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DIALÉCTICA

• Dialéctica (gr. dialegomai: sostengo charla, razono): ciencia sobre las leyes más generales del
desarrollo de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento.
Una larga historia precedió a la comprensión científica de la dialéctica, y ese concepto mismo surgió
en el curso de la modificación y hasta superación del sentido inicial del término. Al comienzo, este
término (dialektike techne: “arte de la dialéctica”) designaba: 1) la capacidad de sostener una
disputa mediante preguntas y respuestas; 2) el arte de clasificar los conceptos y dividir las cosas en
géneros y especies.
La filosofía de la Antigüedad subrayó ya con gran fuerza la mutabilidad de todo lo existente,
comprendió la realidad como proceso y elucidó el papel que desempeña en este proceso la
transformación de toda propiedad en su contrario (Heráclito, en parte los materialistas de Mileto y
los pitagóricos). A semejantes investigaciones no se aplicaba todavía el término “dialéctica”.
Aristóteles atribuye la invención de la dialéctica a Zenón de Elea, que sometió a análisis las
contradicciones que surgen al intentar concebir las nociones de movimiento y de conjunto. El propio
Aristóteles establece diferencia entre la “dialéctica” y la “analítica”, como entre la ciencia sobre las
opiniones probables y la ciencia sobre la demostración. Platón define el ser auténtico como idéntico
e inmutable y, no obstante, fundamenta las conclusiones dialécticas de que los géneros superiores
de lo existente sólo pueden concebirse de modo que cada uno de ellos existe y no existe, es igual a
sí mismo y no es igual, es idéntico a sí mismo y se transforma en su “otro”. Por eso, el ser encierra
contradicciones: es único y múltiple, eterno y pasajero, inmutable y mutable, reposa y se mueve. La
contradicción es condición necesaria para estimular el alma a la reflexión. Según Platón, este arte
es precisamente el arte de la dialéctica.
Antes de Marx, la etapa más importante del desarrollo de la dialéctica fue el idealismo clásico
alemán, que, a diferencia del materialismo metafísico, no enfocaba la realidad sólo como objeto del
conocimiento, sino, también, como objeto de la actividad. Al mismo tiempo, el desconocimiento de
la verdadera base material del conocimiento y la actividad del sujeto condujo a la estrechez y a los
errores en las ideas dialécticas de los idealistas alemanes.
Kant fue el primero en abrir la brecha en la metafísica. Señaló la importancia de las fuerzas contrarias
en los procesos físico y cosmogónico y –por primera vez después de Descartes– introdujo en el
conocimiento de la naturaleza la idea del desarrollo. En la teoría del conocimiento, Kant desarrolla
las ideas dialécticas en su doctrina de las “antinomias”. Pero la dialéctica de la razón, según Kant, es
una ilusión y se suprime al volver el pensamiento a encuadrarse en su marco, limitado por el
conocimiento tan sólo de los fenómenos. Después de Kant, Schelling desarrolla la concepción
dialéctica de los procesos de la naturaleza. La cumbre del desarrollo de la dialéctica premarxista fue
la dialéctica idealista de Hegel, en la que “...por vez primera... se concibe todo el mundo de la
naturaleza, de la historia y del espíritu como un proceso, es decir, en constante movimiento, cambio,
transformación y desarrollo, intentando además poner de relieve la conexión, interna de este
movimiento y desarrollo” (C. Marx, F. Engels, t. 20, p. 23).
El resultado de la dialéctica de Hegel rebasó en mucho la significación que él mismo le atribuyó. En
la doctrina hegeliana de la necesidad, con la que todo llega a su negación, se encerraba un principio
que revolucionaba la vida y el pensamiento, en virtud de lo cual los pensadores de vanguardia
calificaban la dialéctica hegeliana de “álgebra de la revolución” (Herzen). Marx y Engels crearon la
concepción auténticamente científica de la dialéctica. Al rechazar el contenido idealista de la
filosofía de Hegel, construyeron la dialéctica sobre la base de la comprensión materialista del
proceso histórico y del desarrollo del conocimiento y la sintetización de los procesos reales que
transcurren en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. En la dialéctica científica se conjugan las
leyes del desarrollo tanto del ser como del conocimiento, pues son idénticas por su contenido y se
diferencian sólo por su forma. Por eso, la dialéctica materialista es una doctrina no sólo
“ontológica”, sino también gnoseológica, que estudia de igual manera el pensamiento y el
conocimiento en su devenir y desarrollo, por cuanto las cosas y los fenómenos son lo que son en el
proceso del desarrollo y llevan implícito, como tendencia, su futuro, o sea, lo que pasarán a ser. En
este sentido, la dialéctica materialista enfoca la teoría del conocimiento también como historia
sintetizada del conocimiento, y todo concepto o categoría, a pesar de su carácter extremadamente
general, llevan la impronta de la historicidad.
La categoría principal de la dialéctica materialista es la contradicción. En la doctrina de las
contradicciones, la dialéctica pone al descubierto la fuerza motriz y la fuente de todo desarrollo; en
