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EXTRAPIRAMIDALISMO

Síntomas Extrapiramidales: Causas, Tipos y Tratamiento

Los síntomas extrapiramidales son efectos secundarios que aparecen por el uso de fármacos
antipsicóticos u otros agentes que bloquean la dopamina en el cerebro. Se caracterizan por
contracciones involuntarias de los músculos que afectan a la postura, a la marcha y a los
movimientos.

Estos síntomas suponen generalmente efectos secundarios de los antipsicóticos típicos, y de forma
menos común, de algunos antidepresivos. Esto síntomas se presentan más a menudo en mujeres y
en personas mayores.

Los síntomas extrapiramidales pueden desarrollarse de forma aguda, retrasarse o superponerse,


haciendo que el diagnóstico sea muy complejo.

Históricamente estos síntomas eran muy comunes, pero hoy no son tan frecuentes debido al uso de
nuevos agentes antipsicóticos y de la terapia preventiva.

Estos síntomas se descubrieron por primera vez en la década de 1950, con la introducción de los
medicamentos antipsicóticos. También se conocen como antipsicóticos “tradicionales”, “de
primera generación” o “típicos” para el tratamiento de la esquizofrenia.

Los síntomas extrapiramidales pueden presentarse hasta en el 75% de los pacientes a los que se les
prescribe un antipsicótico típico. Estos pueden provocar una gran incomodidad que afecta a la
adherencia al tratamiento.

Es decir, estos pacientes abandonan el tratamiento farmacológico para eliminar los síntomas
extrapiramidales, aunque esto causaría la reaparición de los síntomas psicóticos.

Es importante realizar un diagnóstico diferencial, ya que pueden confundirse fácilmente con otros
trastornos como la ansiedad, la depresión mayor, el trastorno bipolar, parálisis cerebral, síndrome
de Tourette, lupus, intoxicación, etc.

Causas de los síntomas extrapiramidales

Al parecer, los antipsicóticos típicos, también llamados neurolépticos, actúan bloqueando los
receptores de dopamina D2. Estos fármacos se utilizan para reducir los síntomas de enfermedades
psiquiátricas como la esquizofrenia.

Ya que parte de la base de que en la esquizofrenia hay un exceso de receptores de dopamina en el


cerebro. Sin embargo, los antipsicóticos típicos pueden producir efectos secundarios. Por ejemplo,
si se bloquean los receptores D2 de los ganglios basales, se pueden alterar las respuestas motoras,
apareciendo los síntomas extrapiramidales.
Por otro lado, estos fármacos también producen cambios en los niveles de otros neurotransmisores
como la serotonina, la acetilcolina o la noradrenalina, pudiendo contribuir también al inicio de
síntomas extrapiramidales.

Los antipsicóticos típicos o de primera generación se desarrollaron en la década de 1950. Se


crearon para disminuir los síntomas psicóticos, mejorar el estado de ánimo y el comportamiento.

Sin embargo, estos fármacos parecían provocar una serie de efectos secundarios peligrosos. Por
ejemplo, problemas cardiovasculares, síndrome neuroléptico maligno y, por supuesto, síntomas
extrapiramidales.

Por este motivo, se crearon los antipsicóticos de segunda generación o antipsicóticos atípicos.
Actualmente se escogen como terapia de primera línea para tratar los síntomas psicóticos. Esto es
porque son más eficaces y no producen síntomas extrapiramidales ni otros efectos secundarios.

Otros medicamentos que también pueden producir síntomas extrapiramidales son algunos
descongestionantes, anticonvulsivos, antihistamínicos y antidepresivos inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina.

Tipos

Existen cuatro tipos principales de síntomas extrapiramidales que son:

Síntomas parkinsonianos

Se caracterizan por movimientos anormales similares a los que se presenta en la enfermedad de


Parkinson, e incluyen:

– Temblor fino que aparece cuando una parte específica del cuerpo está en reposo y desaparece
cuando se mueve de forma voluntaria. Generalmente se produce en las manos, aunque también
puede darse en la boca. En ese último caso, se presentaría lo que se conoce como el “síndrome del
conejo”, es decir, el fruncimiento y temblor de los labios.

