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Comienzo y fin de

la existencia de
las personas

Derecho
Privado I

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Comienzo y fin de la existencia
de las personas

Personas por nacer

Noción de persona y vida humana

En primer lugar, cabe distinguir entre persona y vida humana. Tal como
señalamos anteriormente, la noción de persona es una categoría jurídica,
pues se trata de ser portador de derechos, mientras que la vida humana es
un suceso de la naturaleza, es su asiento natural.

Importancia jurídica de la concepción

El artículo 19 del Código Civil y Comercial1 prevé: “Comienzo de la existencia.


La existencia de la persona humana comienza con la concepción”2.

De conformidad con el mencionado artículo, la concepción determina el


momento a partir del cual se es persona, es decir, que el sujeto tiene
personalidad jurídica y goza de la protección de la ley.

Así, el Código Civil y Comercial subsume el concepto de vida humana con el


de persona en el sentido técnico del término, porque reconoce su comienzo
en el momento mismo de la concepción. De esta manera, se considera que
hay persona durante todo el proceso de gestación: desde su inicio hasta el
nacimiento y, luego, habrá persona física desde ese instante hasta la muerte.
En igual línea, Vélez Sarsfield aclaraba en la nota al artículo 63, que “las
personas por nacer, no son personas futuras, pues ya existen en el vientre
de la madre”3.

Ahora bien, esta solución no podría haber sido diferente a la adoptada por
el artículo 4.1 del Pacto de San José de Costa Rica que establece: “Toda

1 Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
2 Art. 19, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
3 Art. 63, Ley N.° 340. (1869). Código Civil [Abrogado por el artículo 4 de la Ley N.° 26994]. Honorable Congreso de la

Nación Argentina.

1
persona tiene derecho a que se respete su vida. Este derecho estará
protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción…”4.

El dispositivo de jerarquía constitucional (artículo 75, inciso 22 de la


Constitución Nacional5) asigna tutela jurídica a la vida humana desde este
momento de la concepción. Así, se visualiza con claridad que, bajo el
enfoque de la jerarquía normativa, de conformidad con la pauta del artículo
31 de la Constitución Nacional, la asignación de personalidad al ente natural
no puede ser ubicada por nuestra legislación común en momento posterior
a este.

Lo propio puede afirmarse sobre la Convención de los Derechos del Niño 6,


que, en su artículo 1, establece que niño es todo ser humano menor de
dieciocho años de edad. Con respecto al comienzo de la vida, la Convención
nada aclara, pero sí lo hace la Ley N.° 238497 –la que ratifica el Tratado– en
su artículo 2, el cual declara que la República Argentina entiende por niño a
todo ser humano desde el momento de la concepción y hasta los 18 años.
Repárese en que lo que goza de jerarquía constitucional es el texto de la
Convención junto a la ley de ratificación porque, como bien lo señala el
artículo 75, inciso 22 de la carta magna, cada tratado adquiere jerarquía
constitucional “en las condiciones de su vigencia”, incluyendo así a la
ratificación como una unidad que debe ser considerada de ese modo a la
hora de valorar las disposiciones con jerarquía constitucional.

Duración del embarazo

La determinación del tiempo de duración del embarazo tiene sentido a los


fines de establecer la época en que ha ocurrido, en cada caso, la concepción.
Según sostuvimos anteriormente, esta definición resulta relevante porque
allí es donde comienza la existencia de la vida humana y, por tanto, desde
entonces puede asignarse a ella la calidad de persona, con la consecuente
adquisición de derechos.

Nuestro Código Civil y Comercial proporciona las indicaciones en torno a los


plazos del embarazo en el artículo 20. Así, dice:

4 Art. 4, inc. 1, Pacto de San José de Costa Rica. (1978). Convención Americana sobre Derechos Humanos [Legisla
sobre la promoción y la protección internacional de los derechos humanos]. Organización de los Estados Americanos.
5 Ley N.° 24430. (1995). Constitución Nacional. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
6 Convención Internacional de los Derechos del Niño. (1989). Organización de las Naciones Unidas.
7 Ley N.° 23849. (1990). Convención sobre los Derechos del Niño [Aprueba la Convención Internacional sobre los

Derechos del Niño]. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

2
Duración del embarazo. Época de la concepción. Época de la
concepción es el lapso entre el máximo y el mínimo fijados
para la duración del embarazo.

