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FARMACOLOGIA II
BUAP
FACULTAD DE MEDICINA
Alvarado Montiel Cesar Octavio
Tetraciclina
Las tetraciclinas constituyen un grupo de antibióticos, unos naturales y otros obtenidos por
semisíntesis, que abarcan un amplio espectro en su actividad antimicrobiana. Contienen un
anillo de naftaleno de cuatro átomos y químicamente son derivados de la
naftacenocarboxamida policíclica, núcleo tetracíclico, de donde deriva el nombre del grupo.
Las tetraciclinas naturales se extraen de las bacterias del género Actinomyces. De
Streptomyces aurofaciens se extraen la clortetraciclina y la demetilclortetraciclina, de
Streptomyces rimosus se extrae la oxitetraciclina, y la tetraciclina, representante genérico
del grupo, se puede extraer del Streptomyces viridifaciens, aunque también se puede
obtener de forma semisintética. Una característica común al grupo es su carácter
anfotérico, que le permite formar sales tanto con ácidos como con bases, utilizándose
usualmente los clorhidratos solubles.
Farmacocinética
Existe también evidencia preliminar que sugiere que las tetraciclinas alteran la membrana
citoplasmática de organismos susceptibles, permitiendo la salida de componentes intracelulares.4
Las resistencias bacterianas a las tetraciclinas son de aparición lenta, aunque mucho más rápida si
se utiliza por vía tópica. El mecanismo bacteriano implicado puede ser mediante plásmido, lo que
explica la reticencia a usar las tetracilinas en el ámbito hospitalario, para evitar la aparición de
resistencias simultáneas a varios antibióticos. Existen resitencias cruzadas entre los miembros del
grupo.5
Indicaciones
Bacterias gram negativas: Neisseria, Brucellas, Haemophilus, Shigella, Escherichia coli, Bordetella,
Klebsiella, Vibrio y Pasteurella.
Espiroquetas.
Actinomyces.
Rickettsia.
Contraindicaciones
El uso de tetraciclinas durante el desarrollo dental (segunda mitad del embarazo, lactancia y niños
menores de 8 años), puede causar decoloración permanente de los dientes (de gris parduzco a
amarillento). Aunque esta reacción adversa es más frecuente con el uso durante períodos
prolongados, también se ha observado tras la administración de tratamientos cortos repetidos.6
NO se deben tomar conjunto a retinoides orales (Roaccutane® o similares) ya que existe el riesgo
de formación de tumores intracraneales benignos.
Cloranfenicol
El cloranfenicol o cloromicetina es un antibiótico que se obtuvo por primera vez de Streptomyces
venezuelae, una bacteria saprofita del suelo del Orden Actinomicetales, aunque más tarde se
obtuvo a partir de otras especies de Streptomyces1 y en la actualidad se produce por síntesis
química.
Historia
Streptomyces venezuelae fue aislado en 1947 de una muestra de tierra obtenida en Venezuela por
el científico y médico venezolano Enrique Tejera Guevara. A fines del mismo año se utilizó la escasa
reserva del fármaco que se disponía para tratar un brote de tifus endémico en Bolivia y se
obtuvieron resultados impresionantes. En 1950 se observó que las sobredosis podrían ocasionar
discrasias sanguíneas graves y letales; por ello se ha reservado su uso para pacientes con infecciones
graves como meningitis, tifus y fiebre tifoidea. También es eficaz en la fiebre de las Montañas
Rocosas.
Descripción
El cloranfenicol es una sustancia blanca y cristalina, neutra con un sabor muy amargo. Para eliminar
la característica de sabor se creó una técnica de esterificación con ácido palmítico para producir
palmitato de cloranfenicol, que es una sustancia sin sabor que conserva la eficacia terapéutica.2 El
cloranfenicol es estable en soluciones neutras y ácidas, pero al llegar al pH 10 el fármaco es
inactivado. Es moderadamente soluble en agua, más soluble en alcohol y éter. Las soluciones a 37
°C se deterioran paulatinamente con una vida media de 6 meses. Existe una versión del antibiótico
que en vez de ser palmitato es succinato sódico de cloranfenicol. Es resistente a temperaturas de
esterilización lo cual es muy común en laboratorios microbiológicos.
Farmacología
Distribución
El cloranfenicol se distribuye en la mayor parte de los tejidos y líquidos del cuerpo, incluyendo el
líquido cefalorraquídeo, hígado y riñones. Cerca del 60% del fármaco se une a proteínas plasmáticas.
Metabolismo
Excreción
Cerca del 10-12% de la dosis se excreta por los riñones como fármaco sin cambio. El resto se elimina
en forma de metabolitos sin actividad farmacológica.
Interacciones medicamentosas
Reacciones adversas
sistema nervioso central: cefalea, depresión leve, confusión, delirio, neuropatía periférica.
