que pueden ser
aprovechados adecuadamente, si deciden acompañarme les
aseguro un lugar en los puestos políticos más importantes. Libra,
queremos que gobiernes el Distrito V, ya es hora de ponerlo en
su sitio, ese lugar es pura anarquía y Escorpión, a ti te ofrezco
mi puesto, en unos años me retiraré, voy por otra provincia
menos conflictiva, tú serás el nuevo Gobernador de Arcadia.
¿Que dicen chicos? ¿Les atare la idea?"
"¿Y que debemos hacer para cerrar el trato? Atacar a los
rebeldes, darles información…" Preguntó Libra.
"¡Por supuesto que no! Nunca les pediríamos que traicionen a
sus amigos, ellos ya están muertos, aunque si ustedes quisieran
evitar el derramamiento de sangre, pueden solicitar su rendición,
escucha bien Escorpión, puedes llevártelos a todos a trabajar con
nosotros a la Ciudadela, sólo algunos pocos no se salvarán,
Fenrir, Caribdis y Brahma no entran en el trato, el primero ya ha
sido condenado a muerte, los otros dos manejan bestias
incontrolables, serán tratados y adiestrados en la Ciudadela, los
demás quedarán bajo tu abrigo y protección, no es el mejor trato,
pero puedes salvar a la mayoría de tus compañeros, si no les
interesa salvarlos sólo retírense y déjemelo todo a mi. ¿Que
dicen? ¿Tenemos un trato?"
Cross y Brach se voltearon a ver divertidos, ambos se
levantaron y le plantaron frente a Leviatán, Cross habló:
"Tenemos una contraoferta, tú te retiras con todos tus hombres,
prendes fuego al edificio de la Ciudadela, desarmas el ejército y
enviamos a tus soldados al extranjero, no podrán volver, después
pide perdón a todos los ciudadanos de Arcadia y pasa un tiempo
junto con los principales líderes en la cárcel, no mucho, unos
cincuenta años, al final, si aún vives, sales de prisión y te damos
un espacio para que termines tranquilamente el resto de tus días,
tienes un minuto para pensarlo, esta oferta expira rápido. ¿Que
dices? ¿Tenemos un trato?"
Leviatán esbozó una sonrisa maligna, sacó su espada, la
legendaria Thyrfing, con ella señaló a los chicos. "Esta es una
espada sagrada y es especial, una vez que es desenfundada,
alguien debe morir, así que… ¿Quien de ustedes quiere irse al
otro mundo primero?"
Libra y Escorpión ya habían tomado sus posiciones, estaban
separados a ciento ochenta grados teniendo como centro a
Leviatán, de manera que cada uno quedó parado en una línea
recta, separados por una distancia de doscientos metros del
Gobernador de Arcadia, le sería imposible matarlos a ambos a la
vez.
"Usted elija señor, nosotros no somos más que unos humildes
ciudadanos." Le replicó Libra.
El ambiente se puso tenso, Leviatán era un viejo lobo de mar,
tenía más o menos la edad de esos chicos en la anterior batalla y
venció a experimentados guerreros, los observaba atentamente,
trataba de descifrar quien estaba más nervioso y se decidió,
atacó a Escorpión, su velocidad era impresionante, en segundos
se acercó y atacó, Cross logró detener el embate, sus ojos se
habían tornado rojo claro, Thyrfing y Antares chocaron, el
contacto de ambas espadas desató una onda de choque.
Después de su primer ataque, Leviatán estaba furioso, su rival
estaba de pie y sin daño alguno, su sombra que le había ganado
sus anteriores batallas había fallado, la veía de frente, pero algo
o alguien la había detenido, el cuerpo de Escorpión no lo dejaba
observar bien el panorama, hasta que vio las armas…, entonces
comprendió que es lo que había sucedido.
"Tu velocidad es buena amigo, pensé que me partían en
pedacitos…" Dijo Escorpión en un suspiro.
"No te creas mucho, llegué con lo justo, y eso porque estaba
más cerca que este maldito." Respondió el FILO número diez.
Fenrir y Brahma estaban observando la escena ocultos, Fenrir
cerca de Escorpión, Brahma de Libra, ya conocían el secreto del
ataque invisible de Leviatán, Drake se los había contado, los
venerables le dijeron que no fue Leviatán quien los venció, fue
una sombra que los golpeó como relámpago por la espalada,
nadie la vio llegar, pero el impacto y el dolor fueron claros,
Leviatán sólo terminó el trabajo, pero la herida que los inutilizó
fue obra de alguien más.
Tanto Fenrir como Brama ya estaban en modo FILO cuando
Leviatán hablaba con sus compañeros, sus ojos se habían
tornado azul claro y oro claro, esperaban el más leve cambio en
la dirección del aire para contrarrestar el ataque, ya sabían por
donde llegaría, por la espalda de cualquiera de sus amigos,
cuando Juggernaut atacó a Cross, Fenrir no lo vio pero lo sintió,
jamás volteó a ver a Leviatán ni como atacaba a Escorpión,
todos sus sentidos se concentraron en la retaguardia de su
camarada, se apresuró a recibir el ataque de aquel gigante, con
Colmillo Blanco y Colmillo Azul en forma de cruz paró el
ataque del Comandante Supremo de las Fuerzas Militares de la
Ciudadela, ahora la batalla empezaba realmente, recargándose
en la espalda de Escorpión el FILO número diez golpeó con
ambos pies en la barbilla a Juggernaut, este dio unos pasos para
atrás, tiempo suficiente para que Brahma y Libra lo rodearan,
los combates ya tenían a sus contendientes, Leviatán vs.
Escorpión y Fenrir, Juggernaut vs. Brahma y Libra.

Cuando Apocalypsy y Armagedón llegaban al límite del


barrio pobre y el barrio elite del Distrito II, los guerreros de
Géminis y Freya les salieron al paso, los enviados de la
Ciudadela venían acompañados por mil soldados, dieron la
orden a quinientos de ellos que siguieran al frente, los gemelos
no les permitieron avanzar, así que se quedaron los dos
Comandantes y todos los soldados, Armagedón y Apocalipsy
estuvieron de acuerdo, ya habían peleado previamente con esos
dos chicos y de ninguna manera dejarían que la chica que
portaba el guante que la acreditaba como el FILO número ocho
los auxiliara.
"¿Como ves Cas?"
"Son muchos soldados, yo prefiero pelear contra los jefes,
tienen nuestra complexión, será una buena pelea, que Astrid se
encargue de los demás."
"Te apoyo hermano, yo tampoco podría con tanto soldado.
¿Que dices condiscípula? ¿Nos vas a mostrar lo que el maestro
Aries te enseñó?"
Freya tenía cara de desgana, sabía que los gemelos no le
permitirían pelear con los Comandantes, eran muy peligrosos,
aunque en cierta medida el ejército de mil hombres no era un
flan, una mala decisión y acabarían con ella, después, con sus
amigos. No los iba a decepcionar.
"Los dos son unos inútiles miedosos, hagan lo que quieran,
yo me encargo de que la basura no se entrometa y les estorbe."
Los Gemelos se pusieron en guardia, ambos desenfundaron
sus enormes espadas. "¿Con quien te quedas Pol?"
"Ya inicié mi batalla con este." Señaló a Apocalipsy. "Me
gustaría pelear con él, tú termina tus asuntos con el otro."
Los Generales se enfurecieron, Armagedón les contestó: "De
acuerdo, cada quien saldará sus asuntos pendientes y esta vez no
hay quien los ayude."
Inmediatamente después se fue en contra de Hermes, su
compañero hizo lo propio con Titán, Freya encendió su modo
FILO, sus ojos se tornaron verde claro, a una velocidad de
vértigo atacó al resto del ejército, así empezó el combate, ahora
los Comandantes debían demostrar porque los relatos decían que
eran más poderosos que cualquier guerrero élite del exterior.

En el barrio de clase media casi en el puerto del Distrito II


Elektra y Caris vieron cómo el ejército se aproximaba a ellas, se
veía inmenso, las dos tendrían que pelear con los FILOS y el
ejército, tenían a mil efectivos algunos metros a sus espaldas
para que acabaran con los soldados que se les alcanzaran a
escapar, cuando estuvieron frente al ejército no vieron ni a Loki
ni a Siegfried, los soldados de la Ciudadela eran comandados
por varios bérserkers.
"En nombre de la Ciudadela les ordeno que se entreguen y
sus vidas serán respetadas." Dijo un bérserker que parecía ser el
General de ese grupo.
"Que me lo pida tu superior." Le respondió Athena.
"¡Aquí el superior soy yo!"
"Deseo hablar con Loki o con Siegfried."
"Aquí no vienen."
La sonrisa del General lo decía todo, habían cambiado la
estrategia, Loki y Siegfried entrarían por otro lado, sus
compañeros estaban en problemas.
"Caris, ve a buscar a los demás y auxílialos, llévate a las
fuerzas de combate, yo puedo con estos sin tu ayuda."
"Son más de dos mil soldados Elektra, no puedes tú sola."
"Sólo haz lo que te digo."
"No, si alguien se va a quedar a pelear soy yo, tú vete a
ayudar a los demás."
"Caris... Soy tu superior."
"No, en esta batalla mis únicos superiores son Drake y Cross,
ninguno está aquí, me ordenaron defender este lugar y así lo
haré."
"Entiende Caris, los demás…"
"Estás perdiendo el tiempo y no podemos hacer eso, voy a
atacar, tu puedes apoyarme y así acabamos más rápido o puedes
irte para ayudar a los demás, lo que escojas hacer está bien, tú
eliges."
Caris no esperó mas, encendió su modo FILO y atacó, sus
ojos se tornaron violeta claro, Athena no la iba a abandonar,
hizo lo mismo, sus ojos cambiaron de color a gris claro, pero
antes ordenó a la milicia que fueran a ayudar a los demás, ella y
Caris se encargarían de ese ejército, la pregunta era: ¿Cuanto
tardarían?
Rhiannon y Drake vieron al ejército acercarse, sus órdenes
eran claras, acabar con los líderes para que los soldados
siguieran avanzando en forma desordenada, de este modo Pariel,
Acuario y Piscis, darían cuenta del resto del Ejército, ambos se
alistaron pero cuando tuvieron a las fuerzas armadas a unos
metros se quedaron sin habla, éstos eran dirigidos por Loki y
Siegfried, quienes se habían ocultado de los otros FILOS y Libra
en la plaza.
"Vaya, vaya, mira que tenemos aquí, a los dos más
incompetentes de la resistencia." Se burló Loki.
"Esos no sirven." Dijo Siegfried. "Que los destrocen los
soldados, pasemos de largo."
Rhiannon y Drake se voltearon a ver, de ninguna forma
podían dejar que los FILOS avanzaran, matarían a sus amigas
con todo el ejército, ellos detendrían a los líderes, o por lo
menos los retrasarían hasta que llegaran los refuerzos.
"Lo siento Siegfried, pero ni tu ni Loki pasarán de este
lugar." Dijo Drake señalando a ambos.
"¿Que te crees insecto? ¿Acaso ya olvidaste que la última vez
casi te mato de un solo golpe?" Le dijo Siegfried en tono burlón.
"Intenta de nuevo, idiota."
Siegfried se dispuso a atacar, pero Loki lo detuvo. "Espera,
yo me encargaré de él, tú ocúpate de la chica y sigue adelante,
eres el que tiene experiencia en combate y debes dirigir al
ejército, después de matar a esta basura te alcanzaré."
"Está bien, pero no te apresures, no te necesito tan rápido,
tómate tu tiempo con ese insecto y me llevas un recuerdo."
"Lo que digas."
Loki había engañado a Siegfried aprovechándose de que
nadie tenía información de Rhiannon, lo engatusó para que
peleara con ella, él sí la conocía y de ninguna manera pensaba
tener un desafío con esa chica en una batalla uno contra uno, en
cambio Drake era una nulidad, podría con él con una mano
atada a la espalda y sin usar su espada sagrada.
Siegfried se fue descuidadamente de frente sobre Rhiannon,
pensaba apartarla de un solo golpe y seguir su camino. Craso
error. Rhiannon esquivó su golpe y lo pateo en las costillas, el
FILO salió volando y aterrizo en contra de un muro, estaba
herido, esa chiquilla le había fracturado las costillas, vio una
sonrisa en la cara de Loki, el maldito lo engañó, esa niña no era
normal, ya ajustaría cuentas con su compañero, ahora lo
imprescindible era seguir avanzando, no podían detenerse ahí, le
tomaría más tiempo del que tenía previsto matar a esa chica,
ordenó al ejército avanzar, él y Loki acabarían con esos rebeldes
y cuando todo terminara, ajustaría cuentas con el maldito FILO
número seis, los ojos de ambos cambiaron de color, los de Loki
a magenta claro y los de Siegfried a oliva claro.

Los cinco mil soldados siguieron avanzando, faltando un


kilómetro para llegar a su destino se encontraron con Pariel,
Piscis y Acuario, muchos de los solados temían; la formación de
la Santa Trinidad era famosa, solían arrasar por donde pasaban,
las historias eran por todos conocidas, siempre comenzaban con
la oración: “al frente de la formación tripartita estaba una
pelirroja hermosa, te quitaba el aliento de sólo verla, pero ella
era el peor de esos monstruos…”
Cuando Pariel vio al ejército acercarse, observó que algo
estaba mal, marchaban de manera impecable, con sus mandos
intactos, lo que significaba que algo habría salido mal o que
Drake y Rhiannon estaban muertos, ni ella ni las otras chicas
realmente los conocían y siempre dudaron de su intervención en
la batalla como guerreros élite, Arlés se había equivocado con
ellos y ahora podrían pagarlo caro, observó a sus compañeras y
ellas habían llegado a la misma conclusión, se veía el miedo en
sus miradas.
"Pariel... ¿Que sucedió con Rhiannon y Drake?" Preguntó
Acuario.
"No lo sé."
"Debemos hablar para pedir ayuda…" Piscis se veía nerviosa,
estaba entrando en pánico.
"No, no debemos ni podemos pedir ayuda, nos exponemos a
dejar desprotegido a alguien más por venir a auxiliarnos,
necesito que las dos se tranquilicen."
"Tienes razón. Nosotras debemos encargarnos de esto… ¿De
acuerdo Pics?"
"Si, disculpen mi arranque inicial, tu ordenas Pariel."
"Así me gusta, vamos a demostrarles a estos remedos de
soldados lo que es una verdadera guerrera, van a conocer a costa
de sus vidas porque la Legión y el Círculo son tan temidos y
respetados... ¿De acuerdo?"
"¡Si!" Gritaron al mismo tiempo Acuario y Piscis, Michelle
había logrado motivarlas, ahora ya no temían.
"Cambia la estrategia, mientras peleo con el ejército iré
eliminando a sus líderes, ustedes concéntrense en las fuerzas
armadas, yo haré el resto."
"¡Es muy peligroso para ti sola!" Le dijo Piscis.
"Si tienes otra idea mejor que la mía dímela en quince
segundos, si no, prepárense para pelear."
"No, no tengo otra idea, pero te estaremos vigilando,
prométeme que pedirás ayuda si la necesitas…"
"No quiero morir amiga, si tengo problemas juro que les
pediré ayuda."
La batalla comenzó, Michelle envió su último deseo hacia
Cross esperando que él saliera vivo, no pensaba pedir ayuda a
Piscis y Acuario, un descuido de su parte y la formación se
vendría abajo, protegería a esas chicas con su vida.

