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CONSIDERACIONES TÉCNICAS

Lesión. Es imprescindible entender las diferencias conceptuales de este


término en los ámbitos médico y jurídico. Mientras que médicamente se
entiende por lesión a: “toda alteración órgano-funcional como consecuencia
de factores externos o internos al organismo”, desde el punto de vista
legal se define como “toda alteración de la salud y cualquier otro daño que
deje huella material en el cuerpo humano, si estos efectos son producidos
por causa externa”; por ello, mientras médicamente se puede hablar de una
lesión en miocardio como consecuencia de un infarto al mismo, legalmente
ésta sólo se consideraría lesión si existiera una causa externa que la
hubiese ocasionado.

Herida. Constituye la pérdida de continuidad de la piel (rotura). Su


equivalente en tejido óseo es la fractura; en serosas, mucosas y vísceras
es la laceración.

Trauma. Se define como la acción externa (a través de diferentes mecanismos)


que a su vez ocasiona el traumatismo.

Traumatismo. Representa el daño resultante en el individuo,


predominantemente anatómico, que se produce como resultado de un trauma.

Contusiones. Este tipo de lesión es causada por un objeto romo u obtuso,


que no tiene la capacidad de cortar. Su mecanismo de acción puede constar
de percusión, presión (cuando se ejerce una fuerza perpendicular al tejido
lesionado); fricción (al usarse una fuerza paralela al eje del tejido);
tracción (cuando los tejidos son sometidos a la acción de dos fuerzas
opuestas, tirando de ellos). Si la lesión fue causada por un mecanismo de
acción, se trata de una contusión simple. Si ésta fue causada por uno o más
mecanismos, entonces es contusión compleja. Las contusiones también se
diferencian en activas o pasivas, en relación directa con el mecanismo de
producción. En las activas, el objeto contundente funciona en forma animada
para ser finalmente detenido por el cuerpo (por ejemplo, el puño de un
individuo que lesiona la cara de otro); en las pasivas, el objeto animado
sería el cuerpo que finalmente es frenado por el objeto contundente (un
accidente automovilístico en el cual la cabeza del conductor es lesionada
por el cristal delantero del vehículo).

Excoriación. Lesión superficial causada por fricción, compromete los


estratos de la epidermis llegando hasta la dermis. Adquiere una tonalidad
rojiza oscura, similar al color ladrillo. Se caracteriza por presencia de
una costra, que puede ser hemática o serohemática (en los casos que incluye
las papilas dérmicas con tejido linfático). Muchas veces se presenta en
salientes óseas. En la clasificación legal de las lesiones se consideran
dentro de las que tardan menos de 15 días en sanar; sin embargo, podrían
propiciar diversas enfermedades dermatológicas. Se requiere de un sistema
cardiovascular y hemático sano para la formación de costra; por tanto, es
un proceso estrictamente antemortem. La morfología, número y topografía de
las excoriaciones reducen las posibilidades clínicas hasta llegar al
diagnóstico de un ataque; por ejemplo, excoriaciones de defensa en
antebrazos y manos, evidencia de rasguños en cara, excoriaciones ungueales
en el cuello en caso de estrangulación o en zonas erógenas en caso de
violación. Muchas veces se observan puentes de queratina acumulados en el
lado final de la abrasión, indican la dirección hacia estas acumulaciones.
Equimosis. Es una hemorragia en placa, paralela a la epidermis, se contiene
en los tejidos subcutáneos. Se origina por lesión mecánica del paquete
hemático, respeta la piel. Las equimosis son lesiones vitales por
excelencia, para su formación se requiere del correcto funcionamiento del
sistema cardiovascular, una circulación presente, con presiones arteriales
y venosas adecuadas, y el sistema de coagulación preservado. Las dimensiones
y gravedad de las equimosis dependen del lugar y violencia de la lesión.
De la posición anatómica y características de los tejidos en relación con
su firmeza o laxitud depende su extensión. A mayor laxitud de tejido, la
extensión de la equimosis será superior; un ejemplo perfecto es la equimosis
palpebral en fracturas óseas nasales. Además, si existe tejido óseo
subyacente, la energía será transferida a los vasos sanguíneos con mayor
facilidad y existirá mayor disrupción de tejidos. Otros factores que afectan
la formación de equimosis es la edad del paciente, los niños y los adultos
mayores son más susceptibles a la formación de derrames; se producen más
fácilmente en mujeres. Las equimosis cambian de color al paso de los días;
puede cronometrarse la aparición de una equimosis al registrar sus cambios
de color. Los estados de la degradación de la hemoglobina dan diferentes
tonos:

 Rojo: primer día.


 Negro: segundo y tercer días; desprendimiento de hemoglobina de
eritrocitos.
 Azul: cuarto a sexto días; presencia de hemosiderina.
 Verde: séptimo a doceavo días; presencia de hematoidina.
 Amarillo: días 13 al 21; presencia de hematina.

La desaparición varía levemente según su localización. Para el caso de que


exista gran presencia de vasos sanguíneos en el área, habrá una absorción
más apresurada. Además, las mismas variables que aumentaron la velocidad
de aparición de la equimosis disminuyen su velocidad de resorción. En este
contexto, su hidratación se realiza de afuera hacia adentro y como
consecuencia el primer cambio de color se presenta en el centro. Las
equimosis subconjuntivales no siguen este proceso cromático de hidratación,
simplemente se atenúan hasta desaparecer.

Herida contusa. Se habla de herida contusa cuando se trata de una lesión


mixta provocada con un objeto sin capacidad de cortar, que provoca solución
de continuidad en la piel; es decir, una herida sumada a una contusión. Su
mecanismo puede ser por compresión o tracción. A menos que se utilice una
gran fuerza, para romper la piel se requiere que alguna saliente ósea se
encuentre por debajo de ésta. Por ello las heridas contusas se observan en
cabeza, barbilla, espinillas y hombros, y son difíciles de ver en nalgas o
abdomen. Se caracterizan por sus bordes altamente irregulares y
deshilachados, ya que el instrumento no corta, sólo separa los bordes de
la piel. Además, los tejidos corporales (piel, tejido adiposo, músculo,
fascia) tienen diferentes capacidades elásticas y de resistencia a la
compresión; por tanto, aparecen bordes deshilachados con puentes dérmicos
formados por nervios, fibras de tejido conjuntivo o pequeños vasos
sanguíneos que van de una pared a otra y que no fueron afectados por tener
un índice de elasticidad superior. Estas características no aparecerían en
una herida por arma blanca, con capacidad de cortar todos los bordes al
mismo nivel. Por ello, las heridas contusas tienen profundidad variable,
determinada por la fuerza y elasticidad de cada tejido. Por su naturaleza
de contusión, presentan equimosis o edema alrededor de la herida, con daño
total a dermis y epidermis. Muchas de estas heridas se presentan en cuero
cabelludo, ya que se vence la resistencia de la piel al presentarse con una
resistencia ósea por debajo, produciéndose un pequeño estallido a nivel
dérmico.

