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TEXTO: unidad total de máxima comunicación.

Enunciado o conjunto de enunciados con


sentido unitario, producido en un contexto específico y con una determinada organización
sintáctica.

ENUNCIADO: es la unidad mínima de comunicación, cualquier producto del habla que tenga
sentido unitario e independencia sintáctica.

LAS PROPIEDADES TEXTUALES: adecuación, coherencia y cohesión

 ADECUACIÓN (hace referencia a la SITUACIÓN COMUNICATIVA) Es la propiedad textual que


da cuenta de la relación del texto con el contexto y situación, de qué manera el texto se
interpreta en relación a una serie de elementos extralingüísticos (fuera del mensaje: intención,
relación entre emisor y receptor, espacio en el que se emite el mensaje…).

 COHERENCIA (hace referencia a la ESTRUCTURA SEMÁNTICA) Cualidad de los textos que


hace que estos puedan ser comprendidos como una unidad de sentido. Existen tres tipos:
GLOBAL, LINEAL y LOCAL.

 COHESIÓN (hace referencia a la ESTRUCTURA SINTÁCTICA) Es la propiedad textual que


incluye los mecanismos de tipo sintáctico-semántico que se utilizan para explicitar las
relaciones que se establecen entre las diferentes partes del texto, sobre todo entre las
oraciones y entre los párrafos.

Adecuación, coherencia y cohesión

El valor comunicativo de todo texto se encuentra con dos clases de propiedades: superficiales
y profundas. Las primeras son las que se notan a simple vista; nos referimos a la ortografía y el
uso correcto de los signos de puntuación. Las segundas van más allá de lo que capta la mirada
y hacen al escrito diferente de todos los demás:
 Adecuación: cada texto ha sido escrito para ser utilizado en un momento y con un fin
determinados.

 Coherencia: las ideas de un escrito están enlazadas de manera lógica y ordenadas


mediante los nexos y los signos de puntuación para permitir la comprensión.

 Cohesión: cualquier texto constituye una unidad con un principio, un desarrollo y una
conclusión; pero al mismo tiempo, cada una de sus partes, así como los párrafos, son
independientes entre sí.

A continuación se expone sucintamente cada uno de estos grupos de conocimientos que


domina un hablante o un escritor. Además se explica qué es cada grupo y qué tipo de reglas
incluye, ejemplificándose los puntos más importantes con un texto comentado.

Adecuación

Cualquier lengua presenta variaciones: todos los miembros de la comunidad lingüística no


hablan ni escriben de la misma forma, tampoco utilizan la lengua del mismo modo en las
diferentes situaciones comunicativas. Primeramente, cada persona puede escoger entre usar
su variedad dialectal o el estándar. En segundo lugar, cada situación requiere el uso de un
registro particular que está determinado por el tema del que hablamos o escribimos (general o
específico), por el canal de comunicación (oral o escrito), por el propósito perseguido (por
ejemplo, informar u convencer) y por la relación entre los interlocutores (formal o informal).
Por ejemplo, si hablamos con un amigo de temas generales, posiblemente le diremos que nos
duele la garganta; mientras que, si vamos al médico, nos diagnosticará una faringitis o
laringitis. No utilizaremos las mismas frases o palabras si escribimos una carta a alguien o si le
telefoneamos para decirle lo mismo. Si queremos informar a alguien seremos objetivos e
imparciales; sin embargo, si lo que pretendemos es convencerle, seremos subjetivos y
parciales. Estas elecciones tienen también implicaciones importantes: puede que algunas
personas desconozcan qué es una faringitis o laringitis y los desconocidos podrían molestarse y
pensar que somos unos maleducados si utilizamos expresiones vulgares.

La adecuación es la propiedad del texto que determina la variedad (dialectal/estándar) y el


registro (general /específico, oral/escrito, objetivo/subjetivo y formal/informal) que hay que
usar. Los escritores competentes son adecuados y conocen los recursos lingüísticos propios de
cada situación. Saben cuándo hay que utilizar el estándar y también dominan los diferentes
registros de la lengua (por lo menos los más usuales y los que tienen que usar más a menudo).
Gregory y Carroll (1978) han estudiado este tema a fondo.

