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Geografia

Población en China

Poblamiento y Evolución de la Población

La población china aparece concentrada en el oriente del país, en las grandes


llanuras que bordean el mar de la China y el Mar Amarillo, donde se ha
desarrollado la civilización Han. En la parte occidental y central el relieve (altas
montañas y mesetas) y el clima (extremadamente continental, desiertos) no han
favorecido un poblamiento tan denso.
También hay que tener en cuenta factores étnicos, el 91, 02 de la población (datos
del censo de 1995)es de etnia Han, y la historia de ésta está ligada a los grandes
valles de los ríos Amarillo, Yang-tsé y Perla. Las otras 55 etnias minoritarias
representan 8,98 por ciento. Son Mongoliano, Hui, Tibetano, Uygur, Miao, Yi,
Zhuang, Bouyei, Coreano, Manchu, Dong, Yao, Bai, Tujia, Hani, Kazajo, Dai, Li,
Lisu, Va, She, Gaoshan, Lahu, Shui, Dongxiang, Naxi, Jingpo, Kirgiz, Tu, Daur,
Mulam, Qiang, Blang, Salar, Maonan, Gelo, Xibe, Achang, Pumi, Tajik, Nu, Uzbek,
Ruso, Ewenki, Benglong, Bonan, Yugur, Jing, Tatar, Drung, Oroqun, Hezehn,
Moinba, Lhoba y Gelo. Entre los grupos étnicos, 15 tienen una población de más de
un millón de habitantes, 13 tienen una población de más de 100 mil habitantes y 7
tienen una población de más de 50 personas. Cada una de estas etnias responde a
un perfil diferenciado. Así los mongoles son esencialmente nómadas, y su habitat
en las grandes estepas de Asia Central y en el desierto del Gobi nunca les ha
permitido mantener una densidad fuerte de población; lo mismo se puede decir de
los tibetanos que ocupan las altas tierras del Himalaya o de los Uigures (o
Uygures) minoría dominante en la Región Autónoma de Xinjiang que ocupa las
tierras del desierto de Takla Makan. La superficie habitada por minorías étnicas
representa un 50 o 60 por ciento del territorio nacional. Sin embargo las 11
provincias, municipios y regiones autónomas en el litoral tienen una densidad
poblacional de 320,6 personas por kilómetro cuadrado, mientras en las 18
provincias, municipios directamente subordinados al Gobierno Central, regiones
autónomas en el interior del país tienen una densidad poblacional de 71,4 personas
por kilómetro cuadrado. Entre los cuales Qinghai, Xinjiang, Tibet, Gansu, Ningxia y
Mongolia Interior tienen una densidad poblacional de sólo 11,8 personas por
kilómetro cuadrado. En definitiva China se presenta como un gran mosaico de
climas, espacios naturales y etnias aunque con un claro predominio numérico de la
etnia Han que se traduce en un mayor poder político y económico de ésta.

1.1 Dinámica natural y espacial

Antes de la llegada al poder del comunismo la mentalidad natalista estaba


solidamente instalada en la sociedad china (aunque más bien debería decirse en la
etnia Han), así había un 37%0 de natalidad y un 18%0 de mortalidad, que se
traducía en un crecimiento demográfico del 1, 9% anual. Los hijos eran
considerados mano de obra en una sociedad agrícola y patriarcal. Era una sociedad
de demografía tradicional y con un alto porcentaje de infanticidios femeninos, dado
que las hijas debían abandonar pronto la unidad familiar para unirse a la familia del
marido, a la que debía aportar una dote.
La política demográfica del comunismo ha sido oscilante dependiendo de las
diferentes directrices ideológicas del momento.
En un primer momento, entre 1949 y 1954, imperó un “poblacionismo” marxista.
Pero las autoridades pronto tomaron conciencia de las peculiaridades chinas y del
grave problema que la superpoblación era en el este del país, y entre 1954 y 1958
se inicia un apolítica de control de la natalidad que se abandona en 1959, en el
llamado por la propaganda “Gran Salto Adelante”, que duraría hasta 1962, en que
se vuelve a un política de control, que no tiene continuidad pues no es aceptada por
los principios ideológicos que se imponen en la “Revolución Cultural”(1966-1969).
Desde 1969 si que se ha seguido una política de control en diferentes frentes. No
solamente se operó en el terreno de la información sobre métodos anticonceptivos,
sino que se afrontó un profundo cambio de mentalidad social que acabase con el
fundamento social que encontraba el comportamiento natalista de la población. Se
concedió la igualdad jurídica a la mujer, se retrasaron por ley las edades mínimas
para contraer matrimonio (25 años para el hombre y 23 para las mujeres).
Finalmente en 1979 se implanta la política del hijo único que favorece a los
matrimonios con sólo un retoño (mejores viviendas, mayores sueldos, etc...). Se ha
conseguido reducir la natalidad a un 17%0 y la mortalidad a un 6,6%0, con un
crecimiento del 1,04%. Esta política tuvo una repercusión mucho mayor en la
ciudad que en el campo, donde la sociedad es más impermeable en los cambios. Así
en los años 70 en la ciudad la natalidad era de 13,9%0 y en el campo de 18,54 %0.
Ahora sin embargo se ha acelerado el cambio en el campo.
En cuanto a la tasa de mortalidad infantil, ésta era en 1949 de 250-300%0, pera
reducirse en 1994 a un 31%0.

La política del hijo único ha producido efectos indeseados como el abandono de


niñas o el infanticidio o el aborto selectivo femenino, dado que aún perdura la
antigua mentalidad machista y las familias prefieren que su único hijo sea un niño,
lo que a la larga puede producir un desequilibrio en el porcentaje de cada sexo en
el total de la población.

