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La transversalidad sensible, la ecosofía y la ecología virtual

“¡Quizás la poesía tiene hoy más que enseñarnos que las ciencias económicas, las
ciencias humanas y el psicoanálisis juntos!”
-Felix Guattari (Caosmosis)

Las subjetividades que se han generado a lo largo de las mutaciones del capitalismo en los últimos

tiempos, provocadas por la cultura hiperconsumista que llevan los sujetos sumergidos en las

sociedades de control, han afectado y desgastado la ecosofía propuesta por Felix Guattari, logrando

imposibilitar la creación de modos de vida no capitalistas dentro del campo macropolítico. Lo anterior

tiene como resultado la normalización del deseo en la mayoría de los estratos sociales, vendiendo la

idea de que la imaginación, si no posee un valor económico, no tiene sentido; si ésta no tiene una

función utilitaria no es una fuente de poder que se debería desarrollar.

////Para hacer frente a estas subjetividades abolidas por la creación de deseos de consumo

desechables, es necesario plantear y retomar las tres líneas ecosóficas que el mismo Guattari trazó

durante los últimos años de su vida; dichos registros ecosóficos son la ecología social, la ecología

medioambiental y la ecología mental y proporcionan espacios para reconfigurar, desde distintas

prácticas sociales e individuales, los territorios existenciales, creando líneas de fuga que permiten al

pensamiento crearse y recrearse a sí mismo —emanando bastante potencia para que la imaginación

nos abra un espectro de intensidades relacionado con modos de vida no capitalistas y produciendo

una transversalidad sensible que nos permita afectarnos a nosotros mismos y crear así una

subjetividad ética-estética-política con la que podamos JUGAR aquellos juegos de poder y de verdad

en los que la subjetividad capìtalista esta encerrada e infantilizada y así dar paso al acontecimiento,

que se tendrá que habitar para desarticular dichos juegos y así generar agenciamientos de enunciación

colectiva que nos permitan la creación de nuevos territorios existenciales donde las singularidades

resuenen entre ellas y se gobiernen así mismas, cuidando de sí para no entrar en el desgaste y que

poco a poco la máquina de guerra proliferada devenga máquina de muerte y los agenciamientos se

dañen volviéndose poco a poco equipamientos colectivos que repitan los mismos modos de operación

y vuelvan a dar paso a la subjetividad flexible e infantil del capitalismo mundial integrado.
“Es sobre este conjunto de estos “frentes” enredados y heterogéneos que deberían organizarse,

a mi modo de ver, nuevas prácticas políticas y sociales, junto a nuevas practicas estéticas y nuevas

instancias analíticas capaces de trabajar en una resingularización y en una reapropiación individual y

colectiva de la subjetividad” (¿Qué es la ecosofía? Guattari, 272); dicha afirmación me hace preguntar

¿cómo el arte, la ciencia y la filosofía, fuentes de poder de la imaginación, pueden generar discursos

potentes que ((acontezcan)) estas practicas políticas, estéticas y sociales capaces de crear esta

transversalidad sensible que opere y habite las tres ecologías que Felix Guatarri propone como

espacios para producir modos de vida no fascistas que permitan a las singularidades gobernarse así

mismas? Para contestar ante dicha interrogativa es necesario tener una caja de herramientas amplia

capaz de producir agenciamientos de enunciación colectiva que puedan afectar a los cuerpos y las

subjetividades que transitan en la biósfera.

En el caso de las lineas social y mental, la praxis ecológica debe ser producida por dispositivos

artísticos como la pintura, la poesía, la música y el cine, fuente de vectores de imaginación potentes

sobre la subjetivación y la singularidad que ejercen el poder del lenguaje y la palabra que dan vida a

otros discursos: “generalmente se trata de algo que se opone al orden [normal] de las cosas, una

repetición contrariante, un elemento intensivo que reclama otras intensidades a fin de componer otras

configuraciones existenciales. Estos vectores disidentes están relativamente despojados de sus

funciones de denotación y de significación, para actuar en tanto que materiales existenciales

descorporeizados.” (Ecosofía, Guattari, 37). La creación de vectores despojados de funciones de

denotación y significación en el seno de los dispositivos artísticos permite a éstos desterritorilizar el

espacio —o los territorios existenciales— y el sistema de valores que éste rige, territorializa y

codifica, posibilitando la ruptura, abriendo la brecha al acontecimiento, a la linea de fuga y, como

dice Rangel, a otros bloques de pensamiento: “una maquina de experimentación que es una maquina

de guerra, de la misma manera, la música creará bloques sonoros, el cine, bloques de

movimiento/duración; la pintura, bloques de líneas y colores y la literatura bloques de sensación como

expresión de ideas.”
Nueva música que haga vibrar el cuerpo sin tener que caer en ritmos repetitivos y cuya única

diferencia es la semiótica lasciva y violenta con la que objetivizan los cuerpos (principalmente el

femenino, que es sobrecodificado dentro de la sexualidad heterosexual de modo vulgar en cada letra

reproducida en el reggateon, en el trap y cada vez más en el rap). En el cine se puede producir una

serie de imágenes que nos devele aquellos territorios existenciales transversales y sensibles donde el

modo de vida capitalista no es el elegido ni operado por una comunidad para poder habitar los

cuerpos, la naturaleza y el tiempo, construyendo una ecología mental y social agenciadas en

subjetividades capaces de generar un cuidado de sí, de los otros y la biosfera.

