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ENTREVISTA A CRONWELL JARA

Manifiesto del ocio afortunado. ¿Quién puede describir su miembro erecto y loarlo? ¿Quién
logra componer versos a un clítoris perfecto? ¿Quién imagina a Blanca Nieve con caries, celulitis,
várices, pastrula y ruca? ¿Quién crea una academia para depresivos y suicidas? ¿Quién sueña que
una hormiguita quiera ser escritora? ¿Quién se entrega en cada historia? ¿Quién ama tanto un
verso? Innegablemente, el profesor Cronwell Jara, un autor que se inició como cuentista pero que,
por su habilidad, dominio y calidad de sus poemas, ya no puede ser encasillado en ningún género
específico. Por estas razones se ha ganado un único y preciso título: el de escritor… Entonces me
corrijo: Innegablemente el escritor Cronwell Jara Jiménez.

Entrevista: Natalie Marrujo

¿Cómo pasó su cumpleaños este 26 de julio?

Viajando desde las ocho de la mañana hasta las cuatro de la tarde, cuando llegué a Trujillo, con el
temor de siempre, y es que cuando es día de mi santo todo me sale torcido, gris y triste. Todo me
resulta mal. No sé por qué. Para empezar, al llegar a Trujillo los precios del hotel estaban súper
elevados, 120 soles por un cuartucho; fui a otro, de regular apariencia, 100 soles; pagué uno de 40,
pero me encontré con los geniales poetas Walter Curonisi y Elvira Roca Rey, dueños del lujoso hotel
“Caballito de totora” lo mejor de Huanchaco y me dijo: quédate en mi hotel, no pagas nada... así que
pagué por gusto aquellos 40 soles pues no dormí ahí.

¿Recuerda cuál fue el mejor regalo que recibió cuando era niño?

Unas sandalia de cuero, para mis cuatro años, compradas por mi abuela Ruperta, viendo que mi
padre les compraba cosas a mis hermanos mayor y menor y a mí no.

A los trece años, ¿Qué quería ser de grande?

De niño quise ser 'charro mejicano', luego aviador; a los trece decidí ser escritor. Mi padre me apoyó
siempre. Le gustó la idea.

Cuando llegó de Piura a Lima en 1955, ¿Qué episodio de su vida o, específicamente de


su infancia, recuerda con más nostalgia?

El viaje que hicimos a Lima, la llegada en la estación de la empresa Sudamericana. Las lágrimas de
mi madre al llegar a Lima, su miedo a Lima, a los tranvías, y su temor al ver que mi padre no
aparecía él nos esperaría, pero llegó. Y de ahí el recuerdo: la abuela Ruperta, la tía Eyda, los tíos
Alejandro y Floro, y, especialmente, a mi perro Junio; y con ellos a mi madrina Obdulia y sus hijas.
A todos ellos los recordé con mucho cariño. También al 'Cholo Agustín', quien nos cuidaba de las
peleas de los mayores.

Usted vivió en el Rímac muchos años, ¿Ese hecho lo inspiró para ser escritor?
Claro que sí, definitivamente. De ahí, de mi barrio Mariscal Ramón Castilla, apareció Montacerdos,
Patíbulo para un caballo, Cosa de Comadres, entre otros.

¿Por qué escribir para niños?

Porque soy un niño, y no puedo evitarlo. Hay en mí un niño con quien me entiendo bien, y no lo
quiero perder: sobre todo porque es travieso y juguetón, para revisando libros, revistas; y porque a
veces no se toma las cosas tan en serio, como por ejemplo vestir bien, comer con las manos y no con
los cubiertos, dormir desde eso de las 5 de la tarde o las siete cuando puede; y por no respetar
moldes o modales hipócritas; reírse de todo lo serio, y, sobre todo, porque me gusta su timidez, sus
ganas de andar solo, estar solo y tramando alguna historia o poema.
¿Cuál sería el principal punto dentro de un manual para la escritura de cuentos para niños?
El uso equilibrado de un indispensable sentimiento: nostalgia, tristeza, imprescindibles para hallar
un 'tono poético' en toda la historia, así esta sea juguetona, llena de aventuras. En dar con el 'tono
poético' está la clave del poema, novela o cuento.

Cuéntenos, ¿Cómo nació la idea de escribir “La fuga de Agamenón Castro, invención
que le hizo ganar el Premio COPÉ de cuento?

