Antes de comenzar la narrativa del proceso de investigación que el Señor Holmes
realizó, me es importante mencionar que con ella he comprobado una vez más que el conocimiento pertenece a aquellos que sin exigírseles, se disponen a adquirirlo, mostrando ante todo constancia y paciencia a pesar de los errores y fracasos aparentes, y digo aparentes pues, a través del ensayo-error se aprende mucho más que haciendo nada.
Aquí la narrativa del proceso seguido por Sherlock Holmes en el caso de Enoch Drebber y Joseph Stangerson:
Como primer paso, este personaje detectivesco inicio su preparación para
este caso, y muchos otros, desde tiempo atrás, pues se dedicó a estudiar y adquirir únicamente toda la información posible que atañese a la ciencia de su interés, no solo a través de lecturas sino de la práctica y reflexión continua de lo presente y pasado, pues aún lo viejo es relevante: “si quieres entender el presente tienes que ir al pasado”. No se adelantó a hacer teorías, antes bien espero con paciencia para reunir las pruebas necesarias. Su segunda naturaleza era observar, sabía que las evidencias pueden encontrarse en todas partes, por lo que fijó sus ojos detenidamente al llegar al lugar, incluso antes de poner los pies fuera del coche. Indagó a quienes habían descubierto el crimen por segunda intención. Examinó el cadáver detenidamente. Comenzó a reunir datos propios y de los otros detectives. No se limitó a la observación, sino que utilizó también el sentido del olfato. La evidencia recolectada fue analizada basándose en su experiencia y mediante el uso de aditamentos de autoría propia como su lente. No confió en toda la información obtenida por los detectives, sino que indagó por si mismo en el historial del país de origen de la víctima. Al haber reunido una buena base de datos, comenzó a descartar a posibles asesinos, entre ellos a una posible mujer; a esta conclusión llegó cuando hubo entrevistado al vigilante que encontró el cuerpo inerte. Dentro de todos los datos existía un anillo como prueba del crimen, y para encontrar al dueño de este, quien seguro estaría relacionado con el homicidio, astutamente lo atrajo con el anuncio publicado en el periódico local. Esta acción tuvo éxito pues una persona acudió a reclamarlo, sin embargo, no era quien pensaron sería, más el señor Holmes siguiendo el sentido de astucia decidió corroborar la autenticidad del testimonio de esta, por lo que se encaminó a seguirla, quedando un poco confundido ya que pareció haberle perdido la pista. Era astuto pues la investigación general, pero no por ello menos importante, la dejó a cargo de personas que pasarían inadvertidas en las calles, es decir no policías sino civiles comunes, quienes ayudarían a confirmar sus sospechas. Con el segundo asesinato confirmó que los detectives de Scotlan Yard habían aprendido a la persona equivocada. En este caso hizo una vez más, uso de su análisis profundo para confirmar mediante la demostración que ambos decesos habían sido perpetrados haciendo uso de veneno. Como mencionaba al inicio, era paciente y poseía la habilidad de análisis y observación lo cual lo condujo al victimario correcto.
En contraste con Sherlock Holmes la gente de Scotlan Yard, no tenía desarrollado
el sentido de la observación, sus métodos eran anticuados y cuadrados, no se atrevían a ir mas allá de lo académicamente enseñado, así que esto les impedía analizar detenidamente cada una de las pruebas y reflexionar en las cosas de apariencia insignificante, prueba de ello fue la palabra rache, pues debido a su falta de conocimiento de otros idiomas o tal vez a la falta de análisis, creyeron y casi aseguraban que el asesino podría ser una mujer, si Holmes no hubiera contrariado esta idea, hubieran perdido más tiempo en encontrar al responsable. Mas la astucia, experiencia y ensayo-error de Holmes pudieron desenmarañar tan tenebroso caso.