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REVOLUCIÓN CULTURAL
Así por ejemplo, el Renacimiento fue una revolución cultural que significó una
vuelta a la antigüedad griega y romana, en cuanto su pensamiento y a su arte.
Desde que finalizó la crisis del siglo XIV, comenzó a desarrollarse la ciencia en
sentido moderno, como saber experimental, crítico y racional. El avance del
Humanismo, con la colocación del hombre en el centro de las preocupaciones,
favoreció el despegue y apogeo de las ciencias y las artes.
La creación de la ciudad es uno de los hitos que cabría utilizar como separación
entre la humanidad primitiva y la moderna. Resulta curioso examinar el fenómeno
ahora, cuando lo que nació hace siete u ocho mil años llega a ahogarnos y anuncia
su crisis en plazo breve. Acaso diez mil años bastarán para abarcar el crecimiento,
auge y decadencia de las urbes.
Entre el 4000 y el 3000 a. de C., importantes desarrollos técnicos comenzaron a
transformar las ciudades neolíticas. Al principio, los asentamientos neolíticos eran
apenas algo más que villas. Pero, conforme sus habitantes dominaban el arte del
cultivo, poco a poco comenzaron a dar origen a sociedades humanas más
complejas.
En la medida en que la riqueza aumentaba, esas sociedades principiaban a
desarrollar ejércitos y a construir ciudades amuralladas. Al inicio de la Edad de
Bronce, las concentraciones de cada vez más personas alrededor de los valles
ribereños de Mesopotamia y Egipto estaban dando origen a un nuevo modelo de
vida humana.
Hoy empezamos a conocer las primeras habitaciones humanas: inicialmente
(protourbanismo) era lugares protegidos por toscos muros de piedra en las cuevas
ocupadas ya en el paleolítico superior y medio, grupos de chozas en la
estepa loésica, en lo que fueron los primeros campamentos, de época
magdaleniense, encontrados desde Francia a Rusia.
Los modelos urbanos comenzaron a cambiar a partir de siglo VII a.C cuando se
produce la colonización griega del Mediterráneo.
Plano de
Emporion según M.Almagro
URBANISMO ROMANO
Las puertas de entrada a la ciudad romana se encontraban en las salidas del cardo
y del decumanus, pero también en otros puntos de la ciudad. Solían estar
flanqueadas por dos torres con estancias donde se situaba la guardia. También
había estancias encima de los arcos de entrada. Normalmente tenían uno o dos
vanos, cubiertos con bóvedas de cañón.
Equivalía a una manzana de casas. Sin embargo, el término se extendió para acabar
denominando a cada una de las casas que había en una ínsula. Eran casas de pisos,
más humildes que las anteriores y de alquiler. Tenían un patio interior y al exterior
tenían ventanas y balcones. En la parte baja habría tiendas.
Las Villas
Las Villas romanas partían del concepto estructural de la domus pero eran más
grandes y complicadas y no presentaban regularidad en planta. Estaban alejadas
de la ciudad y eran lugares generalmente de descanso. En España, destaca la de
Olmeda (Palencia).
URBANISMO ROMÁNICO
El urbanismo como tal, tuvo una evolución muy pronunciada desde el principio de
la Edad Media, hasta su final. Tras la caída del imperio romano, el retraimiento de
la población hacia los ámbitos rurales fue enorme, prevaleció la villa, frente a la
urbe. Sin embargo, primero la creación de feudos, y posteriormente, en
consecuencia de ello, la aparición de funcionalidades y necesidades del sistema
económico, social y administrativo, propiciarán cada vez más el recogimiento de la
población en grandes cantidades, creándose en sí misma, la ciudad. Estas nuevas
formas que suponen el crecimiento de la ciudad son: las razones de defensa
(amurallamiento, ejércitos, etc); la concentración del comercio, en general, y muy
especialmente el aumento de la producción artesanal, que comienza a articularse
en gremios; la necesidad de tener un centro administrativo desde el cual organizar
un gran territorio, etc.
El urbanismo como parte del movimiento artístico del Románico, es el
correspondiente al que habría en la Plena Edad Media en Europa. Una Europa
primordialmente cristiana, aunque convive con la otra gran religión, la musulmana.