Macrólidos comunes
Diritromicina (Dynabac)
Eritromicina
Espiramicina
Azitromicina
Mecanismo de acción
Los macrólidos inhiben la síntesis proteica mediante la unión a la subunidad ribosomal 50S,
inhibiendo la translocación del aminoacil ARNt.1 Tiene también efectos sobre el nivel de la peptidil
transferasa. Sus acciones pueden provocar un efecto bacteriostático o bactericida, según la especie
bacteriana atacada, la concentración del antibiótico alcanzada en el sitio de infección o la fase de
crecimiento en que se encuentran las bacterias durante el ataque del antibiótico.
Los macrólidos ejercen su efecto sólo en los microorganismos que se encuentran en proceso de
replicación. Los macrólidos penetran más fácilmente en las bacterias gram positivas, la
claritromicina es el único que posee actividad sobre bacterias gram negativas, pero es muy escasa.
Modificación de la diana: el más frecuente: El ARNr 23s es metilado por metilasas codificadas por el
gen erm (presentes en Staphilococcus, Streptococcus, Enterobacterias, Lactobacillus). Hay dos tipos
de modificaciones:
INDICACIONES
Los macrólidos tienen un espectro de actividad muy similar entre uno y otro, no penetran
el líquido cefalorraquídeo y logran altas concentraciones en piel, oído medio,
secreciones bronquiales, próstata, mucosa gástrica, granulocitos y macrófagos. Basado en
ello, los macrólidos se indican en medicina en:
Farmacocinética
La azitromicina permitía por su efecto postantibiótico, una duración de 3 días de tratamiento, pero
en el último tiempo por la resistencia demostrada, implica una duración de por lo menos 6 días,
bastante menor que los 10 a 14 días del resto de los macrólidos.
Efectos adversos
Generalmente son muy seguros, pero pueden tener los siguientes efectos adversos:
M14 y M15 estimulan la motilidad intestinal, por lo que pueden producir dolor abdominal, náuseas
y vómitos.
Hipersensibilidad cutánea.
Eosinofilia.
Se utiliza sobre todo para tratar las infecciones causadas por las bacterias anaerobias susceptibles.
Tales infecciones pudieron incluir infecciones como la septicemia y la peritonitis. En pacientes
alérgicos de la penicilina, la clindamicina se puede utilizar para tratar infecciones aerobias
susceptibles también. También se utiliza para tratar las infecciones del hueso causadas por
Staphylococcus aureus. El fosfato de clindamicina (tópico) se puede utilizar para tratar acné grave.
Formas disponibles
Mecanismo de acción
La clindamicina tiene un efecto bacteriostático. Interfiere con la síntesis de las proteínas, en una
manera similar a la eritromicina y cloranfenicol, uniéndose a la subunidad 50S del ribosoma
bacteriano. Esto causa el antagonismo si son administrados simultáneamente y hace posible una
resistencia cruzada.
Farmacocinética
Casi toda la clindamicina oral (aproximadamente 90%) administrada se absorbe del tracto
gastrointestinal, y se distribuye extensamente a través del cuerpo, excepto en el sistema nervioso
central. Este fármaco no es inactivado por el ácido gástrico y las concentraciones plasmáticas no se
modifican mayormente cuando se administra con alimentos. La clindamicina se distribuye en
muchos sitios del cuerpo incluyendo: bilis, hueso, sinoviales, saliva, próstata y pleura y también se
acumula en PMN, macrófagos y abscesos. La Clindamicina atraviesa la barrera placentaria y aparece
en la leche materna, es parcialmente metabolizada en el hígado y su excreción es biliar y renal.
El fosfato de clindamicina, como inyección, es inactivo, pero se hidroliza rápidamente en la sangre
y la clindamicina se activa. Las altas concentraciones de clindamicina se pueden encontrar en la bilis
(100 veces superiores a las concentraciones en plasma).
Metabolismo
Efectos secundarios
Fueron las primeras sustancias químicas que se utilizaron para curar y prevenir las infecciones
bacterianas en el humano. De los más de 5000 productos de esta familia desarrollados por los
investigadores, solo 20 se utilizan hoy en día de manera efectiva pues los gérmenes se han hecho
resistentes a ellas.
Características químicas
Actividad terapéutica
Inicialmente, las Sulfonamidas eran muy activas contra una amplia gamma de bacterias
Grampositivos y gramnegativas. Aunque la aparición de cepas resistentes se ha vuelto cada vez
más común y su utilidad ha disminuido considerablemente. En términos generales las
sulfonamidas ejercen solo un efecto bacteriostático y los mecanismos de defensa humoral y
celular son esenciales para la erradicación final de la infección.
Espectro antibacteriano
Durante muchos años las Sulfonamidas fueron empleadas con éxito en las infecciones por
meningococcus, en la actualidad, los cero grupos B y C, son resistentes en los Estados Unidos. Una
situación similar prevalece con relación a Shigella, y E. coli, donde las Sulfonamidas fueron
empleadas de forma exitosa durante mucho tiempo.