Dorian y Lilith estaban ingresando al Segundo Distrito por la


parte que colinda con el estado de Hamal, caminaban solos,
unos kilómetros detrás de ellos venía el resto del ejército de mil
quinientos hombres, ellos sólo iban para “rematar” lo que les
dejaran vivos los dos FILOS, pocos kilómetros adelante estaban
escondidos mil guerreros dirigidos por Yago, su misión era
acorralar y entretener el mayor tiempo posible a esos guerreros
para dar oportunidad a los demás de ir a auxiliarles, era zona de
pantanos, por lo que el combate podría desarrollarse a distancia,
era ideal para retrasarlos, con Yago estaban los mejores
tiradores de la milicia.
CAPÍTULO 12
DESENLACE Y REENCUENTRO

Leviatán estaba combatiendo con Escorpión y Fenrir al


mismo tiempo, le era imposible realizar un ataque poderoso de
energía, las agresiones constantes de sus enemigos no dejaban
de alcanzarlo, decidió ponerle fin a la pelea.
"Decían que eres un gran estratega Fenrir, pero se
equivocaron, me pusieron en bandeja de plata a lo que venía.
¿Que idiota estratega se acerca al enemigo más poderoso
acompañado de su líder?"
"El que esta seguro de su victoria Gobernador." Respondió
Escorpión.
Leviatán les envió uno de sus ataques más poderosos, un
tsunami de agua, la fuerza con la que atacó arrasó con todo lo
que había enfrente, era imposible de esquivar, sólo le quedaba
rematar lo que quedara de esos pobres chiquillos que jugaban a
ser héroes.
Mientras tanto, Juggernaut debía enfrentar a Libra y a
Brahma, eligió al que consideraba más débil primero, lo
embistió con su espada por delante, cuando el Comandante
Supremo de las Fuerzas Militares de la Ciudadela atacaba se
convertía en una fuerza irrefrenable que en su avance destruía
todo lo que se interponía en su camino, arrastró varios metros a
Brahma, cuando finalmente se detuvo, el FILO número nueve ni
siquiera se movía.
"Esa fue la presentación de mi espada sagrada llamada
Krishna, “la espada de la destrucción”, ahora será tu turno Libra,
no te voy a mentir, me siento excitado, nervioso y quizá hasta un
poco temeroso de enfrentarme a ti, nunca había sentido éste
sentimiento, siempre soñé con este día, nunca he enfrentado a un
enemigo que esté a mi altura, ni siquiera tu padre, desde que te
conocí cuando eras niño supe que serías muy poderoso y que
algún día nos enfrentaríamos, hace años debí matarte en el
Quinto Distrito pero te fuiste antes de que te buscara, el destino
quiso que al final nos enfrentáramos… ¿Estás listo?"
"Lo estoy, pero todavía no soy yo tu oponente."
Juggernaut soltó una risa sarcástica. "¿Que dices...? Los otros
dos apenas pueden con Leviatán y no tardarán en caer, tu amigo
quizá esté muerto, sólo tú puedes ser mi oponente."
"Si miras a tu derecha verás lo equivocado que estás. ¿Acaso
creías que con un ataque como ese ibas a matar a un FILO?"
Cuando Juggernaut volteó, vio a Brahma levantándose, se
veía herido, pero no de consideración. "Vaya, que sorpresa, un
familiar más que se une a la fiesta, no sé de donde vengas pero
eres un digno Brunn muchacho, aún así, no eres rival para mí."
"No sé de que hablas, sin embargo... ¡Uff! Realmente eres
enorme, jamás pensé conocer a alguien más grande que Titán…
¡Que buena arrastrada me diste! Pero no eres tan fuerte como los
gemelos, creo que Hermes me ha golpeado más fuerte."
Las Palabras de Brahma enfurecieron a Juggernaut, no existía
en el mundo guerrero más fuerte que él, ni Titán, volvió a atacar
al FILO número nueve, nuevamente lo arrolló, esta vez fue más
violento, lo arrastró más de veinte metros. "De esa no te salva
nadie, idiota."
Para sorpresa de Juggernaut, Brahma se volvió a levantar y
esta vez ni siquiera parecía herido, el Comandante Supremo de
las Fuerzas Militares de la Ciudadela, se preparó para volver a
atacar, pero cuando estaba a punto de hacerlo escuchó una gota
contra el suelo, al volver la vista hacia abajo vio que era sangre,
Brahma se veía golpeado pero no sangraba, entonces, se tocó el
costado, tenía una herida de quince centímetros, y no sólo en el
costado, también en el brazo, pecho y ambas piernas.
"¿Que diablos?"
"Que tu ataque es predecible grandote, la primera vez me
golpeaste de lleno pero leí tu ataque, la segunda vez te engañé,
dejé que me arrastraras, pero sólo debía girar, mientras lo hacía
con Vishnú me protegía de tus golpes así como de tus pisadas y
con Shiva te estuve golpeando, tu ataque es altamente
destructivo pero pones tanta energía en él que no te das cuenta si
te golpean también".
"¡Cabrón!"
Juggernaut se preparó para volver a atacar a Brahma, ese
maldito niño realmente lo había sorprendido, bastó un ataque de
su parte para que leyera sus movimientos y a su segunda
embestida él fue quien resultó afectado, estaba tan confiado que
ni siquiera había activado su defensa de metal, ese chico no
podía seguir viviendo, era demasiado peligroso, adoptó la
misma posición de ataque que la última vez, pero dispuso su
espada en distinto ángulo, esta vez acabaría con el FILO número
nueve. "Prepárate maldito, voy a…"
No acabó su oración, sintió como más de veinte mil voltios se
estrellaron contra su cuerpo, antes de caer observó como
Brahma lo iba a golpear con sus espadas, se protegió con
Krishna pero Libra lo volteó con su viento y recibió el golpe del
FILO directo en su espalda.
Juggernaut cayó estrepitosamente, cuando volteó a ver a su
compañero él no lo pasaba mejor. Después de lanzar el tsunami
Leviatán vio que la defensa de hielo de Fenrir estaba totalmente
destrozada, pero la pared de energía pura de Escorpión estaba
intacta, se encontraba peleando contra los dos miembros mas
inteligentes de la resistencia, parecía que con la mirada se
comprendían y ejecutaban su estrategia, era perfecta, en cuanto
quiso volver a atacar no pudo mover sus piernas, las tenía
congeladas, cuando quiso romper el hielo le empezaron a atacar
con miles de pequeños kunais y shirukens de energía pura,
empezó a sentir dolor, mientras, él se seguía congelando, el
Gobernador juntó su energía y en una explosión de agua rompió
ambos ataques, pero cuando eso sucedió Escorpión y Fenrir ya
estaban demasiado cerca, ambos atacaron con sus espadas, lo
hirieron más de una docena de veces en un ataque combinado,
aunque Leviatán se alcanzó a proteger fue lanzado al aire y cayó
estrepitosamente de cabeza.
Leviatán y Juggernaut se voltearon a ver, los Comandantes
tenían razón, estos chicos eran demasiado poderosos, podían
vencerlos sin ninguna duda, pero sólo en batallas de uno contra
uno, ambos descubrieron que la batalla estaba pérdida, por lo
menos la batalla que ellos libraban.
"Comandante, vamos a tener que usar a los monstruos."
"¿Es necesario?"
"Así es, si estos malditos viven después se va a complicar
este asunto de la rebelión. ¡Yo digo que los acabemos ya!"
"Está bien."
Los dos representantes de la Ciudadela se levantaron, tenían
de frente a los cuatro chicos, ambos invocaron a sus bestias, el
Gobernador invocó al animal mítico del que derivaba su
nombre: al leviatán, una gigantesca y horrenda combinación de
un lagarto y una serpiente, Juggernaut llamó a su monstruo:
asura, un enorme demonio, ambas bestias podían ser controladas
a voluntad por los guerreros de la Ciudadela. "Esto es muy
malo." Dijo Libra. "Será mejor que se alejen, esta vez voy yo
solo."
Mientras Brach hablaba Cross ya estaba formando una
gigantesca kunai de energía pura, Brahma los detuvo a ambos.
"Háganse a un lado, este es mi territorio."
Tanto Escorpión como Libra fueron lanzados hacia atrás,
cuando se levantaron Fenrir los tomó a ambos del cuello y los
alejó de Brahma. "Será mejor que le hagan caso, su bestia es
demasiado peligrosa y ni siquiera él la puede controlar."
Entonces Brahma dejó salir a la bestia que había prometido
no volver a llamar, ese monstruo que mataba a quien tuviera
delante y actuaba por voluntad propia: el basilisco, una extraña
bestia que parecía un gallo con cuatro patas, plumas amarillas,
grandes alas espinosas y cola de serpiente que terminaba en
garfio, las tres bestias se prepararon para atacar, el leviatán
media más de diez metros, el demonio asura ocho metros
aproximadamente, el basilisco no llegaba a los tres metros,
Brahma no le permitió abrir los ojos, la última vez que lo hizo
casi lo mata, pero lo dejó gritar a voluntad, sin contenerlo, sus
enemigos con todo y sus bestias fueron arrojados más de
cincuenta metros, los monstruos desaparecieron, cuando
Leviatán se incorporó observó que Juggernaut estaba tendido en
el suelo desorientado, enterró a Thyrfing en el suelo y dijo unas
palabras incomprensibles, una ola de agua se los llevó a ambos,
una vez que desaparecieron también lo hizo el basilisco, Brahma
cayó, sus tres amigos fueron por él, Cross le reclamó: "¿Por que
lo hiciste? Eso fue muy peligroso."
"Porque no teníamos tiempo de seguir peleando, la bestia de
Fenrir no pelea, es un jodido holograma, tú todavía no sabes si
tienes una y Libra podía salir herido, era la manera más rápida
de terminar esto."
"Pero no sabías si iba a funcionar."
"El hubiera no existe y funcionó. ¿No es así? De todas formas
les estábamos pateando el trasero."
En eso estaban cuando le cambió el semblante a Fenrir.
"¿Que sucede?" Preguntó Libra.
"Están masacrando a mis chicos que se encuentran al norte
del Distrito…"
"Vamos a apoyarlos." Ordenó Cross.
Los cuatro corrieron a una velocidad de infarto, Libra los iba
empujando con su viento, casi volaban.

Al oeste del Distrito, Titán estaba peleando con Apocalipsy,


ambos manejaban enormes espadas, la Zweihander de Póllux
estaba venciendo al espadón del Comandante, entonces, de reojo
observó que Freya tenía problemas en su batalla, eran
demasiados para ella sola, formó una cadena alrededor de la
empuñadura de su espada y la ató a su muñeca, entonces, la
lanzó contra los soldados, de un solo golpe eliminó a quince,
Apocalipsy aprovechó que Titán estaba desarmado y lanzó un
golpe de su espada al cuello de su oponente, el gemelo mayor lo
detuvo con la mano izquierda, de la nada había saldo de su piel
un enorme guante de metal, en el antebrazo se leía “Titán”, con
su fuerza Póllux hizo a un lado la espada, del guante salió una
cuchilla que se encajó en el hombro del Comandante.
Por su parte Hermes parecía que estaba dando un espectáculo
de circo en lugar de una pelea, su enorme Doppelhander corría a
través de su cuerpo como si se tratara de un ula-ula o de un
bastón de porrista, cada que hería a Armagedón, lanzaba su
Doppelhander contra los soldados y regresaba como un
bumerang, cuando por fin el Comandante logró golpear la
espada en su centro de gravedad y cayó al suelo, intentó
levantarla para arrojarla lejos de Hermes, pero no pudo, era
demasiado pesada, se preguntaba como ese chico que no se veía
tan fuerte como su hermano dominaba esa espada tan pesada
como si se tratara de un palo de madera, la respuesta le llegó de
inmediato, al tratar de levantar la Doppelhander y fallar, quedó
desprotegido, Hermes lo golpeó en el rostro, el impacto fue
realmente intenso, el Comandante nunca había sentido tanto
dolor por un sólo golpe, en su vida sólo había conocido a una
persona tan fuerte como ese chico: Juggernaut.
Armagedón no esperó mas, liberó a su bestia, la hydra, una
enorme serpiente con seis cabezas, Hermes sacó sus armas y de
un disparo le voló la cabeza a una serpiente, al ver que el cuello
caía, repitió la dosis con otras dos cabezas, Armagedón sonrió,
los cuellos se levantaron y donde había seis cabezas ahora había
nueve y todas atacaban a Hermes.
"Este es tu fin muchacho, entre más cabezas cortes más
serpientes habrá, después de eliminarte a ti iré por la chica, me
divertiré con ella y después la torturaré hasta que rece por su
muerte."
La cara de Hermes no mostraba sorpresa ni mucho menos.
"Está bien, vamos a ver cuantas cabezas puedes duplicar… "
Entonces, el gemelo menor se puso a disparar frenéticamente.
Mientras tanto, en la otra batalla, Apocalipsy también había
decidido sacar a su bestia: la naga, una enorme serpiente de siete
cabezas que expulsaba agua. Titán utilizó su armadura de titanio
y embistió contra la bestia, el poder estaba igualado, el monstruo
actuaba por instinto y bajo las órdenes de un enfurecido
Comandante, Titán golpeó el piso y cuchillas hasta de tres
metros surgieron del suelo en donde se encontraba Apocalipsy,
atravesaron a su bestia, después, en su guante derecho formó
una gran cuchilla en forma de abanico que le abarcaba mas de
medio brazo y comenzó a cortar a la criatura, esta también
golpeaba a Póllux, su armadura se estaba rompiendo y la bestia
no sufría daño alguno, parecía que tenía agua en lugar de
entrañas, entonces, el gemelo mayor cambió su estrategia,
comprimió el aire a su alrredeor y lo mezcló con el metal
creando una explosión gigantesca, los restos del metal habían
dañado al Comandante, la armadura de Titán había colapsado
pero ya era demasiado tarde para Apocalipsy, su serpiente podía
seguir peleando, sin embargo, él se quedaba sin energía, Titán
chocó las palmas de sus manos y creó una explosión que
absorbió el Comandante con su cuerpo, lo lanzó cinco metros en
el aire, cuando iba cayendo Póllux lo golpeó de lleno en el
corazón, el impacto le atravesó el cuerpo, el corazón dejó de
latir, la naga desapareció por completo, Apocalipsy estaba
muerto.
En la otra batalla la hydra de Armagedón ya contaba con más
de cien cabezas, algunas habían herido a Hermes pero nada de
consideración, era demasiado rápido para que los ataques fueran
mortales y también tenía una armadura natural de metal, en la
mano izquierda su revolver ya se había convertido en un cañón,
de un solo disparo le volaba las cabezas a más de treinta
serpientes y por otro lado disparaba hacia donde combatía
Freya, mataba a más de veinte soldados con sus disparos, ahora
que Armagedón controlaba a una enorme serpiente con más de
cien cabezas se dio cuenta de que era más lento, con el revólver
derecho Hermes impactó en siete ocasiones a Armagedón quien
se burló de los disparos, éstos no le harían nada, como con la
hydra el músculo que destruía se volvía a regenerar, entonces,
Hermes cambió las balas y nuevamente impactó en veinticuatro
ocasiones a Armagedón, el resultado fue el mismo. "Mejor
ríndete y te prometo matarte sin dolor, te lo mereces, fuiste un
digno oponente."
Hermes sonrió como quien se proclama ganador de un juego
que desde el principio sabía que no podía perder y lanzó un
golpe al estilo de su hermano, el impacto de aire golpeó al
Comandante en el pecho, entonces, Armagedon sintió que su
cuerpo estallaba por dentro, empezó a sangrar de la boca, los
oídos, la nariz, los ojos, no se podía mover. "¿Que hiciste?"
"Esta vez te alcancé con balas expansivas, las rellené de aire
comprimido y disparé a puntos específicos de tu cuerpo, con el
golpe en el pecho las activé y explotaron creando bolsas de aire
en tu organismo, ese truco me lo enseñó una amiga, es bueno...
¿Verdad?"
De repente Hermes desapareció, Armagedón no pudo seguir
su movimiento, estaba demasiado rígido y el dolor interno era
insoportable, Hermes apareció a su lado. "A tu serpiente le
reviento una cabeza y le salen dos, es inmortal e invencible…
¿Será lo mismo contigo?"
Hermes puso su arma en la sien del enemigo, Armagedón con
los ojos rojos y llorando sangre, intentó que una de sus
serpientes lo atacara pero era demasiado tarde, la bala le
traspasó el cerebro, el monstruo desapareció y Armagedón cayó
muerto.
Una vez que vencieron a sus enemigos, los gemelos se
enfocaron en atacar a los soldados restantes, sólo quedaban unas
pocas decenas, Astrid seguía peleando con todo lo que tenía, le
dolían todas las articulaciones, ya no tenía energía, había
perdido la noción del tiempo y el espacio, pero debía seguir
atacando, los enemigos volaban muertos por los aires, esos eran
los afortunados, los demás sólo volaban sus miembros
cercenados, los gemelos acabaron con los restantes en un abrir y
cerrar de ojos, cuando no había nada más Freya seguía peleando,
era demasiado peligroso acercarse, su espada formaba una
defensa perfecta a su alrededor, nada la penetraba y al mismo
tiempo las ráfagas de aire que emitía mataban a quien se
acercara, el FILO número ocho era la máquina de combate
perfecta, ataque y defensa en uno solo, Hermes disparó a la
espada Valquiria, lo hizo con tal precisión que la sacó de ritmo,
dejó de girar alrededor de Freya, en esa décima de segundo
Titán la abrazó y la calmó.
"Tranquila preciosa, ya los derrotaste a todos, ganaste, ahora
cálmate y déjanos el resto a nosotros."
Los ojos verde claro de Astrid volvieron a su color café
habitual, respiró profundamente y se calmó, se quito con
suavidad el abrazo de Póllux. "¿Lo logramos?"
"Si pequeña." Contestó Titán.
"¿Nadie está herido?"
"No de gravedad."
"¿Como se sienten ustedes?" Preguntó Hermes. "Debemos
ayudar a los que siguen combatiendo."
"Ya vamos." Contestó Titán. "Sólo déjanos tomar un respiro,
tú también debes estar exhausto."
"Lo estoy pero me preocupan los otros, eran muchos
soldados, si Astrid quedó así que es la más resistente y fuerte de
todos, imagínate a los demás …"
"Tranquilo Cas, soy la más resistente y fuerte pero no la más
poderosa, sólo danos unos minutos, tú también los necesitas,
debemos recuperar energías, de lo contrario, en vez de ayudar
sólo llegaremos a estorbar."
"Tienen razón, pero únicamente unos minutos…"
"Si, sólo un momento. A propósito... también soy las más
rápida, tanto como tú." Freya sonreía.
"Yo creo que más, y cuando te crezca ese cabello también
serás la más guapa." Respondió Cástor.
"Ajá, lo que tú digas. Por cierto Pol, no me digas pequeña
que soy más grande que tú."
"Yo hablaba de tamaños no de edad…"
Astrid golpeó el brazo del gemelo mayor. "Ya lo sé."
"A propósito Cas, esa técnica con la que venciste a
Armagedón…"
"Así es “pequeño”, es con la que me ganó Elektra, sólo que
yo la perfeccioné."
"Impresionante..."
Así eran los gemelos, ellos no veían los combates en cuestión
de ganar o perder, no les causaba ningún pesar el salir
derrotados, ni siquiera los incomodaba, lo veían como la
posibilidad de enfrentarse a alguien más fuerte que ellos y
aprender, probar sus límites, pero cuando había algo más que el
simple placer de pelear de por medio, era imposible que
perdieran.

