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Llegamos al 50 aniversario de la represión Estatal contra el movimiento estudiantil-

popular el 2 de Octubre en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco. Gustavo Díaz


Ordaz, Luis Echeverría Álvarez, la Secretaría de la Defensa Nacional y el Partido
Revolucionario Institucional, aparecen como responsables visibles del crimen.

La represión militar y policial tuvo por objetivo descabezar la organización estudiantil y


golpear la lucha por la democracia y la libertad, por ello además de los muertos fueron
encarcelados muchos cuadros de la juventud comunista y del Partido Comunista
Mexicano.

Fuertes represiones en Chihuahua, Morelia, Veracruz, Morelos, Puebla, Durango,


Ciudad de México, contra obreros, campesinos, estudiantes; seguimiento de la
Dirección Federal de Seguridad contra los cuadros de las organizaciones sociales,
espionaje, hostigamiento, amenazas, encarcelamiento, asesinato, fueron la constante
del Sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, continuadas por su sucesor Luis Echeverría, quien
maximizó tales medidas con la Guerra Sucia, con el secuestro, la desaparición forzada,
la tortura, los grupos paramilitares, las violaciones.

Tal constante, sin embargo, es inherente a cualquier Estado burgués, incluido el


mexicano, antes de Díaz Ordaz y hasta nuestros días, y por lo que hemos conocido
hasta hoy, se prolongaran durante el Sexenio de López Obrador.

La juventud y los estudiantes de 1968, en cuyo núcleo estaban los jóvenes comunistas,
con alegría y creatividad, con organización y firmeza, dio su contribución a la lucha de
clases. Rendimos homenaje a los jóvenes comunistas de entonces, a los que murieron,
a los que fueron encarcelados, a los que siguen luchando hoy consecuentes con su
ideal de entonces, que es más vigente.

También es verdad que el movimiento de 1968 arropó el protagonismo de la


pequeñaburguesía, la “nueva izquierda”, que tanto ha contribuido a frenar la lucha de
clases, a retrasarla. Y también es verdad que el movimiento de 1968 desnudó el
carácter falaz y paraestatal de las corrientes oportunistas –como el lombardismo- que
cerraron filas con Díaz Ordaz.
Aún estamos en la obligación de hacer un balance, distinto al que se hace en este 50
aniversario y en el que se busca la institucionalización del movimiento de 1968; De la
misma manera que la ideología de la Revolución Mexicana articuló un mito en el que
adversarios nutrían el ideal de la unidad nacional, hoy todas las luchas, sin importar su
sello de clase formarían el contorno de la reconciliación nacional; si ayer identificaron a
Madero con Zapata, a Villa con Carranza, hoy da lo mismo poner a los estudiantes
asesinados en el 68 con reaccionarios profascistas como Clouthier y Salvador Nava. Es
algo que no concuerda con las causas y objetivos del 68 mexicano, y es intolerable que
quieran apropiarse de una lucha que forma parte del torrente de los que luchan contra
el sistema capitalista.

Al reivindicar la lucha de los estudiantes en 1968, al rendir homenaje a los caídos el 2


de Octubre, asumimos sus banderas contra la injusticia, la explotación, el
autoritarismo; asumimos su ideal por un mundo nuevo, que se expresaba en la imagen
del Comandante Ernesto Guevara que acompañó cada movilización.

¡ 2 de Octubre, no se olvida !

El Buró Político del CC del PCM

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