Mecanismo de acción
Las Sulfonamidas son análogos estructurales y antagonistas competitivos del ácido para-
aminobenzoico (PABA) y por tanto impiden su utilización en la síntesis de ácido fólico. De forma
más específica, las Sulfonamidas son inhibidores competitivos de la dihidropteroato sintetasa,
enzimas bacterianas responsables de la incorporación del PABA en el ácido dihydroteroico,
precursor inmediato del ácido fólico. Los organismos más susceptibles son aquellos que sintetizan
en mayor escala su propio ácido fólico. No son susceptibles las bacterias capaces de utilizar folatos
preformados. La bacteriostasis inducida por sulfonamidas es contrarrestada competitivamente por
PABA.
Uno de los agentes que ejercen mayor efecto sinérgico cuando se utilizan simultáneamente con
las Sulfonamidas, es el trimethoprim. Este agente es un potente inhibidor competitivo y selectivo
de la dihidrofolato reductasa microbiana. Enzima que reduce el dihidrofolato a tetrahidrofolato. La
administración simultánea de Sulfonamida y trimethoprim produce un doble bloqueo secuencial
en la vía metabólica utilizada por los microorganismos en la síntesis de tetrahidrofolato a partir de
sus precursores moleculares.
Se origina por dos mecanismos fundamentales: mutación espontánea y selección natural, o por
transferencia de plasmido de resistencia. Este tipo de resistencia cuando se desarrolla
generalmente es persistente e irreversible, particularmente cuando se produce en vivo. La
resistencia adquirida por las Sulfonamidas no produce resistencia cruzada con otros agentes
antibacterianos. En vivo, la resistencia adquirida, tiene escaso o nulo efecto, sobre la virulencia o
las características antigénicas de los microorganismos.
Características farmacocinéticas
Estas drogas son rápidamente absorbidas en el tracto gastrointestinal, con excepción de las
especialmente designadas para su efecto local en el intestino. Aproximadamente entre el 70 al
100%, de la dosis oral es absorbida, apareciendo en la orina 30 minutos después. Los niveles
plasmáticos picos se alcanzan entre las 2 y las 6 horas, en dependencia del tipo de droga. El
intestino delgado es el sitio de mayor nivel de absorción, aunque parte de la droga también es
absorbida desde el estómago. La absorción desde otros sitios como vagina, tracto respiratorio,
abrasiones de la piel, es variable y poco relevante, aunque quizás pueda explicar algunos
fenómenos de toxicidad y sensibilización atribuidos a la droga.Todas las Sulfonamidas se unen en
grado variable a las proteínas plasmáticas, particularmente la albúmina.
Farmacocinética
Mecanismo de acción
Con el uso conjunto con ciclosporina puede haber riesgo incrementado de nefrotoxicidad.
Resistencia
Indicaciones
También se ha aprobado en algunos países para tratar y prevenir la neumonía causada por
Pneumocystis carinii en pacientes inmunodeprimidos, la toxoplasmosis y la nocardiasis.
Efectos adversos
Para la calificación de reacciones adversas a este medicamento se siguen los criterios de la CIOSM:
Contraindicaciones
Embarazo y lactancia.
Porfiria.
Deberá emplearse con precaución en pacientes con insuficiencia renal o hepática, o con
deficiencias de ácido fólico (desnutrición o alcoholismo), o con deficiencias congénitas de glucosa-
6-fosfato-deshidrogenasa.
Mecanismo de acción
Efecto quelante
Las quinolonas poseen una función carboxilato que por sí misma posee la capacidad de formar
sales con iones metálicos. La presencia de un carbonilo en la posición C3 adyacente al carboxilato
hace un efecto quelante en virtud de su carácter extractor de densidad electrónica, lo cual se
combina para formar fuertes quelatos metálicos. Los quelatos metálicos con los iones de metales
de valencia superior como, por ejemplo, aluminio (III), magnesio (II), calcio (II), hierro (II y III) y
cobre (II), usualmente conlleva a la formación de complejos metálicos insolubles en agua que
pueden interferir con los niveles óptimos de concentración en sangre de la quinolona. Esto no solo
es inconveniente desde el punto de vista de formulación del fármaco, sino también por la
interacción con alimentos (especialmente derivados lácteos), con otros medicamentos (como los
antiácidos a base de aluminio y magnesio) y también su interacción con suplementos alimenticios
que contengan sales de hierro como fuente de hierro adicional.
Farmacocinética
Las quinolonas se absorben adecuadamente una vez ingeridas y se distribuyen de manera amplia
en los diversos tejidos corporales. Después de ingerir los fármacos, los alimentos no aminoran la
absorción, pero pueden prolongar el lapso que media hasta que se alcanzan las concentraciones
máximas. La dosis depende de la quinolona administrada.
La biodisponibilidad de las fluoroquinolonas excede de 50 por ciento con todos los medicamentos;
con algunos rebasa el 95 por ciento. La vida media plasmática varía de 3 a 5 horas, con el
norfloxacino y el ciprofloxacino, hasta 20 horas con la esparfloxacina. El volumen de distribución
es grande y las concentraciones en la orina son mayores que las observadas en el suero.