Coherencia

Hay informaciones relevantes, que son apropiadas para el texto, y otras irrelevantes, que son
superfluas e innecesarias. Cuando hablamos y escribimos debemos saber discriminar estos dos
tipos de informaciones. Por ejemplo, en un curriculum vitae elaborado para solicitar un trabajo
de traductor, hay que incluir informaciones sobre el conocimiento de idiomas, sobre la
experiencia laboral adquirida en este campo y otros afines, las obras traducidas, etc., pero no
hace falta mencionar otras actividades laborales (camarero, vendedor de enciclopedias, ele.).
Cuando hablamos coloquialmente y no se ordenan las informaciones de manera lógica y
comprensible, se nos sugiere que hay que estructurar de una manera determinada las
informaciones relevantes. Por ejemplo, en el caso del curriculum vitae se suelen dar primero
los datos personales (nombres, direcciones, edad, etc.), después los títulos y los estudios
(carreras, cursillos, etcétera), las experiencias laborales, las publicaciones, etc., y no sería
coherente saltarse este orden, mezclando trabajos con estudios o publicaciones con títulos.

La coherencia es la propiedad del texto que selecciona la información (relevante/irrelevante) y


organiza la estructura comunicativa de una manera determinada (introducción, apartados,
conclusiones, etc.). Teun A. Van Dijk (1977 y 1978) ha propuesto la noción de macroestructura
para caracterizar estos dos aspectos. La macroestructura de un texto es la “representación
abstracta de la estructura global de su significado”. Es un tipo de esquema que contiene todas
las informaciones del texto y las clasifica según su importancia y sus interrelaciones
(gráficamente tiene forma de árbol con corchetes o flechas que se ramifican). Los escritores
competentes dominan este tipo de estructuras y las utilizan para construir y organizar el
significado del texto.

Cohesión

Las diferentes frases que componen un texto se conectan entre sí formando una densa red de
relaciones. Los mecanismos que se utilizan para conectarlas se denominan formas de cohesión
y pueden ser de distintos tipos: repeticiones o anáforas (la aparición recurrente de un mismo
elemento en el texto, a través de la sinonimia, la pronominalización o la elipsis), relaciones
semánticas entre palabras (antonimia, hiponimia), enlaces o conectores (entonación y
puntuación, conjunciones) etc.

Así pues, la cohesión es la propiedad del texto que conecta las diferentes frases entre sí
mediante las formas de cohesión. Estos mecanismos tienen la función de asegurar la
interpretación de cada frase en relación con las demás y, en definitiva, asegurar la
comprensión del significado global del texto. Sin formas de cohesión, el texto sería una lista
inconexa de frases y la comunicación tendría grandes posibilidades de fracasar, puesto que el
receptor debería conectar las frases por sí solo, sin ninguna indicación del emisor y con un
elevado margen de error.

PROPIEDADES TEXTUALES

Un texto es un enunciado o conjunto de enunciados que tiene un sentido completo. Puede ser
tanto la exclamación ¡Fuego!, en una situación de peligro, como la trilogía literaria “El señor de
los anillos”, un chiste, una noticia, las instrucciones de un juego de rol o un poema.

Propiedades del texto: Todo texto debe tener tres propiedades fundamentales: coherencia,
cohesión y adecuación.

Coherencia textual

Estudia cómo se desarrollan las ideas en el texto, si la información transmitida está bien
estructurada y separada en distintos apartados, etc.

Por tanto tiene que ver con el tema del texto, el desarrollo de las ideas y su sentido
global. También se relaciona con los tipos de texto: no tiene la misma estructura un texto
narrativo (introducción, desarrollo, conclusión) que una noticia periodística (titular, entradilla,
cuerpo) o un texto argumentativo, en el que el autor incluye su punto de vista.

Típicas preguntas relacionadas con la coherencia textual: ¿Cuál es el tema del texto?,
resume su contenido, cuáles son las ideas principales y secundarias, etc.
Tengamos en cuenta que un texto se organiza en párrafos y esta organización está totalmente
relacionada con el sentido del texto. En un texto expositivo, aquel que explica un tema (por
ejemplo, un tema de una materia determinada, digamos, lengua castellana o biología), es
habitual que la persona que realice el texto elabore un esquema previo, donde
diferencie las ideas principales de aquellas que le sirven de ejemplo, para corroborar o
demostrar lo que está diciendo. Algo similar tenemos que hacer cuando elaboramos o
realizamos un esquema determinado para estudiarnos un tema.

Por otra parte, en los textos argumentativos el emisor parte de un punto de vista y, según ese
punto de vista, elabora sus argumentos. El punto de vista se resume en la tesis que
defiende y esta puede aparecer al principio del texto (analizante o explicativa),al
final (sintetizante o conclusiva), o bien, de forma circular o encuadrada (al principio y al final
del texto). En el caso de que la tesis no aparezca en el texto de forma explícita,será el lector
quien tenga que deducirla (en ese caso decimos que la tesis se sobreentiende, está
implícita en el texto, aunque no aparezca directamente).