Se presume, excepto prueba en contrario, que el máximo


de tiempo del embarazo es de trescientos días y el mínimo de
ciento ochenta, excluyendo el día del nacimiento.8

De tal modo, un embarazo de 300 días significa una franja temporal de casi
43 semanas; uno de 180 posee una gestación de más de 25 semanas. Sobre
esta base y atendiendo a que, desde el punto de vista médico, la duración
del estado de gravidez alcanza 40 semanas de gestación, se advierte que la
previsión resulta generosa, tanto en máximo como en mínimo.

En definitiva, sin contar el día del parto, se cuentan 300 o 180 días hacia
atrás. En el período de 120 días que hay entre uno u otro término, la ley
presume que se ha producido la concepción.

En pocas palabras, se estima, a menos que se demuestre lo opuesto, que la


concepción se produjo en los primeros 120 días de los 300 del embarazo, sin
contar la fecha de parto.

Figura 1: Duración del embarazo

Fuente: elaboración propia.

8 Art. 20, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

3
Nuevas consideraciones jurídicas a partir de los avances
científicos

El artículo 19, en su versión original del Proyecto de Código Civil de 2012,


decía:

“La existencia de la persona humana comienza con la


concepción en el seno materno. En el caso de técnicas de
reproducción humana asistida, comienza con la implantación
del embrión en la mujer, sin perjuicio de lo que prevea la ley
especial para la protección del embrión no implantado”.

Este precepto dejaba de lado cualquier discusión con


relación al nasciturus concebido en el vientre de la madre, al
que se lo seguía considerando persona y sujeto destinatario
de la protección del derecho. Sin embargo, no ocurría lo
mismo con relación a los embriones no implantados, los que
quedaban huérfanos de toda protección legal hasta tanto no
se produjese su implantación en el cuerpo de la madre,
momento a partir del cual recién eran considerados personas
humanas…

La comisión de reformas suministró tres argumentos por


los cuales los embriones no implantados no son personas
humanas:

El primero de ellos tiene que ver con el estado actual de


las técnicas de reproducción humana asistida y de acuerdo
con ellas, no existe posibilidad de desarrollo de un embrión
fuera del cuerpo de la mujer...

El segundo motivo alegado… radica en que la regulación


de la persona humana tiene como finalidad establecer los
efectos jurídicos que tienen fuente en esa personalidad,
tanto en el orden patrimonial como extrapatrimonial, sin
ingresar en otros ámbitos, como puede ser el derecho penal,
conducido por otros principios…

El tercer sustento argumental [decía]… que, tal como


sucede en el derecho comparado, corresponde que esta
importantísima cuestión sea regulada en leyes especiales,
que, incluso, prevén su revisión periódica, dado el
permanente avance científico en la materia. (Universo Jus,
2015a, https://goo.gl/4M3eAe).

4
De los múltiples proyectos que sobre el tema existen en el Congreso,
solamente en dos de ellos se protege la vida de los embriones desde la
concepción extrauterina. En los restantes, no se los trata como vidas
humanas, sino como objetos descartables, tal como lo hace la actual Ley N.°
26862, de fertilización asistida9.

Ahora bien, tal como quedó el texto definitivo del artículo 19, no quedan
dudas de que el Código Civil y Comercial tutela la vida humana desde el
momento mismo de la concepción. El tema es que dicho término ha dado
lugar a distintas teorías que conviven.

Así, por un lado, se sostiene que el ser humano comienza con la unión de los
gametos masculino y femenino, es decir, del óvulo y del espermatozoide, lo
que se conoce como fecundación del cigoto. A partir de allí, se configura una
realidad genética distinta de las dos que le dieron origen, esto es, se produce
una combinación de cromosomas claramente diferenciable de las de sus
progenitores. Así, para esta postura, el término concepción supone
fecundación.