Efectos adversos
Inicialmente fueron considerados antibióticos muy seguros, pero con la experiencia se hicieron
evidentes varios efectos adversos. Por ejemplo, se supo de numerosos casos de rotura
espontánea de tendones, especialmente cuando se usaban conjuntamente con corticoides. La
incidencia de este efecto es especialmente rara, con menos de un caso por 10.000
personas/año.12
Neuropatía periférica (daño nervioso). Se han observado casos raros de polineuropatía axonal
sensorial o sensorial motora que genera parestesias, hipoestesias, disestesia y debilidad en
pacientes que consumen quinolonas. A fin de prevenir que se desarrolle un padecimiento
irreversible, el tratamiento debe descontinuarse si el paciente experimenta síntomas
de neuropatía con dolor, quemazón, hormigueo, adormecimiento y/o debilidad o si se
observan déficits en el tacto suave, en la sensibilidad al dolor, a la temperatura, a la
percepción de la postura y de las vibraciones y/o en la fuerza motriz.
Las quinolonas en pediatría están contra indicadas antes de los 14 años, debido a su efecto
sobre el cartílago en crecimiento sobre el cual producen cierre precoz.
Otros problemas descritos:
Indicaciones
prostatitis
Infecciones del tubo digestivo y del abdomen con los siguientes gérmenes: E. coli, Shigella,
Salmonella, vibrión colérico, diarrea en el paciente con sida y elimina el estado del portador fecal
crónico. Es efectiva para tratar episodios de peritonitis en los enfermos renales sometidos a diálisis
peritoneal.
Tienen poca actividad in vitro contra el Streptococcus pneumoniae y contra bacterias anaerobias,
y es un factor limitante principal del empleo de las quinolonas en el tratamiento de la neumonía
adquirida en la comunidad y en la bronquitis de origen comunitario.
Farmacocinética
La absorción oral difiere en las diferentes penicilinas. La penicilina G no se absorbe bien
mientras que la V resiste la inactivación gástrica y se absorbe mucho mejor. La amoxicilina
se absorbe mejor que la ampicilina (95% contra 40%). Las penicilinas antiestafilocócicas,
oxacilina y dicloxacilina, son estables al ácido gástrico y se absorben adecuadamente. La
penicilina G benzatínica tiene una absorción lenta desde su depósito intramuscular. Esto
determina que los niveles séricos alcanzados sean bajos y por tanto solo es adecuada para
el tratamiento de infecciones por gérmenes extremadamente sensibles como
Streptococcus pyogenes, y para el tratamiento de la sífilis. Las penicilinas se distribuyen en
muchos compartimentos como pulmones, hígado, músculo, hueso y placenta. La
penetración en ojo, cerebro, LCR y próstata es pobre en ausencia de inflamación. En la
sangre los betalactámicos circulan como sustancias libres o unidas a las proteínas
plasmáticas, relacionándose esta unión con la semivida del antibiótico; solo la fracción libre
de la droga es activa y capaz de penetrar al espacio extracelular. Los betalactámicos son
sustancias poco lipofílicas, su penetración intracelular es escasa, no alcanzando casi nunca
concentraciones mayores del 25% al 50% de las concentraciones plasmáticas. La excreción
es renal. Puede ser bloqueada con la administración de probenecid, lo que prolongada la
vida media sérica.
Farmacodinamia
La actividad antibacteriana de la penicilina, como todos los antibióticos b-lactámicos, se
debe a su inhibición de la síntesis de la pared celular bacteriana. Sin embargo, el concepto
de que la penicilina mata las bacterias simplemente mediante el bloqueo de la síntesis de
la pared celular es demasiado simplista. El mecanismo preciso mediante el cual la penicilina
mata las células bacterianas es desconocido, aunque la estimulación de la producción de
radicales hidroxilo nocivos que dañan irreversiblemente la célula parece ser una vía común
final de los antibióticos bactericidas, incluidas las penicilinas.
Las reacciones sensibles a la penicilina están catalizadas por una familia de proteínas
estrechamente relacionadas, las proteínas de unión a penicilinas (PBP). Las b-lactamasas
son PBP que catalizan la hidrólisis del anillo b-lactámico. Excepto estas enzimas, que pueden
secretarse o estar asociadas a la membrana, las PBP están ligadas a la membrana. Las PBP
se inhiben por la acción de los antibióticos b-lactámicos mediante la formación de un enlace
covalente del residuo de serina del centro activo.
El efecto letal, tanto en microorganismos grampositivos como gramnegativos, parece
depender del ciclo celular, dado que la inhibición de las PBP produce una interrupción de
un acontecimiento crucial probablemente en el momento de la división celular. La hipótesis
es que esta alteración de la morfogénesis inicia la muerte celular.
