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de Educación de la Fe
Módulo Moral Fundamental
Para contextualizarnos es necesario comprender primero que el análisis que realiza la Moral Cristiana
parte desde principios y fundamentos racionales que asumen una postura trascendente. Así, la Moral
Cristiana abarca todas las dimensiones del actuar humano teniendo 4 grandes temas: Moral
Fundamental, Moral Sexual, Moral Social y Moral de la Vida o Bioética. Estos grandes temas se
trabajan desde 4 principios fundamentales:
La finalidad de la ética cristiana no es legalista, ya que no reduce el actuar humano solo a un
cumplimiento de leyes y principios.
Se debe por sobre todo, respetar el sujeto desde su libertad, conciencia y, en definitiva, decisión.
Valorar el contexto cultural en el que se encuentra el sujeto que reflexiona y actúa, sin
discriminar ninguna realidad a priori y menos sin tener conocimientos profundos y adecuados de
ella.
La Moral Cristiana por sobre todo requiere argumentos razonables, convincentes y de diálogo
con el mundo no cristiano sin tener un afán de superioridad o dogmatismo predefinido.
De esta manera se puede establecer que la Moral en general (y también la cristiana) tiene un ámbito
sobre el que le concierne reflexionar y éste es sobre aquella capacidad o posibilidad aun cuando sea
pequeña, en el ser humano para realizar un comportamiento CONCIENTE y LIBRE pudiendo orientar
su conducta hacia una meta o finalidad.
Sin embargo hay dos ámbitos donde no se da la Moral, es decir, de suyo no concierne al análisis o juicio
moral. Por un lado lo instintivo (hambre, sed, cansancio) ya que se está frente a condicionamientos no
determinados ni libres; y por otro lado, el comportamiento de automatización programada; el actuar es
sólo fruto de un estímulo muy seleccionado anulando parcial o totalmente la conciencia y la libertad, por
esto la condiciona (totalitarismos por ejemplo). Ambas dejan de lado la libertad y la conciencia, por lo
tanto el discernimiento para actuar.
Depto. de Educación de la Fe
Módulo Moral Fundamental
La moral se fundamenta en el amor; citaremos a San Agustín que hace la siguiente afirmación: “Ama y
haz lo que quieras”, entendiendo que todo el actuar será siempre basado en el amor a Dios y al Prójimo
como telón de fondo esencial, por lo tanto siempre buscará en su actuar el bien del otro, de la sociedad,
de los más pequeños y débiles.
También, San Pablo en su carta a los Gálatas (Gal 5, 16ss), ilustrará este mismo sentido indicando que
quien vive orientado por el Espíritu no necesita la ley para saber qué hacer, ya que lo hará naturalmente,
dándole un sentido pleno a sus acciones, pero no sólo para cumplir las normas, sino por mucho más.
San Pablo, en la misma carta indica que la motivación de un cristiano es el actuar personal según el
criterio de Cristo, indicando que ya no es “él quien actúa sino Cristo a través de él” (Gal 2, 16); el padre
Hurtado se hacía una pregunta ética ¿Qué haría Cristo en mi lugar? Como discernimiento para una
decisión.
¿De dónde vienen y hacia dónde van todas estas reflexiones? ¿Cuál es el fundamento de estas
afirmaciones? Como cristianos, estamos convencidos que nuestro actuar requiere un fundamento
convincente que se base en argumentos reales e inclusivos en un mundo que no acepta siempre, de
buenas a primeras, el dato de la Moral Cristiana como válida. Otras veces le es indiferente. Por esta
razón, es necesario tener en cuenta algunas posturas con las que nos podemos encontrar en nuestra
sociedad del siglo XXI.
La Moral Cristiana no es subjetivista, aun cuando toma en cuenta la opinión y contexto de cada sujeto;
tampoco es legalista, aun cuando se basa en normas y principios objetivo que orientados al bien común;
finalmente no es relativista, aun cuando considera las circunstancias para ver atenuantes, agravantes o
eximentes de la responsabilidad de la persona frente al acto.
La Moral Cristiana estudia los actos humanos, partiendo de algunas bases fundamentales, que es desde
donde tomaremos principios, argumentos para analizar y calificar dichos actos; éstos, pueden ser
analizados desde diferentes puntos de vista, sin ser estos contradictorios. Cada uno aporta lo propio para
complementar el estudio.
La Razón. El análisis del comportamiento humano requiere se argumentado para poder
fundamentar en qué sentido es bueno o malo, es verdadero o falso, etc. La razón ayuda a
descubrir en qué sentido, el actuar libre y conciente del hombre se orienta a la verdad y a lo
bueno.
El acuerdo en vistas del bien común. Según la cultura, las circunstancias las condiciones de
posibilidad, el acuerdo o consenso; no es un acomodo de todo, sino un acuerdo en libertad,
tolerancia y consentimiento. Hay que tener ojo de no caer en los antivalores, es decir, a veces no
porque todos estén de acuerdo quiere decir que esté bien o que sea un valor en sí mismo. A
veces la sociedad masifica sin análisis o tergiversa sin razones concretas u objetivas ciertos
valores que llegan a actuar incluso contra el hombre (el aborto, la corrupción, algunas políticas).
La fe (fundamento evangélico). Se trata de un fundamento religioso, analizar el comportamiento
a luz de una la fe que se profesa. La pregunta desde el fundamento de la fe es ¿En qué sentido mi
actuar es consonante con la fe que digo creer y por lo tanto celebrar? En este sentido se dan
respuestas que no siempre satisfacen a los no creyentes; a veces son consideras absurdas, otras
infantiles, sobre todo por los argumentos que muchas veces se tienen para ello. Lo segundo es
justificar mi actuar siempre desde el nombre de Dios: a veces se puede caer en un
fundamentalismo, otras veces en una imposición de la religión.
Con estos fundamentos estudiaremos el trasfondo valórico y conceptual que fundamenta sus hábitos y
las costumbres de las personas. En definitiva su moral y se analizarán los actos en cuanto al objeto, la
intención y la circunstancia que son en última instancias las fuentes de la moralidad, es decir desde
donde analizamos que un acto es bueno o malo.
Actividad individual