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Algunos jóvenes, y buenos muchachos por otra parte, tienen relaciones antes del
matrimonio y se preguntan si está bien o mal. Dicen “ya que nos queremos enserio”,
tienen una visión puramente humana de la vida, pero no según Dios. “piensa como el
mundo no como Dios” (Mt 16,23). Hay que saber que el matrimonio es una cosa seria.
No se puede comer un plato de arroz medio cosido. Tampoco se puede vivir el
matrimonio sin la preparación debida. El sexo prematuro lo malogra todo. Tengamos
cabeza: todo en su tiempo como para el trigo: ¡primero la siembra y luego la cosecha!
Igual en el matrimonio: primero el conocimiento de la persona: su carácter, sus
tendencias, sus proyectos, su familia, su pasado y luego el noviazgo y el matrimonio,
sin quemar etapas. Todo este tiempo de preparación va con la castidad como
ingrediente indispensable. ¡Nada de matrimonio como ensayo y luego abandono del
otro como un trapo viejo! ¡Fuera el amor posesivo que es el egoísmo y fuera el amor
con máscaras, cuando uno se disfraza de buena gente y no lo es!
Esta buena preparación asegura en gran parte la fidelidad y la felicidad de los esposos
y es garantía de la buena formación de los hijos. Con el sacramento del matrimonio
Dios da las gracias necesarias de fortaleza en las dificultades de amor de los esposos. El
amor de los papas recae sobre los hijos padres amorosos y unidos. (Lo que Dios a
unido, no lo separar el hombre) (Mc 10,6-9)
Las relaciones antes del matrimonio pueden parecer buenas y normales, pero esta
costumbre acarrea muchas malas consecuencias porque habitualmente los y las que
practican estas relaciones no tiene madurez. Malgastan su tiempo y sus energías con
frecuencia la señorita queda embarazada sin quererlo ni está preparado para tener un
niño, y sin embargo aquí es cuando se recurren a los abortos, porque la señorita no
sabe cómo contar a sus padres y el novio no quiere saber nada. Y otras se quedan
madres solteras porque el joven que pretendía amar a una no quiere asumir sus
responsabilidades de padre y esposo. Es para evitar esos males Dios, en su bondad
para el género humano, dio el 6° y el 9° mandamiento: “no cometerás actos impuros”,
“no consentirás pensamientos ni deseos impuros”. Ver: (Éx 20, 2-17 y Dt 5,5-21).
Con el pecado de impureza, uno no tomo a la persona del todo en serio; abusa del
cuerpo del otro por egoísmo. Busca su propio placer y deja al otro con la conciencia
sucia. Muchas chicas quedan traumatizadas, y heridas profundamente quizás por toda
la vida cuando el chico que quería la abandona. Ellas buscan amor y ellos solo
satisfacer su placer. Uno que ama verdaderamente no propone la prueba de amor.
Que realmente es una prueba de egoísmo, sino que busca el auténtico bien de la
persona y la respeta como un ser humano y como una hija de Dios, (no como un objeto
de placer). Nuestro cuerpo de bautizado es templo del espíritu santo. Es importante
para los jóvenes reunirse y formar parte de grupo de amigos que se respetan y valoren
su dignidad de Dios y hermanos en Cristo.
La castidad total antes del matrimonio, civil y religioso es difícil, pide que uno luche
constantemente y que tome los medios para evitar este pecado que se llama
fornicación. Si uno busca el sexo por el sexo, hace un acto indigno de un ser humano,
se porta como un animal. En Internet, miles de “sitios Web” pornográficos, que
pervierten el amor autentico. La pornografía es el arma de satanás. El joven que quiere
amar se cuida de no ver estas imágenes que pervierten el amor verdadero. Las
discotecas son fácilmente lugar de perdición, sobre todo si se toma alcohol. Se
adormecen con el alcohol o la droga y viene lo peor para su cuerpo y su alma y luego
muchas lágrimas porque pasó lo que no se esperaba.
A unas parejas que vienen a verme, les pregunto ¿por qué no se casan pronto? ¿Por
qué quieren esperar el próximo año? Me contestan: es que queremos juntar dinero
para comprar cositas. Pero lo que cuesta para casarse no es el sacramento sino la ropa
para la novia, la fiesta y la comida para los amigos y la cerveza, pero hermanos eso es
lo secundario. Les digo hagan las cosas con sencillez y con pocos gastos. Lo importante
es que Dios les bendiga con su sacramento. Busquen un matrimonio civil y religioso
comunitario. Esto costará poco y podrán vivir en comunión con Dios. Eso es lo esencial,
para conquistar la castidad y prepararse para un buen matrimonio.
Los que viven según la carne no pueden entrar al reino de Dios (Rom. 8.8). “Los que
pertenecen a cristo han crucificado sus bajos instintos, sus impulsos y sus deseos” (Gal
5,24). “El reino de Dios sufre violencia y son los esforzados los que lo conquistan” (Mt.
11,12).
! Ojala los jóvenes de hoy sean de estos esforzados y conquistadores por la castidad
pre-matrimonial! Dios los premiara copiosamente.