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REFLEXIONES ALREDEDOR DE LA FORMACION

Y EL PATRIMONIO CULTURAL.

Ramón S. Cotarelo Crego.


Via della Fontanella 4. Viareggio 55049 (LU). Italia.
cotarelolari@tin.it

AREA TEMATICA 7 : DIFUSIÓN, COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN EN


BIENES CULTURALES. ITINERARIOS Y RUTAS CULTURALES.

" Descubrir no consiste sólo en venir de afuera o de


lejos, no hay más descubridor que aquel que desde
adentro mira y ve ."
José Lezama Lima.

El deseo de aprender y la voluntad de ampliar los propios horizontes cognoscitivos


son innatos a cada individuo, son parte de la esencia misma del ser humano, es el modo en
que ocurre la transmisión del saber y el ambiente circundante, que puede ser motivante o no,
pero que cuando está en sintonía con el natural aprendizaje de cada uno es más duradera y
eficaz la adqusición de nuevos conocimientos.

Salvaguardar el patrimonio cultural , independientemente de la o las categorías de


intervención operadas no puede ser un problema de “sentimento” sino de “conocimiento”, un
proceso organizado y meditado donde en paralelo a lo mensurable corra lo
inconmensurable, es decir la fusión de lo “tangible” y lo “intangible”. No se posee lo que no
se comprende y “…quien mejor conoce mejor ama…” (l).

El recién comenzado milenio nos enfrenta a nuevos retos con respecto a la herencia
cultural, pues han quedado lejos los tiempos en que el patrimonio se circunscribía a un
reducido número de testimonios y aún más restringido número de personas encargadas de
conservarlos y transmitirlos a las generaciones futuras.

Los cambios ocurridos en las diversas esferas de la vida han influenciado en los
aspectos conceptuales y mucho más en las acciones prácticas en función de la dinámica
científico-técnica de los años más recientes y todas estas variaciones exigen un buen nivel
de actuación al cual se llega a través de diversas vías entre las que tiene un papel
fundamental la formación de los operadores del sector que necesariamente tienen que
adecuarse y dar respuesta a las problemáticas actuales.

Podría parecer agotado o esclarecido el tema de la formación, después de tantos


años acumulando experiencias disímiles con cursos, maestrías, doctorados, tirocinios,
seminarios y tantísimas variantes y propuestas, pero es todo lo contrario, hoy, más que en
cualquier otro momento, enfrentados a tal bombardeo de contradicciones , información e
intereses varios, es necesario reflexionar sobre la importancia vital que este aspecto reviste
en el estudio, conocimiento, conservación, intervención, mantenimiento y difusión del
patrimonio cultural y no entender sólo como objetivo fundamental de la formación el
aumentar y adecuar los conocimientos y habilidades de los actuales y futuros operadores
del patrimonio cultural a lo largo de toda la vida, sino reflexionando sobre tantas experiencias
que durante años hemos acumulado recibiendo y transmitiendo conocimientos y sobre todo
probando en la práctica con aciertos y desaciertos todo el soporte teórico-conceptual.

Nos toca hoy reflexionar hasta dónde hemos llegado y hacia dónde y cómo
queremos llegar, pues la formación debe y tiene que ser un proceso dinámico en
actualización continua y que asuma además de las materias de perfil histórico, artístico,
técnico y científico aspectos como la identidad, la ética profesional, los medios masivos de
comunicación, los programas escolares, la gestión del patrimonio, los aspectos legislativos,
la docencia, las competencias y habilidades y sobre todo la participación de la comunidad y
no sólo de los especialistas.
Saber ver, apreciar y usar el patrimonio cultural que nos rodea se logra con la
información que facilita la comprensión del justo significado del mismo y un papel
fundamental lo pueden desempeñar los medios masivos de comunicación, para estimular
la motivación idónea en el elemento humano receptivo, difundiendo datos vertebrados,
estructurados, sistematizados y dirigidos a los grandes conglomerados.

Como la preparación para la vida de cada individuo comienza en edad temprana, en


el ámbito familiar primero, seguido del escolar, los programas escolares revisten gran
significación pues por medio de ellos se puede articular una “pedagogía del patrimonio”, con
métodos de enseñanza activos, enfoques intercurriculares de las disciplinas, relaciones entre
campos de la educación y de la cultura y el empleo de una amplia variedad de modos de
comunicación y expresión. El patrimonio cultural es de hecho un elemento fundamental
dentro de una nueva didáctica que articula la colaboración entre la escuela y las instituciones
culturales. Ejemplos positivos existen varios en los últimos años, entre ellos, proyectos como
“aprender en el museo” y “aprender con el museo”.