Cohesión textual

Se refiere a cómo son usados los elementos lingüísticos, las diferentes clases de palabras, las
oraciones, los elementos que sirven para conectar ideas, etc.; en definitiva, los recursos que
tiene una lengua para lograr que ese texto tenga sentido.

Así podemos hablar de cohesión léxica o semántica: repeticiones de palabras, palabra clave,
familia léxica, campos semánticos, sinónimos, antónimos, figuras literarias (por ejemplo,
metáfora, personificación, símil o comparación, etc.).

También tenemos que tener en cuenta la cohesión gramatical: las sustituciones de los
pronombres para evitar repeticiones innecesarias de palabras, anáforas y catáforas. En el
primer caso el pronombre se refiere a algo que ha aparecido con anterioridad. Por ejemplo:
Pedro y Juan se llevan genial. Ellos (anáfora) se conocen desde pequeños. Catáfora: Al revés.
Primero aparece el pronombre y luego se cita a lo que se refiere: Todos (catáfora) lo hicieron
bien. Los chavales se esforzaron y sacaron buena nota en el examen.

Otros procedimientos de cohesión textual gramatical son: por ejemplo, la elipsis, es


decir, evitar repeticiones innecesarias. Si se ha citado a alguien al principio, no será necesario
repetirlo continuamente. Además de estos procedimientos tenemos la deixis,o. lo que es lo
mismo, los mecanismos para señalar quienes participan en el mensaje (por ejemplo, quién es
el emisor del texto o el receptor, en qué lugar se desarrollan los hechos (deixis espacial) o en
qué tiempo (deixis temporal). Ejemplos de deixis espacial o temporal serían los propios
adverbios de lugar o tiempo.

Fianlmente estarían los conectores: palabras que sirven para enlazar las oraciones. Por
ejemplo, para estructurar el contenido de un texto expositivo: En primer lugar, seguidamente,
a continuación, finalmente, etc.

Adecuación textual
La última propiedad textual es la adecuación y ahí debemos tener en cuenta la intencionalidad
del texto (crítica, divulgativa o didáctica, estética –si se trata de un texto literario-. Nos
fijaremos en el tipo de texto (narrativo, descriptivo, expositivo, argumentativo,
instructivo) y en su ámbito (periodístico, administrativo, de las relaciones personales,
publicitario, literario) y en el registro que se emplea (culto, con tecnicismos, estándar,
coloquial, etc. No es lo mismo la conferencia que puede dar un profesor universitario en su
clase sobre el cambio climático que la charla que puede dar en una clase repleta de
adolescentes.

Monólogo en tercera persona del singular. Todo el texto se basa en suposiciones.

Esa chica de azul que espera ahí enfrente (deixis espacial) en el semáforo ¿quién será?,(deixis
personal) ¿adónde irá con el bolso en bandolera? (interrogaciones retóricas) No sé nada (de la
chica, anáfora) de ella, (anáfora también) aunque, en otras circunstancias, (conector textual)
pudo haber sido quizá la mujer de mi vida. Por la calle(deixis espacial) pasa un furgón de
policía y el aire de la ciudad se rasga con sirenas de ambulancias (figura literaria, sinestesia,
mezcla de sentidos). La chica (repetición) será secretaria, enfermera, camarera o profesora
(campo semántico). En el bolso llevará un lápiz de labios, un peine, un bono de autobús, polvos
para la nariz y una agenda con el teléfono de unos primos del pueblo, de algún amigo, de algún
amante. (campo semántico, suposiciones) ¿Cuántos amores frustrados habrá tenido? Hay un
rumor de motores. La joven me ve desde la otra acera y probablemente también estará
pensando algo (catáfora, luego especifica lo que cree que estará pensando) de mí (anáfora,
deixis personal). Creerá que soy agente de seguros, un tipo calvo, muy maduro, con esposa y
tantos hijos o que tengo un negocio de peletería, un llavero en el bolsillo, una úlcera de
estómago y 30 euros en la cartera. Se oyen violentos chirridos de caucho, la tarde ya ha
prendido las cornisas. El semáforo aún está rojo. Si esa mujer y yo (hipótesis) nos hubiéramos
conocido en cierta ocasión, tal vez nos habríamos besado, amado, casado, odiado, gritado,
reconciliado e incluso separado. (enumeración de participios verbales) Lleva un abrigo azul.
Parece un poco frágil y vulgar. No sé nada de ella. (Repetición, reitera la misma idea.) Desde el
otro bordillo (espacial) la chica también (conector de afirmación) me observa. ¿Qué estará
imaginando? Que soy un sujeto anodino, operado de apendicitis, con muchas letras de cambio
firmadas para comprar un vídeo. Sin embargo, (conector de oposición) pude haber sido el
hombre de su vida. Pude haberlallevado a la sierra con una tortilla o a Benidorm con grandes
toallas y un patito de goma. Finalmente (conector, para finalizar el texto) huye el último coche
y el semáforo se abre. Por el paso de peatones la chica avanza hacia mí y yo voy hacia ella. Los
dos, al cruzarnos, sorbemos sesgadamente nuestro rostro anodino con una mirada y, al llegar
cada uno a la acera contraria, ya para siempre (deixis temporal) nos hemos olvidado. En la
ciudad se oyen sirenas de ambulancia

