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1-124.la Comprensión de Los Misterios Del Tao-Lao Tse
1-124.la Comprensión de Los Misterios Del Tao-Lao Tse
EL FUTURO
QUE NOS ESPERA
NUEVA EDICION INTERNACIONAL 2010
(Primer libro escrito por Mágnum Astron en el año 1977)
PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Es posible que muchas de las personas, que en este momento empiezan a leer estas
líneas, estén ya elegidas por desconocidas fuerzas cosmo-biológicas, para participar
en acontecimientos sorprendentes y misteriosos como los que me propongo narrar.
Mientras Tierra 1 se desplaza por el espacio a una increíble velocidad, sus tripulantes
derrochan todas las provisiones que llevan a bordo. Recogen diariamente 7 millones
más de pasajeros quienes, de inmediato, se suman al consumo de los elementos
vitales disponibles, arrasando, sin medida, todo lo que encuentran en sus agotadas
despensas.
Arrojan a los ríos y al mismo aire que respiran, millones de toneladas de objetos no
biodegradables, y gases tóxicos que degradan la vida.
Todos desean un cambio pero nadie quiere cambiar. Y así llegan juntos, mas no
unidos, a la hora cero de la esperada crisis.
¡NO DEDICO ESTE LIBRO A LOS HOMBRES QUE DESEAN UN MUNDO MEJOR!
Mágnum Astron
La tajante y despiadada dedicación del autor obedece a que esta generación —la que
vivió y destruyó la ecología planetaria desde los años 1930 hasta el 2012—, fue la
única generación en la historia responsable de la muerte de 6000 millones de
personas, ejecución que se llevará a cabo en los próximos años y para la cual no hay
clemencia ni retroceso posible.
CAPITULO I
EGOMUNDO MODERNO
(El autor se refiere a la época en donde los países poderosos inicien la
desesperada repartición de las últimas reservas del botín petrolero, gestión que
no harán por medios diplomáticos, y que en ningún momento van a tener en
cuenta a las ciudades que van a quedarse sin gasolina y materias primas
¡MUCHOS AÑOS ANTES DE QUE EL PETRÓLEO SE AGOTE… o sea dentro de
muy pocos años).
Los hombres, en general, se habían vuelto cada vez más egoístas y, en su loco afán
de poseerlo todo, lo único que compartían era la inmunda contaminación que
lentamente los asfixiaba.
La medicina moderna por fin admitió que no tenía absolutamente ningún remedio para
las enfermedades auto-inmunes y degenerativas, y el cáncer y el sida se ensañaron en
la raza humana.
Los niños comenzaron a nacer con enfermedades crónicas. Los fabricantes de
vacunas hicieron de las suyas violentando el cuerpo de la gente con peligrosa pus de
animales enfermos y tóxicos metálicos que introducían a fuerza de ley, a los
desventurados descendientes de Caín.
Desplazaos, inmigrantes de los países pobres cruzaban el mar para llegar a cualquier
parte.
Las armas con cargas nucleares habían proliferado de tal manera que, a cada terrícola,
le correspondía un equivalente de cinco mil toneladas de dinamita para su segura
destrucción.
Los enfermos por mandar llegaban fácil al poder caminando sobre cadáveres. Una vez
conquistado el trono, desataban una tempestad de frases vanas y esgrimían la sonrisa.
Sabían que un pueblo torpe es la seguridad del tirano; pero no sabían que donde no
hay caridad no puede haber justicia.
El terrorismo a gran escala puso en jaque a los altos gobiernos. Ríos de sangre corrían
por las ciudades en momentos menos pensados. La piratería en los mares comenzó a
frenar el trasporte de alimentos, materias primas y mercancías.
ULTIMOS TIEMPOS
No se sabe de ningún momento en la historia en la cual, el hombre, haya sentido
tanto miedo del propio hombre.
Los políticos que pretendían conquistar el poder se rodeaban de centenas de
guardaespaldas fuertemente armados y pregonaban, a cuatro vientos, Paz y
Seguridad. Mientras mentían, sobre sus cabezas volaban aviones gigantes con
pesadas cargas atómicas.
En la selva del engaño no se veía la luz de la verdad: Los verdaderos valores humanos
se habían extinguido: llamaban habilidad a la falta de vergüenza. Las religiones
prosperaron vendiendo ayudas del cielo.
En los países supe desarrollados abundaban seres, tan supremamente pobres, que lo
único que tenían era dinero. Se mantenían tan ocupados, y en sus importantes
negocios, que les quedaba poco tiempo para vivir: millonarios en dinero, pobres en
sonrisas.
Los que robaban por lo alto, iban a los banquetes. Los que robaban por lo bajo iban a
la cárcel. Lo que era vicio en un pobre se llamaba capricho en un rico. Todos estos
hechos señalaban, claramente, que aquella época no era normal. Se habían
plasmado una serie de profecías y la humanidad se encontraba al borde de un abismo
infernal.
SURGE SABIUM
Tal fue el caso del científico Sabium, considerado por sus extraordinarias obras que El
gran genio, sucesor de Einstein, cuya historia refiero a continuación:
No se supo con certeza el país de origen, ni la fecha de nacimiento de este genio de la
Edad Moderna. Tampoco se conoció ningún papel ni documento que le acreditase un
número o una frontera. Al habérsele insistido alguna vez sobre este tema, manifestó
enfáticamente: —Yo soy habitante del mundo.
Era un indocumentado; por ello, y por sus escasos recursos económicos, estuvo a
punto de quedarse en el anonimato rodeado de pobreza. Mas, el destino tenía
reservado para el un sitio glorioso en la historia de la humanidad.
Fue así como, descubierto su genio, una superpotencia lo acogió en su seno y le rodeo
de todas las comodidades para la investigación, proporcionándole una casa-laboratorio
situada en las afueras de la gran metrópolis.
Sabium vivía allí con sus dos hijos: el mayorcito pronto alcanzaría doce años de vida, y
ya era un verdadero experto en astronomía; su nombre era Dylan.
Su hija menor, había cumplido seis años de edad y era la curiosidad personificada:
todo lo preguntaba porque todo lo quería saber. Se llamaba Matilda.
Sabium había asentado las teorías para hacer aflorar la anti-materia. Comprobó que
todo lo visible tiene su contraparte en lo invisible.
Con estas bases se estaba comenzando a experimentar con las primeras plantas o
super baterías de antimateria. Allí podrían obtener gran cantidad de energía al hacer
chocar las dos clases de masas antagónicas.
*La antimateria no existe en este mundo. Hay que hacerla brotar, por vías artificiales,
de la exótica dimensión en la cual habita.
Cuando una partícula de antimateria choca con una partícula de materia, ambas
desaparecen completamente dejando en el espacio que las circunda una poderosa
radiación. La antemateria y la antimateria son diferentes: la primera tiene Masa
contraria a la nuestra y la segunda tiene carga opuesta.
Sabium nunca colaboró en experimentos con fines bélicos: era un apóstol de la paz.
En varias ocasiones declinó honores personales, e hizo caso omiso a galardones con
los cuales, comúnmente, se señalaban a personas no dignas de ellos: Las estrellas no
necesitan que les digan grandes... ellas lo saben.
Sabium nunca cobró dinero por sus trabajos, así como la raíz escondida no pide
premio alguno por llenar de frutos las ramas.
En estas condiciones los hombres podrían conquistar, con relativa comodidad, todo el
Sistema Solar, y los viajes interplanetarios serían más frecuentes.
A pesar de la tecnología alcanzada en los comienzos del siglo 21, los científicos, y el
mismo Sabium, habían determinado que los viajes a las estrellas eran prácticamente
imposibles. Aún a las velocidades obtenidas con los propulsores iónicos y plasmáticos,
demorarán miles de años para alcanzar la estrella más cercana.
Mientras esto ocurría aquí en la Tierra, una gran flota de naves extraterrestres
aparecía cerca de nuestro Sol.
Habían llegado en una gigantesca nave madre desde un lejano sistema de estrellas
situado hacia el centro de nuestra galaxia.
Estas naves estaban tripuladas por seres que poseían un grado evolutivo superior al
nuestro. Hacía un millón de años, ellos ya tenían nuestros actuales conocimientos y
habían superado una horrible crisis, semejante a la que hoy se enfrenta la humanidad.
Su increíble tecnología les permitía penetrar en el inter-espacio.
Los extraterrestres no era la primera vez que venían; pero, en esta ocasión,
entablarían un diálogo abierto con todos los habitantes de la Tierra.
Antes sólo lo habían hecho en una forma indirecta, como lo explicaron ellos mismos
más adelante. Esperaron por siglos el momento de entrar en acción pero eran los
hombres los que no estaban preparados para ser aceptados en su confederación.
Una tarde Dylan y Matilda decidieron dar, un corto paseo por el campo. No lejos de su
casa, llegaron a un establo abandonado donde frecuentemente solían ir a jugar.
¡De pronto! Sintieron, en lo profundo de sus cerebros, una suave voz que les decía:
—! Rayos! pero aquí no hay nadie. ¡Oh, mira! detrás del establo hay una luz que está
sonando.
Dylan tomó a Matilda de la mano y, corriendo, se dirigieron hacia el otro lado del muro
que les impedía apreciar ese extraño y “sonoro” resplandor.
Una hermosa nave en forma ovalada, que despedía destellantes visos metálicos.
Se encontraba frente a ellos.
Muy cerca de ellos se encontraba un hombre alto y esbelto, de rostro amable y mirada
penetrante; a su lado, una niña de radiante belleza los miraba sonriente: los dorados y
rizados cabellos y sus fulgurantes ojos, la hacían parecer como venida de otro mundo.
— ¡Si!
Titanio sabía lo difícil que resultaba para los niños aceptar este encuentro inesperado y,
sin dejar enfriar ese caluroso sí de Matilda, concluyó:
—Yo soy el Guía de esta nave y creo que ustedes desean conocerla por dentro…
los invito.
Titanio aprovechó de inmediato la observación del jovencito para formularle una corta
pregunta que lo hiciera entrar en diálogo.
¿Has visto alguno?
— ¡Vengan amigos!
— ¡Vamos!
Galaxia subió adelante sugiriendo a los niños que, sin temor, la siguiesen. De último
entró Titanio quien, dirigiéndose a los visitantes, les preguntó:
La radiante criatura tomo en sus manos una especie de cámara que enfoco hacia los
niños, Con sólo mirar se escuchó una aguda oscilación y… ¡Sorpresa!: salieron, por la
parte posterior de del brillante artefacto, dos estatuillas réplica exacta de ellos. Eran
fotografías holográficas solidificadas.
—Que sea corto, no tenemos permiso para ir muy lejos —sugiero Dylan.
— ¿Y las luces que produce el ovni son las farolas para ver de noche? preguntó
Matilda.
—No amiguita: son los efectos que en el aire producen los rapidísimos y
giratorios campos antigravedad y anti-inercia.
—Déjenos en la carretera.
No podremos Dylan: por allí pasan las líneas de alta tensión y, con sólo
acercarnos a ellas, ocurriría un tremendo apagón en toda la ciudad.
— ¿Por qué?
—Experiencias pasadas. Estamos llegando; prepárense para salir, háganlo
rápido y regresen a casa. Nosotros los protegeremos. ¡Volveremos a vernos
pronto!
En esta forma los niños traspasaron una cortina de energía y salieron presurosos. De
inmediato escucharon el extraño zumbido, al tiempo que una fuerte luz proyectaba sus
sombras adelante en el camino.
Ya era tarde: lo que anhelaban ver se encontraba a más de mil kilómetros de distancia.
Impresionados, llegaron en veloz carrera hasta la casa:
— ¡Papá! ¡Papá! —exclamaron con voz entrecortada. ¡Montamos en un ovni!,
¡Montamos en un ovni!
— ¡No me interrumpan en este instante y menos con esas tonterías! les increpó
Sabium y les explicó: estoy a punto de descubrir una poderosa y misteriosa
fuerza.
Los 12 personajes centrales de esta obra existen en realidad auque sus nombres son
apócrifos. Algunos se ya se encuentran entre nosotros esperando el momento para
entrar en escena… pero casi nadie los conoce.
Sin embargo, los situaremos al final de cada uno de los 12 capítulos de esta grandiosa
obra, la cual relata, paso a paso, el apoteósico y punzante desenvolvimiento de la
raza humana, en transición a grados inferiores: — para la inmensa mayoría—; y el
ascenso a grados superiores… para la eterna minoría.
CAPITULO 2
DESCUBRIMIENTO DE SABIUM
Sabium, en su afán de aislar y almacenar la antimateria, había descubierto algo
sorprendente.
Lo que no se conocía era el caso de partículas que giraran, en forma estable, alrededor
de un centro espacial “vacío”. Esto lo había logrado Sabium reuniendo seis mini
ciclotrones (aceleradores de componentes atómicos) y proyectando varias partículas
hacia un punto determinado y activándolas con fuertes cargas electrostáticas
El científico se llevó la gran sorpresa cuando vio salir, del punto de convergencia de los
mini ciclotrones, un humo o gas plateado que recorrió lentamente el laboratorio, y se
detuvo bruscamente, formando una media esfera en derredor de un imán que se
encontraba sobre la mesa.
Después de haber sometido esa cosa a toda clase de pruebas físicas, químicas y
electrónicas que disponía en su completísimo laboratorio, exclamó para si:
SE ACERCA EL MOMENTO
Sabium estaba tan abstraído observando el fenómeno de aquel gas misterioso, que
hizo caso a las acaloradas afirmaciones de sus hijos sobre el viaje en Ovi (Objeto
Volante Identificado). Él era científico pragmático y siempre negó públicamente la
existencia de dichos aparatos.
“Existe vida inteligente fuera de nuestro planeta mas no es posible un contacto debido
a las enormes distancias estelares”. Era el dictamen de la ciencia. Lo anterior estaba
aceptado por toda la autonombrada gente “culta y seria”. Eso de Ovnis eran fantasías
de escritores influidos por alucinaciones comunes en la masa.
No advertían los incrédulos, aquellos que se creían únicos en el Universo, lo poco que
faltaba para tener que echar por Tierra todas aquellas absurdas creencias
Menos aún se imaginaba Sabium —querido por toda la humanidad—, que había sido
elegido para efectuar tan magno esclarecimiento del cual él siempre fue el primer
escéptico.
Aquella, noche del viaje en Ovi, Dylan y Matilda decidieron no insistirle a su padre pues
conocían lo rígido que él era en sus determinaciones.
Cansados de esperarlo, ya que por lo regular cenaban juntos, fueron a sus cuartos y
pronto los dominó el sueño.
Al día siguiente el Sol madrugó como siempre con una sonrisa acariciante. Sabium los
esperaba a la mesa.
—Niños— les dijo. Hoy es un gran día para mí y para la humanidad. Voy a
comunicarle al mundo mi máximo descubrimiento. Por ahora ustedes no lo
comprenderán.
Aprovecho sí la ocasión para darles un consejo: no se dejen influenciar por los cuentos
fantásticos de la televisión porque llenan sus mentes de cosas que no existen, como
los Ovnis, o eso con que ustedes me trataban de perturbar anoche.
— ¡Silencio! —Interrumpió Sabium—. Hijos: de una vez por todas les explico: en
nuestro sistema solar ya hemos comprobado que no existe la vida, y, de otros
planetas estelares, si es que existen seres inteligentes, no podrían venir; porque
es físicamente imposible salvar distancias inimaginables para ustedes.
Matilda permanecía callada mientras Dylan sacaba aquella estatuilla que le había
regalado la niña extraterrestre. Dirigiéndose a su padre, con actitud vacilante, le dijo:
—Nos los dio Galaxia y dijo que era un regalo de amistad aseguró Matilda,
Los niños se miraron y callaron. No sabían qué decir. Sabium comprendió que estaba
irritado. Miró nuevamente las estatuillas, hizo una inspiración profunda, y
pausadamente dijo:
—Disculpen hijos; estoy cansado porque dormí poco anoche. Iré al laboratorio.
Tengo curiosidad de hacer un chequeo físico al material de estos objetos,
permiso.
—Y Tú desayuno papá
LA GRAN SORPRESA
La única conclusión a que había llegado era que estaban compuestas por una finísima
laminilla de un material extra liviano y duro: se paró encima de ellas, les dio golpes con
un martillo y no logró hacerles el menor rasguño. En cambio el martillo presentó
abolladuras.
No advertía Sabium que el material de las estatuillas era el mismo material que él
estaba descubriendo pero ya no en forma gaseosa sino en estado sólido.
Lo que más le llamaba la atención de las estatuillas eran los detalles al extremo
perfectos. Quiso examinarlas en el microscopio y, ¡la sorpresa fue máxima al observar
el tejido de la ropa que llevaban los niños y, es más: los poros y los vellos de la piel de
sus hijos!
Ese día, tan feliz que había empezado, se tornó complicado hasta hacerse largo y
tedioso. Por momentos olvidaba el poderoso descubrimiento del Magnetryón. Quería
ver llegar pronto la noche para descansar y olvidar aquella horrible pesadilla tan real
que estaba viviendo.
Inocente estaba el gran hombre de que, estos hechos, eran simplemente el comienzo
de la máxima epopeya humana de los últimos tiempos:
Las profecías estaban a punto de rasgar sus velos dejando al descubierto las
grandes verdades desconocidas, hasta ahora, por la mayoría de los hombres.
