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Rito

Un rito (del latín ritus) es un acto religioso o ceremonial, repetido invariablemente en cada comunidad cultural. Los ritos
son las celebraciones de los mitos; por tanto, no se pueden entender separadamente de ellos. Tienen un carácter
expresión del contenido de los mitos. La celebración de los ritos (ritual) puede consistir en fiestas y ceremonias, de
carácter más o menos solemne, según pautas que establece la tradición o la autoridad religiosa o de la organización
correspondiente también sirve para ritos humanos como sacrificios con animales destinados para tal fin.

Principales tipos de ritos

 De purificación, que se celebran por medio del agua: por ejemplo, los baños rituales y los bautismos. Lavan al
individuo de su culpa y lo hacen digno ante la divinidadcorrespondiente.
 De sangre, que consisten en el derramamiento de sangre: por ejemplo, la circuncisión con fines religiosos o
los sacrificios religiosos.
 De tránsito o de paso: se dan en momentos clave de la vida de una persona (nacimiento, pubertad, matrimonio,
muerte); son específicos para cada comunidad y cultura.
 Funerarios: relacionados con la muerte y el paso a la otra vida.
 De iniciación: Aquellos que tienen como intención, simbolizar y marcar la transición de un estado a otro, en la vida
de una persona.
 Relativos a fenómenos naturales: la primavera, la siembra, la cosecha, las tempestades.
 Exorcismos: para sacar los malos espíritus o demonios de algún lugar o de alguna persona.
 De consagración: de personas (reyes, sacerdotes) o de lugares (templos).
 De conmemoración: en recuerdo de acontecimientos, instituciones, hechos fundacionales.
 De acción de gracias: por las cosechas, por salir de una enfermedad grave, por haber sido salvado de un peligro.
 De expiación: para pedir el perdón divino.
En algunas religiones, los rituales puede llevarlos a cabo cualquier creyente, mientras que en otras se necesita la
mediación de una persona o institución especial: el oficiante. Ésta es la diferencia que existe entre las religiones
individualistas como, por ejemplo, la religión de los esquimales, y las religiones comunitarias y eclesiásticas, como
la cristiana o la islámica, que presuponen la tarea de un sacerdote o mediador.

Tradición
La palabra proviene del sustantivo latino traditio, y éste a su vez del verbo tradere, «entregar».
Tradición es cada una de aquellas pautas de convivencia que una comunidad1 considera dignas de constituirse como una
parte integral de sus usos y costumbres. La tradición suele versar genéricamente sobre el conocimiento y también sobre
principios o fundamentos socioculturales selectos, que por considerarlos especialmente valiosos o acertados se
pretende se extiendan al común, así unas generaciones los transmitirán a las siguientes a fin de que se conserven, se
consoliden, se adecúen a nuevas circunstancias. También se llama tradición a los patrones que pueden
formar idiosincrasias, como las tradiciones: egipcia, griega, romana, etc. El cambio social altera el conjunto de elementos
que forman parte de la tradición.
También se emplea la locución tradición popular para aludir a los valores, creencias, costumbres y formas de expresión
artística característicos de una comunidad, en especial a aquellos que se transmiten por vía oral. Lo tradicional coincide
así, en gran medida, con la cultura y el folclore o la sabiduría popular, como en los refraneros.
Es el conjunto de bienes culturales que se transmite de generación en generación dentro de una comunidad. Se trata de
aquellas costumbres y manifestaciones que cada sociedad considera valiosas y las mantiene para que sean aprendidas
por las nuevas generaciones, como parte indispensable del legado cultural.
Por ejemplo: comer un huevo de chocolate en Pascuas o un turrón en Navidad, almorzar pasta los domingos o vestir de
negro en señal de luto son algunas tradiciones extendidas en varios países.
La tradición, por lo tanto, es algo que se hereda y que forma parte de la identidad. El arte característico de un grupo
social, con su música, sus danzas y sus cuentos, forma parte de lo tradicional, al igual que la gastronomía y otras
cuestiones.
El folklore y aquello que se considera como parte de la sabiduría popular también pertenecen al campo de la tradición.
Es importante destacar que, muchas veces, la tradición se asocia a una visión conservadora, ya que implica mantener
intactos ciertos valores a lo largo del tiempo. En este sentido, las creencias de quienes no se interesan por las tradiciones
de su tierra o que intentan cambiarlas suelen ser vistas como rupturistas.
Los sociólogos advierten, sin embargo, que la tradición debe ser capaz de renovarse y actualizarse para mantener
su valor y utilidad. Esto quiere decir que una tradición puede adquirir nuevas expresiones sin perder su esencia.
Trascendencia
El sentido más inmediato y general de "trascendencia" se refiere a una metáfora espacial. Trascender (de trans, más allá,
y scando, escalar) significa pasar de un ámbito a otro, atravesando el límite que los separa. Desde un punto de vista
filosófico, el concepto de trascendencia incluye además la idea de superación o superioridad. En la tradición filosófica
occidental, la trascendencia supone un «más allá» del punto de referencia. Trascender significa la acción de
«sobresalir», de pasar de «dentro» a «fuera» de un determinado ámbito, superando su limitación o clausura.