Heridas cortantes. Este tipo de herida la producen instrumentos que dentro


de su mecanismo de acción sólo utilizan un borde afilado que produce la
lesión sobre la piel. Presentan bordes lineales y nítidos, según la
capacidad de retracción de la piel, toman forma ovalada. Son más extensas
que profundas. Los tejidos subepidérmicos presentan igualmente bordes
limpios. Desde el punto de vista médico-legal, tardan más de 15 días en
sanar y dejan cicatriz (dependiendo del sitio donde se encuentren). Ponen
en riesgo la vida si penetran alguna cavidad, un gran vaso o producen
fuertes hemorragias. Muchas veces este tipo de heridas se detiene en el
hueso, y quizá dejen evidencia en forma de pequeños cortes. Las heridas
cortantes se caracterizan por extremos alargados, llamados colas o coletas.
Éstos representan la entrada y salida de las heridas. La primera se
demuestra con una coleta más profunda y corta, y en la segunda se observa
larga y superficial. Esto ayuda al examinador forense a determinar la
dirección de la agresión o si fue autoprovocada. Las heridas producen el
deslizamiento de instrumentos con mucho fi lo y poco peso, como hojas de
afeitar o trozos de vidrio, ello propicia que sean heridas más extensas que
profundas. A diferencia de las heridas contusas, las heridas cortantes no
presentan puentes dérmicos. Existen un par de excepciones, donde un
instrumento cortante deja una herida irregular: primero, si el instrumento
carece de filo, y presenta resistencia al cortar; segundo, cuando el área
anatómica es laxa y plegable, se puede producir el corte en línea recta,
pero al momento de colocar la piel en posición anatómica se observa un
corte irregular, ocurre en pliegues del cuello (más evidente en ancianos),
en el área de flexión del codo, escroto, etcétera.

Aumento de volumen. El aumento de volumen y/o edema, es el primer signo


de la inflamación, que consiste en la acumulación de cantidades anormales
de líquido en los espacios intercelulares de los tejidos o en las cavidades
corporales. Se debe a múltiples factores, como lo puede ser la retención
de líquidos o edema, de tipo toxico, infeccioso o vascular o bien secundario
a un traumatismo.

Barotrauma. Los barotraumas son lesiones localizadas en las partes del


organismo que tienen un contenido gaseoso y están producidas por las
variaciones volumétricas de dichos gases. Los encontramos en los oídos, los
senos paranasales, el apartado digestivo, los dientes y los pulmones. Las
actividades que pueden ocasionar barotraumas son el buceo, el paracaidismo,
la aviación, la utilización de explosivos, la cámara hiperbárica y todas
aquellas circunstancias en las que aparezca un cambio relativamente brusco
o suficientemente rápido de la presión ambiental.

Perforación Timpánica. El tímpano perforado es un agujero o ruptura en la


fina membrana que separa el conducto auditivo externo del oído medio. Los
médicos también la llaman “membrana timpánica”. Las causas son
habitualmente traumatismo o infección. Cuando un traumatismo produce una
perforación timpánica ocurre un dolor intenso; esta otalgia no es duradera,
suele remitir en unas horas. Inmediata al trauma se produce una otorragia,
generalmente poco copiosa. Estos traumatismos corresponden a bofetadas,
patadas, goles accidentales, ondas expansivas o cualquier forma de
traumatismo que impacta en una zona reducida localizada en torno al pabellón
auricular. Cuando el impacto de estos traumatismos sobre la zona de la
oreja se produce siguiendo una dirección tangencial, las lesiones suelen
dibujarse como heridas o desgarros en la piel del conducto auditivo externo.
La otoscopia las pone en evidencia y se actuará como se acaba de describir
en el apartado anterior. Cuando el impacto de estos traumatismos se produce
frontalmente sobre la entrada del conducto auditivo externo, además de las
lesiones dérmicas más externas, se puede generar una brutal onda aérea que
estalla contra el tímpano, pudiendo provocar una perforación timpánica
traumática por estallido.

Crisis Convulsiva. Las crisis epilépticas pueden definirse como eventos


clínicos transitorios que resultan de una descarga anormal, excesiva y
sincrónica de un grupo de neuronas ubicadas predominantemente en la corteza
cerebral. Las crisis epilépticas son generalmente breves, con una duración
de segundos a minutos, y caracterizadas por una alteración súbita del
comportamiento. El termino convulsión se refiere a accesos, más o menos
violentos, y con pérdida de la conciencia. Dichas convulsiones se conocen
como crisis generalizadas tónico-clónicas pueden observarse en cerebros
normales como resultado de una serie de alteraciones transitorias, y que
su presencia no necesariamente indica epilepsia. Convulsiones febriles,
convulsiones secundarias a un síndrome de abstinencia alcohólica,
hipoglucemia, hipocalcemia, hiponatremia o inducidas por ciertas drogas son
ejemplos de convulsiones ocasionales o agudas sintomáticas. Dichas crisis
generalizadas tónico-clónicas están determinadas por una patología cerebral
aguda o una alteración extracerebral, que desaparecen espontáneamente una
vez que la situación de base se resuelve. Dichos pacientes no deben ser
considerados epilépticos. Menos de un 50% de las epilepsias tienen una
causa identificable y pueden ser secundarias como Malformaciones congénitas
cerebrales, Metabolopatías, Fiebre elevada, Traumatismo craneoencefálico,
Tumores cerebrales, Accidentes cerebrovasculares, Infecciones del SNC,
Degeneración cerebral, Deprivación de drogas, Fármacos depresores del SNC.