EL EXTRAGUÍA TITANIO
Mientras esto ocurría en la Tierra, en el espacio alguien tenía también otros problemas.
Era Titanio. Su pequeña hija se había quedado prendada de los niños terrestres que
reflejaban sinceridad y alegría.
Su padre estaba sensiblemente preocupado por ello. Galaxia era su única hija, su gran
amor.
Ellos conocían la época en que debían venir y, por tal motivo, se encontraban
inspeccionando la Tierra desde el comienzo de esta generación. El momento exacto en
que debían ocurrir, ciertas cosas, nadie lo sabía.
¡TREMENDO SUSTO!
— ¡Aja!, por fin descubrí ese tonto programa que los tiene trastornados— Fue la
respuesta de Sabium; y, tomando en su mano el integrador tridimensional de video, se
dispuso a cambiar de canal.
—Queremos hacerle una invitación formal para que nos visite. Sería un gran
honor para nosotros contar con su presencia y, nuevamente, con la de sus
queridos hijos.
Sabium se quedó petrificado frente al televisor. Aún no retiraba su mano del selector de
canales. Deseaba que sus ojos y oídos le engañaran.
El corto silencio, que siguió a la última palabra de Titanio, lo interrumpió Matilda. Con
gran algarabía comenzó a decir:
— ¡Hurra! ¡Papá, di que sí, ellos vendrán por nosotros!, y continuó con su
escándalo:
La mente del científico por primera vez en la vida se había quedado en blanco. No
pensó nada. Quiso decir si pero su boca no le obedeció; y, como un autómata, bajó y
subió la cabeza lentamente en actitud afirmativa.
Esa noche no hubo sueño para el científico después de escuchar, ahora si con
detenimiento, la historia del viaje que con lujo de detalles le narraron sus hijos.
A la mañana siguiente la encargada despertó a los niños y, en voz baja, les preguntó:
— ¿Saben ustedes qué le pasó a vuestro padre? Está dormido en el sofá, vestido
con la misma ropa del día anterior.
—Debe estar muy cansado por un descubrimiento que hizo ayer. Dejémosle
dormir— propuso Dylan.
Esa madrugada, para poder conciliar el sueño, Sabium había tomado algunas pastas,
las que, sumadas a su cansancio, terminaron por dejarlo horizontal en aquel sitio.
Sólo a las tres de la tarde dio señales de vida consciente cuando llamó a Dylan,
insistiéndole:
—Claro papá, del todo cierto. Ya quitamos los patos y los conejos del patio para
que pueda aterrizar el Ovni. Ahora diles a los celadores que se retiren.
—Tranquilos, hace varios años vivimos aquí y nunca ha pasado nada. Hoy quiero
que nadie me interrumpa, ¿entienden?, aquí no va a ocurrir nada malo. Terminó
diciendo Sabium.
—Sí señor, este sitio es tranquilo. Estamos seguros que, esta noche “no pasará
nada extraño”. Será hasta mañana, señor.
—Si padre.
Desde ese instante empezó el conteo regresivo. Los niños daban el último toque al
amplio patio de juegos pata despejarlo completamente. La felicidad desbordaba en sus
pechos.
Sabium recurrió a una ducha de agua fría para suavizar sus tensados nervios. Salió al
jardín para contemplar el atardecer que era su espectáculo favorito.
Pronto el Sol cerró su función cubriendo el escenario celeste con su manto negro
tachonado de estrellas. Era una hermosa y traslúcida noche que traía presagios de
grandes acontecimientos.
Eran las ocho horas de la noche cuando Sabium terminaba de cenar con sus hijos.
Luego se dedicó a escudriñar el firmamento con el telescopio. En silencio se
preguntaba:
¿Por qué los astrónomos no habrán informado sobre los Ovnis? ¿De dónde vendrán,
si las enormes distancias interestelares son insalvables por máquina alguna?
Once y media de la noche y la tensión aumentaba. Pero se hizo insoportable cuando
apenas faltaban siete minutos para la hora de la cita.
—Venga al patio a esperar el ovni que faltan sólo cinco minutos para llegar.
Aquel gran hombre se dejó dócilmente llevar de la mano de su hijo, como si fuese un
niño. Su recia personalidad, fruto de la gran confianza en el saber, se había ablandado
ante lo misterioso y desconocido.
Efectivamente, todos vieron cómo ese puntito se iba haciendo rápidamente más
grande hasta alcanzar la forma de un enorme plato que se precipitaba sobre sus
cabezas.
Despedía una fuerte luz naranja con visos verdes. También emitía destellos azules. Su
contorno no era bien nítido. Parecía girar sobre si mismo a una velocidad increíble.
Se escuchaba un sonido compuesto por múltiples oscilaciones agudas que decrecían
en frecuencia.
Sabium, con sus manos, que no podía tener más tensionadas, tomaba las de sus hijos.
Internamente le dirigió una orden a sus rodillas para que se estuviesen quietas, pero
estas no obedecieron.
En ese instante la luz comenzó a hacerse más tenue, y el agudo sonido decreció en
intensidad y en frecuencias hasta desaparecer. Los contornos alcanzaron su máxima
nitidez, y los presentes pudieron apreciar TODO EL ESPLENDOR Y LA BELLEZA DE
AQUELLA NAVE VENIDA DE OTRO MUNDO.
Sin producir ningún sonido brotó una cortina o un campo energético a manera de
escotilla.
Matilda ya había subido; también Galaxia. Dylan comenzó a hacer lo mismo llevando
de la mano a su aterrado padre. Por último entró Titanio.
CAPITULO 3
VIAJE A LA LUNA
Súbitamente la nave se encumbró en dirección a occidente y, como estrella
fugaz, se convirtió en un puntito luminoso perdiéndose en el inmenso fondo de
la noche.
—No exactamente: daremos una vuelta alrededor del planeta para que aprecien
un hermoso espectáculo. Nuestro sistema de navegación no precisa de órbita
alguna, porque en él no intervienen la gravedad y la inercia, Podríamos
detenernos en cualquier punto y no caeríamos.
Sabium había estado muy cerca de descubrir la antigravedad; por tanto esta afirmación
le cayó corno un torrente de agua helada que congeló la inercia que llevaba su
interesante conversación.
El frío que el sintió fue emocional, pues allí existía una temperatura ideal y se percibía
un extraño y agradable olor desconocido por los hombres de la Tierra.
Era el saludable olor a Limpio aire sin contaminar.
MIL COLORES
Aquel suave desplazamiento que les ofrecía el ovi, sin ruidos, sin vibraciones y a una
fantástica velocidad, le daba al viaje un toque de encantamiento.
Matilda consideraba a Titanio como si fuese “el Mago de Oz” y no dejaba de comentar
en voz alta todo lo que veía:
— Pongan atención al más bello atardecer que jamás hayan visto. ¡El Sol se
oculta de nuevo!
— ¡Qué raro!— dijo Dylan: —amaneció, anocheció, y son apenas las doce y
veinte minutos de la noche—.
—Aprovecho para invitarlos al salón de espera para que descansen y tomen algo.
De último “y algo retrazados” caminaron juntos Galaxia y Dylan. Éste, ante tan gentil
encano, se atrevió a preguntarle.
— ¡Oh! gracias… Ss... Sí, ella es una reina de verdad; ya la vas a conocer.
Galaxia quedó conturbada; le dirigió una dulce mirada y………. no pronunciaron más
palabras.
UN REFRIGERIO
—Allí pueden sentarse les sugirió Titanio. Las esferas se acomodarán a sus
cuerpos y a sus posiciones. Podemos brindarles el alimento que deseen… lo
mismo que acostumbran en la Tierra, si así lo prefieren.
Matilda de inmediato exclamó:
Sabium, con una leve sonrisa trató de disculparla por su premura. Luego pidió un café.
El gusto de Dylan exigía algo dulce, pero él, queriendo aparentar un poco, dijo
seriamente:
Los Invitados no podían estar en mejor forma. El Bit-Girox era maravilloso. Una amplia
cúpula transparente les permitía observar, como nunca antes habían visto, enjambres
de millones y millones de estrellas.
Dylan miró a Matilda con cierta envidiecita, al ver el tremendo edificio de cosas ricas
que le había llegado. Hubiera querido pedir lo mismo pero sintió pena y decidió
conformarse con el té.
Al instante apareció a su lado otra torrecilla con otro rascacielos de cosas exquisitas.
Sobresaltado exclamó:
—Pero profundamente lo
deseaste— contestó Galaxia.
CELESTA
Lo que parecía una simple presentación, representaba el abrazo fraternal entre dos
mundos. Era el contacto de nuestra civilización con el resto del Universo.
La conversación adquirió un carácter jovial y amistoso.
Sólo empleaban las palabras para expresar sus ideas. Entre ellos el principal medio de
comunicación era la telepatía. Uno de los oficiales, dirigiéndose a Sabium, le dijo:
Dylan y Matilda saltaron de alegría. Esto les sonó como un trueno, una aventura más,
de fantasía.
Así fue: la nave, adquiriendo una increíble velocidad, tomó rumbo hacia la Luna.
Mientras el Bit-Girox cubría la distancia entre los dos astros, el Extraguía dialogaba con
el científico:
— ¡Con gusto!
Los dos hombres se dirigieron al otro extremo de la nave. Al pasar por su centro,
Sabium observó algo que le llamó la atención. Era, algo así, como una escultura de
arte moderno.
— Hacia el centro de la Vía Láctea las civilizaciones van adquiriendo más desarrollo y
cultura.
— Sus habitantes son seres superiores a nosotros o sea el quinto y sexto grado, o
mundo evolutivo. Recuerda que nosotros, los Alborianos, somos del cuarto grado, y
ustedes, los terrestres, pertenecen al tercer mundo, en este orden cosmobiológico de
siete planos, mundos o esferas existenciales (libro Vida en siete mundos).
— En las afueras de las galaxias habitan los seres del segundo mundo. Poseen formas
corporales groseras y desagradables. Por último, en los confines de esta nuestra
galaxia, habitan, en perdidos mundos de ignorancia y sufrimiento, los seres
demoníacos. Es horrible hablar de ellos.
—En cambio, quienes para predicar se vistieron de sedas, se hicieron coronar como
máximos representantes de la divinidad, utilizaron el oro, la plata y sagazmente
manejaron el dinero en nombre de Dios, se encuentran haciendo lo mismo... pero en
los planetas infernales.
— Porque Allí, en ese desconocido medio, es donde se funden los egos en uno solo,
formando el colosal Ser que habita la Inmensidad eterna.
EL GRAN SUSPENSO
— Es cierto— contestó Sabium. Más algo me preocupa: los hombres que aman la
guerra son sagaces.
— Bien amigo— Continuó Titanio. Llegó la hora de comunicarte algunas cosas muy
importantes:
—Usted ha sido elegido para ayudar a sus hermanos terrestres a soportar una
catástrofe de características ecuménicas que se avecina. Nos queda poco tiempo.
CAPITULO 4
GRANDES VERDADES
En esta forma Titanio alertó a Sabium acerca de los últimos tiempos de esta
humanidad:
— Por ello estamos aquí: seres superiores a nosotros —del quinto mundo evolutivo—
nos ha enviado en misión de ayuda.
— Quienes con tanto afán, egoísmo y maldad consiguieron lo que tienen, para luego
dedicarse al placer de los sentidos y contaminar el mundo, les será difícil desprenderse
de sus posesiones, habrá mucha tribulación y momentos de angustia. La humanidad
pronto recogerá el fruto de su irracional comportamiento.
— Los hombres han hecho sufrir a humanos y a animales. Han tratado de apagar la
violencia con más violencia creyendo poder limpiar el lodo con más lodo.
—Han fabricado dioses, a su gusto, para que toleren las atrocidades. Han seguido
religiones, de hombres, que se acomodan a gustos particulares y egoístas, haciendo lo
que no se debe y no efectuando lo que se debe.
— ¡Oh! sí, es verdad: los hombres se han vuelto petulantes, egoístas, amadores de los
placeres y se han olvidado de su esencia espiritual. Todos aspiran a una vida dichosa
pero pocos saben en qué consiste.
*En los países desarrollados, la gente sirve en sus mesas más de lo que pueden
comer. Se ha efectuado un cálculo: con los alimentos que botan a la basura o que
desperdician en una u otra forma, se podría alimentar al resto de personas que nada
tienen.
En los Estados Unidos la producción de alimentos para perros representa, por cabeza,
la renta de un padre de familia en un país atrasado.
Se sabe que muchas damas adineradas se bañan en tinas llenas de leche, tratando de
conservar su efímera belleza; mientras desesperados padres de familia venden su
sangre para poder llevar a sus hijos un solo trago de ese alimento.
Con lo que la gente –que mucho tiene— derrocha en lujos, extravagancias y vicios se
puede alimentar a todos los seres de la tierra, sobraría para que todos tuviésemos una
vida cómoda.
El gran Ser no hizo un planeta que no pudiera alimentarnos: La Tierra es bella, fértil y
produce alimentos en abundancia.
Sin embargo, en el solo momento que usted tomó en leer estas últimas líneas, la
Madre Tierra vio morir a miles de sus hijos vencidos por la desnutrición, las
enfermedades y la falta de atención.
— Es más: involucran en esta sangrienta orgía a sus divinidades para que sean
cómplices de tan execrable crimen. Pobres hombres, no saben que pronto llenarán un
mar con sus lágrimas.
— Se creen superiores por burlarse y hacer sufrir a un ser inferior. ¡Oh ironía! Aún en
mi pequeñez los veo como monstruos gigantes y testarudos—. Sabium cambió el tono
de su voz y exclamó:
Quiso agregar algo sobre contaminación, deterioro social y guerras, pero su boca se
llenó de amargura y las palabras se ahogaron; la pena mordió sus entrañas y el
invierno de los ojos le inundó el alma. Las penumbras inquietantes de un futuro caótico
le agobiaban.
—No te aflijas amigo —dijo Titanio—: Las preocupaciones del presente solo servirán
para menguar la fuerza que necesitaremos en un futuro próximo.
— Venimos del planeta Alborada, hemos alcanzado del cuarto mundo o grado
evolutivo. Pertenecemos a la Confederación Interestelar Electra, conformada por cien
millones de planetas habitados.
— Por tanto deben ser aniquilados como tratándose de una plaga maligna; logrando,
de este modo, frenar ese retrógrado y degenerado impulso. Si no fuera por esos
“castigos” ustedes habitarían un mundo de formas demoníacas, bien imaginadas por
Dante Alighieri.
— El Diluvio —continuó explicando— fue un proceso más lento que llevamos a cabo al
descompensar temporalmente los ciclos climáticos en las diferentes capas de la
atmósfera. En la época actual, si no es frenada la contaminación, podrá ocurrir algo
semejante por ustedes mismos originado.
— Habrá veranos muy prolongados e inviernos muy crudos, difíciles de soportar:
lloverá donde nunca ha llovido, caerá nieve donde nunca se esperaba. El agua dulce
comenzará a escasear y se hará insoportable el racionamiento en las ciudades.
— Se precipitará el deshielo de grades masas polares, que harán subir el nivel de los
océanos, sumergiendo todas las ciudades costeras. Las presiones por el efecto
causadas harán ceder las platinas que soportan los continentes, originado terremotos y
cataclismos que cambiarán la faz de la Tierra.
— Las fuertes nevadas y las exageradas olas de calor que han soportado en estas
últimas décadas, fueron causadas por la contaminación.
— Más no te aflijas ilustre huésped: el dolor afina más el temple de las almas y nunca
viene en vano: después del diluvio, “el Verbo Solar” —el magnifico Ser del sexto mundo
que es la luz y la vida—, prometió que una destrucción total, por parte del cielo, no
volverá a ocurrir.
El libro de los profetas les advierte con claridad acerca de los últimos tiempos. En
Mateo 24:3-45 dice:
—“Se levantará nación contra nación y reino contra reino”. Este no será el fin; sólo el
principio de dolores y afiliación.
Timoteo 3:1-5
Sabe esto, que en los últimos días presentarán tiempos críticos, difíciles de
manejar .Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero,
presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres desgraciados, desleales,
sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno
de si mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, testarudos hinchados de
orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma
de devoción piadosa mas resultando falsos a su poder; y de éstos apártate”.
2 Pedro 3:3,4
-En los últimos días vendrán burlones con su burla, procediendo según sus propios
deseos y diciendo: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en
que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan
exactamente como desde el principio de la creación”
-Manténgase alerta, pues, porque no saben en qué día viene su Señor. Por este
motivo, ustedes demuestren también estar listos, porque a una hora que no piensan
que es, viene el Hijo del hombre”.
1 Tesalonicenses 5: 3
“Cuando sea que ellos estén diciendo: Paz y seguridad entonces destrucción repentina
ha de sobrevenirles instantáneamente, como el dolor de angustia a la mujer encinta; y
no escaparán de ninguna manera”.
Mateo 24: 7
Mateo 24: 34
-En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan
todas estas cosas”.
Mateo 24:37-39
“Así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. Porque así
como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres
casándose y las mujeres dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el
arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos; así será la
presencia del Hijo del hombre”.
Mateo 24: 24
Estas buenas nuevas del reino se predicaron en toda la tierra habitada para testimonio
a todas las naciones, y entonces vendrá el fin”.
