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Caratula

Índice
1. Introducción .......................................................................................................................... 3
2. CAUSAS ................................................................................................................................. 4
3. Señales de advertencia de la apoplejía................................................................................ 5
4. ¿Qué debe hacer si cree que está sufriendo una apoplejía? ............................................... 5
5. Factores de riesgo para una apoplejía ................................................................................. 5
6. Factores de riesgo especialmente importantes para mujeres menores de 55 años.......... 7
Secuelas ..................................................................................................................................... 7
7. Prevención .......................................................................................................................... 8
8. Rehabilitación ....................................................................................................................... 9
Conclusión................................................................................................................................. 10
9. Bibliografía ................................................................................................................... 10

Dedicatoria

EN PRIMER LUGAR A DIOS POR HABERME


PERMITIDO LLEGAR HASTA ESTE PUNTO Y HABERME
DADO SALUD, SER EL MANANTIAL DE VIDA Y DARME LO
NECESARIO PARA SEGUIR ADELANTE DÍA A DÍA PARA
LOGRAR MIS OBJETIVOS, ADEMÁS DE SU INFINITA
BONDAD Y AMOR.
1. Introducción
Apoplejía, lesión isquémica cerebral debida a una obstrucción al paso de la sangre, o a
una hemorragia de los vasos sanguíneos del cerebro. La privación del aporte de sangre
conduce a un rápido deterioro o muerte de zonas del cerebro, lo que da lugar a la
parálisis de los miembros u órganos controlados por el área cerebral afectada. La mayor
parte de las apoplejías están asociadas a hipertensión arterial, aterosclerosis, o ambas.
Algunos de los signos de apoplejía son debilidad facial, incapacidad para hablar, pérdida
del control vesical, dificultad para respirar y deglutir y parálisis o debilidad
especialmente de un lado del cuerpo. La apoplejía también recibe el nombre de ictus y
accidente cerebrovascular (ACV). También se utilizan fármacos anticoagulantes,
cambios en la dieta, e incluso dosis diarias de aspirina. La trombosis se origina cuando
una arteria se ha ocluid dando lugar a una lesión cerebral permanente. Los embolismos
se producen cuando una arteria se ve bloqueada de forma brusca por un material que
procede de otra parte del torrente sanguíneo. Estas masas sólidas, o émbolos, tienen su
origen en los coágulos formados en enfermedades o alteraciones del funcionamiento
del corazón, aunque también pueden proceder de fragmentos de placas ateroscleróticas
o incluso de burbujas de aire. El tratamiento es sobre todo preventivo, y consiste en el
control de la dieta, y si es posible, el empleo de anticoagulantes. La hemorragia delos
vasos cerebrales es una causa menos frecuente de apoplejía, y suele asentar en zonas
donde aparecen aneurismas (dilatación de la pared de un vaso) en los lugares de
bifurcación de las grandes arterias de la superficie cerebral. La ruptura de los aneurismas
produce lesión cerebral debida a la infiltración de los tejidos cerebrales por sangre o a
la reducción del aporte sanguíneo a la zona del cerebro más allá del punto de ruptura
del vaso.
2. CAUSAS

La mayoría de los casos de apoplejías se deben a una obstrucción arterial producida


por una trombosis o embolismo. La trombosis implica la formación progresiva de
sustancias grasas, o placa aterosclerótica, en el interior de una o más de las cuatro
arterias principales que irrigan el cerebro. Según se produce el estrechamiento de
estas arterias el paciente experimenta a menudo episodios recidivantes de parálisis
transitoria, de un brazo o de una pierna, o de un lado de la cara, o presenta
alteraciones en el lenguaje, visión, u otras funciones motoras. En esta fase, los
depósitos endoteliales en las arterias cerebrales pueden tratarse mediante cirugía,
incluyendo cirugía con láser y bypass de la obstrucción mediante microcirugía.
También se utilizan fármacos anticoagulantes, cambios en la dieta, e incluso dosis
diarias de aspirina. La trombosis se origina cuando una arteria se ha ocluido dando
lugar a una lesión cerebral permanente.

Los embolismos se producen cuando una arteria se ve bloqueada de forma brusca por
un material que procede de otra parte del torrente sanguíneo. Estas masas sólidas, o
émbolos, tienen su origen en los coágulos formados en enfermedades o alteraciones del
funcionamiento del corazón, aunque también pueden proceder de fragmentos de placas
ateroscleróticas o incluso de burbujas de aire. El tratamiento es sobre todo preventivo,
y consiste en el control de la dieta, y si es posible, el empleo de anticoagulantes.

