Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Por eso, si bien los derechos humanos tienen su fundamento en la misma naturaleza
humana, en la práctica, en tanto todo individuo es miembro de una sociedad, se requiere una
importante condición: que los individuos sean ciudadanos.
Lo que nos interesa resaltar es el hecho de que los derechos del hombre aparecen en
un momento histórico determinado e inician desde allí una trayectoria con avances y
retrocesos. Nacen gradualmente de las luchas que el hombre sostiene por su emancipación.
No surgen todos al mismo tiempo, y mucho menos para siempre. Por eso hablamos de tres
generaciones de derechos humanos:
Entre los derechos civiles, quizás el derecho a la vida sea el más importante y del cual
se desprenden todos aquellos derechos, que le permiten a la persona desenvolverse en la
convivencia social: derecho a comerciar, pensar, expresarse libremente, reunirse y asociarse,
casarse, no ser sometido a torturas, acceder a la justicia, a la propiedad, a la intimidad,
etcétera.
Están relacionados con el enorme impacto producido en la vida de las sociedades por
la Revolución Industrial a lo largo del siglo XIX, básicamente en los siguientes aspectos:
• La hegemonía de las ideas liberales que consolidaron una sociedad capitalista basada
en dos pilares: concentración de la riqueza (el capital) en pocas manos (los capitalistas) y la
explotación de la fuerza de trabajo de una nueva clase social (el proletariado urbano).
Las pésimas condiciones de trabajo y la falta de respuesta de las democracias del siglo
XIX frente a las consecuencias sociales de la revolución industrial generaron una fuerte lucha
para defender los intereses de la clase trabajadora, la clase obrera, de los abusos de los
poderosos.
Por eso, estos derechos son concebidos como derechos de prestación, puesto que
requieren medidas concretas por parte del Estado para hacerlos efectivos. Por ejemplo,
integran esta segunda generación de derechos: el derecho a trabajar en condiciones dignas, al
descanso diario, semanal y a las vacaciones pagas, a la protección de la maternidad y a ser
beneficiario de subsidios por desempleo. También, el derecho al acceso a una vivienda digna,
al esparcimiento, a la educación.
Estos derechos de segunda generación no invalidan los derechos individuales, sino que
los completan y complementan. La solidaridad se agrega a la libertad que motivara la primera
generación de derechos, a fin de extender los beneficios de esa libertad a los sectores sociales
más débiles y promover de esta manera una igualdad real y concreta.
La idea es que puedan visualizar uno o más derechos que actualmente se respeten en
nuestro país y lo puedan clasificar en estas tres generaciones.