En lo que se refiere a la distribución espacial, al margen de las desiguales


densidades regionales de clara raigambre histórica, llama la atención que al
contrario que en otros países del Tercer Mundo en China no se ha producido un
éxodo rural. China es un país eminentemente agrario, dado que las férreas políticas
dirigistas han impedido un movimiento libre de la población. Se puede considerar
que en torno al 30% de la población es urbana, con un mayor crecimiento parejo a
la liberalización económica (aunque las estadísticas oficiales consideran población a
urbana a población que en realidad es rural). Los grandes ejes urbanos se
encuentran en el este del país. Se puede hablar de un eje costero
(Shangai/Cantón), un eje en torno a los grandes ríos (Nanquín) y otro en la
Manchuria. Estas grandes ciudades se han visto favorecidas por políticas
económicas y han sido el laboratorio de la liberación económica, con estatutos
especiales como Shangai, que han atraído capitales extranjeros. A estas ciudades
hay que añadir las dos excolonias occidentales de Honk-Kong y Macao, con sus
estatutos especiales

1.2 Estructura de la población.

La alta natalidad y alta mortalidad configuraban una pirámide clásica, aunque las
políticas natalistas comienzan a socavar su base, aunque se observan los vaivenes
del gobierno comunista chino, así se observa la explosión demográfica del Gran
Salto Adelante o de la Revolución Cultural, contrarrestada a partir de 1969, pero
sobre todo a partir de 1979 y la implantación de la política del hijo único. También
se observa una mejora en las condiciones sanitarias que ha propiciado una
disminución acusada de la mortalidad, y un aumento, por tanto de la población
mayor de 65 años. Curiosamente el índice de dependencia ha descendido entre
1949 y 1991 en 4 puntos, dado que la disminución de los niños ha sido
compensado por el aumento de las personas mayores.
1.3 Distribución de la población

Como ya se ha señalado más arriba las diferencias de densidades entre las


diferentes regiones chinas son abismales. En el mapa físico se observa una gran
dicotomía entre las tierras bajas el este y las zonas del interior y del oeste y norte
de grandes altitudes y de climas inhóspitos. La etnia Han ha basado su civilización
en el cultivo intensivo del arroz en la cuenca de los grandes ríos (Amarillo, Yang-
Tsé, Perla, etcc), allí las condiciones naturales permiten varias cosechas, con un
uso intensivo de la tierra que requiere un uso abundante de la mano de obra,
aunque con un bajo rendimiento por trabajador. El natalismo se instala en la
sociedad agrícola china como una respuesta frente a unas condiciones sociales y
naturales dadas. Frente a esta situación en las zonas del interior las estepas, los
desiertos, las grandes alturas no soportarían una superpoblación similar a la de la
parte este de la actual China y lógicamente los pueblos que las habitan han sido
conscientes de este hecho desde siempre, limitando su natalidad naturalmente. En
este punto habría que reiterar las cifras ya dadas sobre la densidad de las
diferentes regiones, un hecho llamativo pero totalmente lógico dadas las
condiciones a priori. Es de destacar que a pesar de las declaraciones oficiales chinas
sobre la autonomía y el respeto a las diferentes minorías nacionales en los
diferentes medios internacionales se habla de una política de “sinización”,
conscientemente realizada por el gobierno chino aunque de manera solapada. Así la
revista The Economist en su número de 1 de Abril de 2002 publica un artículo sobre
la región autónoma de Xinjiang, en el cual personas de la etnia Uigur, mayoritaria
allí, hablan con el reportero de una creciente llegada de población Han, que estaría
siendo la principal beneficiada de la ayudas que el gobierno chino envía a la región.
Fuentes de la resistencia tibetana hablan en el mismo sentido, sin embargo es
imposible encontrar un eco a estas denuncias en las estadísticas chinas oficiales,
por lo que nos movemos en el terreno de la suposición, pero es posible que el
gobierno chino intente un traslado de la población Han hacia el oeste con una
política de incentivos, aunque ya se han trasladado grandes cantidades de
funcionarios de manera forzosa. Con la mayor libertad política y económica estos
dirigismos pueden tener menos eficacia e incluso se puede invertir la tendencia y
serían los habitantes de la regiones del oeste los que estarían interesados en una
vida “más prometedora” en el este, lo que agravaría los problemas de desertización
y despoblamiento.

1.4 La importancia del fenómeno urbano

Aunque en su seno están algunas de las mayores ciudades del mundo, como
Shangai o Pekín, con varios millones de habitantes, pero China sigue siendo un país
rural. En 1991 la población urbana era del 26% aunque en 1997 estaba ya en torno
al 30%. Y es que la liberalización ha acentuado el crecimiento de las ciudades, pues
los frenos al desarraigo de la población rural están desapareciendo. Sin embargo es
difícil calcular el porcentaje d e población rural ya que el gobierno comunista
insistió en equipar las ciudades con cinturones agrícolas para garantizar el
abastecimiento, siendo considerada la población que vivía en éstos como urbana,
aunque sería en realidad agrícola. Aunque no es raro que la población agrícola d e
la periferia urbana trabaje en la ciudad. En cuanto a la distribución por sectores de
la población activa, ésta refleja el predominio rural:61% para el sector agrícola,
22% para el industrial y el esto para servicios. Por tanto China aún es un país
estructuralmente del Tercer Mundo.
Respecto a los grandes ejes urbanos me remito a lo dicho a propósito de la
distribución espacial de la población.

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