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Secuencia Didáctica 2: Estructura y función celular


(1ª parte)
• La evolución de las células
• Diferencias entre células procariontes y eucariontes

La evolución de las células.


La aparición del primer organismo vivo sobre la Tierra suele asociarse al nacimiento de la primera célula. El proceso se
inició gracias a la transformación de moléculas inorgánicas en orgánicas bajo unas condiciones ambientales adecuadas;
tras esto, dichas biomoléculas se asociaron dando lugar a entes complejos capaces de autorreplicarse.
Existen posibles evidencias fósiles de estructuras celulares en rocas datadas en torno a 4 o 3,5 miles de millones de años
(giga-años o Ga.).

La evolución celular se produjo en estrecha relación con la evolución de la atmósfera y de los océanos. Los registros
fósiles, los estudios comparativos del metabolismo y la bioquímica de los organismos actuales han permitido establecer
una secuencia de la evolución de las células, que es sólo una aproximación de lo que pudo haber sucedido. Al parecer, la
vida empezó hace más de 3 000 millones, de años, la transición hacia una atmósfera rica en oxígeno ocurrió hace 2000
millones y las células eucariontes aparecieron hace unos 1 500 millones de años.

Los primeros seres vivos que surgieron en la Tierra, hace aproximadamente unos 3 500 millones de años, fueron
microorganismos unicelulares primitivos, procariontes. Sólo existieron células procariontes durante un periodo de más
de 2000 millones de años. Hasta hace 1 500 millones de años surgieron células más especializadas, las eucariontes.

Cuando surgieron las primeras células procariontes vivían en ambientes ricos en nutrimentos, y las reacciones
metabólicas eran poco necesarias.
A medida que esos ambientes se agotaron, surgieron las procariontes de tipo de las cianobacterias, que son
microorganismos fotosintetizadores; los cuales utilizaron la energía solar para extraer de las moléculas de agua el
hidrógeno con el cual construyeron moléculas más complejas, y así liberaron el oxígeno molecular, que originó hace
unos 2000 millones de años, cambios paulatinos en la atmósfera. El oxígeno atmosférico se incrementó y hace 1500
millones de años se produjo la estabilización de esas moléculas. Los organismos empezaron a utilizar el oxígeno, lo cual
originó el aumento de la capacidad metabólica, y esto propició que las células aumentaran su tamaño.
Después de las células procariontes autotróficas surgieron las células eucariontes. Existen varias teorías que explican la
evolución de las células eucariontes; por ejemplo; la teoría de la endosimbiosis, la teoría del plegamiento de la membrana
plasmática y la teoría mixta.

Teoría del Plegamiento de Membrana


Fue propuesta por David Robertson en 1962, esta teoría sostiene que las células eucariontes se formaron directamente
de un antecesor arqueobacterial, mediante la compartición de distintas funciones, producto de la invaginación de la
membrana plasmática.
La teoría del plegamiento de la membrana plantea que las células eucariontes se formaron directamente de un antecesor
arqueobacterial, mediante la compartición de diferentes funciones.
Propone que la membrana plasmática fue creciendo y doblándose hacia adentro hasta formar invaginaciones que
rodeaban partes internas de la célula como las moléculas de ADN para después convertirse en organeros como el
núcleo.
La mutación genética de las células procariontes es el factor fundamental de esta teoría, ya que se utiliza para explicar la
formación de un complejo sistema de membranas el cual, por la invaginación de la membrana, da origen a diversos
organelos con membrana, como el retículo endoplasmático, el complejo de Golgi y los lisosomas; sin embargo, no aclara
cómo se formaron las mitocondrias y los cloroplastos, que presentan doble membrana. Además, se cree que este mismo
proceso fue el que originó a la membrana nuclear, pero dado la falta de restos fósiles que secunden esta teoría, es poco
aceptada.
Esta teoría también propone que el mismo proceso originó la membrana nuclear, principal característica de las células
eucariontes. Sin embargo, es poco aceptada, porque no se han encontrado restos fósiles de la célula intermedia entre
procariontes y eucariontes.
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La teoría de la Endosimbiosis
Lynn Margulis propuso la teoría de la endosimbiosis en su libro “Origin of Eukaryotic Cells”, publicado en 1970. En él
planteó que las células eucariontes fueron precedidas por procariontes primitiva que perdió su pared celular, lo cual le
permitió aumentar de tamaño, para luego se asociaron simbióticamente. A esta célula se le conoce como urcariota
La teoría de la endosimbiosis explica que la urcariota pudo englobar a otras células procariontes, estableciéndose una
relación endosimbionte.
La célula pequeña que se quedó dentro del otro organismo, era capaz de realizar una respiración aeróbica de manera
más eficiente y se convirtió, después de muchas generaciones, en una mitocondria.
Igualmente se pudo haber llevado a cabo la fusión de una célula grande que se alimentaba de materia orgánica, con una
célula más pequeña que efectuaba fotosíntesis. Posteriormente, la célula más grande se especializó en adquirir materiales
inorgánicos y la pequeña se convirtió en un cloroplasto.
Así nacieron las primeras células vegetales.
Las pruebas que Lynn Margulis ha encontrado para dar soporte a su teoría se basan en las similitudes entre mitocondrias
y cloroplastos con las bacterias actuales: poseen el mismo tamaño, tienen su propio ADN en forma de cadena circular y
tienen sus propios ribosomas parecidos a los de las bacterias.