Marcos 13: 32
Finalmente puntualizó Titanio: —En cuanto al momento exacto nadie lo conoce, Así
como se arroja un felino sobre un cabrito que pasta tranquilamente, así fue anunciado
aquel fatídico instante.
Cuando estén pregonando una falsa paz y seguridad, las consecuencias sorprenderán
a los hombres antes de haber culminado sus desenfrenadas ambiciones.
SUPLICIO DE SABIUM
— En la postrera hora no hay nada que hacer. La gente ha tenido estos anuncios a
raudales. Profetas y enviados, de diversas religiones, han predicado en todas las
formas y no les han hecho caso.
— Pero ¡Señor Titanio!, a ustedes les harían caso; además, tienen la facilidad de frenar
cualquier rebelión con sus equipadas y poderosas naves.
— Ahora la humanidad se encuentra sola frente al destino que ella misma forjó: El que
siembra errores recoge catástrofes.
Más no te inquietes por nada, gran amigo: ni por aquello que es imposible cambiar, ni
por aquello que necesariamente tiene que llegar.
DIVAGACIONES DE SABIUM
Sabium se quedó sensiblemente preocupado mas no extrañado. Recordó frases que
oyera de sus maestros:
—Pobres hermanos míos: han perdido el tiempo preparando un pesado equipaje para
un corto viaje. Han creado toda clase de necesidades innecesarias. No se dan cuenta
que aquí necesitamos poco y por poco tiempo.
—No vale la pena perder la salud buscando dinero, para luego perder el dinero
buscando salud. Oh, “romeros”, no saben de la vida las verdaderas finanzas.
—El camino de la mente ha estado sucio de ignorancia. Una de las glorias de esta
civilización hubiera sido mejorar la suerte de hombres y animales… han hecho lo
contrario.
— He resistido a los soberbios… ahora les tengo compasión. Cuanto tiempo han
perdido en banquetes, y como se ufanan en sus ostentosas fiestas cuando, al menor
movimiento de la mano, acuden sus sirvientes a limpiar los esputos de sus borrachos.
— Algunos duermen el sueño ajeno y caminan los pasos del otro. Y, en ese inútil
ajetreo social, por alcanzar un puesto “honroso”, el uno interrumpe el descanso del
otro, haciéndose desgraciados mutuamente.
— Oh amados hermanos: cuán inpreparados habéis llegado a esta mala hora. Yo sabía
que esto no podía continuar así. Mas no debo irritarme… por más que me ofusque, las
circunstancias permanecerán sordas ante mi cólera. La desesperación nada remedia.
Mientras los dos hombres analizaban la crítica situación, en el salón opuesto se trataba
temas no menos interesantes.
—Mi padre —decía Galaxia— nos ha llevado a conocer mundos de fabulosa fantasía.
El planeta más exótico del sistema solar es Saturno. Es muy bonito. Su inmenso anillo
lo circunda completamente.
—El más hermoso de todos, según duda alguna, es la Tierra. Lástima que la hayan
tratado mal. El aire está muy sucio y tiene olor fastidioso.
Al oír esto, Matilda respondió:
— ¡No en todas partes!, nosotros tenemos un jardín muy bonito y las flores huelen
muy bien.
— Te aseguro, Galaxia, que los soldaditos que pelean y las madres y ancianos que
sufren no son malos. Hay mucha gente en nuestro planeta que desean el bien y no
están de acuerdo con estas cosas.
— Para eso sí emplean toda la técnica; mientras en los hospitales para niños pobres,
los médicos tienen que trabajar con pinzas rotas.
— Desde pequeños nos enseñan a manejar la pólvora detonante, para que nos
acostumbremos a los ruidos y horrores de la guerra, pero nuestro padre nos ha
enseñando que el ruido no hace bien… y el bien no hace ruido.
EL PLANETA ALBORADA
— ¡De fantasía! para ustedes sería como llegar al país de las hadas. En Alborada no
hay ladrones ni nadie que haga mal a los niños. Podemos dar la vuelta completa
alrededor del planeta, sin compañía de nuestros padres, porque todos nos quieren y
nos cuidan. Nos transportamos en “Vilox”.
—Ustedes deben ser muy ricos. ¿Cuántos Vilox de esos tienen? Preguntó Matilda.
—Todos tenemos lo que necesitamos y podemos usar el vilox cada vez que sea
necesario —explicó Galaxia—. Y agregó: el dinero sólo es útil para la explotación del
hombre por el hombre.
LLEGADA A LA LUNA
—Padre, ¿por qué la Luna nos muestra siempre la misma cara? —Preguntó David,
Sabium le explicó:
—Cada vez que la Luna da una vuelta alrededor de la Tierra, gira una vez sobre su
propio eje; así muestra siempre la misma cara. Observen el mar de la tranquilidad, allí
alunizaron nuestros astronautas por vez primera.
En ese entorno, el astro rey desapareció completamente. Sin embargo, una lumbre
azulada se perfilaba en ese ocaso maravilloso.
Era la Tierra que todavía los miraba, mostrándoles su gigantesco y luminoso cuarto de
menguante; pero, como vagaba desprevenida, también se la tragó el horizonte lunar.
UN EXTRAÑO PRESENTIMIENTO
Al mirar hacia el lado opuesto del satélite, se observaba miríadas de estrellas, con sus
ingentes abismos de millones y millones de años luz de profundidad.
Por otra parte, los niños estaban aterrados al sentir el imponente espectáculo
extraterreno. El silente espacio los estremecía. La inmensidad absoluta de los abismos
espaciales los sobrecogía.
—Son muchas luces —repuso Dylan— debe ser, allá, en la Luna. ¡Y están
formando una gigantesca cruz!
Titanio en ese instante estaba dirigiendo al parecer unas órdenes mentales a los
controles del Bit-Girox.
La nave fue rodeada, en apariencia, por un gas traslúcido que apenas se percibía por
sus leves reflejos. Era una poderosa coraza magnética que los protegía contra todo
tipo de radiaciones o ataques peligrosos.
Los actos humanos son controlados directamente por seres del cuarto mundo.
Estos, a su vez, son regidos por seres del quinto y sexto mundo. (Planos,
grados, esferas existenciales, o mundos evolutivos, es lo mismo).
Los hombres (del tercer plano) estamos obligados a ayudar a los animales.
No debemos asesinarlos cruelmente para llenar nuestros estómagos con sus
cadáveres. Ello constituye un barbarismo que irá desapareciendo a medida que
se disipe la nube de la ignorancia.
Nosotros también somos hijos del Gran Todo. Sólo que estamos atravesando la
tercera esfera, aspiramos a la cuarta, y llegaremos a los grados superiores.
Lo anterior demuestra que Dios no interviene directamente en los actos
humanos. Sin embargo, como dijo el apóstol Pablo:
CAPITULO 5
LA GRAN SORPRESA
La familia Sabium se encontraba en el lado oscuro de la Luna.
El comandante daba órdenes mentales al centro de control del Bit-Girox, al tiempo que
Sabium solicitaba información al respecto. Los nervios se relajaron cuando Titanio,
sonriendo, le respondió:
Sabium fue engañado cuando le presentaron el proyecto como un logro científico para
beneficio de la humanidad. Él, desde la Tierra, había diseñado las superbaterías que
suministraban la energía necesaria en las bases. Los poderosos faros de plasma
alumbraban una extensa zona lunar, apreciándose a gran distancia.
El científico no quería perder ningún detalle de las primeras construcciones hechas por
el hombre en otro mundo. Con gran sorpresa pudo divisar la descomunal rueda
trasportadora, que él, fundamentándose en la tecnología Kirova, había diseñado para
que pudiera salvar obstáculos y rodar soberana por superficies llanas.
— ¿Qué van a decir mis compañeros, en la Tierra, y los colegas que se encuentran
aquí en la Luna, cuando les cuente que estuve cerca? No me van a creer. No podré
decirles nada.
— ¡Todo está correcto! ya entiendo. A pesar de todo, voy a tener que quedarme
callado; ¡me creerán loco o iluso! Qué pena; así he llamado a los que insistían antes
sobre los ovnis. Debí haber investigado antes.
— Cuando el río suena piedras lleva y este río ya ha sonado lo suficiente durante
mucho tiempo. No le habíamos prestado la debida atención. Al fin y al cabo nadie tenía
pruebas contundentes. Muchas veces los científicos necesitamos ver, oler y tocar para
creer. Nadie nos había traído un ovni hasta nuestro laboratorio para convencernos.
Ahora tampoco me van a creer, a no ser que…
PERFECTO ALUNIZAJE
Titanio los invitó a entrar en la nave para emprender el regreso a casa. Les había
prometido no demorarlos y ya era las dos de la madrugada. En ese corto lapso habían
vivido una completa odisea jamás soñada.
La hermosa Luna, con su nocturno plata, era cómplice de grandes romances. Más, no
sólo conocía amores: desde su altura también presenciaba odios gigantes.
— Qué lástima —comentó Celesta—, siento tristeza cuando veo un astro sin
atmósfera. El sutil elemento gaseoso es fuente de vida. En cambio, miren la Tierra, ¡es
el planeta más hermoso del sistema solar!
— Sí, ¡sí! —Comentó Sabium, emocionado— ¡Esa es nuestra hermosa morada, ¡miren
la atmósfera que bella la hace lucir!, allí están nuestros hermanos, los quiero a todos,
lástima que estén tan equivocados. Cuando regrese diré lo que he visto y les predicaré
que debemos cuidar esa joya porque es un milagro de la Vida toda.
RELAJACIÓN
Titanio comprendió que Sabium estaba excitado y los invitó al salón de descanso en
donde se acomodaron de nuevo en las deslumbrantes sillas. Sabium preguntó:
— Comandante, estos sillones son de una sola pieza. Están hechos de un
extraordinario material que nosotros no conocemos.
Por ahora les vendría a ustedes un buen descanso; han recibido muchas emociones
seguidas y es prudente un poco de relajación.
¡De repente!, Sabium emitió un fuerte grito de terror. Sus ojos desorbitados se le
querían salir. Extendió los brazos y estiró sus dedos en actitud de espanto.
Sabium llevó las manos a su cara y se retorció. Sintió hervir la sangre y sus venas se
hincharon; una sombra velaba su semblante.
— Ac… acabo de ver algo espantoso: a millones de seres se les iba la vida.
Los vi pidiendo ayuda. Vi cómo clamaban al cielo rogando el perdón, hombres,
mujeres, madres y niños.
En ese instante comenzaron a sonar las alarmas del Bit Girox y se escuchó un
llamado.
Por razones tan evidentes, los invitamos para que examinen con atención los
próximos capítulos que informarán, detalle por detalle, los senderos por los
cuales indefectiblemente tendremos que atravesar, y los momentos que
tendremos que vivir en los próximos años.
CAPITULO 6
EL GRAN CRUJIDO
Los gobernantes del “egomundo” se empeñaban en mantener una falsa paz con
el llamado equilibrio del terror. Se habían saturado de terroríficas armas y ya no
podían controlarlas. Los países, “de menos”, poseían cohetes transcontinentales
con cabezas múltiples de cargas atómicas.
Estos eran simplemente los restos que dejaban las superpotencias. Cierto país
súper avanzado se había “civilizado” más, al haber logrado ubicar en el espacio
—sin que otros lo supieran— un satélite-bomba que, orbitando la Tierra, estaba
listo para descender implacable con su incontenible energía destructora sobre
cualquier lugar de la Tierra.
En verdad, y hasta cierto punto, la estrategia funcionaba muy bien: todos se temían y
ninguno declaraba la guerra. Sabían que era tan fácil como peligroso un
enfrentamiento de ese tipo. Con tan tremendos adelantos técnicos no necesitaban
ejércitos, tanques ni barcos.
Todo era electrónico. Bastaba con apretar unos cuantos botones y… todo quedaría
consumado. Gracias a Dios nadie tuvo la desgracia de haber manipulado esos
botones. Hubo una ridícula falla técnica y…
Fue así como, en la madrugada de un fatídico día, los habitantes de una gran metrópoli
“no volvieron a ver la luz de nuestro Sol”.
“Otro Sol”, de enfurecidos núcleos atómicos, los visitó primero y, tan cerca, que los
calcinó a todos. Fue una potente bomba atómica mega destructora:
Solo un tremendo crujido escucharon las almas que pasaron a otra dimensión de
existencia.
Dicha bomba había sido colocada en un satélite y controlada por una computadora que
no la dejaba bajar sin previa orden del alto mando.
—“Es imposible que falle y es garantía la paz:” —afirmaban sus amos. Sin
embargo, como ladrón en la noche, tomó desprevenidos a los hombres.
No por error humano directo, sino por una absurda falta, aquella bomba se cansó en el
espacio y se decidió bajar al punto exacto que le habían asignado, adelantándose a la
orden del alto mando.
Quiso, calentar un poco a los quince millones de habitantes de la gran metrópoli, con
tan mala suerte que se sobró en calor y… ¡los mató a todos!
Carne y huesos no resistieron los 25 millones de grados centígrados. ¡Fue una brusca
caricia del infierno! Toda la ciudad vomitó fuego como un Volcán en cólera.
Todo ocurrió en forma intempestiva. La Tierra gozaba, en esa época, de una relativa
paz y seguridad comercial. La poderosa bomba se lanzó incontenible, a una fantástica
velocidad y con una precisión increíble guiada por rayo láser, sin dar tiempo a la
defensa. 15 millones de muertos en una fracción de segundo. Todo funcionó a la
perfección: “un gran orgullo de la técnica moderna”.
Aquí nadie ganó. ¡Todos perdieron! Aun los poderosos perecieron indefensos como
débiles mariposas en un incendio forestal.
ALARMANTE NOTICIA
En estos instantes los hombres ¡gustosos! se enfrentarían más bien a los dragones y
bestias salvajes, que luchar contra la atronadora furia desatada por los núcleos
atómicos enloquecidos fustigados por la rabia ciega de las máquinas humanas.
Los sistemas estaban encadenados y ese primer error originó una contestación
inmediata por parte de la potencia atacada. Esto, como antes se dijo, ya estaba
fríamente calculado con mucha anterioridad.
Así, la segunda ciudad del mundo fue totalmente destruida, 15 minutos después de la
primera explosión, en forma automática; es decir, sin la orden de algún jefe militar.
Los principales dirigentes y políticos, de esta última, murieron en el preciso instante
que comenzaban a preguntarse qué había pasado y qué debían hacer.
Los mandatarios de las dos grandes potencias no existían. Sus cuerpos se habían
convertido en un plasma gaseoso más sutil que el aire. Asimismo, los seguros palacios
de gobierno habían sido borrados completamente, no quedando de ellos ceniza sobre
ceniza.
UN RELATOTERRORIFICO Y ESCALOFRIANTE
Fue tan espantosa la tragedia que los vivos envidiaban a los muertos. El mundo estaba
sordo de rugidos infernales y de colosales estampidas atómicas, producto de las
bombas que penetraban hasta el adolorido centro ígneo de la Madre Tierra.
La Naturaleza había sido herida de muerte. Este fue el remate que los hombres le
dieron, después de haberla maltratado por mucho tiempo. De este modo, la brutal
tecnología, dirigida por soberbios locos, ganó su examen final.
Por último se oyó un terrible crujido en el abismo…
Fue el eructo inmundo y asfixiante del demonio que se retiraba hastiado de ver tanta
carne quemada. Se cumplió la profecía bíblica que habla acerca de los últimos
tiempos;
“Los hombres desmayaron por el temor y la expectativa de las cosas que vienen
sobre la tierra habitada”. Luc 21:26
-Angustia de naciones- “no conociendo la salida a causa del bramido del mar y
de su agitación”. Lucas 21:25
EEUU, aparte que es el país más endeudado de la Tierra y, como auto-policía del
mundo, tiene mil problemas costosos e insolubles, no sabrá que hacer
diplomáticamente al respecto: pero si sabe que cuenta con las mejores armas…
Señores optimistas infundados: esto es una palpitante realidad, no un acto de
pesimismo.
La muchedumbre, conformada por muchos cuerpos pero con una sola cabeza sorda y
bruta, sube reyes, fabrica héroes, baja tiranos, perdona o condena, y, en su última
modalidad conocida, estalla. Sus detonantes son la confusión, el hambre, el miedo y la
desesperación por sobrevivir. Su mecha es la ocasión.
Remontando el curso de la historia, todos recordamos aquel día en que la gente
caminaba rutinariamente por la ciudad de New York —metrópoli orgullosa de su
cultura, comercio y técnica—, cuando en la noche los electrones dejaron de circular
por las líneas de alta tensión.
Debido a las agencias noticiosas —que no se les escapaba nada y exageraban todo—,
los boletines extraoficiales cubrieron los cuatro puntos cardinales anunciando la
aniquilación total de la capital principal:
¡Atención! ¡Atención!
Fue tanto el terror que cundió por todas partes, que la gente, histérica, bramaba en las
calles. La situación era inenarrable. Los gobernantes y políticos no dispusieron del
ejército para controlar la situación. El instinto de conservación los mantenía ubicados,
con sus familias, en los flamantes refugios subterráneos construidos únicamente para
ellos con el dinero de todos.