El estudio y conocimiento de la historia deben ser aspectos fundamentales de la


cultura de un pueblo y de la formación de cada uno, de vital importancia en la consolidación
de la identidad cultural que no es otra cosa que el reconocimiento de un pueblo como « si
mismo ». De frente a la globalización que trae consigo grandes transformaciones sociales
que tienden a desarraigar identidades culturales ampliamente compartidas, las identidades
locales y nacionales tienen que evitar la desarticulación y dislocación y no permitir que lo
global reemplace a lo local, sino que lo global sólo pueda actuar a través de lo local, aunque
resulte difícil establecer con claridad una línea divisoria entre lo propio como algo que debe
necesariamente mantenerse y lo ajeno como algo que aliena. El desafío presente ante los
miembros de cualquier nación es definir qué es lo que se quiere ser y ver la identidad como
herencia y como proyecto. Herencia como reserva privilegiada donde se conservan los
elementos principales de la identidad y proyecto como proyección de lo " que se quiere ser".

La salvaguarda del patrimonio cultural requiere de la voluntad colectiva y por


supuesto también de los operadores que enfrentarán las actuaciones correspondientes y a
tal fin el saber empírico ha sido sustituido desde hace mucho por el saber técnico. La
sociedad moderna necesita profesionales que demuestren que son poseedores de un
conocimiento especializado que se acredita a partir de cursos de formación a todos los
niveles y direcciones, pues tan importante es saber pensar como saber hacer . Sin el
conocimiento de los oficios, la existencia de una amplia gama de obreros capaces y hábiles
en sus especialidades, conocedores de las técnicas tradicionales y abiertos a las
innovaciones (2) todo el aparato teórico-conceptual no tendría concreción material, el
intercambio entre el pensar y el hacer es imprescindible y la humildad es una actitud
fundamental que desgraciadamente no en todos los casos es tan frecuente encontrar.

El profesional del sector patrimonio cultural debe ser independiente en el momento


de tomar decisiones y debe ser enteramente libre de ejecutarlas, recordando la obligación
moral y la responsabilidad de su actuación frente a los bienes culturales. Las decisiones
deben ser colegiadas, un individuo no puede poseer todo el conocimiento y toda la verdad y
ante cada caso se debe presentar con humildad y honestidad, administrando sensatamente
los recursos, combatiendo el despilfarro y la expansión incontrolada, siendo disciplinado pero
no sumiso. Un buen profesional en primer lugar debe poseer una destreza técnica que le
permita , en condiciones normales, realizar su tarea con aceptable nivel de competencia y
calidad. Las reglas del buen hacer “perfectum officium”, acción llevada a cabo conforme a
los imperativos de la razón instrumental, constituyen sin dudas, deberes profesionales, y esto
no es en modo alguno ajeno al deber ético. Aún más : las obligaciones éticas comunes para
cualquier persona son, además, obligaciones profesionales para muchos. Cuando nos
referimos a una profesión podemos hablar de una ética y una deontología determinadas, la
ética determina y perfila el bien de una profesión, aportación al bien social, la deontología
define cuales son las obligaciones concretas de cada actividad, sumando a todo esto el
conocimiento y aplicación de la legislación vigente.
El docente es fundamental en los procesos de formación, por lo tanto la docencia
siendo una actividad intencionada, planificada y previsible, se encamina a la trasmisión de
conocimientos, al análisis de contenidos y al aprendizaje de procesos y procedimientos para
el ejercicio de la profesión . El docente no posee todo el saber pero si puede estimular
nuevas y variadas formas de aprendizaje, debe saber qué enseñar y saber cómo enseñarlo,
saber qué aprender y enseñar cómo aprenderlo, saber qué investigar y enseñar cómo
investigarlo, en fin, conocer y dominar el contenido de su cátedra, ser un especialista en su
disciplina, complementándola con la competencia en el nivel técnico y metodológico en el
ámbito de la enseñanza. Debe ser congruente con lo que dice y hace, actualizado en su
campo profesional y capacitado para la práctica de su profesión. Personalidad y actuación
sustentadas en valores éticos y sociales que le otorguen autoridad moral entre los colegas y
alumnos . El enseñante debe practicar el diálogo y reflexionar sobre si mismo y al mismo
tiempo reflexionar sobre las modalidades de adquisición de las competencias.

El aprendizaje es un producto social, es un proceso sociocultural donde los sujetos


aportan sus experiencias y se enriquecen de las aportaciones de los demás . El aprendizaje
se asocia a la explicación de los hechos y las situaciones, se asocia a la aplicación en la
solución y a la experiencia contextual.