Modalidades textuales

Constituyen modalidades textuales o discursivas las distintas formas que escoge un ser
humano para organizar el contenido de un texto o discurso oral o escrito. Fundamentalmente
son cuatro: exposición, argumentación, descripción y narración. Otros incluyen una quinta,
el diálogo.

Características
Por lo general, las modalidades discursivas, al igual que los géneros literarios, siempre se
presentan puras, si bien una de las quince predomina hasta el punto de que se puede
caracterizar más por ella que por cualquiera de las otras, que aparecen dominantes solo en
algún párrafo o secuencia nada más. Y así es raro encontrar textos expositivos que incluyan
algún pasaje argumentativo y viceversa, o textos narrativos que incluyan algún momento de
descripción y viceversa. Es más, los textos expositivos no pueden incorporar pasajes
descriptivos y al contrario.

Tipología[editar]

Exposición[editar]

Artículo principal: Texto expositivo

La exposición tiene por cometido explicar e informar. Analizar la información mediante la


presentación de una idea. Por lo general se continúa con la modalidad argumentativa, que
aporta las pruebas pertinentes y la valoración y debate razonado correspondiente de las
mismas. En contextos narrativos (por ejemplo, reales o históricos y literarios o ficticios), la
exposición proporciona información básica para enseñar en el primer caso o entretener en el
segundo. En otros contextos, por ejemplo, de comunicación técnica, su propósito es enseñar e
informar. Emplea diferentes procedimientos retóricos tales como la clasificación, la
comparación, el contraste, la analogía, la definición y el ejemplo. Su estructura suele ser
temática: deductiva o analizante (que va de lo general a lo particular: tesis al principio, datos y
especificaciones después), inductiva o sintetizante (de lo particular a lo general: datos y
especificaciones al principio, tesis al final como conclusión) o encuadrada (tesis al principio,
datos y demostraciones luego, y reformulación de la tesis al final). En los textos expositivos
predomina la función representativa o referencial de la lengua, al estar orientada a
proporcionar información. Su propósito es hacer saber, hacer comprender y aclarar, no
convencer al interlocutor ni influir en él. Por ello se valora por cuatro valores: objetividad,
neutralidad, verdad y profundidad. Puede ser divulgativa (destinada a un público amplio sin
conocimientos específicos del tema) o especializada (destinada a personas ya instruidas en el
asunto que trata la exposición)

Los géneros literarios de la exposición suelen ser también pragmáticos (informes, comunicados
de prensa, noticias, recetarios, textos prescriptivos o de instrucciones, testamentos, artículos
científicos, artículos de diccionario, tratados (con subgéneros como la enciclopedia, el manual
y el libro de texto), las obras de referencia, las guías de usuario, las normas técnicas,
los reglamentos, los diccionarios...

Características lingüísticas:

1. Léxico especializado (tecnicismos y neologismos) con significado denotativo, sobre


todo en exposiciones especializadas.

2. Predominan los verbos en presente del modo indicativo con valor gnómico o
atemporal (objetividad / hechos de carácter universal).

3. Tendencia a la monosemia y a evitar términos ambiguos o polisémicos.

4. Uso de marcadores del discurso consecutivos, causales, finales, contrastivos,


explicativos, ilativos.
5. En su sintaxis predomina la subordinación adjetiva y circunstancial. Son frecuentes las
oraciones atributivas para definir conceptos y construcciones nominales. También
encontramos oraciones coordinadas y yuxtapuestas, que hacen más ágil y comprensiva
la lectura.