Además, ¿qué podría hacer un ejército contra una bomba atómica? Los soldaditos
huían despavoridos de sus cuarteles dejando a un lado el pesado fusil de rayos láser
que les impedía correr.
Estas mismas circunstancias ocurrían en todas las congestionadas urbes del planeta.
Y, de este modo, comenzó el triste éxodo hacia los campos. El primer pensamiento,
que recorrió la mente de la masa, fue abandonar las ciudades
Lo más rápido para ir al campo era el automóvil: el gran contaminador del siglo veinte y
comienzos del veintiuno los sacaría del apuro. Todos querían arrancar al mismo
tiempo, con tan mala suerte que la congestión fue total: cada uno quería salvar primero
su pellejo y el de los suyos.
Como consecuencia surgieron las peleas de vecino contra vecino y amigo contra
amigo. Los saqueos fueron totales: los ambiciosos, en brutal desenfreno, arrasaron los
bancos que habían quedado abiertos y abandonados. Sacaron el dinero y, como locos,
se cubrían con él en un último intento de complacer sus anhelos frustrados.
Las armas relucían y las balas se agotaban tratando de solucionar los millares de
conflictos que se sucedían. A la voz de la guerra, las fábricas fueron desocupadas,
dejando motores y calderas a la deriva. Más tarde explotaron causando tremendos
incendios.
Sus lamentos los ahogaba el bullicio tumultuoso de la masa que, en ese momento,
hacía la más terrible detonación de la historia: ¡La bomba humana había explotado!
El egoísmo dio sus diabólicos frutos: desorden, confusión y muerte. Los poderosos de
las ciudades, los altos jefes de sólidos emporios financieros —dedicados a negociar el
sudor ajeno—, explotadores y los explotados se confundían en la triste retirada hacia
los campos para implorar la protección del humilde campesino, al cual siempre le
habían negado todos los derechos, menos el de elegir el mandatario que los seguirían
explotando más.
Uno de los efectos más curiosos de este peregrinar, fue ver cómo el dinero comenzó a
perder su mágico efecto. Nadie vendía a ningún precio lo poco que tenía. Las gruesas
chequeras y las flamantes tarjetas de crédito perdieron su encantamiento artificial.
Rico era quien tuviese cobija, algo de comida, y una buena arma para defenderse. Lo
anterior ocurrió en todas las congestionadas urbes del planeta. En esta forma
transcurrió ese eterno y dramático día.
Los primeros 6 capítulos del presente libro, lejos de ser negativos, alertan de una
realidad inminente, imposible de que no ocurra, porque obedece a una causa que
ya se consumó y está produciendo un efecto imparable que ya se inició.*
Sin embargo, los 6 capítulos restantes de este libro toman un giro inusitado, los
ilumina una visión positivista tramada en una deliciosa historia extraterrena,
narrada en el género literario de ficción científica. Adelante:
CAPITULO 7
EL BIT-GIROX
Los pálidos reflejos del ocaso se extinguían lentamente.
Sabium fue llevado con urgencia a la sección de enfermería del Bit-Girox. Allí fue
encapsulado en un campo de fuerza Magnetryónica y con vibraciones biorritmicas lo
hicieron penetrar en un profundo sueño.
Pronto necesitaría todas sus energías y cualidades. Por el momento no podía hacer
nada. Celesta y Galaxia se encargaron de tranquilizar a los niños infundiéndoles valor
para afrontar los hechos. Debían ayudar a su padre.
—“Atención todos los BIT-Girox: sitúense en los puntos contaminados por las
bombas y, utilizando haces aspertriónicos, absorban las nubes radioactivas que
amenazan con exterminar por completo a la humanidad.
Efectivamente, todo el veneno y los gases letales, depositados en el aire por las
explosiones atómicas, fueron succionados sometiéndolos a un tratamiento
regenerador, para luego devolverlos a la atmósfera en forma de oxígeno y gases
inertes.
De no haber sido así, los vapores energéticos plagados de rayos gama habrían
repercutido de un modo catastrófico sobre la masa genética de los vivientes.
Los extraterrestres salvaron de una muerte lenta y cruel a todas las criaturas existentes
en la Tierra. De esta ayuda los hombres no se percatarían hasta pasados varios días.
Sabium no fue despertado del tratamiento a que era sometido hasta el día siguiente.
Titanio sabía que, en esos momentos la mejor ayuda que podía brindar a los hombres
era mantener al gran sabio vivo y con todas sus energías físicas e intelectuales
acumuladas.
Durante el día los niños fueron sometidos a tratamientos similares. Ellos debían apoyar
a su padre, alentándolo en las decisiones que debía tomar, para salvar a su mundo de
la hecatombe final. En esta forma la familia Sabium se encontraba en un profundo
sueño tranquilizante y reparador. Realmente era lo mejor.
Cualquier gobernante o caudillo que tratara de aplacar con su voz a las turbas que
aullaban de pánico y terror, equivaldría a tratar de calmar el furor de una tempestad
interponiéndole un pañuelo.
Sabium, a la hora propicia, sería despertado y orientado para poder dirigir a sus
hermanos.
BREVE COMENTARIO
El saldo total de desaparecidos fue colosal: 250 millones de personas cerraron, con
broche de sangre, la guerra número diez mil de esta triste era de ignorancia.
No seria en vano: El dolor es un bálsamo benéfico que une a los hombres, y éstos, con
ojos desorbitados, habían visto escenas sin nombre que congelaron la sangre al más
valiente y destrozaron los nervios del más osado:
Comprendieron que la Tierra era un ser vivo, y fue ahí cuando se escuchó el lamento
de Dios entre las almas.
¡Hubo una llovizna refrescante!, eran las lágrimas que vertía La Naturaleza herida.
Desahogaba así su inmenso dolor.
Esta era la ocasión que se esperaba. Estas eran “aquellas cosas” que habían
profetizado dos mil años atrás: como se lanza la pantera asesina sobre un cabrito que
pasta desprevenido, así se sorprenderían los hombres en el momento en que
estuviesen pregonando una falsa paz y seguridad.
Este fue el fin de la edad sombría y, a la vez, el comienzo de una nueva era llena de
luz, paz y amor donde los justos se encargaron de administrar la Tierra.
Los que estudiaban libros de civilizaciones desaparecidas bien sabían que un cambio
repentino tenía que ocurrir. Otras personas inteligentes, de mente despierta, sin recurrir
a los libros proféticos intuían lo mismo y comentaban:
—“Esto no puede continuar de esta manera, algo va a reventar algún día” Así pasó. Se
cumplió la promesa anunciada después del diluvio: “Ya no vendría del cielo un castigo”.
Al contrario,” de lo alto vinieron” a ayudarnos.
A pesar de todo, en la época anterior al gran golpe, pocos aceptaron la ayuda. Durante
varios años extrañas luces se observaban en el firmamento. Quienes confiaron,
tuvieron contacto con “ellos”, fueron instruidos y separados a tiempo. (Ver libro
“Revelaciones de un Extraterrestre”).
En cambio, la turba fanática y perniciosa terriblemente diezmó su masa…
Ellos mismos se castigaron.*
ANÁLISIS DE LO OCURRIDO
Los venenosos vapores del odio hicieron fatal efecto. La humanidad navegaba en el
océano del conformismo y su barca, hecha de egotismo, naufragó.
El mundo estaba sin gobernantes. Los presidentes de las dos grandes naciones habían
quedado pulverizados junto con sus ciudades capitales.
Los refugios, para ellos construidos con toda la seguridad posible, en caso de un
anuncio de guerra nuclear, funcionaron perfectamente, no quedaron destruidos.
Lástima que no hubieran estado ocupados por sus amos para haberles brindado la
protección debida.
En este caso ninguna nación declaró la guerra. Los humanos dormían cobijados por
las armas y su tranquilidad consistía en el perfecto balance o equilibrio entre ellas.
Habían confiado a computadoras, casi humanas, la dirección de aquellas bombas: “El
hombre construyó una máquina que luego lo traicionó”.
La gente corría en desbandada hacia los campos en busca de protección. Fue idea de
algunos y aprobada inmediatamente por el resto, dando cumplimiento al antiguo dicho:
“¿A dónde va Vicente?, ¿a donde va toda la gente?
El anterior es el principal defecto que no deja despegar a las personas del “común y
corriente”. Los que aprueban el sentir de la masa no logran salir de la ignorancia.
Quien sigue al vulgo es un vulgar y no se da cuenta que está siguiendo al gran maestro
del error.
La turba es fanática y supersticiosa, siendo sus ideas perniciosas. Y, dentro de la turba,
van todos los conformistas. La muchedumbre aprueba la maldad con tal que otras
personas la aprueben. Y dentro de la muchedumbre, van todos los “común y corriente”.
HIRIENTES SARCASMOS
Las almas encarnadas invadían los campos y el Sol no quiso acompañarlos más. Se
enfrentaron a una noche espesa llena de incertidumbre. En las ciudades continuaba el
saqueo. Allí, infortunados que no temían encontrar la muerte, se divertían a manos
llenas con lo que siempre habían soñado tener: dinero, joyas y lujos.
Presos, vagabundos, asesinos y drogadictos eran dueños de elegantes mansiones
abandonadas.
Algunas emisoras aún funcionaban. Habían quedado con una programación grabada
para mucho tiempo y, en mala hora, herían de muerte el alma de aquellos que las
escuchaban:
—“En esta hermosa noche baile al son de nuestra música candelosa; ritmo y
alegría en este sabroso fin de semana”.
Los ambiciosos se movían como dantescas sombras humanas, fustigados por los
truenos que retumbaban continuamente en una atmósfera alterada. En estas
condiciones los hombres permanecieron inermes, vencidos por esa espesa noche que
los manchaba con su negrura y quería tragárselos.
LA ESPERANZA NO SE PIERDE
UN REFRESCANTE ALIVIO
CELESTA
—En doce minutos escucharán noticias que interesan a toda la humanidad. ¡Es
urgente!
Parecía que todas las emisoras del mundo hubieran estado en perfecto sincronismo
para transmitir en cadena el mismo mensaje. Esto era totalmente imposible. Se
necesitaría un enorme grupo de técnicos y varios días de preparación.
Además era imposible reunir, en estas circunstancias, a todos los operadores que
controlaban las emisoras y cadenas. La mayoría de radiodifusoras estaban dañadas, o
la corriente eléctrica no fluía. Sus dueños, como sabemos, las habían dejado a la
deriva.
¡El hecho era inexplicable! Sin embargo, aquella dulce voz de alerta se dejaba
escuchar en todas las frecuencias… ¡Y en todos los idiomas!
LA GRAN SORPRESA
En contados minutos se escucharía una noticia que podría significar vida o muerte. El
optimismo y el pesimismo; el valor y la cobardía; el dolor y la esperanza, se dieron cita
para sortear, en un segundo, el desenlace final de la humanidad.
—Faltan tres minutos para que todo ser interesado en su vida y en su mundo
esté al tanto de esta noticia.
Ninguno se había hecho rogar. Todos estaban impacientes congregados para recibir la
noticia más importante en su vida. Algo así como el anuncio de muerte o perdón para
un condenado a la pena capital.
— ¡Queridos hermanos!
GOBIERNO MUNDIAL
(RECUENTO)
Bajo el manto de la noche se desataba una tempestad doliente.
Desde las tecnificadas bases militares se levantaron terribles vapores atómicos que
infestaron los cielos con mortífera radiación.
Era las cuatro y media de esa interminable noche, 24 horas después de haber ocurrido
la primera conflagración. La humanidad se encontraba al borde de un abismo infernal.
Los gobernantes, con sus ejércitos disgregados, no podían actuar. Los optimistas
esperaban que la voz de su gobierno les informase lo ocurrido dirigiéndolos luego a un
regreso a la normalidad. Los pesimistas temían ser llevados a campos de
concentración por parte de los desconocidos vencedores.
Ahora un hombre, que desafiando fronteras se había ganado el cariño de todas las
razas, en una forma misteriosa les había hablado. El bálsamo de su voz calmó los
nervios y abrió nuevas esperanzas. “El alma de Sabium era grande como el Sol. El eco
de sus hazañas científicas lo habían escuchado todos los pueblos.
—La enemistad de nación contra nación; el odio de reino contra reino; la envidia, la
ambición desmedida y el egoísmo, dieron sus maléficos frutos.
—No hubo guerra como se creyó. No hubo vencedores. Sin embargo todos fuimos
vencidos por las violentas máquinas que nosotros mismos creamos. Ahora debemos
mostrar nuestra superioridad siendo magnánimos con nosotros mismos.
—Sin ser provocado por ninguna nación, hubo el desencadenamiento atómico que
anteriormente sí estaba diseñado y admitido por todos.
—Debido a una sencilla falla en los sistemas, estalló la primera bomba, hubo confusión
y, la verdad es que, 250 millones de hermanos nuestros que ayer eran, hoy no se
encuentran físicamente con nosotros.
—Más no se inquieten. Tengan en cuenta que, es tan segura la muerte para el que
nace como segura es una nueva existencia para el que muere.
—Nada puede dejar de existir. Simplemente las cosas se transforman y los seres
evolucionan. Aún una hermosa sonrisa se trueca en otra cosa igualmente bella. Este
mundo es, sencillamente un aula de la gran universidad del Cosmos donde se aprende
a conocer el Infinito.
—Los seres queridos, desaparecidos, ¡aún existen!, sólo cambiaron de puesto en esta
larga carrera hacia la verdad. La prueba es que existe el hombre y con él el amor
verdadero. Y sobre el verdadero amor cimentaremos una nueva y sola raza de
superhombres.
Ante las palabras de Sabium ninguno se atrevió a hablar. Una vibración trascendental
penetraba los corazones. Los humanos comprendieron, en escasos minutos, lo que no
habían entendido en milenios.
Por primera vez los hombres se movían bajo una sola voz y por una misma causa. El
eco de la historia no resonaba un caso igual. Finalmente siguieron las instrucciones
que los conducirían a sus hogares.
De una voz grave y clara brotaban sabios consejos, modulados en etéricas ondas que
traspasaban agrestes montañas, recorrían vastos océanos y eran percibidas por todo
humano entendimiento, era la voz de Sabium:
—Cuando el Sol alumbra es para todos: observen el astro Rey quien les regala un
esplendoroso amanecer. No obstante tener que alumbrar vastos horizontes no se
olvida de la más humilde hierba del camino.
—Señores presidentes: es preciso una reunión cumbre. Como ustedes han sido
elegidos por sus pueblos, entonces, las decisiones que se lleven a cabo, unidos,
significarán la aprobación del mundo entero.
—Esta reunión no da más espera. La Naturaleza está herida y los pueblos no resisten
más. Es urgente la gran junta que definirá el futuro de la vida en la Tierra.
¡Todos los presidentes de las naciones deben asistir!
La cita es mañana a las 11.11 de la noche. Para el efecto deben tomar sus aviones:
en pleno vuelo se les informará las coordenadas a seguir, y recibirán instrucciones
sobre dónde deben aterrizar.
—El sitio exacto del encuentro es secreto; esto no impedirá a los televidentes del
mundo entero apreciar, en todo detalle, esta ecuménica reunión.
Ante tan impetuoso, llamamiento, la invitación fue acatada por los países, que
dispusieron de sus aviones más veloces y cumplieron las instrucciones dadas por
Sabium. No hubo formulismos ni indecisiones. Una extraña y convincente fuerza se
apoderaba de ellos. Sabium, en sus últimas palabras, no hablaba:
¡Rugía!
EL ENIGMA DE LA TRANSMISION
La imagen de Sabium era la única que se veía en todos los televisores, y su voz se
escuchaba en cualesquiera de los radio- receptores.
Sin embargo existía algo equivalente y estaba en poder del científico. Por este motivo,
y por la confianza que se había ganado al llevarlos nuevamente a sus hogares, lo más
prudente era hacerle caso al hombre que, sin nacionalidad conocida, se había ganado,
desde tiempo atrás, el cariño de los pueblos.
Era genio, inventor, pacifista y científico por excelencia. Ahora se esperaban cosas más
grandes de él. Citó a los presidentes de los países para comunicarles algo que sería de
mucha importancia para los pueblos.
¿Qué sería? ¿Qué iba a revelar a los dirigentes de esa humanidad que hervía de
ansiedad? El carrusel del cambio definitivo comenzó a moverse.
Hombres de 500 naciones, en veloces aviones, se dirigían hacia un lugar secreto para
descender en un punto desconocido.
Allí decidirían, ante la vista aterrada de nueve mil millones de almas, el rumbo que
debía seguir esta pesada nave “Tierra 1”, que con vértigos de inconciencia, se perfilaba
en el horizonte de la incertidumbre.
Los primeros en acercarse al sitio esperaban una señal clave que les informase el
punto exacto de aterrizaje. Los pilotos empezaron a sentir preocupación.
La tensión fue breve y la información llegó a tiempo. Los pilotos captaron en sus
audífonos una varonil voz desconocida:
—Verán, sobre el océano, una pista firme y segura. Coloquen el avión con el “mando
automático”. Nosotros nos encargaremos de hacer descender la nave, sin peligro
alguno.
Estupefactos, los ocupantes de las naves vieron cómo se iluminaba una enorme pista
en medio del océano. No se trataba de un porta-aviones, en razón de que tenía un
área mil veces más grande que el mayor conocido más bien se asemejaba a una
ciudadela flotante.
