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EL AURA HUMANA

Maestro Sri Deva Fenix (Prof. Félix E. Díaz)


Introducción

Considerables errores y confusiones se han originado acerca del aura humana, y las varias especulaciones y
teorías de algunos autores que trataron el asunto, a veces tergiversaron la verdad. Esto no es extraño, si
tenemos en cuenta que sólo ve el aura quienes tienen muy vigorosas facultades psíquicas. Los que
poseyendo una visión inferior sólo pudieron ver algunas de las más groseras manifestaciones de la
emanación que constituye el aura, creyeron y enseñaron que lo visto por ellos era todo.

Mientras que la verdad, es que tan sólo vieron parte del aura, quedando reservado lo demás para aquellos
individuos que poseen un superior desenvolvimiento espiritual (que siempre incluye a todo el hombre).
El aura es realmente una emanación de uno o varios de los siete principios del hombre. Radiaciones emitidas
por el principio y no una parte del principio. Cada uno de los siete principios del hombre irradia energía
visible a los sentidos psíquicos de ciertos individuos. Esta energía irradiada es de la misma índole que los
rayos X, invisibles a simple vista.

Desde la antigüedad, el hombre se ha preguntado a que era debido cierta luminiscencia corpórea que podía
ser observada en determinados personajes de gran relevancia, sobre todo en aquellos considerados de
procedencia divina. Así ya en el antiguo Egipto, podíamos observar como determinadas figuras de diosas
o dioses, eran representados con una especie de aureola en la parte superior de la cabeza, tal seria el caso de
la diosa Sekmek.

Esta cualidad se fue manteniendo con el paso de los tiempos, y en todas las culturas conocidas, podremos
observar como dicho fenómeno se sigue representando en los distintos grabados y
pinturas, donde a determinados personajes de tipo religioso y espiritual, como Buda, Mahoma, Moisés y
sobre todo Jesús, por poner un ejemplo, son representados con un fulgurante halo de luz, que les rodea la
cabeza. ¿Pero, porqué ocurre ese fenómeno?, ¿qué es el aura? El aura siempre ha sido un tema de polémica y
debate, ya que los estudiosos del tema no han llegado a ponerse nunca de acuerdo en su composición ni en el
origen de su procedencia, lo que ha motivado dispares opiniones, si bien está generalmente aceptada la
existencia del fenómeno, el cual ha sido objeto de exhaustivos estudios por parte de la comunidad científica,
a fin de encontrar la explicación a la visualización de un fenómeno que parecía reservado a individuos con la
capacidad de clarividencia, o a personajes religiosos en estado de trance místico.

El aura que emana de los cinco principios inferiores es visible para muchos psíquicos, y la claridad y
agudeza de visión dependen del grado de evolución o desarrollo particular alcanzado por el individuo.
Daremos en esta conferencia, una idea general del aura humana en rápida reseña de lo que a ella pertenece;
pero fácilmente se verá que ni en varios gruesos volúmenes se podría agotar el tema.

Es difícil asumir una información de esta naturaleza, pero confiamos en dar una idea bastante clara y justa a
los que atentamente escuchen. Como ya hemos expuesto, cada principio irradia energía que, al combinarse,
constituye el aura humana. Si el aura de cada principio se aparta de los otros, ocuparía el mismo espacio que
el ocupado por el aura de todos o de alguno de los principios, esto es, que las auras de los diferentes
principios se interpretan mutuamente, y como su tónica vibratoria es diferente, no se entorpecen unas con
otras (como los 7 colores en la Luz blanca).

Cuando hablamos del aura, significamos el aura entera del hombre, visible para el psíquico. Cuando
hablamos del aura emanada de algún principio particular, nos referimos distintamente a este principio.
Desde luego que la forma más grosera del aura humana es la del cuerpo físico: algunos la llaman “aura de
salud”, pues es seguro indicio del estado de la salud física de la persona de cuyo cuerpo irradia.
Una definición que englobaría lo mayoritariamente aceptado sobre el Aura, vendría a decir lo siguiente : "El
aura se puede considerar como un campo de fuerza o energía vital que envuelve a todo ser existente en
nuestra naturaleza, seres humanos, animales y plantas, e incluso hasta los metales y minerales, poseen un
tipo de aura especifico que los rodea."

El campo de fuerza energético del aura humana, es producido por las distintas vibraciones y frecuencias, que
emanadas de nuestro cuerpo, a través de los distintos puntos energéticos o Chakras (en sánscrito significa
rueda, y su descripción se correspondería con las emanaciones de energías, destinadas a controlar el caudal y
configuración que el sistema cuerpo-mente necesita, estando dicha energía compuesta de una materia sutil,
la cual se hace imperceptible al ojo humano no experimentado), se manifiesta mediante una gama de
emanaciones lumínicas de una frecuencia de espectro ultravioleta, por lo que generalmente, no es
perceptible a la visión humana, exceptuando a aquellas personas que manifiestan poseer cierta facultad de
clarividencia y que se podría relacionar con un determinado tipo de plasticidad de dichos individuos
en el cristalino del ojo. A este respecto, y como ejemplo ilustrativo, podríamos comprobar como los bebes y
algunos niños de corta edad, son sensibles a estas manifestaciones, cargadas de luminosidad y colorido, de
las personas que se encuentran a su alrededor, así como del resto de los seres vivos, y que no es otra
cosa que lo que se da en denominar el aura.