Recurrir a disciplinas múltiples en la intervención del patrimonio es hoy una práctica


común pero fundamentalmente la interdisciplinariedad es algo básico porque supone
cualidades excepcionales de comprensión de los otros, de respeto, de diálogo, la posibilidad
de compartir el conocimiento con los demás evitando así la disgregación del tiempo y la
pérdida en cuanto a la calidad. Se establece un diálogo adecuado con otros especialistas, la
confrontación e intercambio de métodos, de conceptos y de puntos de vista, contrariamente
al enfoque pluridisciplinario donde numerosas ciencias colaboran guardando cada una su
especificidad, la interdisciplinariedad implica una integración creciente y tendente a una
verdadera organización de los dominios del saber. La interdisciplinariedad es un modo de
acción, es una actitud y debe impregnar todos los aspectos del patrimonio cultural, tanto en
lo que concierne a la formación de sus operadores como en la investigación especializada.
(3).

CONCLUSIONES .

Reflexionar sobre las experiencia positiva acumulada y reconocer lo que se ha hecho


mal representa la posibilidad de mejorar lo ya hecho y tomar decisiones más apropiadas
para mejorar la formación profesional en el siglo XXI, planteando alternativas viables de
reorientación de las acciones y tareas que pueden llevar a un sacrificio de privilegios y a la
ruptura de barreras, compartiendo las experiencias acumuladas y poniéndolas al servicio de
la comunidad , pues no hay que olvidar que lo que no se comunica y se comparte no es
relevante y a nadie ni nada transforma.

Las anteriores reflexiones están abiertas a ajustes, reinterpretaciones,


modificaciones y todo comentario y aporte que pueda servir a proyectarnos como propone el
IX Congreso « …desde una prespectiva dinámica de innovación conceptual, metodológica,
investigadora y tecnológica … »

Notas.
1.- Leonardo da Vinci .
2.- Ver : Cotarelo , Ramón , ¿Transformación o conservación? Dilema del habitat en
los centros históricos urbanos. En :Matanzas en su Arquitectua. Editorial Letras Cubanas . La
Habana. 1993.
3.- Ver ; La interdisciplinariedad en la Conservación-Restauración de los bienes
culturales. Segolene Bergeon. Revista Restauración Hoy. Colombia. Noviembre 1995.
RECOMENDACIONES

 .- Enfrentar la formación de manera dinámica, pensante y transformadora


del pensamiento científico y del “hacer“ del docente.
 .- Superar la separación entre el " saber teórico" o sea el conocimiento en
sí, el “saber práctico-operativo” o sea el conocimiento que provee acción y
el “saber creativo” o sea el conocimiento con que la acción lleva a producir
transformación.
 .- Recuperar lo formativo de cada disciplina, combinando áreas disciplinarias
diversas que conjuguen cultura y profesionalidad y puedan legitimar no sólo
experiencias formales sino también todas las ocasiones que provoquen
reflexión, transformación y realización del mismo, las experiencias de vida
cotidiana, los encuentros, los contextos sociales, los medios masivos de
comunicación.
 .- Incrementar la cooperación entre profesionales y entre el mundo
académico y empresarial , viabilizando el intercambio de experiencias y la
transferencia de conocimientos a distintos niveles.
 .- Incentivar el carácter integral y multidisciplinario de los operadores
involucrados en el sector patrimonio cultural.
 .- Enfocar la docencia como elemento articulador entre la teoría y la práctica.
 .- Evitar que las acciones de formación sean episódicas, marginales o
dispersivas.

BIBLIOGRAFIA.
1.- Di Nubia , Renato D. (al cuidado de ) Formazione umana e formazione
professionale. Pisa-Roma. Istituti Editoriali e Poligrafici Internazionali, 2000.
2.- Gallina V. L’apprendimento adulto: un percorso verso la società
dell’apprendimento . En : Scalera V. (al cuidado de ) Ricerche nella e per la didattica . Angeli,
Milano. 2000.
3.- Mazzanti, Marinella. La didattica museale e l’educazione all’intercultura: il ruolo
del museo in un approccio pluralistico all’insegnamento della storia. En: Altrove, Rivista di
Storia ed Intercultura . Edizioni ETS. Pisa. 2007.
4.- Negri M., Villania M.A. , Villar J.I. ( al cuidado de ) . Formare i formatori. Angeli,
Milano. 1999.
5.- Scurati C., Zanniello G. ( al cuidado de 9 . La ricerca-azione . Tecnodid.Napoli.
1993.
6.- Sgalambro, Letizia. Un percorso di formazione degli insegnanti sul tema delle
competenze: l’esperienza del progetto SOFOS. En Studi sulla formazione.
7.- Weinert F.E. Concep of competence. En DESECO expert report . Swiss federall
statical office. Neuchātel.

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