Por otro lado, otra tesitura entiende que el cigoto necesito anidar en el útero
de la mujer para que se produzca el inicio de la vida humana. Los
sostenedores de esta doctrina distinguen el embrión preimplantario del
embrión propiamente dicho. Tal distinción se funda en el momento en que
tiene lugar la anidación en la pared del útero, la que se produce en el día
catorce, contando a partir de la entrada del gameto masculino en el
femenino. En consecuencia, la anidación resulta de trascendental
importancia jurídica, pues antes de ella no hay vida humana.

Otra postura más innovadora propugna un desarrollo superior en la


maduración del embrión después de la anidación para que estemos frente a
un individuo.

La última ubica el comienzo de la persona humana en un tiempo posterior,


en el que el feto adquiere su viabilidad o en el nacimiento (Chiapero, 2012).

La divergencia entre una y otra posición se aprecia en los cambios que sufrió
el dispositivo antes de la versión definitiva, que son un reflejo de las
discordancias en la comunidad jurídica argentina.

La mayoría de la doctrina se inscribe en la posición que considera persona a


la vida humana a partir de la fecundación, sin perjuicio de admitir que no
ocurre lo mismo en la doctrina y la jurisprudencia internacional.

9 Ley N.° 26862. (2013). Ley de Reproducción mecánicamente Asistida. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

5
Para la postura mayoritaria, la fecundación del óvulo por el espermatozoide
da inicio no solo a la vida humana, sino también a la persona, ya sea que la
fecundación se hubiese producido en el seno materno o en el laboratorio.

Esto puede comprobarse al repasar lo ocurrido en las XIX Jornadas


Nacionales de Derecho Civil en la Ciudad de Rosario (2003), en donde la
Comisión de Parte General abordó el tópico y la mayoría aprobó el despacho
que sostuvo que la existencia de la persona humana comienza con su
concepción, entendida como fecundación. Lo propio ocurrió diez años
después en las XXIV Jornadas en la Universidad de Buenos Aires (2013).

Hemos señalado precedentemente que la jurisprudencia internacional no


participa de la postura mayoritaria de que la concepción debe entenderse
como fecundación.

Así, en autos “Artavia Murillo y otros ("Fecundación in Vitro") vs. Costa Rica”,
la Cámara Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), luego de repasar
las dos interpretaciones del término concepción, señaló que “la prueba
científica concuerda en diferenciar dos momentos complementarios y
esenciales en el desarrollo embrionario: la fecundación y la implantación y
que sólo al cumplirse el segundo momento se cierra el ciclo que permite
entender que existe concepción”10. El Alto Tribunal internacional admite
que, si bien al ser fecundado el óvulo se da paso a una célula diferente y con
la información genética suficiente para el posible desarrollo de un ser
humano, lo cierto es que si dicho embrión no se implanta en el cuerpo de la
mujer, sus posibilidades de desarrollo son nulas.

La Corte razona que una prueba de ello

es que sólo es posible establecer si se ha producido o no un


embarazo una vez que se ha implantado el óvulo fecundado
en el útero, al producirse la hormona denominada
‘Gonodatropina Coriónica’, que sólo es detectable en la
mujer que tiene un embrión unido a ella.11

Antes de esto, es imposible determinar si en el interior del cuerpo ocurrió la


unión entre el óvulo y un espermatozoide y si esta unión se perdió antes de
la implantación, por lo que se concluye a partir de allí que hay diferencia
entre embrión implantado y embrión no implantado.

10 “Artavia Murillo y otros ("Fecundación in Vitro") vs. Costa Rica”


11
“Artavia Murillo y otros ("Fecundación in Vitro") vs. Costa Rica”

6
Por todo lo anterior, la Corte concluyó (por mayoría) que la interpretación
histórica y ordenada de los antecedentes existentes en el sistema
interamericano confirma que no es procedente otorgar el estatus de
persona al embrión, con lo que queda claro en cuál de las dos posiciones se
enrola el Tribunal internacional en esta decisión.

Sin embargo, el Estado involucrado no fue Argentina, sino Costa Rica y, por
ende, se viene sosteniendo que no se desprende de la Convención
Americana “que sus fallos tengan obligatoriedad erga omnes más allá del
expediente en el que fueron dictadas… [por lo] que no es vinculante para la
República Argentina” (Universo Jus, 2015a, https://goo.gl/4M3eAe).