La hemorragia de los vasos cerebrales es una causa menos frecuente de apoplejía, y


suele asentar en zonas donde aparecen aneurismas (dilatación de la pared de un vaso)
en los lugares de bifurcación de las grandes arterias de la superficie cerebral. La ruptura
de los aneurismas produce lesión cerebral debida a la infiltración de los tejidos
cerebrales por sangre o a la reducción del aporte sanguíneo a la zona del cerebro más
allá del punto de ruptura del vaso.
3. Señales de advertencia de la apoplejía
 Adormecimiento o debilidad repentina de la cara, brazo o pierna especialmente
en un lado del cuerpo
 Confusión, problema para hablar o entender a otros en forma inesperada
 Problemas inesperados para ver con uno o los dos ojos
 Mareo repentino, pérdida de coordinación o equilibrio o problemas para
caminar
 Dolor de cabeza repentino sin causa aparente

4. ¿Qué debe hacer si cree que está sufriendo una apoplejía?


Si experimenta cualquiera de los síntomas de advertencia mencionados, diríjase a un
hospital a la brevedad posible. No espere para ver si sus síntomas mejoran o
desaparecen. Hay tratamientos disponibles y cuanto más rápido llegue al hospital,
mejores son las posibilidades de un resultado positivo.
5. Factores de riesgo para una apoplejía
Los factores de riesgo son acumulativos, por lo que disminuir aunque sea uno de ellos
disminuirá su riesgo general de sufrir una apoplejía.
 Edad: Las posibilidades de sufrir una apoplejía se duplican aproximadamente por
cada diez años de vida después de cumplir 55 años. Además, los investigadores
han detectado un repentino aumento de casos de apoplejía en mujeres entre 40
y 55 años de edad que puede relacionarse con factores metabólicos de riesgo,
incluyendo el mayor peso abdominal y la diabetes. Hay también ciertos factores
de riesgo que corresponden directamente a mujeres de menos de 55 años (ver
a continuación).
 Antecentes familiares: Si un padre o madre, abuelo o abuela, hermana o
hermano ha tenido apoplejía, usted tiene mayor riesgo de tenerla también.
 Antecedentes étnicos: Según la Asociación Nacional de Accidentes
Cerebrovasculares (National Stroke Association), los afroamericanos sufren
apoplejías antes en sus vidas y tienen dos veces más de posibilidades de morir
de una apoplejía que las personas de origen caucásico. Los hispanos
estadounidenses y los nativos estadounidenses también tienen mayor riesgo de
sufrir apoplejías. Para estos grupos, las tasas más altas de factores de riesgo tales
como tensión arterial alta, diabetes y obesidad pueden ser responsables de las
tasas altas de apoplejías.
 Apoplejía previa o TIA.
 Tensión arterial alta: La tensión arterial alta es la principal causa de la apoplejía
y el más importante factor de riesgo controlable.
 Cardiopatía o infarto anterior: La cardiopatía, incluyendo la enfermedad arterial,
la enfermedad coronaria, la insuficiencia cardíaca y la fibrilación auricular,
pueden contribuir a aumentar el riesgo de sufrir una apoplejía.
 Fumar: El fumar cigarrillos por sí solo constituye un riesgo de importancia para
la apoplejía. Cuando se utilizan anticonceptivos orales en combinación con fumar
cigarrillos, el riesgo de una apoplejía aumenta enormemente.
 Dieta deficiente: Las dietas con alto contenido de grasas saturadas, grasas trans,
colesterol y/o sodio pueden aumentar el riesgo de una apoplejía. Por el
contrario, una dieta que contenga cinco o más porciones de frutas y vegetales
por día puede reducir este riesgo.
 También: La diabetes, drogas o abuso en el consumo de alcohol, colesterol alto,
obesidad, inactividad física o anemia drepanocítica pueden todas aumentar el
riesgo de la apoplejía.
6. Factores de riesgo especialmente importantes para mujeres menores de 55 años.

 Migrañas: Las mujeres que sufren de migrañas con trastornos visuales tienen 10
veces más probabilidades de sufrir apoplejía.
 Anticonceptivos orales: Las mujeres que toman aunque sea una píldora
anticonceptiva con bajo contenido de estrógeno tienen dos veces más
probabilidades de sufrir una apoplejía.
 Otros factores de riesgo: Las enfermedades autoinmunitarias, incluyendo la
diabetes tipo 1 o lupus, los trastornos de coagulación, la administración de la
terapia de reemplazo hormonal, el mayor peso abdominal, los múltiples abortos
o embarazos.

Secuelas

No resulta raro encontrar personas que han sobrevivido a un derrame cerebral,


pero en alto porcentaje de los casos el problema deja secuelas para el resto de
la vida, entre las que pueden mencionarse:
 Depresión. Decaimiento del estado de ánimo que, en el ámbito afectivo,
se expresa mediante tristeza profunda, vacío existencial, autoculpa y
soledad, en tanto que en el mental ocasiona ofuscación, pesimismo,
inseguridad y baja autoestima. Son rasgos característicos de este
estado emocional episodios de llanto, ira o risa, que inician y terminan
rápidamente y se disipan con el tiempo. El tratamiento requiere
colaboración del psicólogo o psiquiatra, quien además podría prescribir
medicamentos.

 Hemiplejia. En alto porcentaje se presenta parálisis en un solo lado


del cuerpo (lado opuesto al hemisferio en donde se produjo el derrame
cerebral), incluidos el rostro y boca. Los pacientes pueden presentar
dificultades para deglutir.