Uno a uno los aviones restantes fueron llegando y, en idéntica forma, se posaron en la
deslumbrante pista. Sus ocupantes abandonaron las naves.
Guiados por avisos que aparecían en sus respectivos idiomas, se encaminaron hacia
un cómodo salón, de formas espaciales, donde encontraron sus correspondientes
aposentos.
Había aparecido, en el sitio principal del salón, un hombre sencillo: su edad viril y
grave. De rostro amable y mirada penetrante. Lo acompañaban sus dos hijos:
Dylan y Matilda.
EL MENSAJE DE SABIUM
Una luz indescriptible iluminó la mente del científico. En cada palabra ponía su alma y
en cada mirada su corazón. Los gobernantes temblaron al mirarlo, y por sus frentes se
deslizaba un sudor frío. Así habló Sabium:
—Si somos habitantes de un mismo mundo, ¿por qué tantas fronteras de odio?
—Si somos hijos de un mismo Dios ¿por qué tantas murallas de fanatismo?
—He visto, desde el espacio, la Tierra sin fronteras; verdaderamente así es. Sin
embargo en los mapas se representa suciamente rayada con líneas que indican
fronteras de odio.
—Estas líneas dan origen a burdas formas sin sentido que ustedes han llamado mapas
de países.
—Por estas formas, que no tiene existencia real, mueren ancianos, madres y niños,
que sí tienen vida, sienten dolor y deseo de vivir.
—Al llegar a un sitio limítrofe, siempre hay hermanos armados y letreros que dicen:
aquí termina el país de los hombres de esta nación y empieza el país de los hombres
de otra nacionalidad.
—No obstante, a lado y lado de esa línea, La Naturaleza hace brotar –sin distinción
alguna—, árboles, plantas y hierbas de igual especie.
—Cuando el Sol alumbra, el viento sopla y la lluvia cae, no se detienen los elementos
en esas absurdas demarcaciones para entablar diferencia alguna.
—La Naturaleza nos prueba que esas líneas sólo están grabadas en las mentes
morbosas y egoístas de algunos hombres. Esto ha originado, en la historia que
conocemos, miles de guerras, con millones y millones de muertos. ¡Qué infamia!
—Si el animal ponzoñoso encuentra comida en su hábitat sombrío, ¿por qué los
llamados a ser dioses no encuentran ni pan, ni techo, ni abrigo?
—Díganme, por favor, hombres y mujeres, ¿quieren seguir viviendo en un mundo así?
Un aplauso de adhesión a Sabium ensordeció el recinto y fue seguido por los que,
frente a las pantallas en todo el Orbe lo escuchaban con el corazón. Mujeres y
hombres sentían ímpetus de abrazarlo.
Jóvenes y ancianos lloraban; la mayoría gritaba: ¡No más guerras! ¡Queremos paz
definitiva!
Es unión definitiva lo que busco. Seamos como las aves del cielo que, aún teniendo su
vista aguda, no conocen fronteras… nunca las han visto.
Mientras firmaban un tratado de paz ante las cámaras y agencias noticiosas —para
que todo el mundo los alabase—, en la encrucijada de una junta secreta tejían planes
criminales para contradecirlo.
Los presidentes de ese entonces disfrutaban de honores por fuera y amarguras por
dentro. Porque esas risas de poder y gloria no eran más que un barniz reluciente
debajo del cual gemían grandes llagas vivas. ¿Para qué ser jefe de gobierno en un
país asfixiado por fronteras malditas?
Esto sonó con buen timbre entre los asistentes y su opinión prevaleció.
—Nunca se ha probado, ¿por qué no formarlo? ¿Por que adelantarnos a decir que no
funciona, antes de haber ensayado? Eran lo comentarios que se escuchaban en el
salón espacial.
En cambio, ahora, la idea se propagó rápidamente entre los asistentes como solución
definitiva para formar un mundo ideal.
Los presidentes prefirieron, mejor, ser corregidos por un sabio, que seguir siendo
adulados por los tontos. Esta era la oportunidad de elegir a un solo presidente mundial.
Allí se encontraban los mandatarios de todas naciones. Habían sido elegidos por sus
pueblos y, a su vez, tenían derecho a elegir a un solo hombre que, con plenos
poderes, lo gobernase a todos. Esto era completamente legal, y posible. ¡Dicho y
hecho!
La condición propuesta fue así: “Cualquier hombre, que por mayoría de votos
presidenciales saliese elegido, sería presidente mundial. Testigo, en esta ocasión, todo
el mundo.
PRESIDENTE MUNDIAL
La elección fue rápida. Los allí presentes firmaron sus votos. Estos datos fueron
entregados a una computadora que, sin preferencias, daría el veredicto final.
Sabium estaba feliz con la decisión a que habían llegado los gobernantes, de elegir,
entre los hombres, un solo presidente que los gobernase a todos.
Lástima que no estuviese preparado para recibir el más recio cañonazo emocional en
su vida: la metálica y cibernética voz de la computadora anunció al orbe el fulminante
veredicto:
Así era la autoridad que los estatutos concedían a quien debía enfrentarse a gobernar
este enorme globo inflado de problemas.
Con plenos poderes podría salvar, o enterrar, a esta agobiada humanidad que ahora se
sacudía en oleadas de optimismo. La euforia del momento era ardiente, ya que todo
acaeció en forma inesperada.
—Soy hijo natural de la madre Tierra. Por ella he luchado, y no moriré tranquilo hasta
ver borradas todas las fronteras que el odio, la ignorancia y el fanatismo trazaron con la
sangre de inocentes mártires que murieron sin saber por qué lucharon.
—El poder que en mis manos pesa, es de todos. Yo sólo ando de paso, como el río,
como el viento; los hombres pasan, las instituciones permanecen,.
Pertenecemos al país más poderoso del mundo, se acabaron las guerras, Sabium
presidente mundial vitalicio. Su nombramiento fue acogido con beneplácito.
A todos los niños les quedaba fácil dibujar el mapa de su gran país Tierra: les bastaba
con hacer un círculo.
LA GRAN NOTICIA
Sabium debía revelar a los hombres algo muy importante. Su alma se estremecía
violentamente mientras el cuerpo permanecía quieto. Algunos pensaron que
comunicaría su primer mandato de gobierno. No fue así.
Como prueba de lo anterior, les acabo de dar permiso oficial de aterrizar en nuestro
planeta. Dentro de una hora, exactamente, verán descender, con deslumbrante brillo,
12 mil “ovis*. En las 12 mil ciudades más pobladas del planeta.
—Aunque ellos tienen plenos poderes no son belicosos, son nuestros amigos.
—Vienen en son de paz y amor. Nos unirán con lazos de amistad al resto del Universo.
Mientras ello ocurre, tengo el honor de presentarle al director de esa poderosa flota.
Acto seguido, ante la vista aterrada de los desconcertados invitados, se abrió una
cortina metálica y aparecieron, al fondo, varias naves extrasolares, de hermosas
formas, inimaginables por el hombre.
Tengo el agrado de presentarles a nuestros hermanos del Cosmos, venidos del planeta
Alborada.
Son ellos:
—Y su hija Galaxia.
CAPITULO 9
LOS EXTRATERRESTRES
Desde los misteriosos ámbitos del espacio, una vivificante energía llegaba a la
Tierra.
Quienes antes habían preparado el terreno, ahora LOS bañaba un sobre humano
gozo.
¡No!, de este sueño no podían despertar. La nítida realidad amparaba los hechos.
Gobernantes, amigos o enemigos, se encontraban en un desconocido sitio que había
emergido misteriosamente de las profundidades marinas.
Ahora los hombres tenían cabeza erguida y vista elevada al infinito, a la espera del
contacto Cósmico. En contados minutos les serían revelados misterios del más allá,
conocerían su verdadero origen y orientarían su futuro.
Efectivamente, a la hora señalada por Sabium, el cielo se iluminó con una legión de
deslumbrantes objetos volantes, “antes” no identificados.
Lluvias de seres, con manojos de rosas fragantes, daban la bienvenida a los habitantes
del centro de la Vía Láctea. Al fin la Tierra se vio coronada por una extraña raza de
hombres de un grado diferente.
COMUNICACION TELEPATICA
Los investigadores más adelantados han intuido que, estos fenómenos, se transmiten
por los elementos que constituyen la cuarta dimensión, Sin embargo, es en esta misma
dimensión en la que ocurre el fenómeno bajo la intervención de la mente.
La mente habita la materia que ella misma ha generado. Por tanto, el porvenir del
hombre no está en el espacio celeste sino en el espacio mental.
UN HISTORICO REGALO
Aquel enigmático sitio donde se encontraban era precisamente un obsequio que traían
desde su planeta. La enorme base flotante no era de este mundo, pero ya pertenecía a
él. Se trataba de una ecociudadela para 144 mil habitantes.
Poseía todas las comodidades: seguridad, abundante energía, y métodos altamente
refinados para la radiocomunicación global e interplanetaria. Era algo maravilloso que
rebasaba la más osada imaginación.
—El mismo océano que nos circunda besa las orillas de todos los continentes con el
mismo amor; sus aguas representan la sangre de la Tierra y todas convergen a este
punto que, desde hoy, será el corazón del mundo.
Oh, cuán distinto su discurso al de los anteriores “manda más” del egomundo. En ese
entonces, la crasa ignorancia inspiraba el tono dogmático para ventilar promesas
inocuas que formaban un huracán de mentiras.
Las palabras de Sabium fueron extraídas del diccionario de los siglos, para sembrarlas
eternamente en el corazón de los hombres.
Así habló:
—El mundo es joven como lo son sus hijos porque la juventud no es un momento en la
vida sino un estado del alma. Nos creíamos inconformes porque ignorábamos lo que
teníamos: una regia mansión, el gran planeta azul y verde…nuestra Madre Tierra.
—Ninguna guerra logró derrotar al hambre y toda victoria inoficiosa fue un crimen. Ya
no serán más.
—Hoy existe el deber; el deber engendra el derecho; el derecho la justicia, y donde hay
justicia, no puede haber hambre.
—No desfallezcan, porque el fracaso comienza donde cesa el esfuerzo… parar es
retroceder. Iniciaremos la construcción de un nuevo mundo desde este mismo
momento porque por los caminos del después se llega a la casa del nunca.
Sabium hizo una pausa —no hubo aplausos—. El hechizo de sus consejos conge1ó
cuerpos e incendió almas. El noble guía prosiguió:
—Por la codicia de una manzana no vale la pena perder un paraíso. La posesión sin
límite fue la causa de todas las guerras al estar basada en una falacia. ¿Para qué
placer sin felicidad? ¿Para qué ciencia sin sabiduría?
—Más vale perder que lograr una ganancia vergonzosa. Más vale hombre sin dinero
que dinero sin hombre. Porque la fortuna pocas veces se reúne con los buenos, ni
hace buenos a aquellos con quienes se reúne.
—El dinero del mundo está en manos de los que no tienen caridad, y el solo hecho de
no hacer el bien es un gran mal.
El hombre que sólo vive para si, es un monstruo de egoísmo. Tenemos que aprender a
gastar en las necesidades de los demás con la misma naturalidad que lo hacemos en
las nuestras. Ayudemos hoy a los necesitados; mañana no podremos por dos razones.
—Las personas que quieren más de lo que necesitan se convierten en avaros. Estas
son quienes impiden que otros tengan lo esencial. El avaro no posee las riquezas
porque tiene todas las preocupaciones del rico y los tormentos del pobre.
—Con turbios negocios llenan sus voraces cajas y su ambición nunca queda
satisfecha, su vivir será siempre sombrío y el reflejo del poderoso oro no iluminará la
noche de su ocaso.
—El que comete un error y no lo corrige, está cometiendo otro. Las almas débiles se
arrepienten de los errores; las fuertes los reparan. Los débiles esperan la ocasión; los
fuertes la provocan.
—Quien malgasta el tiempo será malgastado por el tiempo, siendo pasto fresco del
desliz. La tentación se alimenta de los ociosos. No dejemos escapar el caudal del
tiempo a través de las grietas del ajetreo inútil: tenemos mucho que hacer por los
indefensos.
—Lo fácil parecerá difícil si se hace de mala gana. En cambio, la persona que
emprende con amor una obra, la mitad tiene hecha. Lo que se hace con gusto, con
satisfacción se contempla. La felicidad de la vida es el trabajo libremente aceptado
como un derecho. Los que desprecian el trabajo se muestran ingratos con su mejor
amigo, así, el que no aprende a trabajar, aprende a pedir.
—Los villanos no sonríen; sólo esgrimen carcajadas. En cambio, quien le sonríe al alba
ya ha ganado el día. Si quieren tener sueños agradables acuéstense con la conciencia
tranquila.
—No digas ni hagas nada torpe o deshonesto ante la vista de los niños, puedes
ensuciar sus almas diáfanas que, como espejos, reflejan La Naturaleza.
Lo que un niño mal hizo —sin malicia—, lo hizo sin culpa. Reprenderlo con ira, es
tomar venganza contra su debilidad.
En el niño hay algo de hombre y en el hombre hay algo de niño. Siendo así, no rían
nunca de las lágrimas de un niño, porque en todos los seres el dolor muerde con igual
fiereza.
Descendiendo hasta el fondo del dolor esculpan en sus pechos estas palabras dichas
por “el más grande entre los grandes”:
—Una de las glorias de la civilización hubiera sido mejorar la suerte de los animales no
humanos, maltratarlos es demostrar cobardía e ignorancia.
¿Acaso en el corazón de los animales no palpita el mismo deseo de vida que
sentimos? Miren que ellos respiran el mismo aire que respiramos, y por sus venas
corre sangre roja igual a la nuestra.
— ¿Conciben, acaso un dios traicionero que quiera a unos y odie a otros? ¡No, ¡ese
dios no existe!, solo está en mentes abortadas que habitan cerebros sanguinarios. ¡El
hombre perfecto no puede ser un vulgar depredador! Para terminar Sabium dijo:
—El oro se prueba con el fuego; la mujer con el oro; el hombre con la mujer, y una
civilización con sus hechos.
—Por ello procuremos corregir, primero en nosotros lo que queramos que corrijan los
demás. No hagamos a nuestros hermanos lo que no deseamos que nos hagan a
nosotros. Si pagamos las injurias con beneficios, seremos almas grandes entre las
grandes.
—No quiero extenderme más: palabras sobran donde las obras son necesarias:
poco piensa el que mucho habla. Basta con lo anterior. Como no estamos seguros de
vivir una hora, no perdamos ni un minuto.
—Los muros de piedra no hacen una prisión ni los palacios un paraíso. La mente, por
sí misma, convierte un infierno en cielo y un cielo en infierno.
Por tanto, removamos los escombros que dejó el error, y hagamos de la Tierra un
paraíso.
EL MUNDO CAMBIO
Niños y adultos querían viajar en 0vi. Gustosos los extraterrestres dispusieron sus
naves para que nadie se quedara sin esa grata experiencia.
En la época anterior, filosas propagandas, preparadas por los sagaces hijos de las
tinieblas, enseñaban las “delicias” del alcohol y el “placer” del cigarrillo.
Al contrario, en la Nueva Era, estos hombres despertaron y las revistas adornaban sus
portadas con la imagen de grandes valores que servían de ejemplo para la nueva
generación de superhombres.
En el planeta Alborada era normal llegar a los 900 años en completo dominio de las
facultades físicas y mentales.
La mente humana comprendió que, comer carne, era comer cadáver putrefacto
destinado sólo era para las hienas, buitres, perros, moscas y, en general, para seres de
baja calaña que involucionaron hasta comer sangre y carroña.
Por fin, los animales —nuestros hermanos menores—, fueron respetados, y los
hombres aprendieron a vivir en simbiosis con ellos: el biocidio o asesinato de animales
y selvas ya no fue más.
APARECE MALIGNUS
Todo iba muy bien; por doquier se respiraba paz. El viento del amor acariciaba a los
seres y, en fraternal unión disfrutaban la vida en una perfecta sociedad. Los hombres
comenzaron a construir ecociudadelas orientadas por los alboréanos, y las ciudades
actuales fueron siendo reemplazadas paulatinamente hasta desaparecer. Únicamente
quedaron monumentos, obras de arte y algunas edificaciones históricas patrimonio de
la humanidad.
Pero, de un momento a otro el rumbo del mundo cambió literalmente. Tanta felicidad no
podía existir en un planeta. No todo goce es bendición del cielo ni toda pena es
maldición de Dios.
La “suerte”, esa diosa de dos caras, había tejido una obra maléfica a la luz de un
pensamiento criminal. Desarrolló un plan macabro para acabar con la sagrada paz que
los hombres guardaban con gran celo.
La gente, consciente de los hechos, no le quedaba más remedio que rezar y olvidar
este mundo. Milenios de sufrimientos había costado la felicidad que disfrutaban y,
ahora, la furia satánica en poco tiempo los destruiría.
Mientras los científicos, sin encontrar soluciones se acercaban al borde del desespero,
un hombre, con seño pensativo, concentraba toda su inteligencia en un solo punto.
Malignus era su enemigo y debía destruirlo.
BRILLANTE IDEA
Alguien había dicho que, con la sabiduría de Salomón y el poder del diablo, reunidos,
lograrían destruirlo.
Sabium poseía sabiduría suficiente pero le faltaba el poder del diabl…¡Eso es!