Resistencia bacteriana
Cuatro mecanismos son los responsables de la resistencia bacteriana clı´nicamente
significativa tanto a las penicilinas como a otros antibióticos b-lactámicos: 1) destrucción
del antibiótico mediante b-lactamasas, 2) fracaso del antibiótico para atravesar la
membrana externa de los microorganismos gramnegativos para alcanzar las PBP, 3)
bombeo del fármaco a través de la membrana externa de las bacterias gramnegativas y 4)
unión de baja afinidad del antibiótico a las PBP objetivo. La destrucción del antibiótico por
las b-lactamasas es el mecanismo de resistencia más frecuente, y en las bacterias
gramnegativas y en Pseudomonas aeruginosa, en particular, a menudo se acompaña de
bombeo. Las b-lactamasas reaccionan de forma covalente con el anillo b-lactámico, lo
hidrolizan con rapidez y destruyen la actividad del fármaco.
Propiedades farmacológicas
Penicilina G extremadamente insoluble que por tanto se libera muy lentamente de los
depósitos intramusculares y se hidroliza en la sangre, dando origen a bajos valores de
concentración de bencilpenicilina, aunque de acción muy prolongada. Su ventaja radica en
que cuando se requieren concentraciones séricas bajas de penicilina, una sola inyección de
1.2 millones de unidades proporciona efecto terapéutico hasta por un mes. Al igual que la
penicilina G, su actividad antibacteriana es contra casi todas las bacterias grampositivas,
especies de Neisseria y algunos microorganismos gramnegativos no productores de
penicilinasa. Su acción bactericida se debe a que inhibe la reacción de transpeptidación, lo
que impide la formación del peptidoglucano, componente de la pared celular bacteriana.
También inhibe la división y el crecimiento celular, y produce alargamiento y lisis de los
organismos susceptibles. Sin embargo, la resistencia bacteriana a la penicilina va en
aumento debido a la elaboración bacteriana de lactamasas beta (penicilinasas), enzimas
que la destruyen. Después de su depósito intramuscular, las concentraciones plasmáticas
máximas de penicilina se alcanzan en 24 h y se mantienen relativamente estables y
terapéuticamente útiles por un periodo de 21 a 28 días. Su distribución es amplia en líquidos
y tejidos corporales, aunque su penetración en el líquido cefalorraquídeo es deficiente, aun
con las meninges inflamadas. La mayor parte de la penicilina se excreta por los riñones.
Reacciones adversas y toxicidad
Los principales efectos adversos de las penicilinas son las reacciones de hipersensibilidad,
de gravedad variable desde exantema a anafilaxia.
Las reacciones de hipersensibilidad, oscilan en severidad clínica desde la ligera erupción
cutánea (con eosinofilia variable) pasando por enfermedad del suero hasta anafilaxia y
muerte inmediata. Algunas veces se ha continuado tratando con penicilinas a pacientes con
rash y eosinofilia cuando tal terapia es justificada (endocarditis enterocóccica). Aunque
todas las penicilinas son capaces de producir reacciones de hipersensibilidad, las erupciones
cutáneas parecen ser más comunes con la ampicilina que con otros congéneres (7 contra 3
por ciento). Entre los pacientes que tienen mononucleosis infecciosa o infección por
citomeglavirus es casi universal una enfermedad conocida como reacción de la piel a la
ampicilina.
Uso clínico
La penicilina G sigue siendo el fármaco principal para tratar las infecciones producidas por
Streptococcus pyogenes, cepas de Streptococcus pneumoniae sensibles a la penicilina y
enterococos. La penicilina G intravenosa sigue siendo el tratamiento de elección de
lameningitis neumocócica y meningocócica, la endocarditis estreptocócica y enterocócica
(en el último caso en combinación con gentamicina) y la neurosífilis.
Las penicilinas penicilinasa-resistentes siguen siendo los agentes de elección para casi todas
las enfermedades estafilocócicas pese a la creciente frecuencia de aislamiento de los
microorganismos meticilina resistente. En caso de gérmenes resistentes a la meticilina,
cefalosporinas, aminoglucósidos, tetraciclinas, eritromicina y clindamicina, el antibiótico de
elección sería la vancomicina como único agente o asociado a rifampicina.
La penicilina G benzatínica es una sal de muy baja hidrosolubilidad para inyección
Intramuscular (IM) y produce concentraciones bajas pero prolongadas, por lo que una sola
inyección de 1,2 millones de unidades IM es tratamiento satisfactorio para la faringitis
estreptocócica betahemolítica y proporciona además, una profilaxis adecuada contra la
reinfección por este germen. La penicilina G benzatínica es terapéutica eficaz en la sífilis
latente.
Cefalosporinas
Son productos de origen natural derivados de productos de la fermentación del
Cephalosporium acremonium. Contienen un núcleo constituído por ácido 7-
aminocefalosporánico formado por un anillo betalactámico unido a un anillo de
dihidrotiazino. Modificaciones en la posición del ácido 7-aminocefalosporánico están
asociadas con la alteración en su actividad antibacteriana y sustituciones en la posición
están asociadas a alteraciones en la farmacocinética y en los parámetros metabólicos del
agente.
