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Que es la epistemología y su relación con el conocimiento.

M.Sc. Johnny Cartín Quesada

¿QUÉ ES LA EPISTEMOLOGÍA?

En una primera aproximación, podemos entender el término 1


“epistemología” como el estudio del conocimiento. La palabra proviene
de dos vocablos griegos: ἐπιστήμη o episteme ("conocimiento") y λόγος
o logos ("teoría”). En este contexto, “conocimiento” se refiere a todo lo
pensamos que sabemos sobre el mundo: los conocimientos
considerados como tales por las diferentes disciplinas y las creencias y
opiniones sostenidas por individuos o grupos. Además, como en la
práctica el conocimiento presupone un ser que conoce, la
epistemología enfoca su mirada también en el sujeto cognoscente, y en
su relación con el objeto conocido.

La principal preocupación de la epistemología es la naturaleza,


tipología y taxonomía de las distintas manifestaciones de su objeto de
estudio y de la relación entre estas y el mundo (es decir, el grado en
que cada una resulte cierta o verdadera). Estas indagaciones
necesariamente la obligan a identificar y evaluar las fuentes y orígenes
del conocimiento, y a estudiar los mecanismos o métodos que se
emplean para generarlo o para construirlo (por ejemplo, los
razonamientos mediante los cuales se deriva una afirmación de otra) y
la enfrentan con problemas tales como las circunstancias históricas,
psicológicas, culturales y sociales que presiden su nacimiento.

Lo dicho hasta el momento pone en claro que aquí adoptamos una


posición amplia, al considerar todo conocimiento en general como el
objeto de estudio de la epistemología. Esta posición, sin embargo, se
aparta del uso predominante en castellano, según el cual la palabra
“gnoseología” se refiere al estudio de conocimiento en este sentido,
mientras que “epistemología” se reserva para el contexto científico. En
línea con esta última tendencia, se estima a veces que el término es
equivalente a “filosofía de la ciencia”; aquí, en cambio, consideramos
que esta última, a pesar de coincidir en gran parte con la epistemología
(que abarcaría asimismo el estudio de muchos aspectos de la ciencia
como casos particulares del conocimiento en general) va mucho más
allá de la primera. Entre otros temas, la filosofía de la ciencia profundiza
en las maneras particulares en que las teorías científicas cambian y se
desarrollan, y en el papel que desempeña la ciencia en la predicción,
la explicación y el control de la naturaleza.

En forma similar, se confunde a veces la lógica con la epistemología,


por el hecho de que comparten el interés por la validez de los
razonamientos. Sin embargo, al igual que en el caso de la filosofía de la
ciencia, lo que para una es un área subordinada por la otra es razón de 2

ser: la persona que estudia lógica se aboca al desarrollo de las


herramientas propias de la disciplina y a la comprensión de las
estructuras subyacentes en los razonamientos.

Finalmente, es importante deslindar la epistemología de la psicología


cognitiva, de la cual se diferencia en su metodología, énfasis y enfoque.
La psicología cognitiva se concentra en caracterizar los procesos
mentales que están involucrados en la cognición, sobre todo en sus
manifestaciones individuales y concretas, frente a la teorización sobre la
naturaleza del sujeto cognoscente que es competencia de la
epistemología. Es imposible evitar, en la práctica, que haya zonas de
coincidencia entre las dos: por el hecho de estudiar la construcción del
conocimiento, Piaget se categoriza como epistemólogo, a pesar de
que en la práctica su teorización se derivó de la observación de cómo,
en realidad, se desarrolla la cognición en los seres humanos. Habría que
reconocer, por tanto, que a la epistemología le es inherente una cierta
reificación, al separar el conocimiento de su génesis y de su creador
real (el ser vivo) y constituir en un objeto abstracto lo que en realidad es
un proceso; sin embargo, esta reificación parecería ser un paso
necesario para enfrentar los problemas que son propios del
conocimiento en sí.