La endosimbiosis favoreció a los organismos asociados, porque todos adquirieron particularidades metabólicas que no
tenían por separado, ventaja que sería seleccionada en el transcurso de la evolución. De esta manera surgieron las
primeras células eucariontes (protoeucariontes), que fueron compartiendo las diferentes funciones por medio del
desarrollo de orgánulos. Las células eucariontes incluyen todas las células de plantas y animales. Se distinguen de las
células procariontes por su estructura compleja; contienen compartimientos limitados por membranas en donde se
cumple una actividad metabólica específica y lo más importante en ellas, es la existencia de un núcleo que es un
compartimiento limitado por una membrana donde reside el ADN.

Las dos teorías presentadas no se excluyen cuando se explica la evolución de las células eucariontes. Es posible que los
orgánulos que no contienen ADN se hayan formado por plegamiento de la membrana, mientras que los orgánulos que
contienen ADN se formaron por endosimbiosis.
Esos pliegues aumentaron la superficie de absorción del alimento y originaron la formación de sáculos intracelulares; así,
la digestión se efectuó dentro de la célula que, en estas condiciones, pudo introducir macromoléculas y digerirlas en su
interior. Por otra parte, la incorporación de procariontes como huéspedes permanentes en el interior del
protoeucariontes, facilitó la supervivencia de ambos tipos de células.
La estructura común a todas las células comprende la membrana plasmática, el citoplasma y el material genético o ADN.

1) Membrana plasmática: constituida por una bicapa lipídica en la que están englobadas ciertas proteínas. Los
lípidos hacen de barrera aislante entre el medio acuoso interno y el medio acuoso externo.
2) El citoplasma: abarca el medio líquido, o citosol, y el morfoplasma (nombre que recibe una serie de estructuras
denominadas orgánulos celulares).
3) El material genético: constituido por una o varias moléculas de ADN. Según esté o no rodeado por una
membrana, formando el núcleo, se diferencian dos tipos de células: las procariotas (sin núcleo) y las eucariotas
(con núcleo).
4) El núcleo: mantiene protegido al material genético y permite que las funciones de transcripción y traducción se
produzcan de modo independiente en el espacio y en el tiempo.

DIFERENCIAS ENTRE CÉLULAS PROCARIOTA Y EUCARIOTA.

CÉLULAS PROCARIOTAS
Conformaron los primeros organismos del tipo unicelular que aparecieron sobre la tierra, hace unos 3.500 millones de
años.
Tiene el material genético concentrado en la región central del citoplasma, pero sin una membrana protectora que defina
un núcleo.
No tiene orgánulos –a excepción de ribosomas- ni estructuras especializadas.
Como no poseen mitocondrias, los procariotas obtienen energía del medio mediante reacciones de glucólisis en los
mesosomas o en el citosol.
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Están representados por los organismos del dominio Bacteria (bacterias y algas cianofíceas) y por los organismos
pertenecientes al Dominio Archaea (extremófilos).
Generalmente son células pequeñas (1-10μ.) Todos son microorganismos (bacterias y cianobacterias).
Tienen ADN circular en el citoplasma.
Su división celular es por fisión binaria. Ausencia de centriolo y huso mitótico. Sexualidad generalmente ausente.
Ausencia de movilidad intracelular.
Algunos son anaerobios y otros aerobios.
No disponen de mitocondrias, por lo tanto las enzimas que oxidan las moléculas orgánicas están ligadas a la membrana
celular.
En las que disponen de flagelos, éstos son simples formados de proteína flagelina.
Pared celular de carbohidratos y péptidos.
Las que realizan fotosíntesis no disponen de cloroplastos, por lo tanto la clorofila y las enzimas que participan en este
proceso se localizan en el citoplasma.
Los procariotas se clasifican, según Carl Woese, en arqueas y bacterias

Arqueas:
Poseen un diámetro celular comprendido entre 0,1 y 15 μm, aunque las formas filamentosas pueden ser mayores por
agregación de células.
Presentan multitud de formas distintas: incluso las hay descritas cuadradas y planas.
Algunas arqueas tienen flagelos y son móviles.
No tienen membranas internas que delimiten orgánulos, presentan ribosomas, pero a diferencia de los encontrados en
las bacterias que son sensibles a ciertos agentes antimicrobianos, los de las arqueas, más cercanos a los eucariotas, no lo
son.
Las células de las arqueas carecen de núcleo, y presentan un sólo cromosoma circular.
Sus genomas son de pequeño tamaño, sobre 2-4 millones de pares de bases.
Pueden reproducirse por fisión binaria o múltiple, fragmentación o gemación.