6. Al tender a la objetividad suele recurrir a verbos impersonales, a construcciones


pasivas reflejas y a eliminar el sujeto hablante mediante plurales de modestia o
sociativos.

Argumentación[editar]

Artículo principal: Texto argumentativo

El propósito de la argumentación es persuadir o convencer demostrando la validez de una


idea, criterio o punto de vista presentando un razonamiento lógico, discutiendo y
argumentando y rebatiendo objeciones en contra para convencer a fondo al lector. Posee el
objetivo adicional de instar o invitar al lector a tomar algún tipo de resolución o acción.

La estructura de estos textos suele ser temática: exposición del tema, formulación de la tesis,
enumeración de los argumentos, refutación de objeciones y conclusión.

Los géneros pragmáticos y literarios que engloba son los anuncios publicitarios,
la reseña crítica o recensión, el ensayo, la crítica literaria, cinematográfica, teatral, deportiva,
televisiva, musical o de cualquier otro tipo, el editorial, el artículo de opinión, la carta de
solicitud de empleo, la carta de recomendación, las cartas al director, el discurso político,
etcétera.

Otro tipo de texto persuasivo es la sátira, que emplea un humor crítico y corrosivo con el fin de
hacer meditar sobre algún aspecto censurable de la vida o de la sociedad. Tal vez el ejemplo
más famoso es Jonathan Swift Una modesta proposición.

Los argumentos que utiliza pueden ser fuertes (convincentes), débiles (no fidedignos),
pertinentes (que se relacionan con el tema), irrelevantes (que no tienen nada que aportar),
irrefutables (que no admiten réplica ni discusión) o falacias (argumentos sibilinos que en
realidad son engaños y no son válidos) y de distintos tipos:

 Objetivos: datos, cifras, hechos verificables empíricamente.

 Ejemplificación: ejemplos, casos que apoyan la tesis.

 De autoridad: opinión de personas u organismos con prestigio o basadas en lo


comúnmente aceptado por una comunidad.

Descripción[editar]

Artículo principal: Texto descriptivo

El propósito de la descripción es presentar, inventar o pergeñar una persona, lugar, evento o


sentimiento para que el lector pueda imaginar, por lo general de la forma más visual y
concreta, cuanto se está presentando o describiendo.

Como la descripción pone en evidencia la percepción o punto de vista que tiene el autor sobre
lo que presenta o describe puede ser subjetiva, aunque también puede prescindir de su
subjetividad y hacer una descripción objetiva. Por lo general recurre al orden de presentarlo a
través de sus cinco sentidos, pero también puede adoptar una estructura temática:
presentación del objeto, detalles, partes que lo forman, funciones, usos etc.

Géneros literarios que la utilizan son la ecfrasis, la hipotiposis, la prosopografía, la etopeya,


el retrato, el paisaje, la topografía, la memoria, etcétera. En el diario suelen describirse los
hechos a los que uno ha asistido. En la poesía lírica se suelen también describir sentimientos y
vivencias.

Entre sus rasgos lingüísticos pueden enumerarse los siguientes:

1. Oraciones enunciativas atributivas y abundancia de sustantivos y adjetivos, así como


de subordinadas adjetivas y construcciones preposicionales, sobre todo CC de tiempo,
modo y lugar.

2. Los tiempos verbales dominantes son el presente o el pretérito imperfecto de


indicativo

3. Para la descripción objetiva, que suele ser científica y especializada, suele usarse la 3.ª
persona y adjetivos especificativos y descriptivos, y para la subjetiva, que suele ser
literaria, la 1.ª persona y oraciones exclamativas.

4. Característica morfosintáctica de la descripción objetiva es el uso de adjetivos,


presente atemporal y tecnicismos y de la descripción subjetiva el uso de adjetivos
valorativos y recursos expresivos.

Narración[editar]

Artículo principal: Texto narrativo

El propósito de la narración es contar un hecho real o ficticio o una serie de ellos. A esta serie
de hechos se la suele denominar trama o argumento. Estos hechos se disponen en forma de
secuencia por lo general cronológica (planteamiento, desarrollo o nudo y desenlace) o lógica
(condiciones, causas, consecuencias, dificultades, fines), pero los narradores que pretenden
algo más que explicar los hechos suelen alterar el orden según una conveniencia pragmática o
artística. Por ejemplo, los narradores hábiles suelen posponer el comienzo de la historia hasta
después de que ya se ha captado y fijado la atención y el interés del público que escucha la
historia, a fin de que puedan soportar que se les presenten los personajes y los marcos
espaciotemporales (cronotopo) de la historia, que es lo menos atractivo de la misma y que
suele ocupar más tiempo al principio. A este orden se le llama comienzo in medias res, o
"mediadas las cosas". Junto a estos elementos, sobre todo si la narración es elaborada y
compleja, es importante contar además con narrador, personajes y temas.