A lo largo de la historia humana, el pensamiento en muchas culturas se


ha ocupado de los problemas propios de la epistemología… En la
cultura occidental, la reflexión acerca de la naturaleza y validez del
conocimiento se ha constituido en una rama de la filosofía, una
disciplina que –al menos en el estado que ha alcanzado en la
modernidad- cubre cuatro áreas grandes de indagación:

 la que se pregunta por la naturaleza del ser y por la esencia de las


cosas, además de enfrentarse críticamente a la realidad (el área
conocida como ontología);
 la que se ocupa del origen, la estructura y el alcance del
conocimiento (tal y como indicamos anteriormente, esta área se
llama o bien la epistemología o bien la gnoseología);
 la que estudia las acciones humanas y les asigna un valor, como
buenas, malas o intermedias (la ética); y
 la que teoriza sobre la belleza y sobre el arte (la estética).
3

Se puede comprender la estructura interna de la filosofía occidental a


partir de su historia. El inicio de la disciplina se dio con el planteamiento
de las preguntas esenciales en torno de la existencia: ¿qué cosas
existen?; ¿qué significa existir?; ¿cuál es la fuente del ser? De aquí surge
la ontología, que baraja los temas del ser, la esencia, la permanencia, la
mortalidad, el devenir, el cambio, la totalidad, las partes y la nada. Al
preguntarnos acerca de la naturaleza del ser inevitablemente nos
cuestionamos sobre la naturaleza de nuestro “propio ser” y de nuestras
potencias y capacidades; así nace el impulso de indagar en nuestra
conciencia y en nuestra capacidad de comprender el mundo que nos
rodea, y con él la necesidad de cuestionarnos sobre la naturaleza y
validez del conocimiento que poseemos.

De esta manera, podemos rastrear las raíces de la epistemología al


menos hasta la época de los primeros sofistas1, quienes dudan de la
existencia y asimismo de la posibilidad de conocer (al menos en sentido
absoluto u objetivo), planteando por primera vez -al menos en esta
tradición- el problema del relativismo subjetivo. Posteriormente, Platón
abrió otra gran vertiente del pensamiento occidental con su noción del
mundo de las ideas puras: el ser humano, encerrado en una realidad
oscura como una caverna, conoce solamente las sombras de
realidades que existen en una dimensión espiritual (iniciando así el
dualismo, del cual hablaremos más adelante). Por su parte, Aristóteles
siguió a Platón al sostener que la abstracción es la cúspide del
conocimiento, pero discrepó de él por la importancia que otorgó a la
experiencia como fuente de este último (posición que dio lugar al
desarrollo posterior del empirismo, del cual hablaremos más adelante).

Podemos concluir, entonces, que para la época del declive del Imperio
Romano, que puso fin a la filosofía clásica, ya estaban sobre la mesa los
grandes temas que componen el repertorio de la epistemología
moderna: la confrontación entre el subjetivismo y el objetivismo y entre

1
La palabra “sofista” proviene del vocablo griego que significa conocimiento o sabiduría, y se emplea
para designar a un grupo de sabios que incluye a
el empirismo y el idealismo. La manera en que estos grandes temas se
desarrollan y adquieren sus connotaciones actuales será tratada más
adelante al explorarlos dentro de las perspectivas definidas en la
estructura de este texto.

¿QUÉ ES EL CONOCIMIENTO?
4

Tal y como dijimos en el apartado que precede, la indagación en la


naturaleza del conocimiento, y la construcción de una tipología de sus
manifestaciones, es la tarea central de la epistemología. Por tanto, aquí
iniciaremos la discusión a partir de la interrogante que figura como título,
y trataremos de buscar una respuesta diferenciando entre el fenómeno
en estudio y otros relacionados.

En una primera aproximación, el conocimiento se encuentra en el


extremo opuesto de una escala a la ignorancia. Somos ignorantes sobre
un objeto o un tema si no podemos afirmar nada acerca de él; por lo
contrario, tenemos conocimiento si podemos formular proposiciones
verdaderas sobre él. Esta posición obviamente nos remite de inmediato
a la cuestión de la verdad: ¿qué significa decir que una proposición es
verdadera? Grosso modo, podemos responder que corresponde con el
mundo; que lo afirmado o creído acerca de un objeto 2 o de una
situación expresa algo que está en el mundo más allá de los problemas
o las limitaciones de la percepción y la aprehensión por parte del sujeto
cognoscente.