ella está la clave para las demás categorías y principios del desarrollo dialéctico: desarrollo mediante
la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos, interrupción en el proceso gradual
del desarrollo, saltos, negación del punto de partida del desarrollo y negación de esa negación
misma, repetición, sobre una base superior, de algunos aspectos y rasgos del estado inicial. Tal
comprensión, precisamente, distingue la dialéctica de las opiniones evolucionistas vulgares de todo
género, típicas de las teorías burguesas y reformistas modernas. La dialéctica materialista constituye
el método filosófico de investigación de la naturaleza y la sociedad. Sólo con la óptica de la dialéctica
es posible comprender el camino complejo y contradictorio del establecimiento de la verdad
objetiva; la conexión, en cada etapa de desarrollo de la ciencia, de los elementos absoluto y relativo,
estable y mutable; las transiciones de unas formas de generalización a otras, más profundas. La
naturaleza revolucionaria de la dialéctica materialista, que no tolera ningún estancamiento e
inmovilidad, la convierte en instrumento de transformación práctica de la sociedad, que ayuda a
considerar objetivamente las necesidades históricas del desarrollo social, la falta de
correspondencia de las formas viejas al nuevo contenido y la necesidad de pasar a formas
superiores, que contribuyan al progreso de la humanidad. La estrategia y la táctica de lucha por el
comunismo se trazan en plena conformidad con el modo de pensar dialéctico-materialista (Lógica
dialéctica).
• La dialéctica no considera a la naturaleza (en sentido amplio) como un conjunto de elementos
finitos y acabados, sino como conformada por la totalidad de procesos en desarrollo. De
acuerdo a la dialéctica, las contradicciones entre elementos opuestos son lo que constituye al
mundo. Mientras que el pensamiento mecanicista parte de separar a priori las causas de los
efectos, la dialéctica considera que las causas y efectos están inter-penetrados, y que las
relaciones de causalidad pueden cambiar en el tiempo. Así la explicaron Levins y Lewontin en
su obra The dialectical biologist de 1985: “La visión dialéctica insiste en que la persistencia y el
equilibrio no son el estado natural de las cosas, sino que su existencia requiere una explicación,
la cual debe ser buscada en la acción de fuerzas o procesos opuestos. Las condiciones en las que
esas fuerzas opuestas llegan a un balance y el sistema como un todo se encuentran en equilibrio
estable, son casos particulares.”. Hace miles de millones de años, una atmósfera sin oxígeno fue
una condición indispensable para que la vida surgiera; luego una parte de la vida misma,
específicamente los organismos Ciano procariontes fotosintéticos, liberó a la atmósfera grandes
cantidades de oxígeno, terminando con las condiciones que hicieron posible la vida en primera
instancia, pero abriendo al mismo tiempo, nuevas posibilidades para la evolución de organismos
aerobios y luego terrestres.
• La dialéctica de Hegel considera que todo esta en movimiento, en constante cambio, devenir.
Todo lo que es llegara a no ser, todo es intrínsicamente contradictorio en sí mismo. Hay
contradicciones internas que transforman y cambian las cosas. Dia- noche (en un ciclo
constante).
Todo lo que es (un ser/una tesis) será remplazado por su no ser o negación y luego será remplazado
por una síntesis que contiene a ambos y se convierte en nueva tesis. La tesis es lo que es, el primer
movimiento de la dialéctica el ser, contiene ya desde su inicia la negación; porque todo lo que
afirmo, con el paso del tiempo se va a convertir en falso o en su contrario. Por ejemplo, si yo digo
que una plantita esta viva, esta planta en algún momento va a morir. La antítesis es la negación de
la tesis, la contradice y reemplaza. Es supera por la síntesis, es superior por que contiene a la tesis y
antítesis y se afirma como una nueva tesis.
Contradicción
• La ley de la contradicción en las cosas, es decir, la ley de la unidad de los contrarios es la ley más
fundamental de la dialéctica materialista. Lenin dijo: "La dialéctica, en sentido estricto, es el
estudio de la contradicción en la esencia misma de los objetos [ . . .]"Lenin solía calificar esta ley
de esencia de la dialéctica y también de núcleo de la dialéctica.
Engels dijo: "El movimiento mismo es una contradicción". Lenin definió la ley de la unidad de los
contrarios como "el reconocimiento (descubrimiento) de las tendencias contradictorias,
mutuamente excluyentes, opuestas, en todos los fenómenos y procesos de la naturaleza (incluso
del espíritu y de la sociedad)". ¿Son correctas estas ideas? Sí lo son. La interdependencia y la lucha
entre los contrarios existentes en cada una de las cosas determinan su vida e impulsan su desarrollo.
No hay cosa que no contenga contradicción; sin contradicción no existiría el mundo.
La contradicción es la base de las formas simples del movimiento (por ejemplo, el movimiento
mecánico) y tanto más lo es de las formas complejas del movimiento.
Engels explicó la universalidad de la contradicción en los siguientes términos:
"Si ya el simple cambio mecánico de lugar encierra una contradicción, tanto más la encierran las
formas superiores del movimiento de la materia y muy especialmente la vida orgánica y su
desarrollo. [. . .] la vida consiste precisamente, ante todo, en que un ser es en cada instante el mismo
y a la vez otro. La vida, pues, es también una contradicción que, presente en las cosas y los procesos
mismos, se está planteando y resolviendo incesantemente; al cesar la contradicción, cesa la vida y
sobreviene la muerte. Vimos igualmente cómo tampoco en el mundo del pensamiento podemos
librarnos de las contradicciones, y cómo, por ejemplo, la contradicción entre la interiormente
ilimitada capacidad cognoscitiva humana y su existencia real sólo en hombres exteriormente
limitados y que conocen limitadamente, se resuelve en la sucesión, para nosotros al menos
prácticamente infinita, de las generaciones, en un progreso ilimitado."
A su vez, Lenin ilustró la universalidad de la contradicción como sigue:
"En matemáticas: + y -. Diferencial e integral. En mecánica: acción y reacción. En física: electricidad
positiva y negativa. En química: combinación y disociación de los átomos. En ciencias sociales: lucha
de clases.”
• Es uno de los grandes principios de la manera en la que pensamos. Una cosa no puede ser y no
ser al mismo tiempo. Dios existe o Dios no existe. No hay otra posibilidad. Las dos creencias no
pueden ser ambas ciertas. Ahora mismo está lloviendo o no está lloviendo. El clima no puede
tener al mismo tiempo en un lugar las dos características de estar lloviendo y no estar lloviendo.
La ley de la contradicción se refiere a que dos afirmaciones sobre la realidad no pueden ser ciertas
al mismo tiempo. Eso es entendible, pero implica que tampoco las dos pueden ser falsas al mismo
tiempo. Vuelvo al ejemplo anterior: Dios existe y Dios no existe. Entre esas dos afirmaciones hay
una contradicción, es decir, ambas no pueden ser ciertas; pero también implica que ambas no
pueden ser falsas. Una de ellas es cierta, la otra es falsa. El siguiente paso será tratar de demostrarlo.
Una ilustración muy clásica, la de la afirmación de que todos los cisnes son blancos. ¿Cuál es la idea
que contradice a esa afirmación? La que afirma que algunos cisnes no son blancos. Una o la otra es
verdadera y los dos no pueden ser falsas al mismo tiempo.
Aquí surge algo interesante. Alguien dice que todos los cisnes son blancos y otro dice que ningún
cisne es blanco. ¿Hay contradicción entre esas afirmaciones? No, solamente hay oposición, pero no
contradicción. Ambas afirmaciones pueden ser al mismo tiempo falsas; es posible que los cisnes
sean de otros colores.
Piense en un caso. Su mejor amigo dice muy seriamente que todos los cisnes son blancos, a lo que
usted responde que todos los cisnes son negros. Entre esas afirmaciones hay oposición. ¿Pero hay
contradicción? No, porque las dos pueden ser falsas y resultar que hay cisnes de otros colores, quizá
blancos, pero también negros. Si usted hubiera querido contradecir a su amigo no hubiera dicho
que todos los cisnes son negros; hubiera dicho que los cisnes no son todos blancos, que es una
afirmación que contradice totalmente a su amigo. Ambas no pueden ser al mismo tiempo ciertas,
pero tampoco pueden ser las dos falsas al mismo tiempo.
La clave parece estar, en buena parte, en el uso de una generalización extrema. Es decir, hay que
tener cuidado con las afirmaciones que usan la palabra «todos». Es el peligro de las generalizaciones,
como las a veces emitidas cuando se dice que todas las mujeres son chismosas, o todos los hombres
se embrutecen con el futbol, o todos los negros son buenos para el deporte, o todos los judíos son
millonarios. Bastaría mostrar un solo caso que negara las anteriores generalizaciones para
demostrar que son falsas. Uno solo. La idea ha sido llamada ley de la contradicción, ley de la no
contradicción, principio de la contradicción y demás. Simplemente expuesta: «Este principio se
enuncia diciendo: “es imposible que algo sea y no sea al mismo tiempo y en el mismo sentido”. En
forma esquemática se puede simbolizar así: “Es imposible que A sea B y no sea B”. Por ejemplo, no
es posible que un objeto sea un libro y no sea, a la vez, un libro. Es posible pensar que el objeto
pueda ser algo ahora y no ser ese algo después, pero no al mismo tiempo. Así, lo que antes fue un
libro puede ser ahora basura o cenizas. Yo puedo estar aquí ahora y no estar después, pero no al
mismo tiempo. Así como el principio de identidad nos dice que una cosa es una cosa, el principio de
no contradicción nos dice que una cosa no es dos cosas a la vez».
García, E. (2015). La ley de la contradicción. Recuperado de: http://contrapeso.info/2015/la-ley-de
la-contradiccion/

Tse-Tung, M. (2001). Sobre la contradicción. Recuperado de: https://www.marxists.org/espanol/


mao/escritos/OC37s.html

Izaguirre R. C. (2014). Enfoque filosófico dialéctico-materialista de la investigación científica.


Humanidades Médicas, 14(1), 127-144. Recuperado de:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S172781202014000100009&lng=es
&tlng=s

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