Mientras Surt Muspelheim se reponía del sorpresivo ataque


de una chica, Loki planeaba su estrategia, se olvidaría de
Siegfried, mataría a Drake y alcanzaría al grueso del ejército, la
gloria sería suya, sacó su espada sagrada Arondight, pero no la
desenvainó, atacó con el báculo a Drake, este a su vez sacó su
espada y empezó el combate, Drake llevaba perfectamente el
ritmo de Loki en la batalla, este no alcanzaba a golpearle, no
recordaba que su oponente fuera tan rápido ni fuerte, decidió
desenvainar su espada sagrada y atacó, al tercer golpe rompió la
espada de su compañero del consejo escolar, entonces, Drake
desplegó su defensa de metal.
"Con que ya lograste adquirir una cualidad de guerrero…, eso
es sorprendente para un inútil como tú, pero eso no es nada para
mí, oxidaré tu armadura y morirás."
Loki atacó con el elemento agua a Drake, cuando consideró
que su oponente estaría destruido cesó su ataque, entonces,
observó que Drake estaba intacto, incluso una defensa de
elemento agua lo rodeaba. ¿Como hiciste eso? Hace un
momento habías ejecutado una defensa de elemento metal y
ahora dominas el agua, tú no podías hacer ninguna de las dos
cosas…
"Es lo que se consigue con entrenamiento y perseverancia
Loki, algo que tú desconoces."
"Pero eres un inútil..."
"Tal vez, pero nunca me doy por vencido y entreno muy
duro, de nada sirve ser un superdotado si no pones tu corazón en
lo que haces y te dedicas a ello el cien por ciento, sé que no soy
tan hábil ni poderoso como mis compañeros, pero si soy más
terco que cualquiera y nunca dejo de pelear por lo que quiero, y
yo toda mi vida he querido ser un guerrero…"
Loki estaba sorprendido y furioso, no podía perder frente a
ese inútil, formó una enorme serpiente de agua con su poder
elemental y atacó a Drake.
En la otra pelea, Siegfried ya se había recuperado de la
sorpresa inicial y fue por Rhiannon, la atacó con todas las
variedades de sus ataques de elemento tierra, pero con ninguno
logró dañarla, la chica ni siquiera se esforzaba en esquivar sus
ataques, simplemente los destruía, utilizaba técnicas de artes
marciales para eliminar sus embates, usaba la fuerza justa para
impedir que la dañaran, ni más ni menos, Siegfried no tuvo más
remedio que utilizar su espada sagrada Balmung, esta triplicaba
su poder y velocidad, pero el resultado fue el mismo, era
imposible herir a esa chica, entonces, se decidió por atacarla
frontalmente, cuerpo a cuerpo, la cortaría en pedazos, ella no
llevaba ningún arma para defenderse, a una velocidad
extraordinaria Siegfried se acercó a Rhiannon y empezó a
atacarla con Balmung, por su parte, la chica utilizaba sus brazos
y piernas como armas, no importaba la manera en que Siegfried
la atacara, ella siempre era más rápida y bloqueaba el embate
golpeando la parte plana de la espada con sus extremidades,
hasta que en un movimiento impensable, con la pierna izquierda
detuvo un ataque y girando sobre su cuerpo con el talón de la
pierna derecha golpeó a Siegfried en la cara, el golpe fue más
brutal que el primero que recibió, estaba noqueado, veía a dos
chicas en lugar de una.
"Ya basta de juegos señor, ahora me toca atacar a mí."
Rhiannon tomó la ofensiva, en un principio la defensa de tierra
de Siegfried, detuvo todos sus ataques.
"Olvídalo pequeña, esta defensa es impenetrable, por el
momento estamos empatados…"
Eso pensaba el guerrero, pero la velocidad de la chica se
incrementaba, el FILO número cinco perdió de vista por
completo los golpes que le lanzaban, sus ojos color oliva claro
sólo distinguían unas ráfagas que salían del cuerpo de esa
jovencita, aunque su defensa actuaba por sí sola sin que él la
controlara, empezó a dejar espacios tras cada ataque, entonces,
empezó a sentir el dolor de los golpes, hasta que finalmente vio
a Rhiannon de frente, pero era demasiado tarde, el golpe le dio
de lleno en el rostro, Siegfried cayó, tenía rota la nariz y había
perdido los dientes de enfrente, comprendió que sus poderes no
eran comparables a la técnica de pelea de esa chiquilla, su forma
de lucha era impecable, en ese momento, algo distrajo la
atención de ambos, en la otra batalla el FILO número seis
también estaba perdiendo, atacaba a Drake con una enorme
serpiente de agua, pero el chico “débil” tenía fuego en los puños
y poseía una fuerza realmente destructiva, con cada golpe
evaporaba el ataque de su enemigo y se acercaba a él, cuando lo
tuvo a su alcance cambió la energía de su mano derecha, de
energía elemental tipo fuego cambió a electricidad y golpeó de
lleno a Loki, este quedó todavía más herido de lo que estaba
Siegfried, su cuerpo sangraba y estaba medio chamuscado, no
podía ni levantar su espada, gritaba desesperado: "¿En que
diablos te convertiste? ¡Nadie, absolutamente nadie puede
manejar cuatro tipos de energía elemental a la vez!"
"Tienes razón, pero yo no manejo cuatro elementos, manejo
más…"
Así Drake auxiliándose de su espada rota lanzó un ataque de
hielo que fue bloqueado por una cortina de tierra, la defensa no
la había desplegado Loki, estaba demasiado herido y confundido
para hacerlo, lo había hecho la espada Balmung a una orden de
su portador, la espada de Siegfried tenía esa particularidad,
podía combatir sola sin que nadie la empuñara, por eso era
conocida como “la espada mágica”, el FILO número cinco
aprovechó el momento, concentró su energía y convocó a su
bestia: el dragón fafner, en sus pupilas apareció el símbolo que
lo identificaba como FILO, una enorme cabeza de dragón
formado de tierra se tragó tanto a Siegfried como a Loki y se
perdió en las profundidades, los FILOS cinco y seis habían
escapado. En un principio Siegfried pensó en atacar a Rhiannon
con fafner, pero al ver el poder de Drake se arrepintió, Loki
estaba fuera de combate y su dragón no podría con esos dos
sorprendentes chiquillos.
En lo que ambos recuperaban el aliento Rhiannon preguntó a
Drake: "¿Como hiciste para pelear tan bien utilizando tantos
elementos? Usaste cinco si no me equivoco…"
"Desde que descubrí la habilidad de controlarlos entreno todo
el tiempo, trato de crear un elemento con cada dedo y la palma
de la mano al mismo tiempo."
Rhiannon observó las manos de Drake, realmente se veían
muy mal, estaban destrozadas por los extremos a los que su
amigo las sometía, la chica las tomó entre las suyas con cariño.
"Tendremos que pedirle a Michelle que nos ayude para pagar un
tratamiento adecuado, sé que nos ayudará."
Entonces Drake gritó: "¡Michelle! Todo el grueso del ejército
está pelando con las chicas, debemos ir a ayudarlas…"
No necesitó decir más, Drake y Rhiannon corrieron hacia el
lugar en que se estaba librando la batalla más violenta de todas.

Cuando empezó la batalla principal, Pariel no se guardó nada,


su energía psíquica era peculiar, quitaba los sentidos al enemigo,
pero tenía corto alcance, la aplicó para inutilizar a los enemigos
que formaban la primer línea, Piscis aprovechó el desconcierto
para quemarlos, de las siguientes líneas se encargó Acuario, su
poder psíquico aunque no era tan poderoso como el de Pariel si
era igual de efectivo, les ocasionaba a los enemigos una
sensación de vacío y pesadez que los inutilizaba y tenía mucho
más alcance que la Arcángel, Piscis los volvió a quemar, las
chicas combinaban sus poderes perfectamente, Pariel utilizaba la
energía elemental electricidad, Piscis la energía elemental agua
y Acuario la energía elemental hielo, cuando eran atacadas por
los Generales o los Coroneles, utilizaban la energía elemental
psíquica, pero sus cuerpos y mentes se fueron cansando, eran
demasiados enemigos, Pariel les habló:
"¿Como van chicas?"
"Ya no puedo más." Respondió Piscis.
"Yo todavía puedo con algunos." dijo Acuario pero se veía
tan mal como su compañera.
"Esto se esta poniendo peligroso, usemos nuestro máximo
poder. ¿Están de acuerdo?"
"¡Pero no hemos acabado ni con la mitad de los enemigos!"
Protestó Acuario.
"Lo sé, pero si continuamos así, después no seremos capaces
de alcanzar nuestro máximo potencial." Respondió Pariel.
"Tiene razón amiga." Piscis apoyaba a Michelle.
Entonces, las tres chicas llamaron a las bestias que
controlaban, los ascendentes de las integrantes del Círculo del
Zodiaco eran el tritón de Acuario, un monstruo con torso de un
humano y la cola de un pez; y el tifón de Piscis, un ser
monstruoso que tenía el torso de un humano, en vez de dedos
tenía cabezas de dragón, de la cintura hacia abajo estaba
formado por serpientes, poseía alas, y formaba huracanes con
ellas.
Pariel controlaba a equidna, un monstruo que tenía el cuerpo
y rostro de una bella mujer de temibles ojos oscuros, pero de la
cintura hacia abajo era una serpiente, lanzaba fuego.
Las tres chicas empezaron a pelear apoyadas por sus
monstruos, el ejército enemigo se empezó a diezmar a un ritmo
sorprendentemente rápido, el tritón de Acuario abarcó un
enorme árera con su poder elemental sobre el agua, una vez que
los enemigos estaban dentro de su elemento eran presas fáciles,
los que no morían por sus ataques lo hacían ahogados; el tifón
de Piscis formó terribles huracanes que arrasaron con una gran
cantidad de soldados, la fuerza del viento destrozaba cuerpos,
armaduras y dragones; finalmente la equidna de pariel, no
abarcaba tantos enemigos en sus ataques, pero era igual de letal,
a una velocidad de infarto acababa con sus enemigos, su cuerpo
era extremadamente resistene y ninún ataque de los militares la
llegó a molestar.
Las tres rebeldes habían reducido el número de sus enemigos
a más de la mitad, pero estaban exhaustas, el monstruo de Piscis
desapareció y ésta cayó de rodillas, Pariel le indicó a Acuario
que protegiera a su amiga, entonces, la Arcángel soltó su
máximo poder, desapareció su bestia y un aura blanca la rodeó,
atacó con su energía psíquica, esta vez abarcó mas de diez
hileras de soldados, los confundía quitándoles algunos de sus
sentidos, después, con energía elemental eléctrica los eliminó,
con la mirada amenazante se dirigió a sus enemigos: "Me han
hecho enfadar, ahora los voy a eliminar a todos."
La líder de la escuela superior del Segundo Distrito repitió
tres veces la técnica que había usado, Piscis y Acuario estaban
aterrorizadas por el poder de Pariel, parecía no tener fin,
Michelle empezó a sangrar por la nariz, el esfuerzo era inmenso,
su cerebro y su cuerpo lo estaban resintiendo, pero ella sabía que
podía lograrlo, el siguiente ataque sería todavía más destructivo,
al parecer su poder no tenía un límite, pero no lo alcanzó a
efectuar, los FILOS siete, nueve y diez acompañados de Libra
atacaron a los soldados por la retaguardia, al mismo tiempo por
el costado derecho se escuchó una enorme explosión y se veía
como una gran cantidad de soldados salían volando, Titán había
caído en medio de las líneas enemigas, junto a Hermes y Freya
estaban acabando con la franja este de los guerreros de la
Ciudadela, del lado oeste llegaron los mil soldados que
apoyaban a Caribdis y Athena, finalmente, también se unieron a
la batalla Drake y Rhiannon. Piscis y Acuario tomaron un
segundo aire, esta última exclamó feliz.
"¡Mira Pariel, están todos vivos!" Puso su mano en el hombro
de Michelle. "Ya hiciste lo tuyo, nos salvaste la vida, eres la
persona más poderosa y leal que visto en mi vida, ahora te toca a
ti darte un respiro, déjanos el resto a nosotras."
Michelle sonrió y le dio una palmada en la mano a Acuario,
se colocó detrás de ella mientras se daba un respiro, la batalla ya
estaba decidida, sus compañeros estaban exterminando al
ejército de la Ciudadela, mientras peleaban, Escorpión y Fenrir
se dieron cuanta que ya no eran indispensables en ese frente,
tomaron un par de vehículos individuales tipo motocicleta y con
Brahma y Drake sentados en la parte trasera de cada vehículo se
enfilaron rumbo a la parte donde se encontraba Yago con lo que
quedaba de su ejército.

Cuando los guerreros llegaron a la parte norte del Distrito, el


panorama era desolador, había muertos por todas partes, sin
sobrevivientes, habían aniquilado a toda la milicia rebelde y lo
habían hecho al parecer sólo dos personas, el FILO número tres,
Cerberus y alguien que parecía ser una hermosa chica de ojos
color rosa claro, los tres FILOS rebeldes sintieron una sensación
de peligro, como la de una presa ante su depredador,
inmediatamente junto con Drake asumieron sus posiciones de
combate, pero cuando el enemigo se acercó Brahma y Drake
notaron que Escorpión y Fenrir se quedaron sin habla, la chica
que acompañaba a Cerberus al parecer era la que los tenía así.
"Hola Cross, cuanto tiempo sin verte…"
La sorpresa en Cross era mayúscula, se adelantó unos pasos y
guardó a Antares. "¿Christina?"
La chica sólo sonrió y escapó, Cross se fue tras de ella,
cuando Drake intentó seguirlos, un ataque de fuego azul le
impidió continuar, era Cerberus. "Lo siento chico pero tú no
puedes pasar, ellos tendrán que arreglar sus problemas, tú
preocúpate de los tuyos porque vas a morir aquí."
Drake atacó a Cerberus con energía elemental tipo hielo, pero
éste la esquivó, inmediatamente después el FILO número tres
contraatacó con un golpe al cuerpo, Drake se cubrió con energía
elemental tipo metal, pero no fue suficiente, el golpe destruyó su
armadura y lo envió contra una estructura de cemento, Drake
estaba herido. "Tengan cuidado amigos." Les advirtió Fenrir.
"Cerberus es extremadamente fuerte y muy resistente."
"Eso lo veremos." Exclamó Connor.
Brahma atacó a Cerberus, éste ya lo esperaba con su espada
sagrada Durandal en las manos, ya estaba en modo FILO, sus
ojos se habían tornado cian claro, ambos eran buenos
combatientes con la espada, pero Brahma estaba cansado por su
combate ante Leviatán y Juggernaut, juntó sus espadas en una
sola: Ammavaru, y continuó con su combate, luchando con una
sola espada ahorraba energía, logró encontrar un punto débil en
la técnica de Cerberus y lo atacó, cortó a su enemigo pero este lo
tomó del cuello y lo estrelló en el piso, después lo levantó y
golpeó su estómago con la rodilla, lo mando a volar algunos
metros, cuando Brahma cayó no pudo levantarse, estaba
demasiado cansado y herido, sus ojos volvieron a ser cafés.
Drake volvió a atacar a Dorian, esta vez lo hizo con el elemento
tierra, pero el resultado fue el mismo, Cerberus recibió el ataque
y después rompió su defensa, lo volvió a lastimar, entonces,
Fenrir dirigió un ataque de hielo contra su antiguo compañero
que contestó con fuego, a las espaldas de ambos se formaron las
imágenes de las bestias que llevaban su mismo nombre, un lobo
gigante detrás de Fenrir y un can de tres cabezas detrás de
Cerberus, el hielo eterno del FILO número diez contra el fuego
azul del número tres, al final, los rastros de las batallas
anteriores pasaron factura a Fenrir y fue alcanzado por el fuego
de Cerberus, salió disparado y cayó al suelo, estaba quemado en
todas sus articulaciones, el sólo moverse le dolía una infinidad,
Dorian no se esperaba otro ataque después de vencer a Fenrir,
pero Drake esta vez lo atacó e impactó con energía elemental
tipo electricidad, esta vez si quedó herido, el corte que le había
hecho Brahma era profundo y el ataque a Fenrir lo había
agotado, su defensa se había debilitado, furioso atacó a Drake
con su fuego, pero el rebelde lo desvió con hielo que salía de sus
puños, Cerberus aprovecho la ocasión para golpear con
Durandal a Drake, el impacto fue brutal, Drake quedó tendido
en el suelo, él único discípulo que le quedaba a Riazor se acercó
a Fenrir y Brahma, se dirigió al primero de ellos.
"Hola Arlés."
"Dorian."
"Escogiste el bando equivocado."
"Cada quien hace lo que debe hacer."
"Tienes razón, aunque debo decir que me decepcionaste,
pensé que tu poder era mayor ahora que manejas a Droma, me
hubiera gustado enfrentarte en plenitud de condiciones."
"Dame un par de días y con gusto te complaceré."
"Quisiera pero no puedo, mis órdenes son matarte."
"Está bien, sólo quiero que me expliques que pasó con
Christina… ¿No había muerto?"
"Así es, Christina ya no existe, a quien tú viste es al FILO
número doce: Lilith, ella sola acabó con tus soldaditos, yo sólo
fui un espectador, en estos momentos Escorpión ya debe estar
muerto."
"Me gustaría preguntar por que acabaste así amigo, pero me
imagino que un perro siempre será un perro."
"No me ofendes, ese es mi nombre y como los perros soy fiel
a mi dueño, no soy un maldito malagradecido como todos
ustedes, eligieron el bando equivocado y los voy a acabar a
todos."
"¡Ya me hartaste imbécil! Si piensas matarme de
aburrimiento se me hace muy cruel, mejor piensa en otra
cosa."Esta vez era Brahma quien hablaba, trataba de levantarse
pero no lo lograba, estaba al límite de sus fuerzas.
"Está bien, tú tampoco me agradas, los veo en el otro
mundo." La espada sagrada de Cerberus: Durandal, se encendió,
Dorian la tomó con las dos manos, concentró su energía y la
envió en contra de los FILOS nueve y diez, antes de que el
fuego los alcanzara, Drake se interpuso con un salto en el
camino de las llamas, no le dio tiempo de ejecutar ningún tipo
de energía elemental, tan sólo utilizó su cuerpo como escudo
para defender a sus amigos.

