Pero, hemos hablado del desarrollo de un negocio inmobiliario y ¿Qué
pasa con el servicio al cliente? El problema actual para las inmobiliarias, son las malas experiencias que los clientes han tenido con estas empresas, ya que en general se presentan varios factores que causan estos inconvenientes entre las partes, como lo son: Ver al cliente como un número más: El peor error que puede cometer una inmobiliaria es tratar a un cliente como un número o una estadística, ya que las personas quieren que se les atienda con amabilidad, que las atienda una persona que se sintonice con la necesidad del cliente, que entienda sus problemas y pueda darle consejos, salidas, soluciones. Una inmobiliaria sin liquidez: Esto representa un gran y grave problema para el cliente, ya que se estará jugando con el dinero del canon de arrendamiento para cubrir deudas que se le irán acumulando a la empresa, por ende, el cliente dejará de percibir su dinero por deudas de la empresa. Seguridad y tranquilidad: Es muy común que las inmobiliarias tengan diferentes costos a la hora de ofrecer servicios inmobiliarios, por ejemplo, para servicio de arrendamiento, este porcentaje varía depende los servicios que se prestan, como póliza de arrendamiento por medio de aseguradora, esto aumenta algunos puntos porcentuales la comisión que se cobra por administrar el inmueble, pero le da la seguridad al propietario como a la inmobiliaria de tener siempre su dinero seguro por el tiempo que dure el contrato. Contratar servicios con agentes inmobiliarios independientes: Ahora, cualquiera es agente inmobiliario, de la noche a la mañana una persona se puede levantar con ganas de ser agende inmobiliario independiente, lo cual conlleva a la mala prestación de un servicio, tanto para el propietario como para el cliente potencial, ya que esta persona no tiene idea de cómo, cuándo o dónde; claro que lo puede aprender, pero ¿el método y la táctica? ¿El servicio al cliente? Estos factores influyen en las malas experiencias relatadas por clientes. LA TAREA DIARIA Las inmobiliarias cumplen funciones cotidianas como el cobro de los contratos de arrendamiento, las comisiones por cada transacción y los servicios de gestión. Además, se actualizan las ofertas y se organizan las agendas para concretar visitas o entrevistas. Una vez que se ingresa una nueva propiedad, los ejecutivos deben constatar el estado de los inmuebles, su situación financiera, explorar sus virtudes y confeccionar los anuncios, con propuestas claras y atractivas, para comenzar la publicidad de los mismos. Cuando los interesados llegan a tu inmobiliaria en Bogotá, los productores atienden sus requerimientos y buscan las mejores opciones para satisfacer sus necesidades. Luego se concretan visitas y se auditan los papeles necesarios para confeccionar el contrato y cerrar la transacción, en constante contacto con ambas partes. La intermediación no se agota en la firma del vínculo, sino que se debe intentar fidelizar al vínculo con los clientes con servicios complementarios como reformas, seguros y asesoramiento.