Farmacocinética
La mayoría de las cefalosporinas son de administración parenteral, aunque existe un
número creciente de formulaciones para vía oral como la cefalexina, cefradina, cefadroxil,
cefuroxime axetil y otras. La absorción gastrointestinal de estos compuestos es buena. Se
obtienen buenas concentraciones en líquidos biológicos y suero. No se obtienen buenas
concentraciones intracelulares. Cefotaxime, ceftriaxona, cefoperazona y cefepime entran
en el LCR alcanzando altas concentraciones. Todas las cefalosporinas, excepto cefoperazona
de excreción biliar, se excretan primariamente por el riñón. Ceftriaxona tiene la vida media
más largas (8 horas) lo que permite su administración 1 o 2 veces al día, mientras las demás
tienen un esquema de dosificación cada 6 u 8 horas.
Farmacodinamia
Las cefalosporinas pueden llegar a matar a las bacterias susceptibles y aunque su
mecanismo de acción aún no se conoce completamente, existen conocimientos que
permiten conocer el fenómeno básico.
Recientemente se han revelado en la membrana citoplasmática de las bacterias, múltiples
proteínas, a las cuales se unen los betalactámicos específicamente por enlaces covalentes,
éstas se han dominado proteínas de unión a las penicillinas; varían de una especie
bacteriana a otra y se clasifican de acuerdo con su número y peso molecular. Algunas de
ellas parecen tener actividad transpeptidasa.
Resistencia bacteriana
El microorganismo puede ser intrínsecamente resistente debido a diferencias estructurales
en las enzimas que son los objetivos de estas drogas; una especie sensible puede adquirir
este tipo de resistencia por mutación, aunque este mecanismo es poco relevante en el caso
de los antibióticos betalactámicos.
Clasificación
Se definen cuatro generaciones de cefalosporinas:
Espectro de actividad
Son activas contra los gérmenes que cubren la primera generación de cefalosporinas, pero
además, amplían su espectro contra los gérmenes gramnegativos y algunos anaerobios.
La cefuroxima constituye el único de estos medicamentos que es capaz de atravesar la
barrera hematoencefálica en cantidades suficientes para ser útil.
Uso clínico
Las cefalosporinas de primera generación continúan siendo el antimicrobiano de elección
para la terapéutica empírica como un solo fármaco en muchas enfermedades infecciosas
adquiridas en nuestro medio. Por su actividad predominante frente a cocos grampositivos
constituyen los antimicrobianos de primera línea en la mayor parte de las infecciones
cutáneas y de los tejidos blandos, excepto en las infecciones por úlcera de decúbito y en las
de miembros inferiores de pacientes diabéticos en los cuales debemos usar antimicrobianos
como una cobertura anaeróbica, son sumamente eficaces en el tratamiento de la sepsis
urinaria y colecistitis no complicada al inhibir a la Escherichia Coli; Proteus Mirabilis y
Klebsiella Pneumoniae.
Son útiles también las cefalosporinas de primera generación en el tratamiento de
neumonías, excepto en infecciones severas por Haemophilus Influenzae y Klebsiella
Pneumoniae; aunque esta última es sensible in vitro es preferible usar cefalosporinas de
generaciones más recientes, debido a que tienen una actividad superior frente a ellas.
Carbapenémicos y monobactámicos
Los carbapenémicos más conocidos son el imipenem y el meropenem, aunque actualmente
se encuentran en fase experimental algunos derivados de este grupo, los más
sobresalientes son el panipenem y el biapenem.
Dentro de los monobatámicos, el más utilizado es el aztreonam, aunque existen otros como
el tigemonam y el caromonam, que comienzan ya a ser introducidos en el mercado por su
actividad esencialmente contra gérmenes gramnegativos.
Farmacocinética
Estos compuestos son de administración parenteral. Mediante la administración
intravenosa suelen alcanzarse con rapidez concentraciones plasmáticas elevadas. Se
distribuyen ampliamente. El imipenem sufre inactivación por las hidroxipeptidasas renales,
por ello se combina con cilastatina (inhibidor de hidroxipeptidasas) de manera de lograr
concentraciones séricas adecuadas.
Farmacodinamia
Los antibióticos betalactámicos son agentes bactericidas que inhiben la síntesis de la pared
celular bacteriana e inducen además un efecto autolítico. La destrucción de la pared celular
bacteriana se produce como consecuencia de la inhibición de la última etapa de la síntesis
del peptidoglicano. El peptidoglicano está constituido por largas cadenas de glúcidos,
formadas por la repetición de moléculas de ácido N-acetilmurámico y N-acetilglucosamina.
El ácido murámico fija cadenas de tetrapéptidos que se unen entre sí para formar una malla,
directamente (gramnegativos) o mediante un pentapéptido (grampositivos). Los
betalactámicos inhiben precisamente esta unión o transpeptidación, última etapa de la
síntesis de la pared celular. De este modo, la pared queda debilitada y puede romperse por
la presión osmótica intracelular. Para que actúen los betalactámicos es necesario que la
bacteria se halle en fase de multiplicación, ya que es cuando se sintetiza la pared celular.