Cross corría detrás de Chistina hasta que ésta se detuvo en


una pequeña plaza, en el centro había un gran círculo rodeado de
unas escaleras que llevaban hacia abajo, en medio del círculo
había un obelisco, la portadora de Draconis se paró en la cima
del mismo.
"Detente, no avances más."
Cross se detuvo a escasos cincuenta metros del amor de su
vida. "Chris… ¡Estás viva!"
"Te equivocas, Christina murió hace tiempo, permíteme
presentarme, soy el FILO número doce. Portadora de la espada
sagrada Draconis. Mi nombre es Lilith."
"No importa como te hagas llamar ahora o si te pintaste el
cabello, para mi tu sigues siendo Christina, mi Chris…"
"No Escorpión, esa persona ya murió, ahora sólo quedo yo y
estoy aquí para matarte."
En seguida Lilith lanzó sobre Escorpión su fuego ácido, éste
como una reacción levantó su pared de energía pura, la cual fue
consumida por el fuego. "Eres bueno, vamos a ver como
respondes a esto."
Lilith invocó a su bestia, al dragón oscuro, la pupila de sus
ojos desapareció y en su lugar se formó el símbolo que la
identificaba como FILO, atacó con sus garras a Cross, este no se
defendió, cayó al suelo bajo la presión de la garra del Dragón.
"Si no te defiendes vas a morir."
"Chris, si vas a matarme está bien, jamás voy a atacarte ni a
defenderme, pero por lo menos dime que te sucedió, yo te fui a
buscar, me dijeron que habías muerto, estuve frente a tu
tumba..."
Los ojos rosa claro de Lilith emanaban odio puro, colocó una
garra sobre el cuerpo de Cross, rompió su última armadura de
energía pura, le estaba reventando los huesos. "Al parecer lo
hiciste demasiado tarde. ¿No lo crees? Prometiste ir por la chica
en cuanto terminaras tu instrucción, después obtuviste la espada
sagrada y te olvidaste de ella, TÚ la mataste, tu olvido la
destrozó, ella no soportó más, vivía en un infierno y tú la
abandonaste a su suerte, eres el culpable de su desgracia."
"No. Yo te busque desesperadamente desde antes de que
pasaran los diez años, desde antes de obtener a Antares, tu padre
te escondió y no me dio tu paradero, lo supe cuando ya era
demasiado tarde, por favor perdóname."
"¿Crees que con pedir perdón se van a borrar años de
sufrimiento y atrocidades a las que Christina fue sometida?
¿Crees que tu arrepentimiento va a borrar el dolor y el odio?"
Cross vio el rostro de la chica que le hablaba, efectivamente,
ella no era Christina, no la que él conocía al menos, todo lo que
le estaba reclamando lo lastimaba, si lo que decía era cierto
entonces tenía razón, la culpa era de él, por una u otra razón no
se empeñó al cien por ciento en buscarla, mientras tanto, Chris
sufría, merecía el peor de los castigos. "Tienes razón, al no
encontrarte te abandoné, pero tú no eres así, no puedes hacer
pagar a todo el mundo por lo que te sucedió, haz conmigo lo que
quieras, pero deja a los demás en paz."
"Te equivocas, el mundo le hizo daño, mucho daño a una
niña tierna e inocente, ahora el mundo enteró va a pagar,
empezando por ti."
"Por favor, no lo hagas, yo te quiero."
Al oír esas palabras Lilith se enfureció aún más. "Pero yo no,
la niña te amaba, yo te odio y ese odio es lo que me alimenta."
"Christina…"
"Ya te dije que ella está muerta, murió en ese incendio, junto
con su hijo, ahora sólo quedo yo, un ente de puro odio… ¡Que
va a aniquilar hasta el último FILO!"
El dragón seguía aplastando a Cross, pero a éste no le
importaba, lo habían impactado aún mas las últimas palabras de
Lilith.
"¿Un hijo dices?"
El FILO número doce comprendió que había cometido un
error, estaba llorando, no lo había hecho desde que era Lilith, el
sentimiento era desagradable. "Pensaba conservarte un tiempo
para hacerte sufrir y calmar mis necesidades carnales, pero por
lo visto todavía eres capaz de lastimarme, lo mejor es que
mueras en este momento."
Lilith lanzó una nueva descarga de fuego ácido en contra de
Cross, esta vez el Escorpión no se defendió, abrazó el poder en
forma de pata de dragón que tenía en el pecho y la fusionó con
su propia energía, le enviaba un recuerdo suyo de despedida a su
amada, esta por su parte recibió el mensaje, sintió un calor
repentino en el pecho, del lado del corazón, pero lo ignoró, sólo
le quedaba ver como se consumía el motivo de sus sentimientos
encontrados.
Drake cayó al suelo, las llamas nunca lo alcanzaron, vio la
perturbación en el rostro de Cerberus, cuando volteó, Pariel
estaba de pie junto a ellos, con un ataque eléctrico había
inutilizado el fuego del enemigo, Dorian observó con lascivia a
la chica que toda su vida había deseado, apagó sus ojos cian
claro y sonriendo saludó a su amiga: "Hola Michelle, que
agradable sorpresa..."
"Para ti soy el Arcángel Pariel, ya sabes que no me mezclo
con mugrosos que no están a mi altura."
"Al parecer tu altura ya no es la de antes, todos ustedes van a
caer."
"Efectivamente, mi altura ya no es la de antes, estoy más
arriba y voy a matarte, tú y los idiotas a los que sigues perdieron
la batalla, eres el único que queda, por el momento…"
Cerberus volvió a atacar a los caídos pero nuevamente
Michelle nulificó su ataque. "Ya déjalo, si quieres batalla ven
conmigo, yo te la puedo dar."
Dorian tuvo un mal presentimiento, si lo que decía Michelle
era cierto pronto llegarían los demás guerreros, él ya estaba
herido y no podría contra todos, optó por huir, no sin antes
enviarle un beso a la Arcángel, ésta estuvo a punto de seguirlo,
pero estaba demasiado agotada, además, le preocupaban sus
amigos. "¿Como están chicos?"
"Vivos gracias a ti y a Drake." Contestó Arlés.
"¿Y Cross?"
"Tengo el presentimiento que si sigues a Dorian lo
encontrarás."
"¿Estarán bien ustedes?"
"Si, adelante, busca a Cross, creo que corre un gran peligro."
Michelle no esperó a oír nada mas, cuando escucho la palabra
“peligro”, corrió detrás de Cerberus.
Cross cerró los ojos y aceptó su destino, pero las llamas no lo
alcanzaron, no sintió ningún dolor, Lilith en el último instante
había retrotraído el fuego.
"Ya lo pensé mejor, será más divertido torturarte."
"Tú no vas a torturar a nadie y menos a Cross."
El FILO número siete conocía esa voz, era el sonido que
siempre lo calmaba y lo llenaba de paz, era Elektra, Escorpión
dirigió su mirada hacia arriba y ahí estaba ella, parada en forma
desafiante al pie de las escaleras. "Hola Chris, me alegra que
estés viva, pero de ninguna manera voy a permitir que lastimes a
Cross."
"Athena, portadora de Spartha, mi némesis de todos los
tiempos, eres un regalo que no esperaba..."
Lilith atacó con el fuego ácido a Athena, esta lo convirtió en
energía pura, pero no pudo contraatacar, había extinguido el
fuego, pero el aire estaba caliente y el olor a ácido le quemaba
los pulmones, Lilith volvió a atacar, esta vez los ojos de Athena
se encendieron y se tornaron en su característico gris claro, en
esta ocasión el fuego no llegó hasta ella. "Eres una digna
oponente, pero yo sé como funciona tu poder, estoy segura que
en estos momentos apenas puedes respirar. ¿Soportarás una
tercera descarga?"
"Posiblemente no, por eso me toca a mí atacar."
A un chasquido de los dedos de Athena, una serie de
explosiones de energía pura golpearon al dragón oscuro, las
flamas dejaban residuos alrededor de quien las exhalaba, esto
fue aprovechado por Athena para transformarlos en energía pura
y atacar a su rival, por la cercanía de la energía no pudo esquivar
ni un solo ataque, el dragón oscuro soltó un grito atronador,
después cayó y desapareció. Lilith estaba enfurecida. "¡Maldita
seas!"
"Hasta aquí llegaste."
"Estúpida, esto apenas comienza…"
Ambas sacaron sus espadas y se dispusieron a combatir,
Lilith con Draconis y Athena con Andrómeda y Atalanta,
chocaron un par de veces sus espadas, después, ambas se
bloquearon.
"¡Espera Elektra! No la lastimes…"Era Cross quien gritaba,
Athena de un salto se alejó de su rival y se quedó inmóvil, en
ese momento llegó Dorian.
"Vámonos, Lilith."
"No, mi venganza…"
"Será en otra ocasión, por el momento hay que retirarnos, la
batalla se perdió y vienen los refuerzos, ni tú eres capaz de
pelear contra todos juntos."
Entonces sucedió lo que ni Cross ni Elektra esperaban,
nuevamente surgió el dragón oscuro. "Está bien, pero me llevo
el premio conmigo."
La garra del dragón se acercó a Cross, Elektra se quedó
estática, una espada le cortó la garra a la bestia de Lilith, era
Scylla. "Si crees que te lo vas a llevar estás muy equivocada."
Por primera vez el dragón oscuro retrocedió, se supo en
desventaja ante otro viejo enemigo: Caribdis, sabía que no
podría con los FILOS uno y once al mismo tiempo, se replegó
dentro de su portadora, Lilith por su parte desconocía a esa
hermosa chica que tenía aquella mirada letal, sus ojos violeta
claro no emanaban la bondad de los de Elektra, evocaban una
gran amenaza y violencia, por el momento aceptó su derrota, se
encontrarían en otra ocasión, señaló a Athena. "Ustedes ganan
esta vez." Después, volteó a ver a Cross. "Te espero en la
Ciudadela cariño…"
Un torbellino de llamas se llevó a los FILOS tres y doce del
sitio de batalla, en eso llegó Michelle al lugar gritando:
"¡Cross!"
Escorpión levantó la mano para que lo ubicara, Michelle de
un salto se acercó y lo tomó del rostro. "¿Estás bien? ¿No estás
herido?"
"Estoy bien, gracias."
Caribdis todavía se encontraba en modo FILO, pero
sorprendentemente no dijo nada, Michelle se levantó y la
abrazó. "Me alegro que tú también te encuentres bien."
Los ojos de Caris tomaron su tono café natural, abrazó a
Michelle y comenzó a llorar, Elektra se acercó a ellas sonriendo.
"¿Como estás Michelle? ¿Todo bien?"
Michelle le devolvió la sonrisa a su amiga. "Todo bien
Elektra, lamento portarme así pero ya me conoces, por favor,
discúlpame por preocuparte."
"No hay problema, te quiero como eres."
Mientras las chicas se abrazaban, Cross en el suelo sólo
pensaba en Christina, esa chica había sufrido mucho por su
culpa, tanto que había llegado al extremo, ya ni siquiera hablaba
de ella misma en primera persona, sólo que esta vez no se auto
compadecería ni se culparía, Chris estaba viva y eso era todo lo
que importaba, él la encontraría y la rescataría, ahora que sabía
que no había muerto lucharía por ella con todas sus fuerzas, todo
lo demás pasaba a segundo plano, su objetivo principal era
Christina.
Elektra y Caris eran las más alejadas de la parte norte del
Distrito II, durante su pelea arrasaron rápidamente con un
ejército de dos mil quinientos soldados, prácticamente ni se
despeinaron, mientras Caribdis con gigantescos remolinos de
agua arrasaba a sus enemigos, Elektra con los residuos de los
mismos acababa con el resto, tardaron más en llegar a salvar a
Cross que en acabar con el enemigo.
De regreso al punto donde se encontraban Fenrir, Brahma y
Drake, Athena contó a Pariel que después de vencer a los
soldados de la Ciudadela, tanto Caris como ella sintieron la
presencia de Lilith y se encaminaron hacia el norte del Distrito
II en lugar de ir a la Fortaleza, llegaron apenas a tiempo antes de
que mataran a Cross, Michelle había sentido lo mismo y se
dirigió también a donde sentía esa presencia, en el camino
encontró a Dorian intentando matar a los chicos, las tres se
sorprendieron de haber sentido en sus corazones el peligro al
que estaba expuesto Cross, éste seguía caminando detrás de
ellas sin decir palabra, estaba absorto en si mismo, las chicas
prefirieron dejarlo solo con sus pensamientos.

Mientras esperaban a que los rescataran Fenrir y Brahma


sacaban conclusiones, Drake como siempre no entendía nada.
"Esto es más grande de lo que imaginamos Connor."
"¿Tú también te diste cuenta?"
"Así es, teníamos conocimiento que Leviatán era el guerrero
más poderoso de todos, portaba a la espada sagrada Thyrfing,
“la espada maldita”, se le conocía como el FILO Supremo, el
más poderoso de todos, sólo que en la batalla en su mano
izquierda tenía un guante color negro, en el cual se leía este
símbolo:

Se leía en hilo gris, sus ojos cambiaron de café oscuro a un


color oliva oscuro."
"Juggernaut poseía un guante idéntico, sólo que tenía
bordado este otro símbolo:

De igual forma se refirió a Krishna como su “espada


sagrada”, sus ojos también cambiaron a gris oscuro."
Drake observaba los dibujos de los símbolos que habían
hecho sus compañeros, no entendía de lo que se trataba, Fenrir
continuó hablando: "Peor aún, eso significa que posiblemente
haya diez FILOS Supremos más, eso significa que la batalla que
acabamos de ganar es apenas un raspón en la rodilla del gigante
que pretendemos derrotar."
"Entonces la verdadera guerra deberá librarse en la
Ciudadela, debemos tomarla para asegurar la victoria."
"Pero no podemos hacerlo solos, necesitamos el apoyo del
Círculo, de la Legión y del Distrito V."
En eso estaban cuando las chicas y Cross llegaron por ellos,
entre los soldados caídos encontraron un comunicador y
solicitaron ayuda.
CAPÍTULO 13
EL FIN DE UNA LEYENDA

