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4 formas de pelear con tu pareja sin destruir tu matrimonio

¿Cómo devolver la paz a tu hogar?


Ella es sólo una niña, pero ha visto demasiado. Una niña de tan sólo diez años me preguntó si
podía hablar conmigo en privado.
“¿Qué significa cuando escucho a mamá llorando por la noche? ¿Por qué papá dice ‘Dile a tu
madre que hoy no vengo a cenar’ y mamá dice ‘Dile a tu padre que vamos a ir a comprar
zapatos’, siendo que ambos están en la misma habitación?”.
¿Qué le puedo responder a eso?
Todas las parejas están en desacuerdo en algunas cosas. Para algunas son los suegros, y para
otras el dinero, dividirse las responsabilidades del hogar o la forma de disciplinar a los hijos.
Siempre que dos individuos vivan juntos habrá ideas y opiniones diferentes. La cosa se pone
seria cuando los padres no saben cómo resolver sus desacuerdos con respeto y dignidad. Los
niños crecen viendo constantemente conflictos y oyendo a sus padres discutir. Viven con
negatividad y con formas incorrectas de tratar las discordias maritales.
Los niños desearían que su hogar fuera un lugar feliz, que no tuviera gritos, discusiones ni
problemas de conexión emocional. Cuando los padres se aferran a resentimientos o no saben
cómo resolver sus conflictos, los niños absorben las hostilidades.
El matrimonio nunca debe ser considerado un dolor crónico, ya que en realidad puede ser
nuestra mayor fuente de felicidad. Vivimos con nuestro mejor amigo, con la persona que
comparte todas nuestras alegrías y nuestras heridas; la persona cuyo amor llevamos en
nuestro corazón para siempre. Pero cuando no tenemos las herramientas necesarias para
comunicarnos como es debido, los desacuerdos y los conflictos pueden hacer que la vida de
casados sea miserable.
El judaísmo se refiere al hogar como un mikdash meat, un santuario en miniatura. Los niños
necesitan este refugio para poder crecer sintiéndose a salvo y seguros. Cuando creamos una
atmósfera de tensión y lucha en nuestro hogar, lentamente vamos socavando no sólo nuestro
matrimonio, sino que también la sensación de seguridad emocional que nuestros hijos
necesitan para florecer en la vida.
¿Cómo puede una pareja solucionar sus diferencias sin lastimarse ni destruir su matrimonio?
4 PASOS PARA RESOLVER LOS CONFLICTOS SIN DESTRUIR TU MATRIMONIO
1. Mantén tus discusiones en privado
Cuando sabes que hay un tema conflictivo, no lo discutas frente a otras personas. Decidan en
conjunto que de ahora en adelante discutirán sus temas en un lugar y momento privado.
Cuando pelean en público pierden la dignidad y por lo general se sienten avergonzados. Culpas
a tu pareja y te enojas aún más. No hace falta que los niños oigan los detalles de tus
discusiones. Si me dices que los niños deberían verse expuestos a las discusiones de los padres
porque así es la vida real, te respondo que en el mundo en que vivimos nuestros hijos ya están
expuestos a suficiente dolor y desafíos. La hostilidad entre los padres no debería ser expuesta
ante los niños. Lo mismo aplica para las conversaciones unilaterales y para el pensamiento de
que los niños no oyen porque están en el cuarto de al lado. Cuando los niños oyen a los padres
discutiendo, a menudo se ven forzados a tomar partido por uno o por otro; quedan atrapados
en el medio y se involucran en las discusiones de los padres. Esta situación no sólo es poco
saludable, sino que también ayuda a destruir aún más la relación entre marido y mujer.
2. Establece reglas de enfrentamiento
Independientemente de cuán terco seas o de cuán correctas sientas que son tus ideas, no
tienes derecho a denigrar a tu pareja. Nunca deberíamos creer que podemos quitarle la
dignidad a otra persona y menos aún a nuestro compañero de vida. Los niños no pueden crecer
pensando que denigrar, gritar, intimidar, burlar, amenazar, rebajar o ser hostil con los demás
está bien sólo porque pensamos distinto.
Y demás está decir que la violencia física (agarrarse, empujarse o cualquier otro tipo de asalto
físico) está fuera de discusión.
Por desgracia, cuando nos apasionamos con nuestras ideas actuamos de formas de las que
después nos arrepentimos. Ambos integrantes de la pareja deberían sentarse antes de que
aparezcan los conflictos y establecer reglas de conducta para los momentos en que no
concuerden. De esta forma nos aseguraremos de tratar nuestras diferencias de manera
respetuosa. No podemos esperar del comportamiento de nuestros hijos más que de lo que
nosotros mismos hacemos.
3. Descubre la fuente de tu enojo
Hay ocasiones en las que permitimos que las emociones se acumulen en nuestro interior hasta
que explotamos. A veces estallamos y no podemos explicar por qué la pelea se volvió tan hostil.
El problema es que en realidad estamos enojados por otras cosas, sólo que toda la emoción
sale en ese momento. Los dos pensamos que la discusión es sobre si pasar el domingo con tus
padres o no, pero en el interior uno está resentido porque el otro se queda hasta tarde en la
oficina y no llega a cenar. O cuando uno menciona que tienen una invitación para salir con
otras parejas y el otro no quiere ir. Lo que el primero no sabe es que el otro sigue enojado por
la última vez que salieron y se sintió humillado delante de los amigos. Nunca resolvieron el