Nacimiento con vida

Definición

El artículo 21 dispone: “Nacimiento con vida. Los derechos y obligaciones del


concebido o implantado en la mujer quedan irrevocablemente adquiridos si
nace con vida. Si no nace con vida, se considera que la persona nunca existió.
El nacimiento con vida se presume”12.

Los derechos y las obligaciones adquiridos por el nasciturus en el momento


mismo de la concepción (es allí donde adquiere la calidad de persona)
quedan sometidos a una suerte de condición suspensiva: el nacimiento con
vida.

Ocurrida ella, se produce la adquisición irrevocable de todos los derechos


que le correspondan por filiación; por el contrario, es decir, en caso de nacer
muerto o sin vida, se extinguirán retroactivamente la totalidad de los
derechos que pudo haber adquirido desde la concepción.

En una palabra, si el niño nace con vida, mantiene o conserva esos derechos
que obtuvo desde la concepción, de manera tal que lo único que hace su
nacimiento es perfeccionar o consolidar esa personalidad que ya poseía.

Medio de prueba

Los artículos 96, 97 y 98 del Código unificado regulan en materia de prueba


del nacimiento y de la muerte.

12 Art. 21, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

7
En primer lugar, es necesario señalar que una prueba por excelencia del
nacimiento, así como las circunstancias de tiempo, lugar, sexo, nombre y
filiación de una persona nacida, es la partida del Registro Civil.

Estas asumen el carácter de verdaderos instrumentos públicos, siempre que


estén confeccionadas en la forma debida, ya sea formuladas por oficiales
públicos con competencia para tal fin o que, por las circunstancias en las que
se encuentren, estén autorizados a emitirlas13.

Asimismo, se dispone que

el nacimiento… ocurrido en el extranjero se prueba con los


instrumentos otorgados según las leyes del lugar donde se
produce, legalizado o autenticado del modo que disponen las
convenciones internacionales, y a falta de convenciones, por
las disposiciones consulares de la República.14

Ahora bien, para el supuesto en que no hubiera partida del Registro, porque
no hay registro público, porque falta o es nulo el asiento, y quisiera
demostrarse el hecho del nacimiento, se podrá acreditar por cualquier otro
medio de prueba, ya sea mediante una información pericial o por
testimonios de los médicos o expertos, entre otros.

Presunción

El mencionado artículo 21 establece que “el nacimiento con vida se


presume”15; suposición que funciona ante la hipótesis de que existieran
dudas al respecto.

Ahora bien, esta presunción admite una prueba en contrario, es decir, que,
si alguien alegara que el niño nació muerto, debe cargar con la prueba de tal
extremo.

13 Arts. 289, inc. b, y 296, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
14 Art. 97, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
15 Art. 21, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

8
Ausencia de la persona

Definición

El Código Civil y Comercial contempla en seis artículos (del 79 al 84) las


normas sustantivas correspondientes a la simple ausencia y al
procedimiento previsto a los fines de obtener tal declaración. El fin último
de esta regulación es la protección del patrimonio del ausente, pues lo que
se pretende es la designación de un curador especial de estos para que
puedan ser administrados en debida forma mientras dure el estado de
ausencia.

Presupuestos fácticos y jurídicos

Art. 79. Ausencia simple. Si una persona ha desaparecido de


su domicilio, sin tenerse noticias de ella, y sin haber dejado
apoderado, puede designarse un curador a sus bienes si el
cuidado de éstos lo exige. La misma regla se debe aplicar si
existe apoderado, pero sus poderes son insuficientes o no
desempeña convenientemente el mandato.16

De conformidad con dicho artículo,

para configurarse el presupuesto de la ausencia simple es


preciso que: a) la persona haya desaparecido de su domicilio,
sin que se tenga noticias sobre su existencia; b) que haya
dejado bienes que exijan protección; c) que no haya dejado
apoderado o que los poderes del apoderado del ausente
resulten insuficientes o que éste haya incurrido en un
desempeño inconveniente de su mandato.

[Como se advierte] la ley no exige que haya transcurrido


plazo alguno para peticionar ante el juez competente la
declaración de ausencia simple, ni que la desaparición se
vincule con un hecho extremo del cual se presuma la muerte
del ausente, sólo se impone que existan bienes para cuidar,
de manera tal que se adopten aquellas medidas necesarias

16 Art. 79, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

9
para proteger el patrimonio del ausente. (Universo Jus,
2015b, https://goo.gl/RwG9Me).

