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Facultad de Ingeniería Eléctrica - UMSNH 3

Apuntes de Técnicas de Estudio

LA CONCENTRACIÓN
La concentración se define como la organización disciplinada de la atención con el fin de proyectar y realizar determinadas tareas. La
tensión, la energía y la vitalidad favorecen la atención; en cambio, la fatiga, la saciedad, las carencias corporales o psíquicas o la avalancha
de estímulos limitan la capacidad de concentración, como también la limitan la falta de interés y las circunstancias ambientales
negativas. Está influida también por nuestra forma física, nuestro estado de ánimo, las horas de sueño y por supuesto, por la motivación
y las aspiraciones que tengamos cada uno.

Cuando tratamos de concentrarnos, cuantos más sentidos intervengan en lo que estamos haciendo, mayor será nuestra atención. Por
tanto, es necesario poner siempre los cinco sentidos en todo aquello que emprendamos. Dependiendo del tipo de acciones concretas que
vayamos a realizar, correr 15 kilómetros, leer una novela, estudiar para un examen de matemáticas, necesitaremos concentrarnos en
distinta forma y proporción. Sea cual sea el camino que escoja cada estudiante, siempre va a necesitar la concentración de pensamiento,
de sentimiento y de acción. Practicar la concentración mental no requiere decir que debamos limitar ni disminuir nuestros pensamientos
y actividades, no significa perder el interés por otras cosas.

Uno de los principales aliados de la concentración es la observación profunda y exacta de las cosas. En las representaciones mentales que
nos hacemos de las cosas hay algunos puntos claros y acertados, pero hay otros totalmente equivocados, a veces ni siquiera recordamos si
alguien a quien conocemos bastante y vemos con mucha frecuencia lleva gafas o se ha dejado o se acaba de afeitar la barba.

La concentración y la tensión no deben ir unidas, para concentrarse no es necesario fruncir el ceño o contener la respiración. No hay que
apretar los puños tampoco, pero lo que si requiere la concentración es una perfecta quietud y silencio. El dominio de la mente no
consiste, tampoco, en realizar tremendos esfuerzos, sino en una práctica calmada, constante y relajada. Los resultados de esta práctica van
a ser acumulativos, escasos en los primeros momentos y mucho más abundantes con el tiempo.

Otro punto básico cuando hablamos de concentración es la confianza que tengamos en nosotros mismos. Todas las actividades de la
mente se perfeccionan con la confianza. La memoria, por ejemplo, se refuerza si la persona confía en que no va a olvidar ningún detalle,
pero si empieza a dudar de sí mismo y de si será capaz de recordar, hará que su memoria se derrumbe. Si queremos recordar algo, lo
mejor es hacer completamente clara la idea en nuestra mente y luego observarla con calmada concentración durante unos segundos y
después dejar que se pierda en lo más profundo de nuestra mente. Cuando un niño aprende a montar en bicicleta, caerá y caerá de su
bici hasta que de repente se empieza a sentir seguro al estar subido en ella. A partir de ese momento, difícilmente se caerá. Pues algo
parecido ocurre con la concentración.

La atención puede viajar entre las ideas sin ningún propósito: eso es el vagar de nuestra mente. O bien, puede viajar con un propósito y
eso es, nada más y nada menos que, el pensamiento. Todo lo que ocurre y lo que hay a nuestro alrededor va llamando nuestro atención,
y dependiendo de cuáles sean nuestras preocupaciones o nuestras motivaciones, nuestra atención se centrará en un campo o en otro. Lo
primero que debemos hacer es determinar lo que nos obstaculice nuestra concentración, como pueden ser dudas, ansiedad o temores. Se
dice que los grandes obstáculos que podemos tener a la hora de concentrarnos son el corazón, las pasiones y una mente confusa. Si
logramos dominar estos tres factores tratando de llevar una vida ordenada y equilibrada, con descanso y alimento adecuado,
conseguiremos gobernar nuestra mente.

La necesidad del ejercicio mental es mucho mayor que la del ejercicio físico. Ejercitar la mente nos llevará a poseer un pensamiento
nítido, claro e intenso; en definitiva, una mente atenta y despierta. Para el buen resultado de la práctica de la concentración tenemos que
educar nuestro cuerpo, de forma que seamos capaces de permanecer sin movernos tanto tiempo como necesitemos, de igual modo hay
que educar los sentidos para que seamos capaces de ignorar la luz, el sonido, el frío, etc. que nuestros órganos están registrando. Todo
estudiante tiene que aprender a ignorar voluntariamente todo lo que está ocurriendo en el exterior mientras él está estudiando.

