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FERNANDEZ, Marcelino c/ AVILA, Angel Vicente y otros s/

REIVINDICACION

Expte. N°1001 /2 – Juzg. Nº5

/// En la ciudad de San Justo, Provincia de Buenos Aires, a

los

. 4 días del mes de julio de dos

mil seis, reunidos en la Sala de Acuerdos del Tribunal, los

señores jueces de la Excelentísima Cámara de Apelación en

lo Civil y Comercial, Sala Segunda, del Departamento

Judicial La Matanza; doctores Luis Armando Rodríguez y

Sebastián Emilio Iglesias Berrondo; para dictar sentencia

en los autos caratulados “FERNANDEZ, Marcelino c/ AVILA,

Angel Vicente s/ Reivindicación ”, habiéndose practicado el

sorteo pertinente - artículos 168 de la Constitución y 263

del Código Procesal Civil y Comercial, ambos de la

Provincia de Buenos Aires -resultó que debía observarse

este orden: doctor Iglesias Berrondo - doctor Rodríguez;

resolviéndose plantear y votar las siguientes:

C U E S T I O N

Primera cuestión: ¿Es justa la sentencia apelada?

Segunda cuestión: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?

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V O T A C I O N

A la primera cuestión el doctor Iglesias Berrondo dijo:

Vienen los autos a conocimiento de este Tribunal, en virtud

del recurso de apelación interpuesto a fojas 192 contra la

sentencia de fojas 177/185 recurso que fue concedido

libremente a fojas 193

I. Antecedentes

I.- 1) Demanda

A fojas 43/44 se presenta Marcelino Fernández con el

patrocinio letrado de la doctora Rosana Angela Rovelli y

promueve demanda de reivindicación de dominio contra Angel

Vicente Avila y/o contra quien resulte a la fecha de la

demanda ocupante o poseedor a cualquier titulo del inmueble

que lleva él numero 2; Manzana 8 que mide diez metros de

frente por treinta metros de fondo de una superficie de

trescientos metros cuadrados cuyos linderos son : por su

frente calle; al Nor Oeste con lotes uno, veintiuno y

veintidós, al sur oeste con parte del lote veinte y al sur

este con el lote tres. Siendo su nomenclatura catastral :

Circunscripción IV, Sección K, Manzana 82, Parcela Partida

262.930, de la calle Torquinst 45, localidad de Rafael

Castillo, Partido de La Matanza, Provincia de Buenos.

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Manifiesta el accionante que adquirió la titularidad del

inmueble en cuestión -conforme se desprende de la copia

certificada de la declaratoria de herederos- de la cual

denota que es universal heredero de los causantes de la

sucesión “ Fernández, Marcelino , Schiavo Rosarito s/

Sucesion AB Instestato”.

Sostiene que sus prerrogativas sobre el inmueble de marras

surge, de la escritura de dominio anejada y de la

declaratoria de herederos, encontrándose la inscripción en

trámite.

Agrega al expediente certificado dominial del cual surge

como titular del bien al fallecido Marcelino Fernández y no

se manifiestan restricciones al dominio.

Arguye que el ocupante clandestino firmó contrato de

locación con la señora Rosarito Schiavo en el año 1986,

contrato que luego de vencido desemboco en un convenido de

desocupación (que resultó incumplido) firmado en agosto de

1990 cuyas firmas obran certificadas por escribano público.

Menciona que posteriormente se inicia la sucesión de los

precitados, dictándose declaratoria de herederos el 30 de

junio de 2003.

Dice que se presento en el inmueble en sendas oportunidades

mas no resulto atendido por el intruso.

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Concluye el relato de su demanda manifestando que entre las

partes se efectúo un intercambio epistolar infructuoso.

En lo sustancial, ofrece prueba, funda en derecho

solicitando se haga lugar a la demanda entablada

A fojas 47/48 es devuelto el mandamiento de constatación

librado en autos y con su resultado se amplia la demanda

contra Sandra Avalos.