Los géneros literarios incluidos dentro de esta modalidad son la anécdota,


la biografía y autobiografía, la epopeya, el cantar de gesta, la novela, el cuento o relato corto,
el cuento folclórico, el mito, la historia, la historia oral, la leyenda, el romance...12

Los recursos lingüísticos que esta modalidad selecciona suelen ser:

1. Para el relato de hechos: oraciones enunciativas y predicativas.

2. Para situar las acciones: perfecto simple, pretérito imperfecto y presente de indicativo;
circunstanciales de tiempo y lugar.
3. Para el orden lógico de las acciones: subordinadas causales, finales, consecutivas y
coordinadas copulativas.

4. Usan verbos de acción, movimiento y lengua.

Diálogo[editar]

Un texto dialogado es una conversación oral o escrita entre dos o más personas. Por lo general
consta de un hablante y un oyente que van alternando estos papeles. Se distribuye en
"parlamentos" encabezados por un guion, o por el nombre de quien habla en versalitas (esto
es, letras mayúsculas o capitales) si se trata de teatro, seguido por dos puntos. Y existen dos
modalidades: el diálogo en estilo directo y el diálogo en estilo indirecto.

El género literario en que más se utiliza es en el teatro o género


dramático (comedia, tragedia, tragicomedia, ópera, farsa...), en que se suele acompañar
de acotaciones y apartes y se divide en escenas, cuadros y actos; pero también se emplea en
la entrevista periodística, en el debate... También se suele insertar dentro del texto narrativo,
en novelas, seriales radiofónicos, cinematografía... Los registros idiomáticos indican el nivel de
instrucción de las personas que intervienen en el diálogo: niveles culto, coloquial o vulgar.

Las características lingüísticas de los textos dialogados son las siguientes:

 1. Referencias deícticas al tiempo y lugar donde ocurre la acción: adverbios de lugar y


de tiempo y demostrativos (allí, hoy, mañana; éste, aquél, etc.)

 2. Frecuentes pronombres en primera persona (el que habla, yo, me, mí, nosotros,
nos) y en segunda persona (el que escucha: tú, te, ti, vosotros, os) y abandancia
de anáfora y catáfora.

 3. Frecuentes conectores (adición, explicación), es decir, aparecen muchas oraciones


coordinadas copulativas, explicativas, además de causales, consecutivas...

 4. Redundancias (repeticiones) frecuentes, por pleonasmo o intensificación de lo que


se quiere decir: "Yo mismo lo vi", "entra adentro", "sube arriba", "ven aquí"). También
se utilizan las muletillas ("o sea", "bueno") y giros coloquiales. Inversamente, se
excluyen algunas palabras que solo se usan en la expresión escrita ("mas" = pero, por
ejemplo)

 5. Frecuentes elipsis, reflejada con puntos suspensivos o simplemente indicando que


un interlocutor interrumpe a otro. Son frecuentes las frases sin terminar y
los anacolutos (cambios de construcción en la frase que dejan la primera sin terminar).

 6. La elipsis provoca frecuentes frases sin verbo y meros enunciados o frases


nominales. Abundan las proformas y las exclamaciones. Las oraciones más frecuentes
son simples, coordinadas, yuxtapuestas.

 7. En el estilo indirecto abundan los verba dicendi o verbos de lengua que introducen
el parlamento o el diálogo: "Dijo, expuso, protestó, comentó, preguntó, refirió..."

 8. El tiempo verbal predominante es el presente ("hablan" de lo que está ocurriendo) y


el pretérito perfecto compuesto ("he dicho": la acción ha terminado pero en un
tiempo o espacio que no ha acabado para los que dialogan).
 9. En el nivel fónico son muy frecuentes las oraciones exclamativas, interrogativas y
todas las que expresan estados de ánimo (exclamativas) o necesidad de que el
interlocutor aclare lo que está diciendo (interrogativas)

 10. A veces se utilizan onomatopeyas ("¡ssshh!") o interjecciones (oh, eh, ah, psé, bah)
o fórmulas de expresividad fonética para referirse a situaciones de silencio, sonidos de
ambientes...