La mente del científico se había iluminado con una brillante idea.
Habían sido calculadas para destruir la Tierra cinco veces. Si el hombre podía destruir
la Tierra, también podría destruir un planeta que viniese al encuentro.
Sabium pensó que, si lograba dispararlas todas contra Malignus, lo convertiría en polvo
cósmico.
Sabium, con sabiduría, utilizó el poder del “diablo” contra Malignus y, por buen motivo,
llegó la hora de un verdadero desarme. La humanidad dormía sobre un polvorín. Esta
era la oportunidad de salir de él.
¡Qué lastima!
Desgraciadamente, por una absurda falla, o quizás por el descuido de algún técnico,
¡todos los sistemas fallaron!
Llegada la hora, los humanos tuvieron que conformarse con su “suerte”, y no pudieron
apreciar este apoteósico triunfo…En la televisión.
En una clara noche de verano, una brillante luz en el espacio anunciaba que Malignus
había sido destruido. Sabium obró en defensa propia. Actuó con el mismo derecho con
el cual una madre defiende a sus hijos.
EXPLICACION ASTRONOMICA
El astro ¡Hercóbulos”, después del colosal impacto atómico, se desmoronó. Las partes
se contrajeron hacia su mismo centro, por efecto de la fuerza de gravedad. Los
ingentes cataclismos borraron todo vestigio de vida.
EL PLANETA VULCANO
Con este nombre siguió llamándose el nuevo planeta del sistema solar.
A causa de la perturbación gravitacional del citado cuerpo y, debido a éste y a un
fenómeno celeste posterior, la Tierra, gradualmente, aumentó su marcha alejándose un
poco del Sol.
Por lo anterior, nuestra madre Tierra ocupó el cuarto puesto en el orden planetario, a
saber: 1) Vulcano; 2) Mercurio; 3) Venus; 4) La Tierra.
EN PAZ CON LA NATURALEZA
Torrentes de júbilo cayeron a la Tierra, después del apoteósico triunfo que aumentó la
confianza en los hombres. El mundo estaba completamente limpio de armamentos.
Sabium había demostrado, una vez más, sus capacidades como genio y gobernante.
Derrotó al gran monstruo del espacio y ahora todos seguían gratamente sus
decisiones.
No sólo era el presidente mundial; también lo consideraban como héroe, como maestro
y como padre. No dictaba mandatos inflexibles. Sus sabios consejos eran acatados
como derechos y estrictamente cumplidos.
—Ninguna ley es buena si no está basada en los ejemplos que nos da a diario la
Naturaleza —decía.
La técnica sólo prestó manos para fabricar lo útil y dejó a un lado lo superfluo. La
Madre Tierra, que antes había estado desilusionada con los hombres por lo mal que la
habían tratado, ahora se encontraba muy agradecida con sus hijos.
La habían librado de Malignus, ese monstruo que amenazaba destruirla. Ella sola,
amarrada a su órbita, no hubiera podido defenderse. De esta manera la verdadera
civilización canceló la deuda con la Tierra, y los hombres siguieron viviendo en perfecta
simbiosis con la Naturaleza.
Cierto día, Sabium comunicó una noticia que no fue muy bien recibida por sus amados
hermanos. El con su familia debía viajar por la galaxia: visitarían el planeta Alborada.
Se trataba de un viaje a través del tiempo. Una junta de notables Druidesas y varones
había quedado encargada del gobierno mundial.
A la hora señalada, la enorme flota comandada por Titanio se alejaría de la Tierra a una
pasmosa velocidad. Se llevaría el corazón del mundo.
La gente pensaba en lo que le pudiera suceder; pero el contacto con el Universo exigía
un riesgo. Llegó el angustioso momento. La Tierra siguió su acostumbrado camino
orbital, mientras los 12 mil BitGirox salían presurosos en busca de la nave madre en
que habían venido.
Los esperaba más allá de la órbita de Plutón. En tres semanas terrestres recorrieron 8
horas luz y, al final, penetraron al interior de la monumental nave que los conduciría a
la Cisura del interespacio.
Allí penetrarían en el túnel del espacio, que los situaría a miles de años luz de la Tierra,
sin necesidad de viajar a ninguna velocidad.
La gigantesca nave que albergaba los ovis tenía forma esférica. Era una completa
ciudad con pistas, laboratorios y hermosos jardines con plantas exóticas de indecible
Belleza.
Las fuerzas contrarias, de estos dos astros, se neutralizaban en dicho punto, haciendo
distorsionar el espacio-tiempo, a un grado tal que, las cosas materiales que entraban
en ese remolino intergaláctico, les ocurrían fenómenos muy extraños.
LLEGADA AL INTERESPACIO
Titanio prevenía a la familia terrestre explicándoles sobre cosas maravillosas que allí
sucederían:
—Nuestros censores indican que estamos próximos a penetrar en el interespacio
—anunció y continuó: —Vamos a vivir una odisea jamás experimentada por hombres
del tercer plano.
Aquí solo han podido llegar desde allí seres muy evolucionados que han venido a este
punto, sólo por fuerza espiritual; sin recurrir a medios físicos, como ahora lo estamos
haciendo.
—En ese estado de quietud espacial no es posible la existencia de átomo alguno. Sin
vibración el mundo físico se desmaterializa quedando traducido al mundo mental.
—Nos acercamos ya al sitio donde converge el tiempo positivo de nuestro Sol que
fluye hacia el futuro, y el tiempo negativo del ante-sol que fluye hacia el pasado (por así
explicarlo ya que no contamos con elementos idiomáticos para expresarlo de la
manera que en realidad es)
—Prepárense: la cisura cósmica nos absorbe por completo. Estas eran las órdenes
mentales que penetraban en lo profundo de sus cerebros: —No se agiten, descansen,
inspiren profundamente, no piensen, relajen los músculos.
Todos percibieron cómo se hacían cada vez más sutiles, hasta el punto de volverse
transparentes. Solo iba quedando una ligera aura que delimitaba el contorno de sus
cuerpos. Sintieron cómo flotaban en la “nada”.
Sus cuerpos, los Bit-Girox y la enorme nave habían desaparecido por completo, soles,
estrellas y planetas habían sido borrados del Universo. Para ellos, el mundo físico
entró en inexistencia.
Experimentaron una paz infinita y la dicha sin nombre que sienten las almas después
de abandonar el cuerpo. Todo había regresado a su elemento primigenio y nada se
manifestaba.
Ni siquiera el tiempo ni el espacio, ya que estos elementos pertenecen a la materia y,
allí, la materia no vibraba. Nuestros personajes se identificaron con el silente y
misterioso espacio etérico.
Sin embargo, ellos existían, no habían dejado de ser lo que antes eran. Solo cambiaron
de estado. Egos y conciencias eran las mismas. La realidad era que...
(Recordemos que este libro no es apto para las personas que han perdido el sublime
privilegio de soñar: quienes supieron soñar nos llevaron a la Luna, quienes no han
sabido soñar nos han llevado a la guerra.)
CAPITULO 10
LA NUEVA ERA
Todos los ocupantes de la colosal nave llegaron al final de una ruta proyectada
hacia lo inmaterial.
No por esto habían muerto ni desaparecido de Cosmos porque: “Todo lo que existe
nunca dejará de ser. Lo que no existe nunca llegará a ser”. (B. G) 2:
16
Al llegar allí, las estrellas son borradas como el polvo al paso del huracán. No por esto
la existencia deja de permanecer sujeta a las leyes eternas e incomprensibles para el
humano entendimiento:
Los ríos volvieron a adquirir su verdadero color azulado y la fauna adquirió nuevas
fuerzas. El mundo se convirtió en un planeta de maravillas. Las condiciones
ambientales fueron paradisíacas.
Faltaba una cosa muy importante: se había realizado un gran cambio en lo material y
en el comportamiento humano en general. En estas circunstancias el sendero espiritual
pedía una renovación —algo tendría que cambiar—.
Esto no quiere decir que lo anteriormente predicado fuera falso. Por el contrario: los
antiguos enviados y maestros anunciaron lo correcto. La verdad fue, es y será siempre
una sola. Nunca cambia.
En los últimos tiempos del egomundo existían más de 20.000 sectas o religiones
distintas —brotaban como hongos—, pero, lo único que tenían en común eran los altos
muros de egoísmo que levantaban entre sí.
No obstante los humanos habían sido guiados por seres super-evolucionados, este
impulso no lo disfrutarían por mucho tiempo. La humanidad debería encumbrarse, por
sus propios medios, hasta su feliz destino. Los hombres continuaban siendo libres,
tanto para el bien como para el mal.
Si no aprovechaban bien esos años, que tantos siglos de sufrimiento habían costado,
podrían echar a perder todo y regresar a la barbarie. El libre albedrío —elemento
básico con el cual el hombre puede fabricar su propio destino—, era difícil y peligroso
de moldear, sin la ayuda de un artífice celeste que les enseñara su buen manejo.
Lo más extraño del caso fue cómo los astrónomos, con sus potentes telescopios, no lo
habían detectado antes. Esto produjo gran asombro entre los científicos. Parecía que
ese gigantesco cometa hubiese brotado de la nada, y esto era un absurdo. Sin
embargo, en lo alto estaba. ¡Todos lo veían! *(Explicación astronómica al final)
PAVOROSO PRESENTIMIENTO
Sin pérdida de tiempo, todos los centros astronómicos apuntaron hacia él sus cañones
radio-ópticos. Las computadoras se llenaron con datos e informaciones para calcular
órbita y movimientos exactos.
SIN ESCAPATORIA
Recordemos que Malignus, el anterior astro, sólo medía varios miles de kilómetros de
diámetro, y había necesitado la potencia destructora de todas las bombas atómicas.
Además había aparecido con tiempo suficiente para preparar la destrucción.
Ahora, este nuevo cuerpo celeste era más grande que la Tierra, y estaba a escasas
cinco horas de hacer colisión con ella. Los hombres habían agotado sus armas y no
poseían ni una aguja para defenderse. No les daba tiempo para pensar y menos para
obrar.
¡Rezar!
En tanto la gente, sin darse cuenta del peligro, se encontraba en las calles celebrando
una sana fiesta costumbrista. Estaban a la expectativa de las noticias sobre aquel
“gracioso” fenómeno celeste. Sólo aquellos astrónomos, que a puerta cerrada se
encontraban reunidos, temblaban de espanto. No sabían el modo de comunicar la
aterradora noticia.
— ¡Gran Dios! ¿Por qué tendremos que recibir otro horrible castigo? ¿Cómo diremos a
nuestros hermanos que dentro de tres horas ocurrirá el fin del mundo? ¡Pobres! En su
alegría no saben que vamos a ser blanco de ese inmenso proyectil:
El mundo, inconsciente, en una popular fiesta, celebra sus bodas con la muerte —
terminó diciendo el astrónomo.
DOS NOTICIAS IMPORTANTES
Esa noche, llena de presagios, los terrígenos se disponían a celebrar, en completa paz
y dicha la llegada de un nuevo año. Pronto serían las 12 de la noche. Faltaba una hora
escasa para terminar el ciclo anual y esos últimos minutos se hacían E t e r n o s.
Olas de júbilo y alegría bañaban a todos los hombres, exceptuando a los científicos
que temblaban horrorizados en el centro de control del mayor telescopio del mundo.
Habían cerrado las puertas del salón principal. Decidieron, en esta ocasión, no dar
explicaciones sobre el fenómeno a los periodistas de las agencias de información que,
afanosos, esperaban datos técnicos sobre aquel fascinante astro.
La segunda, era conocer la madre y el lugar donde naciera el primer niño de la nueva
era. Esta costumbre se había propagado en los últimos años. Existía un premio para
los padres del primer bebé que naciera al comienzo de cada año.
Miles de madres esperaban entregar el preciado fruto de sus entrañas, a esa hora.
El “gracioso” cometa, que pocas horas antes se veía como una raya luminosa en el
espacio, ahora abrigaba todo el horizonte, alumbrando la parte oscura de la Tierra, con
destellantes ondas de luz y color.
Todos los ciudadanos del mundo estaban pendientes del reloj. 12 en punto: Campanas,
sirenas, gritos, abrazos, oraciones y llantos, saturaron la atmósfera en un
ensordecedor rugido.
EL COMETA SIGUE AVANZANDO
Después de ese breve pero incendiario estado de júbilo y alegría, los ánimos se fueron
apagando y la gente quedó a la expectativa de las noticias que esperaban.
Sobre el anuncio del primer niño, aún no se había registrado alumbramiento alguno en
ningún punto terrestre. Este acontecimiento extraño causó gran alborozo.
La tensión nerviosa comenzaba a aumentar entre los reporteros que esperaban
ansiosos información, en las puertas del centro astronómico, sobre el majestuoso astro
que se acercaba más y más hacia la Tierra.
La cruda realidad era que el astro cubría a esa hora más de la mitad del firmamento.
También lo confirmaron las computadoras y éstas no estaban programadas para soñar.
Hay momentos en la vida en los cuales, cualquiera que sea la posición del cuerpo, el
alma está de rodillas.
Uno de los hombres de ciencia, que había estado todo el tiempo frente a las video
pantallas, y en silencio había analizado los datos suministrados por el radiotelescopio,
bruscamente se levantó de su asiento y, nervioso, exclamó:
—Su masa total sólo debe pesar unas decenas de de toneladas; sin embargo, como
están dispersas en varios millones de kilómetros, representan un gas supremamente
tenue. Sólo, parte de ese gas, envolverá al mundo, sin causarle daño alguno.
El director de grupo, después de comprobar los hechos, abrió la puerta del recinto y las
cámaras de televisión mundial lo enfocaron.
Con lágrimas en los ojos, y sin poder ocultar la emoción, así se expresó:
—Habitantes de la poderosa nación Tierra: no es motivo de preocupación aquel
fenómeno que contemplan en el firmamento.
—Es posible que a las tres de la madrugada se presente una lluvia meteórica que no
ofrece, como lo he dicho, peligro para ningún ser viviente; en razón de que no
alcanzará a llegar hasta nosotros.
—A medida que les llegue la noche notarán que no se oscurece por completo debido a
que la nube cósmica estará envolviendo nuestro planeta durante unas doce horas, sin
perjudicarlo en lo más mínimo.
UN CASO INSOLITO
Excedentes de luz y color marcaban la pauta para el comienzo del año nuevo. Por
esta parte, las personas quedaron contentas y satisfechas.
Habían pasado dos horas y los médicos sintieron temor de sus “candidatas”, que ya
debían haber llegado a un feliz alumbramiento. Los niños no querían nacer.
Algo se interponía entre la energía creadora y las madres. Una fuerza avasallante y
extraña se apoderaba de ellas y les impedía dar a luz. Lo más raro del caso era que,
este fenómeno, ocurría en todo el orbe; no podía ser una simple coincidencia.
En torno a la medicina circularon los más variados comentarios y se postularon las más
sobresalientes hipótesis que pudieran aclarar el misterio.
Al no encontrar causa aparente, lo más sensato era creer que, la influencia del cometa
Benignus estaba alterando bruscamente, en alguna forma, las funciones fisiológicas en
las madres. Así lo afirmaron muchos médicos.
Faltaba cinco minutos para las tres de la madrugada. El ambiente de fiesta continuaba.
En las emisoras de sonido octofónico -8 canales-, estrenaban conciertos preparados
especialmente para la fecha.
La gran coral del mundo, integrada por cinco mil voces femeninas y masculinas,
acompañada por la súper-sinfónica de mil profesores de música, entonaba un
imponente himno de alabanza dedicado a la gran fraternidad humana.
La luminosa nube, que había aparecido Cinco horas antes como una estela luminosa,
en ese momento cubría toda le inmensa cúpula del firmamento.
¡De pronto?
Se hizo silencio por un breve pero fulgurante instante, y solo fue interrumpido por la
débil vocecita de un niño que, llorando, acababa de nacer.
Una estela plasmática, de energía pura, se perfiló en el sitio del impacto, y fue
observada por los hombres como una brillante raya luminosa, dando así la impresión
de ser un cometa.
Los pequeños pedazos de rocas cercanas, que hicieron contacto con la antimateria, se
convirtieron en una nube radiante, aunque a velocidad sublumínica, suficiente para
llegar a la Tierra en pocas horas.
El bólido de antimateria tenía el tamaño aproximado de nuestra Luna. El roce con los
asteroides no menguó ni su tuerza ni su masa, continuando, indiferente, su recorrido
con destino final Júpiter.
Efectivamente, Júpiter, el padre de los planetas, 800 veces más grande que la Tierra,
sería perforado hasta sus entrañas por una Luna de carga eléctrica contraria.
Los átomos de ese espantoso intruso estaban compuestos por deuterones, en sus
núcleos, y positrones en sus órbitas.
Y en la Biblia:
“Respecto a aquel día o la hora, nadie lo sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo,
sino el Padre. Sigan mirando, manténganse despiertos, porque no saben cuándo es el
día señalado”: Marcos 13: 32, 33
bíblica. No conocemos el día ni la hora. De lo que sí estamos seguros es que nos
encontramos en los últimos tiempos (leer Mateo 24: 3 a 45) a esta generación —la que
recibió este anuncio—, le tocará ver grandes señales en el cielo.