A fojas 71/73 se presentan los demandados Angel Vicente

Avila y Sandra Avalos por derecho propio , realizan una

negativa genérica de los hechos y contestan demanda negando

la existencia del contrato de locación invocado por el

actor.

Sostienen los demandados que el ingreso al inmueble data

del 1° de octubre de 1982 y que fue en carácter de caseros

contando con la tarea de realizar trabajos de jardinería y

mantenimiento por una remuneración mensual de trescientos

pesos ($300).

Agregan que la relación se desarrollo normalmente en vida

de la señora Schiavo, es más, que han realizado gastos en

el inmueble por falta de mantenimiento que no les fueron

reintegrados. Manifiestan que luego la relación continúo

con el hijo de esta, quien hacía los pagos.

De manera inesperada, sostiene que les llegó una carta

documento para que abandonaran el inmueble, razón por la

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cual en su contestación a dicha epístola reclamaron lo que

habitualmente solicitaban en forma verbal.

Como defensa indican que el actor no ha acreditado ser

titular del de dominio en los términos del artículo 2506

siguientes y concordantes del Código Civil y que tampoco

concurren los requisitos dispuestos por los artículos 2758

y 2776 para que proceda la acción, pues arguyen no existe

deposición violenta o indebida posesión

I.- 3) Apertura a prueba, certificación y sentencia

A fojas 78 se recibe la causa a prueba sobre su realización

certificó el Actuario a fojas 173.

A fojas 177/185 el juez de grado dicta sentencia haciendo

lugar a la demanda de reivindicación promovida por

Fernández Marcelino contra Angel Vicente Avila y Sandra

Avalos condenando a los mencionados a desocupar el inmueble

dentro del término de diez días de consentido el decisorio.

Impone las costas a los accionados vencidos(artículos

60,68, 77 CPCC) y difiere la regulación de honorarios para

su oportunidad ( artículo 27 inc. a) de la ley 8904)

II.- Apelación y agravios

Los demandados apelan la sentencia a fojas 192, se agregan

sus agraviosa fojas 202/205.

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En primer término sostienen que el sentenciante ignora que

el propio actor reconoce el ingreso legitimo de los

demandados a la propiedad.

Cuestiona la sentencia pues sostiene que no se ha

podido acreditar los extremos exigidos por el 2758 y 2776

del Código Civil.

Sostiene que en el caso puede estarse ante el derecho de

retención normado por el artículo 3940 del Código Civil

De los mentados agravios se corrió traslado a la contraria

a fojas 206, reciben respuesta a fojas 207/208.

A fojas 209 se llaman autos para sentencia (art. 263

CPCC), providencia que se encuentra firme y consentida.

III.-Solución

Los temas que debemos decidir, la medida en que ha quedado

abierta la jurisdicción de esta Cámara para conocer del

caso, son los antes resumidos (arts. 168 de la Constitución

de esta Provincia y 246, 260, 266, 270, 272, 273 y concs.

del CPCC; CSJN Fallos: 313:912; 315:562 y 839, entre otros;

SCBA, P 74290 S 11-6-2003, Juez Negri (SD) JUBA 7, entre

otros).

Para hacerlo no estamos obligados a analizar todas y cada

una de las argumentaciones de las partes, ni ponderar todas

las pruebas agregadas, sino sólo las consideradas decisivas

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para la resolución de la contienda (Fallos: 144:611;

258:304, 262:222, 265:301, 272:225, 274:113, 276:132,

280:3201, 303:2088, 304:819, 305:537, 307:1121, entre

otros).

III.- 1) Acciones Reales: La Reivindicación

Reza el artículo 2756 del ordenamiento Civil “ Acciones

reales son los medios de hacer declarar en juicio la

existencia, plenitud, y libertad de los derechos reales,

con el efecto accesorio, cuando hubiere lugar, de

indemnización de daños y perjuicio”. Seguidamente el

codificador enumera las acciones reales que considera, a

saber “ Las acciones reales que nacen del derecho de

propiedad son , la acción de reivindicación, la acción

confesoria y la acción negatoria” En el sublite nos toca

abordar la primera de las mencionadas.

