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Si bien la estimulación temprana puede realizarse entre los seis primeros años de vida, es recomendable

enfatizarla desde los primeros tres meses de vida del recién nacido, ya que es en estos primeros meses
donde el ser humano posee una mayor plasticidad cerebral.

Estas técnicas permiten un refuerzo al desarrollo de diferentes funciones cerebrales, tanto a nivel
cognitivo, lingüístico, motor, como social.

Por otra parte, las "unidades de información" o "bits" es la forma en que los niños procesan
conocimientos adquiridos bajo esta estimulación, mediante la repetición sistemática de diferentes
ejercicios de manera lúdica, a través de juegos que refuercen el lenguaje o la motricidad, por ejemplo.

Cada momento o etapa del desarrollo infantil tiene necesidades distintas, por lo tanto, la estimulación
está sujeta a cada etapa que el niño esté viviendo.

Especialistas del área de la salud, afirman la importancia de la estimulación temprana. Ana María Cid,
enfermera y docente de la escuela de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, recomienda diferentes
actividades para las distintas etapas del desarrollo, desde el periodo prenatal, desde el nacimiento hasta
los seis meses y después de los seis hasta los doce meses.

Así, la profesional asegura que en la etapa prenatal comienza la identificación de los sonidos, por lo que
es importante interactuar con el feto. Como por ejemplo, mientras él se mueva, hablarle. Esta
interacción es sumamente importante para que el bebe se sienta aferrado afectivamente, tanto a la
madre, como al padre y a la familia.
El segundo período se basa en gestar la autonomía al recién nacido, principalmente, a través de
masajes, que la madre y el padre le hablen al bebé, la muestra de objetos para que él pueda fijar la vista
y también estimular la audición.

El tercer período, constituye el proceso de fuerte estimulación al área motora, con el refuerzo y apoyo
del gateo, del área del lenguaje, donde ya el llanto estableció un tipo de lenguaje, por lo que es
importante pronunciar con monosílabas para que el bebé pueda repetir y así aprender. También, la
coordinación es momento de estimularla.

Las manitos del bebé ya son capaces de afirmar ciertos objetos, se puede partir con pequeños objetos.
Desde los ocho meses, la enfermera asegura que ya pueden aplaudir

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