Un compadre de mi abuela Ruperta se moría, agusanado en vida. Mi abuela lo halló a tiempo y lo


curó con emplasto de yerbas. Él huía creyendo que en una pelea a machete con su hermano
borracho, lo había matado. Pero no había pasado de un rasguño.

En general, ¿Cuál es el mejor libro que ha leído hasta ahora?

El Quijote de la Mancha, que es una novela de novelas, relatos y cuentos. Posee poesía, historia,
drama, locura, pasión, agudeza de ingenio, gran inteligencia. Me gustan las obras así, locas pero
sabias, apasionadas pero equilibradas, rudas pero llenas de amor.

Hay temas que se hacen cotidianos en sus cuentos: la pobreza, la sobrevivencia y la


nostalgia... ¿Cuál es el tema que siempre quiso desarrollar y sin embargo no pudo?

Si te lo digo, otro me roba la idea. Porque es un proyecto formidable, extraordinariamente triste y


conmovedor.

¿Cuál es su fuente de inspiración para crear un personaje?

La vida, sus patadas de mula y sus desgracias acumuladas, en mí o en otros. La tragedia y el dolor de
alguien siempre me motivan.

Si tendría que imaginar a sus lectores, ¿Cómo los describiría?


Llenos de sensibilidad y curiosidad; con ganas de vivir una aventura imaginaria donde juegan de
por medio la astucia, la sabiduría, la inteligencia.

¿Qué es más fácil de escribir: un cuento o un poema?

El poema sale de un suspiro del espíritu, el cuento del cerebro.

¿A qué autores admira?

Cervantes, Homero, Virgilio, Sófocles; Rabelais, Dowstoievski, Hemingway, García Márquez,


Borges, Cortázar; y sobre todo a Vallejo, Julio Ramón Ribeyro, Jorge Amado, Lorca, Francisco de
Quevedo, Rubén Darío.

¿Recuerda cuál fue el primer libro que leyó y disfrutó?

A los seis años, Blanca Nieve y los siete enanitos. Y como libro mayor: Las mil y una noches, a mis
doce o trece años.

¿Cuál es el peor libro que leyó?

El de un amigo a quien por no ofender no digo su nombre.

De no ser escritor, ¿Qué oficio hubiera elegido?


Pintor. Pinté hasta los 26 años. Quiero volver. También fui xilógrafo.

¿Cuál es su mayor satisfacción?

Celebrar el haber concluido un buen cuento o un buen poema. Lo malo es que no hay con quién.

¿Y su mayor temor?

Ser consciente de las consecuencias del calentamiento global. Vendrán grandes catástrofes,
hambrunas, falta de agua descontaminada. La destrucción del la vida humana en el planetas. Y ante
ello, la desidia, la irresponsabilidad absoluta de los gobiernos de cada país generalmente grandes
empresarios: ambiciosos, inhumanos, ciegos por la codicia, comprometidos con los fríos intereses
de las transnacionales.

¿A qué autor le hubiera gustado conocer?

A Fracois Villón..., pero también a Francisco de Quevedo, Cervantes, Rubén Dario, Vallejo y José
María Arguedas.

¿Cómo es la mujer perfecta para usted?


Aquella que se enamore de mí perdidamente. Tuve la suerte de vivirlo antes. Hoy, imposible.

¿Qué libro está leyendo ahora?

Estoy acabando Travesuras de la niña mala; pero, a la vez, libros de poemas y cuentos de mis
amigos.

¿Cuál considera que es el mejor cuento o libro que ha escrito?

Babá Osaím, cimarrón, 64 relatos; mi novela Patíbulo para un caballo.


Son casi 12 años que lleva enseñando en el Centro Cultural Federico Villarreal, ¿Cómo ve la
evolución de los alumnos dentro de su Taller de Narrativa y Poesía?
Relativa, porque no puedo ver sus progresos. Vienen y se van. Pero en quienes persisten les hago
saber que lo 'genial' se logra a punta de fracasos, de muchas correcciones, perseverancia y sentido
de sacrificio. Lo bueno no se logra fácil. El árbol que irá a vivir muchos años, siglos, demora en
crecer.

¿Cree en otra vida después de la muerte? ¿Cómo le gustaría morir?

Creo en la muerte después de la muerte. Si estiras la pata estás frito. ¿Y si muero? Me gustaría morir
sobre una mujer... Ojalá no sea en un accidente de tránsito.

Julio, 2008.

http://www.youtube.com/watch?v=ZzwozEg2n-U ENTREVISTA DE CASA EDITORES

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