Define el Cimero Tribunal Provincial a la acción que nos

ocupa diciendo que La reivindicación es una acción que nace

de todo derecho real que se ejerce por la posesión, cuando

su titular ha sido privado absolutamente de ella, por lo

que exige de aquél que se encuentra en la posesión de la

cosa, se la restituya con todos sus accesorios (conf. SCBA,

Ac. 68.604, sent. del 16-II-2000; ).

III.- 2) Legitimación activa

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En cuanto a la titularidad de la acción ha decidido la

Jurisprudencia que La acción reinvindicatoria pertenece al

propietario, aun cuando no haya tenido él personalmente la

posesión de la cosa, puesto que sucede al titular anterior,

en todos sus derechos (conf. CC0102 MP, . 73.819, sent. del

21-VII-1989; ). En idéntico sentido Corresponde la acción

reivindicatoria al actor en cuyo título de propiedad están

referenciados los de aquellos que le precedieron, aunque él

no haya sido nunca poseedor, pues las escrituras que

acreditan el dominio de sus antecesores hacen presumir que

éstos tuvieron esa posesión y lo autorizan a accionar en su

propio interés, aunque no medie cesión expresa, porque ella

va implícita en cada acto de enajenación (conf. CC0102

LP, . 234.030, sent. del 11-IX-2001; ).

Así las cosas El ejercicio de la acción reivindicatoria,

conforme el art. 2758 del Código Civil, nace del dominio

que cada uno tiene de las cosas, y requiere justificar, por

un lado, el título que da derecho sobre la cosa, y por

otro, la pérdida de la posesión y su ejercicio actual por

parte del reivindicado. Esa legitimación que la ley otorga

al "dominus" existe aunque el reivindicante no hubiera

recibido nunca la tradición del bien, pues para ejercer la

acción puede invocar la posesión de sus antecesores en el

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dominio (conf. CC0101 MP, . 110.470, sent. del 31-X-

2000; ).

En el caso de autos el accionante

manifiesta detentar la titularidad inmueble que ahora

reivindica como consecuencia de la declaratoria de

herederos dictada en autos “ Fernández Marcelino , Schiavo

Rosarito s/ sucesión ab intestato” donde ha sido declarado

único y universal heredero , se ha decidido al respecto

que El Código Civil al exigir al reivindicante la

presentación del título que acredite el derecho a poseer,

se refiere a la causa en que se funda el derecho de dominio

y no al título en sentencia documental o formal, por lo

cual constituye título la declaratoria de herederos

mediante el cual quién invoca el dominio acredita haberlo

adquirido por sucesión de su titular.

"Zapatella Elida Agustina c/ Silva Teresa y/o quien

resulte ocupante s/ Reivindicación" - CC0100 - SN 940527

RSD-274-94 S - 6-12-1994

(SD)PUBLICACIONES: DJBA 149, 105 elDial - WBF49 . Es que

el fallo precitado sigue la doctrina del Máximo tribunal

Provincial, que se pronuncio en sentido que El Código Civil

al exigir al reivindicante la presentación del título que

acredite su derecho a poseer, se refiere a la causa en que

se funda el derecho de dominio y no el título en sentido

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documental o formal (conf. SCBA, Ac. 34.877, sent. del 8-X-

1985 en AyS 1985-III-94; ).

Acompaña también certificado de dominio del cual surge que

su titular originario era el de cujus ; Marcelino

Fernández. En este sentido se ha fallado que “El artículo

2.505 del Código Civil no impone la inscripción en el

Registro de la Propiedad para que quede perfeccionada la

adquisición hereditaria, pues ella se ha producido en el

mismo momento de la muerte del "de cujus" (arts. 3410 y

3415, Cód. Civil), ni para hacerla oponible a terceros, ya

que dicha transmisión opera respecto de estos últimos

también desde el día del fallecimiento. La finalidad de la

registración en cuestión se ciñe a dar continuidad a la

cadena de transmisiones, por lo que su función está

circunscripta a la mera preservación del tracto registral

(conf. CC0002 SM, . 46.656, resol. del 14-IX-1999; )., de

lo que se colige que no es necesaria la inscripción

registral a nombre del heredero para instar la acción, es

que No es necesario que el propio reivindicante haya sido

desposeído, si se puede comprobar que el reivindicado tomó

la posesión privando de ella al propietario antecesor del

demandante (conf. CC0102 LP, . 216.713, sent. del 19-IV-

1994; ).