Conocimiento y verdad

Es evidente que al aceptar tal concepción de la verdad, hemos


asumido una posición en el continuum que va desde el subjetivismo3
hasta el objetivismo4. Entendiendo esta polaridad de una manera muy
general e incluso ingenua, podríamos suponer que la objetividad es la
capacidad de acercarnos sin limitaciones al objeto conocido,
prescindiendo para esto de los filtros de la percepción y la

2
Aquí entendemos la palabra “objeto” en el sentido más amplio.
3 El subjetivismo refiere a una serie de posiciones epistémicas que reducen el valor de verdad del
conocimiento es dependiente en una forma o, en otra, de la constitución del sujeto que conoce. En general
es la reducción de toda verdad a la individualidad psíquica del sujeto, siempre variable e imposible de
trascender, es decir se niega toda posibilidad de validez de una verdad absoluta universal.
4 Forma del racionalismo que plantea el principio de que el ser humano es completamente competente
para conocer los hechos de la realidad tal y como son. La razón, facultad conceptual, es el único medio
del hombre para adquirir conocimientos. La realidad/verdad es independiente de las afectaciones del
observador.
experiencia… En pocas palabras, el aceptar tan siquiera la posibilidad
de una verdad (por más parcial, incompleto o pasajero que sea)
implica admitir algún grado de objetivismo; al aceptar por completo el
subjetivismo, tendríamos que descartar toda posibilidad de
conocimiento compartido y ratificado, con lo cual sería imposible
también cualquier ciencia en el sentido de discurso que modelo el
mundo. 5

Lo objetivo no atiende a perspectivas, es absoluto -o más bien debería


de serlo-, por tanto atiende a las nociones de verdad y certeza -
completas e integrales- y se contrapone por definición a lo subjetivo y a
las nociones de creencia y opinión -como verdades parciales y
relativas-.

Dentro del marco general no es posible suscribir una teoría referencial


de verdad en donde la certeza 5 tiene su fundamento en el hecho
categórico de poseer una verdad irrefutable en su sentido más puro6 es
la plena posesión de la verdad correspondiente al conocimiento
perfecto, basado en evidencia. La conciencia de esta esencialidad de
la verdad permite la afirmación acerca de los hechos, sin sombra de
duda, con una absoluta confianza y plena fe en que lo enunciado es
conocimiento válido. Sin embargo este tipo de certeza “objetiva”,
basada en la confianza absoluta es muy raro en contextos de
producción de conocimiento como la ciencia.

El desarrollo de la ciencia, su naturaleza contingente y el entendimiento


del principio de falseabilidad propuesto por Popper no permite hablar
de certezas en términos absolutos, al hablar de certeza en la
cotidianeidad estamos más bien refiriéndonos al estado psicológico de
quien afirma poseer la verdad creyendo en esta como un absoluto, si
este individuo posee evidencia de dicha verdad se puede aceptar a
esta como una verdad parcial o transitoria, si no aportan evidencia
“objetiva” y contrastable nos encontramos ante un tipo de certeza
basada en la creencia, la opinión, la experiencia subjetiva o la fe.

5 Al menos apegándonos al sentido general que recibe esta en la teoría referencial de la verdad
6 Dicho hecho categórico es solo posible en los esquemas de conocimiento que reconocen verdades
absolutas e irrefutables como los sistemas de creencias dogmaticas basados en verdades rebeladas o
hierofanías, No sería posible en sistemas hipotético deductivos en donde la duda metódica y el
falseacionismo del propio conocimiento son propios del modelo de generación de nuevo conocimiento
como en la ciencia por ejemplo.
Así al hablar de conocimiento en general 7 estamos hablando de
sistemas de representación del mundo que son parciales y en dinámica
transformación, dicha parcialidad se desprende de la imperfección de
nuestra percepción o de la matriz inacabada de conocimiento sobre el
que se monta nuestra afirmación, estas son condiciones inherentes del
conocimiento humano, todo nuestro conocimiento es incompleto,
contingente y perentorio. El conocimiento imperfecto es el compañero 6

natural e inextricable de la duda8.

Es aquí en donde la empieza a tener cabida en la construcción del


conocimiento en general ya que esta por su naturaleza admite la
posibilidad de una versión contradictoria que tiene el mismo grado de
validez.

La contingencia del conocimiento en general permite que la opinión se


genere cuando existe un grado de conocimiento parcial sobre el cual
se posee un nivel de confianza que nos permite afirmarlo como
verdadero en un contexto especifico, sin embargo está muy alejado de
la verdad absoluta en los términos que la definimos antes.

El conocimiento y otros fenómenos aledaños

El tema de la opinión nos remite al problema de la validez de un


conocimiento. En primera instancia habría que distinguir entre la
acepción lógica y la epistemológica del término “validez”9.