Mientras se libraba la batalla en el Distrito II, el ejército


rezagado compuesto por mil quinientos soldados avanzaba
varios kilómetros detrás de los FILOS tres y doce, su misión era
rematar a los heridos y caídos del enemigo y en determinado
momento contraatacar a los rebeldes por la retaguardia, pero no
se habían percatado que ellos a su vez eran seguidos por dos
guerreros, el recientemente reinstalado General Lothar y el ex
Comandante Supremo de las Fuerzas Militares del Tercer
Distrito, Ragnar.
"¿Listo Ephraim?" Lothar además de Eloise era la única
persona que llamaba por su nombre de pila a Ragnar, eran
amigos de toda la vida.
"Listo compañero, vamos a aniquilar a estos bastardos."
Ambos atacaron al mismo tiempo al ejército de la Ciudadela,
lo hicieron en el momento exacto en que estaban cruzando los
pantanos, sólo podían cruzar en grupos de diez personas, en la
confusión muchos soldados caían al pantano y se ahogaban,
mientras, a sus espaldas, Lothar y Ragnar los estaban
destrozando.
*****
El día del gran torneo, después de que Ragnar y Eloise
dejaron a Gunther, llegaron al Hotel en el barrio pobre del
Tercer Distrito donde vivía la madre de Astrid, cuando
estuvieron a las puertas del lugar, Ragnar le dijo: "Toma tus
cosas y vámonos, este lugar ya no es seguro para ti."
"¿Por qué?"
"Eres la madre de uno de los rebeldes, vendrán por ti para
llegar a ella."
"Pero... ¿Y mi hija?"
"Yo le avisaré de tu nuevo lugar."
"¿Y donde es eso?"
"Tengo una casa en el barrio élite de este Distrito, la tengo
registrada a nombre de un amigo, ahí estarás segura…"
"¿Y tú?"
"No te preocupes por eso, yo vivo en el edificio de gobierno,
no te causaré problemas ni incomodidades."
Con una voz apenas audible Eloise respondió: "Tú no me
incomodas..."
Ragnar sonrió. "Es bueno saberlo."
Eloise tomó sus cosas que eran muy pocas y abandonó el
hotel, horas después llegaron a la casa de Ragnar, la instaló, le
mostró la casa y le entregó la llave. "Este es por el momento el
lugar más seguro en donde puedes estar. ¿Te encuentras bien?"
"Si, me alegro de haber terminado por fin el peor capítulo de
mi vida."
"Que bueno que te sientas así, pronto volveré a visitarte."
"¿Sabías que ese guerrero al que llaman Loki es mi hijo?"
"Si."
"¿Porque no me comentaste que él sería uno de los
combatientes?"
"Creí que ya lo sabías, por eso te invité al evento."
"No lo sabía, hace mucho que no hablo con Gunnar."
"Siento escuchar eso, ya me voy, te dejo descansar."
Cuando Ragnar se iba, Eloise lo tomó de la mano. "Se que no
tengo derecho a pedírtelo, pero… ¿Te quedarías un momento
conmigo? No quiero estar sola…"
"Ragnar abrazó a Eloise, pero después la alejó."
"Debo irme, lo siento."
"Está bien, te entiendo, no me debes ninguna explicación,
agradezco tu ayuda y tu amistad." Eloise luchaba por contener el
llanto, pero unas lágrimas ya asomaban en sus mejillas, Ragnar
se encaminó a la puerta, antes de abrirla para retirarse, se
regresó.
"¿No lo entiendes verdad Eloise? Lo que hago no es por
amistad, es porque no te puedo dejar sola, no te quiero volver a
perder, si me voy no es porque tenga cosas que hacer, es porque
si estoy contigo no puedo contenerme, necesito abrazarte y
besarte, aún te amo, te amo más que cuando te conocí, más que
cuando me dejaste, tú lo eres todo para mi, lo eras antes y ahora
aún más, mi felicidad depende de la tuya, pero no voy a
obligarte a nada, no quiero que estés conmigo por gratitud ni
que te sientas comprometida, pero tampoco estoy hecho de
piedra, sigues siendo una mujer muy hermosa, cuando estoy
contigo en la calle soy feliz, pero a solas no puedo aguantarme
las ganas de …"
Ragnar no pudo continuar hablando, Eloise lo besó, Ragnar
apretó contra sí a la única mujer a la que había amado, los
sentimientos que tanto tiempo se había guardado los estaba
expresando a través de ese beso, pero había algo distinto, el
había besado otras veces a Eloise cuando estaban
comprometidos, incluso habían mantenido relaciones íntimas,
pero nada se comparaba a ese beso, la desesperación de Eloise
era tanta como la suya, la pasión con la que lo besaba no le
dejaron lugar a dudas, no tuvo que preguntar nada, esa mujer
también lo amaba, su cuerpo no podía mentir, la llevó a la
habitación y le hizo el amor, lo hicieron desesperadamente,
ambos disfrutaron hasta el último rincón de sus cuerpos,
liberaron todo el sentimiento que por años guardaron, él, de
resentimiento y dolor, ella, de humillaciones y malos tratos, la
vida para los dos empezaba en ese momento, cuando todo
terminó, ninguno quiso hablar, sólo se abrazaron y se quedaron
dormidos.
Al día siguiente cuando Eloise despertó Ragnar ya no estaba
en la cama, salió a buscarlo envuelta en las sábanas, lo encontró
preparando el desayuno, se aproximó a él y lo abrazó por la
espalda.
"¿Que tal dormiste?" preguntó Ragnar.
"Como nunca en mi vida, regresa a la cama."
"Ya casi termino."
"No tengo hambre."
Eloise besó a Ragnar y volvieron a tener relaciones en la
cocina, cuando terminaron. ambos estaban en el suelo cubiertos
con la sábana que llevaba Eloise. "Ephraim... ¿Que vamos a
hacer ahora?"
"Lo que tú quieras."
"Entonces vámonos de aquí."
"No hay problema. ¿A donde quieres ir?"
"Al lugar donde nació mi padre, al estado de Hamal."
"Está bien. ¿Cuando quieres irte?"
"De inmediato. Sólo les aviso a mis hijos y nos vamos, ya son
grandes y pueden valerse por sí mismos, primero quiero pasar
por la casa del Primer Distrito, debo visitar la tumba de mi padre
y de mi hermano Edgar para despedirme, también quiero que
Elan sepa que estoy bien, siempre se ha preocupado mucho por
mí." Eloise empezó a llorar al recordar a Edgar.
"Eloise, si quieres te llevo, pero sabes que yo no soy bien
recibido ahí, tu hermano amenazó con matarme, él me culpa de
todo lo que pasó…"
"Olvídate de eso, Elan ha cambiado, si me permite entrar
contigo bien, si no lo hace nunca lo volveré a ver, pero no me
puede negar despedirme de Edgar, además, ahora tú eres la
persona más importante en mi vida y por nada te voy a dejar, tú
estás antes que nadie."
Ragnar abrazó a Eloise, con sólo tenerla cerca había olvidado
todo lo anterior, no recordaba lo que era el sufrimiento ni el
desamor, sólo vivía el momento y era pura felicidad.
"Eloise, debes entender algo de tus hijos, como sabes ambos
son guerreros élite del Tercer Distrito, así como yo soy el FILO
número dos, Astrid es el ocho y Gunnar es el seis, pero se acaba
de librar una batalla que es el inicio de la guerra y tus hijos
pelean en bandos contrarios, Astrid con los rebeldes y Gunnar
con el Estado, en algún momento se enfrentarán."
"Me duele pero no me sorprende lo que me dices, Gunnar
más que nadie debería saber el dolor que causa a la gente el
gobierno tiránico de la Ciudadela, pero ya es mayor y ha tomado
partido, a mi sólo me queda darles mi bendición a ambos y que
sea lo que los dioses quieran, pero mi corazón está con la
libertad, yo no quiero que hagas cosas en contra de tu voluntad
Ephraim, pero si en tu ser existe la llama que sentí anoche, estoy
segura de que tus lealtades ya no están con la Ciudadela, si es
así, te pido que ayudes, no a mi hija, pero si a la causa con tus
conocimientos."
"Ya llevo tiempo ayudándoles desde las sombras, es tiempo
de que sepan todo lo que conozco de ese maldito lugar, debo
salir, investigaré como están las cosas, hablaré con el Delegado,
es un buen hombre y presiento que será importante en la lucha,
después buscaré a tus hijos para que puedas despedirte de ellos."
Ragnar partió al Palacio de Gobierno, no cabía en si mismo
de felicidad, Eloise lo había despedido con un beso en la boca y
un “te amo”, eso lo significaba todo para él, cuando llegó al
edificio principal en la entrada se encontraba Astrid, llevaba
puesto su guante en la mano derecha que la distinguía como
FILO al igual que Ragnar traía el suyo. "Freya, que sorpresa
encontrarte aquí."
"¿Donde está mi madre?"
"¿Porque supones que yo lo sé?"
"No juegue conmigo Comandante, pasé al hotel donde vivía,
el dueño del lugar después de ensuciar los pantalones me dijo
que los vecinos la vieron tomar sus cosas e irse con usted."
"Ya veo… ¿Y tu padre? ¿Sigue vivo?"
"Es un pobre diablo que no vale la pena, nunca en su vida va
a volver a empuñar una espada, además, presiento que si usted
esta con mi madre él no tiene ninguna oportunidad."
"Eres una chica lista, tu madre está en mi casa, pero es
peligroso que andes por aquí, vete a ver a tus amigos, yo me
comunicaré contigo."
"¿Como sé que lo hará?"
"Astrid, no se si lo sepas, pero yo siempre he amado a tu
madre, desde que tenía más o menos tu edad, tú y Gunnar son lo
más importante para ella y por lo tanto para mi también, yo fui
quien los ayudó en la arena y lo voy a seguir haciendo, por
favor, ve con tus amigos, yo te llamaré a la Fortaleza."
"Como sabe…"
"Yo sé muchas cosas, ahora vete, recuerda que te están
siguiendo."
"No te preocupes por eso, espero tu llamada."
Ragnar entró al edificio de Gobierno, ahí se encontraba
Ozmar de Riot. "Buenas tardes Comandante."
"Buenas tardes Consejero."
"No sabía que socializara con rebeldes."
"No lo hago."
"Estaba hablando con una."
"No estoy enterado de que sea una rebelde."
"Participó activamente en el conflicto de ayer."
"Yo sólo vi a un montón de chicos defendiéndose de soldados
agresivos, lo que me pregunto es… ¿Quien fue el idiota que
cambió las reglas en pleno torneo? Ese fue un gran error, todos
los participantes se molestaron, eso inició el conflicto.”
"Yo que tú sería mas cuidadoso con tus cometarios, “idiota”
es una palabra muy fuerte."
"Como sea, fue un error."
"Eso no justifica que simpatices con chicos que se rebelan
contra la Ciudadela."
"No simpatizaba, sólo me explicaba lo que te dije, se
sintieron amenazados con el cambio repentino de reglas."
"De todas formas era tu deber arrestarla."
"Yo no sé de una orden de aprehensión contra esa chica, no
me han informado, si tú lo sabías... ¿Por qué no la arrestaste
personalmente?"
"Esa no es mi función."
"¿No? Pues se cometa que a todo mundo le dices que tú eres
el verdadero Delegado de éste Distrito, ya veo que no es cierto."
"Ya basta de charla, los jefes te exigen que renuncies a tu
puesto y regreses a la Ciudadela."
"Está bien, en éste momento voy a renunciar."
"¿Así, sin más?"
"Es una orden... ¿No?"
"Así es."
"Entonces eso no se discute, te veo después."
Ragnar buscó al Delegado Erikksson, al encontrarlo lo llevó a
un sitio donde no pudieran ser escuchados, le dijo al oído que
excusara a su consejero.
"¿Que te trae por aquí Ragnar?"
"Vengo a presentar mi renuncia señor."
"¿Porque?"
"Por los acontecimientos recientes, me temo que debo
reportarme a la Ciudadela, antes que a este Distrito debo mi
lealtad al Estado".
"Pero vas a debilitarnos."
"No se preocupe, lo protegeré desde donde esté, su Distrito
será intocable."
"Ragnar… ¿Me permitirías un momento a solas?"
"Si señor."
"Perdón Delegado, pero creo que la decisión del Comandante
es la mejor." Quien hablaba era el consejero.
"Lo se Ozmar, pero sólo quiero cruzar unas palabras con
Ragnar a solas, si nos disculpas un momento..."
"Pero señor..."
"No se preocupe consejero, mi decisión está tomada, por
favor, le suplico que nos deje solos." Insistió el Comandante.
Ozmar de Riot miró con desdén al FILO y salió, el Delegado
estaba intrigado. "¿Que sucede Ragnar?"
"Dígamelo usted, se aproxima una guerra… ¿Que va a
hacer?"
"No sé si pueda confiar en ti…"
"Entonces arrégleselas como quiera, yo me voy."
"Espera, quiero apoyar a la resistencia, creo que eso
demuestra que confío en ti, si esto se sabe estoy muerto."
"Debe deshacerse de su consejero."
"Lo sé, pero necesito protección."
"Para protegerlo basta con los bérserkers que lo cuidan, desde
pequeños fueron entrenados por mi amigo Lothar y yo concluí
su instrucción, le puedo asegurar que no hay guerrero élite que
pueda vencerlos. Pero lo más importante es que en unos días se
librará una batalla por la libertad de los Distritos, sea cual fuere
el resultado se debe pronunciar a favor de los rebeldes."
"Está bien, necesito hablar con Cáncer."
"¿La Delegada del Distrito I?"
"Así es, estoy seguro de que el Círculo nos apoyará."
"¿Y la Legión?"
"Están a muerte con la Ciudadela."
"Yo hablaré con la Delegada y pactaré una reunión, envíeme
usted con una propuesta formal de dialogo dirigida a los otros
dos Distritos para prevenir una guerra."
"Está bien, tendré el papeleo en unas horas."
Cuando Ozmar de Riot entró a la oficina, Ragnar le comentó
que su decisión era definitiva, pero que haría un último favor al
Delegado llevando una propuesta a los Distritos I y II
solicitando mesura ante los próximos eventos, se quería evitar
una guerra, después, Ragnar regresaría a la Ciudadela, el
consejero estuvo de acuerdo, a sus adentros pensaba que Gabriel
le daría la información de lo que se traía Ragnar entre manos.

La Delegada y la Comandante Suprema de las Fuerzas


Militares del Primer Distrito recibieron personalmente a Ragnar,
éste solicitó hablar a solas con Cáncer, Capricornio no tuvo
inconveniente en retirarse.
"Finalmente nos volvemos a ver Teg, ha pasado el tiempo
pero sigues igual de hermosa, como siempre, aunque toda la
vida me he preguntado... ¿Por qué tiñes tu cabello blanco de
castaño? Eloise lo hace por orgullo… ¿Pero tu?"
"Por vanidad… ¿Acaso me veo mal?
"Al contrario, ya te dije que te ves espectacular."
"Gracias, tu sigues igual de galante, no hemos convivido
desde aquella aventura, después, sólo nos vemos en actos
oficiales, como dos extraños."
"Si, pero la pasamos bien... ¿O no?"
"Claro que sí. ¿Te gustaría repetirlo?"
"Regresé con Eloise."
"Me lo imaginé cuando la vi el día del torneo, me alegro por
ustedes, mi prima se merece ser feliz, con razón te veía
diferente, más guapo, ahora que eres inaccesible quiero
tenerte…"
"No cambias."
"Claro que no, ahora dime... ¿Cual es el motivo real de tu
visita? Me imagino que no es el papel que trae Capricornio, ni
tampoco hablar de tu vida sentimental."
"Así es, la guerra ha comenzado."
"Lo sé."
"¿Cual es tu posición?"
"¿Me lo pregunta el Comandante Supremo de las Fuerzas
Militares del Tercer Distrito o el Director de Inteligencia de la
Ciudadela?"
"Te lo pregunta tu amigo Ephraim."
"Antes respóndeme algo. ¿Que falló la vez pasada?"
"Que no estaban unidos, todos atacaron la Ciudadela pero
había grupos muy marcados con ideas completamente
contraopustas, cada quien veía por un interés personal, fueron
divididos y eliminados."
"Por ti."
"Yo elegí mi bando, así como ustedes el suyo, combatí a los
que me combatieron, pero a pesar de todo jamás las delaté, ni a
ti, ni a tu prima Amy."
"Lo sé, la amistad era muy endeble."
"Esa es la diferencia, estos chicos son otra cosa, preferirían
morir a dejar atrás a un compañero, ellos son el futuro."
"Entonces ya conoces mi repuesta, en el pasado era joven y
fui cobarde, ahora no, pero soy precavida, debo proteger a mi
gente, voy a apoyar a los rebeldes, todo el Círculo lo hará, la
decisión ya estaba tomada. Pero lo haremos de forma inteligente
y mesurada."
"Bien, Erikksson también lo hará."
"Pero el no manda… "
"Ahora sí, la realidad sólo la conocemos unos cuantos, el
ejército y el pueblo le es fiel a él, sólo necesita saber que lo
apoyarás para pronunciarse."
"Primero debe deshacerse de su sombra."
"Ya se lo dije y está de acuerdo, pero necesita tu ayuda, el
consejero no es cualquier guerrero y lo sabes."
"No sólo lo apoyaré, también lo defenderé, enviaré a dos de
mis hermanos del Círculo a protegerlo."
"No se diga más, en dos días se verán en el Tercer Distrito,
será en mi casa. ¿La recuerdas?"
"Como olvidarla…"
Terminada la conversación entró Capricornio, los tres
estuvieron bebiendo, platicando y recordando viejas épocas. Al
día siguiente Ragnar fue a ver a Gabriel, llevaba prisa, tenía
muchas cosas por hacer, entregó el documento administrativo y
con el protocolo del caso explicó la posición “oficial” de su
Delegado, lo que se quería evitar era la guerra entre Distritos,
después aprovechó su estancia en el lugar para ver a Astrid, se
había comunicado con ella la noche anterior y le había
anunciado su visita, esta lo citó en la Fortaleza, Eloise ya
esperaba a Ragnar en la estación del tren, la recogió y fueron a
ver a Freya, mientras Eloise se despedía de su hija, Ragnar
hablaba con Fenrir y Escorpión para cambiar impresiones, ese
mismo día Eloise había citado a Gunnar en el barrio élite para
despedirse de él, le había pedido que fuera solo porque su
hermana estaría con ella, Loki llegó al lugar acordado con un
pequeño ejército, a lo lejos, Ragnar, Eloise y Astrid lo
observaron todo.
"Lo siento mamá."
"Déjalo hija, es su decisión, que los dioses lo protejan."
Loki estuvo esperando durante un par de horas a su madre y
su hermana, después de ese tiempo se retiró furioso por el
plantón de Eloise, ahora Gunnar sería el hazmerreír en el campo
militar, había prometido llevar a su hermana y a su madre, con
eso se asegurarían que Ragnar volviera a la Ciudadela, ahora
regresaría con las manos vacías, ya se desquitaría con ella a la
primer oportunidad que tuviera.
Al día siguiente Eloise y Ragnar partieron a su casa en el
Distrito III, este último habló con el Delegado y entregó su
renuncia, la cual fue aceptada, Ozmar de Riot solicitó ser el
nuevo Comandante Supremo de las Fuerzas Militares del Tercer
Distrito, tenía la secreta intención de atacar el Primer Distrito
para provocar una guerra civil, Erikksson aceptó, le informó que
todo se haría oficial en dos días, por la tarde, Ragnar salió a
escondidas del edificio de Gobierno, Ozmar lo siguió, entró en
un bar, parecía que esperaba a alguien.
Mientras tanto, sin una sombra que lo siguiera, el Delegado
se dirigió a la casa de Ragnar, lo llevaron soldados de su total
confianza, bérserkers que le eran completamente fieles y que
velaban por su protección, al llegar, sus hombres lo esperaron
afuera, Eloise fue la anfitriona, Cáncer ya se encontraba ahí con
Capricornio, Tauro y Leo.
"Buenas noches Delegado."
"Buenas noches señora De Grieff, un gusto volverla a ver,
Delegada…, Comandante…, jóvenes."
Después de los saludos y las formalidades entraron en
materia. "Delegado, Ragnar me ha puesto al corriente de sus
intenciones."
"¿Y va a apoyarme?"
"Por eso estoy aquí, mis chicas me informaron que la
verdadera revolución inicia mañana. Por la noche usted y yo nos
pronunciaremos a favor del cambio, el Distrito II es una
incógnita, se declarará a favor de la Ciudadela o será neutral, yo
creo que será lo segundo, no se arriesgará a ser invadido por el
momento, después de ver la contraofensiva de la Ciudadela
decidirán su posición oficial, pero eso sólo es una teoría,
posiblemente nos declaren la guerra, pero es muy difícil, la base
de los rebeldes se encuentra en su Distrito, hasta que no los
saquen de ahí su posición será moderada, de otra forma los
destruiríamos desde adentro."
"Estamos de acuerdo. ¿Que me recomienda hacer?"
"Desde mañana no abandonará el edificio de Gobierno, su
cabeza tendrá precio y usted no es un guerrero, mi Comandante
Suprema de las Fuerzas Militares lo apoyará, se quedará con
usted para protegerlo, al igual que mi compañero Leo."
"Agradezco su confianza y su generosidad Delegada, a
cambio y como muestra de mi gratitud y reciprocidad pondré mi
ejército al servicio de la Comandante Capricornio."
El pacto fue sellado con un apretón de manos, la reunión
terminó y ambas partes se retiraron, Tauro y Cáncer regresaron
al Primer Distrito, y Capricornio junto con Leo se fueron con el
Delegado Erikksson.
Mientras, en un bar en el Tercer Distrito Ragnar tenía el
tiempo medido, calculó que la reunión ya había terminado o
estaba por terminar, llamó al camarero y le envió una copa a
Ozmar de Riot, cuando el camarero le llevó la copa al consejero
éste se acerco con el Comandante Supremo. "¿Que haces aquí
Ragnar?"
"Sólo tomando mi última copa en el exterior en mucho
tiempo."
"¿Porque lo dices?"
"La batalla va a ser larga y seamos sinceros, esta vez no me
van a dejar salir a combatir, voy a ver y dirigir la batalla desde
los monitores."
"Todos tenemos que hacer nuestra parte."
"Así es, pero no es motivo para que evites tomarte una copa
conmigo."
Ragnar y Ozmar de Riot salieron a las dos de la mañana del
bar. "¿Sabes que? No tiene caso regresar a Gobierno, de aquí me
voy a la Ciudadela."
"Estás borracho, mejor te acompaño para ver que llegues
bien."
"No te preocupes, yo no manejo, llevo chofer."
"Permíteme insistir…, hazlo como un favor para un viejo y
nuevo amigo."
"Cualquiera pensaría que desconfías de mi palabra y me estás
vigilando, pero yo no, así que está bien, sólo porque me caes
bien voy a dejar que me acompañes."
Ragnar y Ozmar de Riot partieron a la Ciudadela en un auto
oficial, Ragnar durmió despreocupadamente todo el camino,
cuando llegaron lo despertó Ozmar de Riot. "Ya llegamos…"
"¿A donde fueron?"
"No te hagas el gracioso, ya estamos en la Ciudadela."
"Perdón, yo creo que todavía estoy un poco ebrio."
Ragnar bajó del auto y detuvo al primer oficial que se le
cruzó enfrente. "Amigo, llévame a los dormitorios de los altos
oficiales, necesito descansar para ponerme a disposición de los
jefes."
El oficial, un Mayor del ejército, se le quedó viendo a Ozmar
de Riot, éste le ordenó: "Haga lo que le ordenan soldado, esta
usted hablando con un oficial del más alto rango del área del
Cinturón del edificio principal."
Al escuchar la palabra “Cinturón” el Mayor se apresuró a
llevar a Ragnar a los dormitorios, éste al entrar a su habitación
se tumbó en la cama y se puso a dormir, cuando el Mayor se
retiraba se volvió a encontrar a Ozmar de Riot, quien le entregó
un comunicador. "No se mueva de aquí, en cuanto el
Comandante se despierte oprima el botón rojo del radio, enviaré
a gente por el. ¿Entendido?"
"Si, señor."

