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MAURO CASTILLO Oleos y Acuarelas EL ARTE DE MAURO CASTILLO Cuando Aristételes sentenciaba: “El arte debe copiar la naturaleza; debe tener a la naturaleza como Unica y exclusiva fuente de inspiracion y modelo”, estaba lejos de imaginar que su postulado seria la divisa de tantas escuelas pictoricas, como el impresionismo que se alimenta de la contemplacion de! mundo real donde el bucolismo nos devuelve el encanto que el artista sintid al ir develando los misterios de la vida misma y de su creacio Mauro Castillo vino al mundo con una imagi nacién fértl donde el ande desciende en planos suugerentes hacia los vailes llenos de luz y quietud, alli e! ancestralismo se enciende en costumibres, fiestas, religiosidad, multiple colori do, sincretismo de lo pagano y lo cristiano que alimenta simbolos contrastados. La temprana vocacién por plasmar esos entornos dio lugar a Sus primeros premios durante sus estudios secundarios a través de la Acuarela, porque coma lo explica él mismo: Nuestra geografia despierta en nosotros_un sentimiento extend do 0 apurado y de sintesis abreviadas..Pero luego entendera que el dibujo es la base, la estructura, el esqueleto y la armazén para una buena pintura El credo pict6rico de Mauro Castillo se expresa mejor viendo sus cuadros, la variedad de tonali- dades, los refiejos conscientes de sus paisajes, casi aéreos en el sentido de la sensaciones luminicas en sus acuarelas y la fuerza del teluris mo con un cromatismo denso donde las sombras avanzan sobre la luz para acentuar la estampa 0 el retrato que sus dleos muestran en la fuerza de las costumbres que preservan un mundo, donde os paisajes interiores entregan un misterio y al mismo la nostalgia de esos entornos casi perdidos por la modernidad inmisericorde que avanza. aaa A a ae i. nd Esta exposicion nos presenta sus dos facetas plésticas, es una Muestra (nunca tan bien empleada la palabra) de la vasta produccién de un maestro que vive en cada pincelada y matiz del extenso cromatismo que se adecua en cada obra al pensamiento, mejor diremos al sentimiento provocado y que transmite al espectadar sensaciones diversas. Por ejemplo, las acuarelas se diversifican, desde el paisaje arequipefio hasta los espacios abiertos de nuestra costa, Mollendo principalmente, donde sus plays en sus visiones aéreas, funden al sol con los reflejos del mar, en toques casi magicos y en otros cotidianos. Aqui se funden sus dos funciones estéticas, presentar lo que era antes, lo perdido que debe sugerir en sus habitantes 0 visitantes alguna melancolia por no poder volver a un pasado cada vez mas mediato, pero también fo inmediato, la diversion de quienes pueblan los ambientes transparenta- dos, desde los bariistas vidos de sol y descan- so, del viento y el agua circundantes; pero también los negocios que atraen dando otro colorido, Es la vida misma, lena de recuerdos y también de momentos nuevos y experiencias El artista mismo se complace en advertinos que la transparencia de los cielos, la ilum- nacién de sus montafias son elementos de sus visiones y luego define: Por eso las colores con sus reiteradas cargas de agua, van fluyendo segun una ley azarosa. Mauro tiene una sugerente teorla de las técni- cas desde el punto de vista del género: una con sensaciones volatiles, de falsas liviandades, de encanto; lo que impresionistas descubrieron que el centro es la atmédsfera luminica que rodea al objeto, las sugerencias de la impresion del objeto y el otro, mas terreno, que reclama fuerza en sus tonalidades, densidad en su paleta donde el cromatismo requiere que los Claroscuros agreguen un intimismo entre lo dramatico y corpéreo, lejos del estatismo un contenido esfuerzo de estar mas en el mundo teal que en lo espiritual. Es el realismo que rechaza la idealizacién y la fidelidad a fo real, fas tensiones emocionales patentes en su arte. Es claro que asi opone sus dleos, donde fa carga emotiva se yuelca en la conciencia, ascendiendo desde las experiencias relegadas, que ahora no se enmascaran, sino que se revierten en nuevos simbolos, estamos hablan- do de un nuevo psicologismo, en el cual, el artista va descubriendo otro mundo, ya distinto del habitual. Merleau-Ponty advertia que no debemos preguntarnos si el mundo que perci- bimos es verdadero, sino que hay que decir que el mundo es aquello que percibimos Los dleos de Mauro, coma el resto de su obra, tienen diferentes dimensiones porque alli se plasman grupos, escenas de fiestas religiosas, de lugares andinos cercanos o Iejanos de nosotros, que tienen en las cambinaciones de colores frios © primarios, con la extensa garna luminica que nuestro artista conoce a través de la teorias del color y que aplica consciente o inconscientemente, porque €s el momento el que importa y si tienden a poblarse de sombras es porque los matices reclaman mayores contrastes. Hay otro juego entre movimiento y actitudes hieraticas, porque el alma popular se siente sobrecogida porque su cultura tiene raices atin vivas y la pérdida de lo propio da las visiones que el artista capta como trascend- entes, Ningun espectador quedara impavido ante el despliegue de contenidas emacianes ef sus retratos individuales o colectivos, ni en la dimensién del ambiente prefiado de sus cultos mezclados con ios de los invasores. Es este mestizaje que sobrepasa cualquier indigenismo y asume una realidad que nos asalta en todo momento y més alin cuando la plastica de Mauro Castillo da cuenta de nuestra identifi cacién asumida, si se quiere de la identidad varias veces negada. En el rescate de tradiciones seculares esté presente la culinaria que se refieja, mas que insinUa, en las variadas estampas, lugares tipicos y preparacion de alimentos desde donde parece surgir aromas que son, precisamente, el espiritu del pueblo, No podemos terminar esta presentacién sin aludir a una frase de Sartre: La conciencia no se limita a proyectar significaciones afectivas sobre el mundo que le rodea: vive en el mundo que acaba de crear. Tito Caceres Cuadros CCabellos /Ole0/100 « 120 em

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