Procedimiento

Los artículos 80, 81, 82, 83 y 84 regulan el procedimiento para obtener la


declaración de ausencia.

Así, el artículo 80 establece quiénes se encuentran legitimados para incoar


el proceso de ausencia:

 El Ministerio Público.

 Toda persona que tenga interés legítimo respecto de los bienes del
ausente.

La solicitud de la declaración deberá pedirse ante el juez del domicilio del


ausente. Si este no lo tuvo en el país o no es conocido, es competente el juez
del lugar donde existen sus bienes y, si hubiera bienes en distintas
jurisdicciones, el que haya prevenido; todo ello conforme lo prevé el artículo
81.

“El art. 82 regula el procedimiento para la petición de la declaración de


ausencia simple” (Universo Jus, 2015c, https://goo.gl/rbWgXe). Dispone, en
primer lugar, que “el presunto ausente debe ser citado por edictos durante
cinco días, y si vencido el plazo no comparece, se debe dar intervención al
defensor oficial o en su defecto, nombrarse defensor al ausente”17, este
debe ser un abogado con matrícula. Asimismo, se prevé que el Ministerio
Público sea parte necesaria en el juicio, por lo que su intervención resulta
imprescindible.

“En caso de urgencia, el juez puede designar un administrador provisional o


adoptar las medidas que las circunstancias aconsejan”18 con el objetivo de
la preservación del patrimonio.

Una vez oído el defensor y producida la prueba


correspondiente que tendrá por fin acreditar la desaparición
del ausente y que podrá rendirse por cualquier medio, si
concurren los extremos legales, el juez estará en condiciones
de dictar la sentencia de declaración de ausencia simple y

17 Art. 82, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
18 Art. 82, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

10
designar al curador. (Universo Jus, 2015d,
https://goo.gl/yr4LbU).

Efectos

Una vez dictada la sentencia de simple ausencia, se designará un curador


para que realice los actos de conservación y de administración ordinaria de
los bienes. Para el supuesto en el que deba realizar un acto que exceda la
administración ordinaria, deberá requerir autorización a un juez, la que debe
ser otorgada solo en caso de necesidad evidente e impostergable.

La curatela del ausente termina si se presenta personalmente o un


apoderado; por su muerte; por su fallecimiento presunto declarado
judicialmente (artículo 84).

Muerte presunta

Régimen legal. Casos y términos

La presunción de fallecimiento, al igual que la muerte, constituyen


supuestos jurídicos extintivos de la persona humana. Así, los efectos de la
sentencia judicial que declara el fallecimiento presunto son idénticos a los
de la muerte. Sin embargo, la ley establece diferencias fundadas en la
eventual reaparición del declarado muerto presunto y en la necesidad de
proteger sus intereses.

El Código prevé distintos supuestos, ya sea porque se han perdido


totalmente la noción o los datos del paradero de una persona durante un
tiempo prolongado o porque la persona se haya encontrado en
circunstancias en las que se presume su muerte.

Así, el Código contempla, en el artículo 85, el caso ordinario y, en el artículo


86, los supuestos extraordinarios.

Caso ordinario. La ausencia de una persona de su domicilio


sin que se tenga noticia de ella por el término de tres años,
causa la presunción de su fallecimiento aunque haya dejado
apoderado.

11
El plazo debe contarse desde la fecha de la última noticia
del ausente.19

Casos extraordinarios. Se presume también el fallecimiento


de un ausente:

a) si por última vez se encontró en el lugar de un incendio,


terremoto, acción de guerra u otro suceso semejante,
susceptible de ocasionar la muerte, o participó de una
actividad que implique el mismo riesgo, y no se tiene noticia
de él por el término de dos años, contados desde el día en
que el suceso ocurrió o pudo haber ocurrido;
b) si encontrándose en un buque o aeronave naufragados
o perdidos, no se tuviese noticia de su existencia por el
término de seis meses desde el día en que el suceso ocurrió
o pudo haber ocurrido.20

Conforme lo prescripto en el art. 85, para que nazca la


presunción de fallecimiento es preciso que la persona se
ausente de su domicilio sin que se tenga noticias de ella por
el término de tres años… no se requiere que la ausencia de la
persona haya ocurrido en virtud de una circunstancia que
traiga aparejada la muerte (supuesto de buque o aeronave
naufragada, incendio, terremoto… etc.), como ocurre en los
casos extraordinarios.