Lothar se encontraba en prisión, lo habían atrapado tratando


de huir, estaba vigilado las veinticuatro horas del día, lo habían
encerrado en una celda ejecutiva esperando a ser interrogado por
Juggernaut, en otro momento ya estaría siendo torturado, pero
por culpa de los preparativos del asalto a la Fortaleza habían
pospuesto el interrogatorio hasta el regreso del Comandante
Supremo, Lothar tenía mucho tiempo para pensar, lo que más le
molestaba es que tenía información muy valiosa que no podría
entregar a sus muchachos, sólo le aguardaba sufrimiento y
muerte, su prisión era hermética, a prueba de bérserkers, la
comida se la pasaban por un cilindro giratorio, de pronto, se
abrió la puerta, eso sólo significaba una cosa: que necesitaban
información que creían el conocía.
"Ya era hora… ¿Acaso Juggernaut no se aguantó las ganas de
esperar a interrogarme hasta después de la batalla?"
"No lo sé camarada... ¿Quieres que le vayamos a preguntar?"
Lothar no podía creer lo que estaba viendo, su amigo Ragnar
lo estaba rescatando. "Mejor en otra ocasión, por el momento
prefiero irme de aquí."
"Esa voz me agrada, sígueme, creo que esto es tuyo." Ragnar
le entregó una espada a su amigo, la espada que Lothar tenía
desde los diecinueve años, edad a la que se había convertido en
bérserker, esa espada la había hecho Ragnar con sus propias
manos, en la hoja se podía leer la inscripción: “Lothar señor del
viento” de un lado y del otro “Honor y Lealtad E.V.T.”, el metal
del arma era especial, extraído directamente de las minas del
Estado de Hamal.
Mientras escapaban Ragnar contó a Lothar cómo lo había
rescatado. Cuando estaba en la suite de los oficiales se
escabulló por la ventana hacia el edificio de enfrente: el de los
prisioneros de alto rango, no le costó ningún trabajo quemar
vivo a un soldado hasta que le informó en donde estaba
prisionero Lothar, podía moverse con total libertad, las insignias
en su uniforme lo señalaban como un oficial de la zona del
Cinturón, le había solicitado un par de éstos al Mayor que lo
cuidaba, le proporcionó uno a Lothar, su altura y composición
de sus cuerpos era muy parecida, ambos escaparon, no se
arriesgaron a salir por las puertas principales, robaron un
helicóptero del hangar más alejado que encontraron y se fueron
rumbo al Segundo Distrito.
"Gracias amigo. ¿Cómo te enteraste de mi captura?"
"Por Arne, el sabía que somos amigos, después lo planee todo
con Arlés."
"¿Y Cross?"
"Preferimos no decírselo, hubiera sido capaz de venir
personalmente por ti, era peligroso."
"Tienes razón."
"Ahora debemos apresuramos, el ejército ya partió."
"Si, pero yo se a donde ir Ephraim, vamos a rodear el Distrito
II, es la zona más desprotegida y un grupo pretende sorprender
por detrás a los muchachos, vamos a ayudarles por allá."
"De acuerdo, vamos a ese lugar."
*****
Entre Ragnar y Lothar estaban acabando con prácticamente
todos los soldados, quienes sólo de verlos temblaban y querían
huir, ambos eran reconocidos y temidos, eran unas leyendas
vivientes, Lothar seguía acabando con sus enemigos cuando de
pronto la vio, era ella: Christina Riazor. Por un momento dejó el
campo de batalla y le gritó a la chica: "¡Christina!"
Esta volteó, lo vió y siguió su camino, como si no lo
conociera, Lothar trató de seguirla pero Dorian le cortó el
camino. "¿A donde Lothar?"
"¡Esa chica es Christina!"
"No, no lo es. Tú deberías estar en prisión."
"Ya ves que no."
"¿Como escapaste?"
"Eso es lo de menos, estás en el bando equivocado
muchacho."
"Aquí el único traidor eres tú y yo te castigaré por eso."
"No lo hagas Dorian, guarda tu arma."
"Soy el FILO número tres, Cerberus, y esta es la espada
sagrada Durandal, te estoy reconociendo como el gran guerrero
que eres Lothar, como un igual, ahora muere…"
Cerberus y Lothar empezaron a pelear, Lothar tenía el talento
y la experiencia, pero Dorian tenía el poder, se valió el viento de
Lothar para hacer más poderoso su fuego, aprovechó su talento
especial, controlaba el poderoso fuego azul, mismo que no se
consumía hasta que él lo decidía, quemó a Lothar y después lo
traspasó con Durandal, Lothar cayó de rodillas, Dorian le apunto
con la mano izquierda extendida. "Descansa en paz maestro."
"No te atrevas chico, si disparas te mato."
Quien hablaba era Ragnar, ya había acabado con casi todos
los soldados, los que quedaban estaban huyendo, Dorian se
volteó y disparo al ex Comandante Supremo de las Fuerzas
Militares del Tercer Distrito, quien de un manotazo desvió la
energía elemental del fuego azul que le envío el FILO número
tres, nuevamente Cerberus le disparó, esta vez utilizando a
Durandal como catalizador, el fuego era abrasador, Ragnar
detuvo el ataque extendiendo el brazo derecho, sostuvo una
pequeña llama en la palma de la mano que llevaba el guante,
estaba transformando el fuego azul en amarillo.
"¿A eso le llamas atacar con fuego novato? ¡Esto es un
ataque de fuego!"
El disparo de Ragnar parecía una esfera pequeña de fuego
totalmente amarilla, Cerberus empezó a reír y pretendió partirla
con su espada, pero en cuanto tocó la esfera una explosión lo
mandó a volar, el FILO número tres quedó totalmente quemado,
Durandal le había salvado la vida, si la esfera hubiera hecho
contacto directo con él, lo hubiera matado, con las fuerzas que le
quedaban salió huyendo, cada paso que daba le dolía
terriblemente, tenía la piel en carne viva, cuando Lilith lo vio
empezó a reír, Dorian no podía ni caminar. "Ayúdame."
"¡Claro que no! Prometí a tu amo no matarte, pero nunca dije
que te ayudaría, eso te pasa por idiota, sólo a ti se te ocurre retar
a ese monstruo… ¿Porque crees que me seguí de largo? ¡Sentí
su energía! Eres un completo imbécil."
Lilith se alejó riendo, Cerberus no pudo más y cayó rendido,
dos soldados que venían huyendo lo rescataron y se rescataron a
ellos mismos, llevar al FILO de vuelta les aseguraba evitar la
corte marcial por haber huido de la batalla y seguramente
subirían de rango, suerte para todos.
En el límite de los pantanos Ragnar hablaba con Lothar.
"¿Como estás compañero?"
"Creo que mal…"
"¿Por qué lo hiciste?"
"¿A que te refieres?"
"Dejaste que ese chico te venciera, no utilizaste tu poder real.
Al final me hubiera derrotado, estoy seguro, no valía la pena
alargar la pelea, no podía arriesgarme a matarlo. Ese chico fue
mi alumno y esta en el bando equivocado. ¿A quien te
recuerda?"
"Amigo…" Ragnar se quedó sin palabras, sabía el infierno
personal que llevaba en hombros su compañero de la infancia
desde la última guerra.
"Es un buen muchacho, me consta, ha sufrido mucho y la
vida lo ha llevado a donde está ahora, sin embargo, merece una
oportunidad de reflexionar y hacer lo correcto."
"Espero no te hayas equivocado."
"Necesito que me lleves con los chicos. ¿Crees poder?"
"¿Crees aguantar?"
"Si, ayúdame."
Ragnar subió el cuerpo de Lothar a sus hombros y se dirigió a
toda velocidad a la Fortaleza.

La ayuda llegó finalmente para llevarse a Brahma, Fenrir y


Drake, los gemelos llegaron con el vehículo de emergencias, en
la Fortaleza había una sala médica de primer mundo con
doctores más que competentes y aparatos de última tecnología.
En los pantanos Fenrir había estado como loco buscando a Yago
y lo había encontrado con vida, no reaccionaba pero todavía
respiraba, lo estaban subiendo al vehiculo médico cuando Caris
distinguió que alguien se acercaba a lo lejos, todos se pusieron
en guardia, Elektra distinguió al sujeto, era Ragnar y traía en los
hombros a Lothar, Cross salió de su ensismamiento y corrió
hacia su mentor.
"¡Lothar!"
"Hola. ¿Como nos fue?"
"Victoria total."
"¿Bajas?"
"Muchas."
"¿Importantes?"
"Todas las vidas son igual de importantes, pero seguimos en
pie."
"Ese es mi muchacho, sabía que harías cosas grandes."
Cross observó la herida de Lothar. "Después hablamos, esa
herida se ve mal, es urgente que te atiendan."
"No muchacho, ya no hay remedio para mi."
"¿Como que no?"
Cross volteó a ver a Ragnar, éste negó con la cabeza.
Escorpión lloraba. "Están equivocados, soy un excelente
cirujano, yo puedo curarte."
"No esta vez hijo, no esta vez."
"No me dejes Lothar..."
El bérserker tomó a su discípulo de la cabeza y le dijo al
oído. "Vi a Chris."
Cross con un gesto de dolor preguntó: "¿Ella fue la que
te…?"
"No, fue Dorian, ese chico esta desubicado."
Cross se llevó la mano a la cabeza. "Maldito…"
"Cross, hijo, quiero que me prometas algo."
"Lo que quieras maestro."
"Protege a tus compañeros y se fiel a la causa, Chris está viva
y podrás pelear por ella, pero nunca abandones a tus amigos,
ellos confían en ti, tú eres el único que los puede mantener
unidos, Ephraim y yo pelamos hace diecinueve años en el bando
equivocado, éramos como ustedes, nos conocíamos todos los
guerreros élite y había empatía entre muchos de nosotros, pero
con la guerra nuestras prioridades cambiaron y nos destruimos
entre nosotros, ustedes son distintos, luchen por sus ideales, el
pueblo es tu responsabilidad, prométemelo."
Cross no podía contener el llanto. Lothar lo tomó por la nuca.
"Hazlo, prométemelo, tú eres mi hijo. Yo en mi vida fui muy
extremista, me dejé llevar en exceso tanto por mis falsas
lealtades como por mis pasiones, y lo perdí todo, no debes
cometer mi mismo error, no voy a permitir que lo hagas, no tú…
Por lo menos quiero morir sabiendo que al final hice algo bien,
que te ayudé aunque sea obligándote a prometer algo contra tú
voluntad, pero que es lo mejor para ti y para los que te rodean."
El bérserker empezó a toser sangre, miraba a Cross con ojos
de súplica. "Lothar, tu fuiste como un padre para mí, eres mi
héroe y mi ejemplo a seguir, siempre te he dicho que mi mayor
meta es ser como tú, sé que no lo voy a lograr porque nunca
habrá nadie como tú, pero si llego a ser la mitad de hombre de lo
que eres habré triunfado, te juro que cumpliré lo que me pides."
"Gracias muchacho, cuídate y salva a Christina, yo sé que lo
lograrás." Volteó a ver a Ragnar. "Adiós, mi único y más leal
amigo, tú debes irte, ahora te toca ser feliz, deja el futuro en
manos de la juventud." Finalmente volteó a ver a Cástor. "Adiós
campeón, cuídalos a todos."
Con el cuerpo de su maestro en los brazos Cross se lamentaba
y no lo soltaba, Ragnar, Elektra, Michelle, Póllux y Arlés
lloraban también, todos querían a Lothar, Cástor estaba
inconsolable, ese bérserker había sido también su maestro
personal, había pasado con él años de entrenamiento, gritaba
jurando que encontraría a Dorian y le mataría, en ese momento
empezó a llover, hasta el cielo lloró la pérdida de ese gran
bérserker.
Y Lothar murió, fue el fin de un guerrero mítico, famoso por
ser justo y valiente, generaciones de guerreros se formaron al
tenor de sus enseñanzas; sus estrategias, batallas y victorias eran
legendarias, era conocido y respetado en todo Boleria. Así
termina la historia de ese gran hombre, falleció el bérserker,
pero su leyenda continuaría.
CAPÍTULO 14
NUEVO FILO NÚMERO DOS
HEIMDALL