Los betalactámicos también actúan activando una autolisina bacteriana endógena que
destruye el peptidoglicano. La lisis se produce con concentraciones que superan entre 4 y
10 veces la CIM de un determinado microorganismo. Las bacterias que carecen de autolisina
son inhibidas pero no destruidas, por lo que se dice que son tolerantes. Se define el
fenómeno de tolerancia como la necesidad de una concentración al menos 32 veces mayor
a la CIM para que un antimicrobiano destruya una cepa bacteriana.
La actividad bactericida de los betalactámicos disminuye cuanto mayor es el tamaño del
inóculo bacteriano; este hecho es especialmente relevante en el tratamiento de los
abscesos, donde además las poblaciones bacterianas pueden hallarse en fase estacionaria.
Resistencia bacteriana
La resistencia a los antibióticos carbapenémicos está mediada por cuatro mecanismos
distintos: 1) producción de una b-lactamasa que hidroliza los carbapenémicos (así´ como
otros b-lactámicos), 2) disminución de la permeabilidad, debido sobre todo a la ausencia de
OprD en las bacterias gramnegativas, por lo general asociada a la producción de una b-
lactamasa, 3) expulsión del fármaco a través de la membrana externa en las bacterias
gramnegativas y 4) producción de una PBP diana alterada o de baja afinidad.
Propiedades farmacológicas
Aztreonam, el único monobactámico disponible para uso clínico, posee una excelente
actividad sobre bacterias gramnegativas aerobias y facultativas. Por el contrario, carece de
actividad frente a grampositivos y bacterias anaerobias.
Son una clase única de betalactámicos que presentan el mayor espectro de actividad
conocido dentro de este grupo de antibióticos. Imipenem es el primer carbapenem
desarrollado para uso clínico. Es un derivado semisintético producido por Steptomyces spp.
Reacciones adversas y toxicidad
Los carbapenémicos suelen tolerarse bien y comparten unos perfiles de toxicidad similares.
Los efectos adversos más frecuentes consisten en exantema, urticaria, hipersensibilidad
inmediata, reacciones cruzadas con las penicilinas, diarrea y náuseas. Estos antibióticos no
parecen tener una propensión especial a causar efectos adversos graves, colitis
seudomembranosa, anomalías de la coagulación, nefrotoxicidad ni hepatotoxicidad.
Uso clínico
Debido a su amplio espectro antibacteriano, que cubre bacterias grampositivas,
gramnegativas y anaerobias, los carbapenémicos son útiles para tratar una gran variedad
de infecciones, como bacteriemias, infecciones óseas y de tejidos blandos, obstétrica y
ginecológica, infecciones urinarias complicadas, sepsis intraabdominal y neumonía. El
doripenem, imipenem o meropenem son apropiados sobre todo para el tratamiento de
infecciones causadas por Enterobacteriaceae resistentes a cefalosporinas, incluidas las
productoras de b-lactamasa de espectro extendido y las productoras de AmpC, como S.
marcescens, Providencia spp., C. freundii y Enterobacter spp.; para el tratamiento de
infecciones causadas por P. aeruginosa, como tratamiento empírico en casos graves en
pacientes tratados previamente con múltiples antibióticos; y para el tratamiento de
infecciones polimicrobianas en las que si no serían necesarias pautas de varios fármacos
con un mayor coste o unos efectos secundarios potencialmente más graves. Un
carbapenem (distinto al ertapenem) es un fármaco de elección para el tratamiento de las
infecciones causadas por cepas multirresistentes de Acinetobacter baumannii, que son
sensibles a los carbapenémicos, aunque la resistencia a estos antibióticos es un problema
creciente.
Aminoglucósidos
La actividad antimicrobiana de los aminoglucósidos puede ser aditiva o sinérgica con la de
las penicilinas o las cefalosporinas frente a las infecciones por bacilos aerobios
gramnegativos o cocos aerobios gramnegativos. La prevalencia de la resistencia a los
aminoglucósidos se ha mantenido baja, y la aparición de resistencia bacteriana durante el
tratamiento ha sido infrecuente.
Farmacocinética
Los aminoglucósidos no se absorben por el tracto gastrointestinal, de manera que hay que
administrarlos por vía parenteral. Por vía intramuscular se absorben totalmente,
obteniéndose la concentración máxima (Cmáx) sérica entre 30 y 90 min.
Se distribuyen libremente en el espacio vascular y de forma relativamente libre en el líquido
intersticial de la mayoría de los tejidos, debido a su escasa unión a proteínas y alto nivel de
solubilidad. La administración en aerosol consigue en la secreción bronquial mayor
concentración que la administración parenteral. Atraviesan mal la barrera
hematoencefálica, de manera que cuando se desea conseguir niveles adecuados en el
líquido cefalorraquídeo se recomienda la administración intraventricular o intratecal. En el
recién nacido la difusión a través de la barrera hematoencefálica es mejor. Difunden bien al
líquido sinovial, consiguiéndose niveles sólo algo menores que los plasmáticos. La inyección
subconjuntival proporciona niveles adecuados en el humor acuoso, pero ni la
administración parenteral ni la subconjuntival consigue niveles eficaces en el humor vítreo,
por lo que, en caso de endoftalmitis, hay que recurrir a la administración intravítrea.