Desde la perspectiva lógica, una proposición puede ser verdadera o


falsa, pero los razonamientos son válidos o inválidos: si un razonamiento

7 Y en general cuando hablamos de conocimiento científico


8 En este sentido la duda se nos presenta como una poderosa herramienta para la afirmación del
conocimiento. La duda aparece cuando nuestro conocimiento es insuficiente o desconfiamos de validez
de este y de lo que el mismo nos permite afirmar. En la duda se hace patente la conocimiento incompleto
y por consiguiente una desconfianza sistemática acerca de su validez absoluta. La duda metódica es un
acicate para la generación de nuevo conocimiento -evidencia nuestro nivel de ignorancia- y se convierte
en motor para la adquisición de nuevo conocimiento mediante.
9 Las múltiples acepciones del término validez en el discurso cotidiano no facilita la tarea de elucidarlo
con claridad, la valides a veces roza con contenidos de tipo metafísico, al confundir la validez del
conocimiento con la naturaleza del objeto y de las concepciones de este mismo dentro de un marco de
referencia basado en el sentido común. Por ejemplo, si se acepa ontológicamente el dualismo del ser, se
afirma la existencia de dos substancias, lo cual a su vez afirma la validez de la trascendencia del alma y su
inmortalidad, por lo cual se acepta como conocimiento valido las especulaciones teológicas acerca de una
vida después de la muerte. Es debido a esto que en el contexto actual –de Nueva Era y aproximaciones
pseudocientíficas- existe una tendencia a validar fácilmente y sin reflexión crítica algunas creencias
religiosas de una comunidad las cuales son tomadas por verdades válidamente aceptadas
convencionalmente; confundiendo el plano de la aceptación dentro de una comunidad religiosa con una
verdad lógica o científicamente válida
es válido, sus conclusiones serán verdaderas (siempre y cuando sus
premisas fueran verdaderas).

Desde la perspectiva epistemológica, el significado del término


“validez” es más complejo y variable. En primer lugar, la validez tiene
correspondencia con la verdad: es decir está supeditada a un
contexto, algo es tan válido como la verdad con la que se 7

corresponde 10 , la validez está supeditada a las contingencias


contextuales de lo que consideramos verdadero.

En segundo lugar, muchos autores siguen a Kant al considerar la validez


del conocimiento como algo independiente de su origen: El hecho de
que todo lo conocido derive de la experiencia no implica
necesariamente que todo lo conocido deba tener su génesis en una
experiencia considerada como verdadera11.

Por último, habría que distinguir entre la validez científica y la validez en


un sentido social o cultural un conocimiento puede ser reconocido por
un grupo como verdadero dentro del desarrollo de su cotidianidad, no
siendo reconocido de igual forma en un contexto científico moderno.
Por ejemplo el cielo es azul es una verdad cotidiana que validamos a
partir de nuestra percepción y sentido común, sin embargo, hoy
sabemos científicamente hablando que la propiedad perceptual de los
objetos a la que denominaos color no es una característica intrínseca
del los objetos –sino del aparato perceptual que la reconoce-, por tanto
es una afirmación falsa12 nosotros “percibimos” el cielo azul, el cielo “no
es” azul.

En el ámbito científico la validez está determinada por la coherencia


como criterio de verdad, el conocimiento no solo debe de ser
reconocido por la verdad, debe ser coherente con el cuerpo general
de conocimiento adquirido con anterioridad -teorías- y con los
resultados obtenidos por medios empíricos-experimentación- y de ser

10 Si se aceptan la posibilidad de verdad absoluta se puede afirmar la validez universal de algo , si las
verdades son contingentes y parciales la validez está supeditada al alcance y los limites de esa verdad y se
renuncia a la noción de validez absoluta
11 Un estado alterado de conciencia como la meditación profunda, un sueño o una alucinación son
experiencias subjetivas a las cuales no puede atribuírseles un contenido de verdad objetiva en términos
positivos, sin embargo muchas culturas e individuos derivan conocimiento de esta experiencias las cuales
pueden o no ser validadas en un contexto social y cultural y ser considerados como validos o no por la
comunidad de acuerdo a una convención.
12 Al menos es falsa en este nuevo marco referencial de la verdad, es decir el conocimiento científico.
posible debe de aportar avances y resultados predecibles en su
aplicación práctica mediante una técnica –tecnología-.

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