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En idéntico caso al que nos ocupa y en la línea del tema

que nos venimos abordando se ha decidido que “El sucesor a

título particular del causante puede ejercer la acción de

reivindicación, aunque personalmente no hubiese ejercido la

posesión, y esto es así porque sucede a su antecesor en

todos los derechos que él tenía respecto de la cosa, entre

ellos los que se encuentra el de reivindicarla de

terceros.”

(Sumario N°15746 de la Base de Datos de la Secretaría de

Jurisprudencia de la Cámara Civil - Boletín N°1/2004).

DE ARTAZA, Guerrico Jorge c/ FERAHIAN, Eduardo Vicente s

REIVINDICACIÓN. elDial - AE1D9D

Entonces en cuanto al tema de la

posesión El heredero del propietario que ha perdido

la posesión de la cosa -entendida ésta según un concepto

amplio que abarcaría la tenencia, es decir el corpus

posesorio-, se encuentra legitimado para reivindicar la

misma porque tal acción le está concedida en forma expresa

por el art. 3450 del Cód. Civil. En igual sentido, puede

afirmarse que su ejercicio se funda en la condición de ser

sucesor de su causante, y, como tal, continuador de su

personalidad jurídica (arts. 3417, 3418, 3421 del Cód.

Civil). Por su parte, según la norma del art. 3265 del Cód.

Civil, indica que en tal supuesto, la tradición resulta

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innecesaria (art. 3410 del Cód. Civil)."Ventura, Ernesto c/

Estaniti, María C. s/ Reivindicación" - CC0202 - LP - B

82105 RSD-3-96 S - 1-2-1996

elDial - WAA95 Pues La acción reinvindicatoria pertenece

al propietario, aun cuando no haya tenido él personalmente

la posesión de la cosa, puesto que sucede al titular

anterior, en todos sus derechos (conf. CC0102 MP, . 73.819,

sent. del 21-VII-1989; ).

III.- 3) Idoneidad de la acción intentada

El ejercicio de la acción

reivindicatoria requiere como condiciones en cabeza del

pretendiente, el dominio del bien que reclama y la pérdida

de la posesión del mismo (arts. 2758, 2772 del C. Civil);

siendo procedente contra toda persona que por cualquier

medio se encuentre en posesión, sea de buena o mala fe,

desde el momento que la posesión exista y obligando al

demandado a responder por ella, y en caso de condena,

restituirlo dejándose desocupado y en estado que el

reivindicante pueda entrar en su posesión (arg. arts. 2778,

2782, 2785, 2794 del C. Civil) (conf. CC0203 LP, . 93.577,

sent. del 29-VI-2000; ).

Cuatro son los requisitos para que la acción de

reivindicación proceda:

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El primero es la titularidad que vimos en el

párrafo precedente, este recaudo esta cumplido ( ver

escritura que obra a fojas 30 , informe de dominio de fojas

23/25 y la copia de la declaratoria de herederos anejada

con el escrito liminar) ello conforme lo disciplinan los

artículos 3410 y 3417 del Código Civil . Con esto también

se tiene por cumplida la primera parte del artículo 2758

del ordenamiento civil, “la acción de reivindicación es una

acción que nace del dominio que cada uno tiene de cosas

particulares”

El segundo requisito es haber tenido la

posesión, pues si la norma (artículo 2758 código citado)

habla de perdida de la posesión es porque alguna vez se

tuvo, si esta nunca se tuvo falta uno de los requisito

fundamentales de la reivindicación.. La posesión la pudo

haber tenido el antecesor dominial, ello no interesa pues

el continuador se basa en su antecesor dominial . Se

aplica la famosa regla de derecho civil,” nemo plus iuris,

ad allium transfer quand ipse haberet.”