ACUERDO A/080/12 de la Procuradora General de la República, por el que se


establecen las directrices que deberán observar los agentes de la policía
federal ministerial para el uso legítimo de la fuerza.

XVII. Uso legítimo de la fuerza. La aplicación racional, congruente,


oportuna y con respeto a los derechos humanos de técnicas, tácticas y
métodos de sometimiento por los cuerpos policiales sobre las personas que
oponen resistencia a una detención que se lleva a cabo en cumplimiento del
deber, ya sea que se trate de algún caso de flagrancia, caso urgente o en
ejecución de una orden judicial o que se emplee en casos de legítima
defensa.
Así como el empleo de la fuerza ejercida, la cual debe ser autorizada o
permitida por la ley a la autoridad en acciones de sometimiento sobre las
personas que se encuentran en los supuestos legales de flagrancia, caso
urgente u orden de judicial; cuando opongan resistencia o pretendan darse
a la fuga, o en cualquier otro supuesto de aplicación de la fuerza previsto
en el presente instrumento.

MANUAL del Uso de la Fuerza, de aplicación común a las tres Fuerzas Armadas.

Concepto y Principios sobre el Uso de la Fuerza


1. Concepto de la expresión Uso de la Fuerza.
Es la utilización de técnicas, tácticas, métodos y armamento, que realiza
el personal de las fuerzas armadas, para controlar, repeler o neutralizar
actos de resistencia no agresiva, agresiva o agresiva grave.

5. Niveles del Uso de la Fuerza.


A. Es la gradualidad del uso de la fuerza que previa evaluación de la
situación, debe adoptar el personal de las fuerzas armadas de manera
proporcional a la conducta de la persona y/o la resistencia que opone,
mediante:

a. Disuasión: consiste en la simple presencia física. Se materializa con


la presencia visible de personal de las fuerzas armadas, a petición fundada
y motivada de la autoridad civil, donde se ha detectado una situación que
afecta la seguridad de la población, que puede derivar en acciones ilícitas
generadoras de daños mayores. Puede estar acompañada por un despliegue de
vehículos terrestres, embarcaciones o aeronaves, asimismo, la presencia
debe realizarse conforme a un despliegue táctico que responda a la
evaluación y control de la situación.

b. Persuasión: las acciones que de manera inofensiva desarrolla el


integrante de las fuerzas armadas, mediante contacto visual e instrucciones
verbales, para conminar al transgresor de la ley a que desista de su
conducta.
c. Fuerza no letal: se emplea para controlar a una persona o personas en
los casos de resistencia no agresiva y agresiva. El uso de instrumentos no
letales tendrá como propósito causar el menor daño posible durante el
control físico sin convertirlos en letales, ante un uso de fuerza excesiva,
irracional y desproporcional a la resistencia del transgresor o agresor.

d. Fuerza letal: consiste en la utilización de medios letales (armas de


fuego, contundentes e improvisadas) para proteger la vida propia, de
terceros o se vaya a cometer un delito particularmente grave; lo cual puede
acontecer, cuando los agresores o transgresores amenacen al personal de las
fuerzas armadas o a terceras personas, con arma de fuego, explosivos,
vehículo, embarcación o aeronave en que se transporta u otro objeto que
ponga en peligro la vida.