Las modalidades textuales


Hablamos de modalidades textuales para referirnos a las distintas funciones con las que nos
comunicamos, tanto en la lengua oral como en la escrita. Las modalidades textuales básicas
son cinco (la narración, la descripción, la argumentación, la exposición y el diálogo) y las
utilizamos con frecuencia en nuestra comunicación cotidiana. No obstante, lo más habitual es
que estas modalidades se combinen unas con otras en los textos. Es decir, no es frecuente
encontrar un texto, por ejemplo, que sea puramente narrativo, pues como unidad
comunicativa puede presentar, además de fragmentos narrativos, fragmentos de otra
modalidad, como puede ser la descripción.

La narración es un tipo de texto en el que un narrador cuenta una


serie de hechos, que pueden ser reales o imaginarios, protagonizados
por unos personajes. Estos hechos suceden en un periodo de tiempo
y en un espacio concreto. Para que una narración se produzca, por lo
tanto, es necesario que se den los siguientes elementos:

 Narrador: es quien cuenta los hechos que suceden en la narración, y puede hacerlo en
primera persona, si participa en el relato, o en tercera persona, si conoce la historia
pero no forma parte de ella.

 Personajes: son los que se encargan de realizar las acciones que van sucediendo a lo
largo de la narración.

 Espacio: el lugar donde suceden los acontecimientos que se narran puede ser real o
imaginario, dependiendo del tipo de relato.

 Tiempo: puede tratarse del pasado, el tiempo presente o el futuro

 Acción o trama: el conjunto de sucesos y acontecimientos que son necesarios para


contar la historia. Lo normal es que la narración responda al siguente esquema:
planteamiento, nudo y desenlace.

La descripción es aquel texto que explica, de forma detallada y


ordenada, cómo son las personas, los animales, los lugares o los
objetos. De forma general, podemos distinguir dos tipos de
descripción, según la finalidad o la intención que tengamos a la hora
de realizarla:

 Técnica: es aquella que realizamos si tenemos una finalidad práctica, es decir, si solo
perseguimos que el receptor asuma una serie de características, como propias, de un
objeto o de una persona.
 Literaria: es la que se caracteriza por su pretensión de emocionar al lector mediante la
descripción de un sentimiento, un personaje, un paisaje... En definitiva, aquella en la
que predomina la función poética. Podemos diferenciar diferentes tipos:
prosopografía, etopeya, retrato, caricatura y topografía.

Un texto expositivo es aquel en el cual se presentan, de forma


neutral y objetiva, determinados hechos o realidades. Aunque la
función predominante en este tipo de texto es la referencial, no
todos los receptores tenemos los mismos conocimientos para
entender fácilmente cualquier discurso expositivo, ya que estos
pueden tener una mayor o menor complejidad según la profundidad
técnica del tema tratado. Por ello, se suelen distinguir dos tipos fundamentales de textos
expositivos:

 Divulgativos: tratan de temas de interés general. No suponen en el receptor unos


conocimientos previos ya que van dirigidos a un sector amplio de la población, a un
público no especializado.

 Especializados: son aquellos textos que, para ser comprendidos, exigen unos amplios
conocimientos sobre el tema que se aborda.

Un texto argumentativo es aquel que usamos cuando intentamos


convencer a alguien de una opinión. Este tipo discurso está formado,
por lo general, por dos elementos fundamentales:

 Opinión o tesis: que expresa el punto de vista personal del autor sobre el tema que
trata el texto; es, en suma, la idea o ideas que se quiere defender o rebatir.

 Argumentos: que son las distintas pruebas y explicaciones que emplea el autor para
defender ese punto de vista personal sobre el asunto del texto. Los hay de varios tipos:
citas de autoridad, ejemplos, analogías, datos, argumentos de conocimiento general,
etc.

Además de estos elementos, hay que tener en cuenta que los textos argumentativos deben
presentar siempre la información muy bien organizada. Las estructuras que se suelen seguir se
conocen como: analítica, sintética y encuadrada.

El diálogo es un tipo de texto en el que dos o más interlocutores se


intercambian el turno de palabra. Cuando el diálogo se produce en la
vida cotidiana recibe el nombre de conversación, y se caracteriza por
su espontaneidad y naturalidad. No obstante, existen otros tipos de
diálogo que necesitan una preparación previa y que se dan en una
situación formal de comunicación: una entrevista o un debate forman
parte de este grupo.

El diálogo escrito es frecuente en los textos literarios. En la narración, es habitual que no solo
se cuenten y enumeren los hechos que han sucedido, sino que, con frecuencia, se introduzcan
las palabras que dicen o piensan los personajes. Estas "voces" se pueden dejan oír en el relato
a través de los siguientes modelos de citación: estilo directo, indirecto e indirecto libre.
UNIDADES TEXTUALES

Las unidades textuales o supraoracionales se reconocen por su autonomía semántica y podrían


clasificarse en:

 Enunciado, unidad mínima de enunciación.