 Problemas de comunicación. El término afasia se emplea para describir


a un conjunto de dificultades de la comunicación, que incluyen habla,
comprensión, lectura y escritura.

 Trastornos de la visión. Es posible que los pacientes no puedan enfocar


la vista o sufran debilidad de la visión en uno de los ojos.

7. Prevención
Es importante reducir el consumo de alcohol. Un programa regular de
ejercicios adecuado a la edad y al estado físico ayuda a perder peso, lo cual,
a su vez, puede bajar la presión.
Tal vez haya que medicarse, pero debe hacerse bajo control médico, pues
existe una gran variedad de fármacos.
La enfermedad de la arteria carótida estrecha la principal vía de suministro
de oxígeno al cerebro, lo cual contribuye considerablemente a que se
produzca una apoplejía.
Dependiendo del grado de obturación de la arteria carótida, puede ser
recomendable practicar una endarteriectomía carotídea, técnica quirúrgica
para desobstruir las arterias.
Varios estudios han demostrado que los pacientes que presentan síntomas y
tienen obstrucciones arteriales graves, se benefician de la cirugía combinada
con medicación. No obstante, pueden surgir problemas relacionados con la
intervención quirúrgica, por lo que debe considerarse cuidadosamente si
conviene realizarla.
Las enfermedades cardíacas pueden incrementar el riesgo de que se produzca
un accidente cerebrovascular. La fibrilación auricular (un tipo de arritmia),
que puede provocar la formación de coágulos de sangre y su desplazamiento
hasta el cerebro, se trata con anticoagulantes.
Otros problemas cardíacos probablemente deban resolverse con cirugía y
medicamentos, a fin de reducir el riesgo de apoplejía. La diabetes es la causa
de una gran proporción de ataques apopléticos, de modo que su control
también ayuda a prevenir la apoplejía.
Los ataques isquémicos transitorios (AIT) constituyen advertencias claras de
que puede producirse un accidente cerebrovascular. Jamás deben pasarse por
alto. Consulte a su médico y trate la causa subyacente, pues los AIT
multiplican el riesgo de sufrir una apoplejía.
Una vida sana y moderada contribuye mucho a la prevención de esta
enfermedad.
Una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio, así como un consumo
mínimo de alcohol y la abstinencia del tabaco, pueden ayudar a mantener las
arterias en buen estado e incluso a mejorar las que ya están deterioradas.
Según varios estudios, si se aumenta la ingestión de frutas y hortalizas frescas
y de cereales, se reduce el riesgo de que sobrevenga un ataque apoplético.

8. Rehabilitación

La rehabilitación de una apoplejía requiere la ayuda especializada del neurólogo,


fisioterapeuta, logopedas y otros médicos, en especial durante los primeros seis meses,
periodo durante el cual se consiguen más progresos. Los ejercicios de estiramiento
pasivo y las aplicaciones térmicas se utilizan para recuperar el control motor de las
extremidades, que después de una apoplejía mantienen una flexión rígida. Un paciente
debe recuperar lo suficiente como para poder realizar ejercicios de polea y bicicleta para
los brazos y las piernas, y recuperar mediante intervención logopédica la facultad de
hablar, que con frecuencia se pierde después de un episodio cerebrovascular. El grado
de recuperación varía mucho de un paciente a otro. El notable descenso en la incidencia
de apoplejías que se observa desde 1950 en todo el mundo desarrollado, quizá se
relacione con el reconocimiento del papel tan importante que desempeña la hipertensión
en la apoplejía, hecho que ha dado lugar a la instauración de cambios dietéticos, como
la reducción en la ingesta de ácidos grasos saturados y colesterol. Otro factor sería la
mayor preocupación sobre los efectos del tabaco. Sin embargo, la apoplejía continúa
siendo la tercera causa más importante de muerte, después de las coronariopatías y el
cáncer, en el hemisferio occidental. Actualmente, los investigadores estudian la
posibilidad de usar del opiáceo cerebral dinorfina para aumentar la supervivencia.
Conclusión

 La apoplejía de un tumor hipofisario es un síndrome que usualmente ocurre en


forma espontánea y cuyas manifestaciones clínicas sobresalientes son: cefalea,
déficit del campo visual y oftalmoplejía. En algunos casos puede presentar
deterioro del sensorio y/o síndrome meníngeo. El tratamiento, en la mayoría
de los casos, consiste en cirugía por vía transesfenoidal.
 La monografía tuvo como finalidad ayudar a personas que padecen de algunos
factores de riesgos, ya que a ellos se lo evitara de forma adecuado e
informando las maneras que faciliten su forma de vida.
 La mayoría de los síntomas de un ataque isquémico transitorio desaparecen
dentro de una hora, aunque pueden durar hasta 24 horas. Debido a que no es
posible saber si los síntomas se deben a este ataque o un derrame, debe acudir
a un hospital de inmediato.

9. Bibliografía

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Carolina Franco, Cecilia Sánchez, Lianella Fuenmayor, et al. Enfermedad
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