////Este modo de cine puede florecer y resistir a pesar de que el massmedia tenga el mayor

control de producción de los largometrajes en tanto que las salas de cine repletas de películas heroicas

que solo subjetivizan a los sujetos vulnerables ante el consumo (principalmente a los niños que exigen

consumir Iron man, Capitan América entre otros) para sentir ser o querer ser aquel superhéroe que

cambie al mundo a través de los mismos valores morales del mundo occidental que solo promueven

ideologías desgastadas que no pueden a hacer frente y combatir la hegemonía de estos modos de vida

tan precarios que tienen los consumidores de este tipo de películas y sólo homogeneizan al pueblo

en ideas, valores y clases que han generado bastante daño a los conjuntos molares y moleculares a lo

largo de este capitalismo tardío que domina la biosfera y le da muerte poco a poco con toda esta

producción de subjetividad flexible y normativa.

La poesía tiene una potencia de devenir otro especifico a diferencia del cine y la música con

respecto al massmedia ya que todavía no existen poetas que sean best-seller y llamen la atención de

las subjetividades capitalísticas que puedan comprar un libro de estos en cualquier tienda de

autoservicio. Sino más bien la poesía sigue recorriendo y trazando caminos afuera de las instituciones,

de los registros controlados por los grandes monopolios de la literatura, afuera de los salones de clase,

donde esta permite a las subjetividades agenciarse con la ecosofía cartografeando las calles de la

ciudades, los grandes paisajes que contienen a los bosques, los ríos, los animales, los afectos que

puedan tener los cuerpos y las singularidades para ser amados, las grandes heridas que dan muerte a
percepciones y afectan a estas nuevas subjetividades que nacen en estas rupturas dando lenguaje,

contenido y expresión al dolor, alegría o angustia que ha causado esa cicatriz y dio nacimiento al

poema o acontecimiento. El poder de la poesía emana de la imaginación que tiene su lenguaje para

poder desterritorializar el significado de las cosas que nos suscitan y nos afectan en el acontecimiento

para crear cada verso que se lee diferente ante los lectores que derraman una lágrima, se regalan una

sonrisa o reviran alguna experiencia pasada que haga ruptura en su vida cotidiana y piensen en otros

modos de vida para cuidarse a sí mismo. La poesía quizás sea el ritornelo de mayor potencia de

imaginación que permite que el bloque de pensamiento que produce se catalice así mismo tras

aumentar la intensidad de sensibilidad que las subjetividades creadoras de estas maquinas de guerra

proliferan dando la posibilidad de hacerse de un cuerpo con estos perceptos y haciendo de su vida

una obra de arte, un modo de resistir, una vida lejos del fascismo y el deseo de dominar la biosfera.

La poesía tiene que escurrirse literalmente de los dedos:

"En estas condiciones le compete a la función poética, en sentido amplio, recomponer universos de

subjetivación artificialmente rarificados, resingularizados. Para ella no se trata de transmitir

mensajes, de investir imágenes como soportes de identificación o patrones de conducta como sostén

de procedimientos de modelización, sino de catalizar operadores existenciales capaces de adquirir

consitencia y persistencia.” (Caosmosis, Guattari, 32.)

por ello la poesía crea conceptos en cada línea, en cada verso.

Por su parte la ciencia y la filosofía tendrán un impacto más relevante con respecto a la

ecología ambiental tercera componente de la ecosofía, debido a la potencia de sus discursos y la

posibilidad de crear nuevos conceptos capaces de practicarse en la biosfera de modo ético, político y

estético para restaurar los recursos naturales y generar modos responsables de creación de la

tecnología y no producir tanta tecnología de consumo y de control, como también fármacos y

sustancias que escapan del laboratorio y se unen a los equipamientos colectivos de las adicciones en

el auge de las sociedades de integración ya que solo transvalorizan el valor de los objetos, la felicidad

y la vida en tanto que las fuerzas de producción antes conocidas para obtener el medio económico
que les acceda dichas fuentes de poder solo exploten la imaginación con tal de seguir el modo de vida

capitalista arrastrando al deseo de tener dichas tecnologías cueste lo que cuesta como por ejemplo

empoderarnos de ciertas subjetividades flexibles como la del político, el ingeniero, el narcotraficante,

el cantante en redes sociales, figuras destacables del bendito éxito que tanto aclaman los neoliberales

ya que dichas sujetos tienen los saberes y los poderes para tener dinero con facilidad y satisfacer

vulgares modos de descarga de placer que solo avergüenzan más a la humanidad y la hacen pensar

que no hay otros modos de ecología para cuidar y administrar mejor el medio ambiente en tanto que

le alberga la idea que el dinero siempre será la clave del confort y el éxito. Dicho modelo planteado

por instituciones, países, modelos económicos, etc. Realmente evita que las tres ecologías se

entrelacen, se entramen, se rarifiquen y devengan el rizoma más potente que la ecosofía pueda

producir para modos de vida no capitalistas ni fascistas:

“Más allá de las relaciones de fuerza actualizadas, la ecología de lo virtual se propondrá no


solamente preservar las especies amenazadas de la vida cultural, sino igualmente endrará las
condiciones de creación y desarrollo de formaciones de subjetividad inauditas, nunca vistas, nunca
sentidas. Es decir que la ecología generalizada o la ecosofia obrara como ciencia de los ecosistemas,
como apuesta de regeneración política, pero también como compromiso ético, estético analítico.
Tenderá a crear nuevos sistemas de valorización, un nuevo gusto por la vida, una nueva ternura entre
los sexos, los grupos de edad, las etnias, las razas.”(op.cit, 113)
Por lo que la ecología virtual debe ser la linea de fuga de las transversalidad sensible para la

vitalidad y el ritmo del ser.

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