El tercer recaudo es haber perdido la

posesión, lo que esta absolutamente probado en el

expediente

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| Disiento con el quejoso en cuanto

arguye que el A quo no valoro que el ingreso a de los

demandados a la propiedad fue legítimo, ello pues el

primer sentenciante sostuvo que Ha de advertirse que la

acción de reivindicación es procedente aunque el dueño haya

hecho entrega de la posesión en forma voluntaria, en tanto

sea negada la restitución de la cosa cuando el titular

tenga derecho a exigirla. Es en este caso que se configura

la desposesión por quien se encuentra obligado a devolver

(arts. 2422, 2758, 2776 y 2778 del Código Civil). Conforme

lo tiene resuelto nuestro Superior Tribunal, para que

proceda la reivindicación ha de demostrarse el título que

da derecho a la cosa, la pérdida de la posesión,.la

posesión actual del reivindicado y que la cosa es

susceptible de ser poseída (conf. CC0202 LP, B. 76.866,

sent. del 5-IV-1994; ).Afirmación con la cual comulgo.

El cuarto elemento es que proceda

contra quien lo ha desposeído.

Es procedente la acción reivindicatoria ante el

reconocimiento de la ocupación del inmueble contra la

voluntad de quien ejerce el pleno dominio sobre él aún

cuando no se hubiese reclamado con anterioridad por vía

extrajudicial la desocupación, ya que la demanda constituye

suficiente reclamo para que la acción reivindicatoria

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proceda (conf. CC0001 LZ, . 53.230, sent. del 13-II-2003 en

LLBA 2003, 1257; ). Al respecto resulta esclarecedor

transcribir en este punto lo dicho por la co- demandada al

efectuarse la diligencia del mandamiento de

constatación( ver fojas 47/48) señala el Oficial de

Justicia que realizo la diligencia que fue atendido en la

oportunidad por la señora Avalos quien manifestó “

vivir(...) en carácter de ocupantes sin poseer título

alguno ni contrato de locación vigentes, sin exhibir título

en este acto “ ( el subrayado me pertenece).

A mayor abundamiento destaco siguiendo a Marina

Mariani de Vidal , quien se ha dedicado en un pormenorizado

estudio a la cuestión planteada que “ la posición de Vélez

ha sido la siguiente: el tenedor debe restituir la cosa al

poseedor a cuyo nombre posee, luego que la restitución le

sea exigida conforme a la causa que le hizo tenedor de la

cosa (art. 2465 Cód. Civ).

Esta restitución puede demandarse

por dos vías: la acción emergente del contrato en cuya

virtud se transmitió la tenencia- acción personal -; o la

acción reivindicatoria, emergente del derecho de

propiedad.En el caso de intentarse la reivindicación sería

el tenedor quien estaría obligado a probar que “ conforme a

la causa que lo hizo tenedor de la cosa”, no debe

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restituir; de lo contrario sería condenado a

hacerlo”(MARIANI de VIDAL, Marina “Curso de Derechos

Reales,” Ed. Zavalia. T3, Pag. 383/4)

Continua la autora precitada

señalando más adelante que “ la utilidad practica de

conceder no solamente la acción personal de restitución

fundada en el contrato, sino también la reivindicación,

esta indicada en la nota al art. 2758: a) Puede suceder que

el propietario no pueda probar el contrato, o le sea más

fácil probar la propiedad que aquél. En este caso, si el

tenedor intenta permanecer en la tenencia, debe cargar con

la prueba de que así está autorizado a hacerlo conforme la

causa que lo hizo tenedor. B) Puede suceder que la acción

contractual este prescripta mientras que es principio

recibido que la acción reivindicatoria no prescribe salvo

disposición expresa de la ley.( MARIANI de VIDAL, Marina,

ob cit supra, Pág 385).