En el aura podremos observar una amplia gama de colores, estos van desde el blanco, hasta el violeta, a
imagen y semejanza de los que podemos ver en el arco Iris. Esta gama de colores, dependerá como ya
hemos comentado anteriormente, de la longitud de onda, o frecuencia de tipo electromagnética, que
controlan y procesan los chakras, los cuales además, tienen la facultad de incidir sobre las secreciones de las
glándulas hormonales.

Como todas las otras modalidades de aura, ésta se extiende por fuera del cuerpo físico biológico, hasta una
distancia de seis a nueve centímetros, pero según ciertas circunstancias, esta distancia puede aumentar.
Lo mismo que las demás modalidades de aura, es oval, y por ello algunos autores han llamado al aura
humana “huevo áurico”. El aura física es incolora(casi de un blanco azulado, parecido al color del agua
clara), pero de aspecto distinto de las demás manifestaciones del aura, puesto que aparece a la visión
psíquica como estriada por numerosas líneas finas que se extienden cual erizadas cerdas suaves que fluyen
saliendo del cuerpo.

En salud y vitalidad normal, las “líneas de fuerza o energía” salen rectas, mientras que en casos de
imperfecta vitalidad o mala salud están lacias como pelo flexible de un animal y en algunos casos parecen
un manto de pelo rizado, con los pelos enredados, torcidos y enroscados en todas direcciones, según sea el
caso y la circunstancia.

Este fenómeno proviene de la corriente de prana que vigoriza el cuerpo con mayor o menor intensidad. El
cuerpo está sano cuando tiene una provisión normal de prana, mientras que el cuerpo débil o enfermo sufre
por falta de prana, debida a los errores de conducta psícofísica (pensamiento negativo en general, angustias,
“darse manija”, gasto errado de energía o “vitalidad” y/o daño en lo biológico) .

El aura física es visible para muchos que sólo tienen un débil grado de visión psíquica y no pueden ver las
modalidades superiores del aura. A los psíquicos desarrollados les es algunas veces difícil distinguirla,
porque la oscurecen los colores de la forma superior de aura, y entonces para observarla se ven obligados a
inhibir las impresiones de las formas superiores de ella y admitir solamente las vibraciones de la forma
particular de aura que desean observar.

Las partículas desprendidas del aura física, permanecen mucho tiempo en el lugar donde la persona estuvo,
lo cual permite que los perros y otros animales que poseen muy fino olfato, sigan por el olor las huellas de la
persona o animal que rastrean.

El aura que emana del cuerpo etérico es como el principio mismo, de un color y apariencia vaporosa,
semejante al vapor de agua antes de desvanecerse. Es difícil distinguirla cuando está entremezclada con las
otras formas de aura, pero si se ha desprendido del cuerpo físico biológico, se ve claramente, sobre todo si el
observador no es receptivo a las vibraciones de los principios que irradian auras de varios colores.
Quienes hayan visto una forma etérica, o lo que vulgarmente se llama un fantasma, de alta o baja categoría,
recordarán haber visto una nebulosa forma ovoide vaporosa alrededor de la forma etérica.. En sus aspectos
superiores, el prana que la constituye, es difícil de describir, excepto para quienes han visto los rayos X. Se
ve algo como una nube vaporosa del color y aspecto de una chispa eléctrica, pues todas las manifestaciones
de prana se parecen a la chispa eléctrica.

Prana tiene un tinte suavemente rosado cuando está en el cuerpo, o cerca de él, pero pierde este aspecto en
cuanto se aparta algunos centímetros. El Adepto (Individuo de Desarrollo Espiritual “Super Humano”) ve
como este cuerpo sale del cuerpo biológico de quien “desencarna”; lo ve apartarse de este último, al cual
está ligado por un delgado hilo de materia etérica (el “cordón de plata”). Cuando el hilo se rompe, el alma se
marcha llevando consigo el cuerpo etérico, pasados tres días, se desprende a su vez de este último y el alma
“vuela” hacia el siguiente plano acompañada por su “cuerpo mental emocional”.

En los niveles más bajos del plano de la Mente Emocional (a veces llamado “bajo astral”) el alma
experimenta, el “infierno” de las religiones convencionales, que consiste en “vivir en carne propia” el dolor
que le hemos producido a los demás; así este sufrimiento queda grabado en nuestras “fibras más íntimas” y
en la próxima “vida” (encarnación) tendremos mejores predisposiciones para con todos.

En los niveles más altos (“astral superior”) el alma experimenta el “cielo” de las religiones convencionales,
que como ya supondrán los lectores consiste también en “vivir en carne propia” el bien que le hemos
producido a los demás. Así, según las enseñanzas Yoguis, “cada quién recoge lo que siembra” es un hecho
comprobado totalmente; cada uno de nosotros se construye su propio “cielo” o su propio “infierno”...

Cuando los chakras funcionan correctamente, se emite una luminosidad homogénea y de tonos suaves, en el
espectro ultravioleta, lo que indica una correcta armonía del cuerpo y la mente. Al contrario, los desordenes
físicos y psíquicos, son los responsables del cambio de color del aura, pasando a visualizarse colores oscuros
o con manchas, aspecto que nos indicará una deficiencia a nivel físico, como enfermedades de tipo
degenerativas, cáncer, procesos infecciosos, etc., así como desarreglos hormonales y psíquicos. A nivel
espiritual, se interpreta como indicación del grado de elevación que posee el individuo. De ahí la gran
importancia que la visualización del aura ha tenido siempre para los estudiosos y entendidos del tema, donde
hasta hace poco tiempo solo era posible acceder a través de las facultades de clarividencia.

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