 Párrafo o parágrafo , unidad intermedia formante de textos.

 Texto (monólogo, diálogo), unidad superior de comunicación.

Enunciado

Se puede definir el enunciado como "la unidad comunicativa elemental, secuencia verbal
dotada de sentido y sintácticamente completa". (Maingueneau,1999: 43). En cuanto a la
estructura del enunciado, el hablante elige la estructura gramatical de su enunciado de
acuerdo con su intención comunicativa y lo acompaña de un entorno melódico que termina en
una pausa mayor. El enunciado puede estar formado por unidades de nivel inferior a la
oración. La base de un enunciado está en el punto de vista del hablante, en la actitud subjetiva
que toma frente a lo que enuncia; este componente que es fundamental en el enunciado,
corresponde al concepto de modalidad de Bally (1965) quien sostenía que "la modalidad es el
alma de la oración."

Párrafo o parágrafo

El párrafo o parágrafo se concibe como un conjunto de oraciones relacionadas


semánticamente por un núcleo temático y como constituyente de unidades textuales
superiores a la oración. De la combinación de párrafos se configura esa unidad de intención
comunicativa, el texto (monológico o dialógico).

Un párrafo estructural o semántico está configurado por un núcleo temático, elementos


marginales y elementos de enlace.

El núcleo temático es obligatorio y corresponde al tema central en torno al cual gira el resto
del contenido. Suele manifestarse por una oración o grupo de oraciones, y aparecer al
principio, en posición intermedia o al final del párrafo. Los márgenes enmarcan al núcleo. En
un mismo párrafo, podemos encontrar múltiples márgenes, distintos y sucesivos; conviene
distinguir entre premárgenes (los que van antes del núcleo y expresan las circunstancias que
preparan al núcleo temático) y posmárgenes (de mayor frecuencia y que se sitúan después del
núcleo). El elemento de enlace corresponde a un conector textual o a una frase que marca la
transición y que anuncia el desarrollo, la implicación, la confirmación o cualquier otro
contenido relacionado con el del párrafo en cuestión.

Monólogo

Monólogo es una unidad textual que corresponde a la combinación de párrafos con


estructura, objetivos, propiedades y condiciones contextuales propias. Reconocemos un
monólogo cuando estamos frente a un texto completo producido en una situación
comunicativa monolocutiva y donde el destinatario se mantiene en el papel de receptor del
mensaje y nunca se vuelve locutor. Para Maingueneau, el término monológico se aplica a "los
discursos dirigidos a uno mismo; a los discursos que, aunque están dirigidos a un auditorio, no
esperan respuesta, ni alternancia (por ejemplo, un discurso de un Jefe de Estado) y a los textos
escritos cuyo enunciador no está en contacto con el coenunciador (una crónica periodística)".
(1999: 73). En efecto, los textos monológicos son de variados tipos, ya sea orales o escritos. Al
igual que en el párrafo, la estructura interna del monólogo está conformada por un núcleo
temático (o secuencia de subnúcleos); elementos marginales (pre y posnucleares) y conectores
textuales o elementos de transición.

Diálogo

Los analistas del discurso consideran al diálogo como una interacción directa entre dos
interlocutores. El diálogo está condicionado por la situación, la disposición espacio temporal,
la relación entre los participantes, el tema central y la finalidad (debate, controversia,
entrevista...). Desde una perspectiva pragmática, el diálogo es un proceso interactivo, que
forma parte de las relaciones sociales de la vida del hombre, exige una conducta especial de
los sujetos y se desarrolla con la alternancia de turnos regulada por una normativa social. Es,
además, un proceso semánticamente progresivo, que aclara sentidos y los crea mientras se
desarrolla. El avance del diálogo toma en cuenta todas las circunstancias en las que se
desarrolla; intervienen signos verbales y todos aquellos signos que se integran en la situación
de diálogo y que contribuyen a crear sentido: paralingüísticos, kinésicos, proxémicos, luces,
sonidos no articulados, etc. Bobes Naves (1992: 60) distingue entre normas semánticas que
afectan al sentido que se va logrando con el diálogo y normas pragmáticas que afectan de un
modo directo a la conducta de los sujetos del diálogo. En consecuencia, como el diálogo
excluye la fuerza, hay garantía de paz.

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