Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ar/138730-acerca-de-la-crueldad
PSICOLOGÍA
30 de agosto de 2018
Acerca de la crueldad
El neoliberalismo ataca el reconocimiento de lo que se produce en el otro como semejante,
desarticulando la empatía.
Por Monika Arredondo
El periodista Carlos Barragán publicó en Taringa en abril de 2016 sobre las víctimas de
la crueldad: “Los despidos, ajustes y otras injusticias han provocado tres muertes:
Esteban de la Biblioteca nacional, Yolanda docente en Mar del Plata y Melisa en el Inta
del Chaco”. Hoy, en agosto de 2018, se agregan a una lista que no cesa de producirse
Sandra y Rubén, de una escuela en Moreno. Y en ese intervalo de días y meses, los
sucesos se repiten dañando nuestra subjetividad. En el cotidiano del conurbano se
multiplican los vulnerados y los excluidos: niños, jubilados, despedidos, mujeres; la
vida se deteriora y las condiciones que deberían garantizar la salud de los más
vulnerables se desdibujan. Los datos “objetivos” con los que se mueve este gobierno y
su máquina de informar, sus cifras y recortes no dan cuenta sin embargo de los
múltiples dolores cotidianos del desgarramiento interior de quien los padece. Habría
que sumergirse hasta el fondo de su alma, tolerar el horror que números y planillas no
reflejan para encontrar allí la imagen de la devastación sorda a las que están siendo
sometidos amplios sectores de nuestra sociedad.
Volviendo a Fernando Ulloa, “para que la vera crueldad resulte es necesario que la
violencia del ejecutor y el desamparo de la víctima estén enmarcados en un dispositivo
sociocultural avalado por intelectuales, sectores de la economía, medios de
comunicación y con una univoca pretensión de impunidad. Esto es necesario pero no
es suficiente, la vera crueldad requiere que el ejecutor sea realmente maligno, es decir
sin ningún lugar para el remordimiento; por lo cual debe haber organizado su
fetichismo como un saber mentiroso, que lo hace impune frente a sí mismo, evitando
todo vestigio de conciencia moral en relación a sus actos, un saber mentiroso que será
el baluarte de su impunidad recusadora de toda Ley”.
Este sutil mecanismo de infamia generalizada hace que se nos vuelva insoportable la
sola descripción de esta pura obscenidad. Obscenidad del poder, que desnuda al
excluido y enfrenta al más indefenso ante los rigores de la naturaleza y de la cultura,
en el umbral de una vida que se pierde, esclavos sin escape ante el reino de las
necesidades.
Para finalizar, rescato un relato que escribía en este diario Horacio González en
febrero del 2017.
“Se desolla a un país cuando se le arranca una espesa recubierta que de una manera
u otra es lo que ha sedimentado históricamente. En las difíciles molduras de la historia
del país, en esas membranas nacionales que son de superficie están sus conflictos,
sus imposibilidades, su lucha y su esperanza. Desollarlas y reemplazarlas por capas
de frágiles palabras plastificadas, enfoque humillantes, estilos persecutorios,
imposiciones intolerables a veces públicas, a veces sigilosas con el agregado de
arbitrios generalizados y de vigilancias secretas. Desollar implica no dar paso a ningún
debate efectivo, solo simulacros”.
* Psicoanalista