CAPITULO 11
REVELACIONES DE UN PATRIARCA
Allí donde subyace el infinito misterio de la vida.
A medida que la radiante nube iba desapareciendo, potentes rayos lumínicos se abrían
paso alejando bruscamente las tinieblas:
El primer niñito del año había nacido, no en forma normal: tres horas antes y tres horas
después no se presentaron otros alumbramientos en el mundo. Por ello, y por el
fenómeno estelar ocurrido precisamente a la hora de su nacimiento, cosas grandiosas
se esperaban de “El”.
Una lluvia de autoridades, periodistas y dirigentes religiosos cayó sobre el citado centro
asistencial. Sus preguntas tronaron.
Debían hacer eco en un mundo sediento de respuestas. ¿Quién era el padre del niño?
¿A qué familia pertenecía? ¿De dónde provenía?
Las cámaras sólo lograron mostrar a una dulce mujer, de rostro inmaculado, blanco
como el alba; su tez emanaba el frescor de la aurora y sus brillantes ojos reflejaban
todo el esplendor de los atardeceres.
Sostenía en sus brazos, un radiante niñito. Dijo llamarse Divina, y que su hijo se
llamaría Angelino.
EL NUEVO SOL
Si la hubo.
¡Más fue benigna! Recordemos que nuestro planeta se había alejado un “poco” del
gran Sol central en el momento que el nuevo planeta Vulcano se había formado. De
hecho ya no calentaba tan bruscamente en el día. Nuestro mundo había entrado a
ocupar el cuarto puesto en la escala planetaria.
A ser bañada en forma equitativa por el calor de dos soles situados a una distancia
ideal, las condiciones meteorológicas cambiaron radicalmente:
En los desiertos comenzó a llover y sus tierras se hicieron cultivables. Los
devastadores inviernos y las fuertes nevadas, que afectaban importantes zonas,
desaparecieron. Esos territorios adquirieron un agradable ambiente tropical donde
surgían flores multicolores y perfumadas.
Los dos soles se turnaban para evaporar lentamente las aguas estancadas,
vertiéndolas luego en terrenos antes áridos y quebrajosos.
EXPLICAC IÓN
En los brazos externos de la Vía Láctea —donde habitamos—, la familia estelar está
dispersa, encontrándose los soles incomunicados por las inconcebibles distancias de
decenas o cientos de años luz.
Los planetas, como en nuestro caso, sufren la mala distribución de temperatura, y los
hombres son castigados por el inclemente tiempo, teniendo que compartir su medio
con larvas, hongos y microorganismos malignos, originarios de pestilentes planetas
tenebrosos donde habitan seres del segundo y primer grado evolutivo.
Con el correr del tiempo muchas especies de aves migratorias evolucionaron hacia
formas esplendorosas. La Tierra adquirió ambiente y condiciones paradisíacas y logró
su equilibrio ambiental:
Por doquier abundaban campos floridos y frondosos árboles frutales. El reloj de las
estaciones se detuvo en la primavera –eternizándola—.
Los hombres comprendieron que los pasos de Dios se escuchan en el andar de todas
las criaturas y Su voz brama en las bestias y canta en las aves.
LA DIMENSIÓN INTERESPACIAL
Por fin los humanos bebían las aguas cantarinas de la paz y estrenaban su nuevo
planeta. Sin embargo les preocupaba la ausencia de su amado mandatario, por una
parte; y por otra, trataban de resolver la misteriosa llegada de Angelino.
Querían permanecer en ese éxtasis, en ese samadi, en ese nirvana, pero una
poderosa mente los arrastraba hacia una nueva materialización. En realidad, sus
etéricas auras sintiéronse cada vez más densas; comenzaron de nuevo a aferrarse al
peso de la gravitación universal y, con sus borrosos sentidos, comenzaron de nuevo a
ver el mundo material.
La respiración comenzó a fluir y, por fin, notaron que un corazón palpitaba de nuevo en
sus pechos. De nuevo las almas se encontraban encerradas en esta estrecha cárcel
llamada cuerpo.
Por esa causa sus almas pudieron vestir de nuevo los mismos físicos, conservando
idéntica la personalidad, y pudiendo recordar la experiencia.
Así como los átomos se agrupan para formar moléculas, así se disponían, en simetría
radial, las rutilantes construcciones que albergaban a los alboréanos. (La ciudad del
futuro en el libro “Revelaciones de un Extraterrestre”).
Sus 72 mil millones de seres vivían embriagados con el bálsamo del amor, y en
completa paz y unidad con la Naturaleza que les prodigaba abundantes frutos.
Allí, naturalmente, no existía el dinero sino los derechos; y todos, al nacer, los traían en
abundancia. En ese planeta no conocían ningún tipo de microorganismos infecciosos,
ni plagas de insectos ni animales feroces.
Por tantas ventajas, la vida humana se prolongaba allí hasta los 900 y 1000 años.
En verdad el hombre se hizo para vivir. No para morir triste y abatido a los 50 ú 80
años, cansado de soportar el peso de sus propios errores.
REVELACIONES DE UN PATRIARCA
—La raza “Adánica” floreció por vez primera, en el sistema solar, en el privilegiado
“planeta Amarillo”.
—En el planeta amarillo no existían las tinieblas; era un verdadero paraíso. El metal
que predominaba era el oro, y de ahí su nombre y el color que reflejaba.
—Cierto día, el envidioso gobernante “Caín” resolvió utilizarlas contra sus hermanos
que seguían a “Abel”, con tan mala suerte que, no sólo los destruyeron, sino que
acabaron con el planeta:
—Al ser debilitada su corteza con el impacto atómico, la presión interna lo hizo estallar
en millones de pedazos.
Allí, en ese mundo inhóspito, encontraron la raza negra, oriunda del planeta. Se
mezclaron con ella, la esclavizaron y tuvieron que enfrentarse a una naturaleza
desafiante para ellos.
—De ahí en adelante la historia fue siempre triste hasta hace poco. Tú conoces buena
parte hermano Sabium —terminó diciendo el venerable anciano.
—Es cierto –asintió el Guía terrestre y agregó:
—En el espacio aún se agita la turbulencia que dejó el error: —Entre las órbitas de
Marte y Júpiter deambulan rocas y asteroides, patética huella de un pasado violento
que confirman este lamentable acontecimiento.
—Ya sé —repuso. Sabium, —porqué los terrestres, a lo largo de toda su historia, han
sentido sed de oro. ¡Obvio!... venían de un planeta dorado por excelencia.
En cambio, en la Tierra, sólo consiguieron ese metal a costa de sangre y muerte, para
luego lucirlo con arrogancia y miedo. Afortunadamente la historia terminó.
MATRIMONIO A LA VISTA.
Mientras los mayores conversaban sobre pretéritas edades, en el mundo de los niños,
oh, no… no tan niños:
Han pasado 11 años y Dylan tiene 23, Galaxia 19 y Matilda 17. Los perfuma la edad
florida.
Recordemos la tremenda ansiedad de la niña por ver nuevamente a sus amiguitos. Tal
actuación había acelerado a Titanio a recoger a los Sabium´s esa misma noche. Un
acto providencial que los salvó de un encuentro con la muerte.
Bien. Lo importante aquí, es saber que Galaxia sintió algo más que una simple
ansiedad. Más adelante, en el viaje a la Luna, el primer piropo que Dylan lanzara
filosamente a una mujer (¿Tu Mami es tan bonita como Tu?), brotaba de los más
intrincados laberintos de su corazón.
Cupido, sin respetar edades, había utilizado su arma certera para despertar en ellos un
fuego intenso de ternura y cariño: ¡Fue un amor a primera vista!
Nunca expresaron nada, pero sus miradas lo decían todo. Sabium y Titanio bien lo
sabían. Celesta también lo consentía. En esta oportunidad se llegó la hora de arreglar
ese problema.
Seres del cuarto estado evolutivo no podían tener contacto íntimo con seres del tercer
mundo. Ello significaba degradación y castigo.
Bien lo expresaba la historia antigua cuando, habitantes del cosmos llegaron a la
Tierra. Por su tecnología fueron considerados dioses. No importando su grado, tuvieron
contacto con hembras terrestres; por ello degradaron y fueron severamente castigados.
Ahora, en el caso de Galaxia y Dylan ocurriría lo mismo. Sólo quedaba algo por hacer:
Un improbable intento de pedir dispensas a los sabios y patriarcas espirituales de la
confederación alboriana.
Estas palabras fueron catastróficas para los corazones de Galaxia y Dylan que
sintieron volar en mil pedazos el sagrado templo del amor que desde niños habían
levantado.
¡De súbito!
El sabio que presidía los patriarcas, los llamó y les dijo, con su voz plena de autoridad:
—Realmente no es posibles relaciones de ese tipo bajo ninguna excepción. Mas, los
hombres de la Tierra, por su unidad, ya pertenecen a nuestra confederaron:
Galaxia se refugió en los brazos de Dylan que con fuerza la apretaron. El cáliz de su
boca se abrió en flor para recibir el primer beso de amor; ambos, en un éxtasis
glorioso, confirmaron lo mucho que se amaban.
Minutos antes los separaba el umbral de la pena y ahora estaban unidos para siempre.
Los alboréanos no acostumbraban las fiestas, mas, en esta ocasión se contagiaron con
la alegría de los terrestres.
Millones de seres festejaron con júbilo la unión de dos mundos. Seguirían siendo como
uno solo. Tenían mucho en común: ¡Los terrestres ya pertenecían a la cuarta esfera de
la evolución consciente.
REGRESO A LA TIERRA
Matilda se quedaba. Continuaría sus estudios en Alborada. Quería ser una cosmonauta
para visitar lejanos y extraños mundos. Había hecho buenos amigos que querían
enseñarle, ya que su inteligencia e imaginación rebasaban cualquier grado.
De los 12 mil Bit-Girox que acompañaron a los viajeros hasta la nave madre, sólo
penetraron en ella, la nave de Titanio y 3 mil más.
¡El exótico y gigantesco anillo de Saturno les velaba una extraña luz!
Se llevaron la gran sorpresa al ver una nueva estrella —Júpiter el padre de los
planetas—que brillaba en este espacio planetario. Hubieran creído haber visto un
sistema diferente, si no fuera por nuestro hermoso planeta azul que ya brillaba en
lontananza.
La nueva familia de sabium estaba feliz de estar tan cerca de casa; sólo faltaba unos
mil millones de kilómetros para llegar.
La nave madre se detuvo. De ella brotaron los 3 mil Bit-Girox que salvaron esta
distancia en varias semanas terrestres.
¡Qué lástima!
No ocurrió así…
CAPITULO 12
EL MAESTRE
Por los misteriosos ámbitos siderales, ráfagas de formidables naves se
desplazaban formando una estela matutina.
La segunda, además de los planos y conocimientos que portaba, era que, “los hombres
ya no eran corrientes”. Por la perfecta unión conquistaron el cuarto mundo,
convirtiéndose, cosmo-biológicamente, en superhombres u hombres máximos.
La Tierra, por su parte, airosa les presentaría el nuevo Sol. Los hombres explicarían a
sabium lo ocurrido planetariamente, invitándolos a disfrutar de la salud que por ello
habían alcanzado. Esta era la tercera noticia; y, la cuarta.
Unos pensaron que Angelino llegaría a ser el segundo Guía del mundo; otros, de visión
más aguda, opinaban que la misión del esplendoroso niño era diferente.
EL MAESTRE
(Maestro de maestros)
No había caminos para llegar allí. Sólo temibles precipicios y desfiladeros sin fondo
donde crecían larvas enervantes.
Desde temprana edad sintió no pertenecer a este mundo. No se conformaba con las
cosas. Las veía vacías y, no pudiendo vivir en medio de esa sociedad incomprensible y
fastidiosa, se retiró lejos del mundanal ruido a una soledad llena de verdad.
Desgranó uno a uno todos los misterios y tuvo la dicha de conocer el gran universo de
los soles interiores. Se zambulló en el océano de la sabiduría y allí encontró
sumergidos los tesoros de la inmortalidad.
Ahora, una fuerza impelente lo obligaba a regresar al hervidero humano donde las
almas, en busca de la vida placentera, caen en la mortal trampa del dolor.
LO INESPERADO
La histórica fecha, cuando Sabium iniciaba su arribo a la Tierra, mientras en las calles
el ambiente festivo adquiría más y más temperatura, llegó, hasta el convento donde
habitaba Angelino, un venerable anciano.
—¡Oh!, Usted es el mismo hombre que he visto desde tiempo atrás en mis sueños. Lo
vi aquel día en que, sin haber tenido contacto con hombre alguno, sentí que mis
entrañas se llenaban. Usted me consoló y…no sé cómo evitó que fuera deshonrada.
No hubo contestación.
El Maestre, con su vista percibía de las cosas imágenes borrosas; pero, con su ojo
interno, todo lo traspasaba. Había comprendido su misión.
—No hay tiempo que perder —dijo el Maestre. —Debemos partir de inmediato.
TREMENDO SUSTO
La madre Divina no tenía por qué fugarse. En ese sitio se sentía muy feliz. El convento,
que fuera santuario de bienaventuranzas, repentinamente se transformó en un tétrico y
silencioso claustro de desolación. Las palabras de Divina y el suave llanto del niño no
se volverían a escuchar.
La Tierra, que antes parecía un luminoso globo de fuego, se apagó como débil llama a
la ventisca inesperada.
La búsqueda fue tan tenaz como infructuosa. Ciudad por ciudad, casa por casa, metro
a metro fue buscado el niño, sin resultados alentadores.
El sitio era inaccesible para los mejores alpinistas; imposible que un anciano y una
débil madre, que sostenía un niño, pudieran llegar a ese lugar.
Sus cuerpos flotaron. Una nube purpúrea los envolvió, mientras el orbe siguió
avanzando en su inexorable marcha.
Sintieron bajo sus pies el paso silencioso de montañas violáceas, valles poblados y
campos floridos. Desde lo alto contemplaron la eterna procesión de seres vivos y sus
almas diáfanas experimentaron una inmensa sensación de paz.
—Aquí es!
Un “milagro” se había consumado: sin cansancio, sin polvo del camino, llegaron al
refugio del yogui.
Allí un manantial de gran pureza se deslizaba por una escarpada roca. Árboles frutales,
alimentados con amor y una pequeña huerta, formaban un pequeño paraíso, ahora
convertido en inexpugnable fortaleza espiritual del mundo.
Allí se prepararía la gran batalla final contra la ignorancia. Los hombres no volverían a
beber la hiel del egoísmo. En el sitio elegido no había pobreza. Al contrario; era el más
opulento emporio de sabiduría y felicidad.
*Todos los seres, para su iniciación espiritual, requieren un maestro viviente. Aún las
encarnaciones divinas, debido a su doble naturaleza (divina y humana) precisan de un
maestro que les muestre el mundo.
Cristo tuvo su maestro: permaneció con El, lejos del mundo, desde los 12 hasta los 3O
años.
La unidad grande que penetra todo, una vez más había vestido un cuerpo de niño, que
debía crecer para recordar a los hombres su eterna verdad.
Corrieron los días, los meses y comenzó a sentirse el movimiento de los años.
Acariciado por las brisas y las auras, Angelino recorría las primeras gradas de su
“nueva vida”.
Y, así, como la flor adora el Sol con el profundo silencio de su pureza, así la madre
Divina cuidaba de su hijo.
11 AÑOS DESPUES
El manantial del tiempo fluía lentamente para los hombres. Largos años habían pasado
después de la misteriosa desaparición de Angelino. Mas, en los corazones permanecía
vivo, junto con la esperanza y el deseo de algún día volverlo a ver.
Con soberbio empuje una verdadera civilización se abría paso sobre la antigua
desorganización.
Las ruedas, por centurias asesinas número uno de la humanidad, fueron reempleadas
por ovniterras de diferentes diseños que hacían deslizar suavemente sobre vías
elevadas para ellos. No por el mismo plano peatonal de los humanos.
Nadie tenía vehículo particular, pudiendo sí, todos, trasladarse gratuitamente al sitio
deseado en aerodinámicos vilox.
Los hombres estaban complacidos del gran país Tierra con su esplendorosa ciudad
Ecumenópolis y, vigilantes, guardaban esa paz que vivían.
APARECE ANGELINO
(Angelino es real… está más cerca de ti que tus mismos ojos, Tú eres Angelino)
Así como un capullo espera el Sol, que lo convierte en rosa, así esperaban los
hombres a Angelino, quien los convertiría en dioses.
La ciencia había avanzado muchísimo pero faltaba una reforma espiritual. Sabían que
la verdad era una sola y debía ser explicada de acuerdo a la época y a la conciencia,
ya expandida, de los hombres.
Un histórico día el “viejo Sol” menguaba hacia el ocaso su brillante fulgor. La nueva
luminaria ría jupiteriana se había entronizada en el firmamento y serena recorría su
orbital ruta.
Recién comenzada la reunión, el director del simposio fue informado sobre un jovencito
que, con mucha urgencia, deseaba hablarle.
—Dígale que es imposible atenderlo ahora. Es probable que mañana le dé una cit…
—¿Angelino? ¡No puede ser! —exclamó asombrado el ilustre dirigente y por poco cae
desfallecido.
