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La finalidad del presente trabajo radica en respaldar y confirmar una realidad que es
consabida; la salud pública, específicamente la odontológica, es precaria en varios
sentidos y que a raíz de aquello debe ser modificada por el estado para que el servicio
entregado a la población sea eficaz, y de esta manera responder a la creciente demanda
efectuada por ella. La profesión odontológica y el paciente odontológico han sido
reducidos a números, rendimiento, cantidades, se ha dejado completamente de lado la
ética y particularmente el principio de justicia y es de suma urgencia revertir esa realidad.
Desarrollo
En chile se da poca relevancia a la salud bucal, en el ámbito de su cobertura es
precaria, se a observado los últimos años una gran decadencia en los hospitales,
consultorios y centros de salud familiar, Esto se ve reflejado en datos
proporcionados por el Ministerio de Salud, “sobre el 90% de los adultos mayores
son desdentados totales” ante la presencia de limitaciones como la falta de
recursos, simplemente los profesionales optan por alternativas radicales que no
siempre son las más adecuadas.
Según la información extraída de fuentes, nos dice que si uno no tiene la edad
estimada de dos años, cuatro años, seis años, 60 años o no está embarazada, es
muy poco probable que tenga un acceso a un tratamiento odontológico integral,
tomando en cuenta la alta demanda de personas, dificulta que el tratamiento sea
realmente efectivo. Un ejemplo común de los servicios de urgencia odontológica
publica, el cual el primer paciente abandona el box luego de una anestesia,
esperando a que le haga efecto, mientras tanto hace pasar al segundo paciente,
haciendo repetir el mismo ciclo nueve veces o más. Esto se debe a que los
odontólogos, o término más coloquial “dentistas”, no pueden perder el tiempo solo
por esperar tres a cinco minutos a que la anestesia haga efecto. Esta
consecuencia es tomada como normal en el sistema de salud público,
mencionando el ministerio de salud, estando centrado en el paciente y en una
atención se la mejor calidad posible.
Tres de cada diez chilenos de clase medio no han ido al odontólogo en cinco años
o más, el cual nos cabe mencionar que si el gobierno destinase más recursos e
insumos en el sistema público, sería la atención más eficiente y de calidad, el cual
también tiene que ver en la preocupación y conciencia de cada persona ante su
autocuidado de su salud bucal. Como nos menciona Rabindranath Quinteros “La
odontología es el pariente pobre de la medicina en Chile. No hay dirección, ni
planes como corresponde”, dicho eso que el sistema público prefiere estar más
ambientado a la medicina general, ya que la odontología para ellos es más un
detalle “estético” de la persona.