La concentración, sin duda, ayuda a la memoria. Si un estudiante tiene que aprender una lección que se compone de cinco apartados y
empieza estudiando y comprendiendo perfectamente el primero, luego sigue con el segundo pero con cierta ansiedad de olvidar lo ya
estudiado, y continuamente vuelve al primer apartado para no olvidarlo, hará que el segundo apartado no se asimile del todo, al no
enfocar toda su atención en éste, por lo tanto, no se llegará a comprender completamente. Menos poder de atención tendrá sobre el resto
de los apartados, por lo que al terminar de estudiar, el conocimiento acerca del tema será vago y desigual.

Lo que se debe de hacer, al estudiar, es comenzar con el primer apartado, pregunta, idea o ejercicio y tratar de comprenderlo
perfectamente y luego, mediante un acto de concentración, encerrarlo para sí. Una vez que la idea ha quedado bien clara, se debe
observar y meditar con toda tranquilidad, incluso descansando, para después dirigirse a la siguiente pregunta o apartado, al cual ya se le
podrá prestar toda la atención. De esta forma, la concentración y el conocimiento irán a la par, no dando lugar al olvido.
4 M.C. Raúl Pineda Salazar
¿Cómo Aprendemos?

Con la concentración se consigue una visión clara de las cosas. Por ejemplo, cuando un estudiante trata de resolver un ejercicio de
matemáticas, lo primero que deberá hacer será concentrarse un momento sobre los datos que ya posee, y sólo después podrá empezar a
pensar en la solución.

MEJORAR LA CONCENTRACIÓN

Los factores que facilitarán que alcancemos un mayor grado de concentración, son los siguientes:

 Tener bien claros y bien definidos cuáles son las metas y los objetivos que nos hemos planteado.
 Tener todo el material bien organizado y bien programado antes de sentarnos a estudiar.
 Saber exactamente en qué va a consistir nuestra sesión de estudio.
 Encontrarnos en un estado de relajación, y si no es así, va a ser mejor que aplacemos durante unas horas o hasta el día siguiente
la sesión.
 Conseguir un ambiente adecuado de tranquilidad, en donde nos sintamos lo más a gusto posible, teniendo en cuenta que la
ventilación, la temperatura y la iluminación sean lo más correctas posibles.
 Evitar todo tipo de interrupciones como visitas, llamadas, ruidos y todas las posibles distracciones que nos puedan entretener.
 Llevar una vida equilibrada, en la que sean suficientes las horas de sueño, las horas de estudio o trabajo y el tiempo de ocio.

Algunas personas piensan que estudiar con música les ayuda, pero en realidad cuando estudiamos cualquier sonido es innecesario y
puede perturbar nuestra concentración. Lo más importante para no perder la concentración o para mejorarla, es la autodisciplina. Los
estudiantes disciplinados no permiten que sus fantasías les alejen del estudio, aunque parezca imposible podemos evitar que nuestra
mente se deslice hacia fantasías placenteras como futuros viajes, conciertos de música o cualquier tipo de diversión que nos pueda venir a
la cabeza mientras estudiamos.

Igualmente hay que dejar de lado los problemas personales. Una forma de apartarlos de la mente temporalmente es anotarlos en un
papel para tratar de resolverlos tan pronto como hayamos terminado con nuestra tarea. Pero si el problema es realmente serio, siempre
antes de sentarnos a estudiar debemos tratar de resolverlo, buscando una solución inmediata para poder concentrarnos lo antes posible.

EVITAR EL ABURRIMIENTO

Al estudiar, se puede combatir el aburrimiento con numerosas estrategias, como ir cambiando de asignatura durante nuestras sesiones de
estudio o descansar cada hora. Estudiar en grupo resulta más ameno y se comparten los conocimientos y además unos estudiantes
contagian a los otros de su entusiasmo por la asignatura. Otras veces, la causa de que una materia nos aburra, es simplemente que no la
sabemos entender. En este caso, pedir ayuda es la única solución. Pero la mejor manera de combatir el aburrimiento a la hora de
estudiar, es valerse de textos alternativos y la utilización de otros materiales que podrán hacer que de repente todo adquiera sentido.