Bacterias
Las bacterias son organismos relativamente sencillos, de dimensiones muy reducidas, de apenas unas micras en la
mayoría de los casos.
Carecen de un núcleo delimitado por una membrana, aunque presentan un nucleoide, una estructura que contiene una
gran molécula generalmente circular de ADN.
Carecen de núcleo celular y demás orgánulos delimitados por membranas biológicas.
En el citoplasma se pueden apreciar plásmidos, pequeñas moléculas circulares de ADN que coexisten con el nucleoide y
que contienen genes: son comúnmente usados por las bacterias en la parasexualidad (reproducción sexual bacteriana),
también contiene ribosomas y diversos tipos de gránulos.
En algunos casos, puede haber estructuras compuestas por membranas, generalmente relacionadas con la fotosíntesis
Poseen una membrana celular compuesta de lípidos, en forma de una bicapa y sobre ella se encuentra una cubierta en la
que existe un polisacárido complejo.
Entre las formaciones destacan los flagelos y los pili (estructuras de adherencia).
La mayoría de las bacterias disponen de un único cromosoma circular y suelen poseer elementos genéticos adicionales,
como distintos tipos de plásmidos.
Su reproducción, binaria y muy eficiente en el tiempo, permite la rápida expansión de sus poblaciones, generándose un
gran número de células que son virtualmente clones, esto es, idénticas entre sí.

CÉLULAS EUCARIOTAS
Las eucariotas (divididas tradicionalmente en animales y vegetales, si bien se incluyen además hongos y protistas, que
también tienen células con propiedades características).
Son más complejas que las procariotas y surgieron a partir de estas por el fenómeno de Endosimbiosis, hace unos 1.000
millones de años.
Tienen mayor tamaño y su organización es más compleja, con presencia de orgánulos que le permiten una notable
especialización en sus funciones.
El ADN está contenido en un núcleo con doble membrana atravesado por poros.
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Las células eucariotas están presentes en los organismos pertenecientes al Dominio Eukarya (Protistas, Hongos, Plantas y
Animales).
Generalmente son células grandes (10-100μ).
Algunos son microorganismos, pero la mayoría son pluricelulares (protistas, hongos, vegetales y animales).
El ADN se encuentra en cromosomas dentro de un núcleo delimitado por una membrana.
División celular por mitosis. Presencia de centriolo y huso mitótico.
Sexualidad generalmente presente, con la producción de gametos tanto en el macho como en la hembra.
Presencia de movilidad intracelular
En pluricelulares el desarrollo es a partir de un cigoto que es una célula diploide.
Son aerobias. Las enzimas que oxidan a las moléculas orgánicas están en las mitocondrias, donde se degrada la glucosa a
través del ciclo de Krebs durante la respiración celular.
Presentan cilios y flagelos. Pared celular celulosa o quitina.
Las que realizan fotosíntesis disponen de cloroplastos donde "empaquetan" la clorofila y las enzimas.
Presentan una estructura básica relativamente estable caracterizada por la presencia de distintos tipos de orgánulos
intracitoplasmáticos especializados, entre los cuales destaca el núcleo, que alberga el material genético. Especialmente en
los organismos pluricelulares, las células pueden alcanzar un alto grado de especialización.

Las células animales:


No tiene pared celular (membrana celulósica).
Presentan diversas formas de acuerdo con su función.
No tiene plastos
Puede tener vacuolas pero no son muy grandes.
Presenta centriolos que son agregados de microtúbulos cilíndricos que forman los cilios y los flagelos y facilitan la división
celular

Las células vegetales:


Presentan una pared celular compuesta principalmente de celulosa),
Disponen de plastos como cloroplastos (orgánulo capaz de realizar la fotosíntesis), cromoplastos (orgánulos que
acumulan pigmentos) o leucoplastos (orgánulos que acumulan el almidón fabricado en la fotosíntesis),
Poseen vacuolas de gran tamaño que acumulan sustancias de reserva o de desecho producidas por las células. Cuentan
también con plasmodesmos, que son conexiones citoplasmáticas que permiten la circulación directa de las sustancias del
citoplasma de una célula a otra, con continuidad de sus membranas plasmáticas.
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