Esto ocurre, sobre todo en España. La ciudad cristiana y la ciudad musulmana
difieren mucho entre sí. Describiremos más bien la ciudad cristiana, pues es la
representativa en la Europa del románico, apoyándonos en la comparación con la
ciudad islámica.
La ciudad románica, proviene de una tradición de las culturas clásicas, aunque muy
deforme. Tiende, en principio a la distribución geométrica, aunque es bien
conocida la inexactitud que presentan. En origen, han sido conformadas entorno a
un castillo (comúnmente de un señor feudal), y por lo tanto, como suelen situarse
en zonas escarpadas, colinas, zonas de altura, el urbanismo se va haciendo
adaptándose a la topografía del terreno, lo que supone una irregularidad si ya de
por sí en altura, también en planta. Aquí, aunque no se consigue, hay un intento de
regularizar la estructura urbanística. Sin embargo, en la ciudad islámica hay
carencia total de ello. Las ciudades son mucho más laberínticas, con callejones sin
salida, calles privadas, cercadas, etc. La regularidad y organización de la ciudad
islámica es mucho más visible en el interior de los edificios, donde consideran que
debe dedicarse el mayor esfuerzo.
El amurallamiento de la ciudad es obra que se hace desde el mismo momento que
hay los recursos suficientes. Esto provoca que debido a la evolución y aumento
continuo de la ciudad, primero, se creen arrabales externos, que posteriormente se
incluirán dentro de nuevos amurallamientos que son el crecimiento en sí mismo de
la ciudad, y el avance en sistemas y planificaciones urbanísticas.
La división funcional del espacio urbano es muy característico, diferenciándose por
ejemplo, calles para zapateros, plateros, carniceros, etc, todos afiliados a gremios
que controlan toda la producción. Se organizarán además periódicos mercados,
que se colocan en plazas abiertas, y los cuales son temporales. Aquí difiere de la
ciudad islámica, pues ésta tiene mercados permanentemente.
Aunque la población se concentre en la ciudad, no toda se dedica a labores propias
de la ciudad, un porcentaje se dedica a las tareas de la agricultura, pero desde la
ciudad. La cantidad de habitantes para ser considerado un lugar urbano, es muy
diferente que en la actualidad. Las ciudades cristianas medias, podían alcanzar no
más de los 15000 habitantes. Había, sin embargo, inmensas ciudades como
Córdoba, que llegaron a alcanzar los 250000 habitantes. Las ciudades islámicas
tendrán bastante más población, quizá por no haber estado tan dividido en
señoríos como lo estaba Europa al completo. Si en cada señorío medianamente
importante se creaba una ciudad, el número de ciudades era mayor, pero la
cantidad de habitantes por ciudad era lógicamente, considerablemente más
reducido, dando lugar a este tipo de ciudad típicamente europea del románico.
URBANISMO GÓTICO
La renovación de la cultura arquitectónica que significó el movimiento gótico
apunta al terreno técnico y organizativo, apunta hacia una nueva metodología en la
escala constructiva y por lo tanto no produce innovaciones de igual calibre en la
escala urbanística. Entre el final del siglo XIII y comienzos del XIV se amplían
muchas de las grandes ciudades europeas (Florencia, Siena, Verona, París, Colonia,
etc.), pero estas iniciativas son el desarrollo coherente de las experiencias
precedentes y no revelan un salto del método lógico, comparable al conseguido
cien años antes en el campo constructivo de los constructores de L’Ille-de-France
(momento en que se considera que surge el estilo gótico)
Sus edificios más importantes son los religiosos: catedrales y monasterios. Le
siguen en importancia las municipalidades, los castillos feudales, los palacios
urbanos, los hospitales y colegios. Realizada por laicos al servicio de la Iglesia y de
las ciudades que disputan al feudalismo sus derechos, la arquitectura gótica
constituye, sin duda, la cima del arte constructivo de la Edad Media. Potente en su
majestad, como la fe que inspirara a sus arquitectos y promoviera su erección, una
catedral —plegarias de piedra se las ha llamado— se presenta con su planta de
cruz latina como el triunfo de la nave dirigida al cielo; al que, por lo demás,
apuntan bien terminadas las gallardas torres y los numerosos pináculos de su
fábrica. Muchas veces las naves son cinco; se multiplican los ábsides; ostentan
éstos algunos absidiolos; se agrupan en haces los pilares y columnas, a cuyos
capiteles convergen los aristones de las bóvedas. Estas, organizadas sobre
perímetros cuadrados o rectangulares, se dividen en segmentos de formas diversas
(plementos).