Un extraño presentimiento se apoderó del guía y, sin pedir excusas al auditorio, salió
apresuradamente hacia la puerta. Al llegar a la entrada, inclinó la cabeza:
No resistió el fulgor de los ojos que lo miraban. Lleno de estupor se atrevió a mirar de
nuevo, pero sus palabras no fluyeron.
Dylan, el importante director, sin salir de su asombro, sólo pudo decir con voz
estrangulada:
—Sss siga.
Al llegar al amplio salón, sin previo aviso, cedió al “Radiante” su sitio principal.
Al notar el hecho, los allí reunidos detuvieron el aliento; pues, un fluido etérico más
importante que el aire penetraba sus cuerpos.
“Cuando el hijo del hombre llegue en su gloria, y todas las naciones serán
juntadas delante de él.
“Se hizo el silencio por un momento, y solo fue interrumpido, ya no por la débil vocecita
de un niño que acaba de nacer”, sino por la verdad hecha palabra en boca de un joven
de 12 años, de porte celestial, que se enfrentaba ante los grandes sabios en el templo
de la ciencia moderna.
Angelino vino a dar el formidable golpe final a las potencias de las tinieblas:
Con el cristal de su mirada intoxicó a los demonios, haciéndolos vomitar fuego. Las
horribles larvas infernales sudaron fétidos vahos de odio, desesperación y muerte.
Así lo había prometido. No vino a cambiar la verdad: —La verdad no cambia—. Vino a
afirmarla.
No visitó lugar alguno ni recibió alimento; sólo agua. Después de cada plática se
retiraba a un pequeño compartimiento y entraba en profundo éxtasis hasta el otro día,
a las tres de la tarde, cuando iniciaba la dulce sinfonía de amor para sus siempre
amados.
Una lluvia de fertilizante sabiduría se desató sobre las mentes sedientas de verdad, y
en el aire se levantó un rumor de magnificencia.
PRIMER DÍA
Así se presentó:
—Yo soy el que siempre es. Soy el que antes vino como Rama, como Krisna, como
Zoroastro, como Buda y como Cristo.
—Yo soy el que habló por boca de los profetas. Vengo de edad en edad. Cada vez que
en el mundo declina la virtud y domina la injusticia, me hago presente para la salvación
del justo y la destrucción de la maldad.
—Se ha librado “la gran guerra” y las potencias de las tinieblas fueron encadenadas
durante mil años. Al cabo de los cuales se desencadenará, con furia, para tentarlos de
nuevo. Así esta escrito.
—Devuelvan el bien por el mal, así como el árbol sándalo perfuma el hacha de quien le
ha herido. Soporten a los que injurian así como la Madre Tierra soporta a quienes la
pisotean.
—Como el océano está en la gota y la gota está en el océano; como el árbol está en la
semilla y la semilla está en el árbol, de la misma manera Dios está en el mundo y el
mundo está en Dios.
Quien cava dentro de sí mismo y, pasando por los intrincados laberintos del ego llega
hasta los recónditos santuarios de su alma, se encontrará asimismo, y sabrá que “Yo”
soy “El”.
—Se librará del dolor, del renacimiento y de la muerte, porque supo beber en el
manantial de la inmortalidad.
—Todos los seres son parte inmortal del Cosmos. “El reino de Dios está dentro de
vosotros mismos”.
—Existe otro mundo, inaccesible a los que viven la esclavitud de los sentidos. El
hombre corriente mira el mundo y ve la materia; el ser espiritual mira la materia y ve a
Dios.
—No sea que, por ganar la Tierra pierdas el cielo: renunciando a la naturaleza humana
se obtiene la divina. No teman a la muerte que sólo es una parada en el largo camino.
—De igual forma que el hombre experimenta el cuerpo del niño, del joven y del viejo,
en esta vida, también vestirá muchos cuerpos y sufrirá en otras formas.
—En verdad les digo que, sin un hombre no nace de nuevo, no puede ver el reino de
Dios. Oh almas: estáis para bajar y para subir el camino de los siete mundos y de los
siete cielos. Dichosos son los que comprenden estas cosas.
—Mas deben hacerlo, así como brillan refulgentes los siete colores del arco iris, y
como resuenan armoniosas las siete notas de la escala musical”.
—Para quienes la vida es un breve sueño, y por ello hacen sufrir, esclavizando a otros,
para luego conquistar logros infames. A ellos les hago saber que:
—Quienes, para vivir tienen que matar, tendrán que vivir, tantas veces como quitaron la
vida, para que los puedan matar.
Angelino desató una cascada refrescante de pensamientos sobre este astro sediento
de consciencia. Sus palabras formaban un salmo de amor:
—No sean cruel con los animales creyéndose, por sus inventos, superior a ellos:
recuerden que el pájaro voló primero que el hombre.
Mas no sean pesimistas. Ante un rosal no se duelan porque las rosas tienen espinas.
Alégrense porque las espinas tienen rosas. Amen el día porque les muestra luz,
quieran la noche porque les muestra estrellas.
—Cuando vean a alguien morir, piensen que pasarán por la misma experiencia; y, en
esa postrera hora, se alegrará más aquel que hizo algo por el mundo que aquel que lo
quiso para el.
—Se reformará uno a sí mismo y, después, tratará de reformar a los demás. Porque
causa mucho mal dar un buen consejo acompañado de un mal ejemplo.
—Los letrados se ufanan de ser tenidos como tales. Ciertamente en el día del juicio no
se tendrá en cuenta qué leyeron, sino qué hicieron; no qué bien hablaron, sino qué tan
honestamente vivieron.
—Se alegrarán más de haber compartido el bocado que haber comido regaladamente.
Recuerden que, entre más gordo el cuerpo más flaca el alma; porque, a medida que
las carnes aumentan, la sabiduría disminuye.
—Se alegrarán más de haber guardado silencio que de haber conversado mucho.
—Les aprovecharán más las obras buenas que las palabras floridas. Todas las cosas
desaparecen: la personalidad y ego también con ellas.
Breve y vana es la gloria que se recibe de los hombres. ¿De qué les valdrá ser
potentados y aplaudidos por los hombres si tienen deudas con el Infinito? ¿Y qué es un
aplauso sino un ruido que afortunadamente desaparece?
Sin embargo los esclavos del elogio se entretienen con eso. No obstante, mientras
lleven un cuerpo mortal, sentirán tedio e inquietud en el corazón.
—Los días de este mundo son pocos y pocas sus alegrías cuando se derivan de los
placeres. En cambio se encuentran dolores y angustias allí donde el hombre se ve
manchado con muchos pecados, enredado en muchas pasiones, angustiado de
muchos temores, ocupado en muchos errores, quebrantado con muchos trabajos; las
tentaciones le acosan, los placeres le afeminan, la pobreza le atormenta.
—El mal siempre atrae; la conciencia siempre advierte. En medio de esto estáis
vosotros, quienes deciden. Pueden evolucionar hacia las formas esplendorosas, o
involucionar hasta terribles condiciones de vida. Escojan ahora.
—Si no se hacen fuertes no dominarán los vicios: no existe fuerza en el universo que
pueda ayudarles, que no esté dentro de ustedes mismos.
TERCER DIA
——No sabe hablar quien no sabe callar, porque la lengua, una vez calentada, se des-
boca. Mientras el sabio calla el ignorante habla; en esta forma el hombre es dueño de
las palabras que calla y esclavo de las que pronuncia.
—La murmuración se parece al humo: desaparece pronto pero ennegrece todo lo que
toca. Cuantos habladores se han perjudicado creyendo que sólo dañan al adversario.
Por lo anterior, presta oídos a todos pero a nadie tu voz.
—Quien busca la felicidad del alma obtiene la misma dicha de los dioses, mas quien
sólo busca placer del cuerpo obtiene la misma sensación de los animales.
Los placeres mundanos son como las matrices de los dolores que están por
venir. De hecho, quien aspira al placer está próximo al dolor.
—Mi padre ha puesto el dolor tan cerca del placer que a veces se llora de alegría. Y
cuantas veces al reír se llora; por ello, ¡que tus vicios mueran antes que tu cuerpo!
—Por tanto, atiende lo que inspiré a los sabios, porque la verdad no se alcanza a base
de experimentos y las canas, solas, no traen sabiduría.
—Quien no aprende a trabajar aprende a pedir; en consecuencia es mejor gastarse
trabajando que podrirse vegetando.
—Vanidad es todo lo que no sirve para la eternidad. Por ello es mejor consumir
vanidades en la vida que consumir la vida en vanidades. También es vanidad desear
larga vida y no cuidar que sea buena.
—Todo lo que al mundo agrada es breve sueño y cuantos más seas del mundo menos
conocerás de la necesidad de aparte de él. Nada bueno puede esperarse de un
corazón mundano. Quien tiene muchos vicios tiene muchos amos.
—El cuerpo se conoce en el espejo y el alma en las obras; por eso, lo que sabes no lo
pregonen las palabras sino tus obras. Eres la sal de la Tierra; pero, un huerto si no se
cultiva sólo produce malezas.
—Ama a tu hermano como te he amado y que el Sol no se ponga antes que tu enojo.
Escriban las injurias en la arena y los beneficios los grabarán en el mármol.
—Entre la respiración y la mente existe una gran conexión; y entre la mente y Yo,
media un paso. Por ello, no contaminen el aire que enturbia la mente y borra mi
recuerdo.
Estos fueron los últimos consejos que “El joven”, antiguo y futuro Maestro, ratificó a los
conscientes.
DESAPARECE ANGELINO
El hijo de Divina vertió en todos su armonía y las pesadas penas levantaron vuelo. El
portador de la gracia universal se dispuso a salir.
Angelino salió del recinto, seguido por la multitud, y caminó en dicción al refugio de la
lejana montaña. Caminantes de todas las edades lo siguieron hasta llegar a un ancho
lago que les detuvo el paso a todos, menos al sublime Maestro que, caminando sobre
las aguas, llegó hasta el centro.
—Oh seres radiantes e inmortales, paz y alegría para vosotros. Háganse Uno así como
mi Padre y YO somos UNO.
—Os dejo en unidad con el diáfano espíritu interior. El reino de los cielos está dentro de
vosotros mismos. Allí permaneceré hasta la consumación de los siglos.
Luego siguió imperturbable, no siendo, para El, obstáculo los temibles abismos ni las
espesas selvas que debía recorrer
Lo vieron caminar por la brisa, hasta llegar a un monte misterioso. Las naves no
pudieron descender allí: una ráfaga energética, de extrañas auras magnéticas, las
detenía.
Impacientes por aclarar el misterio, sus tripulantes dejaron las naves en una rivera, y
continuaron caminando sobre los rígidos músculos graníticos de la sagrada montaña.
El espíritu agreste de las cumbres indómitas lanzaba un desafío a los más osados: A
medida que se acercaban, los zapatos comenzaron a quemarles. La tierra que pisaban
era santa, estaba incólume. No podían profanarla con sus calzados.
Sólo hallaron las huellas frescas de sus pies, que llegaban hasta la tumba de la madre
Divina. Allí se observaban otras señales: las de sus rodillas y su frente.
Esta última huella se encontraba humedecida, al parecer, por las lágrimas del joven.*
*Los Dioses no lloran ni sufren: es cierto. Sin embargo Cristo lloró, sufrió… y
era UNO con DIOS.
Finalmente, de ese punto brotó una higuera. Por tiempo indefinido emitió destellantes
ráfagas que se irradiaron en todos los sentidos.
Rayos de luz y amor se cernían sobre la Tierra. En ese glorioso tiempo, incubaba una
poderosa y espiritualizada raza de hombres perfectos.
INVADEN LA TIERRA
La humanidad vivía un ambiente de paz inigualable. La energía espiritual la impulsaba
hacia su verdadera meta. Las antiguas ciudades habían sido reemplazadas por las
funcionales Ecociudadelas de diseño alboriano.
El respeto hacia la vida, al fin, fue la primera norma del comportamiento. Todo Su niño
al nacer traía el derecho a todos los cuidados, alimentación completa, medicinas,
techo, hogar y, lo más necesario: permanente amor.
Esto era más importante que las anteriores fiestas navideñas, polvorientas y ruidosas,
banquetes con derroches y extravagancias sin límite. Donde el niño dios de las
idólatras religiones del egomundo, traía regalos en exageración para los niños ricos y
abundante hambre para los pobres. En el nuevo mundo se vivía una epifanía durante
todo el año.
¡Ya no fallaría!
En pocos segundos acabaría con esa indecible paz. Fue así, como un día —muy
recordado por cierto—. Los astrónomos dieron la voz de alerta y el asombro de los
habitantes fue máximo.
Una desconcertante flota de naves se acercaba hacia nuestro hermoso planeta azul y
verde.
Por sus formas y movimientos no eran del planeta Alborada. Enormes y blindadas,
parecía ser de guerra.
Su número aproximado rebasaba las quinientas mil, suficientes para someter al mundo
en cuestión de minutos.
—Soy el guía del mundo y exijo una clara explicación por esta invasión a nuestro
espacio, sin previo aviso. Deben informar inmediatamente quiénes son, de dónde
vienen y cómo se llama el director de esa flota.
¡Qué horrible!
¡Sí la cobraron!
El pasmo de Sabium fue infinito cuando escuchó una formidable voz proveniente de la
flota “atacante”:
Efectivamente.
Recordemos, que en
su adolescencia
Matilda había
comenzado su
carrera de
cosmonauta en el
planeta Alborada.
Rápidamente
prosperó: En una
arriesgada misión al
planeta Trytón, a ella
encomendada,
demostró su valor en
la defensa, de ese
mundo, contra una
lluvia meteórica… fue
ascendida a guía de
flota de rescates
planetarios.
Los gobernantes del planeta Trytón agradecidos, la invitaron a quedarse allí por un
tiempo. Durante su estadía se sintió atraída por el varonil influjo de un joven que la
galanteaba.
Ahora, Matilda, diva en el espacio, venía a celebrar su boda con kurik aquí en su
Tierra natal. La acompañaba un fabuloso y esplendoroso cortejo.
El temor de Sabium se convirtió en ansiedad. 18 años sin ver a su hija; ese día cumplía
36 años. Se fundirían en un solo abrazo.
El día estaba reluciente como una sonrisa y el viento pasaba silbando una
canción ligera. El noble Guía ecuménico autorizó el descenso. En cada sección
habitada aterrizó una nave trayendo novedosos presentes amistosos para todos los
hombres. Juntos intercambiaron más conocimientos.
Sabium, emocionado, les dijo: —Nuestra familia ha crecido. Ya somos cinco, a saber,
Dylan-Galaxia, Kurik, Matilda y Yo.
—Padre, bien diriges el mundo, pero no sabes contar hasta seis; debe ser porque ya
eres abuelo.
La hija de Celesta miró a sabium con sus ojos grandes y destellantes. Sus cabellos
querían irse con el viento. El gran hombre vio en ella un capullo entreabierto que
suspiraba.
Pero.
No nos de tengamos a comentar las emociones vividas allí. En diferentes puntos del
planeta otros matrimonios se efectuaron.
Aída, otra deslumbrante damita terrestre, viajaría al planeta Alborada para formar su
hogar, acompañada de su esposo, un alboriano que cayó en sus redes.
Numerosos casos como éstos sucedieron. En esta forma se unieron las razas
buscando un perfeccionamiento cósmico definitivo.
En el atardecer de su vida, Sabium se retiró hacia una vida de meditación, mientras su
hijo Dylan, con gran tino, dirigía el mundo.
La Tierra penetró en la Era Dorada, donde la ciencia y la religión eran una, donde el
espíritu dominaba la materia, donde La Naturaleza quería a los hombres y los hombres
a la Naturaleza, y todos, absolutamente todos, disfrutaban de paz, gloria y amor.
Las relaciones con los extraterrestres fueron cada vez más estrechas. Aquí se
construyeron naves hiperespaciales que viajaron por el cosmos, entablando nuevas
relaciones.
EPI LOGO
Pocos miran a lo alto buscando el paraíso perdido que un día por descuido el egoísmo
carcomió. Este mundo sin amor es como una noche sin estrellas.
Esas luces desconcertantes que en el cielo se divisan, no son frutos de imaginaciones
idealistas:
Profetas conocieron sus naves y, con lujo de detalles, las describieron. Ellos mismos,
los extraterrestres, merodean la Tierra esperando aquel momento tan anunciado.
Los personajes de esta historia no son ficticios. La mayoría pronto estarán con
nosotros. Los nombres son supuestos.
En cuanto al momento exacto en que ocurrirán estas cosas, nadie lo sabe; Los
expertos en movimientos humanos y las profecías lo vaticinan dentro de las primeras
tres décadas del tercer milenio… sobrevendrá como ladrón en la noche: sin previo
aviso. Lo que sabemos con seguridad es que los síntomas del Gran Crujido han
comenzado.
Cada vez que el Sol se asoma al borde del mundo, se engendra un nuevo amanecer
que lanza un reto a nuestra existencia.
Angelino, además de estar en el corazón de todo niño que nace, pronto vendrá
identificado.
¡Sabium se encuentra entre nosotros! Confío que nos guíe con impelente poderío al
empuje de esta lucha gigantesca; hasta la unión mundial, promovida por los Hermanos
del Mundo Unido quienes esperamos que termine en un final feliz, como ocurrió en
esta clara visión profética que, sin saber por qué, se situó en mi mente.
Mas, vi cómo:
FIN
Mágnum Astron