De lo expuesto se colige que la

carga de la prueba entonces, pesaba al respecto de los

ítems señalado sobre los demandados. Pues La acción de

reivindicación es también procedente respecto del tenedor

que posee a nombre del propio reivindicante (nota del

codificador a los arts.2258 y 2261 del Cód. Civil). En el

caso de intentarse dicha reivindicación, es carga del

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demandado tenedor probar que conforme la causa de su

tenencia no está obligado a restituirla (art. 375 del

C.P.C.) (conf. CC0002 SI, . 93.666, sent. del 8-VII-

2004; ).

Así las cosas de un pormenorizado análisis del

expediente noto: que los demandados no acompañan prueban

documental alguna, la testimonial de los deponentes

Leonor Aquino, Juan Raynaldo Vizgarra y Daniel Vizgarra

se tuvo por desistida a fojas 129 y 143 respectivamente y

la informativa a Dirección general de Rentas, Registro de

la Propiedad Inmueble de la Provincia de Buenos Aires y

Edenor SA fue declarada negligente. Solo se produjo un

único testimonio a fojas 149 ( testigo Vieras) y se aneja

la contestación de oficio de la Municipalidad de la

Matanza. Las pobres probanzas anejadas en el expediente no

alcanzan para formar mi convicción de que el demandado no

estaba “obligado a restituir la tenencia “.

En materia de carga de la prueba

doctrina con la que concuerdo ha dicho que “...El dilema de

la carga de la prueba se presenta al juez en oportunidad de

pronunciar sentencia, cuando la prueba es insuficiente e

incompleta a consecuencia de la frustración de la actividad

procesal de las partes.(...) Tratándose de una cuestión de

hecho, si se ha producido prueba en el juicio, el juez la

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evaluará de conformidad con los principios generales. De

existir insuficiencia o ausencia de prueba respecto de los

hechos esenciales y contradictorios de la causa, apelará a

los principios que ordenan la carga de la prueba (...) Es

decir, frente a los hechos inciertos, dudosos o simplemente

no probados por los litigantes, el juez, aún así, debe

llegar a toda costa a una’ certeza oficial; dictará

sentencia responsabilizando la parte que, según su posición

en el pleito, debió justificar sus afirmaciones y sin

embargo no llegó a formar la convicción judicial acerca de

los hechos controvertidos. Bien claro lo tiene dicho la

jurisprudencia: `lo que decide un pleito es la prueba y no

las simples manifestaciones unilaterales de las partes’

(SCBA, 9/10/79, DJBA, 117-337)(...) Se puede resumir, para

concretar una clara jurisprudencia, que no se atiende tanto

al carácter de actor o demandado, sino a la naturaleza y

categoría de los hechos según sea la función que desempeñen

respecto de la pretensión o de la defensa. Normalmente, los

primeros serán de responsabilidad del actor, y los

segundos, a cargo del accionado (SCBA, 22/12/87), `Sumarios

´dic. 1987, nº 112). En síntesis, `si la actora (o

demandada), en su caso no prueba los hechos que forman el

presupuesto de su derecho, pierde el pleito´ (SCBA,

23/2/60, AS, 1960-III-23). (conf. Fenochietto, Carlos

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Eduardo, Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia

de Buenos Aires, Comentado, Anotado y Concordado,

Legislación Complementaria; 5º Edición Actualizada y

Ampliada; Ed. Astrea; pags 449 y sstes.).

Y digo ello en una clara aplicación de los principios que

surgen del artículo 375 de nuestro ordenamiento ritual en

el sentido que “Incumbirá la carga de la prueba a la parte

que afirme la existencia de un hecho controvertido o de un

precepto jurídico que el juez o Tribunal no tenga el deber

de conocer. Cada una de las partes deberá probar el

presupuesto de hecho de la norma o normas que invocare

como fundamento de su pretensión, defensa o excepción”. De

las pruebas arrimadas en autos no alcanzo a formar mi

convicción acerca de la versión de los hechos sostenida por

los demandados en autos.