Los muros ofrecen los ventanales cerrados por vitrales (vidrios coloreados, entre
juntas de plomo y con travesaños de hierro); y al exterior se acusan en los costados
y fondo del edificio los contrafuertes, pináculos y arbotantes, con decoración
escultórica cuyos motivos más singulares campean en los conductos destinados a
la evacuación de las aguas pluviales (gárgolas).
Famosas catedrales góticas tienen Noyón, París, Bourges, Chartres, Reims, Amiens
y Beauvais. Una joya, dentro de su sentido de relicario de piedra, ofrece París con la
Santa Capilla en el interior del Palacio de Justicia.
con perforaciones para dar paso a ciertos aristones, las naves son de gran
perspectiva por su largo.
En dicho país lo gótico cuenta con tres estilos denominados primario, secundario y
perpendicular.
URBANISMO RENACENTISTA
Culturalmente hay un cambio, se vuelve a los ideales clásicos y el Hombre relega a
Dios como centro del Universo.
Tanto arquitectónicamente como urbanísticamente se vuelve a ideales griegos y
romanos, siendo la gran referencia el arquitecto romano Vitrubio. Vitrubio
postulaba que la ciudad debía ser octogonal para hacer frente a los 8 vientos
dominantes. Siguiendo este esquema, los pensadores de la época diseñan sus
ciudades ideales. La arquitectura sí se ve muy marcada por el Renacimiento y
todos los nuevos edificios son copias de los clásicos. En urbanismo no se nota tanto
los ideales renacentistas, pues no se hacen apenas ciudades, la peste de 1318 las
vacía.
Características:
Regularidad: las ciudades tienden a la circunferencia (estrella, octógono o
circunferencia) y sus calles o son ortogonales o tienden al radiocentrismo.
Preocupación defensiva: aparecen nuevas armas de artillería, las murallas deben
ser más fuertes.
Estética: es imprescindible la belleza.
Higiene: se mejora respecto a la Edad Media.
Orden: cada cosa está en su sitio. Las leproserías y edificios que desprenden olores
se sitúan en la zona por donde sale el aire de la ciudad. La ciudad se construye en
octógono para refugiarse de los ocho vientos dominantes. Cada barrio se dedica a
una cosa.
Calles: alineaciones rectas. No son un mero lugar de tránsito, sino un lugar donde
contemplar los edificios.
Plaza: para reunión y contemplación de edificios.
Se construyen pocas ciudades, pero las que se hacen son:
- Razones militares: la más representativa es Palmanova, en Italia, con forma
de estrella.
Características:
Uniformidad: todo se hace a la vez. Trazado ortogonal.
Ostentación: la ciudad es un reflejo del poder del Rey.
Carácter periférico: no se modifica el centro de la ciudad, se construye alrededor.
Como mucho se construyen nuevos edificios sin modificar el plano.
Perspectiva: los arquitectos barrocos dominan la perspectiva, usan la línea recta
con orden y sentido; focalizan la visión a los edificios. Hay una gran variedad de
espacios y formas. En definitiva, la ciudad abandona el plano y empieza a verse en
3D.
Afán filantrópico: el Rey, siguiendo la máxima del despotismo ilustrado de “todo
para el pueblo pero sin el pueblo”, construye hospitales, impulsa las obras civiles,
etc.
URBANISMO NEOCLÁSICO
La cultura enciclopedista orientó el arte hacia un sentido racional y consideró
indispensable el conocimiento científico y razonado de las fuentes clásicas. Fue así
como artistas de todas partes llegaron a Roma convirtiéndose en capital de la
cultura europea.
En este momento todos los aspectos de la actividad humana se sometieron al
estudio científico naciendo así una filosofía del arte que se llamó estética. A la hora
de diseñar los cánones clásicos tuvieron gran importancia las academias.
El Neoclasicismo proponía una selección de los motivos clásicos, revisando sus
valores para poder aportar una nueva visión en términos formales y morales
buscando un ideal de pureza que sirviera de crítica al rococó. Gran influencia tuvo
el descubrimiento de Pompeya y Herculano.