tema y terminaron quedándose con sentimientos negativos.
No permitas que las emociones salgan a la luz sin una evaluación previa. Si estás enojado,
comunícate con tu pareja de manera respetuosa. Si no lo haces, de pronto podrías explotar y
reaccionar. Este tipo de lucha rápidamente se torna consumidora, porque el enojo albergado
amenaza con tomar el control de la conversación.
4. Enfócate en buscar soluciones
Muchas peleas son sólo acusaciones, quejas o críticas arrojadas en contra del otro. Tenemos
que dejar de jugar a culpar y aprender a vivir en unidad. La vida nos traerá desafíos. Nadie está
inmune. Discutir sobre quién tiene la culpa no sirve de nada.
En lugar de atacarse mutuamente, decidan buscar soluciones. La forma de hacerlo es que
después de comunicar las emociones, en lugar de abandonar la discusión sintiéndose mal
utilicen en cambio buenas herramientas de comunicación. Si tienes un lado sarcástico,
muérdete la lengua. Tómate un momento para reflexionar sobre lo que crees que tu pareja
está tratando de decirte. Trata de ponerte en los pies de tu pareja; tú no siempre tienes la
razón.
Decidan que ambos tratarán buscar una solución y discutirán las formas en que pueden hacer
que funcione. Una vez que hayan encontrado la resolución —ya sea pedir perdón, un nuevo
enfoque para lidiar con el trabajo y el dinero, un plan de disciplina más efectivo— no den un
paso atrás al recordar viejas quejas. Las soluciones nos hacen avanzar. No recicles discusiones
antiguas.
La lucha hostil nos agota y destruye la relación más preciada que tenemos. Podemos resolver
nuestros desacuerdos respetuosamente y crear una atmósfera de paz a pesar de nuestras
diferencias
Este tipo de pelea de pareja destruirá tu matrimonio
Tantas y tantas veces se pudo evitar destruir tu matrimonio, pero por desgracia elegiste pelear,
espero con esta sencilla guía lo puedas evitar.
 Seguramente has escuchado el dicho "El amor es ciego", esta frase suele definir a toda
persona capaz de amar a su pareja estando consiente o no de vivir una relación
destructiva. El matrimonio corre verdadero peligro cuando se decide acabar con él
debido a una fuerte pelea que ha salido de control.
 Discusiones y violencia intrafamiliar
 ¿Te ha pasado que en medio de una discusión o al final de ella, desquites tu enojo
destruyendo todo lo que se encontraba a tu alrededor? Esta reacción agresiva se
presenta en algunos matrimonios llevándolos a un peligro inminente. Es importante
tomar cartas en el asunto, si deseas que tu matrimonio no fenezca, evita peleas donde
los dos no sean capaces de controlar sus emociones.
 Una discusión es sana si se lleva en el margen del respeto mutuo. Un intercambio de
ideas defendiendo sus puntos de vista con pasión, pero si se llega a los extremos de no
poder controlar reacciones o la agresión física, será imposible mantener una relación
sana en tu matrimonio.
 Relee: Para ser feliz, a veces discutir es mejor que coincidir.
 Aprender a discutir sin pelear
 Por ello, se debe aprender a discutir, a intercambiar y a comunicar los puntos de vista,
establecer límites y saber ceder ante nuestro ego. Lo mejor es enfrentar la pelea usando
la razón sin dejar dominar el corazón.
 ¿Hay alguna forma de crear un "protocolo" que les ayude a los matrimonios a saber
cuándo su pelea o discusión ha salido de control? Sí lo hay. Aquí te doy mis consejos
para identificar las peleas dañinas:
 1. Cuando una discusión sencilla se sale de control generando un problema que no
existía.
 2. Al no darse cuenta que en medio de la pelea se alza la voz.
 3. Al no admitir que se está gritando o vociferando.
 4. Admitir que se ha perdido el control porque se comienza a golpear y destruir lo que
hay a su alrededor.
 Si los dos reconocen y aceptan estas sencillas reglas al momento de iniciar una pelea o
discusión, no se perderán en una vorágine de agresiones verbales o físicas que terminará
con su matrimonio.
 Relee: Las diferencias de pareja no tienen que ser motivo de discusión.
 Cómo transformar una discusión, en una pelea
 Una vez que ustedes han preparado o creado un protocolo, deberán identificar cuáles
son los errores que se cometen durante la discusión que la convierten en pelea. En mi
opinión son los siguientes:
 Descalificar a la otra persona.
 Discutir en un momento y lugar equivocado.
 Vociferar el problema sin plantear una salida o solución viable.
 Hablar solo de uno y no ponderar el punto de vista del otro.
 Ofender verbalmente a la otra parte, denostándola o menospreciándola.
 Recordar errores del pasado para dañar al otro.
 Mantener viva la discusión o el tema por muchos días.
 Reclamarse por cosas que se tenían guardadas a la hora de discutir otro tema.
 Acusar al otro de no querer encontrar una solución.
 Herir al otro y no reparar el daño.
 Como te podrás dar cuenta, la base sólida de toda relación en la que nos encontramos,
ya sea nueva o de muchos años, es la comunicación. Si nos hemos desgastado en el
pasado en discusiones estériles o hemos guardado resentimientos, es hora de
identificarlos y de comunicar con nuestra pareja eficientemente. No importa si los
iniciamos o no, no importa si tienes razón o no, la mejor medida para terminar con una
pelea verbal o física en nuestro matrimonio es el amor y la comunicación.

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