[Por último] el plazo de tres años debe contarse desde la


fecha de la última noticia que se haya tenido del ausente
(Universo Jus, 2015e, https://goo.gl/KsXz6H).

La disminución de los plazos en los casos extraordinarios en relación con el


supuesto ordinario se debe a que se trata de hipótesis que se sustentan en
circunstancias particulares en las que las posibilidades de supervivencia
resultan ínfimas.

Procedimiento para su declaración

19 Art. 85, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
20 Art. 86, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

12
En primer lugar, debe señalarse que, de conformidad con lo establece el
artículo 87, cualquier persona que tenga “algún derecho subordinado a la
muerte de la persona de que se trate, puede pedir la declaración de
fallecimiento presunto, justificando los extremos legales y la realización de
diligencias tendientes a la averiguación de la existencia del ausente”21 que
arrojen resultado negativo.

La acción debe interponerse en el juez del domicilio de la persona ausente.

El artículo 88 prescribe el procedimiento que debe seguir el juez en orden al


trámite del pedido de declaración de fallecimiento presunto:

 Deberá nombrarse un defensor para el ausente, con el fin de garantizarle


el derecho de defensa durante la tramitación del juicio.

 Deberá citarse a la persona ausente a través de edictos que se publicarán


una vez por mes durante seis meses. Esta publicación deberá disponerse
en el Boletín Oficial y en otro que resulte de importancia.

 En el supuesto de que existan bienes y no haya mandatario o si el que


hubiera, ejerciera incorrectamente el mandato, deberá nombrarse un
curador a sus bienes a los fines de que los administre y conserve.

Por último, el artículo 88 aclara que “la declaración de simple ausencia no


constituye presupuesto necesario para la declaración de fallecimiento
presunto, ni suple la comprobación de las diligencias realizadas para conocer
la existencia del ausente”22.

Así, pasados los seis meses –tiempo en el que se publican los edictos–,
recibida la prueba que acredite que la búsqueda del ausente dio resultado
negativo y oído el defensor, el juez debe declarar el fallecimiento presuntivo
si están acreditados los extremos legales, fijar el día presumible de
fallecimiento y disponer la inscripción de la sentencia en el Registro Civil.

Por su parte, el artículo 90 dispone cómo debe fijarse el día que se sospecha
de fallecimiento.

Día presuntivo de fallecimiento. Deberá fijarse como día


presuntivo del fallecimiento:

21 Art. 87, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

22 Art. 88, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

13
a) en el caso ordinario, el último día del primer año y
medio;
b) en el primero de los casos extraordinarios, el día del
suceso y si no está determinado, el día del término medio de
la época en que ocurrió o pudo haber ocurrido;
c) en el segundo caso extraordinario, el último día en que
se tuvo noticia del buque o aeronave perdidos;
d) si es posible, la sentencia debe determinar también la
hora presuntiva del fallecimiento; en caso contrario, se tiene
por sucedido a la expiración del día declarado como
presuntivo del fallecimiento.23

Efectos de la declaración

En orden a los efectos patrimoniales, los artículos 90 y 91 regulan sobre este


punto.

De esta manera, con la declaratoria dictada, el juez mandará a abrir, si


existiese, el testamento que haya dejado el desaparecido. Los herederos y
los legatarios deberán recibir los bienes del declarado presuntamente
fallecido, con un inventario previo. El dominio se inscribirá en el registro
correspondiente (el Registro de la Propiedad o el Registro de la Propiedad
del Automotor), con la prenotación del caso, a nombre de los herederos o
legatarios, quienes podrán hacer su partición, pero no enajenarlos ni
gravarlos sin autorización judicial.

Ahora bien, si aparece el ausente luego de entregar sus bienes o se tiene


noticia cierta de su existencia, queda sin efecto la declaración de
fallecimiento y se procede a la devolución de aquellos a petición del
interesado.