El nuevo estilo fue adoptado por la burguesía que impuso la severidad de las líneas
rectas al estilo griego. Su máximo esplendor lo logró con el estilo Imperio. Una vez
que había triunfado la Revolución francesa, la burguesía instalada en el poder
comenzó a utilizar procedimientos aristocráticos. En el arte, este hecho se vio
reflejado en la opulencia y el recargamiento que se acentuaron durante la
Restauración y con Napoleón III. El arte neoclásico perdió su pureza a favor de la
ostentación.
El centro artístico del neoclasicismo fue Francia.
1.1. El urbanismo. El estudio de la Antigüedad permitió conocer no sólo las obras,
sino también las ciudades. No se hicieron grandes planes urbanísticos, sino que
sólo se modificaron zonas de las urbes con el fin de ampliar y regularizar el
trazado. Un ejemplo fue el trazado que Carlos III dio a Madrid con el actual paseo
del Prado o la Puerta de Alcalá.
Existieron planteamientos de ciudades que tenían como fin conseguir un espacio
adecuado a la vida industrial. Destacó la planificación de los socialistas utópicos:
o Robert Owen propuso la construcción de pequeñas ciudades comunitarias
entorno a una plaza en cuyo centro se levantaría el edificio dedicado a servicios
públicos. Alrededor de la plaza se ubicarían las viviendas familiares, separadas por
jardines.
o Charles Fourier pesó que el urbanismo podía ser un medio de mejora social,
pero su proyecto, los falansterios, fracasó.
1.2. Características de la arquitectura neoclásica. Las características técnicas del
estilo se pueden resumir en una vuelta a las formas clásicas y el abandono del
movimiento y el gusto por sorprender.
- Las fachadas se conciben como las de los templos griegos y romanos.
- Se emplean los órdenes clásicos.
- Se incorporan los frontones con relieves.
- Se prefieren las cúpulas al estilo Panteón de Roma.
- Se usa la planta rectangular o la planta centralizada.
- Se busca la ausencia de elementos decorativos y la pureza de las formas
constructivas.
- Se busca una estética monumental y austera.
URBANISMO MODERNISTA
Aunque hay numerosos antecedentes históricos de planificación urbana es en el
siglo XIX, como consecuencia del espectacular crecimiento de las ciudades, cuando
el urbanismo alcanza su edad de oro, tanto en las elaboraciones teóricas como en
su aplicación práctica. Había que resolver, entre otros problemas, la adaptación de
las viejas tramas históricas a las nuevas necesidades urbanas, la búsqueda de
soluciones racionales para los nuevos barrios, y la conexión mediante vías de
comunicación del núcleo antiguo y los barrios en desarrollo.
Inicialmente el crecimiento urbano se produjo de forma espontánea y sus
consecuencias fueron muy graves ya que la mayor parte de la nueva población
eran obreros que trabajaban en la industria y vivían cerca de las fábricas en
condiciones durísimas, hacinados en viviendas insalubres, en calles sin pavimentar
y sin alcantarillado.
Fourier promovió la creación de falansterios, es decir de gigantescos edificios en el
que vivirían y trabajarían comunidades de, aproximadamente, 1600 personas, con
servicios comunes de biblioteca, comedor, etc.; las zonas de trabajo y de vivienda
estarían conectadas por patios y calles cubiertas. Las propuestas urbanísticas de la
primera mitad del siglo eran poco racionalistas y tuvieron poco éxito, por lo que
hablamos de urbanismo utópico. Los falansterios se crearían por acción voluntaria
de sus miembros y nunca deberían estar compuestos por más de 1.600 personas,
que vivirían juntas en un edificio con todos los servicios colectivos. todas las
persona serían libre de elegir su trabajo, y lo podría cambiar cuando quisiera, pero
los salarios no serían iguales para todos.
El espacio urbanizado domina cada vez más el planeta sin embargo a la vez va
desapareciendo paulatinamente la vida urbana, por la destrucción creciente de
cualquier espacio público de relación social, al ser sustituidos por los “no-espacios
infraestructurales donde se enseñorea la movilidad motorizada”. A la vez estas
metrópolis adoptan la gestión y el consumo como actividades hegemónicas
difuminándose las actividades directamente productivas lo que acentúa su
dependencia de territorios cada vez más lejanos, subordinándose acusadamente lo
local a lo global.
Consecuencias sociales.