Todos los aminoglucósidos son excretados por filtración glomerular sin alteración
metabólica previa. Más del 90% de la dosis administrada se recupera sin modificar en la
orina durante las primeras 24 h; el resto es lentamente reciclado en la luz tubular y puede
ser detectado en la orina durante un tiempo superior a 20 días.
Farmacodinamia
Los aminoglucósidos muestran un patrón de actividad bactericida que es dependiente de la
concentración (ABDC) del antimicrobiano, pero no del tiempo de exposición de las
bacterias. Por tanto, el objetivo del tratamiento con aminoglucósidos debe ser incrementar
al máximo la Cmáx administrando la dosis más alta posible que permita el límite de
toxicidad. Los estudios clínicos han comprobado que existe una relación directa entre la
Cmáx del aminoglucósido y la respuesta terapéutica en el tratamiento de la bacteriemia y
la neumonía por bacilos gramnegativos y que existe una graduación dosis-respuesta entre
el cociente entre concentración máxima y concentración inhibitoria mínima (Cmáx/CIM) y
la respuesta clínica. Asimismo, se ha constatado que un cociente Cmáx/CIM consigue el
máximo efecto bactericida y disminuye la selección de subpoblaciones resistentes.
Resistencia bacteriana
Como con otros antimicrobianos, la resistencia a los aminoglucósidos puede ser intrínseca
o adquirida. La resistencia intrínseca puede ser enzimática o no. Para que los
aminoglucósidos entren en una bacteria, debe existir una cadena de transporte activo de
electrones suficiente para generar una diferencia de potencial eléctrico a través de la
membrana. Por tanto, las bacterias anaerobias tienen una resistencia intrínseca a los
aminoglucósidos.
Clasificación
Estreptomicina: Estreptomicina
Kanamicina: Kanamicina Amicacina Tobramicina Dibekacina
Gentamicina: Gentamicina Netilmicina
Neomicina
Propiedades farmacológicas
El efecto antibacteriano de los aminoglucósidos depende de la concentración alcanzada,
puesto que la capacidad bactericida está en relación con la concentración plasmática, o lo
que es lo mismo, a mayor concentración, mayor poder bactericida.
El efecto postantibiótico consiste en la capacidad que tienen ciertos antibióticos, como los
betalactámicos y los aminoglucósidos, de parar el crecimiento bacteriano después de caer
la concentración sérica del antibiótico por debajo de la CIM.
Reacciones adversas y toxicidad
Los aminoglucósidos pueden causar nefrotoxicidad, ototoxicidad y bloqueo neuromuscular,
y en menor medida exantemas cutáneos, fiebre por antibióticos, depresión medular,
anemia hemolítica y antagonismo del factor V de la coagulación. La toxicidad renal ocurre
en un 5% a 25% de los pacientes tratados con la pauta convencional. Todos los
aminoglucósidos inducen nefrotoxicidad; el que más la produce es la neomicina y el que
menos la estreptomicina. En algunos estudios la tobramicina y la netilmicina se comportan
con menos nefrotoxicidad respecto a la gentamicina, nunca con una diferencia clínicamente
significativa. La nefrotoxicidad se debe a la inhibición de las fosfolipasas de los lisosomas
del túbulo proximal, lo que ocasiona una fosfolipoidosis con posterior disfunción celular,
necrosis y pérdida de las enzimas epiteliales. La nefrotoxicidad aparece a los varios días de
tratamiento y consiste en una disminución del filtrado glomerular, cursando como fallo
renal no oligúrico leve a moderado y en ocasiones grave. Generalmente es reversible, si
bien es la primera causa de morbilidad de los aminoglucósidos, con una prolongación de la
estancia hospitalaria y un aumento del coste del tratamiento. Los factores que contribuyen
a la nefrotoxicidad son la hipotensión, la duración prolongada del tratamiento, una
enfermedad hepática asociada, concentraciones séricas elevadas y administración conjunta
de fármacos.
Espectro de actividad
Los aminoglucósidos generalmente son activos frente a los estafilococos, si bien
Staphylococcus aureus y los estafilococos coagulasa negativos resistentes a la meticilina
también lo suelen ser a los aminoglucósidos. Los enterococos son moderadamente
resistentes a la gentamicina y la estreptomicina. La combinación con penicilina, ampicilina
o un glicopéptido actúa de forma sinérgica, excepto cuando las cepas son altamente
resistentes a los aminoglucósidos.
Uso clínico
Los aminoglucósidos son efectivos en el tratamiento de infecciones donde se sospecha la
presencia de bacilos gramnegativos aerobios, incluyendo P. aeruginosa. En general este
grupo de antibióticos se utiliza en combinación con un betalactámico o un glicopéptido ya
que estas combinaciones son sinérgicas. Se ha demostrado en pacientes neutropénicos
febriles falla terapéutica con los aminoglucósidos en monoterapia, por lo cual se
recomienda su uso combinado con betalactámicos o glicopéptidos.