La conclusión de la prenotación se encuentra regulada en el artículo 92. Este


prevé que “la prenotación queda sin efecto transcurridos cinco años desde
la fecha presuntiva del fallecimiento u ochenta años desde el nacimiento de
la persona. Desde ese momento puede disponerse libremente de los
bienes”24, es decir, los herederos y legatarios pasan a tener el dominio pleno.

Efectos sobre el matrimonio: según el artículo 435, inciso b, la declaración


de ausencia con presunción de fallecimiento es una causa de disolución del
matrimonio, por lo que el otro cónyuge podrá contraer nuevo matrimonio.

23 Art. 90, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
24 Art. 92, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

14
Reaparición del presunto muerto

Ahora bien,

si el ausente reaparece, puede reclamar:

a) la entrega de los bienes que existen en el estado e que


se encuentran;
b) los adquiridos con el valor de los que faltan;
c) el precio adeudado de los enajenados;
d) los frutos no consumidos.25

Muerte comprobada

Definición. Forma y prueba

El artículo 93 del Código Civil y Comercial sienta el principio general de que


“la existencia de la persona humana termina por su muerte”26, hecho que
será comprobado, según el artículo 94, de acuerdo con “los estándares
médicos aceptados, aplicándose la legislación especial en el caso de ablación
de órganos del cadáver”27.

Así, para la comprobación de la muerte, se tendrán en cuenta los


conocimientos científicos, los avances de la biotecnología, de las ciencias
biológicas y de la medicina, entre otros.

Cuando la comprobación de la muerte se requiere a los fines de la ablación


de órganos cadavéricos, el artículo 94 se remite en forma directa a lo
prescripto en la legislación especial vigente.

De tal modo, la Ley N.° 2419328, de Trasplantes de Órganos, en sus artículos


23 y 24, prescribe las bases para el diagnóstico bajo criterios neurológicos; a
esta normativa especial se remite el artículo 94 del Código Civil y Comercial.

El artículo 23 establece que se considerará que una persona ha fallecido

25 Art. 92, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
26 Art. 93, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
27 Art. 94, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
28 Ley N.° 24193. (1993). Ley de Trasplantes de Órganos y Materiales Anatómicos. Honorable Congreso de la Nación

Argentina.

15
cuando se verifiquen de modo acumulativo los siguientes
signos, que deberán persistir ininterrumpidamente seis (6)
horas después de su constatación conjunta.

a) ausencia irreversible de respuesta cerebral, con pérdida


absoluta de conciencia;
b) ausencia de respiración espontánea;
c) ausencia de reflejos cefálicos y constatación de pupilas
fijas no reactivas;
d) inactividad encefálica corroborada por medios técnicos
y/o instrumentales adecuados a las diversas situaciones
clínicas, cuya nómina será periódicamente actualizada por el
Ministerio de Salud y Amiente con el asesoramiento del
Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e
Implante (INCUCAI).29

El artículo 24 indica que el certificado del fallecimiento tiene que ser


realizado “por dos (2) médicos, entre los que figurará por lo menos un
neurólogo o neurocirujano. [Y que] ninguno de ellos será el médico o
integrará el equipo que realice ablaciones o implantes de órganos del
fallecido”30.

Al igual que el nacimiento, la muerte se prueba con la partida del Registro


Civil, es decir, con el asiento extendido en los libros respectivos, con arreglo
a la ley y con sus copias auténticas.

El Código unificado prescribe en el artículo 289, inciso b, que revisten de


carácter de instrumento público los extendidos por funcionarios públicos
con los requisitos que establecen las leyes. El artículo 296 prevé que hacen
plena fe y enuncia el alcance de su eficacia probatoria.

En el Registro Civil, se inscribirán:

a) todas las [defunciones] que ocurran en… la Nación;


b) todas aquellas cuyo registro sea ordenado por juez
competente;

29 Art. 23, Ley N.° 24193. (1993). Ley de Trasplantes de Órganos y Materiales Anatómicos. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.
30 Art. 24, Ley N.° 24193. (1993). Ley de Trasplantes de Órganos y Materiales Anatómicos. Honorable Congreso de la

Nación Argentina.