Después de la conclusión de la batalla, ese mismo día en la


noche se dio la noticia de que los Distritos I y III apoyaban el
movimiento de revolución, advirtieron a la Ciudadela que no
podrían pasar las tropas del Estado por sus territorios, en caso de
hacerlo serían atacados, también apercibieron al Segundo
Distrito que un ataque de sus fuerzas en contra de la Fortaleza
sería considerado un acto de guerra, por su parte, el Delegado
Gabriel no hizo pronunciamiento alguno, tal y como se
esperaba.
Al día siguiente enterraron los restos de Lothar en el panteón
particular de la familia De Grieff, en cuanto Astrid se lo pidió a
su tío este contestó: “Conocí personalmente a Lothar y será un
honor para la familia y el Distrito resguardar sus restos.”
La ceremonia fue muy discreta, asistieron los catorce líderes
del movimiento y todos los miembros del Círculo del Zodiaco,
incluyendo a Leo y Capricornio, nadie pudo convencerla de que
no saliera del edificio de Gobierno del Distrito III, Lothar había
sido su único amor, estaba desconsolada, juró que vengaría su
muerte.
Cuando terminó el servicio Ragnar y Elan De Grieff se
encontraron de frente, Elan le ofreció la mano a su nuevo
cuñado.
"Me da gusto ver a mi hermana tan feliz, bienvenido a la
familia, sé que se van a Hamal y ya le dije a Eloise que pueden
ocupar la hacienda de la familia que esta en el campo, yo casi no
la uso pues como saben vivo en el edificio de gobierno, no
acepto una negativa de tu parte, mi hermana adora esa casa y sé
que serán felices allá."
"Gracias Elan."
"Ahora quisiera que me permitieras un momento con mi
hermana y mis primas."
"Por supuesto."
Tegmine De Grieff (Cáncer) y Amaltea De Britten
(Capricornio) mejor conocidas como Teg y Amy, eran primas de
Elan y Eloise. Aries necesitaba hablar con ellas porque les
confiaría el destino y la defensa del Círculo, él estaría al
pendiente desde el estado de Hamal, también había problemas
con el gobierno de su ese estado, las primas se abrazaron y le
dieron al pésame a Eliose por el fallecimiento de Edgar,
después, les dieron un momento de privacidad a sus primos.
Cuando los hermanos se quedaron solos Elan mostró la carta
de Edgar a Eloise y le platicó lo que hizo Gunnar.
"No lo puedo creer."
Eloise no podía dejar de llorar, nunca en su vida había
sentido tal dolor, ni cuando la violaron… Amaba a Edgar
demasiado, ella prácticamente lo había criado, y su hijo Gunnar
lo había matado de la manera más cobarde y vil posible.
"Siento decírtelo, pero era necesario."
"Por favor Elan prométeme que no lo matarás."
"Es tu decisión Eli, por eso te lo dije, Edgar murió en su
deseo por reintegrarte a la familia, al lugar que te corresponde,
él siempre estuvo contigo, en parte yo contribuí a su muerte por
cobarde, no me atreví a enfrentarme a mi padre, no tengo
derecho a decidir el futuro de tu hijo, eso te lo dejo a ti, sólo
recuerda, ahora está en el bando enemigo y es una persona
malvada, todavía puede hacer mucho daño."
"Lo sé, pero aún así es mi hijo."
"Astrid también lo es y posiblemente peleen, si él la mata a
ella o a cualquiera de mis hermanos del Círculo ni tú podrás
detenerme, nadie en Arcadia podrá hacerlo..."
"Esperemos que eso no suceda."
"Una cosa más, te ruego que dejes atrás tu orgullo, no
permitas que la muerte de Edgar sea en vano, retoma el lugar
que te corresponde en la familia, los De Grieff te necesitan a
pesar de que te dimos la espalda."
"Lo haré, no quiero ser como papá y arrepentirme de las
cosas en mi lecho de muerte, a partir de ahora que todos sepan
que soy el pilar de la familia, gracias por tu apoyo Elan."
"No te preocupes, juro que siempre estaré contigo cuando me
necesites."
Aries y todos los demás se retiraron a sus respectivas
residencias, Freya, Cáncer y Capricornio le mostraron sus
respetos a Eloise y se pusieron a sus órdenes, ahora ella era el
pilar de las guerreras de los De Grieff. Ragnar y Eloise
rechazaron irse con Elan en su helicóptero, preferían irse en tren
y tomarse su tiempo en llegar a Hamal, los rebeldes de la
fortaleza se fueron en dos viajes, primero las chicas, Michelle,
Caris, Acuario, Piscis, Elektra, Astrid y Rhiannon, los chicos se
irían en la segunda vuelta, cuando Ragnar se iba llamó a Drake:
"Oye muchacho, tienes el poder de Yngvar, el antiguo FILO
número dos. ¿Es cierto?"
"Si señor."
"Yo fui quien lo mató o eso creí, en tal caso fui quien lo
despojó de su arma, espero no me odies."
"No lo odio señor, no lo conozco lo suficiente y al contrario,
nos ha ayudado, cada quien elegimos lo que queremos ser y los
guerreros estamos consientes de que la vida que llevamos tarde
o temprano nos llevará a la muerte."
"No es tan drástico chico pero en fin, yo me retiro del
conflicto, ya le entregué a Fenrir la información que sabía de la
Ciudadela y sus integrantes, también tiene la información que
Lothar sacó de ese lugar y que le costó la vida, ahora sólo me
queda entregarte esto, el guante que identifica al FILO número
dos y la espada sagrada Excalibur, sé que a tu maestro le hubiera
gustado que la tuvieras, al darte su poder la espada reacciona
contigo."
"Pero usted como…"
"Siempre la guardé en una funda en mi cintura, jamás me
fusioné con ella, tú si podrás hacerlo."
Drake se colocó el guante gris con el símbolo que
identificaba al FILO número dos bordado en hilo negro en la
mano derecha y se insertó la espada en la espalda, el tatuaje se le
formó en la palma de la mano izquierda, por un momento sus
ojos cafés se tornaron naranja claro, después, intentó sacarla
como había visto que lo hacían sus compañeros pero no pudo, se
estaba desesperando, rascaba con fuerza la palma de su mano
izquierda. "¿Por qué nunca me sale nada bien a mí?"
"Espera Drake, hay algo que debes saber de Excalibur, le
dicen la espada legendaria, podrás utilizarla cuando te haya
aceptado como su dueño, debes ser una persona buena y justa,
de otra manera jamás saldrá, esa espada es poderosa pero
caprichosa, te recomiendo que cargues otra espada para el uso
cotidiano mientras te acepta, si es que lo hace, ahora mismo ya
debes de haber triplicado tu poder como mínimo, con el tiempo
este irá aumentando, la espada vive en ti y ahora eres más fuerte.
Otra cosa más... ¿Sabes como te llamarás a partir de ahora?"
"Si, mi maestro me lo dijo, mi nombre será Heimdall y ahora
soy el FILO número dos. Portador de la espada sagrada
Excalibur."
"Así es chico, aunque no lo creas Yngvar y yo éramos más
que amigos, desde la infancia su familia me acogió como un
miembro más y nos criamos como hermanos, pero él decidió
enfrentarme en un combate a muerte, yo era joven e impulsivo y
lo maté, espero que ustedes sean más sabios de lo que fue
nuestra generación, adiós y suerte."
Ragnar se alejó con Eloise tomada de la mano, Cross llamó al
nuevo FILO: "Ven un momento Drake."
"¿Que pasó amigo?"
"Toma." Cross le estaba ofreciendo la espada de Lothar.
"No puedo aceptarla, es la espada de tu maestro..."
"Así es y yo no la necesito, tengo a Antares, pero tu espada
sagrada es especial y por el momento no puedes utilizarla, usa
esta mientras tanto, cuando puedas utilizar a Excalibur me la
devuelves, estoy seguro de que Lothar diría que sería un honor
que tu la portaras, además, así seguirá en espíritu con nosotros."
"Siendo así la acepto y agradezco que me favorezcas con este
honor."
"Está bien, además, tú eres un panteón andante… ¿Donde
más cabría esa espada sino en donde todos los muertos dejan un
recuerdo de su existencia? Das miedo y mala suerte, aléjate de
mí."
Todos empezaron a reír, menos Drake. "Eso no fue
gracioso… ¿Porque siempre me molestan a mí?"
"Porque eres cómico." Le contestó Cástor mientras le daba
una palmada en la espalda, como de costumbre, el gemelo
menor no midió su fuerza, el impacto obligó al nuevo FILO a
dar dos pasos hacia delante y caer de bruces, todos siguieron
riendo, hasta Drake…

Ese mismo día por la tarde, Ragnar y Eloise estaban en la


estación del tren del Primer Distrito, una sombra los observaba,
Ragnar se percató de ello y se dirigió hacia ella.
"¿A donde vas Ephraim? El tren ya nos está llamando."
"Adelántate, debo arreglar un asunto antes de subir."
"Está bien pero no tardes. Te amo."
"Yo también."
Eloise besó a Ragnar y subió al tren, se veía preocupada, este
se aproximó a la sombra. "¿Deseas algo?"
Ozmar de Riot apareció. "Sólo demostrar que te puedo
encontrar en donde sea."
"Buen punto… ¿Algo más?"
"En la Ciudadela están decepcionados de que te hayas
escapado, yo también, te burlaste de mi, pensaba que éramos
amigos."
"Así es la vida, aprende de ello."
"Entonces… ¿No volverás?"
"No, no volveré."
"Me ordenaron llevarte por la fuerza si era necesario."
"¿Quieres intentarlo?"
"No lo sé… ¿Se puede saber a donde vas?"
"No."
"¿Apoyarás a la resistencia?"
"Tampoco. Yo me voy de Arcadia, me retiro del conflicto."
"Siendo así entonces te deseo suerte, nuestros intereses no se
contraponen y no me afecta ni a mí ni a la Ciudadela lo que
hagas de tu vida, adiós Ragnar."
"Adiós, Chronos."
Ragnar se dio la vuelta para abordar el tren, Ozmar de Riot se
despidió de él con un ademán de la mano izquierda, de la frente
hacia delante, su mano estaba cubierta por un guante de color
negro, tenía escrito en hilo gris el símbolo:

Cuando Ragnar llegó con Eloise se veía preocupada pero


sonreía, el ex Comandante Supremo la besó. "¿Sucede algo
malo?"
"No, ya estás aquí, ahora todo está bien."
"Bien no, perfecto... Descansa, el camino será largo."
"Te ves triste."
"Es por Lothar... ¿Sabes? Éramos amigos desde pequeños, a
pesar de su gran poder siempre todo mundo lo ha querido, a mi
me temen."
"No quien te conoce."
"Gracias…"
"Oye amor… ¿Y si nos persiguen?"
"No te preocupes, nadie se meterá con nosotros."
Eloise se quedó dormida en sus brazos, el ex Comandante
estaba pensando, estaba seguro que Drake era un buen chico y
con el tiempo la espada sagrada lo aceptaría, la razón por la que
Ragnar no se fusionó con Excalibur era muy simple, no podía ni
siquiera intentarlo, en ese momento, metió una mano en su
bolsillo y sacó un guante color negro, se lo colocó en la mano
izquierda, en el dorso se leía en hilo gris el símbolo:
CAPÍTULO 15
CONCLUSIONES Y PARTIDA

Ya en la fortaleza los catorce miembros principales de la


resistencia estaban en sesión.
Fenrir – "La guerra ha comenzado oficialmente, esta apenas
ha sido una pequeña victoria con un amargo sabor a derrota, no
podemos ni siquiera alegrarnos, perdimos muchos hombres, si
nos vamos a estadísticas puras en porcentaje de pérdidas
nosotros perdimos el diez por ciento de nuestra armada, nuestros
enemigos el uno por ciento, y el principal objetivo que era
causar bajas en los altos mandos de la Ciudadela falló, sólo
pudimos eliminar a sus dos principales Comandantes, personas
que al fin y al cabo son reemplazables, nosotros perdimos a
Lothar, su pérdida fue un golpe invaluable y devastador para
nuestra causa, además, los FILOS que están con ellos aunque
fueron derrotados lograron escapar."
Acuario – "Si a eso le agregamos que aunque los Distritos I y
III ya se han pronunciado a nuestro favor, el Distrito II no ha
hecho pronunciamiento alguno, pero sabemos con quien está,
podemos decir que todo se complica, ahora... ¿Que sigue?"
Fenrir – "Movilización. Nuestra base será destruida, pero ya
lo tenemos todo planeado, no nos afectará, pero entonces ya sin
la base en este Distrito Gabriel se pronunciará a favor de la
Ciudadela."
Drake – "¿Cual es el próximo paso?"
Fenrir – "Estoy estudiando la información que me
proporcionaron Lothar y Ragnar, al parecer existen guerreros
mucho más fuertes que nosotros, son portadores también de
espadas sagradas y se hacen llamar FILOS Oscuros, por el
momento tenemos la certeza de cuatro de ellos: Chronos, el
FILO Oscuro número tres; Leviatán, el FILO Oscuro número
cinco; Juggernaut, el FILO Oscuro número nueve y Ragnar, el
FILO Oscuro número dos; también me informan que parece ser
que los otros FILOS Oscuros son los llamados cuatro Jueces del
Distrito V: Thor, el Juez del Norte; Isis, la Juez del Este;
Poseidón, el Juez del Oeste y Hades, el Juez del Sur; además,
tenemos los nombres de los hombres que manejan el destino del
Estado, los que gobiernan la Ciudadela desde los pisos
superiores, se hacen llamar Kukulcán, Odín, Zeus y Budha; se
cree pero no está confirmado que ellos también son FILOS
Oscuros, si es cierto, ya tenemos a los doce que compiten contra
nosotros pero son más poderosos."
Brahma – "Eso explica entonces su naturaleza, fueron
creados para destruirnos, son opuestos a nosotros, los guantes
que usan como catalizadores para extraer sus espadas son usados
en la mano izquierda, usualmente llamada la mano siniestra, los
colores también están invertidos, negros y letras grises, sus ojos
también cambian de color, pero al contrario de los nuestros que
se tornan claros, los de ellos se vuelven oscuros, los símbolos
que los distinguen también son diferentes a los nuestros."
Fenrir – "Así es, son distintos pero también muy antiguos."
Hermes – "¿Y cual es la estrategia?"
Fenrir – "Reclutamiento. Debemos visitar todos los centros
de poder de los Distritos exteriores, también tendremos que
entrar al Distrito V, al parecer algunos Jueces están en contra de
la Ciudadela, necesitamos su ayuda, un grupo de nosotros irá a
ese lugar para hablar con ellos, los demás defenderemos el
exterior de los ataques de la Ciudadela, aquí la pregunta es:
¿Que harás tú Cross? ¿Continuarás con nosotros?"
Escorpión – "¿Porque lo preguntas?"
Fenrir – "Tú sabes porque lo hago, si vas a seguir siendo
nuestro líder se requiere compromiso total, si no, Drake asumirá
el mando."
Drake se puso pálido, de ninguna manera estaba preparado
para esa responsabilidad.
Escorpión – "Es justa tu duda Arlés, voy a ser sincero, yo
pensaba dejar el grupo, mi prioridad es Christina, debo
recuperarla, pero hice una promesa a Lothar y pienso cumplirla,
sin embargo, deseo que nuevamente voten si desean que siga
siendo su líder, tal vez mis prioridades hayan cambiado o ya no
soy la persona idónea para dirigirlos, quizá puedo ser más útil
como un soldado igual que cualquier otro."
Libra – "Escorpión, los representantes del Círculo te
seguiremos hasta el mismísimo infierno si es necesario, no
aceptamos a otro líder que no seas tú." Los hermanos de
Géminis, Acuario y Piscis asintieron.
Athena – "Los guerreros del Tercer Distrito pensamos igual,
estamos contigo hasta la muerte."
Pariel – "Eres el único al que todos seguiremos Cross, espero
que lo valores y sepas diferenciar tus prioridades."
Fenrir - "Aclarado el punto deben estar al tanto de otra cosa,
sabemos la identidad de los jefes de los pisos superiores, en
especial conocemos perfectamente bien a uno de ellos, Odín, en
los Distritos todos lo ubican como el Tesorero del Distrito
Comercial, su nombre es Argento Riazor."
Escorpión – "Yo iré al Distrito V, ya he estado ahí, conozco a
Minos, el primer oficial del Juez del Sur, llevaré a Drake para
que me auxilie y aconseje si me desvío del camino, yo hablaré
con los Jueces."
Brahma – "Yo te acompañaré, no eres el único que tiene
asuntos pendientes en ese lugar."
Libra – "Yo también voy."
Escorpión – "Ya somos muchos…"
Póllux – "Créeme líder, si vas a ese infierno es mejor llevar a
Brach, aquí es sólo un miembro más del Círculo del Zodiaco,
allá es la persona más conocida, respetada y temida de todo el
Distrito, lo conocen como el Dios del Rayo, y si va contigo
tendrás menos problemas, a propósito, ese lugar es muy
peligroso, mi hermano y yo también iremos."
Pariel – "Y yo también, antes de que te opongas Cross debes
saber que los gemelos son lo únicos foráneos que han entrado al
Quinto Distrito, vencido a uno de los oficiales del Juez del Sur y
salido vivos de ese lugar, yo tengo socios comerciales que nos
ayudarán en todo el Distrito."
Fenrir – "Me parece bien, Cross, Connor y Brach tienen
motivos personales para estar ahí, Drake, los gemelos y
Michelle serán un buen contrapeso, además, ese lugar realmente
es peligroso y todos ellos a excepción de Drake ya han estado
ahí, entre más guerreros mejor, los demás nos quedaremos a
plantear la defensa de los Distritos y a reclutar a los mejores
guerreros para la causa."
Todo quedó preparado, en tres días partirían hacia el Quinto
Distrito, el tiempo trascurrió sin ninguna novedad salvo el
cumplimiento de las promesas que los Gemelos y Freya se
habían hecho antes de comenzar su batalla contra el ejército de
la Ciudadela, Cástor tuvo sexo con una obesa anciana, Póllux se
vistió de niña y así anduvo por toda la Fortaleza, era grotesco
ver a ese gigante con trenzas, falda y maquillaje, semanas
después todavía lo recordaban y se reían. Astrid besó a Drake,
todos quedaron sorprendidos, en especial Rhiannon, cuando
Freya le explicó que sólo era una apuesta su amiga de la infancia
le respondió que no le interesaba, Drake sólo era su amigo y por
ella podían hacer lo que quisieran, pero en realidad se sentía
furiosa, a partir de esa fecha también la FILO número ocho y
Titán comenzarían su tormento a largo plazo, él, su semestre de
abstinencia y ella dejaría crecer su cabello por primera vez en su
vida, sólo quedó pendiente el día de esclavo de Cástor, Astrid le
dijo que se cobraría posteriormente…
Antes de parir pensaban someter a Drake a una cirugía para
restaurar sus manos, pero increíblemente estas se regeneraron
solas, lo mismo pasó a sus heridas y cicatrices, todas se
desvanecieron, al parecer Excalibur estaba empezando a
manifestarse en su cuerpo, también su fuerza y velocidad habían
aumentado, así como el poder de todos sus ataques, ahora tenía
más alcance con éstos y los podía usar de manera ofensiva y
defensiva, de igual manera ahora podía controlar el fuego y
lanzarlo a distancia sin necesidad de empuñar un arma.
Finalmente llegó el día de la partida, cuando estaban
preparando sus cosas Michelle aprovechando que estaba a solas
con Cross le habló: "Bésame."
"¿Que?"
"Que me beses."
"¿Por qué?"
"Besaste a Elektra y a Caris."
"¿Que tiene que ver?"
"¿Acaso yo no te gusto?"
"Te repito... ¿Eso que tiene que ver?"
"¿Por que no me quieres besar a mí? ¿Hay algo malo
conmigo?"
"No, lo que pasa es que la única con quien yo quiero estar es
Christina, ella y nadie más."
"Pero a ellas si las…"
"Fue un error."
Michelle salió de la habitación, lloraba, nunca en su vida se
sintió tan rechazada, pensó que el karma se le regresaba, ella
siempre había desairado de mala manera a quien se le acercaba,
pero lo hacía porque sólo quería a una persona y ese sujeto la
rechazaba. Pensó que la vida era realmente cruel, ella sabía que
podía tener al chico que quisiera, no existía persona que se le
resistiera, incluso Cástor, éste le había advertido que la quería
como una hermana, pero era por demás obvio que si ella se lo
proponía lo conquistaría, pero Cross… El jamás mostró interés
por ella, nunca, desde que lo conoció siempre tuvo ojos sólo
para Chris y ahora también estaban de por medio Elektra y
Caris, la única persona a la que ella amaba era inmune a sus
encantos.
Por su parte Cross se sentía incómodo, sentía que debía ir por
Christina, ella era la persona con quien debía estar, también
sabía que amaba a Elektra y que deseaba a Caris. ¿Pero
Michelle...? Con ella siempre había llevado una relación difícil,
era mandona, déspota y caprichosa, pero no podía negar el
hecho de que siempre que ambos estaban en el mismo lugar no
podía dejar de verla, siempre se imaginó que era por su
hermosura, pero ahora no se quitaba de la mente la imagen de
Michelle durmiendo y él pasando horas observándola, en ese
momento no había nadie más en su cabeza que Michelle, Cross
salió de la habitación a despejar su mente, pero de nada sirvió,
regresó mas obsesionado aún, cuando entró en la habitación
encontró a Michelle sacando sus cosas.
"Michelle, yo…"
La chica sonreía, era una sonrisa forzada pero aún así se veía
arrebatadora. "No te preocupes, tu punto quedó bien claro, ya
soy mayor y se aceptar las cosas, espero que no te incomode
viajar conmigo, no te molestaré más, con permiso."
Cuando Michelle salió de la habitación traía un nudo en la
garganta, sabía que nunca tendría nada que ver con Cross, pero
se prometió que entonces nunca besaría a un hombre jamás, así
era ella, si no tenía lo que quería no le interesaba un premio de
consolación, era su deseo o nada más. Por su parte, Cross estaba
peor, no podía pensar en la misión, no podía pensar en Christina,
no podía pensar en nada más, en su mente sólo estaba la imagen
de una niña lastimada y un deseo irrefrenable de consolarla.
En la tarde Drake fue a avisar a Cross que era hora de
marcharse, no lo encontró y se imaginó que ya estaría en camino
al punto de reunión, la mayoría de los chicos ya se encontraban
afuera de la Fortaleza despidiendo a los que se iban, sólo
faltaban Michelle, Cross y Drake. Michelle casi era la última en
salir, se había tardado en arreglarse, no quería que se le notara
que había llorado, cuando estaba a punto de llegar a la puerta
sintió que alguien la jaló del brazo, era Cross, la aprisionó contra
la pared, ella se dejó, estaba sin aliento.
"¿Que quieres de mi Michelle?"
"Tu cariño."
"Es de Christina."
"Entonces déjalo así."
Michelle trató de seguir su camino pero Cross no se lo
permitió, la besó, en principio la sorprendió pero ella le
correspondió, soltó sus cosas y abrazó a Cross por el cuello, él
podría decir lo que quisiera pero ese beso le indicaba otra cosa,
tenía sentimientos por ella, Cross se sentía incapaz de soltarla, a
lo lejos, Drake los observaba, empezó a caminar tratando de
hacer el mayor ruido posible, sólo así Cross soltó a Michelle.
"Oh, aquí están, me mandaron a buscarlos, es hora de irnos."
Los tres caminaron hacia la puerta de salida, Cross tomó la
mano de Michelle pero ésta se soltó, le susurró al oído: "Así está
bien, no quiero que las chicas se molesten conmigo."
Cross sonrió, realmente no entendía a esas chicas pero tenía
un sentimiento de felicidad con el que se sintió a gusto. Cuando
salieron se despidieron de los amigos, Caris no soltaba a Cross y
Elektra besó a Michelle. "No hagas con Cross, lo que no te
gustaría que hiciéramos nosotras."
"Te lo prometo."
Cuando por fin se fueron Caris le comentó a Elektra.
"¿Notaste que Michelle se veía diferente?"
"Si, lo noté."
"¿Sabes lo que significa?"
"Si, que las cosas volvieron a su lugar, nuevamente estamos
empatadas, igual que antes."
"Lo suponía, pero al final sólo seremos las damas de honor."
Elektra pasó su mano por el hombro de Caris en un medio
abrazo."Seguramente así será amiga."

