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Por esta razón, Hax y Majluf (1997, pág. 24) consideran que el concepto de
estrategia es de carácter multidimensional, ya que "abarca todas las
actividades críticas de la empresa, proporcionándole un sentido de unidad,
dirección y propósito, y facilitando los cambios necesarios inducidos por su
entorno".
A partir de este enfoque integrador del concepto de estrategia, Hax y Majluf
(1997) consideran que la estrategia se convierte en la estructura fundamental a
través de la cual una organización puede definir su continuidad vital y facilitar,
al mismo tiempo, su adaptación a un entorno cambiante. La figura 1 refleja las
principales ideas que encontramos en torno al concepto de estrategia.
Como muchos autores han señalado, la estrategia es la forma de vincular la
empresa con su entorno. Si bien el entorno influye en la empresa
condicionando sus decisiones, ésta también forma parte del entorno de otros
competidores y los condiciona a su vez con sus propias decisiones.
En este primer nivel se trata de fijar una visión global de la empresa. Algunas
de las principales cuestiones de las que se ocupa la estrategia corporativa son:
la definición de la misión y los objetivos, el ajuste entre la empresa y su
entorno, la relación básica con los agentes externos, la búsqueda de
oportunidades para la creación de valor, la definición de los negocios en los
que se quiere participar o la forma como se quiere crecer y desarrollarse en el
futuro.
producción
comercialización
financiación
recursos humanos
tecnología
Análisis estratégico
Formulación de estrategias
Implantación de estrategias
A) Análisis estratégico
Podemos entender el análisis estratégico de una empresa como el proceso
mediante el cual es posible determinar el conjunto de amenazas y
oportunidades que el entorno presenta a la organización, así como el conjunto
de fortalezas y debilidades de la misma, de forma que permita a la dirección un
diagnóstico y evaluación de la situación y la correspondiente formulación de
una estrategia, una vez definidos la misión, la visión y los objetivos estratégicos
de la empresa.
Con esta finalidad, el análisis estratégico se compondrá esencialmente del
estudio de tres elementos que determinan el espacio estratégico en el que se
va a desenvolver la empresa, ejes sobre los que se construirá su estrategia:
B) Formulación de estrategias
El segundo bloque de la dirección estratégica corresponde a lo que se
denomina la formulación de estrategias. A partir del análisis estratégico, la
empresa trata de formular o diseñar –tanto en el nivel de negocio como en el
corporativo y funcional– las alternativas que tiene para conseguir la misión y los
objetivos elegidos a partir del contexto definido en los análisis externo e interno.
De este modo, se elegirán las estrategias competitivas –liderazgo en costes,
diferenciación, etc.– y se analizará su adaptación a diferentes contextos
competitivos, en función de distintas tipologías sectoriales. Las estrategias
corporativas se ocupan de definir las direcciones del desarrollo futuro de la
empresa –especialización, diversificación–, las formas o métodos de
crecimiento –interno, externo, cooperación– o el grado y las vías de
internacionalización más adecuadas. Todo ello se concreta en estrategias
funcionales para su implantación inmediata en las distintas actividades de la
empresa.
C) Implantación de estrategias
Una vez que han sido diseñadas diversas alternativas, es preciso evaluarlas
mediante la utilización de diferentes criterios, de modo que pueda ser elegida
una de ellas para su implantación posterior. Los criterios que se utilicen para la
evaluación de estrategias deben ser capaces de identificar la que, al menos a
priori, parece la mejor estrategia o alternativa posible.
La última parte del proceso supone poner en marcha la estrategia elegida y
recibe el nombre de implantación estratégica. Con este fin, es útil elaborar un
plan estratégico que recoja los objetivos y decisiones adoptados en etapas
anteriores, así como la asignación de medios y el camino a seguir para que la
estrategia tenga éxito.
Pero no todo depende de lo bien perfilado que esté el camino sino, entre otros
factores, de la capacidad del equipo directivo para liderar y estimular la
actividad de los recursos humanos de modo que los objetivos se consigan de
forma eficaz, así como de la estructura organizativa y la cultura empresarial
que sirvan de apoyo a la implantación.
La implantación se completa con la etapa de planificación y control estratégico,
que se ocupa primero de formalizar y posteriormente de revisar el proceso de
implantación de la estrategia, así como la adecuación de la misma conforme
van cambiando las condiciones internas o externas previamente definidas.
Esto supone verificar que los resultados obtenidos están de acuerdo con la
misión y los objetivos previamente planteados. Si no es así, deben
establecerse los mecanismos apropiados para corregir las deficiencias
producidas, que se pueden encontrar tanto en la fase de implantación como en
las de análisis estratégico, formulación o evaluación.
El proceso descrito en la figura 3 representa un proceso racional de toma de
decisiones estratégicas, es decir, una secuencia sistemática y deliberada de ir
adoptando el conjunto de decisiones que abarca el modelo. Dicho esquema
tiene la ventaja de proporcionar un método adecuado para el decisor. Sin
embargo, este proceso no siempre se da en la práctica, ya que pueden
aparecer aspectos políticos, relacionados con el poder, o situaciones de suerte
o azar que alteran dicho proceso.
A) ANÁLISIS ESTATICO:
B) ANÁLIS DINAMICO:
Planificación orientada hacia el exterior.- Pensar
estrategicamente .
A) Escuela racional
B) Escuela organizativa
http://cv.uoc.edu/annotation/286358c6568795c01a76cac86d69262e/495155/
PID_00144800/modul_1.html
http://www.aulamarketing.net/evolucion-de-los-sistemas-de-direccion-
empresarial/
http://www.aulamarketing.net/lineas-basicas-de-pensamiento-sobre-
direccion-estrategica/