Filosofía
Agustín de Hipona pudo decir, refiriéndose a los platónicos: «trascendieron todos los cuerpos buscando a Dios».
Trascendencia se opone, entonces, a inmanencia. Lo trascendente es aquello que se encuentra «por encima» de lo
puramente inmanente. Y la inmanencia es, precisamente, la propiedad por la que una determinada realidad permanece
como cerrada en sí misma, agotando en ella todo su ser y su actuar. La trascendencia supone, por tanto, la inmanencia
como uno de sus momentos, al cual se añade la superación que el trascender representa.
Lo inmanente se toma entonces como el mundo, lo que vivimos en la experiencia, siendo lo trascendente la cuestión
sobre si hay algo más fuera del mundo que conocemos. Es decir afrontar lo que es el universo.
Las respuestas a esta cuestión tienen un origen cultural en lo filosófico-religioso.
La filosofía tradicional orienta la cuestión de la trascendencia hacia una demostración o prueba de la inmortalidad del
alma y de la existencia de Dios. Para ello se recurre a la analogía del Ser.
Hoy día la cuestión no incide tanto en demostrar dicha existencia, cuanto en el hecho de que el hombre en todo lo que
es la problemática de su existencia de un modo inevitable siempre está abierto a esa dimensión misteriosa de lo
trascendente.
En la filosofía de la Edad Contemporánea lo trascendente se refiere más a la posibilidad de un conocimiento
objetivo de lo real, en lo que es la crítica del conocimiento, gnoseología, y los sistemas científicos, epistemología, como
posibilidad de ir ampliando los horizontes de nuestro conocimiento partiendo del conocimiento del mundo basado en la
experiencia posible.
El reconocimiento de las creencias y su importancia en la vida social y cultural abre una dimensión nueva:
la antropología filosófica.
La filosofía tradicional reconocía cuatro propiedades trascendentales que trascienden la entidad de cada uno y, por
tanto, son propiedades predicables al ente en cuanto tal, a todo ente: Unum, verum, bellum et bonum; (Unidad, verdad,
belleza y bondad).

Kant
Un caso particular es el uso del término «trascendental» en la filosofía kantiana.
Se refiere a las condiciones del conocimiento que organizan la percepción sensible, intuiciones puras en la experiencia;
o los conceptos puros o categorías que estructuran y ordenan los conceptos a la hora de formular los juicios; finalmente
las ideas de la razón que regulan y dirigen todo el proceso del conocimiento hacia un fin.
Son estructuras subjetivas que, aunque trascienden el conocimiento y el campo limitado de la experiencia individual y
generan un conocimiento objetivo, no permiten trascender el ámbito de la experiencia posible, comprendida como
mundo. Por ello Kant en lugar de trascendentes las llamó trascendentales.

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