– Rigidez en los músculos, lo que conlleva que las articulaciones se vuelvan inflexibles.

– Lentitud en los movimientos, especialmente en los movimientos voluntarios complejos


(bradicinesia). También puede presentarse ausencia de movimientos (acinesia). Pueden verse
afectadas las extremidades, la motricidad fina de los dedos y los movimientos al caminar.

Asimismo, pueden presentarse problemas con la voz, dificultades para tragar y para realizar
expresiones faciales.

Distonía
Este es un trastorno del movimiento que se caracteriza por contracciones involuntarias de los
músculos. Se presenta como contracciones repentinas y movimientos repetitivos que pueden ser
dolorosos.

Puede afectar a todos los músculos voluntarios del cuerpo como los del cuello (tortícolis), los de
los ojos (crisis oculógiras), los de la mandíbula, la lengua e incluso aquellos que intervienen en la
respiración.

Las reacciones distónicas se presentan más comúnmente en jóvenes y en las personas que llevan
poco tiempo utilizando medicamentos antipsicóticos

Acatisia

Es la incapacidad de una persona de mantenerse quieta, presentando la necesidad de moverse


porque se siente intranquilo o incómodo.

Las personas que presentan acatisia no pueden quedarse sentadas y se levantan continuamente
dando vueltas, frotando sus muslos o balanceándose. La acatisia provoca además sensación de
ansiedad y de imposibilidad de relajarse.

Discinesia tardía

Se caracteriza por movimientos involuntarios lentos e irregulares de diferentes partes del cuerpo.
Se presenta con mayor frecuencia en la lengua, los labios, la cara y el cuello, aunque también
puede darse en el tronco y en las extremidades.

Pueden darse chasquidos en los labios, la lengua sale y entra de la boca, o muecas. La persona
con discinesia tardía puede no darse cuenta de estos movimientos, lo cuales son muy obvios para
un observador.

Estos síntomas pueden presentarse tras varios meses o incluso años después de iniciarse el
tratamiento con antipsicóticos típicos, por eso recibe el nombre de “tardía”.

También puede ocurrir como efecto secundario de los medicamentos utilizados por personas de
edad avanzada. Generalmente este efecto es reversible, aunque hay casos aislados en los que es
irreversible.

Asimismo, puede presentarse cuando el paciente aumenta o disminuye la dosis de un antipsicótico


típico. En estos casos los síntomas pueden ser de corta duración.

Tratamiento

La mayoría de los síntomas extrapiramidales desaparecen con la interrupción de los antipsicóticos


típicos o sustituyéndolos por antipsicóticos atípicos. En la mayoría de los casos, la reducción de la
dosis puede generar un alivio de los síntomas, excepto para la discinesia tardía, que no se puede
predecir.

La acatisia se disminuye con la interrupción de los antipsicóticos típicos y con la utilización de


medicamentos ansiolíticoscomo el lorazepam, el diazepam o el alprazolam. También pueden ser
eficaces los bloqueadores de propanolol como el inderal.

Las distonías se pueden desarrollar de forma aguda y es necesario una intervención inmediata
utilizando agentes anticolinérgicos o antiparkinsonianos. Estos deben ser prescritos con
precaución porque tienen efectos secundarios como psicosis, dependencia, boca seca, taquicardia,
visión borrosa, confusión, etc.

TERATOGÉNICO

Medicamentos con los que hay que tener cuidado

Hay muchos medicamentos que atraviesan la placenta durante el embarazo y pueden llegar al
bebé. Entre estos medicamentos hay algunos que son especialmente peligrosos porque pueden
producir defectos en el bebé. La teratología es el estudio de las malformaciones congénitas y,
gracias a las investigaciones en este campo, se han creado listas de medicamentos de los que
deben alejarse las mujeres embarazadas.