III.- El agravio acerca el derecho de retención. Principio

de Congruencia.

Plantea- a mi modo de ver tardíamente- el tema acerca del

derecho de retención(artículo 3940 Código Civil). La

cuestión no puede ser abordada en esta instancia ya que

una primera limitación del Tribunal de Alzada radica en que

no puede expedirse sobre puntos no propuestos al primer

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juzgador porque ello violaría la garantía de la doble

instancia y el principio de preclusión es que El

principio de congruencia y la garantía en juicio sólo se

conculcan cuando se introducen en el fallo alegaciones o

cuestiones de hecho sorpresivamente, de manera que las

partes no hayan podido ejercer su plena defensa, debiendo

entenderse cumplida la exigencia del art. 163, inc. 6 del

CPCC -art. 47 dec.ley 7718/71- cuando existe conformidad

entre la sentencia y el pedimento (conf. SCBA, L. 34.194,

sent. del 21-XII-1984 en LT 1985 XXXIII-A, 383 - LL 1986 B,

601 - AyS 1984-II, 681; ) y esa afectación se produciría en

autos de aceptar la argumentación que los demandados ahora

quieren incoar.

Es que Una de las garantías del debido proceso consiste en

el marco que tiene la judicatura para no introducir

alegaciones o cuestiones de hecho sorpresivamente, de

manera que las partes no hayan podido ejercer su plena y

oportuna defensa; por ello, la conformidad entre la

sentencia y la demanda en cuanto a las personas, el objeto

y la causa, es ineludible exigencia de principios

sustanciales del juicio relativos a la igualdad,

bilateralidad y equilibrio procesal, toda vez que la litis

fija los límites de los poderes del juez. Superando este

marco, se produce el quebrantamiento del principio de

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congruencia (conf. SCBA, L. 32.598, sent. del 24-VIII-1984;

SCBA, L. 34.731, sent. del 30-VII-1985 en AyS 1985 II, 271;

SCBA, L. 66.755, sent. del 17-XI-1998 en AyS 1998 VI,

70; ).

Pues El destino del principio de congruencia es conducir el

proceso en términos de razonable equilibrio dentro de la

bilateralidad del contradictorio y exige que la sentencia

se muestre atenta a la pretensión jurídica que forma el

contenido de la disputa (conf. SCBA, L. 34.882, sent. del

23-XII-1985 en AyS 1985 III, 835; SCBA, L. 40.856, sent.

del 7-II-1989 en DJBA 136, 101 - AyS 1989-I, 41; SCBA, L.

40.874, sent. del 28-III-1989 en AyS 1989-I, 478; ).Y se

Viola el principio de congruencia el fallo que cambia

arbitrariamente el contenido del pleito (art.47 dec.ley

7718/71 y art.163 inc.6 C.P.C.C.) (conf. SCBA, L. 34.561,

sent. del 21-V-1985 en AyS 1985 I, 825; ).

Voto a la primera cuestión por la afirmativa.

A la misma cuestión y por iguales fundamentos, el doctor

Rodríguez vota en idéntico sentido.

A la segunda cuestión, el doctor Iglesias Berrondo dijo:

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Tal como ha sido votada la cuestión precedente, corresponde

Confirmar la sentencia de fojas 177/183 en cuanto ha sido

materia de recurso y agravio; con costas a los demandados

vencidos (arg. art. 68 del CPCC).Así lo voto.

A la misma cuestión y por

compartirla el doctor Rodríguez vota en el mismo sentido.

Con lo que terminó el presente

Acuerdo dictándose la siguiente

ENTENCIA

AUTOS Y VISTOS: Conforme el

resultado obtenido en la votación que instruye el Acuerdo

que antecede, este Tribunal RESUELVE: 1)Confirmar la

sentencia de fojas 177/183 en cuanto ha sido materia de

recurso y agravio; 2)Con costas a los demandados vencido

(arg. art. 68 del CPCC); 3) Regístrese. Notifíquese.

Oportunamente devuélvase.

22

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