16
c) las sentencias sobre ausencia con presunción de
fallecimiento;
d) las sentencias que declaren la desaparición forzada de
personas;
e) las que ocurran a buques o aeronaves de bandera
argentina, ante el oficial público del primer puerto o
aeropuerto argentino de arribo;
f) las que se ocurran en lugares bajo jurisdicción
nacional.31

Según el artículo 97 del Código Civil y Comercial de la Nación, la muerte


sucedida en el extranjero debe probarse con los instrumentos otorgados
según las leyes del lugar donde acaece; estos deberán legalizarse o
autenticarse según lo disponen las convenciones internacionales.

Por último, el artículo 98 prevé lo que sucede cuando no hay de registro o el


asiento es nulo. En este caso, “el nacimiento o la muerte pueden acreditarse
por otros medios de prueba”32, que es lo que se llama la prueba supletoria,
es decir, “aquella que a falta de prueba directa, permita al juez arribar a la
certera convicción de que el hecho se ha producido” (Universo Jus, 2015f,
https://goo.gl/bVQswX).

Para el supuesto que

el cadáver de una persona no fuese hallado [o no pueda ser


identificado], el juez podrá tener por comprobada la muerte
y disponer la pertinente inscripción en el registro, siempre
que la desaparición se hubiera producido en circunstancias
tales que la muerte deba ser tenida como cierta.33

Hipótesis de la conmoriencia

El artículo 95 del Código Civil y Comercial de la Nación establece:


“Conmoriencia. Se presume que mueren al mismo tiempo las personas que

31 Art. 59, Ley N.° 26413. (2008). Ley de Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas. Honorable Congreso de
la Nación Argentina.
32 Art. 98, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.
33 Art. 33, Ley N.° 14394. (1954). Código Civil, Régimen de Menores y de la Familia [Abrogada por el artículo 3, inciso

a de la Ley N.° 26994]. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

17
perecen en un desastre común o en cualquier otra circunstancia, si no puede
determinarse lo contrario”34.

Este artículo está destinado a solucionar la cuestión que plantea la muerte


de dos o más personas entre las que pudiera existir transmisión de derechos,
sin que pueda determinarse cuál de ellas falleció primero. En tal caso, debe
considerarse que todas murieron al mismo tiempo.

Para el supuesto en el que se pretendiera la transmisión de derecho entre


los fallecidos, tendrá que probarse efectivamente que uno murió antes que
el otro, pues, a falta de pruebas, se considerarán muertes simultáneas.

34 Art. 98, Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

18
Referencias
Chiapero, S. M. (2012). Maternidad subrogada. Buenos Aires, AR: Astrea.

Convención Internacional de los Derechos del Niño. (1989). Organización de las


Naciones Unidas.

Ley N.° 340. (1869). Código Civil [Abrogado por el artículo 4 de la Ley N.° 26994].
Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley N.° 14394. (1954). Código Civil, Régimen de Menores y de la Familia [Abrogada
por el artículo 3, inciso a de la Ley N.° 26994]. Honorable Congreso de la Nación
Argentina.

Ley N.° 23849. (1990). Convención sobre los Derechos del Niño [Aprueba la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño]. Honorable Congreso de la
Nación Argentina.

Ley N.° 24193. (1993). Ley de Trasplantes de Órganos y Materiales Anatómicos.


Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley N.° 24430. (1995). Constitución Nacional. Honorable Congreso de la Nación


Argentina.

Ley N.° 26413. (2008). Ley de Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Ley N.° 26862. (2013). Ley de Reproducción mecánicamente Asistida. Honorable


Congreso de la Nación Argentina.

Ley N.° 26994. (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso
de la Nación Argentina.

Pacto de San José de Costa Rica. (1978). Convención Americana sobre Derechos
Humanos [Legisla sobre la promoción y la protección internacional de los derechos
humanos]. Organización de los Estados Americanos.

Rivera, J. C. y Medina, G. (Eds.). (2014). Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación,


comentado por especialistas. Buenos Aires, AR: La Ley.

Universo Jus. (2015a). Art. 19 del Código Civil y Comercial comentado. Recuperado
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Universo Jus. (2015b). Art. 79 del Código Civil y Comercial comentado. Recuperado
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Universo Jus. (2015c). Art. 82 del Código Civil y Comercial comentado. Recuperado
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