Mientras tanto, unas calles atrás, en el edificio de la Legión


de los Iluminados, Gabriel acompañado de Uriel y algunos
soldados entraron en las oficinas de Rafael.
"Buenas tardes… ¿A que debo el honor de la visita del
Delegado y del Comandante Supremo de nuestra armada?"
"Venimos por ti Rafael, este lugar ya no es seguro." Explicó
Uriel.
"Entonces… ¿Me llevan preso?"
"Por supuesto que no, sólo te trasladaremos a un lugar más
seguro, estamos demasiado cerca del enemigo."
"¿Y puedo negarme?"
"Sabes que no."
"Entonces... ¿Ya nos decantamos por la Ciudadela?"
"Efectivamente, acompáñanos, todos debemos estar en un
lugar más seguro."
"¿A las puertas del Cielo?"
"Así es, ahí estaremos bien."
"¿Y las chicas?"
"Ellas se quedarán a defender el Distrito."
"¿Las tres?"
"Las dos, Pariel ya definió su bando, es un Arcángel
proscrito, su sentencia ya fue dictada: es la muerte."
"Vamos pues."
Rafael no dijo nada más, acompañó a Gabriel y Uriel a “las
puertas del Cielo”, un búnker armado para situaciones de peligro
que se encontraba bajo el mar, el Arcángel al que llamaban “el
resplandor que cura” estaba preocupado por las chicas, las
estimaba a todas, en especial a Pariel.

Los FILOS dos, siete y nueve, Heimdall, Escorpión y


Brahma, junto con los tres miembros del Círculo del Zodiaco,
Titán y Hermes de Géminis así como Libra, acompañados de la
líder de la escuela superior del Distrito II, el Arcángel Pariel,
llegaron a una de las entradas secretas del Distrito V, Cross les
hablo:
"Ya estamos aquí, recuerden cual es nuestra principal misión,
trataremos de convencer a los cuatro Jueces de que se unan al
movimiento, les prometo que nadie de nosotros morirá en este
lugar, pero también estamos para apoyarnos los unos a los otros
en lo que haga falta, aunque sean cuestiones personales…
¿Estamos de acuerdo?"
Todos asintieron, la mayoría de ellos tenían cuentas
pendientes en ese lugar.
"Bien, entonces adelante, ahora depende de nosotros el futuro
de esta guerra, hagámoslo bien."
Titán con su gran fuerza abrió la puerta secreta y los siete
guerreros entraron al lugar más peligroso de no sólo de Arcadia,
sino de todo el país.

FIN
EPÍLOGO

Cuando Chronos iba de regreso al Distrito III, se enteró del


pronunciamiento de Erikksson, eso lo enfureció, decidió
tortúralo hasta que se retractara y después le mataría, en cuanto
llegó al edificio de gobierno le negaron la entrada.
"A un lado. ¿No saben quien soy?"
"Si señor, lo sabemos y se ha dado la orden de no dejarlo
pasar."
"Yo paso donde quiero, se quitan o tiro las puertas y los mato
a ustedes."
"Tendrá que hacerlo señor, son ordenes del Delegado."
Ozmar de Riot estaba furioso. "Imbéciles, yo soy quien
manda aquí, el Delegado me obedece a mí, ultima advertencia,
háganse a un lado."
Entonces, se abrieron las puertas, aparecieron Leo y
Capricornio. "Hola Chronos, cuanto tiempo sin verte..."
"¿Que haces aquí Capricornio? Este no es tu Distrito."
"Ahora lo es, los Distritos I y III se han unido, estoy aquí
para proteger al Delegado, tu has sido destituido."
"A mi solo la Ciudadela me puede destituir."
"Pues arréglalo allá, en éste Distrito ahora eres persona non
grata."
"¿Estás segura de lo que dices?"
"Y lo sostengo con mi espada."
Chronos dobló sus brazos, con el guante negro con el símbolo
que lo distunguía como FILO Oscuro en letras grises en su mano
izquierda empezó a sacar su arma de la palma de su mano
derecha, Leo se llevó la mano a su espada y en segundos rodeó a
su oponente.
"¿Van a atacarme entre los dos? Eso es cobardía."
"Esto es la guerra Chronos, no un duelo de guerreros, no
vamos a arriesgarnos a que hieras o mates a uno de nosotros,
entre los dos acabaremos en segundos contigo." Contestó
Capricornio.
"No voy a olvidar esta afrenta, volveré y los mataré."
"Lo mismo te digo FILO Oscuro, si te vemos en las calles de
este Distrito te cazaremos como a un perro y mataremos." Le
dijo Leo sonriendo.
Chronos no dijo más, se dio la vuelta y se retiró, pensaba en
como iba a afrontar a los jefes, seguramente lo iba a pasar mal.

Un día después en la parte más alta del edificio de la


Ciudadela.
Budha – "Creo que nos debes una explicación Odín."
Odín – "¿Que quieren saber?"
Budha – "Todo. Tu plan falló rotundamente, perdimos a
nuestros dos Comandantes, Leviatán y Juggernaut fueron
derrotados, los FILOS tres, cinco y seis se encuentran en el
hospital, eso les dio valor a los Distritos I y III de sublevarse,
Lilith y Chronos regresaron con la cola entre las patas, fue una
derrota total."
Odín – "Lo sé, quise evitar la guerra, pero esos chicos son
mucho mejores que sus antecesores, además, hay dos guerreros
que no tomamos en cuenta y que al parecer tienen tanto poder
como los FILOS, sus nombres son Drake y Rhiannon."
Zeus – "Eso no es todo, los espías de Gabriel en el Primer
Distrito que son cien por ciento confiables, le informaron que
Ragnar le entregó la espada Excalibur a ese chico Drake, al
parecer tiene sangre del antiguo portador y el arma sagrada lo
aceptará, por lo que se ha convertido en el verdadero FILO
número dos: Heimdall, con él ya son siete guerreros sagrados
que están con los rebeldes, son más de los que pelearon en la
batalla de hace dieciocho años."
Budha – "Eso quiere decir que los rebeldes se han convertido
en un grupo realmente peligroso, además, Fenrir y Escorpión
son demasiado buenos, nosotros no tenemos a nadie que se les
compare, podríamos perder esta guerra..."
Zeus – "Entonces no tenemos más remedio, habrá otro
exterminio, pero esta vez será total."
Odín – "Lo sé y estoy de acuerdo."
Zeus – "Entonces... ¿Ya desististe de tu plan de controlar a
Escorpión?"
Odín – "Como ustedes lo han dicho, esto ya se nos salió de
las manos, nuevamente van a intentar tomar la Ciudadela. Lo
que ellos no saben es que tanto Escorpión como Fenrir tienen
una debilidad: yo. Los dos me odian y si tienen la oportunidad
me matarán, podemos usar eso para que se desvíen de su
objetivo principal que es la Ciudadela, sin ellos los demás
rebeldes no son más que simios sin dueño."
Zeus – "No olvides a Libra, él también es un líder natural y es
conocido en los cinco Distritos, ese cabrón solo puede guiar a la
resistencia y tomar la Ciudadela, casi lo hace una vez…"
Budha – "Para hacerlo necesitan la ayuda del Quinto
Distrito."
Zeus – "De los cuatro Jueces sólo Poseidón está con nosotros,
Isis y Thor son una incógnita, creo que podremos comprar a
Hades."
Budha – "¿Y que pasó con Ragnar?"
Odín – "Nos traicionó, rescató a Lothar de la prisión y entre
los dos acabaron con el ejército que avanzaba por la retaguardia,
él fue quien casi mató al FILO número tres, lo único rescatable
es que Lothar está muerto, Cerberus lo asesinó, al parecer
Ragnar se fue del estado."
Budha – "Que lo encuentren y lo maten. ¿Rescataron los
cuerpos de Apocalipsy y Armagedón?"
Zeus – "Los trajeron ese mismo día, están en la Ciudadela,
sus bestias ya fueron extraídas."
Budha – "¿Ya tienen a sus reemplazos?"
Odín – "Si, unos hermanos que se han destacado desde que
llegaron, son sobrinos de Gunther “el puño asesino”. ¿Lo
recuerdas?"
Budha – "Por supuesto que sí, un buen soldado, sus hijos son
Loki y Freya. ¿O me equivoco?"
Odín – "Estas en lo correcto, sus sobrinos han escalado
posiciones y están preparados para ser iniciados, si sobreviven el
“emparejamiento” con las bestias, ya tenemos nuevos
Comandantes."
Budha – "Señores, ahora que la guerra ya empezó... ¿Que hay
de Rafael?"
Odín – "Ya fue asegurado, lo tenemos bajo nuestro poder."
Budha – "Refuercen la seguridad a su alrededor, no puede ser
rescatado o secuestrado, él es quien va a definir esta guerra, lo
necesitamos para ganar, es nuestra arma más poderosa, si Libra
entra a la Ciudadela Rafael lo matará, y con él, al ejército que lo
acompañe, después lo mataremos también a él, recuerden que
esos dos guerreros son los únicos que pueden compararse con
nosotros."
Odin – "¿Y que sucederá con Miguel? No perdonará el
asesinato de su hijo…"
Budha – "Miguel ya tiene suficientes problemas, la guerra
con el Círculo es inminente, eso se los puedo asegurar, quedará
muy debilitado al final de ese conflicto, si es que sobrevive, los
más beneficiados de todo esto serán ustedes caballeros, las
familias Brunn y Riazor serán ahora las más poderosas."
Odín y Zeus se voltearon a ver, ambos tenían la misma
enfermedad: la ambición, reconocieron que el planteamiento de
Budha tenía sentido, aunque sus familias eran de las principales
de Boleria seguían estando un paso detrás de los Yaotl y los De
Grieff, era el momento perfecto de revertir las cosas.
Zeus – "Estamos de acuerdo. Las providencias ya fueron
tomadas."
Odín – "Necesitamos que los rebeldes sean asesinados en el
Quinto Distrito, ahí hay delincuentes que tienen el poder de
matarlos, nos urge hablar con los cuatro Jueces, del resto se
encargarán los FILOS Oscuros."
Zeus – "Es lo mejor, los FILOS Oscuros jamás han ido contra
la Ciudadela, fueron creados para defenderla."
Budha – "Me parece que esa es la mejor estrategia, encárgate
Odín, pero recuerda, esta vez no puedes fallar, por lo pronto hay
que estar preparados para lo peor y eso es que tarde o temprano
nos van a invadir, no podemos permitir ni siquiera que lleguen a
la zona del Cinturón, tomen sus providencias caballeros, esta
reunión queda disuelta."
APÉNDICE

Relación de guerreros sagrados:

FILO número uno.


Caribdis.
Arma sagrada: Scylla, "la espada asesina".
Color de ojos en estado FILO: Violeta claro.
Poder elemental: Agua.
Nombre de civil: Kharinna Humbolt.
Bestias míticas asociadas: Scylla, un grotesco monstruo con
cola de pez y cuerpo de mujer, en la parte inferior seis
gigantescas serpientes sobresalían y debajo de éstas seis
descomunales perros soportaban todo el peso de la bestia y
Caribdis, un horrendo monstruo marino.

Símbolo:

FILO número dos.


Heimdall.
Arma Sagrada: Excalibur, "la espada legendaria".
Color de ojos en estado FILO: Naranja claro.
Poder elemental: Agua, aire, tierra, fuego, hielo, metal,
electricidad y psíquica.
Nombre de Civil: Drake Avalon.
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:

FILO número tres.


Cerberus.
Arma Sagrada: Durandal, "la espada de las reliquias".
Color de ojos en estado FILO: Cian claro.
Poder elemental: Fuego. (Fuego azul).
Nombre de Civil: Dorian (apellido desconocido).
Bestia mítica asociada: Cerberus. Gigantesco perro de tres
cabezas.

Símbolo:

FILO número cuatro.


Kwan Yin.
Arma Sagrada: Samsara, "La espada reencarnación".
Espadas separadas: Masamune y Murumasa.
Color de ojos en estado FILO: Amarillo claro.
Poder elemental: Desconocido.
Nombre de Civil: Selene (apellido desconocido).
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:

FILO número cinco.


Siegfried.
Arma Sagrada: Balmung, "la espada mágica".
Color de ojos en estado FILO: Oliva claro.
Poder elemental: Tierra.
Nombre de Civil: Surt Mustpelheim.
Bestia mítica asociada: Fafner. Un enorme dragón alado de
cuatro patas, habitante de las profundidades de la tierra

Símbolo:

FILO número seis.


Loki
Arma Sagrada: Arondight, "la espada oculta".
Color de ojos en estado FILO: Magenta claro.
Poder elemental: Agua.
Nombre de Civil: Gunnar De Grieff.
Bestia mítica asociada: Midgard. Una inmensa serpiente
acuática.

Símbolo:

FILO número siete.


Escorpión.
Arma Sagrada: Antares, "la espada roja".
Color de ojos en estado FILO: Rojo claro.
Poder elemental: Energía pura, psíquica.
Nombre de Civil: Lesath Crossifixio Sargás / Riazor.
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:

FILO número ocho.


Freya.
Arma Sagrada: Valkiria, "la espada serpiente".
Color de ojos en estado FILO: Verde claro.
Poder elemental: Aire.
Nombre de Civil: Astrid De Grieff.
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:

FILO número nueve.


Brahma.
Arma Sagrada: Ammavaru, "la espada cósmica".
Espadas separadas: Shiva y Vishnú.
Color de ojos en estado FILO: Oro claro.
Poder elemental: Desconocido.
Nombre de Civil: Connor (apellido desconocido).
Bestia mítica asociada: Basilisco. Animal con forma de gallo
con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola
de serpiente con terminación en garfio.

Símbolo:

FILO número diez.


Fenrir.
Arma Sagrada: Droma, "la espada boreal".
Espadas separadas: Colmillo blanco y Colmillo azul.
Color de ojos en estado FILO: Azul claro.
Poder elemental: Hielo.
Nombre de Civil: Arlés Probzzer.
Bestia mítica asociada: Fenrir. Un enorme lobo, el rey de su
especie.

Símbolo:

FILO número once.


Athena.
Arma Sagrada: Spartha, "la espada de luz".
Espadas separadas: Andrómeda y Atalanta.
Color de ojos en estado FILO: Gris claro.
Poder elemental: Energía pura.
Nombre de Civil: Elektra Von Hurray / Riazor
Bestia mítica asociada: Desconocida.

Símbolo:

FILO número doce.


Lilith.
Arma Sagrada: Draconis, "la espada celestial".
Color de ojos en estado FILO: Rosa claro.
Poder elemental: Fuego. (Fuego ácido).
Nombre de Civil: Christina Riazor.
Bestia mítica asociada: Dragón oscuro. Un descomunal
dragón poseedor del fuego ácido, cubierto de una armadura
impenetrable, de cuatro patas cuyas garras eran dagas y poseía
enormes alas capaces de formar huracanes, su cola terminaba en
el filo de una espada.

Símbolo:

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