Una de las más sencillas y eficaces formas de garantizar la concentración y además terminar con el aburrimiento es simplemente tener un
bolígrafo siempre a mano e ir haciendo altos y anotando lo que nos ha querido decir el autor y lo que hemos entendido y lo que más nos
ha llamado la atención, etc.

OBSTÁCULOS PARA LA CONCENTRACIÓN

Cualquier clase de distracción puede perturbar nuestra concentración, ya sean distracciones internas o distracciones externas:

 La ambigüedad o poca claridad en nuestros objetivos.


 La desmotivación, a la que podemos llegar por no tener claras nuestras metas.
 El cansancio, el agotamiento y la falta de energía.
 El material desorganizado, apuntes mal estructurados o tomados por otra persona, cuya letra nos resulta difícil de leer y
entender.
 El no saber por dónde empezar, es decir, la falta de planificación.
 Las interferencias externas, los ruidos, llamadas o visitas. Las inquietudes personales, los problemas que nos afectan y que nos
vienen a la cabeza casi continuamente.
 Las incomodidades o inconvenientes del lugar donde estudiamos, el frío, el calor, la falta de ventilación o la mala iluminación.

Estos factores afectan negativamente a nuestro estudio y capacidades, ya que nos bloquean la mente, nos desconcentran y nos hacen
perder mucho tiempo, por lo que sería ideal que cada uno de nosotros hiciera un pacto consigo mismo para tratar de evitar en la medida
de lo posible estas distracciones, de modo que el esfuerzo que realizamos en el estudio se vea compensado.
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Apuntes de Técnicas de Estudio

EJERCICIOS PARA MEJORAR LA CONCENTRACIÓN

El primer ejercicio consiste en fijar la vista durante un periodo de tiempo no muy prolongado en el siguiente diagrama, y tratar de
alejar la mente de otros pensamientos. Repetirlo durante varios días.

El segundo ejercicio es un sencillo procedimiento para el cual sólo necesitamos un segundero y un cuaderno, y consiste en elegir un
objeto a nuestro alrededor que por alguna razón nos guste o nos llame la atención, y tratar de pensar en él, inmediatamente nos daremos
cuenta de que estamos pensando en otra cosa muy distinta. En un cuaderno anotaremos aquello en lo que queríamos pensar, aquello en
lo que realmente hemos acabado pensando y el tiempo exacto en que lo hicimos. Debemos repetir varias veces el procedimiento.

El tercer ejercicio consiste en hacer lo mismo que en el segundo, solo que cuando la mente se desvíe a pensar en otra cosa que no sea
nuestro objeto inicial, tendremos que tratar de volver siempre a él. Anotaremos en el cuaderno cuántas veces desviamos el pensamiento y
cuántas volvimos al objeto inicial.

El cuarto ejercicio consiste en abrir un libro cualquiera y buscar hasta leer un sustantivo y luego abrir por otra página y buscar otro
sustantivo. El primer sustantivo será nuestro punto de partida y el segundo será nuestra meta. Así por ejemplo, si el primer sustantivo
que encontramos es gaviota y el segundo es coche, podemos pensar en la primera vez que vimos una gaviota y luego volvimos a casa desde
la playa en coche con toda la familia.

El quinto ejercicio consiste en sentarnos en nuestra habitación y mirar lentamente todos los detalles que contiene, todo lo que hay a
nuestro alrededor y tomar nota de todo ello en nuestro cuaderno. Después cerraremos los ojos e iremos haciendo pasar por nuestra
imaginación todo aquello que hemos anotado y en el mismo orden y sin exceptuar ninguna de las cosas.

El sexto ejercicio consiste en elegir un camino que conozcamos muy bien. Daremos un paseo diario por él, pero no caminando, sino
simplemente con nuestra imaginación, y cada día trataremos de recordar más detalles, y si nuestro pensamiento se desvía, lo haremos
regresar al camino por el que lo estábamos conduciendo.

El séptimo ejercicio consiste en tomar un objeto sencillo, por ejemplo, nuestra cartera o bolsa y colocarla delante de uno. La
observaremos detenidamente. Después cerraremos los ojos e imaginaremos el objeto desde todos los puntos de vista, cerrada y abierta,
con el contenido de la cartera o bolsa por dentro e incluso imagina algunos de objetos por fuera.

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