6. En el uso de la fuerza, se privilegiará la disuasión o persuasión sobre


cualquier otro nivel, salvo que debido a las circunstancias de la situación
particular que se viva, se pongan en riesgo la vida o la integridad física
de terceros o del personal, en cuyo caso, estos últimos podrán implementar
directamente el nivel de uso de la fuerza que sea necesario, en los términos
de las directivas y de este manual.

7. No debe perderse de vista que las situaciones que requieren el empleo


de la fuerza son dinámicas, que pueden pasar de un tipo de agresión a otro
y por ello, el personal que está dentro de la misma debe tomar decisiones
correctas aplicando los principios de oportunidad, proporcionalidad,
racionalidad y legalidad.

8. El personal de las fuerzas armadas que deba usar la Fuerza tendrá que
evaluar la situación, planificar el nivel que empleará y actuar para
controlarla; debe tener presente que toda situación es dinámica, las
conductas de quienes infringen la ley pueden ir de una actitud cooperativa
a presentar una resistencia grave en breve tiempo, sin que necesariamente
tengan que pasar por las etapas de oponer una resistencia agresiva o no
agresiva; la autoridad debe estar presente y mantener comunicación con
la(s) persona(s) durante todo el acontecimiento; ante una resistencia no
agresiva se debe emplear métodos disuasivos mismos que pueden convertirse
en métodos persuasivos, empleo de la fuerza no letal y fuerza letal,
dependiendo de la evolución de la conducta que se presente en el caso
particular.
CÓDIGO PENAL FEDERAL. TÍTULO DECIMONOVENO. DELITOS CONTRA LA VIDA Y LA
INTEGRIDAD CORPORAL- CAPÍTULO I- LESIONES.
Artículo 288.- Bajo el nombre de lesión, se comprende no solamente las
heridas, escoriaciones, contusiones, fracturas, dislocaciones, quemaduras,
sino toda alteración en la salud y cualquier otro daño que deja huella
material en el cuerpo humano, si esos efectos son producidos por una causa
externa.
Artículo 289.- Al que infiera una lesión que no ponga en peligro la vida
del ofendido y tarde en sanar menos de quince días, se le impondrán de tres
a ocho meses de prisión, o de treinta a cincuenta días multa, o ambas
sanciones a juicio del juez. Si tardare en sanar más de quince días, se le
impondrán de cuatro meses a dos años de prisión y de sesenta a doscientos
setenta días multa. En estos casos, el delito se perseguirá por querella,
salvo en el que contempla el artículo 295, en cuyo caso se perseguirá de
oficio.
Artículo 290.- Se impondrán de dos a cinco años de prisión y multa de cien
a trescientos pesos, al que infiera una lesión que deje al ofendido cicatriz
en la cara, perpetuamente notable.
Artículo 291.- Se impondrán de tres a cinco años de prisión y multa de
trescientos a quinientos pesos, al que infiera una lesión que perturbe para
siempre la vista, o disminuya la facultad de oír, entorpezca o debilite
permanentemente una mano, un pie, un brazo, una pierna, o cualquier otro
órgano, el uso de la palabra o alguna de las facultades mentales.
Artículo 292.- Se impondrán de cinco a ocho años de prisión al que infiera
una lesión de la que resulte una enfermedad segura o probablemente
incurable, la inutilización completa o la pérdida de un ojo, de un brazo,
de una mano, de una pierna o de un pie, o de cualquier otro órgano; cuando
quede perjudicada para siempre, cualquiera función orgánica o cuando el
ofendido quede sordo, impotente o con una deformidad incorregible. Se
impondrán de seis a diez años de prisión, al que infiera una lesión a
consecuencia de la cual resulte incapacidad permanente para trabajar,
enajenación mental, la pérdida de la vista o del habla o de las funciones
sexuales.
Artículo 293.- Al que infiera lesiones que pongan en peligro la vida, se
le impondrán de tres a seis años de prisión, sin perjuicio de las sanciones
que le correspondan conforme a los artículos anteriores.

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