Si estás en tratamiento por alguna enfermedad crónica que requiera el uso de estos medicamentos
y acabas de saber que estás embarazada, debes hablar con tu doctor antes de dejar de tomarlos. Tu
doctor determinará qué debes hacer, dependiendo de tu estado de salud.

Clasificación de los medicamentos durante el embarazo

La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA por sus siglas en inglés) ha establecido un


sistema para controlar las consecuencias del uso de los medicamentos durante el embarazo. Se
trata de un sistema de clasificación que usa una letra, dependiendo de lo peligrosa que pueda ser
esa medicina para una mujer embarazada.

Categoría A: Incluye los medicamentos que se consideran seguros durante el embarazo, porque se
han realizado pruebas para determinarlo. Por ejemplo, el ácido fólico o la vitamina B6.
Categoría B: Son medicamentos que se usan mucho durante el embarazo y que no parece que
causen problemas, como es el caso de la insulina para la diabetes, la cortisona, o incluso
el aspartamo para endulzar.

Categoría C: Agrupa los medicamentos que pueden tener efectos dañinos para la madre o para el
feto. Incluye medicamentos cuyos efectos aún se están estudiando. Generalmente los
medicamentos del grupo C vienen con una etiqueta que advierte de estos riesgos.
Categoría D: Incluye las medicinas que se sabe positivamente que han causado problemas de salud
en la madre o en el feto, por ejemplo, la fenitoína.
Categoría X: Son los medicamentos que han causado defectos de nacimiento y que bajo ninguna
circunstancia deben tomarse durante el embarazo, como por ejemplo, la talidomida.

Si estás preocupada porque has tomado algún medicamento y no sabes qué efecto puede haber
tenido en tu bebé, puedes ponerte en contacto con la Organización de Servicios de Información de
Teratología (si vives en Estados Unidos). En su sitio Web encontrarás un teléfono donde te
atenderán. También verás una lista de medicamentos clasificados por nombres, con información
en español sobre sus posibles efectos.

Nombre diferente, igual efecto

Los medicamentos cambian de nombre según el país, pero sus componentes genéricos tienen los
mismos efectos. Por eso es muy importante que no tomes ningún tipo de medicamento por tu
cuenta, sin consultar con tu doctor.

Abajo tienes una lista con los nombres en español de algunos de los medicamentos con los que
debes tener cuidado durante el embarazo. Esta lista es sólo una orientación. Si estás preocupada
por algo que tomaste, consulta con tu doctor o con la Organización de Servicios de Información de
Teratología.

Antibióticos: tetraciclina, doxicilina y estreptomicina. No tomarlos bajo ninguna circunstancia en


el embarazo.
Anticoagulantes de la sangre: derivados de la cumarina como la warfarina. No tomarlos bajo
ninguna circunstancia en el embarazo
Anticonvulsivos (tratamiento de la
epilepsia): fenitoína, carbamacepina, timetadiona, parametadiona y ácido valproico. Si tomas
anticonvulsivos, habla con tu médico antes de quedar embarazada o tan pronto como sepas que
estás esperando para que cambien tus medicinas a otras que no estén asociadas con
malformaciones congénitas
Antidepresivos: litio, paroxetina, fluoxetina.

Antimetabolitos y medicamentos contra el cáncer: aminopterina, busulfán, citarabina,


metotrexato (está completamente contraindicado en el embarazo), etc.
Antitiroideos (disfunción de la tiroides): tiouracil, propyltiouracilo. La tiroides se puede controlar
con un betabloqueador durante el embarazo.
Hormonas: andrógenos (hormonas masculinas) y DES (dietilestilbestrol). No se usan bajo ninguna
circunstancia.
Inhibidores ECA (enzima conversora de la angiotensina, [para la hipertensión y otros
problemas]): benazepril, captopril, enalapril, ramipril y otros. No se usan bajo ninguna
circunstancia, particularmente en el tercer trimestre del embarazo.
Medicamentos contra el acné y la soriasis: medicamentos que
contengan isotretinoina y etetrinato son contraindicados durante el embarazo.
Tratamiento de complicaciones de la lepra: talidomida. Se ha retirado del mercado.

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